Вы находитесь на странице: 1из 2

Joa Sebastian Cabuyales 100818010930

De que me habla el texto, las ideas centrales, cómo las entiendo.


La disciplina antropológica, ha estado delimitada por la otredad envés de la
mismidad, está delimitación como lo hace ver Trouillout en un recuento histórico
por los diferentes momentos del despliegue colonial, ha transformado el mundo a
los largo de varios siglos y enfáticamente partiendo desde el renacimiento, cuando
el antropocentrismo se posiciona y comienza a regir, no solo como una corriente
de pensamiento en el arte y la intelectualidad, sino también como un dispositivo de
legitimidad política y de dominación imperial, que combinado a el “encubrimiento
de América” va dirigir toda una ignominia cimentada en dos conceptos “el nicho
del salvaje” y La utopía, que vienen a ser categorías importantes en las que
Trouillout va extenderse a lo largo del texto, ya que según entiendo son encuadres
fundamentales que han direccionado las narrativas y a su vez el quehacer
antropológico, delimitando así mismo la etnografía y su objeto de estudio,
basándose siempre en el “otro” y por muchos años, incluso ahora va ver solo
desde ese lugar, pasando desapercibida la posibilidad de la “mismidad”. Se
hablará entonces de que la antropología ha sido orientada no solo desde estos
discursos, casi siempre como subalterna de quien la financia e incluso desde los
caprichos y el imaginario acrítico del investigador que se basa en literaturas de la
misma línea de pensamiento, esa línea que se basta a sí misma para fundamentar
todo y erige su telos desde la modernidad, hija del renacimiento, antes
mencionado que se sigue extendiendo sobre los territorios con una “mascara
filantrópica” que como la “democracia” que defiende hoy en día el neoliberalismo,
le sirve de eufemismo para ocultar su sed de poder y defender con recelo su
poderío, repeliendo así cualquier posibilidad de apertura y transformación que
venga de fuera de sus dominios, así mismo la antropología ha sido orientada,
delimitada y limitada en su campo de acción y en la posibilidad de auto
cuestionarse y de proponer aperturas y trasformaciones necesarias, hoy día.
Cuando Trouillout hace un balance del andar de la antropología como disciplina
evidencia su reticencia a la transformación, lo hace atendiendo a referencias que
la enmarcan en la historia misma de la colonización expresada en el renacimiento
y su sed extractivista, su dominio geopolítico y simbólico desde la cristiandad,
misma que sacralizó tantas guerras y motivó por años La utopía de occidente
como la cúspide a alcanzar de toda sociedad y es que fue en Europa donde
pulularon las descripciones ficticias que alimentaron el imaginario de los
colonizadores del nuevo mundo, que buscaban excitados por una opulencia nunca
antes imaginada, pensando encontrar poblados llenos de oro y bosques de
canela en las tierras “nuevas” a las que embarcaban.
La antropología como disciplina estuvo cimentada al servicio de las fuerzas
imperiales herederas de la esencia del renacimiento, metamorfoseada o
enmascarados sus intereses y fundamentos en la libertad desigual que proponía la
ilustración, que traía la luz de la razón y después en la felicidad del progreso que
propone la modernidad. Trouillout va permanecer hablando del Atlántico norte que
Joa Sebastian Cabuyales 100818010930

históricamente es uno de los epicentros de poder político y direccionamiento


intelectual, en su propuesta de orden mundial, donde subyacen los cimientos de la
dicotomía entre la utopía como el punto más álgido del desarrollo, basada en los
estándares occidentales y el “otro” como el salvaje siempre inferior en un estado
primitivo y embrionario en la escala como lo plantearon en su escala de estudio
los antropólogos de gabinete, legitimados históricamente no solo por la disciplina
si no por los imperios que la apadrinaron las ciencias y la antropología como
instrumento de poder y de inserción.
Impidiendo así la posibilidad de auto crítica y auto cuestionamiento, que debiera
ser una actitud inherente al título. El texto de Trouillout despierta en mi cuestiones
ontológicas, pienso en cómo me veo siendo un habitante suramericano, con un
pensamiento y unas formas a aprehender el mundo desde una visón y un lenguaje
que en su mayor parte son herencia cultural de occidente y aunque me pese, la
sociedad en la que me muevo, la televisión, la radio, el contacto con mis padres,
incluso la institución en la que me suscribí inevitablemente al nacer y por la que
llevo mis apellidos, es necesario auto cuestionarme y tratar de mirar más allá de lo
propuesto por los centros de poder.

Вам также может понравиться