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¿Cómo podemos crear una cultura de la participación para potenciar el

diálogo, la investigación y la generación de contenidos por parte de


nuestros estudiantes inmersos en ecosistemas digitales?

Inicialmente es importante mencionar que el mundo digital o ecosistema digital


ha venido creciendo de manera exponencial desde sus inicios. Con la
invención de la primera computadora la vida tomó otro rumbo; tareas que
requerían de una gran inversión de recursos, podían luego desarrollarse
disminuyendo una gran proporción de ellos; esto, mas que generar utilidades
en las grandes industrias que se arriesgaron a incursionar en el mundo digital,
despertó y transformó el pensamiento humano, se le brindó al mundo una
herramienta con la cual podrían hacer más “sencilla” cualquier situación y el
mundo la tomó e hizo de ella una revolución.

Pero el hecho de que las herramientas digitales sean potencialmente la salida


a la mayoría de los inconvenientes del medio, no hace que sean fácilmente
aceptadas en todos los rincones del mundo. La cultura en nuestro planeta es
muy diversa y por ello existen paradigmas difíciles de quebrar, técnicas muy
longevas que al no comprender muy bien lo que puede proporcionar el mundo
digital, ven en él una amenaza y no una oportunidad. La educación es un área
en la cual vemos que se presenta esta situación, como existen muchos sitios
en los cuales las aulas ya pertenecen o están muy ligadas a los ecosistemas
digitales, por lo general en países de primer mundo, existen otros donde no se
ha encontrado la manera de incursionar y por ende se sigue desaprovechando
el potencial educativo que tienen estas herramientas.

Es aquí donde nos hacemos la pregunta: ¿Cómo podemos incursionar en este


nuevo mundo de tal manera que impacte positivamente en nuestros
estudiantes? ¿Cómo potenciar el diálogo, la investigación y la generación de
contenidos de manera voluntaria?

Se pueden tener a la mano varias metodologías para llegar a saciar nuestras


dudas sobre la implementación de un sistema educativo apoyado en
herramientas robustas o terminología técnica, pero antes de eso es importante
que se tenga claro que un ecosistema digital se denomina de esta manera,
entre otras muchas características, porque tiene un sentido de evolución y se
pueden usar sus recursos tanto con intereses positivos como de manera
errónea. De esta manera, los ecosistemas de aprendizaje abren posibilidades
inmensas para que cada aprendiz pueda construir su trayectoria de
aprendizaje a partir de sus necesidades o intereses; sin embargo, también
implica riesgos para quienes sus condiciones de vida limitan fuertemente las
oportunidades, experiencias y recursos de aprendizaje a su alcance. (Coll,
2016).

Ahora, volviendo a la metodología, deberá existir inicialmente una


conceptualización que permita a los estudiantes comprender de una manera
sencilla el comportamiento y la composición de un ecosistema digital de
aprendizaje. Estos, desde su aplicación, representarán un modelo, para los
sistemas de educación del futuro.

Según Motz & Rodés (2013), los ecosistemas digitales de aprendizaje se


caracterizan por basarse en sistemas adaptativos capaces de modificarse a
partir de diferentes relaciones o interacciones dadas en sentido simétrico entre
los componentes del sistema: contexto, usuarios, contenidos, dispositivos,
aplicaciones, formas de comunicación, entre otros.

Lo que hace tan llamativo este sistema de aprendizaje es la libertad que le da


al estudiante o individuo de aprender a su ritmo, de investigar de la manera en
que le sea más cómoda, ya sea a través de la lectura, de imágenes, videos o
animaciones. Esto lo reafirma Islas Torres & Carranza (2017) cuando
mencionan que la manifestación de los ecosistemas digitales en el aprendizaje
de los individuos parte del supuesto de que las herramientas, internet y sus
aplicaciones, y los dispositivos electrónicos en conjunto ofrecen la posibilidad
de que los individuos elijan sobre lo que aprenden, cuándo y cómo lo
aprenden en función de sus tiempos y ritmos; permitiéndoles eliminar las
posibles barreras de aprendizaje a las que pudieran enfrentarse.

Se nos facilita aprender cuando nos sentimos tranquilos, a lo largo de nuestra


vida son muchos los conocimientos que hemos adquiridos en un aula de clase
y gracias a lo citado por un maestro, pero han sido mas las que nos han
quedado de experiencias vividas, ¿por qué?, porque seguramente existió
pasión, necesidad de conocer, deseo de exploración e incluso de investigación
para llevar a cabo la actividad que fuera, es esto lo que se debe generar en el
aula y potenciar en los estudiantes para cuando estén fuera de ellas.

Cerrando el segmento de conceptualización, en el siguiente video


encontramos algunas respuestas que nos pueden orientar y complementar un
poco más sobre lo que son o lo que nos aportan a nivel organización estos
ecosistemas digitales.
Ahora, para ser algo más específicos, podemos citar un ejemplo de un
ecosistema digital que conocemos muy bien y que nos demuestra de manera
sencilla el potencial de aprendizaje a partir de la interacción y de la disposición
de herramientas adecuadas; en las redes sociales, vemos como personas que
en ocasiones no se conocen tienen la tranquilidad de compartir vivencias u
opiniones sobre algún tema en especial, algunos exponen sus dudas y otros
las sacian, todo esto sin esperar algo en especial, están los que siguen
paginas educativas o de historia, otros que se enteran de la actualidad y
pueden luego dar una opinión magistral sobre un tema político partiendo de
imágenes jocosas que abundan en este inmenso ecosistema; es precisamente
que, tomando un sistema como este de base, se podría lograr un mayor
desarrollo tanto dentro como fuera del aula de clase; tomando los principios de
este ecosistema podríamos encontrarnos con estudiantes que no temen
aceptar que no conocen sobre un tema, que por el contrario tienen la
necesidad voluntaria de informarse sobre las distintas situaciones que van a
ocurrir o han ocurrido en su entorno, con el afán de dar una opinión
respetuosa, objetiva y muy crítica. El debate hará que ideas vayan y vengan y
es deber del tutor tomar esas ideas, tratar de limar con criterio y objetividad las
que no aporten a formar sociedad y generar en sus estudiantes una cultura de
cambio y tolerancia para que acepten ideas distintas que los hagan personas
integras.
Adicional y complementario a esto, Jenkins (2008) nos habla sobre las
convergencias como una red compleja de interacciones entre los sistemas
técnico, industrial, cultural y social. Aislándole la terminología técnica se llega a
que la convergencia no tiene lugar mediante aparatos mediáticos, por muy
sofisticados que éstos puedan llegar a ser, sino que se produce en el cerebro
de los propios individuos, así como mediante sus interacciones sociales con
otros.

Así es como se permitirá a todo ese conocimiento salir del aula de clases, toda
la interacción generada en ella debe impactar en la vida de los estudiantes y
maestros, que al terminar la jornada académica deseen entrar a sus
computadoras, tabletas o smartphones y buscar un poco más sobre algo que
no se alcanzo a ver o tratar muy bien en la clase, que cuando tengan algún
tipo de interacción con alguna otra persona o un medio informativo encuentren
en
ellos nuevos retos que los impulsen a investigar y conocer su entorno, así
como a compartir este conocimiento; en conclusión lo que se debe buscar es
que el estudiante entienda que su aula de clase no se limita a un salón y que
quien le brinda la información no solo debe ser su maestro en la clase, el
mundo está lleno de conocimientos y misterios que esperan a los curiosos y
amantes de la disciplina y del esfuerzo.

A continuación, para terminar, Juan Freire nos da una visión muy interesante y
completa sobre los ecosistemas de aprendizaje que nos ayuda a
complementar todo lo mencionado en el escrito anterior, en ella además de
conceptos nos muestra proyectos de innovación en educación que han tenido
éxito y que pueden ser aplicables en nuestro entorno:
Bibliografía

Coll, C. (2016). La personalización del aprendizaje escolar. El qué, el por qué,


y el cómo de un reto insoslayable. Barcelona: Fundación Jaume Bofill.
Islas Torres, C., & Carranza Alcántar, M. (2017). Ecosistemas digitales y su
manifestación en el aprendizaje: Análisis de la literatura. RED. Revista de
Educación a Distancia.
JENKINS, Henry: Convergence Culture. La cultura de la convergencia de los
medios de comunicación. Paidós, Barcelona 2008, 301 pp. ISBN: 978-84-
493-2153-5

Motz, R., & Rodés, V. (2013). www.laclo.org. Recuperado de


www.laclo.org/papers/index.php/laclo/article/download/99/92

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