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Señor Jesús, creemos que estás vivo y resucitado. Creemos que estás realmente
presente en el Santísimo Sacramento del altar y en cada uno de nosotros. Te
alabamos y te adoramos. Te damos gracias, Señor, por venir hasta nosotros como
pan vivo bajado del cielo. Tú eres la plenitud de la vida, eres la resurrección y la
vida. Tú eres, Señor, la salud de los enfermos.
Hoy queremos presentarte a todos los enfermos del alma y del cuerpo para que
tengas compasión de ellos y de nosotros. Padre Eterno, te pedimos en el Nombre
de Jesús que extiendas tu mano, nos des el Espíritu Santo para convertir los
corazones y liberar a tu pueblo, por el poder del Nombre de Jesús. Bendícelos a
todos y haz que muchos vuelvan a encontrar la salud, que su fe crezca y se vayan
abriendo a las maravillas de tu amor, para que también ellos sean testigos de tu
poder y de tu compasión.
Dios Padre, en tu santo Nombre, nosotros te pedimos con la fe que nos es posible
que se realicen entre nosotros curaciones físicas y espirituales; te pedimos que
salves y sanes a los matrimonios, que las familias se reconcilien y vivan unidas
por medio de tu amor, que nuestros corazones sean curados y desaparezca todo
odio y resentimiento hacia nuestros hermanos, que los oprimidos alcancen la
libertad tan preciada que tú Señor nos ofreces.
Hoy, Señor, te presentamos en fe a todos los enfermos del alma y del cuerpo que
nos han pedido oración y te pedimos que los alivies en su enfermedad y que les
des la salud. Haz que crezcan en la fe, en la esperanza. y que reciban la salud
para gloria de tu Nombre. Para que tu Reino siga extendiéndose más y más en los
corazones, a través de los signos y prodigios de tu amor. Que todos los corazones
se conviertan a la Palabra de Dios y que tú Señor mores en ellos con el don de tu
Espíritu Santo. Cúranos Señor Jesús, libéranos Señor Jesús, Sálvanos Señor
Jesús. Danos la gracia y la alegría que nos falta. También danos la paz en
nuestros corazones y en nuestras vidas, libéranos de tantos ruidos que no
permiten que te escuchemos e introdúcenos en el silencio de tu corazón amoroso.
Danos el amor, danos el perdón, danos tu misericordia. Danos el don de orar para
comunicarnos contigo todos los días y en todos los momentos de nuestra vida.
Señor, sé que Tú me amas y me bendices, todos los días te alabo, te bendigo, te
doy gracias porque eres grande y maravilloso, bendito seas. En este momento
quiero entregarte, darte, donarte todos mis problemas porque sé que Tú me
puedes ayudar, porque sé que Tú me puedes dar la paz que necesito.
Ven Señor a tocar mi corazón que te necesita por diferentes situaciones, hoy te
necesito más que nunca en mi vida. Ven Señor en mi ayuda, ven en mi auxilio,
clamo a Ti, clamo por tu protección, clamo por tu fortaleza, clamo por tu perdón.
Entra a mi corazón y renuévame, quita de mí las indecisiones, la tristeza, la
melancolía, todo sentimiento de fracaso, de depresión, fobias, miedos, temores…
Toma Señor mi dolor, bendito seas Jesús. Mueve tu mano sanadora en mí, mueve
Señor, tu mano poderosa para sentirme fortalecido. Que pueda yo creer en Ti.
A pesar de que mi vida sentimental esté pasando por momentos duros, mira la
crisis de: (mi matrimonio, mi trabajo, mi hogar, mis familiares) Las cosas no salen
como las espero, Señor mío.
Confío en Ti, confío en tu amor, sé que sólo Tú me puedes dar lo que nadie me
puede dar. Tú eres el amigo que nunca falla. Señor, transfórmame con tu poder y
tu misericordia. Bendito seas Jesús, bendito sea tu Santo Nombre. Hoy, quiero
entregarte Señor, todo mi tiempo, mis emociones, mis sentimientos, mis
pertenencias, mis bienes materiales, mi vida, mi enfermedad.
Te entrego, Señor mío, todo, absolutamente todo lo que tengo y todo lo que soy.
Santo, Santo, Santo eres Señor, Dios del Cielo y de la tierra, digno de adoración.
Bendito y alabado seas, Santo eres Tú. Gloria a Ti, Gloria y alabanza por siempre.
Quiero unirme a los coros celestiales, a todos los coros angelicales y glorificarte
con todos ellos.
Te quiero bendecir por toda la eternidad con mi testimonio de vida. Tuyo soy
Señor, tuyo soy. Sé que tu amor se derrama en mi vida en estos momentos y
estás tocando lo profundo de mi corazón, sanando toda herida, toda frustración,
todo dolor. Vienes a mi vida a darme consuelo y fortalecerme con tu compañía.
Ven y quédate Jesús, quédate.