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Los cuatro acuerdos, un acuerdo global.

Nuestros miedos son nuestro principal enemigo. Al momento de nacer, nos educan
según las creencias que tienen nuestros padres, lo cual nos limita a pensar por nosotros
mismos ¿Qué queremos y que no?, hasta el punto de enraizarnos en esas mismas
creencias hasta volverlas parte de nuestras vidas. Como así nos educaron y no pudimos
ver mas allá, nos quedamos sin recursos para cuestionar dichas creencias e ideologías.

Cuando actuamos correspondiendo a eso que se nos fue inculcado y/o estipulado, se nos
premia, pero cuando no es así, se nos castiga.

Esos modelos se vuelven inalcanzables porque muchas veces no se relacionan con lo


que nosotros en realidad somos, al no alcanzarlos nos vemos juzgados por los demás y
por nosotros mismos, castigándonos por lo que nos han hecho pensar que es un error.
Como resultado, crecemos con baja autoestima, pensando que no somos ni seremos
suficientes y, por ende, no somos “dignos” de ser amados.

La mayoría de “nuestras creencias”, o más bien estas creencias que nos han obligado a
crear, son falsas, lo que nos impide reconocernos tal y como somos, provocándonos
dolor. Es en este momento en el que intentamos evadirnos de lo que somos porque no
nos gustamos, y caemos en el error de maltratarnos, pensando que es lo que nos
merecemos porque no valemos lo suficiente.

Creamos ciertos acuerdos con nosotros mismos y con los que nos rodean, en los cuales
nos autodefinimos, establecemos nuestras creencias y la manera en que debemos
comportarnos, lo que englobaría nuestra “personalidad”, pero todo enmarcado en los
limites impuestos y el miedo.

Miguel Ruiz, propone cuatro acuerdos lo suficientemente poderosos que podemos


aplicar para romper con esas barreras y lograr modificar nuestras costumbres y formas
de actuar.

El primer acuerdo es denominado “Sé impecable con tus palabras”. Es muy común
escuchar a las personas decir “la palabra tiene poder” pero muy pocas veces nos
detenemos a pensar en que tan real es esa frase. Efectivamente la palabra tiene el poder
de crear, es una semillita, pero la mente es el abono perfecto para las semillas del
miedo, por lo que hay que tener mucho cuidado en cómo se utilizan y saber de dónde
vienen. Si proceden de una intención ligada al amor, generaran un mundo mejor para
todo, por otro lado, si provienen del miedo u odio, no generarán más que destrucción.

Ser impecable con las palabras implica no utilizarlas contra nosotros mismos, requiere
amarnos, valorarnos y respetarnos. Las palabras no deben utilizarse para culpar,
reprender o destruir nada, lo cual no resulta nada fácil debido a que, en nuestra
sociedad, tendemos a utilizar las palabras para quitarnos de encima el peso de nuestro
propio veneno emocional.

El segundo acuerdo es denominado “No te tomes nada personalmente”. Tomarse las


cosas personalmente es la expresión del egoísmo, porque es básicamente creer que todo
gira alrededor nuestro, creer que somos el centro de atención, que somos responsables
de todo lo que sucede o no sucede. Pero la realidad es que cada persona hace las cosas
por si mismas, y no por nadie más.

Cuando NO nos notamos las cosas personalmente, nos protegemos de las malas vibras
emocionales de los demás y no dependemos de su aprobación. Esto aplica para las cosas
positivas y negativas, incluye las cosas que nos decimos a nosotros mismos y las cosas
que no dicen las otras personas.

Debemos aplicar este acuerdo para poder decir “si” o “no” sin necesidad de culparnos o
juzgarnos, nos permitirá expresar amor sin miedo al rechazo, es decir, nos hará mas
libres de ser quien en realidad queremos ser.

El tercer acuerdo es denominado “No hagas suposiciones”. Tendemos a hacer


suposiciones, sobre todo. Cuando hacemos suposiciones solemos creer que lo que
suponemos es cierto, es ahí donde radica el problema. El miedo nos impide pedir
aclaraciones para salir de esas dudas que constantemente se nos generan, pero es mejor
preguntar que suponer. Nuestro mayor error es suponer que los demás ven, sienten y
piensan las cosas como nosotros, pero no es así, con un buen proceso de comunicación,
todo tipo de relación cambia y dejamos el sufrimiento a un lado. La falta de
comunicación deja espacio para la imaginación.

Todo se vuelve un ciclo vicioso que gira en torno a un mismo error. Hacemos una
suposición, comprendernos las cosas mal, nos lo tomamos personal y generamos
problemas a partir de nuestras suposiciones.
El cuarto acuerdo es denominado “Has siempre lo máximo que puedas”. Este se resume
en la realización de los tres primeros acuerdos. No podemos exigirnos más de lo que nos
sea posible, la aplicación de los acuerdos será distinto a lo largo de los días e incluso en
los diversos momentos de un mismo día. Es necesario disfrutar todo el camino que
debemos recorrer para lograr alcanzar el objetivo.

Este último acuerdo, es el que permite que los otros tres se conviertan en hábitos
profundamente arraigados. En otras palabras, has siempre tu mejor esfuerzo, no importa
las circunstancias, pero ten en cuenta que eso puede cambiar de un momento a otro,
porque todas las cosas están en constante cambio.

El libro “Los Cuatro Acuerdos” presenta un manual sencillo pero poderoso encaminado
a alcanzar la libertad personal y la felicidad verdadera. Estos cuatro acuerdos son muy
fáciles de entender, pero resultan complicados de poner en práctica, ya que implica
romper muchas costumbres arraigadas, por eso, cuantas veces nos equivoquemos,
debemos volver a levantarnos y seguir intentándolo con valor y voluntad. Es un viaje
hacia la recuperación de la conciencia y la sabiduría de nuestro auténtico yo. Escrito
para cualquier persona que desee dejar atrás el sufrimiento y llegar a dominar el arte de
vivir según el estado natural del ser humano: la felicidad.

Escrito por:
Brianys Paola Escamilla Rodríguez.
Año 2019.

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