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CHEQUE. PARA ACREDITAR SU PAGO INDEBIDO POR PARTE DE LA INSTITUCIÓN BANCARIA, ANTE
LA NOTORIA FALSIFICACIÓN DE LA FIRMA DEL SUSCRIPTOR DEBEN TOMARSE COMO
DOCUMENTOS IDÓNEOS PARA EL COTEJO, LA FICHA DE REGISTRO DE FIRMAS AUTORIZADAS EN LA
CUENTA Y EL ORIGINAL DEL PROPIO TÍTULO.
CONSIDERANDO:
- Que la autoridad responsable dio por hecho que existía una notoria falsificación en la firma
contenida en los cheques y que el pago indebido le es imputable a la quejosa, pero considera que
llegó a esa conclusión sin la debida fundamentación y motivación que requiere toda sentencia;
además, aduce que contrario a lo que se sustentó, sí se encuentra acreditada la procedencia de las
excepciones y defensas que hizo valer, en particular, la derivada del artículo 194 de la Ley General
de Títulos y Operaciones de Crédito.
- Que del precepto invocado se colige que, por regla general, la alteración de un cheque o
falsificación de la firma del librador no pueden ser invocados por éste para objetar el pago
efectuado por el banco librado, porque se presume que la culpa de la alteración o falsificación es
de él o de sus empleados, factores, representantes o dependientes, cuando el cheque está
extendido en uno de los esqueletos proporcionados por el banco y no se le dio aviso oportuno de
robo o extravío de los esqueletos; sin embargo, aduce que del segundo párrafo de ese precepto se
evidencia que, a pesar de que el cheque se expida en talonarios proporcionados por el banco
librado, el pago es imputable o se presume culpa del cliente o de sus representantes, factores o
dependientes, en la alteración del texto o falsificación de la firma del cheque, cuando éstas son
notorias o, aun sin serlo, el cliente avisó oportunamente al banco haber sufrido la pérdida del
talonario de cheques o de alguna de las formas del mismo.
- Que en el asunto, no se acredita alguno de los dos supuestos que hace mención la responsable,
ya que quedó demostrado por la quejosa que la actora presentó una culpa que permitió la
supuesta falsificación de la firma, lo que interpretó incorrectamente la responsable pues, desde el
escrito de demanda, se le manifestó que su contraria pretendía fundar sus pretensiones derivadas
de una omisión que tuvo, consistente en no resguardar y cuidar debidamente su chequera, y
ahora ilógicamente pretende demandar una serie de prestaciones, cuando fue su culpa al no
haber tenido debido cuidado y manejo en su chequera sufriendo el robo de crédito.
- Que debió valorarse que la ahora tercera perjudicada proporcionó todos los medios para el cobro
de los títulos de crédito, puesto que si una persona se roba o encuentra tirado un cheque en la
calle, no puede presentarse a cobrarlo en razón de que no sabe como es la firma que la institución
de crédito tiene registrada, situación que sólo la quejosa y la tercera perjudicada sabían y
conocían, por lo que, indudablemente, la actora incurrió en responsabilidad y, por tanto, en culpa
al no haber tenido un debido cuidado de los cheques y propiciar su cobro, por lo que considera
que debió declararse improcedente la acción ejercida.
- Que de las firmas que calzan los títulos de crédito y el tarjetón de registro de firmas, no se
advierte ningún tipo de alteración o diferencia notoria, pues existen rasgos parecidos o idénticos,
no existiendo una desproporción en cuanto al tamaño ni tampoco se puede advertir temblor en la
firma de los cheques, por lo que no quedó acreditada la supuesta falsedad. Agrega que esos
argumentos no fueron valorados por la Juez responsable pero, además, considera que debió
tomar en cuenta que no existen rasgos diferentes ni consecutivos en las firmas, es decir, que sea
notoria en todos y cada uno de los rasgos que la conforman desde el inicio, en la segunda línea y
así sucesivamente, por lo que la presencia o ausencia de un rasgo mínimo no es determinante
para tener por notoriamente diferente una firma, por el contrario, viendo la firma en conjunto es
idéntica a la registrada en el tarjetón de registro de firmas, lo cual pudo observar la responsable a
simple vista.
- Que la firma se compone de un conjunto de rasgos gráficos y no sólo de una línea o un punto, los
que por sí solos no pueden determinar la notoriedad, por lo que debe tenerse a la firma como un
conjunto de rasgos que conforman un todo y, si esos rasgos se aprecian en su totalidad diferentes
respecto a la firma indubitable, entonces se tendría la existencia de la notoriedad entre una firma
y otra, pero considera que, en el caso, de acuerdo a una comparación a simple vista no se acredita
ningún tipo de notoria discrepancia de las firmas contenidas en los documentos base. Cita en
apoyo de sus argumentos el texto de dos criterios sin precisar su rubro.
- Que se le hizo saber a la Juez responsable, que en ningún momento la ahora tercera perjudicada
dio aviso en tiempo a la quejosa del robo o extravío de los títulos de crédito, por lo que incurrió en
culpa, encuadrándose su conducta en lo dispuesto en el artículo 194 de la Ley General de Títulos y
Operaciones de Crédito, propiciando todos los medios necesarios para su cobro, razón por la que
debió declararse improcedente la acción.
- Que con los argumentos que expone se evidencia la falta de fundamentación y motivación en la
resolución reclamada y se acredita la procedencia de la excepción derivada del artículo 194 de la
ley invocada, consistente en que la quejosa pagó los cheques, cumpliendo con todos los
presupuestos legales, las normas y procedimientos requeridos, porque los títulos se presentaron
para su pago en tiempo, se verificó que existiera provisión respectiva, que no hubiese algún
reporte de robo o extravío de los cheques, que no presentaran alteración alguna y se cotejaron las
firmas que aparecen en los documentos con la que consta en los registros de la institución
bancaria. Cita en apoyo de sus argumentos la tesis con rubro: "CHEQUES, NOTORIEDAD EN LA
FALSIFICACIÓN DE LA FIRMA DE LOS. EL ELEMENTO NOTORIEDAD A QUE SE REFIERE EL ARTÍCULO
194 DE LA LEY GENERAL DE TÍTULOS Y OPERACIONES DE CRÉDITO SUPONE QUE LA FALSIFICACIÓN
DE LA FIRMA DEL LIBRADOR ES TAN BURDA QUE PUEDA ADVERTIRSE SIN POSEER
CONOCIMIENTOS ESPECIALES EN GRAFOLOGÍA."
- Que como se advierte de los autos principales, la actora ejercitó la acción de objeción de pago de
cheques contenida en el artículo 194 de la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito, de
cuyo segundo párrafo se colige que contiene dos hipótesis para que sea procedente la objeción de
pago de un cheque; que la primera hipótesis hace referencia a la existencia de la alteración o
falsificación de la firma contenida en el título de crédito cuando ésta fuera notoria, lo que quiere
decir que de la simple apreciación que se haga de los títulos de crédito, se observe una
falsificación pública y sabida por todos; que, en otras palabras, a simple vista, pudiera darse
cuenta cualquier persona de esa presunta falsificación; pero que, en el presente asunto, los rasgos
gráficos que caracterizan la firma de la actora con la firma contenida en los cheques, son
semejantes, ya que los mismos no presentan un tamaño desproporcionado, no existen diferencias
claras de longitud ni, mucho menos, ausencia o presencia de líneas curvas o quebradas, por lo que
si se aprecian en su conjunto los rasgos y características mencionadas, podrá concluirse que las
firmas cuestionadas no presentan una supuesta falsificación a simple vista.
- Que por lo anterior, resulta más que obvio que la responsable no puede dictar una sentencia en
la cual resuelva tomando en consideración un dictamen pericial en materia de grafoscopía, el cual
determinó que la firma estampada en los cheques que se objetan no pertenecen al puño y letra de
la parte actora cuando, se reitera, que la acción ejercitada no versa sobre si la firma que calza los
documentos objetados pertenece o no al puño y letra de su suscriptor, sino únicamente si la firma
en ellos contenida es notoriamente diferente o no a la firma que se contiene en los registros de la
quejosa, y que si el Juez natural hubiera realizado dicho cotejo con sus sentidos, sin necesidad de
conocimiento técnico alguno, se hubiera dado cuenta de la procedencia de las excepciones y
defensas hechas valer por la quejosa, situación que, al no haberla realizado, la deja en total estado
de indefensión.
- Que si se permite que la actora recupere de la quejosa la cantidad pagada con base en los
cheques que supuestamente contienen una firma falsificada, se rompería el equilibrio entre las
partes, pues mientras la contraria tuvo el beneficio de verificar a detenimiento si la firma que calza
los documentos objetados es auténtica o no, en la práctica el personal de la quejosa tuvo que
valorar en segundos los documentos para determinar lo correspondiente, trayendo como
consecuencia que al presentarse para su cobro los cheques y corroborar la firma, a primera
impresión se ven iguales, por lo que considera que era improcedente la acción ejercida. Cita en
apoyo de sus argumentos la tesis con rubro: "ACCIÓN DE OBJECIÓN AL PAGO DE CHEQUE. EL
ARTÍCULO 194, SEGUNDO PÁRRAFO, DE LA LEY GENERAL DE TÍTULOS Y OPERACIONES DE CRÉDITO
QUE LA REGULA, NO VIOLA LA GARANTÍA DE AUDIENCIA."
- Que la autoridad responsable nunca concatenó elementos de convicción con los cuales
determinara la procedencia de la acción, ya que en lo que se basó fue en la confesión ficta de la
entonces contraria, la que por sí sola no puede hacer prueba plena, ya que como se colige de los
autos, la ahora tercera perjudicada no manifestó ni justificó con prueba alguna los elementos de la
acción, siendo que le correspondía la carga de la prueba.
"Artículo 194. La alteración de la cantidad por la que el cheque fue expedido, o la falsificación de la
firma del librador, no pueden ser invocadas por éste para objetar el pago hecho por el librado, si el
librador ha dado lugar a ellas por su culpa o por la de sus factores, representantes o dependientes.
Cuando el cheque aparezca extendido en esqueleto de los que el librado hubiere proporcionado al
librador, éste sólo podrá objetar el pago si la alteración o la falsificación fueren notorias, o si,
habiendo perdido el esqueleto o el talonario, hubiere dado aviso oportuno de la pérdida al librado.
Todo convenio contrario a lo dispuesto en este artículo, es nulo."
De dicho precepto legal se obtiene que existen dos hipótesis en las que el librador puede objetar
el pago hecho de un cheque por el librador: cuando exista alteración en la cantidad por la que el
cheque fue expedido o la falsificación de la firma del librador.
La segunda hipótesis del numeral se presenta cuando el talonario o esqueleto se pierden o son
robados y se avisa oportunamente de esa circunstancia al banco librado.
Ello es así, toda vez que si la intención del legislador hubiera sido que esos supuestos se
actualizaran de manera conjunta, en lugar de utilizar la conjunción disyuntiva "o" después de la
palabra "notorias", hubiese empleado la diversa copulativa "y".
Se cita en apoyo de lo anterior, la jurisprudencia I.3o.C. J/45 del Tercer Tribunal Colegiado en
Materia Civil del Primer Circuito, cuyo criterio comparte este tribunal, publicada en la página dos
mil seiscientos noventa y cuatro del Tomo XXVII, enero de dos mil ocho, Novena Época del
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, que establece:
En ese contexto, si en el caso la acción se ejerció con base en la notoria falsificación de las firmas
que calzan los títulos de crédito base de la acción, es inconcuso que sólo debía acreditarse el
elemento de "notoriedad" de las firmas supuestamente falsas, mas no el aviso de robo o extravío
al librado, como lo pretende la impetrante; de ahí que todos aquellos