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Rutilio Quezada (biografía)

José Rutilio Quezada nació en Quezaltepeque, departamento


de La Libertad, El Salvador, el 30 de septiembre de 1930. El
pequeño pueblo de aquellos años - donde vivió bajo la tutela
de su padre, don Luís Bernardo Quezada, y de su madre, doña
María Antonia Escobar- le aportó sensaciones y experiencias
que iban a formar un espíritu inquisitivo. Muchos de los
sucesos de esa época han quedado sólidamente registrados en
la memoria del autor.

La escuela primaria la hizo en el Grupo Escolar ‘‘José Dolores


Larreynaga’’, de Quezaltepeque. El plan básico y el
bachillerato, que así se llamaban en aquella época, los curso en
el Instituto General Francisco Menéndez, el INFRAMEN, de San
Salvador. Se graduó como Bachiller en Ciencias y Letras, en
1949.

Entre 1950 y 1951 estudio en la Escuela Normal Alberto Masferrer, donde obtuvo el grado de
Profesor Normalista, Clase A. Siguió luego estudios especializados en la enseñanza de la Biología y
la Química, y en 1955 obtuvo el título de profesor de estas especialidades, en la Escuela Normal
Superior, institución de sólido prestigio académico en esos años.

Posteriormente, entre los años1965 y 1969, siguió estudios de Maestría en Ciencias, en la


Universidad de California, Riverside. En la misma institución hizo su doctorado en Ciencias y
Filosofía con especialización en el control biológico de insectos. En 1979, la Universidad de El
Salvador le otorgo la incorporación con el título de Doctor en Biología.

Entre 1976 y 1977 fue asesor de investigaciones del ‘‘Centro Nacional de Tecnología
Agropecuaria’’ del Ministerio de Agricultura y Ganadería. Entre 1984 y 1986 trabajo como
etimólogo en el Centro Agronómico Tropical de Investigaciones y Enseñanza, CATIE, en Costa Rica.
Actualmente reside en Estados Unidos en compañía de su esposa doña Martha Melba Cortes y sus
tres hijas. Ejerce su consultoría en su especialidad y escribe.
Protagonistas de la última guinda
Los personajes principales son:

Zenaida, Sabino y Andrea

¿Cómo se relaciona la novela con la vida del autor?

  La obra inicia en la antesala de la guerra, los primeros grupos guerrilleros se están formando y
ocurren las primeras matanzas por parte del gobierno. Se mencionan eventos característicos de
los años setenta, como la celebración de Miss Universo. Dicha celebración es satirizada con la
siguiente frase “Miss Universo, otro intento de penetración yanqui. La oligarquía se divierte viendo
cueros mientras el pueblo anda en cueros”. El autor no participa en la obra, por ese motivo crea
una gran cantidad de personajes con que nos podemos imaginar fácilmente sin mayor descripción,
tales como “El viejo verde de la esquina”, “El Choco Fred”, “Cornelia, la vieja chambrosa”. No
obstante José Rutilo Quezada menciona a personajes secundarios muy variados, desde profesores
de universidad hasta campesinos orejas. La narración de la obra es realizada en primera persona
de parte de la protagonista: Zenaida.

Los personajes de la obra son ficticios, sin embargo, es fácil imaginarnos que hubo personas con
experiencias similares durante la guerra. Los eventos políticos y sociales que se narran en la novela
son ciertos, también los lugares donde ocurren los eventos existen o existieron en realidad en el
país. Muchos eventos históricos del país, que antes veíamos completamente ajenos, tan solo como
unos párrafos en los libros de sociales, dejan de serlo tras leer la obra, ya que se interna la
experiencia de haberlos vivido tal como lo describen los personajes de la obra.

Análisis

La novela gira alrededor de la guerra, sin embargo, ésta no se vuelve una narración monótona ya
que José Rutilio Quezada logra incorporar en una misma novela los temas del amor, la guerra, la
muerte y la emigración de manera casi perfecta en que es difícil distinguir donde comienza un
tema y termina el otro. De hecho, el no hace distinción.

Ya que la obra abarca muchos aspectos de la vida salvadoreña, desde la vida universitaria y
profesional hasta la vida guerrillera. El lenguaje utilizado por los personajes varía, desde palabrerío
complejo como “Una gruesa cutícula a base de celulosa les permite retener el agua en los tejidos
evitando la transpiración excesiva” (p. 47), dicho por un profesor de la Universidad Nacional al
referirse a los cactus del desierto; hasta frases coloquiales como “Párese un ratito para darle una
sobada” (p. 112). Es esta variedad la que hace peculiar la lectura de esta obra.

La amplia variedad de temas tratados en la obra y el extenso vocabulario utilizado por el


vocabulario hace al lector tener la satisfacción de “saber que se conoce algo más” al finalizar la
obra. Entre los conocimientos que aporta esta obra al público en general están muchos detalles de
cultura general, tecnicismos utilizados por la guerrilla y eventos históricos del país.
Una de las características de la obra es que está escrita sin respetar el orden cronológico de los
eventos, se llevan constantemente hasta tres etapas de la vida de la protagonista
simultáneamente. Su vida en la universidad, su vida como combatiente y su vida cuando huye del
país junto a su madre. Para complicar más el orden de los eventos, muchas de las escenas en el
campo de batalla están plagadas de constantes “flashbacks”. No es hasta llegar al final de la obra
que todas estas historias se entrelazan y se comprende el orden en que realmente ocurrieron los
eventos. Esto sin embargo no es el punto débil de la obra, ya que el lector experimenta un grato
sentido de satisfacción al comprender gradualmente como las diversas narraciones en tres
períodos de tiempo distintos terminan uniéndose. Al contrario de una obra tradicional, en la cual
solo existe la duda de “¿qué ocurrirá después?”, José Rutilo Quezada plasma la novela de una
manera tan peculiar que nos genera muchas interrogantes durante la lectura “¿cuál evento pasó
antes?”, “¿cuál ocurrió después?” y “¿qué ocurrió entre ambos eventos?”.

Conforme avanza la obra empezamos a conocer que la Universidad Nacional es cerrada, que el
novio de la protagonista (Zenaida) se une a las fuerzas combatientes. Y que con dolor Zenaida y su
madre escapan del país con rumbo hacia Estados Unidos, pero no logran culminar su trayecto y
regresan al país.

Desde la mortal demostración de estudiantes, Sabino, el novio de Zenaida se separa de ésta y el


único contacto que mantienen durante un largo período es una carta, que Zenaida cargó consigo
todos los días del resto de su vida. Hasta que la bala de un soldado atravesó la carta y su corazón,
culminando con la vida de la protagonista mientras los remanentes de la sangre se entrelazaban
con las últimas gotas de vida de la sangre de su corazón.

Un día Sabino regresa del campo de batalla y se refugia en el apartamento de Zenaida y su madre.
Una vecina llamada Cornelia se percata que algo extraño ocurre y los denuncia con la Guardia
Nacional. Sin embargo, Sabino conocía el peligro en el que colocaba a su novia y su suegra, por lo
que oportunamente escapó antes que llegara la Guardia.

Es esta situación la que lleva a su madre y Zenaida huir del país. Tras una larga jornada en bus,
hasta el norte de México y luego atravesar el desierto. Fatídica jornada en la que mueren muchos
tras ser abandonados por los coyotes. Zenaida se salva, junto a otros pocos, pero su madre muere.
Fue encontrada al borde del delirio en el desierto, mascando la planta del cactus para obtener un
poco de agua. El gobierno norteamericano decide otorgarle asilo a ella y sus compatriotas que
viajaban con los coyotes. Sin embargo, Zenaida, durante su período de recuperación en un
hospital fronterizo, decide que su destino está en El Salvador.

Aquí es cuando Zenaida decide unirse a la guerrilla, en parte con la esperanza de volver a ver a su
novio Sabino. En la guerrilla Zenaida debe acostumbrarse a un nuevo estilo, y debe dejar aparte
todas sus costumbres de “burguesita”, como la llama Sabino, nótese que, para Sabino, vivir con
estilo de “burguesita” significa vivir en uno de los edificios multifamiliares de la colonia
Montserrat.

Y es que Zenaida, aunque hija de padres muy humildes, siempre la trataron de manera diferente.
La llevaron a la Escuela y luego a la Universidad. Siempre la criaron como alguien especial, y no
como sus vecinos de la ‘quebrada’ que andaban descalzos y sucios. Por esto Zenaida tenía un aire
de orgullo frente a sus compañeros, era segura de sí misma. Sabía que su destino no estaba en ser
pobre, siempre aspiró a más: a ser médico. Sus aspiraciones, no obstante, nunca fueron
completadas. Decidió luchar por el país, por ideales que al final no estaba segura de que
existieran. Tan solo lo hacía esperando el reencuentro con Sabino.

Es en las filas de la guerrilla cuando conoce a Andrea, comandante Fabián, Orlando, Ballesttas y
otros. Con los que vivirá y compartirá sus últimos tres años de vida. Tras participar en combates, la
mayoría se encuentra cansado de la guerra, pero muy pocos se atreven a pedir el diálogo.

Las personalidades de sus “compas” son muy variadas, por ejemplo, el comandante Fabián estaba
de cierta manera enamorado de Zenaida; Orlando era de lo más radical y asesinaba sin piedad
mientras el Dr. Ballestas jamás puso un dedo sobre el arma. Andrea, sin embargo, fue el personaje
más importante para Zenaida en su vida en la guerrilla, ya que ella trató a la protagonista con
mucho cariño. Con amor de hermanas, como lo describe José Rutilio Quezada. Lo único que jamás
logró influir en Zenaida fue en su posición de espera hacia Sabino, a la única persona que pensaba
entregarse completamente. Sin embargo, esto nunca ocurrió.

El paradero de su novio queda en duda, ya que estaba planeado que se unieran ambos bandos en
Guazapa. Pero en realidad nunca se unen ya que quedan rodeados por el ejército. Zenaida es la
última de su grupo en morir. Sus últimas palabras fueron “¡Ay Dios mío… ¡Me arrepiento…
Perdóname!” (p. 260).

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