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DERECHO
DE
SUCESIONES
Stefany Ibarra
Nairim Moreno
El derecho de sucesión.
El derecho de sucesiones o derecho sucesorio es aquella parte del derecho privado que
regula la sucesión mortis causa y determina el destino de las titularidades y relaciones
jurídicas tanto activas como pasivas de una persona después de su muerte
Según lo que menciona el Articulo 796 de nuestro Código Civil Venezolano “La propiedad y
demás derechos se adquieren y transmiten por la Ley, por sucesión, por efecto de los
contratos”
Las sucesiones se regulan con varios importantes aspectos como los que se mencionan a
continuación:
El destino que se le van a dar a los bienes del difunto se determina por la actuación
de la autonomía de la voluntad plasmados en un testamento. En caso de no existir
un testamento, las normas imperativas que sean necesarias y las normas
dispositivas suplirán la voluntad de causante.
Puede operar como un modo de adquirir un derecho real. El cuál es el derecho real
de herencia. A eso se refiere modo de adquirir una universalidad.
Puede operar como un modo de adquirir el dominio. A esto nos referimos cuando
decimos que la sucesión por causa de muerte permite adquirir uno o más especies
o cuerpos ciertos
Puede operar como un modo de adquirir derechos personales o de créditos. A esto
se refiere la definición cuando dice que en virtud de la sucesión por causa de
muerte se puede adquirir una o más especies indeterminadas de un género
determinado.
Principios que rigen la sucesión universal:
Clases de sucesión
La Herencia:
Es el acto jurídico mediante el cual una persona que fallece transmite sus bienes,
derechos y obligaciones a otra u otras personas, que en conjunto se denominan
herederos, heredero/heredera, es la persona física o jurídica que tiene derecho al total o
una parte de los bienes de una herencia.
Aspecto Histórico.
La antropología del parentesco es fundamental para conocer los mecanismos y tipos de
transmisión de la herencia. En muchas sociedades la herencia tiene carácter patrilineal,
donde sólo los hijos varones pueden heredar, otras sociedades emplean la sucesión
matrilineal, donde la propiedad sólo puede pasar a lo largo de la línea femenina, más
comúnmente va a los hijos de la hermana del difunto, o a las hijas de la madre. Otras
sociedades utilizan la primogenitura (hijo mayor varón) y el mayorazgo para establecer la
herencia. La distribución de la riqueza heredada es muchas veces desigual. La mayoría
puede recibir poco o nada y un heredero recibir la mayor cantidad. Generalmente las hijas
recibían globalmente menos que los hijos. La primogenitura favorece al varón de manera
evidente. La dote y el ajuar para la boda son sistemas anticipados de herencia. La
desigualdad en la herencia se mantiene en muchas sociedades actuales.6
Art. 807° C.C. "Las sucesiones se defieren por la Ley o por testamento. No hay lugar a
sucesión intestada sino cuando en todo o en parte falta la sucesión testamentaria".
Art. 1.022° C.C. "No se puede, ni aun por contrato de matrimonio, renunciar a la herencia
de una persona viva ni enajenar los derechos eventuales que se puedan tener a aquella
herencia"
A estas dos únicas causas de la sucesión hereditaria corresponden las dos únicas clases de
sucesión: Sucesión testamentaria y sucesión legítima o ab intestato.
La vocación hereditaria como derecho subjetivo a la delación (derecho a ser llamado a la
herencia), tiene lugar en nuestro Derecho Positivo:
Apertura de la sucesión:
Nuestro Código Civil Venezolano expresa claramente el Art. 993 “La sucesión se abre en el
momento de la muerte y en el lugar del último domicilio del de cujus"; es decir, que es
requisito sine qua non la muerte del causante para que pueda abrirse la sucesión, cuando
el patrimonio ha quedado sin titular y en consecuencia debe pasar a otro para que ejerza
esa titularidad.
Adquisición de la herencia:
Es la presunción de que las personas llamadas por delación van a aceptar de antemano la
herencia o el legado que se les está ofreciendo. La adquisición depende de la voluntad del
llamado, quien, ejerciendo el derecho de delación, puede aceptar expresa o tácitamente
la herencia, la adquisición es igual a la presunción de la aceptación de la herencia;
heredero no es quien quiere, es quien entra dentro de la delación o simplemente aquel a
quien la persona que muere por un acto voluntario le deja un legado.
Normas para la aceptación: Art. 996 C.C.V "La herencia puede aceptarse pura y
simplemente o a beneficio de inventario"
Normas para la repudiación: Art. 1012 C.C.V "La repudiación a la herencia debe
ser expresa y constar de instrumento público"
A) La Aceptación:
En el sistema legal venezolano, si bien es cierto la posesión de los bienes que integran el
patrimonio hereditario, pasa de pleno derecho del de cujus al heredero, en el mismo
momento de la apertura de la sucesión y sin necesidad de aprehensión material (Art. 995
C.C.V)
Declara además el Código que la facultad de aceptar prescribe a los diez años (Art. 1011
C.C.V) "La facultad de aceptar una herencia no se prescribe sino con el transcurso de diez
años", admitiendo asimismo que una herencia puede quedar, durante ese lapso, sin
titular. La prescripción comienza a correr desde el mismo día de la apertura de la sucesión
y corre igual para todos los llamados por delación a suceder, la aceptación es la
consolidación de la adquisición que tiene lugar por voluntad de la ley y cuyos efectos son
la aceptación definitiva e irrevocable.
Como la aceptación es una declaración de voluntad, requiere plena capacidad del
declarante, por lo que, si el llamado es un menor o un entredicho, el Código Civil dispone
en su Art. 998 "Las herencias deferidas a los menores o a los entredichos no pueden
aceptarse válidamente, sino a beneficio de inventario" y continua en el Art. 999 "Los
inhabilitados no pueden aceptar sino con el consentimiento del curador y a beneficio de
inventario. Si el curador se opusiere a la aceptación, puede el tribunal, a solicitud del
inhabilitado, autorizarle para que acepte bajo dicho beneficio". Y en el Art. 1000 C.C.V "Las
herencias deferidas a los establecimientos públicos o a otras personas jurídicas, no podrán
aceptarse sino por sus respectivas direcciones, conforme a sus reglamentos, y a beneficio
de inventario.
La voluntad debe estar libre de vicios, aunque los que pueden dar lugar a su impugnación
son la violencia y el dolo, nunca el error. Art. 1010 C.C.V "La aceptación de la herencia no
puede atacarse a no ser que haya sido consecuencia de violencia o de dolo. No puede
tampoco impugnarse, la aceptación por causa de lesión.
B) La Renuncia o Repudiación de la Herencia:
Es un derecho que da la delación (ius delationis) y por lo tanto se puede perder. La
renuncia no es más que el acto por el cual la persona llamada por delación a heredar no
ratifica la aceptación, por ello tiene como consecuencia la cesación de la condición de
heredero y la pérdida de la adquisición no confirmada. La renuncia es un acto voluntario
que exige plena capacidad y ausencia de vicios, por lo tanto, el error, el dolo y la violencia
podrían ser invocados para obtener su anulación.
Así mismo la renuncia debe constar en instrumento público, Art. 1012 C.C.V "La
repudiación a la herencia debe ser expresa y constar de instrumento público". Sino tiene
fe pública la renuncia se tendrá como no hecha, puede renunciar todo heredero que no
haya aceptado y cuyo derecho no haya caducado, y pierden el derecho de renunciar a la
herencia, los llamados que se encuentren en posesión de los bienes que componen la
herencia (Art. 1020 C.C.V). Igualmente pierden el derecho a repudiar, los herederos que
hayan sustraído u ocultado bienes pertenecientes a la herencia y quedarán constituidos
en herederos puros y simples (Art. 1021 C.C.V).
Por la sucesión, el heredero como representante del difunto, se hace cargo en todas
las relaciones jurídicas y queda investido de todos los derechos y obligaciones de este
como si originariamente hubiesen surgido en la persona de dicho heredero. El patrimonio
del causante es adquirido por el heredero como una unidad indivisible sin que la
transmisión produzca modificación alguna, solo cambia el titular.
El heredero adquiere todos los bienes y derechos del difunto, de igual forma, se hace
cargo en todas las deudas y obligaciones nuevas, consistente en el cumplimiento de
ciertos gravámenes que se crearon precisamente en virtud de la sucesión. Además,
aparece una acción en favor del heredero llamada la petitiohereditatis, en la cual puede
pedir el heredero el reconocimiento de su cualidad frente a cualquiera que lo desconozca
o niegue y reivindicar el patrimonio hereditario de todo tercero que ilegalmente lo
detente.
Naturaleza de los Derechos Transmisibles al Heredero:
El principio según el cual el heredero se hace cargo en todas las relaciones jurídicas
del difunto, está limitado a los derechos y obligaciones cuya transmisión es posible. Por
regla general se puede afirmar que no se transmiten al heredero los derechos públicos, y
de los privados, aquellos que ofrecen un cierto carácter público o que, siendo
estrictamente privados, se fundan en una relación personal o se hallan limitados en
cuanto a su duración por la ley, o requieren para su ejercicio una apreciación o
valorización de que sólo es capaz su titular.
1. Extinción, por confusión, de los derechos reales que el difunto o el heredero tenían
sobre cosas del heredero o del difunto respectivamente, ello debido a que los
derechos que suponen la existencia de dos patrimonios no pueden sobrevivir si
estos se concentran en un titular único, tal es el caso del usufructo, las
servidumbres, la hipoteca del heredero sobre el fundo hereditario o del difunto
sobre el del heredero y los débitos y créditos que entre ambos existieran.
2. Siendo único el patrimonio, tienen derecho a cobrarse de el, tanto los acreedores
del difunto, como los del heredero, éste responde, de todas las deudas del difunto
como si las hubiere contraído el mismo, por lo tanto, responde no solo con el
patrimonio hereditario, sino también con el propio.
Esta segunda consecuencia beneficia a unos y otros acreedores, si se atiende a la doble
posibilidad de que una herencia insuficiente sea adquirida por un heredero solvente o
viceversa. Además de las deudas del difunto, el heredero debe satisfacer, incluso con el
propio patrimonio si la herencia no basta, todas las obligaciones y cumplir todas las cargas
que el de cujus le hubiere impuesto en el testamento o que la ley directamente impusiese
al sucesor universal.
Al heredero corresponden, para hacer valer sus derechos contra los terceros poseedores
de cosas de la herencia, todas las acciones personales o reales que correspondieron al
difunto, es una lógica consecuencia de la adquisición de tales derechos por él, de modo
que podría obtener con las mismas acciones que el de cujus hubiera podido ejercitar, el
reconocimiento judicial de todo crédito o derecho real, también le corresponden todas las
acciones posesorias, aun cuando no hubiese aprehendido materialmente los bienes, pues
el heredero se reputa poseedor legítimo contra cualquiera que pretenda dichos bienes.
Caracteres de la Acción:
Es civil: dado que se basa en la titularidad de una sucesión universal mortis causa,
que es una figura totalmente civil, sin importar que el de cujus haya sido
comerciante o no, e igualmente que el heredero lo sea o no. No obstante, en
nuestra legislación existe una excepción, en el sentido de que cuando la acción se
refiere a alguna forma de aquellos bienes que se encuentren afectados por la
actividad agraria, pues, quien debe conocer del procedimiento es el respectivo
Juez de Primera Instancia Agraria como lo establece el ordinal 4º del artículo 212
de la “Ley de Tierras y Desarrollo Agrario”.
Es real: puesto que el fin perseguido es defender un derecho real contra
cualquiera que desconozca o discuta la titularidad de la herencia, sin importar que
compone el patrimonio sucesoral.
Es universal: porque no tiende a obtener la restitución de las cosas singularmente
consideradas y si a conseguir el reconocimiento en el actor del título hereditario,
es decir, de la pertenencia a el de la universalidad jurídica, y consiguientemente, a
la restitución de todo cuanto a la herencia pertenece.
Es imprescriptible: No se pierde por prescripción, pues siendo inherente a la
cualidad de heredero, es como ésta inextinguible. No puede adquirir nadie la
cualidad de heredero por usucapión.
No es personalísima: puede ser propuesta por los acreedores a través de la acción
oblicua.
Es transmisible mortis causa: en caso de que el heredero verdadero no haya
accionado en vida o haya fallecido mientras intenta la acción, sus herederos
pueden intentarla o proseguirla.
Efectos:
Una vez reconocido el título hereditario en el heredero verdadero, el demandado deberá
restituir a este todo lo que pertenece a la herencia, los bienes con sus acciones y frutos, el
precio de los enajenados, el importe de los créditos cobrados y, en general, todo valor que
hubiere ingresado en el patrimonio del demandado a consecuencia de actos de gestión o
de disposición de la herencia.
Responde de esta obligación de modo distinto, el heredero aparente, de buena y de mala
fe, y el mero poseedor.