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ó — Salmos 27:13

Por medio de la alabanza reconocemos la grandeza de Dios. A través de la adoración reconocemos Su santidad. A través
del agradecimiento reconocemos Su bondad. Nosotros debemos ir siempre con acción de gracias, alabanza y adoración. No nos
saltemos de una a otra. Primero vamos a Dios con acción de gracias. Comenzamos agradeciéndole, no presentando nuestros
problemas. Diga: ¡Yo creo en la bondad de Dios!
Ser agradecido es una virtud del carácter que se desarrolla reconociendo que lo que tenemos y lo que somos proviene de
Dios. Eso nos mantiene humildes. (Escalas sociales) No es que seamos inteligentes, sino que somos inteligentes y tenemos buena
memoria porque Dios nos la dio. No es lo mismo ser el propietario de un negocio que el mayordomo. Cuando tenemos mentalidad de
mayordomos, reconocemos que no somos dueños del negocio. Cuando somos propietarios, el negocio es nuestra responsabilidad, no
la de Dios. En los tiempos finales, veremos que los hombres se volverán desagradecidos y amadores de sí mismos. Dejarán de
importarles las cosas o ser agradecidos; ése es el carácter del hombre malo de los últimos tiempos.

¿Por qué ser agradecidos? Seamos agradecidos porque Dios es bueno. No podemos ponerle precio a lo que Dios ha hecho en
nuestra vida. Salmos 138: Jehová cumplirá su propósito en mí; Tu misericordia, oh Jehová, es para siempre;
No desampares la obra de tus manos. No hagamos nada sin darle gracias a Dios por ello. Reconozcamos siempre que
lo que somos y lo que tenemos viene de Él.

Ser desagradecidos con Dios apaga y contrista al Espíritu Santo. La ingratitud es ausencia de agradecimiento. Un ingrato es
aquel que no reconoce, ni aprecia, ni agradece el favor recibido (Lucas 17:17). Consideremos la frase de Martin Luther King: “Tengo
tres perros peligrosos: la ingratitud, la soberbia y la envidia. Cuando muerden dejan una herida”. Y la paz de Dios gobierne en
vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos. —Colosenses 3:15. Dios nos manda
a ser agradecidos en todo y por todo porque ésa es Su voluntad. Las cosas algunas veces son difíciles y suceden de manera
inesperada, pero de todas maneras, Dios quiere que nosotros seamos agradecidos. No es preciso que entendamos lo que está
pasando; es necesario ser agradecidos. Debemos rehusarnos a la queja. (Job) Debemos ser agradecidos con las personas que
creen en nosotros, especialmente cuando nadie más está dispuesto a hacerlo. ()

¿Qué produce la acción de gracias? Produce el favor de Dios hacia nosotros.


El favor en el Antiguo Testamento, es llamado gracia en el Nuevo Testamento. Significa acceso, trato especial y privilegios
especiales (Los diez leprosos). Cuando tenemos el favor y la gracia de Dios estamos vestidos con algo que nos hace irresistibles
a otros. El favor puede hacer lo que el dinero no puede. (La mujer de flujo) Algunas puertas sólo se abrirán debido al favor de
Dios sobre nosotros. (El endemoniado de Gadara y María magdalena.) Cuando Dios nos da favor, tomamos todo lo que tiene Egipto.
En un día, Dios le dio a la nación de Israel favor, y ellos tomaron las riquezas de los egipcios. Un día de favor produce más que un
año de labor. El Agradecimiento no es por temporada.
A veces queremos hacer las cosas en nuestras propias fuerzas, pero eso sólo arruinará aquello que nos esforzamos por hacer.
¡Necesitamos pedir favor!

La acción de gracias extiende su misericordia hacia nosotros. Misericordia es cuando Dios no nos da lo que nos merecemos.
¿Cuántas veces a la semana le fallamos a Dios? Cuando fallamos merecemos ser castigados, pero en lugar de eso, Dios nos perdona.
¿Cuántas veces al día necesitamos misericordia? Necesitamos un montón de misericordia. Bartimeo, el ciego.

Ser agradecidos hace que Dios nos confíe más. Cuando somos agradecidos por los cientos, Dios nos bendice con miles.
Cuando somos agradecidos por miles, Dios nos da millones. Cuando somos agradecidos por lo que tenemos, en lugar de quejarnos
por lo que no poseemos, Dios desatará lo que no tenemos.

Dar gracias a Dios es clave para que lo sobrenatural sea desatado: Y tomó Jesús aquellos panes, y habiendo dado gracias, los
repartió entre los discípulos, y los discípulos entre los que estaban recostados; asimismo de los peces, cuanto querían. —Juan 6:11.
Pero otras barcas habían arribado de Tibérias junto al lugar donde habían comido el pan después de haber dado gracias el Señor. —
Juan 6:23 Y Marta dijo a Jesús: Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto. —Juan 11:21. Jesús necesitaba alimentar
a las multitudes con unos cuantos peces y unos panes. Él le mostró a la gente que ser agradecidos trae multiplicación. Un
decreto de fe fluye por medio del agradecimiento. Dios está esperando que desatemos ese decreto de fe. Con Lázaro, Jesús
agradeció a Dios y desató el decreto de fe. Cuando agradecemos a Dios, desatamos fe para obtener lo que no tenemos. Dar gracias
es la forma más simple de hacer un acto de fe:

Ser agradecido sella la bendición de Dios para nuestra vida: Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones
delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. —Filipenses 4:6. Ni murmuréis, como algunos de ellos murmuraron,
y perecieron por el destructor. —1 Corintios 10:10
Ser agradecidos con Dios no es algo que sólo se hace con palabras; conlleva una acción. Sellemos nuestra acción de agracias
con una ofrenda de agradecimiento. Ser desagradecidos corrompe el corazón, y lo lleva a pensar que lo que tiene y lo que es
proviene de usted y no de Dios. La ingratitud es una puerta abierta para que el destruidor entre a su vida y haga exactamente lo que
su nombre indica: destruya.

Llamado a la acción: ¡Selle las bendiciones que están viniendo a usted! ¡Declare su agradecimiento a Dios por lo que ya tiene. No
seamos como los nueve leprosos indiferentes y mal agradecidos Vivamos agradando y siendo agradecidos con Dios, todos

los días, todo el día, en todo tiempo y en todo lugar. Aprovechemos esta época para agradecer por todas las bendiciones

recibidas Comienza desde hoy a practicar un actitud de agradecimiento primero a Dios y luego a la gente (Padres,
maestros, pastores, hijos, familiares, y a todas aquellas personas que hacen algo por ti y descubrirás que una nueva
luz iluminará tu sendero. Demuestra gratitud a Dios entregándole tu vida a Cristo.

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