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Dios en acción en la creación del universo

El Espíritu Santo es el agente de Dios en la creación del universo. Según Génesis


1:2: “La tierra era un caos total, las tinieblas cubrían el abismo, y el Espíritu
de Dios iba y venía sobre la superficie de las aguas.” El verbo hebreo que la NVI
traduce como “iba y venía” es interesante (“se movía” en RVR y BA; “aleteaba” en
BJ), y sólo se usa de esta manera otra vez en Deuteronomio 32:11. El Espíritu de
Dios jugó un papel dinámico en el acto de la creación del universo.
No obstante, es necesario aclarar que la creación es una acción de toda la
Trinidad. Las Escrituras nos enseñan que el Dios trino es el autor de la creación.
La tarea no se dividió entre las tres personas de la deidad, sino que toda esta
obra, en todos sus aspectos diferentes, es adscripta en las páginas de la Biblia a
cada una de las tres personas divinas. Todas las cosas fueron creadas por el Padre,
a través del Hijo, y en el poder del Espíritu Santo. En general se puede decir que
el ser o la existencia de lo creado viene del Padre, el pensar o la idea de lo
creado viene del Hijo, y la vida o la vitalidad viene del Espíritu Santo.

Stanley M. Horton: “En verdad, la Biblia atribuye todas las obras de Dios en un
sentido absoluto a cada miembro de la Trinidad, tanto individual como
colectivamente. Cada una de las Personas divinas tiene su función específica. Sin
embargo, todas ellas trabajan en perfecta armonía y en cooperación en todo tiempo.”

El Espíritu Santo está asociado con la actividad creadora de Dios. Él es quien


termina con el caos y pone orden en la creación. El salmista reconoció esta verdad
cuando señaló: “Por la palabra del Señor fueron creados los cielos, y por el soplo
(ruah) de su boca, las estrellas” (Sal. 33:6). La idea de la creación del universo
y de su ordenamiento como resultado de la acción de la palabra generadora y del
Espíritu poderoso de Dios es frecuente en las páginas del Antiguo Testamento,
incluyendo esto al ser humano mismo como criatura (Job 26:13; 33:4; Sal. 33:6;
104:30; Is. 40:12, 13). En otras palabras, el Espíritu Santo es quien participa con
su acción poderosa en el acto de la creación, pero también es quien le pone el
toque final a la obra creadora de Dios. En su sabiduría y poder, él es que vela por
los detalles de la creación (“iba y venía sobre la superficie de las aguas”), de
modo que pudiera ocurrir lo que ocurrió: “Dios miró todo lo que había hecho, y
consideró que era muy bueno” (Gn. 1:31).

EJERCICIO 4
La Biblia afirma al Dios trino como el creador de todo.
Colocar los pasajes bíblicos que correspondan:
Dios el Padre
Dios el Hijo
Dios el Espíritu Santo
Poder de Dios
Inteligencia de Dios
Sabiduría de Dios
Dedos de Dios
Manos de Dios
Palabra de Dios
Pasajes: Salmo 8:3; Salmo 33:6, 9; Salmo 95:5; Salmo 104:30; Salmo 136:5;
Proverbios 3:19a; Jeremías 10:12a; Juan 1:3; Hechos 4:24.

Deiros, P. A. (2010). El Espíritu Santo hoy (1a ed.). Buenos Aires: Publicaciones
Proforme.
Exportado de Software Bíblico Logos, 0:11 17 de febrero de 2020.

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