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María Fernanda Villegas Rentería

Número de candidato: 00151-

Lengua A: Literatura

La representación de la situación de la mujer a


través de la literatura fantástica en los cuentos de
Amparo Dávila

Total de palabras: 3,976

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Tabla de contenido

Resúmen ................................................................................................................. 3

Introducción: .......................................................................................................... 4

I. La presencia de lo fantástico en “El Huésped” .................................................................. 6

“El Huésped” Como reflejo de la situación de la mujer .................................................... 8

2. Análisis de “La Señorita Julia” Como literatura fantástica: ............................................. 10

“La Señorita Julia” como reflejo de la situación de la mujer: .......................................... 13

Conclusión:......................................................................................................................... 15

Bibliografía: .......................................................................... ¡Error! Marcador no definido.

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Resumen
La literatura es una de las más grandes herramientas que el hombre usa para
transmitir su realidad, al hacerlo tiene a su disposición una gran variedad de
géneros que hacen que tanto el mensaje como la narración tengan un matiz
propio. En ocasiones, un autor usa cierto género para conseguir cifrar su mensaje;
es decir, dar cierta información de manera soslayada.

En esta investigación, se llevó a cabo un análisis exhaustivo de los elementos que


el teórico ruso Todorov, en su ensayo Introduction á la littérature fantastique,
considera esenciales para el desarrollo de lo fantástico en la narrativa en los
cuentos “El Huésped” y “La Señorita Julia” de la escritora mexicana Amparo
Dávila.

Estos elementos son importantes ya que establecen una conexión entre lector y
protagonista, haciendo que el rompimiento de lo cotidiano -característico de lo
fantástico- embarque a ambos personajes en una inevitable travesía de angustias
y miedos.

La facilidad con la que el lector logra adentrarse en el mundo de los personajes da


pie a otra de las premisas de ésta investigación; la manera en la que Dávila usa
los recursos de lo fantástico para esbozar la condición de la mujer; ella es la figura
protagónica de los cuentos analizados, donde se ve forzada a renunciar a toda
lógica para someterse a la locura.

Para abordar el tema se leyó primero el ensayo sobre lo fantástico de Todorov y


se analizó el contexto tanto histórico como literario de los autores del siglo XX –al
que perteneció Amparo Dávila- y bajo ésta perspectiva se analizaron los cuentos
mencionados.

De esta manera se logró un mejor entendimiento de los acontecimientos ocurridos


a lo largo de las obras y se pudo concluir que Amparo Dávila opta por el mundo de
lo fantástico para mostrar que si bien la situación de la mujer tiene lugar en el
mundo de lo cotidiano ésta muchas veces está adscrita a la locura.

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Introducción
Amparo Dávila forma parte de un grupo de escritores pertenecientes a la literatura
de medio siglo, tiempo en el que las letras se convirtieron en un arma de doble filo
pues al mismo tiempo que transmitían una profunda crítica sobre las discrepancias
e injusticias de México, ponían en evidencia la penuria y desgracia con la que los
mexicanos podían identificarse, en el caso de la escritora zacatecana las críticas
que hace sobre la sociedad tienen lugar gracias a la presencia de los elementos
de la literatura fantástica.

Por lo tanto, el objetivo principal de este estudio es el análisis de aquellas


características presentes en los cuentos de “El Huésped” y “La Señorita Julia” que
dan pie al desarrollo de lo fantástico y que permiten expresar la situación de la
mujer que forma parte del mundo en el que la autora vive.

Las obra de Amparo Dávila no ha gozado de la difusión y reconocimiento que


merece, si bien ha obtenido varios reconocimientos durante los últimos años, se le
ha relegado, pues en la mayoría de los estudios de la literatura mexicana del siglo
XX es mencionada sutilmente, incluso es una de las autoras menos reconocidas
en el mundo de la literatura fantástica.

Se han hecho escasos estudios sobre su obra, el más destacado forma parte del
libro Nueve Escritoras mexicanas nacidas en la primera mitad del siglo XX en
donde Elena Urrutia proporciona un análisis exhaustivo del marco histórico y
literario en el que se desenvolvieron escritoras como Josefina Vicens, Inés
Arredondo y por supuesto Amparo Dávila.

El amor, la locura y la muerte son tres grandes misterios que signan el marco
ideológico de la escritora, éste conjunto ha sido el motivo de sus inquietudes tanto
poéticas como narrativas desde 1948 cuando escribió la obra poética “Salmos
bajo la luna” , si bien las obras poéticas fueron esenciales para incursionar a
Dávila en el mundo de la literatura al pasar un tiempo se decantó por la prosa para
adentrarse en el cuento. Sin embargo su mirada profunda y sensibilidad
permanecen perennes pues son vasos comunicantes de inquietudes profundas a
los que recurre en distintas épocas. (GARCIA, 2006, pág. 146)

Si bien sus primeros cuentos eran realistas, su estilo como escritora fue
evolucionando y junto con otros autores hispanoamericanos como Juan José
Arreola, Julio Cortázar y Rosario Ferré se fue perfilando hacia el mundo de lo
fantástico, el cual trasciende los parámetros sobre los que está edificado el relato

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sobrenatural clásico. Lo fantástico quedó consolidado en su estirpe como escritura
a la par que el marco ideológico de los autores mexicanos del siglo XX era
influenciado por la situación social y política de la nación.

Es aquí donde radica la importancia del análisis de los elementos de los cuentos
previamente mencionados ya que éstos al suscitar la presencia de lo fantástico
fungen como herramienta para expresar la realidad en la que vivía Amparo Dávila.

Su análisis no solo nos permite observar los elementos que éste género literario
confiere a la narrativa, sino que además podemos comprender con mayor
profundidad las decisiones que la autora tomó para manifestar la situación de la
mujer. Amparo Dávila nos plantea en su obra un estilo fantástico que es análogo al
de algunos escritores hispanoamericanos del siglo XX, donde se incorporan
elementos de dualidad e incertidumbre que se manifiestan en cada aspecto y que
al representar de manera insólita el mundo de la autora son dignos de su estudio.

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I. La presencia de lo fantástico en “El Huésped”
“El huésped”, escrito en primera persona, por una mujer que lleva tres años de
matrimonio y ha dedicado su vida al cuidado de su casa y de sus dos hijos, narra
la llegada de un “ser” que desde el inicio transforma el entorno de la protagonista,
su vida, ante los ojos del lector va adquiriendo matices profundos de locura y
desesperación ante la presencia de aquello a lo que no se atrevía a nombrar.

A lo largo de la historia se pueden encontrar ciertos elemento que Tzvetan


Todorov en su ensayo Introduction á la littérature fantastique declara
indispensables para el surgimiento de lo fantástico, entre ellos, la vacilación que
experimenta el lector –colocado en la óptica de la protagonista- de no saber si
justificar la existencia de la criatura bajo la luz de la lógica y razón- en cuyo caso la
narración se convertiría en insólita- o admitir que se adscribe el ámbito
sobrenatural, convirtiéndola en una algo maravilloso; es la ambigüedad que
implica la existencia de la criatura que sitúa al lector bajo los parámetros de lo
fantástico.

De esta manera, el texto crea un vacío de la informaciónn referente al


huésped pues es definido mediante el pronombre “él” que puede sustituir tanto el
nombre de una persona o de una cosa, a pesar de que en un principio el uso de
dicho pronombre cumple la función gramatical, poco a poco va adquiriendo una
carga psicológica, pues “él” pasa a representar lo que más temen y que no se
atreven ni a nombrar “Guadalupe y yo nunca lo nombrábamos, nos parecía que al
hacerlo cobrara realidad aquel ser tenebroso. Siempre decíamos…él, él, él”
(DÁVILA,(1928))

Ésta característica tensiona al máximo la ambigüedad del relato, en un


principio, en un intento por describirlo de manera lógica se utiliza el pronombre “él”
como si sólo se tratase de otra persona o de otro animal, pero poco a poco
cuando sus características se van saliendo de los cánones de aquello que es
normal “él” se convierte en un nombre propio, aceptando inmediatamente las
características sobrenaturales del huésped en el mundo ordinario.

La ambigüedad, de igual manera se ve sustentada por el hecho de que no


se le da ningún atributo físico, la protagonista hace mención de la manera en la
que lleva a cabo las acciones y de sus hábitos nocturnos, pero sólo recurre a “ojos
amarillentos” para describirlo de manera física. El huésped se mantiene como un
ser indefinido que al no poder encajar en las características de aquello que es
conocido por el hombre adquiere una carga sobrenatural y fantástica que

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interactúa de manera directa con las protagonistas. Éstas características suscitan
lo fantástico, ya que ellas se enfrenta ante un evento inexplicable, del cual no tiene
certeza alguna de su acontecer en su universo, es decir son testigo de lo
desconocido (TODOROV Y CALLOIS (1965))

El narrador protagonista es el que con mayor facilidad permite la


identificación del lector con el personaje, puesto que, como es sabido, el
pronombre “yo” pertenece a todos (TODORV, (1981)) y es esencial para el
surgimiento de lo fantástico. En “El Huésped” la narración llevada a cabo por la
esposa es crucial, pues no sólo limita al lector a conocer los hechos a través de su
punto de vista, sino que de igual manera proporciona un espejo en el que el lector
puede reconocerse. De esta manera, la destrucción causada por la criatura logra
un mayor alcance, pues aquello que de resultaba familiar tanto para el lector como
para los protagonistas y que fungía como punto de unión se transforma en la
fuente de locura y desesperación.

Por lo tanto, podemos atribuir a la narración en primera persona y la


ambigüedad de los sucesos como elementos que dan pie al desarrollo de lo
fantástico; el surgimiento del ser rápidamente pasa a formar parte crucial de la
vida de la protagonista y el no poder nombrarle no solamente imposibilita su
entendimiento sino que también sustituye la realidad con la que el lector se
identifica por locura y desesperación.

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“El Huésped” Como reflejo de la situación de la mujer
Desde un principio, queda claro para el lector que la protagonista se siente triste e
inconforme “llevábamos cerca de dos años de matrimonio… y yo no era feliz”
(DÁVILA, (1928)) a causa de la precaria relación que tienen con su marido, quien
según ella la consideraba como un mueble viejo sin importancia, la presencia del
ser misterioso poco a poco va poniendo en evidencia el despotismo por parte del
esposo, quien a pesar de las súplicas se rehúsa a llevarse al huésped, de manera
evasiva responde que es un ser inofensivo e incluso durante el tiempo en el que el
huésped está presente él se ausenta con mayor frecuencia; es él quien impone la
presencia del ser en la casa, quien somete a su esposa a un ambiente lleno de
tensión que poco a poco van acabando con su tranquilidad y no se preocupa por
evitarlo, al contrario, lo fomenta pues considera a la criatura como un ser
inofensivo, es quien provoca la irrupción del mal que los destruye.

La historia pudiera interpretase como una metáfora de la condición de la


mujer, quien se encuentra en un mundo parcial y cerrado ya que depende por
completo del hombre, sin él la mujer se siente desprotegida, razón por la cual la
protagonista no puede huir de la casa, pues no hay nada más allá de la vida que
tiene con su esposo, sin embargo el hombre es también la razón por la que la
mujer se siente amenazada; su conducta autoritaria la hacen sentir en peligro y en
la historia esto se ve reflejado en el hecho de que ella no es capaz de ponerle un
frente a su esposo, ella se siente amenazada por el ser pero es mayor la sumisión
y la obediencia que tiene hacia su esposo, está dispuesta a seguir obedeciéndolo
que a poner su vida y la de sus hijos a salvo. Esto es una manera mediante la cual
Amparo Dávila muestra que la mujer es dependiente del hombre, lo cual la somete
a un cierto peligro del cual no puede escapar.

La relación de la pareja es expuesta a través del punto de vista de la


narradora quien, atrapada por la maternidad y las convenciones sociales de la
época vive el desamor que es el resultado de un matrimonio inestable, razón por
la cual la manera en la que ella describe la llegada del huésped es a través de
comentarios relacionados con su infelicidad matrimonial; describe que su vida era
desdichada, pues su esposo no le prestaba atención, la veía como un objeto más
que había adquirido desde hace tres años, lo cual la hacía sentirse desdichada y
con la llegada del ser se convirtió en un infierno pues éste la fue atormentado cada
vez más y sus objeciones y temores no eran escuchados por su marido, la voz
femenina no era escuchada. De esta manera, el huésped, un ser fantástico
representa todo lo que separa a un matrimonio, el cual aparece como algo banal;

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sin significado alguno, como un contrato social que el hombre al ser obligado a
cumplir impone una presencia perturbadora en la familia.

Dávila recurre a las características de la literatura fantástica para hablar


sobre la situación de la mujer, quien era sometida a una especie de agresión por
parte de su esposo, la cual es indefinida, ella no sabe con exactitud cómo o para
qué es, lo único certero es que representa un peligro y no tiene más remedio que
vivir con ello, se ve obligada a darle una cuarto en su casa, pues en este tiempo el
matrimonio era considerado como una responsabilidad para la mujer, el esposo en
lugar de convertirse en una figura protectora y amorosa para la familia se convierte
en la destrucción de la mujer y de los niños.

En la historia, al igual que en la literatura fantástica se muestra la inversión


de las convenciones de la sociedad, ni el esposo protege, respeta y ama a la
esposa ni el padre es aquella figura protectora de sus hijos. Es decir, los cánones
de la sociedad son destrozados por completo por el comportamiento masculino; el
esposo es quien va transformando el mundo real y coherente de la narradora en
algo fantástico que le causa terror ya que siente el peligro, pero que le es
imposible de comprender.

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2. Análisis de “La Señorita Julia” Como literatura
fantástica:
Éste cuento narrado en tercera persona describe a la protagonista, Julia, como
una mujer que siente una profunda soledad y culpa por no poder contraer
matrimonio, lo cual hace que su estilo de vida gire en torno a una obsesión por
cumplir con gran perfección los cánones que la sociedad demandaba, tales como
el tener un excelente desempeño en el trabajo, el aseo de la casa y la asistencia a
misa todos los domingos, características que como señala Todorov son clave
para que lo fantástico pueda desarrollarse pues permiten que el lector pueda
identificarse con facilidad en el mundo de la protagonista al mismo tiempo que
fungen como una conexión para que éste sea testigo de cómo ésta realidad va
siendo corrompida, convirtiendo a la protagonista en una figura antitética de quien
solía ser al principio.

Dicha cualidad de lo fantástico es lograda mediante una descripción


detallada del estilo de vida y personalidad de Julia, tanto antes como después de
la supuesta incursión de los ratones se usan una gran cantidad de adjetivos que
confieren al texto una exactitud sobre la transformación tan contrastante que ella
va teniendo, que va desde lo físico “grandes y profundas ojeras y la ropa se le
notaba floja” hasta lo emocional “olvidaba las cosas y sufría frecuentes
distracciones” (DÁVILA, 1978) . Dichas características funcionan como una
herramienta para plantear la idea de que el personaje está pasando por una
profunda transformación que terminará cambiando la realidad en la que vivía.

En éstas cualidades del relato es donde podemos observar algunos de los


elementos que Todorov determina como necesarios en la literatura fantástica,
pues son estos cambios tan radicales que logran la destrucción del mundo
ordinario que simboliza un vínculo entre el lector y el personaje principal, el cual
resulta tan familiar para ambos personajes que la cotidianidad arrasa con el más
mínimo sentimiento de incertidumbre, la normalidad los ha llevado a adaptarse y a
considerar los elementos del mundo que les rodea como parte de su propia
esencia, por lo que la radical transformación de éste tiene un efecto doble; la
destrucción de lo cotidiano y la depredación de su identidad, de ahí la importancia
de la descripción tan detallada de la personalidad de Julia.

La transgresión de la realidad no solamente sirve para enfatizar los matices


de locura y desesperación que se apoderan de Julia, pues sutilmente va
confiriendo a la supuesta plaga de ratones un papel de suma importancia,
convirtiéndola en uno de los factores claves que permiten el desarrollo de lo

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fantástico, son un “callejón sin salida” que encierran a Julia en un ambiente de
profunda desesperación que sutilmente van acabando con ella.

Una característica de suma importancia de dicha amenaza es la


ambigüedad con la que existen a lo largo de la narración, impidiendo que el
narrador sea incapaz de construir una explicación lógica y coherente que le
permita entenderlos, lo cual hace que éste oscile entre atribuir una explicación
racional o ilusoria. Parte de la transformación radical que Julia va teniendo se
debe a que es incapaz de verlos pero con tal de encontrar una explicación
coherente se convence a si misma de que son ratones.
No es hasta el final, durante su quiebre que ella les atribuye características
físicas, “unas sombras alargadas y alcanzó a ver unos ojillos muy redondos, rojos
y brillantes” (DÁVILA 1978) adjetivos que evidencian que ahora es presa de la
locura.

Cabe recalcar que dicha ambigüedad es un reflejo del proceso que la va


llevando a convertirse en su figura antagónica pues cuando el problema
comenzaba, solamente podía escucharlos y a través de la lógica busca ponerles
fin, sin embargo su vida fue adquiriendo tonos de locura y desesperación con los
cuales fue construyendo una explicación de aquello que no lograba entender y que
le permitieron confeccionar la apariencia de aquellos seres, pero sin darse cuenta
no eran más que los vestigios de los delirios que la dominaban.

En este punto no se debe de soslayar que dicho elemento da cabida a la


manifestación de lo fantástico a lo largo del relato, la percepción de Julia de los
ratones pone en evidencia el hecho de que la normalidad ha dejado de ser diáfana
para Julia y la locura y desesperación en las que se ha sumergido son las
herramientas que le confieren características a los seres.

Como Todorv lo explica a lo largo de su ensayo, uno de los puntos de


partida de lo fantástico es la incertidumbre que quebranta las fronteras de toda
lógica y orden. A lo largo del cuento de Dávila, ésta transgresión sale a relucir
dese el momento en el que tanto el lector como Julia se les confiere la engañosa
oportunidad de elegir entre la lógica o la irracionalidad para justificar la presencia
de aquellos seres, pero conforme los hechos transcurren, ambas posibilidades se
desvanecen, pues ésos acontecimientos sólo pueden ser posibles en la delgada
línea que se halla entre lo real y lo ficticio.

De esta manera la ambigüedad con la que los ratones son descritos


ahumado a la obstinación con la que Julia busca erradicarlos le confieren al relato
una fuerte carga fantástica que le permite al lector ser testigo de la manera en la

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que el personaje principal parte del mundo estereotipado al que estaba tan
acostumbrada y mediante la irrupción de lo extraño comienza un camino repleto
de obsesión y desconfianza que termina en el delirio, en este vórtice el lector
queda atrapado y al igual que Julia su raciocinio no podrá encontrar alguna
explicación coherente, obligándole a aceptar el mundo de lo imaginario.

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“La Señorita Julia” como reflejo de la situación de la
mujer:
No se puede soslayar el hecho de que tanto en el cuento de “El Huésped” y “La
Señorita Julia” Dávila coloca al hombre como una figura que si bien no está
presente a lo largo de todo el relato es uno de los motivos por los cuales las
figuras protagónicas truncan la normalidad y tranquilidad de sus vidas para
adentrarse en la locura y desesperación.

Una de las piezas clave de la historia son las razones que llevan a Julia a
enajenarse con la caza de ratones, éstas radican en un profundo temor ante el
posibles rechazo social, pero sin darse cuenta es su intento por volver a la
normalidad enardece críticas sociales y la distancia de aquellos núcleos sociales
que eran pilar en su vida; el trabajo y el Señor de Luna.

Son éstos los elementos mediante los cuales Dávila expone el control que
ejercen los cánones sociales en el modo de actuar y pensar de la mujer, quien
ante la frenética e imperiosa necesidad de cumplirlos se va adentrando en un
camino repleto de angustias y temores y con tal de eliminar los ratones que están
a su alrededor se ve forzada a desprenderse de toda lógica y tranquilidad.

El esmero que Julia tiene por el cuidado de su casa encarna uno de los
puntos que la autora busca transmitir respecto a la situación de la mujer, pues el
estado tanto físico como mental de su propietaria se proyectan en las
características de la casa; el orden y la escrupulosidad de Julia se reflejan en la
casa que siempre estaba “arreglada y limpia” y la antigüedad de ésta que hace
que la duela de los pisos rechine por ser vieja plasman la mella que Julia siente al
tener una edad avanzada y no poder contraer matrimonio. El deterioro de la casa
es la característica que le hace escuchar a los ratones y al mismo tiempo es aquel
que le confiere un profundo sentimiento de angustia de pese a la edad no haberse
casado y la impulsa a adentrarse en el camino de la locura.

De esta manera, la decrepitud es la grieta que irrumpe con el orden y


normalidad que moldeaban la existencia de Julia, dando paso a la manifestación
máxima de sus mayores fobias y tristezas que se manifiestan en ratones. La
elección de dicho animal radica en el contexto sociocultural que tiene en
Occidente, pues éste se asocia con la suciedad, el descuido y la enfermedad;
características que le van dando forma a la figura antitética de Julia.

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Uno de los puntos en donde la condición de la mujer y los elementos de lo
fantástico convergen es en el significado que los ratones tienen para Julia; la
ambigüedad de éstos los convierten en un producto de lo fantástico al mismo
tiempo que dan paso a la manifestación máxima de los temores y obsesiones de
la protagonista que enmascaran los deseos reprimidos por el dominio y recato que
demanda el comportamiento femenino que es impuesto por la sociedad y que se
ve forzada a obedecer todo el tiempo.

Es de esta manera que Dávila representa la manera en la que los deseos y


pensamientos de la mujer son censurados por las demandas que el
comportamiento femenino implica y éste al estar tan arraigado en la sociedad la
controla de manera personal, social y laboral, apoderando de su existencia donde
aquellos deseos que prevalecen irrumpen con esta normalidad para manifestarse
en forma de seres cuya existencia radica en el mundo de lo fantástico.

Es así como Dávila logra mostrar al lector la sordidez del mundo cotidiano
al que los personajes están condenados y que gracias a los elementos de la
literatura fantástica éste funciona como un espejo donde la penuria del mundo del
lector se refleja. Ésta una de las esencias de mayor importancia a lo largo del
relato; la familiaridad de los eventos hacen que tanto los personajes como el lector
naveguen en un mismo barco, que es impulsado por la opresión y dolor, cuya
liberación implica el quebrantamiento de las normas sociales, y con ellas la
aniquilación de su felicidad, de sus vidas en donde la estabilidad no es más que
un simple recuerdo al ser la realidad reemplazada por la fantasía.

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Conclusión:
Tras un análisis exhaustivo de los cuentos “El Huésped” y “La Señorita Julia” se
puede concluir que Amparo Dávila recurre a la literatura fantástica debido a que a
partir de una cotidianidad que resulta habitual tanto para el lector como para los
personajes se establece una conexión entre ellos y permite que los sucesos
insólitos que transforman al personaje desconcierten al lector y pongan en
evidencia que la comprensión al igual que la realidad no pueden solamente
encasillarse a la lógica.

De esta manera Dávila hace una crítica social respecto a la situación de la mujer,
poniendo en manifiesto cómo es que los maltratos físicos que recibe por parte del
hombre o el exigente cumplimiento de los cánones sociales transgreden con su
identidad, figurando la presencia de lo fantástico en su vida ya que de manera
irracional la confieren a la locura y miedo.

Tanto Julia como la narradora de “El Huésped” cambian sus vidas a causa de un
elemento ambiguo que no tiene cabida en el mundo de la lógica, si bien éste es un
elemento clave para el desarrollo de lo fantástico es una herramienta que Dávila
usa para mostrar que pocos son los adjetivos que permiten la comprensión de la
situación de la mujer.

La narrativa de Dávila trata de textos que conducen a la extrañeza fantástica sin


recurrir al hecho estrictamente sobrenatural o soslayándolo cuando ocurre,
haciendo que lo insólito se desplace al ámbito existencial: el misterio no tiene
origen en la alteración inexplicable del mundo objetivo, sino que construye la
esencia del ser humano; de la mujer.

Es así como se esclarece la situación de la mujer a través de lo fantástico,


sin embargo para poder llevar a cabo una investigación más profunda se pudiera
llevar a cabo un análisis sobre los recursos literarios que fueron utilizados por los
autores de la época de medio siglo (a la que perteneció Dávila) tales como la
ficción en las obras de Inés Arredondo y que fungieron como arma de crítica
social.

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Referencias
Corral Rodríguez, F. (2008). “Elementos de una aproximación simbólica a "El
Huésped" de Amparo Dávila”. 2008, de Revista de Crítica y teoría literaria
disponible en:
http://www.academia.edu/3799318/Elementos_para_una_aproximación_sim
bólica_a_El_huésped_de_Amparo_Dávila

Dávila, Amparo. (1978). Tiempo Destrozado. México: Fondo de Cultura


Económica.

Espinosa de los Monteros, Silvina. (28.05.2009). "Como la caja de Pandora, el


cuento está lleno de sorpresas" en El Financiero, 021, 32.

Medina Haro, Y. (2009). Tiempo Destrozado de Amparo Dávila: Una fractura del
tiempo por donde se cuela el mito y/o fantasía. México : Universidad
Iberoamericana.

Todorov, Tzvetan. (1981). Introducción a la Literatura Fantástica. México: Editions


du Seuil.

Urrutia, Elena y García Gutierrez Vélez, Georgina. (2006). Nueve escritoras


mexicanas nacidas en la primera mitad del siglo xx, y una revista, Amparo Dávila.
México : Instituto Nacional de las Mujeres/ El Colegio de México A.C.

Zermeño, Carlos. (2000). Amparo Dávila; Bordar el abismo. México: UNAM-


ITESM-FONCA.

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