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SEMANA NACIONAL DE DISCIPULADO 2020

EL DISCIPULADO Y LA PLANTACIÓN DE IGLESIAS

POR TANTO, ID, Y HACED DISCÍPULOS A TODAS LAS NACIONES,

BAUTIZÁNDOLOS EN EL NOMBRE DEL PADRE, DEL HIJO Y DEL ESPÍRITU
CONTENIDO
SANTO.
MATEO 28:19
LLAMADOS A
SERVIR A DIOS
Jesús nos envió a hacer discípulos. Porque un discípulo puede hacer otro, en cambio una
iglesia es un conjunto de discípulos. Requiere mayor trabajo y responsabilidad.

Por esa razón cada miembro de la iglesia, cada discípulo, debe desarrollar un compromiso y
las habilidades necesarias para hacer discípulos.
PASOS PARA LA
Hacer discípulos es emocionante. Ver como Dios nos permite ayudar al desarrollo de EVANGELIZACIÓN MUNDIAL
alguien en su vida de fe, es por de más satisfactorio. Nada habla mejor de nuestra madurez
en Cristo que el poder llevar a otros a sus pies y ayudarlo a desarrollarse.

Así el llamado, de hacer discípulos es un llamado para todos los que conformamos la igle-
sia. Cada niño, Joven, adulto y anciano debe estar dispuesto a cumplir el llamado de la gran
comisión. EL DISCÍPULO
COMPARTIENDO SU FE
En esta serie de temas que el liderazgo de la red nacional de misiones nos comparte, se
aborda precisamente el tema del discipulado en torno a la plantación de iglesias. Aunque,
en realidad el tema del discipulado es un tema de toda la vida cristiana. No concluye con
el bautismo o con el servicio en algún ministerio. El discipulado es una constante de la vida
cristiana, no se debe detener en ningún momento.
EL DISCÍPULO
El discipulado, es básico, no por eso menos importante, si no queremos decir que no se MULTIPLICANDO LA BARCA
debe pasar por alto ni dejar de hacer. Y Si todos nosotros retomamos una conciencia de
hacer al menos un discípulo nuevo en un año, nos duplicaríamos exponencialmente. Sin
embargo hay que entender que el discipulado no es una cuestión de términos de tiempo,
habrá discípulos que necesitaran mas tiempo en su desarrollo. En ese caso debemos pre-
guntarnos, ¿Cuánto tiempo me gustaría que Dios y la iglesia me tuvieran paciencia y me
acompañara en el desarrollo de mi vida cristiana? Yo quiero la mayor paciencia posible, así UNCIÓN PARA
que debo estar dispuesto a otorgar esta misma paciencia. CUMPLIR LA MISIÓN.
Pido a Dios que esta semana pueda desafiarnos a desarrollar una habilidad que creo todos
tenemos: “HACER DISCÍPULOS”

UNA IGLESIA QUE EQUIPA,

EMPODERA Y ENVÍA:
DISCIPULANDO, MOVILIZANDO Y ACTUANDO.
Con aprecio

Omar Galván
Lider Nacional de Generacion Emergente

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LLAMADOS A SERVIR A DIOS
Formando cristianos con corazón de siervo
PRINCIPIO BÍBLICO: “Hijos míos... Jehová os ha escogido a vosotros para
que estéis delante de Él y le sirváis, y seáis sus ministros y le queméis incien-
so” (2 Cr. 29:11)
“Jesús le dijo escrito está: Al Señor tu Dios adorarás y a él solo servirás”
(Mateo 4:10).
INTRODUCCIÓN:
Es maravilloso ser un cristiano perdonado, restaurado y nacido de nuevo,
es decir ser salvo por la gracia de Dios (2 Co. 5:17; Ef. 2:8,9). Pero enten-
damos, Dios no solo nos ha llamado para ser salvos, nos ha llamado a ser
un reino de sacerdotes para que le sirvamos, y que en el poder del Espíritu
desarrollemos un ministerio para gloria y alabanza de Él. La Escritura dice:
“Más vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo ad-
quirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las
tinieblas a su luz admirable” (1 Pedro. 2:9).
I. LA IDENTIDAD Y LA FUNCIÓN DE TODO CRISTIANO.
A. Nuestra identidad: Somos sacerdotes escogidos, llamados y ungidos. La
Biblia dice que somos un reino de sacerdotes y que nadie toma para sí mis-
mo esta honra, sino el que es llamado por Dios, y los llamados son para pre-
sentar ofrendas y sacrificios al Señor (Ex. 19:5-6; Heb. 5:1-4). Un sacerdo-
te es uno que ministra a Dios y a su pueblo en nombre de Dios, es decir uno
que cumple el gran mandamiento: amar a Dios y al prójimo (Mat. 22:37-
39). En el Antiguo Testamento, Moisés nos muestra tres elementos impor-
tantes para el sacerdocio:
1. Eran escogidos y llamados por Dios, para ser de su propiedad. Esta es la
condición fundamental del sacerdocio.
2. Los sacerdotes eran llamados santos. Esta es la cualidad fundamental del
sacerdocio.
3. Solo a los sacerdotes se les permitía acercarse a Dios. Esta es la función
del sacerdocio.
B. Nuestra función o misión: Servir, es decir llevar a cabo un ministerio. Se-
gún el Nuevo Testamento todos los cristianos somos ministros, todos
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tenemos un ministerio y debemos estar ministrando. Una de las palabra
griegas para “ministro”, es “diakono”, que significa “un siervo” (I Tim. 4:6;
3:10). Por lo tanto, un siervo es uno que utiliza los dones, conocimientos y/o
recursos que Dios le ha dado para servir con amor a los demás, dentro y fue-
ra de la iglesia, para edificación y gloria de Dios (I Pedro. 4:10). El acto de
ministrar se usa para referirse al servicio a favor de los pobres (Ro. 15:31), al
ministerio del Espíritu (2 Co. 3:8), al ministerio de los ángeles (Heb. 1:14).
Literalmente significa “hacer servicio” a otros, es mucho más que predicar y
enseñar. Pablo dice que hemos sido salvados, “creados en Cristo Jesús para
buenas obras”; es decir para servir por medio de las buenas obras (Ef. 2:10).
Todo acto de amor desinteresado a otra persona, en el nombre de Cristo, es
un ministerio. El ministerio lo debemos enfocar en tres direcciones:
1. Hacia Dios = Adoración (Hch. 13:2; Heb. 13:15).
2. Hacia la iglesia o nuestros hermanos en la fe = comunión, edificación y
discipulado (Gl. 6:9,10; Ro. 15:25-28).
3. Hacia el mundo que aún no es cristiano = Servicio social, misiones y evan-
gelismo (Mc. 16:15; 2 Co. 5:18-20; Ro. 15:15,16).
II. FORMANDO CRISTIANOS PARA EL SERVICIO O MINISTERIO.
“Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evan-
gelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para
la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo” (Ef. 4:11-12).
Este pasaje nos muestra los siguientes principios:
1. Todos los cristianos tienen un ministerio.
2. Los pastores son dados a la iglesia para equipar a los cristianos para el mi-
nisterio.
3. Todos los cristianos deben permitir ser equipados y dirigidos por sus pas-
tores para desempeñar su ministerio.
¿Cómo los formamos? ¿Cómo lo hizo Jesús? ¿Cómo lo hizo Pablo? (Jn.
13:15; 2 Ti. 2:2).
1. Por medio de la oración, orando por ellos. Jesús lo hizo.
2. Por medio del discipulado y la enseñanza. Jesús los llamó y los instruyó.
3. Por medio del ejemplo y el modelaje. Jesús lo hizo.
4. Por medio de la asignación de tareas. Jesús los envió de dos en dos
5. Por medio del control y la supervisión. Jesús les pidió un informe y los co-
rrigió.
6. Por medio de la motivación constante. Jesús lo hizo durante todo el pro-
ceso.
III.- FORMANDO CRISTIANOS CON MENTALIDAD DE SIERVOS
El servicio comienza en la mente. Es absolutamente necesario que los cris-
tianos cambiemos nuestra mentalidad y asumamos una mentalidad de siervo
(Fil. 2:5). He aquí cinco actitudes básicas de un siervo:
1. Los siervos piensan más en otros que en sí mismos.
2. Los siervos piensan más como mayordomos que como dueños.
3. Los siervos piensan en su trabajo, no en lo que otros hacen o dejan de ha-
cer.
4. Los siervos basan su identidad en Cristo, no en posiciones ni logros.
5. Los siervos piensan en el ministerio como una oportunidad, no como una
obligación.
CONCLUSIÓN
Hermano como Dios te ha llamado a servir, todo lo que hagas hazlo con
amor, gozo y excelencia “como para el Señor y no para los hombres”; y por
favor “no hagas nada que cause problemas, divisiones y dolor en el “cuerpo
de Cristo que es la iglesia del Dios viviente”. “En lo que requiere diligencia,
no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor” (Ro. 12:11).
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PASOS PARA LA EVANGELIZACIÓN
MUNDIAL
PRINCIPIO BÍBLICO:
Marcos 16:15
Nueva Traducción Viviente (NTV)
15 Entonces les dijo: «Vayan por todo el mundo y prediquen la Buena Noti-
cia a todos.
INTRODUCCIÓN:
El destino de la humanidad está en nuestras manos. Cuando Dios mira al
mundo, no ve solo nuestra localidad, ve toda la tierra. Jesús les dijo a sus
discípulos que deberían ser testigos en Jerusalén, Judea, Samaria y hasta
lo último de la tierra. ¿A quiénes dio Cristo la Gran Comisión? Jesús dio la
Gran Comisión no sólo a sus once discípulos, sino a todos aquellos que han
creído en Él a través de los siglos. Por lo tanto, todo cristiano debería invo-
lucrarse, dinámica y continuamente, en ayudar a cumplir la Gran Comisión
de una manera activa. En otras palabras, esto es en lo que Él deseaba que se
concentrara Su iglesia hasta Su retorno. Estos cuatro pasos que presenta-
ré a continuación nos llevarán a la evangelización de nuestra comunidad y el
mundo:
I.- ID. El primer imperativo es “id”. Es una orden directa de nuestro Señor.
Esto implica que los discípulos deben salir, porque no se puede cumplir la
Gran Comisión estando encerrados o inmovilizados.
El imperativo “id” es gráficamente muy corto, pero en significado podemos
decir que es en gran manera desafiante. Se necesita ser muy obediente, te-
ner fe y mucho valor para ejecutar esta orden. Esto implica que debemos
hacer un plan para organizarnos y movilizarnos estratégicamente, dejar el
confort de nuestra pasividad, correr riesgos y apasionarnos por extender el
Reino de los Cielos; de tal manera que el imperativo “ID” siempre sea visto
y entendido como tal, una comisión innegable e impostergable. Una igle-
sia que obedece este mandamiento seguramente experimentará la glorio-
sa presencia del Señor Jesucristo. Por lo tanto, abundarán los milagros, y el
testimonio será poderoso en la comunidad. Es la evangelización el acto más
trascendental del cumplimiento del propósito de la iglesia. La palabra id está
fundada sobre la obediencia. La obediencia alcanza a los perdidos para el
Reino de Dios.
Nosotros somos salvos porque alguien fue obediente, responsable y sensible
a la Gran Comisión y a nuestra necesidad de ser salvos.
II. HACED DISCÍPULOS.
El imperativo de hacer discípulos es universal, por eso dice: “a todas las na-
ciones”. Esto incluye a todos los grupos étnicos. De allí que estamos com-
prometidos a compartir el evangelio con cada individuo y en cada momento
que tengamos la oportunidad para hacerlo.
Para hacer discípulos, primero debemos ser discípulos. Un discípulo es un
alumno que tiene profundo deseo por aprender de su maestro, pero no sólo
aprende, también actúa, imita, se esfuerza por seguir los pasos de su maes-
tro y llegar a ser como él.
También, un discípulo es una persona que sigue obedientemente a su maes-
tro para aprender de él. Cabe mencionar que ignorar la Gran Comisión no
nos exime de responsabilidad, pues pecamos por ignorancia. Pero si conoce-
mos el mandamiento y no obedecemos, entonces estaríamos parados en el
terreno de la rebeldía, por cuanto nos rehusamos a cumplir con un manda-
miento, el de “ir y predicar el evangelio”. Así que nos convertimos en discí-
pulos de Él cuando recibimos y obedecemos su palabra, cuando seguimos su
ejemplo y llegamos a ser como Él. En este proceso, sin embargo, necesita-
mos la ayuda de los ministros, pastores, maestros y líderes de la iglesia; por-
que nadie puede ser un discípulo de Jesucristo viviendo aisladamente.
Todo discípulo de Jesucristo debe ser bautizado en el nombre del Padre, del
Hijo y del Espíritu Santo. El bautismo en agua es una ordenanza del Señor
que debe obedecerse. Es un testimonio público de nuestra fe y un simbolis-
mo sagrado de que hemos muerto al pecado y vivimos para Cristo.
III.- ENSEÑÁNDOLES
Esto significa toda una agencia de educación cristiana. Todo discípulo debe
ser instruido en la fe. Por eso el imperativo del Maestro que dice: “enseñán-
doles que guarden todas las cosas que os he mandado”.
La enseñanza precede al aprendizaje. El aprendizaje debe resultar en cam-
bios; y los cambios se deben reflejar en la vida práctica del cristiano, pues es
la finalidad del cristianismo. Todos los cristianos deben ser discípulos y estar
capacitados para hacer discípulos. El inconveniente en algunos casos es que
se hace labor de evangelismo, se alcanza al perdido, pero no hay una conti-
nuidad para llevarlo hasta el discipulado. La Iglesia del NT fue obediente. El
resultado fue una revolución espiritual que
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cambió al mundo del primer siglo, y alteró, dramáticamente, el curso de la
historia.
El Espíritu Santo dio ministerios para la perfección de los santos (Efesios 4:
11-12).
I. Que guarden todas las cosas que os he mandado. “Que guarden” signifi-
ca un estilo de vida acorde a lo que han creído del Evangelio. En todo campo
misionero, desde los días de William Carey, los misioneros han realizado un
verdadero evangelio social. Estos establecieron normas de limpieza e higie-
ne, abolieron el canibalismo, la crueldad y los sacrificios humanos. Jesucristo
cambia a los hombres, a las mujeres y a las naciones. Donde quiera que lle-
gue su mensaje, las vidas son transformadas.
CONCLUSIÓN
La iglesia que obedece a Jesucristo experimenta Su presencia. Si tomamos
en serio la Gran Comisión que Jesucristo nos encomendó y nos involucra-
mos para llevarla a cabo, entonces se cumplirá la promesa misional del Señor
que dice: “…Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”.
Esta promesa implica que Dios nunca nos prometió un camino fácil, pero sí
prometió estar con nosotros todos los días hasta el fin del mundo. No hay
por qué sentirse solos. Sus seguidores nunca carecieron de su presencia.
Los discípulos de la iglesia primitiva se enfrentaron con cuatro problemas
para extender el reino de Dios:
1. Enfrentaron una población que no tenía conocimiento del Evangelio. El
reto era enseñarles las Buenas Nuevas.
2. Tenían que enfrentar a la población antagonista y la persecución del Esta-
do. Tenían que ganar amigos e influir en la gente. ¿Cómo hacer puente con
los inconversos?
3. Convencer a la gente de la verdad del Evangelio.
4. Debido al hecho de que aceptar la fe es un acto voluntario, ellos tenían
que invitar a la gente y persuadirlos que Jesús es el único medio de salva-
ción. Pero ellos nunca estuvieron solos, sino que Dios siempre estuvo con
ellos para guiarles y ayudarles a superar cualquier obstáculo que les pudiera
hacer frente.
EL DISCÍPULO COMPARTIENDO SU
FE
“25 Después fue Bernabé a Tarso para buscar a Saulo; y hallándole, le trajo
a Antioquía. 26 Y se congregaron allí todo un año con la iglesia, y enseñaron
a mucha gente; y a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en
Antioquía.” (Hechos 11: 25-26).
Objetivo:
Cada miembro de la iglesia debe tomar la visión y la pasión por predicar el
evangelio y ganar a otros para Cristo.
Introducción:
¿Por qué se les llamó cristianos a los discípulos de Cristo? La respuesta la en-
contramos en Hechos 11:26, “Y se reunieron con la iglesia por todo un año,
y enseñaban a las multitudes; y a los discípulos se les llamó cristianos por
primera vez en Antioquía”. Ahora, nótese cuán interesante es lo siguiente:
“a los discípulos se les llamó cristianos” Esto se dio porque eran muy activos
en compartir su fe. Ellos predicaban el evangelio de Jesucristo. Los discípu-
los no podían pasar desapercibidos en ningún lugar; no porque les gustaba
llevar siempre la contraria, sino porque daban testimonio de Jesucristo el
Señor (Hechos 17:6).
I.- LA OBEDIENCIA DEL DISCÍPULO
a) Ya hemos experimentado la salvación personal, pero ¿hemos empezado a
comprender el amor de Dios hacia toda la humanidad? Porque de tal mane-
ra amó Dios al mundo... (Juan 3:16). La Biblia nos responsabiliza de llevar el
mensaje a todo el mundo. El discípulo de Cristo que no esté comprometido
con el evangelismo, está fuera de lugar.
b) La evangelización es el deber de todo cristiano. Al final del Evangelio de
Mateo encontramos “La gran comisión” es una comisión para todos los que
siguen a Jesucristo: “Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las nacio-
nes, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo,
enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les asegu-
ro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo”. (Mateo 28:19-
20).
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c) Cada generación tiene la responsabilidad de alcanzar lo suyo. Como cris-
tiano, eres un embajador con todas las credenciales del imperio de Jesús, el
Gran Rey del universo. Dios te ha confiado el mensaje de la reconciliación,
las buenas nuevas de que Jesús es el mediador entre Dios y los hombres (2
Corintios 5: 19).
d) Nuestra mayor oportunidad para ganar almas es fuera de las cuatro pare-
des del templo. Los cristianos deben ganar almas en el lugar donde trabajan,
en los parques, en las calles y en los hogares. Es vital que salgamos y vaya-
mos a los lugares y los hogares, donde están los perdidos.
II.- LA FE DEL DISCÍPULO
a) Comparte de forma natural tu fe. Cuando tengas la oportunidad de ha-
blar del evangelio a uno de tus compañeros de trabajo, asegúrate de que ya
has estado mostrándolo por medio de ser un buen trabajador. Crea una bue-
na reputación como alguien que trabaja con propósito, creatividad, bondad,
y ánimo, esto te abre puertas para dar testimonio del Señor.
b) Aprende a aprovechar la conversación. Cuando alguien te pregunte qué
hiciste el fin de semana, diles que fuiste a la iglesia. Menciona el estudio bí-
blico al que asistes los martes por la noche. No solo susurres, “Lo siento, no
puedo ir a tu fiesta de cumpleaños, estoy ocupado”. Di: “No puedo ir por-
que planeé trabajar en unas cosas en la iglesia este fin de semana”. Esto te
abre puertas para compartir de tu fe. Desaprovechamos muchas oportuni-
dades para presentar el Evangelio.
c) No tienes que ser desagradable ni irresponsable al respecto. Solo asegú-
rate de que te identificas públicamente con Jesús. Que la gente sepa de al-
guna manera que eres cristiano, y no censures mentalmente tu cristianismo
en tus interacciones y conversaciones. Te sorprenderás de cómo muchas ve-
ces la gente va a aprovechar la oportunidad de hablar en base al poquito de
información que les has ofrecido.
d) Ten una mentalidad de tu trabajo como “campo misionero” ¿Has consi-
derado que una de las razones por las que Dios te ha puesto en tu trabajo es
para que puedas entrar en una subcultura particular con la gracia del evan-
gelio? En nuestra sociedad hay un sinnúmero de grupos de personas que
comparten mucho en común simplemente porque trabajan en el mismo ofi-
cio.
e) Invirtamos En Misiones. En vista de esto, el pueblo de Dios nunca pue-
de sentirse satisfecho hasta que toda “nación” haya sido alcanzada con el
evangelio. Esto debería ser nuestra más alta finalidad y mayor meta. Gloria a
Dios por el culto misionero mensual, porque se recoge una ofrenda para mi-
siones y promovemos las misiones en la iglesia.
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III.-LA REPRODUCCIÓN DEL DISCÍPULO 3. Viva la vida cristiana.

a) Es posible que la idea de compartir su fe le produzca a usted cierto te- 4. Convenza a las personas de que el pecado les destituye de Dios(Romanos
mor. ¿Qué digo? ¿Cómo lo digo? ¿Se burlarán de mí? ¿Me rechazarán? Estas 3: 23), y que Jesucristo es la única provisión de Dios para el pecador (Ro-
son algunas de las preguntas que posiblemente pasen por su mente. Pero manos 5:8).
no debe sentir temor. Usted simplemente va a hablar sobre lo más grande y
maravilloso que ha ocurrido en su vida ¡conocer a Dios y haber sido transfor- 5. Aproveche todas las oportunidades que se presenten, y siga el proceso
mado por Él! hasta integrarlos a la iglesia.
b) Sin duda, nuestra evangelización se pondrá en marcha cuando empece-
mos a relacionarnos personalmente con los demás. Pero debemos ser inten- 6. Siempre use su Biblia para confirmar lo que dice.
cional y saber como ganarlo para Cristo. debes memorizar cuanta Escritura
puedas. Marca los textos claves, para que puedas encontrarlos rápido, y así 7. Ore a Dios para que el Espíritu Santo le guie con las personas correctas.
no perder ninguna oportunidad. Con tu preparación bíblica, podrás hacer
una efectiva presentación del Evangelio. Debes establecer una cita con tu 8. No sea impertinente, y siga el proceso. Procure conocer cuál sea su pro-
candidato para ser más específico. blema, pero no se desvíe. Continúe dirigiéndolos al punto clave de su rela-
c) Ejemplo: Ahora que has aceptado a Cristo como tu Salvador personal su- ción con el Señor Jesucristo.
cedieron cuatro verdades: (1) Tus pecados fueron perdonados (Colosenses
1: 14). (2) Ahora eres hijo de Dios (Juan 1: 12). (3) Ahora tienes vida eterna 9. Ore por aquellos que desea ganar.
(Juan 5: 24). (4) Ahora experimentarás la vida abundante que Cristo pro-
metió (Juan 10: 10). 10. Enséñeles y guíeles a recibir a Cristo.
d) Si necesitan sanidad, imponga manos y ore por sanidad. Expulse espíritus
diabólicos si los encuentra. Sea un ganador de almas. Comparta las bendi-
ciones y victoria de Cristo. Triunfe sobre Satanás en cualquier lugar donde
se encuentre. “No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a voso-
tros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto perma-
nezca...” (Juan 15:16).
e) Si realmente queremos cosechar la siembra madura de nuestra gene-
ración, el secreto está en volver a descubrir la urgencia, pasión y celo de la
Iglesia primitiva. Aquellos cristianos salieron por todas las ciudades y aldeas
en constante búsqueda de las almas perdidas, aun a riesgo de sus propias vi-
das. A eso es lo que catalogamos como ser igual que Cristo, esto es cristia-
nismo genuino.

CONCLUSIÓN

Es necesario mantener una clara visión de la cosecha verde y madura. Un

buen granjero sabe cuando sembrar y cuando cosechar. Siempre busque
personas que estén dispuestas a escuchar el Evangelio.
Diez claves para ser un ganador de almas:
1. Cuide su preparación.
2. Sea una persona de valor.

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EL DISCÍPULO MULTIPLICANDO LA
BARCA
BASE BÍBLICA
Sin embargo, cada vez más personas —multitudes de hombres y mujeres—
creían y se acercaban al Señor. Como resultado del trabajo de los apóstoles,
la gente sacaba a los enfermos a las calles en camas y camillas para que la
sombra de Pedro cayera sobre algunos de ellos cuando él pasaba. Multitudes
llegaban desde las aldeas que rodeaban a Jerusalén y llevaban a sus enfermos
y a los que estaban poseídos por espíritus malignos, y todos eran sanados
Hechos 5:14-16 (NTV).
OBJETIVO
Que cada miembro discípulo ubique su lugar de ministerio según su llamado,
pasión y habilidades para participar con efectividad en el crecimiento y mul-
tiplicación de la iglesia.
Motivar a los discípulos a tomar el compromiso de multiplicar creyentes,
multiplicar discípulos y multiplicar líderes.
DEFINICIONES
Multiplicación: Incremento de la cantidad o el número de algo, generalmen-
te de forma rápida. En esta lección la definición de multiplicar la barca (igle-
sia), es el siguiente: El crecimiento integral de la barca es la consecuencia
de la obediencia de los discípulos y su sociedad con Cristo en su misión. Es
el constante fluir de nuevas conversiones, nuevos discípulos, más discípulos
maduros, de fe y el nacimiento de nuevas iglesias. Esta definición se basa en
el fundamento de la iglesia que es Cristo y en el mandato de la Gran comi-
sión.
INTRODUCCIÓN
El “Discípulo multiplicando la barca” es un tema importante y desafiante
para cada miembro discípulo de la iglesia de Dios. En esta lección queremos
hacer énfasis en lo siguiente:
1.- Creer que Jesús es el fundador y Señor de la iglesia. “…Yo te digo que tú
eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi iglesia, y las puertas del reino
de la muerte no prevalecerán contra ella. Te daré las llaves del reino de los
cielos; todo lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que
desates en la tierra quedará desatado en el cielo…” (Mateo 16:13-19 NVI).
Jesús prometió que Él edificaría su iglesia y con este entendimiento los dis-
cípulos de Cristo debemos:
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a) Disfrutar de su gracia, sentirnos seguros y seguir fielmente a nuestro Se-
ñor y Salvador hasta el último momento de nuestra vida.
b) Sentir la responsabilidad de permanecer en unidad y crecimiento procu-
rando la salud de la iglesia, evitando enseñorearnos de ella lastimándola con
divisiones y mal testimonio.
2.- Jesucristo, como Señor de la iglesia, dio un mandato que consiste en
predicar y hacer discípulos, este es conocido como “la Gran Comisión”. Esta
es la tarea encomendada que debemos practicar con amor y obediencia
3.- El crecimiento y la multiplicación de la iglesia es parte de las prioridades
de cada discípulo. El crecimiento integral de la barca, ocurre cuando cada
miembro discípulo cumple fielmente con la Gran Comisión y sirviendo en su
iglesia local. Cada creyente y discípulo de Cristo debe ser un socio del rei-
no que busca estar conectado y adorando al Señor. Tenemos que reconocer
que el crecimiento de la iglesia no es algo que hacemos nosotros, es fruto de
una relación correcta con Jesús el Señor de la iglesia.
DESARROLLO DE LA LECCIÓN
¡Nuestra misión como discípulos con ADN multiplicador consiste en desa-
rrollar ministerio!, analicemos 4 oportunidades para hacerlo:
1.- EVANGELIZAR
La iglesia existe para anunciar las buenas nuevas de Jesucristo en palabra y
acción, evangelizando e invitando a las personas a ser parte del reino de
Dios
a) El evangelismo es una prioridad: Consiste en buscar y en alcanzar a
los no cristianos con el mensaje del evangelio. “Porque el hijo del Hombre
vino a buscar y a salvar lo que se había perdido” (Lucas 19:10 RV-60). “Y les
dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura” (Marcos
16:15 RV-60).
El evangelismo es una prioridad: Consiste en buscar y en alcanzar a los no
cristianos con el mensaje del evangelio. “Porque el hijo del Hombre vino a
buscar y a salvar lo que se había perdido” (Lucas 19:10 RV-60). “Y les dijo:
Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura” (Marcos 16:15
RV-60).
Reflexionemos sobre nuestra participación en la evangelización a través de
las siguientes preguntas:
1. ¿Tiene la iglesia una visión clara con una estrategia definida y activa en la
evangelización?
2. ¿Tiene usted un claro entendimiento de su privilegio y compromiso con la
Gran comisión?
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3. ¿Es usted un discípulo activo en la proclamación del evangelio?
4. ¿Está usted invirtiendo sus talentos, recursos financieros, ministerio y li-
derazgo en la evangelización y el discipulado?
5. ¿Tiene planes de orar por alguna persona que no conoce a Cristo?
a) Hay que conocer bien a las personas que queremos conectar con
Cristo. Esto implica conocer sus necesidades, gustos, luchas, presiones, for-
mas de pensar e identificar su cosmovisión ya que estos factores determinan
sus creencias y conducta. También se debe evaluar correctamente el nivel de
receptividad de las personas al evangelio en su comunidad, es decir, saber si
la persona es un antagonista, bíblicamente ignorante, un buscador, un exa-
minador, indiferente y/o alguien que responde positivamente.
CINCO RECOMENDACIONES PARA LA EVANGELIZACIÓN
1. Fundamentado en la oración: El evangelismo es un proceso espiritual que
requiere poder sobrenatural. “Pero recibiréis poder, cuando haya venido so-
bre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda
Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra” (Hechos 1:8 RV-60). “Y
ahora, Señor, mira sus amenazas, y concede a tus siervos que con todo de-
nuedo hablen tu palabra, mientras extiendes tu mano para que se hagan sa-
nidades y señales y prodigios mediante el nombre de tu santo Hijo Jesús.
Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y to-
dos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de
Dios” (Hechos 4:29-31 RV-60). “Orando también al mismo tiempo por
nosotros, para que el Señor nos abra puerta para la palabra, a fin de dar a co-
nocer el misterio de Cristo, por el cual también estoy preso, para que lo ma-
nifieste como debo hablar” (Colosenses 4:3-4 RV-60).
2.- Cultivar relaciones interpersonales con el fin de eliminar las barreras en-
tre iglesia y comunidad. Es importante construir puentes de comunicación.
“Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pa-
red intermedia de separación, aboliendo en su carne las enemistades, la ley
de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de
los dos uno solo y nuevo hombre, haciendo la paz, y mediante la cruz recon-
ciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades.
Y vino y anunció las buenas nuevas de paz a vosotros que estabais lejos, y a
los que estaban cerca; porque por medio de él los unos y los otros tenemos
entrada por un mismo Espíritu al Padre” (Efesios 2:14-18 RV-60). “Andad
sabiamente para con los de afuera, redimiendo el tiempo” (Colosenses 4:5
RV-60)
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3.- Comunicar el evangelio con paciencia, amabilidad y claridad. “…Sino
santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre prepara-
dos para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que
os demande razón de la esperanza que hay en vosotros…” (1 Pedro 3:15 RV-
60).
4.- Movilizar a toda la comunidad de fe, capacitando y desarrollando dife-
rentes métodos y programas desde la iglesia. “A fin de perfeccionar a los
santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo”
(Efesios 4:12 RV-60).
5.- El evangelismo deberá ser un ministerio permanente en la agenda y pre-
supuesto de la iglesia. “Y será predicado este evangelio del reino en todo el
mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin” (Ma-
teo 24:14 RV-60).
El evangelismo es gente alcanzando a gente; gente convertida y transfor-
mada que ama a Dios y a su prójimo, por lo tanto, se esfuerza por colocar
el evangelio al alcance de otros. “Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con
todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el prime-
ro y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo
como a ti mismo” (Mateo 22:37-39 RV-60). “Y les habló muchas cosas
por parábolas, diciendo: He aquí, el sembrador salió a sembrar” (Mateo 13:3
RV-60). “Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies”
(Mateo 9:38 RV-60).
II. FORMAR DISCIPULOS HACEDORES DE DISCIPULOS
A. La iglesia debe ayudar a los nuevos creyentes a conocer a Jesús cla-
ramente, a entender la voluntad de Dios para sus vidas y a equiparlos para
seguir a Cristo como verdaderos discípulos de Él a través de un proceso dis-
cipular. “Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos
en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo” (Mateo 28:19 RV-
60). Formando discípulos es un recurso bíblico que nos ayuda a guiar a los
creyentes desde el ABC del discípulo hasta que sea afirmado, discipulado y
enviado a ejercer ministerio según su llamado.
B. Los discípulos que ya han pasado por el proceso de discipulado, que
son maduros y miembros responsables de la iglesia, están listos para ser for-
madores de nuevos discípulos ya que cuentan con el conocimiento bíblico y
la experiencia personal de un discípulo que ama, conoce y sigue al maestro
Jesús.
17
Bernabé fue un ejemplo de discípulo haciendo discípulos. “…Pero había en-
tre ellos unos varones de Chipre y de Cirene, los cuales, cuando entraron en
Antioquía, hablaron también a los griegos, anunciando el evangelio del Se-
ñor Jesús. Y la mano del Señor estaba con ellos, y gran número creyó y se
convirtió al Señor…” (Hechos 11:19-22).
Cuando llegó la noticia a la iglesia de Jerusalén que en Antioquia muchos se
habían convertido al Señor, enviaron al discípulo Bernabé, su nombre signi-
fica hombre de consolación, además era un hombre que se caracterizaba por
ser un discípulo maduro lleno del Espíritu Santo y de fe. Los versos 23 al 25
revelan que cuando Bernabé llego a Antioquia hizo por lo menos cinco co-
sas:
“Cuando él llegó y vio las pruebas de la bendición de Dios, se llenó de ale-
gría y alentó a los creyentes a que permanecieran fieles al Señor. Berna-
bé era un hombre bueno, lleno del Espíritu Santo y firme en la fe. Y mucha
gente llegó al Señor. Después Bernabé siguió hasta Tarso para buscar a Sau-
lo. Cuando lo encontró, lo llevó de regreso a Antioquía. Los dos se quedaron
allí con la iglesia durante todo un año, enseñando a grandes multitudes”.
1. Se gozó.
2. Animó a los creyentes a hacer el firme propósito de permanecer fieles
al Señor.
3. Entendió que era necesario discipular a los creyentes.
4. Fue a Tarso a traer a Pablo para que le ayudara y por un año enseña-
ron la palabra. Es importante entender dos cosas:
a) Que otros hermanos, discípulos en la iglesia, tienen dones y talentos
útiles para el trabajo en la obra del Señor.
b) Es importante ser inclusivos en el ministerio en el que el Señor nos
permite servir y de dar mentoreo a Pablo.
5. Bernabé tomo el compromiso de discipular a los creyentes de Antio-
quia.
<< Fue en Antioquía donde, por primera vez, a los creyentes les llamó “cris-
tianos”>>
18
El llamado de Dios es a estar con Él, predicar de Él y hacer discípulos para
Él. La clave del éxito de los discipuladores no está en la experiencia, la clave
está en la obediencia y en la confianza de que Dios usará sus vidas para ben-
decir a otros con las enseñanzas bíblicas. “Pues Dios trabaja en ustedes y les
da el deseo y el poder para que hagan lo que a él le agrada” (Filipenses 2:13
NTV). Los discípulos ayudan a los creyentes a tener Koinonia, es decir co-
munión con la familia de la fe, por lo tanto, les ayudan a responder aquellas
preguntas que surgen durante el discipulado y les enseñan que guarden to-
das las cosas que Él nos ha enseñado hasta que puedan alcanzar la madurez
espiritual, desarrollar ministerio siendo discípulos y ser los próximos discipu-
ladores de otros creyentes. “Enseñándoles que guarden todas las cosas que
os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin
del mundo. Amén.” (Mateo 28:20 RV-60)
C. Los discípulos multiplican formando y liderando discipuladores.
El Señor mismo a través de las escrituras nos revela el plan divino para sus
discípulos, quienes cambiarán el curso de la historia en todo el mundo predi-
cando y perpetuando un evangelio transformacional, dicho plan consiste en:
• Llamar
• Enseñar
• Transformar
• Formar
• Entrenar en el campo
• Empoderar
“Y designó a doce, para que estuvieran con Él y para enviarlos a predicar, y
para que tuvieran autoridad de expulsar demonios” (Marcos 3:14-15 LBLA).
En el ministerio y liderazgo de Jesús podemos observar lo siguiente:
a. Invirtió tiempo con sus discípulos.
b. Entreno a los discípulos enviándolos al campo y escuchando sus testimo-
nios.
c. Confío en sus discípulos y les dio promesa (Juan 14:12 NTV).
d. Les dio un legado, “me series testigos” (Hechos 1:8 RV-60).
e. Los envió con autoridad y poder para reproducirse.
El Apóstol pablo siguió el modelo y transfirió su legado al joven Timoteo “
Me has oído enseñar verdades, que han sido confirmadas por muchos tes-
tigos confiables. Ahora enseña estas verdades a otras personas dignas de
confianza que estén capacitadas para transmitirlas a otros” (2 Timoteo 2:2
NTV).
19
III. ESTABLECER Y MULTIPLICAR GRUPOS PEQUEÑOS SALUDA- “Haya pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el
BLES cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que
aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho
El establecimiento, crecimiento y multiplicación de grupos pequeños de semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a
evangelización y discipulado, dará como resultado una iglesia con un creci- sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz” (Filipen-
miento sostenido, una dinámica de miembros discípulos activos y traerá im- ses 2:5-8 RV-60).
pacto a la comunidad o sector de misión.
1. El discípulo puede iniciar un grupo pequeño en casa, contactando, in-
A. Cuatro elementos claves en el desarrollo de los GPS: vitado y compartiendo de manear creativa la palabra de Dios.
a. Visión y compromiso con la Gran comisión
b. Lugar estratégico y fértil 2. El discípulo puede proponer a un nuevo contacto simpatizante del
c. Fe y perseverancia evangelio y/o nuevo creyente, iniciar estudios bíblicos en su casa, invitando a
d. Personas capacitadas y entrenadas los amigos, vecinos cercanos y familiares.
B. Cuatro participantes fundamentales en la efectividad de los GPS:
a. El pastor local 3. Si el discípulo ya está dirigiendo un GPS, debe ser intencional en orar,
b. Los líderes principales de la iglesia hacer nuevos contactos, movilizar a los creyentes a buscar a otros para que
c. Discípulos dispuestos a servir el GPS, crezca, sea de mayor alcance y bendición llegando a un aproximan-
d. Socios comprometidos a apoyar do de 8 personas.

C. Como ser un discípulo activo y productivo en los GPS: 4. Un discípulo que ya ha vivido la experiencia de abrir y/o dirigir grupos
Los grupos pequeños nos dan la oportunidad de cumplir con nuestro come- pequeños, puede ser capacitado y empoderado para ser mentor de líderes
tido como discípulos y testigos de Jesucristo, siendo luz y sal de la tierra. Je- de grupos pequeños.
sús en el sermón del monte definió a sus discípulos como personas influyen-
tes e impactantes, a eso se refirió al compararlos con la luz y la sal. “Ustedes Ejemplo de líderes mentores en la biblia: “Hombres de Dios que fungieron
son la sal del mundo. Si la sal pierde el sabor, ¿para qué va a servir? ¡Sólo como discipuladores, mentores y además ayudaron a otros a descubrir su
para que la boten y la pisoteen por inservible! Ustedes son la luz del mundo. potencial y a desarrollar sus habilidades de liderazgo”.
Una ciudad asentada sobre un monte no puede esconderse. Nadie encien-
de una lámpara para esconderla bajo un cajón, sino que la pone en alto para
que alumbre a todos los que están en la casa. ¡Así dejen ustedes brillar su luz
ante toda la gente! ¡Que las buenas obras que ustedes realicen brillen de tal
manera que la gente adore al Padre celestial!” (Mateo 5:13-16 NBV).
Mentor Discipulo
Según lo que Jesús enseña, para influir en los demás debemos:
Jesús 12 Discípulos
a. Amar verdaderamente
Moisés Josué
b. Servir a los demás Bernabé Pablo
c. Ser auténtico
Pablo Timoteo

d. Cultivar la humildad

2
0 21
IV. GRUPOS MISIONALES CON VISIÓN DE IGLESIA
1.- Ser pionero e iniciador de un GPS en una comunidad o sector específico
y estratégico de la ciudad. Con el tiempo este grupo misional puede con-
vertirse en una iglesia hija de la congregación donde los discípulos que abren
el grupo son miembros activos. La llegada de Jesús a una comunidad o sec-
tor específico a través del trabajo de los discípulos mediante un GPS, traerá
gran luz, esperanza y vida a los que están en sombra de muerte. “El pueblo
que habitaba en tinieblas vio gran luz, y a los que habitaban en región de
sombra de muerte, luz les resplandeció” (Mateo 4:16-17 RV-60).
2. Ser pionero de un grupo misional, esto no significa que necesariamente
tiene que convertirse en pastor, ni atender de por vida el grupo misional. El
pionero, es alguien que abre brecha, contacta, evangeliza y discípula a los
primeros creyentes, es decir, siembra la semilla creyendo que esta germina-
rá. Pablo es un claro ejemplo de este tipo de misión. “Mi tarea fue sembrar
la semilla, y la de Apolos fue regarla; pero Dios fue el que permitió que ger-
minara” (1 Corintios 3:6 NBV).
3. Ser un discípulo consolidador. Esto es, haber sido discipulado, entrenado
y enviado por su pastor e iglesia para predicar, discipular y liderar una na-
ciente iglesia hasta consolidarla y movilizarla convirtiéndose en una iglesia de
impacto en la comunidad.
4. Ser una iglesia con discípulos que tienen llamado, pasión y compromiso
con el Señor en iniciar un grupo pequeño con el fin de plantar una iglesia en
un campo específico. En el libro de los h
Hechos de los apóstoles encontramos a una iglesia misionera con discípulos
con llamado y pasión para servir al Señor. “Mientras ministraban al Señor
y ayunaban, el Espíritu Santo dijo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la
obra a la que los he llamado. Entonces, después de ayunar, orar y haber im-
puesto las manos sobre ellos, los enviaron” (Hechos 13: 2-3 LBLA).
El crecimiento y multiplicación de las iglesias en el tiempo de los apóstoles
es de inspiración para este tiempo. “Así que las iglesias eran confirmadas en
la fe, y aumentaban en número cada día” (Hechos 16:5 RV-60).
22
CONCLUSIÓN
Nuestra motivación para participar en la multiplicación y en la plantación de
iglesias es:
1. Nuestra gratitud a Dios.
2. Nuestra obediencia al llamado de Dios, “La Gran comisión”.
3. La pasión de Cristo en nosotros.
“Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió
por todos, luego todos murieron; y por todos murió, para que los que vi-
ven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos. De
manera que nosotros de aquí en adelante a nadie conocemos según la car-
ne; y aun si a Cristo conocimos según la carne, ya no lo conocemos así. De
modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasa-
ron; he aquí todas son hechas nuevas. Y todo esto proviene de Dios, quien
nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la re-
conciliación; que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no
tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros
la palabra de la reconciliación. Así que, somos embajadores en nombre de
Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre
de Cristo: Reconciliaos con Dios” (2 Corintios 5:14-21 RV-60).
Los cristianos estamos llamados a influir en todo: en la familia, la economía,
la política, la educación, las artes y la iglesia. ¡Influye! Sé de bendición, deja
que otros vean la gloria de Dios en ti. Sé un embajador de Jesucristo en el
mundo.
23
UNCIÓN PARA CUMPLIR LA MISIÓN.
INTRODUCCIÓN:
La unción es el acto mediante el cual Dios consagra, unge y capacita, por
medio de su Espíritu Santo, a un individuo con sus cualidades y virtudes,
con el propósito de que le sirva para su obra. Solo a través de la unción es
que la iglesia podrá hacer la obra de Cristo en la tierra, no hay otra forma de
hacerlo, sino por medio de su Espíritu Santo. En un mundo tan necesitado
como el nuestro, donde la enfermedad, la injusticia social y la violencia (en
todas sus formas) asedian a los seres humanos y les quita la paz y la libertad,
urge que la iglesia de Cristo regrese a sus sendas antiguas y vuelva en busca
desesperada de la unción del Espíritu Santo. En esta hora oscura, es necesa-
ria una iglesia revestida y ungida con el poder del Espíritu Santo para hacer
frente a los poderes de las tinieblas. La Iglesia de Cristo necesita conocer las
características y propósitos de la unción del Espíritu Santo.
1. CARACTERÍSTICAS DE UN DISCIPULO UNGIDO.
a) Es guiado por el Espíritu de Dios.
“Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán, y fue llevado por el Es-
píritu al desierto” (4:1). “Y Jesús volvió en el poder del Espíritu a Galilea…”
(4:14).
El ministerio de Cristo se caracterizó por ser un ministerio ungido. Cuando
el Espíritu de Dios unge al cristiano, Él mismo se encarga de guiarlos a don-
de Él quiere. Jesús mismo dijo: “Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él
os guiará a toda verdad” (Jn. 16:13‐14).
El apóstol Juan, inspirado por el Espíritu, dijo: “Pero la unción que vosotros
recibisteis de él permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de que nadie
os enseñe; así como la unción misma os enseña todas las cosas, y es verda-
dera, y no es mentira, según ella os ha enseñado, permaneced en él” (1 Juan
2:27).
Cuando la unción está sobre el cristiano, el Espíritu de Dios se encarga de
guiar a toda justicia y a toda verdad. Hay caminos y lugares que no conoce-
mos en la misión de Dios, pero cuando somos ungidos, Él se encarga de lle-
varnos a esos lugares que son necesarios en la voluntad divina.
2
4 25
a) Crear celo y pasión de Dios en el creyente.
A la iglesia de Cristo le hacen falta dos cosas: pasión y celo por la obra del
señor. Hay personas que están haciendo su trabajo sin pasión, y lo que ha-
cen, lo hacen por sus propias fuerzas; el resultado de esto es que se cansan
espiritualmente. Es necesario que la iglesia desarrolle un celo santo por la
obra del Señor, tal como lo vemos reflejado en nuestro Señor. “Y haciendo
un azote de cuerdas, echó fuera del templo a todos, y las ovejas y los bue-
yes; y desapareció las monedas de los cambistas, y volcó las mesas; y dijo a
los que vendían palomas: quitad de aquí esto, y no hagáis de la casa de mi
Padre casa de mercado” (Jn. 2.15‐17).
b) Destruye las obras del diablo.
“Acontecerá en aquel tiempo que su carga será quitada de su hombro, y su
yugo de tu cerviz, y el yugo se pudrirá a causa de la unción” (Is.10.27). La
unción rompe todo yugo y opresión del diablo. Donde la unción está presen-
te, siempre habrá manifestaciones del mal, ya que ellos son atormentados
por la unción. La biblia dice: “Como Dios ungió con el Espíritu Santo y con
poder a Jesús de Nazaret, y cómo este anduvo haciendo bienes y sanando a
todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él” (Hch 10.38).
2. LOS PROPÓSITOS DE LA UNCIÓN EN EL MINISTERIO DE
CRISTO.
a) Para consagrar personas y cosas a Dios y a su servicio.
“El Espíritu del Señor está sobre mi…” (Lc.4:18). La unción en una persona
es lo que la aparta para ser consagrado específicamente al servicio de Dios.
Jesús fue ungido por el Espíritu de Dios para desarrollar una obra especial.
La unción del Espíritu Santo es una evidencia de cuando Dios va más allá de
nuestras fuerzas y habilidades naturales. El Señor nos da habilidades sobre-
naturales para predicar, enseñar, cantar o cualquier otra cosa que hagamos
para su Reino. “Y recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Es-
píritu Santo” (Hch 1.8).
“Poder” significa habilidad y fuerza para llevar a cabo cualquier obra y tra-
bajo dado por Dios. Pablo dijo: “y ni mi palabra ni mi predicación fueron con
palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espí-
ritu y de poder, para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los
hombres, sino en el poder de Dios” (1 Co 2.4, 5). Necesitamos la unción y la
habilidad de Dios para hacer cualquier trabajo por pequeño o insignificante
que parezca.
 a) Para llevar a cabo un ministerio evangelístico a los pobres.
“Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres…”. La unción
no solamente consagra y aparta, sino que también capacita para empoderar
al que menos tiene. El Espíritu de Dios llevó a Jesús por los caminos polvo-
rientos de Jerusalén, donde estaban los pobres, ciegos, paralíticos y todos
aquellos que eran considerados basura en la sociedad. Jesús, lleno del Espí-
ritu Santo, potenció a los débiles y humildes, sanó a los enfermos, salvó a los
perdidos y dio esperanza a los que no tenían esperanza.
Así como Cristo, la iglesia debe ir en el poder del Espíritu y llevar las buenas
noticias del evangelio del reino a los pobres, ellos son los sujetos de la misión
de Cristo.
b) Para sanar los quebrantados de corazón.
“…me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón…”. El ministerio de
Cristo fue un ministerio terapéutico a favor de todas las comunidades em-
pobrecidas y marginadas. Habían quebrantados por la enfermedad, por la
pobreza a causa del sistema político, por las injusticias sociales; pero Cristo,
por medio de la unción, trajo sanidad a todos ellos. Él confrontó al diablo y
a todos los poderes presentes, y demandó justicia por las viudas, pobres, ex-
tranjeros, etc. Tengo la firme convicción de que la unción del Espíritu Santo
es la medicina para aquellos que están heridos espiritual y emocionalmente,
y cuyo corazón está fragmentado y necesita ser sanado. Pero también es-
toy convencido de que hay hombres y mujeres quebrantados por diferentes
formas de injusticias. El mensaje de Cristo no es un mensaje solo confinado
al ámbito religioso o espiritual, el mensaje de Cristo, como el de la iglesia, es
un mensaje sanador en todas las formas de quebranto que sufre la humani-
dad.
a) Para traer libertad a los cautivos.
“…a pregonar libertad a los cautivos...”. Jesús, por medio del Espíritu San-
to, comienza a cumplir su promesa: los que sufren son liberados, los pobres
reciben atenciones, los marginados y rechazados son conducidos de nuevo
a casa. Las buenas nuevas de liberación son un mensaje para todos los seres
humanos y para todos los pueblos. Este mensaje, bajo la unción del Espíritu,
tiene una función liberadora de todos los pecados que abruman a los seres
humanos. La unción nos fue dada para liberar a las personas cautivas del vi-
cio y otras ataduras. La aflicción de muchos de los marginados es el resulta-
do de la represión, la discriminación, la violencia y la explotación. Ellos son,
en el sentido pleno de la palabra, víctimas de la sociedad. Jesús vino a liber-
tarlos y darles vida.
26
a) Para traer vista a los ciegos.
Hay ciegos, físicamente hablando, a los que Jesús abrió sus ojos para que ya
no estuvieran en tinieblas, pero también hay ciegos a la luz de Dios. Pero,
bajo la unción del Espíritu de Dios, fuimos llamados a predicar un evangelio
que alumbre los ojos de los ciegos a la verdad de Dios. “El pueblo que anda-
ba en tinieblas vio gran luz; los que moraban en tierra de sombra de muerte,
luz resplandeció sobre ellos” (Is.9:2). Jesús es la luz de las naciones, y la igle-
sia es portadora de la luz de Dios para dar vista a los ciegos.
b) Para libertar a los oprimidos.
La unción del Espíritu Santo es la mejor manera de libertar a los oprimidos.
Hay yugos de esclavitud que atan a las personas, así como hay estructuras
de opresión y esclavitud que minan y destruyen la libertad de las personas,
pero hay una sola cosa que pudrirá y destruirá todos estos yugos de opresión
(temor, complejos, vicios, enfermedades, drogas, alcoholismo): la unción del
Espíritu Santo manifestada a través de su Iglesia. Cuando la unción se mani-
fiesta de una manera poderosa en un lugar, no hay demonio que la resista.
CONCLUSIÓN:
La palabra cristiano significa: un pequeño ungido, llamado a libertar cautivos,
a sanar enfermos, a sanar quebrantados de corazón y a predicar salvación
a otros. Cuando la unción esté sobre nosotros, haremos las obras de Jesús
y aún mayores. Nada nos puede detener; somos una iglesia poderosa y las
puertas del infierno no prevalecerán contra nosotros. No importa tu raza,
país de origen o nivel intelectual, si la unción está en usted, hará proezas en
Dios. El Señor puede tomar una persona cohibida y tímida y hacerla una
persona atrevida y valiente por medio de la unción.
La unción ilumina la Palabra, ensancha y enriquece el entendimiento, capa-
citándolo para afianzarla. Cristo especificó que sus seguidores harían su obra
después de su regreso al cielo (Juan 14:12; Mateo 28:19, 20). Nosotros no
podemos hacer las obras de Cristo con fuerzas humanas; por consiguiente,
Cristo nos ha dado el poder espiritual para la tarea. En Hechos 1:8, Él pro-
mete el poder espiritual necesario para la tarea que les dejaba encomenda-
da; este poder es la llenura del Espíritu Santo.
El Bautismo en el Espíritu Santo es para servicio cristiano, una capacitación
para la obra de Cristo. Vivir la llenura del Espíritu Santo en el servicio es ser-
vir a Dios y a nuestra comunidad a través de los dones espirituales imparti-
dos. Ven a Jesús hoy, y ríndete a Él, es tiempo de que en este mundo que-
brantado por tanta violencia, se levanten hombres y mujeres ungidos con el
poder del Espíritu Santo para llevar un mensaje de libertad y sanidad.
27
UNA IGLESIA QUE EQUIPA, EMPODE-
RA Y ENVÍA:
DISCIPULANDO, MOVILIZANDO Y ACTUANDO.
Cuándo Cristo dijo: “Sobre esta roca edificaré mi iglesia” estaba hablando
de uno de sus propósitos principales por los cuales había venido a este mun-
do. La palabra “iglesia” ya era usada en muchos ambientes, pero hoy Él está
hablando de “Su Iglesia”: un conjunto de seguidores que se convertirían en
creyentes de Él, por convicción del Espíritu, y que estarían dispuestos a per-
severar en Sus doctrinas y a cumplir Sus mandamientos.
I. JESÚS DIO MUESTRAS DE SU MODELO (Marcos 3:14; Lucas
6:13).
Él busco a doce personas para estuvieran con Él. Ellos, por lo que fuera, de-
cidieron andar con Él. No encontramos a alguno que haya puesto “peros”.
¡Todos querían estar con Él! Y de hecho, que estuvieran con Él era uno de
los propósitos de Jesús.
Lucas, en un sólo versículo, nos hace ver que no solamente los haría sus se-
guidores, sino que también serían sus embajadores. Tenían doble función:
discípulos-apóstoles, seguidores-enviados.
Durante el tiempo que Jesús estuvo a su lado, Él se mostró completamente
a ellos. Particularmente, les enseñó y modeló cómo debían desempeñarse
cuando Él ya no estuviera.
Nos llama la atención el versículo de Hechos 1:1 que dice: “En el primer tra-
tado, oh Teófilo, hablé acerca de todas las cosas que Jesús comenzó a hacer
y a enseñar”. ¡Esa fue Su manera de hacer las cosas! Hacía y luego enseña-
ba. Hacía y luego establecía el concepto. Hacía y luego develaba la verdad.
¡Qué manera de hacer discípulos! Cristo es el más grande modelo de capa-
citación y movilización.
II. LA IGLESIA DE “HECHOS” ENTENDIÓ.
Más allá de tratar el tema de que si la iglesia tuvo que esperar la persecución
para salir a otros lugares, debemos poner atención a detalles que son deter-
minantes para el cumplimiento de la misión. Observemos, primero, cómo
los discípulos obedecieron al Señor al quedarse en Jerusalén para recibir
la promesa del Espíritu Santo y ser investidos con Su poder para testificar
(Hechos 1 y 2); y segundo, cómo ellos tuvieron valor para predicar la Palabra
con el tema “Jesús” a cuanta gente pudiera oír ahí en Jerusalén.
Luego, con el paso del tiempo, comenzaron a llegar a distintos lugares y se
establecieron muchas comunidades cristianas, en las cuales el Espíritu Santo
comenzó a obrar. ¡El Espíritu Santo es quien guía! (Juan 16:13).
28
El capítulo 13 de Hechos menciona a una iglesia que se había convertido en
una comunidad cristiana modelo: la Iglesia de Antioquía. De esta iglesia sa-
lieron los primeros obreros oficialmente nombrados para cumplir con la ta-
rea de hacer misiones transculturales: Bernabé y Saulo.
Analicemos algunas cosas interesantes:
a) Había gente desempeñándose en ministerios en la iglesia. Los her-
manos se estaban desarrollando en las funciones encomendadas por el Se-
ñor (Hechos 13:1); se mencionan cinco profetas y maestros. Dos de ellos se
convirtieron en los primeros misioneros.
b) Tenían una relación íntima con Dios a través de la oración, la cual era
parte de su vida cotidiana. Oraban y ayunaban (Hechos 13:2).
c) Ese ambiente de ministerio e intimidad con Dios los preparó para que
el Espíritu Santo les hablase y diera instrucciones específicas (Hechos 13:3).
d) Fue una iglesia que no sólo escuchó las instrucciones, sino que pro-
cedió de inmediato a obedecerlas: “les impusieron las manos y los despidie-
ron”.
e) Los obreros asignados para la obra no se resistieron (Hechos 13:4).
f) Salieron y llegaron a los lugares, y comenzaron a hacer la tarea enco-
mendada (Hechos 13:5).
III. L A IMPORTANCIA DE LA IGLESIA LOCAL EN LA ACTUALIDAD.
La iglesia local es la unidad básica del movimiento establecido por Cristo Je-
sús. Es en la iglesia local donde se reúne en comunión un cuerpo de creyen-
tes que se encuentran cerca de un punto geográfico específico. Es ahí don-
de el Espíritu Santo obra.
a) La iglesia proclama y anuncia a Cristo, y la gente se convierte.
b) La iglesia se encarga de consolidar y discipular a los nuevos converti-
dos.
c) Todos aquellos que son discipulados son puestos “en bandeja” para que
Dios los use como Él quiera y donde Él quiera.
d) Los nuevos discípulos comienzan a ejercer el ministerio en la iglesia
local en un ambiente de comunión y adoración.
29
 e) Seguramente, Dios escogerá de entre ellos a quienes irán a las na-
ciones. Su mejor credencial será el trabajo desempeñado en su iglesia local.
Y aunque al inicio desempeñen un ministerio distinto al de un misionero, al
igual que en la iglesia de Antioquía, Dios puede cambiar los campos de ac-
ción. Ahí pasaron de profetas y maestros, a ejercer el ministerio apostólico
como misioneros transculturales.

Hay que dejar bien claro que: Dios no va a utilizar en otras naciones a gen-
te que no haya demostrado una actitud de compromiso para con su iglesia
local. No importa el tiempo en que ellos ejerzan labores ministeriales, pue-
de ser corto o largo; pero tendrán que demostrar su amor a Dios en y desde
su iglesia local. No es la iglesia local quien define el tiempo que una persona
deberá estar trabajando antes de ser enviada fuera de la iglesia, ¡es el Espíri-
tu Santo! Y aunque esto último cueste entenderlo, así es.

LA IGLESIA, HOY, DEBE SER OBEDIENTE. Dios siempre tendrá sus

ojos puestos en la iglesia local, es ahí donde buscará a sus obreros; y siempre,
escogerá a los mejores hombres y mujeres. Sucede, que muchos hermanos
en nuestras iglesias han llegado a ser demasiado importantes para el desa-
rrollo de la misma, que si se ausentan o retiran, dejarían “un gran hueco”; sin
embargo, ¡a ellos los quiere el Señor! Por lo tanto, la iglesia local no deberá
mostrarse egoísta. Tenemos que estar listos para darle lo mejor de nosotros
al Señor. ¿No creen ustedes que Saulo y Bernabé hubieran sido útiles en
Antioquía?

La iglesia debe entender que no todos iremos físicamente a los campos mi-
sioneros, pues Dios siempre señalará a personas específicas para esta noble
labor. En lo que no podemos fallar es en enviarles en el momento preciso
que Él indique. Dios nos invita a que participemos con nuestras oraciones y
ofrendas.
No queremos terminar este tema sin mencionar que la iglesia local deberá
aprovechar todas las oportunidades que se presenten para que los obreros
que vayan a ser enviados sean entrenados de una manera apropiada. Para
eso, hoy contamos con centros especializados en la formación de obreros
transculturales, que si bien, al igual que un instituto bíblico no hace pastores,
ellos no hacen misioneros, sí les proporcionan las herramientas que les servi-
rán en los campos de batalla. En estos centros, quienes instruyen son perso-
nas que han servido al Señor en distintos campos misioneros, por lo que será
de gran bendición que nuestros candidatos vayan y aprendan de ellos, para
ser más efectivos. La iglesia deberá entender que debe invertir en la forma-
ción misionera transcultural de aquellos que el Señor ha indicado que irán a
los campos.

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