Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
en términos históricos y ontológicos. Así, por un lado, está la relación entre artes y
ciencias que sirve de trasfondo a la discusión. Por otro, la afirmación de que el bioarte
mundo tecnológico, a éste pertenece y por ende, allí hemos de buscar las claves de su
manera distinta, pues la relación entre nosotras y la naturaleza está a tal punto alterada
que la división típica del ente entre natural y artificial parece ya no sostenerse; o en todo
caso parece quererse disolver en una especie de punto medio que significaría un nuevo
modo de ser del ente que sería en parte natural y en parte artificial. De ahí que sea
inviable mantener lo artificial puro o lo natural puro como los extremos del mapa de lo
real.
Ahora bien, esta división artificial-natural no es equiparable a la de espíritu-naturaleza
que mantuvo ocupada a la filosofía durante buena parte del siglo XIX y los albores del
XX, ya que la actual puesta en cuestión del carácter natural del ente no tiene que ver
sino con la manipulación e intervención tecnológica del ente. Importa mantener esta
diferencia, porque lo que sucede con el bioarte es que es ciertamente deudor de las
inflexión tiene que ver específicamente con lo tecnológico, aún más, con el mundo
tecnológico.
nos haga frente como dado e independiente. El mundo en su totalidad está alterado e
extendido a tal punto que constituye la esfera inmediata del mundo de la vida, y
conforma ahora una mediación universal con la naturaleza. Es más, ésta ha sido
que no haya sido alterada de algún modo por la tecnología. Una consecuencia de
notas características, esto es, que está habitado por una voluntad de poder que “conmina
al ser humano a realizar y desarrollar todo lo técnicamente posible”.2 Sin embargo, las
reflexiones de Linares así como las de otros filósofos de la tecnología y la bioética están
centradas en la utilidad y/o valor social de los cambios tecnológicos. Es decir, el punto
central de sus discusiones tiene que ver con el carácter pragmático y teórico de la
expresión máxima del mundo tecnológico y la tecnociencia sería el bioarte, puesto que
implicaría la transformación tecnológica del ente sin atender a un fin utilitario (al menos
arte que sólo puede acaecer en dicho mundo (aún más, en esa epocalidad y en ese envío
del ser), o bien, ¿cómo hablar de mundo tecnológico si éste no incluye uno de los
sensible de la idea (Hegel), entonces el bioarte es el modo del arte en que de manera
marco del mundo tecnológico, pero interpretando este último en términos ontológicos.
Pero, ¿qué es bioarte? ¿A qué tipo de fenómeno se alude con esta clasificación?
La ontología se ve directamente interpelada en la medida en que el bioarte trabaja con
importantes y clásicos conceptos es decir poco. Lo que habría que pensar es cómo
Ahora bien, la vida es una de las principales categorías ontológicas sin la que, además,
el problema del ser no parecería tener mucho sentido, aunque el ser implique un ámbito
clásico que pudiéramos tener resulta inoperante. Valga señalar aquí que la falta de
respuesta absoluta a este tipo de preguntas, justo como sucede en el campo filosófico,
tiene que ver más con la misma naturaleza de la pregunta y de lo preguntado que con la
incapacidad de la razón y/o del método para hallar la verdad. Además, la pregunta por
lo vivo no incube exclusivamente a la biología, habría que decir en todo caso que esta
disciplina ensaya una posibilidad de respuesta entre otras muchas y pondera algunas
los intentos por definirlo o al menos caracterizarlo no pueden hoy en día pasar de largo
lo artificial sobre todo para decir que lo vivo no es lo artificial y que se le distingue de
manera absoluta. La definición, sin embargo, camina al filo del precipicio, un paso más
Pongamos un ejemplo.
generar una definición mínima que se aplique exclusivamente a los individuos vivos,
puesto que las características de lo vivo que se suelen enlistar son muchas de ellas
Esta larga lista de características presenta cuando menos dos problemas, el primero de
sorprende que la respuesta del biólogo polaco tenga que ver con los “individuos”; el
segundo problema es, repito, que muchas de ellas se aplican también a lo inanimado y
distinción clara –y teórica- entre uno y otro. Un maíz transgénico cumple con las
se mueven, etc. “Por tanto, ninguna de las propiedades arriba mencionadas parece ser
¿En qué punto las condiciones necesarias y suficientes para que una entidad sea
clasificada como viva son compartidas por lo artificial?6 ¿Qué tipo de artificialidad
del mapa de lo real no podía ser más que vivificándose y en buena medida los esfuerzos
modelo a seguir:
navegadores web personalizados que quedan tan bien como una segunda
piel). 7
La fascinación que ejerce el bioarte tiene que ver principalmente con el hecho de que
trabaja con material vivo, lo manipula e interviene, y esta fascinación puede ser
sobre el mundo.
Lo distintivo del bioarte podríamos decir provisoriamente es que trabaja con material
vivo, desde ahí es posible abrir la pregunta de si puede ser clasificado y considerado
Ciertamente, cada vez que la discusión aborda el tema del bioarte lo primero que suelen
pueden ser incluidas dentro del bioarte8? ¿Es en efecto necesaria una nueva sub-rama en
medio de tanta diversidad artística que, desde cierto punto de vista, aparece ya de suyo
como inclasificable? ¿Por qué el bioarte debería merecer una consideración distinta?
reciente. Las razas de perros han sido modificadas desde hace mucho, así también las
plantas. Pero, qué quiere decir en esto “con fines estéticos”. Decir sin más que el bioarte
“esteticidad distinta” es no decir nada. Más bien lo que ocurre es que nos encontramos
con una de las discusiones más añejas en la estética pero no por ello menos actual,
¿cuáles son los límites de lo estético, cuáles son los límites del arte? ¿Cómo
identificamos el arte del no-arte una vez que el parámetro de belleza no tiene vigencia
(el cual, dicho sea de paso, tampoco solucionaba mucho el problema de la especificidad
De este modo, tenemos que por un lado, el problema de clasificación del bioarte se ve
enfrentado a otras tecnologías que manipulan organismos vivos con fines estéticos y
con el áspero problema de la definición del arte, por otro lado, buena parte del debate
tiene que ver con el contenido de la representación misma, es decir, si una obra de arte
tiene por tema cuestiones biológicas, médicas, vitales, etc., podría ser considerada como
bioarte.
Veamos algunas de las clásicas definiciones dadas por Eduardo Kac: “el rasgo esencial
nueva.”9
“El bioarte es una nueva dirección en el arte contemporáneo que manipula los procesos
de la vida. Invariablemente el bioarte emplea uno o más de los siguientes enfoques: (1)
bioarte es en vivo.”10
Estos acercamientos han dado mucho que pensar pues parecerían delimitar el bioarte
basta para ser clasificado como arte, tal es el caso de la manipulación de perros y
caballos. La definición tendría que tomar otros aspectos en cuenta y comprometerse más
lado del “bio”, sino también del lado del “arte”, y enfrentar sin reparos la pregunta qué
Puestas así las cosas, es como si la definición de Kac se preocupara solamente por
establecer que el bioarte es en vivo, sin embargo la pretensión es muy estrecha puesto
que es parasitaria de la previa identificación de esa obra como arte. También podríamos
preguntar si vale la pena atraer la larguísima discusión sobre la definición del arte al
bioarte.
Uno de los autores que más recientemente ha discutido el tema es Robert Mitchell, en
su texto Bioart and the Vitality of Media en el que se posiciona de inmediato para tratar
Mitchell propone distinguir entre “arte profiláctico” y “arte vitalista” a partir de las artes
que usan medios tradicionales (pintura, escultura, etc.) y las que son obras
distinción no reside tanto en el tema o en el modo sino según el tipo de problemas que
mismo Mitchell, es decir, no por los medios de representación, sino por las relaciones
que crea entre los espectadores y la biotecnología tiene ciertas ventajas. No se trata de
una distinción “objetiva” del arte, en el sentido de que no parte de los atributos del
“objeto” para definirlo, como si se tratara de algo estático que puede ser descrito y
que no basta el “objeto” sino que también hay que incluir sus efectos, los espectadores,
el contexto, etc.12
Desde una óptica más abierta que piensa la obra como acontecimiento dejando de lado
al sujeto como agente y origen del sentido, y al objeto como contenedor de los atributos
En ese sentido excluye del bioarte lo que llama “arte profiláctico”, pues generar una
parámetro efectivo para delimitar el bioarte puesto que depende del contenido de la
representación. Clasificar obras a partir de su contenido es una labor fructífera en el
escuelas, aunque indudablemente las habrá conforme vaya habiendo más propuestas en
este campo, sino que en todo caso de trata de un nuevo modo de ser del arte.
al bioarte y la clasificación y delimitación que los teóricos han dado en los últimos
como un nuevo modo de ser del arte. En ese sentido, basten los ejemplos de Kac y
Mitchell como orientación en el mapa actual de las discusiones. Sin embargo, cabe
Mucho queda por decir acerca de la comprensión de mimesis que hay las definiciones
preguntemos ¿es que alguna vez el arte ha podido ser comprendido como la copia de un
arte solamente a partir de sus medios de representación, ni mucho menos hacer una
Hasta aquí es claro que lo único que ha sido enfocado por los teóricos es que el bioarte
trabaja con organismos y/o materiales vivos usando biotecnología, el énfasis está en el
medio con el cual crea y con la herramienta empleada, pero en las discusiones quedan
Hay que preguntar, entonces, cuáles son las consecuencias y los alcances de llamar a
Echemos mano de la perspectiva histórica hegeliana para ubicar el problema. Las artes
que las artes son comprendidas no desde una presunta autonomía estética sino en
función del vínculo y correspondencia que tienen con el “espíritu de una época”. Difícil
dado, pero aun así podríamos preguntar por algunas características que permiten la
bioarte tiene el indudable acierto de ligarlo con las características sociales que lo
Mucho se ha dicho de la muerte del arte (Hegel), por un lado, y por otro del fin de la
época mimética del arte (Danto); dentro de este contexto se puede sostener el
tragedia clásica no existe más, y si lo hace es sólo como un anacronismo o una muestra
de mal gusto, así como la arquitectura neoclásica, por poner dos ejemplos, mas, ¿qué
La pintura es un modo del arte en vías de extinción. Más allá de las condiciones que
las sociedades contemporáneas y el imperio de la imagen vía luz la pintura casi no tiene
cabida, casi no aparece en las bienales, en los museos de arte actual, etc. Hay modos de
ser del arte que desaparecen y otros que emergen. ¿En qué sentidos podemos pensar la
transformando todo lo real o el todo real. Nuestra epocalidad acaece como tecnoesfera o
mundo tecnológico, según lo dicho líneas arriba. El arte no podía verse inalterado.
Mucho se ha disertado acerca del influjo de las nuevas tecnologías en los desarrollos
artísticos actuales, pero más allá de que el arte haga uso de lo tecnológico (que, por otra
parte, siempre ha echado mano de los desarrollos de la técnica) lo que nos interesa
pensar aquí es hasta qué punto la tecnociencia, al ser una característica distintiva de
nuestra epocalidad, estaría ligada al surgimiento de un nuevo modo de ser del arte que
manipula biotecnológicamente organismos vivos con fines estéticos y/o artísticos. Justo
por esto pensar que cualquier obra que contenga como tema problemas derivados de la
mundo y tierra, sus ejemplos del templo griego, el cuadro de Van Gogh, la poesía de
Hölderlin... Por supuesto que Heidegger meditó largamente sobre la técnica y el acaecer
verdad. Mas no es este el lugar para discutir estos planteamientos más a fondo. Sólo
quiero señalar que desde la topología e historia del ser es menester reflexionar sobre los
movimientos del arte actual que parecen cimbrar tanto lo ontológico como lo estético, y
rompimiento del arte actual y los problemas teóricos que ha generado necesariamente
devenga en algo así. Si frente a los balones ponchados de Gabriel Orozco (Balones
acelerados, 2005) o las instalaciones de Damien Hirst las pretendidas definiciones del
transformaciones que tienen que ver con el objeto y el tema de la representación en sus
dificultades definitorias continúan dentro del paradigma del arte –sea cual fuere- y
Sin embargo, algo distinto ocurre con el bioarte, la manipulación de organismos vivos
con uso de la biotecnología no sólo abre debates morales, políticos y legales, sino que la
provocó una revolución cuyo eco aún resuena en nuestro presente. Los medios y modos
Hugo, continuaban siendo arte en el sentido metafísicamente más elevado y quizás más
artístico y filosófico aunada a la muerte de dios, rompería muchos de los más añejos
Nietzsche. Mas la vida aquí era objeto de representación. La vida ahora es el modo y el
lugar en que el arte acaece. El romanticismo jamás hubiera podido imaginar a qué punto
la vida podría significar una revolución tan radical en el terreno del arte. Con el bioarte
parece que no queda ya nada de los antiguos paradigmas, no hay belleza16 –a veces los
sentimientos estéticos vinculados con el bioarte son la repugnancia, por ejemplo, las
imágenes del proyecto de Polona Tratnik Hair provocan asco en el espectador con los
close-ups de las intervenciones para remover pelo de los donantes17), no hay sentido
encarnado ni forma significante, en todo caso a veces se deja leer un excedente de todo
término de “transarte” acuñado por Polona Tratnik19 para referir el arte que excede las
fenómenos sociales que describan una época, un cierto presente con sus tintes
característicos, sino modos de abrirse la realidad o de enviarse el ser en los que algo
como el bioarte tiene su lugar. Una vez más, Hegel da la nota en esto, puesto que dentro
de su sistema no se trata de acompañar los movimientos del arte con los datos históricos
de un cierto presente, sino de acompasar los movimientos del arte con los del espíritu.
sino de la tecnociencia.
¿Qué sucede cuando lo vivo pierde todo trazo de sacralidad y cuando cualquier
fines científicos y pragmáticos, su punto más alto está representado por el bioarte,
mayor conocimiento o mejoras agrícolas, sino que se trata de la pura inutilidad del arte.
vivo, in vivo.
¿Cuál es la imagen del mundo que corresponde a esta epocalidad? Habría al menos dos
real con medios tecnológicos (la tecnoesfera). Si, como señala Hegel, el arte es el espejo
más íntimo de los pueblos, entonces encontramos en el bioarte la imagen de este mundo,
muestra prístina de la apertura de lo real en la que una vez más lo estético es la cima de
bioarte en este sentido y pensar las dislocaciones de lo real que ocurren desde allí, las
teórico estético que se pregunte por los límites del arte y sus definiciones, para, en
función de eso, dilucidar la inclusión del bioarte, porque no toda práctica ingeniosa,
creativa o sorprendente puede ser considerada como arte. El uso de categorías estéticas
autonomía estética, la experiencia del arte, etc. Otras consideraciones ontológicas sobre
suma, ambos frentes, tanto el ontológico como el estético resultan insoslayables para
comenzar a pensar los alcances de esta nueva manifestación artística, además de que
han de convertirse en el horizonte desde el cual sea posible interrogar sobre otros
Bibliografía
Anker, S., Nelkin, D.: The Molecular Gaze: Art in the Genetic Age, New York, Cold
en Artificial Life, Invierno 2010, Vol. 16, No. 1, Massachusetts, Institute of Technology,
p.p. 89-97.
Bec, L., “Life Art”, en Kac (ed.) Signs of Life. Bio Art and beyond, Cambridge,
291, 2009.
Danto, A.: After the End of Art, Princeton, Princeton University Press, 1997.
Herder, 2010.
Kac, E.: “Art that Looks you in the Eye: Hybrids, Clones, Mutants, Synthetics, and
Transgenics”, en Signs of Life. Bio Art and beyond (ed.), Cambridge, Massachusetts
Mitchell, R.: Bio Art and the Vitality of Media, Seattle, Washington University Press,
2010.
Tratnik, P.: “Transaesthethetics: Aesthetics, Art and Science in the Postmodern Turn”,
inédito.
1
Jorge Linares, Ética y mundo tecnológico, p. 401. El énfasis es suyo.
2
Ibid., p. 391.
3
Esto se deja ver claramente en su definición de tecnociencia como fusión de la ciencia
en que crean nuevas entidades artefactuales (como los transgénicos, por ejemplo).” Ibid.,
p. 370.
4
Bernard Korzeniewski, “Cybernetic definition of life”, p. 276.
5
Idem.
6
Korzeniewski sostiene, aunque de manera provisional, que hay al menos tres
como si el núcleo de lo vivo estuviera en la carga genética puesto que la identidad de los
artificialidad viva, una entidad artefactual (Linares). Precisamente el bioarte crea este
tipo de entidades, e.g., esculturas con tejido vivo (Ionat Zurr y Oron Catts).
7
M.A. Bedau et al., “Living Technology : Exploiting Life’s Principles in Technology”,
p. 90.
8
Para una rápida microhistoria de obras bioartísticas, cf. Polona Tratnik, “Jugar con una
con Beatriz da Costa y Shyh-shiun Shyu, pues deja ver de modo muy fehaciente el
involucramiento del espectador con la biotecnología, en sus palabras: This project also
and the science behind it have to be one of the most misunderstood areas of production
on abound in the public sphere. Part of the reason for this state of communicative
disorder is that the scientific process never makes a public appearance, only the miracle
the public let them see them and act within them. Especially compelling in witnessing
could use much of this technology if they had the desire to do so, and that many of these
words, the nonspecialist public does not have to leave the manufacture of the discourse
issues (such as food production) that are of direct interest to people, and so contribute to
making the meaning of scientific initiatives immediate and concrete, as opposed to the
Signs of Life; Suzanne Anker and Dorothy Nelkin, The Molecular Gaze: Art in the
Genetic, Cold Spring Harbor Laboratory Press; George Gessert, Green Light: Toward
de los mayores defensores del paradigma de la belleza en el arte, posición que merece
ser considerada desde los desafíos que abre el bioarte. Vid. Sixto J. Castro, “Para una
http://www.ekac.org/gfpbunny.html#gfpbunnyanchor
19
Vid. Polona Tratnik, “Transaesthethetics: Aesthetics, Art and Science in the
Postmodern Turn”.