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06/11/2019

Aquí también se puede innovar

Monsalud Gallardo Gil, M.ª del Pilar Sepúlveda Ruiz y M.ª José Mayorga Fernández
Departamento de Didáctica y Organización Escolar. Universidad de Málaga.
Correo‐e: monsalud@uma.es / mdsepulveda@uma.es / mjmayorga@uma.es

Cuadernos de Pedagogía, Nº 459, Sección Tema del Mes, Septiembre 2015, Wolters Kluwer, ISBN‐ISSN: 2386‐6322

La escuela rural realiza una labor indispensable de dinamización cultural, social y educativa. En este artículo se narra una experiencia llevada a cabo en un centro de Málaga, preocupado por la dimensión
curricular y por la felicidad de su alumnado, en el que se recurre a estrategias metodológicas activas y se combina el trabajo individualizado con el colectivo a través de los proyectos de trabajo.

La mayoría de los estudios que se han realizado respecto a la escuela rural se han focalizado en analizarla estructuralmente, observar los elementos que la componen,
los servicios que posee, sus dotaciones en recursos humanos y materiales, así como en identificar sus principales necesidades. Pero se han hecho pocos estudios
concretos que realcen sus aportaciones educativas, su configuración pedagógico‐didáctica multidimensional, entre otros aspectos, objetivo principal de nuestro estudio,
ya que consideramos que la escuela rural es el entorno pedagógico más adecuado para desarrollar la innovación educativa acorde con los paradigmas

educativos más actuales; de ahí el título de nuestro artículo, entendiendo que la escuela rural debe dejar ya de lado los estereotipos peyorativos que aún hoy en día
parecen seguir acompañándola, arrastrando de esta manera los prejuicios que, desde la nefasta Ley de 1970, trae consigo.

Fruto de estos prejuicios y de la propia tendencia urbanocéntrica de nuestra sociedad globalizada (Boix, 2003; Sepúlveda y Gallardo, 2011), son varios los autores que
han analizado la tendencia de urbanización actual de la escuela rural en cuanto a pérdida de su idiosincrasia particular, extrapolándose al medio rural un modelo
educativo que ha sido pensado para y desde el medio urbano (Bustos, 2010).

Por todo ello, hoy más que nunca, la escuela rural debe visibilizar su potencial pedagógico y presumir de ser el epicentro de innumerables experiencias de innovación
educativa, en tanto que la metodología en la escuela rural es, por definición, la de la experimentación didáctica y la pedagogía activa; y sus maestros y maestras son
auténticos artistas de la educación, que hacen de la imaginación pedagógica su día a día En este artículo vamos a tratar de visualizar la realidad de una escuela rural,
con sus ventajas y sus inconvenientes, con sus fortalezas y sus debilidades. Una escuela rural con sentido dentro de su comunidad, porque lo rural no es inferior a lo
urbano (Fernández y Sorolla, 2014).

Un pueblo, una escuela


La escuela rural El Peñón está situada en la barriada malagueña del mismo nombre, en el municipio de Alhaurín de la Torre. Se trata de un barrio humilde y tradicional,
donde las madres son las encargadas de la unidad familiar y los padres desempeñan los empleos remunerados. En la actualidad, cuenta con cuatro docentes y cuatro
unidades: una de Educación Infantil, con un total de diecisiete alumnos de 3 y 4 años; otra unidad de Educación Primaria de doce alumnos de Infantil de 5 años y
primero de Educación Primaria; otra unidad de doce alumnos de segundo de Educación Primaria, y la cuarta unidad cuenta con un agrupamiento de tercero, cuarto,
quinto y sexto de Educación Primaria, con diecisiete alumnos en total. Hemos de señalar que esta escuela también cuenta con profesorado itinerante para trabajar
materias como Educación Física, Inglés, Música y Religión.

La organización del alumnado es flexible, con aulas multigrado, agrupándose alumnos de diferentes edades dentro de la misma aula y utilizando una metodología
flexible y participativa. Las aulas son multifuncionales, todos los espacios están muy aprovechados, con una clara intención educativa.

Según nos cuentan los propios docentes, entre sus preocupaciones está la de mantener la escuela "viva", para lo que tratan de dinamizar la vida sociocultural del
entorno, constituyéndose en el motor de iniciativas socioculturales en su comunidad, animando a las madres a que participen en la vida del centro y tratando de
implicar al resto de los vecinos en las vivencias educativas del mismo; de hecho, el centro, tanto por las tardes como los fines de semana, está abierto al barrio para que
los vecinos y vecinas lo puedan usar de forma lúdica y cultural. Su interés se centra en visibilizar la importancia de la escuela rural en el entorno, al mismo tiempo que
enriquecer la vida sociocultural de sus habitantes.

Una escuela que sueña y aprende


En este centro, la innovación surge de forma natural como una necesidad educativa para atender a la diversidad de alumnado que reciben. Las aulas, como ya se ha
puesto de manifiesto, tienen una ratio baja, y el alumnado tiene edades diferentes, con lo cual la pluralidad metodológica es el modo de afrontar el día a día en esta
escuela. Combinan el trabajo individual con el colectivo, el trabajo personalizado con la ayuda entre iguales; para ello, se cuidan mucho los ambientes del aula y los
materiales que se ponen a disposición del alumnado en estos espacios de trabajo.

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Desde el punto de vista de los docentes, la mejor manera de dar respuesta a dicha diversidad es trabajando por proyectos educativos cercanos a los alumnos, que
surgen de su día a día y de sus centros de interés. Esta es la mejor manera de involucrar activamente al alumnado en su propio aprendizaje, desarrollando
competencias educativas que les proporcionan un aprendizaje relevante (Pérez, 1998). El trabajo por proyectos les permite atender a la diversidad de su alumnado
desde un punto de vista contextualizado en la realidad del mismo y adaptado a las necesidades educativas de cada niño (véase la figura "Proyectos de trabajo").

Aunque los docentes cuentan ya con una amplia experiencia en esta metodología, están desarrollando un plan de formación en el propio centro, con objeto de seguir
aprendiendo y reflexionando sobre sus prácticas. Actualmente, están iniciando el proyecto denominado Innova para crear "escuelas inteligentes". A través de este
proyecto, tratan de organizarse de forma conjunta para trabajar la metodología de proyectos, reflexionando en equipo sobre el qué y el cómo trabajar diariamente a
través de los proyectos, cómo desarrollar el trabajo cooperativo en las aulas, cómo implicar al alumnado en un aprendizaje más activo y dinámico, cómo tomar
conciencia de las rutinas y destrezas de pensamiento, etc. Tratan, en suma, que el alumnado tome conciencia de cómo se aprende y cómo aprenden ellos y ellas en
particular. Así, por ejemplo, dos de los proyectos actuales son los que han denominado "Las aves" y "Mamíferos", para los cuales los alumnos trabajan de forma
cooperativa a partir de una enseñanza por investigación y descubrimiento, y aprenden juntos independientemente de su edad, superando la disciplinariedad.

Los docentes encuentran que la experiencia está siendo altamente motivadora para el alumnado, que recurre a su entorno inmediato de referencia como recurso de
aprendizaje (realizan salidas al exterior para observar a los pájaros y otros animales, recogen excrementos y huesos, etc.), consulta materiales en libros y en Internet, y
va construyendo un mural con todos los hallazgos, que han colocado en una parte visible del aula a la que todos tienen acceso.

En este tipo de trabajo, destacan los círculos concéntricos de formación, a través de los cuales los alumnos de diferentes edades trabajan de forma conjunta mediante
las tutorías de iguales. De esta forma, los alumnos más pequeños van ampliando sus conocimientos con las explicaciones de sus compañeros más mayores, que se
convierten en referentes y ejemplos a seguir; y los mayores se sienten más motivados hacia la tarea, fortaleciendo su autoconcepto y, al mismo tiempo, repasando los
contenidos de aprendizaje con las explicaciones de sus compañeros más pequeños. Cada alumno asume una responsabilidad en el desarrollo del trabajo, ya que tratan
que el trabajo cooperativo sea una realidad.

Pese a que las bondades del trabajo por proyectos son innumerables, el profesorado también se encuentra con algunas dificultades, siendo una de ellas el choque que
provoca en los padres y madres este tipo de metodología. La mayoría de ellos fueron educados bajo un modelo de enseñanza‐aprendizaje tradicional, en una época en la
que se trataba de imponer un modelo de asimilacionismo cultural (urbanocéntrico), infravalorándose la cultura rural. El tradicional empleo del libro de texto y los
deberes sigue, pues, fuertemente arraigado en el concepto educativo de estos padres y madres, que no terminan de entender en muchos casos esta nueva filosofía de
enseñanza‐aprendizaje. Para dotar de consistencia y valor pedagógico el proyecto educativo y no crear fisuras que generen más desconfianzas desde el exterior, los
docentes mantienen numerosos encuentros con los padres y madres para atender las posibles dudas que puedan ir surgiendo, convirtiéndose asimismo en momentos
de reflexión y mejora profesional.

El docente, guía en el aprendizaje


La escuela rural ha sido y continúa siendo una contribución importante en la creación de las escuelas del mañana, ya que las condiciones de trabajo (como la baja
ratio, la existencia de aulas multigrado o los espacios multifuncionales) exigen pensar en propuestas educativas que apuesten por el trabajo autónomo, para que el
alumnado aprenda a aprender y a pensar. Para ello, el aprendizaje basado en proyectos y el trabajo cooperativo han sido opciones metodológicas fundamentales. Los
agrupamientos existentes en esta escuela rural, es decir, las aulas multigrado, constituyen otro motor para que sus profesionales sigan investigando y avanzando en la
experimentación de estrategias metodológicas para que la inclusión educativa sea un principio didáctico esencial. En esta escuela, el profesorado ha tenido que
aprender y continúa aprendiendo que su función está centrada fundamentalmente en ser guía y orientador del aprendizaje del alumnado, en crear ambientes de trabajo
motivantes, en diseñar situaciones de aprendizaje en donde se despierten la creatividad del alumnado y el deseo de aprender para toda la vida.

Para saber más


Boix, Roser (2003). "Escuela rural y territorio: entre la desruralización y la cultura local", en Revista Digital E‐rural: Educación, Cultura y Desarrollo Rural, núm. 1,
julio.

Bustos Jiménez, Antonio (2010). "Aproximación a las aulas de escuela rural: heterogeneidad y aprendizaje en los grupos multigrado", en Revista de Educación, núm.
352, mayo‐agosto, pp. 353‐378.

Fernández Martos, Magdalena; Sorolla Bueno, Ángeles (2014). "Un paseo por ‘nuestra escuela rural", en Fórum Aragón, núm. 11, marzo, pp. 26‐28.

Pérez Gómez, Ángel I. (1998).La cultura escolar en la sociedad neoliberal. Madrid: Morata.

Pozuelos Estrada, Francisco J. (2007).Trabajo por proyectos en el aula: descripción, investigación y experiencias. Sevilla: Cooperación Educativa.

Sepúlveda Ruiz, M.ª Pilar; Gallardo Gil, Monsalud (2011). "La escuela rural en la sociedad globalizada. Nuevos caminos para una realidad silenciada", en
Profesorado. Revista de Currículum y Formación del Profesorado, vol. 15, núm. 2, pp. 141‐153.

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