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CAPÍTULO III
DESARROLLAR UN PROYECTO INTEGRADOR PARA EL PERÚ
En la actualidad, las pasiones ideológicas han disminuido en intensidad y en calidad; por tal
razón, los problemas económicos no pueden ser tratados aisladamente, sino a la luz de sus
influencias demográficas, sociales y políticas. Tales aspectos debemos verlos en su integridad,
en caso contrario, seguirán acompañándonos las dificultades por mucho tiempo: mal
aprovechamiento de nuestros recursos naturales; poquísimos puestos de trabajo productivo;
mala salud; deficiente educación; tradiciones e instituciones rígidas, corruptas, incompetentes y
burocráticas; falta de disciplina social; etc.
Ya hemos comprobado una y mil veces que no se puede lograr el tan ansiado desarrollo en
base al autoritarismo (Gobierno de Fujimori) y la corrupción (Gobierno del APRA), de que la
creación de industrias por sí solas no lograrán un cambio significativo; son impostergables un
conjunto de reformas en la estructura básica de la sociedad, porque; el problema inmediato es
una mejora sustancial en calidad y cantidad de la producción y el empleo - tanto en el campo
como en la ciudad - unidos a una real, urgente e impostergable descentralización. Somos testigos
El desarrollo no es un medicamento. Tampoco es seguir por siempre con políticas que tengan
el rótul
También es cambio. Y todo cambio en una sociedad y en una cultura significan rompimiento,
dislocación. El desarrollo es arriesgado, pero; la alternativa es infinitamente más peligrosa,
apenas es posible lograr sobrevivir: desnutridos, pésimamente educados, desempleados, etc. El
desarrollo por lo menos, podemos dirigirlo, controlarlo e inspirarlo. Y a pesar de algunos
desencantos, los resultados serán consecuencias de nuestras variadas potencialidades morales,
intelectuales y físicas.
Necesitamos una nueva visión, que dependa menos del capital extranjero y más del estímulo
a la iniciativa nacional, el talento y energía individuales, es decir; darles importancia a la niñez,
juventud y en general a las ciudadanas y ciudadanos de las zonas urbanas y rurales, a lo largo
y ancho de nuestro territorio y más allá de nuestras fronteras. Nuestra aspiración es fundar un
nuevo estilo de gobierno, basado en el respeto, el diálogo, la cooperación, la rendición de
cuentas, la transparencia y en lo posible erradicar la propaganda institucional. Mantener el
diálogo con todos los representantes públicos, debe constituirse en un nuevo estilo de política y
el que propugnamos siempre tendrá el lema: .
Para que funcione la Democracia Participativa que ofrecemos como prioridad número uno,
se debe sustentar en cuatro ejes, o cuatro grandes objetivos que, por sus alcances, trascienden
las expectativas temporales de un gobierno, y que, por su magnitud, aspiran a satisfacer la
ambición de todo el país. Proponemos desde lo más profundo de nuestro ser:
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1) Alcanzar el pleno empleo, desarrollar y consolidar la política social, propia del Estado del
Bienestar más avanzado posible, en función a la Democracia Participativa como práctica
constante y en todos los niveles del Estado.
2) Proyectar la modernización del Perú del siglo XXI, afrontando con éxito los nuevos retos, que
se les plantean a todos los países desarrollados.
3) Garantizar y reforzar la coexistencia y la integración, mediante el ejercicio del poder político
respetuoso, dialogante y promotor de los consensos.
4) Apoyo a la agricultura y ganadería ancestrales, potenciando el cultivo de nuestros productos
bandera: la papa y sus diversas variedades, la quinua, kiwicha, tarwi, mashua, oca, olluco,
kañiwua, maca; alpaca, paco, etc. y su reentrada en los hábitos de consumo de la población,
harán posible que la talla, peso e inteligencia de las peruanas y peruanos mejore
radicalmente, en función a las dietas alimenticias con mínimos componentes extranjeros.
Los cuatro objetivos señalados son parte del liderazgo que aspiramos alcanzar, para
situarnos junto a los primeros. Vemos con asombro que el horizonte fundamental de nuestra
actual democracia representativa sólo sirve para administrar la corrupción, la pobreza y la
impunidad. Nosotros queremos reducir el atraso histórico del Perú, para crear un Estado de
Bienestar General y poner los cimientos para el entendimiento y distensión regional, con miras a
construir la sociedad de naciones sudamericanas. Éstas son nuestras aspiraciones colectivas
como país. Pero los gobiernos de turno siempre han defraudado nuestras expectativas; ahora
tenemos el deber, la obligación, de fijarnos una nueva frontera, alcanzable con el concurso de
las peruanas y peruanos de nueva mentalidad, de nuevas ideas, de intachable conducta ética y
moral, para así: estar junto a los primeros, los países más adelantados y también más decentes
del mundo.
En estos últimos años, los gobernantes de turno, en complicidad con los medios de
comunicación, proclaman que la economía peruana ha adquirido una gran fortaleza, una mayor
favores del Estado y a los grandes grupos de poder económico, que viven cómodamente en la
por el
irracional del espacio electromagnético por empresas sin escrúpulos, que emiten programas
televisivos sin contenido, sin cultura, sin sano entretenimiento.
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quienes aspiren a ser integrantes de esta nueva corriente de ideas proactivas. Ahora, tenemos
capacidad de guiar al país y proteger a la ciudadanía más vulnerable, para no seguir haciendo
que el consumo guie el crecimiento económico, caracterizado por los siguientes aspectos:
Fig. N° 11: Tasa de variación del PBI y contribución al crecimiento de los componentes
de la demanda agregada de América Latina.
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.2105.
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Fig. N° 12: Exportaciones peruanas del 01 de enero al 28 de abril 2013
Como se observa, las principales economías del mundo demandan minerales en bruto y con
escaso valor agregado, para que luego de los procesos industriales regresen al Perú con un alto
costo; esta situación que se repite desde la colonia, no genera progreso homogéneo en el
territorio nacional, ahondando los problemas de centralismo y todas sus funestas consecuencias
para los pueblos del interior del país. Por eso es importante que el Estado asuma con
responsabilidad la educación de sus ciudadanas y ciudadanas para poder transformar los
ingentes recursos naturales, enfrentando con inteligencia los retos del desarrollo sostenible.
Una sociedad que aspira al pleno empleo, o que tienda a este objetivo, necesariamente tiene
que ser una Verdadera Sociedad del Bienestar, que permita dirigir los recursos de que dispone
el Estado para garantizar la integración social, avanzar en justicia redistributiva y lo más
importante, en calidad de vida para las mayorías.
El Estado del Bienestar al que aspiramos, el que está dentro de nuestras posibilidades
alcanzar, es el que garantiza humana asistencia y protección pública a toda la ciudadanía, desde
el mismo momento de su nacimiento hasta el final de sus vidas. En el Perú que deseamos
construir para las generaciones presentes y futuras, nadie, con independencia de su condición,
edad u origen, quedará abandonado a su suerte.
Nuestros problemas del presente y del futuro tienen poco que ver con los del pasado, y es
una pérdida de energías mezclarse en los debates del pasado. Nuestros problemas, nuestros
desafíos, nuestros retos son los que hoy se plantea la sociedad para alcanzar un desarrollado
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de acuerdo a nuestras riquezas naturales, turísticas y medioambientales, de la mano con las
mejores capacidades intelectuales, morales, éticas y cívicas de sus ciudadanas y ciudadanos;
problemas, retos y desafíos que tienen una dimensión global. En saber identificarlos bien, en
saber afrontarlos convirtiéndolos en una oportunidad histórica de progreso para nuestro país, es
allí donde nos jugamos la segunda gran modernización del Perú, que lo queremos más
democrático, más moderno, más humano.
Afortunadamente, ya hemos empezado a recorrer ese camino que no será nada fácil,
requerirá el apoyo y esfuerzo de las peruanas y peruanos de buena voluntad, de grandes ideales,
capacidades, habilidades y destrezas, adquiridas en su diario quehacer. El futuro del Perú
depende de que nos volquemos en el esfuerzo por mejorar la educación, la formación de todos,
aumentado su Presupuesto hasta llegar al 7.2% del PBI y triplicando la inversión en investigación,
desarrollo e innovación. De esa única manera, pronto estaremos en la media mundial, una
quimera que se puede hacer realidad con el apoyo de las mayorías.
El futuro del Perú y de nuestro medio ambiente, depende de que sepamos combatir
eficazmente las consecuencias, indiscutibles, del cambio climático, que está poniendo en peligro
los glaciares y el agua que es fuente de vida y desarrollo.
Nadie, además, está en condiciones de ofrecer hoy mejor que nosotros, el equilibrio y el
progreso del Perú, la disposición pública a integrar y no a excluir, a direccionar las controversias
y no a extremarlas, a construir obras de envergadura, para luchar contra la contaminación de las
grandes ciudades y desde allí ser polos generadores de servicios integrales para el tratamiento
de la basura, el reciclado y la venta de fertilizantes; ello será posible creando grandes empresas
transformadoras en cada una de las capitales de región.
Los blanquiñosos de la capital con su claro perjuicio racial, jamás han ideado la puesta en
práctica de una cultura abierta a las etnias y razas, en tal sentido, desde este momento nos
comprometemos para el fomento de una Cultura Integral de Igualdad de Trato, que prevenga y
combata cualquier tipo de discriminación, por razón de nacimiento, edad, religión, orientación
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3.2 NUEVA DIVISIÓN POLÍTICA DEL PAÍS
Así como los conquistadores españoles escogieron al Valle del Rio Rímac como capital de
su territorio conquistado con la finalidad de que les sea más fácil el saqueo de las vastas riquezas
heredado por una buena parte de la población, con sus secuelas de corrupción, pleitos judiciales,
autoritarismo, centralismo, facilismo, racismo, discriminación, donde los políticos e intelectuales
desde esas épocas han servido en su mayoría al poder y cuya visión estaba determinado por
sus intereses de clase, que dieron origen en los inicios de la República a la oligarquía.
El trabajo de propagación de la fe de la iglesia católica entre los indígenas fue llevado a cabo
por las diferentes órdenes religiosas católicas y fue la excusa usada para la conquista. Durante
esta época, la iglesia católica llegó a tener un inmenso poder, especialmente con el Tribunal de
la Santa Inquisición, que duró en el Perú por 250 años, desapareciendo finalmente en 1820. El
resultado de la implantación de la religión católica fue el sincretismo religioso que sobrevive hasta
hoy, especialmente en las comunidades alto-
El desinterés por armonizar las instituciones de la corona española con las preexistentes en
el continente, manifiesta una nula voluntad de implicarse con las poblaciones nativas, lo que
hubiera posibilitado un intercambio beneficioso para ambas partes. Sin embargo la propia historia
explica cómo desde el principio se produjo un mestizaje que marcaría de forma definitiva, la
complicada configuración social que actualmente compone el país. Así, se entiende que merced
a esta implicación no premeditada, ahora son los descendientes de esa sociedad mestiza los
que deben enfrentarse a los problemas generados desde la Conquista del Perú.
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Fig. N° 14: División política del Perú heredada de la colonia.
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Ya en la década de 1980, junto a la situación de inestabilidad política, la espiral hiper-
inflacionaria y el terrorismo, las reformas del Estado peruano tenía pocas esperanzas de cuajar
y de desarrollarse según un modelo de Estado democrático y que favoreciera la convergencia
interregional y consecuentemente el desarrollo equilibrado de sus regiones. Vemos en el cuadro
que se presenta a continuación la escala del VAB (Valor Agregado Bruto) según departamentos,
lo que indica que el centralismo sigue abriendo drásticas brechas entre los intereses
metropolitanos y los regionales.
Con estas características el Estado peruano, poco o nada podrá hacer para revertir la
situación puesto que depende de inversores privados para el desarrollo de diferentes actividades
económicas. Y, si el Estado no puede controlar esta situación, los intentos de descentralización
se repetirán con igual grado de frustración.
Fig. N° 16: Clima de inversiones Escala ciudad 2013.
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Como se puede ver, Lima tiene una vida propia, que concentra casi todo el aparato productivo
nacional; y, las profundas modificaciones que se realicen en función de la Creación de la Nueva
República del Perú en las estructuras económicas, sociales y culturales y de sus relaciones con
otras partes del territorio, exigen una revisión de los principios que rigen la organización del
espacio, con el fin de evitar que se hallen enteramente determinados en virtud de objetivos
económicos a corto plazo, sin tener en cuenta de forma adecuada los aspectos sociales,
culturales y los de medio ambiente, en todo el territorio con principios de equidad y solidaridad.
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Una Nueva República del Perú con una visión y una filosofía centrada en la persona
humana, en sus aspiraciones, en la protección de los derechos fundamentales y sobre todo, un
Estado con absoluta participación en aspectos tales como la política económica y financiera,
laboral, educativa, sanitaria, seguridad social universal y seguridad ciudadana, junto con nuevas
políticas para las concesiones pesqueras, portuarias, mineras, agrícolas y del uso del espacio
electromagnético nacional, que favorezcan nuestra identidad, la promoción de nuestras riquezas
naturales, turísticas, gastronómicas y que propicien los estímulos a los conocimientos de la
r la
preservación y la convivencia armoniosa con el medio ambiente y también debe estar organizada
por sectores de actividades: hospitalario, hotelero, bancario, comercial, de vivienda, de
recreación. La nueva capital del Perú a diferencia de las grandes capitales del mundo, debe ser
totalmente planificada para ser el centro político y económico del país.
Se propone esta nueva configuración política, teniendo en mente dos objetivos principales:
a) Impulsar la real y verdadera descentralización del país, incorporando nuevos sistemas viales
y la creación de grandes centros tecnológicos en puntos estratégicos de dichas vías.
b) Dotar a la nación de una capital y sede de gobierno central totalmente nuevos, para terminar
con la hegemonía de la principal ciudad costera: Lima.
El Valle del Mantaro, que por su historia y situación geopolítica deberá trascender nuestras
fronteras y será conocida porque en algún punto de ella se erigirá la nueva Capital del Perú,
totalmente diferente al ideado por los próceres y precursores de la oligarquía peruana del año
1821 y siguientes; donde se tendrá muy en cuenta las aspiraciones descentralistas, geopolíticas,
de seguridad nacional y siguiendo las enseñanzas históricas del infausto año 1879...
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Fig. N° 20: Mapa del Perú antes de 1832.
Desde el punto de vista simbólico, ese cambio significará el paso de un país absolutamente
centralizado a una nación independiente, lista para integrar otras regiones desamparadas por los
sucesivos gobiernos desde 1821 y poner en marcha un nuevo proceso de desarrollo. Ese deseo
debe reafirmarse legalmente en el primer año del nuevo gobierno, donde se prevea la creación
del Distrito Federal en algún punto del hermoso Valle del Mantaro, (Centro del país), todo ello
debe hacerse en un tiempo récord de menos de tres años. Somos conscientes de que existirá
una fuerte oposición dentro y fuera del gobierno, por quienes desean seguir alternándose el
poder desde la actual capital - Lima -, que quieren seguir manteniendo sus privilegios centralistas
de dólares americanos) equivale a todas las obras juntas de las 24 regiones del interior del país!
Mencionando un solo caso ilustrativo.
Por todo ello, el futuro Congreso Participativo debe aprobar el proyecto de ley para la
construcción de la nueva ciudad capital del Nuevo Perú (en algún punto del hermoso Valle del
Mantaro), más humano y solidario, en función a su desarrollo sostenible.
El primer paso para la construcción de una nueva capital en el interior del país fue la selección
de la ubicación de la nueva ciudad, para lo cual se eligió a mediados de 1956 una extensa meseta
en la zona sureste del Estado de Goiás. Las obras de construcción se iniciaron el 23 de octubre
de 1956, y conforme se concluían los edificios administrativos diversas entidades
gubernamentales (y sus integrantes) se trasladaban a la nueva ciudad. No fue hasta el 21 de
abril de 1960, tras 41 meses de trabajo, que la ciudad fue inaugurada al quedar completada, en
gran parte gracias al apoyo político y financiero otorgado por el presidente Juscelino Kubitschek.
A partir de esta fecha se inició la transferencia de los principales órganos del gobierno federal a
la nueva capital con el cambio de las sedes de los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial
Federal.23
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Finalmente, idear el desarrollo de las capacidades del Estado (para no seguir siendo
saqueados impunemente, con la venia y complacencia de las autoridades de turno) que
promueva el desarrollo sostenible exige una reorientación de las reformas de la administración
pública, que actualmente apuntan al Buen Gobierno, que es uno de los cuatro pilares de la
estrategia para la reducción de la pobreza en nuestro país. Las prioridades más urgentes son la
transformación del sistema político imperante en el Perú desde inicios de la colonia,
descentralización, el aumento de la eficiencia, eficacia y productividad de la administración
pública, la lucha contra la corrupción, el nepotismo, la inseguridad ciudadana, transporte seguro,
nuevos sistemas viales y de transporte (con trenes de alta y mediana velocidad, que unan
diferentes puntos de nuestro país en el menor tiempo posible).
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Fundamentos para la Creación de la
Nueva República del Perú
CAPÍTULO IV
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