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DERECHOS HUMANOS EN MATERIA AMBIENTAL DENTRO DEL

ORDENAMIENTO JURÍDICO VENEZOLANO

Autor: Juan Carlos Segura


Abogado

RESUMEN
El presente trabajo especial de grado tiene por objeto analizar los derechos
humanos en materia ambiental dentro del ordenamiento jurídico venezolano,
para explicar cómo se aplica el procedimiento de juzgamiento de los delitos
ambientales. El trabajo es de importancia, ya que permite conocer porque los
delitos en materia ambiental no son juzgados de acuerdo a la magnitud de
los daños ocasionados, quedando en muchos casos impunes ante el efecto
causado. Para ello, la metodología estuvo basada en el diseño bibliográfico,
de tipo documental, con un nivel analítico, mediante la revisión de una serie
de instrumentos jurídicos asociados con el tema en cuestión, tales como la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, los convenios y
tratados internacionales, las leyes, doctrinas y jurisprudencia que dieron las
bases para construir dicho análisis. Estos argumentos permitieron concluir,
que existe una estrecha relación entre el derecho ambiental y los derechos
humanos dentro del ordenamiento jurídico venezolano, ya que el derecho
ambiental debe velar porque los ciudadanos gocen de un ambiente sano,
ecológicamente equilibrado, limpio y sostenible, por lo que se manifiesta el
respeto a los derechos humanos, indivisibles e interdependientes. Por tal
motivo, una de las principales recomendaciones se vincula con la promoción
de la educación ambiental en el ámbito legal, para concientizar que el
aspecto punitivo y sancionatorio resulta un catalizador para evitar la comisión
y propagación de delitos en materia ambiental.

Descriptores: Derecho ambiental, Derechos Humanos, delitos ambientales,


procedimientos, ordenamiento jurídico.

i
HUMAN RIGHTS IN ENVIRONMENTAL MATTERS WITHIN THE
VENEZUELAN LEGAL ORDER

Author: Juan Carlos Segura


Abogado

ABSTRACT
The purpose of this special undergraduate work is to analyze human rights in
environmental matters within the Venezuelan legal system, to explain how the
procedure for judging environmental crimes is applied. The work is of
importance, since it allows to know why crimes in environmental matters are
not judged according to the magnitude of the damages caused, being in
many cases unpunished before the effect caused. For this, the methodology
was based on bibliographic design, of a documentary type, with an analytical
level, through the revision of a series of legal instruments associated with the
subject in question, such as the Constitution of the Bolivarian Republic of
Venezuela, the agreements anTd international treaties, laws, doctrines and
jurisprudence that gave the basis for constructing such analysis. These
arguments allowed us to conclude that there is a close relationship between
environmental law and human rights within the Venezuelan legal system,
since environmental law must ensure that citizens enjoy a healthy,
ecologically balanced, clean and sustainable environment, which is why
Respect for human rights is manifested, indivisible and interdependent. For
this reason, one of the main recommendations is related to the promotion of
environmental education in the legal field, to raise awareness that the punitive
and sanctioning aspect is a catalyst to avoid the commission and propagation
of crimes in environmental matters.

Descriptors: Environmental Law, Human Rights, environmental crimes,


procedures, legal order.

ii
Introducción
El hombre a lo largo de la historia, en su afán por satisfacer sus
necesidades y mejorar su calidad de vida, ha intervenido continuamente los
recursos naturales renovables y no renovables del ambiente, violando sus
Derechos fundamentales, especialmente el derecho a la vida, ya que ha
ocasionado efectos que han derivado la ruptura del equilibrio ecológico del
planeta, y la alteración de su dinámica. Por consiguiente, es necesario
aportar una definición que asocie los Derechos Humanos con el ambiente a
fin de contextualizar su significado e importancia.
En este sentido, se puede afirmar que los derechos que poseen las
personas para coexistir dentro del planeta, permiten crear las condiciones
indispensables para que los seres humanos vivan dignamente en un
ambiente de libertad, justicia y paz, preservando el derecho a la vida, la
libertad de expresión, la educación, la vivienda, entre otros, que son
considerados por la Declaración Universal de los Derechos Humanos del año
1948, de carácter universal, indivisible e interdependiente, donde el goce
completo de los derechos civiles y políticos se torna imposible sin la plena
satisfacción de los derechos económicos, sociales y culturales.
Definido lo anterior y haciendo referencia al ambiente, es importante
destacar que las actividades que degradan al planeta han impactado la
calidad ambiental, mediante el uso inadecuado de los recursos naturales
renovables y no renovables, por la carencia de normas o instrumentos que
regularan la explotación de los mismos para esa época, situación manifiesta
en un irrespeto continuo al planeta, ocasionando desde ese momento un
deterioro ambiental progresivo, producto de la acción del hombre sobre su
entorno, violando en sí mismo el derecho a la vida y, por ende, a vivir en un
ambiente sano.
No obstante, el estilo de vida actual y las concepciones de desarrollo
han deteriorado profundamente la calidad ambiental en la era post-industrial,
violando indiscutiblemente los derechos decretados desde 1948, ya que, a

1
partir de la Revolución Industrial y las actividades que de ella derivaron, los
seres humanos principiaron la transformación de la Tierra, afectando
notablemente la naturaleza de sus recursos renovables y no renovables, los
cuales han padecido notablemente el impacto de la acción humana,
incurriendo desde ese momento en una flagrante violación a los derechos
fundamentales, como los son el derecho a la vida, salud, educación y trabajo,
entre otros.
Es así, tal como lo plantea, Reyna (2008) que:
A partir de la segunda mitad del siglo pasado, en virtud a la
evolución del comportamiento social, se produjo la aparición de
nuevas formas de criminalidad, como la medio ambiental, ante las
cuales el grupo social carecía de formas de protección efectiva,
produciéndose la consecuente impunidad de conductas realmente
nocivas a la interacción social (p. 10)
Por estas razones, los Estados y, especialmente, los de la región,
incluyendo Venezuela, a través del órgano competente, como el Poder
Legislativo se han visto en la necesidad de elaborar un ordenamiento jurídico
en materia ambiental, a fin de promover la protección y el uso adecuado de
los recursos naturales, para ello, desde los acuerdos y convenios
internacionales, tratados, doctrinas y jurisprudencias, que permiten que
surjan una serie de leyes, normas, reglamentos, como medios coercitivos,
persuasivos, resarcitorias, mitigadoras y punibles.

Por ejemplo, es importante destacar el planteamiento de la


Organización de las Naciones Unidas, decretado en la Conferencia de
Estocolmo (1972); donde se propuso como primer principio, que:
El hombre tiene el derecho fundamental a la libertad, la igualdad y
el disfrute de condiciones de vida adecuadas en un medio de
calidad tal que le permita llevar una vida digna y gozar de
bienestar, y tiene la solemne obligación de proteger y mejorar el
medio para las generaciones presentes y futuras (p.211).

Entonces, viendo al ambiente en el sentido más amplio, se puede


afirmar que los problemas originados en él se han ido agudizando con el

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paso del tiempo, desde la aparición del proceso de industrialización e incluso
con el avance de la ciencia y la tecnología, ya que la sociedad ha utilizado de
manera irresponsable los recursos naturales al punto que ha ocasionado el
detrimento o daño constante de los mismos. Sin embargo, estos daños
logran catalogarse como delitos una vez que entra en juego el aspecto
jurídico, como medida para mitigar y prevenir la afectación del ambiente.
Es por ello, que la Declaración sobre el Ambiente y Desarrollo de las
Naciones Unidas (Rio de Janeiro, 1992), en el informe especial en derechos
humanos y ambiente de la subcomisión de derechos humanos de las
Naciones Unidas, son algunos de los entes que han reconocido el vínculo
entre derechos humanos y ambiente por la comunidad.
Sobre la base de los postulados discutidos en la Conferencia de
Estocolmo, Venezuela se ha encargado de promover un ordenamiento
jurídico con el fin de mejorar o disminuir los daños ambientales, con la
promulgación de la Ley Orgánica del Ambiente del año 1976, publicada a
través de la Gaceta Oficial de la República de Venezuela Nro. 31.004 del 16
de junio de 1976, cuyo mandato constitucional fue la defensa y conservación
de los recursos naturales.
De modo que es hasta el año 1992, cuando se promulga la primera Ley
Penal del Ambiente, con la finalidad de tipificar como delitos aquellos hechos
que violen las disposiciones relativas a la conservación, defensa y
mejoramiento del ambiente, donde a su vez establece sanciones penales
correspondientes, así como, determina las medidas precautelativas, de
restitución y de reparación a que haya lugar, es decir medidas de
resarcimiento del daño ocasionado.
Ahora bien, con la entrada en vigencia de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela Gaceta Oficial Extraordinaria N° 36.860
de fecha 30 de diciembre de 1.999, el Estado venezolano, trajo consigo la
tutela de los derechos ambientales, donde su objetivo, es “(…) proteger y
mantener el ambiente en beneficio de sí misma y del mundo futuro. Toda

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persona tiene derecho individual y colectivamente a disfrutar de una vida y
de un ambiente seguro, sano y ecológicamente equilibrado (…)”, tal como se
encuentra especificado en el artículo 127 de la referida norma.
Asimismo, los artículos 128 y 129 tendrán el mandato de desarrollar
una Ley Orgánica con principios y criterios de acuerdo a las realidades
políticas, sociales, culturales y económicas relacionadas con el ambiente, la
geografía y la población, de acuerdo a las alianzas para el desarrollo
sostenible, que contenga información y participación ciudadana y sobre las
actividades capaces de crear daños al ambiente deben tener un seguimiento
anticipado de estudios de impacto ambiental y sociocultural.
No obstante, con el paso del tiempo y después de la promulgación de la
Ley Orgánica del Ambiente del 2006, la Ley Penal de Ambiente del (1992) se
debilita, ya que esta nueva norma incluye dentro de la normativa una serie de
acciones que ahora se consideran degradantes al ambiente. Además, forman
parte de los derechos ambientales que en los años 70 no existían con tanta
claridad y especificidad, ni mucho menos eran reconocidos como Derechos
Humanos, de modo que, fue necesario modificarla para regular las conductas
ilícitas, no solo la del hombre como persona natural sino también las
personas jurídicas relacionadas, incluyendo, sanciones más contundentes en
atención al perjuicio causado al ambiente.
Por lo tanto, este hecho conllevó a la realización de una reforma de la
Ley Penal del Ambiente, siendo publicada en la Gaceta Oficial de la
República Bolivariana de Venezuela N° 39.913 de fecha, 02 de mayo de
2012, que incluye, nuevos delitos y aumentos de las sanciones ya plasmadas
y tipificadas en las disposiciones de carácter procesal derivadas de la
especificidad de los asuntos ambientales.
De modo que en Venezuela, es una preocupación la protección jurídica
del ambiente, por lo que se ha venido realizando avances en las normativas
coercitivas en el aspecto punitivo, en relación al manejo sustentable del
ambiente y el equilibrio en las relaciones sociedad-naturaleza, derecho al

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agua, derecho al aire limpio, derecho a vivir libre de contaminación, donde su
afectación, incluso, se considera violación a los Derechos Humanos, como:
la vida, la libertad y la seguridad, los derechos económicos, sociales,
culturales y a la salud.
Por consiguiente, en el contexto actual que vive la sociedad
venezolana, cuando se afecta el bien común es necesario sancionar según la
gravedad del daño cometido, entendiendo que toda acción que contribuya al
detrimento del ambiente constituye un acto violatorio a los Derechos
Humanos, ya que fundamentalmente afecta el derecho a la vida, por tanto
deben ser juzgados a través de la jurisdicción que establezca la ley.
Ahora bien, en la investigación de la jurisdicción penal de acuerdo al
Código Orgánico Procesal Penal (COPP) (2012) es pertinente especificar los
órganos que forman el poder judicial, referido en el Art. 60 de la Ley
Orgánica del Poder Judicial (LOPJ) (1998) establece: “El Poder Judicial se
ejerce por la Corte Suprema de Justicia, los Tribunales de jurisdicción
ordinaria y los Tribunales de jurisdicción especial (…)”, según Gaceta Oficial
N° 5.262 el 11 de septiembre de 1998.
De igual manera, sobre la jurisdicción penal el artículo 55 del Código
Orgánico Procesal Penal (COPP) (2012) establece “La jurisdicción penal es
ordinaria o especial, en los términos establecidos en la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela y en las leyes”, tal como se contemplaba
en la Ley Penal del Ambiente del año 1992, cuando indicaba en el artículo 22
que el conocimiento de los delitos ambientales correspondía a la jurisdicción
penal ordinaria.
No obstante, con la reforma de la Ley Orgánica del Ambiente (LOA)
(2006) se establece en el artículo 136 que “Se crea la Jurisdicción Especial
Penal Ambiental para el conocimiento y decisión de las causas provenientes
de acciones u omisiones tipificadas como delito por la ley especial
respectiva”, de modo que queda sobre entendido que los delitos ambientales

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se deben juzgar mediante tribunales especiales con la aplicación del
procedimiento que corresponda.
Tal como se aprecia luego en el artículo 23 la Ley Penal del Ambiente
LPA (2012), el cual establece dentro de las disposiciones procesales que “la
Jurisdicción especial penal ambiental tendrá competencias tanto para las
acciones penales como las civiles derivadas de aquella”. En otras palabras,
la organización, estructura y funcionamiento de dicha jurisdicción se regirá de
acuerdo a lo establecido en el Código Orgánico Procesal Penal COPP
(2012), el cual funcionará de la misma forma en que trabaja cualquier otra
jurisdicción penal de Venezuela.
En consecuencia, se puede afirmar que la jurisdicción establecida será
la que abre las puertas al proceso de ejecución, en atención a la amplitud o
limitación de su causa, según la extensión de los efectos de la sentencia.
Estos procesos pueden ser ordinarios y especiales, conforme con la
naturaleza de la relación jurídico-material. Entendiendo, que el procedimiento
ordinario se desarrollan las siguientes fases: fase preparatoria, intermedia,
de juicio, de impugnación y de ejecución, mientras que los procedimientos
especiales están caracterizados por la eliminación de una o varía de esas
fases u otra particularidad en relación a su desarrollo.
En este orden de ideas, tomando como referencia que los asuntos
penales cuyo conocimiento corresponda a los Tribunales Venezolanos según
el Código Penal, los tratados, convenios y acuerdos internacionales suscritos
y ratificados por la República Bolivariana de Venezuela, corresponde a los
tribunales ordinarios el ejercicio de la jurisdicción, tal como lo señala el
artículo 56 del Código Orgánico Procesal Penal (COPP) (2012).
Sobre la base de este planteamiento y considerando que los delitos
ambientales en la mayoría de los casos constituyen una violación a los
Derechos Humanos, se hace imperativa la necesidad de juzgarlos mediante
el procedimiento ordinario, ya que éste tal como lo señala el Código Orgánico
Procesal Penal (2012) desde su “fase preparatoria constituye una garantía

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esencial para el desarrollo del proceso, pues dependiendo de la manera
como esta se lleve a cabo, resultará también el desarrollo del proceso en
fase intermedia y en fase de juicio”, originando una sentencia objetiva.
Sobre la base de estas premisas, surge la siguiente interrogante
¿Cómo se aplica el procedimiento de juzgamiento de los delitos ambientales
violatorios de los derechos humanos en materia ambiental dentro del
ordenamiento jurídico venezolano? A fin de dar respuesta a esta inquietud la
presente investigación tiene como propósito Analizar los derechos humanos
en materia ambiental dentro del ordenamiento jurídico venezolano.
A tal efecto, es destacar que la investigación se justifica a través de la
importancia que reviste la cantidad de delitos que existe en materia
ambiental y que no son juzgados con el procedimiento adecuado. Esto a
pesar de la importancia que reviste para la población el deterioro del
ambiente, que radica igualmente en la violación de los Derechos Humanos,
en el caso de la afectación, daños y detrimentos, ya que puede limitarle el
desarrollo de su vida tanto, la salud, lo social y en el interés económico.
En consecuencia, el presente estudio muestra el análisis del porque se
debe utilizar el procedimiento ordinario para juzgar los delitos ambientales, el
cual proporcionará sustentos teóricos y/o metodológicos que permitan a
futuros investigadores profundizar en relación a al tipo de procedimiento que
se aplica para determinar el grado de responsabilidad que acarrea un daño
ambiental de diversas proporciones, en virtud de que la investigación ha
logrado vincular los Derechos Humanos en materia ambiental y se
establezca el procedimiento ordinario de juzgamiento en el proceso penal,
dentro del ordenamiento jurídico venezolano.
Metodología
Para los fines de la presente investigación se utilizó el diseño
bibliográfico, el cual está fundamentado en la investigación de tipo
documental, que según Arias (2012) “se basa en la obtención y análisis de
datos provenientes de materiales impresos y no impresos” (p.27), de modo

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que, obtiene su sustento en la revisión sistemática, rigurosa y profunda del
material documental impreso y en formato digital, relacionado con libros,
sentencias, leyes y publicaciones asociadas con el tema ambiental.
En consecuencia, el análisis documental se sustentó tomando en
consideración diversos instrumentos jurídicos. En principio la Constitución de
la República Bolivariana de Venezuela (2009), la Ley Orgánica del Ambiente
(2006), la Ley Penal del Ambiente (2012) y el Código Orgánico Procesal
Penal (COPP) (2012). Además, se acude al análisis de las sentencias
vinculantes emanadas la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de
Justicia responsables en materia ambiental y los Derechos Humanos que
guardan directa relación con el objeto de la investigación, ya que tal como lo
señala Palella y Martins (2012) “la investigación de tipo documental jurídica
permite al investigador profundizar en temas vinculados con la problemática
jurídica o legal del contexto actual, propiciando el análisis y la reflexión con la
finalidad de dar respuesta a inquietudes del investigador” (p.32).
En cuanto al nivel de investigación abordado, se puede afirmar que el
mismo se ubica dentro del estudio Analítico, en virtud de que, tal como lo
señala Hurtado (2012), “analizar significa desintegrar o descomponer una
totalidad en todas sus partes” (p. 255), que implica una síntesis posterior de
lo analizado, ya que tal como lo indica el mismo autor “síntesis significa
reunir varias cosas de modo que conformen una totalidad coherente, dentro
de una comprensión más amplia de la que se tenía al comienzo, (p. 255).
De tal manera que, el análisis de los documentos asociados con la
materia ambiental en el marco jurídico venezolano permitió responder a cada
una de las interrogantes y de los objetivos planteados para el desarrollo de la
presente investigación.
Resultados
Para consolidar el análisis que derivó de la presente investigación se
realizó en primer lugar la Operacionalización de las Preguntas, que según lo
expresado por Quiroz y Morgan (1987), es viable si de manera “paralela se

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desarrollan y conceptualizan los contenidos de los términos incluidos en las
preguntas planteadas al inicio de la investigación, lo que supone articular
teoría y práctica para obtener un análisis más acertado de la situación objeto
de estudio” (p.13).
Por consiguiente a continuación, se presenta el cuadro con las
interrogantes que se generaron en la investigación, sus categorías y la
unidad de análisis en la que se sustenta cada una de ellas y de las cuales se
sustentó la discusión de los resultados obtenidos.
Cuadro 1. Operacionalización de las Preguntas.
Interrogantes Categorías Unidades de Análisis
¿Cómo se describe la Derechos Humanos *Derechos Humanos en
importancia que poseen materia ambiental
los Derechos Humanos *Derechos Humanos desde
dentro del ordenamiento tratados y convenios
jurídico venezolano en internacionales
materia ambiental? *Delitos ambientales
¿Cuál es la relación entre Ordenamiento jurídico *Ordenamiento Jurídico
el derecho ambiental y los venezolano Venezolano en materia
derechos humanos dentro ambiental
del ordenamiento jurídico *Marco legal y
venezolano? Jurisprudencias vinculadas
con los Derechos humanos
en materia ambiental en
Venezuela
¿Cómo se aplica el Procedimientos *Sistema Acusatorio
procedimiento de *Proceso Penal Venezolano
juzgamiento de los delitos *Procedimiento especial
ambientales violatorios de *Procedimiento Ordinario
los derechos humanos en *Procedimientos para el
materia ambiental dentro juzgamiento de los delitos
del ordenamiento jurídico ambientales
venezolano? en Venezuela
Fuente: El autor (2019)

Discusión de los resultados


Sobre la base del cuadro de operacionalización se analizaron todos los
datos obtenidos a través de la recolección de información, de documentos,
jurisprudencia, y autores de obras de derecho constitucional, mediante un
estudio analítico, identificando la problemática y posterior solución que se

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estimó ser útil y necesaria para responder a los objetivos de la investigación
como mecanismos de control de la constitucionalidad en Venezuela en
relación con los Derechos Humanos en materia ambiental dentro del
ordenamiento jurídico venezolano, tal como se describen a continuación:

Derechos Humanos en materia ambiental


Para referir este tema es indispensable iniciar la disertación, definiendo
en primer lugar el término derecho asociado al ámbito legal, por lo cual se
entiende según diversos autores, como el conjunto de leyes, normas,
preceptos y reglas que deben obedecer los individuos en su vida social. Por
su parte el término humano, se vincula con la humanidad, el hombre y la
mujer.
En consecuencia, al acuñar ambos términos dentro de las expresiones
jurídicas, esta acepción representa el conjunto de normas, pautas y
preceptos que deben respetar las personas para lograr la convivencia
armónica de la humanidad, en otras palabras, los Derechos Humanos
constituyen el conjunto de normas, leyes y libertades considerados como
inherentes a la naturaleza humana, razón por la cual deben ser respetados
por todo el poder político que ejerce el Estado, desde todos sus ámbitos de
acción. Es así como la denominación de Derechos Humanos es aceptada a
partir de la Declaración Universal de las Naciones Unidas (1948) y adoptada
de esta manera en los escenarios nacionales e internacionales.
Con relación a la evolución de los Derechos Humanos, asociados al
tema ambiental, se hace mención por primera vez en la Conferencia del
Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de 1996
donde se estableció explícitamente “Que toda persona tiene el derecho a un
nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, salud y
bienestar (…)”. Aunado a esto el progreso de los Derechos Humanos en el
ambiente queda registrada en las Conferencias de las Naciones Unidas
sobre el Medio Ambiente Humano (1972) celebrado en Estocolmo, Suecia y
la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el

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Desarrollo (1992) presentada en Brasil. En este sentido, a razón de preservar
un ambiente sano que permita el goce y el disfrute de una vida plena es
necesario vincular los Derechos Humanos con la materia ambiental.
En el ámbito local, relativo a la normativa Venezolana, al comienzo
hubo una serie de instrumentos jurídicos entre la que destaca la Constitución
de la República de Venezuela (1961), la cual estableció en el artículo 106
que “El Estado atenderá a la defensa y conservación de los recursos
naturales de su territorio, y la explotación de los mismos estará dirigida
primordialmente al beneficio colectivo de los venezolanos”, por lo cual desde
ese momento todas las políticas de Estado debían estar orientadas hacia la
preservación del ambiente, con el fin de garantizar a los venezolanos, un
aviente limpio y sano para el disfrute.
Además, se puede referir la primera Ley Orgánica del Ambiente (1976),
cuyo objeto es “establecer dentro de la política del desarrollo integral de la
Nación, los principios rectores para la conservación, defensa y mejoramiento
del ambiente en beneficio de la calidad de la vida”. Con referencia a la carta
magna y la Ley ut supra se empieza a reivindicar el derecho a través de los
derechos del ambiente dándole carácter de existencia legal al ambiente.
En consecuencia, con la constitución del año 1961 y la primera Ley
orgánica del ambiente, Venezuela se convirtió en uno de los pioneros de
Latinoamérica de contar con una norma jurídica de protección del ambiente,
que luego se fortalece con la creación del Primer Ministerio del Ambiente en
1977, el cual surge con el propósito de coordinar todas las acciones que en
materia ambiental el Estado Venezolano debe ejercer para garantizar la
conservación, preservación y defensa del ambiente.
Por otra parte, para sancionar lo referente a los delitos ambientales, que
además constituyen una flagrante violación a los Derechos Humanos, se
promulga la primera Ley Penal del Ambiente en 1992, la cual tuvo por objeto
“tipificar como delitos aquellos hechos que violen las disposiciones relativas a
la conservación, defensa y mejoramiento del ambiente, y establece las

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sanciones penales correspondientes. Así mismo, determina las medidas
precautelativas, de restitución y de reparación a que haya lugar”, pero sin
llegar a establecer que los daños ambientales debían estar acompañados de
medidas punitivas contra estos delitos.
En relación a la promulgación de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela (1999) introdujo cambios relevantes institucionales
en todos los espacios de la gran nación, pero específicamente en materia
ambiental, ya que en el preámbulo siembra el equilibrio ecológico y los
bienes jurídicos ambientales como elementos de relevancia y tal como lo
señala la Universidad de Navarra (2012) “El bien jurídico es aquella realidad
valorada socialmente por su vinculación con la persona y su desarrollo. Vida,
salud, integridad, libertad, indemnidad, patrimonio (…) son bienes jurídicos”
(p.1), dando connotación este concepto a la importancia de respetar los
Derechos Humanos asociados con el ambiente. A su vez la Constitución de
1999 incluye en el artículo 11, que la soberanía se aplica sobre los recursos
naturales y genéticos dentro de la república, promoviendo el respeto a la
interdependencia de dichos recursos.
En síntesis, los derechos ambientales se comparan con los Derechos
Humanos fundamentales en el campo del derecho a la vida, a la salud y
educación. Por tanto en la historia republicana de Venezuela se instaura un
capítulo solo para los derechos ambientales, establecidos con carácter
enunciativo en los artículos 127 al 129, donde se desarrollan los principios
fundamentales para la ejecución y consumación de nuevas políticas
ambientales de la nación integrándose con el resto del articulado de la
constitución. Particularmente, el 127 establece como derecho y como deber
la protección del ambiente que garantice el equilibrio ecológico y el interés
individual y colectivo y el bienestar del pueblo y de todos los seres vivos de
esta manera se exalta a categoría constitucional los derechos ambientales y
por ende del derecho a una vida sana.

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Por último, en el artículo 129, se desarrollan varios aspectos garantes
de un ambiente sano, entre los que resaltan los estudios de impacto
ambiental y socio cultural que puedan afectar y generar daños a los
ecosistemas. Otro aspecto relevante que contempla el artículo es el hecho
de que el Estado no permitirá la injerencia de acuerdo a la entrada de
desechos tóxicos, la no fabricación de armas nucleares, química y biológica.
Además trata sobre la celebración de contratos entre personas naturales y
jurídicas nacionales o extranjeras en lo relativo a la permisividad de
afectación a los recursos naturales en la cual se consideración la obligación
de conservar el equilibrio ecológico y de restablecer el ambiente a su estado
natural si fueren dañados o alterados de acuerdo a los lineamientos
constitucionales y de las normas orgánicas.
En este sentido, para dar respuesta al llamado que hace el texto
constitucional y a la Ley Orgánica del Ambiente del 2006, se reforma la Ley
Penal del Ambiente (2012), donde se incluyen otros elementos que
garantizan la aplicación de sanciones al incumplimiento de la Ley Orgánica
del Ambiente.
Es por ello que esta Ley Penal tiene por objeto
Tipificar como delito los hechos atentatorios contra los recursos
naturales y el ambiente e imponer las sanciones penales.
Asimismo, determinar las medidas precautelativas, de restitución y
de reparación a que haya lugar y las disposiciones de carácter
procesal derivadas de la especificidad de los asuntos ambientales
(…) así como la capacidad de imponer sanciones penales a causa
de la gravedad y la magnitud de al daño o peligro causado al
ambiente y los procedimientos que serán realizados dentro de los
procesos judiciales de acuerdo a la especificidad de los asuntos o
la causas ambientales.
Por consiguiente, la Ley incluye dentro de su normativa, las sanciones
penales a los que el infractor debe someterse, según la a causa de la
gravedad y la magnitud del daño causado al ambiente y los procedimientos
que serán realizados dentro de los procesos judiciales de acuerdo al
ordenamiento jurídico vigente en materia ambiental. Al respecto, cabe

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destacar que es de suma importancia la inclusión de los delitos ambientales
en el marco jurídico venezolano, ya de esta manera se vinculan con los
Derechos Humanos ambientales internacionales, sobre todo donde se
plantea según Knox, J. (2018), que

Los seres humanos son parte de la naturaleza y nuestros


Derechos Humanos están interrelacionados con el entorno en que
vivimos. Los daños ambientales interfieren en el disfrute de los
Derechos Humanos y el ejercicio de esos derechos contribuye a
proteger el medio ambiente y promover el desarrollo sostenible
(p.16).
En otras palabras, los mismos seres humanos son los encargados de
velar por el respeto a los Derechos Humanos que están implícitos en el
entorno donde nos desenvolvemos, en virtud de que los daños y delitos
causados contra el ambiente, entorpecen y obstaculizan el uso, goce y
disfrute de los derechos, ya que la acción ejercida por ellos contribuye a
preservar el ambiente e iniciar el desarrollo sostenible dentro de la sociedad.
Ahora bien, es importante distinguir que los Derechos Humanos están
íntimamente ligados con el bienestar de un ambiente limpio, saludable y
llevadero. Y que el cumplimiento de los derechos llevará a una evolución
comprensión de la correlación existente entre los Derechos Humanos y el
ambiente para garantizar las mismas condiciones a las próximas
generaciones. Por tanto, “muchas normas nacionales e internacionales son
pertinentes para los Derechos Humanos y la protección del ambiente” (p.38).
Así que las normas tanto nacional como internacional no son taxativas, sino
adecuadas en relación con los Derechos Humanos y en la protección del
ambiente.
Los Derechos Humanos desde tratados y convenios
internacionales
En referencia a los tratados y convenios internacionales de Derechos
Humanos, suscritos por la República Bolivariana de Venezuela, se encuentra
estipulado y consagrado en el artículo 23 de la Constitución de la República

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Bolivariana de Venezuela (2009), en la enunciación de los tratados pactos y
convenciones internacionales en relación a los Derechos Humanos suscritos
y ratificados tienen jerarquía constitucional. Estos tratados son los realizados
después de la segunda guerra mundial la Asamblea General de las Naciones
Unidas en el año 1948, aprobó el instrumento nombrado Los Derechos
Universales del Hombre.
Luego en un documento declarativo acogido por la Asamblea General
de las Naciones Unidas en su Resolución 217 A (III) 10 de diciembre de
1948, que recoge los Derechos Humanos calificados como básicos.
Mediante la cual esta declaración y los Pactos Internacionales perciben lo
que se ha denominado la Carta Internacional de Derechos Humanos, como
un documento orientativo. Asimismo los Pactos son tratados internacionales
que obligan a los Estados signatarios a practicarlos, donde los Derechos
Humanos definidos por los pueblos y las naciones unidas, se asocian a la
paz y la seguridad internacional, para promover la libre determinación de los
pueblos, desarrollar y estimular el respeto a los Derechos Humanos y a las
libertades primordiales de todos los seres humanos.
Adicionalmente está La Convención Americana sobre los Derechos
Humanos (CADH) o Pacto de San José de Costa Rica suscrita por
Venezuela en 1969, con la entrada en vigencia para el año 1978, la cual se
destaca por ser la conferencia interamericana especializada en Derechos
Humanos, que tiene como finalidad, implicar a las partes a trabajar para el
consentimiento y aplicación de los derechos económicos, sociales,
culturales, incluso los laborales, salud, educación y un nivel de vida propicio,
complementada posteriormente con la Carta Social de las Américas, donde
se incluye los derechos fundamentales.
En referencia al agua como un derecho a la vida, según las
convenciones y tratados de los Derechos Humanos, tal como lo instituye la
Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), se
declaró mediante Resolución A/64/L.63/Rev.1, del 26 de julio de 2010, como

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un Derecho Humano el agua potable y el saneamiento esencial para el pleno
disfrute de la vida y de todos los Derechos Humanos, esto implica la
protección de las cuencas hidrográficas, las aguas superficiales y
subterráneas, los embalses, los suelos y el aire. Por consiguiente, la
sobreexplotación de estos recursos o la afectación de los mismos a través de
las actividades urbanas son indicativas de falta de control y seguimiento
ambiental, e irrespeto a las leyes, de modo que originan el deterioro de la
calidad de los recursos naturales, con sus consecutivos efectos.
Delitos Ambientales
Según Troconis (2005) el delito ambiental es “toda modalidad
conductual reprochable penalmente que vaya direccionada contra los bienes
ambientales jurídicamente tutelados”. (p. 391), en otras palabras los daños
ambientales que causen detrimento o alteración del equilibrio ecológico de
los recursos disponibles en la naturaleza, son considerados delitos
ambientales, por tanto deben ser sancionados o penados, según sea el caso
o el efecto causado.
En consecuencia y en el desarrollo del tema penal es imprescindible
referir la teoría del delito como el “Conjunto de instrumentos conceptuales
aptos para determinar si el hecho que se enjuicia es el presupuesto de la
consecuencia jurídico penal prevista en la ley”. Por lo tanto, se infiere que el
delito no es más que la acción, negligencia o violación de la norma, realizada
por el individuo o los individuos sean personas naturales o jurídicas tipificada
dentro de la Ley penal.
A su vez, existen dentro del delito cinco (5) elementos formales tales
como: i) La conducta, la cual es aquella capaz de realizar una acción u omitir
la misma, ii) La tipicidad es cuando ocurre la identificación de la conducta
sea omisión o acción tipificada en la norma, iii) La antijurícidad se define
como aquella conducta contraria al derecho positivo capaz de generar
normas y leyes, iv) Culpabilidad es aquella reprimenda o pena que acarrea
de la conducta antijurídica y por último v) La punibilidad es la pena o castigo

16
que debe penar por su conducta antijurídica dentro de la sociedad, los que
constituyen el concepto del delito.
Asimismo, en el objeto de la Ley Penal del Ambiente del año 1992, se
tipificaron delitos ambientales de acuerdo a lo establecido en el artículo 1,
donde tiene por objeto “tipificar como delitos aquellos hechos que violen las
disposiciones relativas a la conservación, defensa y mejoramiento del
ambiente, y establece las sanciones penales correspondientes.
Adicionalmente, determina las medidas precautelativas, de restitución y de
reparación a que haya lugar”, y con la reforma del año 2012, se tipificaron
nuevos delitos penales, ya que su objeto es plasmar como delitos, aquellos
que infrinjan daños al ambiente. Además esta reforma indica la aplicación de
sanciones penales.
Del mismo modo los aspectos más resaltantes de la Ley penal del
ambiente (2012), son: responsabilidad penal de las personas jurídicas,
responsabilidad civil, sanciones, medidas precautelativas, responsabilidad
solidaria y por dependientes. De acuerdo a lo determinado en el artículo 1 la
Ley tiene por objeto
Tipificar como delito los hechos atentatorios contra los recursos
naturales y el ambiente e imponer las sanciones penales.
Asimismo, determinar las medidas precautelativas, de restitución y
de reparación a que haya lugar y las disposiciones de carácter
procesal derivadas de la especificidad de los asuntos
ambientales.”
En virtud de que el tema penal se asocia con los daños causados al
ambiente es necesario iniciar la disertación acerca de la conceptualización
de lo que, actualmente se concibe como ambiente, que según el artículo 3 de
la Ley Orgánica del Ambiente (LOA) (2006) constituye un “sistema de
elementos de naturaleza física, química, biológica o socio cultural, en
constante dinámica por la acción humana o natural, que rige y condiciona la
existencia de los seres humanos y demás organismos vivos, que interactúan
permanentemente en un espacio”.

17
Ahora bien, lo que se conoce del ambiente o de la percepción del
ambiente ha trascendido a los aspectos meramente físicos o naturales de un
espacio o, incluso, a las condiciones socio-culturales de un lugar, ya que ha
dejado de entenderse como “todo aquello que nos rodea”, como visión
limitada y antropocéntrica o inclusive como todos los elementos naturales,
con una óptica biocéntrica, ya que el ambiente va más allá, de esta manera
se puede inferir que “es el hombre en sociedad quien origina los problemas
ambientales, debido a que los conflictos surgen por su desenvolvimiento en
el plano político, económico y socio-cultural” (Godoy, 2015 p. 25).
Por ello, la visión del ambiente se presenta de forma más complicada y
la tipificación de los delitos se torna más compleja al momento de determinar
la culpabilidad de los responsables del daño ambiental, entendiendo, que el
daño ambiental, tal como lo señaló Troconis (2005) es la “afectación de o
detrimento en calidad o cantidad de uno o varios de los componentes o
valores ambientales, ante el accionar humano ejercido sobre ellos,
generando efectos nocivos o contraproducentes denominados impactos o
contaminación ambiental” (p. 133). En otras palabras, el daño ambiental se
evidencia cuando se pierde el equilibrio ecológico y se manifiesta su efecto
sobre sus elementos.
Afirmación que concuerda con la definición de daño ambiental, que se
encuentra descrita en el artículo 3 de la Ley Orgánica del Ambiente (LOA)
(2006), cuando plantea que el mismo está asociado con “toda alteración que
ocasione pérdida, disminución, degradación, deterioro, detrimento,
menoscabo o perjuicio al ambiente o a alguno de sus elementos”. Por
consiguiente, toda acción que cause u origine detrimento o daño ambiental,
es considerada un delito, en palabras de, De los Ríos (2009) sería toda
“aquella acción típica, antijurídica y culpable o violatoria de preceptos legales
o reglamentarios, dirigida a trastornar nocivamente el ambiente,
desmejorando la calidad de la vida y que es merecedora de una sanción
penal” (p. 209).

18
En este orden de ideas, de acuerdo a los planteamientos anteriores se
deduce que la tutela ambiental la tiene el Estado, y todo acto realizado contra
el ambiente tiene leyes relacionadas con la clase de delito que se realice en
materia penal y administrativa, de modo que esto derivará en sanciones para
la persona natural o jurídica, las penas pueden ser en su carácter punitivo de
privativa de libertad, las administrativas pueden ser resarcitorias,
indemnizatorias y mitigadoras del daño causado.
Por consiguiente, en el marco jurídico ambiental, los delitos asociados
con los daños causados, consideran las leyes que se apegan a la defensa,
preservación, conservación y desarrollo armónico del ambiente, es un marco
científico-jurídico que permite limitar las situaciones irracionales que
deterioran el ambiente con infortunados efectos para la vida del planeta. De
allí, tal como lo plantea Chirinos, López y Peñaloza (2016) “se norman las
acciones humanas para preservar y conservar el entorno, estableciendo
condiciones para utilizar racionalmente los recursos” (p.178), traducido en el
ámbito nacional en la promulgación de una serie de leyes ordinarias,
reglamentos, decretos y resoluciones, que norman el uso de los recursos.
En síntesis, se puede afirmar que los delitos ambientales son delitos de
peligro, ya que se originan a partir de la acción del hombre sobre el medio,
sin embargo, puede resultar, tal como lo plantea Vercher, Picazo y Castañón
(2003), “anticipatorio y preventivo debido a que la autoridad encargada de
verificar el daño debe valorar el antes y el después para comprobar la
tipicidad del delito, contrastando que la conducta concreta supone un daño o
un riesgo para el ambiente” (p. 32), es así como los encargados del caso
deben verificar, sobre la base de una inspección previa, el grado de
afectación del daño, para poder determinar el efecto causado y la penalidad
que éste debe recibir.
En consecuencia, artículo 3 de la Ley Penal del Ambiente (2012),
establece, que “(…) su ejecución exige la violación de una norma
administrativa, es objetiva y para demostrarla basta la comprobación de la

19
violación, no siendo necesario demostrar la culpabilidad”; de esto se puede
inferir, que el delito puede ser catalogado social, si afecta las bases de la
existencia socio-económica y/o atenta contra las materias y recursos
indispensables para las actividades productivas y culturales que desarrolla el
individuo en sociedad. Además se debe considerar sí pone en peligro las
formas de vida autóctonas en cuanto implica destrucción del sistema en la
relación hombre-espacio. Dándole al delito ambiental categoría no solo social
sino económico porque colocan en riesgo las actividades productivas
potenciales para el desarrollo individual, colectivo e incluso de la comunidad
y del Estado.
Por ejemplo, el derecho a la vida que se pueda ver amenazado por el
envenenamiento o destrucción de las cuencas de ríos y quebradas, que
afecte la calidad del agua que se consume, al suelo donde las comunidades
realizan sus sembradíos agrícolas para la alimentación, la contaminación del
aire, que afecta la disponibilidad de oxígeno, la destrucción de las reservas
forestales sin los permisos que otorgan las órganos competentes del Estado,
entre otras actividades que vayan en detrimento de la calidad de vida de los
habitantes de una determinada localidad o región.
Sin embargo, al momento de penalizar los delitos ambientales, con el
procedimiento inadecuado, no se considera la garantía del equilibrio
ecológico y los bienes jurídicos ambientales como patrimonio común e
irrenunciable de la humanidad e incluso, la afectación del bien común como
valores que se destacan en el preámbulo de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela (2009).
En síntesis se puede decir que tal como lo solicita el objetivo primero de
la presente investigación los delitos ambientales son considerados una
violación a los Derechos Humanos dentro del ordenamiento jurídico
venezolano, cuando van en menoscabo del ambiente, degradando sus
recursos, alterando el equilibrio ecológico y además impiden el cumplimiento
de los derechos fundamentales asociados con el derecho a la vida.

20
Apreciación que se sustenta sobre la base de la importancia que tiene
un ambiente sano para garantizar el derecho a una mejor calidad de vida y
por ende al cumplimiento irrestricto de los Derechos Humanos, como es el
caso de la alimentación, la educación, la libertad, entre otros.
Ordenamiento Jurídico Venezolano en materia ambiental
Para referir los aspectos relacionados con el ordenamiento jurídico en
Venezuela, es necesario definir, en primer lugar, el Derecho, entendido
según Seguridad Pública (2009) como “el conjunto de normas jurídicas que
regulan la convivencia de las personas en comunidad” (p. 1), de modo que, a
través de esta disciplina de orden jurídico-social, se podrán establecer el
compendio de instrumentos legales que se encargaran de normar los
diversos procesos que se dan dentro del Estado.
De este concepto, se desprende que el ordenamiento jurídico “es
el conjunto de normas que regulan la convivencia de unas determinadas
personas en un lugar y tiempo determinado” (Seguridad Pública, 2009). En
otras palabras, deduce el conjunto de normas de un país, región o
comunidad, que establece derechos y deberes a la sociedad para el
cumplimiento y el desenvolvimiento para la convivencia, disfrute, goce y
protección dentro de la misma.
En tal sentido, si se acuña esta disciplina al tema ambiental, surge el
Derecho Ambiental, que según Troconis, N. (2005) es
Es el conjunto de normas jurídicas encargadas de reglamentar las
relaciones de las personas con la naturaleza, sus recursos y el
ambiente en general, como medio satisfactorio de sus
necesidades individuales o sociales y controladoras de su
aprovechamiento, uso y conservación, idealizado en el logro de un
bienestar humano, calidad de vida y desarrollo ambientalmente
sustentable (p. 288).
En otras palabras, el derecho ambiental establece el marco legal que se
encarga de regular, controlar y penalizar las actividades humanas que
degradan el equilibrio ecológico y contribuyen con el menoscabo de la
calidad de los recursos naturales, para garantizar el uso responsable de los

21
mismos y contribuir con el desarrollo sustentable. De modo que, las normas
establecen los procedimientos bajo los cuales se juzgaran los daños
causados al ambiente, bien sea por un particular o un colectivo, jurídico o
natural.
En este orden de ideas, se exalta la creación de la normativa dentro del
el ordenamiento jurídico Venezolano en materia ambiental, que se encuentra
tutelado a partir de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela
CRBV (2009), que se fundamenta como norma soberana en materia
ambiental, establecida en el Título III De Los Derechos Humanos y
Garantías, y De Los Deberes, Capítulo IX De Los Derechos Ambientales en
los artículos 127 al 129. De acuerdo al mandato de la Carta magna el
ordenamiento respectivo de las Leyes, orgánicas y ordinarias, las cuales son
aquellas normas legales que establecerán de manera conducente las
políticas de protección, conservación del ambiente y preservación de los
recursos naturales salvando o aminorando de modo significativo el impacto
de los daños ambientales.
Aspecto, que se encuentra en consonancia con la la Ley Orgánica del
Ambiente LOA (2006) la cual tiene por objeto
Establecer las disposiciones y los principios rectores para la
gestión del ambiente, en el marco del desarrollo sustentable como
derecho y deber fundamental del Estado y de la sociedad, para
contribuir a la seguridad y al logro del máximo bienestar de la
población y al sostenimiento del planeta, en interés de la
humanidad. La virtud de la implementación de esta Ley, es para el
establecimiento de una directriz con principios y normas
ambientales que desarrollen, protejan el interés patrimonial del
ambiente y que contribuyan al bienestar del ser humano y a la
protección del planeta.
De igual manera, a objeto de establecer las medidas correctivas y/o
punitivas en esta materia se promulga la Ley Penal del Ambiente LPA (2012).
El fin de esta Ley es penalizar los delitos contra los daños causados a los
recursos Naturales Renovables y No renovables y se impongan aquellas
medidas de mitigación, resarcitorias e indemnizadoras.

22
Adicionalmente, a fin de normar y reglamentar lo referente al uso de
cada uno de los recursos disponibles en el ambiente surgen las leyes
especiales, que describen diversos aspectos legales en materia ambiental
para el territorio Venezolano.
Marco legal y Jurisprudencias vinculadas con los Derechos
humanos en materia ambiental en Venezuela
De acuerdo al basamento legal y jurisprudencial de los Derechos
Humanos y de los delitos ambientales en el ordenamiento jurídico
venezolano, hay que analizar la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela (2009), donde se incorporó un capítulo solo para derechos
ambientales, la Ley Orgánica del Ambiente (2006), la Ley Penal del Ambiente
(2012), el Código Orgánico Procesal Penal COPP (2012), el Código Penal
(2005), otras leyes, normas, sentencias, jurisprudencias y doctrinas, debido a
que estos instrumentos legales proporcionarán las bases sobre las cuales
dista dicho ordenamiento adecuado al tema ambiental venezolano. La
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (2009), en el Titulo III
De los Derechos Humanos y Garantías, y de los Deberes, en el Capítulo IX
De los Derechos Ambientales, establece en los artículos 19 y 127 que:
El Estado garantizará a toda persona, conforme al principio de
progresividad y sin discriminación alguna, el goce y ejercicio
irrenunciable, indivisible e interdependiente de los Derechos
Humanos. Su respeto y garantía son obligatorios para los órganos
del Poder Público, de conformidad con esta Constitución, con los
tratados sobre Derechos Humanos suscritos y ratificados por la
República y con las leyes que los desarrollen.
Se deriva de este artículo que los Derechos Humanos son irreversibles
y gozan del principio universal de progresividad y están garantizados y
suscritos por los tratados internacionales y ratificados por nuestra carta
magna por lo tanto malamente podrían ser derogadas aquellas leyes,
normas o artículos que vayan en contra de los lineamientos de nuestra
constitución y de los tratados internacionales, relacionados con los Derechos

23
Humanos en todos sus ámbitos, materia y en lo que concierne y compete en
esta investigación que es la materia ambiental.
Con relación al artículo 29 de la CRBV (2009), “(…) las acciones para
sancionar los delitos de lesa humanidad, violaciones graves de los Derechos
Humanos y los crímenes de guerra son imprescriptibles. Las violaciones de
Derechos Humanos y los delitos de lesa humanidad serán investigados y
juzgados por los tribunales ordinarios. Dichos delitos quedan excluidos de los
beneficios que puedan conllevar su impunidad, incluidos el indulto y la
amnistía”. En este sentido se observa que las violaciones de los Derechos
Humanos, materia que compete con esta investigación es y debe ser juzgado
mediante el procedimiento ordinario y no por el procedimiento de delitos
menos graves ya que eso implica una violación a la normativa constitucional.
Por su parte, los artículos 128 y 129 de la CRBV (2009), establecen que
atendiendo a las realidades ambientales, geográficas poblacionales, sociales
se creara una Ley Orgánica que desarrollara los principios que regularan la
normativa ambiental y una norma ordinaria penal, de acuerdo a leyes
sustantivas y adjetivas de esta índole, para la implementación y el
juzgamiento de los delitos asociados al ambiente en el ordenamiento jurídico
venezolano, a su vez, la creación de leyes especiales y normativas
emanadas de la ley penal.
En este sentido, la Ley Orgánica del Ambiente (1976) en el artículo 36 y
la Ley Orgánica del Ambiente (2006) en el artículo 108, de acuerdo a estas
leyes orgánicas establecen el procedimiento de juzgamiento en el
procedimiento ordinario, en vista de la aplicación de las sanciones referidos a
estos artículos en cuestión, donde se instauran hasta diez (10) años de
privativa de libertad de acuerdo a la gravedad del daño y las sanciones
pecuniarias la primera de un millón de bolívares y la segunda de 10.000
Unidades Tributarias.
Al respecto, en la Ley Penal del Ambiente (1992) se establece en el
artículo 22 que “El conocimiento de los delitos ambientales corresponde a la

24
jurisdicción penal ordinaria (…)”. De modo que el juzgamiento de los delitos
ambientales en la norma penal ambiental, se realizaba a través del
procedimiento ordinario, en el artículo 12 de la misma Ley, trae a colación el
aumento de la penalidad cuando existieren graves daños y pusieren en
peligro la vida y la salud de los colectivos de una población.
Por su parte, la Ley Penal del Ambiente (2012) establece en el artículo
23 en relación a la jurisdicción penal que “La jurisdicción especial penal
ambiental tendrá competencias tanto para las acciones penales como las
civiles derivadas de aquellas”.
En relación a la violación de los Derechos Humano del expediente N°
04-2533 del 15 de abril de 2015, de la Sala Constitucional del Tribunal
Supremo de Justicia (TSJ), con ponencia del Magistrado Pedro Rafael
Rondón Haaz, en lo referente a los Derechos Humanos.
Los conceptos de violaciones a los Derechos Humanos y
crímenes o delitos de lesa humanidad están vinculados por una
relación de género a especie. Así, la expresión ‘violación a los
Derechos Humanos’ comprende todas aquellas conductas –no
sólo las punibles- que, constitutivas de infracción a la Ley,
producen la consecuencia de lesión a alguno de aquellos
derechos que sean calificables como inherentes a la persona
humana; esto es, como “Derechos Humanos”. Dentro de tales
infracciones quedan comprendidas, como antes se afirmó,
aquéllas que están descritas como conductas penalmente
castigables.

Se infiere que los Derechos Humanos comprenden todas las acciones


conductuales, no solo las punibles sino aquellas que infrinjan las leyes las
cuales originan lesiones o infracciones a los derechos que son calificados
como esenciales a la persona humana o Derechos Humanos, las cuales
están tipificadas en las leyes y son sancionadas de acuerdo a la gravedad de
la transgresión.
Por otra parte, de conformidad, con una interpretación teleológica de la
Constitución, según la misma sentencia

25
Así como con base en los términos del Estatuto de Roma de la
Corte Penal Internacional (el cual es ley vigente en Venezuela e,
incluso, por tratarse de un tratado relativo a Derechos Humanos,
tiene jerarquía constitucional, en la medida que establece el
artículo 23 de la Ley Máxima), se concluye que, para el propósito
de la calificación sobre la imprescriptibilidad de la acción penal, se
tendrán como sinónimos los conceptos de delitos contra los
Derechos Humanos y delitos de lesa humanidad.

De acuerdo al fundamento de la Carta Magna referente al artículo 23,


es determinante a la atención de las garantías de los Derechos Humanos, en
relación a los convenios internacionales lo cual lo coloca al nivel de jerarquía
constitucional, lo que implica que las leyes emanadas de la Ley Máxima
están subordinadas a ella y toda ley contraria a la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela (CRBV) (2009) en materia de Derechos
Humanos, estaría violando dichos y acuerdos y arreglos internacionales.
Ahora bien con relación a la ponencia de la Magistrada Gladys María
Gutiérrez Alvarado Expediente N° 14-0319 de fecha 11 de agosto de 2016,
de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia vinculado con los
derechos constitucionales, humanos y ambiente esta Sala destaca a
continuación:
esta Sala observa la relevancia constitucional y la trascendencia
nacional que tienen los derechos constitucionales que se alegan
vulnerados por parte de la mencionada alcaldesa, tales como los
derechos a la salud, medio ambiente, educación y tránsito, entre
otros, por lo que el asunto de autos posee la característica a la
que se refieren los citados dispositivos contenidos en la Ley
Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia que atribuyen
competencia a esta Sala, ya que si bien según alegan los
demandantes se circunscriben a los términos territoriales de dicho
municipio, sin que se evidencie que afectan a todo el territorio
nacional o a una parte significativa del mismo, requieren de tutela
especial por parte de la Sala Constitucional, dado los bienes
jurídicos a proteger.
A tal efecto se observa que la importancia y la consecuencia que
implica la preeminencia de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela(CRBV), con referencia a los derechos constitucionales que se

26
citan perjudicados por algún Órgano, ente o persona natural o jurídica en los
derechos a la salud al ambiente, educación, tránsito, humanos.
En consecuencia, tal como declara el segundo objetivo de la presente
investigación cuando espera establecer la relación entre el derecho
ambiental y los Derechos Humanos dentro del ordenamiento jurídico
venezolano, se pudo apreciar que las normas, leyes y demás instrumentos
jurídicos promulgados en materia ambiental, tienen su fundamento en
tratados y acuerdos internacionales que tienen como columna vertebral el
respeto a los Derechos Humanos, por tanto, las acciones y demás
actividades que mencionan estos preceptos están dirigidos la preservación y
conservación del ambiente.
Procedimiento de juzgamiento de los delitos ambientales
violatorios de los derechos humanos en materia ambiental dentro del
ordenamiento jurídico venezolano

El sistema penal consta de una serie de representaciones y relaciones


entre los elementos sociales, las políticas públicas, la ley penal; entre otros
instrumentos jurídicos, de los cuales deriva el control social punitivo
institucionalizado, procedentes de la restricción o supresión relevante de
derechos humanos, como es el caso que se ajusta a el juzgamiento de los
delitos ambientales.
En este orden de ideas, cabe destacar que dentro del proceso aplicado
en el sistema penal venezolano, existía el sistema penal inquisitivo, donde se
regía por el Código de Enjuiciamiento Criminal que entró en vigencia desde
el 15 de septiembre de 1926, luego fue reformado en tres ocasiones, 1957,
1962 y 1995 respectivamente.
Este sistema penal, consistía en que la iniciativa de la indagación y
seguimiento de los delitos pertenecía al Juez o a funcionarios públicos que
tenían la potestad de iniciar el proceso penal, se iniciaba de oficio, por
denuncia y querella, en su integridad era totalmente escrito, por la imputación
que realizaba el Fiscal del Ministerio Público o el acusador, también era de

27
carácter secreto sumarial. No obstante, para el año 1998, con la
promulgación del Código Orgánico Procesal Penal, se sustituye éste por el
sistema acusatorio.
Sistema acusatorio
El sistema acusatorio es el procedimiento que se utiliza para presentar
pruebas ante un tribunal, por ello reclama de las partes la información
pertinente del caso y representa un asunto esencial al momento de efectuar
la acusación y comprende la vigencia de principios procesales y su
aplicación a la configuración propia del sistema penal. Además agrupa y
aplica de modo lógico, coherente e integral un grupo de normas rectoras
llamadas principios que en su conjunto determinan el desarrollo del proceso
penal.
Este sistema refiere el mecanismo y la aplicación concertada de
principios que informan el proceso penal y que son propios del referido
sistema, tal es el caso de: oralidad, publicidad, inmediación, concentración y
contradicción, incluso, el propio principio acusatorio.
Proceso penal Venezolano
El proceso penal constituye la forma jurídica mediante la cual se aplica
una ley de tipo penal, donde las acciones que se desarrollan están dirigidas a
la investigación, identificación y penalización de aquellas conductas que
están tipificadas como delitos, ya que la finalidad del proceso, tal como lo
expresa el artículo 13 del Código Orgánico Procesal Penal (2012), es
establecer la verdad de los hechos por las vías jurídicas, y la justicia en la
aplicación del derecho.
Dentro del marco jurídico Venezolano el proceso se basa en los
principios establecidos tanto en la Constitución de la República Bolivariana
de Venezuela CRBV (2009), como en las demás leyes e instrumentos
jurídicos que tienen como función primordial alcanzar la justicia y el respeto a
los derechos fundamentales como es el caso de la dignidad humana y la
libertad, como bienes jurídicos, entre otros.

28
En este sentido, Código Orgánico Procesal Penal COPP (2012) atribuye
al Ministerio Público la función de averiguar la verdad y decidir conforme a la
ley sustantiva, ejecutando las fases que tienen su fundamento en el
Procedimiento Ordinario previsto en el mismo Código, tal como se señalan a
continuación:
1.- La fase preparatoria: Aquí corresponde al fiscal la dirección de esta fase
y se realizan todas acciones de carácter investigativo, que para el tema
ambiental se aplica para indagar en profundidad los hechos cometidos,
quien, cómo, cuándo, causas y consecuencias que determinen que se
cometió un delito. De modo que contempla los actos conclusivos
determinados por el archivo fiscal, sobreseimiento y acusación
2.- La fase intermedia: su acto principal lo constituye la denominada
audiencia preliminar en la que se delimitara el objeto del proceso, derivado
del delito cometido, por ende durante esta etapa se establece si hay
elementos probatorios suficientes para declarar el enjuiciamiento de la
persona imputada o, si por el contrario, procede el sobreseimiento.
3.- La fase de juicio: durante esta fase, se debe emitir el pronunciamiento
definitivo sobre el fondo del asunto o del delito planteado.
4-. La fase de recursos: acá se cuestionara la decisión de fondo emitida por
los tribunales de juzgamiento.
5.- La fase de ejecución de las penas o medidas de seguridad impuestas:
esta fase está a cargo del juez de ejecución, a fin de imponer la pena
corresponda, según el delito cometido.
En tal sentido y en relación con el ordenamiento penal venezolano,
existen los Tribunales de jurisdicción ordinaria y los Tribunales de jurisdicción
especial, que además determinan el procedimiento para su ejecución, según
la magnitud o restricciones de su causa.
Procedimientos
Los procedimientos en el marco jurídico constituyen una serie de
acciones o diligencias sustanciadas, según el orden establecido en cada

29
caso por el legislador, a objeto de vincularlas entre sí por la unidad del efecto
jurídico final correspondiente, que puede ser tanto de un asunto, como de
una fase o fragmento del proceso. En consecuencia, los procedimientos
pueden ser catalogados de diversas formas, en atención al delito cometido,
como ordinarios y especiales, conforme a la naturaleza de la relación
jurídico-material.
Procedimiento Especial
Según Olmedo (1998), un procedimiento es especial cuando “las partes
de las normas que le regulan derogan o modifican las que organizan el
procedimiento común. En caso de modificación parcial, esta ha de captar un
aspecto fundamental del trámite y no un mero acto o artículo del proceso” (p.
301).
Por su parte, Binder (1993) sostiene que se puede distinguir
procedimientos especiales, cuando
La estructuración especial influye en todo el tramite o juicios
especiales cuando es solo la etapa de juicio la que adquiere
características especiales y que son tres las razones
fundamentales que justifican tales procedimientos, a saber la idea
de la simplificación, la menor intervención estatal y el aumento de
garantías (p. 250).
Se desprende de esta cita que los procedimientos especiales tienden a
agilizar el proceso dentro del asunto judicial, de acuerdo al trámite o la
diligencia para que de su resultado o sentencia, de allí la simplicidad y el
aumento de garantías hacia el imputado, a su vez dichos procedimientos
pueden advertirse por la supresión de una o varias de las fases que lo
conforman, o por establecer alguna modalidad en cuanto a su desarrollo.
Procedimiento Ordinario
Dentro del ordenamiento jurídico, es importante referir el procedimiento
ordinario penal venezolano el cual se desarrolla en una fase preparatoria,
una intermedia, una de juicio, una de impugnación y otra de ejecución. En
cuanto a la primera fase preparatoria, esta se desarrolla esencialmente en la
parte investigativa, en la que se enfatiza la injerencia del Ministerio Público,

30
donde el fiscal es quien la dirige, conjuntamente con los órganos policiales
de investigación. En esta etapa se establece si hay elementos suficientes
para determinar el enjuiciamiento o no del imputado, en concordancia con los
artículos 297, 300 y 308 del Código Orgánico Procesal Penal COPP (2012).
En segundo lugar, está la fase intermedia, cuyo evento imprescindible
lo compone la denominada audiencia preliminar, en la que se concretará el
objeto del proceso, la cual está ubicada entre la fase preparatoria y la de
juicio oral y tiene por oficio comprobar si hay basamento serio para producir
juicio al imputado, tal como lo establecen los artículos del 309 al 314 del
Código Orgánico Procesal Penal COPP (2012).
En tercer punto, se encuentra la fase de juicio oral, en la que se debe
exponer el pronunciamiento concluyente sobre el fondo del asunto planteado.
Para dar un veredicto de acuerdo a las pruebas y alegatos emanados de las
partes en conflicto judicial penal. Todo en correspondencia con los artículos
315 al 350 del Código Orgánico Procesal Penal COPP (2012). En último
lugar la fase de ejecución, aquí se establece el cumplimiento de las penas o
medidas de seguridad impuestas, mediante sentencia firme a cargo el juez
de ejecución. En correlación con los artículos 470 al 500 del Código Orgánico
Procesal Penal (2012).
Por otra parte, dentro de este procedimiento, si es el caso, se pudiese
aplicar la materia recursiva o de impugnación, en la que se debe formular el
pronunciamiento definitivo, donde se apelará la decisión de fondo emanada
por los tribunales de juzgamiento.
Dentro de los recursos de impugnación que contempla el Código
Orgánico Procesal Penal COPP (2012) existen: las disposiciones generales,
la revocación de autos de mera sustanciación la apelación de autos o
interlocutorias de un solo efecto y la apelación de sentencia definitivas o
interlocutoria de ambos efectos, sentenciadas por los tribunales de primera
instancia control, juicio y ejecución. A su vez se encuentra el recurso de
casación ante el máximo Tribunal Supremo de Justicia.

31
Sobre la base de estos planteamientos es necesario que se retome este
tipo de procedimiento para sancionar los delitos ambientales, ya que los
daños causados por actividades humanas constituyen acciones degradantes
del ambiente que intervienen notablemente en la calidad de vida de los
individuos y de la colectividad, por ello se deben aplicar desde la fase
preparatoria o investigativa, que permitirá establecer la gravedad de los
efectos y sus diferentes vertientes, así como la comprobación de dichos
hechos durante la fase intermedia y de juicio que corresponda para penalizar
tales acciones.
Procedimientos para el juzgamiento de los delitos ambientales en
Venezuela
El juzgamiento de los delitos ambientales en el ordenamiento jurídico
venezolano, tiene sus antecedentes y orígenes a través de las leyes penales
ambientales y Orgánicas, en base a la jurisdicción ordinaria establecida en la
Ley Penal del Ambiente del año (1992) y luego con su reforma en el año
2012, establece la jurisdicción especial para el juzgamiento de los delitos
ambientales.
Ahora bien, en el libro tercero de los procedimientos especiales del
Código Orgánico Procesal Penal COPP (2012), en relación a la supletoriedad
de la Ley establece en el artículo 353 que “En los asuntos sujetos a
procedimientos especiales son aplicables las disposiciones establecidas
específicamente para cada uno de ellos (…).
En este contexto se desarrolla lo referente a los procedimientos tales
como para el juzgamiento de los delitos menos graves, donde su
competencia será en los tribunales Municipales de primera instancia de
control y su pena en su límite máximo será menor de ocho (8) años, en el
procedimiento abreviado se establecerá por parte del titular de la acción
penal por parte del Estado, cuando se trate de delitos flagrantes y cualquiera
sea la pena establecida al delito y del procedimiento por admisión de los
hechos el cual es aquella que tiene lugar desde la audiencia preliminar, una

32
vez admitida la acusación por parte del imputado, hasta antes de la
recepción de las pruebas en el tribunal de control.
Sin embargo, tomando como referencia lo planteado en el artículo 56
del Código Orgánico Procesal Penal (2012), donde establece que los
asuntos penales cuyo conocimiento corresponda a los Tribunales
Venezolanos según el Código Penal, los tratados, convenios y acuerdos
internacionales suscritos y ratificados por la República Bolivariana de
Venezuela, corresponde a los tribunales ordinarios el ejercicio de la
jurisdicción, mediante las fases que lo caracterizan: preparatoria, intermedia,
de juicio, de impugnación y de ejecución.
A tal efecto, cabe destacar que dentro de este procedimiento la fase
preparatoria representa una garantía esencial para el desarrollo del proceso,
ya que dependiendo de la forma como esta se desarrolle, resultará también
el proceso en fase intermedia y en fase de juicio”, tal como lo señala el
Código Orgánico Procesal Penal (2012), derivando de esta manera en una
sentencia objetiva.
Procedimiento para juzgar los delitos ambientales, se realiza por parte
del Ministerio Público a través de investigación de oficio y denuncia con los
fiscales con competencia en materia Ambiental, quienes tienen como
potestades al igual que las de causas de delitos comunes iniciar la
investigación y practicar las actuaciones y realizar el acto conclusivo, que de
ser una acusación penal se traslada ante los Tribunales de control con el
objeto de que el proceso continúe en las etapas jurisdiccionales
correspondientes y el fiscal continua con su rol de acusador dentro del
enjuiciamiento, e igualmente el proceso jurisdiccional ocurre con la querella o
acusación privada.
Conclusiones
Culminada la investigación en atención al primer objetivo de la
investigación el cual consistió en describir la importancia que poseen los
Derechos Humanos dentro del ordenamiento jurídico venezolano en materia

33
ambiental, se puede afirmar que el hombre a lo largo de la historia ha
intervenido los recursos del ambiente a fin de satisfacer sus necesidades,
situación que se ha agudizado cada día, ya que los daños han sido más
perjudiciales, lo que aunado al Derecho en materia ambiental, han sido
catalogados como delitos.
En consecuencia, para el territorio Venezolano, se puede afirmar que
todas aquellas actividades realizadas por el hombre capaz de degradar los
recursos del ambiente o que vayan en detrimento del mismo deben ser
catalogadas como violatorias de los Derechos Humanos, tal como queda
expresado en el Artículo 80 de la Ley Orgánica del Ambiente (2006) en el
cual se describen cada una de las acciones que originan impacto ambiental,
tal es el caso de aquellas que directa o indirectamente contaminen o
deterioren la atmósfera, agua, fondos marinos, suelo y subsuelo o incidan
desfavorablemente sobre las comunidades biológicas, vegetales y animales.
Adicionalmente se mencionan las actividades o delitos que aceleran los
procesos erosivos y/o incentiven la generación de movimientos
morfodinámicos, las que produzcan alteraciones nocivas del flujo natural de
las aguas, las que generen sedimentación en los cursos y depósitos de agua,
las que alteren las dinámicas físicas, químicas y biológicas de los cuerpos de
agua, las que afecten los equilibrios de los humedales, las derivadas del
tratamiento, importación y exportación de sustancias, materiales y desechos
peligrosos, radiactivos, las relacionadas con la introducción y utilización de
productos o sustancias no biodegradables, además de todas aquellas que
sean capaces de modificar el clima o produzcan contaminación del aire, agua
o suelo, que influyan en la salud humana y el bienestar colectivo.
Por consiguiente esta lista de actividades en mayor o menor magnitud
irrumpe en un ambiente ecológicamente equilibrado, de modo que son
catalogados como delitos y por ende viola el derecho a un ambiente sano y a
la vida humana, uno de los principales derechos contemplados en la
Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948.

34
En este orden de ideas en correspondencia con el segundo objetivo de
este estudio en relación a establecer la relación entre el derecho ambiental y
los Derechos Humanos dentro del ordenamiento jurídico venezolano, se
puede concluir que el marco legal venezolano ha tomado en cuenta la
protección del ambiente, desde los fundamentos, acuerdos y tratados
internacionales, a fin de velar por la protección del derecho a la vida, a un
ambiente sano, entre otros aspectos que contempla la Declaración Universal
de los Derechos Humanos desde 1948.
Finalmente, se puede declarar que existe una estrecha relación entre el
derecho ambiental y los derechos humanos dentro del ordenamiento jurídico
venezolano, en virtud de que el derecho ambiental debe velar porque los
ciudadanos gocen de un ambiente sano, ecológicamente equilibrado, limpio y
sostenible, lo cual se vuelve imposible sin la plena satisfacción de los
derechos económicos, sociales y culturales que contemplan las leyes
venezolanas y que evidentemente redundan en el respeto a los derechos
humanos, indivisibles e interdependientes, a través del derecho a la vida, a la
alimentación, la salud, la vivienda, entre otros.
Por otro lado, en relación al objetivo tercero de esta investigación
asociado con explicar cómo se aplica el procedimiento de juzgamiento de los
delitos ambientales violatorios de los Derechos Humanos en materia
ambiental dentro del ordenamiento jurídico venezolano se pudo desprender
de la revisión documental que sustenta este estudio que en Venezuela desde
la década de los años 70, la protección del ambiente ha estado bajo la tutela
de un órgano rector como lo es el Ministerio del Ambiente, hoy denominado
Ministerio del Poder Popular para el Ecosocialismo (MINEC), institución
responsable de todo lo relacionado con la materia jurídica o legal en relación
a la sanción administrativa de los delitos ambientales.
Es necesario que para sancionar los delitos ambientales en
correspondencia con los efectos y daños que estas acciones han causado
sobre el ambiente y por ende en la calidad de vida de los venezolanos, se

35
aplique el procedimiento ordinario dentro del marco legal ambiental penal
venezolano, ya que este constituye un asunto más contundente para
sancionar la gravedad del delito, que indiscutiblemente es violatorio de los
Derechos Humanos.
Recomendaciones
Se sugiere a las autoridades competentes tanto judiciales, fiscales y
policiales, según lo contemplado en el artículo 80 de la Ley Orgánica del
Ambiente (2006), como actividades violatorias de los Derechos Humanos en
materia ambiental, iniciar las investigaciones correspondientes y el
juzgamiento acorde a los hechos y daños causados a través de la
jurisdicción ordinaria, tomando como base lo planteado en el artículo 56 del
Código Orgánico Procesal Penal (2012), donde establece que los asuntos
penales cuyo conocimiento corresponda a los Tribunales Venezolanos según
el Código Penal, los tratados, convenios y acuerdos internacionales suscritos
y ratificados por la República Bolivariana de Venezuela, corresponde a los
tribunales ordinarios el ejercicio de la jurisdicción, mediante las fases que lo
caracterizan: preparatoria, intermedia, de juicio, de impugnación y de
ejecución., ya que la fase preparatoria garantizará el desarrollo óptimo del
proceso en sus diferentes fases, resultando de esta manera en una
sentencia objetiva.
Disponer de una jurisdicción especial capaz de combatir las violaciones
de los Derechos Humanos en materia ambiental tanto por la vía civil,
administrativa y penal: con el fin de garantizar el cumplimiento de la ley.
A las autoridades Universitarias a nivel nacional, se sugiere promover la
educación ambiental en el ámbito legal, para concientizar que el aspecto
punitivo, sancionatorio y resarcitorio resulta un catalizador para evitar la
comisión y propagación de delitos en el área o materia ambiental y por ende
fomentar la protección de los recursos disponibles en el ambiente.
Asimismo, al Ministerio Público se sugiere que al Fiscal como director
de la investigación y como titular de la acción penal, vele por los Derechos

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Humanos en materia ambiental y le de la jerarquía e importancia que se
merece dentro del ámbito jurisdiccional penal civil y administrativo.
Finalmente se sugiere a la Escuela Nacional de Fiscales del Ministerio
Público la inclusión de una línea de investigación asociada con el Derecho
Procesal Penal en materia Ambiental, a fin de profundizar estudios en esta
área de gran interés prioritario para el individuo, la colectividad de Venezuela
y los Derechos Humanos.

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