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Facultad de Letras y Ciencias Humanas

ESCUELA: Comunicación Social

CURSO: Historia de la comunicación

DOCENTE: Cornejo Urbina, Franklin Martín

TEMA: Trabajo final

ALUMNO: Montes Díaz, Vicmar Stick

CÓDIGO: 18030297

SECCIÓN: 4

2019
La desvirtuación del contenido televisivo en Perú

No es sorpresa para nadie que hoy en día la economía del Perú tenga un corte neoliberal, esto no es
de ahora, hay que resaltar que desde el primer gobierno de Fujimori esto ha ido creciendo de una
manera increíble y ha provocado grandes cambios en la televisión peruana. Al no haber ninguna
intervención del Estado, las empresas transnacionales han usado todas las formas posibles para
conseguir su propósito, que es lograr las mayores ventas posibles, y para esto se han valido de
muchas herramientas, de entre ellas está la televisión. El Estado peruano no es una dictadura ni
tampoco es autoritario; es decir, no nos impone algo directamente ni mucho menos limita a los
canales de televisión poniendo controles o censurando su contenido, pero esto es una puerta abierta
para que el contenido mostrado solo sea producido de acuerdo a los intereses de las productoras de
televisión, y estas a su vez se muevan a favor del capitalismo, para ser más preciso, las empresas
transnacionales invierten dinero para que cierto canal de televisión muestre sus productos o la otra
opción que tienen es auspiciar programas o series de televisión haciendo que los productores de
dichos programas solo se orienten al gusto de la empresa obviando por completo la función de
culturizar o generar conocimiento, consiguiendo así programas de muy mala calidad, llamados hoy
en día como “programas basura”. Por supuesto, esto se ve reflejado en todos los canales excepto
TVPerú, que es un canal del estado.

Hay que tener en cuenta que la globalización ha tenido mucho que ver en este proceso, gracias a
ella ha ocurrido una fuerte acentuación del consumismo a nivel mundial, pero el mayor problema se
encuentra en Latinoamérica y esto es porque los países más desarrollados ven en nosotros una
oportunidad de consumo debido a que no producimos en la misma proporción que ellos, “somos
subdesarrollados en la producción endógena para los medios electrónicos, pero no para el consumo”
(Canclini, 1995, p. 26). El consumismo además cambia la perspectiva de identidad cultural, y esto
es porque al consumir un producto extranjero también adquirimos su hábito de alimentación; es
decir, empezamos a dejar alimentos oriundos de nuestro país por adquirir algo de afuera. Es
evidente que no se le da un espacio o una oportunidad adecuada a lo nacional dentro de los
mercados. También se debe mencionar que hoy en día en los canales de televisión se muestra
mucho contenido del exterior como novelas turcas, serie coreanas, etc., provocando también que en
algún momento empecemos a tomar costumbres que no son propias de nuestra cultura. A la larga,
todo esto causa que los peruanos no nos identifiquemos con lo que se produce en nuestro territorio,
llegamos a un punto en que los productos peruanos no satisfacen nuestras necesidades requeridas y
buscamos en lo global, y todo esto llega a través de los medios de comunicación fomentando
claramente la desfolklorización. Los arraigos culturales se pierden y la identidad se forma a partir
de lo que se conoce de afuera, un ejemplo de ello son los indígenas que se encuentran inmersos en
las transformaciones que ocasiona la globalización en sus territorios y en la etnicidad de estos
grupos. Las prácticas sociales y culturales dan sentido de pertenencia y hoy esto se resuelve más por
la vía del mercado que del Estado, a través del consumo.

Para poder entender mejor se tocarán tres problemas importantes:

1. Los espacios publicitarios


Si bien es cierto, los espacios que hay de sección a sección (los comerciales), que son
comprados por las empresas para mostrar sus productos, son usados desde hace mucho
tiempo, no podemos negar que hoy en día estos espacios son cada vez más extensos y
numerosos, y por si fuera poco, en el transcurso de los programas también se publicitan
dichos productos, lo que quiere decir que en todo momento están bombardeándonos de
productos provocando y hasta creando necesidades ficticias que ni siquiera necesitamos en
el momento. Ahora muchos adquieren productos por impulsividad o simplemente por
aparentar un nivel económico que no poseen. Es claro que el ingrediente secreto de las
marcas más exitosas es el generar deseo en la población. En cierto momento me ha pasado
que mientras veía un programa en la televisión, de pronto aparecía un espacio publicitario
que mostraba una pizza y de inmediato tuve ganas de consumir dicho producto sin antes
haberlo querido, y esta situación puede pasar no solo con una pizza sino con una serie de
productos, que puede ser desde una bebida alcohólica, un celular, un automóvil hasta un
departamento; de esta forma al consumir dichos productos nos vuelve hasta cierta punto
dependientes de ellos, cada cierto tiempo sale algo mejor y está la necesidad de adquirirlo,
como podemos apreciar en el mercado de los celulares, es evidente que crea un grado de
ansiedad por el deseo de consumir o adquirir los productos mostrados, esto provoca que las
personas se vuelvan más complejas generándoles más apetencia hasta el punto de que
sientan la urgencia de cubrir cada una de ellas y si no lo consiguen, sienten cierta
inconformidad o tristeza, alterando así su comportamiento.

2. El contenido de los programas de televisión


En el presente podemos ver una serie de programas, algunos con un contenido informativo
pero también están los programas “basura”, tienen esta denominación los programas que
muestran un contenido pobre, su intención está totalmente alejada de cualquier fin
productivo, tienen contenidos inadecuados en los cuales se muestran términos como
palabras soeces y subidas de tono, se tocan temas que no corresponden con la hora de
protección al menor. Hace años atrás en la televisión se mostraban dibujos o programas
para niños, los cuales fomentaban que el niño o joven aprenda nuevas cosas como
manualidades, dibujos, cosas relacionadas al arte y que incentivaban la creatividad; sin
embargo, hoy no existe nada de esto, desde que amanece hasta que anochece hay programas
de espectáculos en donde se ven distintos personajes y muchos escenarios falsos, un
enfoque distorsionado de la realidad que son producto de la televisión, una creación de ello,
pero a pesar de lo ya mencionado, atrae a la audiencia debido a los acontecimientos
impactantes vertidos allí que lamentablemente promueven conductas que atentan contra la
dignidad de todo ser humano. Los niños y adolescentes tienen derecho a recibir a través de
los medios de comunicación, información que sea relevante para su bienestar y desarrollo.

Los dueños de los canales junto a los productores de estos programas han llevado el
entretenimiento a un nivel absurdo en el cual la estupidez reina a vista y paciencia de todos,
parece ser que el llenarse los bolsillos antes de brindar un buen contenido es la clave y el
objetivo primordial para ellos, ya que tanto el productor como el dueño del canal no
producirían o transmitirían estos programas si no fuese por la gran cantidad de dinero que
invierten los patrocinadores, la gran fuerza con la que el mercantilismo se impone es
tremenda, prácticamente hasta llegar al punto de casi escoger que programa transmitir y que
personaje mostrar, sin importar cuan destructivo puede ser para la sociedad, solo les
importa generar dinero y llenar sus arcas.

3. Noticieros y cortinas de humo


Al hablar de cortinas de humo se asoma rápidamente un recuerdo de los noventa, como
olvidar las famosas maniobras de nuestro distinguido ex presidente Fujimori y su asesor
Montesinos, por esas épocas era tan reiterativo el uso de estas artimañas, pero a la vez
también era algo novedoso para la población; por ende, la operación resultó exitosa,
confabularon con mucho dinero de por medio con los canales, periódicos y todo medio
posible para inundar de temas irrelevantes con tendencias sensacionalistas con tal de que la
población no se entere ni por error de lo que sucedía en el Estado, por esta razón en esas
épocas se crearon una serie de diarios denominados “prensa chicha” que se encargaron de
desenfocar a la población de lo realmente importante, y así de este modo permitir que estos
personajes nefastos para la historia peruana, sigan dando marcha a sus fechorías. Está claro
que su propósito es que nadie se interponga entre ellos y que la ignorancia es su mayor
aliado. En la actualidad estas prácticas son identificadas un poco más rápido, por esta razón
ahora lo hacen de forma más sutil, si bien es cierto somos el resultado de todo este suceso
de cosas pero hemos aprendido a tener más interés por nuestra realidad nacional, el hecho
de investigar qué es lo que sucede hace que estemos pendientes y que nuestro pensamiento
crítico salga a flote apenas haya una nueva noticia. Hoy en día las redes ayudan mucho en
esto, pero no se puede ignorar el hecho de que hay muchas personas que aún se dejan llevar
por la desinformación. Hay un ejemplo claro sobre este punto, recuerdo cuando Mónica
Delta estaba informando sobre la marcha contra el congreso y para ser específicos, sobre la
quema de un patrullero, hizo una comparación que no venía al caso aprovechando la
coyuntura que había en ese momento que era el mundial, decía que estos jóvenes de la
marcha debían de aprender y seguir sus metas como lo hacen los chicos de la selección
peruana y dejar de hacer este tipo de actos, esto realmente fue poco objetivo de su parte, el
relacionar dos temas que no tienen relación alguna con la intención de tapar o restarle
importancia a sucesos de vital envergadura.

Una potencialidad que se le puede encontrar a la televisión con respecto a su uso social, es que se
puede usar su gran alcance y velocidad de trasmisión para poder contribuir a que se concretice la
interculturalidad, la idea no es solo que ellos reciban cosas de parte de nosotros como la tecnología
sino que también nos compartan sus costumbres y así poder entender su cosmovisión, que no sea
una comunicación unidireccional sino que haya un real intercambio y una comunicación eficiente
que es lo que menciona James Lull en su artículo. En la televisión debería enfatizarse un contenido
integrador, un contenido en el cual estén presenten las distintas estructuras sociales y así sentirnos
identificados como peruanos.

Bibliografía

Lull J. (1992). La estructuración de las audiencias masivas. Diálogos de la comunicación, 1(32).

García Canclini, N. (1995). Consumidores y ciudadanos. Conflictos multiculturales de la


globalización. México, D.F.: Grijalbo.

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