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Todos los caminos conducen al saber.

Por: Sara Camila Peláez

Siempre se pregunta en la educación ¿cómo mejorar los puntajes en las pruebas hechas por el
estado?, ¿por qué los alumnos tienen falencias en lenguaje y matemáticas?, ¿de qué forma un
niño puede ser obediente en el aula? Pero paradójicamente, no se cuestionan estas dudas,
porque si se hiciera, se preguntaría ¿los niños deben ser serviles?, ¿el niño es feliz en la
escuela?, ¿por qué no muestra interés por la clase? Estos cuestionamientos se ponen a prueba
a los primeros. Obediencia y felicidad. El encadenamiento de la pedagogía conductista es
radical porque enseña al niño a ser obediente, generando en él, miedo, pesimismo y oscuro
silencio. Con estos sentimientos negativos, nulidad de la voluntad de creación o
cuestionamiento y por ende falta de conocimiento significativo, el niño no tiene una
educación.

Mi filosofía de enseñanza vista desde Apología de Sócrates de Platón es incentivar en el


educando la participación, que no tema a preguntar, también que se cuestione sobre lo ya
planteado, tanto en el aula como en la sociedad, en el mundo y su mente. Esto se logra con
preguntas, no cualquier tipo de preguntas, no de esas que son las corchadoras (confundir al
alumno con preguntas difíciles de responder). El método para ello son las preguntas valiosas
al espíritu, también las afirmaciones interesantes o erradas, si son erradas el estudiante tendrá
confianza en alzar su voz para corregir permitiendo generar un debate entre el alumno y el
profesor se debatirá al mundo y a sus leyes, a la naturaleza. Entonces el estudiante sabrá que
el conocimiento no es inamovible e inactivo, sabrá que el conocimiento se busca, se
encuentra, pero también vuelve a escapar y así la filosofía ya cuenta con una meta para con
los estudiantes. Como docente propendo desde un punto de vista reflexivo, aprender de los
alumnos para corregir mi futura filosofía porque en concordancia con lo dicho del
conocimiento fugaz y activo, esta, la teoría, debe estar en constante cambio y
cuestionamiento.

Como el método que busco en las clases, de tinte reflexivo, debe ser coherente con el tipo de
evaluación, me imagino esta última como todo un desarrollo y no un acto final, donde pueda
apreciar del alumno su participación, pero, por si algún motivo no participa, porque su tipo de
carácter es silencioso, lo deberé calificar de acuerdo con otros factores, como el compromiso,
disciplina y trabajos escritos. Lo ideal de la evaluación es buscar el máximo de herramientas
que pueda aprovechar el alumno, una que tiene mayor peso, es la exposición, porque en ella
evidenciamos la expresividad, léxico, la argumentación, el manejo del cuerpo y el escenario,
además que incentiva al alumno a participar en las demás clases y desenvolverse de una
manera práctica ante la sociedad como lo recalca Nussbaum (2010) en Sin fines de lucro. Por
qué la democracia necesita de las humanidades, la importancia de la argumentación dentro
de la clase se reflejará en su partición en la construcción de sociedad.

Cierto día hice la siguiente pregunta en clase de octavo grado de la Institución Educativa
Jaime Salazar Robledo donde trabajo como docente de apoyo: “- ¿si nos llega una invitación
de una fiesta en China, asistimos? - Una parte del salón decía que no, otra discutía con su
mente en un silencio absorto, otros discutían entre ellos. Si quiero un conocimiento dinámico
debo ser coherente con el espacio, el cual debe también ser dinámico, que se permita la
charla. Entre la discusión uno alzó la mano y dijo: -si me llega en chino no podría saber que
es una invitación y por ende no asisto. - La respuesta del alumno no la esperaba, pasé de
profesora a estudiante. Otro dijo: -se busca en el traductor de Google. - Seguía siendo
estudiante de mis alumnos, aprendía con ellos. -No entendemos esas letras entonces ¿cómo se
ponen en el traductor? - Otro chico tímido ante la respuesta anterior dijo: -Eso no son letras,
son ideogramas. -Ninguno entendía- las letras son las de nosotros”.

Una clase destinada a las diferencias entre el aviso, la invitación y la carta pasó a ser un largo
debate sobre la diferencia de escritura de muchas culturas. Cada alumno se sentía engañado
por tener un conocimiento limitado, ya que el otro "sabía más" pero se daba cuenta que la
discusión no terminaba y en algún punto podía participar. No se trata de frustración por
desconocer, se trata de cambiar para la liberación de un saber que no creíamos poseer y
mejorarlo. El estudiante debe aplicar a su entorno tales preguntas, pero también tener la
certeza de que ese conocimiento adquirido será en un futuro una preconcepción, porque la
educación nos hace y nos llegará a ser.

BIBLIOGRAFÍA
● Negrete, José Antonio. [editorial manuscritos]. Cuatro filosofías de la educación.
[archivo de video]. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?
v=WD0qi2CebPA

● Dale H. Schunk, (2012). Teorías del aprendizaje: una perspectiva educativa. México:
Pearson

● Nussbaum C. Martha (2010). Sin fines de lucro. Porqué la democracia necesita de las
humanidades. Madrid: Katz

● Platón. Obras completas: Apología de Sócrates. Madrid: Patricio de Azcárate, tomo


1, (1871)

● I.E Jaime Salazar Robledo, octavo grado, (2019). Discusión en octavo grado sobre
invitación china. Pereira, Colombia.

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