La combinación de los

alimentos
H. M. Shelton

1. Presentación
Una mala digestión es el primer paso, que no la causa, para la mayoría de las enfermedades
modernas. Sin atender a las reglas fisiológicas que rigen una buena digestión, ninguna dieta
puede ser buena para el organismo. Y quedará la puerta abierta para que, con el tiempo,
nuestra salud y energía vital se vayan degradando.

Sin embargo, es fácil mejorar la digestión aplicando las normas de la combinación de los
alimentos sobre una buena dieta. Esto aligerará el trabajo de dicha digestión (ahorrando
energía a nuestro organismo) y eliminará la fermentación y putrefacción en nuestro tubo
digestivo, con sus nefastos efectos. No existe evidencia científica alguna de que ningún tipo de
fermentación, por muy común que resulte en nuestra sociedad, sea algo connatural a la
digestión.

2. Introducción
En las escuelas de salud se expone a los pacientes a una higiene vital auténtica, poniéndolos en
contacto con todos los factores que influyen en la vitalidad y la buena salud, y no sólo con un
régimen alimenticio concreto. Se deberán tener en cuenta el agua pura, el aire puro, el sol, el
aseo corporal, el ejercicio adecuado, el reposo, el sueño adecuado, y el equilibrio emocional,
mental y espiritual.

El ayuno también ocupa un lugar primordial en nuestro sistema de curación. Cuando

ayunamos y reposamos, permitimos que nuestro organismo descanse del esfuerzo de la
digestión, pudiendo así centrarse en los procesos de autocuración del aparato digestivo y en la
desintoxicación general. Aparte de entrar en una especie de letargo natural que induce a la
relajación y a la disminución de la enervación.

Todo ello contribuirá a ir eliminando todas las fuentes de enervación y toxemia, causas
fundamentales de cualquier enfermedad. Se allanará así el camino para que el organismo
ponga en marcha sus propios medios de sanación.

Excepto el hombre, todos los animales comen exclusivamente el tipo de alimentos para el que
está diseñado su aparato digestivo, y todos siguen a rajatabla las reglas de combinación de los
alimentos (por ejemplo, un pájaro comerá insectos durante una parte del día y semillas
durante otra).

Sin embargo, en la sociedad moderna el hombre se ha acostumbrado a alimentarse de

cualquier cosa que nos resulte apetitosa, y además a hacerlo mezclándola de cualquier
manera. Cualquier aparato digestivo realiza su labor a través de una serie de enzimas que
tienen unas limitaciones determinadas. Ignorar esas limitaciones supondrá producirnos graves
trastornos. Toda comida que no esté compuesta por alimentos perfectamente aptos para

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nuestro aparato digestivo, o que esté combinada sin tener en cuenta sus limitaciones de
funcionamiento, producirá varias consecuencias. Por un lado, no podrá ser completamente
asimilada, por lo que por muchos nutrientes que tenga, éstos se convertirán en material de
desperdicio dentro de nuestro tubo digestivo. Por otro lado, exigirá una ingente cantidad de
energía a nuestro organismo para ser digerida, aunque sea parcialmente, lo que nos dejará sin
fuerzas para realizar otras importantes tareas como la eliminación de toxinas o las tareas del
sistema inmunológico. Y finalmente, muchos de los alimentos ingeridos se verán sometidos a
la acción bacteriana al ser obligados a permanecer en el estómago más tiempo del que les
corresponde, lo que hará que fermenten o se pudran, liberando varios tipos de sustancias
tóxicas que dañarán aún más la digestión de los demás alimentos y el aparato digestivo.

3. Clasificación de los alimentos