Mi nombre es YOLANDA MARGARITA SANCHEZ QUINTERO, nací en Mérida,
el 23 de mayo de 1965 a las 4:55am, hija de JOSÉ RUBÉN SÁNCHEZ BORREGO
que tenía 23 años de edad y YOLANDA QUINTERO DE SÁNCHEZ de 19 años. Comienzo por decir, cuando mi madre estaba embarazada de mí, a los ocho meses de gestación quiso quitarse la vida. Cuando yo tenía como unos 25 años, mi abuela materna le pregunto a mi mamá si me había contado lo que ella quiso hacer cuando estaba embarazada, mi mamá comienza a contar pero no me miraba, quizás le daba vergüenza al relatar precisamente esas cosas cuando aún estaba embarazada de mí; me contó que se puso el puñal de mi padre en el corazón y quería enterrarlo presionándolo contra una columna al mismo tiempo miro al cielo y según ella vio un angelito diciéndole ‘no lo hagas mamá’. Ella siguió relatando que cuando tenía como 4 meses, ella me estaba bañando y al buscar la toalla para secarme al mirarme se dio cuenta de que yo era aquel pequeño ángel que le habló para que no se quitara la vida, después que mamá me cuenta estas cosas delante de mi abuela y mi tía pensé; si eso fue así, porque me maltrato tanto cuando era niña. Le pregunte por quiso hacerlo, ella me respondió porque él me golpeaba y ella salió de la habitación sin decir más nada, yo me quede de una sola pieza, pensé por un instante que me iba a abrazar o quizás pedirme perdón pero no sucedió así. Como me quede en la habitación con mi abuela y mi tía, estaba paralizada por todas las cosas que mi mamá me había contado, ellas aprovecharon ese momento, no sé si fue porque me vieron vulnerable o porque tenían la oportunidad de contarme algo que había sucedido hace mucho tiempo, y ellas querían que yo lo supiera, para qué? nunca lo sabré. Ellas comenzaron diciendo, que un día en las escaleras de la casa donde mi mamá vivía con mi padre, allí la encontró mi tío tirada al final de las escaleras a mi mamá, mi tío salió corriendo y busco a mi abuela, al llegar mi abuela la ayudo a levantar, le dijo mi mamá que le había pegado mi padre y le pego por la barriga y la lanzo por las escaleras. Yo le pregunte a mi abuela y la llevaron al hospital? ya que ella estaba embarazada, golpeada, y la habían lanzado por las escaleras, me respondió mi abuela que mi mamá no quiso ir, por mucho que pregunte por qué no quiso ir al hospital no sabían que responder. Después de eso, ni siquiera le pregunte a mi mamá lo sucedido ese día quizás tampoco tenía respuesta a mi pregunta. Cuando tenía como 6 meses, recuerdo que estaba acostada en la cuna, vi a mi mamá, recuerdo que tenía puesto un vestido azul muy bonito la falda era ancha y larga, ella se puso un patín y al levantar el otro pie para apoyarse cayo sentada y se golpeó muy fuerte la cabeza, vi cuando la levantaron, la acostaron, la escuche llorar (se lo conté a mi mamá muchos años después y me dijo que era imposible que yo recordara esto porque yo tenía apenas 6 meses), no recuerdo que sucedió después. Hoy en día sé que mi padre trabajaba viajando a Caracas, y manejaba un camión y tardaba días para llegar a la casa, a mi mamá no le faltaba nada pues mi padre le dejaba suficiente comida y dinero por cualquier emergencia. Sin embargo mi mamá hacia trabajos cerca de la casa, como planchar, y limpiar casas y todo esto lo hacía a escondidas de mi padre. No entiendo la razón de hacerlo, porque no le faltaba nada, ni comida ni dinero. Mi mamá me dejaba al cuidando de sus hermanas o sea mis tías, recuerdo cuando tenía como 10 meses, siempre yo lloraba para que me dieran mi tetero, me daban palmadas y sentía mis orines corriendo por mis piernas, o me tiraban duro en la cuna boca abajo y me daban palmadas y sentía el olor de la pantaleta de plástico y los orines chorreando por mis muslos, la cuna era de madera, estaba pintada de color rosado. Cuando me bañaban, me vestían y me daban el tetero yo sabía que ya llegaba mi mamá, recuerdo todavía hoy en día el olor del talco que me ponían, yo le lloraba a mi mamá cuando ella me sacaba de la cuna, y le decía que no me dejara con ellas porque me pegaban, por supuesto después entendí que mi mamá no entendía mis palabras porque era una bebe. Recuerdo mi primer cumpleaños, la torta era pequeña y rosada, tenía una muñeca sentada y al lado había una vela, mi vestido era anaranjado, yo no sople la vela porque no entendía que era. También recuerdo mi cumple nro. 2, la torta era rosado con blanco, tenía una casita y una vela, mi mamá me vistió con un delantal blanco de cuadritos azules el cual tenía un perrito marrón, también me puso una pantaletas azul con flores grandes de tul atrás, recuerdo que estaba mi padre, mi mamá y otras personas, al recordarlo es como si estuviera dentro del agua porque no entiendo muy bien lo que dicen, hacían gestos con la boca como soplando y sople la vela que por cierto era blanca. También mi cumpleaños nro. 3 lo recuerdo, mi vestido era amarillo me pararon en una silla, tenía medias blancas y unos zapatos negros de patente, la torta era blanco con amarillo solo tenía una vela pequeña amarilla, recuerdo que me cantaron cumpleaños y sople la velita, comí torta y sabia a limón, mi padre me dio una muñeca de cabello largo y marrón se le cerraban los ojos y me emocione mucho con mi muñeca ella siempre estaba conmigo. Mi hermano nació cuando yo tenía 3 años, las cosas cambiaron, recuerdo que un día me orine en la cama, mi padre me quito la pijama me dio varias nalgadas y me baño, el agua era muy fría. No entiendo porque siempre me orinaba en la cama, y quien me sacaba era él y ya no me daba nalgadas sino me pegaba con la correa y me metía en la regadera con agua muy fría y me pegaba dentro, lo hizo por mucho tiempo y todos los días, él decía porque me orinaba o es que te gusta que te pegue y me pegaba dentro de la ducha, me dolía mucho las nalgas y me ardían. Cuando yo tenía 4 años mi hermana nació. Siempre jugaba sola, mi hermano siempre estaba con mi mamá porque era pequeño, también lo era yo pero me dejaban más tiempo sola, un día yo jugaba sola con mi muñeca, la estaba peinando y me estaban llamando yo oí pero no les hice caso, mi mamá llego me agarro por mi cabello, me grito y me quito mi muñeca, se la ponía en la cuna a mi hermanita y yo no la podía agarrar. No sé cuánto tiempo paso, pero un día estaba la cuna sola y como pude agarre mi muñeca, me fui al patio y jugué con la muñeca, le quite la ropa y sus medias y todo lo lave, luego metí mi muñeca en el tanque y juegue con ella, mi mamá llego, recuerdo que le dio mucha rabia me aló mi cabello me pego con su mano, me quería meter en el tanque de cabeza, lo intento pero no me metió, saco mi muñeca, agarro su ropa que estaba colgada y no supe que hizo con ella (al recordar esto lloro de nuevo vivo ese momento como si fuera hace un rato, no sé si al recordar todas estas cosas me hace bien, pero estoy triste). Con mi corta edad de tan solo 4 años, entendía muchas cosas, sobre todo la manera como mi padre y mi mamá les hablaba a mis hermanos, y la manera de cómo se dirigían a mí, yo pensaba en ese momento que era porque yo era la mayor y al ser ellos pequeños les hablaban con dulzura y cariño, y cuando mis hermanos crezcan un poco me trataran igual a ellos, pero eso nunca sucedió. Yo seguía orinándome en la cama, o por un grito de mi padre me orinaba, y me pegaba y me metían en la ducha y el agua fría, a veces no dormía para que cuando me dieran ganas de orinar bajarme de la cama y de inmediato ir al baño, muchas veces me levantaba iba al baño y veía que la peseta estaba llena de agua y al lado estaba mi bacinilla yo me sentaba y cuando orinaba me despertaba y me estaba orinando en la cama (siempre soñaba que iba al baño, pero no era así). Todavía tenía 4 años,(todo esto lo recuerdo, pero las edades de mis hermanos me la dijo mi mamá muchos años después) cuando un día mi padre estaba metiendo ropa en una maleta, recuerdo su voz grave despedirse de mis hermanos, le dice a mi hermanita que tenía 8 meses, que la vería pronto y le dio un beso, a mi hermano le dijo pórtate bien cuida a tu mamá y tus hermanas también le dio un beso, y cuando toco mi turno solo me despeino con su mano y me dijo adiós Margarita, todo esto paso en la puerta de nuestra casa, subió las escaleras y se le abrió la maleta, se regresó metió de nuevo la ropa, y cuando salió por la puerta, tropezó con ella y se le abrió de nuevo la maleta, me causo risa y me reí mucho, el recogió la ropa me empujo y subió la escaleras, voltea y se despide de todos, yo lo que dije en voz muy bajita fue ojala no vuelva más para que no me pegue, al decir esas palabras fueron con mucha rabia y no le quite la mirada y creo que él la sintió porque se quedó mirándome un rato, esa fue la última vez que lo vi. Me imagino que pasaron algunos días, pero en ese tiempo mi mamá entro llorando a la casa, yo estaba en la puerta del cuarto y ella paso frente a mí, yo vi que aparecieron de la nada dos brazos que empujaron a mi mamá, yo me asusté mucho porque ella cayó al piso, se rompió las rodillas porque el piso lo estaban arreglando y había mucha tierra y piedras, yo no entendía porque lloraba y luego mi abuela, y mis tías, por supuesto en esa confusión yo no podía hablar con nadie de lo que vi. Recuerdo que todos fuimos a la casa de un tío que tenía una casa muy grande, había muchas sillas y había muchas personas, yo estaba sentada en las escaleras con mi hermano, vi a mi mamá que estaba llorando y cayó encima de las personas que estaban sentadas y no me gusto porque todo las personas estaban vestidas de negro, mi mamá, mis tías, y mi abuela. También murmuraban mucho, una persona hablaba y después todas contestaban, había un señor vestido de negro que estaba parado al frente de una caja larga y tenía 4 velas muy grandes y estaban encendidas, y las personas se acercaban y miraban dentro de la caja, yo también quería mirar pero nadie me hacía caso, por fin vi a alguien que a veces jugaba con mi hermano y conmigo, estaba mirando dentro de la caja me acerque y le estire los brazos para que me subiera y ver lo que todo el mundo estaba mirando, me subió y mire, no recuerdo que vi, pero le dije quién es ese señor y porque está dormido en esa caja (era el funeral de mi padre, mi madre se desmayaba a cada rato, fue un tío el hermano de mi mamá que jugaba con mi hermano y conmigo, y vivía en la casa, pero no le decíamos tío hasta después de varios años que nos enseñaron a decirle tío). Cambiaron muchas cosas después de la muerte de mi padre, la atención de mi mamá era más para mis hermanos que para mí, por supuesto a mí me atendía y me bañaba y me daba de comer igual que a mis hermanos, pero yo sentía que no era suficiente porque lo veía, ella besaba y abrazaba a mis hermanos siempre, a mí también pero era poco. Vivíamos en la casa de mis abuelos maternos, paso mucho tiempo tendría como 6 años, mi mamá comenzó a trabajar y nos dejaba al cuidado de mi abuela y mis tías, a veces se comían las cosas y decía que era yo, y mi mamá me pegaba, a veces mi tío hacia cualquier cosa mala y decía él que era yo, y cada vez que llegaba mi mamá del trabajo tenía una queja y era todos los días y siempre me estaba pegando por culpa de los demás, nunca me escuchaba, primero me pegaba y luego me preguntaba y yo me quedaba cayada porque ya me había pegado, y como no le respondía me daba una cachetada porque no le contestaba. Un día era se mana santa, y en la casa de mis abuelos no se podía correr, ni hablar duro, en fin una serie de cosas por que eran muy católicos, mi mamá había comprado higos en almíbar, uno de mis tíos saco el frasco de la nevera, lo puso encima de la mesa junto con tres dulceras, y nos sirvió un higo con bastante almíbar para cada uno, mi hermano y yo nos lo comimos todo y le pedimos más, nos volvió a servir un higo y bastante almíbar, después nos fuimos a jugar mi tío se quedó en la cocina con otra tía. Llego mamá y todo normal, hasta que ella pregunto quién se comió los higos, mi tío le dijo que había sido yo, que yo saque la botella y comí y le di a mi hermano, mi mamá no dijo nada porque era semana santa, nos llamó a mi hermano y a mí, nos sentó, saco el frasco de higos y nos sirvió, yo le dije a mi hermano, mamá si es boba si supiera que tio nos dio en la tarde, y nos reímos, ella estaba de espalda buscando las dulceras nos sirvio y comimos, cuando terminamos nos preguntó, están sabrosos? y le dijimos que si están deliciosos. Mamá nos sirvió otra vez, pero no entendíamos, primero porque nos hablaba con una voz muy suave y tenía una sonrisa muy rara, se acabó el frasco de higos, fue a la nevera y saco otro frasco, nos sirvió más higo con almíbar, mi abuela le dijo que no nos diera más, mi mamá le dijo que nos daría para que aprendiera yo, que las cosas cuando están quietas se dejan quieta, que yo tenía que aprender a respetar. Mi hermano y yo no cenamos esa noche, nos fuimos a dormir, mi hermano vómito varias veces, yo no podía dormir, me dio mucha fiebre, tuve pesadillas que me caía en una piscina de almíbar, me dolía la cabeza y el estómago, desde ese día no puedo ver higos en almíbar, me pongo nerviosa, transpiro y siento que no puedo respirar. Al otro día mi tío que tenía como 14 años de edad, empezó a burlarse de mí, me decía en voz muy bajita, quieres otro hijo con almíbar y se reía, recuerdo su risa, yo no podía decir nada, porque era semana santa en esa oportunidad, cuando mi mamá me pegaba se reía de mí, siempre se burlaba, siempre era así, la burla, los empujones, los gritos y las acusaciones todos los días cuando mi mamá llegaba del trabajo; yo quería salir corriendo, pero lo más lejos que llegaba era al patio que era enorme, yo siempre estaba allí escondida y jugando detrás de un rosal de rosas rojas y un árbol de aguacates que era enorme; me imaginaba que llegaba un caballo con alas me llevaba sobre las nubes y me dejaba allí, las nubes eran suaves pero me podían sostener, podía estar allí sin caerme, y ver las cosas desde allí, a mi mamá mis hermanitos, mis abuelos y mis tíos. Siempre pensaba eso cuando estaba en ese patio enorme, a veces cuando estaba allí, hablaba sola y me preguntaba porque Dios no se acordaba de mí y me llevaba donde estaba mi padre, para no saber más nada, ni oír nada; recuerdo que siempre estaba triste, cuando me reía mucho me decían: siga riendo que dentro de un rato la voy a ver llorar y pasaba, cuando reía mucho no sé porque me pegaban y lloraba y salía al patio y me escondía detrás del árbol, recuerdo a veces el sol brillar y el viento y eso me calmaba y los pajaritos cantando y siempre pensaba que ellos me decían que no llorara porque todo eso pasaría, pero me sentía muy sola, un día escuche no recuerdo a quien si fue a alguien que llego de visita o alguien de la familia y me vio, y la oí cuando dijo: esa niña está enferma, pero no de enfermedad sino es una boba, y me empezaron a llamar boba, me senti muy triste pero muy triste. A veces mi mamá nos bañaba a mi hermano y a mí en el tanque donde se lavaba la ropa, era muy grande y como era un tanque de cemento el agua era muy fría, primero bañaba a mi hermano lo trataba bien hasta jugaba con él porque el agua estaba muy fría ella le hacía cara de burla jugando con mi hermano y le hablaba como si fuera un bebe; cuando tocaba mi turno yo lloraba, y me echaba más agua, me enjabonaba la cabeza con champú y me caía en los ojos, yo le decía llorando que me arden los ojos y me pegaba por la cabeza y me daba nalgadas pero duro y me seguía bañando, me decía que yo era cochina porque lloraba cada vez que me bañaba, me vestía pero yo sentía que lo hacía rápido y duro al ponerme la ropa siempre estaba de mal humor conmigo como si yo fuera una carga para ella, pero a mis hermanos siempre se reía con ellos nunca entendí porque conmigo no jugaba como lo hacía con mi hermano, y me fui acostumbrando a los golpes cada vez que me bañaba. Cuando tenía 7 años a mi mamá la operaron de apendicitis un medico iba para la casa de mis abuelos y la inyectaba, le llevaba las medicinas y era bueno con nosotros. Poco tiempo después yo me enferme me llevaron al médico, tenía hepatitis, el mismo médico que atendió a mi mamá me atendió en la casa, mis abuelos lo trataban con mucho cariño, y siempre estaba bien vestido de traje con corbata. Me tenían aislada lejos de mis hermanos, mi alimentación era distinta, y me gusto estar enferma porque se preocupaban mucho por mí hasta el doctor. Y nadie me regañaba y mucho menos me golpeaban. No se cuánto tiempo duro mi enfermedad, un día llego el doctor y me dijo que ya estaba bien que podría poder jugar con mis hermanos y jugar en el patio, yo le dije llorando que todavía no le dijera nada a mi mamá que esperara unos días más, el me dio un beso en la frente y me dijo que lo haría, que esperaría otro día para decirle a mi mamá y se fue, yo me quede dormida.