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RESEÑA REFLEXIVA

En esta reseña se trataran lecturas relacionados con magia y filosofía. Para empezar, se
presentará lo propuesto en el texto de Koyre “Místicos, espirituales y alquimistas del siglo
XVI alemán.”. El autor describe como Paracelso, alquimista, médico y astrólogo suizo,
lograba llegar a que dichas ciencias, en apariencia poco compatibles, fuesen
complementarias, de modo que establece múltiples relaciones que se dan por sentadas. En
primer lugar, establece que, para Paracelso, la vida es naturaleza y la naturaleza es vida
(Koyre, 1981), esto implica que la medicina y la astrología son por tanto inseparables. En
segunda instancia, nos habla del microcosmos que Paracelso da por entendido como la
forma en que todas las estructuras del universo se reproducen a menor escala, de tal manera
que se podría decir que el hombre es una reproducción pequeña de Dios, ya que Dios sería
el creador de todas las estructuras y por tanto estas tenderían a asimilarse a este en gran
medida, por medio de la transfiguración, de este modo se habla de que se da una evolución
descendente (Koyre, 1981), una tendencia hacia lo primitivo, y es precisamente de esta
lucha por regresar a lo primitivo que se genera diversidad.

Por otra parte, también nos habla de las cosas que el hombre puede llegar a comprender,
como lo son el universo material y el astral, cuya unión crea una ambivalencia entre lo
tangible y visible, y lo intangible e invisible, los cuales se influencian mutuamente y son
representados en el hombre por el alma y el cuerpo, de forma que estos dos entes son
dependientes el uno del otro y no pueden existir por sí solos. Finalmente, se entra a la
cuestión del bien y el mal, en donde Paracelso establece que existen solo dos opciones,
Dios no nos dio forma de comprender el mal o el mal está en todas partes, de tal manera
que se vuelve un fenómeno incomprensible, y por tanto insolventable, para el hombre. Sin
embargo, el hombre debe aspirar a alcanzar un estado de perfección, acercándose a lo
primitivo.

Desde una perspectiva distinta, se nos presenta el texto de Descartes, “El discurso del
método”. Inicialmente, el autor empieza por exponernos su concepto de buen sentido, el
cual consiste de distinguir entre lo que se considera verdadero o falso (Descartes, 1637), de
modo que toma las opiniones como múltiples caminos para llegar al conocimiento, de ser
aplicadas de manera correcta, es decir, por medio del método propuesto. Dicho método,
requiere del uso pleno de la razón, derrumbando dentro de sí mismo todo aquello
instaurado por valores externos para así encontrar perfección solo, para así poder aplicar los
pasos del método que son: En primer lugar, afirmar que nada es verdadero hasta probarlo;
en segundo lugar, hay que separar las diferentes dificultades que presenta el problema; en
tercer lugar, que se deben conducir los pensamientos de forma ordenada, de lo simple a lo
complejo; y, finalmente, que se debe enumerar y revisar todo el proceso para asegurarse de
que este se condujo de manera correcta. (Descartes, 1637)

Además del método ya mencionado, Descartes establece tres máximas para llevarlo a
cabo: Primero, hay que obedecer las leyes y las costumbres de la Nación y de Dios,
eligiendo opiniones moderadas que no atenten contra estos; segundo, hay que mantenerse
firme en cuanto acciones y opiniones dudosas, ya que estas son de limitada probabilidad;
tercero, hay que vencerse a sí mismo, llegando a la realización de que se deben expandir las
fronteras de su conocimiento. Con estas máximas Descartes nos invita a juzgar mejor para
así conocer mejor. (Descartes, 1637)

En suma, los dos textos analizados comparan dos diferentes formas en que se ha
presentado la forma de obtener el conocimiento a través de la historia, con Paracelso
basándose en la estrecha relación que existe entre los diferentes elementos que componen al
mundo y como estos se reproducen y centrándose en la labor filosófica para transformar al
individuo, de manera que el hombre puede llegar a una profunda comprensión del mundo
por medio de la suma de los conocimientos provenientes de diferentes ciencias que estudien
diferentes representaciones del microcosmos, como lo son la alquimia, por medio de la
transfiguración de los metales, la astrología y la medicina. Alternativamente, Descartes nos
presenta una idea más cerrada, en la que la razón pura es la única forma de encontrar
conocimiento veraz, de forma que requiere de un método para organizar su estructura
mental de la forma adecuada para generar conocimiento.
A modo de reflexión, estas figuras aplicadas a las ciencias sociales nos llevan a
diferentes problemáticas. Por una parte, el pensamiento de Paracelso nos permite percibir
las relaciones sociales como una reproducción del microcosmos que busca acercarse a la
figura primitiva, permitiendo que exista diversidad de realidades, sin embargo, esto se
podría cuestionar si se tiene en cuenta el impacto de los múltiples factores externos que
contribuirían al cambio de este microcosmos, evitando que se cumpla por completo la
teoría que este autor nos presenta. Por otra parte, el pensamiento de Descartes genera aún
más conflictos, el hecho de que limite las opiniones que deben ser tenidas en cuenta para la
adquisición de conocimiento social, bajo preceptos institucionales, lleva a que el estudio de
la sociedad se burocratice, siendo usado con propósitos que benefician a la iglesia y al
estado, lo que termina por contradecir el método que el mismo Descartes propone, ya que
esto evitaría el uso puro de la razón al no poder empezar de 0, sino teniendo que considerar
bases previamente establecidas.

Bibliografía

Koyre, A (1981). Místicos, espirituales y alquimistas del siglo xvi alemán. Madrid: Akal

René Descartes (1637). Discurso del método, Madrid: Tecnós, 2003.

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