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4 Lógica y argumentación: De los argumentos inductivos a las álgebras de Boole

cuadrados de los catetos. (Si no conocía esta prueba del teorema, ¿imaginó alguna
vez que pudiera ser tan sencilla?)

El proceso anterior muestra la naturaleza de los argumentos deductivos utilizados


en la demostración de teoremas: a partir de un conjunto de datos, que conforman la
hipótesis, se infieren gradualmente unos resultados o afirmaciones que se convierten,
a su vez, en razón o fundamento para nuevas inferencias. El proceso termina cuando
se llega a la conclusión deseada.

1.2 LÓGICA Y COTIDIANIDAD

Todos tenemos alguna idea sobre la lógica y sobre su uso, aun sin haber estudiado el
tema formalmente. En el lenguaje cotidiano usualmente calificamos como “lógico”
lo que nos parece evidente o claro, lo que aparentemente no deja lugar a dudas: “Es
lógico que, si tengo sobrepeso, debo comer menos”. Por el contrario, decimos que algo
es “ilógico” o que “no tiene lógica” cuando nos parece absurdo, imposible, carente
de sentido: “No existe razón lógica para pensar que los alzados en armas puedan
tener interés en desmovilizarse” [R. Pombo, Revista Cambio, 14 de agosto de 2000, p.
10]. Pero también la expresión “es lógico” se utiliza para indicar que una afirmación
se sigue inevitablemente como consecuencia de otra u otras: “Es lógico que Juan sepa
nadar, porque es buzo profesional”. Este enunciado encierra tres afirmaciones. Una
de ellas está enunciada explícitamente: “Juan es buzo profesional”; otra está implícita
en el texto: “Todo buzo profesional sabe nadar”. La tercera afirmación, “Juan sabe
nadar”, está precedida de la expresión “es lógico“, como aseveración de que ella
está garantizada por las dos afirmaciones anteriores. En síntesis, en este ejemplo, la
expresión “es lógico” se utiliza con el significado de “es inevitable concluir que…,
dado que…”.

El texto siguiente destaca la presencia de la lógica en la vida diaria. Su contenido


se hará más claro al lector a medida que avance en el estudio de este libro y se
familiarice con conceptos y usos de la lógica:

“La lógica no es una alternativa por la que podamos optar; no podemos


decidir si vamos a emplearla o no. Resulta inevitable y está presente en
cada frase que pronunciamos, ya que continuamente estamos enunciando
proposiciones lógicas. Cuando decimos, por ejemplo, que algo es necesario,
que una cosa depende de otra, que un evento es causa de otro, cuando
indicamos una contradicción o una imposibilidad, una implicación o una
dependencia, estamos haciendo lógica, aunque no seamos conscientes de
ello” [Zuleta, 1996, p. 16].
Capítulo 1. Lógica y argumentación 5

El estudio de la lógica permite identificar, en los argumentos cotidianos, ciertas


estructuras válidas de razonamiento utilizadas por los seres humanos. Tales
estructuras son usadas generalmente en forma espontánea, sin que nos detengamos
a analizar la estructura utilizada. Por ejemplo: no ponemos las manos en el
fuego porque hacerlo nos causa quemaduras. (Y como no estamos dispuestos a
causarnos quemaduras, ¡pues no ponemos las manos en el fuego! Es así de simple).
Un conocedor de la lógica formal podría identificar en este razonamiento una
estructura válida de argumentación llamada Modus tollens, que se expresa en lógica
simbólica como {p  q, ¬q}╞ ¬p. Este simbolismo se interpreta así: si de un hecho,
p, (en el ejemplo, poner las manos en el fuego) se sigue necesariamente otro, q,
(causarse quemaduras) y este último no sucede (¬q: no me causo quemaduras),
entonces el primero tampoco sucede (¬p: no he puesto las manos en el fuego).
Decíamos, de nuestro lógico, que podría identificar en la forma del argumento un
Modus tollens. ¡Pero lo que sería un despropósito es que argumentara que “no
ponemos las manos en el fuego porque la estructura ‘Modus tollens’ nos indica que
no debemos hacerlo”! En síntesis, con ayuda de la lógica podemos hacer explícita
la forma de algunos razonamientos, aunque pocas veces es esto lo que nos interesa
en los razonamientos cotidianos. En este sentido, podríamos decir que la lógica es
al razonamiento cotidiano como la gramática de un lenguaje natural es al uso del
mismo. Por ejemplo, usted enuncia la proposición “Ana y Juana son hermanas” y,
al hacerlo, respeta la concordancia en género (femenino) y número (plural) exigida
por la gramática. Pero lo hace espontáneamente, sin detenerse a considerar qué
normas gramaticales está aplicando. Si fuera necesario hacer explícitas las normas
gramaticales que justifican la concordancia en género y número posiblemente diría:
“El sujeto es compuesto: Ana y Juana. Por lo tanto se requiere el uso del verbo
en tercera persona del plural...”. En el texto ya mencionado, el profesor Zuleta
se refirió a la analogía entre lógica y gramática en estos términos: “La lógica es,
pues, un momento reflexivo en el que el pensamiento vuelve sobre sí mismo y trata
de hacer explícitas sus operaciones, de la misma manera como en la gramática el
discurso vuelve sobre sí mismo y hace explícitas sus formas y sus reglas” [Zuleta,
1996, p. 17].

Con frecuencia opinamos que algo “es lógico” o, por el contrario, que “no tiene
lógica”. Sin embargo, no siempre lo que es “lógico” para algunos, lo es para todos.
Por ejemplo, si sé que hoy es miércoles y que todos los miércoles tengo clase de
Cálculo, es “lógico”, es “natural” concluir que hoy tengo clase de Cálculo. Y es
razonable esperar que todos concluyamos así, pues tal conclusión está prácticamente
contenida en las afirmaciones que la preceden y por lo tanto se deriva de ellas de
manera inevitable. Pero no siempre coincidimos todos en calificar como “lógicas”
6 Lógica y argumentación: De los argumentos inductivos a las álgebras de Boole

algunas conclusiones. Consideremos, por ejemplo, el caso de alguien que exclama:


“¡Es lógico: Juan estaba mintiendo! ¿Notaron cómo se puso de nervioso cuando lo
interrogaron? ¡Eso pasa cuando uno está mintiendo!”. Detengámonos un poco en
el argumento. En él se afirma que cuando una persona miente se pone nerviosa al
ser interrogada (¡por lo que más quiera, no diga “se coloca nerviosa”!). Además,
se afirma que “Juan se puso nervioso al ser interrogado”. Y se concluye que “Juan
estaba mintiendo”. Preguntémonos ahora: ¿es lógico concluir que Juan estaba
mintiendo? ¿No podría ser que no estuviera mintiendo sino que una actitud hostil y
amenazante del interrogador lo puso nervioso? De ser así, no sería “lógico” afirmar
que Juan estaba mintiendo. Igualmente, puede haber desacuerdo en calificar como
“lógica” la conclusión en este caso: “Todos los que votaron por Chávez están de
acuerdo con la nacionalización del petróleo. Entonces usted no está de acuerdo
con la nacionalización, porque no votó por Chávez”. Si usted considera “lógicas”
las conclusiones de los dos casos anteriores, pronto aprenderá que está en un error.
En este curso estudiaremos las normas que rigen los argumentos deductivos válidos
y que le enseñarán a establecer si, en un caso específico, es correcto afirmar que la
conclusión es “lógica” o que no lo es.

Ejercicio 1.1 Analice cuidadosamente los dos últimos razonamientos usados


como ejemplo en el párrafo anterior. ¿Qué modificaciones harían “lógicas” las
conclusiones?

Algunos errores de razonamiento, que llevan a derivar incorrectamente ciertas


conclusiones, son consecuencia de un uso de la lógica y del lenguaje que no supera
el nivel espontáneo, informal y cotidiano. Sin embargo, tales errores pueden evitarse
si se conocen y se aplican las reglas de la lógica y, conjuntamente, se procura utilizar
un lenguaje tan cuidadoso y preciso como sea posible. Esperamos que uno de los
beneficios que usted obtenga como resultado de un trabajo serio en este curso sea
conocer, identificar y evitar muchos de tales errores.

Definición 1.2 La Lógica es el estudio de los métodos y principios utilizados para


distinguir el razonamiento correcto del razonamiento incorrecto [Copi & Cohen,
1998, p. 3].

Nuestro plan de trabajo se configura a partir de la definición anterior. Consiste


en estudiar las nociones de razonamiento y razonamiento correcto, y establecer
criterios para distinguir los razonamientos correctos de aquellos que no lo son.
Igualmente, en estudiar las nociones de razonamientos fuertes y razonamientos
débiles y establecer criterios para identificarlos como tales. Con este propósito,
empezaremos por considerar los elementos del lenguaje que se utilizan para expresar
los razonamientos.

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