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Durante los años siguientes se elabora la República, 174 cuya

publicación es posterior al37S; y se compone la última redac-


ción del Fedón, aunque tal vez no en su apariencia defmitiva, y IX. LA JUVENTUD DE PLATÓN
en los años cercanos al segundo viaje a Sicilia se escribieron el
Teeteto (cuya primera redacción, si la hubo, debe colocarse entre
el38o y el37S) y el Parménides. La toma de posición oficial de
Platón en una dirección constructiva y política tiene lugar con I. FEDÓN
el Simposio: los escritos anteriores más comprometidos (Fedón,
Fedro) se retoman a partir de entonces bajo una nueva luz y se Atenas ha caído , Sócrates y los grandes trágicos han muerto,
publican una vez que ha sido atenuado su espíritu original. Aristófanes está en decadencia: desaparece un mundo cuyo
equilibrio fragilísimo e increíble casi ha durado demasia-
do. Los simposios de Agatón ya no son posibles , y Platón es-
tá solo , consciente de este fin y con la nostalgia del pasado. El
decenio que sigue al año 399 ve la última tentativa de super-
vivencia de la vieja filosofía. Platón lucha como un héroe y vive
admirablemente antes de rendirse . La experiencia irrecupe-
rable de estos años decisivos puede entreverse en los pasajes
neurálgicos de sus escritos de juventud, por medio de la selec -
ción y el análisis de sus movimientos expresivos.
El inicio es brillante. Consciente de que las dos gene-
raciones que le han precedido son responsables de la crisis,
Platón quiere regresar al auténtico ambiente dionisiaco . Cir-
cunspecto, enmascarado, ambiguo, este nuevo civT]p TpayLKÓC::,
<<hombre trágico>>, comienza con bagatelas, que no otra co-
sa son para él sus irresueltos y brillantes primeros diálogos.
Desprecia a los poetas por vulgares y superficiales, al modo de
de los mitos escatológicos y la concepción del alma . La segunda parte del Heráclito ; su tormento fundamental es el arte , que le acompa-
libro x de la República parece constituir el puente de paso entre estos dos ñará siempre; y ahora sobre todo (Ion) es consciente de su re-
escritos, ya que allí el alma es considerada según la visión del Fedón y el
más allá según la del Fedro. Entre la primera versión de este último y sentimiento hacia los que con sus manos han vuelto inservible
el Simposio tiene lugar el primer viaje a Sicilia, ocurrido en el388, o tal el más admirable instrumento de expresión . Pero todavía es
vez en el386 (cf. Beloch Gr. Ces . m 1, 391 , 1). más hostil al iluminismo democrático de los sofistas , que só-
174 En todo caso , queda la posibilidad de que adem ás del Tra símaco , cuya
composición remite a los años próximos a la muerte de Sócrates , algunas
lo tolera en su maestro. No tarda empero en presentársele la
partes de la República ya hayan sido escritas antes del primer viaje a Sici- ocasión de expresar su personalidad de un modo original. El
lia (cf. por ejemplo F. Krohn, Die platonische Frage, Halle 1878, I0:<-1:<9). pesimismo de Sócrates en su último año de vida, que concuerda
De cualquier modo , los libros n-Iv y VIII-IX muestran tan claramente
además con su propio estado de ánimo de aquellos años solita-
el in±1ujo pitagórico y la experiencia siciliana que hacen pensar en una
sustancial reelaboración posterior. rios, le da la ocasión de presentar una concepción metafísica de
cuño presocrático, permaneciendo oculto tras las espaldas del elección del término mho Ka8' aÚTÓ le viene de Parménides;
maestro y jugando con las paradojas propias de la actitud so- al hablar del ser, es decir, de la realidad verdadera, indepen-
crática para que el carácter íntimo de esta nueva concepción dientey alejada de todo lo empírico, éste había dicho ya K08'
pasara desapercibido. Todo ello da lugar a la primera versión del ÉauTÓ TE KELTm, <<permanece en sí mismo:>> (8 , :49). Platón usa
Fedón, que no se publica sin embargo: Platón siente que ese la expresión más abstracta, sin ir más allá, consciente de que
escrito es excesivamente franco y palpitante, y quizá también cualquier explicación es inútil. Del mismo modo los hindúes
demasiado decadente. habían llamado ritman a la verdad mística descubierta por el
En pocas páginas del Fedón (64 a-69 e) -no tenía todavía sujeto en sí mismo, y el término tiene el mismo signincado
treinta años cuando las escribió- está contenido el núcleo de abstracto que el griego mhóc:;;.
su nlosofía. El alma abandona todo cuanto la rodea y se busca Cuando el alma está en este estado de absoluta indepen-
a sí misma. También Sócrates exhortaba a conocerse a sí mis- dencia y separación, conoce, además de a sí misma, la esen-
mo: sin embargo, para él tal cosa equivalía aún, en un sentido cia de todas las otras cosas (repárese en el breve pasaje de 64
que era además completamente tradicional y apolíneo, a po- c-65 a, donde se habla por vez primera del alma en sí misma, a
nerse límites, a armonizar la propia personalidad con la de los 65 a-66 a, en el que se trata de la<PpóvllCJLc:;;, es decir, del conoci-
demás, a hacer que asumiera una posición equilibrada en la vi- miento de las ideas), tanto que desde esa posición privilegiada
da pública de lapolis. Platón se sitúa en un plano muy distinto, está en condiciones de captarlas inmediatamente en su más
más próximo al heraclíteo é8L(llaá~lllJ E~EWUTÓV, <<he tratado íntima realidad, despojándolas de todas las determinaciones
de descifrarme a mí mismo:>>. Un aislamiento de ese tipo va- abstractas e inesenciales. Platón es extraordinariamente grie-
cía el alma de cualquier contenido imaginativo y racional: es go en su construcción metafísica: su teoría de las ideas nace
el verdadero estado dionisiaco, en el que la vida alcanza a ser aquí como traducción expresiva de la experiencia dionisiaca
pura interioridad, pura aspiración. El alma se libera de todos
los límites, de cualquier interés humano, conquista la inde- Indudablemente éste es el primer objetivo de Platón , que como Herá-
pendencia respecto de lo exterior, de las leyes del devenir, logra clito parte de la contemplación de una multiplicidad primordial , pero
realmente separarse, xwpk, a{m1 Kae' aini¡v, <<separada, ella precisamente porque esta misma interpretación es metafísica , no tarda
en esclarecer la oposición de este múltiple esencial con la multiplicidad
misma por sí misma:>> (loi). Es precisamente aquí, al princi- empírica, y oÚTo Ka8' aÚTÓ se convierte inmediatamente después en el
pio delFedón (64 e), donde Platón introduce esta expresión que término técnicoque señala al primero de los dos, igual como xwpk ya
le servirá en adelante para señalar la realidad verdadera, la no señala la simple separación, sino la trascendencia y la distancia de la
realidad verdadera que es la interioridad dionisiaca. Paralelamente la se-
esencia última de todas las cosas, y la introduce precisamente
paración del cuerpo y del alma, que al principio se dice según la evidencia
para poder dennir el camino del alma hacia la soledad. 175 La inmediata que se realiza con la muerte , no tarda en mostrarse como el
verdadero objetivo de la vida misma , dado que ot óp8wc; <j>LAoa o<jlouvTEc;
áTio8v6aKELV jlEAETwaL, <<los amantes de la sabiduría en el verdadero sen-
175 Toda esta terminología, x wpk , aÚTÓ Ka8' a{nÓ, se usa en el64 e en tido del término se ejercitan en morir>> (67 e), y que el xwpi(ELV, <<sepa-
el sentido más próximo al lenguaje común, para indicar la separación del rarse >>, consiste para el alma en OLKELV KaTa TO 8vvaTov Kal. Év T¡iJ vvv
alma y el cuerpo en la muerte, y a{m) Ka8' mhó se dice naturalmente TiapóvTL Kal. Év Tc¡i ETIEL Ta jlÓVT]V Ka8' aÚT~v, en <<permanecer cuanto es
del cuerpo también en tal estado. Podría parecer pues que con la citada posible, tanto en las circunstancias presentes como en las futuras, sola
expresión Platón no quiera señalar una cualidad superior de la realidad, en sí misma>:> (67 c-d). Obsérvese la introducción de otro término ca-
sino que tiende más bien a escindir la multiplicidad en sus elementos racterístico, xwpLajlÓc; , <<separación, trascendencia>>, en 67 d, sinónimo
constitutivos separados. de los anteriores.
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que le ha llevado a la soledad. La realidad última de las cosas múltiple realidad en sí se la llama, de un modo indetermina-
debe estar constituida por esencias a{ná Ka6 ' aúTá, esto es, do pero aludiendo a algo más vivo y concreto, h aoTov, <<cada
por individualidades perfectamente independientes, exen- cosa>> (65 e), y un poco más adelante:
tas de cualquier limitación fenoménica, puras verdades inte-
riores, viviendo una vida solitaria. a{m) Ka8 ' aÚTo EL ALKpLVE<:: EKaaTov ETILXEL pol 8T]pEÚELV TWIJ
Todo esto es puro misticismo filosófico: analizado al de- OIJTWIJ
talle, el texto platónico lo confirma. Ninguna actividad ra- <<va tras las cosas que son, cada una en sí misma y por sí
cional puede atribuírsele a la l!Jux~ tal como queda dennida misma, sin mezcla>> (66 a)
en esas páginas; su njeza excluye todo proceso discursivo , su
unidad y su simplicidad excluyen la facultad del juicio. El ad- se alude claramente a la fundamental identidad de naturaleza
jetivo ElA.LKpLV~C, <<no mezclado>>, ampliamente empleado en entre la l!Jux~ y esta realidad en sí. El mismo A.oy[(w8m, <<de-
estas páginas, muestra la intención platónica de eliminar de ducir>>, mediante el que se intenta dar una determinación a
la ~ux~ . y en general de la realidad en sí, cualquier compleji- la naturaleza del alma QUT~ Ka6 ' aÚT~V, determinación más
dad de determinaciones, dejándole una única cualidad pura funcional que sustancial, muestra que esa funcionalidad no es
que la individua en sí misma. No debe caerse en el engaño de intelectual, sino concretamente interior, ya que su contenido
la aparente terminología racionalista. Forma parte de la más- se reduce al resolutivo ÓpÉyllTaL TOU OVTOC, <<tiende hacia lo
cara y del juego del maestro, como si nada hubiera cambiado y que es>> (65 e). La esencia de la l!Jux~ es pues un deseo íntimo,
se tratara todavía de la vieja indagación sobre el concepto. Só- independiente de la sensibilidad (descartada ya como condi-
lo subsisten los términos, que ocultan nuevos contenidos. De ción preliminar del t..oy[(Eo6m). En esta determinación lapi-
hecho, ¿qué es la cppÓvllOLC, el conocimiento de la verdad (65a), daria está contenido entero el sistema platónico. El pluralismo
sino esa separación de la tJ;ux~ (65 c-d; 69 e)? De este modo, esencial queda justificado: quien desea tiene algo fuera de sí
el término 8Lávow, que más tarde signincará actividad dis- mismo. Se comprende entonces por qué se dice:
cursiva (Soph. ~63 e), es usado aquí como sinónimo exacto de
l!Jux~: después de haber dicho que la contemplación de la ver- éíp' ouv oúK EV TQ A.oy[a(w8m Ka TáoT]A.ov aúTi] y[ yvETa[ TL
dad se alcanza con el alma auT~ Ka6' aÚT~v. Platón determina TWIJ OIJTWIJ;
el carácter pluralista de esta verdad mediante la sustitución <<¿acaso no es pues en la deducción (que como se ha visto
de l!Jux~ por 8Lávow , la esencia individual es captada <<por el expresa la naturaleza y la actividad del alma a úTil Ka8 ' aúnív)
pensamiento mismo>> (65 e) ... auT\¡ Ka6' aÚT~v ElALKpLvE'i T\1 donde el alma manifi.esta la esencia de las cosas que son?>>
8wvo[q, <<por medio del pensamiento mismo por sí mismo, sin C6s b-e),
mezcla>> (66 a). Los ejemplos concretos de esta realidad en sí
se toman de la esfera de las discusiones socráticas (65 d) , que, es decir, que el ser en sí del alma coincide paradójicamente
dada su abstracción conceptual, se prestan para ofrecer, de mo- con su conocimiento, que es casi una posesión, un contacto
do aproximado y para un escrito divulgativo, una muestra de lo (el verbo aTTTOflaL , usado frecuentemente, conserva algo de su
que Platón quería decir. Nada fuera de esta enumeración puede concreto sentido primitivo, <<aferrar>>) con otra realidad en sí.
hacernos pensar que quisiera seriamente referirse a conceptos, Ésta tiene , como ya se ha sugerido, una realidad fundamen-
o a conceptos hipostasiados. Inmediatamente después , a esta talmente idéntica a la de la lj;ux~:
yvwaÓiJ.E6a 8L' ~11-Cw atm:.Jv nav TO ELALKpLVÉc;· TOíJTo 8' Éanv rincación, purincación>> (69 a-d). Se dice con ello explícita-
'(awc; TO a.A-r¡6Éc;. 11-TJ Ka6apl¡i yap Ka8apoD Écpá1TTEa8aL 11-TJ ou mente lo que antes era una alusión: la phronesis del nlósofo, su
6EiJ.L TOV iJ conocimiento de la realidad se identinca con su actitud interior
<<conoceremos por nosotros mismos todo lo que es sin mez- de purincación y de inspirado desapego. Con ello, Platón m a-
cla; precisamente en ello consiste con toda probabilidad lo ninesta abiertamente su misticismo, equiparando sus propias
verdadero. Puesto que a lo que no es puro no le está permitido enseñanzas a las de los misterios dionisiacos, que también le
tocar a lo que es puro>> (67 a-b). exigen al hombre <<ritos de purincación>>. 176 Pero Platón marca
una diferencia entre las doctrinas de los misterios y las suyas,
Más adelante en el Fedón, Platón lo manifestará todavía más que contienen algo más que un simple misticismo; dice:
claramente. Y entonces la determinación concreta e individual
que, sobre este plano universal de contactos, distingue a una vap81lKOcjlópoL flEV no)>.)>.o(, ~áKXOL 8É TE naDpm oí"JTOL 8' Ela'Lv
esencia de la otra consistirá en la concentración y la particu- KaTa TTJV EflTJV 8ó~av OUK aAAOL ~ oL 1TEcjJLAOO"OcjJ1lKÓTEc; óp6wc;
larización de este deseo metafísico. La futura doctrina del eros <<"numerosos son los que llevan el tirso, pero pocos los po-
está ya prengurada ahí con todo sus alcances metafísicos. El seídos por Dioniso". Y, según entiendo, estos últimos son los
mundo se presenta en su verdad como un sistema de centros que se dedican a la nlosofía en el verdadero sentido del tér-
interiores de deseo, tendencias individuadas en pos de una mino>> (69 c-d).
conjunción que debe mantenerse incumplida, anhelos deshu-
manizados que en tanto que carencia y tormento encuentran Esta frase connrma la distinción que establecíamos antes en-
su realidad dionisiaca solitaria y en sí, y que sin embargo, por tre el misticismo colectivo de los misterios y su transngura-
obra de su propia naturaleza que es privación, saben que existe ción nlosónca en el individuo excepcional, la más profunda
algo afín en el afuera, igualmente aislado y atormentándose en visión dionisiaca de la vida. Repárese además en que Platón,
su aislamiento irredimible, hacia el que tienden eróticamente cuando más' adelante se rene re a este proceso de purincación, di-
y del que son a su vez deseados en una estructura metafísica ce que ese rráe~~a. <<afección>>, del ánimo se llama phronesis
que no padece transformaciones. Cobra sentido entonces la (79 d). La sabiduría es pues un movimiento afectivo del alma,
enigmática declaración de Platón, unas páginas antes: una pasión suya deshumanizada. La relación erótica entre las

w~ ~LAOaO~La~ ~EV oÜa~~ ~EyLaT~~ ~ouaLK~~


<<como si la filosofía fuera la más alta música>> (61 a). 176 Phaed. 69 e-d.; también hay una referencia a los misterios en 81 a. Se
encuentra otra alusión mística en 67 e: aÚT~v Ka8' ain~v rravTaxó8Ev
ÉK TOU O"W!lGTO<; auvayELpEa8a[ TE KQL á8po[(Ea8m ... ; <<[¿purif:tcación
Un poco más adelante encontraremos otras connrmaciones de no es pues ... acostumbrar] al alma a recogerse desde todos los puntos
nuestra exégesis. Hablando de la virtud se dice que la justicia, del cuerpo y recluirse en sí misma?>>, repetido luego insistentemente
(aÚT~ Ka8' GVT~V euvll8pOL<J!lÉVll, <<recluida ella misma en SÍ misma>>, 70
la sophrosyne, el valor, pueden reducirse a la ~póv~m~, la cual a; <JUV118poLO"IlÉVll aÚT~ Ek aÚT~v. <<ella misma en sí misma recluida>>,
signincará para el Platón maduro, el de las Leyes por ejemplo, So e; aÚT~V OE Ek QUT~V ev\AÉywem KQL á8po((w8m TrapaKEAEVO!lÉVll,
sensatez y prudencia, un conjunto de racionalidad y experiencia <<exhortándola a recogerse y recluirse en sí misma>>, 83 a). Cf. G. Bru-
no, Degli eroici furori, en Opere italiane, a cargo de Giovanni Gentile, Bari
de la vida. Aquí, en el Fedón, la ~póv~aL~ no es otra cosa sino la 19~5-19~i, n 441: <<Si aspira al más alto esplendor, con todas las fuerzas
vida dionisiaca del nlósofo, Ka8ap~Ó~, Ká8apaL~, <<rito de pu- retírese a la uriidad, repliéguese en sí mismo cuanto sea posible>>.
esencias interiores a la que antes se aludía explica el elemento diálogo no carece de alusiones místicas aún más manifiestas
pasivo implícito en rrá8Y]¡.w. que las precedentes. Así, es destacable la tendencia a unifi.car
La ampliación de la primera versión del Fedón emprendida las múltiples esencias en unaoúaCa, <<esencia>>, universal cuya
por Platón hacia el 39o a. C. no hace sino esclarecer y preci- naturaleza es identificada a su vez, y ahora de modo explícito,
sar la visión del mundo esbozada rápidamente en las páginas con la de la l)Jux~. Nos encontramos entonces ante la ecuación
que acabamos de examinar, fijándola con unos más precisos voE'Iv-Elvm de Parménides o, si se prefi.ere, frente al citman-
términos racionales, objetivándola y atemperando en parte su brahman de las Upani~ads. La unificación parmenídea es evi-
inmediatez y su intimidad. 177 Con todo, esta segunda parte del dente en 78 c-d:

Ql!T~ ~ ova(a ~e; A.óyov 8(80jlEV TOU EL VaL ... auTO TO 'Laov ,
177 Un caso típico de la tendencia constructiva de esta segunda versión se at!TO ToKaA.óv , aÚTo EKaaTov oEaTL TO ov
encuentra en 75 a-h, donde aparece una contradicción, a primera vista <<la esencia en sí misma, de cuyo ser damos expresión ... lo
estridente, con los pasajes antes comentados. Que tal cosa pueda suceder
tan sólo a pocas páginas de distancia es una prueba más , dicho sea entre igual en sí mismo, lo bello en sí mismo, cualquier cosa dada
paréntesis, que confirma las sucesivas estratificaciones del diálogo. En que en sí misma es lo que es>>,
efecto, se dice en 75 a-h, para aclarar la teoría de la anamnesis -que al
igual que la de la inmortalidad del alma es una novedad de este perio-
de lo que parece haber ya una anticipación en 65 d-e:
do-opÉyETm iJ.EV rrávTa TaüT ' Etvm o1ov TÜ 'laov, EXEL 8€: Év8EEaTÉpwc;
.. . iJ.~ éi\\o6Ev a{JTo ÉWEVOllKÉvm iJ.ll8E 8vvaTov EL vaL Éwofpm, ciA.A.' ~
ÉK Toü l8Elv ~ <'itj>aa6m f\ EK Ttvoc; éi\A.llc; Twv alae~aEwv .. . EK yE Twv KQL TWV UAAWV ÉVL Aóy<.¡J áTTaVTWV Tfíc; Oua(ac;, O TVYXÚVEL
alae~aEwv 8E1 Évvofíam ÜTL rrávm Ta Év Ta1c alae~amtv ÉKELvou TE EKQGTOV OV
opÉyETm TOU o EGTLV '(aov , KQL UlJTOU ÉV8EÉaTEpá ÉaTLV, <<todas éstas
<<[yo hablo de todas las cosas, de la magnitud, de la salud, de
[las cosas iguales] tienden a ser como lo igual, pero siguen siendo inade-
cuadas ... no de otra cosa proviene la formación de este pensamiento, y la la fuerza] y de todas l;;is otras con una sola palabra, la esencia:
posibilidad misma de formularlo, sino del ver, del tocar o de cualquier lo que es precisamente cada cosa>>.
otra sensación .. .son precisamente las sensaciones las que hacen nacer
el pensamiento de que todas las cosas iguales que existen en la sensación
tienden a lo que es igual, y que son inadecuadas al respecto >> (también Y también en 76 d:
de modo parecido en 75 e-76 a) . En este pasaje, además de lo que se dice
sobre lo <<igual>> (introducido en 74 a), idea matemática que surge de la KaAóv TE Kal ciya8ov Kal rréiaa ~ TOLaÚTYJ oúa(a ... {mápxovaav
esfera de discusión socrática, de donde se tomaban las ideas comentadas
TTPÓTEpov aVEUpLGKOVTEC ~jlETÉpav oüaav ... ÓjlOLWC: Elvm T~V
en las páginas anteriores, es bastante notable el uso de opÉyo¡J.m , <<ten-
der>>, referido no ya a la esencia, sino a las cosas sensibles, y sobre todo TE t(!VX~V ~jl<ÍÍV TTpLV YEVÉa8m ~jléiC: KaL T~V oua(av hv GV
la valoración positiva de la sensación para el conocimiento de las ideas, víJv AÉyELc: 178
cuando pocas páginas antes la condición para alcanzar la verdad era la
distancia completa respecto del cuerpo. La insatisfacción nouménica
se convierte aquí en una insatisfacción fenoménica, y la realidad esen- por ello abandonar el carácter concreto de la experiencia sensible , a la
cial queda objetivada en una esfera cumplida. Está próxima la esfera que ve como el reflejo inmediato de una multiplicidad esencial. Fijarse
del Fedro, cuya primera versión de hecho es de estos años: al ascetismo en una u otra posición responde a la intención de insistir más sobre la
interior le sustituye un planteamiento romántico, que descubre que la distancia interior de esa existencia excepcional o bien al sentido román-
misma experiencia sensible, como ya hemos visto para Heráclito, con- tico de insuficiencia que en la misma multiplicidad sensible encuentra
tiene una multiplicidad esencial. De hecho, las dos posiciones ya no son el impulso hacia una invisible verdad a realizar, hipostasiada en una
inconciliables, expresan los dos aspectos de una vida interior compleja, separación metafísica.
que se separa de la apariencia buscando una intimidad trascendente, sin 178 Cf. J. Stenzel, Metaphisik desAltertums, Múnich-Berlín 1931, n3.

~54 ~ss
<<una esencia de lo bello, de lo bueno y de las demás cosas Kal wc;; auyyEv~c;; ovaa UlJTOÜ O.El. jlET EKELVOU TE y(yvETm,
semejantes (que es identifi.cada en lo que sigue a la t!;ux rí) .. . owvrrEp atJT~ Ka8 ' aÚT~v yÉ vTjTaL Kal. É~f¡ a{nf¡
descubriendo que existía ya antes y que era nuestra .. . la igual- <<y [el alma] en tanto que es de la misma naturaleza [de lo
dad entre nuestra alma antes del nacimiento y estas esencias que es puro, eterno, inmortal, igual a sí mismo], se engendra
de las que tú hablabas ahora>> (76 d-77 a). siempre uniéndosele , cada vez que logra ser ella misma en sí
misma>>,
Y a continuación se dice de modo semejante:
T~c;; TOÜ 6ELOU TE KQL Ka6apoü KQL jlOVOELOOÜc;; O'UVOUO"Lac;;

Ti¡¡ jlEV 6EL4J KQL a6avÚT4J KQL VOl"]Tlfl KQL jlOVOEL8El KQL QOLaAlrr(fl KQL
aEl. waaÚTWs KUTÓ. TQlJTÓ. EXOVTL ÉauTi¡J ÓjlOLÓTaTOV Elvm tl;uxrív como veremos, el signih.cado erótico-metafísico de este úl-
<<a lo que es divino, inmortal, intuible directamente , a timo término volverá a aparecer en Platón: cf. Ep . vn 341 e, y
aquello cuya forma es una sola, lo que es indisoluble y que ~uvElvm , en Symp. ~u d , ~12, a
siempre mantiene la identidad del mismo modo, lo que más
se le asemeja es el alma>> (So a-b) <<[en consecuencia, el alma no participa] del estar junto a lo
que es divino, puro y cuya forma es una sola>>
y de un modo defmitivamente explícito en 9~ d, donde se sin-
tetizan los resultados precedentes: Ele;; TO ~uyyEvk KOL El e;; TO TOLOÜTOV a<j:>LKOjlÉVTj
<< ... regresada a lo que es de su misma naturaleza y de su
Épprí81l yáp lTOU OÜTwc;; ~jl(DV dvaL ~ tVUX~ KQL rrpl.v Ek O'WjlU mismo estado>>.
a<j:>LKÉa8m, W<JlTEp aÚT~ EO'TLV ~ oúa(a €xouaa T~V ÉlTWVUjllUV
T~V TOÜ o EO'TLV En definitiva, esta parte del Fedón tiende a la objetivación,
<<ha quedado dicho en efecto que igual como nuestra al- presentándose el mundo de las ideaslpor primera vez, y desa-
ma existe también (repárese en este "también") antes de en- rrollando este rasgo constructivo, probablemente con h.nes
trar en un cuerpo, del mismo modo existe por sí misma la divulgativos, hacia una abstracción cada vez mayor, como re-
esencia que tiene el nombre de "lo que es" (queda de nuevo sultado de la terminología de los pasajes antes citados. En la
bien claro en estas últimas palabras el signifi.cado universal tercera versión del diálogo, este proceso acaba por anularse a
de oúa[a)>> 179 • sí mismo, en tanto la idea de puro objeto se convierte en for-
ma racional, categoría. De todos modos, Platón se mantiene a
También las relaciones del eros que ligan las esencias, mencio- distancia del monismo místico por otras causas que le llevan
nadas antes, reaparecen aquí y allá, en 79 d, 83 e , 84 b: a persistir en su original concepción pluralista de la realidad.
En primer lugar, a causa de su naturaleza altamente artística. En
179 Natorp utiliza algunos de estos pasajes para sostener su interpretación
tanto que poeta, se ve conducido a amar profundamente cada co-
kantiana de Platón, viendo en ellos la anrmación de que el ser de las ideas, sa del mundo que se presenta ante sus ojos, a descubrir una
.¡ según él reine Denkbestimmungen, se encuentra en el sujeto cognoscente belleza en cada objeto visible, a transh.gurar líricamente toda
i!d (Pl. Ideenl. I38). Pero en tal caso se vuelve incomprensible el xwpLaf.LÓc:;,
realidad prosaica. Su entusiasmo artístico no se detiene en las
!J que según hemos visto consistía en la separación de la apariencia, como
1! sensaciones de las cosas singulares, quiere vivirlas más profun-
continua aspiración interior. Cf. Stenzel, Studien ~1-~~ .
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11
damente, quiere entrar en ellas y descubrir su realidad verda- experiencia concreta del eros. Se ha encontrado ya en el Fedón
dera, la esencia: él conoce la razón eterna del ser de cada cosa, el rastro del eros metafísico, pero en aquel diálogo la aspiración
no ya como una imagen o bajo cualquier otra forma sensible, cognoscitiva es un heroísmo únicamente doloroso, una lucha
sino con una intimidad y un sentimiento esenciales. Cuando se interior continua para liberarse de la apariencia que carece de
aleja de la realidad inmediata, conserva aún en el alma las intui- término, porque hasta la muerte permanece siempre un re si-
ciones poéticas, según las cuales las cosas deben su vital razón duo ineliminable de humanidad; es un proceso que tiende a
de existir a muchas esencias que se hallan escondidas dentro de superar cualquier límite que presente la sensibilidad en una
sus formas, y desde el principio le resulta bastante extraña la abstracción absoluta de cualquier objeto, en una indagación
idea estrictamente mística de una sustancia infmita que no ad- del alma en profundidad, que sola puede mantenerse peren-
mite en sí ni pluralidad ni diferencia. En segundo lugar, su ins- nemente in:hnita. El amor interviene en el Fedro como un alivio
tinto político, que tras diez años de convivencia con Sócrates no de este tormento . No es otra cosa sino un límite a esta aspira-
acaba de apagarse del todo, ni siquiera en esta época que es la ción in:hnita, un objeto, una imagen que da reposo al tormento
m~s antipolítica de Platón. En efecto, toda concepción pluralista incesante, se trata de tomar a cambio de todo el resto de lo que
tiene algo de política y de apolínea, como ya hemos visto en Em- se ha desprendido, la última cosa sensible que ha sobrevivido ,
pédocles; las ideas no son sino un conjunto de individualidades y en tanto que pura forma. Por causa del objeto amado se detie-
irreducibles una a la otra, una extraña convivencia de solitarios, ne el conocimiento dionisiaco, es algo que se para a contem-
ninguno de los cuales tiene un valor eterno e indestructible. plar, y cuya visión le produce felicidad. Todo místico tiende
Incluso en la elección de estos individuos, lo justo, lo bueno, lo a una perfección que en el fondo es estatismo, y en el amor esa
bello, se revela el fondo político y socrático. forma inalterablemente D.jada se le aparece de improviso ante
El Fedón es un diálogo complejo, inorgánico, ambiguo . los ojos. Las imágenes que ama son, en cierto modo, una ex-
Platón se avergonzó de él durante bastante tiempo, y con ra- presión, una realización de la verdad suprema, que recoge en
zón. En él revivía la :hlosofía presocrática, pero con ropajes una apariencia eso que está más allá de la apariencia: a través
decadentes. Para enmascarar un pesimismo y un ascetismo de ella es posible comprender que esa aspiración atormentada
románticos se introdujeron sucesivamente superestructuras también debe tener un término, que es preciso alcanzar el con-
racionalistas sin que la obra alcanzara la armonía. El diálogo tenido de la verdad y aquietarse en una paz interior de:hnitiva.
influyó poderosamente sobre Aristóteles y sobre los siglos por Habíamos encontrado un proceso parecido en la creación :hlo-
venir, y en un sentido que el autor no había previsto, :hjando la sónca de Empédocles, que da forma y reposo a su aspiración en
distinción entre materia y espíritu -anticipada ya por Anaxá- unas expresiones cósmicas. Con el eros Platón se muestra más
goras-, extraída indebidamente de la antítesis 6paTÓv -áELoÉc;;, como un poeta, en tanto que el objeto amado no es un resulta-
<<visible-invisible>> (79 y ss .). do expresivo, sino que le viene ofrecido inmediatamente por
la realidad, es una persona bella y viva, concreta , limitada en
lo visible. Tal como veíamos en el Fedón, los objetos sensibles,
Il. FEDRO aunque en tanto que tales sean a menudo rechazados, tienen
siempre en el fondo una importancia esencial en cuanto medios
La soledad conduce a la perfección y al conocimiento, pero no que impulsan al conocimiento: también en el Fedro se dice ex-
es la única vía; otra menos dolorosa es la que indica el Fedro, la presamente que hay que partir de las sensaciones para alcanzar

~59
la verdad. 180 En el objeto de amor se concentra todo el impulso a esta nueva mania amorosa, se conserva aquella más espe-
dionisiaco del conocedor; todo cuanto yacía desgarrado en el cíficamente dionisiaca introducida en el Fedón, y además se
fondo de su alma, lo que había quedado dispersado o se había proclama seriamente como divina la locura poética. Platón
convertido en abstracto durante el tormento de la indagación se aproxima a la realidad sensible, aun considerándola un
interior, aparece transfigurado, retenido y reunido como con- símbolo, y le posee de nuevo el demonio poético, que ahora
tenido positivo de la fi.rme figura humana contemplada. La se- tiene la posibilidad de expresarse no ya bajo la forma huma-
paración del mundo sensible ya no es sentida como dolorosa, na y pasional de la tragedia, superada en la primera juventud,
el desasosiego y el juvenil sentido de insuficiencia encuentran sino a través de un arte divino que habla de la verdad con
ahora un principio de realización, porque poseen un punto fi.jo y imágenes. Por esta razón las imágenes desbordan en el Fedro,
concreto de referencia, es mucho más entusiasta, feliz y lleno lleno de amor por la naturaleza y de impulsos líricos, mientras
de vida comprimida y concentrada. El impulso hacia el objeto que la exaltación y la tragicidad del Fedón se expresaban en
amado trastoca los restantes intereses de la vida: una pasión un lenguaje retenido y voluntariamente frío. El arte filosó-
desatada explota, orgiástica, ebria y sustraída a la ley de la cau- fico presocrático se renueva en el terreno de la cultura ática,
salidad, y el amante se vuelve loco por una única imagen ante suspicaz arite esas formas que le parecen híbridas. El estilo
la que le ha colocado el azar. del discurso central del Fedro es milagroso, rebuscado pero
Sacrílegamente, Platón hace el elogio de la locura, pro- no elaborado , temerario en la profundidad de sus expresiones
nunciando su más audaz declaración antisocrática. La mania simbólicas, aunque sin rozar la oscura incomunicabilidad de
queda expresamente reconocida como superior a lasophrosyne, los místicos. El periodo es a veces casi jadeante, escindido en
virtud característica de Sócrates: el punto de partida del diá- pasajes de imágenes y conceptos que muestran una fluencia
logo no es más que una polémica contra Lisias, que defendía de sentimientos musicales, muy lejos todavía de la comple-
la necesidad de un amor moderado. De este modo, Platón se titud expresiva del Simposio, y mucho más juvenil también.
opone a la común concepción política griega, con una concep- Platón es un amante de la poesía, celoso e infeliz, sufre de su
ción más elevada de lo político ya en mente, fundada sobre una infidelidad, y le subleva.que ésta se entregue a quien no es
comunidad de exaltados , cuya vutu . d sena, l a mama.. 181 Junt o digno de ella. Estas pocas páginas del Fedro muestran uno de
los raros momentos en los que su amor encuentra compen-
sación y desvelan la locura de la pasión en quien está conde-
180 Phaedr. ~49 b. La dihcultad de este pasaje , vinculado con la teoría de ~a nado a la renuncia.
anamnesis , es la misma que la de los pasajes análogos del Fedón exami- Las locuras están vinculadas entre sí y coexisten , no
nados antes . son sino aspectos de la fundamental locura filosófica (ou yap
8 Platón y los presocráticos veían en la locura , además de un estado pri-
1 1
vilegiado del hombre, una particular sabiduría práctica y polít1ca , un TTTEpOUTaL ... TTAi¡v ~ TOU cpLAO<JOcp~aavToc;; a oóA.wc;; ... <<ya que
aspecto de su ambigüedad. Nietzsche dehende que lo s gnegos daban el alma no ha recibido alas ... excepto aquel que ha amado ver-
un gran valor a la locura , en tanto que algo involuntario y terrible , a tra-
daderamente la sabiduría ... >>, 2.48 e-2,49 a; fJ.ÓVTJ TTTEpouTm ~
vés de lo cual una revelación divina era más fácilmente pensable. Por
ello se prop agaron las ideas m ás atrevidas: los grandes hombres cuando Tou cpLA.oa ócpou oLávow , <<solamente el pensamiento del fi.ló -
no estaban verdaderamente locos , ungían estarlo. Véase al respecto L. sofo está provisto de alas >>, 2.49 e), en la que Ká8apaLc;; y eros no
Andreas Salome, Frédéric Nietzsche , trad. fr. de Jacques Benoist-Méchin , se contradicen. También en el amor persiste el planteamiento
París 1 9 3~ , ~8 ~ - ~84; Nietzsche Wer·ke, rv, ~~ - ~ 3 [KGWv r, ~~-~4 (e d. it .
¡6 -19),Aurora, 14] ; Burckhardt Griech. Ku!t. n, 97-10~ .
delFedón :

2,60
Ka6apoL OVTEC:: KQL aaiJilaVTOL TOÚTOU, o vvv OWilG TTEplcpÉpOVTEC:: <<el flujo de la belleza ... regresa [hacia el amado] a través de
OVO!lá( O!lE V' oaTpÉou TpÓTTOV 8E8E0!1EU!1ÉVOL
los ojos, y por esta vía alcanza el alma>>, 2.55 c). 182 Platón teo-
<<puros también nosotros, sin estar sellados en la sepultura riza plásticamente en términos empedocleos esta naturaleza
que llevamos ahora con nosotros y a la que llamamos cuerpo, nouménica de la mirada, hablando de un flujo de f.l.ÉPll:
estrechamente·adheridos a él como la ostra a su valva>> (~so e).
8E~Ú!1EVOC:: yap TOÜ KáAAOUC:: Ti¡v árroppoi¡v 8La TWV 0\lf.LÚTWV
... 11-ÉP~ ETTLÓVTa KQL pÉOVTa, él. 8i¡ 8La TQUTa 'Lf.LEpOC:: KaAE'LTQL
Es prerrogativa del filósofo la ebriedad de la distancia, el
xwpLafLÓC interior que es también alejamiento de los hombres: ... T) Tou pEÚ\laToc:;- ÉKELvou TT~yi), ov
'Lf.LEpov ...
<<puesto que , recibiendo a través de los ojos el flujo de la be-
... E~LOTá!lEVO C:: 8E TlDV áv8pwTTLVWV arrou8aa11áTwV ... lleza [se calienta] (~51 b) . . . las partículas que llegan y fluyen ,
Év6ouaLá(wv 8E AÉA~SE TOV<:: TTOAAOÚ<::
<< ... y apartándose de las ansias y formalidades de los hom- 18:4 Esta concepción de la mirada regresa modernamente al fmal de la Klas-
bres [rechazado por la mayoría como si hubiera perdido la ca- siche Walpurgisnacht goet~iana (Nereus: Du bist es , mein Liebchen! Ga-
latee: O Va ter! Das Glück!- Delphine , verweilet , mich fesselt der Blick.
beza], la mayoría no cae en la cuenta de que está poseído por Nereus: Vorüber schon, sie ziehen vorüber- In kreisenden Schwunge s
un dios>> (~49 c-d). Bewegung;-Was Kümmert si e die innre, herzliche Regung!- Ach, nah-
men sie mich mit hinüber!- Doch ein einziger Blick ergotzt,- Dass er
das ganze Jahr ersetz>>, <<Nereo: ¡Eres tú, mi bien amada! Galatea: ¡Padre
Lo que en el eros permanece de sensible no es más que pura mío! ¡Qué felicidad ! Delfmes, deteneos, su mirada me encadena. Ne -
visión, en la que se concentra una interioridad: TO ÉpWTLKOV reo: Se alejan , ya están lejos con el impulso de su carrera circular; ¡qué
Ofl.fl.a, <<el rostro amoroso>> (2,53 e). La palabra Üt\JLc;;, usada en les importa el movimiento interior del corazón! ¡Ah, que me lleven con
ellos! Pero una sola mirada consuela tanto que vale un año de espera>> ; cf.
el sentido de visión (2,50 b), acto de ver (ot\;Lc;; yáp ... 2.50 d) y de Phaedr. :448 b: ou 8' EVEX ' T¡ TTOAAi¡ arrou8~, TO Ó.A~8Ela.:;- l8E'Lv TTE8[ov, <<pero
mirada (2,54 b), sintetiza los diferentes elementos de este mo- aquello de donde procede el gran tormento por alcanzar a ver la llanura
de la verdad y descubrir dónde está >>, para el texto cf. Wilamowitz Pl. 11
mento complejo. La mirada escinde el anhelo amoroso en una
364; ; Symp. :410 e: ou 8T¡ EVEKEV Kal. ol E¡..LTTpoa8Ev rrá vTE.:;- rróvoL ~aav;
rotura que estremece (npwTov f.l.EV E<PPL~E, <<se estremece de <<... en vista de lo cual, además , habían existido todos los sufrimientos
repente>>, 2.51 a), y se impone en el fluir de la vida como una de antes>>) y en forma bastante más humana y pasional en el Tris tan und
!solde wagneriano. Puede observarse además que la música romántica
instantaneidad irradiante, más alta encuentra una de sus inspiraciones esenciales en los estados
sentimentales contiguos al momento crucial de la mirada. Ya en el Fedro se
KaL rrpoc:: a{m{J T' ÉyÉvovTo KGL E18ov (¡aoristo!) Ti]v Üt\JLV distingue el estado de ansiedad maniaca, de frenética excitación , de
dolorosa opresión (i)Tav 8E XWPls yÉVllTaL ... TTéiaa KE VTOUf.LÉVll KÚKAl¡l i¡
Ti¡V TWV TTaL8LKWV áaTpÚTTTOUOQV .. . TJ !1-VlÍil~ TipO<:: Ti¡ V TOÜ
t)Juxi¡ olaTpi;i Kal ó8uvéiTm, <<en cambio, cuando se queda sola el alma,
KÚAAOUC:: cpÚOLV 1ÍVÉX8~ atravesada por todas partes, desvaría y sufre>>, ~51 d; Ef.Lf.Lavi¡.:;- oucra ... 8{[
<<y se acercan al amado y descubren su mirada fulgurante 8€: rro8ouaa, <<en el delirio en el que se encuentra ... corre apasionada >> ,
:451 e) durante la ausencia de la persona amada, del estado paradisíaco y
(que conduce más allá del tiempo) ... la memoria vuelve hacia
u
soñador que sigue a SU aparición (i¡8ovi¡v 8' a TaÚTlllJ yAUKUTÚTllV ÉV n ¡i
atrás, hacia el nacimiento de la belleza>> (~54 b) rrapóvn KaprroDTm, <<y de nuevo goza, por el momento, de este dulcísimo
placer>>, :451 e-~5:4 a). Esta alternancia de sentimientos , con una gran va-
riedad de matices e intensidades, constituye la trama vital de buena parte
una profunda conjunción interior, que circula a través de la de las sonatas de Beethoven, y la antítesis misma schummaniana entre
multiplicidad esencial de las almas (TÜ TOU Kát..t..ouc;; pEíJfl,a Florestan y Eusebius puede remitirse parcialmente a estas oscilaciones y
... 8u:l Twv Ófll.láTwv tóv, "D nÉ<PuKEV ÉTTL TTJV t\JuxT]v LÉvm, al conflicto entre el auriga y el caballo negro (Phaedr. :453 c-:454 e).

2,63
y por ello se llaman "río de deseo" (2,51 e) ... la ola de aquella dad, en el aspecto activo y educativo del eros, acaba por ser un
corriente que [Zeus llamó] "río de deseo">> (2.55 e). poco una concesión y una capitulación. Sólo en la medida en
que el amor es contemplativo puede subsistir la locura dio-
La belleb se distingue en esto de la <PPÓVf]O'LC, que, según hemos nisiaca en su complejidad; cuando se pasa a la fase educati-
concluido en el Fedón, consiste en captar la esencia individual va, aparece un conflicto insoluble, puesto que la apariencia le
como pura interioridad, recogida en su dolorosa soledad: atenaza de nuevo con sus intereses particulares, por más que
transfigurados. 184 Comienza aquí la decadencia vital de Platón.
olj!LC: ... D <PPÓVT]OLC: oux 6péiTaL. OELVOVS" yap éiv lTapELXEV Cuando habla del a paideia, esto es, de la vida amorosa concreta
EpwTac;-, d n TOLOiJTov Éw.JTf¡c;- Évapyk d8w>..ov TiapEÍXETO entre dos personas, aunque defienda la ascensión común a la
ELe: olj!LV tóv verdad, no llega a afirmar que ambos alcancen la <<llanura de
<<[porque] ver [es para nosotros la más aguda de las sen- la verdad>> y el <<prado>> de la esencia. Y sin embargo, afuma
saciones que experimentamos a través del cuerpo], pero el de esta paideia que:
pensamiento no puede verse: qué maravillosos amores no nos
daría si pudiera brindarnos una imagen sensible de sí mismo , ou IJ.EL(ov áya8ov ouTE ow<PpooÚVT] civ8pwTrLVT] oÜTE 8da IJ.avía
capaz de impresionar la vista >> (2,50 d). 8uvaTT] TiopíoaL civ8pwmp
<<no hay otro bien mayor que puedan procurarle a un hom-
Del mismo modo también las otras esencias tienden a ser in- bre la sabiduría humana, ni la locura divina >> C2.56 b).
teriores y no se manifiestan en el fenómeno c~so b).
La naturaleza del alma, que además ya no es unitaria como Debido a esta duplicidad del eros, Platón se refiere a él después
en el Fedón, sino tripartita, hace que el xwpwf!ÓC mismo sea del conocimiento extático, aunque este último se represente a
inestable. Tarde o temprano el amante se siente impulsado no la luz de la más alta experiencia amorosa (la parte que corres-
tanto hacia la mirada cuanto hacia el alma que se manifiesta ponde a este conocimiento se introduce como inciso en la ex-
en ella, y trata de que también ella se encamine hacia la ver- posición de la cuarta mania, ~45 c-~49 d), al contrario que en el
dad.183 De ahí el consiguiente peligro de caer en lo humano y Simposio, donde la sistematización armónica de su pensamiento
lo vulgar. No es tan sólo la propia alma lo que aquí le interesa le permite seguir el orden más natural. La esencia suprema
a Platón, sino también la del otro: de este modo se vuelve im- sigue captándose todavía en el Fedro con el xwpwf!ÓC, descri-
portante para él el problema de la educación , que será el punto to en el Fedón: puede observarse en el discurso de Sócrates el
esencial de su política. Lo que en el aspecto contemplativo del paso gradual de la consideración de lq tj;uxf] en sí misma, en su
amor era un tenue contacto con la realidad visible, que servía soledad esencial-que es el punto de vista central del Fedón,
tan sólo para impulsar de un modo más concreto hacia la ver- del que hemos tratado brevemente- a la comunión interior de

183 En el texto del Fedro se puede observar una distinción y un paso del amor 184 Repárese que por amor contemplativo no pretendemos referirnos aquí a
contemplativo al activo. En ~so b-~s~ e el amor es contemplativo y se una concepciónstilnovista, pues Platón encuentra en la mirada un contac-
transforma en activo en ~s~ c-~s3 e; es nuevamente contemplativo desde to metafísico entre las dos esencias interiores; hemos querido distinguir
~s3 e hasta ~54 e, y desde ~55 a hasta el fmal se entiende en cambio como tan sólo este contacto, que se agota en sí mismo, de la teleología política
relación real entre amante y amado. de la paideia , que apunta a una realización en la apariencia.
las esencias en el ÚnEpoupávLO~ TÓTio~, <<región supraceleste>>, festarse (néiua ~ l!JuxT] navTo~ ETTLf-lEAELTaL ToD ál(Júxou,
que representa la mayor originalidad especulativa del Fedro, TTávTa OE oupavov 1TE pl 1TOAEL' <<cada alma tiene el control de
alcanzada a través del eros contemplativo, y de la que no había todo aquello que carece de alma y atraviesa la totalidad del
sino fugaces alusiones en el Fedón, para acabar en la paideia, cielo>>) y cuya variedad es como un juego y un capricho suyo
que atempera el xwpLaf-lÓ~, y en tanto conclusión necesaria del (aAAoT' EV aAAOL~ E'LOE0L YL YVOf-lÉVll' <<adoptando formas di-
eros, no le permite a Platón afumar que el amor como vida, en su versas en diversos lugares>>): en su perfección esencial y en su
complejidad, culmina en el conocimiento, y hacer que en con- xwpwf-LÓ~ la l!Jux~ rige el mundo entero (TEAÉa f-lEv oúv oúua
secuencia éste le preceda en el curso de su desarrollo. Kal. ETITEpWf-lÉVll f-lETEwponopEL TE Kal. návTa TOV KÓUf-LOV
Esta estructura de la palinodia de Sócrates muestra una OLOLKEL, <<pues cuando ella es perfecta y cruza alada el aire y
variedad y una riqueza expresiva desconocidas para el Fedón, rige el mundo entero>>, ~46 b-e). Platón se encuentra aquí to-
lo que le da al diálogo una tonalidad filosófica especial. En davía en un plano perfectamente presocrático 186 , y mediante
general, nos encontramos ante una tendencia a considerar la un mismo impulso plástico y político muestra con el mito del
realidad no en su aislamiento interior, sino en sus relacio- carro una multiplicidad unida y dispuesta jerárquicamente
nes plásticas. El pluralismo platónico está vinculado a una
convivencia política, cuyos constituyentes son contemplados
186 Es igualmente presocrático el amoralismo con el que Platón habla de
como puros objetos, en lugar de ser captados en su intimi- la caída del alma de este estado. perfecto: en este punto no está influen-
dad, y reunidos por medio de un único conectivo en el TO ov ciado por la tradición órf:tco-pitagórica , y explica esta caída no por una
o en la <<belleza>> permitiendo que coexistan, en la exube- culpa, sino de modo puramente mecánico, casual simplemente:~ 8i:
TTTEpoppu~cracra <jJÉpETUL, <<en cambio cuando pierde las plumas se precipi-
rancia concreta y espontánea del diálogo, la expresión plás- ta>> (~46 e);~ ¡.LE:v éipwTa 6EL¡i ÉTTOjlÉVT] ... ~ 8€: TOTE jlEV ~pE, TOTE 8i: i'8v
tica y política con el lenguaje más directamente místico. La ... al 8€: 8~ éL\.\m y.\LXÓ!lEVm jlEV éirraam Tou éivw É'rrovTm, ci8vvaToucrm
consideración inicial de la l!Jux~ en sí misma, en tanto que 8i: UTTO ~PÚXLUL ~UjlTTEpL<jJEpOVTaL, TTaTOU<JaL a,\,\~,\ac;- KGL Ém~á.\.\oucrm ...
Tio.\.\a[ 8i: Tio.\.\0 TTTEpÓ. 6paúovTm, <<la una, que había seguido mejor a
principio interior del movimiento (néiv yap uwf-La ... 4J oE: un dios (levanta la cabeza del auriga hacia la región que está fuera del
E'voo8Ev atn0 E~ mhoD, Ef-ll(Juxov, <<de hecho, todo cuer- cielo] ... mientras que la otra tanto alza como baja la cabeza ... luego las
po [que recibe el movimiento del exterior es inanimado;] en otras almas, dado que todas aspiran a lo alto, siguen; pero, privadas de
fuerza, son empujadas aquí y allí bajo la superf:tcie, y pisándose unas a
cambio es animado el cuerpo que tiene en su interior, por sí
otras caen ... y muchas tienen muchas plu¡nas rotas>> (~48 a-b); ihav 8i:
mismo, el movimiento>>, ~45 e), no destaca su dolorosa sole- ci8uvaT~craaa ÉTTLaTTÉcr6m !l~ 'L0-¡;1, KaL TLVL crvvTVXLc;t XPll<JGjlÉVll .\~611.:;­
dad nouménica, como en el Fedón, sino su dominio político TE KaL KGKLac;- 1TAT]cr6E1cra ~apvv6'(i, ~apvv6E1cra 8€: TTTEpoppu~cr1J , <<pero
sobre la apariencia que le está sometida. Lo que carece de al- cuando, por incapacidad de seguir a un guía , no alcanza a ver, y a causa
de alguna desgracia se vuelve pesada, llena de olvido y de impotencia,
ma, el fenómeno, es el campo en el que se expresa la l(Jux~ 185 , y, de este modo pesada, pierde las plumas ... >> (~48 e). La suerte de las
buscando una esfera universal de actividad en la que maní- almas está determinada por su jerárquica estructura metafísica, que se
despliega en un agonismo aristocrático y que ninguna intención moral
puede cambiar. Tan sólo en el campo de la apariencia , donde se aplica
185 Una frase del Zaratustra nietzscheano se presenta oportuna para ilus- la doctrina moralista de la transmigración, tienen un peso el mérito y la
trar la discordancia entre este pasaje y cuanto Platón dirá pocas páginas buena voluntad: Év 8~ TOÚTOL<;" Q1TG<JLV ik jlEV av 8LKGLW<;" 8Láyay1J,
después sobre la paideia: <<Die Liebe ist die Gefahr des Eisamsten, die cljlELVOVO<;" jlOLpac;- jlETGAGjl~ÚVEL, ék 8' av a8LKW<;", XELpovoc;-, <<ahora,
Liebe zu allem, wenn es nur lebt!>>, <<El amor yS el peligro para el más entre todos ellos, aquel que ha vivido según la justicia recibe en cambio
solo entre los hombres, el amor por cualquier cosa, sólo porque está viva!>>, un destino mejor; un destino peor por el contrario el que ha vivido de
Nietzsche Werke, vr, ~~7 [KGWvr 1, 19~: ed. it. 188]. un modo injusto>> (~48 e).

1
j
~66
i'1l
H
i,
hasta en la intimidad elemental de la tJ;uxr), advirtiendo sin El misticismo de estas páginas es evidente y se muestra en el
embargo que la verdad es bastante más profunda: modo mismo de expresarse de Platón, tomado a menudo de la
terminología de los misterios. 187 El conocimiento extático no
oiov llÉV Éan, návTlJ n ávTwc;- 8dac;- ETvat Kai llaKpéi c;- puede cumplirse mediante conceptos y el lenguaje entusiás-
8vrJ'YTÍ<JEwc;-, 4l 8E EOLKEV, av8pwTTLVT]t;" TE Kal EAaTTOVOt;" tico es aquí incontenible. Sólo de este modo puede resolverse
<<sobre lo que es, sería preciso un relato que sólo un dios el problema de la poesía, siempre inalcanzada:
podría contar entero, y sería largo, en cambio, ofrecer una
imagen es cosa humana y más breve>> (:446 a). Tov 8f_ ÚTTEpoupávLov TÓrrov oÜTE TLc;- Ü!lVT]<JÉ nw Twv TfjoE
TTOLT]T~t;" OUTE no8' Ú!lVTÍ<JEL KQT' a~(av,
Este pluralismo plástico se aviene complementariamente, en
el momento cognoscitivo culminante del diálogo, con aquel ya que Platón siente vergüenza de abandonarse a los transpor-
monismo místico sugerido en el Fedón , que se convierte ahora tes de la inspiración:
en dominante. La esencia suprema es llamada TO 6E1ov, TO ov,
oua(a, cL\r)6ELa, <<lo divino , lo que es, esencia , verdad>> (TÜ EXEL OE WOE " TOA!lT]TÉOV yó.p ouv TÓ yE Ó.AT]8k ELTTELV, a\\wc;-
8E 6ELOV KaAÓV, ao<Póv, aya6Óv, Kal 1T<IV O TL TOWUTOV, <<lo TE KQL TTEpL Ó.AT]8E(ac; \ÉyOVTQ 188
divino es lo que es bello, sabio, bueno, y cualquier otra cosa
que se le parezca>>, :446 e; t8ouaa 8La xpóvou TO OV aymrq TE
wl. 6Ewpouaa TOAll6fi TPÉ<Pnm Kal. Etma6E1, <<cada vez que 187 Cf. ~49 e: TEAÉou<; áEL TEAETa<; TEAOÚ~EVO<;, <<siempre perfectamente
logra ver lo que es, se goza con ello y, contemplando las cosas iniciado en misterios perfectos ... >>; ~49 d: ECL<JTá~Ev o<; . .. Év8ouaLá(wv,
'¡ verdaderas, se nutre de ellas y vive feliz >>, :.447 d; Év T¡i) o Éanv <<y saliendo fuera [de los anhelos y formalidades humanos, y tendien-

~
do con empeño a lo que es divino, es reprobado por la mayoría como si
ov ovTws, <<[. .. pero el conocimiento] de lo que es y es real- hubie ra perdido la cabeza, pero la mayoría no se da cuent a de que está]
mente >>, :447 e; aTEAELs Tfjc;- Tou ovToc;- 6Éac;- . .. TO aA.ll6E(ac poseído por un dios >>; ~49 e: ;raawv Twv Év8ouaLáaEwv áplan1 TE, << [esta
t8dv TTE8(ov, <<[todas las almas]. .. se alejan sin haber sido ini- locura,] de entre todas las formas de posesión divina , la mejor ... >>; ~so
b-e: ÉTEAOUVTO TWV TEAETWV ... T]V wpyLá(o~EV OAÓKAT]pOL... ~ UOÚ~EVOL TE
ciadas a la visión de lo que es ... para lograr ver la llanura de la
Kal. ÉiTOiTTEÚOVTE<; ... Ka8apo1. OVTE<; Kal. áa~~avToL TOÚTou, o vvv aw[l.a
1 verdad ... >>, :.448 b; L80UO"a TllV aA.r)6ELaV, <<[aquella alma que iTEpuj>ÉpovTE<; 6vo[l.á(Ofl.EV; <<y éramos iniciados [en la que es justo llamar

ll!il en realidad nunca ha tenido] una visión de la verdad>>, :.449


b; avaKútj;aaa de TO OV OVTWs, <<levantando la cabeza hacia
la más bienaventurada] entre las iniciaciones, este rito secreto que cele-
brábamos , también nosotros íntegramente perfectos ... [como íntegra-
mente perfectas .. . eran las apariciones] ... en las que éramos iniciados y
i[li lo que realmente es >>, :.449 e), se trata del mismo conectivo in- alcanzábamos la cima de la contemplación: puros nosotros mismos, sin
terior que antes hemos visto que constituía la ,naturaleza de estar sellados en la tumba que precisamente ahora llevamos con nosotros
la <<belleza>>. El mismo Platón identinca por otra parte a esta y que llamamos cuerpo .. . >> (punto de vista órfico-pesimista , en el estilo
1 última con el objeto metafísico supremo: del Fedón); ~so e: VE OTEA~<; , <<recién iniciado>>, y poco más adelante , en
!l¡ ~s~ d, 6py1áawv, <<celebrando un culto secreto>>; ~s3 a: Év8ouaLwvTE<; ...

il warrEp al ~áKxm. <<poseídos por un dios .. . semejantes a las bacantes>>;


Ká\\oc;- 8f. TóT ' ~v l8E'Lv \allnpóv, ÜTE ... ÉTEAoüvTo Twv ~s3 e: TEAET~, <<iniciación>>.

l
:i;.'
1
TEAETWV ~v 8É!lLc;- AÉ')'ELV llaKapLwTÚTTJV
<<y la belleza resplandecía ante la vista, en el tiempo en el
188 Lo que sigue inmediatamente : ~ yap axpw[l.aTÓ<; TE KUL cl<JXT] fl. áTL<JTO<;
KQL áva<jll'j<; oúa[a OVTW<; t)Juxij.:; ouaa K1!~EpV~Tl:J [1ÓV4J 8EaTTj v0, <<e n
1: realidad, la esencia que no tiene color, no tiene forma y no se puede to-
,, que ... éramos ini<;;iados en la que es justo llamar la más bien-
1 car, y está verdaderamente en el alma, sólo puede ser contemplada con la
¡,¡ av~nturada entre todas las iniciaciones >> (:450 b). interioridad por el auriga>>, contiene la identificación, planteada ya en el
.1

r~ :
~l :.468

I
J:.I
¡,
,¡ 1
<<en honor de esta región supraceleste ningún poeta de este <<solamente el pensamiento del filósofo es alado . .. siendo
mundo ha cantado el himno, ni lo cantará nunca de un modo dios, él es divino .. . [iniciado perfectamente siempre en los
digno. Pero el modo es éste: porque es preciso tener realmente misterios perfectos] es el único que es verdaderamente per-
el valor de decir lo verdadero, sobre todo cuando se habla de fecto >> (249 e).
la verdad>> (247 e).
El éxtasis no se ahoga en una despersonalización acogedora,
En este momento de expansividad excepcional, la visualización sino que hace descubrir la única realidad divina de todas las
erótica adquiere, como ya en elFedón, su más profundo signin- cosas (6ELÓ<:;; E: un, <<él es divino>>) a través de la aii.rmación de
cado metafísico. La extrema determinación de lo real se reduce una excelsa individualidad divina (6Eo<:;; wv, <<siendo dios>>) .
a la relación erótica entre esencias, pero no condenada a una El precio de esta experiencia es la soledad y la irrisión:
incomprensión incolmable, como era propio del <<tender>> en
el Fedón, sino fundado sobre un contacto beatifi.cante: E¿LOTállEvo.:;- 8€ Twv áv6pwn(vwv anou8aa11áTwv Kal. npo.:;-
Tr:¡i 8Ell[l YL yvówvo.:;- vou8ETELTOL llEV UTTO T WV TTOAAWV wc;
looüaa [oL<l x póvou] TO OV áyam~ TE KOL 8Ewpoüaa TÚAT]6f¡ TTapaKLVWV...
TpE<j>ETm Kal Eima8El <<y apartándose de las ansias y formalidades de los hom-
<<cada vez que logra ver lo que es, se contenta con ello (que bres, y tendiendo con empeño hacia lo que es divino, es recha-
es la condición en la que la lj!uxrí se expande y potencia espe- zado por la mayoría como si hubiera perdido la cabeza ... >>.
cialmente su intensidad vital) y, contemplando las cosas ver-
daderas, se nutre de ellas y vive feliz>>, 247 d, cf. Ep. VII 341 d). Empédocles tenía a los hombres a sus pies, y los despreciaba.
Platón se siente solo, es un hombre de una civilización que de-
Es ésta la única ocasión en que la exaltación empuja a Platón a clina, y grita la grandeza de su heroísmo:
la <<impiedad>> y a la arrogancia presocrática:
Ev6ouaLá(wv 8€ AÉATJ6E Touc; TTOAAoú.:;-
~ÓVT] TTTEpOÜTGL ~ TOÜ <j>LAOOÓ<j>OU OLÚVOL U ... 6Eoc; WV 6ElÓc; << ... pero la mayoría no cae en la cuenta de que está poseído
EOTL ... TÉAEoc; ovTwc; 11óvoc; y[ yvETm ts 9 por un dios>> (249 c-d).

Esta misma efusión místi~a está dominada todavía por la am-


Fedón, entre atman y brahman, si se entiende, como nos parece bastante bigüedad helénica. Releyendo esas páginas parece a veces que
más natural, que es oúa[a la referencia de 4Juxfíc; y no KU~EPVTÍT\l· En ca-
so contrario, nos encontraríamos con la conexión bastante dura oúa[a la exaltación esté construida, transngurada en un elemento ar-
ovTwc; , que sólo se da una vez en Platón (Soph. ~48 a; ef. Peipers Ont. plat. quitectónico. El misticismo parece la única traducción posible
3o, nota). La expresión ovTwc; 4Juxf¡c; ova a está en cambio cerrada en sí para una lenta elaboración fi.losófi.ca en la que se construyen
misma, como determinación de la oúa(a , y es sintácticamente correcta
(cf. G. Teichmüller, Die platonische Frage, 58, 1).
189 Cf. Ernp. u~, 4: u3. El influjo estilístico de Empédocles en estas pági-
nas es evidente. Además de los términos antes recordados, obsérvense ritu empedocleos: Twv 8€ auvEpxo~É vwv É~ i'axaTov '(aTaTo NE1Koc;, <<y,
por ejemplo las expresiones: cp8óvoc; yap E~w 8dou xopou 'laTaTm, << en mientras éstos se unen, afuera estaba Neikos, en el extremo>> (36) , y VÓI.¡J
realidad la envidia está fuera del coro divino>> (~47 a), y 8EaTTj v<¡i , <<con- oÉpKEU , << [Philotes] ... contempla con la interioridad [y no permanezcas
templable con la interioridad>> (~47 e) , que reflejan la manera y el espí- aturdido por los ojos] >> (17, ~1).
las condiciones supremas del conocimiento, que no pueden ser to circular las conduce>>, ~47 C; EWC av
KÚKA4J ~ TTEpLcpopa Ele
vividas concretamente. La máxima concreción la brinda en- TatJTÜv TTEpLEVÉYK'fJ, <<hasta el momento en que el movimiento
tonces el sucedáneo poético, mediante una imagen milagrosa circular la devuelve al mismo punto>>, ~47 d) no queda de ella
de la fantasía metafísica: sino un pálido reflejo. La única expresión filosófi.ca posible es la
reducción de esta multiplicidad esencial a un denominador co-
E~W nopEu8Elam E<YTT]<YQV ETTL T0 TOD oupavoD VWT(¡l, <YTáaas- mún, a un esquema que sin traducir la unidad concreta de aquel
8€: avTck TTEpLáyEL 1Í TTEpLcpopá, aL 8€: 8EwpoDaL TU E~W TOD momento indecible, esté al mismo tiempo separado de la forma
oupavoD del fenómeno. Ésta es efectivamente la vía seguida por Platón,
<<[las almas que se llaman inmortales, en efecto, cada vez quien establece como plano universal de lo real la contempla-
que se juntan en la cima], pasando al afuera he aquí que se ción pura (de la que continuamente se habla en estas páginas),
detienen en el dorso del cielo: de pie allí, el movimiento cir- que, sin ser sensible , es conocimiento intuitivo e inmediato de
cular las conduce, y contemplan las cosas de fuera del cielo>> objetos puros, expresio;es de las esencias interiores, que de es-
c~47 b-e). te modo pueden distinguirse en su multiplicidad, pero sin caer
en el fenómeno. Al conectivo interior, que habíamos visto que
La necesidad esencial de prevalecer, <<la competición extre- se identifi.caba con la <<belleza>>, le corresponde uno objetivo, la
ma>>, conduce a este grado supremo de lo real, a esta más alta luz (otro elemento parmenídeo), el resplandor puro, entendido
dignidad, donde la multiplicidad desgarrada y contradictoria poéticamente como la forma más alta del mundo sensible, u ni-
se desan!uda, clarifi.cándose y armonizándose en torno a un
do a éste tan sólo por la intuitividad y sustraído a todo devenir,
punto inmóvil. Allí termina el <<dolor>>, el impulso heroico se
condición suprema y única gracias a la cual las interioridades
detiene, encantado y sorprendido casi por haber alcanzado el
pueden ordenarse en un mundo de pura visión, que en la fijeza
fi.nal, <<pasando al afuera se detiene>>, emergiendo y levantando
de lo que queda objetivado transfiguran con una beatitud per-
la cabeza ansioso, civaKÚl(Jaaa de TÜ ov
OVTWC, <<levantando la
fecta el residuo atormentado de la intimidad que está en su base
cabeza hacia lo que verdaderamente es>> (~49 e). Con esta ins-
(ÓAóKATlPa 8E: wl. Ó.TTA.éi Kal. ciTpEflf] wl. Eu8aLfJ.OVa cpáafJ_aTa
tantaneidad rotatoria la l)Jux~ obtiene su posición en la estruc-
flUOÚflEVOL TE Kal ETTOTTTEÚOVTEC EV auy'fl Ka8apq , <<eran en-
tura metafísica, y las esencias se le hacen presentes todas, sin
tonces íntegramente perfectas y simples y sin temblor y felices
esfuerzo, en su inmovilidad.190
las apariciones -en un puro resplandor- por las que éramos
Esta copresencia de la multiplicidad esencial en la unidad
iniciados y alcanzábamos la cima de la contemplación>>, ~so
del supremo estado cognoscitivo no puede decirse conceptual-
c; obsérvese la copresencia en esta frase de la actitud místico-
mente, y ya en la imagen poética misma de la circularidad del
interior y de la contemplativa). 191
movimiento supraceleste (TTEpLáyEL ~ TTEpLcpopá, <<el movimien-

190 Es evidente que en este planteamiento cognoscitivo afloran varios plan- 191 Este paralelismo funcional entre Ká>..Aoc;, <<belleza>>, y 6\);tc; (que, además
teamientos parmenídeos, no es preciso documentarlo tras lo que hemos de la referencia concreta y particular a la mirada, signinca en el diálogo
dicho del eléata . A lo que el texto nos enseña debe añadirse la periodicidad precisamente esta forma de la intuitividad pura) es señalado por el mis-
cíclica de este conocimiento (l8ouaa 8LC1 xpóvov , <<cada vez que alcanza a moPlatón: TTEpL 8i: Ká>..Aouc; ... KaTELArícpaf.i-EV auTo 8tc'.t Tfic; EvapywTán¡c;
contemplar>>' ~47 d; cf. Parm. 5' ~: TÓ8L yc'.tp rráALV '[eof.i-aL au8Ls' <<porque ala8ríCJEWs TWV ~f.l-ETÉpwv CJTLA~OV EVap')'ÉCJTaTa. 6\);L c; ')'Ct p ~f.l-LV oeuTáTT¡
volveré ahí de nuevo>>). También Natorp Pl. Ideen!. 71-72. observa en estas Twv 8Lc'.t Tou CJWfJ-aToc; EPXETaL ala8ríaEwv, <<pero la belleza ... la hemos
páginas el influjo eleático, aunque desde su propio punto de vista. captado con el más vívido de nuestros sentidos, luminosa y clarísima. De
Es éste un tercer mundo, distinto del devenir y de las esen- Ta ~E:v 8Ewv óx~~aTa taoppónwc:: Eu~vw ovTa pQ.8lwc:: n opEÚETm
cias separadas, es el mundo de las ideas y de los dioses que con- <<y suben fácilmente, porque los equipajes divinos están
templan. Una comunidad doble , de objetos y sujetos puros, se bien equilibrados y son dóciles a las riendas >> (~47 b) .
presenta como una multiplicidad de elementos disjuntos que
el instinto plástico debe armonizar y ordenar políticamente. La
articulación de los objetos se deja aquí a un lado. En cambio, los III. SIMPOSIO
sujetos puros aparecen ordenados en una polis divina, en una
convivencia cósmica de estilo presocrático, donde ellogos apo- Para Platón ha llegado el momento de la plena compostura ex-
líneo de cada objetividad y expresión establece una arché (Zóíc;; presiva. En el Simposio no queda ningún rastrO de impulso sin
... TTPWTO<;; TTOpEÚETaL, OLQKOOjl.WV TTáVTQ KQL ETTLjl.EAOÚjl.EVO<;;, manifestación ni residuo incom11nicable. La inadecuación en-
<<Zeus ... avanza el primero, ordena todas las cosas y las ad- tre arte y fi.losofía queda aquí resuelta, y la inmediatez artística
ministra>>, ~46 e, y armoniza cada elemento KaTa Tá6v ~v no es símbolo, sino que se identifi.ca con la más profunda y total
EKaaTo<;; ETáXeY], <<según el orden en que cada uno ha sido verdad fi.losófi.ca. Todo lo cual no signifi.ca naturalmente una
puesto >>, ~47 a). En esta necesidad objetiva se conserva todavía transmisión efectiva de esa verdad: lo importante para Platón
el impulso de la íntima espontaneidad primordial, y ellogos es que esta vez la verdad queda contenida por entero en la obra,
se traduce en una gozosa vitalidad apolínea, en una existencia para quien sabe encontrarla. Nunca volverá a ser tan concre-
danzante, una xop&;-, <<una danza>>, sinphthonos. Surge de aquí . to y sereno como en el Simposio, porque sólo aquí alcanza su
la fórmula de la perfecta política, que indebidamente Platón frágil punto de equilibrio, y a continuación deberá descender
querrá transferir a continuación al campo del devenir: fatalmente por la pendiente de la abstracción. Un milagro de
este tipo es único en la historia del espíritu.
npáTTwv EKaaToc:: whwv TO aÚTOÜ Todo queda dicho en el Simposio sin que nada sea dicho.
<<cada uno [de los dioses] hace lo que le corresponde>> (~47 a). Que una calidad de vida tal Év cpLAOOOcpL<;t acpeóvl¡l, <<plenamente
fi.losónca>>, haya sido realmente vivida y representada, no sólo
El ansia de la aspiración no aparece aquí, ni el esfuerzo do- es una consolación para los nlósofos que vendrán a continua-
loroso, que sin embargo está esencialmente enraizado en el ción, debería representar también para el historiador un ele-
corazón de los objetos puros: mento de valor incomparable para su 1uicio sobre el ambiente
griego. Pero lo que más inmediatamente nos interesa ahora es
la nlosofía de Platón, que por vez primera en este diálogo queda
hecho para nosotros el ver es la más aguda de las sensaciones que expe-
recogida en un sistema cumplido.
rimentamos por medio del cuerpo >> (~so c-d). No es por azar si el mismo
paralelismo entre oúa[a (que en el Fedro hemos dicho que se identincaba El Simposio es la única de las grandes obras de Platón ver-
con Kál../..ol:;) y&j¡tl:; reaparece en el pasaje más místico de la República Cso8 daderamente orgánica: elFedón, el Fedro, laRepública, el Teeteto
a-509 b). Pero ahora el sistema platónico, una vez elaborado y cristaliza-
han sido objeto de varias reescrituras, muestran contradiccio-
do conceptualmente, ya no permite la ambigüedad que en el Fedro hace
que oua[a y KÚAAOl:; tengan el doble signincado de puro objeto universa- nes, dejan aparecer que su composición se debe a un trabajo
lísimo de la contemplación y de conectivo interior esencial: el elemento prolongado. En cambio, el Simposio es unitario y pertenece
propiamente nouménico se distingue de la ova(a, que expresa tan sólo
al periodo de máxima creatividad, el más feliz de su vida. El
la objetividad pura de las ideas, y se convierte en ÉnÉKELva Tfjl:; oua[al:;,
<<más allá de la esencia>> (509 b) o áya6óv, <<bien>>. chorismós anterior, esto es, la tendencia a buscar la verdad úl-

~74 ~75
tima en la intimidad individual, recogida en un Ka8ap¡.1ós- y lo en relación entre dos personas, sinb en el sentimiento que
una manía que la aíslan y la separan de lo humano, cede el te- mantiene unida a la comunidad.
rreno en el Simposio a una consideración conectiva, expresiva, En este sentido las investigaciones de Stenzel sobre el eros
que pone en relación la interioridad y trata en defmitiva del platónico son exhaustivás: pero conciernen tan sólo a una parte
noúmeno mismo en términos representativos, sistemáticos, del Simposio, la menos relevante, la de los discursos de Fedro y,
racionales. En el Fedón las palabras xwpwf!Óc;;, xwp((ELV eran sobre todo, de Pausanias. 192 Respecto de la evolución de Platón
usadas en principio para señalar no una distinción objetiva resultan muy interesantes, demostrando que, poco después de
de la realidad, sino un proceso individual de liberación del la cuarentena (el diálogo se escribe hacia el38s), el fi.lósofo ce-
alma de toda mediocridad. El ser a1m1 Ka8 ' aÚT~v del alma, de ante la ilusión y la ambición política, pero fi.losófi.camente
resultado del chorismós, se extiende luego, poda necesidad de el interés de la obra comienza a hacerse patente con el discur-
objetivarse que ya está presente en el Fedón, a toda la realidad so de Erixímaco. Eros pasa a ser aquí el principio supremo del
del mundo: nacen las ideas, conjunto de individualidades se- fenómeno, la relación que mantiene unida a la presupuesta
paradas, entre las que falta un principio de convivencia. Éste disparidad originaria de las cosas (E:v mxcn Tole;; ovaL, <<[Eros
viene introducido en cambio en el Fedro, donde la esencia su- existe no sólo en el alma de los hombres ... , sino también ... ]
prema es la coordinadora de las ideas en una esfera política en todas las cosas que son>>, 186 a). Se trata de un concepto
superior: subsiste pues un chorismós fundamental: en el que bastante parecido al de Heráclito, de lo cual además Platón era
por otra parte la esencia interior impersonal también sirve de consciente, como lo demuestra una cita de Heráclito en medio
coriectivo. El individuo superior no puede vivir políticamen- del discurso completamente pertinente. En general, en todo
te si no es junto a los dioses y las ideas en la polís supraceleste; cuanto dice Erixímaco es evidente el punto de vista presocrá-
pero cuando por el eros quiere que otro acceda a ella, se ve tico: en efecto, junto a la harmonía de Heráclito es nombrada
obligado a descender a la tierra. Y éste es el pasaje que se da al la KpO.aLc;; (188 a) parmenídea y empedoclea (repárese igual-
fi.nal de la palinodia del Fedro; en el Simposio la transforma- mente en el característico KU~EpvO.Tm, <<es gobernada>>, 186
ción ha tenido lugar casi completamente. Con el chorísmós del e). Pero en lugar del Polemos heraclíteo y del Neíkos empedocleo
alma venido a menos, también queda atenuado en parte el de nos encontramos con una forma degradada del eros mismo (ó
las ideas que, como hemos visto, no era sino su extensión. De
este modo toma forma en Platón una concepción metafísi- 19~ La interpretación de conjunto de Stenzel, Platone educatore, trad. it. de F.
ca y política notablemente diferente. Mientras hasta ahora la Gabrieli, Bari 1936, 153-~01, de hecho está dominada por este punto de
renuncia a la política humana le había conducido a una neta vista unilateral. Además, la pederastia griega , expresión de la sociedad
aristocrática de los siglos VI y v (y no un fenómeno específi.camente dorio,
distinción entre la vida vulgar y la vida ideal, sólo en la cual es cf. Beloch Gr. Ces . 1 1, 407-408), comenzó a perder su idealidad en el siglo
posible una convivencia entre individualidades sin hybrís, con IV (cf. Burckhardt Griech. Kult. IV 414-415). Esta idealidad, que tenía un

el Simposio introduce en la realidad una escala de perfección carácter religioso (cf. Kern Re l. di Gr. u 40), no implicaba la superación
del elemento físico, sino que lo asumía como indiferente: la disensión se
que justifi.ca cada grado. hace evidente en Sócrates, en el Fedro platónico, y de forma mediocre en
Con esta nueva concepción se hace posible una política el Simposio de Jenofonte. El Simposio platónico, y todavía más la Repúbli-
humana: el eros que ya en el Fedro parecía transformarse de ca, con la extensión del eros a la mujer, tiende a anular la espiritualidad
fundamental de la pederastia griega: estas obras platónicas tuvieron que
contemplativo en educativo, es entendido claramente en el Sim- escandalizar por democráticas y decadentes. Esta valoración nuestra se
posio como medio político de educación y se convierte no só- opone a la que da Stenzel , op. cit. , 14~-163.
flETa Tfis ü~pEwc; "Epwc;, <<el amor que se acompaña con la trascendente, dado que su naturaleza interior está determinada
arrogancia>>, 188 a), lo que por un lado prueba la tendencia pla- por su annidad con el eros personal que la compone (ToD KOLvou
tónica a reducir la realidad en términos de atracciones, como TIJ.fiiJ.a, <<una parte escindida del género común [que entonces
ya se mostraba en el Fedón, y por el otro el predominio de una se llamaba andrógino]>>, 191 d; TEIJ.áxw, <<fragmentos [del ma-
interpretación moralista del mundo, que impone un princi- cho] >>, 191 e; Ek TÜ OlKE1ov, <<hacia aquello a lo que pertenece-
pio estructural de la realidad introduciendo de este modo una mos>>, 193 d); su potencia es salvaje, arrogante y dionisiaca (T~v
gradación metafísica de los valores. Laxvv oELva Kal. T~v ~><lwr¡v, Kal. Ta cppov~IJ.aTa llEYáA.a E1xov,
Con el discurso de Aristófanes se alcanza la máxima pro- ÉTTEXELPllaav oE Tole; 8Eolc;, <<[eran] terribles por la fuerza y
fundidad nlosónca del diálogo. El eros , que ya no es simple la potencia, alimentaban propósitos arrogantes, e intentaron
conectivo y expresión de una relación sino que vuelve a ser con- un ataque contra los dioses>>, 190 b; áaEA.ya[vELv , <<[Zeus y los
cebido como interioridad vital, igual que en el Fedro, tampoco otros dioses ... no sabían decidir ni ... ni a dejarlos] enfurecer>>,
bajo esta forma tiene una realidad absoluta. La trascendencia 190 e). Éste es el secreto más profundo de la vida, que ninguna

platónica se ve de esta forma profundizada: la multiplicidad categoría ni ningún nnalismo pueden dominar:
esencial interior fundada sobre la personalidad metafísica cede
ante una nueva multiplicidad , todavía determinada, pero ya no eL\\' a \Ao TL ~OVAO ~ÉVT] ÉKaTÉpou ~ l);ux l] 8JÍ ATJ É<JTL V, o OÍJ
individualizada antropomórncamente como tendencia interior 8úvaTaL ELTTELV, a\Aa ~UVTEÚETUL o ~OÚAETaL, KUL ULVLTTETaL 193

unilateral. La más alta multiplicidad metafísica viene dada por


los encuentros, por los contactos entre tales tendencias inte-
193 El espírit].I y el estilo del discurso de Aristófanes muestran evidentemente
riores. La nueva realidad es completitud, superabundancia influjos presocráticos. Así, E:mxwpLov, <<carácter especínco>>, usado en el
de potencia -y por tanto reducible también ella a términos de sentido de 189 b : cf. Emp. 6~ . 8. Cf. Parm . 8 , 4: 8 , 38: Emp. ~. 6: la expre-
sión Tol e; ¡.tÉAEÓW <ÍTTEpEL8Ó¡.tEVOL, <<apoyándose en las extremidades >>, 190
interioridad- respecto de los cuales la esencialidad del amor
a, que recuerda el estilo empedocleo: la expresiónE:rr ' a uxÉvL KVKAOTEpEl,
y del deseo queda rebajada a apariencia. Esta potencia más alta Ü¡.tma TTÓVllJ, <<y, encima de un cuello que gira circularmente, [dos rostros]
tiene una complejidad nouménica interna, cuya determinación en todo punto semejantes>>, 189 e; cf. Emp . ~7· 4:45: Parm. 8 , ~~. referen-
como superabundancia de amor posee el requisito de inde- cias importantes también en cuanto al contenido , atribuyéndose estos
términos a la expresión de la realidad última, es decir, al a <Pal poc; y al ser.
pendencia que corresponde a la realidad en sí, requisito que Es todavía más notable la proximidad de un pasaje en 191 a: ETTEL 8~ ouv ~
ninguna interioridad de una determinada tendencia, en tanto <PúaL c; 8Cxa ETf!.JÍ8r¡, rro8oüv EKaaTov To fíflLO'U To auToü ~uv¡;íE , <<entonces ,
que signinca carencia y relación, podrá alcanzar, y por otro la- una vez dividida en dos la naturaleza primitiva, cada mitad, anhelando
la mitad perdida que era la suya, se le unía >>, con dos fragmentos de Em-
do, al contener el signincado erótico más profundo del mundo, pédocles , el63:áf..Aó. 8LÉarraaTm fJ.EAÉwv <PúaLc;· ~ fl.EV E: v á v8póc; , << pero
justinca a las interioridades amantes como componentes suyos la naturaleza trascendente de los miembros se divide en dos : una parte
y da un sentido a la realidad temporal como explicación de esta en el [cuerpo] del hombre [la otra en el de la mujer] >> , y el64: Tt¡i 8' ÉTTL
Ka L rró8oc; El en 8L' &)J wc; <Íflfl.LfJ.VJ;ÍaKwv, <<y el deseo le invade , haciéndole
complicación metafísica. recordar por medio de la vista >>. La derivación estilística y el paralelismo
Este arduo contenido nlosónco encuentra su expresión de la construcción son tan evidentes que resulta superfluo el comenta-
en el mito de Aristófanes. La trascendencia interior -cipxa[a rio : el mito aristofánico debía por tanto encontrarse prengurado en Em-
pédocles. Diels ya ha captado de modo marginal la relación entre estas
cpÚaLc;, <<naturaleza primordial>>- es un oA.ov , un <<todo>>, algo
páginas y los dos fragmentos empedocleos, pero limitándose a s eñalar
que tiene la complejidad unitaria de los componentes que con- el término característico aúf!.po>..ov entre las palabras aristotélicas que
tiene . Esta cpúcnc; primordial es alcanzable tan sólo en tanto que introducen el frag. 63, y la<Íf!.fllf!.VJ;ÍcrKwv del frag. 64. De la aproximación

'2.79
<<es evidente, al contrario, que el alma de ambos quiere algo expresión a la cualidad suprema de la verdad interior. <<Bello >>
diferente que no es capaz de expresar; de lo que quiere tiene es la manifestación del ~uvóv que condiciona el contacto de las
más bien un presentimiento, y habla por enigmas>> (19~ c-d; esencias interiores. En lugar de la <<pobreza>> del <<demonio >>
• cf. Phaedr. ~5o a, ~55 d). nos encontramos aquicon la superabundancia del oA.ov:

Después del discurso mediocre de Agatón, el diálogo Sócrates- l AEWV TE y (yvETaL KaL El!cppmvÓ¡J.EVOV 8LaXELTaL
Agatón y la primera parte del siguiente discurso de Diotima se << se dispone a la benevolencia, y alegrándose se difunde >>
refieren a la visión moralista y teleológica de la realidad. Poner (~o6 d),
el <<bien>> como <<fin>> introduce la concepción piramidal del
mundo, que marca un giro decisivo en la h~storia de la filoso- y un poco más adelante
fía. La mediación horizontal del eros de Erixímaco es sustituida
aquí por la mediación vertical del <<demonio>>: lo real se dife- ... EyKÚIJ.WV DT~V t);vx~v 8Eloc; WV

rencia en una multiplicidad que ya no coexiste sobre un plano << ... grávido [de estas cosas] en el alma, siendo divino >>
como ~uvóv, sino que está dispuesta sobre una escala de valores (~09 b).

morales que ascienden de lo bajo a lo alto.


La segunda parte del discurso de Diotima vuelve a la con- El dionisiaco áaEA.yaLVELV, <<enfurecerse>>, vuelve a aparecer
sideración horizontal, que presupone no tanto la KpéiaLc de en una forma más objetiva:
Erixímaco cuanto el oA.ov de Aristófanes. La oscura, interior,
... arrapywvn TTOAA~ ~ TTTOLllD'Lc; yÉyovE TTEpL TO KaAov 8uJ. TO
<<naturaleza primordial>> metafísica se manifiesta aquí no en
IJ.EYáATJ c: w81 voc; arro\únv Tov E'xovTe
la armonía abstracta que deja subsistir a sus componentes,
<< ... [de donde] surge [precisamente, en un ser grávido y
sino en la expresión inmediata y supra personal del TÓKOC EV
ahora] hinchado de leche, la emoción violenta respecto de lo
KaA.Q, <<parto en lo que es bello>>. El <<parto >> es la expresión
que es bello, porque éste libera de grandes dolores a quie n
adecuada del éíA.ov, del contacto metafísico que es la raíz última
lo posee >> (~o6 d ~ e) .
de las cosas, y <<bello>> se llama precisamente en el mundo de la
Al ser totalmente reducido a términos expresivos el noúmeno
que por nuestra parte hemos establecido resulta , entre otras cosas , que en el TÓKOC EV KaA.Q, se pierde cualquier rastro del xwpLa¡..LÓC
debe atribuirse a <PúaLc; el signifi.cado de esencia nouménica en el frag. 63
-se confirma concretamente en ~09 b,
de Empédocles. Dado el contexto fragmentario se había escogido hasta
ahora el signifi.cado de origen propuesto por Aristóteles. Pero , hasta qué
punto es éste poco nable en lo que concierne al uso presocrático de cpúmc;, Eav EVTÍIX\l t);vxiJ Ka\lj Kai yEvva(q. KaL Eu<jlvE1, rrávu 8~
puede verse en el frag. 8, 1, único caso acertado en el que<!JúaLc; tiene para aaTTá(ETaL TO ~UVa¡J.cpÓTEpov
Empédocles el signifi.cado de origen , donde Aristóteles (Metaph . 1014 b
<<[... y entonces se abraza . . . a los cuerpos bellos ... y jun-
36) mal entiende groseramente este signincado. En el caso del frag. 63 ,
Aristóteles , que conocía evidentemente el influjo ejercido por estos ver- tos] . . . si encuentra un alma bella y noble y naturalmente dota-
sos empedocleos sobre Platón , no dudó en utilizarlos como material de da, he aquí que se abraza violentamente al conjunto de los dos >>,
embriología. Los dos fragmentos empedocleos citados nos alertan sobre
la posibilidad de influencias posteriores del de Agrigento sobre Platón,
en particular por lo que respecta a la teoría del otj;Lc; en el Fedro, y tal vez
y se regresa a la consideración vertical, que es la única que
también para la doctrina de la anamnesis en general. en el plano ya puramente representativo puede justificar una

~8o
gradación de los valores. La adecuación más o menos perfec- gos precedentes se concentra ahora en la realidad suprema: se
ta al <<fm>> moral (oú 8T] EVEKEV Kal. oL E'¡.mpoa8Ev rrávTEc:- encuentra aquí el origen de la especulación teológica que se-
rróvoL ~aav, <<[Precisamente éste] ... con vistas del cual, ade- guidamente dominará la filosofía. De este modo se explica el
más, todos los sufrimientos precedentes habían sucedido>>, carácter paradójico de la conclusión entusiasta y desordenada
~lO e) constituye un completo ordenamiento jerárquico de la del discurso de Diotima. Ambiguamente, Platón introduce el
realidad ideal, reducida a pura representación. Aquí, por pri- pasaje sin dar muestra de que lo sobrevalora, siguiendo casi la
mera vez Platón ha construido un sistema. De la procreación necesidad arquitectónica del discurso. Una mujer es más pro-
física toman su realidad las ideas de las especies vivientes, de clive a los trances,y también es posible que diga cosas serias,
la <<segunda alma>> las ideas morales, que culminan en las si no se la toma al pie de la letra. Aunque no puede ponerse ho-
virtudes políticas. Es a través de la paideia como el eros logra nestamente en duda que aquí nos encontramos en el ambiente
producir y captar estas más altas ideas. Vuelve a aparecer, de un del conocimiento extático. La belleza contemplada no tiene ni
modo acorde con la profundización filosófica, el tema del dis- rostro ni manos ni nada que sea sensible. La determinación de
curso de Pausanias: el sistema de Platón es un sistema político <<bella>> atribuida a la verdad queda vacía de sentido tan pronto
de la realidad. 194 La d.eavaa[a, <<inmortalidad>>, que antes era como se intenta hacer una descripción, queda la abstracción
la cualidad de la individualidad interior separada, es ahora un mística de lo sensible:
carácter que se deduce del fenómeno. La realidad de las ideas
es pura representación, despojada de cualquier contingencia UlJTÓ Ka6' avTÓ, ¡lE6' aiJToíJ ¡lOVOEL8Es cid OV
y sustraída a la condición del tiempo, no es otra cosa sino esta << ... él mismo, por sí mismo, en sí mismo, simple, eterno>>
d.eavaa[a, objeto puro de contemplación. La interpretación de (~11 b).
Schopenhauer de la idea platónica, injustamente ignorada por
los críticos, se aplica plenamente al Simposio y a la República, Las dudas de Diotima acerca de si Sócrates podrá seguirla hasta
y en cierto sentido incluso al Fedro, en las páginas en las que el final debido a la incomunicabilidad de sus doctrinas (rrELpw
predomina la consideración obj etiva. 195 8E: E1TEa8m, av
olóc TE ~e' <<intenta por tu parte seguirme, si
Sin embargo, el vértice de la pirámide, para justificar su eres capaz>>, ~lO a), la instantaneidad que se atribuye a la visión
función de <<fin>>, deberá poseer una trascendencia. Otro valor, suprema (E:(aL<jwllC, <<en un instante>>, ~lO e), el rechazo de todo
diferente del que antes se ha mencionado, va a corresponder- carácter racional en el conocimiento de lo <<bello>> (ou8É nc
le a lo <<bello>>. El xwpwf.1ÓC interior y pluralista de los diálo- Aóyoc, ou8É TLC E1TLGT~f.111, <<no [aparecerá lo bello] ni como
un discurso ni como un conocimiento>>, ~u a) no hacen sino
194 No puede justificarse de otro modo, sino por la preponderancia del in- confirmar este mismo aspecto.
tento educativo, el hecho de que el proceso cognoscitivo se explique como En este loco ditirambo, al que Platón no otorga un valor
una ascensión al misticismo a través del amor y la vida política , cuan-
do hemos visto que la vida espiritual concreta de Platón siguió el camino
dogmático sino musical, y que en esa misma medi~a es pa-
opuesto. Para construir un sistema político eficaz, Platón no expone el ra él algo muy serio -recuérdese lo que Alcibíades dirá poco
Jropio proceso interior, sino que funda uno objetivo, basado no en el im- después:
pulso individual, sino en la racionalidad. La misma abstracción se nota
en el método educativo, en ~10 a-b, donde se exhorta a amar primero el
cuerpo, luego más cuerpos; y a continuación el alma. 1TÚVTEs yap KEKOLVWVJÍKUTE Tfís <(¡LApaó<(¡ou ¡lUVLUs TE Kal
195 Cf. Schopenhauer Werke I 168 y ss., ~~3-~so, ~97· 3w y ss.; n 4~7 y ss. ~UKXELUs

~83
<<todos vosotros verdaderamente habéis poseído en común
la locura y el delirio dionisiacos de quien ama a la sabiduría>>
(:418 b), X. UN MUNDO SE APAGA

afloran motivos del antiguo pluralismo (~AÉTTWJJ TTpoc;; TTOAu


~811 TO KaAóv ... cif_\ ' ETTL TO TTOAu TTÉAayoc;; TETpallllÉvos- ToD
wA.ou, <<con la mirada dirigida hacia la esfera ya amplia de lo
I. EL PARMÉNIDES
bello ... girado hacia el vasto mar de lo bello>>, ~lO c-d), que es
una artística y exultante dispersión en la intimidad separada
En nuestras investigaciones sobre Platón nos hemos limitado
de las cosas (EJJTaU6a TOU ~(ou ... E'LTTEp TTOU a\\o6L, ~LWTOJJ
a individualizar y analizar algunos puntos neurálgicos. Des-
civepwm.tJ, 6EW!lÉV4J a{no TÜ wAóv, <<es ésta la región de la vi-
pués de la publicación del Simposio, el destino de la filosofía está
da .. . precisamente aquí, más que en cualquier otro lugar, que
sentenciado. Platón deja de luchar en el plano presocrático, se
es digna de ser vivida por un hombre que contemple lo bello en
resigna a la educación y la política, y lo que es peor, utiliza el
sí mismo>>, ~11 d), puesto que la contemplación extática de lo racionalismo de la época ilustrada como medio constructivo.
<<bello>> es por siempre contigüidad, comunión y contacto de Con lo cual el interés que tiene para nosotros Platón empieza
esencias interiores, como en el Fedón, en el Fedro y en el mito a decaer y podríamos detenernos aquí sin más. No obstante,
de t ristófanes (ciAA.a 6Eaaem !lÓvov KaL cuvElvm, <<sino úni- en la producción posterior hay todavía un punto neurálgico, el
camente a contemplarlo, y a permanecer juntos >>, ~u d). Parménides, un escrito que es consciente de la cr isis, nostál-
gico, profundamente ambiguo, aunque se mueva en el plano
explícito de las distinciones y las conexiones abstractas. Un
análisis centrado en la primera parte del discurso da la cla-
ve para comprender el conjunto, y aunque deba limitarse a la
convención especulativa únicamente formal en la que Platón
acostumbra ya a presentar los problemas, saca a la luz la auto-
crítica retrospectiva con la que el filósofo descubre la pobreza
de las soluciones doctrinales puestas a prueba en su intento por
cristalizar y objetivar con eficacia política la vida indecible de
su primera juventud.
El Parménides tiene también una posición estratégica des-
de el punto de vista cronológico: escrito en torno al367, con-
fiesa la quiebra del pasado del que únicamente se reconoce la
validez del impulso interior, y representa un juicio anticipado
de la obra de próximos y más graves compromisos, que Platón
ya ve prefigurada ante sí, como una tarea a cumplir, a saber,
la dialéctica inmanente en la que ya no quedará ninguna huella
de separación interior.

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