UNIVERSIDAD PONTIFICIA DE MÉXICO

TEOLOGÍA MORAL FUNDAMENTAL

Bachicherato teológico
Tema: La experiencia moral, llamada de Dios al hombre
ACTIVIDAD: GUÍA DE EXAMEN
Catedrático: Pbro. Dr. Javier Coellar Ríos
Nombre: RICARDO MENDOZA RAMÍREZ
26 de marzo de 2020

1. ¿Cómo se puede definir un valor?

R: Básicamente, el valor se puede definir como aquello que me atrae, a mi sujeto por parte
de un determinado objeto.
2. ¿Qué es el valor moral?
R: Se le denomina valor moral al código de normas y costumbres que la sociedad transmite
a sus generaciones de manera sucesiva para actuar de una forma determinada, es decir, elija
siempre el bien, lo bueno y lo verdadero. El valor moral, pues, permite enjuiciar los actos
humanos voluntarios como buenos o malos, haciendo que el individuo se forje
convicciones que permitan perfeccionarlo mediante el ejercicio de la virtud. Está siempre
presente en la experiencia cotidiana, además, les da valor a nuestros actos en cuanto actos
humanos y a nuestra persona en cuanto persona humana.
3. ¿En qué sentido los valores tienen una dimensión objetiva y otra subjetiva al
mismo tiempo?
R: Una verdad innegable es que el hombre descubre el valor en el objeto, no lo crea.
La dimensión objetiva del valor consiste en que el valor existe sin importar que el
sujeto o sociedad crea que exista o no, es decir, el sujeto no es el que decide qué el lo bueno
y qué es lo malo, sino que hay un parámetro con lo cual tiene que ver la moralidad, esto
quiere decir, los estándares de lo bueno y malo están ya establecidos, corresponde al sujeto
ahora, como deber moral, llevarlo a cabo.
La dimensión subjetiva del valor hace referencia al uso adecuado de la libertad para
la elección de lo que creo que es bien, bueno y verdadero para mí. Pues debe aceptarse que
todo hombre tiene una concepción sobre lo bueno y lo malo, desde esta óptica, el bien y el
mal desaparecen en su objetividad, y solo queda lo que es bien o mal para el individuo
concreto, es decir, el sujeto, consciente de su libertad hace elección por lo que cree
conveniente para él.
4. ¿El hecho de que a algunos les atraigan ciertos valores y a otros no, no
demuestra que los valores son puramente subjetivos?
R: No, pues como se ha afirmado anteriormente, en la elección y ejecución del deber moral
radica la libertad, es decir, el sujeto siempre está descubriendo el valor del objeto, no los
crea. El sujeto prefiere un bien o un mal, esto no quiere decir que sea norma universal.
Cabe afirmar que los valores de por si tienen una dimensión objetiva, que es el parámetro
de la subjetivada moral.
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5. ¿Qué es lo que afirmamos al decir que una persona es buena, sabiendo que
quizás tenga pocas cualidades o sea “mala” para muchas cosas (para el
deporte, para cocinar, para el estudio, etc)? ¿Y cuándo afirmamos que una
persona es mala, conscientes de que quizás posea muchas cualidades y
sobresalga en varios aspectos?
R: A la primera cuestión se puede responder afirmando que el obrar moralmente requiere
de las aptitudes del individuo, sin embargo, no son necesarias para tal acción. La bondad o
maldad del ser humano se mide en razón de la elección del bien propio y el de los demás; el
que sea apto para tal o cual actividad no determina la moralidad de la persona. A la segunda
cuestión se responde diciendo que una persona es mala cuando se aleja del bien, se aparte
de la verdad y se hace daño, incluyendo a quienes lo rodean.
6. ¿Por qué el valor moral es el valor más importante y el que define más
profundamente a las personas?
R: Debido a que es la medida de la bondad o maldad existente. Es la regla para que la
persona pueda obrar rectamente, pues no debe ignorarse que el obrar determina a la
persona.
7. Dios nos presenta la moral en el Antiguo y el Nuevo Testamento como una
llamada a vivir según la dignidad de hijos suyos. Ésta es sólo la primera parte
de la moral. ¿Cuál es la segunda parte o la otra cara de la moneda?
R: El hombre, con su respuesta completa el designio de cumplir la voluntad divina: vivir
como hijo de Dios. La respuesta moral del hombre al proyecto de Dios deber ser regida por
el amor, a ejemplo de Él, que por amor ha escogido a un pueblo.