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PROFESORA
Para que los que están hablando, es decir, el emisor y el receptor, se puedan comunicar y
entender, tienen que compartir ciertos conocimientos o competencias. Ellas son:
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Actividades
a. Nacho y Luis discutieron en el recreo porque creen que sus respectivos equipos de fútbol
debieron ganar el torneo de clausura.
b. Mi abuela no sabe cómo enviarme un mensaje de texto a través del celular que le regalamos
para Navidad.
c. Nahiara es una nueva compañera, ella es japonesa. Es muy callada porque todavía no habla
bien nuestro idioma y eso le genera mucha vergüenza.
d. La profesora de Biología sancionó a Bruno cuando él le dijo: “Me revienta que me pongas un
uno”.
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Las variedades del lenguaje: los lectos y los registros
LECTOS
Una comunidad que habla la misma lengua está integrada por personas de diferentes
edades y niveles de instrucción. Además, una lengua se habla en una superficie geográfica
extensa, generalmente dividida en regiones, donde cada una tiene su uso particular. Por ejemplo,
nosotros hablamos español, al igual que en España, Colombia, Perú, México…Pero, no lo
hacemos de la misma manera. Esas variedades lingüísticas se denominan LECTOS.
Los lectos son variedades lingüísticas que dependen del hablante. Se dividen en:
REGISTROS
Además de las variaciones propias del hablante (los lectos), existen las variaciones
propias de la situación comunicativa en que se encuentra. Así, el registro será:
Según la relación entre los hablantes: -formal (relación distanciada, donde hay respeto,
uso de “usted”); -informal (relación de confianza, cuando se hable con un familiar o
amigo, uso de “vos”).
Según el canal que se use: -oral (conversación); -escrito (carta, nota, etc.).
ACTIVIDADES
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2. Clasifica los siguientes enunciados según los lectos empleados. Señala quién sería el
emisor de estos enunciados
3. Descubran los registros que se usan en los siguientes textos y si son adecuados a la
situación comunicativa:
a. Señor director:
Nos dirigimos a usted para solicitarle nos autorice a utilizar el salón de actos los días
sábados del próximo mes para realizar los ensayos de una obra de teatro de William
Shakespeare “Romeo y Julieta” que estamos preparando para el día del estudiante.
Agradecemos desde ya su colaboración para este evento y lo saludamos muy
atentamente.
Alumnos de segundo año A.
b. –Hola, ¡por fin te encuentro!
-Hola, ¿qué pasa?
-Che loco, ponete las pilas y vení a los ensayos.
-¿qué tal están saliendo?
-Todo joya, cool, una masa.
-¿Sigue la Vero en el papel de Julieta?
-¡Por supuesto!
-¿Qué onda tiene con vos?
-¡Rebuena!
-Bien Romeo, veo que te flasheó en serio.
Romeo y Julieta se querían a pleno, pero sus familias les prohibían el romance. Entonces, los dos
chabones se suicidan y las familias se dan cuenta de lo giles que fueron, se ponen las pilas y
terminan re-amigas. Pero, ¡qué flor de bardo armaron!
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5. Reescriban los siguientes textos adecuando el idiolecto y el registro
Sres.
Tejetex S.A.
Miren, me tienen harto con esa ondita de mandar aumentos por izquierda. En la última
factura la pifiaron muy groso y me cobraron un tocazo de más. Ahora resulta que el chabón del
correo me trae la factura y cuando la miro qué veo: otra vez igual. Ustedes están de la nuca, no
pueden venirme de nuevo con ésa, viste.
Miren, les digo una cosa: mejor que arreglen el asunto porque yo no pienso poner un mango
de más. Y si no hacen algo, flor de despiole les voy a armar.
Chau.
(Beto González. El que vive en la casa que está enfrente del taller de Tito, en la calle Pirán, ahí en
Lugano).
6. Indiquen qué registro, formal/informal, es el más adecuado para cada de las siguientes
situaciones comunicativas
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El texto: funciones y tramas
Observamos que a cada componente del circuito comunicativo le corresponde una función
del lenguaje específica. De todos modos, los textos nunca se construyen en torno a una única
función del lenguaje; en general manifiestan varias funciones, pero privilegian una. En este caso
se habla de la función predominante.
Función del lenguaje Características Ejemplos de tipos de textos
Se usa para transmitir información Noticias periodísticas, biografías,
Informativa o referencial sobre el referente del mensaje (aquello artículos de divulgación científica,
de lo que se habla) crónicas históricas.
Busca transmitir o sugerir estados de Cartas, mensajes, diarios íntimos,
Expresiva o emotiva ánimo o sentimientos del emisor. notas de opinión, estados de
facebook.
Quiere convencer al receptor de que Publicidades, propagandas,
Apelativa o conativa actúe o piense de una manera instructivos, notas de opinión,
determinada. editoriales, discursos políticos.
Busca crear belleza a través del Mitos, leyendas, poemas,
Poética o Literaria lenguaje. Por eso se centra en el canciones, cuentos, novelas y
mensaje. obras de teatro.
Explica o analiza algún aspecto del Definiciones de palabras, textos
Metalingüística código o de la lengua. gramaticales, clases de lengua.
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Actividades
1. Identifiquen en las siguientes situaciones comunicativas:
a. ¿Cuál es la intención del emisor?
b. ¿En qué elemento del circuito de la comunicación centra su atención el emisor?
c. ¿Qué función del lenguaje utiliza en cada caso?
A)- Mariana, ¡sos lo más hermoso del mundo! B)- Diego le comenta a Pablo:
¡Te amo! Desde que te conozco me siento -Estoy enamorado de Mariana. Esta noche,
atontado, no puedo pensar más que en en la fiesta, se lo digo.
vos, se me caen todas las cosas de la
mano cuando te veo. ¡Estoy totalmente
enamorado!
¡Hola! ¡Hola!
C)- D)- Mariana, ¿me
(Diego le recita la
siguiente estrofa de escuchás?
Mario Benedetti):
“Mi táctica es
hablarte
y escucharte
construir con palabras
un puente
indestructible”.
Diego le habla a
Pablo:
-Che, por fa ¿podrías
hablarle de mí a
E)- Mariana, ¿sabías que ‘amor’ se escribe sin F)- Mariana, ya que sos
hache? tan amigote de ella?
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“Tramar” significa “entrecruzar los
Las tramas de los textos hilos para tejer una tela”.
Los textos que producimos, no sólo tienen una intención Entonces, podríamos decir que
un texto es un tejido hecho de
(una función del lenguaje). También tienen tramas, que son la palabras.
forma en que está escrito el texto La trama es, entonces, la
organización interna del texto.
Actividades
Como no quisieron pagarle sus servicios, el flautista, furioso, decidió vengarse raptando a los niños de
aquel ingrato pueblo. Los conduciría por espesos bosques y altas montañas para finalmente despeñarlos
en un precipicio. Sus padres jamás volverían a verlos. Para ello no era suficiente su flauta mágica, sino
algo más poderoso. Optó, entonces, por prender el aparato televisor: los niños encantados lo siguieron
hacia su perdición.
René Avilés Fabila
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b. Aquí entre todos (fragmento)
El accidente ocurrió a las 5:30 entre los kilómetros 624 y 625 de la Autopista de la Serranías
Puntanas a poca distancia de Fraga. El camión desparramó una carga de 28 mil kilos de guano de
gallina en la banquina norte de la Autopista .
Clara le preguntó si él tenía las entradas para el recital. Él le contestó que todavía no las había
sacado. Ella se enojó y le gritó que era un irresponsable, porque sería difícil conseguir buenas
ubicaciones con tan poco tiempo. Guillermo se disculpó.
3. Lean el siguiente texto e indiquen función del lenguaje predominante y trama textual
Dejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de llorar, entendiendo por esto un
llanto que no ingrese en el escándalo, ni que insulte a la sonrisa con su paralela y torpe semejanza.
El llanto medio u ordinario consiste en una contracción general del rostro y un sonido espasmódico
acompañado de lágrimas y mocos, estos últimos al final, pues el llanto se acaba en el momento en
que uno se suena enérgicamente. Para llorar, dirija la imaginación hacia usted mismo, y si esto le
resulta imposible por haber contraído el hábito de creer en el mundo exterior, piense en un pato
cubierto de hormigas o en esos golfos del estrecho de Magallanes en los que no entra nadie,
nunca. Llegado el llanto, se tapará con decoro el rostro usando ambas manos con la palma hacia
adentro. Los niños llorarán con la manga del saco contra la cara, y de preferencia en un rincón del
cuarto. Duración media del llanto, tres minutos.
a. Escriban las instrucciones para algo que hacemos cotidianamente, como, por ejemplo,
para despertarse, para usar el celular, para mirarse en el espejo.
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4. Indicar función del lenguaje y trama textual predominantes:
a. “Según Claudio Eliano, Anostus es una isla situada en la entrada del Mediterráneo, no lejos del
estrecho de Gibraltar. Allí no puede saberse si es de noche o de día. Una bruma luminosa produce
el efecto de un ocaso perpetuo. Hay también dos ríos en cuyas márgenes crecen árboles frutales.
Los que se hallan junto al río del dolor dan frutos que producen pena: el viajero que los prueba
pasa el resto de sus días en un hondo padecimiento. Los frutos de los árboles del río del placer dan
al que los muerde un goce cierto pero que no dura casi nada.
El navegante portugués Lourenzo Goncalves anduvo por allí muchas veces, y declaró que el dolor
prolongado y el placer efímero no eran una propiedad de los árboles, sino de los hombres.”
(Dolina, Alejandro; “La isla”, en Bar del Infierno)
b. “Un ruido confuso y terrible respondió inmediatamente a aquella señal: el ruido de una estrepitosa
carga de caballería, dada por cincuenta jinetes, que en dos segundos cayeron como un torrente
sobre los desgraciados prófugos.
El coronel Lynch apenas tuvo tiempo para sacar de sus bolsillos una de las pistolas que llevaba y,
antes de poder hacer fuego, rodó por tierra al empuje violento de un caballo. Maisson y Oliden
pudieron disparar un tiro de pistola cada uno, pero caen también como el coronel Lynch. Riglos opone
la punta de un puñal al pecho del caballo que lo atropella, pero rueda también a su empuje irresistible,
y caballo y jinete caen sobre él. Este último se levanta al instante, y su cuchillo, hundiéndose tres
veces en el pecho de Riglos, hace de este infeliz la primera víctima de aquella noche aciaga.”
(José Mármol; Amalia)
c. “Las células gliales (conocidas también genéricamente como glía o neuroglía) son células nodriza
del sistema nervioso que desempeñan, de forma principal, la función de soporte de las neuronas;
intervienen activamente, además, en el procesamiento cerebral de la información en el organismo.
Las células gliales controlan, fundamentalmente, el microambiente celular en lo que respecta a la
composición iónica, los niveles de neurotransmisores y el suministro de citoquinas y otros factores de
crecimiento.
(Wikipedia; Célula glial)
d. “-¿Qué pensás de la muerte?
-La veo como algo que tiene que ver con la vida, con el otro lado de la vida. Con un pie en la
dialéctica y otro en el panteísmo, creo que "nada se pierde y todo se transforma".
-¿Le tenés miedo?
-No, en principio, pero sí cuando pienso que me va a apartar de los seres queridos, de todo lo que amo
en el país y en el mundo, de esta hora de renacimiento de los pueblos africanos y latinoamericanos.
-¿A qué cosa le tenés miedo?
-A que gobierne la Argentina un gobierno militar.
-¿Alguna vez pensaste en ser alguna cosa especial: ser marinero, pescador, o una cosa así?
-Acertaste, Horacio, me hubiera gustado ser marinero, claro.”
(Horacio Salas; Conversaciones con González Tuñón)
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El texto y sus propiedades
La palabra “texto” proviene de los vocablos textus y texere en latín. Este último significa
tejer, componer o entrelazar. Todo texto tiene un hilo básico: las palabras, que se entrelazan
entre sí para formar un enunciado; y son éstos los que le darán carácter de tejido al texto.
Los textos tienen determinada manera de entrelazarse, de tejerse. No podemos hacer lo
que se nos ocurra, hay reglas y propiedades que facilitan la comprensión y el orden para la
lectura de todo texto.
Propiedades textuales
CORRECCIÓN: las reglas de ortografía y normativa unifican los criterios con los que
producimos textos. Un texto es correcto cuando se ajusta a las normas del idioma.
COHERENCIA: el texto debe interpretarse como una unidad de información. Para ello
debe poseer una unidad temática y una estructura interna lógica.
COHESIÓN: los elementos que componen el texto están conectados entre sí para formar
una unidad de sentido.
ADECUACIÓN: todo texto se adecua al contexto en el que se produce. El hablante opta
por cierta forma de hablar o escribir.
La coherencia
Esta propiedad del texto tiene que ver con que la información esté ordenada y que hable del
mismo tema.
ACTIVIDADES
1. Leer las siguientes producciones y comentar cuáles son los defectos que dificultan su
comprensión
a. Bueno, la verdad es que en el trabajo, no digo que sea gran cosa, pero a veces una mano ayu da a
la otra, nunca se sabe.
b. Raimundo Morel cayó muerto con el primer disparo. Cuando llegó a la puerta de su departamento
buscó las llaves. Justo antes de que el asesino disparara, quiso prender la luz del pasillo. Iba a
tener que subir los cinco pisos por escalera porque se había cortado la luz.
2. Reescribir en las carpetas los ejemplos del punto 1 de manera de producir un texto
coherente
3. Las oraciones de este párrafo están desordenadas. En sus carpetas, colóquenlas en orden
para que el texto sea comprensible
Se llama así porque en ocasiones los personajes de los seriales quedaban colgando de un
precipicio hasta el siguiente capítulo. Se trata de un truco para mantener la intriga de la audiencia
en una ficción dividida en partes. También se utiliza en las historietas. El cliffhanger es uno de los
recursos clásicos del suspenso. Como se ha dicho, las series de televisión utilizan este recurso,
pero también aparece en textos literarios como el folletín o las sagas de novelas. En inglés su
nombre significa literalmente “colgado del precipicio”.
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4. Busquen una noticia periodística y realicen la siguiente actividad:
a. Numeren los párrafos
b. Escriban un subtítulo que sintetice el tema de cada párrafo
c. Establezcan cuál sería la idea global del texto y determinen si coincide con el título
5. Observen estos textos. ¿Poseen fallas de coherencia? Determinen qué problema tiene
cada uno y soluciónenlo en la carpeta
La cohesión textual
Aunque cada una de las oraciones que forman un texto esté correctamente construida,
esto no garantiza su legibilidad. Para lograr que un texto resulte comprensible para el lector es
necesaria una propiedad de los textos llamada cohesión textual.
La cohesión textual es un sistema de enlaces entre las distintas oraciones que
forman un texto. Los textos que no presentan una correcta relación entre las oraciones
(repeticiones innecesarias o segmentos confusos) son textos con fallas de cohesión. Las fallas de
cohesión textual desorientan al lector y dificultan la comprensión de lo leído.
Para lograr la cohesión textual, la lengua ofrece un conjunto de recursos cohesivos que
contribuyen a evitar la desorganización en la información y las repeticiones innecesarias
que dificultan la lectura y la comprensión de un texto. Algunos de ellos son los siguientes:
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La sustitución: consiste en reemplazar la palabra que se repite, utilizando en su lugar
un sinónimo (una expresión equivalente), hiperónimos (palabras que designan un
conjunto o una clase) o hipónimos (palabras que designan elementos que forman parte de
un conjunto). Por ejemplo:
Actividades
1. Arreglen los problemas de cohesión en las siguientes oraciones
a. Nico dice que no le gustan las películas piratas. Para Nico, las películas de piratas son
demasiado previsibles.
b. Micaela adora al capitán de Perla Negra, Jack Sparrow. Siempre dice que el capitán del
Perla Negra, Jack Sparrow, es su personaje favorito. Mi personaje favorito no es Jack
Sparrow, el capitán del Perla Negra; mi personaje favorito es el herrero Will Turner.
c. Según mi hermano, la última película de la saga de las películas de Piratas del Caribe fue
la película más divertida. A mí me gusta más la primera película, porque en la primera
película se presenta a los personajes principales de la saga de las películas de Piratas del
Caribe.
El capitán James Hook (conocido como Capitán Garfio) es un personaje ficticio de la obra Peter Pan,
es un personaje creado por el escritor escocés J. M. Barrie. Garfio usa un garfio de metal donde debería
estar su mano derecha (izquierda en la versión de Dysney), su mano derecha fue cortada por Peter Pan y
fue comida por un cocodrilo. Al cocodrilo le gustó tanto el sabor de la mano de Garf io que siguió a Garfio
por el resto de la vida de Garfio con la esperanza de poder probar más. En el texto de Barrie, el cocodrilo
atrapa a Garfio al final y Peter se olvida de Garfio rápidamente y encuentra un nuevo rival; pero Garfio se
hizo muy popular y casi todas las secuelas lo traen de vuelta a Garfio de alguna u otra forma. Garfio es
fóbico a los relojes, a Garfio lo enfurecen los relojes y quiere destruir todos los relojes.
a. Los piratas hablaban a los gritos y chocaban sus jarros por cualquier razón. Cuando los
marineros entraban en la taberna los miraban con desconfianza.
b. Cualquier observador hubiera reconocido en estos sujetos, por su aspecto feroz y su
actitud inquieta, personas de la peor especie.
c. Córdoba es la quinta provincia más extensa de nuestro país. Su capital es la ciudad
homónima.
d. Córdoba es un sitio privilegiado para que usted y su familia disfruten de un merecido
descanso.
4. Busquen tres sinónimos o frases equivalentes que puedan ser utilizados para sustituir la
expresión destacada
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5. Escribe el hiperónimo de los siguientes grupos de palabras:
a. Planeta:
b. Sabor:
c. Pez:
d. Sentido:
e. Insecto:
f. Hueso:
g. Transporte:
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10. El siguiente texto tiene palabras o expresiones repetidas. Reemplazarlas para evitar su
repetición utilizando los recursos cohesivos
Martín estaba durmiendo cuando escuchó gritos desde lejos. Martín se levantó como pudo y llegó
al pasillo porque los gritos provenían del pasillo.
Era Carlitos. Martín alzó a Carlitos y le cantó la misma canción que los padres de Martín le
cantaban a Martín cuando era chico. Al principio cantar a Carlitos la canción dio resultado. Después
Martín volvió a colocar a Carlitos en el sillón y de a poquito Carlitos y Martín se quedaron dormidos.
El pronombre
Es una clase de palabra que se usa para reemplazar al sustantivo. En otras palabras, lo
utilizamos para evitar la repetición de una palabra.
Se clasifican en dos grandes grupos:
Singular Plural
1ª yo, me, mí, conmigo nosotros, nosotras, nos
persona
2ª tú, vos, usted, te, ti, le, vosotros, vosotras, ustedes, os, los, las,
persona contigo les
3ª él, ella, lo, la, le, se ellos, ellas, los, las, les, se
persona
Los pronombres personales suelen usarse adheridos al final de formas verbales. Se los denomina
pronombres enclíticos. Por ejemplo:
Voy a peinarla bien. Estaba mirándose en el espejo. Traeme el diario.
■ Pronombres posesivos: Señalan una relación de pertenencia. Algunos tienen una forma
plena y otra apocopada (abreviada), que se utiliza delante de los sustantivos. Por ejemplo: La
decisión fue mía. / Fue mi decisión. “Mía” es la forma completa; “mi” es la forma apocopada.
Estos pronombres concuerdan en número con la palabra a la que modifican y en persona
con el “poseedor”.
Singular Plural
1ª persona mío, mía, mi míos, mías, mis
nuestro, nuestra nuestros, nuestras
2ª persona tuyo, tuya, tu tuyos, tuyas, tus
vuestro, vuestra vuestros, vuestras
suyo, suya, su suyos, suyas sus
3ª persona suyo, suya, su suyos, suyas, sus
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■ Pronombres demostrativos
Los pronombres demostrativos indican una relación de distancia entre el objeto o ser
señalado y el hablante. Funcionan como sustantivos, adjetivos o adverbios.
Los pronombres son palabras que nos permiten evitar la repetición de palabras dentro de un
texto. La utilización de pronombres es un recurso para lograr la cohesión textual.
Actividades
1. Marquen en el siguiente texto todos los pronombres que encuentren y busquen a qué
sustantivos hacen referencia. Luego, transcriban los pronombres en sus carpetas y
clasifíquenlos
“Yo, Rogelio Velasco, dejo mis anteojos o lentes o gafas o espejuelos, a mi sobrino Esteban, para
que pueda ver el mundo como yo lo he visto, a veces injusto, desarticulado, confuso y otras veces
generoso, ordenado, estimulante.
Recuerdo que vos, Esteban, cuando todavía eras un niño, te calzaste mis anteojos, que yo había
dejado sobre la mesa y de inmediato te los quitaste con inusitada violencia, casi con asco, porque,
claro, no se acomodaban a tu visión de entonces. Tal vez ahora tu miopía se corresponda con la mía y
ya no arrojes al suelo mis pobres lentes”.1
1
BENEDETTI, MARIO: “Testamento ológrafo”, en Buzón de tiempo, Bs. As., Sudamericana, 2001, pág. 106.
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2. Reconozcan los pronombres y clasificarlos en la carpeta
Para muchos, Lost es la mejor serie que se haya producido hasta el momento; sin embargo, otros
creen que el final deslució la historia. ¿Cuál es su argumento? Todo comienza con el accidente del
vuelo 815 de Oceanic Airlines en lo que parece ser una isla desierta. La supervivencia de los pasajeros
se ve amenazada por varias entidades misteriosas: osos polares, una criatura que deambula por la
selva, y los habitantes de esa isla, conocidos como “los Otros”. Un día, los protagonistas encuentran a
una mujer francesa, quien había llegado a la isla 16 años antes del accidente; ella será un eslabón
fundamental en el resto de esta historia. ¿Cómo sigue? Tendrás que verla, son demasiados episodios
y muchas temporadas para resumirlas tan brevemente.
En los cuentos fantásticos se narran historias que suceden en un mundo muy parecido
al real, pero en el que ocurre un hecho inexplicable.
Las acciones se presentan en forma tal que no se sabe si lo que se cuenta podría suceder
o si responde a hechos sobrenaturales. Por eso, lo que nunca falta en un relato fantástico es ese
momento de vacilación en el que el lector duda sobre cómo interpretar lo que se le cuenta.
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La soga
A Antoñito López le gustaban los juegos peligrosos: subir por la escalera de mano del tanque de
agua, tirarse por el tragaluz del techo de la casa, encender papeles en la chimenea. Esos juegos lo
entretuvieron hasta que descubrió la soga, la soga vieja que servía otrora para atar los baúles, para
subir los baldes del fondo del aljibe y, en definitiva, para cualquier cosa; sí, los juegos lo entretuvieron
hasta que la soga cayó en sus manos. Todo un año, de su vida de siete años, Antoñito había esperado
que le dieran la soga; ahora podía hacer con ella lo que quisiera. Primeramente hizo una hamaca,
colgada de un árbol, después un arnés para caballo, después una liana para bajar de los árboles,
después un salvavidas, después una horca para los reos, después un pasamanos, finalmente una
serpiente. Tirándola con fuerza hacia adelante, la soga se retorcía y se volvía con la cabeza hacia
atrás, con ímpetu, como dispuesta a morder. A veces subía detrás de Toñito las escaleras, trepaba a
los árboles, se acurrucaba en los bancos. Toñito siempre tenía cuidado de evitar que la soga lo tocara;
era parte del juego. Yo lo vi llamar a la soga, como quien llama a un perro, y la soga se le acercaba, a
regañadientes, al principio, luego, poco a poco, obedientemente. Con tanta maestría Antoñito lanzaba
la soga y le daba aquel movimiento de serpiente maligna y retorcida, que los dos hubieran podido
trabajar en un circo. Nadie le decía: "Toñito, no juegues con la soga".
La soga aparecía tranquila cuando dormía sobre la mesa o en el suelo. Nadie la hubiera creído
capaz de ahorcar a nadie. Con el tiempo se volvió más flexible y oscura, casi verde y, por último, un
poco viscosa y desagradable, en mi opinión. El gato no se le acercaba y a veces, por las mañanas,
entre sus nudos, se demoraban sapos extasiados. Habitualmente, Toñito la acariciaba antes de
echarla al aire; como los discóbolos o lanzadores de jabalinas, ya no necesitaba prestar atención a sus
movimientos: sola, se hubiera dicho, la soga saltaba de sus
manos para lanzarse hacia adelante, para retorcerse mejor.
Si alguien le pedía:
—Toñito, prestame la soga.
El muchacho invariablemente contestaba: —No.
A la soga ya le había salido una lengüita, en el sitio de la
cabeza, que era algo aplastada, con barba; su cola,
deshilachada, parecía de dragón. Toñito quiso ahorcar un
gato con la soga. La soga se rehusó. Era buena.
¿Una soga, de qué se alimenta? ¡Hay tantas en el
mundo! En los barcos, en las casas, en las tiendas, en los
museos, en todas partes... Toñito decidió que era herbívora;
le dio pasto y le dio agua.
La bautizó con el nombre de Prímula. Cuando lanzaba la soga, a cada movimiento, decía: "Prímula,
vamos. Prímula". Y Prímula obedecía.
Toñito tomó la costumbre de dormir con Prímula en la cama, con la precaución de colocarle la
cabecita sobre la almohada y la cola bien abajo, entre las cobijas.
Una tarde de diciembre, el sol, como una bola de fuego, brillaba en el horizonte, de modo que todo
el mundo lo miraba comparándolo con la luna, hasta el mismo Toñito, cuando lanzaba la soga. Aquella
vez la soga volvió hacia atrás con la energía de siempre y Toñito no retrocedió. La cabeza de Prímula
le golpeó en el pecho y le clavó la lengua a través de la blusa.
Así murió Toñito. Yo lo vi, tendido, con los ojos abiertos.
La soga, con el flequillo despeinado, enroscada junto a él, lo velaba .
Fin
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ACTIVIDADES
3. Escriban en la carpeta una explicación sobrenatural y otra realista de lo que pudo haber
ocurrido en “La soga”
El vestido de terciopelo
Fin
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Actividades
LITERATURA Y VEROSIMILITUD
Ahora vamos a leer un cuento de Edgar Allan Poe, pero primero, veamos quién fue este
escritor:
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El corazón delator
¡Es verdad! Soy muy nervioso, extraordinariamente nervioso. Lo he sido siempre. ¿Pero por qué
dicen que estoy loco? La enfermedad ha agudizado mis sentidos, en vez de destruirlos o embotarlos. De
todos ellos, el más fino es el oído. Yo he escuchado todas las cosas del cielo y de la tierra, y no pocas del
infierno. ¿Cómo, entonces, puedo estar loco? Observen con qué serenidad, con qué calma voy a contarles
esta historia.
Me resulta imposible decir cómo penetró la idea en mi cerebro. Sin embargo, una vez adentrada
allí, me persiguió día y noche. Realmente no había ningún motivo para ello. El viejo nunca me había hecho
daño, y yo lo quería. Lo adoraba. Jamás me insultó, y su oro no me despertaba la menor codicia.
Creo que era su ojo. ¡Sí!.. ¡Eso era! Uno de sus ojos se parecía a los del buitre. Era de un color
azul pálido, nublado por una catarata. Siempre que ese ojo se detenía sobre mí, se me congelaba la
sangre. Y así, poco a poco, gradualmente, se fue apoderando de mi espíritu la obsesión de matar al
anciano, y librarme para siempre de aquella mirada.
Ahora viene lo más difícil de explicar. Ustedes me creen loco, pero no pensarían así si me hubieran
visto, si hubiesen podido observar con qué sabiduría, con qué precaución y cautela procedí... ¡con qué
disimulo puse manos a la obra! Jamás me comporté tan amable con él como durante toda la semana que
precedió al asesinato. Cada noche, cerca de las doce, giraba el picaporte de su puerta y la abría... ¡ah, tan
suavemente! Y luego, Cuando la tenía lo suficientemente abierta para asomar la cabeza, metía una
linterna bien cerrada, para que no se filtrara ninguna claridad y, entonces, introducía la cabeza. ¡Oh,
ustedes se habrían reído viéndome con el esmero que lo hacía! La movía despacio, muy despacio, por
miedo de turbar el sueño del viejo. No exagero al afirmar que por lo menos tardaba una hora en realizar
esta maniobra, y contemplar al anciano acostado en su cama. ¡Ja!, ¿un loco podría haber sido tan
prudente para hacer algo así? En seguida, una vez que mi cabeza se hallaba dentro de la habitación, abría
silenciosamente la linterna. ¡Oh, con qué cuidado, con qué sumo cuidado abría sólo lo necesario para que
un rayo casi imperceptible de luz se clavara en el ojo de buitre! Hice esto durante siete noches
interminables, a la misma hora, y siempre encontré el ojo cerrado. Así se fue volviendo imposible concretar
mi propósito; porque no era el viejo quién me molestaba, sino aquel maldito ojo. Y todas las mañanas,
cuando amanecía, entraba osadamente en su cuarto, y le conversaba valerosamente, con voz muy cordial,
interesándome por saber cómo había dormido. Comprenderán que tendría que haber sido un hombre
demasiado perspicaz para sospechar que todas las noches, siempre a las doce, yo lo espiaba mientras él
dormía.
Finalmente, en la octava noche, entreabrí la puerta con mayor sigilo que antes. La aguja de un reloj
se movía más a prisa que mi mano. Jamás, como en ese minuto, pude apreciar tan bien la magnitud de mi
astucia, y apenas lograba dominar mi sensación de triunfo. ¡Pensar que estaba allí, empujando muy
pausadamente esa puerta, y que él ni siquiera vislumbraba mis acciones y mis pensamientos secretos!
Ante esta idea se me escapó una leve risa, y tal vez me oyó, ya que de pronto se movió en su lecho, como
si fuera a despertar. Tal vez se imaginarán que me retiré de inmediato. Pues no, se equivocan, no fue así.
Su alcoba se hallaba profundamente oscura. Las ventanas estaban herméticamente cerradas por miedo a
los ladrones, y las espesas tinieblas envolvían toda la estancia. Absolutamente seguro de que el anciano
no podía ver nada, me disponía a abrir la linterna, cuando mi pulgar resbaló sobre el cierre de chapa, y el
viejo se sentó bruscamente en la cama, preguntando:
— ¿Quién anda ahí?
Permanecí completamente inmóvil, sin musitar una sola palabra, y durante una hora no moví un
músculo. Tampoco él, en todo ese tiempo, volvió a acostarse. Continuaba sentado en la cama, alerto,
haciendo lo mismo que yo había hecho en esas largas noches, oyendo deslizarse a las arañas en la
pared.
De pronto oí un gemido profundo. Se trataba de un lamento de terror mortal, no de dolor o tristeza.
¡Oh, no! Era el rumor sordo y ahogado que escapa de lo más íntimo de un alma sobrecogida por el pavor.
Yo conocía ese quejido. Muchas veces, precisamente en el filo de la medianoche, cuando todos dormían,
lo sentía irrumpir en mi propio pecho, brotando de los terrores que me consumían. Sabía lo que estaba
experimentando el viejo, y no podía evitar una gran piedad por él, aunque también otros sentimientos
colmaban mi corazón. Comprendía que su zozobra iba en aumento, y que procuraba persuadirse de que
sus temores eran infundados. Posiblemente decía para sí: "No es nada... El viento en la chimenea... Un
ratón que corrió por el entretecho... Algún insecto..." Sí, debe haber intentado calmarse con estas
hipótesis. Pero todo fue inútil. La muerte había pasado junto a él, y lo envolvía. Y era la influencia fúnebre
de su sombra, invisible, la que lo hacía "sentir", aunque no viera ni escuchara nada, la que le permitía
notar mi presencia en su habitación.
23
Luego de haber esperado un largo rato, me aventuré a abrir apenas la linterna. La abrí
furtivamente, hasta que al fin un rayo delgado, como el hilo de una telaraña, descendió sobre el ojo de
buitre.
Estaba abierto, íntegramente abierto, y al verlo me llené de furia. Lo vi con claridad perfecta, entero
de un azul mate, y cubierto por la horrorosa nube que me helaba hasta la médula de los huesos. No podía
ver nada más; ni la cara ni el cuerpo del anciano. Sólo existía aquel ojo obsesionante.
¿Y no les he dicho que ustedes toman por locura lo que es agudeza excesiva de los sentidos? Una
vibración débil, continua, llegó a mis oídos, semejante al tic-tac de un reloj forrado en algodones.
Inmediatamente reconocí ese apagado golpeteo. Era el corazón del viejo que latía, y este sonido excitó mi
furia, igual que el redoblar de los tambores excita el valor de un soldado. Me controlé, sin embargo, y
permanecí inmóvil. Respiraba apenas, y sostenía quieta, entre las manos, la linterna. Hacía un esfuerzo
por mantener el rayo de luz fijo sobre el ojo. Entre tanto, el latido
infernal del corazón del anciano era por segundos más fuerte,
más rápido, y..., sobre todo, más sonoro. ¡El pánico de aquel
hombre debía ser monstruoso, y retumbaba en ese latir que
crecía y crecía! ¡Se hacía más fuerte, digo, más fuerte a cada
momento! ¿Me siguen? Les he confesado que soy nervioso, y
realmente lo soy. En consecuencia, en medio de la noche y del
silencio de esa antigua casa, un ruido tan extraño como ese hizo
surgir en mí un terror incontrolable. Pese a ello, todavía logré
mantenerme, y luché por conservar la tranquilidad, pero la pulsación se hacía más y más fuerte, más
violenta. Pensé que el corazón le iba a estallar. Y entonces una nueva angustia se apoderó de mí: ¡ese
ruido, y los que iban a producirse, podrían ser escuchados por un vecino! La hora del viejo había llegado.
Con un gran alarido, abrí inesperadamente la linterna, y salté adentro de la habitación. El viejo dejó
escapar un grito, un solo grito. En menos de un segundo lo derribé, dejándolo de espaldas en el suelo, y
tiré la cama sobre él, aplastándolo con su peso. Entonces sonreí alegremente, al ver tan adelantada mi
obra. Pero, durante varios minutos, el corazón siguió latiendo, con un ruido apagado. Eso, sin embargo, ya
no me atormentaba. No, no podía oírse nada a través de las paredes. Finalmente, se detuvo. El viejo
estaba muerto. Levanté la cama y examiné el cadáver. Sí, estaba muerto. ¡Muerto como una piedra! Puse
mi mano sobre su corazón y la dejé allí por varios minutos. No había pulso. Estaba totalmente muerto. ¡Su
ojo de vidrio no podría volver a atormentarme!
Si todavía piensan que estoy loco, les advierto que su opinión se desvanecerá cuando les describa
las inteligentes medidas que adopté para esconder el cadáver. Avanzaba la noche, y yo trabajaba con
prisa y en riguroso silencio. Hábilmente fui desmembrando el cuerpo. Primero corté la cabeza y después
los brazos; luego, las piernas. En seguida separé unos trozos del entablado, y deposité los restos bajo el
piso de madera. Terminado este trabajo, coloqué otra vez las tablas en su sitio, con tanta destreza que
ningún ojo humano, ni siquiera el de él, podría descubrir allí algo inusual. No había nada que lavar,
ninguna mancha de ninguna clase, ningún resto de sangre, nada de nada. Yo había sido demasiado
precavido para eso. ¡Ya había ido todo a parar a un balde!, ¡ja, ja!
Cuando terminé estas operaciones eran las cuatro en punto y estaba tan oscuro como si todavía
fuese medianoche. En el momento en que el reloj señalaba la hora, llamaron a la puerta de calle. Bajé a
abrir confiado, y di la bienvenida a los recién llegados. ¿Por qué no? ¿Acaso tenía algo que temer? Los
tres hombres se presentaron, gentilmente, como agentes de la policía. Un vecino había escuchado un grito
en la noche, y esto lo hizo sospechar que podía haberse cometido un homicidio, por lo cual realizó una
denuncia en la Comisaría. Los agentes venían para registrar la vivienda.
Sonreí, ya que, repito: ¿acaso tenía algo que temer?
—El grito —les expliqué— lo lancé yo, soñando. El anciano, se encuentra en el campo...
Conduje a los visitantes por toda la casa, y les sugerí que revisaran bien. Por fin, los guié hasta el cuarto
del viejo. Allí les mostré sus tesoros; todo perfectamente resguardado y en orden. Entusiasmado con esa
gran seguridad en mí mismo, llevé unas sillas a la habitación, y los invité a que se sentaran, mientras que
yo mismo, en la frenética audacia de mi perfecto triunfo, colocaba mi propio asiento exactamente en el
lugar bajo el que se ocultaba el cuerpo despedazado de la víctima.
Los agentes parecían satisfechos. Mi actitud les convencía, y hablaron de temas familiares, a los
que respondí jovialmente. No obstante, pasado un rato, me di cuenta de que palidecía, y deseé que se
marcharan. Me dolía la cabeza y sentía que mis oídos zumbaban. Sin embargo, ellos continuaban
sentados, y proseguían la charla. Entonces el zumbido se hizo más nítido y rítmico, volviéndose cada vez
más perceptible. Comencé a hablar atropelladamente, para liberarme de esa angustiante sensación. Pero
ésta persistió, reiterándose de un modo tal, que no tardé en descubrir que el ruido no nacía en mis oídos.
Sin duda palidecí más, y seguí hablando sin pausas, alzando mi voz, tratando de apagar aquel
sonido que aumentaba, "aquella vibración semejante al tic-tac de un reloj envuelto en algodones". Empecé
24
a respirar con dificultad, aunque los agentes aún no escuchaban nada, e hilvané frases apresuradas, con
mayor vehemencia. El tic-tac se elevaba, acompasado. Me levanté y discutí tonterías, con tono estridente,
haciendo grotescas gesticulaciones. ¡Todo era inútil! ¡El latido crecía, crecía más! ¿Por qué ellos no
querían marcharse? Comencé a caminar de un lado a otro por la habitación, pesadamente, a grandes
pasos. ¡Oh, Dios! ¿Qué podía hacer? ¡Echaba espuma por la boca, desvariaba, insultaba! Volvía a
sentarme y movía la silla, haciéndola resonar sobre el suelo. Pero el latido lo dominaba todo, y se
agigantaba indefinidamente. Los hombres continuaban conversando, bromeando, riendo. ¿Sería posible
que no lo oyeran? ¡Dios Todopoderoso!, ¿sería posible? ¡No, no! ¡Ellos oían... sospechaban! ¡Sabían! ¡Sí,
sabían, y se estaban divirtiendo con mi terror! Así lo creí, y lo creo ahora. Y había algo peor que aque lla
agonía, algo más insoportable que esa burla. ¡Ya no podía tolerar por más tiempo sus hipócritas sonrisas,
y me di cuenta de que era preciso gritar o morir, porque entonces...! ¡Préstenme atención, por favor! Y
ahora, ¡otra vez! ¡Escuchen! ¡Más fuerte, más fuerte, más fuerte!
— ¡Miserables! —exclamé—. ¡No disimulen más! ¡Lo confieso todo! ¡Arranquen estas tablas! ¡Aquí,
está aquí! ¡Son los latidos de su espantoso corazón!
ACTIVIDADES
3. Subrayen en el texto los momentos en que el narrador se presenta a sí mismo como un hombre
sabio, cauteloso, astuto y audaz
4. Propongan en la carpeta una explicación racional de la conducta del asesino y una explicación
sobrenatural de lo ocurrido
5. Escriban el titular de la noticia que cuenta el asesinato del señor
25
Otro cuento extraño, “La muerta” de Guy de Maupassant 2
¡La había amado desesperadamente! ¿Por qué se ama? Cuán extraño es ver un solo ser en el
mundo, tener un solo pensamiento en el cerebro, un solo deseo en el corazón y un solo nombre en los
labios… un nombre que asciende continuamente, como el agua de un manantial, desde las profundidades
del alma hasta los labios, un nombre que se repite una y otra vez, que se susurra incesantemente, en
todas partes, como una plegaria.
Voy a contarles nuestra historia, ya que el amor sólo tiene una, que es siempre la misma. La conocí
y viví de su ternura, de sus caricias, de sus palabras, en sus brazos tan absolutamente envuelto, atado y
absorbido por todo lo que procedía de ella, que no me importaba ya si era de día o de noche, ni si estaba
muerto o vivo, en este nuestro antiguo mundo.
Y luego ella murió. ¿Cómo? No lo sé; hace tiempo que no sé nada. Pero una noche llegó a casa
muy mojada, porque estaba lloviendo intensamente, y al día siguiente tosía, y tosió durante una semana, y
tuvo que guardar cama. No recuerdo ahora lo que ocurrió, pero los médicos llegaron, escribieron y se
marcharon. Se compraron medicinas, y algunas mujeres se las hicieron beber. Sus manos estaban muy
calientes, sus sienes ardían y sus ojos estaban brillantes y tristes. Cuando yo le hablaba me contestaba,
pero no recuerdo lo que decíamos. ¡Lo he olvidado todo, todo, todo! Ella murió, y recuerdo perfectamente
su leve, débil suspiro. La enfermera dijo: “¡Ah!” ¡Y yo comprendí! ¡Y yo comprendí!
Me consultaron acerca del entierro pero no recuerdo nada de lo que dijeron, aunque sí recuerdo el
ataúd y el sonido del martillo cuando clavaban la tapa, encerrándola a ella dentro. ¡Oh! ¡Dios mío! ¡Dios
mío! ¡Ella estaba enterrada! ¡Enterrada! ¡Ella! ¡En aquel agujero! Vinieron algunas personas… mujeres
amigas. Me marché de allí corriendo. Corrí y luego anduve a través de las calles, regresé a casa y al día
siguiente emprendí un viaje.
Ayer regresé a París, y cuando vi de nuevo mi habitación -
nuestra habitación, nuestra cama, nuestros muebles, todo lo que
queda de la vida de un ser humano después de su muerte-, me
invadió tal oleada de nostalgia y de pesar, que sentí deseos de abrir la
ventana y de arrojarme a la calle. No podía permanecer ya entre
aquellas cosas, entre aquellas paredes que la habían encerrado y la
habían cobijado, que conservaban un millar de átomos de ella, de su
piel y de su aliento, en sus imperceptibles grietas. Cogí mi sombrero
para marcharme, y antes de llegar a la puerta pasé junto al gran
espejo del vestíbulo, el espejo que ella había colocado allí para poder
contemplarse todos los días de la cabeza a los pies, en el momento
de salir, para ver si lo que llevaba le caía bien, y era lindo, desde sus pequeños zapatos hasta su
sombrero.
Me detuve delante de aquel espejo en el cual se había contemplado ella tantas veces… tantas
veces, tantas veces, que el espejo tendría que haber conservado su imagen. Estaba allí de pie, temblando,
con los ojos clavados en el cristal -en aquel liso, enorme, vacío cristal- que la había contenido por entero y
la había poseído tanto como yo, tanto como mis apasionadas miradas. Sentí como si amara a aquel cristal.
Lo toqué; estaba frío. ¡Oh, el recuerdo! ¡Triste espejo, ardiente espejo, horrible espejo, que haces sufrir
tales tormentos a los hombres! ¡Dichoso el hombre cuyo corazón olvida todo lo que ha contenido, todo lo
que ha pasado delante de él, todo lo que se ha mirado a sí mismo en él o ha sido reflejado en su afecto,
en su amor! ¡Cuánto sufro!
Me marché sin saberlo, sin desearlo, hacia el cementerio. Encontré su sencilla tumba, una cruz de
mármol blanco, con esta breve inscripción: «Amó, fue amada y murió.»
¡Ella está ahí debajo, descompuesta! ¡Qué horrible! Sollocé con la frente apoyada en el suelo, y
permanecí allí mucho tiempo, mucho tiempo. Luego vi que estaba oscureciendo, y un extraño y loco
deseo, el deseo de un amante desesperado, me invadió. Deseé pasar la noche, la última noche, llorando
sobre su tumba. Pero podían verme y echarme del cementerio. ¿Qué hacer? Buscando una solución, me
puse en pie y empecé a vagabundear por aquella ciudad de la muerte. Anduve y anduve. Qué pequeña es
esta ciudad comparada con la otra, la ciudad en la cual vivimos. Y, sin embargo, no son muchos más
numerosos los muertos que los vivos. Nosotros necesitamos grandes casas, anchas calles y mucho
2
Guy de Maupassant (1850-1893): novelista y cuentista francés que, además de destacarse dentro de la corriente realista y
naturalista de la época, incursionó en los relatos de carácter fantástico o extraño. “Bola de sebo” y “El Horla” son ejemplos de
estas distintas facetas de su trabajo.
26
espacio para las cuatro generaciones que ven la luz del día al mismo tiempo, beber agua del manantial y
vino de las vides, y comer pan de las llanuras.
¡Y para todas estas generaciones de los muertos, para todos los muertos que nos han precedido,
aquí no hay apenas nada, apenas nada! La tierra se los lleva, y el olvido los borra. ¡Adiós!
Al final del cementerio, me di cuenta repentinamente de que estaba en la parte más antigua, donde
los que murieron hace tiempo están mezclados con la tierra, donde las propias cruces están podridas,
donde posiblemente enterrarán a los que lleguen mañana. Está llena de rosales que nadie cuida, de altos
y oscuros cipreses; un triste y hermoso jardín alimentado con carne humana.
Yo estaba solo, completamente solo. De modo que me acurruqué debajo de un árbol y me escondí
entre las frondosas y sombrías ramas. Esperé, agarrándome al tronco como un náufrago se agarra a una
tabla.
Cuando la luz diurna desapareció del todo, abandoné el refugio y eché a andar suavemente,
lentamente, silenciosamente, hacia aquel terreno lleno de muertos. Anduve de un lado para otro, pero no
conseguí encontrar de nuevo la tumba de mi amada. Avancé con los brazos extendidos, chocando contra
las tumbas con mis manos, mis pies, mis rodillas, mi pecho, incluso con mi cabeza, sin conseguir
encontrarla. Anduve a tientas como un ciego buscando su camino. Toqué las lápidas, las cruces, las verjas
de hierro, las coronas de metal y las coronas de flores marchitas. Leí los nombres con mis dedos
pasándolos por encima de las letras. ¡Qué noche! ¡Qué noche! ¡Y no pude encontrarla!
No había luna. ¡Qué noche! Estaba asustado, terriblemente asustado, en aquellos angostos
senderos entre dos hileras de tumbas. ¡Tumbas! ¡Tumbas! ¡Tumbas! ¡Sólo tumbas! A mi derecha, a la
izquierda, delante de mí, a mi alrededor, en todas partes había tumbas. Me senté en una de ellas, ya que
no podía seguir andando. Mis rodillas empezaron a doblarse. ¡Pude oír los latidos de mi corazón! Y oí algo
más. ¿Qué? Un ruido confuso, indefinible. ¿Estaba el ruido en mi cabeza, en la impenetrable noche, o
debajo de la misteriosa tierra, la tierra sembrada de cadáveres humanos? Miré a mi alrededor, pero no
puedo decir cuánto tiempo permanecí allí. Estaba paralizado de terror, helado de espanto, dispuesto a
morir.
Súbitamente, tuve la impresión de que la losa de mármol sobre la cual estaba sentado, se estaba
moviendo. Se estaba moviendo, desde luego, como si alguien tratara de levantarla. Di un salto que me
llevó hasta una tumba vecina, y vi, sí, vi claramente cómo se levantaba la losa sobre la cual estaba
sentado. Luego apareció el muerto, un esqueleto desnudo, empujando la losa desde abajo con su
encorvada espalda. Lo vi claramente, a pesar de que la noche estaba oscura. En la cruz pude leer:
«Aquí yace Jacques Olivant, que murió a la edad de cincuenta y un años. Amó a su familia,
fue bueno y honrado y murió en la gracia de Dios.»
El muerto leyó también lo que había escrito en la lápida. Luego cogió una piedra del sendero, una
piedra pequeña y puntiaguda, y empezó a rascar las letras con sumo cuidado. Las borró lentamente, y con
las cuencas de sus ojos contempló el lugar donde habían estado grabadas. A continuación, con la punta
del hueso de lo que había sido su dedo índice, escribió en letras luminosas, como las líneas que los
chiquillos trazan en las paredes con una piedra de fósforo:
«Aquí yace Jacques Olivant, que murió a la edad de cincuenta y un años. Mató a su padre
a disgustos, porque deseaba heredar su fortuna; torturó a su esposa, atormentó a sus hijos,
engañó a sus vecinos, robó todo lo que pudo y murió en pecado mortal.»
Cuando hubo terminado de escribir, el muerto se quedó inmóvil, contemplando su obra. Al mirar a
mi alrededor vi que todas las tumbas estaban abiertas, que todos los muertos habían salido de ellas y que
todos habían borrado las líneas que sus parientes habían grabado en las lápidas, sustituyéndolas por la
verdad. Y vi que todos habían sido atormentadores de sus vecinos, maliciosos, deshonestos, hipócritas,
embusteros, ruines, calumniadores, envidiosos; que habían robado, engañado, y habían cometido los
peores delitos; aquellos buenos padres, aquellas fieles esposas, aquellos hijos devotos, aquellas hijas
castas, aquellos honrados comerciantes, aquellos hombres y mujeres que fueron llamados irreprochables.
Todos ellos estaban escribiendo al mismo tiempo la verdad, la terrible y sagrada verdad, la cual todo el
mundo ignoraba, o fingía ignorar, mientras estaban vivos.
Pensé que también ella había escrito algo en su tumba. Y ahora, corriendo sin miedo entre los
ataúdes medio abiertos, entre los cadáveres y esqueletos, fui hacia ella, convencido de que la encontraría
inmediatamente. La reconocí al instante sin ver su rostro, el cual estaba cubierto por un velo negro; y en la
cruz de mármol donde poco antes había leído: «Amó, fue amada y murió.»
Ahora leí: «Habiendo salido un día de lluvia para engañar a su amante, pilló una pulmonía y
murió.»
Parece que me encontraron al romper el día, tendido sobre la tumba, sin conocimiento.
FIN
27
Actividades
Tengo una noticia muy fresquita. Y dejará mudo a más de uno. Ayer estuve en casa de Fulano y me dijo que la
semana pasada lo había visitado Mengano. Mengano le aseguró que después de lo que le había ocurrido con
Zultano, no volvería nunca más a dirigirle la palabra. Pero, a que no saben qué. Sí. Ayer Mengano lo llamó por
teléfono a Zultano como si nunca hubiera pasado nada. Es un hipócrita.
Los tiempos verbales se organizan en dos grupos según se narren hechos que ocurren en el
presente o acontecimientos ya pasados.
En los dos casos hay acciones anteriores a las del punto de partida y acciones posteriores
Actividades
1. Completen las siguientes oraciones con el verbo indicado entre paréntesis. El verbo debe
conjugarse en el tiempo correspondiente para dar la idea que se indica en cada caso.
Simultaneidad
Incluso mientras el profesor Sánchez_____________monótonos círculos de lógica frente a la clase,
el bajito Menéndez miraba por la ventana. (trazar)
El bajito Menéndez suspiró, ____________ al moscardón y __________poder volar en círculos
semejantes. (mirar- desear)
Mira por la ventana y no _________ más que gente que ___________ para escapar de la lluvia.
(ver, correr)
Anterioridad
De algún modo, un moscardón_________ la persiana y zumbaba trazando monótonos
círculos cerca del techo del aula. (atravesar)
_____________ el error de acostarse temprano la noche anterior y, en consecuencia,
ahora estaba totalmente despierto y aburrido. (cometer)
Tiene en sus manos la carta que le____________ su amigo, pero no se decide a leerla.
(enviar)
Posterioridad
Deseaba dormirse, pero no _______________hacerlo hasta la noche. (poder)
El diario anuncia un nuevo suplemento que pronto ____________a la venta en los kioscos.
(estar)
Ese año sucedió algo que ___________para siempre la vida de sus habitantes. (cambiar)
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2. Reescriban el siguiente texto en tiempo pasado
Cuentan con un equipo que emite una vibración especial, supongo que es más semejante a una onda de
radio que a una vibración sonora. Esa onda destruye toda la vida animal. La nave está aislada contra la
vibración. Ignoro si su alcance es bastante grande como para matar simultáneamente a todo el planeta o si
vuelan en círculos alrededor de la tierra y emiten ondas vibratorias. Pero mata todo a la vez y en un
instante.
3. Completen los siguientes textos con los verbos indicados entre paréntesis. En todos los
casos el tiempo predominante es el pasado
a. La familia Malatesta _______ (vivir) en un viejo caserón de San Telmo, que durante mucho
tiempo________ (permanecer) desocupado. Apenas se __________ (mudar), __________
(descubrir) que una horrible rata _________ (habitar) el lugar. El animal se __________ (instalar)
antes que ellos y por lo tanto_________ (ser) lógico que se _________ (sentir) dueño del lugar .
Los Malatesta___________ (intentar) durante mucho tiempo deshacerse de la rata. Le_______
(tender) trampas por la noche, pero la rata ________ (aprender) a saltarlas. Le __________ (dejar)
comida envenenada, pero la rata______ (ir) esa noche a cenar afuera. Hasta se __________
(comprar) un gato, pero una noche los_________ (encontrar) jugando al ajedrez en la cocina.
La familia se ________ (resignar) entonces a compartir la casa. Pronto ________ (cumplir) dos
años de tortuosa convivencia, y entre todos los miembros de la familia _________ (decidir) que a la
noche siguiente _____________ (realizar) una fiesta sorpresa para homenajear a la rata.
b. De pronto se __________ (dar) cuenta de que ni siquiera ________ (oír) sus pasos. La alfombra
_______ (absorber) todos los ruidos. Se _________ (comentar) que atrás de las puertas que
_______ (ir) pasando _________ (haber) innumerables secretarias que ________ (dominar) más
de cien lenguas, taquigrafía, computación y muchos otros servicios. Todo ______ (ser) siempre un
gran misterio. _________ (conocer) la foto del presidente del banco, pero nadie lo _________ (ver)
personalmente. Nunca__________(hablar) directamente con el personal técnico, sino que lo
________ (hacer) a través del vicepresidente o el director.
29
Algunos de los temas más frecuentes en la ciencia ficción son:
El futuro puede presentarse desde diferentes puntos de vista, entre ellos, uno optimista y
alentador, y otro más reflexivo, que, en muchos casos, transmite un mensaje desesperanzador.
Caminaban lentamente por la calle, a eso de las diez de la noche, hablando con tranquilidad. No
tenían más de treinta y cinco años. Estaban muy serios.
-Pero ¿por qué tan temprano? -dijo Smith.
-Porque sí -dijo Braling.
-Tu primera salida en todos estos años y te vuelves a casa a las diez.
-Nervios, supongo.
-Me pregunto cómo te las habrás ingeniado. Durante diez años he tratado de sacarte a beber una copa. Y
hoy, la primera noche, quieres volver en seguida.
-No tengo que abusar de mi suerte -dijo Braling.
-Pero, ¿qué has hecho? ¿Le has dado un somnífero a tu mujer?
-No. Eso sería inmoral. Ya verás.
Doblaron la esquina.
-De veras, Braling, odio tener que decírtelo, pero has tenido mucha paciencia con ella. Tu matrimonio ha
sido terrible.
-Yo no diría eso.
-Nadie ignora cómo consiguió casarse contigo. Allá, en 1979, cuando ibas a salir para Río.
-Querido Río. Tantos proyectos y nunca llegué a ir.
-Y cómo ella se desgarró la ropa, y se desordenó el cabello, y te amenazó con llamar a la policía si no te
casabas con ella.
-Siempre fue un poco nerviosa, Smith, entiéndelo.
-Había algo más. Tú no la querías. Se lo dijiste, ¿no es así?
-En eso siempre fui muy firme.
-Pero sin embargo te casaste.
-Tenía que pensar en mi empleo, y también en mi madre, y en mi padre. Una cosa así hubiese terminado
con ellos.
-Y han pasado diez años.
-Sí -dijo Braling, mirándolo serenamente con sus ojos grises-. Pero creo que todo va a cambiar. Mira.
(Braling sacó un largo billete azul)
-¡Cómo! ¡Un billete para Río! ¡El cohete del jueves!
-Sí, al fin voy a hacer mi viaje.
-¡Es maravilloso! Te lo mereces de veras. Pero, ¿y tu mujer, no se opondrá? ¿No te hará una escena?
Braling sonrió nerviosamente.
-No sabe que me voy. Volveré de Río de Janeiro dentro de un mes y nadie habrá notado mi ausencia,
excepto tú.
Smith suspiró.
-Me gustaría ir contigo.
-Pobre Smith, tu matrimonio no ha sido precisamente un lecho de rosas, ¿eh?
-No, exactamente. Casado con una mujer que todo lo exagera. Es decir, después de diez años de
matrimonio, ya no esperas que tu mujer se te siente en las rodillas dos horas todas las noches; ni que te
llame al trabajo doce veces al día, ni que te hable en media lengua. Y parece como si en este último mes
se hubiese puesto todavía peor…
30
-Ah, Smith, siempre el mismo conservador. Bueno, llegamos a mi casa. ¿Quieres conocer mi secreto?
¿Cómo pude salir esta noche?
-Me gustaría saberlo.
-Mira allá arriba -dijo Braling.
Los dos hombres se quedaron mirando el aire oscuro. En una ventana del segundo piso apareció una
sombra. Un hombre de treinta y cinco años, de sienes canosas, ojos tristes y grises y bigote minúsculo se
asomó y miró hacia abajo.
-Pero, cómo, ¡eres tú! -gritó Smith.
-¡Chist! ¡No tan alto!
Braling agitó una mano. El hombre respondió con un ademán y desapareció.
-Me he vuelto loco -dijo Smith.
-Espera un momento.
Los hombres esperaron. Se abrió la puerta de calle y el alto caballero de los finos
bigotes y los ojos tristes salió cortésmente a recibirlos.
-Hola, Braling -dijo.
-Hola, Braling -dijo Braling.
Eran idénticos. Smith abría los ojos.
-¿Es tu hermano gemelo? No sabía que…
-No, no -dijo Braling serenamente-. Inclínate. Pon el oído en el pecho de Braling
Dos. Smith titubeó un instante y al fin se inclinó y apoyó la cabeza en las impasibles costillas. Tic- tic-tic-tic-
tic-tic-tic-tic.
-¡Oh, no! ¡No puede ser!
-Es.
-Déjame escuchar de nuevo. Tic- tic-tic-tic-tic-tic-tic-tic. Smith dio un paso atrás y parpadeó, asombrado.
Extendió una mano y tocó los brazos tibios y las mejillas del muñeco.
-¿Dónde lo conseguiste?
-¿No está bien hecho?
-Es increíble. ¿Dónde?
-Dale al señor tu tarjeta, Braling Dos.
Braling Dos movió los dedos como un prestidigitador y sacó una tarjeta blanca:
MARIONETAS SOCIEDAD ANÓNIMA
Nuevos Modelos de Humanoides Elásticos, De funcionamiento
garantizado, Desde 7.600 a 15.000 dólares, Todo de litio.
-No -dijo Smith.
-Sí -dijo Braling.
-Claro que sí -dijo Braling Dos.
-¿Desde cuándo lo tienes?
-Desde hace un mes. Lo guardo en el sótano, en el cajón de las herramientas. Mi mujer nunca baja y sólo
yo tengo la llave del cajón. Esta noche dije que salía a comprar unos cigarros. Bajé al sótano, saqué a
Braling Dos de su encierro, y lo mandé arriba, para que acompañara a mi mujer, mientras yo iba a verte,
Smith.
-¡Maravilloso! ¡Hasta huele como tú! ¡Perfume de Bond Street y tabaco Melachrinos!
-Quizás me preocupe por minucias, pero creo que me comporto correctamente. Al fin y al cabo mi mujer
me necesita a mí. Y esta marioneta es igual a mí, hasta el último detalle. He estado en casa toda la noche.
Estaré en casa con ella todo el mes próximo. Mientras tanto otro caballero paseará al fin por Río. Diez
años esperando ese viaje. Y cuando yo vuelva de Río, Braling Dos volverá a su cajón. Smith reflexionó un
minuto o dos.
-¿Y seguirá marchando solo durante todo ese mes? -preguntó al fin.
-Y durante seis meses, si fuese necesario. Puede hacer cualquier cosa -comer, dormir, transpirar cualquier
cosa, y de un modo totalmente natural. Cuidarás muy bien a mi mujer, ¿no es cierto, Braling Dos?
-Su mujer es encantadora -dijo Braling Dos-. Estoy tomándole cariño. Smith se estremeció.
-¿Y desde cuándo funciona Marionetas, S.A.?
-Secretamente, desde hace dos años.
-Podría yo… quiero decir, sería posible… -Smith tomó a su amigo por el codo-. ¿Me dirías dónde puedo
conseguir un robot, una marioneta, para mí? Me darás la dirección, ¿no es cierto?
-Aquí la tienes.
Smith tomó la tarjeta y la hizo girar entre los dedos.
-Gracias -dijo-. No sabes lo que esto significa. Un pequeño respiro. Una noche, una vez al mes… Mi mujer
me quiere tanto que no me deja salir ni una hora. Yo también la quiero mucho, pero recuerda el viejo
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poema: «El amor volará si lo dejas; el amor volará si lo atas.» Sólo deseo que ella afloje un poco su
abrazo.
-Tienes suerte, después de todo. Tu mujer te quiere. La mía me odia. No es tan sencillo.
-Oh, Nettie me quiere locamente. Mi tarea consistirá en que me quiera cómodamente.
-Buena suerte, Smith. No dejes de venir mientras estoy en Río. Mi mujer se extrañará si desaparecieras de
pronto. Tienes que tratar a Braling Dos, aquí presente, lo mismo que a mí.
-Tienes razón. Adiós. Y gracias.
Smith se fue, sonriendo, calle abajo. Braling y Braling Dos se encaminaron hacia la casa. Ya en el
ómnibus, Smith examinó la tarjeta silbando suavemente: Se ruega al señor cliente que no hable de su
compra. Aunque ha sido presentado al Congreso un proyecto para legalizar Marionetas, S. A., la ley
pena aún el uso de los robots.
-Bueno -dijo Smith.
Se le sacará al cliente un molde del cuerpo y una muestra del color de los ojos, labios, cabellos,
piel, etc. El cliente deberá esperar dos meses a que su modelo esté terminado. No es tanto, pensó
Smith. De aquí a dos meses mis costillas podrán descansar al fin de los apretujones diarios. De aquí a dos
meses mi mano se curará de esta presión incesante. De aquí a dos meses mi aplastado labio inferior
recobrará su tamaño normal. No quiero parecer ingrato, pero… Smith dio vuelta la tarjeta:
Marionetas, S. A. funciona desde hace dos años. Se enorgullece de poseer una larga lista de
satisfechos clientes. Nuestro lema es «Nada de ataduras.» Dirección: 43 South Wesley.
El ómnibus se detuvo. Smith descendió, y caminó hasta su casa diciéndose a sí mismo: Nettie y yo
tenemos quince mil dólares en el banco. Podría sacar unos ocho mil con la excusa de un negocio.
La marioneta me devolverá el dinero, y con intereses. Nettie nunca lo sabrá.
Abrió la puerta de su casa y poco después entraba en el dormitorio. Allí estaba Nettie, pálida, gorda, y
serenamente dormida.
-Querida Nettie. -Al ver en la semioscuridad ese rostro inocente, Smith se sintió aplastado, casi, por los
remordimientos-. Si estuvieses despierta me asfixiarías con tus besos y me hablarías al oído. Me haces
sentir, realmente, como un criminal. Has sido una esposa tan cariñosa y tan buena.
A veces me cuesta creer que te hayas casado conmigo, y no con Bud Chapman, aquel que tanto te
gustaba. Y en este último mes has estado todavía más enamorada que antes.
Los ojos se le llenaron de lágrimas. Sintió de pronto deseos de besarla, de confesarle su amor, de hacer
pedazos la tarjeta, de olvidarse de todo el asunto. Pero al adelantarse hacia Nettie sintió que la mano le
dolía y que las costillas se le quejaban. Se detuvo, con ojos desolados, y volvió la cabeza. Salió de la
alcoba y atravesó las habitaciones oscuras. Entró canturreando en la biblioteca, abrió uno de los cajones
del escritorio, y sacó la libreta de cheques.
-Sólo ocho mil dólares -dijo-. No más. -Se detuvo-. Un momento. Hojeó febrilmente la libreta.
-¡Pero cómo! -gritó-. ¡Faltan diez mil dólares! -Se incorporó de un salto-. ¡Sólo quedan cinco mil!
¿Qué ha hecho Nettie? ¿Qué ha hecho con ese dinero? ¿Más sombreros, más vestidos, más perfumes?
¡Ya sé! ¡Ha comprado aquella casita a orillas del Hudson de la que ha estado hablando durante tantos
meses! Se precipitó hacia el dormitorio, virtuosamente indignado. ¿Qué era eso de disponer así del
dinero? Se inclinó sobre su mujer.
-¡Nettie! -gritó-. ¡Nettie, despierta!
Nettie no se movió.
-¡Qué has hecho con mi dinero! -rugió Smith.
Nettie se agitó, ligeramente. La luz de la calle brillaba en sus hermosas mejillas. A Nettie le pasaba algo. El
corazón de Smith latía con violencia. Se le secó la boca. Se estremeció. Se le aflojaron las rodillas.
-¡Nettie, Nettie! -dijo-. ¿Qué has hecho con mi dinero?
Y en seguida, esa idea horrible. Y luego el terror y la soledad. Y luego el infierno, y la desilusión.
Smith se inclinó hacia ella, más y más, hasta que su oreja febril descansó, firmemente, irrevocablemente,
sobre el pecho redondo y rosado.
-¡Nettie! – gritó.
Tic- tic- tic- tic- tic- tic- tic- tic- tic- tic-tic-tic-tic-tic…
Mientras Smith se alejaba por la avenida, internándose en la noche, Braling y Braling. Los dos se
volvieron hacia la puerta de la casa.
-Me alegra que él también pueda ser feliz -dijo Braling.
-Sí -dijo Braling Dos distraídamente.
-Bueno, ha llegado la hora del cajón, Braling Dos.
-Precisamente quería hablarle de eso -dijo el otro Braling mientras entraban en la casa- . El sótano.
No me gusta. No me gusta ese cajón.
-Trataré de hacerlo un poco más cómodo.
32
-Las marionetas están hechas para andar, no para quedarse quietas. ¿Le gustaría pasarse
las horas metido en un cajón?
-Bueno…
-No le gustaría nada. Sigo funcionando. No hay modo de pararme. Estoy perfectamente
vivo y tengo sentimientos.
-Esta vez sólo será por unos días. Saldré para Río y entonces podrás salir del cajón.
Podrás vivir arriba. Braling Dos se mostró irritado.
-Y cuando usted regrese de sus vacaciones, volveré al cajón.
-No me dijeron que iba a vérmelas con un modelo difícil.
-Nos conocen poco -dijo Braling Dos-. Somos muy nuevos. Y sensitivos. No me gusta nada
imaginarlo al sol, riéndose, mientras yo me quedo aquí pasando frío.
-Pero he deseado ese viaje toda mi vida -dijo Braling serenamente.
Cerró los ojos y vio el mar y las montañas y las arenas amarillas. El ruido de las olas le
acunaba la mente. El sol le acariciaba los hombros desnudos. El vino era magnífico.
-Yo nunca podré ir a Río -dijo el otro-. ¿Ha pensado en eso?
-No, yo…
-Y algo más. Su esposa.
-¿Qué pasa con ella? -preguntó Braling alejándose hacia la puerta del sótano.
-La aprecio mucho.
Braling se pasó nerviosamente la lengua por los labios.
-Me alegra que te guste.
-Parece que usted no me entiende. Creo que… estoy enamorado de ella.
Braling dio un paso adelante y se detuvo.
-¿Estás qué?
-Y he estado pensando -dijo Braling Dos- qué hermoso sería ir a Río, y yo que nunca podré ir…
Y he pensado en su esposa y… creo que podríamos ser muy felices, los dos, yo y ella.
-M-m-muy bien. -Braling caminó haciéndose el distraído hacia la puerta del sótano-. Espera un momento,
¿quieres? tengo que llamar por teléfono. Braling Dos frunció el ceño.
-¿A quién?
-Nada importante.
-¿A Marionetas, Sociedad Anónima? ¿Para decirles que vengan a buscarme?
-No, no… ¡Nada de eso!
Braling corrió hacia la puerta. Unas manos de hierro lo tomaron por los brazos.
-¡No se escape!
-¡Suéltame!
-No.
-¿Te aconsejo mi mujer hacer esto?
-No.
-¿Sospechó algo? ¿Habló contigo? ¿Está enterada?
Braling se puso a gritar. Una mano le tapó la boca.
-No lo sabrá nunca, ¿me entiende? No lo sabrá nunca.
Braling se debatió.
-Ella tiene que haber sospechado. ¡Tiene que haber influido en ti!
-Voy a encerrarlo en el cajón. Luego perderé la llave y compraré otro billete para Río, para su esposa.
-¡Un momento, un momento! ¡Espera! No te apresures. Hablemos con tranquilidad.
-Adiós, Braling.
Braling se endureció.
-¿Qué quieres decir con «adiós»?
Diez minutos más tarde, la señora Braling abrió los ojos. Se llevó la mano a la mejilla. Alguien la había
besado. Se estremeció y alzó la vista.
-Cómo… No lo hacías desde hace años -murmuró.
-Ya arreglaremos eso -dijo alguien.
FIN
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Actividades
Comprender e interpretar
Expresar opiniones
1. ¿Pensás que en el futuro las máquinas desplazarán a los humanos? ¿No te parece que, en cierto
modo, ya nos están sustituyendo? Redacta un texto con trama argumentativa
2. ¿Debe el hombre poner límites a los avances tecnológicos? Defendé tus ideas.
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Recomendaciones para debatir
¿Organizamos un debate?
Vamos a discutir en clase el siguiente tema: el acoso escolar ¿Mal evitable?
Para empezar a pensar: ¿en la actualidad hay más casos de bullying o siempre los hubo pero con
menos violencia? El ciber-bullying ¿es más inofensivo? ¿Qué se debería modificar en la sociedad
para evitarlo? ¿Quiénes deberían intervenir en estos casos? ¿Qué medidas se deberían
implementar para prevenir el acoso?
Busquen información sobre el tema elegido.
Dividan la clase en dos grupos, cada uno tendrá sus expositores y el profesor o profesora oficiará
de moderador.
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La crónica de viaje
Es una narración en la que se cuentan los hechos de un viaje, generalmente expuestos
en orden cronológico. El cronista es quien registra por escrito las impresiones que le producen
el lugar y el modo de vida de los habitantes.
Los cronistas, en principio, intentan dar testimonio de lo que observan y les sucede;
recolectan información, datos, intentan que el lector “viva” y “vea” lo que le sucedió a él.
Asimismo, la crónica es un género que permite incluir recursos propios de la escritura literaria, por
lo cual, no es raro que en una crónica se mezclen información y ficción.
3
http://www.rinconcastellano.com/biblio/documentos/colon_12o.html#
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BREVÍSIMA RELACIÓN DE LA DESTRUICIÓN DE LAS INDIAS
Fray Bartolomé de las Casas
"Todas estas universas e infinitas gentes a todo género crió Dios los más
simples, sin maldades ni dobleces, obedientísimas y fidelísimas a sus señores
naturales e a los cristianos a quien sirven; más humildes, más pacientes, más
pacíficas e quietas, sin rencillas ni bullicios, no rijosos, no querulosos, sin
rencores, sin odios, sin desear venganzas, que hay en el mundo. Son
asimismo las gentes más delicadas, flacas y tiernas en complisión e que
menos pueden sufrir trabajos y que más fácilmente mueren de cualquiera
enfermedad, que ni hijos de príncipes e señores entre nosotros, criados en
regalos e delicada vida, no son más delicados que ellos, aunque sean de los
que entre ellos son de linaje de labradores.
Son también gentes paupérrimas y que menos poseen ni quieren poseer de bienes temporales; e por esto
no soberbias, no ambiciosas, no codiciosas. Su comida es tal, que la de los sanctos padres en el desierto
no parece haber sido más estrecha ni menos deleitosa ni pobre. Sus vestidos, comúnmente, son en
cueros, cubiertas sus vergüenzas, e cuando mucho cúbrense con una manta de algodón, que será como
vara y media o dos varas de lienzo en cuadra. Sus camas son encima de una estera, e cuando mucho,
duermen en unas como redes colgadas, que en lengua de la isla Española llamaban hamacas". 4
4
http://www.eumed.net/textos/07/fbc/1c.htm
5
http://www.bibliotecasvirtuales.com/biblioteca/literaturaespanola/hernancortes/PrimeraRelacion.asp
37
Actividades
1. Después de leer los textos, analizá el punto de vista de cada escritor sobre los "indios".
¿Qué diferencias y similitudes encontrás entre ellos? ¿Cuál es la apreciación de cada autor
sobre los "indios"?
2. Elegí un texto y reescribilo, evitando adjetivos y juicios de valor (las opiniones personales)
Trabajo práctico evaluativo para los que realicen el viaje a Uritorco- Salsipuedes
El verbo
El verbo, por su significado, es una clase de palabra que expresa eventos o situaciones,
esto es, acciones, sentimientos, estados o procesos. Por ejemplo:
38
La flexión verbal
Cuando conjugamos o flexionamos un verbo, este puede tomar diferentes formas, debido
a las variaciones que sufre para expresar sus accidentes de número, persona, tiempo y
modo.
Estos accidentes, que se añaden a la raíz, forman la desinencia del verbo, es decir, “su
final”. Por ejemplo:
Limpi-ar Limpi-ábamos
RAÍZ DESINENCIA
Limpi- -ábamos
NÚMERO
PERSONA SINGULAR PLURAL
1ª YO bailo NOSOTROS bailamos
2ª VOS bailás/USTED baila/ TÚ bailas USTEDES bailan
3ª ÉL-ELLA baila ELLOS- ELLAS bailan
Tiempo verbal: permite situar las acciones, procesos o estados en un momento específico.
No sólo se puede expresar si un hecho sucede en el pasado, en el presente o en el futuro;
además, se pueden indicar matices dentro de esos tiempos. Por ejemplo: el pretérito
pluscuamperfecto (había leído) se refiere a una acción en un pasado anterior al momento
que expresa el pretérito perfecto (escribió): George Martin ya había leído Los reyes malditos
cuando escribió Juego de tronos.
Existen tiempos simples formados por una sola palabra: escribo, leería, prometió, y tiempos
compuestos formados por el verbo “HABER” más un participio: he escrito, habría leído, hubo
prometido.
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Modo verbal: indica una relación específica entre el hablante y el contenido de su mensaje
o su interlocutor, es decir que es un recurso de la lengua para expresar la actitud o
intencionalidad sobre lo que decimos. Así, podemos presentar una situación como real
o posible, como un deseo, un mandato o un ruego, etcétera.
En nuestra lengua existen tres modos:
Juan firmó y se vio con un Si Juan firmara ese -Firmame este papel y tenés
montón de dinero. documento, tendría mucho 10 años de riqueza.
dinero.
Actividades
1. Identifiquen el número, la persona y el tiempo en los verbos subrayados en las oraciones
que siguen:
2. Lean el siguiente texto y subrayen todos los verbos conjugados. Identifiquen luego, los
accidentes gramaticales de cada uno.
Dejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de llorar, entendiendo por esto un llanto que
no ingrese en el escándalo, ni que insulte a la sonrisa con su paralela y torpe semejanza. El llanto medio u
ordinario consiste en una contracción general del rostro y un sonido espasmódico acompañado de lágrimas y
mocos, estos últimos al final, pues el llanto se acaba en el momento en que uno se suena enérgicamente. Para
llorar, dirija la imaginación hacia usted mismo, y si esto le resulta imposible por haber contraído el hábito de
creer en el mundo exterior, piense en un pato cubierto de hormigas o en esos golfos del estrecho de
Magallanes en los que no entra nadie, nunca. Llegado el llanto, se tapará con decoro el rostro usando ambas
manos con la palma hacia adentro. Los niños llorarán con la manga del saco contra la cara, y de preferencia en
un rincón del cuarto. Duración media del llanto, tres minutos.
Julio Cortázar. “Instrucciones para llorar”.
4. Subrayen los verbos de esta canción de Silvio Rodriguez e indiquen qué modo verbal
predomina. Fundamenten el porqué de este uso.
Son aquellos cuya RAÍZ no se modifica a lo Son aquellos que sí varían a lo largo de su
largo de su conjugación y cuyas conjugación:
DESINENCIAS coinciden con las del verbo
modelo. a. La raíz cambia con respecto a la raíz
del verbo modelo. Ejemplo:
Por ejemplo: VOL-AR VUEL-O
b. Las desinencias cambian en relación
CAMIN-AR es un verbo regular. Si lo con las del verbo. Ejemplo:
conjugamos en el Pretérito Perfecto simple, EST-AR \ AM-AR
en el condicional o en cualquier otro EST-OY \ AM-O
tiempo, su RAÍZ sigue siendo CAMIN-.
c. Ambas partes cambian a la vez.
Veamos: CAMIN-É, CAMIN-ARÍA. Ejemplo:
CAB-ER / TEM-ER
Además, sus desinencias no cambian CUP-E / TEM-Í
respecto de AM-AR, que es el verbo modelo:
CAMIN-É, AM-É
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Actividades
1. En tu carpeta, conjugá los siguientes verbos en los tiempos y modos que se piden, y
determiná cuál es la irregularidad que presentan. Podés consultar el paradigma verbal que
se encuentra al final del cuadernillo.
2. En la siguiente lista, rodeá con un color los verbos regulares y con otro, los irregulares.
Ciertos verbos comparten las mismas irregularidades, por eso pueden agruparse dentro de
tipos o clases de irregularidades en común. Algunas de estas son:
Cambia la vocal e por la i en verbos como medir mido, pedir pido, teñir tiño, etc.
Cambia la vocal o por la u en verbos como dormir durmió.
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Actividades
Apretar- mentir- jugar- negar- recordar- entender- tener- traducir- complacer- salir- devolver
2. En tu carpeta escribí un texto en que incluyas los siguientes verbos de modo tal que
presenten irregularidades.
Temblar- encontrar- valer- agradecer-reducir.
3. Descubrí cuáles son los verbos irregulares en el siguiente fragmento y en tu carpeta indicá
en qué grupos presentan irregularidades. Luego, explicá qué tipo de irregularidades
presentan.
Una vez que se viste, en la cocina encuentra un papel con unas manchas negras encima. Lo mira y
lo arroja siempre al cesto. Abre un armario blanco y saca de él una botella con un líquido también muy
blanco. Lo vuelca en un vaso, como los niños que he visto jugar en la arena de Banús. Pero lo que vuelca
termina por tomarlo a medias, y a medias arrojarlo en otra fuente que hay allí.
Busca una bolsa en otro armario, marrón, y saca unas rosquillas, me da tres, separa una para sí y
luego no la come. Yo espero un poco y sé que esa rosquilla también acaba siendo mía. Se sienta por un
momento. Por un momento, piensa, con los ojos tan lejos…De pronto, mira algo en la pared y en un
impulso, toma su abrigo, una cartera, me acaricia el lomo, silenciosa, abre la puerta y se va.
Pisos Cecilia, “Como si no hubiera que cruzar el mar”. Buenos Aires, Alfaguara, 2005 [fragmento]
La novela
Es un texto literario extenso, escrito en prosa, en el que prevalece la trama narrativa que se
combina con la descripción y el diálogo.
En la novela, al igual que en otros textos narrativos, el autor crea un narrador que relata los
hechos ficcionales en los que intervienen personajes. Los acontecimientos que se relatan tienen una
temporalidad –se suceden en un tiempo que avanza- y una causalidad –la intriga se crea a través de las
relaciones causales entre ellos-. La relación entre estos hechos crea la historia que se cuenta.
Cada novela crea su propio mundo narrativo, que presenta una realidad ficcional, pero verosímil.
Esto quiere decir que los hechos del relato resultan creíbles dentro de ese mundo ficcional. Por ejemplo, la
existencia de escobas voladoras en la saga de Harry Potter de J.K. Rowling es creíble y verosímil dentro
de ese mundo narrativo, pero no lo sería, en cambio, en una novela de detectives.
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Los diferentes tipos de novelas
De acuerdo con las características de su historia y de sus personajes, las novelas pueden
clasificarse, entre otras, en:
Ciencia ficción: especula en torno a las consecuencias futuras de hechos tecnológicos, políticos,
sociales o ecológicos actualmente verificables.
Histórica: su argumento gira en torno a un hecho histórico real combinado con elementos ficticios.
Si bien contiene datos históricos, el texto es ficcional, ya que supone una recreación del autor de los
hechos narrados.
De aventura: enfatiza los viajes, el misterio y el riesgo dado que, para lograr su objetivo, el
protagonista, caracterizado por su valentía, debe afrontar una serie de situaciones peligrosas y de
obstáculos que ponen en riesgo su vida.
Policial: narra un delito, cuyo autor se desconoce, y el procedimiento racional llevado a cabo por un
detective para descubrir al culpable.
Fantástica: narra sucesos sobrenaturales acaecidos en un mundo cotidiano.
De terror o gótica: Su principal característica y rasgo distintivo es el cultivo del miedo y sus
emociones asociadas como principal objetivo literario. La novela de terror es uno de los formatos
habituales en los que se presenta actualmente la nueva literatura de terror gótico.
De aprendizaje: también llamada “de iniciación”. Trata sobre la transición del mundo infantil al
adulto y narra el desarrollo psíquico y físico de su protagonista, un niño o un adolescente, a partir
de sus experiencias, y el contacto y la confrontación con los adultos.
Romántica: también llamada “novela rosa”. El tema principal es el amor. Suele tener un final feliz.
Realista: procura crear un universo que se parezca en todo al real. En ellas, suelen describirse
con detalle los personajes y los espacios.
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