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Importancia de la Ley 26892

EL ACOSO ESCOLAR DAÑA LA SALUD FÍSICA Y MENTAL A LARGO


PLAZO: IMPORTANCIA DE LA LEY 26.892

A fines del año anterior, se sancionó y promulgó la Ley 26.892, denominada “Ley para
la promoción de la convivencia y el abordaje de la conflictividad social en las
instituciones educativas”, pero es más conocida como “Ley Anti Bullying”.

En esta ocasión analizaremos la importancia de su aplicación institucional en base a


estudios realizados por diversas universidades respecto a los daños que causa en los
pequeños el acoso escolar.

El objetivo de la norma es establecer las bases para la promoción, intervención


institucional y la investigación y  recopilación de experiencias sobre la convivencia así
como  sobre  el  abordaje  de  la  conflictividad  social  en  las  instituciones  educativas  
de todos los niveles y modalidades del sistema educativo nacional.

Prohibiciones. Debe tenerse en especial consideración que la Ley establece


imperativamente que queda  expresamente  prohibida cualquier  norma  o  medida  que
atente contra el derecho a la participación de los docentes, estudiantes o sus familias en
la vida educativa institucional.

Pero además y también imperativamente se establece que quedan expresamente


prohibidas las sanciones que atenten contra el derecho a  la  educación
o  que  impidan  la  continuidad  de  los  educandos en  el  sistema educativo.

Al respecto se podrán dar diversas interpretaciones a esta prohibición, pero claramente


indica la necesidad de tener actitudes inclusivas en las organizaciones educativas, no
pudiéndose adoptar disposiciones que tengan como consecuencia que el estudiante
quede excluido del sistema educativo.

Objetivos. Es importante recordar que los objetivos de la ley son: a)  Garantizar el


derecho a una convivencia pacífica, integrada y libre de violencia física y psicológica.
b) Orientar la educación hacia criterios que eviten la discriminación, fomenten la cultura
de la paz y la ausencia de maltrato físico o psicológico.
c)  Promover  la  elaboración  o  revisión  de  las  normas  de  las  jurisdicciones  sobre
convivencia en las instituciones educativas, estableciendo así las bases para que estas
últimas elaboren sus propios acuerdos de convivencia y conformen órganos e instancias
de participación de los diferentes actores de la comunidad educativa. d) Establecer los
lineamientos sobre las sanciones a aplicar en casos de transgresión de las normas. e)
Impulsar estrategias y acciones que fortalezcan a las instituciones educativas y sus
equipos  docentes,  para  la  prevención  y  abordaje  de  situaciones  de  violencia  en  la
s mismas.
f) Promover  la  creación  de  equipos  especializados  y  fortalecer  los  existentes  en  la
s jurisdicciones, para la prevención e intervención ante situaciones de violencia. g)
Desarrollar  investigaciones  cualitativas  y  cuantitativas  sobre  la  convivencia  en  las
instituciones educativas y el relevamiento de prácticas significativas en relación con la
problemática.
Proyección del bullying. Remarcando la importancia de la Ley, investigaciones previas
ya habían demostrado que quienes sufrenbullying en su infancia son propensos a
sufrirlo de nuevo en el ámbito laboral y, además, que está estrechamente relacionado
con la apariencia física.

Pero fundamentalmente nuevo estudio ha confirmado que el acoso escolar tiene


secuelas de por vida, al demostrar que el grave impacto sobre la salud del niño no cesa
cuando se interrumpe el maltrato, sino que se acrecienta con el paso del tiempo.

La investigación, llevada a cabo por el Hospital de Niños de Boston (EE.UU.), supone


un precedente en el análisis de los efectos de la intimidación a largo plazo, al abarcar la
experiencia del escolar desde la escuela primaria hasta la escuela secundaria. Según la
misma, la ansiedad, fobia, depresión y pérdida de autoestima que experimentan las
víctimas de acoso escolar marcan su salud durante los años siguientes.

Para el análisis, los científicos realizaron un seguimiento de 4.297 niños y adolescentes


de edades comprendidas entre 10 y 16 años. Les entrevistaron periódicamente y les
preguntaron sobre su salud mental y física, y su experiencia respecto a las
provocaciones, tanto inocentes como perniciosas, por parte de sus compañeros de
clase. Los resultados revelaron que ser objeto de burlas continuas repercute de forma
directa en la salud del menor, al incrementar los síntomas de depresión y baja
autoestima. Los alumnos sometidos a un acoso crónico durante dichos años mostraban
una considerable merma en su salud, con importantes dificultades en la ejecución de
actividades físicas como caminar, correr o practicar deporte.

Según los autores, esta evidencia refuerza la importancia de una intervención


temprana y continuada contra la violencia física y psicológica a la que muchos niños
se enfrentan en sus primeros años académicos, ya que los efectos de la vejación
emocional persisten más tiempo del esperado.

Disminuye el volumen del cerebro. Pero la trascendencia de la norma se ve


consolidada con una nueva investigación. La misma ha revelado que ser víctima de
maltrato físico y psicológico en la infancia merma el volumen de sustancia gris del
cerebro, comprometiendo el desarrollo cognitivo posterior. Expertos del King’s
College de Londres y de la FIDMAG son los artífices del hallazgo, que no hace más que
constatar que las adversidades ambientales a las que se enfrenta un niño durante sus
cinco primeros años de vida marcan su salud cerebral de por vida.

Atendiendo a la definición de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el maltrato


infantil es el abuso ejercido contra un menor de 18 años y que daña su dignidad y salud
en cualquiera de sus formas (agresión sexual, desatención, negligencia, explotación
comercial…). Según la presente investigación, las personas damnificadas por este
tipo de violencia tienen menor volumen de sustancia gris en ciertas regiones
cerebrales que se desarrollan durante la adolescencia, y que podrían explicar los
déficits cognitivos y emocionales que manifiestan en su madurez. Esta alteración de la
anatomía cerebral vendría provocada por la cascada de cambios fisiológicos y
neurobiológicos que desencadena el maltrato al actuar como estresor.

Para obtener esta conclusión, el equipo comparó las resonancias magnéticas cerebrales
de un total de 600 individuos de diferentes edades, la mitad de ellos supervivientes de
maltrato infantil. Los resultados mostraron que quienes poseían un historial de abusos
en su niñez tenían un volumen significativamente menor de sustancia gris en varias
zonas del cerebro: el giro orbitofrontal y temporal superior derecho que se extendía a la
amígdala, la ínsula y los giros parahipocampal y temporal medio, así como en los giros
frontal inferior y poscentral izquierdos.Estas zonas del cerebro tienen un desarrollo
relativamente tardío, es decir, años después de la situación de maltrato, lo que
reafirma la necesidad de un seguimiento continuado, como ya demostraban los estudios
sobre bullying.

La conclusión del estudio consolida la idea que los niños con carencias, ya sean


materiales o afectivas, en especial durante los cinco primeros años de vida, tienen
más riesgo de sufrir enfermedades crónicas a lo largo de su vida e imposibilidades
de obtener una adecuada educación.

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