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Universidad Autónoma de Yucatán

Facultad de Arquitectura

Planeamiento urbano regional

Ensayo. La mujer en la ciudad.

Br. Russell Adrián Andrade López

Fecha: 30/03/2020
El paro nacional del 9 de marzo fue un evento que invito a pensar y reflexionar acerca
de la sociedad en la que vivimos y es importante que nosotros como estudiantes de
arquitectura aterricemos estas ideas y reflexiones a nuestro campo de estudio: la
ciudad.
La ciudad es el lugar en el que vivimos, desarrollamos nuestras actividades y nos
transportamos, es el lugar en el que diariamente convergen miles de personas, pero
es bien sabido que la ciudad esta muy lejos de funcionar como debería, viviendo en
una ciudad con muchos problemas urbanos. Para cualquier persona es muy difícil
moverse dentro de la ciudad y más siendo un peatón, con banquetas descuidadas
(algunas veces inexistentes), sin pasos peatonales, obstáculos que entorpecen la
circulación e incluso inseguridad.
A pesar de estar rodeados de personas, el ritmo en el que vivimos nos aísla en nosotros
mismos, ignorando completamente a las personas de nuestro alrededor. Esto creo es
principalmente lo que con el paso del tiempo ha ido quebrando la empatía que debe
existir en una comunidad para funcionar de la mejor manera.
Si para cualquier persona es difícil habitar la ciudad, para una mujer que,
históricamente ha sido oprimida por las sociedades, debe ser incluso peor, Me resulta
increíble pensar en lo que deben sufrir día con día, y que en muchas ocasiones se deja
pasar por estar acostumbrado a estas situaciones. Es importante analizar cómo ha ido
cambiando la percepción del rol de la mujer y su papel, así como los retos que sigue
enfrentando hoy en día en su vida cotidiana para trabajar, desplazarse, recrearse o
habitar.
Las mujeres han vivido en una sociedad con marcada desigualdad de género. Las
condiciones culturales, económicas y sociopolíticas han dejado a la mujer en una
posición de desventaja.
La frase “La ciudad es para todos” es sólo una idea vacía si la construcción de las
ciudades y el desarrollo de los espacios públicos desde su diseño hasta su ejecución
sigue siendo propuesto sólo por los hombres, por lo que tenemos como resultado
ciudades resueltas a medias y no completamente funcionales.
Las mujeres tienen una visión más completa que el hombre, por sus actividades de
género es quien se mueve más por la ciudad, quien habita más los espacios, resuelve
las necesidades domésticas, del cuidado de niños, adultos mayores, discapacitados
y enfermos, al interior de sus casas y al exterior en los espacios públicos por lo tanto le
da una visión más amplia e incluyente de resolver los espacios que le faciliten la labor.
El 9 de marzo las calles estaban vacías, los camiones igual, y gran parte del
movimiento económico del país se vio sesgado.
El transporte público representa las mujeres un alto riesgo de acoso sexual, conductas
y hábitos facilitados por la normalización de la objetivación de las mujeres, aunado a
las condiciones de saturación y congestión de gente que existe en un transporte
público ineficaz.
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El primer paso para mejorar la ciudad es incluir a la mujer en los procesos de desarrollo,
diseño y planificación de estas, es necesario reconocer las necesidades reales de las
mujeres, un ejemplo: generalmente en las sociedades la mujer es la que cuida a sus
hijos la mayor parte del tiempo, en banquetas estrechas, descuidadas y con
obstáculos es imposible para estas mujeres circular de manera adecuada, cuidando
a los niños, e incluso con carriolas. También hay que concientizar a la población y
educarles para respetar y fomentar la equidad de género.
Creo que esto esta en manos de todos, no solo de las mujeres, es necesario que los
hombres nos concienticemos y nos demos cuenta de cómo habitan la ciudad las
mujeres, las personas discapacitadas, adultos mayores, etc.
Resolviendo los problemas de inseguridad y acoso lograríamos crear una mejor
comunidad, en la cual el salir a la calle sea una experiencia amena, y no una
experiencia estresante como lo es ahora, de igual forma con un eficiente
funcionamiento del transporte público , aunado a la educación de la sociedad, haría
que las mujeres se sientan más seguras y tranquilas al transportarse, evitando así crear
vagones especiales para mujeres como las hay en México, y logrando una
convivencia real entre todas las personas.
Es momento ya no tener que “cuidar” a nuestras amigas, madres y familiares al estar
en la calle, en el transporte o espacios públicos, la ciudad es para todos y se necesita
transformarla para que sea así en verdad.

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