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TAREA DE EVALUACIÓN
Tener una relación personal con Dios: Cuando una persona está cerca de Dios
se nota, cuando no lo está también.
Pedir a Dios que nos llene de su Espíritu Santo: Un simple ser humano no
puede agradar a Dios, mucho menos dirigir a otros a los pies del Salvador “un
ciego no puede guiar a otro ciego”.
Ser Coherente: Por años hemos repetido la frase “tener una mirada franca”,
no podemos tener doble ánimo, sino “seremos inconstantes en todo” y la obra
de Dios por medio de los clubes se verá “estancada” o “infértil”.
Ser paciente, amoroso y comprensivo: muchas veces queremos ser “líderes” a
punta de trole, de regaños, malas miradas e incluso de gritos… El Señor no es
así, 1 Juan 4:8 lo expresa de manera clara “Quien no ama, no conoce a Dios;
pues Dios es amor”.
Ser un ejemplo digno de seguir: Nadie sigue palabras, el ser humano imita
acciones.
Tener buen testimonio: “Buscad… Hombres de buen testimonio… A quienes
encarguemos de este trabajo” (Hechos 6:3) de esta manera lograremos
cumplir con la característica anterior.
Ser autodisciplinado: Se necesita disciplina y carácter para dirigir el pueblo de
Dios.
Humildad: Sin importar los botones, especialidades, medallas, clases, años de
servicio, etc. Siempre, siempre, siempre debemos dar la honra y gloria a Dios,
nosotros somos instrumentos en sus manos de amor.
Aceptar sus errores: Como todo ser humano, el director también se equivoca.
Pero tristemente, muy pocos son humildes para aceptarlo.
Tener su mirada fija en Dios: De esa manera siempre mantendrá sus pies
sobre la tierra y verá a cada ser humano como “un candidato al reino de los
cielos”.
Tener una relación personal con Dios: No conformarme con lo que el pastor o
el líder dice. Exploremos las Sagradas Escrituras.
Pedir a Dios que nos llene de su Espíritu Santo: Sin Él, nuestros “logros” serán
“vanidad de vanidades”. Con su ayuda, podremos distinguir entre lo bueno y lo
malo, y así poder proclamar “todo me es lícito, mas no todo me conviene”.
Bryan David Medina Ordoñez - GADITAS CLUB
Ser sumiso: Una cualidad clave para todo buen discípulo dispuesto a aprender.
Ser disciplinado: Recordar que somos “cartas leídas”.
Ser sociable: ¡Somos Conquistadores! Alejandro Magno nunca habría
conquistado el mundo encerrado en su cuarto.
Ser Discípulo: “Escudriñadlo todo, retened lo bueno”
Ser íntegro: Aunque mi padre y mi madre no me vean, Dios todo lo ve… “Él no
puede ser burlado”.
Tener su mirada fija en Dios: De esa manera siempre mantendrá sus pies
sobre la tierra y verá a cada ser humano como “un candidato al reino de los
cielos”.
Creo que sería muy bueno, que cada cierto tiempo (trimestral o bimestralmente) se hiciera
Santa Cena para los miembros del club.
¡CONQUISTADORES, AL CIELO!