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indiferenciado
Introducción
E
l choque es la manifestación clínica de
una falla circulatoria que lleva a un es-
tado de hipoperfusión e hipoxia tisular
(1). Está comúnmente asociado con una morta-
lidad y morbilidad alta, que pueden ser redu-
cidas con un diagnóstico y tratamiento rápido
y adecuado (2). Se habla de “choque indiferen-
ciado” cuando se desconoce el tipo del choque.
Tradicionalmente se divide el choque se-
gún el mecanismo fisiopatológico en cardio-
génico (v. g. infarto miocárdico, arritmias, dis-
función valvular), distributivo (v. g. choque
séptico, síndrome de respuesta inflamatoria
sistémica, choque neurogénico, anafilaxia, cho-
que tóxico, falla hepática, choque endocrino),
obstructivo (v. g. tromboembolia pulmonar, hipertensión pulmo-
nar, neumotórax a tensión, taponamiento cardiaco) e hipovolé-
mico (v. g. hemorragia, pérdidas no hemorrágicas de fluidos).
Aunque esta clasificación es útil para enfocar las medidas tera-
péuticas iniciales, hay que tener en cuenta que, en muchos casos,
no hay un solo tipo de shock, sino que, éstos se sobreponen.
Epidemiología
La epidemiología del choque varía ampliamente; los estu-
dios existentes suelen tener poblaciones altamente seleccionadas
(pacientes en unidad de cuidados intensivos), los criterios para
diagnóstico suelen incluir la hipotensión y adicionalmente existe
variabilidad con respecto al centro de referencia; por ejemplo, en
un estudio realizado en un hospital de referencia en Kelantan,
Malasia, donde se incluyeron 103 pacientes con choque diagnos-
ticado por hipotensión, 36% de los pacientes tuvieron choque hi-
povolémico, 33% choque séptico, 29% choque cardiogénico y 2%
otras formas de choque (3). Por otra parte, en un estudio mul-
ticéntrico realizado en ocho hospitales entre Bélgica, España y
Austria, que incluyó 1679 pacientes que se encontraban en unidad
de cuidados intensivos, se evidenció que el 62% correspondía a
choque séptico (4). Finalmente en un estudio realizado en un hos-
pital universitario de Dinamarca, en el que se incluyeron 1553 pa-
cientes con choque en la sala de emergencias, 30% tenían choque
hipovolémico, 27% choque séptico, 23% choque distributivo no
séptico, 14% choque cardiogénico y 0.9% choque obstructivo (5).
Fisiopatología
La viabilidad tisular depende de la perfusión y a su vez esta
depende de la utilización del oxígeno en los tejidos, lo que depen-
de de múltiples factores como el gasto cardiaco, el transporte y el
consumo de oxígeno y la producción de energía por medio de las
vías aerobias. Si cualquiera de estos mecanismos se ve afectado,
Presión arterial
Depende de
Depende de
Depende de Diámetro del vaso
de la sangre
Tono Longitud del vaso
Depende de Depende de
simpático
Presión ve-
nosa central p n n p
(precarga)
Tiempo
de llenado n n n p
capilar
Temperatura
p p p n
de la piel
Tomado de: Teirney P, Ahmed B, Nichol A. Shock: causes, initial assessment and investigations.
Anaesth Intensive Care Med. 2017 Mar 1;18(3):118–21.
Diagnóstico
Es necesario tener un umbral bajo para realizar el diagnóstico
de forma rápida; el diagnóstico de choque está basado en el ha-
llazgo de signos como hipotensión, taquicardia, alteración del es-
tado mental, taquipnea, extremidades frías o cianóticas, oliguria,
acidosis metabólica e hiperlactatemia. Estos signos no son sensi-
bles ni específicos por sí solos debido en parte a la variabilidad de
la compensación de cada individuo ante una noxa; por ejemplo,
pacientes con estadios iniciales de choque pueden presentarse
con una presión arterial normal o incluso elevada (especialmente
pacientes hipertensos) y por otro lado, no todos los pacientes con
hipotensión tienen choque.
Para lograr el diagnóstico se debe realizar una historia clínica
y examen físicos enfocados en determinar signos y síntomas de
hipoperfusión tisular. Una vez hecho el diagnóstico de choque,
con el fin de determinar la causa principal lo más pronto posi-
ble, se deben tomar un electrocardiograma, una radiografía de
tórax y exámenes de laboratorio que pueden incluir hemograma
y leucograma, pruebas de coagulación, troponinas, lactato y, en
caso de mujeres en edad reproductiva, gonadotropina coriónica
humana fracción beta. Adicionalmente, el uso de ultrasonido en
el servicio de urgencias se ha posicionado como una herramienta
de gran valor para el enfoque del paciente con choque indiferen-
ciado (10).
Vena cava inferior Vena cava distendida Vena cava distendida Yugular interna
aplanada Vena yugular interna Vena yugular interna colapsada o normal
Vena yugular interna distendida distendida (sepsis temprana)
aplanada Ausencia de Colas de cometa (edema Líquido peritoneal
Líquido peritoneal libre deslizamiento pulmonar pulmonar) (peritonitis)
Tanque
(trauma) (neumotórax) líquido pleural Líquido pleural
Líquido pleural libre (derrames) (empiema)
(trauma) Líquido peritoneal
(ascitis)
Tomado de: Perera, P., Mailhot, T., Riley, D., & Mandavia, D. (2010). The RUSH Exam: Rapid Ultrasound in SHock in the Evaluation of the Critically lll.
Emergency Medicine Clinics of North America, 28(1), 29–56.
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Manejo inicial
La reanimación debe iniciarse incluso antes de determinar
la causa del choque para así evitar el deterioro de la función de
los órganos vitales y una vez determinada la causa, ésta debe
corregirse.
Se puede realizar una aproximación siguiendo el ABCDE de
reanimación. Independiente del tipo de choque existen unos pa-
sos comunes; inicialmente valorar la vía aérea e iniciar la admi-
nistración de oxígeno para aumentar el suministro del mismo a
los tejidos y además ayudar a prevenir hipertensión pulmonar.
Es importante tener en cuenta que los pacientes que no mues-
tren mejoría de la hipoxia tisular con el manejo inicial, requieren
ventilación mecánica incluso en ausencia de una falla respiratoria
aguda, esto con el fin de disminuir el esfuerzo respiratorio y el
consumo de oxígeno por los músculos de la respiración.
Inmediatamente después se debe evaluar la presencia de
sangrado debe hacerse el inmediato control del mismo. Se reco-
mienda además lograr idealmente dos accesos venosos de buen
calibre e iniciar líquidos endovenosos con cristaloides, como lac-
tato de Ringer, monitorizando de cerca los signos vitales y signos
de sobrecarga debido al riesgo de edema. Se puede realizar una
prueba para determinar la respuesta a los líquidos con bolos de
300 a 500 ml, vigilando cuidadosamente signos de sobrecarga y
esperando entre 10 y 20 minutos por la respuesta fisiológica; te-
niendo en cuenta que la respuesta clínica no es inmediata. Si la
hipotensión persiste a pesar de la administración de líquidos, está
indicado el uso de vasopresores. Las metas de esta reanimación
inicial son mantener una saturación de oxígeno mayor o igual del
93%, una presión arterial media entre 65 y 90 mmHg y un gasto
urinario mayor o igual a 0.5 ml/kg/hora (2).
Durante la reanimación se debe tener especial consideración
en identificar y tratar condiciones potencialmente mortales; por
ejemplo, pacientes con alta sospecha de choque anafiláctico (hi-
Conclusiones
La altísima mortalidad que representa la presencia de choque
en un paciente obliga a reconocer de forma rápida la causa y co-
rregirla de ser esto posible; en la mayoría de los casos es posible
establecer la causa desde la anamnesis y la evaluación clínica,
pero en ocasiones constituye un reto diagnóstico, principalmente
cuando no tenemos información disponible por el estado clínico
del paciente o la ausencia de familiares. Es en estos casos, cuando
el uso de otras herramientas clínicas como la distribución epide-
Referencias