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HISTORIA DEL

CUIDADO CRITICO

MEDICO UDEA
MEDICINA CRITICA Y CUIDADOS INTENSIVOS USB
DOCENTE GESCONS / AMIR / FEDERACION MEDICA COLOMBIANA
INTRODUCCION

• MANEJO DE PACIENTES EN ESTADO CRÍTICO O EN RIESGO DE


DESARROLLARLO
• NACE EN LA DÉCADA DE 1850 (ATENCIÓN MÉDICA EN SITUACIONES
DE GUERRA)
• EN 1920 RESURGE ANTE LA URGENCIA DE CONTAR CON SALAS
EXCLUSIVAS PARA EL CUIDADO POS-TOPERATORIO.
• LA TERAPIA INTENSIVA, 1940, CUANDO SE APLICAN DISPOSITIVOS Y
PROCEDIMIENTOS ESPECÍFICOS EN PACIENTES CON DISFUNCIÓN
ÚNICA, COMO VENTILACIÓN MECÁNICA, HEMODIÁLISIS Y
DESFIBRILADORES ELÉCTRICOS.
INTRODUCCION

• MONITOREO MULTIPARÁMETRO AUTOMATIZADO PARA EL


MANEJO DE PACIENTES CON DETERIORO MULTIORGÁNICO,
EXÁMENES COMPLEMENTARIOS, DISPOSITIVOS PARA EL
SOSTÉN BÁSICO Y AVANZADO A LA CABECERA DEL ENFERMO
Y UN EQUIPO CLÍNICO MULTIDISCIPLINARIO.

• LA MEDICINA CRÍTICA COMO DISCIPLINA SE REFIERE A LA


CIENCIA DEL MONITOREO Y MANEJO DEL PACIENTE CRÍTICO.
HISTORIA Y EVOLUCIÓN

• NECESIDAD DE SEPARAR A LOS


ENFERMOS GRAVES YA SE
EVIDENCIABA EN LA GUERRA DE
NAPOLEÓN BONAPARTE EN EGIPTO
(1799).
• FLORENCE NIGHTINGALE, PRIMERA
UCI, DURANTE LA GUERRA DE CRIMEA
(1854-1856)
• ÁREA SEPARADA Y PRÓXIMA A LA
ESTACIÓN DE ENFERMERÍA QUE
ATENDIESE A LOS SOLDADOS MÁS
LESIONADOS O CON INTERVENCIONES
QUIRÚRGICAS
HISTORIA Y EVOLUCIÓN

• EN 1922 WALTER DANDY EN


EL AÑO 1923 ABRIÓ UNA UCI
CON TRES CAMAS PARA EL
CUIDADO POSTOPERATORIO
DE SUS PACIENTES
NEUROQUIRÚRGICOS.
«DANDY’S BRAIN TEAM».
• EN 1930, MARTIN KIRSCHNER (1879-1942), CIRUJANO POLACO-
GERMANO, DEPARTAMENTO INDEPENDIENTE PARA EL MANEJO
EXCLUSIVO DE ENFERMOS EN ESTADO CRÍTICO Y EL PERIODO
POSTOPERATORIO

• PRIMERA GUERRA MUNDIAL (1914-1918), SE ESTABLECIERON LAS


BONDADES DE LA REANIMACIÓN CON CRISTALOIDES Y COLOIDES;
LUEGO, DURANTE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL (1939-1945),
AVANCES EN TÉCNICAS DE TRANSFUSIÓN SANGUÍNEA Y
REANIMACIÓN.

• GUERRAS DE COREA Y VIETNAM, LA GUERRA FRÍA, LAS GUERRAS DEL


GOLFO, DE LAS ISLAS MALVINAS Y DE LOS BALCANES, IMPULSARON
LA MEJORÍA EN LOS TIEMPOS DE EVACUACIÓN, EN LA CADENA DE
SOBREVIDA, DESDE EL CAMPO DE BATALLA HASTA LOS HOSPITALES
BASE.
EPIDEMIA MUNDIAL DE POLIOMIELITIS
(1948-1952), USO DE VENTILACIÓN
MECÁNICA MEDIANTE EL «PULMÓN
DE ACERO».

PRIMERA UCI EN EL MUNDO, 1953


POR BJÖRN IBSEN UN ANESTESIÓLOGO
DANÉS, CONSIDERADO «EL PADRE DE
LA TERAPIA INTENSIVA

EL PRIMER ARTÍCULO CIENTÍFICO


SOBRE TERAPIA INTENSIVA APARECIÓ
EN LA REVISTA MÉDICA NORDISK
MEDICIN [MEDICINA NORUEGA]EL 18
DE SEPTIEMBRE DE 1958 CON EL
TÍTULO DE THE WORK INAN
ANAESTHESIOLOGIC OBSERVATION
UNIT
• EN 1958 SE ABRIÓ UNA UNIDAD
RESPIRATORIA EN EL HOSPITAL
CHURCHILL DE LA UNIVERSIDAD
DE OXFORD, REINO UNIDO

• 1960 Y 1970, LA MAYORÍA DE


HOSPITALES GRANDES DISPONÍAN
DE UCI POLIVALENTES; CONFORME
LA MEDICINA INTENSIVA SE
DESARROLLABA, LA SEPARACIÓN Y
LA ESPECIALIZACIÓN SE
VOLVIERON FRECUENTES,
DESTACANDO PRINCIPALMENTE
LAS UCI MÉDICAS, LAS UCI
QUIRÚRGICAS Y LAS UCI
CORONARIAS
MAX HARRY WEIL PADRE DE LA
MEDICINA INTENSIVA
MODERNA; ESTABLECIÓ UNA
«SALA DE CHOQUE; FUE QUIEN
PROPUSO, ADEMÁS, EL
TÉRMINO «CUIDADO CRÍTICO»
Y «CRÍTICAMENTE ENFERMO.

LAS UCI QUIRÚRGICAS TIENEN


UN ORIGEN COMÚN CON LAS
UCI GENERALES GRACIAS AL
ESFUERZO DE CIRUJANOS
RECONOCIDOS COMO WALTER
DANDYY VIKING BJÖRK Y DE
ANESTESIÓLOGOS COMO
BJÖRN IBSEN Y PETER SAFAR.
• Las unidades de cuidados
coronarios (UCC) se iniciaron
en 1962, luego de la
implementación exitosa de la
desfibrilación eléctrica y
monitoreo
electrocardiográfico continuo
• El surgimiento de las
unidades de cuidados
neurológicos históricamente
se atribuyea Walter Dandy la
apertura, en 1932, la primera
UCI neurológica corresponde
a la Batten Respiratory Unit
en el Institute of Neurology
and National Hospitalfor
Nervous Diseases, abierta en
1954 en Londres
COLOMBIA
LA PRIMERA UCI EL 8 DE ABRIL DE 1969 EN EL HOSPITAL SAN JUAN DE
DIOS, EN BOGOTÁ.
PARA LOS AÑOS SETENTA YA SE CONTABA CON OTRAS UCI EN BOGOTÁ,
BARRANQUILLA Y MEDELLÍN.
EN EL AÑO 1997 87 UCI, 2004 ERAN 109 Y EN EL 2009 ERAN 210
EN EL AÑO 1982 SE CREÓ LA SOCIEDAD COLOMBIANA DE CUIDADO
INTENSIVO
CRITERIOS DE INGRESO Y
EGRESO DE UCI

JUAN PABLO ZULUAGA GALEANO


MEDICO UDEA
MEDICINA CRITICA Y CUIDADOS INTENSIVOS USB
DOCENTE GESCONS / AMIR / FEDERACION MEDICA COLOMBIANA
“SIEMPRE HAY QUE TRATAR
DE SER EL MEJOR, PERO
NUNCA CREERSE EL MEJOR”
- JUAN MANUEL FANGIO
GENERALIDADES EN CUIDADO CRÍTICO

• CUALQUIER INDIVIDUO PUEDE EVOLUCIONAR A


CONDICIONES QUE REQUIEREN DE ASISTENCIA MÉDICA
ESPECIALIZADA Y TENER MEJORES EXPECTATIVAS.

• POCAS ESPECIALIDADES ESTÁN INFLUENCIADAS POR LA


TECNOLOGÍA COMO LA MEDICINA CRÍTICA, Y DEPENDIENDO
DE LOS BENEFICIOS O NECESIDADES DE TRATAMIENTO EN
ÁREAS CRÍTICAS.
GENERALIDADES EN CUIDADO CRÍTICO

• SERVICIOS MEDICOS COMO LA MEDICINA CRÍTICA EXCEDEN


LA DISPONIBILIDAD DE RECURSOS.

• LAS INSTITUCIONES Y PROVEEDORES SE VEN OBLIGADOS A


DEFINIR ÉTICAMENTE LA DISTRIBUCIÓN EQUITATIVA Y
EFICIENTE DE LOS RECURSOS DISPONIBLES.
OBJETIVOS

EL OBJETIVO DE LA UCI ES OTORGAR EN FORMA


METODOLÓGICA Y SISTEMÁTICA, ATENCIÓN
ESPECIALIZADA DE LA MÁS ALTA CALIDAD A
PACIENTES CRÍTICAMENTE ENFERMOS
PACIENTE CRÍTICO

ES AQUEL ENFERMO CUYA CONDICICÓN PATOLÓGICA


AFECTA A UNO O MÁS SISTEMAS FISIOLÓGICOS QUE
PONE EN SERIO RIESGO SU VIDA

• CONDICIÓN DE REVERSIBILIDAD

• HACE NECESARIA APLICACIÓN DE RECURSOS


EPIDEMIOLOGÍA

• NORTEAMERICA GASTA MÁS DEL 30% DEL PRESUPUESTO


HOSPITALARIO (MAS DE 47 BILLONES DE DÓLARES ANUALES)

• EL COSTO DIA/CAMA EN UCI NORTEAMERICANA ES


ALREDEDOR DE 2700 USD (2014). COSTO EN COLOMBIA ES
CERCANO A 1.5 MILLONES DIA/CAMA

• PARA 2015 EL PROMEDIO DIAS ESTANCIA UCI 10.5 DIAS.


ALTAS 81.9% POR MEJORIA Y 18.05% POR DEFUNCIÓN
¡ ES NECESARIO ESTABLECER CRITERIOS
PARA ADMITIR PACIENTES A UCI !
CONSIDERACIONES GENERALES

EXISTEN 2 CONDICIONES EN QUE EL MANEJO DE UCI NO


OFRECE BENEFICIOS SOBRE EL CUIDADO CONVENCIONAL

“DEMASIADO BIEN PARA “DEMASIADO ENFERMO PARA


BENEFICIARSE” BENEFICIARSE”
FACTORES A CONSIDERAR CUANDO SE EVALUA LA
POSIBILIDAD DE INGRESO A LA UNIDAD DE CUIDADOS
INTENSIVOS

• DIAGNÓSTICOS
• SEVERIDAD DE LA ENFERMEDAD
• EDAD
• COMORBILIDADES
• RESERVA FISIOLÓGICA
• PRONÓSTICO
• DISPONIBILIDAD DEL TRATAMIENTO RESPECTIVO
• RESPUESTA AL TRATAMIENTO HASTA LA FECHA
• PARO CARDIOPULMONAR RECIENTE
• CALIDAD DE VIDA ESPERADA
• DESEO DEL PACIENTE Y/O FAMILIARES
CONSIDERACIONES GENERALES

• POR NORMA GENERAL LOS PACIENTES ADMITIDOS A UCI


DEBEN SER AGUDOS GRAVES O CRÍTICOS CON POSIBILIDADES
DE RECUPERACIÓN.

• NO DEBEMOS BASAR EL CRITERIO DE ADMISIÓN EN UN


DIAGNÓSTICO ESPECÍFICO SINO EN LA NECESIDAD DE LOS
RECURSOS DE UCI.

• EN LO POSIBLE EVITAR EL INGRESO DE CASOS TERMINALES


CON PRONÓSTICO FATAL A CORTO PLAZO
MODELOS DE CRITERIOS DE ADMISIÓN

• MODELO DE PRIORIZACIÓN

• MODELO POR DIAGNÓSTICOS

• MODELO POR PARÁMETROS OBJETIVOS

GUIDELINES FOR INTENSIVE CARE UNIT ADMISISION,DISCHARGE,AND TRIAGE. TASK FORCE OF THE
ACCCM-SCCM.CRIT CARE MED 2015
MODELO DE PRIORIZACION

• ESTABLECE 4 NIVELES DE PRIORIDAD : I, II, III Y IV

• LOS MAS BENEFICIADOS :


PRIORIDAD I

• LOS QUE NO LO HARÁN AL INGRESAR A UCI :


PRIORIDAD IV
PRIORIDADES DE ADMISIÓN A UCI
PRIORIDAD I

PACIENTES INESTABLES
REQUIEREN MONITOREO
PACIENTES QUE REQUIEREN
Y/O TTO QUE NO PUEDE PACIENTES CON SHOCK,
VENTILACIÓN MECÁNICA Y
SER PROVISTO FUERA POST-OPERATORIO E IRA
DROGAS VASOACTIVAS
DE UCI

EJEMPLO

-PACIENTE CON INSUFICIENCIA RESPIRATORIA CON SOPORTE VENTILATORIO


- SHOCK SÉPTICO CON MONITOREO HEMODINÁMICO Y VASOACTIVOS
PRIORIDADES DE ADMISIÓN A UCI
PRIORIDAD II

PACIENTES QUE REQUIEREN


MONITOREO INTENSO Y PUEDEN
LLEGAR A REQUERIR INTERVENCIÓN EJ. : PACIENTES CON ENFERMEDADES
INMEDIATA. CRÓNICAS QUE PRESENTAN ESTADOS
COMORBIDOS QUE DESARROLLAN UN
SITUACIÓN AGUDA MÉDICA O
QUIRÚRGICA.

PACIENTES CONDICIONES
ANCIANO CON SECUELA DE ACV QUE
COMÓRBIDAS PREVIAS QUE REQUIERE UNA CIRUGÍA
DESARROLLAN EVENTOS AGUDOS.
PRIORIDADES DE ADMISIÓN A UCI
PRIORIDAD III

• PACIENTE INESTABLE CRÍTICAMENTE ENFERMOS POR UNA


ENFERMEDAD AGUDA PERO QUE ASOCIADA A ENFERMEDAD
DE FONDO TIENEN MÍNIMA POSIBILIDAD DE RECUPERACIÓN
Y BENEFICIO CON EL TRATAMIENTO EN UCI.

• ESTOS PACIENTES PUEDEN RECIBIR TRATAMIENTO INTENSIVO


PARA ALIVIAR LA COMPLICACIÓN AGUDA, SIN EMBARGO NO
SE DARA MEDIDAS EXTRAORDINARIAS DE SOPORTE COMO:
RCP, INTUBACIÓN ENDOTRAQUEAL, VENTILOTERAPIA,
HEMODIÁLISIS, MEDICACIÓN DE ALTO COSTO.
PRIORIDADES DE ADMISIÓN A UCI
PRIORIDAD IV

• PACIENTES QUE GENERALMENTE NO SON APROPIADOS


PARA ADMITIR A UCI

• LA ADMISIÓN DEBE SER INDIVIDUALIZADA BAJO


CIRCUNSTANCIAS INUSUALES E INDIVIDUALIZADAS
BAJO LA SUPERVISIÓN DEL MÉDICO TRATANTE,
INTENSIVISTA O JEFE DE LA UCI
MODELO DIAGNOSTICO
SISTEMA CARDIOVASCULAR

◼ INFARTO AGUDO DE MIOCARDIO, PARO CARDÍACO REANIMADO

◼ SHOCK CARDIOGÉNICO, ANEURISMA DISECANTE DE LA AORTA

◼ ARRITMIAS COMPLEJAS (MONITOREO CONTINUO E INTERVENCIÓN)

◼ INSUFICIENCIA CARDÍACA CON FALLA RESPIRATORIA Y/O QUE REQUIERAN SOPORTE


HEMODINÁMICO

◼ EMERGENCIAS HIPERTENSIVAS

◼ ANGINA INESTABLE, DISRRITMIAS O DOLOR TORÁCICO PERSISTENTE

◼ TAPONAMIENTO CARDÍACO + INESTABILIDAD HEMODINÁMICA

◼ BLOQUEO AV COMPLETO U OTRO QUE REQUIERA MARCAPASO.


MODELO DIAGNOSTICO
SISTEMA RESPIRATORIO
• INSUFICIENCIA RESPIRATORIA AGUDA QUE REQUIERA SOPORTE VENTILATORIO

• EMBOLÍA PULMONAR CON INESTABILIDAD HEMODINÁMICA

• PACIENTES EN UNIDADES DE INTERMEDIO QUE INICIEN DETERIORO


RESPIRATORIO

• CUIDADOS RESPIRATORIOS DE ENFERMERÍA QUE NO PUEDA BRINDARSE EN


UNIDADES DE MENOR COMPLEJIDAD

• HEMOPTISIS MASIVA

• FALLA RESPIRATORIA CON INTUBACIÓN INMINENTE

• OBSTRUCCIÓN DE LA VÍA AÉREA POSTOPERATORIA


MODELO DIAGNOSTICO
DESORDENES NEUROLÓGICO

• ACV CON DETERIORO DEL ESTADO DE CONCIENCIA

• COMA: METABÓLICO, TÓXICO O ANÓXICO

• HIC CON RIESGO POTENCIAL DE HERNIACIÓN, HEMORRAGIA SUBARACNOÍDEA


AGUDA

• MENINGITIS CON ALTERACIÓN DE CONCIENCIA O RESPIRATORIO, AFECCIONES


DEL SNC O NEUROMUSCULARES CON DETERIORO DEL ESTADO NEUROLÓGICO
O DE LA FUNCIÓN PULMONAR

• MUERTE CEREBRAL O MUERTE CEREBRAL POTENCIAL QUIENES ESTÉN SIENDO


AGRESIVAMENTE MANEJADOS MIENTRAS SE DETERMINA SU CONDICIÓN DE
DONANTE

• INJURIA CEREBRAL AGUDA SEVERA (TEC), ESTATUS EPILEPTICUS, VASOESPASMO


MODELO DIAGNOSTICO

SOBREDOSIS DE DROGAS

• INGESTIÓN DE DROGAS CON INESTABILIDAD HEMODINÁMICA

• INGESTIÓN DE DROGAS CON ALTERACIÓN SIGNIFICATIVA DEL ESTADO DE


CONCIENCIA

• INGESTIÓN DE DROGAS CON RIESGO DE ASPIRACIÓN PULMONAR

• CONVULSIONES POST-INGESTA DE DROGAS.


MODELO DIAGNOSTICO
DESÓRDENES GASTROINTESTINALES

• HEMORRAGIA DIGESTIVA ASOCIADA A HIPOTENSIÓN, ANGINA,


SANGRADO INCOERCIBLE O LA PRESENCIA DE CONDICIONES CO-
MÓRBIDAS

• FALLA HEPÁTICA FULMINANTE

• PANCREATITIS AGUDA SEVERA

• PERFORACIÓN ESOFÁGICA CON O SIN MEDIASTINITIS.


MODELO DIAGNOSTICO
SISTEMA ENDOCRINO

• CETOACIDOSIDOSIS, ACIDOSIS SEVERA, ESTADO HIPEROSMOLAR Y ALTERACIONES


HIDROELECTROLÍTICAS GRAVES
• TORMENTA TIROÍDEA O COMA MIXIDEMATOSO
• CRISIS ADRENALES CON INESTABILIDAD CIRCULATORIA
• HIPERCALCEMIA SEVERA CON ALTERACIÓN DE CONCIENCIA Y NECESIDAD DE
MONITOREO HEMODINÁMICO
• HIPO- O HIPERNA CON CONVULSIONES Y ALTERACIÓN DE LA CONCIENCIA
• HIPO- O HIPERMG CON COMPROMISO HEMODINÁMICO, DE CONCIENCIA,
CONVULSIONES Y/O ARRITMIAS
• HIPO- O HIPERK CON ARRITMIAS O DEBILIDAD MUSCULAR SEVERA
• HIPOFOSFATEMIA CON DEBILIDAD MUSCULAR
MODELO DIAGNÓSTICO.
MISCELÁNEAS
• SHOCK SÉPTICO

• MONITOREO HEMODINÁMICO

• ALTOS REQUERIMIENTOS DE CUIDADOS DE ENFERMERÍA (POR EJ: VMNI)

• INJURIAS AMBIENTALES (RADIACIÓN, AHOGAMIENTO, HIPO- O HIPERTERMIA)

• TERAPIAS CON POTENCIALES COMPLICACIONES (TROMBOLISIS DE INFARTOS


CEREBRALES, TEP, ETC)

• POP DE TRANSPLANTES (RENAL, HEPÁTICO Y PULMONAR)

• CIRUGÍA EN ENFERMEDAD PULMONAR OBSTRUCTIVA CRÓNICA


MODELO POR PARÁMETROS OBJETIVOS
SIGNOS VITALES

• PULSO <40 O > 150 LPM


• PAS< 80 MMHG O DESCENSO 20 MMHG
• PAM < 60 MMHG
• PAD > 120 MMHG
• FR >35 RPM

IMAGENOLOGÍA

• HEMORRAGIA CEREBROVASCULAR, CONTUSIÓN, HEMORRAGIA SUBARACNOÍDEA CON


ALTERACIÓN DE LA CONCIENCIA O FOCALIDAD NEUROLÓGICA
• RUPTURA DE VÍSCERA, VEJIGA, HÍGADO, VÁRICES ESOFÁGICOS, ÚTERO, CON
INESTABILIDAD CIRCULATORIA, ANEURISMA DISECANTE DE LA AORTA
MODELO POR PARÁMETROS OBJETIVOS
VALORES DE LABORATORIO

• SODIO SÉRICO <110 MEQ/L Ó > 170 MEQ/L


• POTASIO SÉRICO <2 MEQ/L Ó > 7 MEQ/L
• PAO2 < 50 MMHG PH <7.1 Ó >7.7
• GLICEMIA > 800 MG/DL CALCEMIA > 15 MG/DL
• NIVELES TÓXICOS DE DROGAS U OTRA SUSTANCIA QUÍMICA EN UN PACIENTE.

ELECTROCARDIOGRAFÍA

• IAM CON ARRITMIAS COMPLEJAS, INESTABILIDAD HEMODINÁMICA O FALLA


CARDIACA
• ARRITMIAS SUPRAVENTRICULARES CON INESTABILIDAD HEMODINÁMICA
• TV SOSTENIDA O FV
• BLOQUEO AV COMPLETO
MODELO POR PARÁMETROS OBJETIVOS

HALLAZGOS FISICOS

• PUPILAS ANISOCORICAS EN UN PACIENTE INCONCIENTE.


• TAPONAMIENTO CARDIACO
• ANURIA
• OVACE.
• COMA, CONVULSIONES
• CIANOSIS
• SCORE DE COMA DE GLASGOW < 12
• QUEMADURAS >20%
LOS CRITERIOS DE ALTA DE UCI

• LA CONDICIÓN DE LOS PACIENTES EN UCI DEBE SER


EVALUADA CONTINUAMENTE PARA IDENTIFICAR CUÁL DE
ELLOS YA NO SE ESTA BENEFICIANDO DE UCI Y SU ATENCIÓN
PUEDA SER BRINDADA EN OTRAS UNIDADES DE MENOR
COMPLEJIDAD, SIN PONER EN RIEGO AL PACIENTE
LOS CRITERIOS DE ALTA DE UCI

1. SISTEMAS FISIOLÓGICOS MAYORES ESTABLES Y/O


MONITOREO Y CUIDADOS EN UCI NO NECESARIOS
LOS CRITERIOS DE ALTA DE UCI

2. ESTADO FISIOLÓGICO DEL PACIENTE


DETERIORADO SIN RESPUESTA A LA TERAPIA, O
NO PLANTEAMIENTO DE NUEVAS TERAPIAS.
CONSIDERAR LA POSIBILIDAD DE TRANSFERIR A
UN ÁREA DE MENOR CUIDADO.
LOS CRITERIOS DE ALTA DE UCI
• ALTA PROGRAMADA
SE HAN SOLUCIONADO LOS PROBLEMAS DEL PACIENTE QUE MOTIVARON
SU INGRESO A UCI Y SE TRASLADA A OTRO SERVICIO EN DONDE SE LE
OTORGUE ATENCIÓN, DE ACUERDO CON EL CONCEPTO DE CUIDADO
PROGRESIVO DEL PACIENTE

• ALTA NO PROGRAMADA
ES DESTINADA A GENERAR POSIBILIDADES ASISTENCIALES A OTROS
PACIENTES CON MAYORES NECESIDADES DE CUIDADOS INTENSIVOS, ANTE
LA SITUACIÓN DE OCUPACIÓN TOTAL DE LOS CUBÍCULOS DE LAS UCI

• NO PREVISTO
SOLICITADO POR TRATANTE, PACIENTE O FAMILIA AÚN PERSISTIENDO LA
NECESIDAD DE VIGILANCIA, DX Y TTO

• POR DEFUNCIÓN
RECOMENDACIONES ÉTICAS EN LA
REANIMACIÓN CARDIO-PULMONAR

• LOS OBJETIVOS DE LA REANIMACIÓN SON: PRESERVAR LA VIDA,


RECUPERAR LA SALUD, ALIVIAR EL SUFRIMIENTO, LIMITAR LAS
SECUELAS, Y ADEMÁS RESPETAR LAS DECISIONES, LOS DERECHOS Y
LA PRIVACIDAD DE LOS INDIVIDUOS.
RECOMENDACIONES ÉTICAS EN LA
REANIMACIÓN CARDIO-PULMONAR

PRINCIPIO DE AUTONOMÍA: LA OBLIGACIÓN DE RESPETAR LAS


PREFERENCIAS DEL PACIENTE Y TOMAR DECISIONES DE ACUERDO CON
SUS VALORES Y CREENCIAS.
PRINCIPIO DE NO MALEFICENCIA: NO HACER MÁS DAÑO, NO INICIAR O
PROLONGAR LA RCP EN CASOS INÚTILES. LA RCP NO DEBERÍA SER
REALIZADA EN CASOS FÚTILES.
PRINCIPIO DE BENEFICENCIA: LAS INTERVENCIONES DEBEN BENEFICIAR
AL PACIENTE, TRAS LA EVALUACIÓN DEL RIESGO Y DEL BENEFICIO
CORRESPONDIENTE.
PRINCIPIO DE JUSTICIA Y EQUIDAD: LOS RECURSOS SANITARIOS SEAN
DISTRIBUIDOS EQUITATIVAMENTE, INDEPENDIENTEMENTE DEL ESTATUS
SOCIAL DEL PACIENTE, SIN DISCRIMINACIÓN, CON EL DERECHO DE TODO
INDIVIDUO A RECIBIR EL ESTÁNDAR DE CUIDADOS ACTUAL
HUMANIZACION EN LA UCI
• LAS UNIDADES DE CUIDADOS INTENSIVOS (UCI) HAN HECHO UN
TRABAJO EXCEPCIONAL DESDE QUE SE CREARON, PROPORCIONANDO
ESPERANZA Y OPORTUNIDAD DE VIDA.

• EL DESARROLLO DE LA ESPECIALIDAD Y DE LA TECNOLOGÍA HAN


PERMITIDO LA DISMINUCIÓN DE LA MORTALIDAD, Y HOY QUIENES
INGRESAN A ESTAS UNIDADES, TIENEN ALTAS PROBABILIDADES DE
SOBREVIVIR.

• SIN EMBARGO, EL AVANCE TECNOLÓGICO ALCANZADO EN EL


DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO DE LAS ENFERMEDADES NO HA IDO DE
LA MANO CON EL AVANCE EN EL DESARROLLO DE HABILIDADES NO
TÉCNICAS EN EL EQUIPO DE SALUD, ESTO ÚLTIMO EXIGIDO Y ADOLECIDO
POR LOS PACIENTES Y FAMILIARES, QUIENES ANHELAN UNA ATENCIÓN
INTEGRAL, MÁS AÚN EN EL CONTEXTO DE CRISIS QUE SIGNIFICA LA
HOSPITALIZACIÓN EN UNA UCI.
HUMANIZACION EN LA UCI
ESCALAS DE RIESGO EN
LA UCI

JUAN PABLO ZULUAGA GALEANO


MEDICO UDEA
MEDICINA CRITICA Y CUIDADOS INTENSIVOS USB
DOCENTE GESCONS / AMIR / FEDERACION MEDICA COLOMBIANA
ESCALAS EN UCI

• APACHE II Y SAPS REPRESENTAN LOS PLANTEAMIENTOS


CLÁSICOS, EN LOS QUE EL ESTABLECIMIENTO DEL PRONÓSTICO
SE REALIZA A PARTIR DE LOS DATOS RECOGIDOS EN LAS
PRIMERAS 24 HORAS DE INGRESO EN UNIDAD DE CUIDADOS
INTENSIVOS (UCI)

• HA SIDO PROPUESTO SU USO PARA MÁS ALLÁ DE LAS


PRIMERAS 24 HORAS, CON INTENCIÓN DE OPTIMIZAR SU
CAPACIDAD PREDICTIVA
UTILIDAD DEL SCORE APACHE II
EN TERAPIA INTENSIVA.
SCORE ACUTE PHYSIOLOGY AND CHRONIC HEALTH EVALUATION II (APACHE II)

• SISTEMA DE VALORACIÓN PRONÓSTICA DE MORTALIDAD

• CONSISTE EN DETECTAR LOS TRASTORNOS FISIOLÓGICOS AGUDOS QUE


ATENTAN CONTRA LA VIDA DEL PACIENTE

• SE FUNDAMENTA EN LA DETERMINACIÓN DE LAS ALTERACIONES DE VARIABLES


FISIOLÓGICAS Y DE PARÁMETROS DE LABORATORIO

• LA PUNTUACIÓN ES UN FACTOR PREDICTIVO DE MORTALIDAD, SIENDO ESTE


ÍNDICE VÁLIDO PARA UN AMPLIO RANGO DE DIAGNÓSTICOS, FÁCIL DE USAR Y
QUE PUEDE SUSTENTARSE EN DATOS DISPONIBLES EN LA MAYOR PARTE DE LAS
UCI.
UTILIDAD DEL SCORE APACHE II EN TERAPIA
INTENSIVA.
TAMIZAJE PARA SEPSIS
SCORE PARA EVALUACIÓN DE FALLO
ORGÁNICO SECUENCIAL (SOFA)
3 4
Score SOFA 0 1 2

Respiracióna
PaO2/FIO2 (mm
>400 odontológica.
<400 <300 <200 <100
Hg) 221–301 142–220 67–141 <67
SaO2/FIO2
Coagulación
>150 <150 <100 <50 <20
Plaquetas 103/mm3

Hígado
<1.2 1.2–1.9 2.0–5.9 6.0–11.9 >12.0
Bilirubina (mg/dL)
Dopamina </=5 o
Cardiovascularb No hipotensión Dopamina >5 o Dopamina >15 o
PAM <70 dobutamina
Hipotensión norepinefrina </=0.1 norepinefrina >0.1
(cualquiera)
SNC
Score Glasgow de 15 13–14 10–12 6–9 <6
Coma
Renal
Creatinina (mg/dL)
<1.2 1.2–1.9 2.0–3.4 3.5–4.9 or <500 >5.0 or <20
o flujo urinario
(mL/d)
CRITEROS DE SIRS
• FIEBRE: Tª > 38ºC O HIPOTERMIA < 36ºC

• TAQUICARDIA: FC > 90 LPM

• LEUCOCITOSIS > 12.000, O LEUCOPENIA < 4.000,


O Nº DE CAYADOS > 10%

• HIPERVENTILACIÓN: FR > 20 RPM, O

• HIPOCAPNIA: PACO2 < 32 TORR


SCORE PARA EVALUACIÓN DE FALLO
ORGÁNICO SECUENCIAL (SOFA)

• SISTEMA DE MEDICIÓN DIARIA DE FALLO ORGÁNICO MÚLTIPLE DE SEIS


DISFUNCIONES ORGÁNICAS.

• CADA ÓRGANO SE CLASIFICA DE 0 (NORMAL) A 4 (EL MÁS ANORMAL),


PROPORCIONANDO UNA PUNTUACIÓN DIARIA DE 0 A 24 PUNTOS.

• DURANTE LOS PRIMEROS DÍAS DE INGRESO EN LA UCI ES UN BUEN


INDICADOR DE PRONÓSTICO

• UN AUMENTO EN LA PUNTUACIÓN SOFA DURANTE LAS PRIMERAS 48


HORAS EN LA UCI PREDICE UNA TASA DE MORTALIDAD DE AL MENOS EL
50%.
SIMPLIFIED ACUTE PHISIOLOGY
SCORE 3 (SAPS 3)
SIMPLIFIED ACUTE PHISIOLOGY
SCORE 3 (SAPS 3)
HUNT AND HESS
HEMORRAGIA SUBARACNOIDEA
ESCALA DE FISHER
( BASADA EN TAC AL INICIO DE LA HSA)

I No HSA en la TAC
II Difusión amplia de sangre subaracnoidea,
sin coágulos y una capa de sangre no mayor
de 1 mm
III Coágulos de sangre localizados en el
espacio subaracnoideo, o capas de sangre
mayores de 1 mm
IV Hemorragia intraventricular e intracerebral,
sin sangrado subaracnoideo
REFLEXIÓN

• EL 8% DE LOS PACIENTESDE UN HOSPITAL CONSUMEN EL 92% DE LOS


RECURSOS. ESTOS PACIENTES TIENEN UNA MORTALIDAD HASTA DEL
70%

• LOS ÍNDICES PRONÓSTICOS Y SISTEMATIZACIÓN RESULTAN MUCHAS


VECES POCO ÚTILES PARA DEFINIR UN INGRESO A UCI

• EL MÉDICO SOLICITANTE DEBE CONOCER Y EVALUAR LAS RAZONES DE


SU SOLICITUD
Wilson et al. Critical Care (2019) 23:32
https://doi.org/10.1186/s13054-019-2327-7

EDITORIAL Open Access

Humanizing the intensive care unit


Michael E. Wilson1,2,3, Sarah Beesley4,5,6, Amanda Grow7, Eileen Rubin8, Ramona O. Hopkins4,5,9,
Negin Hajizadeh10 and Samuel M. Brown4,5,6,11,12*

Introduction Patients also lose their ability to control their environ-


In the midst of trying to correct organ failures, clinicians ment, govern their own actions, and advocate for them-
may neglect to carefully consider what the patient is selves—often made worse by loss of consciousness.
experiencing: to be on the brink of death, be unable to When faced with a patient who is unconscious or cannot
speak, be stripped naked, have strangers enter the room talk, physicians may enter the patient’s room without
and simultaneously do things to their bodies without ex- introduction, proceed to move parts of the patient’s
planation, have tubes inserted into multiple orifices, have gown and touch the patient without notice, speak to the
their arms restrained, hear a cacophony of disorienting nurse about what is going on with the patient, and leave
bedside alarms whose meaning lies beyond them, and to the patient’s room all without uttering a single word to
be poked, and prodded—all while family is torn away. the patient. Patients with altered consciousness often re-
Compounding these facts, patients often have no memory port traumatic memories of their ICU stays and feeling
or understanding of how they ended up in this horrifying like their bodies were not even their own anymore.
situation. Encephalopathy makes it difficult for patients to Furthermore, patients often lose their family as they
make sense of the myriad painful stimuli they encounter. are escorted to the “waiting” room. In essence, restrictive
Patients and families must surrender all control. visitation systematically removes from the bedside the
In all of this perceived chaos, some patients who experi- world experts on that particular patient, in addition to
ence critical illness may experience a loss of their human- pulling away the most central support system of most
ity in the process. This loss of humanity may come in patients—all at the most vulnerable point in their lives.
many forms, including the loss of personal identity, con-
trol, respect, privacy, and support systems, and is referred
to as dehumanization (Fig. 1). Dehumanization consists of Why does dehumanization of ICU patients occur?
treating someone as an “object” rather than a “person” High workload and burnout may lead healthcare team
and is often associated with failures to honor dignity [1]. members to become desensitized to the human aspects
of critical illness [2]. Policies and cultures of many ICUs
(such as restrictive visitation) promotes dehumanization
What does dehumanization of ICU patients look by further taking control from patients and families [3].
like? Fragmented care delivery models (shift work) may also
ICU patients experience a devastating loss of personal unintentionally prevent ICU physicians from getting to
identity. Instead of being identified by their names, per- know their patients as people. Clinicians may not re-
sonalities, interests, families, and cultures, patients are member that patients who seem unconscious may feel
reduced to their room numbers, their diseases, or the and remember what they are experiencing. While ICU
treatments they receive—e.g., “512, resolving sepsis.” clinicians may have expert knowledge of critical care,
Personal identities are also lost by uniform standardized few have experienced life as an ICU patient or thought
clothing (the hospital “gown”), inability to communicate, carefully about what that experience might feel like. For
delirium, impaired hygiene, and absence of eyeglasses those clinicians who have experienced being a patient,
and hearing aids. the insider experience has taught them the importance
of family bedside presence, physical touch such as hold-
ing a hand, and calm words of explanation, safety, and
* Correspondence: Samuel.brown@imail.org; samuel.brown@imail.org
4
Center for Humanizing Critical Care at Intermountain Healthcare, Murray, UT,
support [4].
USA
5
Pulmonary and Critical Care Medicine, Intermountain Medical Center,
Murray, UT, USA
Full list of author information is available at the end of the article

© The Author(s). 2019 Open Access This article is distributed under the terms of the Creative Commons Attribution 4.0
International License (http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/), which permits unrestricted use, distribution, and
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(http://creativecommons.org/publicdomain/zero/1.0/) applies to the data made available in this article, unless otherwise stated.
Wilson et al. Critical Care (2019) 23:32 Page 2 of 3

Humanizing
behaviors
• Unrestricted family visitation
Dehumanization • Knowing the patient as a person (non-
medical facts)
of ICU patients • Physical touch (e.g. holding a hand)
• Loss of identity (and appearance) • Communicate with the patient (not just
• Loss of ability to communicate about or above the patient)
• Loss of ability to advocate for one’s self • Common courtesy communication,
• Loss of family presence especially to delirious/comatose patients
• Loss of control (introduction, explanation of what is about to
• Loss of respect happen, permission to touch)
• Loss of modesty/privacy • Attending promptly to patient needs
• Purposeful shaming/mocking • Individualizing communication modalities
• Purposeful exploitation (e.g. for research) • Giving patients some locus of control of
their environment
• Use eyeglasses, hearing aids, dentures as
feasible
• Personal hygiene (hair care, oral care, etc.)

Fig. 1 Dehumanization and humanization of intensive care unit patients

How can we consider the humanity of the person Implications of dehumanization


in the bed? Key aspects of patients’ illnesses as well as the behav-
Several considerations may improve the humane and iors/attitudes of healthcare teams contribute to the
respectful treatment of ICU patients. First, we recom- dehumanization of ICU patients. Not treating patients as
mend patient-centered family visitation—the only rou- humans risks serious consequences for patients’ physical
tine restrictions should be driven by patient request. and mental wellbeing, both during critical illness as well
Open visitation has been associated with less anxiety, as their recovery long after surviving. When clinicians
less PTSD, less agitation, shorter length of ICU stay, fail to consider the personal identities of their patients,
higher patient/family satisfaction, and even improved pa- there risks potential biases in how clinicians prognosti-
tient safety [5–7]. Second, we recommend speaking to cate and ultimately engage in decision making about life
all ICU patients—even those who are delirious, coma- support withdrawal. Efforts to humanize the ICU may
tose, or unable to speak. When entering the patient’s have benefits in boosting patients’ attitudes and engage-
ICU room, healthcare team members should introduce ment in their own well-being. Understanding and ad-
themselves, their role, and what is happening. For ex- dressing patient-, clinician-, and system-level factors that
ample, a physician could shake the patient’s hand and contribute to dehumanization of ICU patients represent
say, “Hello Mr. Jones [ideally the patient’s preferred significant areas necessary for investigation and inter-
name], this is Doctor Stuart, the second in command vention in our efforts to advance the delivery of
[i.e., ICU fellow] on your ICU team. I am here to check high-quality critical care.
your heart and lungs this morning. I would like to re-
Acknowledgements
move the gown off of your chest and listen to your heart None.
with my stethoscope.” Strategies to reorient patients and
explain what is happening have been associated with less Funding
None.
delirium, shorter length of mechanical ventilation, and
less sedative use [8, 9]. Third, we recommend minimiz- Availability of data and materials
ing the effects of altered consciousness and impaired Not applicable.
mobility, including individualized efforts to minimize
Authors’ contributions
sedation, reduce delirium, and promote early physical All authors participated in drafting the manuscript. All authors read and
therapy/mobility [10]. Fourth, we recommend learning approved the final manuscript.
something about the patient as a person. Things such as
Ethics approval and consent to participate
a “get to know me board” or photographs of pre-ICU life Not applicable.
may help clinicians better understand the patient as a
person. Some of us begin family meetings with the Consent for publication
open-ended request, “Tell me about him as a person. Not applicable.

What do you think are some great stories about her that Competing interests
will help us understand her better as a person?” The authors declare that they have no competing interests.
Wilson et al. Critical Care (2019) 23:32 Page 3 of 3

Publisher’s Note
Springer Nature remains neutral with regard to jurisdictional claims in
published maps and institutional affiliations.

Author details
1
Division of Pulmonary and Critical Care Medicine, Mayo Clinic, Rochester,
MN, USA. 2Robert D. and Patricia E. Kern Center for the Science of Health
Care Delivery, Mayo Clinic, Rochester, MN, USA. 3Biomedical Ethics Program,
Mayo Clinic, Rochester, MN, USA. 4Center for Humanizing Critical Care at
Intermountain Healthcare, Murray, UT, USA. 5Pulmonary and Critical Care
Medicine, Intermountain Medical Center, Murray, UT, USA. 6Pulmonary and
Critical Care Medicine, University of Utah School of Medicine, Salt Lake City,
UT, USA. 7ICU Patient and Family Advisory Council, Intermountain Medical
Center, Salt Lake City, USA. 8ARDS Foundation, Northbrook, IL, USA.
9
Department of Psychology and Neuroscience, Brigham Young University,
Provo, UT, USA. 10Division of Pulmonary Critical Care Medicine, Zucker School
of Medicine at Hofstra/Northwell, Manhasset, NY, USA. 11Division of Medical
Ethics and Humanities, University of Utah School of Medicine, Salt Lake City,
UT, USA. 12Shock Trauma ICU, Intermountain Medical Center, Murray, UT,
USA.

Received: 8 January 2019 Accepted: 16 January 2019

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REVISTA MÉDICA CLÍNICA LAS CONDES


https://www.journals.elsevier.com/revista-medica-clinica-las-condes

Humanización de los cuidados intensivos


Humanization of intensive care

Verónica Rojas MScabc

a
Unidad de Pacientes Críticos, Departamento Medicina Norte, Facultad de Medicina Universidad de Chile. Santiago, Chile.
b
Centro de Investigación Clínica Avanzada (CICA), Hospital Clínico Universidad de Chile. Santiago, Chile.
c
Proyecto Internacional de Investigación para la Humanización de los Cuidados Intensivos, Proyecto HUCI, España.

INFORMACIÓN RESUMEN
DEL ARTÍCULO Las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) han hecho un trabajo excepcional desde que se crearon, proporcio-
nando esperanza y oportunidad a quienes morían principalmente a causa de la epidemia de poliomielitis en
Historia del Artículo:
Recibido: 23 01 2019. los años 50. Desde entonces, personas con diversas patologías de gravedad comenzaron a ser atendidas en
Aceptado: 11 03 2019. estas complejas unidades. El desarrollo de la especialidad y de la tecnología han permitido la disminución de
la mortalidad, y hoy quienes ingresan a estas unidades, tienen altas probabilidades de sobrevivir. Sin embargo,
Palabras clave:
Cuidados intensivos, el avance tecnológico alcanzado en el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades no ha ido de la mano con
humanización de la salud. el avance en el desarrollo de habilidades no técnicas en el equipo de salud, esto último exigido y adolecido por
los pacientes y familiares, quienes anhelan una atención integral, más aún en el contexto de crisis que significa
Key words:
Intensive care unit, la hospitalización en una UCI.
humanization of
healthcare.
ABSTRACT
The Intensive Care Units (ICU) have done an exceptional job since they were created, providing hope and
opportunity to those who died because of the polio epidemic in the 50s, since then critical illness began to
be treated in these complex units. The development of specialty and technology have allowed the reduction
of mortality, and today patients have a high probability of survival. However, the technological advance has
been a huge growth, which has not happened with the non-technical skills in the critical care team, this is
what patients and families today demand and suffer, because they want an holistic view in the crisis that
means being hospitalized in the ICU.

INTRODUCCIÓN la manera en como definió la UCI fue una “sucursal del


“El problema no es el dolor, el dolor y el miedo lo son. A infierno”.
veces el miedo es peor que el dolor, y la combinación del
miedo con dolor… Hubo un momento en el que pensé que Esto, inevitablemente nos lleva a reflexionar acerca de lo que
me iba a morir y sobre todo, hubo un momento en el que ocurre en la práctica clínica diaria. Algunos detractores dirán
quería morir ” 1. Esas fueron algunas de las impresiones de que es innecesario hablar de “humanizar” porque somos seres
Cristina Cifuentes, política española, al recordar su expe- humanos, otros asumirán que es un ataque frontal y un grupo
riencia como paciente en una Unidad de Cuidados Inten- se conformará con creer que se trata de “buenismo”, redu-
sivos (UCI). Si bien hubo múltiples expresiones de gratitud ciendo el término sólo a algunas acciones como: mirar a los
y reconocimiento al equipo de salud que la atendió, ojos, hablar con un dulce tono de voz y tomar la mano.

Autor para correspondencia


Correo electrónico: verorojas@uchile.cl

https://doi.org/ 10.1016/j.rmclc.2019.03.005
e-ISSN: 2531-0186/ ISSN: 0716-8640/© 2019 Revista Médica Clínica Las Condes. Este es un artículo Open Access bajo la
licencia CC BY-NC-ND
(http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/).

120
[Humanización de los Cuidados Intensivos - Verónica Rojas MSc]

Las UCI han hecho un trabajo excepcional desde que se crearon, señalar que “la salud es un estado de completo bienestar física,
trajeron esperanza y oportunidad a quienes morían principal- mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o
mente a causa de la epidemia de poliomielitis debido a la pará- enfermedades”5, es decir, es considerar todas las dimensiones
lisis respiratoria. Desde entonces personas graves comenzaron a del ser humano durante el proceso salud-enfermedad.
ser atendidas en unidades complejas, comenzando así a abarcar
otras patologías. El desarrollo de la especialidad y de tecnología El año 2001, en Estados Unidos, el Instituto de Medicina incor-
permitieron la disminución de la mortalidad, y hoy quienes poró el concepto de “atención centrada en el paciente y familia
ingresan a estas unidades, tienen altas probabilidades de sobre- (patient and family-center care, PFCC). Esto ha significado la tran-
vivir, probabilidades que terminan siendo una realidad. Entonces sición del modelo paternalista hacia la autonomía y respecto
¿cómo puede ser una UCI una sucursal del infierno? de los pacientes y familiares así como de sus voluntades6. El
PFCC está compuesto por los siguientes principios: información
Probablemente la explicación a esta pregunta es que en la compartida, respeto por las diferencias, colaboración, negocia-
UCI el dolor y el miedo conviven en los pacientes, familiares y ción y cuidado en el contexto familiar y de comunidad; lo que
equipo de salud. Si bien estos últimos han aprendido a evaluar este modelo ha propuesto es trabajar con los pacientes y fami-
técnicamente y tratar el dolor, hasta ahora no han podido liares por sobre el hecho de sólo hacer algo por ellos.
evaluar el miedo y es posible que esto sea producto del miedo Lo anterior descrito revela que la humanización involucra de
que ellos mismos experimentan. La formación académica de igual forma a pacientes, familiares y equipo de salud, requi-
los profesionales ha estado enfocada en el modelo biomédico, riendo además de un contexto en la organización y en nuestro
es decir, centralizada en aspectos de diagnóstico y tratamiento, caso en la UCI que facilite esta mirada.
con espacios restringidos a temáticas de bienestar, empatía, Humanizar los Cuidados Intensivos es centrarnos en la persona
compasión, fin de vida, comunicación, justicia, entre muchos a la que atendemos, entendiendo que es única, preservando
otros más. Pero hoy la sociedad exige competencias integrales, su dignidad y valores, cuidando en base a la mejor evidencia
forzando de esa forma, a la implementación de modelos de disponible, haciendo uso racional de recursos, incluyendo a
salud holísticos que sean enseñados en las universidades, pero los familiares y haciéndolos parte del proceso, recordando
con mayor urgencia introducidos en los centros de salud. que la salud es un derecho fundamental de todo ser humano7
y finalmente también es devolver al equipo de salud la voca-
ción y el sentido por lo que hacen.
¿QUÉ SIGNIFICA HUMANIZAR LA UNIDAD DE CUIDADOS
INTENSIVOS? Esta necesidad sentida y expresada que muchos manifes-
En términos generales Humanizar es definido por la Real taban de manera aislada originó, el año 2014, el nacimiento
Academia Española2 como hacer a alguien o algo humano, fami- del Proyecto de Investigación Internacional “Humanizando los
liar y afable. Al vincular el concepto de Humanización en la UCI Cuidados Intensivos” (HU-CI), cuyo objetivo además incluye
es importante entender inicialmente la definición de Huma- el servir de punto de encuentro entre pacientes, familiares
nización de la Salud, para luego ser trasladada y adaptada a la y profesionales; difundir y acercar a la población general los
Unidad de Cuidados Intensivos. Bermejo señala que “Humanizar cuidados intensivos y fomentar la formación en habilidades
es todo lo que se realiza para promover y proteger la salud, curar de humanización8,9.
las enfermedades, garantizar un ambiente que favorezca una
vida sana y armoniosa a nivel físico, emotivo, social y espiritual.
Esto reclama la dignidad intrínseca de todo ser humano y los ¿CÓMO HUMANIZAR LOS CUIDADOS INTENSIVOS Y
derechos que de ella derivan, convirtiéndose en una necesidad CUÁL ES EL IMPACTO?
de vital importancia y trascendencia, por lo cual no pueden ser Es la pregunta que surge luego de entender que nos encon-
sólo buenas iniciativas, sino un compromiso genuinamente ético tramos en un momento crucial de la atención en salud,
con la vulnerabilidad humana que genere salud y acompañe viviendo efectivamente el cambio de paradigma y el desafío
en el sufrimiento”3. Esto se asocia entonces al Modelo “Afec- de hacerlo real en las unidades de cuidados intensivos. Esta
tivo-Efectivo” propuesto por Albert Jovell4 definido como “la tarea que puede ser etérea, titánica e incluso utópica, ha sido
forma de cuidar y curar al paciente como persona, con base en la operacionalizada por el Proyecto HU-CI a través de la crea-
evidencia científica, incorporando la dimensión de la dignidad y ción de 8 líneas estratégicas (Figura 1), formulando para cada
la humanidad del paciente, estableciendo una atención basada una de ellas objetivos e indicadores9-11, actuando así como
en la confianza y empatía, y contribuyendo a su bienestar y a los una hoja de ruta, pero, al mismo tiempo dejando espacio a la
mejores resultados posibles en salud”. Hasta ahora, ambas defi- incorporación de variables propias de la cultura donde será
niciones lo que han hecho es poner en valor y recordar lo que implementada, para así establecer un modelo que perdure en
la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró en 1946, al el tiempo y no como respuesta a una tendencia.

121
[REV. MED. CLIN. CONDES - 2019; 30(2) 120-125]

Figura 1. Líneas de investigación Proyecto HU-CI

Cuidados al UCI de 1
final de la puertas
7 vida abiertas

Infraestructura Comunicación
humanizada
2

Prevención,
6 manejo y
Bienestar del
seguimiento
paciente
del síndrome
post-uci
Cuidados al Presencia y 3
personal participación
5 de familiares

Heras G. My Favorite Slide: The ICU and the Human Care Bundle. NEJM Catal (2018).
Facilitado y Traducido por Heras G.
HU-CI: Humanizando los Cuidados Intensivos.

UCI de Puertas Abiertas y Participación de Familiares: En cual comienza entre el equipo y debe incluir a familiares y
este ítem se asocian la línea estratégica 1 y 4. Tradicional- pacientes. Por esta razón se promueve: a) Establecer pautas
mente las UCI han sido lugares en cuyas puertas existe un de entregas de turnos ya que minimiza los errores y aumenta
letrero que señala “Prohibido el paso” o alguna frase que limita la seguridad en la atención16, b) Usar la tecnología como un
el ingreso a quienes no trabajan ahí; conjugado a las políticas facilitador de la comunicación en pacientes que no pueden
restrictivas de visitas que aún existen a nivel internacional12 y hablar o prácticas de bajo costo como la utilización de lápiz
que se mantienen principalmente debido a las creencias de y papel, disminuyen el stress y la ansiedad17, c) Entregar el
los profesionales, quienes refieren que la extensión horaria estado diario del paciente junto al equipo de enfermería,
afecta a los pacientes y familiares al impedir el descanso, preparar conferencias familiares con objetivos definidos
intervenir y retrasar cuidados de enfermería y aumentar el y considerar que la necesidad de información es la más
stress e infecciones entre otros13. No obstante, la evidencia demandada por los familiares. Todo ello fortalece el trabajo
ha demostrado mayores beneficios que riesgos vinculados en equipo, reduce la aparición de conflictos y aumenta la
a la flexibilización de los horarios y participación de fami- confianza18,19.
liares. Como por ejemplo, tener a un paciente más confor-
table, reducir complicaciones cardiovasculares, aumentar la Bienestar del paciente: El dolor y el miedo son algunas de las
satisfacción familiar, proveer información al equipo y mejorar emociones que con mayor frecuencia expresan los pacientes.
la comunicación14. Se trata de una invitación al equipo para Lo anterior manifiesta que la incomodidad experimentada
incluir a los familiares en la atención e incluso en los cuidados, durante la hospitalización incluye aspectos físicos (como
haciéndolos parte en rutinas de aseo e higiene, rondas inter- frío, calor, sed, dolor) y al mismo tiempo aspectos emocio-
profesionales, prevención no farmacológica del delirium15 y nales (miedo, angustia, incertidumbre)20. La recomendación
por sobre todo facilitando el acompañamiento. es entonces a incorporar un paquete de medidas (bundle) de
sedación21,22. Así como valorar de manera biopsicosocial al
Comunicación: En este punto es fundamental entender que paciente y resolver sus necesidades de acuerdo a las opciones
el nivel de información que existe en la UCI hace imperativo disponibles en la unidad de manera precoz1. Esto contribuye
el entrenamiento en aspectos de comunicación efectiva, la a mejores desenlaces clínicos en el corto, mediano y largo

122
[Humanización de los Cuidados Intensivos - Verónica Rojas MSc]

plazo23, así como la disminución del riesgo de desarrollar el al menor costo y con el mayor beneficio. Algunas sugeren-
Síndrome Post UCI, del cual se hablará más adelante. cias son invertir en muebles (para la estancia de familiares) y
decoración (que facilite la orientación en tiempo y espacio),
Cuidados al personal: El “síndrome de burnout” o “síndrome del mismo modo se sugiere que frente a la posibilidad remo-
del desgaste profesional” en español, es un trastorno que delar o diseñar una nueva UCI se considere la existencia de
incluye: agotamiento emocional, despersonalización y senti- ventanas con acceso a luz natural, box individual, medición
mientos de baja autoestima profesional. Estos problemas de ruidos, regulación de la temperatura y luz, espacios prote-
afectan la calidad de los cuidados, los desenlaces de los gidos para familiares, entre otras11.
pacientes y la satisfacción usuaria y familiar. Además, la insti-
tución sufre las consecuencias por el incremento de ausen- Cuidados al final de la vida: Si bien durante los últimos años
tismo laboral por enfermedades físicas y/o psiquiátricas y la mortalidad en las UCI ha disminuido, bordeando actual-
mayor rotación de profesionales24. Las estrategias propuestas, mente entre 18-25% 30,31; existen pacientes que aún fallecen
además de tener en consideración permanente que las tasas en UCI, esto significa entonces el velar por la incorporación de
de desgaste son altas en el equipo de salud y por lo mismo, cuidados paliativos en todos los pacientes que lo necesitan,
mayor el riesgo de desarrollarlo. Se proponen dos categorías por la creación de protocolos locales de cuidados de fin de
de prevención y manejo: Mejora en el entorno de la UCI e vida, para asegurar una muerte libre de dolor y sufrimiento,
intervenciones centradas en ayudar en el enfrentamiento respetando además las preferencias del paciente y familia32.
del entorno a las personas, por esta razón el abordaje debe Estudios internacionales demuestran que la integración de
ser multidimensional, promoviendo el desarrollo habilidades cuidados paliativos en las unidades intensivas además de ser
de comunicación, colaboración, participación en la toma de costo-efectiva, favorecer la comunicación, garantiza la cober-
decisiones, dotación adecuada de personal, reconocimiento tura de las necesidades físicas, psicosociales y espirituales33.
y liderazgo, así como estimular el autocuidado (descanso, Por esta razón es fundamental que el equipo de intensivo
alimentación y ejercicio) y la resiliencia25,26. adquiera competencias en esta temática.

Prevención, manejo y seguimiento del Síndrome Para que estas líneas pueda ser instauradas algunas consi-
Post-UCI: El año 2012 la Sociedad Americana en Cuidados deraciones generales que sirven como facilitadores serían
Críticos (SCCM) definió el Síndrome Post UCI (PICS) como las siguientes: generar líderes locales, desarrollar estrategias
“Nuevos o empeoramiento de los problemas de salud física, de sensibilización y educación, hacer una evaluación inicial
mental o cognitiva relacionados con la enfermedad crítica donde se puede utilizar el autodiagnóstico propuesto en el
que persisten al alta del hospital en el sobreviviente”. Además, Manual de Buenas Prácticas de Humanización de las UCI34,
vinculó PICS al familiar o cuidadores (PICS-F) pues producto para así elaborar un plan de implementación que considere
de la enfermedad crítica pueden desarrollar complica- a todos los estamentos que participan en atención directa y
ciones en su salud mental27. Hasta ahora las estrategias para que incluya la opinión de los pacientes y familiares con el fin
prevenir PICS a la luz de la evidencia involucran la evalua- de llegar a un equilibrio entre las necesidades de todos34,35.
ción de fragilidad pre admisión e individualización de plan
de cuidados y rehabilitación. Azoulay y cols28 establecieron
aspectos fundamentales para trabajar en la recuperación de DESAFÍOS Y CAMINO A RECORRER EN LA
los sobrevivientes estos son: estrategias de analgesia y seda- HUMANIZACIÓN DE LOS CUIDADOS INTENSIVOS
ción, prevención de delirium, movilización precoz, atención La incorporación del término “Humanización de los Cuidados”
centrada en la persona y familia y formación permanente del ha dado un marco de referencia a través de las ocho líneas
equipo interprofesional. Es importante señalar que la inicia- estratégicas sobre el camino a seguir por las Unidades de
tiva conocida como “Diarios de UCI” ha mostrado ser una Cuidados Intensivos36. Es cierto que no se puede obviar que
medida de bajo costo que puede impactar positivamente al desde hace años muchas unidades habían incorporado prác-
disminuir la aparición de PICS29. ticas que promovían la atención centrada en el paciente
y familia, hasta hace un tiempo estas sólo se consideraban
Infraestructura humanizada: La arquitectura y entorno como aspectos dependientes de la voluntad de quien estaba
físico de la UCI en algunos casos, principalmente en hospi- de turno y no como un estándar de cuidado en la atención
tales antiguos, están muy alejados de las recomendaciones y de calidad.
estándares internacionales, pues son unidades abiertas donde
conviven varios pacientes y familiares y carecen de salas de Hoy el concepto se convirtió en un elemento diferenciador
estar acondicionadas para recibir a los acompañantes. En esta y de excelencia: las sociedades científicas han dado señales
línea la propuesta es replantearse como mejorar los espacios concretas de que es un área de interés y prioritaria, incorpo-

123
[REV. MED. CLIN. CONDES - 2019; 30(2) 120-125]

rando a los programas científicos módulos destinados sólo a que proporcionen evidencia científica para demostrar que la
humanización con el objetivo de sensibilizar y educar a los humanización no sólo es posible, sino que además impacta
profesionales; del mismo modo el número de publicaciones favorablemente en los desenlaces clínicos, es costo-efectiva
científicas en torno a los aspectos de humanización han y sobre todo agrega valor al trabajo realizado dignificando al
aumentado en los últimos años. paciente, familia y equipo.

Para iniciar es fundamental hacer un diagnóstico de la situación Finalmente, todo esto debe salir de las Unidades de
en la UCI, no para juzgar, sino para inteligentemente definir las Cuidados Intensivos, extendiéndose al resto del hospital y
áreas en las cuales se iniciará el cambio. La idea es comenzar convirtiéndose en un planteamiento estratégico de la insti-
por aspectos de bajo (o nulo) costo y que tenga resultados en el tución. Además, debe ser trasladado a las aulas donde hoy
corto plazo, esto permitirá inyectar ánimo al equipo y certeza los equipos clínicos están siendo formados. Los currículos
que se pueden obtener resultados alentadores, además contri- académicos deben ser revisados a la luz de la necesidad país,
buirá en demostrar a los escépticos que no es una moda, sino encuestas de satisfacción usuaria de beneficiarios de salud
evidencia y el inicio de un viaje sin retorno que tiene como (pública y privada) para ser modificados e incluir de manera
destino final el bienestar de los pacientes, familia y equipo. transversal contenidos que hoy son deficientes, como por
ejemplo: comunicación, fin de vida, cuidados paliativos,
El siguiente paso es poder hacer confluir esfuerzos indivi- autocuidado, entre otros. Sólo de esta forma construiremos
duales y recoger las experiencias de centros hospitalarios un sistema de salud desde una perspectiva de derecho,
que hayan iniciado el proceso de hacer de la UCI una HUCI, justo y humano.
sólo compartiendo experiencias y aprendizajes, así como los
obstáculos y la manera en que fueron sobrepasados, se podrá “La humanidad es todavía algo que hay que humanizar”,
seguir progresando y creando de manera colaborativa. Gabriela Mistral.

Es indispensable que paralelamente se reporten las inicia-


tivas realizadas y sus resultados a través de publicaciones o Agradecimientos
difusión en congresos y/o actividades científicas y a la comu- A todos los miembros del Proyecto HU-CI y Sociedad Chilena de
nidad, así como realización de proyectos de investigación Medicina Intensiva (SOCHIMI).

Declaración Conflicto de Interés:


La autora declara no tener conflictos de interés.

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125
COMENTÁRIO

Gabriel Heras La Calle1,2, Mari Cruz Martin1,2,


Nicolas Nin2,3
Buscando humanizar los cuidados intensivos
Seeking to humanize intensive care

1. Hospital Universitario de Torrejón - Torrejón de Introducción


Ardoz, Madrid, Spain.
2. Proyecto HU-CI Humanizando los Cuidados La evolución científico y técnica de la atención al paciente crítico ha me-
Intensivos - Spain.
3. Hospital Español - Montevideo, Uruguay. jorado de forma espectacular la práctica clínica y la supervivencia, pero este
progreso no se ha visto acompañado de igual manera en sus aspectos más hu-
manos. En muchas ocasiones, las características organizativas y arquitectóni-
cas de las unidades de cuidados intensivos (UCI) hacen que se conviertan en
ambientes hostiles para los pacientes y sus familias e incluso para los propios
profesionales.(1)
En una organización humanizada existe un compromiso personal y colec-
tivo por humanizar la realidad, las relaciones, las conductas, el entorno y uno
mismo, especialmente cuando tomamos conciencia de la vulnerabilidad ajena y
de la necesidad de ayuda de los pacientes.
Son muchas las líneas estratégicas que pueden considerarse a la hora de hu-
manizar las UCI y todas ellas permiten un amplio margen de mejora. Buscar
la excelencia requiere un cambio de actitud y compromiso, posicionando a la
persona como eje central de la atención sanitaria.
Dentro del Proyecto HU-CI: Humanizando los Cuidados Intensivos, se ha
diseñado un marco conceptual con el objetivo de desarrollar acciones específicas
que contemplen la humanización como una dimensión trasversal de la calidad.
Estas áreas de trabajo abarcan aspectos relacionados con los horarios de visita,
la comunicación, el bienestar del paciente, la participación de las familias en los
cuidados, el síndrome de desgaste profesional, el síndrome post-UCI, la arqui-
tectura e infraestructura humanizada y los cuidados al final de la vida. (Figura 1)
Todo ello tiene como objetivo común ofrecer unos cuidados intensivos, ya no
solo excelentes desde el punto de vista técnico, sino más humanos, contemplan-
Conflictos de intereses: Ninguno. do al profesional como motor del cambio.

Presentado el 14 de agosto de 2016 Flexibilización de los horarios de visita


Aceptado el 18 de octubre de 2016
Históricamente, la política de visitas de familiares a los pacientes ingresa-
Autor correspondente: dos en la UCI ha seguido un modelo restrictivo al considerar que este enfoque
Nicolas Nin
Hospital Español favorece el cuidado y facilita el trabajo de los profesionales. Pero su funda-
Av. Gral. Garibaldi, 1.729, 11800 Montevideo, mento real, ha sido más la costumbre y la falta de reflexión crítica sobre sus
Uruguai inconvenientes.(2) Las familias reclaman más tiempo y la posibilidad de com-
E-mail: niconin@hotmail.com
paginar las visitas con sus obligaciones personales y laborales.(3) La experiencia
Editor responsable: Gilberto Friedman de algunas unidades, como por ejemplo las UCI pediátricas y neonatales,
DOI: 10.5935/0103-507X.20170003 donde la familia se considera fundamental en el cuidado integral del paciente,
ha llevado a la necesidad de considerar otros modelos.(4) En la actualidad la

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10 La Calle GH, Martin MC, Nin N

Figura 1 - Marco conceptual de la humanización de los cuidados intensivos. UCI - unidad de cuidado intensivo.

flexibilización de horarios o la instauración de “puertas Los conflictos entre los profesionales que integran los
abiertas” en la UCI es posible y beneficioso para pacien- equipos de UCI son frecuentes, causados en muchas oca-
tes, familiares y profesionales.(5) Conseguir extender el siones por fallos en la comunicación. Estos conflictos ame-
modelo, requiere aprender de las experiencias positivas nazan el concepto de equipo e influyen directamente en el
de algunas unidades, participación de los profesionales, bienestar del paciente y la familia, generan desgaste profe-
formación y cambios en las actitudes y hábitos que per- sional e impactan de forma negativa en los resultados.(8) El
mitan una modificación aperturista de la política de visi- entrenamiento en habilidades no técnicas y las estrategias
tas, adaptada a la idiosincrasia de cada Unidad. La figura de soporte pueden favorecer la cohesión de los equipos.
de “cuidador principal” puede favorecer la presencia de La información es una de las principales necesidades
los familiares adaptado a las necesidades individuales de expresadas por pacientes y familiares en las UCI.(9) En el
cada paciente y de su entorno. paciente crítico, muchas veces incompetente, el derecho a
la información se transfiere con frecuencia a sus familia-
Comunicación res. Informar de forma adecuada en situaciones de gran
El trabajo en equipo en la UCI, imprescindible en cual- carga emocional requiere habilidades comunicativas, para
quier ámbito sanitario, requiere, entre otros elementos, de las que muchos profesionales no han recibido formación
una comunicación efectiva.(6) El traspaso de información específica. Una correcta comunicación con pacientes y fa-
(cambios de turno, cambios de guardia, traslado de pa- miliares favorece un clima de confianza y respeto, y facili-
cientes a otras unidades o servicios, etc.), en los que no ta la toma conjunta de decisiones. En general, no existen
solo se intercambia información sino también responsabi- unas políticas específicas de cómo debe llevarse a cabo el
lidad, son frecuentes y exigen procedimientos estructura- proceso informativo en la UCI, siendo todavía frecuente
dos que los hagan más efectivos y seguros. Dar relevancia la información limitada a una vez al día, sin adaptarse a las
a este proceso, un liderazgo adecuado y el uso de herra- necesidades específicas de pacientes y familiares, y todavía
mientas que faciliten la participación multidisciplinar son en muy pocas ocasiones se contempla la información con-
elementos clave en la mejora de la comunicación.(7) junta médico-enfermera.

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Buscando humanizar los cuidados intensivos 11

La incapacidad de comunicarse o hablar de muchos efectos positivos sobre el paciente, ellos mismos y sobre
pacientes críticos genera sentimientos negativos, son una el profesional, al reducir el estrés emocional y facilitar la
fuente importante de estrés y frustración para paciente, cercanía y comunicación de las partes implicadas.
familiares y profesionales.(10) El uso de sistemas aumen- Aunque los estudios no son concluyentes la presen-
tativos y alternativos de comunicación debe incorporarse cia de los familiares durante determinados procedimien-
sistemáticamente como herramienta para mejorar la co- tos no se ha relacionado con consecuencias negativas, y
municación en estos pacientes.(11) se acompaña de cambios de actitud de los profesionales,
como una mayor preocupación de los éstos en relación
Bienestar del paciente a la privacidad, dignidad y manejo del dolor durante los
Son muchos los factores que causan sufrimiento y dis- procedimientos presenciados así como una mayor satisfac-
confort a los pacientes críticos. Los pacientes sufren dolor, ción de las familias y una mayor aceptación de la situación
sed, frío y calor, dificultad para descansar por exceso de favoreciendo el proceso del duelo.(16)
ruido o iluminación y se ven limitados en la movilización, Cuidados al profesional
muchas veces por el uso de contenciones innecesarias, o
en la comunicación.(12) La valoración y control del dolor, El “síndrome de burnout” o “síndrome del desgaste
la sedación dinámica adecuada a la condición del paciente profesional”, es una enfermedad profesional que se ca-
y la prevención y el manejo del delirium agudo son piezas racteriza por 3 síntomas clásicos: agotamiento emocio-
imprescindibles para mejorar el confort de los pacientes.(13) nal, despersonalización y sentimientos de baja autoestima
Además de las causas físicas el sufrimiento psicológico y profesional.(17,18) Este síndrome impacta a nivel personal
emocional puede ser muy elevado. Los pacientes expe- y profesional, pudiendo derivar a un síndrome de estrés
rimentan sentimientos de soledad, aislamiento, miedo, postraumático y a otros trastornos psicológicos graves, e
pérdida de identidad, intimidad y dignidad, sensación de incluso al suicidio. Además influye en la calidad de los cui-
dependencia, incertidumbre por falta de información, e dados, los resultados sobre el paciente, y la satisfacción del
incomprensión, entre otras.(14) La evaluación y soporte a paciente, y se relaciona con el recambio de profesionales
estas necesidades debe contemplarse como un elemento en las organizaciones.
clave de la calidad asistencial.(15) Asegurar una adecuada Entre los factores contribuyentes destacan las caracte-
formación de los profesionales y promover medidas en- rísticas personales individuales, los factores ambientales
caminadas a tratar o mitigar estos síntomas asegurando el y organizacionales. Estos, de forma directa o a través de
bienestar de los pacientes constituye un objetivo principal síndromes intermedios, como el “distrés moral”, la per-
en la atención del enfermo crítico. cepción de ofrecer cuidados inapropiados o la “fatiga por
compasión” pueden derivar en un síndrome de desgaste
Presencia y participación familiar en los cuidados profesional.(19)
Los miembros del entorno familiar presentan una alta Recientemente diferentes sociedades científicas han
prevalencia de estrés postraumático, ansiedad y depresión. buscado la difusión y visibilidad de este síndrome ofre-
Aunque en general los familiares desean participar en el ciendo recomendaciones para reducir su aparición y miti-
cuidado, y muchos considerarían permanecer junto a sus gar sus consecuencia, estableciendo estrategias específicas
seres queridos, especialmente en momentos de alta vulne- que permitan dar una respuesta adecuada a las necesidades
rabilidad, la presencia y participación de los familiares en físicas, emocionales y psicológicas de los profesionales de
la UCI es muy limitada. Las barreras se han centrado en intensivos derivadas de su dedicación y esfuerzo en el des-
el posible trauma psicológico y ansiedad que puede gene- empeño de su trabajo.(20)
rar a la familia, la interferencia en los procedimientos, la Detección, prevención y manejo del síndrome
distracción y el posible impacto sobre el equipo sanitario. post-unidades de cuidados intensivos
Si las condiciones clínicas lo permiten, las familias que
lo desean, podrían colaborar en algunos cuidados básicos El síndrome post-cuidados intensivos, descrito recien-
(el aseo personal, la administración de comidas o la reha- temente, afecta a un número importante de pacientes (30
bilitación), bajo el entrenamiento y la supervisión de los al 50%) después de la enfermedad crítica. Se caracteriza
profesionales sanitarios. Dar a la familia la oportunidad por síntomas físicos (como el dolor persistente, la debi-
de contribuir a la recuperación del paciente puede tener lidad adquirida en UCI, la malnutrición, las úlceras por

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12 La Calle GH, Martin MC, Nin N

presión, alteraciones del sueño, necesidad de uso de dis- Aunque el objetivo fundamental de los cuidados intensi-
positivos), neuropsicológicos (déficits cognitivos, como vos es restituir la situación previa al ingreso del paciente,
alteraciones de la memoria, atención, velocidad del pro- en ocasiones esto no es posible y debe modificarse de for-
ceso mental) o emocionales (ansiedad, depresión o estrés ma dinámica y orientarse a reducir el sufrimiento y ofrecer
post-traumático) y pueden afectar también a sus familias, los mejores cuidados, especialmente al final de la vida. La
pudiendo ocasionar problemas sociales.(21) Sus consecuen- atención paliativa busca proporcionar un cuidado integral
cias a medio y largo plazo impactan en la calidad de vida del paciente y su entorno con intención de permitir una
de los pacientes y las familias. Los equipos multidisciplina- muerte libre de malestar y sufrimiento para el paciente y
res, con especialistas en rehabilitación, fisioterapia, enfer- familiares de acuerdo con sus deseos y estándares clínicos,
meros, psicólogos, psiquiatras, terapeutas ocupacionales, culturales y éticos. La limitación de soporte vital, frecuen-
foniatras, facilitan la atención continuada necesaria para te en el enfermo crítico debe realizarse siguiendo las guías
dar soporte a estas necesidades. y recomendaciones establecidas por las sociedades científi-
cas.(23,24) Debe aplicarse integrada en un plan de cuidados
Arquitectura e infraestructura humanizada paliativos global, de forma multidisciplinar con el objetivo
El entorno físico de las UCI debe permitir que el pro- de cubrir las necesidades de los pacientes y familiares tanto
ceso asistencial se realice en un ambiente saludable, que físicas, como psicosociales y espirituales.(25) La existencia
ayude a la mejora del estado físico y psicológico de pa- de protocolos específicos y la evaluación periódica de la
cientes, profesionales y familiares. Existen guías publica- atención ofrecida constituyen requisitos básicos. Las com-
das (Evidence Based Design) que buscan reducir el estrés y plejas decisiones que se toman en torno a los enfermos
promover el confort centrados en las mejoras arquitectó- críticos al final de la vida pueden producir discrepancias
nicas y estructurales de las UCI adecuadas a los usuarios y entre los profesionales sanitarios y entre estos y los familia-
a los flujos de trabajo por proceso. Contemplan condicio- res. Los profesionales deben disponer de las competencias
nes ambientales de luz, temperatura, acústica, materiales y y herramientas necesarias para la resolución de estos con-
acabados, mobiliario, y decoración. Estas modificaciones flictos incorporando la discusión abierta y constructiva en
pueden influir positivamente en los sentimientos y en las estas situaciones como estrategias de afrontamiento para
emociones favoreciendo espacios humanos adaptados a la reducir la carga emocional derivada de las mismas.
funcionalidad de las unidades. Otros espacios como las Conclusiones
salas de espera deben rediseñarse de manera que se con-
viertan en “salas de estar” y ofrezcan un mayor confort y Humanizar es buscar la excelencia, desde un punto de
funcionalidad a las familias. vista multidimensional abordando todas las facetas de una
persona y no solamente la clínica, aportando mayor cer-
Cuidados al final de la vida canía y ternura, con autocrítica y capacidad de mejora.
Los cuidados paliativos e intensivos no son opciones Las unidades de cuidados intensivos y los profesionales del
mutuamente excluyentes sino que debieran coexistir du- enfermo crítico tienen el compromiso moral de liderar el
rante todo el proceso de atención del enfermo crítico.(22) cambio.

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Rev Bras Ter Intensiva. 2017;29(1):9-13


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Criteria for ICU admission and severity of illness scoring

Article  in  Surgery (Oxford) · May 2009


DOI: 10.1016/j.mpsur.2009.04.006

CITATIONS READS

8 12,051

2 authors:

Claire Williams Daniel W Wheeler


Cambridge University Hospitals NHS Foundation Trust Norfolk and Norwich University Hospitals NHS Foundation Trust
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Drug safety View project

Case reports View project

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Critical illness and intensive care I

Criteria for ICU admission Levels of care defined by the Department of Health

and severity of illness Level Description

scoring 0 Patients whose needs can be met through normal


ward care in an acute hospital
Claire Williams 1 Patients at risk of their condition deteriorating, or
those recently relocated from higher levels of care
Daniel Wheeler
whose needs can be met on an acute ward with
additional advice and support from the critical
care team
Abstract 2 Patients requiring more detailed observation or
In the UK critical care is a limited resource so must be targeted to those intervention, including support for a single failing
patients who are most likely to benefit. Timely recognition and treatment organ system or postoperative care, and those
of the critically ill patient may avoid the need for critical care admis- stepping down from higher levels of care
sion and improve outcome. There is no comprehensive guide to when 3 Patients requiring advanced respiratory support
patients need critical care admission. The support of single-organ failure alone or basic respiratory support together with
can generally be managed in high-dependency care, whereas respiratory support of at least two organ systems. This level
failure or more than two-organ failure requires ICU admission. Track and includes all complex patients requiring support
trigger systems and critical care outreach teams have been introduced for multi-organ failure
following Department of Health advice to identify sick ward patients and
From UK Department of Health.1
ensure they are treated in a timely fashion to avert deterioration into
organ failure. So far there is no conclusive evidence that they achieve
Table 1
these aims. Several severity of illness scores are used in critical care
medicine, which have been developed to compare the performance of
different units, and as a research and audit tool. Such tools predict
outcomes of populations of critically ill patients rather than individuals. In response to this, in 2002 the Intensive Care Society expanded
Choosing which patient to admit still therefore relies on clinicians’ judge- on these levels of care with clearer illustrations of what might
ment in addition to assessment of acute physiological derangement and be appropriate at each level (Table 2).2 Referral on to the next
chronic health status. step must be taken when it is recognized a patient’s level of
­physiological derangement cannot be monitored or managed in
Keywords APACHE; critical care; early warning scores; ICNARC; intensive their current clinical area. It is this that forms a large part of the
care; outreach; scoring systems criteria for admission to critical care.

Timing of admission
In certain surgical patients admission to critical care is a planned
Criteria for admission
event, owing to either patient, surgical or organizational fac-
Levels of care tors (Table 3). It may also become apparent during surgery that
Critical care is a limited resource; the UK Department of Health patients will require more support than originally planned, for
critical care bed count in July 2008 found there were 3498 criti- example because of excessive bleeding or aspiration of gastric
cal care beds, 1970 in ICUs and 1528 in high-dependency units contents. Surgery is also being undertaken on an increasingly
(HDUs). This equates to 8.6 critical care beds per 100,000 head elderly population with substantial co-morbidities. It is the role
of population whereas the USA has 30.5. The UK Department of of the surgeon and anaesthetist to identify the extent to which
Health published ‘Comprehensive critical care: a review of adult the patient’s physiological status can be optimized before surgery
critical care services’ in 2000 in response to this growing aware- to improve outcome.
ness of the lack of critical care beds.1 Levels of care were stated Surgery increases the body’s metabolic needs; these are usu-
in this report; level 2 care is usually delivered in HDUs and level ally met by increasing tissue oxygen delivery. Patients must
3 care in ICUs (Table 1). be assessed to identify those at increased risk of postoperative
hypoxaemia or organ hypoperfusion to allow optimization,
avoiding organ dysfunction or failure.
Claire Williams MA BMBCh FRCA is a Specialist Registrar in Anaesthesia at Oxygen supply to the heart depends on adequate time in dias-
Cambridge University Hospitals NHS Foundation Trust, Addenbrooke’s tole to allow flow within the coronary arteries. Therefore, hypox-
Hospital, Cambridge, UK. Conflicts of interest: none declared. aemia, hypotension and tachycardia decrease myocardial oxygen
supply and increase demand causing ischaemia, especially in
Daniel Wheeler DM PhD MRCP FRCA is a lecturer in Anaesthesia at the patients with pre-existing coronary artery disease. If oxygen
University of Cambridge and an Honorary Consultant Anaesthetist demand remains unmet, ischaemia may progress to infarction,
at Addenbrooke’s Hospital Cambridge. Conflicts of interest: none which carries a perioperative mortality rate of 50%. Hypoten-
declared. sion is defined as inadequate perfusion of vital organs; it may

SURGERY 27:5 201 © 2009 Elsevier Ltd. All rights reserved.


Critical illness and intensive care I

Levels of critical care for adult patients defined by the Intensive Care Society

System Level 0–1 Level 2 Level 3

General Patient recently discharged from Patients needing single-organ system Patients needing advanced respiratory
a higher level of care monitoring and support monitoring and support
Patients in need of additional Patients needing preoperative Patients needing monitoring and support
monitoring, clinical input or optimization for two or more organ systems
advice.
Patients requiring critical care Patients needing extended Patients with chronic impairment of
outreach service support postoperative care one or more organ systems sufficient
to restrict daily activities (co-morbidity)
and who require support for an acute
reversible failure of another organ
system
Patients requiring staff with Patients needing a greater degree of
special expertise and/or observation and monitoring
additional facilities for at least
one aspect of critical care
delivered in a general ward
environment
Patients moving to step-down care
Patients with major uncorrected
physiological abnormalities
Respiratory Supplementary oxygen therapy Needing more than 50% inspired Respiratory failure from any cause that
oxygen. requires invasive, positive-pressure
mechanical ventilatory support
Patients with long-term Within 24 hours of tracheostomy Bi-level positive airway pressure via any
tracheostomy who do not require insertion form of tracheal tube
respiratory support
Requiring non-invasive ventilation or Extracorporeal respiratory support
continuous positive airway pressure
Requiring physiotherapy or suctioning
at least every 2 hours
Respiratory rate  >  40 breaths/minute
or  >  30 breaths/minute for  >  6 hours
Cardiovascular Observations required at least Unstable, requiring continuous ECG Continuous intravenous vasoactive drugs
4 hourly and invasive pressure monitoring
Haemodynamic instability due to
hypovolaemia/haemorrhage/sepsis
Requiring single infusion of vasoactive
drug with appropriate monitoring
Heart rate  >  120 beats/minute
Hypotension, e.g. systolic blood
pressure  <  80  mm Hg for  >  1 hour
CNS CNS depression sufficient to prejudice Continuous intravenous medication to
airway and protective reflexes control seizures and supplementary
oxygen/airway monitoring
Invasive neurological monitoring.
Glasgow Coma Score  <  10 and at risk
of acute deterioration
Renal Renal replacement therapy (stable Acute impairment of renal, electrolyte Renal in addition to another organ
chronic renal failure) or metabolic function system failure

From the Intensive Care Society.2

Table 2

SURGERY 27:5 202 © 2009 Elsevier Ltd. All rights reserved.


Critical illness and intensive care I

As well as optimizing patients before operation it is essential


Factors affecting critical care admission to identify the early warning signs of impending deterioration
and to intervene promptly. The National Confidential Enquiry
Factor Examples into Perioperative Deaths found that most perioperative deaths
occur more than 5 days after surgery. It has emphasized the need
Physiological reserve Proxies for this include age for guidelines to determine which patients should be referred for
and chronic health status critical care review.
Abnormal physiological values The most important are
probably respiratory rate, heart Early warning scores
rate, oxygen saturation (SaO2) Track and trigger (TT) systems have been introduced to ­ identify
and level of consciousness patients at risk of deterioration, and to ensure that they are
Underlying condition/surgery Malignancy reviewed and treated by the appropriate outreach team or clinician.
Cardiorespiratory dysfunction Most employ the recording of standard physiological parameters
Complex surgery which trigger a response if they lie outside a pre-determined range.
Interventions or monitoring Physiological monitoring
In the UK many of these systems are based on an early warning
required Regional analgesia
score (EWS) (Figure 1, Table 4), whereas Australia uses the medi-
Body cavity drainage
cal emergency team (MET) model. A systematic review found there
to be a variety of systems in use, many with little evidence for their
From the Intensive Care Society.2
validity, having low sensitivities and positive predictive values
but with acceptable specificities and negative predictive values.3
Table 3
Lowering the thresholds for a response could improve sensitivity
but at increased cost, greater manpower being required to respond
be caused by hypovolaemia, cardiac failure, arrhythmias, drugs, to the increased number of triggering events.
or spinal or epidural anaesthesia. Persistent hypoperfusion of A London hospital evaluated its local EWS by scoring 433
vital organs causes irreversible damage, leading to kidney, brain non-obstetric patients on a single-day audit; the 30-day mortality
or gut failure. Adequate perfusion is also required for healing; was 6%. Those who died were significantly older and had longer
­hypotension can be a factor in anastomotic breakdown. hospital stays. Mortality increased with an increasing ­ number

Modified Early Warning Score (MEWS) algorithm

MEWS score

Score ≤ 3 but you are


Score 3 Score 3 Score ≥ 4
instinctively concerned

Inform:
Continue present Inform shift charge and 1 Shift charge
Inform shift change
treatment plan critical care outreach team 2 Critical care outreach team
3 Patient’s medical team

Record observations and MEWS


at least hourly for 4 hours

Establish: Oxygen therapy Consider: Fluid resuscitation


Venous access ABG, biochemistry,
12-lead ECG haematology, septic screen
Blood glucose Urinary catheter
Critical care review
Pain control

Yes No
Reduce frequency of observations MEWS ≤ 3 Continue hourly observations
and MEWS to 2 hourly for 4 hours.
If MEWS remains ≤ 3 reduce frequency
of observations to 4 hourly MEWS ≥ 4

Figure 1

SURGERY 27:5 203 © 2009 Elsevier Ltd. All rights reserved.


Critical illness and intensive care I

Modified Early Warning Score used in Addenbrooke’s Hospital, Cambridge, UK

Variable MEWS score

3 2 1 0 1 2 3

Heart rate ≤40 41–50 51–60 61–90 91–110 111–129 ≥130


(beats/minute)
Respiratory rate ≤6 7–8 9–14 15–20 21–29 ≥30
(breaths/minute)
Systolic blood ≤70 71–80 81–100 101–180 >180
pressure (mm Hg)
AVPU/GCS Unresponsive Pain Voice Alert or Confused or 9–13 ≤8
GCS 15/15 GCS 14/15
Urine output <10  ml 0.5  ml/kg in <1  ml/kg/hour Has not passed Has not passed >400  ml/hour or
(catheterized) 2 hours or urine for 6 urine for 12 has not passed
30  ml/hour hours (not hours (not urine for  >  12 hours
catheterized) catheterized) (not catheterized)
Temperature (°C) <35 35–38.4 38.5–39 >39

AVPU, Alert, Voice, Pain, Unresponsive; GCS, Glasgow Coma Score; MEWS, Modified Early Warning Score.

Table 4

of abnormal physiological variables. Level of consciousness,


Severity of illness scoring
heart rate, age, systolic blood pressure and respiratory rate were
important predictive variables. There is no current evidence that Scoring systems have been developed to assess single disease
TT systems reduce mortality; they should be used to complement states and global health status, as a research tool and as a
clinical judgement, not in isolation. ­mechanism for assessing the performance of critical care units.
These scoring systems can be used to generate a standardized
Critical care outreach mortality ratio, the ratio of actual to predicted mortality for each
Another recommendation of ‘Comprehensive critical care’ was unit. This takes into account factors such as case mix (differ-
the introduction of critical care outreach services (CCOS). Their ences in the pre-morbid health of patients) to allow an unbiased
objectives are to avert or ensure timely critical care admission, comparison of different units or the same unit over time. Most
to enable prompt discharge from critical care and to share skills of these systems were developed in North America; it is unclear
with ward staff. This document did not provide any models for how they apply to other populations. Most systems evaluate the
CCOS and they were introduced without any prospective evalu- patient’s condition on arrival in the ICU but do not take into
ation. A multicentre analysis of CCOS participating in the Case account treatment received in theatre, the emergency department
Mix Programme had interesting findings.4 The introduction of or on the ward beforehand. Lead-time bias may affect the calcu-
CCOS had no significant effect on the proportion of all admissions lated severity score and apparent unit performance.
coming from the ward. CCOS significantly reduced the amount
of ­cardiopulmonary resuscitation (CPR) in the 24 hours preced- Physiological scores
ing admission, admissions out of hours (between 2200 and 0659 Physiological scores are summarized in Table 5.
hours) and the mean Intensive Care National Audit and Research
Centre (ICNARC) physiology score. The additional use of TT American Society of Anesthesiologists (ASA) grade: this system
warning systems reduced rates of CPR before admission. There has been in use since 1963. It grades preoperative patients from I
was no effect on mortality rates of patients admitted, mortality to V according to the degree of systemic illness, with the addition
after discharge from critical care or readmission rates. This paper of the tag of emergency when indicated (Table 6). Although it is
did not show any clear benefit to the introduction of CCOS. Stud- subjective, it is simple and it has been shown repeatedly that risk
ies of METs in Australia have shown a benefit to patients under- of mortality increases with increasing ASA grade; 50% of surgical
going major surgery; there were fewer adverse events, decreased deaths are in patients with an ASA score of IV or V.
emergency ICU admissions and fewer postoperative deaths.
The Cochrane Collaboration has reviewed both outreach Acute Physiology And Chronic Health Evaluation (APACHE):
services and EWS.5 It found only two randomized controlled the APACHE model was first developed in 1981 with data from
trials appropriate for inclusion in its review. Evidence to sup- two American ICUs; it included 34 physiological variables in
port CCOS and EWS in reducing hospital mortality, unplanned addition to an assessment of chronic ill health. The simplified
ICU admission, readmission and length of hospital stay was APACHE II included data from 13 American hospitals, relying
­inconclusive. on only 12 variables to create the acute physiology score (APS).

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Critical illness and intensive care I

Summary of physiological scoring systems

Scoring System Date published Origin of patient database Variables in APS Time of data collection Exclusions

APACHE II 1985 USA 12 First 24 hours <16 years


APACHE IV 2006 USA 16 First 24 hours <16 years
SAPS II 1994 USA/Europe 13 First 24 hours <18 years, coronary care,
burns and cardiac surgery
SAPS III 2005 Global 10 Admission +/− 1 hour <16 years
MPM0-II 1993 USA/Europe 15 First hour <18 years, coronary care,
burns and cardiac surgery
MPM0-III 2007 USA/Europe 16 First hour <18 years, coronary care,
burns and cardiac surgery
POSSUM 1991 UK 12 Any Non-operative patients
ICNARC 2007 UK 12 First 24 hours None

APS, acute physiology score; APACHE, Acute Physiology And Chronic Health Evaluation; ICNARC, Intensive Care National Audit and Research Centre; MPM, Mortal-
ity Prediction Model; POSSUM, Physiology and Operative Severity Score for EnUmeration of Mortality and morbidity; SAPS, Simplified Acute Physiology Score.

Table 5

The further addition of the chronic health evaluation, age and SAPS III which also includes patient characteristics before admis-
urgency of admission undergo logistic regression to give the total sion and circumstances of admission. The dataset came from an
APACHE score, a probability of mortality. APACHE III was devel- international group of patients; the predictive value varies glob-
oped with data from an expanded set of 40 American hospitals ally, with performance being best in North Europe.
and an 18-value APS. The statistical models used for this system
have not been in the public domain so it has not been as widely Mortality Prediction Model (MPM) was first developed in the
used and validated as the first two models. Recently APACHE late 1980s and included data on pathology only. The MPM at
IV was published in response to the decreasing accuracy of the ICU admission version 2 (MPM0-II) was developed from data
­previous versions.6 This is believed to be due to changes in out- ­collected from an international group of patients. The data are
come with time given advances in medical care and improve- collected from the first hour of a patient’s admission to the ICU.
ments in end-of-life decision making. APACHE II is still in most It was felt that this model overpredicted mortality so MPM-III
common use owing to its simplicity and numerous validation was developed from a dataset of 124,885 patients.7 This model
studies, but the APACHE authors have requested that APACHE II uses 16 variables recorded on admission to predict mortality.
no longer be used, except in patients with severe septis, so that One advantage of this system is that it can be repeated at 24,
the newer models can be validated. 48 and 72 hours to track changes during a critical care stay.
Again it has been refined over the years to improve calibration.7
Simplified Acute Physiology Score (SAPS) employed 14 of the The most recent version (MPM0-III) is best employed on general
original 34 variables of APACHE. The most recent iteration is ICUs as it excludes children, patients with burns and cardiac
patients.

Physiology and Operative Severity Score for EnUmeration of


American Society of Anesthesiologists grades Mortality and morbidity (POSSUM): unlike the other systems
discussed this was developed for use in surgical patients. Simi-
ASA grade Definition Mortality
lar to the others, it was developed for audit and not individual
I Normal healthy individual 0.05 patient prognosis. It employs a combination of physiological
II Mild systemic disease that does not 0.4 derangement and an operative severity score (OSS). This OSS
limit activity means that the system is applicable only to operative surgical
III Severe systemic disease that limits 4.5 patients, excluding the one-third of patients who are managed
activity but is not incapacitating non-operatively.
IV Incapacitating systemic disease that 25
constantly threatens life ICNARC: APACHE II was developed from US data and the UK
V Moribund, not expected to survive 50 APACHE II study validated this model in UK patients. This led
24 hours to the development of the Case Mix Programme as an ongoing
national critical care audit and the ICNARC model.8 ICNARC
ASA, American Society of Anesthesiologists. differs from other systems by employing a diagnostic cate-
gory to account for the fact that a patient with diabetic keto-
Table 6 acidosis will have a lower risk of mortality than a patient with ­­

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Critical illness and intensive care I

intra-­abdominal sepsis, given the same degree of physiological were developed from a patient database, MODS was developed
derangement. ICNARC allows a less biased appraisal of ICUs from published clinical studies.
with different admission case mixes. It also includes patients
who have been excluded from other models, such as children
Conclusion
and burns patients. The resulting model is therefore applicable
to a larger range of UK patients and is less biased when compar- This article has focused on who to admit to the ICU and when.
ing different ICUs. We must also not lose sight of those patients for whom admis-
sion is inappropriate. Scoring systems may guide us but clinical
Anatomical scores judgement and sensitive communication remain core skills when
Disease and organ-specific systems include the Glasgow Coma dealing with end-of-life events and decisions. ◆
Score (GCS), Ranson pancreatitis score and Child–Pugh liver fail-
ure classification. The use of these is not limited to critical care
and they can be useful in documenting disease severity. The GCS References
was originally developed for use in trauma patients and traumatic 1 Department of Health. Comprehensive critical care: a review of adult
brain injury, but its use is now far more widespread. In terms of critical care services. London: Department of Health, 2000.
critical care, it should be used only in specialist neurointensive 2 Intensive Care Society. Levels of critical care for adult patients.
care units and not to describe patients who are unconscious for London: Intensive Care Society, 2002.
other reasons. 3 Gao H, McDonnell A, Harrison DA, et al. Systematic review and
evaluation of physiological track and trigger warning systems for
Organ dysfunction scores identifying at-risk patients on the ward. Intensive Care Med 2007;
Most of the systems described above are static; they assess 33: 667–79.
patients only on admission or within the first 24 hours of admis- 4 Gao H, Harrison DA, Parry GJ, Daly K, Subbe CP, Rowan K. The impact
sion to critical care. In many cases organ and physiological func- of the introduction of critical care outreach services in England: a
tion fluctuate following admission, so dynamic scoring might multicentre interrupted time-series analysis. Crit Care 2007; 11: R113.
therefore be more appropriate. 5 McGaughey J, Alderdice F, Fowler R, Kapila A, Mayhew A, Moutray M.
Outreach and Early Warning Systems (EWS) for the prevention of
Sepsis-related Organ Failure Score (SOFA) was published in intensive care admission and death of critically ill adult patients
1994 by the European Society of Intensive Care Medicine fol- on general hospital wards. Cochrane Database Syst Rev 2007; (3)
lowing a consensus conference. It involves daily scoring of six CD005529.
organ systems to allow an organ-by-organ, total or worst-during- 6 Zimmerman JE, Kramer AA, McNair DS, Malila FM. Acute Physiology and
admission score. Although it was developed to be independent of Chronic Health Evaluation (APACHE) IV: hospital mortality assessment
treatment, the cardiovascular score includes use of a vasoactive for today’s critically ill patients. Crit Care Med 2006; 34: 1297–310.
drug. This system has been validated in both a retrospective and 7 Higgins TL, Teres D, Copes WS, Nathanson BH, Stark M, Kramer AA.
prospective study. Assessing contemporary intensive care unit outcome: an updated
Mortality Probability Admission Model (MPM0-III). Crit Care Med
Multiple Organ Dysfunction Score (MODS) scores six organ sys- 2007; 35: 827–35.
tems on a scale from 0 to 4, where 0 is essentially normal func- 8 Harrison DA, Rowan KM. Outcome prediction in critical care: the
tion and the maximum total score is 24. MODS correlates with ICNARC model. Curr Opin Crit Care 2008; 14: 506–12.
ICU outcome, and can be used to assess prognosis on admission 9 Marshall JC, Cook DJ, Christou NV, Bernard GR, Sprung CL, Sibbald WJ.
and as an outcome measure, tracking organ dysfunction as it Multiple organ dysfunction score: a reliable descriptor of a complex
varies during ICU admission.9 Unlike other scoring systems that clinical outcome. Crit Care Med 1995; 23: 1638–52.

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Special Article

ICU Admission, Discharge, and Triage Guidelines:


A Framework to Enhance Clinical Operations,
Development of Institutional Policies, and Further
Research
Downloaded from https://journals.lww.com/ccmjournal by BhDMf5ePHKav1zEoum1tQfN4a+kJLhEZgbsIHo4XMi0hCywCX1AWnYQp/IlQrHD3lVdf8QPrkXhEyvGPMsdWoKy0JDdzZUJiizs+POPbWE4= on 11/29/2019

Joseph L. Nates, MD, MBA, FCCM (Chair)1; Mark Nunnally, MD, FCCM2;
Ruth Kleinpell, PhD, RN, FAAN, FCCM3; Sandralee Blosser, MD, FCCP, FCCM4;
Jonathan Goldner, DO, FCCP, FCCM5; Barbara Birriel, MSN, CRNP, ACNP-BC, FCCM6;
Clara S. Fowler, MS7; Diane Byrum, RN, MSN, CCRN, CCNS, FCCM8;
William Scherer Miles, MD, FACS, FCCM9; Heatherlee Bailey, MD, FAAEM, FCCM10;
Charles L. Sprung, MD, JD, MCCM11

1
Division of Anesthesiology and Critical Care, Department of Dr. Nates received research funding from The University of Texas Engi-
­Critical Care, The University of Texas MD Anderson Cancer Center, neering Grant for simulation and from The University of Texas MD Ander-
Houston, TX. son Grant for noninvasive ventilation. He disclosed participation in other
2
Department of Anesthesia and Critical Care, The University of Chicago, activities with the American Society of Anesthesiology (speaker) and
Chicago, IL. Colombian Society of Critical Care Medicine (speaker). Dr. Nunnally dis-
closed participation in other activities with the Society of Critical Care
3
Center for Clinical Research and Scholarship, Rush University Medical Anesthesiologists (board), American Society of Anesthesiologists com-
Center, Rush University College of Nursing, Chicago, IL. mittee, Illinois Society of Anesthesiologists (delegate), International Anes-
4
Penn State Hershey Medical Center, Hershey, PA. thesia Research Society, and Association of University Anesthesiologists.
5
Pocono Health System, East Stroudsburg, PA. Dr. Kleinpell received research funding from the American Association of
Critical Care Nurses Impact Research Grant, participated in other activi-
6
College of Nursing, The Pennsylvania State University College of ties with the Institute of Medicine of Chicago (board member), American
­Nursing, Hershey, PA. Academy of Nursing (board member), Commission on Collegiate Nurs-
7
Research Medical Library, The University of Texas MD Anderson Cancer ing Education (board member), and American Board of Internal Medicine
Center, Houston, TX. Critical Care Medicine Board (board member). Dr. Blosser disclosed
8
PH Huntersville, Nursing Education, Practice and Research, Novant participation in other activities with NCS (committee member). Dr. Byrum
Health Huntersville Medical Center, Huntersville, NC. received funding from the Moore Foundation grant for ICU Liberation
Society of Critical Care Medicine. Dr. Bailey disclosed other relationships
9
Department of Surgery, UNC-Chapel Hill, Carolinas Medical Center, with NWS (Speaker for CME courses) and participation in other activities
Charlotte, NC. with AAEM (chair of academic committee). Dr. Sprung disclosed relation-
10
Department of Emergency Medicine, Durham VA Medical Center,
 ships not related to this topic with Asahi Kasei Pharma America Corpo-
­Durham, NC. ration (consultant for Data Safety and Monitoring Committee), LeukoDx
11
General Intensive Care Unit, Department of Anesthesiology and Critical Ltd. (Principal investigator, Research study on biomarkers of sepsis), Leu-
Care Medicine, Hadassah Hebrew University Medical Center, ­Jerusalem, koDx Ltd. (International Sepsis Forum Board member), and Continuing
Israel. Education, Inc./University at Sea, Lecturer). The remaining authors have
disclosed that they do not have any potential conflicts of interest.
Supplemental digital content is available for this article. Direct URL cita-
tions appear in the printed text and are provided in the HTML and PDF For information regarding this article, E-mail: jlnates@mdanderson.org
versions of this article on the journal’s website (http://journals.lww.com/
ccmjournal).
The American College of Critical Care Medicine (ACCM), which hon- Objectives: To update the Society of Critical Care Medicine’s
ors individuals for their achievements and contributions to multidisci- guidelines for ICU admission, discharge, and triage, providing a
plinary critical care medicine, is the consultative body of the Society of
Critical Care Medicine (SCCM) that possesses recognized expertise in framework for clinical practice, the development of institutional
the practice of critical care. The College has developed administrative policies, and further research.
guidelines and clinical practice parameters for the critical care practitio- Design: An appointed Task Force followed a standard, system-
ner. New guidelines and practice parameters are continually developed,
and current ones are systematically reviewed and revised. atic, and evidence-based approach in reviewing the literature to
Copyright © 2016 by the Society of Critical Care Medicine. All Rights develop these guidelines.
­Reserved. Measurements and Main Results: The assessment of the evidence
DOI: 10.1097/CCM.0000000000001856 and recommendations was based on the principles of the Grading

Critical Care Medicine www.ccmjournal.org 1553


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Nates et al

of Recommendations Assessment, Development and Evaluation practitioners and administrators have considered these guide-
system. The general subject was addressed in sections: admission lines in formulating policies and establishing criteria for ICU
criteria and benefits of different levels of care, triage, discharge ADT in their institutions. In light of the significant health-
timing and strategies, use of outreach programs to supplement care legislative changes and changes in ICU technologies and
ICU care, quality assurance/improvement and metrics, nonbenefi- treatments that have occurred in the United States in the
cial treatment in the ICU, and rationing considerations. The litera- 15 years since the original ADT guidelines were published, the
ture searches yielded 2,404 articles published from January 1998 American College of Critical Care Medicine Board of Regents,
to October 2013 for review. Following the appraisal of the litera- through the Guidelines Management Committee, appointed a
ture, discussion, and consensus, recommendations were written. new Task Force to re-evaluate and update the guidelines.
Conclusion: Although these are administrative guidelines, the sub- The following recommendations are the result of the work
jects addressed encompass complex ethical and medico-legal of the ADT Task Force. The recommendations are divided into
aspects of patient care that affect daily clinical practice. A limited sections: admission criteria and benefits of different levels of
amount of high-quality evidence made it difficult to answer all the care, triage, discharge timing and strategies, use of outreach
questions asked related to ICU admission, discharge, and triage. programs to supplement ICU care, quality assurance/improve-
Despite these limitations, the members of the Task Force believe ment and metrics, nonbeneficial treatment in the ICU, and
that these recommendations provide a comprehensive framework rationing considerations and systems.
to guide practitioners in making informed decisions during the
admission, discharge, and triage process as well as in resolving
METHODOLOGY
issues of nonbeneficial treatment and rationing. We need to fur-
ther develop preventive strategies to reduce the burden of critical SCCM
illness, educate our noncritical care colleagues about these inter- The Society is the largest multidisciplinary nonprofit medi-
ventions, and improve our outreach, developing early identification cal organization dedicated to improve critical care practice,
and intervention systems. (Crit Care Med 2016; 44:1553–1602) education, research, and advocacy. It embraces the delivery of
Key Words: administration; admission; critical care; critically ill; timely interventions. SCCM’s mission is “to secure the high-
discharge; futility; guideline; healthcare rationing; intensive care; est quality care for all critically ill and injured patients.” At
intensive care unit; metrics; nonbeneficial treatment; triage; utilization the same time, SCCM “envisions a world in which all criti-
cally ill and injured persons receive care from a present inte-
grated team of dedicated trained intensivists and critical care
specialists.”

C
ritical care resources are limited and expensive. The
appropriate utilization of ICU beds is essential, but it is Task Force
complex and a challenge to attain. In 2008, the cost of A group of nationally and internationally recognized clinical
critical care in the United States was estimated to range between experts, authors, and leaders in critical care medicine inte-
$121 and $263 billion (16.9–38.4% of hospital costs and 5.2– grated the ADT Task Force. After a planning and group con-
11.2% of national healthcare expenditures) (1). The increas- solidation period, a teleconference was held to establish and
ing cost of delivering healthcare has become an unsustainable agree on the organizational and functional structure of the
burden accompanied by waste, overuse, care delays, and other Task Force, review the work of previous SCCM Task Forces,
delivery inefficiencies. and make decisions regarding the agenda, scope, timeline,
In 1998, the Advisory Commission on Consumer Protection grading system, educational tools, and other potential support
and Quality in the Health Care Industry, created by President needs. Additional meetings were scheduled as necessary. The
William J. Clinton to evaluate and provide advice on the health- subsequent work of the group was conducted individually and
care system, released a report asking for a national commitment through web meetings, teleconferences, telephone discussions,
to improve the quality of healthcare (2). Consequently, the e-mails, and face-to-face meetings during the SCCM annual
Institute of Medicine released recommendations for improving congress.
the 21st century American healthcare system, emphasizing the
delivery of safe, effective, patient-centered, timely, efficient, and Objectives
equitable healthcare (3, 4). The institute proposed an urgent The objectives of this Task Force were 1) to update the SCCM
overhaul of the healthcare system; it was considered imperative Guidelines for ICU ADT and 2) to provide a framework for
that the management of our systems be improved. As time has the development of institutional policies, further research, and
passed, the increasingly older and growing population, limited discussion for future refinement of these recommendations.
workforce, increased complexity of care and severity of illness
of hospitalized patients, and other factors are adding to the Topic Refinement
pressure to change clinical processes to improve patient care. The population considered for these guidelines consisted of
Preceding some of these reports, in 1999, the Society of adult critically ill patients who are candidates for critical care
Critical Care Medicine (SCCM) published guidelines for ICU services or admission to the ICU. Adults are considered to be
admission, discharge, and triage (ADT) (5). Since that time, persons 18 years old and older. Critical care and critical illness

1554 www.ccmjournal.org August 2016 • Volume 44 • Number 8

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Special Article

are defined by the Centers for Medicare & Medicaid Services The GRADE system explicitly separates the certainty of evi-
as follows: “Critical care is defined as the direct delivery by dence from the strength of recommendation. It classifies evi-
a physician(s) of medical care for a critically ill or critically dence as high (grade A), moderate (B), low (C), or very low
injured patient. A critical illness or injury acutely impairs one (D) certainty for individual study outcomes. Randomized con-
or more vital organ systems such that there is a high prob- trolled trials are initially classified as high-certainty evidence and
ability of imminent or life-threatening deterioration in the observational studies as low-certainty evidence. Evidence can be
patient’s condition.” (6) downgraded on the basis of five factors: study limitations result-
Topic selection and organization were performed by the ing in a likelihood of bias, inconsistency of results, indirectness
Task Force chair (J.L.N.) and agreed upon by all guideline of evidence, high likelihood of publication bias (publication of
authors. The broad sections for the guidelines addressed the selective results), and imprecision of results. Evidence can be
following interventions: ICU ADT, outreach programs, non- upgraded on the basis of three factors: a large effect size (10),
beneficial care, rationing, and quality assurance and perfor- presence of a dose-response gradient, and plausible confound-
mance improvement. Individual section assignments were ing biases that would tend to blunt or negate findings.
based on author expertise and interest. Relevant questions
defined the coverage and recommendations for each section. Formulation of Recommendations
For example, the authors of the ICU discharge section consid- Recommendations are classified as strong (grade 1) or weak
ered whether patients discharged during the day have different (grade 2) (11). Four considerations influenced assignment
outcomes than patients discharged at night. All authors were of the strength of a recommendation: certainty of evidence,
responsible for identifying areas in which further research is assessment of the balance of risks and benefits, relevant values
needed. and preferences, and burdens and costs of interventions. The
scores given for certainty of evidence and strength of recom-
Search and Review of the Literature mendation reflect the group’s degree of confidence in their
The Task Force chair, in consultation with the librarian assessment. As an example, a strong recommendation based
(C.S.F.), clarified the topics and identified specific questions on high-certainty evidence is indicated as a grade 1A recom-
to be answered using the published literature. After group dis- mendation (Table 1).
cussion and agreement, these questions served as a basis for Making a recommendation entails interpreting data and
constructing comprehensive literature searches in selected clinical culture through the lens of expertise. The Task Force
biomedical databases in order to identify relevant publica- composed of the guidelines to respect the history of the docu-
tions for each section of the guidelines. Using the 1999 ADT ment, clinical needs in the medical community, available evi-
Guidelines as a starting point, searches in MEDLINE (Ovid), dence, and the demands imposed by these elements. Using
EMBASE (Ovid), and PubMed yielded 2,404 articles published GRADE to arrive at the recommendations made as clear as pos-
from January 1998 to October 2013. Additional searches using sible the link between certainty of evidence and data. Specifics
Guidelines.gov, Scottish Intercollegiate Guidelines Network, regarding patients, interventions, comparisons, and outcomes
Trip database, selected societies’ websites, and handsearching were essential to the linkage between the literature and the
yielded an additional 10 guideline documents and other arti- recommendation. In many cases, recommendations were such
cles that were considered by the authors. Detailed information that the alternative was not plausible. In this case, the recom-
about the search strategies is presented in Appendix 1 (Supple- mendation was left ungraded as a best-practice statement.
mental Digital Content 1, http://links.lww.com/CCM/B900). Using five factors (bias, heterogeneity, imprecision, indi-
Each author received the set of citations and abstracts rel- rectness, and publication bias) to downgrade evidence and
evant to his or her section of the guidelines; references not three factors (effect size, dose-response gradient, and plausible
directly related to the content area were excluded from the blunting effects of biases) to upgrade evidence, Task Force
review. The full-text articles were retrieved, and the research members assigned a score to the supporting data for confi-
presented in the articles was appraised prior to the formulation dence in the evidence. Strength of recommendation was based
of the new recommendations. on the confidence in the evidence, the balancing of positive
and negative effects, values and preferences, and burdens and
Scoring of the Evidence costs of interventions.
Authors were directed to use the Grading of Recommenda- Each section author wrote and scored recommendations for
tions Assessment, Development, and Evaluation (GRADE) his or her assigned topic. If no recommendations were offered,
system to appraise the literature and support their recommen- authors provided a statement to that effect. An initial com-
dations where applicable (7–9). In order to apply the GRADE pleted draft was reviewed by all of the members of the Task
criteria, the group underwent additional training on the use of Force. Comments were addressed, and a revised draft was cir-
GRADE through educational material provided by the librar- culated among previous Task Forces’ members for comment
ian, a webinar led by a guideline co-author who had experience before the final draft submission and approval. Finally, the
using GRADE (M.N.), and e-mail communication for consul- members completed two rounds of Delphi surveys, and their
tation. SCCM resources were available to the team throughout responses were scored using a Likert scale. The scaling ranged
the process. from strongly disagree (score = 1) to strongly agree (score = 5).

Critical Care Medicine www.ccmjournal.org 1555


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Nates et al

Table 1. Scoring for Certainty of Evidence and Strength of Recommendation


Certainty of
Evidence High (A) Moderate (B) Low (C) Very Low (D)

Implications for New data unlikely New data likely to have New data very Current lack of confidence in
future research to change current an important impact on likely to have an findings points to need for
confidence in findings confidence important impact research
on confidence
Strength of Strong (1) Weak (2)
recommendation
Confidence in Benefits definitively Benefits worth Uncertain balance of Costs and burdens might
recommendation outweigh associated associated costs and benefits vs costs outweigh benefits
costs and burdens burdens and burdens
Meaning To clinicians: most patients should get the intervention To clinicians: help patients make informed
decisions about the intervention
To patients: most people would want the intervention To patients: many people would not want the
intervention
To policymakers: consider adopting the intervention To policymakers: the intervention’s value is
as policy debatable
Adapted from Andrews et al (11). Adaptations are themselves works protected by copyright. So in order to publish this adaptation, authorization must be
obtained both from the owner of the copyright in the original work and from the owner of copyright in the translation or adaptation.

A score of 4 or greater was considered general agreement. and economic differences in other parts of the world could
Any differences after the second survey were decided by vote. represent barriers for implementation or appropriateness.
General agreement was reached for all final recommendations
and their grades. Conflict of Interest
These administrative guidelines were formulated with no
Limitations and Strengths direct industry interference at any level. We did not discuss
Historically, administrative guidelines have not been developed drugs, devices, software applications, or other industrial prod-
using evidence-based methodology, but rather using a non- ucts during the development of this document. In the first
systematic expert-opinion approach; this approach was used meeting, the members of the ADT Task Force indicated that
for the previous ADT recommendations (5). Even the most they have no significant financial or nonfinancial conflict of
recent SCCM guidelines continue to follow this approach, pos- interest with participation in this project. In addition, all the
sibly because of the lack of traditional sources for evidence in members fulfilled the requirements of filling out and submit-
administrative fields (12). Some recent clinical guidelines, such ting the standard SCCM conflict of interest disclosure forms,
as the American Society of Anesthesiologists’ latest difficult which were evaluated and cleared by the SCCM Guidelines
airway management and central venous access guidelines, were Management Committee for potential conflicts.
supported by a methodical mixture of evidence and expert
opinion (13, 14). Despite the administrative nature of the ADT Guidelines Revision and Updates
guidelines, the Task Force decided to use a systematic approach Considering the complexity of a frequent review of this docu-
to review the literature and avoid an expert-opinion system ment and the potential lack of additional substantive evidence
to generate recommendations. Recommendations were left that would merit the revision of the current body of work,
“ungraded” when there was no evidence to support a recom- we do not foresee a full review of the guidelines in less than
mendation by the panel, the particular practice was considered 3 years. However, the ADT Task Force has set a publication
“best practice,” and/or the alternative statement did not make monitoring process that will allow the early identification of
sense. The panel sought to base recommendations on evidence studies of enough significance to prompt an earlier update in
when it existed. any of the recommendations. This update would be linked to
the electronic version of the article and would not require the
Target Audiences revision of the entire document.
The target audiences of these guidelines are the critical care pro-
fessionals and administrators who make daily administrative
and clinical decisions in the ICU, government agencies, non- SUMMARY STATEMENT
government organizations, and any other healthcare legislative Table 2 summarizes the Task Force’s recommendations. The
body evaluating the utilization of these resources. However, evidence and rationale for each recommendation, as well as
some of these recommendations may be inadequate in regions suggestions for future research, are described in the remaining
outside the United States. Major geographical, geopolitical, sections of this document.

1556 www.ccmjournal.org August 2016 • Volume 44 • Number 8

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Special Article

Table 2. Summary of Evidence-Based Recommendations and Best Practices


Recommendations Grade

ICU admission
  We suggest that individual institutions and their ICU leaders develop policies to meet their specific Ungraded
population needs (e.g., trauma, burns, and neurological), taking into consideration their institutional
limitations such as ICU size and therapeutic capabilities
  To optimize resource use while improving outcomes, we suggest guiding ICU admissions on the basis 2D
of a combination of
    •  Specific patient needs that can be only addressed in the ICU environment, such as life-supportive
therapies
    •  Available clinical expertise
    •  Prioritization according to the patient’s condition
    •  Diagnosis
    •  Bed availability
    •  Objective parameters at the time of referral, such as respiratory rate
    •  Potential for the patient to benefit from interventions
    •  Prognosis
  We suggest using the following tools for bed allocation during the admission and triage processes Ungraded
    •  Guide to resource allocation of intensive monitoring and care (Table 3)
    •  ICU admission prioritization framework (Table 4)
  We suggest patients needing life-sustaining interventions who have a higher probability of recovery 2D
and would accept cardiopulmonary resuscitation receive a higher priority for ICU admission than
those with a significantly lower probability of recovery who choose not to receive cardiopulmonary
resuscitation (Table 4)
  We suggest that patients with invasive mechanical ventilation or complex life-threatening conditions, 2C
including those with sepsis, be treated in an ICU. Patients should not be weaned from mechanical
ventilation on the general ward unless the ward is a high-dependency/intermediate unit
  We suggest that critically ill patients in the emergency department or on the general ward be 2D
transferred to a higher level of care, such as the ICU, in an expeditious manner
  We suggest avoiding admitting to a specialized ICU patients with a primary diagnosis not associated 2C
with that specialty (i.e., boarding)
  We suggest the admission of neurocritically ill patients to a neuro-ICU, especially those with a 2C
diagnosis of intracerebral hemorrhage or head injury
  We recommend a high-intensity ICU model, characterized by the intensivist being responsible for day- 1B
to-day management of the patient, either in a “closed ICU” setting (in which the intensivist serves as
the primary physician) or through a hospital protocol for mandatory intensivist consultation
  We do not recommend a 24-hr/7-d intensivist model if the ICU has a high-intensity staffing model 1A
(vide supra) during the day or night
  We suggest optimizing ICU nursing resources and nursing ratios, taking into consideration available 2D
nursing resources (e.g., levels of education, support personnel, specific workloads), patients’ needs,
and patients’ medical complexity
  Because of current constraints on the availability and cost of 24-hr intensivist coverage, further studies Ungraded
are needed to address the efficacy of coverage with critical care–trained advance practice providers,
including nurse practitioners and physician assistants, and critical care telemedicine
  We suggest that patients receive ICU treatment if their prognosis for recovery and quality of life is Ungraded
acceptable regardless of their length of ICU stay. However, factors such as age, comorbidities,
prognosis, underlying diagnosis, and treatment modalities that can influence survival should be taken
into account
(Continued )

Critical Care Medicine www.ccmjournal.org 1557


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Table 2. (Continued ). Summary of Evidence-Based Recommendations and Best Practices


Recommendations Grade

ICU triage
  We suggest that every ICU institute methods for prioritizing and triaging patients, with policies and Ungraded
guidelines that are disclosed in advance
  We suggest that triage decisions are made explicitly and without bias. Ethnic origin, race, sex, social Ungraded
status, sexual preference, or financial status should never be considered in triage decisions
  We suggest that, under ideal conditions, patients be admitted or discharged strictly on their potential to Ungraded
benefit from ICU care
  We suggest that some overtriage is more acceptable and preferable to undertriage 2D
  We suggest minimizing the transfer time of critically ill patients from the emergency department to the 2D
ICU (< 6 hr in nontrauma patients)
  We suggest that, considering the frequent lack of rapid ICU bed availability, emergency medicine Ungraded
practitioners be prepared to deliver critical care in the emergency department
  In addition to optimization of the triage process from the emergency department to the ICU, we 2D
suggest close monitoring and timely intervention for those who are triaged to the ward. These
interventions might reduce delayed transfers to the ICU of undertriaged patients and prevent acute
deterioration of those still requiring stabilization after hospital admission
  We suggest that patients with risk factors for postoperative instability or decompensation be closely Ungraded
monitored and managed in a higher level of care unit than the ward in the immediate postoperative period
  There are insufficient data to make a recommendation for or against ICU-to-ICU interhospital transfer No recommendation
  We suggest that all ICUs have designated additional equivalent beds, equipment, and staff necessary Ungraded
to support the critically ill during a mass casualty incident emergency response
  We suggest that a designated person or service, with control over resources and active involvement, be Ungraded
responsible for making ICU triage decisions during normal or emergency conditions
  We suggest basing the decision to admit an elderly (> 80 yr) patient to an ICU on the patient’s 2C
comorbidities, severity of illness, prehospital functional status, and patient preferences with regard to
life-sustaining treatment, not on their chronological age
  We suggest that ICU access of cancer patients be decided on the basis established for all critical care Ungraded
patients, with careful consideration of their long-term prognosis
  We suggest that ICU care of all critically ill patients, in particular, cancer patients with advanced Ungraded
disease, be reassessed and discussed with the patient, next of kin, legal representative, or power of
attorney at regular intervals
  We suggest not using scoring systems alone to determine level of care or removal from higher levels 2C
of care because these are not accurate in predicting individual mortality
  We suggest that all hospitals and regional areas develop a coordinated triage plan for epidemics. The Ungraded
hospital plans should include both triage and dissemination of patients throughout the hospital
  We suggest that during epidemics, nontraditional settings be considered and utilized for the care of Ungraded
critically ill patients
  We suggest not using routine laboratory studies alone in determining the nature of illness during an epidemic Ungraded
  We suggest that activation of the hospital disaster plan and a coordinated response of the entire healthcare Ungraded
team (e.g., physicians, nursing staff, environmental staff, administrators) follow the announcement of
a mass casualty incident. The team should ensure that their institution and critical areas (emergency
department, operating room, and ICU) are ready for the rapid and efficient transition from normal to
emergency operations and increase their capacity to accommodate a larger volume of critically ill patients
  We suggest that the disaster response teams identify all patients in need of ICU care and those Ungraded
already hospitalized who could be discharged, and then triage and transfer the incoming patients to
the most appropriate setting as soon as possible
  We suggest that in areas at risk, ICUs be prepared to deal with the victims of not only external disasters Ungraded
but also internal disasters, including collapse of surrounding services in large-scale disasters such
as an earthquake, tsunami, or major tornado. Every ICU should have general disaster and evacuation
plans such as those required by the Joint Commission Standards in the United States
(Continued )

1558 www.ccmjournal.org August 2016 • Volume 44 • Number 8

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Table 2. (Continued ). Summary of Evidence-Based Recommendations and Best Practices


Recommendations Grade

ICU discharge
  We suggest that every ICU stipulate specific discharge criteria in its ADT policy Ungraded
  We suggest that it is appropriate to discharge a patient from the ICU to a lower acuity area when a Ungraded
patient’s physiologic status has stabilized and there no longer is a need for ICU monitoring and
treatment
  We suggest that the discharge parameters be based on ICU admission criteria, the admitting criteria Ungraded
for the next lower level of care, institutional availability of these resources, patient prognosis,
physiologic stability, and ongoing active interventions
  We suggest that, to improve resource utilization, discharge from the ICU is appropriate despite a Ungraded
deteriorated patient’s physiological status if active interventions are no longer planned
  We suggest refraining from transferring patients to lower acuity care areas based solely on Ungraded
severity-of-illness scores. General and specific severity-of-illness scoring systems can identify
patient populations at higher risk of clinical deterioration after ICU discharge. However,
their value for assessing the readiness for transfer of individual patients to lower acuity care has not
been evaluated
  We suggest avoiding discharge from ICU “after hours” (“night shift”, after 7 pm in institutions with 12-hr Grade 2C
shifts). In addition, best practice would seek to optimize evening and night coverage and services Ungraded
  We suggest discharging patients at high risk for mortality and readmission (high severity of illness, Grade 2C
multiple comorbidities, physiologic instability, ongoing organ support) to a step-down unit or long-
term acute care hospital as opposed to the regular ward
  We suggest that a standardized process for discharge from the ICU be followed; both oral and written Ungraded
formats for the report may reduce readmission rate
Outreach programs to supplement ICU care
  We suggest that rapid response systems be utilized for early review of acutely ill non-ICU patients 2C
to identify patients who need or would benefit from ICU admission and treatment and to prevent
unnecessary ICU admissions
  We suggest that ICU consult teams be considered for use to facilitate transition from the ICU, assist 2C
ward staff in the management of deteriorating patients, facilitate transfer to ICU, and reduce rates of
readmission to critical care
Quality assurance/improvement and metrics of ADT practices
  We suggest following the SCCM’s guidelines as described in “critical care delivery in the ICU: defining Ungraded
clinical roles and the best practice model” (currently undergoing revision)
  We suggest that every ICU have a written ADT policy, as an administrative best practice, to guide Ungraded
appropriate patient placement
  We suggest following the metrics identified as indicators of ADT performance in this Ungraded
framework (Table 5). This information should be collected electronically through the
electronic health record, if available
(Continued )

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Table 2. (Continued ). Summary of Evidence-Based Recommendations and Best Practices


Recommendations Grade

Nonbeneficial treatment in the ICU


  We suggest employing the term “nonbeneficial treatment” whenever clinicians consider further care Ungraded
“futile”
  We suggest avoiding the current quantitative definitions of nonbeneficial treatment because of the lack Ungraded
of consensus on a single definition
  We suggest against the routine use of the currently available severity-of-illness scores for identifying 2C
nonbeneficial treatments in specific patients
  We suggest that the information provided by healthcare professionals be quantitative to reduce 2C
disagreement between the prognostic information delivered to the patients’ surrogates and their
understanding and acceptance of the message
  We suggest developing clear ICU and institutional nonbeneficial treatment policies through consensus Ungraded
of all the parties involved (physicians, nurses, administrators, lawyers, ethicists, and family
representatives)
  We suggest that prudent clinical judgment, in conjunction with the latest American Heart Association Ungraded
guidelines and specific local and hospital policies, be followed in deciding when to withhold or
terminate cardiopulmonary resuscitation
  We suggest that life-supportive therapies be removed in cases of patients declared dead by Ungraded
neurological criteria in accordance with local law (including potential legal restrictions associated
with the patient’s religious beliefs), hospital policies, and standard medical practice and after
appropriate organ donation considerations
  We suggest the early involvement of ethicists (within 24 hr of identifying potential or actual conflict) to 2C
aid in conflicts associated with nonbeneficial treatment
  Although palliative medicine consultations have been previously associated with reduction in critical No recommendation
care resources, the most recent evidence does not support a recommendation, emphasizing the
need for additional high-quality research on this subject
  We suggest following the SCCM Ethics Committee’s 1997 general recommendations for determining Ungraded
when treatments are nonbeneficial and for resolving end-of-life conflicts regarding withholding or
withdrawing life support. We also support the fair-process approach recommended by the American
Medical Association’s Council on Ethical and Judicial Affairs committee
  There is growing concern that nonbeneficial treatment affects not only the individuals receiving these Ungraded
treatments but also the rest of the population. Providing nonbeneficial treatments reduces the
availability of the same resources in more appropriate situations, treatments, or patients and could
cause unwanted and unrecognized harm. The effect of this practice has an unknown effect on
the healthcare system as a whole, leading to an urgent need to better understand the impact of
misallocation of critical care resources in the U.S. healthcare system
  As a result of the major knowledge gaps identified, we suggest that more research be performed on all Ungraded
aspects of the determination and provision of nonbeneficial ICU treatment
Rationing
  We suggest adhering to the recommendations of the SCCM Ethics Committee, the Council on Ethical Ungraded
and Judicial Affairs of the American Medical Association, and the Bioethics Task Force of the
American Thoracic Society for the ethical allocation of scarce medical resources until updated or
appropriate evidence-based operational frameworks become available
  Further research is needed on all aspects of rationing critical care resources to narrow the current Ungraded
gaps in allocating scarce resources
ADT = admission, discharge, and triage, SCCM = Society of Critical Care Medicine.

ICU ADMISSION problems (e.g., neurological, burn, or trauma ICUs, and medi-
The ICU is an area within a medical facility equipped with cal or surgical ICUs) or by age groups (e.g., adult or PICUs).
advanced technologies such as ventilators and personnel Given the scarce human and economic resources available to
trained to provide intensive, advanced life-supportive care to support these units and the inappropriateness of delivering
critically ill patients. These units can be general or special- therapies that are not medically indicated, whether knowingly
ized and can be organized by specific systems, pathologies, or or not, the admission to these units is heavily guarded.

1560 www.ccmjournal.org August 2016 • Volume 44 • Number 8

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Criteria for Admission to the ICU Previous Guidelines and Current Status. In the pre-
Recommendations: vious guidelines (5), three models for guiding admission
were discussed: the prioritization model, the diagnosis
●● We suggest that individual institutions and their ICU lead-
model, and the objective parameters model. In the prioriti-
ers develop policies to meet their specific population needs
zation model, patients are categorized by four priority lev-
(e.g., trauma, burns, and neurological), taking into consid-
els based on how likely they are to benefit from admission
eration their institutional limitations such as ICU size and
to the ICU. In the diagnosis model, a list of specific con-
therapeutic capabilities (ungraded).
ditions and diseases is offered for deciding which patients
●● To optimize resource use while improving outcomes, we
should be admitted to the ICU. In the objective parame-
suggest guiding ICU admissions on the basis of a combina-
ters model, specific vital signs, laboratory values, imaging
tion of 1) specific patient needs that can be only addressed
or electrocardiogram findings, and physical findings are
in the ICU environment, such as life-supportive therapies,
offered for deciding which patients should be admitted. All
2) available clinical expertise, 3) prioritization according
these models have limitations, and none have been properly
to the patient’s condition, 4) diagnosis, 5) bed availability,
validated. Nevertheless, the need for objective criteria has
6) objective parameters at the time of referral, such as respi-
been outlined as a part of the Joint Commission’s require-
ratory rate, 7) potential for the patient to benefit from inter-
ments; currently, the Joint Commission requires that hos-
ventions, and 8) prognosis (grade 2D).
pitals have a written process for accepting and admitting
●● We suggest using the following tools for bed allocation dur-
patients, including criteria to determine a patient’s eligibil-
ing the admission and triage processes (ungraded):
ity for care, treatment, and services rendered. The commis-
○ Guide to resource allocation of intensive monitoring sion does not specifically address admission criteria in its
and care including levels of monitoring, care, and nurs- latest publication (15).
ing ratios (Table 3). Currently, there are no conclusive studies showing all-
○  Prioritization framework (Table 4). encompassing, definitive criteria for ICU admissions. The
●● We suggest patients needing life-sustaining interventions evidence gathered during the development of the current
who have a higher probability of recovery and would accept guidelines highlights the lack of high-quality evidence sup-
cardiopulmonary resuscitation receive a higher priority for porting specific ICU admission criteria and demonstrat-
ICU admission than those with a significantly lower prob- ing improved outcomes. Furthermore, our literature review
ability of recovery who choose not to receive cardiopulmo- revealed the diversity and the range of methodological quality
nary resuscitation (Table 4) (grade 2D). of the studies investigating this subject.

Table 3. Guide to Resource Allocation of Intensive Monitoring and Care


Nursing-to-Patient
Level Type of Patients Ratios Interventions

ICU (very high) or level 3 Critically ill patients who need hourly 1:1 to ≤ 1:2 Invasive interventions not provided
and/or invasive monitoring, such as anywhere else in the institution,
continuous blood pressure monitoring such as cerebrospinal fluid
via an arterial cannula drainage for elevated intracranial
pressure management, invasive
mechanical ventilation, vasopressors,
extracorporeal membrane
oxygenation, intraaortic balloon
pump, left ventricular assist device, or
continuous renal replacement therapy
Intermediate medical Unstable patients who need nursing ≤ 1:3 Interventions such as noninvasive
unit (high-medium) interventions, laboratory workup, and/or ventilation, IV infusions, or titration
or level 2a monitoring every 2–4 hr of vasodilators or antiarrhythmic
substances
Telemetry (medium-low) Stable patients who need close ≤ 1:4 IV infusions and titration of
or level 1a electrocardiographic monitoring for medications such as vasodilators or
nonmalignant arrhythmias or laboratory antiarrhythmics
work every 2–4 hr. This type of unit or
ward service is mainly for monitoring
purposes.
Ward (low) or level 0 Stable patients who need testing and ≤ 1:5 IV antibiotics, IV chemotherapy,
monitoring not more frequently than laboratory and radiographic
every 4 hr work, etc
a
If an institution does not have this capability, the patient should be admitted to the next highest level.

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Table 4. ICU Admission Prioritization Framework


Level of Care Priority Type of Patient

ICU Priority 1 Critically ill patients who require life support for organ failure, intensive monitoring,
and therapies only provided in the ICU environment. Life support includes invasive
ventilation, continuous renal replacement therapies, invasive hemodynamic monitoring
to direct aggressive hemodynamic interventions, extracorporeal membrane oxygenation,
intraaortic balloon pumps, and other situations requiring critical care (e.g., patients with
severe hypoxemia or in shock)
Priority 2 Patients, as described above, with significantly lower probability of recovery and who would
like to receive intensive care therapies but not cardiopulmonary resuscitation in case of
cardiac arrest (e.g., patients with metastatic cancer and respiratory failure secondary to
pneumonia or in septic shock requiring vasopressors)
IMU Priority 3 Patients with organ dysfunction who require intensive monitoring and/or therapies (e.g.,
noninvasive ventilation), or who, in the clinical opinion of the triaging physician, could
be managed at a lower level of care than the ICU (e.g., postoperative patients who
require close monitoring for risk of deterioration or require intense postoperative care,
patients with respiratory insufficiency tolerating intermittent noninvasive ventilation).
These patients may need to be admitted to the ICU if early management fails to prevent
deterioration or there is no IMU capability in the hospital
Priority 4 Patients, as described above but with lower probability of recovery/survival (e.g., patients
with underlying metastatic disease) who do not want to be intubated or resuscitated. As
above, if the hospital does not have IMU capability, these patients could be considered
for ICU in special circumstances
Palliative care Priority 5 Terminal or moribund patients with no possibility of recovery; such patients are in general
not appropriate for ICU admission (unless they are potential organ donors). In cases
in which individuals have unequivocally declined intensive care therapies or have
irreversible processes such as metastatic cancer with no additional chemotherapy or
radiation therapy options, palliative care should be initially offered
IMU = intermediate medical unit.

Systems of Prioritization. With the lack of consensus in 211 patients met a trigger for ICU admission based on vital
regard to the main approach to prioritizing/triaging admis- signs. Because tachypnea is a direct sign of critical illness, as
sions, several groups have proposed and tested new systems. outlined in the SCCM’s Fundamental Critical Care Support
Cohen et al (16) have suggested that admissions to the ICU course (20), another study looked at just tachypnea (21) as a
should be based on functional impairment, rather than just sign for ICU admission. Although this was a retrospective case-
severity of illness. In a study of medical admissions during control study, Farley et al (21) determined that respiratory
1 year, they showed that functional impairment at the time rate alone should be a major determinant for ICU admission.
of intensivist evaluation was the determining factor influenc- Unfortunately, there is not a reliable list of objective indicators
ing ICU acceptance. Patients were less likely to be admitted if or their respective specific thresholds for identifying candidates
their functional status was poor or they had a do-not-resus- for ICU admission. As a matter of fact, there is evidence that
citate order. some groups of critically ill patients do not present these signs.
The most structured triage system using some vital signs Lamantia et al (22) have shown that the sensitivity and the
available is Swedish Adaptive Process Triage, developed in specificity of abnormal signs to predict death or ICU admis-
2006, which uses a combination of complaints and vital signs sion at triage were only 73% (95% CI, 66–81) and 50% (95%
to create a total triage score (17). In the validation study, CI, 48–52), respectively, with a positive likelihood ratio of 1.47
Barfod et al (18) found that among the vital signs, the best (95% CI, 1.3–1.6) and negative likelihood ratio of 0.54 (95%
predictors of hospital mortality were respiratory rate, oxygen CI, 0.3–0.6). Although these systems continue to improve and
saturation, systolic blood pressure, and Glasgow Coma Scale integrate response algorithms, their low predictive value and
score. Among the complaints, dyspnea and altered mental sta- poor performance impede our sole reliance on them (23, 24).
tus had the highest association with mortality (12% and 11%, Severe metabolic abnormalities may direct admissions
respectively). to the ICU and overall outcomes. Jung et al (25) conducted
Other studies have reviewed the use of abnormal vital signs a prospective observational, multiple-center study involving
for deciding ICU admissions. O’Connell et al (19) reviewed 155 patients to evaluate the use of bicarbonate therapy in the
their data after starting a program in which abnormal vital ICU and mortality. Severe metabolic acidemia (pH < 7.20)
signs were used as criteria to trigger patients to be admitted was associated with a greater than 57% chance of death. The
to an ICU until their condition improved or stabilized. In a authors suggested that earlier admission to the ICU and bicar-
comparison of data over 2 years for more than 5,700 patients, bonate use were variables associated with better outcome.

1562 www.ccmjournal.org August 2016 • Volume 44 • Number 8

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Sprung et al (26) went further by investigating the feasi- their location (46). In their review of critical care services pub-
bility of using a triage score to assist in deciding about ICU lished in 2000, they described these levels as follows:
admissions. The score incorporated age; diagnosis; systolic
●● Level 0: regular hospitalized patients with no intensive
blood pressure; pulse; respiratory rate; Pao2; concentrations
monitoring or care requirements.
of creatinine, bilirubin, bicarbonate, and albumin; vasopres-
●● Level I: patients requiring additional monitoring such as
sor use; Glasgow Coma Scale score; Karnofsky performance
continuous electrocardiographic monitoring.
status score; operative status; and chronic disorders. The
●● Level II: patients requiring more frequent monitoring and
training and validation samples showed excellent discrimina-
interventions, such as those with single-organ dysfunction,
tion (area under the receiving operating characteristic curve
that cannot be provided in the previous levels.
> 0.8). However, the tool is in its early stages, the assignment
●● Level III: patients requiring life-supportive therapies, such
of the individual score is not simple (a computerized process),
as those with single- or multiorgan failure, which can only
and its appropriateness for making decisions for individual
be provided in the ICU.
patients is clearly limited pending further validation; therefore,
it would be premature to introduce it in clinical practice (26). This classification removes the division between ICU and
In another example, Bayraktar et al (27) evaluated a specific other ward services and focuses on each patient’s specific mon-
comorbidity index in hematopoietic stem cell transplantation itoring and care needs. In fact, intensivists provide critical care
patients in an effort to identify who would benefit from an ICU services beyond the ICU borders; now even more with a vari-
stay; however, the authors did not recommend denying ICU ety of critical care outreach programs, including intermediate
admission based on this score alone. units, early warning systems, and medical emergency teams
Several groups base admission to the ICU on severity of (47). Day and colleagues (46) clearly identified the major
illness as determined by other national organization or local groups of patients regularly managed by intensivists; however,
institutional scores (21, 28–38). Most of these tools represent their system does not address terminal patients requiring life
the best guidance that is available, but most have only been support and moribund patients.
validated locally and without high-quality data. Most have not Maintaining patients in flexible hospital beds can be easy if
been studied as preadmission tools, but rather in retrospective there are only monitoring needs such as electrocardiography
assessments. The Sequential Organ Failure Assessment (SOFA) but could create logistical problems for intensive care delivery.
score has been studied to evaluate outcomes in septic patients One possible solution is critical care outreach. In a recent ward
with evidence of hypoperfusion at the time of arrival to the (cluster)-randomized study of early interventions by a 24-hour
emergency department (ED) and subsequent ICU evaluation outreach nurse-led team and critical care physician, Priestley
72 hours after admission (39). The authors showed that the et al (48) showed a significant hospital-mortality reduction for
SOFA score provided potentially valuable prognostic informa- patients who received the outreach intervention, with an odds
tion for patients who needed ICU admission. Yet, Sinuff et al ratio (OR) of death of 0.52 (95% CI, 0.32–0.97).
(40) have shown that 24 hours after admission, physicians Draft Tools to Aid in Patient Prioritization for ICU Admis-
predict more accurately than scoring systems whether ICU sion. Acknowledging the limitations discussed above (e.g., lack
patients will survive. of high-level evidence and validated functional admission/
Identifying the Required Level of Care. To reduced prevent- triage instruments), the ADT Task Force created the follow-
able cardiac arrests and late ICU admissions, several ways of ing tools for the use during the admission and triage processes
providing critical care outside the ICU have been developed. In (these tools are only offered as a framework for practical pur-
1990, Schein et al (41) demonstrated that in-hospital cardiac poses, further study, and validation):
arrests are preceded by detectable pathophysiologic changes
●● A guide to levels of monitoring, care, and nursing ratios for
associated with clinical deterioration within 8 hours of the
bed allocation (Table 3): This tool matches the level of care
arrest. This led to the establishment of the rapid response team,
the patient needs with the type of patient considered appro-
also called the “rapid response system” (RRS). These personnel,
priate, the nursing ratios expected, and the type of interven-
trained in critical care medicine, are dispatched when patients
tions needed.
in general hospital wards have deteriorating conditions that
●● An ICU admission prioritization framework based on these
might merit ICU admission. Several studies have evaluated the
levels of monitoring and care requirements (Table 4): this
impact of RRS outreach care on ICU admissions (30, 42–45).
tool provides guidance for prioritizing the patients referred
Most have shown that RRSs have actually reduced ICU admis-
to ICU for admission.
sion rates and mortality; however, the widespread use of RRS
tools and validation of these teams are not based on robust
data (45). This subject is discussed at length in Use of Outreach Benefits of Different Levels and Models of
Programs to Supplement ICU Care section. Critical Care
In 1999, a group of experts appointed by the Department of The survival benefit of critical care for different populations
Health in the United Kingdom and led by Dr. Valerie Day sug- by age group, diagnosis, length of ICU stay, and place of treat-
gested that patients in the hospital should be assigned a level of ment remains somewhat elusive (49, 50). Although ICU mor-
care based on an assessment of their clinical needs, regardless of tality rates are dependent on severity of illness, comorbidities,

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and diagnosis, among other factors, patients hospitalized in an Critical care does occur in hospital wards, usually during
ICU are at increased risk of mortality after hospital discharge the activation of a RRS, deploying a rapid response team, or
compared with patients who did not. In a recent survey char- when a critical care bed is not immediately available to an
acterizing the organizational structure and processes of care acutely ill general ward patient. In some institutions, chronic
in 69 U.S. ICUs, 25 of which were medical (36%), 24 surgical critically ill patients are transferred from the ICU to the gen-
(35%), and 20 of mixed type (29%), the average annual ICU eral ward for such processes as weaning from mechanical
mortality rate was 11% (49). In multivariable linear regression ventilation or starting rehabilitation. Although a random-
adjusted for severity of illness as measured by the Acute Physi- ized controlled trial would be difficult, several retrospective
ology and Chronic Health Evaluation (APACHE) II score, as and observational studies have favored the benefits of criti-
well as multiple ICU structure and process factors, the annual cal care in an ICU. Worse than predicted survival is noted
ICU mortality rate was lower in surgical ICUs than in medical in the absence of ICU care for critically ill patients who
ICUs (5.6% lower [95% CI, 2.4–8.8]) or mixed ICUs (4.5% receive mechanical ventilation and for those diagnosed with
lower [95% CI, 0.4–8.7]). A lower annual ICU mortality rate sepsis on general wards (53, 54). The ICU provides better
was found among ICUs that had a daily plan-of-care review monitoring, decreased endotracheal tube–related complica-
(5.8% lower [95% CI, 1.6–10.0]) and a lower bed-to-nurse tions, and more active ventilator management (55). There
is an increased risk of cardiac arrest for sicker ward patients
ratio (1.8% lower when the ratio decreased from 2:1 to 1.5:1
when medical ICU beds are not available and increased risk
(95% CI, 0.25–3.4]). In contrast, 24-hour intensivist coverage
of mortality and ICU length of stay (LOS) if there is a delay
(p = 0.89) and “closed ICU” status (p = 0.16) were not associ-
in admitting a critically ill patient from the hospital ward
ated with a lower annual ICU mortality rate (51).
to the ICU (55–57). A delay of 4 hours or more in transfer-
In a recent cohort study of ICU admissions from a Dutch
ring patients from the hospital ward to the ICU was associ-
national ICU registry linked to administrative records from
ated with a significant increase in mortality in a community
an insurance claims database for 91,203 patients from 81 hospital (58). Young et al (58) found that patients who were
ICUs, the mortality rates at 1, 2, and 3 years after hospital rapidly transferred to the ICU after identification of a prob-
discharge after an ICU stay were 13%, 19%, and 28%, respec- lem (rapid transfers) had a hospital mortality rate of 11%,
tively. Medical patients and patients admitted for cancer had whereas those who arrived in the ICU after 4 hours (slow
statistically significantly worse mortality outcomes (adjusted transfers) had a hospital mortality rate of 41% (relative risk
hazard ratios, 1.41 and 1.94, respectively) compared with [RR], 3.5; 95% CI, 1.4–9.5; p = 0.004). The “slow transfer”
other ICU patients. Urgent surgery patients and patients patients had a lower, but not significantly so, mean pre-ICU
with a subarachnoid hemorrhage, trauma, acute renal fail- APACHE II score (16 ± 2 vs 19 ± 2; p = 0.09); in addition
ure, or severe community-acquired pneumonia did not to a higher mortality rate, the “slow transfers” had a lon-
differ statistically from the other ICU patients after adjust- ger median hospital LOS (14 vs 9 d; p = 0.03) and higher
ment for case-mix differences. Although mortality after hos- median hospital cost ($34,000 vs $21,000; p = 0.01). A simi-
pital discharge varied widely among subgroups, most ICU lar increase in ICU and hospital mortality and increase in
patients had an increased mortality risk in the subsequent LOS have been found for critically ill ED patients who have a
1–5 years after hospital discharge compared to the general 6-hour or longer delay in transfer to an ICU (59). Although
population (52). complex postoperative patients benefit from admission to
Overall, studies assessing the benefit of ICU care are limited the ICU, the routine surgical patient may well be moni-
to observational studies because of the ethical considerations tored in a non-ICU environment provided that the nurs-
of performing randomized controlled trials to answer these ing staff has been adequately educated in the care of those
questions. We have categorized studies of ICU benefit into four patients (60–62).
types of comparisons in order to best evaluate the literature
and to make recommendations. General ICU Versus Specialized ICUs.
Recommendations:
Care in the ICU Versus Intensive Care in the Wards. Although investment in ICU specialization may not
Recommendations: improve survival:

●● We suggest that patients with invasive mechanical venti- ●● We suggest avoiding admitting to a specialized ICU patients
lation or complex life-threatening conditions, including with a primary diagnosis not associated with that specialty
those with sepsis, be treated in an ICU. Patients should not (i.e., boarding) (grade 2C).
be weaned from mechanical ventilation on the general ward ●● We suggest the admission of neurocritically ill patients to a
unless the ward is a high-dependency/intermediate unit neuro-ICU, especially those with a diagnosis of intracere-
(grade 2C). bral hemorrhage or head injury (grade 2C).
●● We suggest that critically ill patients in the ED or on the Multispecialty or general ICUs are typically located within
general ward be transferred to a higher level of care, such as smaller, community-based hospitals or may be utilized in ter-
the ICU, in an expeditious manner (grade 2D). tiary institutions for critically ill patients who have diagnoses

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that do not fit into one of the specialty ICUs. However, the com- to address the efficacy of coverage with critical care–trained
plexities of critical care make it difficult to conclusively demon- advanced practice providers, including nurse practitioners
strate efficacy for specialization (63). Studies have suggested that and physician assistants, and critical care telemedicine
the organization and management of an ICU may have more (ungraded).
of an effect on outcomes (64, 65). ICU specialization is likely
This section will assess staffing models in regard to inten-
motivated by physician convenience and the pooling of clinical
sity of ICU physician participation in treatment of the criti-
resources around specialty departments to improve efficiency
cally ill patient, both in terms of low- and high-intensity ICU
(66). Although some studies have shown the benefit of special-
models and 24-hour intensivist care. The high-intensity model
ization of ICUs for certain fields, the literature does not support
is characterized by the intensivist being responsible for day-
a survival benefit for specialized over general ICU care in the
to-day management of the patient, either in a closed ICU set-
case of common admitting diagnoses such as acute coronary
ting or through a hospital protocol for mandatory intensivist
syndrome, ischemic stroke, intracranial hemorrhage, pneumo-
consultation. A low-intensity model involves elective inten-
nia, abdominal surgery, or coronary artery bypass graft surgery.
sivist consultation, either in an “open ICU” setting (in which
Admission to a specialized ICU of a patient with a primary diag-
patient management is mainly by another primary physician)
nosis not associated with that specialty (i.e., “boarding”) is asso-
or because there is no intensivist available. The superiority of
ciated with increased risk-adjusted mortality (66).
closed ICU and high-intensity staffing in improving the out-
Although there are notable limitations in published
comes of critically ill patients is supported by an abundant
studies, cumulative evidence suggests that neurocritical
amount of evidence, as well as recommendations from the
care unit patients show improved outcomes when compared
Leapfrog Group and the American College of Critical Care
with the treatment in a general ICU, especially for intra-
Medicine (72–79). Results of the latest systematic review and
cerebral hemorrhage and head injury (67–70). Neuro-ICU
meta-analysis of ICU physician staffing models (80) further
patients were reported to undergo more invasive intracra-
support the high-intensity staffing model. The authors showed
nial and hemodynamic monitoring, continuous electroen-
that when compared with low-intensity staffing, the high-
cephalogram monitoring, tracheostomy, and nutritional
intensity model was associated with lower hospital mortality
support as well as to receive less IV sedation compared with
(pooled RR, 0.83; 95% CI, 0.70–0.99) and lower ICU mortality
general ICU patients, possibly explaining the observed dif-
(pooled RR, 0.81; 95% CI, 0.68–0.96).
ferences in outcome between neurocritical care and general
Our assessment of the literature reveals that the greater use
ICUs (68, 69).
of intensivists in the ICU led to significant reductions in ICU
Modern trauma care has also become highly specialized
and hospital mortality and LOS. Although most of the studies
for the critically ill patient with multiple-system injuries.
were observational, these findings were consistent across a vari-
Despite the development of surgical trauma ICUs, little
ety of populations and hospital settings. These improved out-
information currently exists to compare outcomes with gen-
comes were not only limited to medical ICUs but also included
eral ICUs. Most patients admitted to a trauma ICU appear
neurological and surgical ICUs and oncologic patient popula-
to be sicker and more severely injured than general-ICU
tions (81–85). Patients receiving care under the high-intensity
patients, making accurate comparisons and retrospective
intensivist staffing model were more likely to receive evidence-
studies difficult (71).
based care, including prophylaxis for deep vein thrombosis,
stress ulcer prophylaxis, and spontaneous breathing trials (86).
Different Staffing Models.
Interestingly, one study showed a higher mortality rate with
Recommendations:
the use of a high-intensity staffing model, but it was limited
●● We recommend a high-intensity ICU model, characterized to patients with low severity of illness, suggesting that patients
by the intensivist being responsible for day-to-day man- who are not critically ill may be exposed to unnecessary risk in
agement of the patient, either in a “closed ICU” setting (in the ICU (74, 87).
which the intensivist serves as the primary physician) or The literature supporting the need for 24-hour/7-day inten-
through a hospital protocol for mandatory intensivist con- sivist coverage of the ICU is not as abundant and presents
sultation (grade 1B). several controversial issues. Although continuous 24-hour on-
●● We do not recommend a 24-hour/7-day intensivist model site critical care specialist coverage of an ICU has benefits in
if the ICU has a high-intensity staffing model (as described improved processes of care, increased staff and family satisfac-
above) during the day or night (grade 1A). tion, decreased complication rate, and shorter hospital LOS, the
●● We suggest optimizing ICU nursing resources and nursing evidence on improving patient mortality is weaker (88–90). In
ratios, taking into consideration available nursing resources a retrospective study of 49 ICUs, the mortality rate improved
(e.g., levels of education, support personnel, specific work- with nighttime coverage of the ICU only when a low-intensity
loads), patients’ needs, and patients’ medical complexity daytime staffing model was used (90). Although there was no
(grade 2D). difference in mortality in comparison with partial-day high-
●● Because of current constraints on the availability and cost intensity coverage, 24-hour intensivist coverage was associated
of 24-hour intensivist coverage, further studies are needed with improved compliance with evidence-based processes of

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care. This study supports previous studies showing that inten- between ICU nursing staffing and adverse patient outcomes;
sivists improve outcomes regardless of the time of day (day or most of the studies were observational and retrospective (100).
night) that they care for critically ill patients. However, adding Needleman et al (101) reported an association between better
intensivists at night after being present during the day did not care and nursing hospital staffing. More recently, Needleman
confer an additional benefit. In a more recent study, van der et al (102) correlated inadequate nursing staffing and increased
Wilden et al (91) showed no improvement in mortality among hospital mortality. Regardless, government bodies have already
2,829 patients admitted during two 13-month periods, before established parameters for reimbursement that require specific
and after a 24-hour/7-day intensivist program was introduced nursing ratios of one nurse to two patients in areas in which
in their ICU. Although they found that fewer blood products critically ill patients are managed, such as the ICU and burn
and radiographs were ordered, they suggested that the health- units (103). In the United States, California was the first state
care value may be decreased under the 24/7 model. A recent to introduce mandatory staffing ratios (1:2) (104).
Canadian crossover study on the effects of 24-hour intensivist Although 1:1 and 1:2 nurse-to-patient ratios are commonly
presence in the ICU showed no difference in adjusted hospital used for critically ill patients, depending on severity of illness
mortality (OR, 1.22; p = 0.44), ICU LOS (p = 0.46), or fam- and patient care needs, there is insufficient evidence to establish
ily satisfaction (p = 0.79). In addition, nurses reported signifi- a particular nursing ICU staffing ratio because the inadequacy
cantly more role conflicts (p < 0.001) (92). of nursing resources and patients’ needs and their complexity
In the systematic review and meta-analysis mentioned also need to be considered in the equation (105–108). However,
above (80), 24-hour in-hospital intensivist coverage did there is growing evidence that inadequate staffing affects deliv-
not improve hospital mortality (pooled RR, 0.97; 95% CI, ery of basic care and increases the risk of in-hospital death (106,
0.89–1.1) or ICU mortality (RR, 0.88; 95% CI, 0.70–1.1). The 109). The impact of nursing rationing, and of the complexity
authors also found that hospital mortality varied throughout of the evaluation of nursing resources, on outcomes is further
different decades, ranging from a significant effect of this type discussed in Impact of Rationing on ICU Outcomes section.
of coverage in the 1980s (pooled RR, 0.74; 95% CI, 0.63–0.87) The organizational structure and the system of healthcare
to a nonsignificant effect from 2010 to 2012 (pooled RR, 1.2; delivery may actually influence the process of care and patient
95% CI, 0.84–1.8). The impact on ICU mortality followed this outcome more than intensivist staffing alone. Intensivists prac-
same pattern; pooled RR was 0.49 for 1980–1989 (95% CI, ticing medicine must organize their ICUs in ways that are ideal
0.33–0.71) and 1.0 for 2010–2012 (95% CI, 0.53–2.1). Kerlin et for implementing the standards of care based on the available
al (93) published the only randomized study to date, in which evidence. Appropriately organized ICUs that utilize evidence-
daytime in-hospital intensivist coverage was supplemented based bundles and protocols for delivering care to the critically
by either nighttime coverage by in-hospital intensivists or by ill have generated improved patient outcomes (64, 65).
nighttime availability of the daytime intensivists for telephone
consultation; the results clearly demonstrated that there was Short Versus Long ICU Care.
no difference in ICU or hospital LOS, in-hospital mortality, or Recommendation:
readmission.
●● We suggest that patients receive ICU treatment if their prog-
A multidisciplinary model led by an intensivist and 24-hour
nosis for recovery and quality of life is acceptable regardless
care delivery by highly skilled physicians gained popularity
of their length of ICU stay. However, factors such as age,
during the past decade (74, 94). However, around-the-clock
comorbidities, prognosis, underlying diagnosis, and treat-
on-site intensivist coverage may not be feasible for all ICUs
ment modalities that can influence survival should be taken
because of the shortage of available intensivists, the finan-
into account (ungraded).
cial constraints in today’s healthcare climate, and the lack of
evidence supporting this approach. Coverage with critical Practicing critical care medicine involves treatment to sus-
care–trained advanced practice providers, including nurse tain and prolong the life of the critically ill patient. The evolu-
practitioners and physician assistants, and telemedicine may tion of critical care has been to treat patients of all ages with a
be feasible alternatives (74, 95, 96). wide variety and severity of illness. For most of these patients,
Nursing staffing has been a matter of serious debate for establishing a good quality of life is important because pro-
more than a decade in the United States (97), but the lack of longation of life may result in an unacceptable health out-
consensus in regard to the appropriate ratios, projected nurs- come (110, 111). The longer one remains in ICU, the worse
ing deficits, and costs have prevented widespread acceptance. one’s prognosis is likely to be and the more resources that are
Cho and Yun (98) have shown that increased ICU and general likely to be expended (112). Older patients and those with pro-
ward nursing staffing are associated with lower in-hospital and longed requirement for life-supportive therapies (mechanical
30-day mortality and better delivery of basic care. In a review ventilation, dialysis, and vasopressor support), pre-existing
of the literature investigating the effect of hospital staffing on comorbidities, and multisystem organ failure have higher
infection rates, Stone et al (99) found that, among 38 stud- mortality rates (112, 113). The dominant reason for prolonged
ies where nursing staffing was considered, only seven did not ICU stays is often multiple organ failure, ventilatory support,
find a statistical association. Another recent literature review or single-organ failure in nonventilated patients (112). Thus,
spanning 2002–2011 failed to find a significant correlation the question that arises for patients that remain in the ICU

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for a prolonged stay is: Will their outcome or quality of life ●● We suggest that triage decisions are made explicitly and
be acceptable after discharge? Despite tremendous variation in without bias. Ethnic origin, race, sex, social status, sexual
what is considered a prolonged ICU stay (varying from over preference, or financial status should never be considered in
5 d to over 21 d), studies have shown that even with high lev- triage decisions (ungraded).
els of ICU therapeutic intensity, there were reasonable hospital ●● We suggest that, under ideal conditions, patients be admit-
survival rates and quality of life after discharge (110, 114–119). ted or discharged strictly on their potential to benefit from
This was seen in both medical and surgical ICUs, except for ICU care (ungraded).
one study that showed a poor rate of survival and return to
previous quality of life after cardiac surgery associated with a Triage is the process of placing patients at their most appro-
prolonged ICU stay (120). The benefit of prolonged ICU inter- priate level of care, based upon their need for medical treat-
vention can be seen even for elderly patients and those with ment and the assessment that they will benefit from ICU
a malignancy (118, 119). However, comparison among these care. Patients are admitted to the ICU from several sources
studies was significantly limited because of lack of consistency (ED, operating room, intermediate care unit, general ward or
in what was considered a prolonged ICU stay or quality of floor bed, or by transfer from another hospital). Whatever the
life. Further research with standardization of these variables is source of these patients, most ICU admissions are emergent
necessary to determine both predictors and sequelae of a pro- and unplanned.
longed ICU course (121). Until that time, limiting care on the ICU care has been demonstrated to reduce mortality in
basis of length of ICU stay, diagnosis, or treatment will be dif- severely ill patient populations (28-d mortality OR, 0.73; 95%
ficult. In future research, attention must be given as well to how CI, 0.62–0.87; and 90-d mortality OR, 0.79; 95% CI, 0.66–0.93)
transfer practices to long-term acute-care hospitals (LTACHs; (125). However, in a prospective observational study, Simchen
Long-Term Acute Care Hospitals section) affect in-hospital et al (126) showed that, after adjusting for age and severity of
mortality and LOS (122). illness, 3-day survival was higher in the ICU patient popula-
tion than in patients admitted to other areas of the hospital
Future Directions and Research (p = 0.018), but thereafter, there was no difference in survival
Additional admission-related research should be focused on (p = 0.9). The authors concluded that there is a “window of criti-
developing and validating specific criteria for determining cal opportunity” that is lost if access is not granted in time (126).
appropriate admissions for ICU care, underlining the need for Triage decisions are based upon a combination of factors,
the development of simple and accurate ICU admission triage including written criteria, available resources, and biases in the
scoring. Unlike the severity-of-illness scoring systems devel- triage process that vary from person to person (127) and from
oped to predict the outcome of patients already in the ICU, institution to institution (128). A study of hospitals within the
pre-ICU scoring focuses on determining the point at which Veterans Administration system showed wide variability in
patients would benefit from intensive care interventions. The ICU admission for patients with the same predicted mortality;
development and proper validation of ICU criteria for admis- the investigators concluded that access to critical care services
sions should be based on available resources (e.g., number of may depend, in part, on the hospital at which a patient seeks
beds, staffing), acuity, diagnosis, specific measurable param- his or her care.
eters, and other factors such as prognosis. In general, patients admitted to the ICU should meet one or
Research is needed in the areas of ICU staffing models and more of the following criteria:
practitioners to patients’ ratios, effects of teaching, burnout,
factors that influence optimal ratios, impact of technology, ●● Require care involving specialized competency of ICU
and addition of other medical professionals (123). The cur- staff that is not widely available elsewhere in the hospital
rent literature provides multiple beneficial effects associated (e.g., invasive mechanical ventilation, management of shock,
with the integration of physician assistants and advance nurse extracorporeal membrane oxygenation, and intraaortic bal-
practitioners in the ICU and other acute-care settings (124). loon pump).
Consequently, staffing models that include advance practitio- ●● Have clinical instability (e.g., status epilepticus, hypoxemia,
ners in acute and critical care environments could be a viable and hypotension).
model to address intensivists shortages. The impact of intro- ●● Be at high risk for imminent decline (e.g., impending
ducing all these variables on patients’ outcomes and healthcare intubation).
costs needs to be further explored. The process for triage described in the 1994 SCCM consen-
sus statement on this topic (129) has the following common
Triage elements: patient assessment, urgency determination, priority
of care based on urgency, resource analysis, documentation,
General Considerations
and disposition. The statement recommends consideration of
Recommendations:
factors such as likelihood of successful outcome, patient’s life
●● We suggest that every ICU institute methods for prioritiz- expectancy in the context of the disease, wishes of the patient
ing and triaging patients, with policies and guidelines that and/or surrogate, and missed opportunities to treat other
are disclosed in advance (ungraded). patients. The authors recommend that decisions made during

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the triage process be explicit, fair, and just without biases such hospitals between 2010 and 2011, the accuracy of in-hospital
as religion, ethnicity/race, sexual orientation, social back- triage was only 61%. They found a 24% rate of overtriage and
ground, or ability to pay. a 16% rate of undertriage (137).
In 2007, a Task Force for Mass Critical Care Working Group
made several suggestions for expanding critical care services Transfer to the ICU From the ED
emergently and conducting the triage process in disaster situa- Recommendations:
tions (130). Among the suggestions was that healthcare facili-
ties need to develop the infrastructure, acquire the necessary ●● We suggest minimizing the transfer time of critically ill
resources, or ensure the transfer of patients to facilities that patients from the ED to the ICU (< 6 hr in nontrauma
have these capabilities before any decision to ration criti- patients) (grade 2D).
cal care is made during disaster situations where critical care ●● We suggest that, considering the frequent lack of rapid ICU
capacity is exceeded and augmentation has to be implemented. bed availability, emergency medicine practitioners be pre-
The European Society of Intensive Care Medicine’s Task Force pared to deliver critical care in the ED (ungraded).
for Intensive Care Unit Triage during an Influenza Epidemic In many hospitals, the majority of ICU admissions are
or Mass Disaster has recommended that units develop, among through the ED. Patients are seen and stabilized by emergency
other things, an Incident Management System, objective cri- medicine personnel. Because of a shortage of readily available
teria for triage that can be applied ethically and transparently, empty beds in many ICUs, patients may spend hours being cared
and fair policies with admission and discharge criteria (131). for in the ED by its staff. In one survey of 3,562 ED caregivers,
(In addition to the information on triage in epidemics, mass half answered that ED patients requiring admission to the ICU
casualty incidents (MCIs), and natural disasters later in this were rarely transferred from the ED to the ICU within 1 hour
section, further discussion about triage in times of bed short- (138). In a cross-sectional analytical study, ED patients with a
age is found in Rationing section.) 6-hour or higher delay in ICU transfer had higher ICU mortality
(10.7% vs 8.4% for patients transferred within 6 hr; p < 0.01) and
Overtriage Versus Undertriage hospital mortality (17.4% vs 12.9%; p < 0.001) (59). In a study of
Recommendation: trauma and emergency general surgery patients, the authors con-
●● We suggest that some overtriage is more acceptable and cluded that experienced clinicians could effectively triage more
preferable to undertriage (grade 2D). critically injured patients to earlier ICU admission and thereby
prevent any increased mortality associated with a longer ED stay.
A patient may not need intensive care if effective thera- The authors initially categorized patients as “nondelayed” when
peutic treatment can be delivered in another hospital setting the transfer occurred within the first 3 hours, but they changed
without significantly compromising the patient’s care. An ideal the time threshold to compare their results to the findings of
triage model would identify all patients in need of ICU care Chalfin et al (59). They found that patients admitted with less
with an acceptable level of overtriage, or the understanding than a 6-hour delay were more seriously injured and had worse
that some patients admitted will, in retrospect, not have been outcomes than those admitted with a longer delay (139). Horwitz
sick enough to have required the ICU. Because triage involves et al (140) showed that the transfer of a patient from the ED to
the use of judgment, not all decisions will be accurate all of an internal medicine ward is associated with adverse events that
the time. Some overtriage may be preferable to undertriage in can be due to issues with poor communication, environment,
order to reduce life-threatening undertriage. workload, information technology, patient flow, and assignment
Over- and undertriage rates are affected by who performs of responsibility. The authors suggested that system-based inter-
the patient selection (132) and what definitions are used (133). ventions aimed at these issues could improve patient safety. These
It has been reported that for trauma patients anesthesiologists findings also suggest the existence of a care gap between the ED
have lower overtriage (35% vs 66%, respectively) and undertri- and the ward that should not necessarily be solved in the ICU.
age rates (2% vs 35%, respectively) than paramedics making With a projected increase in numbers of critically ill patients pre-
decisions in the field (132). In that study, undertriage was asso- senting to EDs, the shortage of intensivists, and the shortage of
ciated with a significantly higher mortality risk (OR [adjusted readily available ICU beds, there will be an increased emphasis on
for injury severity score], 2.34; 95% CI, 1.59–3.43; p < 0.001). the provision of critical care by the ED physician (141). A poten-
However, in mass casualty events, overtriage can be as deleteri- tial alternative could be the admission of some of these patients
ous as undertriage because a large volume of noncritical casu- to intermediate care units.
alties could affect the management of the critically ill (134). A
linear correlation has been noted between a higher mortality
ICU Transfer After Admissions From ED to a Less
rate and a higher percentage of overtriaged patients in mass
Intense Level of Care
casualties due to terrorist bombings (135). Secondary overtri-
Recommendation:
age, or transfer of patients between facilities to higher levels of
care, has been found to range from as low as 6.8–38% in a rural ●● In addition to optimization of the triage process from the
trauma setting (136). In a prospective observational study of ED to the ICU, we suggest close monitoring and timely
17 unannounced mass casualty-training exercises in Berlin intervention for those who are triaged to the ward. These

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interventions might reduce delayed transfers to the ICU of and intraoperative hemodynamic instability were associated
undertriaged patients and prevent acute deterioration of with postoperative decompensation (151).
those still requiring stabilization after hospital admission
(grade 2D). Transfer of Patients From Outside Facilities
Recommendation:
Delgado et al (142) found that ED patients admitted to a
less intense level of care with pneumonia, chronic obstructive ●● There are insufficient data to make a recommendation
pulmonary disease, myocardial infarction, or sepsis were at for or against ICU-to-ICU interhospital transfer (no
increased risk for unplanned transfer to the ICU. The authors recommendation).
concluded that “better triage from the ED, earlier intervention,
Transfer of patients to a tertiary-care ICU from the ED of a
or closer monitoring to prevent acute decompensation” might
referring hospital is associated with lower mortality and LOS
benefit this population. In another study of patients with
than transfers from referring hospitals’ ICUs (152). Gerber
community-acquired pneumonia, Brown et al (143) showed
et al (152) showed a significant difference in the outcomes of
that initial ward triage of patients who were later transferred
patients transferred to their ICU from outside facilities’ EDs and
to the ICU was associated with a twofold higher 30-day mor-
ICUs. For patients transferred from an ED, they found a lower
tality rate. Likewise, a retrospective Australian study showed
mortality rate (21% vs 33%; p = 0.0031), ICU LOS (4.7 ± 9.3
that patients transferred to the ICU within 24 hours of admis-
vs 17.3 ± 9.1 d; p = 0.018), and hospital LOS (14.4 ± 21.8 vs
sion to the ward from the ED had a significantly higher 30-day
21.8 ± 30.8 d; p = 0.017), despite the fact that the two groups
mortality rate than patients admitted to the ICU directly from
of patients had similar survival probability (Simplified Acute
the ED (144). Other studies also show that patients transferred
Physiology Score [SAPS] II 0.77 for ED-transferred patients vs
to a more intense level of care following admission to the hos-
0.71 for ICU-transferred patients; p = 0.13). In another study
pital have higher mortality and LOS (145–147). RRSs were
by Duke and Green, acute interhospital transfers due to lack
created to minimize delays in ICU admission through early
of available ICU beds in the referring hospital were associated
recognition and response to patients who are deteriorating in
with a delay in ICU admission and a longer stay in the ICU
general wards. Use of these teams is discussed further in Use of
and hospital, but the study was underpowered to show whether
Outreach Programs to Supplement ICU Care section.
there was a statistically significant difference in mortality (153).
Newgard et al (154) investigated the impact of transferring
Unplanned ICU Admissions From the Operating
patients out of non–tertiary centers within the Oregon State
Room
Trauma System. Among the 10,176 trauma patients first evalu-
Recommendation:
ated in 42 non–tertiary centers, 37% were transferred to level
●● We suggest that patients with risk factors for postoperative I and II centers. A propensity-adjusted analysis suggested that
instability or decompensation be closely monitored and early transfer to a higher level of care was associated with lower
managed in a higher level of care unit than the ward in the in-hospital mortality (OR, 0.67; 95% CI, 0.48–0.94; p = 0.009).
immediate postoperative period (ungraded). The benefit was noted in patients transferred to a level I center
(OR, 0.62; 95% CI, 0.40–0.95; p = 0.001), but not in patients
Unplanned admissions to the ICU from the operating room
transferred to a level II center (OR, 0.82; 95% CI, 0.47–1.43;
may be anesthetic related (19.4%) or due to the surgical and
p = 0.42) (154).
medical conditions of the patient (148). In a study by Sobol et al
In 2009, there were over 128 million estimated ED visits in
(149), a low surgical Apgar score, which gives a numeric value
the United States, and approximately 1.5% of these patients
to intraoperative estimated blood loss, lowest mean arterial
were transferred to a higher level of care facility to receive
pressure, and lowest heart rate, correlated with clinical decision
treatments not available in the referring centers. Kindermann
making regarding ICU admission after high-risk intraabdomi-
et al (155) reported that certain populations are more prone
nal surgery. However, the authors did not provide information
to transfer; among them, patients aged 65 years or older and
about the outcomes of these patients (e.g., LOS, mortality) or
infants. They also found that the 10 most frequent causes
about patients with similar scores who were triaged to the wards
for transfer were, in order, shock, intrauterine hypoxia/birth
but later admitted to the ICU. In another study of unplanned
asphyxia, live birth, respiratory distress syndrome (newborn),
admissions to the ICU after elective total hip arthroplasty, fac-
aneurysm, intentional self-injury, paralysis, acute myocardial
tors predictive of unplanned ICU admission were age greater
infarction, short gestation, and acute cerebrovascular disease.
than 75 years, revision surgery, creatinine clearance less than
The Emergency Medical Treatment and Labor Act from 1986
60 mL/min, prior myocardial infarction, and body mass index
regulates transfer activities.
greater than 35 kg/m2. With one risk factor, the risk of ICU
admission was 40%, and with two, three, four, and five factors,
Factors That Affect Triage Decisions
the risks of admission were 75%, 93.5%, 98.5%, and greater than
Recommendation:
99%, respectively (150). Another study identified RRS activa-
tions that occurred within 48 hours after surgery and found that ●● We suggest that all ICUs have designated additional equiv-
preoperative opioid use, history of central neurologic disease, alent beds, equipment, and staff necessary to support the

Critical Care Medicine www.ccmjournal.org 1569


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Nates et al

critically ill during a MCI emergency response (ungraded). et al (168) have reported an increase in ICU mortality associated
with high census secondary to surges in capacity strain. The rela-
The goal of triage is to match resources to the needs of criti-
tionship was stronger if the patients’ acuity was higher or the ICU
cally ill and injured patients. In times of ICU bed shortages,
had a closed physician-staffing model (OR, 1.07; 95% CI, 1.02–
age, illness severity, code status (156), baseline functional sta-
1.12). In contrast to the lack of calls for increasing ICU capacity
tus, and admission diagnosis have been used to triage patients
during normal operations, several groups of experts advocate for
(127, 157, 158). Some of the variables used for triage include
increasing surge capacity when the available critical care services
age, diagnosis, creatinine clearance, WBC count, platelet count,
are overwhelmed by disasters (169, 170). Recommendations to
albumin level, use of vasopressors, Glasgow Coma Scale score,
expand critical care surge capacity include 1) stockpiling equip-
Karnofsky performance status score, operative status, and
ment, medications, and other essential supplies to provide criti-
chronic disorders (26). Abnormal vital signs, including the type cal care services (e.g., endotracheal tubes, sedatives, ventilators),
and number, are also strongly associated with ICU admission 2) using first all additional monitored beds in the facility (e.g.,
and adverse outcome (19, 159); however, in the multivariate telemetry beds, post anesthesia care unit beds), 3) using non-ICU
analysis, only heart rate greater than 111 beats/min, peripheral areas with emergency enhancements (e.g., using reserve monitors,
capillary oxygen saturation (SpO2) less than 89%, and Glasgow beds), 4) organizing mobile units, and 5) transferring patients to
Coma Scale score less than 8 were significantly associated with other facilities not affected (170–172).
outcome (159). Sprung et al (160) showed that physicians use
age, admitting diagnosis, severity of illness, the number of Triage Decision Makers
ICU beds available, and operative status to make triage deci- Recommendation:
sions. Reasons for ICU refusal include patient too well, patient
too sick, lack of beds, and need for more information (161, ●● We suggest that a designated person or service, with control
162). In a prospective evaluation of ICU refusals, Joynt et al over resources and active involvement, be responsible for
(163) demonstrated that denying ICU admission is common making ICU triage decisions during normal or emergency
and that age, severity of illness, and diagnosis were important conditions (ungraded).
factors in making the decision. In a multicenter, multinational Intensivists make the majority of the triage decisions to admit
cohort study, Iapichino et al (125) found that the following to an ICU, but in some hospitals, the decisions are made by the
factors were all associated with supporting ICU admission: bed hospitalists, residents, ICU charge nurse, hospital nursing super-
availability (OR, 3.22; 95% CI, 2.76–3.75), Karnofsky score of visor, ED physician, or other attending physicians. In one study,
greater than 70 (OR, 1.82; 95% CI, 1.42–2.33), Karnofsky score an ICU triage service led by critical care physicians from 7:30 am
of 40–70 (OR, 2.84; 95% CI, 2.23–3.62), no SAPS comorbidi- to 10 pm was shown to have an impact on patient flow by reduc-
ties (OR, 1.5; 95% CI, 1.05–2.15), hematological malignancy ing the number of pending admissions, the number of patients
(OR, 4.08; 95% CI, 2.26–7.36), emergency surgery (OR, 4.44; waiting for ICU discharge, and the surgical ICU LOS (173). All
95% CI, 3.49–5.64), elective surgery (OR, 4.10; 95% CI, 3.30– of these reductions would make an ICU bed more readily avail-
5.09), trauma (OR, 1.94; 95% CI, 1.24–3.01), vascular involve- able for new admissions. In another study, hospitalists made tri-
ment (OR, 1.68; 95% CI, 1.26–2.24), and treatment versus age decisions for patients to be admitted, facilitated their transfer
observation (OR, 2.99; 95% CI, 2.54–3.52). Performing more from the ED, made twice-daily ICU bed management rounds,
than one triage was associated with refusal (OR, 0.69; 95% CI, and regularly visited the ED to assess flow. These interventions
0.58–0.82). decreased the transfer time from the ED to the ICU (174). These
Triage over the phone has been associated with significantly observations seem to indicate that having clinicians monitoring
poorer compliance with triage recommendations and with and coordinating admissions improves patient flow.
refusal (127). Garrouste-Orgeas et al (164) have also shown In a recent study, Rathi et al (175) showed the lack of agree-
that refusals were associated with the ability of the physician to ment among clinicians prioritizing patients for triage using the
examine the patients. prioritization model from the previous SCCM ADT guidelines
Mery and Kahn (165) showed that for patients with sudden (5) (described in Previous Guidelines and Current Status sec-
clinical deterioration, lack of ICU beds decreases the probability of tion). This finding suggests that even with apparently clear
ICU admission and increases the probability of initiating comfort guidelines, significant disagreement among practitioners is
measures on the ward, but did not affect hospital mortality. Their possible and that a more robust algorithm is necessary. It also
study corroborated the findings of Sprung et al (160), indicating indicates that there are subjective elements during the priori-
that number of beds available is an important factor associated tization process that need to be better understood. A study by
with triaging, as are ICU physician seniority and autonomy. A pol- Azoulay et al (127) investigating the compliance with recom-
icy that directs critically ill medical patients to an alternative coro- mendations for triage to intensive care in 26F ICUs showed
nary care unit within the institution has been suggested as a safe that triage recommendations were rarely observed. They also
practice with careful planning during times of lack of bed avail- showed that patients with certain diagnoses were more fre-
ability (166). Delayed ICU admission due to a lack of bed avail- quently admitted (e.g., patients in shock or respiratory failure
ability when first referred is associated with increased mortality, as with no cancer) than others (e.g., patients > 65 yr, with meta-
is refusal of ICU admission (106, 160, 167). More recently, Gabler static cancer or heart failure).

1570 www.ccmjournal.org August 2016 • Volume 44 • Number 8

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Triage for Admission of Elderly Patients for the same patients, decisions that noninvasive mechanical
Recommendation: ventilation, invasive mechanical ventilation, and renal replace-
ment therapy were warranted were made 86%, 78%, and 62%
●● We suggest basing the decision to admit an elderly (> 80 yr)
of the time (187). The findings identified that physicians mak-
patient to an ICU on the patient’s comorbidities, severity
ing these decisions for elderly patients had low agreement.
of illness, prehospital functional status, and patient prefer-
Previous ICU stay or cancer affected medical decisions regard-
ences with regard to life-sustaining treatment, not on their
ing invasive mechanical ventilation; a living spouse or respira-
chronological age (grade 2C).
tory disease affected renal replacement therapy decisions. The
With the aging of America, using age as a potential crite- physicians’ decisions also changed based on ICU bed availabil-
rion for triage will have implications for resource utilization ity and on knowledge of patient preferences, which in many
and potential admissions to an ICU. In a retrospective study instances is unknown to the practitioner when making emer-
of 1,970 patients evaluated by the trauma team, Peschman gency decisions.
et al (176) indicated that independent of specific physiologic
parameters, age alone was a risk factor to be admitted to the Triage for Admission of Patients With Malignancies
hospital after a trauma. Other studies reviewed age as it relates Recommendations:
to sepsis and trauma and concluded that elderly patients may
●● We suggest that ICU access of cancer patients be decided
need to be admitted to the ICU based on associated risk fac-
on the basis established for all critical care patients,
tors and comorbid conditions (177–181). However, many
with careful consideration of their long-term prognosis
studies have shown that elderly patients have more ICU rejec-
(ungraded).
tions than younger patients (160, 163, 164, 182). In the obser-
●● We suggest that ICU care of all critically ill patients, in par-
vational Eldicus study, Sprung et al (182) showed a greater
ticular cancer patients with advanced disease, be reassessed
benefit in the elderly population admitted to European ICUs
and discussed with the patient, next of kin, legal representa-
than in those who were not admitted. Most authors now agree
tive, or power of attorney at regular intervals (ungraded).
that ICU triage decisions should not be based on the age of the
patient alone (183–185). The admission diagnosis and severity Cancer patients, in particular patients with hematologic
of illness, but not age, determine ICU survival (180). malignancies, are often considered poor candidates for ICU
In 2013, Sprung et al (186) published the results of the admission because of their historic high mortality rates, and
most recent Eldicus consensus process to develop recommen- their access to critical care services may be limited. In a study
dations on triage. The authors agreed that the percentage of of 320 consecutive patients with hematological malignan-
elderly patients seeking a higher level of care will increase in cies admitted to an ICU, Magid et al (189) reported ICU and
the near future and that age per se should not be the reason 1-year mortality rates of 44% and 77%, respectively. The mor-
for critical care services denial, rather the decision should be tality rate of these patients (77%) was more than twice that of
based on physiological status (100% consensus among the par- the other patients admitted to the ICU (33%). However, the
ticipants). In regard to triage, the participants in the consensus authors concluded that they did not have tools to differentiate
agreed that the most important factors to take into consider- between those for whom transfer to an ICU would and would
ation when triaging are 1) likelihood of successful outcome not be beneficial, and they recommended a strategy of admit-
(100% consensus), 2) patient’s life expectancy due to disease(s) ting hematological patients to an ICU using the same criteria
(97% agreement), 3) health and other needs of the commu- that are used with any other patient (189). In another study,
nity (97% agreement), 4) missed opportunities to treat other hospital survival rates were 40% in mechanically ventilated
patients (94% agreement), 5) anticipated quality of life of the cancer patients who survived to day 5 and 22% in all cancer
patient (93% agreement), 6) wishes of the patient and/or sur- patients. In this study, Lecuyer et al (190) recommended that
rogate (93% agreement), 7) burden of those affected, including an ICU admission trial be given to all cancer patients for whom
financial or psychological costs (71% agreement), and 8) insti- life-extending therapy is available and who are not bedridden,
tution’s moral and religious values (32% agreement). with full-code status followed by reassessment on day 6.
In addition, assessing treatment preferences for life-sustain- In a study to validate the SOFA score in 6,645 critically ill
ing therapies is important, especially in elderly patients. This cancer patients, Cárdenas-Turanzas et al (191) reported overall
information is essential considering that many triage decisions ICU and in-hospital mortality rates of 11% and 17%, respec-
are made without adequate informed consent. The recent two- tively. Medical patients (2,609 patients, including hematologi-
part Elderly’s Thoughts about Intensive Care unit Admission cal patients) had higher ICU and in-hospital mortality rates
for life-sustaining treatments study (187, 188) showed that (25% and 37%, respectively) than surgical patients (4,036
individuals aged 80 years and older were more likely to refuse patients) (2% and 4%). These results were confirmed by
ICU treatments (27% refusal for noninvasive mechanical ven- Azoulay et al (192) in another prospective, multicenter study
tilation, 43% for invasive mechanical ventilation, and 63% for of 1,011 critically ill patients with hematologic malignancies in
renal replacement therapy) after viewing films of scenarios France and Belgium. The hospital, 90-day, and 1-year mortal-
involving the use of ICU treatments. In the second part of the ity rates were 39%, 48%, and 57%, respectively (192). Similar
observational simulation study, examining physician decisions short-term survival was noted in these two studies (hospital

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survival rates, 63% and 61%, respectively) (191, 192). Horster The first category describes the importance of each hospital
et al (193) reported overall ICU mortality of 46% among or region developing and maintaining a generic plan for deal-
patients with hematological malignancies. Bos et al (194) have ing with epidemics. Each hospital system must have in place a
recently reported low elective cancer surgery mortality rates, coordinated disaster plan for mass casualty/epidemic events.
with ICU and hospital mortalities of 1% and 5%, respectively, Key individuals must have defined roles and responsibilities.
and in-hospital mortality of 17% among cancer patients with Pre-event training must include uniform instruction in com-
unplanned ICU admissions (195). Despite that many other munication, coordination, and cooperation, both within the
recent studies corroborate the above survival trends, the com- hospital and community/region wide (199).
parison of overall mortality or survival rates between studies Hick et al (200) recommended that a surge plan for epidem-
can be misleading because of factors such as differences in ics be in place at all hospitals. Developing such a plan would
mortality among subgroups (medical vs surgical), volumes of include a working draft that incorporated a feedback cycle with
specific cancer groups (i.e., hematological patients), age dis- all involved parties. It was also recommended that following
tribution, differences in severity of illness, and variations in the development of the initial plan and orientation of staff,
admission criteria. a “tabletop” exercise, in which the response to an epidemic is
In a nationwide study of 12,180 patients admitted to talked through, would be conducted in an attempt to deter-
Finnish ICUs, Niskanen et al (196) showed that short-term mine the adequacy of the plan. The goal of this exercise would
survival was similar between cancer and noncancer patients be to determine the potential to care for critically ill patients
and depended on the severity of illness; the survival of can- in nontraditional settings in the face of an epidemic threat at
cer and trauma patients with APACHE II scores greater than that facility.
24 was also similar. Patients admitted after cardiac arrest The second category of literature encompasses studies of
had the highest mortality (79%). Likewise, the mortality epidemic triage practices, which are typically retrospective and
rates of burn patients with more than a 70% burn area are observational in nature. The majority of the literature on tri-
extremely high if they have associated thrombocytopenia age during specific epidemics that was published during the
(67% mortality at 60 d) or sepsis (76% mortality at 60 d). reviewed time frame (1998–2013) focused on respiratory ill-
Based on newer mortality prediction models, burn patients ness such as influenza—specifically H1N1 and severe acute
with 50% full-thickness surface area burns and APACHE respiratory syndrome (SARS). Interestingly, even though the
III-j scores of 120 have a predicted mortality rate between majority of the period reviewed was after September 2001, no
40% and 60% (197). In contrast, patients with breast cancer literature was found on other types of infectious epidemics,
metastatic to the liver have a 5-year survival rate of 50% such as potential terrorist release of smallpox.
(198). The above-cited studies suggest that ICU access of Barr et al (201) developed a survey to determine health-
cancer patients should be decided on the basis of their sever- care workers’ attitudes about their duties and resource utiliza-
ity of illness and long-term prognosis, which is rapidly and tion during a hypothetical influenza pandemic in the United
continuously changing (as in the case of metastatic breast Kingdom. On review of the case scenarios, the researchers
cancer outcomes), rather than on the basis of the presence noted wide variability in resource allocation, with only 54%
of a malignancy or metastasis. of the respondents choosing the same patient for the last ICU
bed. The majority of hospital staff (79%) felt that professional
Triage in Epidemics healthcare workers would continue to work, and 83% felt that
Recommendations: it would be unprofessional for doctors to leave work (201).
An Italian prospective observational study during the H1N1
●● We suggest not using scoring systems alone to determine
influenza epidemic demonstrated that patients with moderate
level of care or removal from higher levels of care because
intermediate disease could be appropriately managed in an
these are not accurate in predicting individual mortality
intermediate care unit, not in an ICU. Moderate intermediate
(Grade 2C).
disease was defined as the presence of any of the following: pH
●● We suggest that all hospitals and regional areas develop a
less than 7.35 or greater than 7.45, respiratory rate of greater
coordinated triage plan for epidemics. The hospital plans
than 25 breaths/min, oxygen saturation of less than 94%, heart
should include both triage and dissemination of patients
rate greater than 110 beats/min, WBC count less than 4,000 μL
throughout the hospital (ungraded).
or greater than 12,000 μL, or evidence of organ dysfunction
●● We suggest that during epidemics, nontraditional set-
that required hospitalization. Only 10% of the studied patients
tings be considered and utilized for the care of critically ill
required noninvasive ventilation, 96% were treated with anti-
patients (ungraded).
bacterial agents, and 83% were treated with antivirals. Only 2%
●● We suggest not using routine laboratory studies alone
required admission to an ICU. In this population, there were
in determining the nature of illness during an epidemic
no deaths (202).
(ungraded).
The Pandemic Medical Early Warning Score (PMEWS) was
As with many sections of these guidelines, there is a paucity developed in the United Kingdom to facilitate admission and
of literature that relates to triage for epidemics. The current discharge decisions. Challen et al (203) validated this scoring
literature is divided into two main categories. system using community-acquired pneumonia as a surrogate

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illness. This clinical scoring system is intended to identify Khan et al (209) performed a retrospective review using the
patients who need admission to a hospital and to reassure SOFA score to evaluate patients admitted to their ICU with
the “worried well.” This scoring system evaluates acute physi- H1N1 influenza. They discovered that SOFA is not a valid
ologic derangements and also incorporates age, comorbidities, scoring system to predict outcome in these patients. For five
and other social factors, such as being a displaced person. The patients, the SOFA scores predicted that they would have had
authors found that PMEWS was a better predictor for need for support withdrawn at 48 hours, yet all patients in the cohort
admission (area under the curve 0.944 vs 0.881) and higher survived. It appears that respiratory failure requiring ventila-
level of care (area under the curve 0.881 vs 0.640) than the tory support in patients with H1N1 influenza requires a longer
CURB-65, but not as good at predicting mortality (area under duration of support but still can result in good outcomes. A
the curve 0.663 vs 0.788). task force reviewing the allocation of resources in an influenza
Guest et al (204) applied the U.K. government-recom- epidemic or mass critical care events suggests the use of the
mended triage process for an influenza pandemic to their ICU SOFA score in appropriate patients (130). Inclusion criteria
patient population. The investigators discovered that 46% of include the need for mechanical ventilation and vasopressors;
their current ICU population would have been denied ICU exclusion criteria consider little likelihood of survival, such as
care based on the government recommendations. Of the a SOFA score-predicted mortality equal or greater than 80%.
“denied” population, 39% survived to hospital discharge. The A SOFA score of greater than 11 has also been proposed to
conclusion was that the scoring system used by the United exclude patients from critical care resources during influenza
Kingdom was inadequate to determine admission criteria for epidemics (131). Christian et al (131) created a prioritization
a critical care setting. Talmor et al (205) created and validated tool based on the SOFA score and divided patients into four
a triage scoring system for use during epidemics. The score groups designated by colors; they also established inclusion
was based on five independent variables identified in a cohort and more detailed exclusion criteria. Any of the exclusion cri-
of patients with suspected infection in the ED: age more than teria or a SOFA score greater than 11 (Blue Category) on the
65 years, altered mental status, respiratory rate greater than 30 initial assessment or at the subsequent evaluation stages at 48
breaths/min, low oxygen saturation, and a shock index greater hours and 120 hours triages patients to medical management
than 1 (heart rate > blood pressure). The validation of this with or without palliative care and terminates critical care;
simple triage decision scoring system in two different cohorts a SOFA score of less than or equal to 7 or single-organ fail-
had an area under the curve greater than 0.7. An Australian ure (Red Category) places patients in the highest priority; a
retrospective study evaluated the utility of procalcitonin to SOFA score of 8–11 (Yellow Category) places patients in the
differentiate between viral and bacterial causes of respiratory intermediate priority; and no significant organ failure (Green
tract infections; the authors wanted to determine the utility Category) places patients on reassessment or defer priority.
of laboratory data to help with the placement of ICU patients However, in a retrospective cohort study, Shahpori et al (210)
during an epidemic. They concluded that procalcitonin was found that their hospital mortality rate exceeded 90% only for
neither sensitive nor specific in determining the presence or patients with SOFA scores of greater than 20; H1N1 patients
absence of influenza and should be used with caution for this who had SOFA scores of greater than 11 had a mortality rate
purpose (206). of only 31%. Although the SOFA score seems to be the most
An interesting phenomenon was noted in Taiwan during widely accepted tool assisting triage prioritization of patients
the height of the SARS epidemic: the total volume of patients to the ICU, there is insufficient evidence to support its use in
seeking emergency care significantly decreased after the news clinical decision-making for individuals.
report of nosocomial transmission of SARS. This decrease was
seen across most principal ED diagnosis types, from cardiovas-
Triage in Other Types of MCIs
cular disease to trauma. It did not affect the number requir-
Recommendations:
ing critical care. Simultaneously, there was an increase in the
volume of patients suffering from respiratory illness and from ●● We suggest that the activation of the hospital disaster plan
suicide attempts via drug overdose, but this increase was not and a coordinated response of the entire healthcare team
statistically significant (207). (e.g., physicians, nursing staff, environmental staff, and
A retrospective chart review was conducted in Singapore, administrators) follow the announcement of a MCI. The
an active site during the 2009 H1N1 influenza outbreak. The team should ensure that their institution and critical areas
review showed that patients who had complaints of breathless- (ED, operating room, and ICU) are ready for the rapid and
ness, were tachycardiac, were hypoxemic by pulse oximetry, efficient transition from normal to emergency operations
had leukocytosis, or had an elevated protein C or low albu- and increase their capacity to accommodate a larger volume
min level on presentation were statistically more likely to have of critically ill patients (ungraded).
moderate (needing treatment in a hospital ward) to severe dis- ●● We suggest that the disaster response teams identify all
ease (needing treatment in a high-dependency unit or ICU) patients in need of ICU care and those already hospitalized
than mild disease. Of the patients who required ICU admis- who could be discharged, and then triage and transfer the
sion, 94% did so within the first 24 hours of presentation to incoming patients to the most appropriate setting as soon as
the hospital (208). possible (ungraded).

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Nates et al

Because we cannot address this subject in its entirety due admission of such patients to the ICU. Clinicians at Rhode
to its complexity and scope, we suggest that the readers need- Island Hospital shared their experience caring for multiple
ing guidance beyond this work refer to more comprehensive casualties from a fire caused by a presumed malfunction of
guides. For example, the comprehensive program developed pyrotechnics during a concert. This type of MCI is different
by a multidisciplinary team of experts sponsored by SCCM, from others in that many victims not only had significant
Fundamental Disaster Management, provides a practical burns that needed immediate and prolonged care but also suf-
approach for the management of disasters and the basis for fered from inhalational injuries that required extensive ICU
medical response in multiple scenarios ranging from MCIs to and pulmonary care (217).
natural disasters (211). In addition, the Task Force for Mass Many factors can affect the outcome and care of patients
Critical Care Working Group, under the umbrella of the during an MCI. An MCI from a bombing in 1998 in Northern
Critical Care Collaborative Initiative, has made recommenda- Ireland demonstrated challenges in communication. Landlines
tions to guide the allocation of critical care resources in situa- were damaged, and mobile towers were overloaded; local EMS
tions such as those described above (130); recently, on behalf members were able to communicate only by radio. There
of the American College of Chest Physicians, the group pub- were challenges in tracking patients. An information board
lished a Consensus Statement about the care of critically ill and was utilized, but patients still were transferred to beds scat-
injured patients during pandemics and disasters (212). tered around the hospital and temporarily forgotten (218).
Given the nature of such events, there have been no ran- The unpredictable nature of MCIs makes them challenging to
domized controlled trial studies of MCIs. Most of the relevant prepare for. In urban bombings, most patients arrive at hospi-
literature is observational or descriptive in nature. One such tal facilities within 30 minutes of the initial event (219). The
publication describes the experience in the Netherlands of the Israeli medical system has perfected, and documented, the
Major Incident Hospital that it opened in 1991. This facility ability to be prepared and function at a high level of care liter-
is designed to provide immediate emergency care in a large- ally at a moment’s notice (220). It has been shown that after
scale capacity for disasters and mass casualty events. It is also terrorist-related MCIs in Israel, injuries that result in an Injury
designed for quarantine situations. The facility has designated Severity Score greater than 16 are seen more frequently (in
areas for triage, emergency care, OR, radiology, and vary- about 30% of patients) than after nonterror events (20% of
ing levels of care from low level to ICU. With set protocols, patients) (221). About 26% of terror victims are admitted to
the facility can be opened and functional in 15 minutes. In the ICU for at least 24 hours. A difference has also been shown
a 19-year period, the Major Incident Hospital was deployed between mechanism of injury, with a greater amount and
34 times (213). severity of injuries for explosions than for gunshot wounds.
MCIs affect not only the disaster victims but also routine Those injured by explosion and by gunshot had about the same
patients who are not directly affected by the event. A retrospec- rates of admission to an ICU, 26%, but victims of explosions
tive review of a hospital system after a mass casualty event that had a significantly longer LOS in the ICU. The authors strati-
filled the hospital to greater than 105% capacity showed spill- fied patients by the number of body regions injured; those with
over effect to the noncasualty patients as well (214). All patients only one injured region had about a 9% admission rate to the
experienced an increased LOS and increased charges com- ICU, whereas those with greater than two injured regions had
pared with patients cared for during nonmass casualty times. a 71% ICU admission rate (222).
The authors suggested that the longer hospitalization was Data from an Israeli trauma registry study showed that
caused by limited resources of personnel, space, and material. terrorism victims who suffer burns are much more likely to
A Canadian regional trauma center conducted a retrospective have other associated injuries (87% vs 10%) and be admitted
review examining MCIs occurring over a 12-month period. to an ICU (50% vs 12%) than burned nonterrorism victims
An MCI was defined as treating and admitting at least three (223). The burned terrorism victims had a similar mortality
trauma patients in a maximum time of 3 hours. Ten percent of rate to the nonburned terrorism victims (6% vs 7%), which
the center’s patients received care during an MCI. Compared was higher than that of burned nonterrorism patients (3%). In
with the rest of the center’s patients, the MCI patients did have another study in Israel, there was no difference in rates of ICU
a statistically longer hospital LOS, time to first surgical pro- admission for victims of gunshot wounds occurring during an
cedure, time to emergent laparotomy, and ED LOS. However, MCI vs not. The likelihood of death from gunshot wounds was
there was no overall increase in hospital mortality after admis- 2.7 times higher (95% CI 1.09–7.02) if they occurred during
sion (215). an MCI than if they did not (224). Another study comparing
Certain injury patterns may help identify injury severity blast-wounded terrorism victims to gunshot wound victims
and need for ICU care. A prospective database was collected showed that blast-wounded victims were more likely to have
for patients suffering injury after attacks from suicide bomb- an Injury Severity Score greater than 16 and be admitted to the
ers. Independent predictors of admission to the ICU were the ICU; the mortality rate and LOS were also significantly higher
presence of facial fractures, peripheral vascular injury, skull in the blast-wounded victims (225).
fractures, and injury to greater than four body parts (216). Avidan et al (226) performed a two-decade retrospective
The authors suggested that these types of injuries be used as review of their trauma patients who were victims of terror-
surrogate markers for severe injury and advocated prompt ist bombing attacks. The focus of the review was patients who

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suffered from blast lung injury. Terrorist bombing attacks that Triage in Natural Disasters
occurred in closed spaces, such as a bus or café, were more likely Recommendation:
to cause blast lung injury. Blast lung injury was a significant cause
●● We suggest that in areas at risk, ICUs be prepared to deal
of on-the-scene death of victims. This center admitted all patients
with the victims of not only external disasters but also inter-
with blast lung injury to the ICU. Patients who developed blast
nal disasters, including collapse of surrounding services in
lung injury did so within the first few hours after injury. Those
large-scale disasters such as an earthquake, tsunami, or
who required mechanical ventilation did so within the first
major tornado. Every ICU should have general disaster and
2 hours after injury. Mechanical ventilation with the lowest lev-
evacuation plans such as those required by the Joint Com-
els of positive end-expository pressure to maintain oxygenation
mission Standards in the United States (ungraded).
and limited IV fluid to reduce lung edema were the mainstays of
therapy. This cohort of patients had a 96% survival rate. Events such as earthquakes, volcanic eruptions, tsunamis,
ICU availability is one of the major concerns during initial floods, hurricanes, and tornados can devastate entire health-
deployment of an MCI plan as ICU bed demand is the sec- care systems. In the past decade, we have seen a record number
ond only to ED demand in the typical MCI. About one-third of severe disasters in the continental United States and around
of patients are admitted to the ICU, many directly from the the world. As a matter of fact, since 1960, the numbers of disas-
ED. High staffing levels for the ED, OR, and ICU are required ters and people affected have increased exponentially, suggest-
during an MCI. Einav et al (227) recommend that the post- ing that we will be exposed to these events more frequently
anesthesia care unit also be used as an overflow ICU. The initial (231). Because we cannot stop disasters, it is important to
48 hours of care is just the initial step on a potentially long road recognize our role and capabilities for preventing, containing,
to recovery for the significantly injured victim. One report and/or mitigating the impact of these catastrophic events on
showed that terrorism victims who were hospitalized and the population at risk.
survived their initial injuries had almost a 50% readmission Hospitals, and in particular ICUs, are vulnerable during
rate (228), typically for complications from the initial injury natural disasters. Relatively minor events such as a tropical
or reconstructive surgery. Terrorism victims who were initially storm could lead to the closing of a complete healthcare sys-
cared for in the ICU had a greater than 40% readmission rate tem (171). During tropical storm Allison in 2001, at a major
in the first 3 months after discharge. teaching and trauma center in the heart of Houston, a power
Shamir et al (229) have published an informative review outage and generator failure rendered useless all the services
for ICU personnel. Their work covers the typical progres- and devices that depended on electricity (e.g., elevators, water
sion of events of an MCI, the potential number of expected and infusion pumps, ventilators, dialysis machines, medica-
patients, and the types of injuries to anticipate in the ICU. tion stations, electronic records, labs, telephones, and drugs).
These authors have also described the importance of the chain All aspects of medical care and basic needs were affected. In the
of command and perioperative care provided through what case of a major hurricane such as Katrina in 2005, the devasta-
they call “forward deployment” of anesthesiologists. Instead of tion extended not only to the medical center, as happened in
leaving anesthesiologists in the operating room, their hospital Houston, but also to the entire city of New Orleans (232).
MCI response system mobilizes anesthesiologists outside the Some of the key lessons learned from recent floods and hur-
operating room to facilitate the care of victims throughout the ricanes include the importance of
institution, from the moment of arrival at the ED to the trans-
portation to CT scanners, angiography suite, operating room, ●● Adequate leadership before, during, and after a disaster (e.g.,
post-anesthesia care unit, and ICU (219). This system not only a clear leader, no confusion about who is in charge, clearly
facilitates patient flow but also provides expert and continuous defined roles of national agencies [in large-scale disasters]).
intensive care from hospital arrival to the operating room (in ●● Appropriate coordination of the human response (at small
their study, an average of 2 hr after arrival) and ICU admission and large scales, such as regional hospital coordinating
(several hours later) (219). groups).
Pulmonary blast injury is associated with suicide bomb- ●● Preservation of essential critical services (e.g., electricity,
ings, as are penetrating head injury, skull fractures, and burns. water supplies).
Patients suffering from blast lung injury can experience rapid ●● Appropriate planning and equipment for vertical evacu-
progression that may be fatal. It is recommended that patients ation from tall hospital buildings when elevators are not
at risk be quickly transported to the ICU. Another key point is working (e.g., during loss of electrical power).
that access to the ICU should not be a limiting factor during ●● Continuity of care with an adequate patient-logging system
these events. Administration and staff need to work expedi- and solutions for enhancing the portability of health records
tiously to clear ICU beds so that they can readily accept victims (e.g., in sharp contrast to systems at neighboring hospitals,
who need ongoing resuscitation. However, this process should the Veterans Administration electronic health records per-
be preplanned and part of the critical care surge operational formed well during the New Orleans evacuation).
arrangements contained in every hospital disaster response ●● Adequate communication (internal and external), con-
plan, a requirement of the Joint Commission in the United sidering the potential and reported failure of telephone
States (230). networks.

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●● Availability of adequate ventilation resources (e.g., ventila- slightly lower critical mortality (13%) in a review of 10 terror-
tors, oxygen). ist bombing incidents (135).
●● Appropriate use of available military resources (e.g., help- As described above, most healthcare centers are devastated
ing with helicopter evacuations and medical personnel). during these types of events, and evacuation is the most likely
●● Attention to potential dangers to the security of medical outcome of the incident. Very few examples of successful med-
personnel (171, 232, 233). ical responses to major incidents, such as the citywide devas-
tation following Hurricane Katrina, have been documented.
In small-scale emergencies such as tropical storm Allison,
The complexity of the massive response by the entire Houston
the surrounding still-standing healthcare systems can provide
healthcare system and the recommendations of some of the
the necessary support to maintain services to the patients and
teams involved are worth using to guide future planning and
residents affected. In larger scale events such as Hurricane
responses to MCIs (171, 241, 242).
Katrina, the nearby facilities were affected, leading to total col-
lapse of the system. Healthcare organizational leaders should
Future Directions and Research
ensure that their emergency plans have backup systems at the
There is a need for more objective and validated tools for accu-
local, regional, and national levels.
rate triage and reduction of variability among ICU admission
Large-scale disasters like earthquakes can lead to additional
practitioners. Further work using a prospective approach is
catastrophic events. In 2011, the Great East Japan Earthquake
needed to establish which parameters have the highest pre-
and subsequent tsunami devastated the information infra-
dictive validity for benefit from ICU care. Given the heavy
structure of the region affected and damaged the Fukushima
financial burden and potential dangers associated with inter-
Daiichi nuclear power plant, triggering the isolation of a 30-km
hospital transfers, more research is needed to determine the
zone (234). In contrast to U.S. storms, evacuation of patients
actual impact of transfers to a higher level of care from one
was hindered by fear of radioactive material contamination in
institution to another. There is a need for triage models that
the vicinity of the reactor or outside the 30-km radius because
would work during normal operations and catastrophic situa-
the official priority was the evacuation zone (234). The medi-
tions. Efforts must continue to increase critical care resources
cal teams that came to assist did not have any information on
at lower costs and to develop more efficient systems to respond
the conditions and actual needs of the area. A Nippon Medical
to the needs of the population adequately in order to minimize
School team reported that during their medical rounds in the
rationing.
Kesennuma City evacuation shelters, many basic needs were
lacking (e.g., no water or food) (235); however, some ser-
vices such as blood banks were not overwhelmed and able ICU DISCHARGE
to respond effectively (236). Evacuations in these conditions Recommendations:
are more complex and require long-distance trips with triage
●● We suggest that every ICU stipulate specific discharge crite-
on arrival at the destination ICU; in the Richter magnitude
ria in its ADT policy (ungraded).
scale 9 earthquake that affected Southeast Asia in 2004, some
●● We suggest that it is appropriate to discharge a patient from
European tourists were transferred to German ICUs via mede-
the ICU to a lower acuity area when a patient’s physiologic
vac aircraft (237).
status has stabilized and there no longer is a need for ICU
The common picture that emerges from the review of the
monitoring and treatment (ungraded).
literature on natural disasters caused by storms or associ-
●● We suggest that the discharge parameters be based on ICU
ated floods is one of ICU/hospital evacuation after extensive
admission criteria, the admitting criteria for the next lower
destruction of the healthcare infrastructure. Triage is mainly
level of care, institutional availability of these resources,
performed for evacuation from the area of disaster. In the case
patient prognosis, physiologic stability, and ongoing active
of disasters caused by Enhanced Fujita (EF) scale 3 tornados,
interventions (ungraded).
severely injured patients in the rural community were trans-
●● We suggest that, to improve resource utilization, discharge
ferred from local hospitals by helicopters to level I trauma cen-
from the ICU is appropriate despite a deteriorated patient’s
ters with a broad spectrum of bodily injuries, from fractures to
physiological status if active interventions are no longer
thoracic crush, abdominal, or head injuries (238). In an EF4
planned (ungraded).
mass casualty event that affected Georgia and Tennessee in 2011,
●● We suggest refraining from transferring patients to lower
104 patients were evacuated with injuries, 28 admitted to the
acuity care areas based solely on severity-of-illness scores
hospital, and 11 to the ICU. The ICU LOS was 10.9 ± 11.8 days,
(ungraded). General and specific severity-of-illness scoring
but all survived, with three patients (11%) transferred to skilled
systems can identify patient populations at higher risk of
nursing facilities (239). In cases of larger-EF-scale tornados,
clinical deterioration after ICU discharge. However, their
entire communities and their healthcare facilities are totally
value for assessing the readiness for transfer of individual
destroyed, and there is a need for long-distance transportation.
patients to lower acuity care has not been evaluated.
Ablah et al (240) reported a “critical mortality” (mortality rate
of the critically ill survivors) of about 18% in the EF5 tornado Patients admitted to the ICU must be reevaluated continu-
that affected Greensburg, Kansas, in 2007. Frykberg reported a ously to identify those who no longer require ICU care. Ideally,

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transfer from the ICU occurs when the patient no longer meets weekend discharge (257) and some for increased risk follow-
ICU admission criteria and meets admitting criteria for a lower ing weekday discharge (256). These differential results may be
level of care. The decision is made difficult by the absence of due to institutional factors; the causes have not been validated.
clear and objective metrics to indicate which patients will con- If higher acuity patients are discharged from the ICU during
tinue to benefit from critical care. Marked heterogeneity exists the week due to bed capacity issues but kept in the ICU on the
in critical care discharge practices, often influenced by institu- weekends when bed demand is not as high, increased risk of
tional factors (243). This observation is confirmed in the daily readmission for weekday discharges could be expected because
practices among the members of the Task Force. of the severity of illness. On the other hand, if higher acuity
Investigations of ICU discharge processes were divided into patients are discharged from the ICU on the weekends or less
four major categories: 1) timing of discharge, both day ver- coverage is available during the weekends, increased risk of
sus night and weekday versus weekend; 2) the effectiveness of readmission for weekend discharges could be expected. Pre-
discharge to specialty facilities such as step-down units and mature discharge may be affected by increased strain on the
LTACHs; 3) the causes and risk factors for readmission to the ICU capacity, including new admissions, high acuity, and high
ICU; and 4) ICU outflow limitations. unit census (258).

Timing of Discharge From ICU Discharge Strategies to Reduce ICU LOS


Day Versus Night Discharge. Recommendation:
Recommendation:
●● We suggest discharging patients at high risk for mortality
●● We suggest avoiding discharge from ICU “after hours” and readmission (high severity of illness, multiple comor-
(“night shift”, after 7 pm in institutions with 12-hr shifts) bidities, physiologic instability, and ongoing organ support)
(grade 2C). In addition, best practice would seek to opti- to a step-down unit or LTACH as opposed to the regular
mize evening and night coverage and services (ungraded). ward (grade 2C).
The effect of time of discharge from the ICU has been The organization of patient care areas within the institu-
investigated both in terms of mortality and readmission rates. tion influences patient readiness for discharge from the ICU.
Discharge in the evening or night hours is an independent risk Quality and quantity of care on the general ward (floor) may
factor for increased mortality (244–250) and readmission (245, be inadequate to meet the needs of some patients otherwise
247, 248, 251). Reports from conference proceedings confirm meeting criteria for ICU discharge. Utilization of specialized
this relationship (252–255). The findings have been consistent care facilities such as step-down units within the hospital or
in diverse large samples (1,870–76,690 patients) in multiple discharge to an LTACH can decrease LOS in the ICU while still
countries, supporting generalizability. However, a few studies providing safe care for the patient.
have found no relationship between the discharge time of day Step-Down Units. Step-down units are variously referred
and risk of readmission (252, 256) or between the discharge to as “high-dependency units,” “intermediate care units,” or
time of day and mortality (245, 254). “transitional care units.” The existence and capabilities of such
The reason for the increased mortality noted in the late- units vary greatly among institutions. Perhaps because of this,
discharge population is not clear. The increased risk may be little formal investigation has been undertaken to evaluate
related to decreased coverage and services available after hours. outcomes. Descriptions of the types of patients discharged to
In fact, the time defined as evening or night varies across stud- step-down units include those with ongoing neurologic, circu-
ies based on the institutional definition of “after hours” (e.g., latory, or respiratory conditions, particularly those with high
after hours would start after 7 pm in the case of 12-hr nurs- severity-of-illness scores (259, 260).
ing shift changes). Another possible explanation for the higher Evaluation of outcomes comparing care in these units to
mortality rate is ICU bed capacity and the requirement for tri- care in the ICU is incomplete. There is some evidence for suc-
age to accommodate incoming emergencies. The patients dis- cess with weaning from mechanical ventilation (261) and for
charged from ICU in the evening or night, therefore, may be of decreasing ICU bed utilization without increasing mortality or
higher acuity than those discharged during the day. Studies to readmissions (262). The paucity of data here may not reflect
date do not differentiate between patients who are discharged ineffectiveness of the step-down unit but rather a large gap in
after hours due to delayed availability of the non-ICU beds research to validate effectiveness.
(ICU outflow limitation), patients triaged earlier in the day as Long-Term Acute-Care Hospitals. LTACHs are hospitals
“ready for discharge” if needed, and patients discharged from that provide continuing care expected to be needed for at least
the ICU only because patients with a higher acuity emergency 25 days after discharge from an acute-care hospital. LTACHs
need to be admitted. may provide many ICU-level services, including vasoactive
Weekday Versus Weekend Discharge. Weekend discharge medications and mechanical ventilation, although these vary
from the ICU has not been found to be associated with at individual facilities. Attempts have been made to develop
increased mortality (247, 256, 257). Reports on the rela- a scoring system to determine early in the ICU stay whether
tionship between day of discharge and risk for readmission an individual patient will qualify for discharge to an LTACH
have varied, with some evidence for increased risk following (263). Such a discharge can significantly decrease both ICU

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and hospital LOS while positioning the patient to receive con- new patients to the ICU during periods of high demand.
tinuing effective care. Although there are not a great number of studies to sup-
There are wide variations in LTACH use, more than can port this, one study documented a highly significant increase
be accounted for by the location and availability of facilities. in risk of ICU readmissions on days when there were more
Utilization occurs more often with discharge from larger hos- than nine patients admitted to a neurosciences unit than days
pitals, for-profit hospitals, and academic teaching institutions, with less than eight admissions (OR, 2.43; 95% CI, 1.39–4.26)
and when the LTACH is located within the acute-care hospi- (286). Another study of 200,730 patients demonstrated that
tal (264). Discharge to an LTACH is more frequent when the although readmission rate increased relative to ICU capacity
patient has commercial insurance, rather than Medicaid (265) strain, there was no association with increased odds of death,
because Medicaid does not recognize LTACHs for payment. reduced odds of being discharged to home, or increased hos-
Outcomes evaluation has primarily focused on the success in pital LOS (258). Several predictive models have been devel-
weaning from mechanical ventilation (266, 267). However, the oped, with initial significant results but variable results upon
prevalence of chronic critical illness is expected to increase with attempted validation in other ICU populations (251, 280,
the aging of the population; inability to the transfer of chronic 287–293).
ICU patients still requiring ventilatory support to LTACHs or Lower nursing staffing levels in the post-ICU unit are asso-
ventilated hospice beds could become a serious discharge out- ciated with an increased rate of ICU readmission. Interestingly,
flow limitation (268). in non-ICU patients with the highest levels of severity of ill-
ness, this association is not apparent (294). Similarly, higher
Readmission to ICU nursing workload on the day of ICU discharge is associated
Recommendation: with decreased levels of readmission (295). Although limited
by the number of studies, the findings suggest that the most
●● We suggest that a standardized process for discharge from
severely ill patients have their needs met. However, this may be
the ICU be followed; both oral and written formats for the
at the expense of less severely ill patients. In a qualitative study,
report may reduce readmission rate (ungraded).
nurses identified the following factors as associated with read-
Readmission to the ICU after initial discharge is most mission to the ICU: premature discharge from ICU, delayed
often due to respiratory failure; cardiovascular failure, sepsis, medical care at the ward level, heavy nursing workloads, lack
and neurologic issues (251, 256, 269–274). Prevention of the of adequately qualified staff, and clinically challenging patients
need for readmission is vital, as readmission adds to patient (296). Thematically, these factors are in agreement with the
risk. Readmission to the ICU significantly increases mortality quantitative findings discussed earlier.
beyond that predicted by patient acuity alone (256, 273–275). Interventions to decrease the prevalence of readmissions
However, adjusting for the effect of case mix on the mortality to the ICU may occur within institutions as performance
rate may moderate or negate the correlation between read- improvement projects, but published research is rare. At an
mission and poorer outcomes, as demonstrated by Kramer urban teaching hospital, institution of a discharge process
et al (276). that included a transfer phone call, charted care summary,
Readmission rates are a frequently measured quality crite- and discharge physical re-examination by the discharging
rion. However, the time frame considered varies among stud- provider resulted in a decrease in readmission rate from
ies, limiting comparison of results. One large study, analyzing 41% to 10%. Of those readmitted cases, 30% were found to
data for 214,692 critically ill patients from the 2001 to the 2008 be noncompliant with the new processes (297). In another
Project IMPACT database, found the optimal interval to evalu- study, the institution of ICU discharge phone reports by the
ate to be two full calendar days (rather than 48 hr) although ICU physician or nurse practitioner, nurse, and respiratory
uncertainty remained about the validity of the data as a mea- therapist also resulted in a significant decrease in readmis-
sure of quality (277). sions (298). Although they represent only two studies, these
Knowledge of which patients are at risk for readmission to findings reinforce that we can improve patient outcomes after
the ICU would enable the ICU team to either postpone dis- discharge from ICU.
charge or identify the patients as high risk during transfer to
the accepting providers. General severity-of-illness scoring ICU Outflow Limitations
systems such as APACHE (II and III), SAPS II, SOFA, and the Although outflow limitations and bottlenecks produced in
Therapeutic Intervention Scoring System have been shown to the ICU discharge process are common in daily practice, this
correlate with mortality after discharge from the ICU (251, problem has not received enough attention in the past. Levin
269, 270, 272–275, 278, 279). In addition, multiple factors have et al (299) have reported that among 856 attempts to discharge
been independently associated with unplanned readmission to 703 patients over a period of 16 months, 18% (153 attempts) of
the ICU, including age, comorbidities, admission source other the discharges could not be completed within 24 hours. Forty-
than planned surgery, and ongoing requirements for organ six percent of the failures to discharge were associated with
support (251, 256, 271, 272, 274, 275, 280–285). lack of beds on the floors or lack of agreement with the accept-
There is some evidence that the risk of readmission is ing teams outside the ICU. In addition, a simulation model
greater when patients are discharged from the ICU to admit identified the ICU as the first potential bottleneck in surge

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capacity during disasters (300). No additional relevant studies reduction in inpatient mortality (RR, 0.82; 95% CI, 0.74–0.91)
were identified. and cardiac arrest (RR, 0.73; 95% CI, 0.65–0.83) in the other
studies (314). However, some of the studies were considered to
Future Directions and Research be of poor methodological quality and control hospitals in the
We believe that there is need for randomized controlled trial reported reductions in mortality
and cardiac arrest rates comparable with those in the before-
●● Further development and validation of predictive models
and-after studies (314). Similarly, a systematic review of eight
(e.g., mortality and ICU readmission).
studies on RRSs found “weak” evidence that RRSs are associ-
●● Evaluation of outcomes in both step-down units and
ated with a reduction in hospital mortality (pooled RR, 0.76
LTACHs in comparison with continued ICU care.
[95% CI, 0.39–1.48] between two randomized studies and 0.87
●● Research in the area of outflow limitations and the impact
[95% CI, 0.73–1.04] among five observational studies). RRSs
of high hospital bed occupancy rates on ICU utilization and were associated with a decreased cardiac arrest rate (the pooled
outcomes. RR was 0.94 [95% CI, 0.79–1.13] in a single randomized study
●● Further intervention studies on reducing rates of readmis- and 0.70 [95% CI, 0.56–0.92] in four observational studies),
sion to the ICU, evaluating transfer location, staffing levels, but limitations in the quality of the studies, the wide CIs, and
and handoff report components. the presence of heterogeneity limited the ability to conclude
that RRSs are effective interventions (315).
The Medical Emergency Response, Intervention and Therapy
USE OF OUTREACH PROGRAMS TO (MERIT) trial, a large cluster-randomized controlled trial involv-
SUPPLEMENT ICU CARE ing 23 hospitals in Australia, attempted to study the effects of an
Unplanned (unexpected) transfers to the ICU are often pre- RRS during a study period of 6 months after RRS activation.
ceded by physiologic instability (301). Yet often, recognition of The study found no differences in the composite outcome of
critical illness states that require ICU admission is delayed or cardiac arrest, unexpected death, or unplanned admission to the
inadequate (302). RRSs have been used by some institutions ICU between the control hospitals and the RRS hospitals (5.86
to identify patients who need or would benefit from early ICU vs 5.31 per 1,000 admissions, respectively; p = 0.640), nor in the
admission and treatment, as well as to prevent unnecessary individual secondary outcomes: cardiac arrests (1.64 [control
ICU admissions (45, 303–307). hospitals] vs 1.31 [RRS hospitals]; p = 0.736), unplanned ICU
admissions (4.68 vs 4.19; p = 0.599), and unexpected deaths
RRS Intervention Prior to ICU Admission (1.18 vs 1.06; p = 0.752) (316).
Recommendation: Chen et al (317), in a study analyzing 11,242 serious adverse
●● We suggest that RRSs be utilized for early review of acutely events and 3,700 emergency team calls, showed that for every
ill non-ICU patients to identify patients who need or would 10% increase in the proportion of early emergency team calls,
benefit from ICU admission and treatment and to prevent the number of unexpected cardiac arrests decreased by 2 per
unnecessary ICU admissions (grade 2C). 10,000 hospital admissions (95% CI, –2.6 to –1.4). The investi-
gators also found a reduction in overall cardiac arrests of 2.21
A number of single-center studies demonstrate significant per 10,000 hospital admissions (95% CI, –2.9 to –1.6) and a
differences in mortality rates with the use of RRSs for both reduction in unexpected deaths of 0.94 per 10,000 admissions
adult and PICU patients (308–310), including decreases in (95% CI, –1.4 to –0.5). No significant relationships were found
hospital-wide mortality, out-of-ICU mortality, and out-of- for unplanned ICU admissions or for the aggregate of unex-
ICU cardiac arrest codes (311). In a synthesis review of the pected cardiac arrests, unplanned ICU admissions, and unex-
outcomes for RRSs of 26 before-and-after studies and a meta- pected deaths. The results demonstrated that as the proportion
analysis of 18 studies, RRSs were associated with reduced of early emergency team calls increases, the rate of cardiac
rates of cardiorespiratory arrest outside the ICU and reduced arrests and unexpected deaths decreases. This inverse relation-
mortality (312). Several additional systematic reviews and ship provides support for early review of acutely ill non-ICU
meta-analyses on the effects of RRSs on clinical outcomes patients by an RRS.
have associated implementation of an RRS with a reduction Further review of the MERIT study identified that across
in the rate of cardiopulmonary arrest outside the ICU (up to the 12 intervention hospitals, a median of 86% of RRS acti-
34%; RR, 0.66; 95% CI, 0.54–0.80), but not with lower hos- vations were not related to a cardiac arrest or death. In addi-
pital mortality rates (RR, 0.96; 95% CI, 0.85–1.09) (313). In tion, RRS utilization varied significantly across the 12 hospitals
children, implementation of an RRS correlated with reduced (p = 0.002) and was significantly associated with knowledge
rates of cardiopulmonary arrest outside the ICU (up to 38%) of the activation criteria (p = 0.048), understanding of the
and a reduction in hospital mortality rates (up to 21%) (RR, purpose of the RRS (p = 0.01), and an overall positive atti-
0.79; 95% CI, 0.63–98) (313). A meta-analysis of 13 studies— tude toward the RRS (p = 0.003). Overall, measures related to
one cluster randomized controlled trial, one interrupted time the process of implementation of the RRS were significantly
series, and 11 before-and-after studies—identified no effect associated with the level of its use (318). It has been cited that
on clinical outcomes in the randomized controlled trial but a the evidence in support of an RRS or equivalent system is not

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straightforward, as issues such as education, resources, and Delay in activating the RRS has been attributed to delays
communication are vital to implementation success (319). in the time for nursing staff to call for assistance and where
Physiological track-and-trigger warning systems, which needed, in the time for physicians to call for higher-level care
seek to identify patients outside critical care areas who are at (330). Structured interviews with 91 staff members identified
risk of deterioration, were studied in a systematic review and predominantly sociocultural reasons for failure to activate
evaluation of 15 studies, including a cohort study of data from the RRS. Other studies examining RRS activation delays have
31 acute-care hospitals in England and Wales. A number of found that the implementation, utilization, and impact of the
study limitations, including little evidence of reliability, valid- RRS are shaped by problems with team cohesion, including
ity, and utility and insufficient data to identify the best type poor communication and team efficiency, lack of resources,
of warning system, precluded comparisons between systems inexperience of staff, lack of availability of ICU beds, and con-
or the ability to establish the best track-and-trigger system textual features such as leadership, organizational culture, and
(320). The authors highlight that because of the lack of rigor- training (331, 332).
ous testing and poor sensitivity in the evaluation of the avail-
able data, attributed in part to rapidly deteriorating patients ICU Consult Teams in the Wards
and infrequent and nonstandardized measurement of physi- Recommendation:
ological function, there is not sufficient evidence to support
●● We suggest that ICU consult teams be considered for use
discontinuing the use of track-and-trigger systems. Rather, the
to facilitate transition from the ICU, assist ward staff in
authors suggest that additional work is needed to validate the
the management of deteriorating patients, facilitate trans-
impact of such systems.
fer to ICU, and reduce rates of readmission to critical care
During RRS activations, the following factors have been
(grade 2C).
associated with the need for ICU admission: need for non-
invasive ventilation (321), hypoxia as the reason for the RRS ICU consult teams have been used to promote follow-up
call, and ward “staff worried about the patient” (322). Several of patients recently discharged from the ICU and to recognize
studies have demonstrated a decrease in unplanned ICU deteriorating patients on the ward requiring ICU admission.
admissions with the use of an RRS, which has implications The aim of an ICU outreach or consult team is to facilitate
for ICU patients. A single-center study of RRS calls during a discharges from the ICU, educate ward staff in the manage-
3-year interval identified that the RRS was associated with a ment of deteriorating patients, reduce ICU readmission rates,
36% reduction in the rate of unplanned transfers to the ICU and facilitate transfer to ICU when merited (333). An exten-
following an RRS event (30). Similarly, a single-center pre-/ sion of the ICU consult team that has demonstrated a sig-
post-implementation study of an RRS that also utilized rou- nificant impact in preventing ICU readmissions is the use
tine 48-hour follow-up for patients discharged from the ICU of an ICU liaison or outreach nurse. This model is used in
found that the RRS was associated with a reduction of in- Australia and in the United Kingdom, where the ICU liaison
hospital cardiac arrests and ICU readmissions. The number of nurse emerged as a member of the multidisciplinary team to
ICU readmissions was reduced from 112 of 712 (16%) to 56 of assist in the transition of patients from the ICU to the ward
586 (10%) by the third year (p = 0.05) (323). In addition, a sin- and sometimes to also act as a member of the RRS (334). The
gle-center study of an RRS over a 1-year period, during which areas of focus of the liaison nurse are providing support for
there were 344 RRS calls, demonstrated a decrease of cardiac patients recently discharged from the ICU, support for acutely
arrests from 7.6 to 3.0 per 1,000 discharges per month. Overall ill patients on general wards, formal and information educa-
hospital mortality decreased from 3% to 2%, and unplanned tion and skills training for ward staff, and support for families
ICU admissions decreased from 45% to 29% (p < 0.05) (324). (335). Although this role is a recognized clinical service role
Other studies, however, have not demonstrated a change in in Australia, a lack of data on its effect on patient outcomes
unplanned admissions to the ICU (325). after ICU discharge has been cited (336). Overall, research on
Failure of clinical bedside staff to activate the RRS has also the impact of ICU outreach teams has demonstrated a posi-
been identified as a factor in the overall effectiveness of the tive effect of such teams on a number of outcomes, including a
RRS (326, 327). A point prevalence survey focused on identify- decrease in discharge delays (337, 338), prevention of adverse
ing the incidence of staff failure to activate the RRS revealed events (339), a decrease in unplanned ICU admissions/read-
that while the prevalence of physiological instability in acute- missions (333, 340, 341), reduced mortality rates in general
care patients was 4%, nearly half of these patients (42%) did hospital wards (342), and staff evaluations suggesting that care
not receive an appropriate clinical response from staff, despite was more timely, referrals to the ICU were fewer, and ICUs felt
the fact that most (69%) met physiologic criteria for activat- more able to discharge patients to the hospital wards (343).
ing the RRS (327). Lack of an associated RRS call despite the Several single-center observational studies have found a
presence of documented RRS calling criteria has been termed positive impact of an ICU liaison nurse service on patient out-
“RRS afferent limb failure.” Of clinical significance, RRS affer- comes. The impact of the service in a 36-month before-and-
ent limb failure has been demonstrated to be associated with after study on ICU and hospital LOS, mortality rate, and ICU
unanticipated ICU admissions and higher hospital mortality step-down days found a 13% increase in patient throughput
rates (328, 329). after the introduction of the ICU liaison nurse service (344).

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Despite trends toward improvement, there was no significant to heterogeneity of the interventions, settings, outcomes and
change in median ICU LOS (2.2 d before compared with 2.1 d study design and their review of similar works found that
after) or median hospital LOS (12.0 d before compared with most studies investigating outreach were diverse and had poor
11.5 d after) or in ICU or hospital mortality (ICU, 15% before methodological quality (45).
compared with 14% after; hospital, 23% before compared with Proactive rounding by the RRS team, which, similar to an ICU
22% after). However, ICU step-down days were significantly consult team, is aimed at promoting early detection of patients
decreased by 48% (71 ± 14.2 d before compared with 37 ±  with clinical deterioration, has not been found to decrease the
15.5 d after; p > 0.001). For the patient group readmitted to ICU readmission rate, ICU LOS, or hospital mortality of patients
the ICU (49 patients before compared with 55 patients after), discharged from the ICU (346). In contrast, a recent systematic
there was a 25% decrease in median ICU LOS (4.0 vs 3.0 d) review and meta-analysis on the use of critical care transition
and a trend toward decreased mortality in both the ICU (18% programs identified a reduced risk of ICU readmission (risk
before compared with 16% after) and hospital (35% before ratio, 0.87 [95% CI, 0.76–0.99]; p = 0.03). The risk of readmis-
compared with 26% after), demonstrating trends toward more sion was not affected by the presence or absence of an intensivist
efficient ICU discharge (increased throughput, decreased ICU or by type of program (e.g., within an outreach team or a nurse
step-down days, and ICU readmission LOS) (344). liaison program). Although there was no significant reduction in
An integrative review and meta-synthesis of 20 studies hospital mortality, the authors concluded that critical care transi-
assessing the scope and impact of intensive care liaison and out- tion programs appear to reduce the risk of ICU readmission in
reach services concluded that the outreach services had a ben- patients discharged from ICU to a general unit (347).
eficial impact on ICU mortality, hospital mortality, discharge
delay, and rates of adverse events (340). A variety of research Future Directions and Research
methods were used, however, and it was not possible to con- Clearly, the lack of evidence on ICU outreach requires fur-
clude unequivocally that the ICU liaison/outreach service had ther multisite randomized controlled trials to determine its
resulted in improved outcomes. Potential sources of bias that potential effectiveness. As different models of outreach exist,
were identified included selection bias (use of a single site), per- additional research that identifies the specific roles of various
formance bias (nonstandardized intervention), and no or lim- types of outreach liaisons and their impact on ICU and ward
ited control of confounders (340). Outcomes for nurses in the patients is needed.
form of improved confidence, knowledge, and critical care skills Despite the demonstrated benefit of RRSs, a number of
were identified in qualitative studies but not formally mea- factors have been identified that can affect the effectiveness of
sured. A noteworthy major benefit across the studies, although the RRS, including staff skill set and activation criteria (326,
not measured quantitatively, was improved communication 327). In countries such as Australia and the United Kingdom,
pathways between critical care and ward staff (340). RRS teams commonly include a physician team member, while
A systematic review of the effectiveness of critical care out- in the United States, teams may be composed of critical care
reach services conducted in the United Kingdom identified nurses and respiratory therapists who conduct a first-line
two randomized controlled trials, 16 uncontrolled before-and- assessment and identify the need for physician support. The
after studies, three quasi-experimental studies, one controlled effect of these differences in RRS models on outcomes has not
before-and-after study, and one post-implementation-only been explored. Regardless of the organizational commitment
controlled study (345). The most frequent outcomes mea- to the RRS, clinical staff may act on the basis of local cultural
sured were mortality rate, cardiac arrest, unplanned critical rules that need to be better understood in order to ensure
care admission from wards, LOS, and critical care readmission appropriate activation of the RRS.
rates. Review of the studies identified improvements in patient With respect to ICU ADT criteria, research on RRSs has
outcomes yet insufficient evidence to demonstrate such out- demonstrated an impact on decreased unplanned ICU read-
comes conclusively. missions. Additional research on the impact of RRSs is indi-
A Cochrane database systematic review of outreach and cated as the studies to date have demonstrated conflicting
early warning systems for the prevention of ICU admission results with respect to impact on hospital mortality, cardiac
and of death of critically ill adult patients on general hospital arrest, and unexpected death.
wards identified two cluster randomized controlled trials, one
randomized at the hospital level (23 hospitals in Australia) and
one at the ward level (16 wards in the United Kingdom) (45). QUALITY ASSURANCE/IMPROVEMENT AND
The primary outcome in the Australian trial (a composite score METRICS OF ICU ADT PRACTICES
including incidence of unexpected cardiac arrests, unexpected
Quest for Appropriate ICU Metrics
deaths, and unplanned ICU admissions) demonstrated no sig-
Recommendations:
nificant difference between control and outreach team hospi-
tals (adjusted p = 0.640; adjusted OR, 0.98; 95% CI, 0.83–1.16). ●● We suggest following the SCCM’s guidelines as described
The U.K.-based trial found that outreach reduced in-hospital in “Critical Care Delivery in the Intensive Care Unit: Defin-
mortality (adjusted OR, 0.52; 95% CI, 0.32–0.85) compared ing Clinical Roles and the Best Practice Model” (currently
with the control group. Meta-analysis was not possible due undergoing revision) (ungraded).

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●● We suggest that every ICU have a written ADT policy, as The first study identified six outcome, six process, four
an administrative best practice, to guide appropriate patient access, and three complications measures. The access quality
placement (ungraded). indicator measures were 1) rate of delayed admissions, 2) rate
●● We suggest following the metrics identified as indicators of of delayed discharges, 3) rate of cancelled surgical cases, and
ADT performance in this framework (Table 5). This infor- 4) number of ED bypass hours (352).
mation should be collected electronically through the elec- The 188 pages of the SEMICYUC document, published in
tronic health record, if available (ungraded). 2011 after 2 years of revising the original 2005 publication,
proposed 120 quality indicators; among the planning/orga-
ICUs should be administered following the SCCM’s
nization and management quality indicators, they identified:
“Critical Care Delivery in the Intensive Care Unit: Defining
1) rate of delayed admissions, 2) rate of delayed discharges,
Clinical Roles and the Best Practice Model” (a revision of 3) rate of premature discharges, 4) rate of suspensions of
these guidelines is under way) (348). The ADT process should scheduled surgeries, 5) regulated exchange of information, and
be monitored, as with any administrative and clinical activ- 6) daily rounds by multidisciplinary teams. Among the indi-
ity within the healthcare system. Administrative and clinical cators for perceived quality at discharge from the ICU, they
best practices include having policies to guide patients’ flow identified standardized mortality rate and use of an ICU dis-
throughout their hospital stay. An ICU’s ADT policies should charge report. Unscheduled readmission was also identified as
encompass a broad scope of practice, including management an adverse-event quality indicator (353).
and leadership, multidisciplinary team members, patient types, For the third publication, the members of the ESICM task
processes, and procedures. These policies should also provide force evaluated 111 potential indicators and came to more than
clear directives to prevent conflicts and patient care delays, a 90% agreement on nine: 1) the need for ICUs to meet the national
process to deal with conflict and provisions for escalation to standard requirements for resource allocation and reporting, 2)
higher levels should be delineated. 24-hour availability of a consultant-level intensivist, and for
In 2002, the Joint Commission developed a set of six times that the intensivist was not immediately available, hav-
performance measures (ventilator-associated pneumonia ing a provider capable of initiating immediate resuscitation, 3)
prevention, stress ulcer prophylaxis, deep vein thrombosis an adverse-event reporting system, 4) multidisciplinary rounds,
prophylaxis, central line-associated bloodstream infection 5) a standardized handover system for discharge, 6) reporting
prevention, ICU LOS, and hospital mortality rate) for the and analysis of standardized mortality ratios, 7) rate of ICU
ICU, which were later aligned with its ORYX performance readmission at 48 hours, 8) rate of central venous catheter-
measurement system (349). These measures are specific pro- related infections, and 9) rate of unplanned extubations (354).
cesses that, if undertaken/addressed, are expected to improve After considering the literature reviewed and discussed
patient outcomes. The Joint Commission chose the APACHE throughout these guidelines, our Task Force has developed a
version IV scoring system for risk adjustment of the two out- number of ICU ADT-focused quality indicator metrics, delin-
come measures (ICU LOS and hospital mortality); the imple- eated in Table 5. The purpose of these metrics is to assist in eval-
mentation of these two measures was put on hold in 2005 to uating the ICU ADT process and making necessary changes to
allow alignment with the new requirements established. In improve the specific unit/multidisciplinary team performance.
2010, the Commission divided its performance measures into In addition, a few tools developed by the ADT Task Force have
accountability and nonaccountability measures. The first, been included to guide practitioners in the process of:
measures that have the greatest impact on patient outcomes,
are identified by four criteria: strong research evidence that Developing an ICU admission, discharge and triage policy
the process will improve patient outcomes, proximity of the (Appendix 2, Supplemental Digital Content 2, http://links.
measured process to the outcomes, ability to accurately mea- lww.com/CCM/B901).
sure the process, and minimization of unintended adverse Allocating critical care resources (Appendix 3, Supplemental
effects caused by the process (350). On the updated list Digital Content 3, http://links.lww.com/CCM/B902).
(2012), only one of the almost 50 accountability measures Prioritizing ICU admission or discharge based on specific
was specific to ICU care, ICU venous thromboembolism pro- patient needs (Appendix 4, Supplemental Digital Content
4, http://links.lww.com/CCM/B903).
phylaxis (351).
Instructions to create a two-sided pocket card with the tools
We identified three works on ICU quality indicators that
in Appendix 3 (Supplemental Digital Content 3, http://
are considered important for the scope of these guidelines—a
links.lww.com/CCM/B902) and Appendix 4 (Supplemen-
systematic review of the literature by Berenholtz et al (352);
tal Digital Content 4, http://links.lww.com/CCM/B903) are
the guidelines of the Spanish SCCM and Coronary Units
provided in Appendix 5 (Supplemental Digital Content 5,
(SEMICYUC) Multidisciplinary Steering Committees and
http://links.lww.com/CCM/B904).
Working Teams, titled “Quality Indicators in Critically Ill
Patients” (353); and a report from the Task Force on Safety and
Quality of the European Society of Intensive Care Medicine Future Directions and Research
(ESICM) (354). These documents all used an evidence-based Developing a perfect policy and/or tool to measure acu-
approach to summarize the quality indicators identified. ity is extremely challenging. ADT policy development is a

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Table 5. Quality Assurance/Improvement and Metrics of ICU Admission, Discharge, and


Triage Practices
Monitor and Evaluate

Admission ICU admissions and the basic administrative information of the patients (e.g., source of referral [such as the
emergency department, ward patients, RRS, or the ICU consult team], number per day, number per month, time of
day or night, outcomes [including standardized mortality rate])
Daily census (e.g., ICU census every 8–12 hr). This allows determining staffing needs (e.g., number of nurses needed
during the day, evening, and night shifts or during the week vs the weekend)
Surgery cancellations (e.g., lack of ICU beds versus hospital beds; track together with hospital/ED bypass)
Admission delays (e.g., source, time between referral and admission, outcomes for these patients)
Physician and nursing staffing and its impact on admission delays and refusals (e.g., correlation of high or low staff
availability/workloads leading to admission delay or denial and the associated referral sources)
Admissions via RRS referral (e.g., number of patients treated by the RRS, admission rate, outcomes)
ICU consults in the wards, if this service is provided (e.g., number of patients, type of patients, admission rate,
outcomes)
Triage Denied admissions (e.g., source of referral, reason, number per day, number per month, time of day, weekday versus
weekend, outcomes)
Interhospital transfers (e.g., from other EDs, other ICUs)
Cancelled transfers as a result of hospital/ED bypass (e.g., number of cancellations, hours on bypass)
Conflicts (e.g., rate and type of conflicts during referral and admission)
ICU stay ICU utilization (e.g., LOS, ventilator days)
Ethics and palliative care consults (e.g., rates, outcomes [LOS, ventilator days, end-of-life interventions such as do-not-
resuscitate orders or comfort care])
Unexpected cardiac arrests (e.g., source of admission, rate, outcomes for correlation with admission delays, use of
prior RRS intervention or ICU consultation in the ward)
Conflicts (e.g., rate and type of conflicts during ICU stay, including admission-discharge-triage and futility
disagreements)
Unexpected deaths (e.g., source of admission, number)
Discharge Delay in discharges (overutilization) (e.g., avoidable ICU days and reason, such as no beds in the wards)
Time and day of discharge (e.g., discharge at night, weekends)
Patient discharge status (alive or dead) and site of discharge (e.g., ward, intermediate care unit, long-term acute care
hospital, operating room, morgue)
Outcomes of all patients adjusted by severity of illness and expected mortality on the basis of standardized mortality
rates
Unplanned readmissions (e.g., rate, source, reason for readmission, outcomes)
Conflicts (e.g., rate and type of conflicts or disagreements during discharge, including those between medical teams
and families)
Family/patient satisfaction. If patients or families are not satisfied with service, identify the problems and address
them
ICU ADT Compliance with the ICU ADT policy (e.g., number of policy violations, number of inappropriate admissions, number of
policy delayed discharges)
Overall ICU performance. A multidisciplinary committee should review and discuss the metrics on an ongoing basis,
and the outcomes should be analyzed and considered for implementation of improvement measures
Needed changes to the ICU ADT policy upon periodic reviews according to needs and changes at each institution
RRS = rapid response system, ED = emergency department, LOS = length of stay, ADT = admission, discharge, and triage.

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task complicated by the numerous of variables to consider, Terminology


the complexity of critically ill patients, and the diversity of Recommendation:
healthcare systems. Tools can be developed that can assist
●● We suggest using the term “nonbeneficial treatment” when-
with guiding decisions; however, no policy or tool can replace
ever clinicians consider further care “futile” (Ungraded).
the clinical judgment of the critical care multiprofessional
team. Future directions for developing the most predictable The definition of “futile care” remains controversial; there
process for determining patient placement should focus on is no current consensus or definitive, objective definition (359,
●● Improving accuracy of severity scoring tools (APACHE, 360). Futile care has been described as an intervention that
SAPS, and Mortality Prediction Model) and nursing pro- only prolongs the final stages of the dying process (356), but
ductivity models. many other definitions have also been published (356, 357,
●● Utilizing electronic medical record documentation to auto- 359, 360). The AMA’s Council on Ethical and Judicial Affairs
matically capture patient characteristics and developing a has stated that a fully objective and concrete definition of futil-
self-populating tool for ADT. ity is unattainable (356). Qualitative definitions of futile care
●● Utilizing telemedicine to monitor discharged patients and are value laden and have not helped to resolve disagreements
“capture” red flags to increase timeliness of intervention among patients, families, healthcare providers, and courts
and prevent readmission to critical care. (355). Regrettably, quantitative definitions have not helped
●● Utilizing telemedicine to assist with monitoring critical care solve this problem either.
patients who were triaged to a nontraditional critical care The Ethics Committee of the SCCM has discouraged using
unit because of lack of critical care bed availability. the concept of futility to establish policies that limit care (357)
●● Determining how standardization of all critical care pro- and has recommended not using the term futile care. We con-
cesses (policies, team hand-off reports, rounds reports, cur with this recommendation. Until critical care practitioners
nurse-driven protocols, and standing orders) influences can accurately predict specific outcomes in clinical practice
ADT decisions. and reach consensus regarding which clinical situations are
●● Determining how the use of nonintensivist physicians futile, we suggest avoiding the term futile at the bedside.
admitting to a critical care unit affects decisions about Instead of futile care, the SCCM Ethics Committee recom-
patient placement. mended the term “inadvisable treatment”; others have recom-
●● Determining how hardwiring of safety and quality mea- mended the term “nonbeneficial treatment” (361). The terms,
sures can be captured as a characteristic of nurse workload regardless of how they are defined, are subjective, as are many
to determine the impact on discharge and triage/transfer of the factors that we use to determine benefit (e.g., likelihood
criteria. of success of an intervention, the life expectancy or quality of
●● Exploring including a palliative care/end-of-life specialist as life of the patient, burdens to all affected by the event, wishes of
a member of the critical care team to build relationships the patient and their closest relatives). Nevertheless, among these
with families and assist in decision making. terms, nonbeneficial appears to confer a less threatening conno-
tation (compared to futile) and a more professional estimation
(compared with inappropriate or inadvisable) that providing or
NONBENEFICIAL TREATMENT (FUTILE CARE) continuing to provide treatments is not, in our opinion, in the
IN THE ICU best interest of the patient. An example would be continuing to
Nonbeneficial treatment, or futile care, was not addressed in provide ventilatory support to a leukemia patient in respiratory
the previous version of these guidelines (5). Medical futil- failure and multiorgan failure with poor prognosis. However, in
ity received a lot of attention in the early nineties during the certain circumstances, such as requests for interventions that in
intense national debates regarding healthcare reform (355). our medical opinion are unethical, the term “inappropriate treat-
With the exception of the 1999 report by the Council on Ethical ment” should be used. An example would be performing car-
and Judicial Affairs committee of the American Medical Asso- diopulmonary resuscitation (CPR) in a patient with metastatic
ciation (AMA) (356), the subject received progressively less cancer, in multiorgan failure, with a devastating intracranial
attention during the next decade, and it has not been directly hemorrhage.
addressed in guidelines for critically ill patients since 1997
(357, 358), when futility was extensively discussed by the Ethics Attempts to Design Objective Models for
Committee of the SCCM in a consensus statement regarding Determining Nonbeneficial Treatment Status
futile and otherwise inadvisable treatments (357) and by the Recommendations:
American Thoracic Society in an official statement on the fair
allocation of intensive care resources (358). Because of the dif- ●● We suggest avoiding the current quantitative definitions of
ficulties associated with the type of evidence for determining nonbeneficial treatment because of the lack of consensus on
futility, the extreme complexity of the subject, and the infeasi- a single definition (ungraded).
bility of covering the subject in its entirety in these guidelines, ●● We suggest against the routine use of the currently available
here we only briefly comment on a few aspects of the topic severity-of-illness scores for identifying nonbeneficial treat-
related to ADT. ments in specific patients (grade 2C).

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●● We suggest that the information provided by healthcare not able to agree to a cutoff probability for triage even when
professionals be quantitative to reduce disagreement the chance of survival was estimated at 0.1% (186).
between the prognostic information delivered to the Although the use of predictive models or scores has been
patients’ surrogates and their understanding and accep- suggested to aid in the identification of nonbeneficial treat-
tance of the message (grade 2C). ment, these models, in addition to having large margins of
error, have been developed for group predictions and are not
Several quantitative approaches to determining futility were
appropriate for establishing futility in individual cases. The
developed in the early 1990s, but they have failed to be adopted
early adoption of any of futility prediction models or rec-
in clinical practice. Schneiderman et al (360, 362) suggested
ommendations could slow medical progress in terms of the
the following threshold for deciding when a treatment is non-
development of adequate therapies to improve the survival of
beneficial or “futile”: when a medical treatment has fewer than patients with conditions that have initially high mortality rates.
one success in 100 uses or when it only helps to preserve per- Neither doctors nor nurses have been able to demonstrate
manent coma. However, the risk of error in these calculations accurate predictive abilities (366). However, this problem is
and lack of data for all the disorders and populations admit- more complex than providers being able to make accurate
ted to the ICU have led to the use of clinicians’ actual experi- predictions. A recent randomized study (368) comparing
ence and individual biases instead. In addition, individualized the reliability of quantitative versus qualitative statements in
predictions based on any of the numerous scores available are discussions conveying prognostic estimates in two video ver-
not appropriate and should not be used alone to make such sions of a simulated family conference showed that there was
decisions (357, 358). In a comprehensive response to the a big gap between what was conveyed by the doctors and what
numerous criticisms of their approach, Schneiderman et al patients’ surrogates understood from the doctor’s predictions.
(363) addressed the lack of professional or societal consensus The patients’ understanding of the physician’s estimates did
about the definition of futility, the concern that empirical data not differ based on whether the information was provided
could not be applied with certainty to any given patient, the quantitatively (17% likelihood of patient survival ± 22% sd)
concern that empirical data may suggest decisions that conflict versus qualitatively (16 ± 17%; p = 0.62). Almost half of the
with patients’ religious beliefs, and the fact that rationing and surrogates (47%) believed that their relatives had much better
resource allocation will ultimately determine medical futility, prognosis than the prognosis provided by the physicians, and
among other criticisms. the surrogates’ own estimates of likelihood of patient survival
Other quantitative approaches proposed included a math- did not differ based on whether the information was provided
ematical model by Murphy and Matchar (364) to identify qualitatively (mean likelihood 26 ± 24% sd) versus quanti-
thresholds for deciding the medical and economical appropri- tatively (22 ± 23%; p = 0.26). Among the group as a whole,
ateness of a given treatment, as well as a cost-effectiveness ratio. the surrogates’ mean estimate of patients’ survival likelihood
Teno et al (365) suggested implementation of a strict prog- (23 ± 22%) was more than twice the rate provided by the physi-
nosis-based futility guideline. They analyzed 4,301 patients cian (10%; p < 0.0001). In the multivariate analysis, the authors
enrolled in the Study to Understand Prognoses and Preferences found that the two variables associated with less discordance
for Outcomes and Risks of Treatment (SUPPORT) and identi- were trust in the patient’s physician (coefficient, –0.85; 95%
fied 115 individuals (2.7%) with less than a 1% chance of sur- CI, –1.7 to –0.04; p = 0.04) and receiving the prognostic infor-
viving 2 months. In a simulation of the model, they found that mation quantitatively (coefficient, –9.2; 95% CI, –14.5 to –3.8;
stopping treatment of those 115 patients earlier would have p = 0.001). Another publication noted that nonbeneficial
saved $1.2 million (14%) of the $8.8 million in total charges. interventions can be perceived differently if they are cheap,
Also, nearly 75% of the reduction in the total number of hospi- easy, and without morbidity versus aggressive, technologically
tal days was due to the simulated discontinuation of treatment intensive, and entailing great pain and suffering (369).
of only 12 patients. The researchers concluded that patients at
high risk of dying could be identified, but the implementation Delivery of Nonbeneficial Treatment in the ICU
of a strict, prognosis-based futility guideline on the third day Recommendation:
would have resulted in only modest savings.
Regardless of the model used and its limitations, the dis- ●● We suggest developing clear ICU and institutional nonben-
crepancies among healthcare providers’ opinions remain an eficial treatment policies through consensus of all the par-
important obstacle to standardizing decisions about nonben- ties involved (physicians, nurses, administrators, lawyers,
ethicists, and family representatives) (ungraded).
eficial treatments (366). In a study about the prevalence of
withholding and withdrawal of life support from the critically Care that is considered to be nonbeneficial continues to be
ill, Prendergast and Luce (367) showed that only 4% of physi- delivered around the world. For example, Hariharan et al (370)
cians considered medical futility on the basis of low probability reported in Barbados the continued provision of aggressive
of survival alone. Others considered comorbid diseases lead- treatment to patients whose prognoses were considered “futile”
ing to recurrent hospitalizations or death, poor quality of life, by some of the healthcare providers. A third of the patients
patient’s suffering, and even resource allocation in their deci- who died in the investigators’ ICU, 5% of the 662 admissions,
sions. In the recent Eldicus Triage Consensus, physicians were met their futility criteria, including patients diagnosed as dead

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by neurological criteria, or brain dead. The authors found that when considering using the term “nonbeneficial treatment”
age, legal considerations, family wishes, and disagreement as a justification for setting limits on medical interventions.
among treating physicians were the main reasons for the futile Decision rules for termination of nonbeneficial resuscitations
treatment (370). for in-hospital cardiac arrests were proposed in 1999 (375).
In a Canadian survey, Palda et al (371) reported that 95% of Guidelines by the National Association of Emergency Medical
the nurses and 87% of the physicians responding to the survey Services Physicians Standards and Clinical Practice Committee
had provided “futile” care during the past year. They identified for termination of resuscitation in the prehospital setting (376)
eight main reasons for the provision of nonbeneficial treat- were published in 2000. These were followed in 2003 by guide-
ment by these practitioners. The most common reason was the lines for withholding or terminating resuscitation in cases of
perception of death as a treatment failure by the physicians, prehospital traumatic cardiopulmonary arrest, authored by
and the second was poor communication between the provid- the same group in association with the American College of
ers and families. Among the other reasons recognized were Surgeons Committee on Trauma (377, 378). However, since
prognostic uncertainty, legal pressures, and fragmented care those guidelines were published, the practices have come into
owing to the involvement of multiple subspecialists. question in light of changes made to the American Heart
The study of Palda et al (371) showed a significant differ- Association (AHA) resuscitation recommendations in 2005
ence between the opinions of nurses and physicians regard- (379, 380).
ing “futile” care (368). Frick et al (366) have also described The AHA dedicates a chapter of its guidelines to the ethical
such disagreements between nurses and doctors. The higher aspects of CPR and the issue of futility. In the past, the chap-
the severity score and the longer the ICU stay, the higher the ter included ethical guidelines, a simple decision algorithm in
discrepancy between nurses’ and doctors’ opinions regarding cases of cardiopulmonary arrest, as well as recommendations
nonbeneficial treatment. Nurses were more pessimistic in gen- on when to stop CPR. The recommendations clearly stated
eral; of the 284 days in which daily judgments were recorded, that the burden of the decision to terminate resuscitation
nurses considered withdrawal on 123 days and physicians on rested with the responsible clinician and that clinical judgment
26 days (p < 0.001). Nurses also more frequently than doctors always trumps clinical criteria: “In the final analysis, the deci-
considered care to be “futile” for survival (92 vs 61 d; p < 0.001) sion that a resuscitation attempt would be futile is a matter of
and quality of life (119 vs 70 d; p < 0.001). medical judgment that only a responsible physician can make”
In a more recent study, Huynh et al (372) studied the fre- (381). This leaves room for variability in the delivery and ter-
quency of provision of perceived “futile treatments” defined mination of any resuscitative effort, as two physicians could
through a focus group consensus process and identified via a easily disagree in any given case. Additional interventions, such
multivariate model. The investigators found that 134 patients as therapeutic cooling (382) and the introduction of extracor-
among 1,136 patients in five Californian ICUs received 464 poreal membrane oxygenation as a part of the management of
days of nonbeneficial treatments for a total cost of $2.6 mil- circulatory arrest (383), have further complicated adherence to
lion. The authors considered the costs to be substantial, in con- these recommendations, despite studies validating the guide-
trast to others who have downplayed the economical impact of lines’ rules (380, 384). The AHA continues narrowing the rules
these interventions, such as the SUPPORT study investigators for termination of resuscitation and in the most recent recom-
(365) and Luce and Rubenfeld (373). mendations published at the end of 2010 questioned the reli-
ability of the evidence calling for prospective validation (385).
Nonbeneficial Cardiopulmonary Resuscitation Regardless, CPR continues to be provided in conditions that
Recommendation: have been considered nonbeneficial even by the practitioners
who provide the treatment (386, 387). Family, peer pressure,
●● We suggest that prudent clinical judgment, in conjunction
and legal pressures are among the important reasons for this
with the latest American Heart Association guidelines and
practice.
specific local and hospital policies, be followed in deciding
when to withhold or terminate cardiopulmonary resuscita-
Death by Neurological Criteria
tion (ungraded).
Recommendation:
Modern CPR was developed from efforts to resuscitate
●● We suggest that life-supportive therapies be removed in
patients from sudden cardiac death in the 1700s, and this tech-
cases of patients declared dead by neurological criteria in
nique has been a main focus during medical training since
accordance with local law (including potential legal restric-
(374). CPR is performed on any patient in cardiac arrest even
tions associated with the patient’s religious beliefs), hospital
if the arrest is the result of a chronic and debilitating termi-
policies, and standard medical practice and after appropri-
nal disease or the patient is dying, as long as there is not an
ate organ donation considerations (ungraded).
advance directive to the contrary or an objective sign of irre-
versible death (e.g., rigor mortis or decapitation). Guidelines for the determination of death by neurological
Deciding not only when to start CPR but also when to stop is criteria were updated and published by the American Academy
difficult. The evolution of termination-of-resuscitation rules is of Neurology in 2010 (388). Most of the recommendations are
an excellent example of the complexity and challenges we face classified by the academy as grade U, or “studies not meeting

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level of evidence from class I to III; data inadequate or conflict- and policies affecting the lives of numerous patients waiting
ing; given current knowledge, treatment is unproven.” Brain for organ transplantation.
death could be seen as a diagnosis that leads to simple medi-
cal decisions. However, a family’s reluctance or religious beliefs Reducing the Delivery of Nonbeneficial Treatment
can complicate or lead to challenging decisions about life-sup- Ethics Teams.
portive therapy withdrawal. Recommendation:
In some circumstances, legal considerations can affect
●● We suggest the early involvement of ethicists (within 24 hr
clinical practice. For example, for the declaration of brain
of identifying potential or actual conflict) to aid in conflicts
death, the State of New Jersey includes in its law exemptions
associated with nonbeneficial treatment (grade 2C).
to accommodate personal religious beliefs as well as spe-
cific examination guidelines and physician standards (389). Ethics consultations have been suggested as a means
Similarly, in Israel, the Brain Death Law prohibits the discon- of resolving conflicts associated with nonbeneficial treat-
tinuation of ventilation in brain-dead patients if the family ment. Since the publication of the SCCM (357), American
disagrees with the life-support withdrawal (390); in addition, Thoracic Society (358), and AMA (395) consensus guide-
another law addressing terminally ill patients prohibits the lines, only three randomized studies have investigated the
withdrawal of ventilators (391). Physicians and other health- role of these consultations (396–398). The first study, from
care providers (e.g., nurses, respiratory therapists) who find a single center, explored the impact of ethics consultations
themselves in analogous circumstances need the assistance in the ICU on reducing the number of nonbeneficial treat-
of the legal services of their institutions for multiple reasons, ments for patients who could not survive until hospital dis-
including the risk of harm to healthcare providers, the legal charge (396). The investigators randomized 74 patients who
implications of continuing life support to a patient declared had value-based conflicts during their management and
dead or even not yet declared brain dead, additional costs for found that although there was no difference in mortality
the institution, and the inappropriate utilization of critical rates between patients who were offered ethics consultations
care resources (392). and those who were not, the intervention group had fewer
When a patient’s relatives object to withdrawal despite ICU hospital days and life-sustaining treatments. The sec-
expert attempts to explain that the patient is brain dead, ond study, a multicenter study, was a larger-scale replication
unsatisfactory agreements or legal conflicts may result. In a of the first study; 551 patients from seven U.S. hospitals were
recent report, Smith and Flamm (393) described the case of randomized into the two groups (397). The researchers dem-
a brain-dead patient dispute between a very religious Jewish onstrated a significant reduction in the number of hospital
family and the medical team. The authors described in detail days (–2.95 d; p = 0.01), ICU days (–1.44 d; p = 0.03), and
all the social, ethical, medical, and legal ramifications of the ventilator days (–1.7 d; p = 0.03) in the intervention group,
opposition to accepting the diagnosis, complicated by the and most participants (87%) involved in the process, includ-
vagueness of the state law’s statements that require “reason- ing healthcare providers and patients’ surrogates, thought
able short-term accommodation”; the patient was finally ethics consultations were helpful in resolving their conflicts.
transferred to another institution’s ICU, leaving the case The third randomized study investigated the impact of a
essentially unresolved. Laws of the states of New York and proactive intervention by a bioethicist in reducing utilization
New Jersey require a “reasonable accommodation period” of ICU resources in a large tertiary center medical/surgical
in cases in which the family objects on religious or moral ICU (398). This study failed to demonstrate any significant
grounds. The lack of clear recommendations by the authors difference in hospital LOS, number of nonbeneficial treat-
exemplifies the challenges of providing clear advice for future ments, surrogate satisfaction, or hospital costs, conflicting
similar cases. with the previous two studies.
Such legal battles are not infrequent, do not happen only In a multicenter study, Gilmer et al (399) investigated the
in New York and New Jersey, and can involve other religious costs associated with nonbeneficial ICU treatment and found
groups that disagree with the diagnosis of brain death. Buddhist a mean cost difference of $5,246 per patient. They estimated
beliefs also represent a challenge for many practitioners that that in a 40-bed ICU with the same rate of consultation, a
find themselves in these situations; recently, a Buddhist fam- mortality rate of 60%, and savings of $5,246 per patient,
ily obtained a restraining order against Beth Israel Deaconess treatment costs would be reduced by $157,380 per year if the
Medical Center in Massachusetts to prevent the withdrawal of nonbeneficial therapy were withheld. These modest savings
life support of their relative who had been declared brain dead. further strengthen the findings of the SUPPORT study (365)
Because of deterioration of the patient’s extremities, the hospi- and suggest that conflicts arising from futility discussions
tal pursued stopping life support by seeking an order from the leading to costly legal confrontations may negate the poten-
court (394). In addition to legal and religious challenges, the tial healthcare savings intended by enforcing a strict policy of
potential for organ donation also has to be considered when nonbeneficial treatment. Other authors have estimated more
confronted with the decision to admit a patient to the ICU as substantial savings; Huynh et al (372) estimated $2.6 million
well as the decision to withdraw life-supportive therapies. The in costs of nonbeneficial treatment during a 3-month study in
ramifications of these decisions reach beyond local practices five ICUs, equivalent to $10.4 million/yr.

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Palliative Care Teams. Despite the conflicting results between retrospective/


Recommendation: observational and systematic review/randomized studies, the
use of early implementation and integration of palliative care
●● Although palliative medicine consultations have been pre-
in the patient’s plan of care is promulgated by experts (410).
viously associated with reduction in critical care resources,
Unfortunately, the unclear value of these interventions in the
the most recent evidence does not support a recommen-
ICU setting, reports of increased costs associated with imple-
dation, emphasizing the need for additional high-quality
mentation of these programs, the lack of widespread public
research on this subject (no recommendation).
awareness of the goals of palliative care, and poor implemen-
A recent study of two retrospective cohorts investigated the tation of palliative medicine at early or even late stages of
role of palliative medicine consultations on do-not-resuscitate disease demand further focused research to answer these
(DNR) designations and LOS of patients with terminal dis- questions (400, 405, 410).
ease in a medical ICU. There was a significant increase in the
utilization of life-supportive limitations with a higher rate of Potential for Nonbeneficial Treatment to be Harmful
DNR designations in the intervention group (86% vs 68%) Although the discussion of potential harm caused by non-
(400). The authors also found a reduction in hospital LOS beneficial treatment is beyond the scope of this article, it is
(p < 0.01) and ICU LOS (p < 0.01). In contrast, the Educate, important to highlight some of the current concerns about the
Nurture, Advise, Before Life Ends II randomized controlled misallocation of critical care resources and bring them to pub-
trial did not show improvements in outcomes (some of the lic attention for further discussion. Recent voices have ques-
symptoms, LOS, and ICU or ED utilization) after palliative tioned the indiscriminate delivery of nonbeneficial treatment
care consultations (intervention group); at the same time, the even in systems with unlimited resources (411). Some exam-
costs of management of these patients increased (400). In a ples of unethical treatment include the delivery of less effective
systematic review, Zimmermann et al (401) showed that after treatments to demanding patient populations (e.g., aggres-
a palliative care intervention, a cost reduction was seen in only sive life-supportive treatments at the end of life) and provid-
one of seven studies, improved quality of life in only four of ing antibiotics even when they are considered nonbeneficial
13 studies, and improvement in symptoms in one of 14 stud- treatment, which could lead to antibiotic resistance, making it
ies. The authors concluded that because of methodological more difficult or impossible to treat other patient populations
shortcomings, more carefully planned trials are needed and in need. In addition, the individuals receiving nonbeneficial
that standardized palliative care interventions and specific treatments could be also negatively affected; while expending
measures for this population are needed. all their economic resources on expensive treatments that do
In a before-and-after study of a palliative care quality- not improve the outcome of their disease, they could be left
improvement intervention conducted in a single-center ICU, with no coverage for later treatable ailments or have their lives
Curtis et al (402) found no significant changes in quality of shortened by opting for aggressive therapies prone to more
dying (from the family’s perspective) or family satisfaction. complications. In a randomized study of patients with meta-
Furthermore, Curtis et al (403), in a cluster randomized study static lung cancer, Temel et al (412) recently compared stan-
of a multifaceted intervention in 12 hospitals with 2,318 eli- dard oncologic care integrated with early palliative care versus
gible patients, showed no improvement after the intervention standard oncologic care alone. They showed that patients
in perceived quality of dying, ICU LOS before death, or time receiving early palliative care used less aggressive care at the
from ICU admission to withdrawal of life-supportive thera- end of life and yet lived longer. Niederman and Berger (411)
pies. A subanalysis of 2003–2008 data collected for that study and others consider the delivery of nonbeneficial treatment to
did not show significant changes over time although they be not only an individual decision but also a societal problem,
identified significant interhospital variation in palliative care requiring a solution to reduce the unequal allocation of pro-
delivery and ratings (404). Finally, it may be that these ser- gressively scarcer healthcare resources.
vices were underutilized, as suggested by the editorial of Truog
(405); only 8% and 1% of the patients had palliative care and Conflicts in Determining Nonbeneficial Treatment
ethics consults, respectively. Recommendation:
Research on the use of early palliative care for patients with
●● We suggest following the SCCM Ethics Committee’s 1997
complex conditions such as metastatic lung cancer has dem-
general recommendations for determining when treat-
onstrated beneficial effects, including improvements in qual-
ments are nonbeneficial and for resolving end-of-life con-
ity of life and mood and less aggressive care at the end of life.
flicts regarding withholding or withdrawing life support.
In a randomized study of early palliative care intervention,
We also support the fair-process approach recommended
patients in the intervention group reported better quality-of-
by the AMA’s Council on Ethical and Judicial Affairs com-
life scores and less depression and had more documentation
mittee (ungraded).
of resuscitation preferences and less aggressive care at the end
of life, compared with the control group (406). Yet ICU use in Occasionally, patients or their relatives have opposing views
the last days of life continues to increase, as demonstrated in about the provision or termination of life-supportive therapies.
multiple reports in the United States and Canada (407–409). There seems to be a developing emphasis on family-centered

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care and a shared decision-making process for addressing the defined it as “the allocation of potentially beneficial healthcare
withholding and withdrawal of life-supportive therapies. This services to some individuals in the face of limited availability
consensus-based approach could reduce potentially nonben- that necessarily involves the withholding of those services from
eficial treatment (355, 413, 414). In cases in which conflict other individuals” (158). The definition can be customized
between patients or their families and the healthcare team according to the specific service rationed. For example, ration-
arises, the adoption of the fair process recommended by the ing of nursing care has been defined as “the withholding or
Council on Ethical and Judicial Affairs of the AMA has gained failure to carry out necessary nursing tasks due to inadequate
strength. This process has been adopted by many institutions time, staffing level, and/or skill mix” (107).
and has even been incorporated into law in the states of Texas As the U.S. healthcare system changes and critical care costs
and California (217, 414, 415). However, concerns about the increase (418), attention to this old problem has reintensified. A
constitutionality of some of these processes have been raised recent study by Ward et al (419) examined perceptions of nurse
and remain unresolved (416). and physician directors regarding resource use and constraints
in 447 U.S. hospitals with ICUs. Their results indicated that
Future Directions and Research nurses have a larger role than physicians do in managing ICU
Recommendations: costs; 91% of nurse directors versus 38% of physician direc-
tors were given feedback on expenditures, and nurse directors
●● There is growing concern that nonbeneficial treatment played a larger role in ICU budgetary decisions. Interestingly,
affects not only the individuals receiving these treatments many of the responders agreed that “too much” care (excessive
but also the rest of the population. Providing nonbeneficial care for some patients) was being provided in their units; for
treatments reduces the availability of the same resources in this question, 46% of the physician directors and 39% of the
more appropriate situations, treatments, or patients and nurse directors chose the responses “sometimes” (25–75% of
could cause unwanted and unrecognized harm. The effect the time) or “frequently” (> 75% of the time). In contrast, only
of this practice has an unknown effect on the healthcare sys- 7% of both nurse and physician directors thought that patients
tem as a whole, leading to an urgent need to better under- received “too few” resources sometimes or frequently. The
stand the impact of misallocation of critical care resources additional pressure of the diminishing physician workforce has
in the U.S. healthcare system (ungraded). led to new coverage models, including telemedicine, the use of
●● As a result of the major knowledge gaps identified, we sug- nurse practitioners and physician assistants, and hospitalists,
gest that more research be performed on all aspects of the that have the potential to improve resource utilization (418).
determination and provision of nonbeneficial ICU treat-
ment (ungraded). Impact of Rationing on ICU Outcomes
The need for guidance in making decisions to administer Although earlier studies failed to demonstrate a difference in
or withdraw life support has led to the development of a mul- outcomes between those admitted to the ICU versus those
titude of tools and guidelines. Recently, Giacomini et al (417) denied ICU admission (395), many subsequent studies indi-
identified life-support decision tools as an important area of cate otherwise. Sinuff et al (158) found that the mortality
critical care practice and research. In their review of 49 pub- rate was higher for patients refused ICU admission than for
lications addressing this problem, the researchers critically patients admitted to the ICU (OR, 3.04; 95% CI, 1.49–6.17).
appraised what they considered to be an abundant body of In their systematic review, they found that age, illness severity,
literature reporting a wide variety of tools to aid in different and medical diagnosis were used to triage patients and refuse
aspects of this process. However, they pointed out some of the patients at times of ICU bed shortages. During bed shortages,
discrepancies of the different documents in their positions on those admitted to the ICU were sicker, were less often admit-
key life support, as well as in their scope and practicality. The ted for monitoring, and had shorter ICU stays than during
investigators recommended that future research focus on how times of greater bed availability. In practice, intensivists made
to interpret and apply these tools, as well as on their impact the majority of the triage and rationing decisions. The authors
on the quality of patient care and outcomes. The cost reduc- stated that the relative importance of the factors used to triage
tion associated with the reduction of nonbeneficial therapy (e.g., age, illness severity, and medical diagnosis) was uncertain.
has been reported to be modest (365, 399). However, the cost- The data were not sufficient to provide clear recommendations
effectiveness of such efforts to reduce nonbeneficial therapy, or guidance for rationing based on this systematic review.
including enlarging palliative/supportive care teams, is still Simchen et al (126) also showed in a prevalence study an
under debate. improvement in survival among those admitted to the ICU, but
only in the first 3 days after deterioration and after adjusting
for age and severity of illness. They concluded that there was a
RATIONING window of critical opportunity that could be used to increase
As with the issue of nonbeneficial treatment, the rationing of the turnover of patients in ICUs under economic constraints
medical care has been extensively discussed in the past. Ration- or with bed shortages. Vanhecke et al (420) showed that of
ing has been interpreted in several ways (362). More recently, 1,302 patients referred to the ICU, 353 (27%) were not admit-
the Task Force on Values, Ethics, and Rationing in Critical Care ted, mostly because they were “too well” to benefit. Among

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the patients who were not admitted, those who died within a validated tool with 51 items) had a significantly lower risk
6 months were characterized by older age, more severe illnesses, of death (adjusted OR, 0.8; 95% CI, 0.67–0.97); in contrast,
greater likelihood of being enrolled in hospice at the time of patients treated in hospitals with high patient-to-nurse ratios
the evaluation, and more likely to decline care than those still of 10:1 had a 37% higher risk of death (adjusted OR, 1.37; 95%
living at 6 months. Among the 324 patients analyzed, 9% of CI, 1.24–1.52).
the patients considered “too well” to benefit from the criti- Other studies have examined bed occupancy and mor-
cal care services deteriorated and required admission within tality risk. Staffing concerns have also been raised from the
48 hours, and they had a 36% mortality rate at 6 months. significant increased mortality observed during higher bed
Another study by Simchen et al (421) showed that only a occupancy rates in Danish hospitals between 1995 and 2012
small percentage of patients eligible for ICU care actually were (109). Madsen et al (109) found an overall 1.2% mortality risk
admitted to the unit; of 44,000 patients screened, 749 patients increase for each additional 10% bed occupancy rate, with
(1.7%) met predetermined ICU admission criteria, but only significant increases in both in-hospital and 30-day mortality
13% of these patients were admitted. The majority of the rates. Gabler et al (168) have also reported this association in
patients (55%) were admitted to general wards, and 32% were strained ICUs.
admitted to special units.
Edbrooke et al (422) have suggested that intensive care Systems for Rationing Critical Care
therapies are as effective as therapies considered “essential”; Recommendation:
however, they lamented that because ICU care was considered
●● We suggest adhering to the recommendations of the SCCM
expensive, this led to an unreasonable restriction in the avail-
Ethics Committee, the Council on Ethical and Judicial
ability of these resources. In their multicenter, multinational
Affairs of the American Medical Association, and the Bio-
study that encompassed 11 hospitals in seven European coun-
ethics Task Force of the American Thoracic Society for the
tries, they found an overall relative mortality risk among the
ethical allocation of scarce medical resources until updated
patients triaged to ICU of 0.70 (95% CI, 0.52–0.94) at 28 days.
or appropriate evidence-based operational frameworks
As the predicted mortality of the patients increased, the RR of
become available (ungraded).
ICU admission decreased, with a RR of 0.55 (95% CI, 0.37–
0.83) in patients with a predicted mortality of greater than As described in General Considerations section, General
40%. The estimated mean difference in total cost per hospital Considerations (Triage), in a consensus statement published in
stay between patients accepted and not accepted into the ICU 1994, the SCCM Ethics Committee addressed the distribution
was $6,156 (95% CI, $5,028–7,283), with a cost per life-year of scarce resources during the process of triage of critically ill
saved of $7,065 (95% CI, $3,009–$11,073). patients (129). In addition to the important elements to con-
Data from the Rationing of Nursing Care in Switzerland sider during triage, the committee highlighted the need for a
study have shown worsening in all the variables studied dur- benefit to be derived from the ICU admission. In other words,
ing rationing (107). Schubert et al (107) explored the asso- the committee considered that the provision of these resources
ciation between implicit rationing of nursing care and six should be linked with likelihood of benefit. The main princi-
selected patient outcomes in a cross-sectional study of patients ples proposed by the committee included 1) “providers should
and nurses in eight acute-care hospitals. They used a vali- advocate for patients”; 2) “members of the provider team should
dated instrument that includes 20 items, the Basel Extent of collaborate”; 3) “care must be restricted in an equitable system”;
Rationing of Nursing Care (BERNCA). During implicit 4) “decisions to give care should be based on expected ben-
rationing (combination of low nursing resources, high nurse efit”; 5) “mechanisms for alternative care should be planned”;
workloads, and increased patient complexity and care needs), 6) “explicit policies should be written”; 7) “prior public notifica-
significantly worse outcomes were found for patient satisfac- tion is necessary.” The Ethics Committee clearly recommended
tion, nurse-reported medication errors (adjusted OR, 1.68; against admitting patients with a likely poor outcome and stated
95% CI, 1.17–2.41), patient falls (adjusted OR, 2.81; 95% CI, that “patients who are not expected to benefit from intensive
1.65–4.78), nosocomial infections (adjusted OR, 1.61; 95% care, such as those with imminently fatal illnesses or permanent
CI, 1.03–2.51), pressure ulcers (adjusted OR, 1.15; 95% CI, unconsciousness, should not be placed in the ICU.”
1.06–1.25), and critical incidents (adjusted OR, 1.1; 95% CI, The Council on Ethical and Judicial Affairs committee of
1.04–1.17) (105). the AMA has also addressed some of the ethical considerations
In 2012, the same investigators reported the impact of required for the allocation of scarce medical resources (395).
rationing of nursing care on inpatient mortality (106). In this In the 1995 statement, the Council proposed several important
cross-sectional correlational study, they found that patients elements to take into consideration during allocation of scarce
were 51% more likely to die in hospitals with the highest ration- resources; among them: “1) the likelihood of benefit to the
ing level (in terms of the patient-to-nurse ratio as measured patient, 2) the impact of treatment in improving the quality of
with the BERNCA tool) when compared with the other centers the patient’s life, 3) the duration of benefit, 4) the urgency of
studied (adjusted OR, 1.51; 95% CI, 1.34–1.70). Patients treated the patient’s condition (i.e., how close the patient is to death),
in hospitals with a higher-quality nurse work environment and in some cases, 5) the amount of resources required for suc-
(measured with the nurse work environment index-revised, cessful treatment.”

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Special Article

In 1997, a multidisciplinary Bioethics Task Force of the decisions into three main categories: decisions made on the
American Thoracic Society (ATS) published an extensive and basis of external constraints, those made on the basis of clini-
detailed advisory statement on the fair allocation of intensive cal guidelines, and those made on the basis of clinical judg-
care resources (358). The ATS Task Force proposed five prin- ment. Hurst and Danis (424) further advanced this framework
ciples and 12 position statements in regard to fair allocation by dividing clinical judgment into three categories: decisions
of resources. Among the principles, the group sustained that: made on the basis of triage (e.g., limited time, limited beds,
1) “ICU care, when medically appropriate, is an essential com- and limited staff), those made on the basis of fixed resources
ponent of a basic package of health care services that should (e.g., insufficient blood supplies), and those made on the basis
be available for all”; and 2) “The duty of health care provid- of physician opinion (e.g., assessment of individual benefit or
ers to benefit an individual patient has limits when doing so cost). The authors also outlined a proposal to apply the pro-
unfairly compromises the availability of resources needed by posed rationing framework. In an innovative approach to gain
others.” Among the position statements, the group affirmed a better understanding of this complex problem, Strosberg
that: “access to ICU care requires that patients have sufficient (425) has recently experimented with simulations, including
medical need”; “whenever feasible, patients should give their role-playing and incorporating organizational theory perspec-
informed consent for initiation and continuation of ICU care”; tive. However, despite our growing concerns about rationing
“when demand for ICU beds exceeds supply, medically appro- for over two decades (426, 427), to date, no practical or consis-
priate patients should be admitted on a first-come, first-served tent guidelines exist to systematically allocate scarce intensive
basis”; “access for marginally beneficial ICU care ... may be care resources (423).
restricted on the basis of its limited benefit relative to cost”;
“prior to health care institutions limiting access to ICU care Future Directions and Research
on the basis of limited benefit relative to cost, prerequisites Recommendation:
for efficient use of health care resources, fair redistribution of
●● Further research is needed on all aspects of rationing criti-
savings, and public disclosure must be fulfilled”; “health care
cal care resources to narrow the current gaps in allocating
institutions and their providers should ensure availability of
scarce resources (ungraded).
ICU beds by matching supply to medical need”; and “health
care institutions and their providers should limit access to ICU Cook and Giacomini (428) have suggested that investigating
resources by means of explicit policies that are made known to rationing is central to understanding the practice of medicine
patients and the public.” as we approached the new millennium. As our understanding
The ATS Task Force recommendations mention a first- continues to improve with the increasing body of knowledge
come, first-served basis for ICU admission, whereas the SCCM in this area, the limited role that bedside clinicians and ICU
Ethics Committee recommendations indicate that patient ben- directors play in the management of ICU resources must be
efit be considered. However, in the most recent recommenda- taken into account (419). Some bedside clinical interventions,
tion by the participants in the Eldicus study consensus process such as identification of those at the end of life with the intent
(186), 100% of respondents stated that decisions should not of reducing LOS and costs, do not seem to be matched with
be made on a first-come, first-served basis. In addition, despite significant cost savings (373). Some have suggested that a bet-
the fact that most of the participants represented practiced in ter approach may be to improve efficiency in ICU settings
ICUs where patients frequently had to be refused ICU admis- by increasing our reliance on information technology and
sion, they agreed that patients should be refused ICU admis- increasing the role of telemedicine in the delivery of critical
sion only when the chance of survival was exceedingly low: the care, but studies to support these assertions are needed (429–
agreement levels for refusing admission were 48% if the chance 432). Recent experiences of various healthcare systems utilizing
of survival was less than or equal to 1% (one in 100); 65% if the “tele-ICU” have been reported to be positive (433); however, in
chance of survival was less than or equal to 0.2% (one in 500); a study including more than 4,000 patients, Thomas et al (434)
and 77% if the chance of survival was less than or equal to were not able to demonstrate a significant impact of electronic
0.1% (one in 1,000). There seems to be a shift away from obli- ICU systems on LOS or on ICU or hospital mortality rates. It is
gations to patients already hospitalized, perhaps because of the still too early to fully understand the multidimensional aspects
recent pandemics/disasters and resultant planning, and more and impact of the use of this technology in the delivery of criti-
of an emphasis on age. There was 100% consensus that “Age cal care services, and the topic demands further study (430).
should never be the sole determining factor in triage decisions” The misutilization of scarce or expensive resources remains
and “Physiological status is more important than chronologi- a present and future important problem that needs to be
cal age in triage decisions.” These principles nothwithstanding, addressed. We must educate primary care physicians, cardiolo-
during epidemics or mass disaster conditions when benefit gists, pulmonologists, hematologists, oncologists, and other
is even more difficult to determine, a first-come, first-served clinicians to talk to their patients with serious illnesses and
approach may have to be used. determine the patients’ real wishes. Patients should be pro-
Truog et al (423) provided a taxonomical framework of vided with proper advance care planning (a process through
rationing in critical care for further development through which patients, in consultation with their relatives and physi-
empirical evidence and ethical analysis. They divided rationing cians, make individual decisions regarding their current and

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future medical treatments) (435), including discussions about constraints to evaluate the published and rapidly available new
realistic probabilities of cure, benefits of interventions, prob- evidence, human fallibility and fast progress among others, the
abilities of dying despite interventions, hospice, and other reader has to use his own judgment on how best apply our sug-
options (436, 437). gestions and recommendations. Therefore, neither the Society
We must find appropriate and acceptable alternatives to the of Critical Care Medicine nor the authors of this document
ICU to care for dying patients. We must re-examine practices assume responsibility for any injury to individuals as a result
such as 1) admitting patients to the ICU because ward attend- of the use of this guide.
ing physicians or hospitalists are “uncomfortable caring for the
patient on the ward,” 2) placing dying or moribund patients on
life support simply to prolong life in the ICU under the argu-
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research is needed to address many specific dilemmas at all lev- from evidence to recommendations. BMJ 2008; 336:1049–1051
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is “quality of evidence” and why is it important to clinicians? BMJ
believe that these recommendations provide a comprehensive 2008; 336:995–998
framework for guiding practitioners in making informed deci- 9. Guyatt GH, Oxman AD, Vist GE, et al; GRADE Working Group:
sions during the ADT process, as well as in resolving issues of GRADE: An emerging consensus on rating quality of evidence and
nonbeneficial treatment and rationing. strength of recommendations. BMJ 2008; 336:924–926
The decision to admit to the ICU can be very easy when 10. Guyatt G, Oxman AD, Akl EA, et al: GRADE guidelines: 1. Introduc-
tion-GRADE evidence profiles and summary of findings tables. J Clin
resources are abundant or very difficult when limited. Scarce Epidemiol 2011; 64:383–394
resources may threaten or impede the allocation of critical care 11. Andrews J, Guyatt G, Oxman AD, et al: GRADE guidelines: 15. Going
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healthcare providers; however, we cannot ignore our responsi- 13. Apfelbaum JL, Hagberg CA, Caplan RA, et al; American Society of
bility outside the boundaries of these units. We need to further Anesthesiologists Task Force on Management of the Difficult Air-
develop preventive strategies to reduce the burden of critical way: Practice guidelines for management of the difficult airway: An
updated report by the American Society of Anesthesiologists Task
illness, educate our noncritical care colleagues about these Force on Management of the Difficult Airway. Anesthesiology 2013;
interventions, and improve our outreach, developing early 118:251–270
identification and intervention systems. 14. Rupp SM, Apfelbaum JL, Blitt C, et al: Practice guidelines for central
venous access: A report by the American Society of Anesthesiolo-
gists Task Force on Central Venous Access. Anesthesiology 2012,
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We would like to thank Ms. Sunita Patterson for her aid in 15. Joint Commission: Hospital Accreditation Standards 2012. In: Stan-
dards, Elements of Performance, Scoring, Accreditation Policies
the preparation of the article. We would like to also thank the 2012. Joint Commission Resources; 1st edition (December 5, 2011)
members of all the previous admission, discharge, and triage 16. Cohen RI, Eichorn A, Silver A: Admission decisions to a medical
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ISBN: 978-958-99246-0-0

La clínica y la monitoria invasiva ¿Son excluyentes o se complementan?


SEMIOLOGÍA DEL PACIENTE CRÍTICO:
La clínica y la monitoria invasiva
¿Son excluyentes o se complementan?

SEMIOLOGÍA DEL PACIENTE CRÍTICO:


Sociedad Cundinamarquesa de Anestesiología
2009
SEMIOLOGÍA DEL PACIENTE CRÍTICO:
La clínica y la monitoria invasiva
¿Son excluyentes o se complementan?

Sociedad Cundinamarquesa de Anestesiología


SCA
Semiología del paciente crítico: La clínica y la monitoria invasiva ¿Son excluyentes o se comple-
mentan?. / eds. Javier Eslava Schmalbach, José Ricardo Navarro Vargas, Luis Eduardo Cruz. Bogotá:
Sociedad Cundinamarquesa de Anestesiología; 2009.

270 p.: il., tablas

Incluye referencias bibliográficas

ISBN: 978-958-99246-0-0

1. SEMIOLOGIA (MEDICINA) 2. MONITOREO DE PACIENTES 3. CUIDADOS INTENSIVOS


(MEDICINA) 4. PACIENTE CRÍTICO

© 2009
Semiología del paciente crítico
“La clínica y la monitoria invasiva ¿Son excluyentes o se complementan?”
© Sociedad Cundinamarquesa de Anestesiología

ISBN: 978-958-99246-0-0

Editores:
Javier Eslava Schmalbach Profesor Asociado U. Nacional de Colombia.
Director del Instituto de Investigaciones
Facultad de medicina U. Nacional de Colombia
José Ricardo Navarro Vargas Profesor Asociado U. Nacional de Colombia.
Presidente Sociedad Cundinamarquesa de Anestesiología
Luis Eduardo Cruz Profesor Asociado U. Nacional de Colombia.
Fisiólogo e intensivista U. Nacional de Colombia

Sociedad Cundinamarquesa de Anestesiología


http://www.sca.org.co - e-mail: comunicaciones@sca.org.co
Carrera 15 a No. 121-12 Oficina 418
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Corrección de Estilo
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HECHO DEPÓSITO LEGAL

Todos los derechos reservados. Este libro no puede ser reproducido por ningún medio im-
presoni magnético, ni total ni parcialmente sin el permiso previo del autor y editor.
Este esfuerzo es iniciativa de la Junta Directiva de la Sociedad Cundinamarquesa de
Anestesiología, con la intención de difundir el conocimiento académico y científico
de nuestros colegas, en pro de un beneficio como profesionales de la salud y de
nuestros pacientes.

Dr. José Ricardo Navarro Vargas – Presidente


Dra. Nohora Madiedo Clavijo – Vicepresidente
Dr. Giovanni Rodriguez Sánchez– Secretario
Dr. Javier Eslava Schmalbach – Vocal Académico
Dr. César Armando Rubiano Macías – Vocal Financiero
Dr. Rafael Sarmiento Montero - Delegado Secretaría de Salud de Bogotá
Dra. Myriam Hincapie – Fiscal

La medicina es un área de constante evolución. La clínica, la investigación y el juicio


médico inducen nuevos aportes para el manejo de los pacientes, en lo que respec-
ta a la prevención, diagnóstico y tratamiento de las patologías. Los colaboradores
presentan temas de actualidad y recomendaciones vigentes que aparecen en la li-
teratura médica mundial; sin embargo se hace claridad que ante posibles errores u
omisiones, la Sociedad Cundinamarquesa de Anestesiología, o los editores, no se ha-
cen responsables del contenido de los capítulos cuya autoría tiene nombre propio.
La Sociedad Cundinamarquesa de Anestesiología agradece a las casas comercia-
les que nos acompañaron y nos colaboraron en este proceso para la publicación
de esta obra.
Contenido

Apuntes para la historia del cuidado intensivo en colombia 9


Bernardo Ocampo Trujillo

Cuidado intensivo en colombia. Perspectiva general 59


Edgar Célis Rodríguez, MD, FCCM

Semiológica de la falla cardiaca en el paciente critico. 65


Dr. Efraín Alonso Gómez López

Semiología del sistema tegumentario en el paciente crítico 73


Dr. Juan Jaime Atuesta Negret. Md

Semiología del trauma craneoencefálico 89


Maria Claudia Niño de Mejia,Yamil Jaller Bornacelli

Semiología neurológica en el paciente crítico 103


Dr. Juan Antonio Becerra Suárez

Semiología respiratoria en el paciente crítico 119


Guillermo Ortiz Ruiz MD, Jorge Carrillo MD

Consideraciones Anestésicas para el Manejo del Paciente Crítico Quirúrgico 139


José Luís Aldana Díaz, José Ricardo Navarro Vargas

Manejo anestésico perioperatorio en el paciente con feocromocitoma 165


Mario Ruiz, William Amaya Z. Luisa Cepeda P.

Claves clínicas para el diagnóstico de la infección 191


Alonso Gomez, Md

La clínica y la monitoria invasiva 5


Validez de la evaluación clínica en el paciente crítico 201
Gustavo Ospina Tascón, MD

Aplicaciones del método epidemiológico en medicina crítica 219


Javier Eslava-Schmalbach, MD, MSc, PhD., Henry Oliveros, MD, MSc,
Hernando Gaitan-Duarte, MD, MSc

Infecciones puerperales en la uci 241


Alejandro Castro, Md.

Relajantes neuromusculares en cuidado intensivo 259


Paola Alejandra Pinzón Corredor

6 Semiología del paciente crítico:


Introducción

R eunir un equipo de médicos dedi-


cados al Cuidado Intensivo de los
pacientes, para que escriban de su ex-
hace poco gozaba de cabal salud. Ser in-
tensivista es vivir la ciencia médica den-
tro de un ambiente de estrés contínuo,
periencia, no es fácil, máxime cuando se para brindar los soportes que requiere
trata de aplicar la semiología, el arte de el paciente después de haber recibido
la medicina, donde se conjuga el verbo una lesión que le agotó su sistema pri-
“conocer al paciente” directamente, sin mario de defensa. Con esta revisión de
mediar nada distinto a la inspección, la los sistemas dentro de la patología que
palpación, la percusión, la auscultación se presenta en las unidades de cuidado
y el juicio clínico. En contraste, la tec- Intensivo, queremos hacerle un home-
nología se ha adentrado en descubrir naje a aquellas personas que día a día se
la misma perfusión a pesar de todas las desvelan por recuperar a los pacientes
barreras que se puedan presentar: sep- y devolverlos a la sociedad, y nada más
sis, trauma, shock, en fin el deterioro fascinante que enfrentarlos, semiólogos
fisiológico de una persona que hasta con especialistas de la microcirculación

La clínica y la monitoria invasiva 7


Apuntes para la historia
del cuidado intensivo en colombia

Bernardo Ocampo Trujillo1

El propósito de escribir esta Historia del tendré que apoyarme con otros colegas
Cuidado Intensivo me puede llevar varios particularmente para saber que pasó en
meses y hasta años. Buscar la informa- Pereira y Armenia en los inicios del desa-
ción, verificarla, precisar fechas que en al- rrollo de la atención crítica.
gunas circunstancias se contradicen, orga- Esta primera publicación, para cumplir
nizarla, será un propósito continuo hasta un compromiso con la Sociedad Cundina-
tener una visión real de lo que pasó en las marquesa, muy seguramente tendrá sus
diferentes regiones de Colombia. 1 observaciones y correcciones, particular-
Cuento con la colaboración de un grupo mente de fechas, y se nombrarán perso-
de prestigiosos profesionales de diferen- nas que pueden aportar a la información,
tes partes del país, unos muy entusias- lo cual enriquecerá el trabajo y permitirá
tas, otros menos, pero a todos los tendré una mayor precisión en los datos presen-
que entrevistar o pedirles precisión en tados, requisito fundamental de cualquier
los datos para concretar la información ejercicio de recordar la historia.
que me suministran. En Bogotá he reci- Este documento tiene que entenderse
bido colaboración de Rafael Sarmiento, como uno no acabado, en proceso de
Alonso Gómez, Edgar Celis, Mario Gó- construcción, como se presentan hoy
mez, Hernando Matiz, Carlos Gaviria, las páginas del sistema virtual de In-
Jaime Casasbuenas, Julio Enrique Peña. ternet, y de pronto en él se encontrarán
De otras partes del país he contado con referencias más extensas de personas
Gabriel Mena de Barranquilla, Mauricio y de sitios de desarrollo del cuidado crí-
Pachón de Cali, Camilo Pizarro de Buca- tico y ello es la resultante de una mayor
ramanga, Carlos Cruz de Cúcuta y bus- aporte de las personas en particular, lo
co amigos de Medellín, Cartagena y del que tendrá que corregirse y equilibrarse
resto del país que me aporten informa- cuando se logre recoger información de
ción. Hice parte del proceso de desarro- todo el contexto del país.
llo y crecimiento en el Eje Cafetero, pero A quienes quieran aportar, les agradez-
1 Médico anestesiólogo co y los involucraré en el proceso.
Profesor Titular Universidad de Caldas. El Autor
Expresidente de la SCARE

La clínica y la monitoria invasiva 9


Introducción Estados Unidos. Desde esa época hasta
Este es un intento de recoger la infor- nuestros días, la medicina crítica ha teni-
mación sobre el nacimiento, evolución do un desarrollo vertiginoso, en el cual,
y desarrollo del Cuidado Intensivo en van unidos la excelente atención per-
Colombia. sonalizada a los pacientes, los profun-
Como lo reconoce Jaime Herrera dos conocimientos de la fisiopatología
Pontón en la Historia de la Anestesia en del paciente en estado crítico, los avan-
Colombia (1), no es fácil escribir la his- ces deslumbrantes de la tecnología, de
toria de esta actividad médica que nació la biología molecular, de la monitoriza-
como una rama de la anestesiología y ción, manejo y tratamiento, de la ética, y
que posteriormente se ha venido iden- en fin, de todo aquello que hace apasio-
tificando como una especialidad con nante el cuidado del paciente crítico (3).
diferentes subdivisiones que se reco-
nocen en las instituciones como Unida- Definición
des de Cuidado Post-anestésico, Unida- La Medicina Intensiva o El Cuidado Crí-
des de Cuidado Quirúrgico, Unidades tico, es una rama de la medicina com-
de Cuidado Cardiológico, Unidades de prometida en la prestación de apoyo a la
Cuidado Neonatal, entre otras. vida, sistemas y órganos, en pacientes que
La misma dificultad anotada por He- están gravemente enfermos y que gene-
rrera se presenta para recoger esta his- ralmente requieren vigilancia intensiva
toria pues “… son escasas las fuentes (4). Está orientada al cuidado de los pa-
con que se cuenta para emprender un cientes que requieren soporte por ines-
trabajo de estos…” y las referencias tabilidad hemodinámica (hipotensión/hi-
que se identifican son más de tipo tra- pertensión), por compromiso de las vías
bajos científicos publicados en revistas aéreas o de la respiración (soporte ven-
médicas de las especialidades, donde tilatorio con ventiladores), por falla renal
inicialmente se reportan casos aislados aguda, arritmias cardíacas potencialmente
de pacientes críticamente enfermos letales, inminente peligro de falla respira-
que fueron atendidos con éxito o sin él, toria o cardiovascular, por acción tóxica
de forma “intensiva” (2). de fármacos, venenos biológicos y agrava-
La medicina crítica es quizás la más miento de enfermedades virales con ca-
joven entre todas las especialidades rácter epidémico o por los efectos acu-
médicas. Se puede decir que nació en la mulativos de una falla multiorgánica (5).
década de los años 1950, como conse- Los pacientes admitidos a estas uni-
cuencia de la necesidad de prestar so- dades que no requieren algún tipo de
porte ventilatorio a las personas afec- soporte, son hospitalizados para una
tadas por una epidemia de poliomielitis monitorización invasiva intensiva, como
en algunos de los países europeos y en pueden ser las horas críticas a una ci-

10 Semiología del paciente crítico:


rugía mayor cuando los pacientes re- Larrey, Jean Henri Dunant y Florence
quieren ser trasladados a una unidad Nightingale.
especializada en monitorización o que Domique Jean Larrey (1766-
puedan requerir una intervención más 1846) ingresó como médico al ejérci-
adecuada en un momento de descom- to francés como general de Napoleón
pensación hemodinámica. aportando grandes contribuciones a
los servicios médicos de urgencia. Se le
Una breve mirada a los asignó la responsabilidad del trasporte
inicios del cuidado intensivo de los heridos durante la batalla. Fue el
en el mundo. primero en construir una ambulancia
Los principios del cuidado especial de para atención inmediata y veloz, tirada
los pacientes se remonta a las guerras por dos caballos, con llantas muy delga-
de los ejércitos napoleónicos que se das, carpa para evitar el peso, ventanas
preocuparon por la recuperación de para la ventilación y dotado de equipo
los pacientes durante la batalla y de la de primeros auxilios, lo cual le valió el
atención de los heridos que quedaban nombre de “Ambulancia Voladora”. Se
sin cuidados médicos y tenían que es- le atribuye el haber sentado las bases
perar hasta el fin de cada conflicto para para la creación del servicio francés
ser atendidos. Tres personajes se des- SAMU (Servicio de Atención Móvil de
tacan en estas épocas: Dominique Jean Urgencia) (6).

http://www.medicinaintensiva.com.br/larrey.htm

La clínica y la monitoria invasiva 11


De gran importancia en la atención nacional de ayuda a los heridos en si-
de los pacientes heridos en la guerra tuaciones de guerra y proponía la crea-
se reconoce el papel de Jean Henri ción de una organización de carácter in-
Dunant (1828-1910), hombre de ne- ternacional que permitiera mejorar las
gocios que con el objetivo de resol- condiciones de vida y prestar ayuda a
ver problemas de sus compañías visitó las víctimas de la guerra. En 1863 fundó
al emperador Napoleón III que se en- la Cruz Roja Internacional recono-
contraba en Italia dirigiendo el ejército cida al año siguiente por la Convención
Francés intentando expulsar a los aus- de Ginebra. Su frase de batalla fue: “Los
triacos de ese territorio. Al presenciar el heridos no tienen patria, deben ser trata-
sufrimiento de los soldados en el frente, dos con solidaridad en condiciones huma-
en la batalla del Solfireno en 1859, or- nas y dignas”(7).
ganizó de inmediato un servicio de pri- Una historia lenta y progresiva ha
meros auxilios. De esta experiencia re- sido la del desarrollo del Cuidado Inten-
sultó un libro publicado en 1862 y en el sivo que como prolongación del cuida-
cual se sugería la creación de un grupo do intraoperatorio se extendió primero

Jean Henri Dunant (1828-1910)


http://www.medicinaintensiva.com.br:80/dunant.htm

12 Semiología del paciente crítico:


tribución de espe­cialidad alguna a la for-
mación de una de las áreas de carácter
interdisciplinario más desarrolladas en
la clínica médica contemporánea, la es-
pecialidad de la Medicina Critica (8). Es-
tos cuartos de recuperación post-anes-
tésica cumplieron en los inicios un papel
preponderante en el cuidado agudo,
crítico, de los pacientes que o bien sa-
lían de la sala de cirugía para su recu-
Ambulancia de la Cruz Roja diseñada por Dunant.
peración anestésica o por su condición
a las unidades de recuperación posto- crítica, derivada de la patología que los
peratoria. Florence Nightingale escribía afectaba o de una cirugía mayor, nece-
en 1863: “No es fuera de lo común, en sitaban un cuidado especial. Se reporta
hospitales pequeños de provincia, tener que en el año de 1930 se abrieron es-
una exten­sión o pequeño cuarto con- tas salas de recuperación para pacientes
tiguo a los cuartos de operación, en el quirúrgicos en Alemania (9).
cual los pacien­tes permanecen hasta Las raíces del Cuidado Intensivo pue-
que se han recuperado, o por lo me- den remontarse a las Unidades de Mo-
nos hasta que se hayan recobrado de nitoreo de pacientes críticos organizada
los efectos inmediatos de la operación”. por Florence Nightingale en los ini-
Estos cuartos de recuperación posto- cios de la Guerra de Crimea en 1854
peratoria se fueron especializando gra- cuando Inglaterra, Francia y Turquía de-
dualmente en personal y equipo, y en clararon la guerra a Rusia. Debido a la
los años cuarenta ya se había multiplica- ausencia de un cuidado adecuado y de
do el establecimiento de estas unidades la alta incidencia de infecciones, se pre-
formales de recuperación postoperato- sentaba una alta mortalidad entre los
ria que aparecieron en hospi­tales como soldados la cual llegaba al 40%. Nightin-
el John Hopkins desde 1920, Tubin- gale y 38 voluntarios establecieron el
gen desde 1930, la Clínica Mayo desde Campo de Scurati y el “protocolo de
1940. Desde esa época se establecieron atención crítico” con lo cual la mortali-
controles de calidad en los Estados Uni- dad bajó hasta el 2%. En 1859 y después
dos que demostraron un gran impacto de sufrir fiebre tifoidea, Florence fundo
en la disminución de complicaciones y la escuela de enfermería en Inglaterra
mortalidad de los pacientes luego de ci- en el Hospital Saint Thomas. Nightin-
rugía, y a medida que el tiempo pasó, se gale había allanado el camino para la
fueron conformando, a partir de ellos, Medicina de Cuidado Crítico escribien-
las UCIs, probablemente la mayor con- do acerca de las ventajas de establecer

La clínica y la monitoria invasiva 13


Florence Nightingale (1820–1910) (4)
http://www.medicinaintensiva.com.br/florence-Figuras.htm

Cuadro que muestra a Florence Nihgtingale atendiendo pacientes de la Guerra de Crimea, 1854. Au-
tor desconocido.
http://html.rincondelvago.com/000740560.jpg

14 Semiología del paciente crítico:


áreas separadas del hospital para los pa- Las epidemias de poliomielitis requi-
cientes que se recuperaban de una ci- rieron espacios para el cuidado “espe-
rugía (10). cial” de los pacientes. A principios del
En 1926, Walter Edward Dan- siglo XX apenas podía hacerse nada, es-
dy (1886-1946) considerado uno de perar a ver cómo evolucionaba la en-
los padres de la neurocirugía, reconoci- fermedad mientras se cuidaba paliati-
do como pionero en el tratamiento de vamente al enfermo y esperar a que el
la hidrocefalia y de los aneurismas ce- fatal desenlace no se produjera nunca.
rebrales entre otros adelantos científi- Pero a partir del año 1927 los doctores
cos, organizó la primera UCI en 1926 Philip Drinker y Louis Shaw desa-
(1920?) (9), con tres camas, en el Hos- rrollaron por primera vez un respirador
pital Johns Hopkins en Baltimore (4,10). artificial capaz de alejar de las garras de
Pero ya durante la segunda Guerra la muerte a las personas con parálisis
mundial las salas especializadas para el respiratoria, su nombre: El Pulmón de
manejo del shock se establecieron para Acero (11) Drinker presenta su hipóte-
resucitar y cuidar a los soldados lesio- sis en la cual la caja torácica al ser some-
nados en batalla y que eran sometidos tida a una presión negativa externa fa-
a cirugía. vorece su desplazamiento permitiendo

Walter Edward Dandy (Abril 6, 1886 - Abril 19, 1946), Por Julian Lamar
http://www.medicalarchives.jhmi.edu/portlarg/dandy.jpg

La clínica y la monitoria invasiva 15


la ventilación pulmonar. Su experimento En 1947-1948, la epidemia de polio-
fue realizado en un gato paralizado con mielitis que asolaba a Europa y a los Es-
curare producido en la América del Sur. tados Unidos, dio como resultando un
En 1929 Drinker y el pediatra Dr. Char- avance en el tratamiento de pacientes
les F. McKhann publicaron un artículo ti- que morían de parálisis respiratoria. En
tulado “El uso de un nuevo aparato para Dinamarca, la ventilación manual se lo-
prolongar la administración de respiración gró mediante un tubo en la tráquea a
artificial en caso de poliomielitis fatal”. los pacientes con poliomielitis (10)..

Philip Driker presenta su teoría sobre el pulmón de acero. 1926. (7)


http://www.medicinaintensiva.com.br:80/philipdrinker.htm

Pulmón de acero diseñado para la atención de pacientes con poliomielitis 1952. (7)

16 Semiología del paciente crítico:


Por fortuna, la mayoría de los casos nes de acero. Igualmente, se crearon
de parálisis respiratoria ocurrían du- máquinas de uso múltiple con el fin de
rante la fase aguda de la infección de reducir el espacio de atención de los
la polio y, en cuestión de unas semanas, pacientes y optimizar el uso del perso-
desaparecía y la persona podía volver nal entrenado (11).
a respirar normalmente. Esto, antes de Cuando las grandes epidemias de
la invención del pulmón de acero, era polio ocurrieron, se crearon habitacio-
una muerte segura, pero con éste, en nes y grandes salas destinadas especí-
el arsenal terapéutico médico, se po- ficamente para los pulmones de acero.
día lograr superar la fase de parálisis y la Rodeados de artefactos metálicos por
persona sobrevivía. Cuando las grandes doquier y el ruido conjunto de todos
epidemias de polio ocurrieron, se crea- ellos, las salas hubieran pasado como la
ron habitaciones y grandes salas desti- sección de una fábrica de no ser por las
nadas específicamente para los pulmo- “obreras” de vestido blanco (11).

http://www.medicinaintensiva.com.br:80/philipdrinker.htm (11)

La clínica y la monitoria invasiva 17


Pulmones de acero más complejos que buscan optimizar el espacio.(10,11)

Bjorn Aage Ibsen (1915-2007) de la tráquea y consiguió que 200 estu-


graduado en 1940 en la escuela de diantes de medicina, operando manual-
medicina de la Universidad de Copen- mente una bomba inflable con oxígeno
hague y formado en anestesiología en y aire, ventilaran los pacientes. En este
el hospital general de Massachusetts, momento Carl-Gunnar Engström
Boston, participó en el brote de polio- había desarrollado una de los primeros
mielitis en 1952 en Dinamarca, donde ventiladores de volumen controlado,
2722 pacientes desarrollaron la enfer- de presión positiva, que eventualmente
medad en un período de seis meses sustituyó a los estudiantes de medicina.
con 316 pacientes con sufrimiento De esta manera la mortalidad disminu-
respiratorio o parálisis de las vías res- yó de 90 % a alrededor del 25 %. Los
piratorias. Había participado en el uso pacientes se manejaban en tres áreas
de los pocos respiradores de presión con 35 cama especiales. En 1953 Ibsen
negativa externa disponibles, pero es- estableció lo que se convirtió, al apare-
tos dispositivos, aunque útiles, fueron cer, en la primera unidad médica/qui-
limitados y no protegían contra la as- rúrgico -UCI- del mundo, en el Hospi-
piración de secreciones. Ibsen cambió tal Municipal de Copenhague y manejó
directamente el manejo al instituir la uno de las primeros casos de tétanos
ventilación prolongada con presión po- con relajantes musculares y control de
sitiva por medio de intubación dentro la ventilación.

18 Semiología del paciente crítico:


peración post-operatorias de las de cui-
dado coronario y soporte cardiovascular,
respiratorio, de shock y trauma (9,10).
El Dr. Peter Safar es considera-
do el primer intensivista de los Estados
Unidos. Nacido en Australia emigró a
USA en 1949 y se certificó como anes-
tesiólogo desarrollando el concepto de
“Urgencia y Emergencia” (“Urgency &
Emergency”), el de Unidades de Cuida-
do Intensivo (ICU) y precisó los pará-
metros del ABC de la reanimación (Air
Way, Breathing, Circulation), de la ventila-
Bjorn Aage IbsenB Denmark, Agosto 30, ción pulmonar y popularizó la resucita-
1915 – Agosto 7, 2007. (12) ción cardiopulmonar. Contando con el
http://www.lancet.com/journals/lancet/article/ personal de su equipo como volunta-
rios y utilizando sólo un mínimo de se-
Durante la década de 1950, el desa- dación, estableció con sus experimen-
rrollo de la ventilación mecánica llevó tos, las técnicas para mantener la vida
a la organización de UCIsUCIs (ICUs) en pacientes críticos.
respiratorio en muchos hospitales eu-
ropeos y americanos. La atención y se-
guimiento de pacientes ventilados me-
cánicamente resultó ser más eficiente
cuando los pacientes fueron agrupados
en un solo lugar.
La escasez de enfermeras, que siguió
la Segunda Guerra Mundial, obligó a la
agrupación de pacientes postoperato-
rios en salas de recuperación para ga-
rantizar cuidado especial. Los evidentes
beneficios en una mejor atención a los
pacientes dio lugar a la propagación de la
recuperación en habitaciones especiali-
zadas en casi todos los hospitales y es en
1960 cuando surge el Cuidado Crítico
como una tendencia mundial y se inicia
la diferenciación de las unidades de recu- Peter Safard (13)

La clínica y la monitoria invasiva 19


Creada en 1958 en el Baltimore City mente el tiempo de hospitalización así
Hospitals, el Johns Hopkins Bayview como los gastos efectuados por los pa-
Medical Center estableció la primera cientes con enfermedades como insufi-
unidad multidisciplinaria de Cuidado In- ciencia cerebrovasculares e insuficiencia
tensivos en los Estados Unidos, lo cual respiratoria. La utilización generaliza-
llevo a un óptimo cuidado médico y de da de monitorización no invasiva para
enfermería de los pacientes críticos por el control de los pacientes, ha reducido
24 horas al día y fue el primer servicio aún más el costo médico y de enferme-
cubierto por un médico dentro de la ría así como las complicaciones de in-
unidad, en este caso residentes de anes- fección, asociado con el cuidado de pa-
tesia (10). Para 1962, en la Universidad cientes críticamente enfermos y de los
de Pittsburgh se estableció el primer pacientes heridos. Igualmente, la com-
programa de formación de especialistas prensión de la terapéutica farmacológi-
en Cuidado Intensivo. En esta época se ca en el paciente crítico ha reducido el
hicieron las primeras experiencias con tiempo de permanencia en estas unida-
hipotermia en pacientes críticamente des y facilitado el cuidado de la salud de
enfermos (10). estos pacientes (10).
En 1970, 28 médicos con un interés Para 1997 había más de 5,000 UCIs
mayor en el cuidado de los pacientes operando a través de los Estado Uni-
críticos y con lesiones severas, se en- dos (3).
contraron en Los Ángeles, California,
para discutir la creación de una organi- Breve mirada al desarrollo
zación que definiera las necesidades y del cuidado intensivo en
conductas con estos pacientes y crea- latinoamérica.
ron la Sociedad de Medicina del Cuida- América Latina no ha sido ajena al desa-
do Crítico (Society of Critical Care rrollo del Cuidado Crítico y las primeras
Medicine –SCCM-) (10). En 1973, el unidades fueron fundadas a finales de
Dr. Max Harry Weil, primer presi- la década de 1960 y comienzos de los
dente de la SCCM presenta el primer años 1970 (14).Como sucede con to-
número de la revista de la Asociación das las especialidades médicas y como
(12). En 1986, la Junta Americana de Es- resultante de la necesidad de unión en-
pecialidades Médicas aprobó una certi- tre quienes se dedicaban al ejercicio en
ficación de competencia especial en los esta área, surgió la idea de crear una
cuidados críticos para las cuatro prime- asociación internacional de cuidado crí-
ras especialidades: anestesiología, medi- tico, que agrupara todos los países del
cina interna, pediatría, y cirugía. continente americano, junto con Espa-
Desde 1990 hasta el presente, el ña y Portugal. La Asamblea Constituti-
Cuidado Crítico redujo significativa- va de la naciente Federación se realizó

20 Semiología del paciente crítico:


en la Ciudad de México, D.F. el 26 de • • Incentivar y apoyar la constitución de
septiembre de 1979, con presencia de sociedades en los países que aún no
los delegados acreditados como repre- las tuvieran.
sentantes de las Sociedades de Terapia • • Colaborar activamente en los ob-
Intensiva de Argentina, Bolivia, Brasil, jetivos y proyectos de la Federación
Canadá, Colombia, España, Estados Uni- Mundial de Sociedades de Medicina
dos, México, Perú, Portugal y Venezue- Crítica.
la; y como observadores, los Delegados ••
de Chile, Ecuador, Panamá y Uruguay. Su La primera UCI adulto en la región,
formación, fue protocolizada mediante se registra en el año 1966 (?) en Argen-
Escritura de Constitución, en México, tina. Los primeros países que comenza-
D.F., el 12 de Septiembre de 1980. ron con programas de formación aca-
El primer Comité Ejecutivo fue inte- démica y procesos de certificación de
grado por los doctores: Alberto Villa- la especialidad en Medicina Crítica fue-
zón Sahagún de México elegido como ron México, Venezuela, Uruguay, Brasil y
Presidente, Sergio Rangel de México Argentina, y la sociedad ha propendido
como Secretario, y con la participación por la expansión de esta exigencia en
de Héctor de Leone de Argentina, Julio la expectativa de elevar la calidad de la
Polisuk de Brasil, Eduardo García Vargas atención de los pacientes.
de Colombia y Roberto Arreaza de Ve-
nezuela. Cuidado intensivo en
Entre los principales objetivos de la colombia
nueva asociación se señalaron los si- El cuidado intensivo, como identidad
guientes (14): especializada para el manejo de los pa-
cientes en el mundo y mucho más en
• • Unificar conceptos con relación al Colombia, está referido a la cuarta o
campo de la medicina crítica. quinta década del siglo XX y no es fá-
• • Contribuir al progreso y estudio de la cil definir claramente los inicios y ellos
medicina crítica. tienen que referirse prácticamente a los
• • Definir las bases teóricas y prácticas “Cuartos de Recuperación” que se or-
de esta rama de la medicina. ganizaron para la atención post-anesté-
• • Lograr su reconocimiento como una sica de los pacientes que eran atendi-
nueva disciplina precisando su campo dos quirúrgicamente, muchos de ellos
de acción en el contexto de las diver- de trauma y que no podían trasladarse
sas especialidades. a los cuartos de hospitalización para su
• • Estudiar planes conjuntos para inves- recuperación.
tigación y formación de recursos hu- El desarrollo de las técnicas de Cui-
manos. dado Intensivo está en nuestro medio,

La clínica y la monitoria invasiva 21


como en todo los demás países, liga- rrera se desplazó a Buga de donde era
do a la anestesia. Desde la apertura de su esposa, pero murió su suegro y dice
esos “cuartos de recuperación” se ini- el Dr. Sarmiento debió decidir entre las
ció el control especial de pacientes crí- fincas o devolverse a ejercer la medi-
ticos y cuando esto sucedió, se empezó cina. El Banco de Sangre, servicio inci-
­la atención intensiva. (1). piente, estaba adscrito al departamen-
to de anestesia y el Dr. Delgado había
Los desarrollos por la capital. encargado al Dr. Sarmiento, interno del
Bogotá hospital, para que se hiciera cargo de
Se ha tratado de recoger la información ese servicio. Dice Sarmiento que des-
del desarrollo de esta disciplina desde la de allí aprendió muchas cosas, pues él
mirada de varios de sus actores prima- era el único interno que quedaba en el
rios, de profesionales que de una u otra Hospital en las horas de la noche pues
manera atendieron pacientes “intensiva- el resto de personal trabajaba de día y
mente” en diferentes condiciones y cir- el tenía que permanecer de turno para
cunstancias, unos en centros muy orga- suministrar la sangre que se requería.
nizados y otros en sitios improvisados. Cuando llegó el Dr. Galindo le pre-
Todos ellos hicieron “Cuidado Intensi- guntó ¿y usted que hace aquí? “A mi res-
vo” en su momento, con lo que tenían puesta de que era el interno del banco
a mano y todos ellos sentaron las bases de sangre me preguntó, ¿y eso que tiene
para el posterior desarrollo de la espe- que ver con la anestesia?, présteme la lla-
cialidad. Estas son sus opiniones, sus his- ve y camine usted a hacer anestesia que
torias, sus vivencias. yo le enseño. El Dr. Galindo decidió abrir
Narra el Dr. Sarmiento (15) lo que un cuarto especial para el manejo de los
él llama “la colonización” en la cual lo pacientes graves. Sostenía que los ciruja-
acompañó el Dr. Jaime Casasbuenas nos no sabían tratar los pacientes graves
(16). Corrían los años 1956, 1957, años y “lo vamos a hacer nosotros”. El tenía el
antes de que se organizara la primera apoyo del profesor Acosta y este servi-
UCI en Boston. cio se pudo organizar, lo que se podría
Llegó a San Juan de Dios el Dr. Anibal considerarse una UCI de la época. Este
Galindo como jefe del departamento “cuarto de manejo de pacientes graves”
de anestesia en remplazo del Dr. Gus- era independiente del “cuarto de recu-
tavo Delgado que viajó a Estados Uni- peración” de anestesia y cirugía. En el
dos para complementar sus estudios de manejo de la unidad de pacientes graves
anestesia. Galindo era un joven que du- estaba desde sus inicios el Dr. Jaime Ca-
rante su carrera, como estudiante, había sasbuenas (15). Dice Sarmiento, “..a mí
administrado anestesia en el Hospital me enseñaron anestesia las auxiliares de
Materno Infantil. Cuando terminó su ca- la época y el departamento de anestesia

22 Semiología del paciente crítico:


Este proyecto contó con la monitoría
del Dr. Carlos Dávila, MD., de la Oficina
Sanitaria Panamericana en Washington
y los asesores del Proyecto para Co-
lombia eran: el Dr. Guillermo Ramírez
MD. OMS/OPS, la enfermera Florence
Johnson, OMS/OPS, la enfermera Arle-
ne Hew, OMS/OPS y el ingeniero John
Donahue, OMS/OPS. El equipo de tra-
bajo por Colombia estaba conforma-
do por los doctores Jaime Casasbuenas
Ayala, MD quien era su coordinador, el
Dr. Carlos Rey León MD para la admi-
nistración, la enfermera Martha C. Vélez
y bajo la tutela del Dr. Jorge Castellanos

no era tenido en cuenta para nada por la


Universidad Nacional”.
La primera UCI en Colombia y al
parecer la primera de Latinoamérica,
fue fundada en el Hospital San Juan de
Dios en Bogotá el 7 de Abril de 1969
y fue el resultado del proyecto AMRO-
4819 de la Organización Mundial de la
Salud, OMS, Oficina Sanitaria Paname-
ricana OPS y la Fundación Kellog, para
la creación de sendas unidades de cui-
dado intensivo en todos y cada uno de
los países de Latinoamérica, incluyendo
México. Cuenta el Dr. Jaime Casasbue-
nas (16) este proyecto se programó
para desarrollarse desde el año 1965
hasta 1970 para lo cual se organizó un Inauguración de la UCI del Hospital San
Juan de Dios. En la foto el Dr. Antonio Ordoñez Plaja
grupo de trabajo que recorrió varios Ministro de Salud y la enfermera del grupo asesor,
países buscando información y que ello Florence Johnson, OMS/OPS. Gentilmente cedido por el
duró casi tres años lo que culminó con Dr. Jaime Casasbuenas Ayala. Publicada en El Tiem-
la apertura de la unidad. po el martes 8 de abril de 1969.

La clínica y la monitoria invasiva 23


Inauguración de la UCI del Hospital San Juan de Dios. Presentes el Dr. Jaime Casasbuenas Ayala, di-
rector de la unidad (de blusa blanca), a su derecha Antonio Ordóñez Plaja, Ministro de Salud y a la izquierda
representantes de Ascofame y de la Universidad Nacional de Colombia. Gentilmente cedido por el Dr. Jaime
Casasbuenas Ayala. Publicada en El Tiempo el martes 8 de abril de 1969.
Robayo, MD, director del Hospital San Álvaro Rodriguez Nuñez, Fernando Cal-
Juan de Dios de Bogotá (16). derón y otros tantos que contribuyeron
Narra el cardiólogo Hernando Matiz decididamente al surgimiento del cuida-
Camacho quien fue uno de sus promo- do intensivo en el Hospital San Juan de
tores, que el Dr. Espinosa, director para Dios de la ciudad de Bogotá (20).
Colombia de la OPS (1, 3, 17, 18) al día Por la misma época se organizaron,
siguiente de la inauguración de la uni- casi simultáneamente, las UCIs del Hos-
dad, fue hospitalizado en ella con un in- pital San José de Bogotá, la del Hospital
farto cardíaco de alta complejidad (19). Militar y un poco más tarde la de la Fun-
Desde ese momento esta unidad se de- dación Shaio, siendo el primer director
dicó a formar especialistas en la materia, de esta última el Doctor Eduardo García
primero con la dirección del ilustre car- Vargas. Los médicos que manejaban es-
diólogo Augusto Leyva Samper y luego tas unidades fueron principalmente anes-
por el Dr. Alonso Gómez Duque egre- tesiólogos e internistas. Muy importante
sado de la Universidad de Caldas y en- desde su fundación aproximadamente en
trenado en el Hospital Henry Mondor el año 1969(?) fue la unidad del Instituto
en Paris. Al lado del Dr. Matiz se deben Franklin D. Roosevelt que marco la pauta
recordar a los doctores Ernesto Álvarez, de la atención y recuperación de los pa-

24 Semiología del paciente crítico:


cientes de polio en Colombia, casos que cos, dos ventiladores, un Emstrong y un
para la época no eran infrecuentes (9). Bird Mark 14 donación del propio Dr.
En 1970 el jefe del departamento de Forrest Bird (1). Posteriormente, uno
anestesia del Hospital Militar Dr. Julio de los pioneros de esta disciplina en el
Enrique Peña(5) abre la Unidad de Cui- país, el Dr. García, fundó las unidades del
dado Intermedio Postquirúrgico (llama- Hospital de la Samaritana, del Instituto
da así por la carencia inicial de equipo Neurológico y debe resaltarse la insis-
y personal) dedicada a la atención de tencia y lucha en ampliar los campos de
pacientes postquirúrgicos de alto ries- acción y conocimientos de los aneste-
go, cirugías extensas y trauma cranea- siólogos en medicina critica, en aras de
no o torácico; luego se complementó cubrir otras necesidades hospitalarias y
con las unidades neurológicas y de neu- hacer más visible el trabajo y figuración
mología. Por la misma época inició labo- de la Anestesia, confinada en algunos
res la Unidad de Cuidados Coronarios lugares a la exclusividad de administrar
para el apoyo postoperatorio de ciru- anestesia quirúrgica (5, 21).
gía cardiovascular, pacientes en falla e in- Para la década del 70 se establecie-
farto del miocardio manejadas por los ron en Bogotá aproximadamente 7
cardiólogos dirigida por el Dr. Enrique UCIs que se sumaron a las ya señaladas
Alvarado. El mismo Dr. Matiz organiza- y que estaban localizadas en el Hospital
ría posteriormente la unidad de la Caja Militar Central, Caja Nacional de Previ-
Nacional de Previsión (1). sión, Hospital San Ignacio y Hospital de
Para la época el doctor Jorge Pinilla la Samaritana e Instituto de los Seguros
Rueda, anestesiólogo, tenía la represen- Sociales, Clínica San Pedro Claver dirigi-
tación de los ventiladores de la marca da esta por el doctor Germán Muñoz
Bird Respirator en Colombia y por tan- Wusher ex-jefe del Departamento de
to facilitó los equipos para las unidades Anestesia de la Universidad Nacional
intensivas de Bogotá y de otras entida- (5). También aparecieron una UCI en
des del país (5). En 1977(?) se registra Barranquilla, una en Medellín, una en
la asignatura de Cuidado Clínico Avan- Cali y otra en Manizales (21). Los mé-
zado en pregrado en la facultad de en- dicos que atendían estas unidades eran
fermería de la universidad Javeriana (9). en su mayoría anestesiólogos e inter-
En septiembre de 1969 el Dr. Eduar- nistas con algún conocimiento y entu-
do García organizó la unidad en la Fun- siasmo por la Medicina Critica, puesto
dación Shaio con el apoyo del director que no existían programas formales de
Fernando Valencia Céspedes y patroci- entrenamiento en esta especialidad in-
nado par la familia Steuer, propietaria cipiente.(3)
de los almacenes Tía. La dotación de la Es el momento de hacer la referencia
unidad inició con los monitores cardía- histórica del papel cumplido por Eduar-

La clínica y la monitoria invasiva 25


do García Vargas en el desarrollo del su creación, las directivas del hospital
cuidado crítico, pues fue uno de los lu- optaron, a instancias del doctor Leyva,
chadores en su desarrollo y capacitador por el nombramiento de “Intensivistas”
inicialmente de manera informal, y for- para cada uno de los turnos, seleccio-
mador posteriormente de manera ins- nando para ello, médicos formados en
titucional, de gran número de los mé- las disciplinas de medicina interna, ci-
dicos que iniciaron el cuidado intensivo rugía general, anestesiología y cardiolo-
en muchas ciudades del país (21). gía. Quizás fue esta la primera UCI en
El Dr. Alonso Gómez, otro de los Colombia en la que se conformó per-
impulsadores del Cuidado Intensivo en sonal propio, organizándose así el ser-
el país, relata que habiendo terminado vicio en una unidad cerrada que con-
su formación básica pudo incursionar centraba equipos, pacientes y médicos
en el cuidado crítico, en las aulas de la especialistas.
Universidad Nacional de Colombia, en Esta imagen que Gómez encontró
el Hospital San Juan de Dios de Bogo- en el Hospital San Juan de Dios no di-
tá, en donde realizó el internado. “Allí firió mucho de la que poco después
encontré que ya se había conforma- pudo apreciar en el Hospital Hen-
do un servicio independiente deno- ri Mondor de Creteil, Universidad de
minado cuidado intensivo y que ha- Paris. También fue en ese momento
bía sido liderado por el doctor Jaime cuando pudo disfrutar de una serie de
Casasbuenas cuya alta visión del tema reuniones en el servicio y que con el
fue al comienzo insospechada por mu- nombre de “profesor invitado” se revi-
chos, pero que terminó convencien- saban temas de interés para el cuidado
do a la comunidad hospitalaria de la crítico. En una de esas famosas reunio-
necesidad de un espacio físico para el nes, un anestesiólogo del Hospital de
manejo de los pacientes críticos”. Fue la Samaritana, el doctor Eduardo Gar-
allí en donde hizo su primera rotación cía Vargas, dictó una amenísima charla
por cuidados intensivos bajo la direc- sobre los ventiladores, especialmente
ción inicial del profesor Augusto Leyva el nuevo Ohio 560 que era algo como
Samper (20). un Mercedez Benz en el manejo ven-
La unidad consistía en un gran espa- tilatorio. A partir de ello, pudo asistir a
cio separado por tabiques para la hos- varios simposios que realizaba el gru-
pitalización de los pacientes. El grupo po de la Samaritana que incluía al doc-
de enfermeras tenía a su cargo el cui- tor García, al doctor José Felix Patiño y
dado ordenado por cada uno de los al doctor Holguín y que se dedicaban a
médicos tratantes y el director médico difundir los conceptos sobre gases ar-
tenía una función predominantemente teriales y a promocionar un libro sobre
administrativa. Muy pronto, después de el tema (20).

26 Semiología del paciente crítico:


En el ocaso del año 72 se pudo ver tica en la ciudad. Para la década de los
un cierto progreso en el manejo del pa- ochenta se destacaron dos tendencias
ciente crítico. El apoyo respiratorio se de trabajo y disciplina en el área: la es-
hacía en su mayoría con ventiladores de cuela del San Juan de Dios y la de la
presión y comenzaban a aparecer los Fundación Santa Fé quienes con posi-
ventiladores de volumen. Ya se disponía ciones algunas de ellas encontradas,
de gases arteriales para el monitoreo contribuyeron invaluablemente al desa-
de la ventilación, de la oxigenación y del rrollo del cuidado intensivo y formaron
equilibrio ácido base. El manejo hemo- la gran mayoría de los intensivistas de la
dinámico se sustentaba en el monitoreo ciudad y del país (8).
de la presión arterial, la frecuencia car- Otro actor muy importante en el
díaca y la presión venosa central (PVC). desarrollo del Cuidado Intensivo en el
Con mucha frecuencia se reunían mé- país y en Bogotá es el Dr. Carlos Gaviria
dicos de diferentes especialidades para Neira.(22) Narra él, que estando en el
orientar el manejo de un paciente con- Hospital San Ignacio “teníamos una niña
formándose las grandes rondas duran- muy malita y no se le podía ofrecer una
te las cuales cardiólogos, neumólogos, atención especial, por lo cual se decidió
anestesiólogos y otros no menos im- trasladarla al Hospital de la Misericordia.
portantes, proponían uno u otro trata- Esta fue una feliz experiencia porque si
miento (20). bien la niña la perdimos, el encuentro
En el proceso de reconocimientos con el Dr. Alonso Gómez recién veni-
como pioneros en la disciplina hay que do de Francia y yo que regresaba de mi
recordar a los doctores Juan Consuegra formación en Estados Unidos, juntaba
Zulaica, Francois Joachim, Carlos Gaviria a los únicos dos especialistas con for-
Neira, y a Rafael Sarmiento quien ma- mación académica en Cuidado Intensi-
nejó por largos años una Unidad de Te- vo específico en el país. “Dos personas
rapia Respiratoria en la Clínica de Marly con universos distintos, mundos parale-
y que fue el pionero en la medición del los, misma querencia, que regresamos
O2 transcutáneo, con equipo de alta so- el mismo año, nos encontramos siendo
fisticación, anterior a la aplicación clíni- pioneros en diferentes instituciones. De
ca del oxímetro de pulso (5) y tantos allí nació una amistad, pero sobre todo
otros que se pierden en la memoria un camino de propósitos comunes en
pero no desmerecen el reconocimiento el futuro de la especialidad”. A este gru-
que los ya mencionados (8). po se sumaría tres ó cuatro años des-
Durante las décadas de 1970 al 2000, pués Eduardo García que llegó desde la
se dieron muchas circunstancias, algunas Mayo Clínica la Samaritana como anes-
de ellas polémicas, pero que fueron pi- tesiólogo donde no se desarrolló una
lares del desarrollo de la medicina crí- unidad en ese momento, pero que pos-

La clínica y la monitoria invasiva 27


del hospital. De allí partí para USA don-
de hice tres años de medicina interna y
uno de UCI después de las cuales re-
gresé al país. El Dr. Maldonado me reci-
bió de nuevo en la unidad de San Igna-
cio la que coordiné de 1976 a 1981; el
Dr. Hernán Torres Iregui me llamó a la
unidad del Hospital Militar de la cual sa-
lía el Dr. Jaime Potes por un viaje a espe-
cialización y allí trabaje cinco años hasta
el año de 1983 cuando pasé a dirigir la
unidad del Hospital Simón Bolivar por
13 años, saliendo de allí a mi ejercicio en
diferentes UCIs en razón de los nuevos
planteamientos que generaba la recien-
te Ley 100”.
teriormente impulsaría la de la Shaio, En 1992 se organiza en la Fundación
San José y Marly. Santa Fé de Bogotá, en coordinación
Cuenta Gaviria que egresado de la con la Universidad El Bosque el pro-
Javeriana “me conecté con Alejandro grama de residencia en anestesia, ex-
Neira, mi familiar, cirujano, director del tendido a cuatro años con el propósito
Instituto de Seguro Social (ISS) y quien de intensificar la rotación por Cuidado
me motivó a dedicarme al cuidado in- Intensivo y lograr especialistas compe-
tensivo. Dos vivencias me permitieron tentes en las dos disciplinas. En 1995 se
conocer algo de esta disciplina. Una crea una escuela de entrenamiento en
primera en mis rotaciones año 1965 Cuidado Crítico en la Fundación Shaio
a 1968 por el Instituto Cancerológico, orientada a médicos generales con pro-
donde me dieron una visión de la fi- gramas académicos de cuatro años y de
siopatología, posteriormente en la Clí- dos años para anestesiólogos gradua-
nica San Pedro Claver donde conocí el dos, que comprendían distintas rotacio-
primer ventilador, un Bird Mark 7 y me nes básicas y clínicas bajo la tutela de la
gustó el ambiente de los pacientes crí- Universidad del Cauca.
ticos. Hice mi especialidad en Medicina En las dos últimas décadas se crea-
Interna en la Javeriana y posteriormente ron numerosas UCIsUCIs en ciudades
me vinculé a San Ignacio a la unidad del intermedias y se dio inicio a la forma-
Dr. Darío Maldonado y Jorge Colmena- ción de grupos para cuidado intensivo
res hacia el año 1972 en el noveno piso neonatal, el cual muestra actualmente

28 Semiología del paciente crítico:


un insuficiente número de camas y de momento creamos el primer programa
especialistas en esta disciplina (5). de formación de anestesiólogos.
En los inicios de mi ejercicio profe-
Entrevista con el profesor sional hice de todo, como casi todos los
Jaime Casasbuenas (16, médicos hospitalarios de la época pues
23) nos tocaba hacer de portero, camillero,
No hay duda que uno de los actores atender urgencias, dar anestesia y mu-
más importantes de los inicios del Cui- chas cosas más. No existían las especia-
dado Intensivo en Colombia es el Dr. lidades y en el año de 1965 comenzó
Jaime Casasbuenas Ayala y en cualquier a picarme el bicho de la reanimación y
documento o conversación sobre esta con Germán hicimos el primer manual
etapa del manejo del paciente crítico, que repartimos profusamente en un
aparece la figura del profesor Casas- folleto mimeografiado. La reanimación
buenas. era casi un pecado, pero comenzamos
Me inicié dice, como anestesiólogo, a crear la motivación y poco a poco a
formándome en servicio y llegué a ser difundir la fisiopatología que la gente no
el primer profesor titular de anestesia conocía. Nos toco convencer a los mé-
de la Facultad de Medicina de la Univer- dicos y a las directivas en esa época, de
sidad Nacional, pero rápidamente me que poner una persona en un ventila-
desvié a la medicina interna. Inicié con dor o colocarle un tubo en la tráquea
Germán Muñoz la cátedra de anestesia para ventilarlo, no eran cosas del demo-
en San Juan de Dios y cuando llegó el nio y muchos nos acusaban de estar in-
terfiriendo con el proceso de la vida y
la muerte. Nos consideraban locos, el
“loco Casasbuenas”, y no pocas veces
perdimos pacientes, recuperables desde
nuestra perspectiva, porque se oponían
a dejar conectar el paciente a una má-
quina para ventilarlo.
Pero nos propusimos educar a los
médicos y muy especialmente al viejo
Profesor Acosta, director del Hospital y
curiosamente él fue el primer interesa-
do. Montamos las salas de reanimación,
diferentes a la sala de recuperación de
Dr. Jaime Casasbuenas Ayala. Director de anestesia, yo era jefe de Clínica equiva-
la primera UCI. Hospital San Juan de Dios. Foto toma- lente a la Medicina Interna de hoy, y eso
da en su estudio septiembre 23 de 2009. me permitió impulsar el proceso.

La clínica y la monitoria invasiva 29


Fue en esta época, año 1965 cuando de las iniciativas que se tuvieron en es-
el Dr. Carlos Dávila, médico Santande- tas primeras épocas. “En el equipo con-
reano, epidemiólogo, nos interesó por tamos con frecuencia con los doctores
el proyecto de la OMS. Es aquí cuando Carlos Dávila, Carlos Rey proctólogo y
se conforma el equipo para impulsar la Guillermo Ramirez de la OMS, cardiólo-
idea la cual nos llevó casi tres años de go, quienes nos ayudaron mucho porque
reuniones, estudio, visitas a varias insti- la gente de la OMS venía de Alabama y
tuciones en los Estados Unidos, Oslo, era difícil la comunicación con ellos”.
Inglaterra, Brasil y la última en Santiago “La unidad tenía inicialmente 13 ca-
de Chile donde nos reunimos todos los mas y yo la dejé con 16”.
participantes en el proyecto a nivel lati- “Creamos en el San Juan de Dios el
noamericano, que culminó con la funda- primer Banco de Sangre de la ciudad y
ción de la unidad en 1969. Estábamos posiblemente del país. Ya comenzaba la
en pugna con el Dr. Enrique Alvarado cirugía cardíaca y hablando con el direc-
del Militar que quería iniciar su unidad tor le decíamos: Profesor Cadena, nos
pero no contaba con los recursos y hace falta la transfusión, el manejo de la
pudo iniciar la segunda unidad en la ciu- sangre, con un banco y además no te-
dad, unos dos meses después. nemos equipos especiales para la admi-
Para este desarrollo fue fundamental nistración de la sangre. Me contestaba,
la vinculación de la Universidad Nacio- Casasbuenas, quedate quietico, maneja
nal al Hospital, pues las cosas cambia- tus cosas y no te inventes más y para los
ron y porque fue como una oleada de equipos, me decía, maestro Casasbue-
aire fresco y las cosas se pudieron ha- nas, no se complique, coja un equipo de
cer con bases científicas. El movimien- esos de suero, colóquele un algodonci-
to renovador de la facultad lo iniciamos to y pasen esa sangre por ahí. Llegué a
con Raul Paredes en el año de 1964 y pensar en hacerlo así.
el cual consistió en ubicarse en el hospi- La unidad contaba con todo tipo de
tal como ente académico y manejar los equipos para cada cubículo, monitores,
servicios que se le adscribieron. ventiladores y para los gases sanguíneos
La unidad marcó un hito, se habló de teníamos en la unidad el aparato de ga-
antes y después de la unidad y esta fue ses el primero que llego al país. El in-
la entrada con pie grande en el ambien- geniero del equipo de trabajo era una
te médico. Pese al escepticismo se fue- persona muy interesante pero que se
ron imponiendo poco a poco los resul- enfermaba frecuentemente y se encon-
tados fructíferos. traba ausente cuando llegaron las dife-
Cuenta el Dr. Casasbuenas los desa- rentes máquinas. Todas tenían conexión
rrollos de la unidad y varias anécdotas a tierra y en el hospital no había manera
que reflejan las dificultades y algunas de conectarlas y se decidió cortarle a los

30 Semiología del paciente crítico:


enchufes la pata extra que tenía. Cuando dejar un registro de todo el trabajo
apareció el ingeniero se puso energúme- que allí se realizó.
no y como en Colombia no se conse- Iniciamos la comunicación a través de
guían estos dispositivos con las tres pa- los beeper para la prestación de los tur-
tas, la instalación se demoró porque se nos en la unidad, lo cual era una verda-
debieron traer desde Washington. dera novedad, pero fui el responsable
La toma de muestra para los gases de la primera pérdida de un equipo de
sanguíneos causaba gran temor por el estos en Colombia. Venía de San Juan
peligro de una lesión de la arteria, pero de Dios a las dos de la mañana para mi
de todas maneras el que primero la casa después de un tremendo día de
hizo fui yo”. trabajo y de pronto recibí una llamada
Cuenta, que una noche estaban de para que me devolviera para atender
turno con el Dr. Robertico López de To- un paciente urgente, pero no lo hice, y
cancipá, cuando llegó un herido de bala tiré el “bendito” equipo a la calle, y no
con un hemo neumotórax, diagnóstico recuperé uno nuevo hasta mucho tiem-
que se hizo con la clínica pues el labora- po después.
torio de rayos X funcionaba solamente Los tiempos cambian, el relevo gene-
de día y estaba cerrado. Yo manejaba el racional es inexorable y con el tiempo
banco de sangre y no había disponibili- salí por la puerta de atrás. Fue muy gra-
dad de unidades para el paciente. Se nos to todo este proceso y estoy convenci-
ocurrió que le sacáramos la sangre del do de haber hecho una buena labor y
tórax y se la pusiéramos por la vena, así haber sentado las bases del desarrollo
se hizo y con ello la primera autotrans- del Cuidado Intensivo y del manejo de
fusión de campo. Pensamos en publicar los pacientes críticamente enfermos”.
la experiencia pero no lo hicimos por- Termina el Dr. Casasbuenas esta con-
que no creíamos que lo publicaran, pero versación con un homenaje a las muje-
a los dos meses, cuando se sucedían los res, a las esposas “¡Como nos aguanta-
hechos de la guerra de Corea, salió un ron!, en esa época se podía vivir en el
artículo donde describían lo que noso- hospital, yo vivía muy sabroso para mí,
tros habíamos hecho aquí meses atrás. con mis pacientes, mis lecturas, mis in-
La bitácora de las actividades de vestigaciones, mis improvisaciones, pero
la unidad era muy estricta pues ha- ellas aguantaban pacientemente nues-
bía que cumplir ciertos requisitos im- tras ausencias. Son unas mártires.
puestos por la OMS y en ella se de-
bían consignar todas las eventualidades Que pasó por Barranquilla (24)
de la unidad. Desafortunadamente se Desde comienzos de los años 70 se
desapareció y como en esa época no empezó a despertar el interés por me-
había fotocopias, no hubo manera de jorar la atención de pacientes con en-

La clínica y la monitoria invasiva 31


fermedades graves que por falta de un Un día de 1978 llegó a la urgencia de
lugar que reuniera personal calificado la Clínica del Caribe el ingeniero Eus-
con tecnología adecuada, fallecían, se toquio Fuentes Sanjuán, víctima de un
prolongaba su enfermedad o se esta- accidente de tránsito quien presenta-
blecían secuelas definitivas. ba politrauma severo con compromiso
A través de libros, revistas, viajes al neurológico. Era una persona muy co-
exterior y asistencia a congresos, narra nocida en la ciudad y además hermano
el Dr. Gabriel Mena, empezamos a in- de un reconocido médico, el Dr. Alfonso
teresarnos en un proyecto para desa- Fuentes Sanjuán lo cual ocasionó gran
rrollar la creación de una UCI en Ba- revuelo. El paciente se intubó en la sala
rranquilla y fue para 1974 cuando con de urgencia pero ¿y ahora qué hacer?
el Dr. Jaime Castro Blanco cirujano de Aprovechando que era el Director
tórax entrenado en USA, empezamos a de la clínica tomé una decisión: ese día
hablar con las directivas de la clínica del se fundaría la primera UCI de la ciudad
Caribe para la creación de la Unidad. de Barranquilla en la Clínica del Cari-
Como siempre, se formaron muchas be. Llamé al jefe de mantenimiento Sr.
comisiones pero nunca se concretaba Idinael Narváez y le dije: desocúpeme
nada. Mientras tanto viajaba a Bogo- este espacio, contiguo al laboratorio clí-
tá y me reunía con mi gran amigo, ese nico, coloque allí una cama y póngale
gran médico, anestesiólogo e intensivis- un aviso a la puerta que diga UCI. Con
ta Eduardo García Vargas q.e.p.d. quien la ayuda de la enfermera jefe Emilia de
siempre con sus sabios consejos, sabi- Molares colocamos el viejo monitor, el
duría y conocimientos nos estimuló a respirador Bird Mark7, y un turno de
pensar que si se podía. enfermería de 24 horas. Me autonom-
Estando muy joven y siendo anestesió- bré jefe de la Unidad.
logo y socio de la Clínica del Caribe fui El paciente, quien tenía graves lesio-
nombrado su director lo cual fue mi gran nes fue atendido por los Drs. Jaime Cas-
oportunidad para realizar este sueño. Se tro, el neurocirujano Dr. Jaime Rubio y
hizo caso omiso de las comisiones que no mi persona. La evolución del paciente
avanzaban y se inició una evaluación de lo fue tórpida y falleció una semana des-
disponible. Entre las cosas que se encon- pués.
tró había un viejo cardioscopio muy gran- Se siguieron atendiendo pacientes en
de que tenía marcapasos y un respirador ese espacio pero al ser insuficiente una
Bird Mark7 que había comprado ese ex- cama, se ordenó el traslado del labora-
traordinario médico y anestesiólogo Mi- torio a otro lugar y se amplió la unidad
guel Navarra Gianinni q.e.p.d., quien por a cinco camas, trayendo unos equipos
problemas personales estaba retirado, y de segunda mano de USA ayudado por
que el usaba en anestesia. el Dr. Gustavo De La Hoz quien fue el

32 Semiología del paciente crítico:


primer intensivista de escuela prove- se entrenó para tal fin, se comenzaron
niente de México que llegó a la ciudad a atender la recuperación de los pacien-
y que fue nombrado jefe de la Unidad tes de cirugía más compleja. El resto de
de Cuidado Intensivo de la Clínica Del pacientes se manejaban “lo mejor posi-
Caribe. ble” en la sala de cirugía, para que pu-
En 1982 llega a la ciudad la Dra. Patri- dieran remitirse a su habitación para el
cia Osorio Pupo, internista neumóloga despertar de la anestesia. En ese cuarto
proveniente de la Universidad Javeria- se atendían los pacientes con la monito-
na y discípula del Dr. Darío Maldona- rización mínima y sin una expectativa de
do quien con su aporte científico nos algún cuidado más especial. Para el año
ayudó a resolver muchos casos compli- 65, luego del regreso del Dr. Ocampo
cados y le dio un desarrollo más aca- de su complementación de la especia-
démico al Cuidado Intensivo. Un año lización en anestesia en México, se am-
después llegó la Dra. Luz Estela Aceve- plió dicho cuarto, se ocupó un espacio
do Jaramillo, cardióloga de la Universi- más amplio y se adecuaron cuatro ca-
dad Javeriana quien desarrolló esta área mas (21).
en la UCI. Cuenta Alonso Gómez que en el
Con la llegada del Dr. Wilmer Barros tiempo transcurrido entre el final de la
a La Clínica del Caribe y del Dr. Rubén década de los 60 y el comienzo de los
Camargo a la Clínica General del Norte 70, los estudiantes de Medicina dimos
se inicia una nueva etapa del Cuidado nuestro primeros pasos en el área clí-
Intensivo en Barranquilla, historia que nica lo que nos introdujo en el mundo
ellos contarán. El Dr. Mena dice “...por médico, y de mucho interés fue el ha-
mi parte volví a mi práctica exclusiva ber podido diferenciar entre los aspec-
de anestesia pensando siempre que en tos agudos y crónicos de la medicina, lo
algo contribuí con mucho amor y dedi- que lo llevó desde el comienzo, a una
cación, al desarrollo del cuidado intensi- atracción especial hacia la medicina agu-
vo en Barranquilla”. da, atracción ésta aparentemente innata,
pero que se consolidó a través del con-
Como se iniciaban las cosas por tacto con cuatro de mis profesores de
Manizales. la época. Se había abierto el programa
El desarrollo de los cuidados especiales de residencias universitarias o especia-
en Manizales se remonta al año 1963 lizaciones médicas en la Universidad e
cuando se organiza el primer “cuarto Caldas y dos grupos le llamaron espe-
de Recuperación” el cual se ubicó en un cialmente la atención; el grupo de Medi-
rincón quitado a la central de esterili- cina Interna liderado por el doctor Ferri
zación donde se ubicaron dos camas y Aranzasu y cuyos primeros residentes
con personal auxiliar de enfermería que fueron el doctor Carlos Nader y el doc-

La clínica y la monitoria invasiva 33


tor Jaime Márquez, y el otro grupo, el de parte estaba el Hospital Universitario
anestesia, que estaba encabezado por el de Caldas, estratégicamente situado en
doctor Bernardo Ocampo y su primer el contexto físico de la ciudad y el cual
residente, el doctor José Miguel Cárde- recibía por su prestigio y su localización,
nas (20). los pacientes con patologías agudas más
Estos dos grupos acapararon nues- graves, incluidas en ellas el trauma.Es de
tra atención en relación con la medicina anotar que en el Hospital Santa Sofía el
crítica. Mientras los anestesiólogos nos grupo del Dr. Manuel Venegas con el Dr.
inducían en los primeros conocimien- Fabio Franco y el Dr. José Coppiano, y
tos sobre los gases arteriales, la reani- un sobrino del Dr. Venegas, ingeniero,
mación cardiorrespiratoria y la reani- quien terminó trabajando en la Bennet
mación en el choque; los internistas nos en USA, desarrollaron los “Pulsos Re-
mostraban la utilidad del manejo agudo versos de Presión”, para el manejo de
del infarto del miocardio, del tromboe- los pacientes pulmonares crónicos y
mbolismo pulmonar, la Sepsis, y por su- que fue distinguido con el Premio Na-
puesto, la coagulación intravascular dise- cional de Medicina en el año de 1968.
minada. A mi juicio, dice Gómez, fueron Estos Pulsos Reversos de Presión han
estos ilustres médicos quienes iniciaron, sido considerados la base de la Ventila-
al menos en la región, el proceso del ción Percusiva Intrapulmonar que lide-
cuidado crítico, e incluso llegaron a es- raron José Carlos Miranda y Bernardo
tablecer el cuidado progresivo del en- Ocampo en su difusión.
fermo, una avanzada estrategia para la
época. Casos clínicos de las primeras
Dos instituciones tenía Manizales que épocas
pudieran identificarse como de tercer En todas las ciudades se cuentan casos
nivel en la segunda mitad de la década clínicos interesantes que hoy son rutina-
del 60, del siglo pasado. Las dos com- rios en su manejo, pero que para la épo-
petían, sanamente, por el liderazgo en ca significaron avances importantes en la
la atención de los pacientes gravemente experiencia de los actores médicos que
enfermos. los atendían, muchas veces sin experien-
De una parte Santa Sofía, hospital an- cia y aprendiendo del día a día el manejo
tituberculoso transformado en hospital de los pacientes que se convirtieron en
general, desarrollaba programas para la modelos de la experticia futura.
atención del paciente pulmonar cróni-
co y buscaba especializarse en atención Bogotá.
quirúrgica de pacientes con problemas Dentro de las anécdotas de casos clí-
cardíacos, lo que se consolidó en los nicos de la época 1956-57, cuenta el Dr.
primeros años del siglo XXI. En la otra Sarmiento del accidente que ocurrió

34 Semiología del paciente crítico:


con el Dr. Aníbal Galindo, cuando colo- 33% que se estaban inventando. Yo no
caron un tubo de Carlens para ventila- pasaba subclavios y llamé al Dr. Miguel
ción selectiva de uno de los pulmones. Madero cirujano cardiovascular que me
Luego de colocar el tubo se dificultó la colocó el catéter para el paciente que
ventilación del paciente el cual murió. poco a poco, con esta mezcla, se recu-
Frente al problema el Dr. Sarmiento lle- peró.
vó el cadáver a una radiografía y allí des- Poco después el Dr. Jorge Suarez Be-
cubrió que el tubo se había colocado “al tancur me regaló tres frascos de Friamin
revés”, para el pulmón que no se debía que no usaría pues se iba para Estados
ventilar y por ello la dificultad que se Unidos. Un amanecer, a las cinco de la
presentó (15). mañana, lo llamó el Dr. José Felix Patiño
Para la monitorización en la sala de para atender a un paciente esmeralde-
atención de pacientes graves de la uni- ro, que tenía unas heridas por arma de
dad de San Juan de Dios del año 1956 fuego y al cual se operó con éxito. Le
(ver Los desarrollos por la capital, Bogo- comenté a Patiño que estos pacientes
tá) se hacía solamente con la clínica y un necesitaban de la alimentación paren-
poco más tarde el Dr. Galindo adquirió teral y que yo tenía el Friamin, el cual
un visoscopio con el cual recorría la ciu- le administramos al paciente de manera
dad monitorizando y apoyando pacien- exitosa. Posterior a este hecho, me lla-
tes “graves”. La ventilación de estos pa- maban de todas partes y los pacientes
cientes se hacía con un Espiropulsator de salían con este apoyo terapéutico. El Dr.
fuelle, que se había encontrado abando- Patiño profundizó en el estudio de los
nado en el almacén del hospital. Pude cambios metabólicos de los pacientes
haber sido el primero en hacer algún críticos y publicó su libro, en el cual me
tipo de alimentación parenteral. Había nombra (15).
leído en las Clínicas quirúrgicas de Nor-
te América, 1970 aproximadamente, los Barranquilla.(24)
trabajos de Dubrik donde decía que a Caso 1.
los pacientes graves, críticos, había que Como casos anecdóticos de la época
nutrirlos. Un día fui llamado para una narra el Dr. Mena: Recuerdo al niño de
anestesia a un paciente que luego de 13 años, Max Ordoñez, quien en una in-
una cirugía se había “descocido”. El ci- tervención de apendicetomía sufrió en
rujano me preguntó por las suturas que la inducción de la anestesia una bron-
se estaban utilizando para estos casos coaspiración masiva que comprometió
y el Dr. Sarmiento le respondió que en el 100% de los lóbulos pulmonares. Fui
esos pacientes lo fundamental era la nu- llamado por el cirujano Dr. Humberto
trición y le propuso ensayar una mezcla Espinosa y por el internista amigo de la
que hicieron con Amigen y dextrosa al familia Dr. Juan Isaac y encontré un pa-

La clínica y la monitoria invasiva 35


ciente cianótico con oxígeno al 100%. control para despegar al hospital Mount
Aconsejé iniciar la intervención por ser Sinaí de Miami. Allí lo atendió el Dr. Gre-
una apendicitis aguda y evidentemente emberg, cirujano de tórax quien decidió
al abrir se encontró gran peritonitis. El intervenirlo quirúrgicamente ligándole
paciente fue llevado a UCI donde en es- en un solo paquete el conducto torá-
tado muy crítico se inició soporte ven- cico y la vena. El paciente se recuperó
tilatorio con altos niveles de PEEP que totalmente. Es una persona muy agra-
aconsejaba el Dr. Chivetta. El Dr. Eduar- decida que no nos olvida, sobre todo a
do Garcia venía semanalmente de Bo- la Dra. Osorio quien es amiga personal
gotá y nos daba orientación. El paciente de él y de su esposa.
sufrió muchas complicaciones como ba-
rotrauma bilateral, embolia aérea cere- Caso 3.
bral que le dejó una leve secuela que se Llegan a la clínica Del Caribe dos
recuperó con el tiempo, abscesos pul- pacientes: una niña de 15 años Marce-
monares, falla multisistémica con com- la Vengoechea y su padre Guido Ven-
promiso de cinco órganos. Después de goechea por accidente de tránsito, am-
tres meses el paciente fue extubado y bos con trauma craneoencefálico, ella
se recuperó totalmente. con lesión del tallo. Se les da soporte
ventilatorio y cuidados neurológicos.
Caso 2 Una semana después decide la fami-
Llegó a la Clínica del Caribe el pa- lia trasladarlos a USA y es así como en
ciente David Cibul, ciudadano de Aru- compañía del neurocirujano Dr. Hum-
ba, de paso en la ciudad, quien sufrió berto Caiaffa los trasladamos temprano
accidente de tránsito y que presenta- en la mañana, en el “Leader Jet ambu-
ba trauma cerrado de tórax. Se le dio lancia”, primero a la niña al Mount Si-
soporte ventilatorio, se le colocó tubo nai de Miami donde la dejamos. Regre-
de tórax por el cual empezó a drenar samos enseguida del aeropuerto de esa
gran cantidad de linfa por lo cual se hizo ciudad a Barranquilla donde el personal
el diagnóstico de ruptura del conducto de la Clínica nos tenía una ambulancia
torácico por trauma cerrado (caso muy con el otro paciente y regresamos nue-
raro). Se estableció alimentación pa- vamente a Miami. Hay que imaginarse la
renteral con aminoácidos de cadena época, con dos viajes a Miami, en un día,
ramificada. La familia decidió trasladar- para traslado de pacientes. Al llegar con
lo a USA y fue así como la Dra. Patricia el segundo paciente al aeropuerto de
Osorio, el Dr. Jaime Castro y mi persona esa ciudad quizá por ser muy sospecho-
lo llevamos, en un “Leader Jet ambulan- so, dos viajes en un día, no nos dejaron
cia” y en medio de una tormenta, reci- bajar del avión; llegó la DEA y con unos
biendo permiso especial de la torre de equipos desarmaron casi todo el avión

36 Semiología del paciente crítico:


con nosotros adentro y después de una do el goteo de Orciprenalina (Allupent)
hora nos dejaron ir. Se queja el Dr. Mena que se usaba en la época, aplicando 40
del abuso y falta de sensibilidad humana ampollas en 500 c.c. de dextrosa al 5%
en ese país donde por muchos años se en AD. Tampoco había marcapaso. Muy
ha pagado el solo hecho de ser colom- tímidamente, se acercó al profesor Le-
bianos. Los pacientes se recuperaron; la yva y le sugirió aplicar Isoproterenol,
niña quedó con una hemiparesia pero ante lo cual aún más molesto, respondió
mentalmente muy bien y su padre con escuetamente que no existía ese medi-
algunos problemas de comportamiento camento en Colombia. Tímidamente le
replicó que sí existía y que su profesor
En San Juan de Dios Carlos Nader, de Manizales, había te-
Los primeros pasos de Alonso Gó- nido la idea de utilizar un medicamen-
mez en la UCI, como interno, fueron to denominado Isorenin, que contenía
muy tormentosos dado que no se es- Isoproterenol en forma de gotas nasa-
tilaba que estudiantes de pregrado ro- les, para ser aplicado manera parente-
taran por el servicio. Cuando estaba ha- ral en casos de bloqueo AV completo.
ciendo la rotación de cirugía, se reveló A Leyva le gustó. Sin embargo, un famo-
y le solicitó al doctor Federico Peñalo- so residente de medicina interna, cuyo
sa, a la sazón director de postgrado y nombre omitió, se opuso “con patas y
profesor directo en cirugía, que le auto- manos” a que se hiciera algo que no es-
rizara una rotación por la UCI. Fueron taba probado ni debidamente esteriliza-
el doctor Peñalosa y el doctor Cortés do. Finalmente, el doctor Leyva, de su
Mendoza quienes finamente me dieron bolsillo, mandó a traer un frasco de Iso-
el aval para tan ansiada rotación. Al lle- renin y se lo entregó diciendo algo así
gar a la UCI me presenté ante el doc- como que les mostrara como utilizarlo.
tor Leyva con “mi papelito” donde se Tal como lo enseñó el doctor Nader se
autorizaba la rotación. No fue de muy ordenó disolver 1 cm de Isorrenin (go-
buen agrado para el doctor Leyva pues tas nasales) en 500 c.c. de dextrosa al
primero no era la costumbre y segun- 5% en AD. Se empezó el goteo y la sor-
do, no le habían consultado. La primera presa del grupo fue grande al observar
instrucción que se le dio entonces fue como algunos minutos más tarde se au-
la de “ver y no tocar” porque quien la mentó la frecuencia cardíaca del pacien-
solicitaba “no estaba preparado para el te y mejoró su presión arterial (20).
manejo de estos pacientes graves” (20). A partir de este momento el profe-
Una mañana, cuenta Gómez, llegó al sor Leyva le dio al Dr. Gómez más ac-
servicio y encontró un paciente ya de ceso al cuidado de los pacientes lo que
edad, con un bloqueo aurículo-ventricu- incluía la medición de la Presión Venosa
lar completo a quien no le había servi- Central, técnica esta que había aprendi-

La clínica y la monitoria invasiva 37


do en Manizales cuando, por venodisec- el doctor Harf, con quien dice aprendió
ción de la mediana basílica, se introducía a medir la distensibilidad pulmonar uti-
un catéter (ver notas en monitoriza- lizando una gran jeringa de 500 ml que
ción), previamente “esterilizado en líqui- permitía introducir en el paciente volú-
do”, hasta la aurícula derecha. Afortuna- menes sucesivos de 100 ml y trazar así
damente, dice Gómez, ya era experto la curva de distensibilidad. Finalmente,
en esta técnica pues le tocó dos años sorprendió la mayor comprensión del
antes, medir cada cuatro horas durante famoso pulmón de choque cuyas pri-
dos días, la PVC de un paciente hospi- meras descripciones había leído en el li-
talizado en el Hospital Universitario de bro del doctor Moore que el profesor
Caldas. Federico Peñalosa le había prestado, no
El Dr. Gómez viajó a París gracias al sin recelo, durante la rotación por ciru-
doctor Augusto Leyva y al Isorenin, que gía; del doctor P. Durox recibió los con-
le permitió un mayor acercamiento al ceptos de la alteración de la permeabili-
profesor que le consiguió una beca para dad en un magnífico artículo que según
estudiar cuidado intensivo en el Hospi- su recuerdo se titulaba “Les oedemes
tal Henri Mondor de Creteil en donde pulmonaires lesionelles”.
funcionaba la Facultad VII de la Univer-
sidad de París. Otros aportes especiales
Varias sorpresas encontró Gómez al Durante su viaje a París, Gómez tuvo
iniciar sus estudios en París. La prime- una vivencia especial sobre el manejo
ra de ellas fue la reanimación con Co- de la infección abdominal. Al llegar al
loides algo que era muy sorprendente servicio se “horrorizó” al ver dos pa-
dado que en ese momento se trabajaba cientes con el abdomen abierto y narra
con los principios establecidos por Shi- haberle escrito a su profesor de medi-
res quien propendía por la reanimación cina interna de Manizales el Dr. Carlos
con cristaloides. La segunda de ellas fue Nader, sobre este, para mí incompren-
la del monitoreo hemodinámico que sible manejo terapéutico. Muy pronto
se comenzaba a hacer mediante un ca- comenta, se enteró que se trataba de
téter de Swan-Ganz y un monitor de una técnica implementada por Mon-
termodilución que permitía la medición sieur Fagnez, un joven cirujano quien
intermitente de las presiones intravas- la popularizó. Como dato curioso, mu-
culares y del gasto cardiaco y con ellas chos años después durante el trata-
derivar los valores calculados de resis- miento de un paciente con abdomen
tencias y trabajos ventriculares. Quizás abierto por una infección abdominal
el tercer hallazgo sorprendente fue el severa, tuvo la oportunidad de com-
monitoreo respiratorio que en el ser- partir el manejo con el profesor Mea-
vicio lo realizaba un eminente fisiólogo, kins ilustre canadiense que había reali-

38 Semiología del paciente crítico:


zado un año sabático con el ya famoso mas en bien de la comunidad, acababa de
profesor Fagnez (20). ganar el concurso, hasta el final de este,
Tuvo igualmente oportunidad cosa que pocas personas habían logrado.
de mirar dos enfoques locativos que le Concursó el Dr. Villegas con el tema de
servirían para su visión de futuro de las ofidiología, el estudio de las serpientes, y
unidades. El primero de ellos, el de la captó la atención de toda la audiencia na-
unidad quirúrgica que consistía en ca- cional por la espectacularidad del progra-
mas distribuidas en un gran salón y se- ma al identificar, en vivo, gran variedad de
paradas por cortinas y desde el centro estos reptiles, contando sus característi-
se podían ver todos los pacientes. El se- cas, costumbres, sus peligros, etc.
gundo modelo era el de la unidad mé- Pasados unos días, la casa del Dr.Ville-
dica en donde había 32 habitaciones in- gas en Manizales se convirtió en un sitio
dependientes donde se hospitalizaban donde llevaban culebras para su iden-
los pacientes menos graves y ocho cubí- tificación. Una tarde, al regresar a casa,
culos también independientes para los encontró a su niña de 6 años jugando
pacientes más graves. Algo interesante con una culebra pequeña que habían
de los dos modelos era la forma como llevado para su reconocimiento. Inme-
los médicos se aproximaban al servicio. diatamente el Dr. se dio cuenta que se
Los de la unidad quirúrgica, fundamen- trataba de una “rabo de ají2, una de las
talmente anestesiólogos, mantenían su mas venenosas de todas y cuyo veneno
traje quirúrgico y los de la unidad médi- era un tóxico relajante muscular. Ante
ca en cambio eran menos celosos con el peligro de que picara a la niña él se
la vestimenta y menos temerosos con la quitó, bruscamente, narró el después
las infecciones cruzadas.Tuvo la oportu- de su recuperación, y la culebra lo picó.
nidad de ver cerrar la unidad quirúrgica Inmediatamente se dio cuenta de lo
por una epidemia de gérmenes noso- que le había pasado, llamó a su herma-
comiales, algo que nunca ocurrió en la no, el Dr. Jaime Villegas Velásquez, con-
unidad médica. notado cirujano y prestigioso médico.
Cuando este llegó le manifestó que la
En Manizales 2 Micrurus mipartitus, rabo de ají, rabo de can-
Caso 1. Primer caso de Cuidado Inten- dela, cabeza de chocho, tiene anillos negros
sivo (1, 8, 11). separados por blancos o amarillos más delga-
Corría el año de 1966 y se acababa dos, pero el segundo de la cabeza y los cinco
últimos, son rojos brillantes. Es posiblemente
de terminar en la televisión el progra- la más importante de las corales venenosas
ma de 20.000 pesos por su respuesta. El de la zona cafetera. El veneno tiene una ac-
Dr. Gilberto Villegas Velázquez importan- ción neurotóxica con manifestaciones paralí-
ticas de tipo flácido. El veneno tiene antídoto
te hombre público, conocido en la ciu-
específico y el suero polivalente no es efecti-
dad por múltiples proyectos y progra- vo para controlar las manifestaciones clínicas.

La clínica y la monitoria invasiva 39


picadura era mortal, que en Colombia sado pero de forma anecdótica por los
no había antídoto para la picadura de rumores que nos llegaban a las salas de
este tipo de serpiente, que todo es- cirugía.
taba perdido. En las instrucciones que Se encontró un paciente ansioso, an-
dio antes de avanzar la sintomatología gustiado, cianótico, hipoventilando y que
informó que el antídoto solamente se angustiosamente hacía señas y emitía
conseguía en Butantan2 Brasil. De todas sonidos confusos de que lo ventilaran
maneras, y a pesar de las observacio- como única alternativa. Inmediatamen-
nes del experto, el Dr. Jaime solicitó al te, con una máquina de anestesia se ini-
serpentario de Armero Tolima (el que ció la ventilación manual y oxigenación,
unos años después desaparecería con y sin ninguna dificultad se intubo oro
la explosión del volcán del Nevado del traquealmente.
Ruiz) el suero antiofídico polivalente, el La situación era dramática. Existía en
cual, según la opinión del Dr. Gilberto, el Hospital un pequeño cuarto de re-
no le serviría para nada. El Dr. Jaime se cuperación postanestésica, reciente-
desplazó vía Manizales Mariquita a en- mente inaugurado y con una dotación
contrarse con el suero y en Cerrobra- deficiente para este tipo de casos. Ya se
vo se encontró con los portadores del había solicitado a la empresa Herragro
suero y de todas maneras se lo aplicó a la donación de un ventilador Bird Mark
su hermano. 7, pero este estaba en camino y no se
Era la una de la mañana, los síntomas tenían recursos para una ventilación
de dificultad respiratoria se hacían pre- prolongada.
sentes y el Dr. Gilberto reclamaba que Se inició una controversia muy fuer-
regresaran al hospital, que la única al- te en la forma de manejar la ventila-
ternativa era que lo ayudaran con su ción del paciente. El Dr. Manuel Vene-
ventilación. A las 6 de la mañana, relata gas el prestigioso cirujano de tórax del
Ocampo (21) me encontraba, de tur- hospital Santa Sofía y su grupo (ya pre-
no en el quirófano y llego un tropel de sentado anteriormente), reclamaba un
personas encabezadas por el famoso pulmón de acero (de los usados en la
Padre Uribe párroco de los Dolores en epidemia de poliomielitis en los países
el barrio Estrella de donde el Dr.Villegas nórdicos) para una ventilación con pre-
era vecino y quien le aplicaba los santos sión negativa externa. De otra parte es-
oleos y acudía al Dr., con oraciones para taba Ocampo, que dos años antes había
la muerte, pues el propio Dr. Villegas le regresado de su “segunda” especializa-
había informado que no tenía curación. ción en anestesia en la Universidad Au-
Lo seguía el Dr. Jame quien me infor- tónoma de México donde había tenido
mó con precisión de lo ocurrido, pues importantes experiencias de cuidado
nosotros ya sabíamos lo que había pa- de pacientes críticos, y quien proponía

40 Semiología del paciente crítico:


el manejo con ventiladores de presión mente llegó a Manizales a los 10 días del
positiva a la vía aérea, como el que se momento de la picadura. Este equipo
había solicitado le regalaran, pero que fue donado posteriormente y se con-
aun no había llegado. serva aun funcionando y se usó en una
La situación era crítica, ninguno de oportunidad para un paciente de Gui-
los dos equipos se encontraba en la llan Barre, en el Hospital Santa Sofía.
ciudad. Para la ventilación continua del Por el otro lado y ante el deterioro
paciente se establecieron turnos. Se uti- del paciente, Ocampo contactó al Dr.
lizó la máquina de anestesia y la ventila- Rafael Sarmiento de la Clínica Marly de
ción era manual, con la bolsa, y para ello Bogotá quien se conocía, tenía expe-
se consiguieron estudiantes de medici- riencia en cuidado de pacientes críticos,
na a los que se le daba instrucciones de tenía los equipos y la que se conside-
cómo hacerlo bajo nuestra supervisión ró la primera unidad de Terapia Respi-
y la evaluación clínica del paciente. Los ratoria de país. El Dr. Sarmiento llegó
dos grupos médicos que participaban a Manizales al cuatro día del accidente
en el manejo del paciente intentaban ofídico y traía, su conocimiento, un res-
ponerse de acuerdo con sus conoci- pirador Bird Mark 7 y un nebulizador
mientos, para encontrar la mejor alter- ultrasónico. Inmediatamente se inicio la
nativa de manejo. ventilación con presión positiva y la te-
El Dr. Venegas buscaba su Pulmón de rapia respiratoria (15).
Acero y lo consiguió en un hospital de Aquí surgió otra fuerte controversia.
una base militar Americana en Panamá, Una radiografía de tórax mostró una
pues el hecho, con todo el movimiento atelectasia total del pulmón derecho el
periodístico que se desencadenó y que cual se apreciaba totalmente blanco. Un
nosotros al pie del paciente no conocía- grupo tratante abogaba por una endos-
mos, promovió la solidaridad local, re- copia para la remoción del posible ta-
gional, nacional e internacional. El peri- pón mucoso que causaba el problema
plo del pulmón de acero para su llegada y para limpiar las vías respiratorias bajas;
a Manizales es una de las anécdotas pa- este procedimiento se descartó final-
ralelas del caso; salió de Panamá en un mente pues era imposible hacerlo con
avión Camberra del ejército de EEUU, un paciente que no ventilaba, estaba hi-
el cual casi no puede aterrizar en Bo- póxico, cianótico y la desconexión del
gotá por la falta de permiso para hacer- ventilador podía ser fatal. De nuevo, del
lo, y por supuesto no llegó a la región otro lado estaba la terapia respiratoria
porque el aeropuerto de Manizales no con la nebulización ultrasónica, la vibra-
lo permitía y el de Pereira, más grande, ción y percusión manual y la aspiración
tampoco. El equipo se trasladó a otro de la vía aérea. Dos días después de
avión que aterrizó en Pereira y final- este tratamiento intensivo, hecho por

La clínica y la monitoria invasiva 41


el Dr. Sarmiento y los que poco a poco ron más de100 carros a lado y lado de
íbamos aprendiendo, dio resultado y se la pista para iluminarla y el suero llegó al
movilizaron gruesos tapones mucosos y segundo piso del hospital, a la improvi-
la atelectasia cedió parcialmente al prin- sada UCI, a las 10 de la noche, en mo-
cipio y posteriormente de forma total. mentos en los cuales ya no era útil pues
Habíamos pagado la cuota de la ventila- el veneno hacia cuatro ó cinco días es-
ción con el equipo de anestesia por tres taba en la placa muscular del paciente
días, sin una humidificación adecuada, sin haciendo su efecto letal. Se había cum-
nebulizaciones y sin terapia respiratoria. plido un hecho cívico histórico en los
La movilización del veneno del cuer- anales de la vida Manizaleña. El aviador
po del paciente y la aplicación del an- que cumplió esta hazaña fue condeco-
tídoto tienen historias para contar. La rado por el alcalde de la ciudad y sus-
más dramática y que comprometió a pendido por la aeronáutica civil.
toda la ciudad, es la del suero antiofídi- La movilización del veneno del cuer-
co específico el cual llegó al improvisa- po del paciente, única posibilidad de re-
do cuarto de cuidado intensivo cinco ó cuperación se convirtió en una priori-
seis días después del accidente ofídico. dad. Las investigaciones de la literatura
La comunicación con Butantan3, nos científicas identificaron al veneno como
contaron después, casi que imposible una macromolécula de eliminación re-
con la comunicación telefónica de la nal, lo que promovió la estrategia prio-
época, movilizó a radioaficionados de ritaria de una adecuada hidratación y
muchas partes, liderados por el bacte- un buen flujo urinario, en la expectativa
riólogo Carlos Arturo Valencia. Locali- que cuando el tóxico se movilizara de
zado el suero partió del Brasil y llegó la placa muscular, encontrara una salida
a Bogotá a las cinco de la tarde. De- del organismo
bía traerse a Manizales inmediatamen- La monitorización del paciente era
te, por la presión de la comunidad y la clínica: auscultación, perfusión periféri-
periodística, en una avioneta que debía ca, evaluación de la oxigenación por la
aterrizar en el aeropuerto de la Nubia, cianosis, presión sanguínea y poco más.
pero este no tenía iluminación noctur- Se enviaron unos gases sanguíneos “ur-
na. La ciudadanía se movilizó y se ubica- gentes” a la Clínica Marly en Bogotá,
donde el Dr. Sarmiento tenía uno de
3 El Instituto Butantan es un centro de investi- los primeros equipo para esta medi-
gación en las áreas de biología y biomedicina
localizado en el distrito de Butantá, en la ciu- ción que había en el país. Los resulta-
dad de São Paulo. Es responsable de la pro- dos llegaron dos días después de su
ducción de sueros y vacunas, contando con toma, con poca incidencia para el ma-
el serpentario más grande de Latinoamérica
nejo del paciente pues las condiciones
y centro de producción de todo tipo de sue-
ros antiofídicos. clínicas habían cambiado.

42 Semiología del paciente crítico:


Empíricamente se le manejó la nutri- de allí en malas condiciones. Es traído a
ción vía sonda nasogástrica; el manejo la ciudad y recibido en la carretera por
de enfermería para la movilización del un anestesiólogo que lo encuentra cia-
paciente y evitar las escaras fue impe- nótico, en shock y lo ventila con un re-
cable. El manejo de la vía aérea se hizo sucitador manual (Ambu).
después de cinco ó seis días por tra- El paciente presenta múltiples fractu-
queotomía, con una cánula de balón in- ras de costillas, severa insuficiencia res-
flable que se nos envió desde Estados piratoria que a los Rx muestra un he-
Unidos, pues en nuestro medio no exis- moneumotórax izquierdo, el cual es
tían y en Bogotá estaban agotadas. drenado por sonda de tórax.
Permanecimos 17 días al pie del pa- No se tenían en la ciudad gases san-
ciente, poco a poco se recuperó la ven- guíneos y no se tenía experiencia del
tilación y un mes después se dio de alta manejo de un paciente de estas carac-
del hospital. El Dr. Gilberto nos dio im- terísticas. Surge de nuevo la controver-
portantes recomendaciones sobre el sia de forma de manejar el problema
manejo de esta situación crítica, por respiratorio del paciente. De un lado los
escrito, lo que no tuvimos el cuidado cirujanos de tórax que opinaban que
de conservar, y que no se tuvieron en se debía poner inicialmente unas bol-
cuenta durante su manejo. El estado de sas sobre la zona de fracturas para evi-
conciencia fue crítico y a pesar de in- tar el tórax inestable y el balanceo del
tentar sedarlo para “desconectarlo” del mediastino durante la respiración; pos-
medio ambiente, fue insuficiente y el teriormente se decidió, por este grupo
paciente narro escalofriantes situacio- de médicos tratantes, la tracción de las
nes de angustia durante su etapa de pa- costillas con bolsas de contrapeso para
rálisis por la enfermedad. la estabilización del segmento inestable.
Dos años después le di anestesia al Del otro lado estaba el Dr. Ocampo
paciente para un aneurisma cerebral y que ya había tenido la experiencia del
murió de un ataque cerebro vascular caso 1 y que tenía vivencias de ventila-
cuatro ó cinco años después de esta ci- ción mecánica con presión positiva.
rugía. Ya había llegado a la ciudad el primer
ventilador de presión, un Bird Mark 7 y
Caso 2. Segundo caso de “Cuidado In- con el se tomó la decisión de ventilar-
tensivo” (21) lo. Las dificultades entre los grupos eran
Año de 1966. Paciente de 60 años, manifiestas, en un momento dado unos
padre del Dr. Bernardo Ocampo, que retiraban la ventilación por considerarla
viajando a su finca tiene un accidente en peligrosa y los otros conectaban el pa-
el carro que se voltea, ruedan unos 100 ciente al ventilador por considerarla la
metros y este le cae encima, y es sacado única opción de supervivencia. La ven-

La clínica y la monitoria invasiva 43


tilación se prolongó durante 17 días. El que lo ponían en una condición de re-
paciente presentó múltiples complica- chazo de la sociedad y de la familia. En
ciones, renales, cardíacas, atelectasia pul- una de sus permanentes reuniones en
monar y solo la dedicación del grupo de su apartamento del piso 14, contaron
médicos, a pesar de las diferencias so- sus amigos que se acostó en el borde
bre la forma de manejo, pudieron sacar de la terraza y al intentar bajarse se dio
adelante al paciente. vuelta para el lado contrario y cayó des-
Como complemento de la experien- de esa altura al piso.
cia médica se relata la experiencia jurí- Recibí al paciente en el quirófano,
dica. Para el manejo de los negocios del cuenta Ocampo, con múltiples fractu-
paciente se decidió autorizar a su hijo ras y con un trauma craneoencefálico,
para que los manejara durante su enfer- inconsciente (en esa época no se me-
medad. Para esto era necesario que un dia el Glasgow) y rápidamente lo intu-
psiquiatra y un notario, además de los bamos y lo sedamos para lograr su ven-
médicos tratantes, certificaran que el tilación mecánica, la que hacíamos con
paciente estaba en condiciones de de- el modesto Bird Mark 8 que ya nos ha-
legar estas funciones entre las cuales es- bía llegado (una donación de la empre-
taban banco, seguros, etc. Esta declara- sa Incolma) para complementar el “so-
ción de “suficiencia mental” se hizo, con fisticado” equipo de ventilación con el
todas las de la ley, y así se manejaron las Mark 7 que ya se ha referenciado en
cosas del paciente por unos seis meses. otros casos. Se tomó la decisión de ha-
Cuando el hijo, al que le habían delega- cer protección cerebral y se inició la se-
do estas funciones, decidió devolverle al dación barbitúrica e hipotermia que era
padre sus derechos y responsabilidades, lo que estaba recomendando para el
el papá le dijo que él nunca le había de- trauma de cráneo. El paciente fue venti-
legado nada y que no tenía conciencia lado durante 14 días y poco a poco fue
de este acto jurídico a pesar de haber- saliendo de su letargo no sin múltiples
le presentado los documentos corres- complicaciones respiratorias, renales y
pondientes. Afortunadamente los nego- gastrointestinales.
cios se manejaron bien y todo quedó Pero lo más importante de este caso
en “paz”. Interesante experiencia de la fue la difícil relación con la familia entre
condición mental y psíquica de un pa- la cual se contaba un importante pro-
ciente críticamente enfermo. fesor de medicina interna. El paciente,
Caso 3. Manejo de trauma cráneo- considerado por la familia una “lacra”
encefálico (21) social y familiar, y en las condiciones en
Año de 1971, aproximadamente, pa- que se encontraba, fue declarado por
ciente de 20 años, con antecedentes de varios colegas con muerte cerebral y
alto consumo de alcohol y de drogas prácticamente se exigió la suspensión

44 Semiología del paciente crítico:


de todo el tratamiento médico y la des- MA1 que fue traído por la familia del Sr.
conexión de la ventilación mecánica. El Samuel Minsky quien sufrió una fractura
grupo tratante consideró que no había de tibia en un accidente de tránsito en-
muerte cerebral, a pesar incluso de un tre Sta. Marta y Barranquilla. Fue opera-
rudimentario electroencefalograma que do por el ortopedista Dr. Pedro Muskus
se tomó y que mostraba poca activi- a las 10 p.m. sin complicaciones, pero 18
dad cerebral, pero considerábamos, era horas después comienza dificultad res-
debido a la profunda sedación a la que piratoria y compromiso de conciencia
estaba sometido. La drástica posición sin trauma de cráneo. Con los RX de
de la familia era que el paciente era un tórax se hace el diagnóstico de embolia
problema y que no se justificaba que si- grasa. Se hace necesario intubar y ven-
guiera viviendo. tilar al paciente pero el respirador Mark
Luego de muchas discusiones y de 7 no es suficiente pues el paciente es
la severa resistencia nuestra a suspen- corpulento. Llegó el MA1 pero la ex-
der las acciones terapéuticas, el paciente periencia era ninguna y no se encontró
despertó, se recuperó luego de su trau- referencia de alguien que lo conociera
ma y no recayó ni en el alcohol ni en las en Colombia; con el Dr. Jaime Castro
drogas; se convirtió en un hombre de quien era el médico tratante y yo (el Dr.
bien, se dedicó a escribir poesías y hoy Mena) logramos ponerlo en marcha y
(2009) tiene una vida social y familiar el paciente luego de 3 semanas en el
que se acerca a ejemplar, con muy pocas respirador salió adelante. Llegamos a
secuelas físicas y mentales de su trauma. usar Vodka para nebulizarlo como ma-
nejo de la lesión pulmonar severa del
Inicios de la ventilación paciente (24).
mecánica La ventilación mecánica en Manizales,
La ventilación mecánica es uno de los en el Hospital Universitario de Caldas,
pilares del Cuidado Intensivo y podría se inició con un ventilador Bird Mark 7
decirse que sin ella no es posible el al que siguió uno Mark 8 en los años
mantenimiento, con vida, de los pacien- 1967 y 1969, lo que se complementó
tes en la UCI. Las experiencias iniciales con un Mark 14 para el año 1971. El
son variables en cada lugar de Colom- uso de estos equipos con los cuales se
bia y en este segmento del relato pon- manejaron muchos casos clínicos; se uti-
dremos en perspectiva las experiencias lizó durante varios años hasta la llega-
de los diferentes sitios en el soporte da del primer ventilador de volumen
respiratorio de los pacientes. aproximadamente en el año de 1978.
El primer respirador de volumen que Antes de esta fecha se ventilaron con
llegó a Barranquilla, y creo a Colom- los equipos de presión positiva muchos
bia, narra el Dr. Mena, fue un Bennett casos de Guillan Barre, trauma, dos de

La clínica y la monitoria invasiva 45


tétanos y de nuevo muchos pacientes urinario y para algunos gomosos la per-
postquirúrgicos. fusión periférica. Algunos pocos se ven-
No fue fácil la receptividad de los tilaban con un respirador y los gases ar-
profesionales médicos de la época, muy teriales eran un lujo para otros (1, 21).
particularmente de los cirujanos quie- EI monitoreo en las salas de cirugía,
nes veían en esta forma de manejar sus que se extendería posteriormente a las
pacientes postquirúrgicos un peligro y salas de recuperación y de allí a las inci-
cuestionaban los resultados de morbi pientes UCIs, se inició en los hospitales
y mortalidad; se oponían a conectarlos donde comenzaba la cirugía cardíaca y
al ventilador y solamente lo permitían para las cirugías mayores y de alto riesgo
cuando la situación era demasiado crí- (1), en la Shaio, San Juan de Dios, en el
tica. El rincón donde se cuidaban estos Militar. En mu­chos sitios se programaba
pacientes en el cuarto de recuperación, un cardiólogo para que mirara el mo-
conectados a la ventilación mecánica, lo nitor durante el acto quirúrgico, lo que,
llamaban “la plataforma de lanzamien- obviamente, nunca gustó a los aneste-
to”. Como los pacientes se conectaban siólogos (1). Un camino similar siguió el
tardíamente, la mortalidad era muy alta monitoreo con líneas arteriales y veno-
y era un chiste el decir que “ese pacien- sas como se describe más adelante.
te murió de ventilación mecánica”. Solo Cuenta el Dr. Mena (24) que para
el tiempo, la persistencia, el estudio y la el año 1978 viajó a Japón el Dr. Alonso
presentación de literatura, difícil de con- Hernandez, socio de la clínica Del Ca-
seguir en esa época, abrieron el camino ribe y dueño del Laboratorio Clínico
a esta técnica de soporte respiratorio. quien a su regreso muestra un aparato
que despertó su curiosidad. Era el po-
Vivencias de monitorización siblemente primer oxímetro de pul-
La forma de monitorizar las diferentes so que llegaba a Colombia y “no sé si a
variables respiratorias, cardíacas, hemo- América”, descubierto por Takuo Aoya-
dinámicas, puntal definitivo en el control gi en Japón. Era un equipo marca Nihon
del paciente y base para la toma de las Kohden. Se puso en práctica y con los
diferentes decisiones terapéuticas, tiene conocimientos de fisiología llegué a la
en cada región connotaciones distintas. conclusión que tenía las bases científicas
Antes de estos desarrollos los pacien- pero equivocadas y no me percaté de
tes críticos se “colocaban” en las salas la utilidad que tendría este equipo en
de recuperación o se hacia un mini cui- el cuidado de los pacientes. Se perdió la
dado intensivo en la habitación, natural- oportunidad de ser pioneros. Se pensó
mente con un mínimo de monitoreo, en ese momento, que esa oximetría no
que no pasaba más allá de la tensión ar- era fiel reflejo de la PaO2 por lo que no
terial, el pulso, ocasionalmente el gasto me parecía seguro y tal vez desorienta-

46 Semiología del paciente crítico:


dor. Siempre pensaba en los gases ar- tos catéteres se agotaron rápidamente
teriales y solo años después comprendí y se inició el uso de diferentes tipos de
su utilidad. En 1982 comenzamos a usar catéteres. Con el Dr. José Miguel Cár-
oxímetros Ohmeda y en 1987 se estan- denas se presentó, en el Congreso de
darizó su uso en salas de cirugía y UCI. Medellín, el primer trabajo sobre la me-
Desde los años 90 es obligatorio su uso dición de la PVC el cual causó gran con-
en anestesia y en pacientes en UCI. troversia (25).
Alonso Gómez de regreso a Colom- Los primeros “catéteres” para la PVC
bia se vinculó al Hospital San Juan de fueron de polivinilo que venían en ro-
Dios, cuya UCI era en ese momento llos de 100 metros y que se cortaban
manejada por el doctor Jaime Escobar, en trozos de metro, se esterilizaban en
cirujano general. Allí inició su verdadero líquido (benzalconio) y al momento de
aprendizaje tratando de aplicar las no- colocarlos se lavaban profusamente con
ciones aprendidas en París, incluida la agua estéril por fuera y con “sueros” (así
colocación de catéteres de Swan-Ganz se le decía genéricamente a los líquidos
que había traído de París y que fue- de aplicación intravenosa) por dentro.
ron los primeros colocados en Colom- La colocación, al no tener agujas de cali-
bia. Recuerda que a falta de monitor de bre suficiente, se hacía por disección de
gasto cardíaco tenía que recurrir a su la vena basílica, como narra Alonso Gó-
cálculo por el método de Fick, utilizan- mez (20) en otro punto de estos rela-
do para ello una bolsa de Douglas en la tos, y por allí se pasaba el catéter hasta la
que se recogía el volumen exhalado por aurícula, lo que se calculaba “a ojo”, pues
el paciente para medir, en la máquina de los catéteres no eran radiopaco como
gases, la presión exhalada de O2. Eran para controlarlos por Rx. En una época,
largas jornadas en las cuales a las 6 de mientras aparecieron los catéteres esté-
la tarde se terminaba de calcular el gasto riles y de uso específico para esta, me-
cardíaco del paciente con la muestra de dición se usaron los equipos de suero
las 2 de la tarde (20). que venían “estériles” (según concepto
La medición de la presión venosa de los técnicos de Baxter a quienes visi-
central –en adelante, PVC- se convirtió tamos en Cali para que nos suministra-
para Ocampo en Manizales en 1965[21] ran este tipo de catéteres) y lo cual ha-
en básica para el manejo del shock y el cíamos por venodisección de la basílica
manejo de la administración de líquidos y otras venas del brazo, en lo cual nos
en pacientes graves. Había tenido sus habíamos convertido en expertos.
primeras experiencias en México y de La medición se hacía colocando en
allá trajo catéteres para aplicación cen- un soporte de suero (atril) una marca
tral que se colocaban por punción a ni- en centímetros lineales, con el cero a la
vel del codo en la vena basílica. Pero es- altura de la mitad lateral del tórax (lo

La clínica y la monitoria invasiva 47


que cambiaba cuando se bajaba o subía según estas mediciones. La PVC inicial
la mesa de cirugía); se acoplaba, inicial- fue de –5 y se inició la aplicación de so-
mente con una aguja gruesa en Y, y pos- lución de Hartman (el Dr. Gonzalez no
teriormente con una llave de tres vías, usaba en sus pacientes sino dextrosa al
un equipo de venoclisis que se cortaba, 5% en agua). Poco apoco se mejoraron
se dejaba abierto al medio ambiente y los síntomas y luego de la aplicación de
se llenaba del líquido que se aplicaba al 17.000 ml de suero, la paciente mejoró
paciente por vía venosa. el gasto urinario, subió la T.A., desper-
Fueron históricas las controversias tó y se sintió mucho mejor. Después de
sobre el manejo del shock, en congre- este espectacular caso, que fue motivo
sos y otro tipo de reuniones científicas, de presentación en sesión clínica gene-
con los doctores Eduardo García, Mar- ral del hospital, la PVC ocupó el sitio
celiano Arrazola, Jorge Colmenares, Eli- que debía tener en el manejo de pa-
seo Cuadrado y otros colegas, unos que cientes de cirugías grandes, de trauma,
favorecían la PVC como forma de ma- de pacientes críticos y fue igualmente
nejar particularmente los problemas de durante mucho tiempo la única herra-
hipovolemia y precarga del corazón y mienta para el control hemodinámico
otros que rechazaban la técnica. de los pacientes (21).
La utilización de la medición de la Los gases arteriales.
PVC en Manizales fue realmente difícil. Este fundamental examen de labora-
De nuevo los cirujanos la cuestionaban torio para el cuidado de los pacientes
y la consideraban causa de sus compli- críticos tuvo irregulares formas de desa-
caciones; muchos le prohibían al anes- rrollarse y de ello se puede anotar pre-
tesiólogo que les colocaran PVC a sus liminarmente.
pacientes. Una mañana es llamado el Cuenta el Dr. Sarmiento (15) que
Dr. Bernardo Ocampo por el Dr. Fer- acompañado del Dr. Fernando Flórez,
mín Gonzalez, patriarca de los ciruja- viajaban con frecuencia a los cursos que
nos de la ciudad, opositor total al uso dictaba el Dr. Franz Moya en Miami y
de la PVC. Tenía una paciente, pensio- que allí preguntó qué era más impor-
nada, muy importante, a la que había tante, si un ventilador de volumen o un
operado de una colecistectomía abier- equipo de gases sanguíneos a lo cual le
ta, con muchas dificultades quirúrgicas respondieron que este último. Con esta
y que estaba en su tercer día de posto- información decidió conformar una so-
peraotorio en un severo shock, hipo- ciedad con los doctores: Gilberto Rue-
tensa, sudorosa, pálida, seminconsciente, da, Jaime Caro y Daniel Gamboa, jefe
en muy malas condiciones. La sugeren- del laboratorio de la Clínica Marly quien
cia fue colocarle a la paciente una PVC finalmente se retiró de la sociedad adu-
y una sonda vesical y aplicarle líquidos ciendo que él no era capaz de puncio-

48 Semiología del paciente crítico:


nar una arteria para la muestra de san- 8 de la mañana a las 6 de la tarde, con
gre. Compraron un equipo RadioMeter descanso a la hora del almuerzo (21).
al Sr. Henrry Langebec por la suma de La Clínica Del Caribe en Ba-
150.000.oo pesos y a plazos. Pasó más rranquilla adquirió su primera máquina
de medio año sin poder obtener resul- de gases arteriales en el año de 1978
tados pues el equipo no traía instruc- con el apoyo del Dr. Jaime Castro Blan-
ciones y su manejo era improvisado, lo co y en apoyo del recién creado servi-
que solamente se resolvió con la visita cio de Terapia Respiratoria.
de un ingeniero que le indicó que esta- Pero el despegue de la medición de
ba utilizando mal la introducción de la los gases sanguíneos tiene como refe-
muestra y todo se resolvió. rencia el trabajo desarrollado por el Dr.
El Dr. Sarmiento tomó muestras y José Felix Patiño quien organizó un gru-
reportó gases en toda la ciudad, lenta- po de profesionales internistas, nefrólo-
mente, pues la sola calibración del equi- gos y anestesiólogos que recorrieron el
po le llevaba más de media hora. Mani- país enseñando, prácticamente, las ba-
fiesta que este servicio se restringió a la ses fisiológicas, la correlación fisiopato-
Clínica de Marly pues esta institución no lógica y la interpretación clínica de los
ha tenido, entre sus políticas, hasta épo- gases, la cual se apoyaba en unas confe-
cas recientes, la difusión de sus avan- rencias que posteriormente dieron ori-
ces científicos que eran muchos. Fue así gen al libro de Gases Sanguíneos de Pa-
como la masificación de la utilización tiño que poco a poco fue creciendo y
de los gases sanguíneos se dio cuando que sirvió de base para el desarrollo del
el Dr. José Félix Patiño y Eduardo Gar- control metabólico de los pacientes, no
cía montaron los cursos sobre las bases solo en las UCIs, sino en todo el ámbito
científicas de la medición de los gases del cuidado del paciente en diferentes
sanguíneos y su utilización clínica. especialidades.
En la época de los inicios de las UCI La revisión histórica sobre la monito-
de San Juan de Dios y la Shaio existían, rización de gasto cardíaco, de los prime-
con un uso muy limitado, dos equipos ros catéteres de Swan Ganz, de la pre-
en el primero de ellos y otra en el Hos- sión intracraneana y otras mediciones
pital Militar que tenía el Dr. José María de gran importancia en el manejo del
Piñeros igualmente con muy poca utili- paciente crítico, tendrán que esperar a
zación (1). En Medellín había un equipo completar la investigación correspon-
de medición de pH y pCO2, manejado diente en las diferentes partes del país,
por los neumólogos de la institución y la cual exige entrevistas, revisión de li-
que no permitían el uso por otras espe- teratura de la época y que no tuvo el
cialidades, servicio que se prestaba de alcance de este primer reporte del de-
sarrollo del Cuidado Intensivo en Co-

La clínica y la monitoria invasiva 49


lombia y que se precisó en la considera- terapia de presión positiva, que de paso
ción inicial de este escrito. era muy controvertida por los neumólo-
gos, a lo cual le agregamos más adelante
La Terapia Respiratoria nuevos equipos para esta terapia y mo-
Esta es otra herramienta fundamental dernos nebulizadores entre los cuales se
en el contexto del Cuidado Respira- encontraba el de tecnología ultrasónica
torio de los pacientes y la forma como que aportó mucho en la movilización de
se desarrolló en las diferentes ciudades tapones mucosos de los pacientes.
tiene connotaciones históricas muy in- El desarrollo de la humidificación de
teresantes. los gases inhalados, de la nebulización
Simultáneamente con la fundación como herramienta para hidratar las se-
de la UCI de la Shaio por el Dr. Gar- creciones, inicialmente neumática y pos-
cía, se inició en colaboración con el Dr. teriormente ultrasónica, de la vibración
José Carlos Miranda, la unidad de Tera- y percusión para la movilización de las
pia respiratoria de la cual fue la primera secreciones, de la terapia incentiva, de
terapista la fisioterapeuta Betty Alma- la inspiración con presión positiva –en
zar (20). adelante, IPPV–, de las técnicas de re-
Tres centros de Terapia Respiratoria clutamiento, en los últimos tiempos de
se reconocen inicialmente en Bogotá. la Ventilación Percusiva Intrapulmonar –
El que desarrolló y manejó el Dr. Ra- en adelante, IPV– y de las pruebas de
fael Sarmiento en la Clínica Marly (15), función pulmonar, tendrán que ser revi-
el primero en el país, el que dirigían el sadas detenidamente para narrar la his-
neumólogo Darío Maldonado y Jorge toria de su implementación en el país.
Colmenares en el Hospital San Ignacio En Barranquilla (24), narra el Dr.
y el que lideró el Dr. José Carlos Miran- Mena, se inicia a comienzo de los años
da en la Fundación Shaio. Estos servicios 80 cuando entusiasmado, de nuevo por
fueron definitivos en el cambio del ma- el Dr. Eduardo García, fundé con el Dr.
nejo del paciente pulmonar crónico, del Guillermo Ariza, q.e.p.d. el “Centro de
asmático, del paciente con insuficiencia Terapia Respiratoria” que funcionó en
respiratoria y muy particularmente en el Centro Médico del Caribe. En esa
la movilización de las secreciones en el época también estaba en la ciudad la
paciente intubado y en soporte ventila- Sra. Ana de Juliao, terapista llegada de
torio con ventiladores. USA y quien con su hijo Elías Juliao,
Narra el Dr. Sarmiento (15) que el Dr. fundó la Unidad de Terapia Respirato-
Rueda en la Clínica Marly inició la aper- ria de la Clínica Bautista con el apoyo
tura del servicio con unas kinesiotera- científico del Dr. Jaime Castro Blanco.
pistas venidas de Argentina. Posterior- La primera terapista de nuestro centro
mente adquirimos unos Bird Mark 7 para se trajo de Bogotá y fue Patricia Acuña,

50 Semiología del paciente crítico:


luego Ana Cristina Beltrán procedente de una atelectasia masiva de uno de los
de la misma ciudad y posteriormente pulmones del paciente.
de USA llegaron Marlene Carbonell y Siguió el interés por esta rama de la
Lupe Torres Buitrago (mi esposa). Este medicina y con el Dr. José Carlos Mi-
extraordinario grupo de personas ayu- randa y su empresa Sistemas de Terapia
dó a cambiar positivamente el pronósti- Respiratoria se inició la idea de organi-
co de los pacientes de la UCI donde se zar un servicio independiente, adscrito
redujeron dramáticamente las compli- al servicio de anestesia, lo cual se logró
caciones respiratorias particularmente en el año de 1971 cuando con la tera-
las atelectasias. Se debe resaltar la de- pista respiratoria americana Anny Sonja
dicación y el gran compromiso de estas Wend, se formaron ocho auxiliares de
personas con los pacientes. enfermería que ya venían trabajando en
En 1981 se adquirió en el centro cuidado intensivo, en recuperación, en
de terapia respiratoria un espirómetro la consulta externa y en los servicios de
Drager para hacer espirometrías, volu- hospitalización.
men tiempo y flujo volumen. Este equi-
po lo vendió Anny Sonja Wend y dice Épocas recientes y situación actual
el Dr. Mena, nos tocó aprender con la En los últimos veinte años esta nueva
literatura disponible pues los pocos que disciplina médica ha crecido de mane-
sabían de esto en Colombia, neumólo- ra importante en el país, al igual que en
gos por lo general, tuvieron mucho celo el mundo entero. La Ley 100 de 1993
de que un anestesiólogo aprendiera propuso unas normas sobre acredita-
esta técnica. Sin embargo logramos ad- ción y requisitos de habilitación con el
quirir experiencia, viajé a Caldas (Antio- objeto de mejorar la calidad de la aten-
quia) y realicé personalmente 500 espi- ción a los pacientes (3) .
rometrías a trabajadores de la Locería El crecimiento en número de UCIs y
Colombiana para investigar silicosis. En camas de UCI se ha debido a la nece-
1982 la Dra. Osorio se hizo cargo del sidad de los hospitales para mejorar la
Centro de Terapia Respiratoria y de las calidad de la atención de los pacientes
pruebas de función pulmonar mejoran- críticos y a una política estatal, para que
do la calidad de este servicio. este desarrollo sea adecuadamente pla-
El inicio de la terapia respiratoria en neado y organizado. A nivel internacio-
Manizales se remonta al año 1966 cuan- nal, en los últimos 15 años y siguiendo la
do se atendió al paciente de la picadura metodología de la evaluación de la cali-
de la serpiente y en este caso lo inició dad ha habido un gran interés en com-
el Dr. Sarmiento con la nebulización ul- parar los procesos y estructuras de las
trasónica, los drenajes posturales, la vi- UCIs, con los resultados obtenidos en
bración y percusión para la resolución términos de estancias y mortalidad (3).

La clínica y la monitoria invasiva 51


En Colombia este tipo de evalua- En el año 2002 fue aprobada la crea-
ción nunca se había hecho hasta cuan- ción de la Especialidad en Medicina Crí-
do en el año de 1997, la Unidad de Epi- tica y Cuidado Intensivo (28) y la crea-
demiología Clínica y Bioestadística de la ción de los programas académicos de
Facultad de Medicina de la Universidad entrenamiento en Medicina Crítica apa-
Javeriana en unión con La Asociación recieron en el año 2004 (29).. Para el
Colombiana de Cuidado Intensivo, se año 2006 existían en el país ocho pro-
realizó La Evaluación del Cuidado Inten- gramas debidamente aprobados y acre-
sivo en Colombia. Este trabajo encontró ditados de entrenamiento en la especia-
que Colombia disponía de 87 UCIs con lidad y el número de intensivistas con
405 camas. Para esa época el país con- certificación aprobada era de aproxi-
taba con 14.000 camas de tercer nivel, madamente 60 médicos (28).
de las cuales del 5 % al 10% deberían En la actualidad, es claro que la Es-
ser camas de Cuidado Intensivo (720 a pecialización en Cuidado Intensivo co-
1440 camas). El estudio demostró que rresponde a un programa académico,
había un déficit superior a 400 camas. multidisciplinario, altamente técnico que
También se demostró que aproximada- reúne, además, actividades sociológicas,
mente el 60% de los médicos que aten- humanísticas, económicas, administrati-
dían las UCIs eran médicos generales sin vas y bioéticas que unidas permiten a
capacitación en Medicina Crítica (26,27). todas las personas involucradas en esta
En el año 2004 la Academia Nacional actividad médica a tener siempre pre-
de Medicina junto con la AMCI desarro- sente acciones de promoción y preven-
llaron un segundo trabajo denominado ción en otras áreas del hospital como
Estado de la Calidad de la Atención en las son la sala de emergencias, salas de hos-
Unidades de Cuidado Intensivo en Colom- pitalización general y quirófanos, y cuan-
bia: Recurso Humano y Tecnológico. Se en- do ya está establecido el diagnóstico y
contró el número de UCIs con más de la necesidad de traslado a la UCI, es-
5 camas era de 109, 68% de índole pri- tablecer un adecuado tratamiento que
vado y 32% oficial. El perfil del coordina- permita una recuperación y rehabilita-
dor de estas UCIs fue de 45% internistas ción, con el objeto de reincorporar a
y 26% anestesiólogos principalmente. El esas personas, lo más pronto posible,
78% de las camas tenían dotación com- a sus actividades normales, tratando de
pleta mientras que el 22 % no lo tenían, optimizar los recursos (3) .
de acuerdo con los requisitos mínimos No hay duda que el Cuidado Intensi-
de habilitación establecidos. El número vo en Colombia ha crecido y mejorado
de médicos generales con entrenamien- desde sus comienzos hasta la fecha. Se
to en servicio pero sin especialización, tiene un amplio reconocimiento y res-
se había disminuido al 45% (3). peto internacionales. Los Intensivistas

52 Semiología del paciente crítico:


colombianos son miembros activos y Palacios y el primer jefe de posgrado el
fundadores de la Federación Panameri- Dr. Mario Gómez Duque. Desde esa fe-
cana e Ibérica de Sociedades de Medici- cha con un pensum de dos años y un
na Crítica y Terapia Intensiva, FEPIMCTI, perfil profesional para el ingreso de un
en la cual se ha tenido representación a médico especialista en una disciplina
nivel de Tesorería y Presidencia (Dr. Ed- afín al cuidado intensivo se han formado
gar Celis Rodríguez), también se tiene más de 25 especialistas con titulo cer-
representación en la Federación Mun- tificado. Durante la década han segui-
dial de Sociedades de Medicina Crítica, do los mismos pasos la Universidad de
WFICCM, de la cual el Dr. Edgar Celis la Sabana y la Fundación Abbott Shaio,
Rodríguez es miembro actual del Con- el Hospital Militar, la Universidad de los
cejo de Administración (3). Andes con el hospital Universitario Fun-
Con el advenimiento de la ley 100 dación Santa Fé y la Fundación Sanitas
del 93, se empezaron a estandarizar con sus respectivas universidades.
los lineamientos mínimos de atención El crecimiento en la cobertura de sa-
en medicina crítica en aspectos funda- lud ha inducido el aumento de mayor
mentales como el talento humano, el número de unidades de cuidado inten-
desarrollo tecnológico y la infraestruc- sivo y a pesar del número de posgrados,
tura física. Estas circunstancias han pro- aún no se suple la demanda. Por este
movido el gran cambio que catapultó la motivo, siguiendo la iniciativa del Dr. Ed-
medicina crítica al nivel de una especia- gard Celis, expresidente de la Asociación
lidad formal. De aquí parte la necesidad Colombiana de Medicina Crítica y Cui-
de desarrollar escuelas formales de en- dado Intensivo, la Fundación Universita-
trenamiento en cuidado intensivo en el ria de Ciencias de la Salud, haciendo uso
país para médicos y enfermeras. En la del concepto de autonomía universitaria
ciudad de Bogotá los pioneros fueron, y con la asesoría de ASCOFAME quien
en enfermería, el Hospital de San José apoyó la creación de requisitos mínimos,
en conjunto con la Universidad del Ro- homologó y certificó más de 70 espe-
sario y luego con la Fundación Universi- cialistas de diferentes sitios del país, con-
taria de Ciencias de la Salud, la Universi- tribuyendo así a suplir en parte esta ne-
dad Nacional y la Universidad Javeria- cesidad. Posteriormente la Universidad
na (8). de la Sabana también desarrolló un pro-
A comienzos de 1999 la Fundación grama similar ampliando la cobertura a
Universitaria de Ciencias de la Salud un grupo de médicos generales.
obtiene el primer registro calificado Sin embargo, quedan retos muy im-
aprobado por el Ministerio de Educa- portantes que cumplir. La OPS reco-
ción para la formación de médicos in- mienda que para una ciudad con más
tensivistas. El rector era el Dr. Eduardo de 100.000 habitantes debe contar con

La clínica y la monitoria invasiva 53


4.75 camas por 1.000 habitantes de las esta reunión parece, surgió la primera
cuales el 5-10% deben ser de Medici- idea de conformar la Sociedad Colom-
na Crítica. Es decir, se deberían tener en biana de Cuidado Intensivo, dejando
Colombia entre 2.375 a 4.750 camas de como tarea el diseño de los estatutos y
UCI. De acuerdo al último censo rea- dejando todo a punto para una reunión
lizado por la AMCI el país cuenta con posterior en la que se conformó oficial-
solo 1.700 camas lo cual deja todavía un mente y en la cual participaron todos
déficit muy importante, si se le compara aquellos notables del cuidado intensivo
con los datos de otros países (27, 30). en la época (15, 20, 22).
Sobre un panorama completo de la Resultado de estas reuniones en
situación actual del cuidado intensivo en 1977, en las cuales participaban activa-
Colombia o por lo menos del intento mente los doctores Jaime Potes, Her-
de conocer cuantas unidades y cuantas nando Matiz, Alonso Gómez, Eduardo
camas hay en la actualidad en las prin- García, Jaime Casasbuenas y Horacio
cipales ciudades del país, será necesario Giraldo entre otros, se concretó la fun-
el aporte de los colaboradores de este dación de la primera sociedad de Cui-
propósito de recoger el desarrollo his- dado Intensivo en el restaurante la Pia-
tórico del Cuidado Intensivo. Ello será zeta, 7a con 59 de Bogotá, y se fundó
necesario para completar este esfuerzo con la presidencia del Dr. Jaime Potes,
y en ello se seguirá trabajando (21). vicepresidencia del Dr. Hernando Ma-
tiz y con la colaboración como miem-
La Sociedad de Cuidado Intensivo bros de Junta directiva de los doctores
Narra el Dr. Alonso Gómez que un Ricardo Beltrán, Eduardo García Vargas
buen día, recibió la amable invitación del y Carlos Gaviria (19), participando tam-
doctor Roberto Amador, en ese enton- bién en esa reunión los hermanos Ma-
ces residente de neurología, y del profe- rio y Alberto Bernal (3).
sor Jaime Potes, neurólogo del Hospital La actividad de la sociedad se limi-
Militar, a una reunión que tenía como tó inicialmente a la realización del con-
propósito hablar un poco sobre la te- greso anual y a otras escasas reuniones
mática del cuidado intensivo. A esa re- académicas. Un par de años después
unión asistieron otras dos personas: el cambió la junta directiva y hubo tam-
doctor Carlos Gaviria de formación en bién un cambio en la orientación de la
medicina interna y con pasantía en cui- sociedad. Se crearon capítulos regiona-
dado intensivo y el doctor Alberto Sua- les en la costa, eje cafetero, Medellín, y
rez hemodinamista de la clínica Shaio y Bogotá. Así creció la sociedad y agrupó
quien practicaba el cuidado intensivo en una serie de médicos que con entusias-
el hospital de la Misericordia, en donde mo se dedicaban a la práctica del cuida-
Gómez también se había vinculado. De do intensivo, sin que hubieran recibido

54 Semiología del paciente crítico:


una formación universitaria por caren- el Dr. Matiz. Un actor muy importante
cia de estos programas en el país (20). en estos procesos fue el Dr. Edgar Pera-
La segunda Junta Directiva fue presi- fán. Fuero presidentes en estas primeras
dida por el Dr. Matiz y vicepresidente el épocas los doctores Edgar Celis, Ricar-
Dr. Alonso Gómez quien sería su tercer do Beltrán, Gilberto Fernández, el Dr.
presidente. A ellos los siguió el Dr. Hec- Granados de Cali, Camilo Dueñas de
tor Sendales con quien se dificultó la Cartagena, María González de Medellín
continuidad de la sociedad. Con el en- y Rubén Camargo de Barranquilla.(15)
tusiasmo de Eduardo García que perte-
necía a la Junta se desarrollaron cursos, Propuesta a futuro
se participó en el congreso Mundial y se Es necesario establecer una política
afilió a la federación mundial y a la pana- estatal específica para Cuidado Intensi-
mericana. Poco tiempo después, luego vo que incluya no solo la apertura de
de los cambios, hubo un decaimiento nuevas camas sino la apertura con do-
en las directivas centrales lo que llevó a tación suficiente de equipos modernos,
la separación de algunos de los capítu- personal médico y paramédico sufi-
los, creándose en la práctica alrededor cientemente entrenado y establecer un
de 3 sociedades: La de la costa liderado programa de estratificación de las UCIs
por doctores que habían estudiado en acorde a las condiciones económicas y
México, un pequeño grupo en Bogotá y geográficas del país. Es decir la política
la sociedad original. A mediados del año de requisitos mínimos debe estar ade-
1994, bajo la presidencia del Dr. Hec- cuada para cada tipo de estratificación.
tor Cendales(3) hubo un movimiento No es lo mismo tener una UCI en un
de unificación liderado por el Dr. Juan hospital académico de tercer o cuarto
Martín González que dio como resulta- nivel en una de las ciudades grandes del
do la conformación de la actual Asocia- país a una UCI en una pequeña ciudad
ción Colombiana de Medicina Crítica y aislada, sin recursos principalmente hu-
Cuidado Intensivo –ACMI-, 23 de mar- manos (3) ambas son necesarias, pero
zo de 1996, presidida por el Dr. Gonzá- con condiciones diferentes.
lez (15, 19, 20). Este proceso no fue fácil Lo anterior se podría resumir en los
y resultó de múltiples reuniones una de siguientes puntos (3,5):
las cuales se celebró en una entidad lla-
mada Teletón en la vía a Suba. • • Organización de una red regional y je-
Posterior a esta crisis se hizo el pri- rarquizada de servicios
mer congreso liderado por la Funda- • • Necesidades de camas de Cuidado
ción Santa Fé al cual asistió como in- Intensivo acordes a la región.
vitado principal el Dr. Cristopher Brian • • Mejorar la comunicación vía sateli-
Braum. Siguieron dos más liderados por tal, para intercambio de información,

La clínica y la monitoria invasiva 55


consultas de emergencia con unida- Available from: http://en.wikipedia.
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La clínica y la monitoria invasiva 57


58 Semiología del paciente crítico:
Cuidado intensivo en colombia.
Perspectiva general

Edgar Célis Rodríguez, MD, FCCM1

Introducción jaban estas unidades fueron principal-


La Medicina Crítica y Cuidado Inten- mente anestesiólogos e internistas.
sivo se refiere a una especialidad rela- En la década del 70 aparecieron
tivamente nueva, puesto que apareció aproximadamente siete UCIs en Bogo-
en el ámbito médico en la década del tá: Hospital San Juan de Dios, Fundación
50 del siglo pasado, como resultado de Shaio, Hospital Militar Central, Hospital
la necesidad de manejar una epidemia San José, Caja Nacional de Previsión,
de poliomielitis en Europa, en pacientes Hospital San Ignacio y Hospital de la
que presentaron falla respiratoria y que Samaritana. También aparecieron UCIs
ameritaban asistencia ventilatoria. Se en Barranquilla, una en Medellín y otra
piensa que la primera vez que se orga- en Cali.
nizó un área específica en un Hospital Los médicos que atendían estas uni-
para el Cuidado Intensivo de pacientes dades eran en su mayoría anestesió-
críticos. 1 logos e internistas con algún entrena-
En Colombia, la primera Unidad de miento en Medicina Critica, puesto que
Cuidado Intensivo –en adelante, UCI– no existían programas de entrenamien-
fue fundada en el Hospital San Juan de to en esta especialidad insipiente.
Dios en Bogotá, en Abril de 1969 gra- En los últimos veinte años, esta nue-
cias a una donación de la Organización va disciplina médica ha crecido signifi-
Panamericana de la Salud. La segunda cativamente en el país, al igual que en
UCI fue fundada en septiembre del mis- el mundo entero. La Ley 100 de 1993
mo año en la Fundación Shaio, siendo propuso unas normas sobre acredita-
el primer director el Doctor Eduardo ción y requisitos de habilitación con el
García Vargas. Los médicos que mane- objeto de mejorar la calidad de la aten-
ción a los pacientes.
1 Profesor de Anestesia y Medicina Crítica, La primera sociedad de Cuidado In-
Jefe Servicio de Medicina Crítica, Hospital tensivo se fundó en 1977 y en marzo de
Universitario Fundación Santa Fe de Bogotá.
Universidad de los Andes 1996 se transformo en Asociación Co-

La clínica y la monitoria invasiva 59


lombiana de Medicina Crítica y Cuida- generales sin capacitación en Medicina
do Intensivo –en adelante, AMCI–, cuyo Crítica (1).
primer presidente fue el doctor Juan En el año 2004 la Academia Nacional
Martín González. de Medicina junto con la AMCI (Asocia-
El crecimiento en número de UCIs y ción Colombiana de Medicina Crítica y
camas de UCI se ha debido a la nece- Cuidado Intensivo) desarrollaron un se-
sidad de los hospitales para mejorar la gundo trabajo denominado Estado de
calidad de la atención de los pacientes la Calidad de la Atención en las Unidades
críticos y a una política estatal, para que de Cuidado Intensivo en Colombia: Recur-
este desarrollo sea adecuadamente pla- so Humano y Tecnológico. Se encontró el
neado y organizado número de UCIs con más de cinco ca-
En el ámbito internacional, en los úl- mas era de 109, 68% de índole privado
timos 15 años y siguiendo la metodo- y 32% oficial. El tipo de afiliación de los
logía de la evaluación de la calidad ha pacientes pertenecían a diferentes regi-
cobrado un gran interés en comparar menes (Tabla 1).
los procesos y estructuras de las UCIs, El perfil del coordinador de estas
con los resultados obtenidos en térmi- UCIs fue de 45% internistas y 26% anes-
nos de estancias y mortalidad. tesiólogos principalmente. El 78% de las
En Colombia este tipo de evaluación camas tenían dotación completa mien-
nunca se había hecho hasta cuando en tras que el 22 % no lo tenían, de acuerdo
el año de 1997, la Unidad de Epidemio- con los requisitos mínimos de habilita-
logía Clínica y Bioestadística de la Fa- ción establecidos. El número de médicos
cultad de Medicina de la Universidad generales había disminuido al 45%.
Javeriana en unión con la Asociación En el año 2002 fue aprobada la crea-
Colombiana de Cuidado Intensivo se ción de la Especialidad en Medicina Crí-
realizó La Evaluación del Cuidado Inten- tica y Cuidado Intensivo (2) y la crea-
sivo en Colombia (1) ción de los programas académicos de
Este trabajo encontró que Colom- entrenamiento en Medicina Crítica apa-
bia disponía de 87 Unidades de Cuida- recieron en el año 2004 (3). Hoy existen
do Intensivo con 405 camas. Para esa en el país ocho programas debidamen-
época el país contaba con 14.000 ca- te aprobados y acreditados de entre-
mas de tercer nivel, de las cuales del 5 % namiento en la especialidad. El número
al 10% deberían ser camas de Cuidado actual de intensivistas con certificación
Intensivo (720 a 1440 camas). El estudio aprobada por un Hospital Universitario
demostró que había un déficit superior es aproximadamente de 60 médicos.
a 400 camas. También se demostró que En la actualidad, es claro, que la Espe-
aproximadamente el 60% de los médi- cialización en Cuidado Intensivo corres-
cos que atendían las UCIs eran médicos ponde a un programa académico, multi-

60 Semiología del paciente crítico:


Tabla 1. Titpo de afiliación total UCIS participantes

disciplinario, altamente especializado que Hoy se tiene un amplio reconocimiento


reúne, además, actividades sociológicas, y respeto internacionales. Somos miem-
humanísticas, económicas, administrati- bros activos y fundadores de la Fede-
vas y bioéticas que unidas permiten a to- ración Panamericana e Ibérica de So-
das las personas involucradas en esta ac- ciedades de Medicina Crítica y Terapia
tividad médica a tener siempre presente Intensiva, FEPIMCTI, de la cual se ha te-
acciones de promoción y prevención en nido representación a nivel de Tesore-
otras áreas del hospital como son la sala ría y Presidencia (Dr. Edgar Celis Rodrí-
de emergencias, salas de hospitalización guez), también se cuenta con miembros
general y quirófanos y cuando ya está de la Federación Mundial de Socieda-
establecido el diagnóstico y la necesidad des de Medicina Crítica, WFICCM (sigla
de traslado a la UCI, establecer un ade- en inglés), de la cual el Dr. Edgar Celis
cuado tratamiento que permita una re- Rodríguez es miembro actual del Con-
cuperación y rehabilitación lo más rápida cejo de Administración.
posible, con el objeto de reincorporar Se realizará el 1X Congreso Pana-
a esas personas, lo más pronto posible, mericano e Ibérico de Medicina Críti-
a sus actividades normales, tratando de ca en Noviembre de 2011 en la Ciudad
optimizar los recursos. de Cartagena de Indias, donde se espe-
ra recibir cerca de 3.000 participantes
Estado actual procedentes de todo el mundo.
No hay duda que el Cuidado Inten- Sin embargo quedan retos muy im-
sivo en Colombia ha crecido y mejora- portantes que cumplir. La OPS reco-
do desde sus comienzos hasta la fecha. mienda que para un país con más de

La clínica y la monitoria invasiva 61


100.000 habitantes debe contar con do y establecer un programa de estra-
4.75 camas por 1.000 habitantes de las tificación de las UCIs acorde a las con-
cuales el 5- 10% deben ser de Medi- diciones económicas y geográficas del
cina Crítica. Es decir que en el país se país. Es decir la política de requisitos mí-
deberían tener entre 2.375 a 4.750 ca- nimos debe estar adecuada para cada
mas de UCI. De acuerdo al último cen- tipo de estratificación. No es lo mismo
so realizado por la AMCI el país cuenta tener una UCI en un hospital académi-
con solo 1.700 camas lo cual deja to- co de tercer o cuarto nivel en una de
davía un déficit muy importante, si se las ciudades grandes del país a una UCI
compara con los datos de otros países, en una pequeña ciudad aislada, sin re-
(4, 5) (Tabla 2). cursos principalmente humanos.
Lo anterior lo podríamos resumir en
Propuesta para el futuro los siguientes puntos:
Es necesario establecer una política
estatal específica para Cuidado Intensi- • • Organización de una red regional y je-
vo que incluya no solo la apertura de rarquizada de servicios
nuevas camas, sino la apertura de nue- • • Necesidades de camas de Cuidado
vas camas con dotación suficiente de Intensivo acordes a la región.
equipos modernos, personal médico y • • Revisión de los requisitos mínimos de
paramédico suficientemente entrena- habilitación acorde con la jerarquización.

Tabla 2. Camas de Cuidado Intensivo-UCI por cada 1000 habitantes

Latinoamérica** Camas UCI Otros Países* Camas UCI


  1000 habitantes   1000 habitantes
Argentina 0.29 Australia 3.6
Bolivia 0.035 Alemania 6.6
Brasil 0.079 Bélgica 4.0
Chile 0.027 Canadá 3.2
Colombia 0.03 España 3.1
Ecuador 0.03 Estados Unidos 2.8
México 1 Francia 3.8
Perú 0.018 Portugal 3.1
Uruguay 0.23 Reino Unido 3.7
Venezuela ---- Suiza 3.4
*Tomado de OECD in Figures - 2005 edition - ISBN 9264013059
**Indicador construido por los autores a partir de la información suministrada por las Sociedades de Cuida-
do Crítico.

62 Semiología del paciente crítico:


• • Sistemas eficientes de remisión y con- to de la Educación Superior ICFES.
tra-remisión de pacientes. Agosto 2002.
• • Evaluación continúa de la calidad de la 3. Política Nacional de Prestación de
prestación del servicio. Servicios de Salud. Ministerio de la
• • Financiación. Protección Social Colombiano [Inter-
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La clínica y la monitoria invasiva 63


64 Semiología del paciente crítico:
Semiológica de la falla cardiaca
en el paciente critico.

Dr. Efraín Alonso Gómez López

Semeion= Signo 9. Bioquímicos


Logos= Tratado • • Exámenes de laboratorio y fluidos
La semiología médica se dedica a estu- corporales.
diar los signos (manifestaciones clínicas 10. Histológicos
objetivas) y síntomas (percepciones sub- • • Biopsias.
jetivas) presentados y referidos, respecti-
vamente, por el paciente, para luego ser 1. Historia Clínica:
organizados en síndromes y posterior- Identificación del origen de la falla car-
mente llegar a un diagnostico definido. 1 diaca aguda.

Semiología clínica cardiovascular 1. Síndrome coronario agudo y com-


en falla cardiaca aguda: plicaciones mecánicas asociadas
1. Historia Clínica • • Disfunción ventricular en extenso in-
2. Factores de riesgo. farto de miocardio.
3. Sintomatología. • • Choque cardiogenico.
4. Inspección • • Complicaciones mecánicas del infarto
5. Palpación de miocardio:
6. Percusión • • Insuficiencia mitral isquemia (Ruptura
7. Auscultación. o disfunción del músculo papilar).
8. Métodos físicos • • Ruptura septal (Comunicación inter-
• • Radiológicos ventricular).
• • Electrocardiográficos • • Ruptura de pared libre del ventrículo
• • Ecocardiográficos. izquierdo.
• • Infarto con extensión al ventrículo
1 Medicina Interna; Cardiología, Medicina derecho.
critica y cuidados Intensivos
Jefe unidad de cuidados coronarios y
2. Crisis hipertensiva. Edema pulmonar.
programa de falla cardiaca y trasplantes
Fundación A Shaio. Bogotá, Colombia. 3. Falla cardiaca crónica agudizada.

La clínica y la monitoria invasiva 65


4. Miocarditis aguda. 3. Historia de falla cardiaca crónica y fac-
5. Disfunción valvular aguda. tores descompensadores asociados.
4. Historia reciente de enfermedad in-
2. Factores de riesgo: fecciosa. (Viral, Bacteriana,Chagasica
Determinación de factores de riesgo etc.).
potencialmente asociados a al origen de 5. Enfermedad cardíaca valvular previa
la falla cardiaca aguda. o historia de posible endocarditis
infecciosa.
1. Factores de riesgo mayor para enfer-
medad coronaria. 3. Sintomatología:
Disnea:
• • Hipertensión arterial La disnea aguda es causada por causa
• • Dislipidemia potencialmente maligna de origen car-
• • Diabetes mellitus. diaco o pulmonar y que requiere inter-
• • Tabaquismo vención urgente.
• • Antecedentes de enfermedad coro- El diagnostico temprano de disnea de
naria. origen cardiogénico, ha demostrado ser
• • Factores asociados a complicaciones costo-efectivo y reduce el tiempo de
mecánicos en síndrome coronario estancia hospitalario en falla cardiaca
agudo. aguda (1,2).
• • Disfunción ventricular izquierda o falla La disnea es el síntoma más caracte-
cardiaca previa. rístico de falla cardiaca aguda, pero no
• • Edad avanzada (> 70 años). es específica de origen cardiaco.
• • Infarto transmural. Clasificación funcional de la disnea
• • Localización anterior. (New York Heart Association)
• • Tamaño o sumatoria del tamaño del • • Clase Funcional I: Hay patología car-
infarto. diaca, pero sin limitación funcional.
• • Ausencia de terapia de reperfusión. • • Clase Funcional II: Disnea a esfuerzos
• • Mujeres. moderada.
• • Trombolísis tardía. • • Clase Funcional III: Disnea de esfuer-
• • Uso de esteroides o AINES. zos menores.
• • Anticoagulación. • • Clase Funcional IV: Disnea de peque-
• • Hipertensión no controlada. ños esfuerzos o en reposo.
•• ••
2. Hipertensión con historia de pobre Clases de disnea
control o suspensión abrupta de Disnea de decúbito: Al acostarse, por
Medicación. aumento del retorno venoso. Alivio con
almohadas.

66 Semiología del paciente crítico:


Ortopnea o clinopnea: Ocurre en • • Aparece en afecciones de los centros
supina, se alivia al sentarse o pararse. respiratorios, insuficiencia circulatoria,
Tropopnea: Ocurre en decúbito la- administración de sedantes, hiperten-
teral. Se observa en derrame pleural sión intracraneal.
contralateral. Respiración de Kussmaul:
Paroxística nocturna: Aparece más • • Aumento de frecuencia y profundidad
de dos horas después de acostarse, respiratoria para bajar el CO2. Apare-
progresa. Se alivia al sentarse o poner- ce en acidosis metabólica, estados co-
se de pie. matosos y ciertas encefalopatías.
Platipnea: Disnea que se presenta
en posición erecta. Anorexia y síntomas digestivos:
Periódica o Ciclopnea: (Cheyne- • • Malestar gástrico, distensión abdominal,
Stokes) respiración periódica: taquipnea saciedad precoz, dolor epigástrico e hi-
progresiva mashiperpnea y luego apnea pocondrio por congestión hepática.
en unos 15 segundos.
Signos de falla cardiaca aguda:
Respiración de Cheyne-Stokes: • • Evaluación clínica del estado hemodi-
• • Fases periódicas de aumento de la res- námico en dos minutos:
piración y luego episodios de apnea. • • Cuadrante de Stevenson:
• • Se debe a la disminución de la sensibi- • • Estadio A: Paciente adecuadamente
lidad de los Centros respiratorios. prefundido y sin signos de congestión.

Tabla 1 Evaluación clínica del estado hemodinámica en 2 minutos

La clínica y la monitoria invasiva 67


• • Estadio B: Paciente adecuadamente do el paciente esta en respiración es-
prefundido con signos congestivos. pontánea, la presión venosa yugular se
• • Estadio C: Paciente con signos y sín- podría incrementar en forma transito-
tomas de congestión y de hipoperfu- ria en sujetos normales, y usualmente
sión. esta ingurgitación cae después de pocos
• • Estadio L: Paciente con signos hipo- ciclos cardiacos mas a su estado pre-
perfusión sin signos de congestión. compresión. Cuando esta misma ma-
niobra es realizada en un paciente con
El L de este estadio se atribuye a Low falla cardiaca, esta ingurgitación podría
Profile. incrementar y seguir aumentada hasta
Todos los anteriores aspectos implican que la compresión ejercida se detenga,
evaluación clínica adecuada en orden de: esto es lo que se denomina reflujo he-
pato-yugular positivo. Esta prueba de-
4. Inspección: bería hacerse con cuidado a evitar mo-
Estado de conciencia. lestias al paciente pues si aparece dolor
(Somnolencia, o insomnio, Irritabili- la maniobra de Valsalva generada por la
dad u obnubilación, bradipsiquia y bra- defensa abdominal, podría darnos un
diplalia, déficit de atención, en estado de falso resultado positivo de reflujo hepa-
bajo gasto (Hipoperfusión). to-yugular. Esta compresión debería ser
aplicada por al menos 30 segundos.
Aspecto de hipoperfusión tisular
(Palidez cutánea, acrocianosis). Pulso venoso yugular:
Livideces reticulares asociadas a esta- Un pulso venoso yugular evidente
do de hipoperfusión tisular. con secuencia de pulso arterial aunque
con un poco de mayor duración que el
Cuello pulso arterial, podría traducir insuficien-
Ingurgitación yugular, la cual debe ser cia tricuspidea severa de múltiples po-
evaluada en posición a 45 grados, esto tenciales causas en falla cardiaca aguda.
permite evaluar la presión de llenado
central del ventrículo derecho. Y permi- Pulsación en escotadura yugular:
te de alguna forma evaluar el estado de Podría reflejar dilatación de arco aor-
volumen de paciente así como también tico y/o aneurisma aortico.
el grado de función ventricular derecha.
Pulsación Subxifoidea visible, o la
Reflujo hepato-yugular: palpación subxifoidea:
Cuando se aplica compresión al ab- Indica sobrecarga de presión o de
domen en hipocondrio derecho cuan- volumen del ventrículo derecho.

68 Semiología del paciente crítico:


Edema en miembros inferiores: • • Amplitud.
La presencia de edema en miembros • • Soplos.
inferiores es sugestiva de estar asociada • • Pulso alternante.
a falla cardiaca congestiva cuando esta • • Signos periféricos de insuficiencia
acompañada de ingurgitación yugular. aortica.
Solo el edema podría tener otro tipo • • Aumento del pulso desde el inicio al
de diagnostico diferencial. pico a nivel carotideo.
En pacientes en cama el ede- • • Contorno del pulso: “Pulso Bisferiens”
ma debe buscarse mas en regiones (pulso bífido por onda arterial di-
declive,(Región sacra) por ejemplo en crotica exagerada), el pulso se siente
espalda, retromaleolar etc. como un doble impulso. Puede ver-
se en Cardiopatía hipertrofica severa
Ascitis: obstructiva e insuficiencia aortica se-
La ascitis también esta mas asociada vera con algún grado de estenosis.
a falla cardiaca cuando se acompaña de
ingurgitación yugular y disnea (Ortop- Signos periféricos de insuficiencia
nea especialmente). Ascitis sin ingurgita- aortica:
ción yugular a 45 grados podría obser- • • Signo de Quincke: Pulsación capilar en
varse en pacientes con ascitis asociada a el lecho ungueal.
hepatopatia crónica severa (Ej: Cirrosis • • Pulso de Corrigan: Pulsación caroti-
con hipertensión portal) dea de amplitud larga y visible.
• • Pulso en martillo de agua: Se hace
5. Palpación: mas evidente cuando se palpa la ar-
Punto de máximo impulso del VI pal- terial radial con la palma de la mano
pable por fuera del el quinto espacio in- mientras se mantiene el miembro su-
tercostal con línea medio clavicular de- perior que se palpa elevado.
termina la presencia de cardiomegalia a • • Signo de Hill: Diferencia entre la pre-
expensas del ventrículo izquierdo. sión sistólica en miembro inferior y la
presión sistólica en miembro superior.
Palpación de los pulsos: La diferencia de presión normal entre
• • Carotideos, Radial, Braquial, Cubital, Miembro inferior y superior no debe
Femoral, Poplíteo superar los 15 a 20 mmHg, una dife-
• • Tibial y dorsal rencia de 20 a 40 mmHg, puede ser
vista fácilmente en otras condiciones
Qué evaluar en los pulsos: como tirotoxicosis, anemia, o fiebre.
• • Frecuencia, Ritmo y déficit. Diferencias entre 40 y 60 mmHg, pue-
• • Simetría y retardo radio-femoral. de observarse en insuficiencia aortica
• • Características de la pared vascular. moderada, pero una diferencia mayor

La clínica y la monitoria invasiva 69


de 60 mmHg es usualmente indicati- En presencia de falla cardiaca se en-
va de insuficiencia aortica severa. Este cuentra un primer ruido de baja intensi-
signo es útil cuando se asume que no dad, de baja calidad poco audible.
existe enfermedad vascular periférica.
• • Presión arterial diferencial amplia, Segundo Ruido (R2) o (S2):
(Aumento marcado de la presión de- Esta relacionado con el cierre de las
pulso). válvulas semilunares tiene dos compo-
nentes el componente aortico (A2) y el
Palpación de la piel del paciente: componente pulmonar (P2).
Paciente con frente sudorosa con un En falla cardiaca el segundo ruido po-
sudor frió pegajoso al tacto podría su- dría ser variable, con aumento en algu-
gerir estado de hipoperfusión periférica. nos casos del segundo ruido pulmonar
por hipertensión pulmonar asociada,
6. Percusión: puesto que el mayor determinante de
La percusión en área pulmonar permi- un P2 Aumentado es la resistencia vas-
te determinar la presencia de derrames cular pulmonar.
pleurales. Pero en falla cardiaca severa, el se-
Percusión a nivel hepático a determi- gundo ruido podría encontrarse muy
nar hepatomegalia. disminuido incluso casi inaudible, a pe-
sar de una alta resistencia vascular peri-
7. Auscultación: férica, esto es debido al pobre volumen
Sonidos Cardiacos: sistólico eyectado que conlleva a una
Primer ruido (R1) o (S1): baja columna de sangre para el cierre
Ocurre al inicio de la contracción aortico en la fase diastolica. Estos pa-
ventricular, y tiene varios componentes cientes con frecuencia tienen una baja
(Auricular, mitral, tricuspideo, y aortica), presión de pulso (Presión de pulso es-
siendo el mitral el componente mas im- trecha) y un pulso de baja amplitud.
portante.
S3 o R3:
• • Parámetros a evaluar en el primer ruido: Después de la apertura de la válvula
• • Intensidad. mitral y tricuspidea, la sangre entra den-
• • Variabilidad de la intensidad. tro de los ventrículos desde las aurículas
• • Presencia de mas de un componente durante la diástole. El llenado diastólico
(desdoblamiento). del ventrículo es divisible en tres fases.
• • Calidad.
• • Localización de su máxima audición. • • Fase de llenado rápido (Temprana).
• • Efecto de la respiración. • • Fase de llenado lento (Diastasis).
• • Fase de contracción auricular.

70 Semiología del paciente crítico:


La fase temprana de llenado rápido, se cionales, pero debemos hacer una con-
caracteriza por una súbita y vigorosa ex- sideración especial en el soplo asocia-
pansión del ventrículo asociado con un do a insuficiencia mitral isquémica (por
rápido influjo de sangre, y el pico de este disfunción o ruptura del músculo papi-
llenado puede estar acompañado por un lar). En esta situación, los hhallazgos clí-
sonido, el cual es llamado S3 o R3. nicos y Ecocardiográficos de severidad,
En falla cardiaca el S3 es mejor audi- pueden ser enmascarados por la pobre
ble en decúbito lateral izquierdo en el complacencia de la aurícula izquierda,
área del ápex. y podrían no ser evaluables adecuada-
mente desde el punto de vista clínico
S4 o R4: (Auscultación no audible hasta en el
La aurícula usualmente se contrae al 50% de los casos) y no evaluable en for-
final de la diástole, y da un extra impul- ma adecuada desde el punto de vista
so al ventrículo (patada auricular), cuando ecocardiografico.
la complacencia ventricular esta disminui-
da, por factores tales como (Hipertrofia, Estertores:
isquemia , Infarto, fibrosis o infiltración), En falla cardiaca crónica agudizada es
esto invoca una más alta contracción auri- poco probable encontrar estertores au-
cular, esto genera un influjo acelerado en dibles, que si son mas frecuentemente
esta fase el cual es desacelerado rápida- definibles en falla cardiaca aguda de novo.
mente, esta súbita desaceleración de la
columna de sangre entrando al ventrículo Signos y sintomas de falla
al final de la diástole, lleva a la producción cardiaca congestiva
del S4 o R4. Este sonido es denominado Falla Izquierda:
también como galope auricular. Este soni- • • Disnea, Taquipnea.
do aparece mucho más cerca del S1. • • Estertores.
• • Tos.
• • Requisitos para la formación del S4: • • Disnea paroxística nocturna.
• • Complacencia ventricular disminuida. • • Puede haber elevación de la presión
• • Aurícula sana. arterial.
• • Ritmo sinusal regular.
Falla ventricular derecha:
Ausencia de obstrucción de las vál- • • Ingurgitación yugular y reflujo hepato-
vulas aurículo-ventriculares. yugular.
• • Distensión abdominal y/o ascitis.
Soplos: • • Hepatomegalia.
La auscultación de soplos se remite • • Edema de miembros inferiores.
a las características semiológicas tradi- • • Anorexia y nauseas.

La clínica y la monitoria invasiva 71


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2. Milzman DP, et al. Presentation of diac physical examination Human
dyspnea en HF patients results in press 2006.

72 Semiología del paciente crítico:


Semiología del sistema tegumentario
en el paciente crítico

Dr. Juan Jaime Atuesta Negret. Md1

Introducción sebáceos, péptidos antimicrobianos, de-


La piel es el órgano más extenso del fensinas y catelicidinas, constituye la pri-
cuerpo humano inmunológicamente mera línea de defensa frente a muchos
activo, a tal punto que se reconoce la microorganismos patógenos.
existencia del sistema inmune cutáneo Debido a sus acciones sensitivas y
(inmunidad innata como barrera física y autonómicas son posibles el sentido del
a través de queratinocitos, sistema del tacto, la percepción de la vibración, la
complemento y fagocitos; barrera in- presión, los cambios de temperatura, el
munológica a través de células dendrí- dolor y el prurito.
ticas presentadoras de antígenos, cito- Por la influencia de la luz ultravioleta,
quinas producidas por queratinocitos, en la piel se sintetiza la vitamina D, con
linfocitos T residentes, endotelio) (1). 1 sus conocidos efectos en el metabolis-
Las principales funciones de la piel mo del calcio y en el hueso.
son: servir como barrera física y quími- Las funciones mecánicas de la piel
ca de protección entre el cuerpo y el como elasticidad, tonicidad y compre-
ambiente, regular la entrada y salida de sibilidad, dependen principalmente de
agua y electrolitos, reducir la penetra- los elementos fibrilares (colágeno, fibras
ción de químicos nocivos, impedir el in- elásticas) y la matriz extracelular (meta-
greso de microorganismos, absorber la loproteinasas, proteoglicanos y glicosa-
radiación solar y ayudar en el control de minoglicanos) de la dermis.
la temperatura y en el mantenimiento Como en otros animales, a través de
de la homeostasis corporal (1). su atractivo visual, olor y sensación, la
Gracias a sus funciones inmunológi- piel tiene un importante papel en la co-
cas, a través de la secreción de lípidos municación social y sexual (1).
La clínica dermatológica es compleja,
1 Medico Universidad del Rosario no sólo debido a sus desórdenes intrín-
Dermatólogo Universidad Javeriana secos, sino porque hay enfermedades
Especialista en Docencia Universitaria- Uni-
versidad del Rosario. sistémicas que pueden afectar la piel, ya

La clínica y la monitoria invasiva 73


directamente o como resultado de una Siempre se ha considerado que la
complicación de la enfermedad o de dermatología es una especialidad de
su tratamiento. La observación clínica manejo ambulatorio con bajas tasas de
orientada a los signos dermatológicos mortalidad. Sin embargo, algunas condi-
claves debería utilizarse para establecer ciones dermatológicas como infecciones,
importantes diagnósticos diferenciales. erupciones medicamentosas, eritroder-
Bajo estas consideraciones, basado mia y enfermedades ampollosas, pueden
en una amplia experiencia personal en ser tan severas que conducen a la pérdi-
la evaluación de más de 150 pacientes da de las funciones cutáneas y requieren
hospitalizados en Unidad de Intensi- hospitalización en unidades de cuidados
vos, –en adelante, UCI– de adultos y intensivos. El término insuficiencia cutá-
neonatal en el Hospital de San José y nea aguda se refiere a circunstancias, en
con fines de un abordaje práctico, po- las que la severidad del desorden der-
demos clasificar las manifestaciones cu- matológico lleva a complicaciones mul-
táneas en la unidad de cuidados inten- tisistémicas y puede ser fatal, por lo que
sivos en tres tipos, a saber: primarias, se recomienda el traslado temprano a la
que se refieren a aquellas entidades UCI de cualquier paciente con enferme-
dermatológicas intrínsecas que condu- dad cutánea extensa quien muestre sig-
cen a la hospitalización, verbigracia Ne- nos de falla en otros órganos (2-5).
crolisis Epidérmica Tóxica/Síndrome de
Stevens-Johnson (NET/SSJ); secunda- Manifestaciones cutáneas
rias, que se refieren a las manifestacio- primarias
nes en la piel de enfermedades sistémi- Entre las condiciones primarias que
cas que conducen a la hospitalización, pueden requerir manejo en unidades
verbigracia endocarditis bacteriana de cuidados intensivos encontramos,
y, terciarias, las más frecuentes de las como ya se mencionó, gangrenas infec-
tres, que se refieren a las manifestacio- ciosas, necrolisis epidérmica tóxica/sín-
nes en la piel producto de los procedi- drome de Stevens-Johnson (NET/SJS)
mientos de monitoreo invasivos o por y eritrodermia (dermatitis exfoliativa).
procedimientos de soporte vital reali- Los pacientes con áreas extensas de
zados a los pacientes durante su hos- compromiso cutáneo presentan pro-
pitalización, verbigracia intubación y co- blemas con el balance hidroelectrolítico
locación de catéteres, o que aparecen y del control de la temperatura, produc-
durante una estancia hospitalaria pro- to de grandes pérdidas diarias de líqui-
longada como las úlceras por presión. do transcutáneo, que complicados por
En este contexto, resulta fundamental sepsis, pueden ocasionar falla multisisté-
el adecuado conocimiento de dichas mica. En pacientes críticamente enfer-
manifestaciones (2-5). mos, se produce hipoalbuminemia por

74 Semiología del paciente crítico:


redistribución, síndrome de respuesta Otras entidades dermatológicas
inflamatoria sistémica, pérdidas cutá- que pueden requerir hospitalización
neas, estado hipercatabólico y síntesis en UCI son celulitis (en todas sus lo-
proteica disminuida. Los pacientes con calizaciones, principalmente periorbi-
función de barrera alterada también taria), síndrome estafilocóccico de piel
son más vulnerables a las infecciones. escaldada, psoriasis pustulosa generali-
Se debe proporcionar un adecuado ba- zada, dermatosis ampollosas autoinmu-
lance de líquidos y electrolitos, monito- nes (pénfigo vulgar), dermatosis ampo-
rizar el estado hemodinámico, contro- llosas congénitas, eritema multiforme
lar la temperatura, vigilar los signos de severo y, ocasionalmente, postopera-
infección, y brindar soporte nutricional torios de melanoma y de carcinomas
y un apropiado cuidado cutáneo. La al- basocelular y escamocelular (2-3).
teración de la función cutánea requiere La incidencia de problemas derma-
un enfoque multidisciplinario que inclu- tológicos en UCI es de un 10%, lo que
ye intensivistas, dermatólogos y un me- implica que el examen clínico del pa-
ticuloso cuidado de enfermería (2-5). ciente debe incluir la exploración sis-
La tasa de mortalidad por falla cutánea temática inicial de la piel para detectar
aguda es similar e incluso mayor que la los problemas que pueden comenzar
de otras condiciones médicas agudas en la admisión o en algún momento
como pancreatitis y neumonía (2-3). durante el curso de la enfermedad. En
Las causas dermatológicas de ad- la UCI el paciente es sometido a múl-
misión a la UCI representan algo más tiples intervenciones que complican
del 0,5%, siendo las más frecuentes las el diagnóstico y el tratamiento de los
condiciones infecciosas severas (gan- desórdenes dermatológicos en diver-
grenas infecciosas). A pesar de su baja sas circunstancias, siendo los hallazgos
frecuencia, dichas condiciones son im- clínicos definitivos para el diagnóstico
portantes puesto que tienen altas tasas (2). Sin embargo, en la mayoría de los
de mortalidad frente a la población ge- casos, la piel no es tenida en cuenta en
neral (cercanas al 30 vs. 25%, entre las el examen clínico de ingreso.
que la falla cutánea aguda representa Los registros de los signos derma-
algo más del 40%, según diversos es- tológicos claves encontrados en pa-
tudios) y requieren hospitalizaciones cientes en la UCI deberían emplearse
prolongadas. En pacientes en UCI con para elaborar bases de datos y registros
desórdenes dermatológicos se repor- de enfermedades (3).Los hallazgos se-
tan diferencias estadísticamente signifi- miológicos incluyen eritema y eczema,
cativas, con mayores tiempos de estan- exantema, vesículas/ampollas/erosiones,
cia hospitalaria, grados de severidad y púrpura, pústulas, pápulas y nódulos, ne-
de morbimortalidad (2-3). crosis, úlceras y edema. En una serie, la

La clínica y la monitoria invasiva 75


mayoría de hospitalizaciones se debie- 3%, entre el 10 y el 20% de pacientes
ron a medicina interna (38%), anestesio- hospitalizados desarrollan RAM, y se
logía (22%), cirugía cardiotoráxica (9%), observan erupciones leves en el 15%
cirugía general (6%), neurología (13%) y de ellos, moderadas en el 60% y severas
pacientes pediátricos (11%), siendo los en el 25%, cuya incidencia es del 6-30%
diagnósticos dermatológicos erupcio- y las hospitalizaciones representan del
nes medicamentosas (21%), dermato- 3-8% (6-8).
sis asociadas a patógenos (29%), daños Las RAM pueden dividirse en dos ca-
mecánicos (9%), vasculitis (7%), derma- tegorías principales: predecibles e im-
titis de contacto (5%), exacerbación de predecibles. Las predecibles constitu-
una dermatosis preexistente (4%), y yen el 80% de los casos y se deben a
otras (19%) (4). las acciones farmacológicas de la dro-
Requieren una mención especial las ga. Las impredecibles son independien-
erupciones medicamentosas severas. tes de la dosis y no se relacionan con
Las erupciones medicamentosas son la acción farmacológica, e incluyen las
reacciones cutáneas por efectos adver- relacionadas con susceptibilidad gené-
sos de medicamentos, generadas por tica o mecanismos no definidos como
diferentes mecanismos patogénicos que intolerancia y reacciones idiosincrásicas
explican su amplio espectro clínico. Se- y de hipersensibilidad no inmunológi-
gún la OMS, una reacción adversa a me- cas e inmunológicas (alérgicas). Las re-
dicamentos –en adelante, RAM–, se de- acciones de hipersensibilidad no inmu-
fine como cualquier efecto nocivo, no nológicas son más comunes y ocurren
intencional e indeseable de una droga, por sobredosis, toxicidad acumulativa,
que ocurre a dosis usadas para preven- interacciones medicamentosas, altera-
ción, diagnóstico o tratamiento (6-8). ciones metabólicas o por activación de
Las erupciones medicamentosas se- vías efectoras. Varios criterios caracteri-
veras son aquellas que representan zan una reacción inmunológica: No es
riesgo vital, requieren hospitalización o un efecto farmacológico esperado, exis-
prolongación de la estancia hospitalaria, te un período de sensibilización, la re-
llevan a discapacidad/incapacidad per- acción puede ocurrir a dosis bajas, los
sistente o significativas, o pueden con- síntomas clínicos corresponden a una
ducir a la muerte (6). reacción alérgica, la resolución ocurre
La incidencia general de las RAM va- dentro de un intervalo esperado lue-
ría del 0,1 al 1%. Las erupciones medica- go de la descontinuación del agente y
mentosas son probablemente la mani- puede ocurrir reactividad química cru-
festación más frecuente y explican hasta zada. Las reacciones inmunológicas se
un tercio de las reacciones adversas. Las categorizan según Gell y Coombs en:
hospitalizaciones por RAM alcanzan el Reacciones tipo I (hipersensibilidad in-

76 Semiología del paciente crítico:


mediata), tipo II (mecanismos citotóxi- celulares (con producción de linfo-
cos/citolíticos), tipo III (mediadas por citos T específicos, como en erup-
complejos inmunes), tipo IV (media- ciones exantematosas, AGEP y SJS).
das por linfocitos T), que son IVa (Th- 2. Son químicamente inactivas (pro-
1, activación de monocitos/macrófagos), haptenos) y deben metabolizarse a
IVb (Th-2, alta producción de IL-5), IVc un compuesto reactivo (verbigracia,
(citotóxicas),y IVd (reacciones por cé- sulfametoxazol a sulfametoxazol-
lulas T con alta producción de IL-8 que nitroso): lleva a la modificación de
lleva a inflamación neutrofílica) (6-8). proteínas solubles o celulares por el
El metabolismo de las drogas es fun- metabolito químicamente reactivo
damental, tanto en la activación del com- y se comportan como un hapteno.
puesto parental como en la biotransfor- 3. Por una interacción farmacológica
mación de los compuestos reactivos. La con receptores inmunes (concepto
toxicidad se presenta por desbalance en- p-i), en el que drogas químicamente
tre activación y biotransformación, con inertes, incapaces de formar unio-
la producción consecuente de concen- nes covalentes con péptidos o pro-
traciones anormalmente elevadas o pro- teínas, pueden activar directamente
longadas de metabolitos ofensores. Esta células T a través de ciertos recep-
situación se origina por niveles aumenta- tores, aunque se requiere la interac-
dos de enzimas bioactivadoras y reduc- ción del receptor con la molécula
ción de mecanismos biotransformantes. MHC para la estimulación total y
Las drogas pueden ser inmunogéni- conducir a una reacción exclusiva
cas por tres mecanismos: por células T (6).

1. Son químicamente reactivas y se Inmunopatogénesis


comportan como haptenos (verbi- NET/SJS:
gracia, penicilinas y cefalosporinas): Involucra la activación de apoptosis ma-
se unen en forma covalente a mo- siva de queratinocitos, probablemen-
léculas solubles o celulares, o direc- te uno de los mecanismos más impor-
tamente al complejo MHC/péptido tantes de muerte celular inducido por
en las células presentadoras de an- TNF-alfa. Linfocitos T CD4+ predomi-
tígenos (APC), ya al péptido o a la nan en la dermis, linfocitos T CD8+ y
molécula misma del MHC, llevando macrófagos en la epidermis, y los quera-
a la formación de epítopes antigéni- tinocitos expresan HLA clase II e ICAM-
cos que inducen respuestas inmu- 1. En la fase inicial, las células T muestran
nes humorales (con producción de características CD8+, CD56+, de tipo
anticuerpos específicos como en NK y capacidad citotóxicas mediada
anafilaxis o anemia hemolítica) o por la vía perforina/granzima B, siendo

La clínica y la monitoria invasiva 77


activadas por el medicamento en unión elevados de IL-5 (con actividad biológi-
no covalente con complejos MHC/pép- ca pro-eosinófilos). Para algunos autores
tido, mientras que en la fase tardía se ha- es una forma de enfermedad del injerto
cen presentes monocitos. Los linfocitos contra el hospedero en la que la droga
T también realizan la citotoxicidad a tra- induce una respuesta inmune (6-8).
vés de receptores de muerte celular del
tipo Fas/Fas ligando, en que no se requie- AGEP:
re contacto celular directo para la des- Las pústulas intraepidérmicas están
trucción celular. El FasL puede destruir rodeadas por células T CD4+y CD8+
células que expresan receptores del Fas, activadas. Los queratinocitos, células T
mecanismo que explicaría la muerte de en la epidermis y clones de células T
células distantes a las células T infiltran- producen altos niveles de IL-8 que in-
tes o la muerte fulminante de muchas ducen reclutamiento de neutrófilos, que
células en ausencia de infiltración celular. son las células predominantes dentro
El CD95-ligando parece ser producido de las pústulas. Esta reacción representa
por los queratinocitos, probablemente un modelo de interacción entre células
en respuesta a señales de células T o ma- T y PMN.
crófagos activados por el medicamento. Algunas erupciones medicamento-
El óxido nítrico participa en la apopto- sas aparecen rápidamente después de
sis y la necrosis pues se han detectado la ingestión del medicamento y son lla-
sintetasas en células inflamatorias de la madas de tipo inmediato como urtica-
unión dermoepidérmica (6-8). ria y angioedema. Otras aparecen ho-
ras o días después de la ingestión de la
DRESS: droga; son denominadas reacciones de
Es posible la interrelación de facto- tipo retardado y comprenden un am-
res constitucionales y adquiridos que plio espectro clínico e histopatológico
alteran la capacidad de biotransforma- que se manifiesta como exantema, le-
ción de metabolitos reactivos de la dro- siones ampollosas y pustulosas. La se-
ga, la infección activa por HHV-6 (reacti- veridad de la erupción depende de la
vación o primoinfección), la producción intensidad y tipo de reacción inmune y
de anticuerpos anticitocromo P450, y de los órganos afectados. Las erupcio-
el desarrollo de la respuesta por célu- nes severas constituyen el 2% e inclu-
las T específicas. Se piensa que partici- yen eritema multiforme, síndrome de
pan mecanismos de hipersensibilidad III Stevens-Johnson/necrolisis epidérmica
y IV, con un perfil de citoquinas dinámi- tóxica, reacción (rash) por drogas con
co que reflejaría cambios temporales eosinofilia, síntomas sistémicos (DRESS)
en el balance Th1/Th2 responsables de y pustulosis exantemática aguda gene-
la evolución clínica, con niveles iniciales ralizada (AGEP). Ciertos parámetros de

78 Semiología del paciente crítico:


laboratorio indican un curso clínico más están implicados entre el 65-95% y los
severo como elevación de enzimas he- de mayor riesgo estimado incluyen an-
páticas y proteína C reactiva, eosinofilia tibióticos (penicilina, amoxicilina, ampi-
y linfocitos atípicos circulantes (6-8). cilina), sulfonamidas, anticonvulsivantes
(fenitoína, fenobarbital, carbamazepi-
Síndrome de stevens-johnson/ na), AINES (oxicames), beta-lactámicos
necrolisis epidérmica tóxica y alopurinol. Los principales diagnósti-
(SJS/NET) cos diferenciales son eritema multifor-
Son parte del mismo espectro. El me, erupciones pustulosas neutrofílicas
SJS se caracteriza por estomatitis ero- (psoriasis tipo von Zumbusch y AGEP),
siva febril, compromiso ocular severo, y dermatosis ampollosas (quemaduras,
erupción diseminada de máculas erite- erupción fija medicamentosa ampollo-
matosas o purpúreas, a veces con cen- sa generalizada y autoinmunes: penfigoi-
tro necrótico, y lesiones en diana atípi- de ampolloso, dermatitis ampollosa por
cas que afectan dos o más mucosas. La IgA lineal, lupus eritematoso ampolloso,
NET (síndrome de Lyell) se caracteri- y pénfigo paraneoplásico), síndrome es-
za por pérdida rápida de la epidermis tafilocóccico de piel escaldada (SSSS) y
debido a necrosis que deja una super- eritrodermias (6-8).
ficie escaldada. Los casos con despren-
dimiento epidérmico menor del 10% Reacción (RASH) por drogas con
se consideran SJS, aquellos mayores del eosinofilia y síntomas sistemicos
30%, como NET, y entre el 10-30%, se (DRESS)
consideran superposición. En niños la En su forma completa se presenta
tasa de mortalidad es menor del 5%, a erupción severa, fiebre, linfadenopatías,
diferencia de los adultos que es del 5% hepatitis (50%), anomalías hematológi-
para el SJS y 30% para la NET, y se debe cas con eosinofilia y linfocitos atípicos
a falla multiorgánica o sepsis por S. au- (marca biológica) y otras manifestacio-
reus y Ps.aeruginosa. Se utiliza un índi- nes viscerales como nefritis intersticial
ce de pronóstico combinado (SCOR- (10%), y, con menor frecuencia, carditis,
TEN) que incluye: edad (mayor de 40 neumonitis y tiroiditis, dos a seis sema-
años), presencia de cáncer, taquicardia nas después de iniciar la medicación. La
(más de 120 latidos/min.), separación erupción cutánea es polimorfa, inicial-
epidérmica inicial (mayor del 10%), ni- mente morbiliforme en rostro, tronco
trogenados (mayor de 28 mg/dL), glu- superior y miembros superiores, que
cosa sérica (mayor de 252 mg/dL) y se hace infiltrada e indurada, con ede-
bicarbonato (mayor de 20 mEq/L). La ma facial (especialmente periorbitario)
presencia de dos o más criterios em- y dermatitis exfoliativa, frecuentemen-
peora el pronóstico. Los medicamentos te con púrpura y unas pocas vesículas y

La clínica y la monitoria invasiva 79


ampollas tensas y pequeñas pústulas fo- edema facial, púrpura en piernas, vesícu-
liculares y no foliculares, con afectación las o ampollas, algunas lesiones en diana
de mucosas. El compromiso visceral lle- atípicas, erosiones en la mucosa oral, y
va a una tasa de mortalidad del 10%. Se neutrofilia y eosinofilia leve a moderada
deben cumplir dos o más criterios diag- en un tercio de los casos. Usualmente
nósticos: Erupción cutánea, anomalías no hay compromiso visceral y el pro-
hematológicas (eosinofilia o linfocitos nóstico es bueno. Más del 50% de los
atípicos), compromiso sistémico (ade- casos se debe a aminopenicilinas y ma-
nopatías > 2 cm o hepatitis o nefritis o crólidos; a otros antibióticos como ce-
neumonitis intersticiales o carditis). Los falosporinas, imipenem, fluoroquinolo-
principales medicamentos son agentes nas, isoniazida, vancomicina, minociclina
antiepilépticos aromáticos (fenitoína, y doxiciclina, y en unos pocos casos a
fenobarbital, carbamazepina), sulfona- cloroquina, hidroxicloroquina, terbinafi-
midas, alopurinol, sales de oro, AINES, na, nistatina, antagonistas de los canales
bloqueadores de canales de calcio, an- del calcio y paracetamol. Los principales
tirretrovirales, metronidazol, fluoxetina, diagnósticos diferenciales son psoriasis
dapsona y minociclina. Los diagnósticos pustulosa aguda tipo von Zumbusch,
diferenciales principales son SJS/NET, erupciones pustulosas, neutrofílicas,
AGEP, eritrodermia, vasculitis, linfoade- DRESS, enfermedad de Sneddon-Wil-
nopatía angioinmunoblástica e infección kinson y NET (6-8).
viral aguda (HIV, HHV-6 y EBV), síndro-
me hipereosinofílico y enfermedad de Evaluación y manejo
Still (6-8). El diagnóstico apropiado de las erupcio-
nes medicamentosas requiere un enfo-
Pustulosis exantemática aguda que de cuatro pasos: En el primero, las
generalizada (AGEP) reacciones cutáneas pueden diagnosti-
El inicio es súbito, con fiebre alta carse a tres niveles diferentes basados
(39°C), acompañado o precediendo en morfología específica (usualmente
una erupción eritematoedematosa ge- exantematosa, urticariana o ampollo-
neralizada, que en 24 horas se cubre sa), enfermedad cutánea específica, o
por numerosas pústulas pequeñas no síndrome (con compromiso asociado
foliculares, ocasionalmente coalescen- de órganos internos). El segundo paso
tes, principalmente en pliegues mayores, requiere la valoración de los diagnósti-
produciendo extensa separación super- cos diferenciales. En el tercer paso, de-
ficial con signo de Nikolski positivo y ben determinarse todas las exposicio-
descamación secundaria en grandes lá- nes a medicamentos iniciados en las seis
minas con resolución espontánea en 10 semanas anteriores incluyendo las utili-
a 15 días. Otras características incluyen zadas intermitentemente como prepa-

80 Semiología del paciente crítico:


raciones de venta libre, naturistas y ho- negativo no excluye una reacción alér-
meopáticas. Y en el último paso debe gica. Las pruebas in vitro como radioa-
determinarse la probabilidad de que la lergenos, absorbancia, anticuerpos es-
droga sea responsable del evento clíni- pecíficos y transformación linfocítica,
co. Las reacciones cutáneas por efectos no se practican rutinariamente por su
adversos medicamentosos pueden si- baja sensibilidad y disponibilidad limita-
mular la morfología de cualquier cuadro da. Existen dificultades obvias con estas
dermatológico, y deben considerarse en pruebas: Hay una gran heterogeneidad
el diagnóstico diferencial de una erup- entre los inductores; el compuesto pue-
ción simétrica de aparición súbita (6-10). de ser difícil de identificar; la reacción
Para confirmar la relación entre un puede dirigirse contra un metabolito o
medicamento dado y una reacción cu- un adictivo, y el fabricante no propor-
tánea con absoluta certeza, idealmente ciona la sustancia pura. La validación re-
debería establecerse que el inicio de la quiere que las pruebas se estandaricen
erupción se correlaciona temporalmen- en pacientes bien definidos y para mu-
te con la administración del fármaco, se chas drogas esta meta no se consigue
resuelve después de la descontinuación en la práctica diaria (6-10).
y recurre luego de la nueva exposición; En forma general, el paso más impor-
el agente sospechoso tiene el efecto ad- tante en el tratamiento es la suspen-
verso establecido observado en el pa- sión del agente ofensor. En la AGEP no
ciente; y es improbable una explicación se requiere terapia específica, pero los
alterna. En la práctica común la confir- pacientes con fiebre alta se benefician
mación absoluta no es posible y se hace con antipiréticos o corticoides tópicos.
fundamental el juicio clínico. La biopsia En la DRESS son importantes la evalua-
de piel debe considerarse en todos los ción y el monitoreo estrictos, y parece
pacientes con reacciones severas o en prudente utilizar corticoides sistémi-
aquellos casos donde el diagnóstico es cos sólo en pacientes con manifestacio-
incierto. La re-exposición con el medi- nes viscerales que amenacen la vida. En
camento sospechoso no está exenta de NET/SJS, la suspensión rápida del medi-
riesgos y debe evitarse en pacientes con camento y la terapia de soporte conti-
erupciones severas. La identificación de núan siendo los pilares del tratamiento:
un medicamento puede realizarse me- soporte nutricional agresivo, analgesia,
diante serología, pruebas cutáneas de monitoreo hidroelectrolítico, control
parche y pruebas in vitro. Las pruebas estricto de temperatura y de infeccio-
de parche generalmente son mejor to- nes, manejo pulmonar y oftalmológico,
leradas, pero la sensibilidad depende y cuidado cutáneo con vendajes apro-
del tipo de reacción clínica, por lo que piados. Los pacientes requieren hospi-
un resultado positivo es útil pero uno talización en UCI o preferiblemente en

La clínica y la monitoria invasiva 81


unidades de quemados. El uso de cor- litio, antimaláricos, diltiazem, propanolol,
ticoides sistémicos es controvertido y infecciones, hipocalcemia secundaria a
debería evitarse en la mayoría de ca- hipoalbuminemia y suspensión de glu-
sos severos. Quienes los formulan em- cocorticoides sistémicos (11-13).
plean grandes dosis IV tempranamente El manejo se inicia con la remoción
durante dos a tres días. La IVIG pare- del factor precipitante. Ya que están
ce ser útil y segura en dosis de 0,5-1 g/ comprometidas las funciones de barre-
kg/día durante tres a cinco días, aunque ra cutánea, los pacientes son suscepti-
son necesarios estudios para determi- bles a infección, imbalance electrolítico,
nar las guías óptimas de uso. Otros me- y pérdida de líquidos, nutrientes y del
dicamentos que se han reportado de control de temperatura, por lo que son
utilidad incluyen ciclosporina A, N-ace- necesarios las medidas de soporte y el
tilcisteína, ciclofosfamida, pentoxifilina IV tratamiento de la infección. En la tera-
y plasmaféresis (6-10). pia de primera línea se emplean los re-
tinoides orales (acitretin y, en mujeres
Psoriasis pustulosa generalizada en edad reproductiva, se prefiere iso-
(Von Zumbusch). tretinoina). También son muy efectivos
Los ataques se caracterizan por fie- ciclosporina, metotrexate e infliximab.
bre durante varios días y una erupción Igualmente se han usado hidroxiúrea,
súbita generalizada de pústulas estériles 6-tioguanina, mofetil micofenolato, aza-
de 2 a 3 mm de diámetro sobre una tioprina, dapsona y colchicina (11-13).
base eritematosa, diseminadas en tron-
co y extremidades incluyendo palmas, Síndrome estafilocóccico de piel
plantas y lechos ungulares. Las pústulas escaldada.
se agrupan en placas haciéndose con- Es causado por toxinas exfoliati-
fluentes en la medida en que la enfer- vas de ciertas sepas del S. aureus (fa-
medad se hace más severa, llevando a gos grupo II —tipos 71 y 55—, y fagos
eritrodermia. Son característicos los grupos I y III). Las infecciones se origi-
episodios de fiebre (de 39 a 40º C) y nan típicamente en la nasofaringe y con
pústulas. Los signos sistémicos incluyen frecuencia no son reconocidas; otros
pérdida de peso, debilidad muscular, leu- focos primarios incluyen ombligo, trac-
cocitosis, hipocalcemia y VSG elevada. to urinario, conjuntivas y sangre. Afecta
Las complicaciones sistémicas como in- primariamente a neonatos y niños. Son
suficiencia cardiaca congestiva e infec- característicos el inicio súbito de fiebre,
ciones intercurrentes pueden ser fata- irritabilidad, dolor cutáneo y eritema,
les. Los factores disparadores incluyen más notorio en pliegues y áreas perio-
sustancias irritantes tópicas con alqui- rificiales, desarrollándose ampollas fláci-
trán, embarazo, anticonceptivos orales, das y erosiones en 24 a 48 horas, con

82 Semiología del paciente crítico:


signo de Nikolsky positivo. Inicia como tidades: Fasciítis necrotizantes (gangrena
una erupción eritematosa generalizada estreptocóccica y por otros gérmenes,
que progresa rápidamente con grandes celulitis necrotizante sinergística, gan-
láminas de separación epidérmica de- grena de Fournier, gangrena de Mele-
jando extensas áreas erosionadas y hú- ney), e infecciones por Clostridium (ce-
medas (14). lulitis y mionecrosis anaeróbicas) (15).
La terapia generalmente requiere an-
tibióticos intravenosos antiestafilocócci- Manifestaciones cutáneas
cos, que se pasan a terapia oral en unos secundarias
días. Debe proporcionarse un adecua- Enfermedades colágeno-vasculares au-
do soporte cutáneo, analgesia, mante- toinmunes (lupus eritematoso sistémi-
nimiento de la temperatura corporal y co, esclerosis sistémica progresiva, der-
manejo de líquidos y electrolitos. Pue- matomiositis), enfermedad aguda del
den aplicarse apósitos no adherentes injerto contra el hospedero, infección
como gasa impregnada con vaselina. por VIH/SIDA, septicemia meningocóc-
Parte integral del manejo es reconocer cica, endocarditis bacteriana, choque
el potencial de epidemias en las salas de séptico estafilocóccico, púrpura fulmi-
neonatos y la identificación del personal nans, insuficiencia renal crónica y des-
de salud colonizado o infectado con se- órdenes gastrointestinales (hemorragia
pas toxigénicas, por lo que deben apli- digestiva, pancreatitis, hepatopatías cró-
carse medidas de control que incluyen nicas, síndrome de Peutz-Jeghers).
el estricto lavado de manos con clor- Se describirán brevemente los signos
hexidina y terapia antibiótica oral para dermatológicos claves, los hallazgos más
individuos infectados, y ungüento de importantes y las guías generales de
mupirocina para la erradicación de por- manejo de las entidades más comunes.
tador nasal persistente (14).
Enfermedad del injerto contra
Celulitis Gangrenosas (Gangrenas el hospedero aguda:
Infecciosas): La piel es el órgano afectado más
Se caracterizan por necrosis de te- tempranamente y con mayor frecuen-
jidos blandos de rápida evolución, cia, siendo la epidermis el blanco del
progresiva, dolor severo y síntomas daño citotóxico por una población de
constitucionales. Las condiciones de co- linfocitos efectores. El médico debe co-
morbilidad incluyen diabetes mellitus, nocer el tipo de trasplante de médula
enfermedad vascular periférica, obesi- ósea practicado (alogénico, autólogo,
dad, drogadicción, alcoholismo crónico, singénico y de células madre periféri-
hipertensión arterial y desnutrición. En cas). Las lesiones cutáneas aparecen en-
este grupo se incluyen las siguientes en- tre 10 y 30 días después de la infusión,

La clínica y la monitoria invasiva 83


en un 20-80% de pacientes, iniciando confluentes con equimosis, localizadas
como máculas eritematosas palmoplan- en extremidades y tronco y, a veces, en
tares y auriculares, con edema y dolor, y, mucosas, o pústulas y extensas ampo-
según la progresión, se hacen confluen- llas y hemorragias con necrosis central
tes en el dorso superior y perifoliculares y gangrena hemorrágica en casos de
en el tronco, hasta llegar a eritrodermia, coagulación intravascular diseminada.
con aparición de ampollas con techo Son el resultado del daño endotelial por
necrótico con erupción del tipo necroli- trombosis local y necrosis de las pare-
sis epidérmica tóxica o evolucionando a des vasculares, detectándose inmunog-
una erupción liquenoide (16-19). lobulinas, complemento y bacterias en
La terapia de primera línea son los las células endoteliales (20-21).
corticoesteroides sistémicos. Un régi- El tratamiento debe iniciarse sin re-
men típico incluye la adición de pred- traso. Si bien la de penicilina G endove-
nisona 1-2 mg/kg al día a una dosis op- nosa en dosis altas es el medicamento
timizada de ciclosporina. La respuesta a de elección, ya que otras infecciones se
dicha terapia es el factor predictor ais- presentan con un cuadro clínico similar,
lado más importante de sobrevida a en algunos lugares se prefiere el uso de
largo plazo. Si no hay respuesta, debe cefalosporinas de tercera generación
iniciarse terapia de segunda línea que hasta que el diagnóstico se ha confirma-
incluye mofetil micofenolato, tacrolimus, do; en los pacientes alérgicos se debe
globulina antitimocítica y sirolimus. En utilizar cloranfenicol IV. En la terapia de
casos refractarios la terapia de tercera soporte se debe prevenir el edema ce-
línea incluye agentes biológicos (inflixi- rebral agudo con reducción de la tem-
mab, etanercept), PUVAterapia y foto- peratura corporal, balance de líquidos y
féresis extracorpórea. También es críti- electrolitos, empleo de agentes como
co en el manejo el cuidado de soporte manitol o dexametasona, vigilancia del
que incluye suspensión de la vía oral, desarrollo de coagulación intravascular
nutricional parenteral total con hiperali- diseminada y medidas terapéuticas del
mentación, profilaxis antibiótica y antivi- choque séptico (20-21).
ral y control del dolor. En pacientes con
formas leves, con sólo compromiso cu- Púrpura fulminans:
táneo se emplean corticoides tópicos y Es el infarto y la necrosis hemorrágica
agentes antipruriginosos (16-19) inespecífica de la piel, aguda, usualmente
fatal, infrecuente, debida a coagulación
Septicemia meningocóccica: intravascular diseminada, que ocurre du-
Las lesiones más características son rante el curso o inmediatamente des-
petequias irregulares y pequeñas, con pués de una infección, particularmente
centro vesiculosos grisáceo, aisladas o por estreptococos del grupo A. Otras

84 Semiología del paciente crítico:


infecciones reportadas incluyen varicela, nódulos de Osler (urticariformes y pur-
escarlatina, roséola, leptospirosis, rubéo- púricos, dolorosos, que pueden necro-
la, bacteremias (estafilocóccica, menin- sarse) en pulpejos, eminencias tenar e
gocóccica, neumocóccica y por Hemo- hipotenar y brazos y petequias conjun-
philus influenzae) y fúngicas (sepsis por tivales (manchas de Roth). Se deben a
cándida). Los signos cutáneos son equi- microémbolos sépticos en el tejido ce-
mosis y ampollas hemorrágicas gene- lular subcutáneo o a perivasculitis y vas-
ralizadas y gangrena seca de los dedos culitis necrotizante locales (15, 21).
y artejos. Los diagnósticos diferenciales
son vasculitis (séptica y alérgica), púrpu- Síndrome de choque séptico
ra trombocitopénica trombótica, necro- estafilocóccico:
sis por cumarina o heparina, anticuer- Es una condición multisistémica debi-
pos antifosfolípidos, macroglobulinemia da a exotoxinas de ciertas cepas de S.
de Waldenström, hemoglobulinuria pa- aureus (usualmente resistentes a penicili-
roxística nocturna y deficiencia de pro- na), caracterizada por erupción escarlati-
teína C (15, 21). niforme generalizada (eritrodermia ma-
El tratamiento incluye el manejo an- cular difusa) seguida por descamación,
tibiótico de cualquier infección asociada. fiebre elevada, hipotensión y anomalías
Sólo si hay sangrado significativo debe en la función de por lo menos tres siste-
realizarse reemplazo de plaquetas y fac- mas orgánicos (muscular: mialgias y rab-
tores de coagulación y considerarse el domiolisis; sistema nervioso central: en-
uso de heparina, para inhibir el proce- cefalopatía tóxica; hígado: elevación de
so de coagulación intravascular. La inter- bilirrubinas y aspartato aminotransfera-
vención temprana con concentrado de sa; riñón: aumento de nitrogenados; y he-
proteína C puede disminuir la morbili- matológico: trombocitopenia) (15, 22).
dad y mortalidad asociadas (21). El tratamiento incluye institución in-
mediata de reemplazo de líquidos para
Endocarditis bacteriana subaguda: combatir la hipotensión, atención de in-
Usualmente por estreptococos viri- fecciones estafilocóccicas focales y tera-
dans. Se presentan petequias y hemo- pia antibiótica sistémica contra S. aureus
rragias pequeñas en las extremidades, el productor de penicilinasa. La terapia
tórax y en membranas mucosas; hemo- con IVIG y plasma fresco congelado ha
rragias en astilla subungulares (estrías sido exitosa cuando se administra tem-
hemorrágicas no dolorosas); lesiones pranamente (15, 22).
de Janeway (máculas, pápulas y nódu-
los eritematosos o hemorrágicos, indo- Septicemia por pseudomonas:
loros, más comunes en la endocarditis Usualmente en pacientes inmuno-
aguda) en palmas, plantas y pulpejos; comprometidos. Las lesiones cutáneas

La clínica y la monitoria invasiva 85


conforman los hallazgos característicos, zar los cuidados para disminuir la altera-
y son de cuatro tipos, a saber: Vesícu- ción de la barrera cutánea y entrenar al
las y ampollas: aisladas y agrupadas, con personal de salud al servicio del pacien-
frecuencia hemorrágicas, se diseminan te crítico (2-5).
aleatoriamente. Ectima Gangrenoso: Ini-
cia como mácula, pápula o placa, erite- Referencias
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La clínica y la monitoria invasiva 87


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88 Semiología del paciente crítico:


Semiología del trauma craneoencefálico
Maria Claudia Niño de Mejia1
Yamil Jaller Bornacelli

E n los Estados Unidos se tienen da-


tos de alrededor de 500000 casos
al año de trauma cráneo encefálico, de
Definición
Es todo trauma en el cual el cráneo
se vea involucrado sin tener en cuenta
los cuales el 10% muere antes del ingre- si existe o no repercusión neurológica
so al hospital; con una distribución de inmediata(3).
80% leves, 10% moderados y 10% gra-
ves (1). En Colombia las cifras varían en- Valoración clínica.
tre estudios y estadísticas llevadas a nivel A. Interrogatorio:
regional, sin embargo se estima que la En términos generales, el interroga-
frecuencia global de trauma craneoen- torio busca la identificación del paciente
cefálico en los servicios de urgencias lle- (nombre, edad, sexo, raza, ocupación)
ga al 70%, teniendo como causa núme- y el ¿cómo?, ¿cuándo?, ¿dónde? del TCE.
ro uno los accidentes de tránsito en un Así debe identificarse la hora y fecha
51,2% de los cuales el 43,9% correspon- del TCE, cómo se desarrolló, las circuns-
den a accidentes en motocicleta. Res- tancias que lo rodearon, el mecanismo
pecto a la mortalidad global, en el país por el cual se produjo, si hubo o no pér-
el trauma ocupa la primera posición con dida de la conciencia (antes o después
el 40,4% de los casos, de los cuales el del TCE), la evolución neurológica des-
70% presenta lesión a nivel de la cabe- de el momento del suceso, si se dio al-
za (2). Como se ve, en el país, el Trauma gún tratamiento inicial, la presencia de
Craneoencefálico –en adelante,TCE– es consumo de sustancias o algún estado
frecuente, por lo tanto es importante el de intoxicación asociado al trauma y los
conocimiento de la semiología que nos antecedentes generales del paciente.
permita identificarlo y clasificarlo, para En el TCE es frecuente que el pacien-
facilitar así su abordaje terapéutico. 1 te no esté en capacidad de dar estos
datos, es aquí donde la información que
1 Neuroanestesiologa. Fundación Santa fe de
bogota
suministre el acompañante o el perso-
Intensivista FUCS, Expresidente SCA. nal que lo trae a los servicios de salud

La clínica y la monitoria invasiva 89


cobra gran importancia. En este caso cuenta que dichas intervenciones pue-
son cruciales los hallazgos en el examen den empeorar la condición del paciente
físico y en los estudios imagenológicos. en un contexto de TCE y politrauma. Se
continua con la valoración de la circula-
B. Examen físico general: ción del paciente, siempre en búsqueda
Se recomienda realizar un aborda- de signos que sugieran hipotensión, hay
je teniendo en cuenta el ABC del trau- que recordar que la hipotensión en el
ma. En primer lugar se debe buscar la TCE generalmente no es debida al daño
permeabilidad y funcionalidad de la vía encefálico por sí mismo, excepto en es-
aérea del paciente descartando de for- tados terminales donde ocurre daño del
ma rápida depresión respiratoria, paro tallo cerebral, por lo tanto se deben bus-
respiratorio, obstrucción de las vías aé- car lesiones asociadas, ya que en trauma
reas superiores y lesiones asociadas que la hipotensión es sinónimo de hipovo-
sean potencialmente letales (hemoto- lemia y hemorragia hasta que se com-
rax, neumotórax atención, tórax inesta- pruebe lo contrario.
ble, etc.). Se procede entonces a valorar Ya con el paciente valorado y con
la ventilación del paciente y al asegura- manejo desde el punto de vista ventila-
miento de la misma mediante manio- torio y hemodinámico, se debe realizar
bras de asistencia ventilatoria (ej: intuba- un examen neurológico rápido y dirigi-
ción endotraqueal) siempre teniendo en do, que se basa principalmente en de-

Tabla 1.- Escala de coma de Glasgow (ECG). (4)

Parámetro Puntaje
Espontanea 4
Al llamado 3
Apertura ocular
Al dolor 2
No abre los ojos 1
Orientado 5
Confuso 4
Respuesta verbal Incoherente 3
Incomprensible 2
Sin respuesta 1
Obedece ordenes 6
Localiza estímulos 5
Retira extremidades al estímulo 4
Respuesta motora
Postura de decorticación 3
Postura de descerabración 2
No hay respuesta 1
TOTAL 15 ptos.

90 Semiología del paciente crítico:


terminar la Escala de Coma de Glasgow pares craneales, lenguaje, patrón respi-
(tabla 1) y la respuesta pupilar a la luz ratorio y no hay que olvidar la respues-
antes de sedar al paciente. ta pupilar. Respecto al déficit motor se
Durante la evaluación secundaria del debe examinar la fuerza en las cuatro
paciente, se realiza la valoración de la extremidades (grados de 1-5), en caso
cabeza y la columna cervical, buscando de que el paciente no siga órdenes hay
zonas de lesión ocultas mediante la ins- que observar si el movimiento es simé-
pección y palpación de estas zonas. En trico. Al evaluar los pares craneales la pa-
este momento se pueden encontrar zo- recía del VII par indica una posible lesión
nas de tumefacción, escoriación, heridas en su trayecto, siendo la porción en el
en piel, orificios de entrada y salida, ede- peñasco la más afectada por su fractura
ma, equimosis (ojos de mapache, equi- durante el TCE, sin embargo no hay que
mosis retroauricular), signos de salida de olvidar la evaluación de cada uno de los
LCR (rinoliquia, otoliquia), epistaxis, oto- pares craneanos (tabla 2). El lenguaje es
rragia. Las heridas en el cuero cabellu- de gran importancia en la medida que
do deben ser exploradas para descartar es un signo temprano de lesión directa,
la fractura de cráneo subyacente. En la por lo tanto la evaluación no se debe
presencia de edema palpebral se debe dejar de lado. El patrón respiratorio es
hacer la inspección del ojo incluyendo la un índice del nivel de compromiso: res-
valoración del reflejo pupilar, oculocefa- piración de Cheyne-Stokes, hiperventi-
logiros y los movimientos oculares, tam- lación neurogénica central, respiración
bién en búsqueda de lesión corneal o apnéusica, respiración atáxica. Las pupi-
lesiones penetrantes y el fondo de ojo. las deben examinarse de forma compa-
En caso de edema palpebral que ocluya rativa y por separado determinando el
el ojo se debe hacer tracción sobre el tamaño, la reacción pupilar a la luz, la mi-
parpado inferior para observarlo. rada conjugada (3,4).

Signos de focalización neurológica: C. Manifestaciones clínicas de la


En caso de que aparezcan inmediata- hipertensión endocraneana: (3,5,6)
mente con el trauma, hacen pensar que Ya se han mencionado algunas de las
los signos de focalización son secunda- manifestaciones de la hipertensión en-
rios a la lesión directa sobre la estructu- docraneana sin embargo pueden ser
ra nerviosa, por lo tanto su interpreta- agrupadas de la siguiente manera: alte-
ción es diferente a si aparecen durante ración de los signos vitales, cefalea, de-
la evolución del paciente donde sugie- terioro del estado de conciencia, nau-
ren efecto de masa e hipertensión en- sea, vomito, Papiledema, compromiso
docraneana. Los signos de focalización de pares craneales, y síndromes de her-
incluyen: déficit motor, compromiso de niación cerebral.

La clínica y la monitoria invasiva 91


Tabla 2.- Examen de los nervios craneales (5)
Par Craneano Técnica de exploración
Se solicita que identifique por el olfato una sustancia familiar sin que pueda verla,
I-Olfatorio examinando cada uno de los orificios nasales por vez.
La integridad de la vía se mide al encontrar reacción pupilar a la luz en la pupila
examinada.
Medición de la agudeza visual o capacidad para distinguir pequeños detalle. Exploración
por medio de la tabla de Snell con el paciente a una distancia de aprox. 6,1 mts, exa-
minando cada ojo por separado. Se solicita al paciente que identifique cada uno de los
caracteres. La visión cercana se debe explorar con una tabla de Rosenbaum, la cual se
sostiene por el paciente a unos 30 cms y se le solicita que lea hasta los caracteres más
pequeños. En caso de pacientes con severa alteración de la agudeza visual se le realiza
II-Óptico una prueba de cuenta dedos a una distancia no mayor a 3 mts.
Los campos visuales se exploran colocándose frente al paciente con los ojos a un
mismo nivel y mirada fija a una distancia de 1 mts aproximadamente, se debe ocluir
los ojos enfrentados y se extiende el brazo del lado contralateral a media distancia
y empezar a mover los dedos y acercándolo hacia medial anotando cuando el pa-
ciente logra empezar a ver los movimientos de los dedos; se deben inspeccionar los
cuadrantes temporal, nasal, inferior y superior. En general se habla de ángulos de 60
grados en el campo nasal y 90 grados en el temporal. Sin el examinador no tiene
enfermedad visual es normal si el momento de la visualización del movimiento de
los dedos es al tiempo entre el paciente y quien lo examina.
Mirada arriba y adentro: m. oblicuo inferior.
Mirada arriba y afuera: m. recto superior
III-Motor ocular común Mirada hacia abajo y afuera: m. recto inferior.
Se debe inspeccionar el tamaño de las pupilas, su igualdad en la respuesta directa
y combinada a la luz y la acomodación.
IV-Troclear o patético Mirada hacia abajo y adentro: m. oblicuo superior.
Inspección facial: atrofia muscular. Palpación de los músculos mandibulares valoran-
do tono y fuerza con el paciente realizando oclusión forzada de la boca. Se debe
V-Trigémino comprobar el dolor superficial y la sensación táctil en los 3 tercios faciales (V1-V2-
V3). Se debe comprobar el reflejo corneano.
VI-Motor ocular externo Mirada hacia afuera: m. recto lateral.
Simetría de los rasgos faciales en múltiples expresiones. Se debe corroborar la capa-
VII-Facial cidad para identificar al gusto el dulce y salado en los lados de la lengua.
Se debe hablar en voz baja al paciente e identificar su grado de percepción. Se
VIII-Acústico compara la conducción del sonido ósea y aérea (prueba del diapasón) y se debe
identificar lateralización de los sentidos.
Capacidad para la identificación del gusto amargo. Presencia de reflejo nauseoso y
IX-Glosofaríngeo la capacidad de la deglución.
Simetría durante la fonación y durante la fase motora del reflejo nauseoso de la
X-Vago úvula, y el paladar. Capacidad de deglución.
Se evalúa el trapecio encogiendo los hombros contra resistencia y el m. esternoclei-
XI-Espinal accesorio domastoideo girando la cabeza a ambos lados contra resistencia.

92 Semiología del paciente crítico:


Par Craneano Técnica de exploración
Inspección de la lengua dentro y fuera de la boca (simetría, temblor , atrofia),
valoración de los movimientos hacia la nariz y mentón. Se evalúa la fuerza de la
XII-hipogloso lengua palpando la mejilla del paciente mientras éste la empuja con la lengua. Se
determina la calidad de los sonidos linguales (l,t,d,n).

Las alteraciones de los signos vitales dos con desplazamiento de estructuras


conocida como la “respuesta de Cus- encefálicas (ver valoración en tabla 2.)
hing”, que consiste en bradicardia, hi-
pertensión arterial y bradipnea es una Papiledema:
manifestación la cual es variable y su pre- Es el resultado del aumento de la pre-
sentación clásica solo se encuentra en sión sobre la envoltura del nervio óptico
el 20% de los pacientes El deterioro del lo que lleva a disminución del flujo axo-
estado de conciencia es secundario a la plásmico; se encuentra al examen ocular
disfunción bihemisférica difusa asociada a por técnica de fondo de ojo. Se carac-
el aumento en la presión endocraneana teriza por la pérdida en la definición del
(usualmente mayor a 20-30 mmHg) que disco óptico, los vasos centrales son em-
lleva a compromiso del flujo sanguíneo pujados hacia adelante y las venas pre-
cerebral o por compresión del sistema senta ingurgitación, las pulsaciones veno-
activador reticular ascendente. Los pares sas no son visibles y no son inducibles al
craneanos se ven alterados usualmente ejercer presión ocular, también se pue-
por fenómenos compresivos relaciona- den encontrar hemorragias venosas (5).

La clínica y la monitoria invasiva 93


Síndromes de herniación cerebral: lacionada con la fosa media dando
La formación de un gradiente de como resultado un desplazamiento
presión que se observa en la hiperten- del hipocampo en dirección medial
sión endocraneana genera el desplaza- comprimiendo el uncus y el mesen-
miento de las estructuras contenidas en céfalo contra la escotadura del Ten-
el cráneo según el vector de presión lo torio. En su etapa temprana hay di-
cual genera unas manifestaciones clíni- latación de la pupila ipsilateral con
cas descritas a continuación: pérdida de la reacción a la luz por
compresión directa del III par; en la
• Síndrome de hernia cerebral central: etapa tardía hay oftalmoplejia exter-
es secundario a lesiones supraten- na completa con deterioro progresi-
toriales o extracraneales que di- vo de la conciencia hasta el coma (3).
rigen al mesencéfalo a través de • Hernia del cíngulo: hay desplazamien-
la escotadura tentorial generando to de tejido por debajo del borde
presión de forma progresivo per- libre de la hoz del cerebro com-
mitiendo diferenciar distintas etapas prometiendo el cuerno del ventrí-
en su evolución: la etapa diencefáli- culo lateral. Es frecuente en pacien-
ca en la que se observa un deterio- tes con lesiones frontales, las cuales
ro progresivo y rápido del estado también se asocian a zonas de is-
de conciencia asociado a alteracio- quemia secundarias a compresión
nes del patrón respiratorio (respi- del la arteria cerebral anterior (3).
ración de Cheyne Stokes) y pupilas • Herniación de las amígdalas cere-
mióticas reactivas a la luz. La etapa belosas: se presenta en pacientes
mesencefalopontina en la que apa- con lesiones de fosa posterior y en
rece pupilas fijas en posición media, aquellos en que las hernias uncales
rigidez asociada a descerebración o centrales han progresado sin que
con desaparición de la respues- se hiciera ninguna intervención. Lo
ta oculocefalogira y oculovestibu- que sucede es el desplazamiento
lar debido a compromiso del ta- de las amígdalas cerebelosas a tra-
llo cerebral. Finalmente en la etapa vés del foramen magno generan-
bulbar encontramos midriasis con do compresión medular directa y la
ausencia completa de los reflejos muerte (3).
oculocefalogiros y oculovestivulares
en presencia de respiración atáxica, Clasificación clínica:
hipotensión y bradicardia (3). El TCE se puede clasificar según: A. me-
• Síndrome de hernia cerebral uncal: en canismo del trauma. B. gravedad del
este caso la lesión se encuentra re- trauma. C. morfología de la lesión.

94 Semiología del paciente crítico:


Tabla 3. Clasificación del tce (4)

Cerrado Alta velocidad


Penetrante Baja velocidad
Choque en automóvil.
Mecanismo Herida por proyectil por arma
Caídas.
de fuego
Otras heridas penetrantes.
Leve Puntaje en ECG de 14-15.
Gravedad Moderado Puntaje en ECG de 9-13.
Severo Puntaje en ECG de 3-8.
Fracturas del cráneo Bóveda Lineal / estrellada
Lesiones intracraneanas Base Deprimida /deprimida
Abierta/cerrada
Focales Con o sin fuga de LCR
Difusas Con o sin parálisis del VII par.
Hematomas
Morfología
Epidurales
Subdurales
Intracerebrales
Concusión leve
Contusión clásica
Daño axonal difuso

Fracturas de cráneo: están en la fosa media secundaria a la


El patrón de la fractura puede sugerir ruptura de la arteria meníngea media
el mecanismo del trauma, por ejemplo con un posterior desprendimiento de la
las fracturas lineales están relacionadas duramadre adherida a la tabla ósea; este
con un mecanismo en el cual se ve in- mismo mecanismo puede desarrollarse
volucrado un proyectil de gran masa con
gran área de contacto con el cráneo, las
fracturas deprimidas son propias de pro-
yectiles pequeños de alta velocidad. De
forma independiente, si hay fractura del
cráneo se debe pensar que el trauma
fue de gran magnitud y por lo tanto el
paciente amerita observación y estudio.

Hematoma epidural:
Presente en el 2-9% (7) de los trau-
mas craneoencefálicos, generalmente Se observa como una imagen biconvexa densa entre
la tabla ósea y el cerebro.7

La clínica y la monitoria invasiva 95


en la fosa anterior y la posterior como recubiertas por membranas, encontran-
consecuencia de la lesión estructuras dose en un 25% de los casos de los cu-
vasculares epidurales en estas áreas. ales del 20-30% son bilaterales. Son más
frecuentes en hombres entre la quinta
Hematoma subdural agudo: y sexta década, secundarias a golpe di-
Generalmente está asociado a le- recto o por el efecto de la asceleración
sión cerebral severa y se presentan en que genera movimiento del cerebro
las primeras 72 horas tras la ruptura de con ruptura de las venas puente de
venas que traspasan el espacio subdu- la región parasagital produciendo una
ral con el trauma; alcanza una inciden- hemorragia pequeña que se acumula
cia del 30% en trauma craneoencefálico de forma progresiva. Son de difícil in-
severo y con una mortalidad del 60%. terpretación ya que se asocian a altera-
Usualmente están acompañados de la- ciones de orden psiquiatrico y de la es-
ceraciones, contusiones, hematomas in- feramental; en pacientes jóvenes inician
tracerebrales y edema cerebral (7). con cefalea que progresa a sindromes
de hipertensión endocranena.
Hematoma sudural crónico:
Corresponden a colecciones de san- Hemorragia intracraneal:
gre entre la duramadre y la aracnoides Son el resultado de multiples zonas
de contusión que confluyen. En per-

Las lesiones agudas usualmente son hiperdensas, sin


embargo su densidad puede ser mixta en ocasiones. Se Consiste en una imagen semilunar entre el tejido
hacen menos densas conforme pasa el tiempo llegan- cerebral y el hueso, su densidad puede ser mayor o
do a ser de la misma densidad al cerebro. Es usual menor respecto al tejido cerebral, en el primer caso
encontrar lesiones como contusiones o laceraciones en corresponde a la presencia aun de componentes san-
el cerebro subyacente, ocasionalmente también hay guineos y en el segundo es por presencia de produc-
desplazamiento de la línea media y la dilatación del tos de degradacion de la sangre tanto del compo-
ventrículo contralateral es de mal pronóstico (8). nente celular como proteico (8).

96 Semiología del paciente crítico:


sonas de edad son de aparición tardía celular de glucosa. La presentación clínica
entre 48 y 72 horas posterior al trau- usual es confusión, cefalea y amnesia del
ma. Cuando su localización es en la ve- evento (7,8).
cindad de los ganglios basales es pro-
ducto del cercenamiento de los vasos Contusión cerebral (clásica):
perforantes. Tambien se encuentran re- Se produce cuando la masa encefálica
lacionados con fracturas deprimidas las se golpea contra el cráneo, por lo que se
cuales las causan. Su cuadro clinico de- observa en los polos frontal, temporal
pende de su localizacion, tamaño y es- y occipital. En estas zonas, posterior al
tructuras que desplaza. trauma hay caída del flujo sanguíneo du-
rante las horas iniciales, con hiperemia y
edema secundarios. Típicamente hay le-
sión del parénquima cerebral sin lesión
de la piamadre, cuando esta está lesio-
nada se produce una laceración cere-
bral. Su manifestación clínica va a depen-
der de su extensión y efecto de masa.

Se observan de mayor densidad al parenquima ad-


yacente con edema circundante y desplazamiento de
las estructuras encefálicas (8).

Concusión cerebral leve:


La concusión cerebral leve hace re-
ferencia a la interrupción de la función
neuronal en relación con un trauma crá- Se observa alta densidad en el parénquima cerebral
neo encefálico. Las imágenes con la TAC con edema cerebral a las 48-72 horas del trauma
o la RMN no demuestran alteraciones inicial. Pueden existir imágenes de contusión con
sin embargo los estudios como el PET, fracturas contralaterales que sugiere un patrón de
demuestra alteraciones en el consumo contragolpe (8).

La clínica y la monitoria invasiva 97


Daño axonal difuso: que los pacientes que la padecen pre-
Se da por mecanismos de acelera- sentan alteraciones prolongadas del es-
ción y desaceleración de los hemisferios tado de conciencia (9).
cerebrales, que al acelerarse sobre la lí-
nea media producen ruptura de axones Clasificación del traumatic coma
con pequeñas hemorragias que alcan- databank:
zan hasta el tallo cerebral. Su principal Esta clasificación se rige por los hallaz-
característica semiológica consiste en gos escenográficos (10).

Lesión difusa I: TAC normal (8). Lesión difusa III: edema. Cisternas comprimidas o
ausentes con desviación de la línea media entre 0
y 5 mm sin lesión de densidad alta o mixta mayor
de 25 cc (8).

Lesión difusa IV: Desviación. Desviación de la línea


media mayor de 5 mm sin lesión de densidad alta o
mixta mayor de 25 cc (8).

Lesión difusa II: cisternas presentes con desviación de


la línea media entre 0 y 5 mm; lesiones de diferente
densidad menores de 25 cc (8).

98 Semiología del paciente crítico:


Importancia de la
clasificación del trauma
craneoencefálico
La Escala de Coma de Glasgow -en ade-
lante, ECG- es la herramienta más di-
fundida y usada para la clasificación del
trauma craneoencefálico, sin embargo
para asegurar su fidelidad se debe apli-
car de una forma estándar a través de la
interacción con el paciente, por lo tan-
to solo debe aplicarse una vez se haya
realizado la reanimación inicial o se sus-
penda la medicación en el paciente bajo
sedación (11). Estudios adelantados han
Masa excavada: cualquier tipo de masa evacuada (8). mostrado que el punto en el cual hay
mayor grado de discordancia, es en el
momento de definir la calidad del movi-
miento (normal vs. anormal) al compa-
rar poblaciones de personal médico, pa-
ramédico y de enfermería; por otro lado
los trabajos que comparan la sumatoria
total al final de aplicar toda la escala por
parte de observadores expertos y no
expertos muestran grados de concor-
dancia que fluctúan entre el 88,5 al 98%,
siendo más concordantes al comparar
poblaciones de expertos (11).
Se han creado otras escalas de clasi-
ficación que van muy ligadas al estado
de conciencia (como por ejemplo la es-
cala de comprensión del nivel de con-
Masa no excavada: cualquier tipo de masa mayor de ciencia), al nivel de respuesta, a la pre-
25 cc o no evacuada (8).
sencia de amnesia, etc. Sin embargo al
igual que con la ECG, no se ha desarro-
llado estudios suficientes que puedan
ser incluidos en un análisis epidemioló-
gico que demuestre que la aplicación de
una escala u otra tenga una repercusión

La clínica y la monitoria invasiva 99


a favor de los pacientes respecto a un resultado de estados de hipoperfusion
desenlace determinado. cerebral. Por tal motivo se han realiza-
Teniendo en cuenta lo anterior, se do modelos de predicción en los cuales
sugiere que la escala a utilizar debe ser se combinan el GMS y la reacción pu-
aquella que el equipo conozca y con la pilar, mediante análisis retrospectivos se
cual esté familiarizado utilizando el mis- ha demostrado que tienen una estrecha
mo método o escala durante el abor- relación entre sus hallazgos y los posi-
daje inicial como durante todo el segui- bles desenlaces de los pacientes; esto se
miento del paciente. Sin embargo no hace visible al encontrar fuerte relación
hay que olvidar que la ECG es fácil de entre las observaciones encontradas
usar, además de ser la forma más utili- por el GMS y la reacción pupilar y los
zada a nivel mundial para la clasificación resultados en los pacientes al ser ana-
del trauma craneoencefálico, lo cual le lizados a la luz del Glasgow Outcome
da valor sobre el resto de las escalas. Score a los seis meses, lo cual da como
Respecto a los pacientes que por resultado que la probabilidad de un
la severidad del trauma o el requeri- desenlace desafortunado se incrementa
miento de sedación no es posible apli- de forma dramática cuando el GMS dis-
car toda la escala de Glasgow, hoy en minuye (OR 1.74-7.48) (13).
día es claro que el componente de eva-
luación motora (Glasgow Motor Sco- Conclusión
re-GMS) puede reemplazar a toda la Es de gran importancia conocer la los
escala, al aplicarse en modelos de pre- hallazgos semiológicos asociados al
dicción (12). Por otro lado la reacción trauma ya que estos son las palabras
pupilar está relacionada en forma in- que el paciente muchas veces no puede
versa con la mortalidad encontrándo- expresar, y dependiendo de su interpre-
se que la pobre reacción pupilar no es tación, también dependerá el abordaje
solo secundaria a fenómenos compre- y el tratamiento; pero en no pocas oca-
sivos (ej:hernia uncal) sino también el siones será el interrogatorio, la inspec-

Tabla 4. GOS
GOS 1 Buena recuperación Desarrollo de vida normal a pesar de pequeños déficits.
Incapacidad leve sin embargo paciente independiente. Pue-
GOS 2 Incapacidad moderada
de trabajar.
Consiente pero incapacidad que lo hace dependiente para
GOS 3 Incapacidad severa
su soporte diario.
GOS 4 Estado vegetativo persistente Nula responsabilidad
GOS 5 Muerte No supervivencia

100 Semiología del paciente crítico:


ción, el examen físico etc. lo que no po- 7. Marx: Rosen´s Emergency Medici-
drá darnos idea de cuál será el futuro ne: Concepts and Clinical Practice,
más probable de esa persona que soli- 6th Ed.
cita atención. 8. Adam: Grainger & Allison`s Diag-
nostic Radiology, 5th Ed.
Referencias 9. Sahuquillo J, Poca MA. Diffuse axo-
1. Langlois JA,Rutland-Brownw, Tho- nal injury after head trauma. Adv
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for Disease Control and Preven- of head injury base don compu-
tion, National Center for Injury Pre- jtarized tomography. J Neurosurg
vention and Control; 2006 75:562-564,1992
2. Guzman F. Fisiopatología del trau- 11. Valadka A. Andrews B. Neurotrau-
ma craneoencefálico: Colombia ma. Evidence-Based Answers to
Médica. Versión online;2007 Common Questions. What is the
3. Peña G. Jiménez E.: Traumatismos best way to assess and Classify
Craneoencefálicos (capitulo) en Head-Injured Patients?. 2005.
Toro J. Vallejo E. (Eds.). Tratado de 12. Healey C, Osler TM, Rogers FB, Hea-
Neurología Clínica. Lerner; 1994. ley MA, Glance LG, Kilgo PD, Shac-
4. Comité de Trauma del Colegio kford SR, Meredith JW.Trauma. 2003
Americano de Cirujanos. Programa Apr;54(4):671-8; discussion 678-80
Avanzado de Apoyo Vital en Trau- 13. Marmarou A. Lu J. Butcher I.
ma Para Médicos-ATLS. 7 ed. McHugh G. Murray G. Steyerberg
5. Seidel H. Ball J. Dains J. Benedict G. E. Prognostic Value of the Glasgow
Manual de exploración Fisica. 3 ed. Coma Scale and Pupil Reactivity in
Version en español. Traumatic Brain Injury Assessed Pre
6. Niño M. Ferrer L. Neuroanestésia, Hospital and on Enrollmente: An
Enfoque Perioperatorio en el Pa- IMPACT Analysis. Journal of Neuro-
ciente Neurológico. 2005. trauma. Vol 24 (2) 2007.

La clínica y la monitoria invasiva 101


102 Semiología del paciente crítico:
Semiología neurológica en el paciente crítico

Dr. Juan Antonio Becerra Suárez1

L a función primordial del Sistema


Nervioso es asegurar las funciones
de control del organismo. Para ello reci-
Cuidados Intensivos –en adelante, UCI–
es deficiente, a pesar de tener una alta
prevalencia de disfunción neurológica. El
be miles de datos de información pro- origen de esta situación suele ser muy
cedentes de las diferentes partes del variado y se podría resumir en los si-
cuerpo y del exterior, para luego inte- guientes puntos:
grarlos y generar las respuestas ade-
cuadas; su anomalía se puede detectar 1. La creciente limitación curricular de
mediante una rigurosa exploración neu- los médicos que acceden a fellow o
rológica, de tal suerte que se podrá rea- residencias en medicina crítica.
lizar un diagnóstico. Con base en él se 2. La dificultad en la valoración y evolu-
utilizarán las pruebas complementarias ción de pacientes ventilados y restrin-
de un modo dirigido y no a ciegas, es gidos, a menudo bajo intensos esque-
decir, como complemento del diagnós- mas de sedación y relajación y,
tico inicial de presunción, con el fin de 3. La errónea creencia que la paraclínica y
demostrar la enfermedad sospechada o los métodos complementarios de diag-
a descartar patologías de un modo ra- nóstico altamente sofisticados, de los
zonado y razonable. El diagnóstico neu- cuales se disponen, pueden reemplazar
rológico incluye una serie de pasos que a un buen examen clínico neurológico.
deben seguirse secuencialmente. 1 Si bien es cierto los elementos de mo-
Lamentablemente con una inusita- nitoreo son imprescindibles para antici-
da frecuencia la exploración neurológi- par eventos graves de no corregirse las
ca de los pacientes de las Unidades de variables que ellos informan, no subs-
tituyen al examen clínico neurológico
1 Neurocirujano Universidad del Rosario.
Bioeticista Pontificia Universidad Javeriana. que por el contrario es parte integral
Profesor Titular de Neurocirugía y Bioética de un diagnóstico clínico (2).
Fundación Universitaria de Ciencias de la Sa-
lud. Jefe Servicio de Neurocirugía Hospital 2 Lovesio, Carlos. Medicina Intensiva. Editorial
de San José Bogota. el Ateneo, Buenos Aires. 2001 p 1-33

La clínica y la monitoria invasiva 103


El examen neurológico tiene mayor nes en la formación reticular o en los
utilidad cuando se efectúa de mane- hemisferios cerebrales pueden originar
ra sistemática y minuciosa, exige datos una reducción en el estado de vigilia.
pertinentes del interrogatorio (anam- El contenido de la conciencia o lucidez
nesis) y evolución del paciente antes del depende de la integridad funcional de
ingreso a UCI o al hospital. A continua- la corteza cerebral y de sus conexiones
ción se describirá como se ha de efec- subcorticales. La evaluación del conte-
tuar un examen ordenado y los datos nido de la conciencia puede estar par-
más relevantes que se pueden obtener cialmente alterada y entonces podemos
de la exploración semiológica realizada. hablar de “perdida fraccionada del con-
Cuando se habla de realizar el exa- tenido de la conciencia”(2).
men neurológico del paciente crítico in- Entre las alteraciones agudas del es-
mediatamente se piensa en la concien- tado de conciencia se reconocen: ob-
cia, expresión del estado funcional del nubilación de la conciencia, delirio, estu-
Sistema Nervioso Central –en adelan- por y coma. Las alteraciones subagudas
te, SNC–. La conciencia es el estado de o crónicas de la conciencia incluyen de-
alerta máxima y de conocimiento que mencia, hipersomnia, abulia, mutismo
el individuo tiene de sí y de su entorno, aquinético, estado de mínima concien-
de ella dependen las relaciones con las cia, estado vegetativo y muerte cerebral.
demás personas, su desarrollo y su afec- La obnubilación de la conciencia –
tividad (sentimientos, emociones) (3). término que es preferible sustituir por
De acuerdo con esta definición, son cla- somnolencia– se aplica a una minima
ras dos situaciones: el paciente no res- dificultad para estar alerta y totalmen-
ponde al examinador en caso de altera- te orientado, a menudo se asocia con
ción orgánica de sus funciones mentales agitación psicomotora e irritabilidad las
superiores y/o simplemente no tiene la cuales alternan con somnolencia.
voluntad de contestar. De esta mane- El término delirio proviene del latín
ra, el estar conciente lleva a contemplar delirium – estar fuera de la realidad – es
dos aspectos: el nivel de la conciencia un estado mental florido caracterizado
(estado de vigilia o de despertar) y el por distorsión de los estímulos senso-
contenido de la conciencia (reconoci- riales, claridad del pensamiento y altera-
miento que el individuo hace de sí mis- ciones del comportamiento a menudo
mo y de su entorno). La conciencia es asociado con alucinaciones.
función de la formación reticular ascen- El estupor, del latín stupor –estar dor-
dente y, por consiguiente, las alteracio- mido– es una condición de sueño pro-
fundo o similar, sin comportamientos
3 Possner & Plump. Diagnosis of stupor and
controlados, el sujeto se alerta ante un
coma. Fourth Edition Oxford University
Press 2007, 3-37. estímulo vigoroso y continuo, a menudo

104 Semiología del paciente crítico:


de tipo nociceptivo. Una vez se suspen- cunstancia que sirve para verificar su in-
de vuelve a profundizar el sueño. Debe teracción con el examinador.
hacerse diagnóstico diferencial con una La demencia es un estado en el cual
depresión profunda o efecto de medi- hay pérdida paulatina y progresiva de
camentos sedantes o depresores. las facultades mentales superiores, con
En el coma delel griego κωμα que etiologías diversas (vascular, Alzheimer,
significa sueño profundo o trance, está degenerativa, etc.). Se debe documen-
completamente afectada la vida de rela- tar la pérdida insidiosa de la memoria,
ción del individuo con grados variables (inicialmente reciente y posteriormente
de compromiso vegetativo. Ni aún los mediata y remota), dificultad en nuevos
estímulos nociceptivos intensos logran aprendizajes, alteraciones en el lenguaje,
alertar al enfermo. Puede presentar res- diversos tipos de apraxia, agnosia e im-
puestas motoras estereotipadas de las posibilidad para la planeación, prospec-
extremidades, pero no localiza el sitio ción, abstracción, introspección, autocrí-
del estímulo, frecuentemente el exami- tica y secuenciación.
nador puede percibir actitudes en de- La hiperinsomnia es un estado carac-
corticación o descerebración. terizado por un sueño excesivo pero de
El llamado locked-in syndrome, síndro- características normales; el sujeto al ser
me de cautiverio o enclaustramiento es estimulado se mantiene alerta y orien-
un estado en que los pacientes sufren tado por períodos cortos de tiempo. Es
desaferentación, resultando en paráli- una condición que puede resultar de
sis de todas las extremidades y pares daño en el hipotálamo o de alteracio-
craneales bajos. Hay descripciones del nes metabólicas.
síndrome desde el siglo XIX, pero es La abulia, del griego αβουλία –pérdi-
reconocido como tal desde 1966. Los da del deseo– es una condición de apa-
pacientes aparentan estar en coma por tía en que el paciente responde lenta-
lo que la agudeza y destrezas del médi- mente a los estímulos verbales, por lo
co se ponen a prueba para determinar general no inicia una conversación o ac-
el grado de alerta del paciente. Para ello tividad motora espontánea. Cuando ha
debe buscar las formas óptimas de co- sido estimulado convenientemente la
municación, que en cada caso son parti- función mental es normal y permane-
culares. La causa mas frecuente del sín- ce absolutamente alerta. Habitualmente
drome es una lesión tegumentaria basal está en relación con alteraciones bila-
de la parte media de la protuberancia terales en la función de lóbulo frontal y
que interrumpe el control cortical de cuando es muy severa puede convertir-
las funciones motoras. Estos pacientes se en mutismo aquinético.
a menudo conservan el control de los El mutismo aquinético es un término
movimientos oculares verticales, cir- que denota “aparente estado de alerta,”

La clínica y la monitoria invasiva 105


pero el sujeto no interactúa con el me- La formación reticular ascendente
dio, permanece inmóvil y sin voluntad. Se contiene vías colinérgicas y glutaminér-
pierde la actividad motora espontánea. gicas originadas en la protuberancia y el
Estos enfermos por lo regular presentan mesencéfalo, adrenérgicas originadas en
lesiones vasculares (arterias coroideas el locus ceruleus, serotoninérgicas y do-
y/o mesencefálicas anterior y posterior). paminérgicas en el tallo cerebral e hista-
El estado de mínima conciencia es minérgicas en el hipotálamo. Muchas de
un concepto recientemente desarrolla- estas neuronas convergen en el tálamo,
do por el grupo de Aspen y consiste en el cual envía proyecciones a la corteza
una condición de severo compromiso cerebral. Los sitios de alteración que
de la conciencia, con mínimos pero de- pueden inducir coma son: Los hemis-
finidos comportamientos que eviden- ferios cerebrales y el tallo cerebral. Las
cian alguna autonomía del sujeto (son- lesiones focales de los hemisferios cere-
reír, llorar, dar muestras de interés ante brales pueden producir afasias, apraxias,
determinados familiares, etc.). agnosias, defectos motores o sensitivos;
Los pacientes en estado vegetativo por el contrario las lesiones talámicas
permanecen por largos períodos con inducen coma.
apertura ocular espontánea, pero sin in- Las causas fisiopatológicas que pue-
teractuar con el medio ambiente o el den generar coma son:
examinador. El electroencefalograma
muestra ciclos de sueño y vigilia. Gene- 1. Lesiones expansivas o destructivas su-
ralmente se asocia a severo daño me- pratentoriales.
sencefálico. Cuando la condición supera 2. Lesiones destructivas o expansivas in-
los treinta días se habla de estado vege- fratentoriales.
tativo permanente (antes denominado 3. Encefalopatías metabólicas, tóxicas,
coma vigil o estado aphalico). etc.

Cuadro 1. Escala de Ramsay

NIVEL CARACTERÍSTICAS
1 paciente despierto, ansioso, agitado o inquieto
2 paciente despierto, cooperador, orientado y tranquilo
3 paciente dormido con respuesta a ordenes
4 paciente dormido con respuestas breves a la luz y el sonido
5 paciente dormido responde solo al dolor
6 paciente no responde a ningún estimulo (luz, sonido o dolor).

Adaptado de Ramsay, 1974

106 Semiología del paciente crítico:


Al tiempo que se registran las ano- Se observará el estado de las pupilas,
taciones en la historia clínica respecto su simetría (isocoria), y su reactividad. El
al estado de la conciencia del pacien- iris tiene una doble inervación: las fibras
te, es conveniente anotar si este se ha- del esfínter tienen eferentes parasimpá-
lla bajo el influjo de drogas depresoras ticos del ganglio ciliar, en tanto que las
del SNC (barbitúricos, opiáceos, benzo- radiales eferentes simpáticos provenien-
diacepinas, etc.) o de relajantes muscu- tes del ganglio cervical inferior. Ante el
lares. Para el efecto hemos encontrado estímulo fotomotor directo la respuesta
útil el emplear la escala de Ramsay que es la contracción pupilar (miosis) simi-
se resumen en el Cuadro 1: lar respuesta se debe obtener cuando
En cuanto a la interpretación de los se busca el reflejo fotomotor cruzado o
signos vitales, cabe anotar aquí, que en reflejo consensual; con él se examina la
las fases iniciales de un síndrome de hi- integridad mesencefálica a nivel del nú-
pertensión endocraneana el pacien- cleo de Edinger Westphal (fibras para-
te tiende a la taquicardia, taquipnea y simpáticas). La vía aferente del reflejo es
a las tensiones arteriales divergentes a el II par y la eferente el III par, una altera-
expensas de la tensión arterial sistólica. ción en la respuesta pupilar puede estar
Cuando se va agotando la compliance dada por daño en las vías aferentes o
cerebral ocurre la bradicardia, la con- eferentes, en este último caso se asocia
vergencia de las cifras de tensión arte- el examen a ptosis palpebral y/o com-
rial, y las diferentes alteraciones en el promiso de la motilidad ocular por daño
ritmo respiratorio, todos ellos signos de en el III par. La acción de medicamentos
compresión o degradación del tallo ce- puede alterar el tamaño pupilar: los nar-
rebral (Figura 1). cóticos y sedantes tienden a producir
Se continúa el examen con la explo- miosis en tanto que los anticolinérgicos
ración de los pares craneales (Cuadro como la belladona o los derivados tri-
2). En un paciente bajo intensa seda- cíclicos generan midriasis. Medicaciones
ción y/o en coma es posible la explora- adrenérgicas como la adrenalina, la no-
ción de la mayoría de ellos, exceptuan- radrenalina o la dopamina pueden gene-
do el I par. rar parálisis persistente (Cuadro 3).

La clínica y la monitoria invasiva 107


Cuadro 2. Pares craneales

  Exploración Signos de lesión


Anosmia, disosmia, en casos de meningiomas del
I. N. Olfativo No se suele explorar surco olfatorio y traumatismo craneoencefálicos
con rotura de la lámina cribosa etmoidal
Ceguera, ↓ de agudeza visual, hemianopsia ho-
Agudeza y perimetría visual, fun-
II. N. Óptico mónima bitemporal en lesiones centrales del
doscopia
quiasma
Pupilas: simetría, tamaño, forma,
reactividad a reflejos fotomoto,
Ptosis, ojo en reposos desviado hacia afuera y
III: N. Oculomotor consensuado y de acomodación.
bajo. Midriasis si se lesionan sus fibras parasi-
común Motilidad ocular extrínseca (recto
máticas
superior, inferior y medial, oblicuo
inferior) y elevación del párpado.
Ojo en reposo desviado hacia afuera y arriba. Pro-
Motilidad ocular extrínseca (oblicuo
IV. N Troclear duce característicamente diplopia vertical que au-
superior)
menta al mirar hacia abajo, (leer o bajar escaleras)
Sensorial: tres ramas (sensibilidad
de la carac). Reflejo corneal. Motor:
Hipoalgesia facila y debilidad de los músculos
V. N. Trigémino maseteros, temporales y pterigoi-
correspondientes
deos (masticación y lateralización
de la mandíbula)
VI. N. Oculomotor Motilidad ocular extrínseca (recto
Ojo en reposo desviado hacia adentro
externo externo
Interesa determinar si la parálisis es central o su-
VII. N. Facial Motilidad de la musculatura facial pranuclear (se respeta la mitad superior de la cara)
o periférica nuclear (se afecta toda la hemicara)
Se explorará la porción coclear o au-
ditiva y la vestibular (maniobras ocu- Hipoacusia (lesión n. auditivo). Vértigo (lesión n.
VIII. N. Estatoacústico
locefálicas, índices de Barany, marcha vestibular)
en estrella y pruebas calóricas)
Se explorarán juntos. Sensibilidad y
Desviación de la úvula y paladar hacia el lado
IX. N. Glosofaríngeo motilidad velopalatina. Reflejo nau-
lesionado
seoso
X. N. Vago    
Esternocleidomastoideo y porción
XI. N. Espinal Paresia de los músculos implicados
superior del trapecio
XII. N. Hipogloso Motilidad de la lengua Desviación de la punta hacia el lado lesionado

108 Semiología del paciente crítico:


Figura 1. Resumen de las alteraciones respiratorias en el paciente comatoso

Resumen de las alteraciones parte medial del mesencéfalo. Pupilas


respiratorias en el paciente pequeñas de 1.5 a 2 mm. y fijas pueden
comatoso (5) estar representando un daño póntico. Es
importante resaltar que el reflejo pupi-
1. Respiración de Cheyne Stokes. lar permite, por lo general, distinguir en-
2. Hiperventilación neurógena central. tre el coma metabólico y el estructural;
3. Apneusis. en el primero, muy raras veces hay afec-
4. Respiración agrupada (cluster – respi- tación de la respuesta pupilar a la luz.
ración de Biot). Parte importante del examen del II
5. Respiración atáxica. par es la fundoscopia o examen del fon-
do del ojo, el cual permitirá descubrir
Cuando se encuentra una midriasis borramientos papilares o papiledema,
bilateral y las pupilas son fijas, no reac- atrofia del nervio óptico, hemorragias,
tivas el daño puede encontrarse en la exudados u otros hallazgos que permi-

La clínica y la monitoria invasiva 109


Cuadro 3 Patologías y medicaciones que pueden afectar la motilidad ocular del paciente en coma

Lesiones vestibulares periféricas, incluyendo agentes ototóxicos, aminoglucócidos, diuréticos de asa,


1
altas dosis de salicilatos, citostáticos.
Drogas que suprimen el sistema vestibular: sedantes, antiepilépticos, antidepresivos tricíclicos, alcohol,
2
sedantes vestibulares.
Desórdenes oculomotores infranucleares o supranucleares con oftalmoplejia externa: miopatías endo-
3
crinas, Miller Fisher, botulismo.
Agentes tóxicos que producen alteraciones en la motilidad ocular actuando en el tallo cerebral o en
4
el cerebelo: amitriptilina, haloperidol, litio, talio, opiáceos, bromuros, barbitúricos.
5 Bloqueadores neuromusculares
6 Comas metabólicos: coma hepático, hipercapnia

tirán en un momento dado establecer puede tratarse de lesiones del tallo ce-
un diagnóstico etiológico (hipertensión, rebral en los núcleos de origen de los
diabetes, patología selar, hipertensión nervios o en la cintilla longitudinal me-
endocraneana etc.). dia. El vagabundeo o bobbing ocular se
La motilidad ocular puede ser explo- observa frecuentemente en lesiones
rada en forma activa convencional en el pónticas agudas.
paciente conciente o de forma pasiva en Para verificar el estado del puente y
el paciente con alteraciones de la con- bulbo se realiza las pruebas óculo ves-
ciencia. Es importante mencionar aquí tibulares o pruebas de Barany modifi-
que existen tres tipos de movimien- cadas. Previamente hay que cerciorarse
tos oculares: movimientos conjugados, de la integridad del conducto auditivo
movimientos sacádicos y convergencia externo y membrana timpánica, poste-
ocular. Ellos requieren del estímulo cor- riormente se procede a irrigar agua fría
tical, lóbulos frontales en sus áreas 6 y 8 y agua tibia en el conducto auditivo. La
de Brodman para los movimientos ho- respuesta es la generación de nistagmus
rizontales, formación reticular parame- hacia el lado contrario al sitio del estí-
diana y conexiones intrínsecas del tallo mulo en el caso del H2O fría y hacia el
respectivamente (2). mismo lado cuando se ha irrigado H2O
Para el examen de la motilidad ocu- caliente. Una falta de respuesta estaría
lar la cabeza debe ser desplazada en significando una alteración ponto bulbar
forma lateral y vertical, verificando la en los núcleos vestibulares.
motilidad de ambos ojos; antes de pro- El V par se puede examinar en su par-
ceder a realizar esta exploración es pre- te sensitiva mediante el tacto facial y en
ciso haber descartado lesiones de la co- su parte motora mediante el reflejo ma-
lumna cervical. Cuando hay afectación seterino. El reflejo corneano tiene como
de la motilidad ocular en forma bilateral vía aferente el V par y como eferente el

110 Semiología del paciente crítico:


Cuadro 4. Respuesta a diferentes reflejos del tallo cerebral

Técnica de Respuesta Via Tallo Via


Reflejos examen normal aferente cerebral eferente
Retina, II par, Núcleo Edinger
Respuesta Contracción pupilar III par.
Pupilas quiasma, tracto – Westphal.
a la luz directa y consensual
óptico Mesencéfalo
Los ojos se mueven Canales Núcleos vestibulares.
Movimiento de
en forma conjugada semicierculares. Fascículo longitudinal
Oculocefálicos cabeza lateral III-IV-VI pares
de acuerdo al Nervio medial. Formación
y vertical
movimiento vestibular reticular pontica
Canales Núcleos vestibulares.
Nistagmus con
semicirculares, Fasciculo longitudinal
Oculovestibu- Pruebas de componente rápido Nervios
nervio medio. Formación
lares Barany al lado contrario al oculomotores
vestibular reticular de
estímulo
(VIII par) protuberancia
Estimulación Núcleo de V y VII
Corneanano Parpadeo V par VII par
de la córnea pares. Protuberancia
Estimulación
Tos Tos IX y X pares Centros bulbares IX X pares
traqueal
Estimulación Arcada. Elevación
Nauseoso paladar blando simétrica paladar IX y X pares Bulbo IX y X pares
o faringe blando

VII; Para la exploración del VII par es im- El tono muscular se juzga por la palpa-
portante observar la simetría facial, lo ción de los músculos de las extremida-
que permitirá evidenciar parálisis peri- des y por la resistencia que oponen a
féricas (totales en la topografía facial) o los movimientos pasivos. Una resistencia
centrales, inferiores en la topografía fa- aumentada puede indicar hipertonía (ri-
cial y del lado contrario de la lesión. gidez: movimientos en “rueda dentada”,
Al explorar el reflejo de estornudo o espasticidad: movimientos en “navaja
se tendrá espacial atención en la sime- de muelle”), en tanto que la hipotonía
tría de la mímica facial. La simetría del puede denotar lesión de motoneurona
velo del paladar, úvula y lengua expresan inferior, lesión cerebelosa o efectos se-
la integridad del IX, X y XII pares, es im- cundarios de medicaciones (relajantes
portante verificar la existencia del refle- musculares, sedantes). Los movimien-
jo nauseoso y de tos. tos involuntarios, incluyendo los tem-
Para el examen motor se debe tener blores, atetosis, tics, coreas y mioclonías
en cuenta la actitud general del enfer- deben ser registrados cuidadosamente.
mo, el trofismo, tono y fuerza muscular. La pendulosidad, o movimiento de os-

La clínica y la monitoria invasiva 111


cilación libre de una extremidad pasiva- debe explorar en forma segmentaria,
mente desplazada está aumentada en la calificándola de acuerdo con el esque-
hipotonía y marcadamente reducida en ma de la Clínica Mayo (cuadro 5)
la rigidez extrapiramidal, algo menos en Es importante observar el grado de
la espasticidad. movimiento espontáneo del paciente
En los pacientes que tienen concien- verificando su simetría. En las lesiones
cia conservada la fuerza muscular se supratentoriales suele existir hemipare-

Cuadro 5. Calificación de la fuerza muscular

1 Ausencia de contracción muscular. Parálisis.


2 Fuerza suficiente para desplazar un segmento corporal, sin vencer la gravedad.
3 Se vence fuerza de gravedad pero no opone resistencia al examinador
3 Opone resistencia al examinador pero la fuerza esta disminuida.
5 Fuerza muscular normal.

Cuadro 6. Compromiso de la fuerza muscular según el tipo de lesión

Pérdida de
  Tono Atrofia Fasciculaciones Ataxia
fuerza
Lesión músculoespinal
Asta anterior Focal Fláccido Presente Presentes Ausente
Raiz nerviosa, plexo, Focal o Ocasionalmente
Fláccido Presente Ausente
n. periférico segmentaria presentes
Unión Generalmente Generalmente
Difusa Ausentes Ausente
neuromuscular normal ausente
Presente, pero
Músculo Difusa Fláccido más tarde Ausentes Ausente
que 1 y 2
Lesión
Ninguna o leve Rigidez Ausente Ausentes Ausente
extrapiramidal
Lesión cortico Generalizada,
Espástico Ausente Ausentes Ausente
espinal* incompleta
Ninguna (la ataxia
Lesión cerebelosa puede simular pérdi- Hipotónico Ausente Ausentes Presente
da de fuerza)
Extraña. Puede Puede
Con frecuencia
Trastorno psicógeno simular cualquier Ausente Ausentes simular
aumentado
tipo ataxia

112 Semiología del paciente crítico:


sia contralateral, en tanto que en las ce- se requiere de una buena cooperación
rebelosas la disminución del movimien- por parte del paciente. El déficit global
to se percibe en el mismo lado. Una y simétrico es muy característico de las
disminución de la motilidad espontánea polineurorradiculopatías (Síndrome de
en miembros inferiores puede tradu- Gullain Barré); el bilateral y asimétrico
cir una alteración medular toracolum- de las polimiositis, las miopatías y la ELA,
bar en tanto que las afecciones de la en tanto que los distales pueden sugerir
médula cervical originan cuadriparesia. alguna neuropatía.
(cuadro 6) La actitud de decorticación ocurre
La evaluación de la fuerza segmenta- por lo general cuando la lesión ocu-
ria en forma periódica permite deter- rre en mesencéfalo o por encima de él.
minar la evolución de los diversos pro- Consiste en una postura de hipertonía
cesos patológicos y a la vez indicar la generalizada con flexión de miembros
respuesta al tratamiento, sin descono- superiores y extensión de los inferiores.
cer su valor pronóstico. Evidentemente (cuadro 7).

Cuadro 7. Compromisos asociados a diferentes tipos de lesión

Movimientos Otros movimientos


  Reflejos anormales patológicos asociados
Lesión músculoespinal  
Ningunos, excepto
Asta anterior Disminuidos o ausentes Ausentes
facsiculaciones
Ningunos, excepto
Raíz nerviosa, plexo,
Disminuidos o ausentes poco frecuentes Ausentes
n. periférico
facsiculaciones
Unión neuromuscular Generalmente normales Ningunos Ausentes
Músculo Disminuidos Ningunos Ausentes
Lesión extrapiramidal Normales Presentes Ausentes
Reflejos de estiramiento hiperac-
Lesión cortico espinal* tivos. Reflejos superficiales dis- Ningunos Presentes **
minuidos o ausentes
Reflejos de estiramiento dismi- Temblor
Lesión cerebelosa Ausentes
nuidos o pendulares intencional
Reflejos de estiramiento norma-
les o exagerados, pero con su- Pueden estar
Trastorno psicógeno Ausentes
perficiales normales y sin carac- presentes
terísticas corticoespinales

La clínica y la monitoria invasiva 113


La rigidez de descerebración (She- o propiocepción: sentido de la posición
rrington) consiste en una postura exa- articular, del movimiento segmentario,
gerada con espasmo continuo de los tacto profundo, sentido de presión y vi-
músculos, especialmente de los exten- bración. El examen sensitivo es manda-
sores, el paciente yace en hiperexten- torio en los pacientes con trauma ra-
sión con rotación interna de las extre- quimedular y con lesiones medulares,
midades y traduce una lesión ponto para ello es imprescindible realizarlo en
bulbar por daño en la sustancia reticular orden y anotar cuidadosamente la dis-
inhibitoria. (cuadro 7). tribución metamérica del déficit encon-
Dentro del examen muscular se de- trado (ver mapa sensitivo) (Figura 2).
ben observar los temblores o movi- Cuando el paciente presenta esta-
mientos anormales que eventualmente dos alterados de la conciencia se debe
el paciente pueda presentar. La mayor constatar la integridad del haz espinota-
dificultad semiológica estriba en el diag- lámico y sus conexiones superiores ge-
nostico diferencial de movimientos in- nerando estímulos nociceptivos y ano-
voluntarios con crisis convulsivas, clo- tando la localización del sitio estimulado
nus espontáneos o fasciculaciones de o la retirada de la extremidad, así como
pequeños grupos musculares que no los gestos faciales de dolor.
alcanzan a desplazar la extremidad. El estímulo no debe generar huellas
(cuadro 8) en el paciente, razón por la cual reco-
Una vez realizado el examen muscu- mendamos presionar el lecho ungueal
lar se procede, si el estado de concien- del enfermo con el borde de las uñas
cia del paciente lo permite, a realizar el del examinador. Por ningún motivo se
examen de la sensibilidad. Debe incluir deben emplear objetos tales como mar-
la sensibilidad superficial: tacto, dolor, tillo de reflejos, esferográficos o llaves
temperatura y la sensibilidad profunda para ello; recordar que no constituye un

Cuadro 8. Tipos de movimientos anormales

Movimiento Caracteristica
Movimiento alternante con frecuencia mayor de 1 segundo (fino, amplio, regular, de
Temblor
reposo de actividad, etc)
Corea Movimiento amplio, irregular, inmotivado, va de distal a proximal.
Atetosis Movimientos de aleteo, lentos, raptantes
Desplazamiento brusco y súbito de la extremidad. Cuando es bilateral se denomina
Hemibalismo
galismo
Mioclonia Sacudidas rápidas y súbitas que pueden producir desplazamiento de la extremidad
Torsión También llamados espasmos, pueden originar deformidades esqueléticas.

114 Semiología del paciente crítico:


Figura 2. Dermatomas sensitivos

Mapa sensitivo

adecuado examen de la sensibilidad no- comprenden los cutáneos abdomina-


ciceptiva, y es una mala práctica médica les, abolidos en los pacientes con ciru-
el presionar lóbulos de las orejas, cartíla- gías abdominales, ancianos, multíparas y
go nasal, pellizcar los pezones o presio- obesos; igualmente están suprimidos en
nar con los nudillos de los dedos la piel los pacientes con afecciones de la vía pi-
de la región esternal ya que hemos visto ramidal. El reflejo cremasteriano se ex-
graves lesiones e incluso áreas de necro- plora estimulando la cara interna de los
sis en el sitio del estímulo. muslos, la respuesta usual es la elevación
Los reflejos se dividen en superficia- del escroto ipsilateral y en la mujer con-
les y profundos. Los reflejos superficiales tracción de los labios mayores, su centro

La clínica y la monitoria invasiva 115


integrador es L1 – L2. El reflejo glúteo ción de los receptores propioceptivos
consiste en la contracción del glúteo de los husos musculares, el mayor valor
desencadenada por la estimulación de la semiológico de ellos estriba en las asi-
piel de la nalga (L4 a S2). La estimula- metrías. La respuesta se evalúa ++ nor-
ción de la piel perianal genera contrac- mal, + hiporeflexia, +++ hioperreflexia
ción del esfínter anal y corresponde a y ++++ clonus.
la metámera S2, conjuntamente con el Como se ha visto a lo largo de los
reflejo bulbocavernoso (clitoridoanal en párrafos precedentes, el diagnóstico se-
la mujer) son de gran valor pronóstico miológico neurológico requiere una se-
en los traumatismos raqumedulares; su rie de pasos:
ausencia determina un peor pronóstico.
El reflejo plantar merece especial 1. Reconocer la función comprometida.
mención. Incorrectamente es llama- 2. Identificar qué sitio del sistema ner-
do “reflejo de Babinski”. Se efectúa un vioso esta afectado, es decir estable-
estímulo táctil en los dos tercios pos- cer la localización de la lesión
teriores del borde externo del pie el 3. Definir la etiología más probable en
cual debe producir como respuesta la el paciente.
flexión de los dedos. Cuando se pro- 4. Usar procedimientos tradicionales
duce una extensión del grueso artejo y para determinar cual es la causa de la
flexión de los demás o todos se extien- disfunción y sus probables diagnósti-
den en abanico se genera el signo de cos diferenciales.
Babinski, representativo de un daño en
la vía piramidal y homólogo al signo de El primer paso requiere de una bue-
Hoffman en las manos. na historia clínica y de un examen neu-
Los reflejos profundos o tendino- rológico cuidadoso. Una vez conclui-
musculares se generan por la estimula- do el examen neurológico, realizado

Cuadro 9. Respuestas reflejas

Reflejo Sitio de percusion Centro integrador


Masetero Barbilla Trigemino-trigeminal
Bicipital Tendón del bíceps C5 – C6
Tricipital Tendón del triceps C6 – C7 – C8
Radial Apófisis estiloides (tendón radial) C6
Cubital Tendón cubital C7
Patelar Tendón del cuadriceps L4
Tricipital Triceps sural L3
Aquiliano Tendon de Aquiles S1

116 Semiología del paciente crítico:


de una manera sistemática y cuidado- Referencias
sa se debe establecer un diagnóstico 1. Brazis Paul W., Masdeu J, Billerm T.
sindromático: Síndrome de hiperten- Localization in Clinical Neurology.
sión endocraneana, síndrome piramidal, Fifth Edition. Lipincott Williams &
síndrome medular, síndrome de moto- Wilkins. 2007.
neurona superior o inferior, síndrome 2. Lovesio, Carlos. Medicina Intensiva.
cerebeloso, etc. Editorial el Ateneo, Buenos Aires.
Dado el carácter organizacional es- 2001 p 1-33.
pacial y temporal del sistema nervio- 3. Possner & Plump. Diagnosis of
so es posible realizar a continuación un stupor and coma. Fourth Edition
diagnóstico topográfico bastante preci- Oxford University Press 2007, 3-37.
so, como por ejemplo: lesión ganglioba- 4. Chusid, Joseph G. Neuroanatomía
sal derecha, lesión hemisférica izquier- Correlativa y Neurología Funcional.
da, lesión medular cervical C5, etc. Ed. Manual Medico Moderno. 1977.
El paso final del diagnóstico semio- 5. Larner A.J. Dictionary of Neurolo-
lógico es el etiológico, tratando de es- gical Signs. Second Edition. Springer.
tablecer el diagnóstico de la patología 2001.
que originó los cambios encontrados 6. Lerner, Alan J. Diagnostic Criteria in
en el sistema nervioso: hemorragias, in- Neurology. Humana Press Inc, To-
fecciones, tumores, vasculitis, intoxica- towa, New Jersey. 2006.
ciones, trauma etc. 7. Plum & Posner. Diagnosis of stupor
En resumen, la evaluación neurológi- and coma. Fourth Edition. Oxford
ca en el paciente crítico es de suma im- University Press. 2007. p 3-37.
portancia para su adecuado tratamien- 8. Ross RT. How to Examine the Ner-
to; cuando el paciente está inconciente vous System. Fourth Edition. Huma-
la evaluación de las causas del coma, na Press Inc. 2006.
pares craneales, actividad motora, fun- 9. Suárez, José Critical Care Neuro-
ción sensitiva y patrón respiratorio re- logy and Neurosurgery. Humana
sultan siempre muy útiles para determi- Press Inc, Totowa, New Jersey. 2004
nar la etiología del coma y diferenciar 10. Velez H, Borrero J, Restrpo J. Neu-
si se trata de un coma estructural o rología. Edición Corporación para
metabólico. Cuando el paciente se en- Investigacion
cuentra alerta y es capaz de interactuar es Biológicas (CIB). Medellin. 1978.
con el examinador se puede obtener 11. Wijdicks, Eelco F.M. The Clinical
una considerable mayor cantidad de in- Practice of Critical Care Neurology.
formación acerca del estado de su sis- Second Edition. Oxford University
tema nervioso. Press. 2003.

La clínica y la monitoria invasiva 117


118 Semiología del paciente crítico:
Semiología respiratoria en el paciente crítico

Guillermo Or tiz Ruiz MD1


Jorge Carrillo MD

L a semiología hace referencia al con-


junto de signos y síntomas que pue-
den ser identificados en un paciente por
mico en su patología de base, con el fin
de optimizar su respuesta y asegurar su
rápida recuperación. Es también de vital
el examinador y dan origen a una pro- importancia conocer la certeza, reprodu-
puesta diagnóstica y terapéutica; en un cibilidad, exactitud y facilidad de los ins-
paciente crítico, sometido a la ventilación trumentos que se están utilizando para
mecánica, la información que se obtiene las diferentes variables que interesa me-
no solamente parte del examen físico dir; igualmente, cuando se está enfrenta-
sino también de la monitoria, e incluso de do a una señal de alarma porque se está
la radiología, es por esto que se conside- midiendo una variable determinada, pre-
ra pertinente incluir cada unos de estos guntarse si es real lo que está mostra-
elementos dentro del capítulo, dado que do el monitor y si es concordante con el
es indispensable interpretar estos datos hallazgo explorado clínicamente, si es así,
con el objetivo de diseñar una estrategia proceder a hacer las modificaciones per-
terapéutica coherente y apropiada. 1 tinentes en el ventilador.
Cuando un paciente es conectado a La ventilación mecánica tiene como
un ventilador mecánico para soportar su principales objetivos, según el consenso
función respiratoria, se debe vigilar es- Americano Europeo de 1994: mejorar
trictamente su estabilidad fisiológica, su la presión arterial de oxígeno, disminuir
adaptación al ventilador y el cambio diná- las demandas energéticas respiratorias y
adecuar el equilibrio ácido-básico (1, 2);
1 Medico Universidad Nacional. Internista Uni- según las últimas investigaciones, otros
versidad del Rosario. Neumólogo Universi- objetivos de la ventilación mecánica son:
dad del Bosque. Intensivista Universidad de
la Sabana. Epidemiólogo Universidad del Ro-
proteger el pulmón del biotrauma, el
sario. Coordinador de Cátedra de Fisiología volutrauma y el barotrauma; por esto
Pulmonar Universidad del Bosque. Jefe de se debe mantener una presión alveolar
Postgrado de Medicina Interna y Neumolo- segura, un volumen pulmonar bajo y un
gía Universidad del Bosque. Jefe de Cuidado
Intensivo Hospital Santa Clara. Positive End Expiratory Pressure –en ade-

La clínica y la monitoria invasiva 119


lante, PEEP– necesario para mantener ción. La palpación comprueba los signos
el alvéolo abierto (3). sugeridos por la inspección, con respec-
Con el fin de cumplir con todos los to a la mecánica de la respiración.
objetivos anteriores se debe vigilar per- La correlación interobservador sobre
manentemente los cambios en el pacien- los signos del sistema respiratorio, ha sido
te y modificar los parámetros del ventila- repetidamente analizada, suele ser baja, así
dor cuando sea necesario. Los siguientes como lo son las correlaciones clínico-fun-
son los criterios para tener un monitoreo cionales (5). En este sentido, se hace nece-
ideal: que sea pertinente al manejo del sario llevar a cabo observaciones de for-
paciente, datos interpretables, alta segu- ma integral, teniendo en cuenta los datos
ridad técnica, alta sensibilidad, buena re- disponibles para poder dar explicación a
producibilidad, práctico para usar, bajo los cambios que se presentan de forma
riesgo para el paciente y accesible en dinámica en los pacientes críticos.
precio (4). Cuando el paciente está co- En ventilación mecánica, la utilidad
nectado a la ventilación mecánica, la vi- de la valoración clínica cobra relevan-
gilancia debe ser estricta y permanente cia desde el momento mismo de llevar
iniciándose por el estado clínico del pa- a cabo la intubación orotraqueal pues
ciente, mecánica ventilatoria y parte de la permite establecer con algún grado de
evaluación clínica incluye la imaginología certeza, la correcta posición del tubo,
entre otros. Él manejo de la vía aérea de
Examen clínico pacientes en cuidado intensivo, repre-
En la unidad de cuidado intensivo –en senta una de las prioridades en el mo-
adelante, UCI– la vigilancia y el monito- mento de establecer de forma segura
reo de los cambios que se presentan en acceso para brindar ventilación mecáni-
los pacientes desde el punto de vista res- ca. La evaluación de la vía aérea hace
piratorio, tienen especial énfasis en las va- parte de los requisitos necesarios para
riaciones en imágenes diagnósticas, gases determinar la dificultad del procedi-
arteriales y demás pruebas disponibles. miento, posibles riesgos y complicacio-
En el momento de llevar a cabo la nes a los cuales se enfrenta el clínico (6).
inspección del tórax se puede identificar En cuanto a la predicción y la confia-
la posición adoptada por el paciente du- bilidad del examen físico para determi-
rante la respiración, la forma del tórax, nar vía aérea difícil en pacientes sin an-
la dinámica de la respiración (patrón de tecedentes patológicos, los predictores
respiración, la simetría en la expansión, clínicos, (Mallampati, distancia tiromen-
la mecánica y la sincronía de la caja torá- toniana, distancia esternomentoniana,
cica y abdominal). La inspección del cue- apertura bucal, puntaje de riesgo de
llo añade información útil, en particular, Wilson) mostraron de pobre a mode-
con respecto a la dinámica de la respira- rada sensibilidad 20-62%, con moderada

120 Semiología del paciente crítico:


especifidad 82-97%, con diferente cur- que puedan ser corregidas de forma
vas ROC (figura1) para discriminar vía oportuna. La inspección en el paciente
aérea difícil. El puntaje que mejor deter- ventilado, brinda información acerca de
minó vía aérea difícil fue la combinación la simetría de la expansión de la caja to-
de Mallampati con la distancia tiromen- rácica, alertando la presencia de intuba-
toniana (LR, 9.9; 95% IC 3.1–31.9) (7). ción selectiva, neumotórax, parálisis de
El examen del tórax en el paciente músculos respiratorios, tórax en “leño”,
gravemente enfermo, debe enfocarse entre otros problemas que deben ser
en condiciones potencialmente fatales solucionados.

Figura 1: Predictores clínicos de intubación difícil

Adaptado de Shipa, 2005

La clínica y la monitoria invasiva 121


La auscultación pulmonar debe ba- ratorio, entre otros, siempre teniendo la
sarse en la presencia de ruido bronquial información en contexto, y reaccionan-
en las localizaciones habituales, el mur- do lo informado por los diferentes ele-
mullo vesicular en ambos campos pul- mentos con que se cuenta al momento
monares y la tipificación de los ruidos de vigilar los cambios en la ventilación
anormales, buscando el predominio de (curvas en el ventilador, información de
los mismos, es fase inspiratoria o espira- balón esofágico, entre otros).
toria, tono, timbre, etc. Lo cual brinda- La valoración del examen físico del
rá información del probable mecanismo paciente en cuidado intensivo puede
fisiopatológico implicado. Podría resu- llegar a ser impreciso y es necesaria la
mirse la terminología semiológica más frecuente correlación de los hallazgos,
frecuente en: Sibilancias, roncus, crepita- con las diferentes pruebas de tipo para-
ciones o estertores (8). clínico radiológicas o de vigilancia de la
En ventilación mecánica es frecuen- ventilación, con el fin de tomar decisio-
te la auscultación de ruidos bronquia- nes con toda la información disponible.
les altos, rudos, debido a que los flujos Sin embargo es necesario llevar a cabo
respiratorios dejan de ser sinusoidales, la valoración juiciosa de los cambios al
influenciado por el soporte ventilatorio examen físico como el primer paso en
pasando a ser constantes o continuos, la aproximación de los pacientes grave-
sin dejar de lado el ruido de la apertura mente enfermos (9).
de la válvula espiratoria, especialmente
en presencia de PEEP, o con cambios de Índices de oxigenación
la relación inspiración espiración. Los gases arteriales se deben medir dia-
Es importante la auscultación en cue- riamente de manera rutinaria y cada
llo en pacientes intubados, lo cual pue- vez que haya un cambio en la evolución
de brindar información acerca de la del paciente o cuando se modifiquen
presencia de fugas, efecto de cierre her- parámetros del ventilador, estos cam-
mético por parte del neumotaponador, bios se pueden equilibrar en los pacien-
así como la presencia de estridor post tes en 10 minutos.
extubación. Con los gases se evalúa de una ma-
Desde el punto de vista clínico, es nera estática la oxigenación de la sangre
también relevante detectar cambios en arterial con la PaO2, la producción de
el momento de continuar con el sopor- Co2, PCO2, estado ácido básico, la re-
te ventilatorio de los pacientes, en tér- lación alveolo- arterial- de oxígeno que
minos de la detección de esfuerzos in- debe ser próxima a la unidad, la relación
efectivos, que podrían estar en relación entre la PaO2 y la fracción inspirada
con asincronía: pacientes-ventilador-in- de oxígeno que refleja de una manera
tensivista, alteraciones en el drive respi- sencilla la trasferencia gaseosa, debe ser

122 Semiología del paciente crítico:


mayor de 300; también de una manera La saturación venosa mixta es un
indirecta se puede medir el contenido procedimiento que puede hacerse de
de oxígeno libre en sangre mediante la manera rutinaria y permanente o in-
fórmula: termitente, tiene valor como medición
CaO2 = (Hb X 1.39) SO2 + (0.031 X PaO2) indirecta para contribuir al perfil he-
La saturación arterial de oxígeno es modinámico del paciente o en pacien-
una práctica obligatoria para todo paci- tes con gasto cardíaco bajo (10).
ente en ventilación mecánica, se realiza
mediante oximetría de pulso con téc- Capnografía
nica de medición de Hb reducida y pul- La capnografía, mide la concentración
sación de sangre arterial con longitudes de CO2 del gas exhalado en cada res-
de onda diferentes procesadas por un piración, la onda que se registra por el
microprocesador, es altamente segura capnógrafo tiene tres fases y se repre-
para pacientes con buena perfusión ti- senta mediante una gráfica con tres
sular, no es fidedigna en pacientes ne- fases: la primera fase correspondien-
gros como tampoco en aquellos que te a cero representa el gas del espacio
presenten colapso vascular o hipoter- muerto anatómico, la segunda fase de-
mia, intoxicación por monóxido de car- terminada por el aumento rápido del
bono o metahemoglobina. Cuando la gas alveolar mezclado con el espacio
saturación cae a niveles por debajo de muerto, y la fase tres es el desarrollo de
80% la precisión de la medición pierde la meseta. Un aumento en el PEtCO2
especificidad. (presión de CO2 al final de la espira-

Figura 2: Curva de capnografía

Adaptado de Hens, 1998

La clínica y la monitoria invasiva 123


ción) súbito puede ser por el aumento yoría de los ventiladores modernos cuen-
abrupto del gasto cardíaco o liberación tan con programas que muestran gráficas
de un torniquete, administración de bi- para facilitar el monitoreo (10).
carbonato, o mal funcionamiento del La típica curva de presión durante la
equipo; cuando el aumento es gradual inspiración pasiva con flujo constante
puede ser por hipoventilación. Cuando tiene una fase inicial donde la presión
hay una disminución aguda del PetCO2, aumenta rápidamente, luego llega a una
se debe pensar en hiperventilación sú- meseta hacia la fase terminal de la ins-
bita, paro cardíaco, embolismo pulmo- piración y cae bruscamente cuando el
nar masivo, embolismo aéreo, desco- flujo cesa, y luego queda constante du-
nexión del ventilador, mala función del rante una pausa inspiratoria para luego
equipo; si la disminución es gradual se iniciarse la expiración pasiva; si al final
debe descartar la hiperventilación, hi- de la expiración se ocluye la vía aérea
potermia, e hipoperfusión pulmonar; la presión positiva que se registra es el
Cuando no hay un registro de la onda PEEP intrínseco o PEEPi (Figura 3).
de capnografía se debe pensar en una
intubación esofágica (Figura 2) (11). Presión pico de la vía aérea
La presión pico es la presión máxima
A. Medición clínica de las obtenida durante la ventilación con pre-
presiones de la vía aérea sión positiva, esta presión representa la
Durante la ventilación mecánica se presión necesaria para vencer la resis-
debe mantener una vigilancia permanente tencia relacionada con el circuito del
de la curva presión-tiempo, por la valiosa ventilador, tubo endotraqueal, vía aérea,
información de la dinámica pulmonar que tejido pulmonar, retroceso elástico pul-
le puede ofrecer al clínico y ya que la ma- monar y de la pared del tórax.

Figura 3: Curva presión tiempo de la vía aérea Ppk-presión pico, p2-presión meseta

124 Semiología del paciente crítico:


Un aumento súbito de la presión C. PEEP intrínseco (PEEPi)
pico de la vía aérea debe alertar al clí- Se conoce también como auto PEEP,
nico sobre neumotórax, broncoespas- es la presión alveolar positiva presen-
mo, neumonía o síndrome de dificul- te al final de una espiración pasiva y es
tad respiratoria aguda –en adelante, el resultado del atrapamiento de aire
SDRA– (12). en el pulmón. Cuando el paciente tie-
ne una obstrucción a la salida del aire
B. Presión estática (presión del pulmón puede no tener suficiente
meseta o presión alveolar) tiempo para evacuar todo el volumen
Es la presión alveolar al final de la ins- corriente antes de iniciar el próximo ci-
piración, luego de una pausa inspiratoria clo respiratorio llevando a un aumen-
que duré entre 0.5 y un segundo, refleja to de la capacidad residual funcional y
la presión de regreso del sistema res- el regreso elástico pulmonar. El PEEPi
piratorio y es la presión del inicio de la aumenta el trabajo respiratorio impo-
espiración. niendo una carga adicional a los mús-
Se obtiene fácilmente ocluyendo la culos inspiratorios para iniciar el ciclo
vía inspiratoria por uno a tres segun- respiratorio llevando al paciente a una
dos al final de la inspiración, en aquellos fatiga muscular y a inestabilidad hemo-
ventiladores que no la miden activando dinámica por aumentar la presión intra-
esta variable. torácica, disminuyendo el retorno ve-
Las presiones meseta altas se ven tí- noso y así el gasto cardíaco.
picamente en enfermedades pulmona- Hay dos maneras de medir el PEEP
res difusas como el SDRA o fibrosis, intrínseco durante la ventilación mecá-
también pueden verse en patologías nica, la más simple es ocluir la vía expi-
extrapulmonares como obesidad y de- ratoria al final del ciclo, también pueden
formidades de la pared del tórax. ser medido como la caída de la presión
Se ha relacionado presiones meseta intratorácica al iniciar el flujo inspiratorio.
altas, mayores de 35, con lesión pulmo- El primero se denomina PEEPi estático y
nar aguda desencadenada por el venti- el segundo dinámico, este último tiene la
lador (13). desventaja de requerir un balón esofágico
El delta de presión entre la presión para su medición, pero con la ventaja de
inspiratoria máxima y la presión meseta ser una medición continua (Figura 3) (12).
está directamente relacionada con re-
sistencia de la vía aérea( broncoespas- D. Presión inspiratoria
mo) e inversamente relacionada con la máxima
disminución de la distensibilidad pulmo- Refleja la fuerza de contracción de
nar (SDRA, edema pulmonar agudo). los músculos respiratorios, la máxima

La clínica y la monitoria invasiva 125


presión negativa obtenida durante una externo sobre la presión torácica. Este
inspiración profunda es la presión inspi- PEEP externo varía de acuerdo a la
ratoria máxima y la máxima presión po- distensibilidad pulmonar por ejemplo
sitiva durante una espiración forzada, es cuando la distensibilidad es baja solo
la máxima presión espiratoria. El rango una pequeña fracción del PEEP externo
de la presión inspiratoria máxima va de es trasmitido al espacio intratorácico. En
70 a menos de 100 cm H2O, cuando un una persona normal, con distensibilidad
paciente tiene menos de 20 cm H2O, pulmonar y torácica normales, el PEEP
no puede retirarse de la ventilación me- trasmitido al espacio pleural es aproxi-
cánica, aunque en los trabajos de libe- madamente el 50% (12).
ración del ventilador tiene valores pre-
dictivos positivos y negativos bajos. La Distensibilidad del sistema
cooperación del paciente es necesaria respiratorio
para poder hacer esta medición (14,15). La distensibilidad es definida como
el cambio de volumen por unidad de
E. Presión esofágica cambio de presión; este cambio se pue-
La presión esofágica se puede medir in- de representar en una gráfica de volu-
sertando un catéter al tercio medio o men contra presión y es representada
inferior del esófago conectándolo a un por la pendiente de la curva, en esta
transductor, refleja la presión del espa- curva se pueden diferenciar varios pun-
cio pleural; las oscilaciones de la presión tos el punto de inflexión inferior, ubica-
pleural en conjunto con las correspon- do cuando la curva pasa de ser horizon-
dientes presiones meseta alveolar de- tal a vertical y representa la apertura
terminan la presión traspulmonar y la alveolar, y el punto de inflexión supe-
presión a través de la pared del tórax. rior, que es cuando cambia la curva de
La presión traspulmonar, presión al- una inclinación ascendente a horizontal ,
veolar menos la presión pleural (Palv este punto indica el máximo cambio de
– Ppl) es la presión que expande el volumen por unidad de presión, por en-
pulmón, mientras que la presión que ex- cima de este punto está representada la
pande la cavidad torácica es, la diferen- sobredistensión alveolar (12).
cia de presiones entre el espacio pleural La distensibilidad es un método obje-
y la superficie corporal (Ppl – Psc); du- tivo de evaluación de la rigidez del sis-
rante la inspiración la superficie corpo- tema respiratorio; clásicamente, la dis-
ral no cambia, por lo tanto los cambios tensibilidad baja se ve en pacientes con
de la presión pleural representan la pre- fibrosis pulmonar y SDRA, la alta disten-
sión a través de la pared del tórax. sibilidad se presenta en pacientes enfi-
La presión esofágica también le per- sematosos; el neumotórax súbitamente
mite al clínico evaluar el efecto del PEEP causa una disminución de la distensibili-

126 Semiología del paciente crítico:


Figura 4: Curva presión volumen pulmonar

Adaptado de Yang K, 1999

dad pulmonar; cuando la distensibilidad sión meseta y la presión alveolar a un


esta baja debe considerarse siempre tiempo dado (12).
una pérdida de volumen pulmonar (Fi-
gura 4) (12). Trabajo respiratorio
El trabajo (w) representa la fuerza (F)
Flujo y resistencia aplicada a un objeto para moverlo una
La resistencia en el sistema respira- distancia (D) determinada.
torio está compuesta por la suma de la W = F x D.
resistencia de la vía aérea, el tejido pul- Teniendo en cuenta que la presión
monar y la propia del sistema, siendo la (P) es fuerza (F) por unidad de área (A);
primera el componente principal; la re- P = F /A, el trabajo puede calcularse así:
sistencia es mayor en la espiración que W = P x A x D.
en la inspiración y es mayor cuando el El producto de área y distancia es el
volumen pulmonar disminuye. volumen; concluyéndose entonces que
La medición de la resistencia es po- el trabajo respiratorio puede ser repre-
sible por diferentes métodos y son apli- sentado como el producto de presión y
cados en los ventiladores de alta gama volumen. Gráficamente el área por de-
para hacerlo se requiere relacionar va- bajo de la curva presión volumen repre-
rias variables como distensibilidad, pre- senta el trabajo respiratorio, (Figura. 5).

La clínica y la monitoria invasiva 127


Figura 5: Curva de trabajo respiratorio

ica
torác
Dis
ten
sib

lidad
il
ida
dp

nsibi
ulm

diste
ona
Trabajo friccional,

r
trabajo elástico
Tra pulmonar
baj
o
fric
cio
nal
,

Trabajo Respiratorio del Paciente por debajo de cero de la presión de la


durante la Ventilación Mecánica vía aérea antes que el ventilador sea dis-
Asistida. parado, una significativa depresión de
Cuando el paciente no está sincro- la presión de la vía aérea de su forma
nizado con el ventilador el trabajo res- trapezoide usual durante la respiración
piratorio se aumenta dramáticamente. pasiva y gran variación del volumen co-
La asincronía del paciente ventilador rriente y de la presión pico de la vía aé-
puede ser por diferentes circunstan- rea de una respiración a la otra. Esto lo
cias representadas en programación podemos representar en una curva de
del ventilador de manera inapropiada presión tiempo de una respiración pasi-
de acuerdo a las demandas ventilatorias va mecánica sobrepuesta a una asistida
del paciente, o secundarias a cambios del ventilador (12).
del paciente desde empeoramiento de
su estado patológico hasta trastornos Evaluación de la capacidad
emocionales o metabólicos (12). de mantener la función
Cuando hay asincronía entre el pa- respiratoria espontanea
ciente y el ventilador se desarrollan (endurance)
unos signos clínicos de fatiga, ansiedad, Ventilación Minuto a Ventilación
aumento de trabajo respiratorio, hi- Minuto Máxima
poxemia, hipertensión o hipotensión, Un individuo es capaz de sostener
sudoración entre otros y con respecto solo del 40 a 60 % de la ventilación mi-
al monitoreo en la maquina ventilato- nuto máxima sin fatigarse, por esto se
ria, se puede observar una gran caída deben evitar todos los factores que es-

128 Semiología del paciente crítico:


tén contribuyendo a aumentar la venti- Este índice se correlaciona positiva-
lación minuto como: aumento de la tasa mente con el consumo de oxígeno de
metabólica (ansiedad, fiebre, sobreali- la respiración en una persona sana. Va-
mentación, aumento de carbohidratos rios estudios han demostrado que la fa-
como fuente energética, sepsis); aumen- tiga es probable que ocurra cuando el
to del espacio muerto, debilidad muscu- índice PT excede 0.15. Pero como el
lar de diversa etiología. Pi /Ptot es casi siempre 0.4 el verdade-
Para tener éxito en la extubación ro determinante del índice PT sería Pi /
para pacientes con ventilación no pro- Pmax que cuando es mayor de 0.4 es
longada, la ventilación minuto debe ser muy probable que ocurra fatiga muscu-
menor de 10 lts. (15). lar, según Yang el punto de corte para
saber si va a tener éxito el retiro del
Patrón Respiratorio ventilador es 0.3; hay que hacer la sal-
El patrón de respiración superficial, la vedad que este índice se ha estudiado
respiración paradójica o la respiración para personas previamente sanas no
alternada durante la respiración mecá- hay correlación con pacientes con des-
nica, son patrones claramente relacio- ordenes sistémicos o metabólicos (16).
nados con gran sobrecarga de trabajo
respiratorio desarrollárselo cual puede Evidencia clínica en
desarrollar una fatiga diafragmática pos- monitoría
teriormente. Oximetría de pulso
Yang y Tobin evaluaron cuantitativa- Se identificaron siete estudios con-
mente el patrón de respiración super- trolados aleatorios que evaluaron los
ficial como predictor para el retiro del resultados finales con oximetría de pul-
ventilador calculado como la relación so: cuatro en la sala de cirugía o de re-
de frecuencia respiratoria sobre el volu- cuperación (17–20), dos en la UCI (21,
men corriente espontaneo, los pacien- 22) y uno en un pabellón hospitalario
tes con un índice mayor de 100 tienen posquirúrgico especializado (23).
gran probabilidad de fracaso al retiro Varios estudios indicaron que la oxi-
del ventilador (14). metría de pulso podía ayudar a detec-
tar eventos hipoxémicos (17, 18). Mo-
Índice Presión-Tiempo ller et al. [19] demostraron la ausencia
Se define Pi / Pmax x Ti / Ttot, donde de diferencias significativas en cuanto a
Pi es la presión inspiratoria promedio Ti / la disfunción cognitiva tardía cuando se
Ttot es el ciclo respiratorio activo. Siendo empleó la oximetría de pulso en el mo-
Pi ,presión inspiratoria, pmax presión ins- nitoreo perioperatorio. Un estudio con-
piratoria máxima,Ti tiempo inspiratorio y trolado aleatorio grande que evaluó la
Ttot, tiempo de un ciclo respiratorio. oximetría de pulso en 20.802 pacientes

La clínica y la monitoria invasiva 129


quirúrgicos (20) no reportó diferencias podía servir de guía para el ajuste de
en cuanto a complicaciones cardiovas- la ventilación mecánica, como parte de
culares, neurológicas o infecciosas, y así las estrategias protectoras de ventila-
tampoco en la mortalidad intrahospitala- ción en casos de falla respiratoria aguda
ria. Niehoff et al. (21) demostraron la po- (25–29). Amato et al. demostraron que
sible utilidad de la oximetría de pulso y la una estrategia protectora que ajustara
capnografía en el destete posquirúrgico la presión positiva de fin de espiración
del ventilador mecánico en un subcon- (PEEP) por encima del punto de in-
junto de solamente 24 pacientes posqui- flexión inferior (LIP) de la curva de pre-
rúrgicos cardiacos. Finalmente, Ochroch sión-volumen estática, y que mantuviera
et al. (23) demostraron que la oximetría la presión meseta de fin de espiración
de pulso continua no impedía los rein- y las presiones inspiratorias pico por
gresos a la UCI, cuando el monitoreo de debajo de 20 y 40 cmH2O, respectiva-
pacientes sometidos a cirugía cardiaca o mente, mejoraba la función pulmonar
torácica se llevaba a cabo en un pabellón en pacientes con SDRA (25), aumenta-
de cuidado posquirúrgico especializado. ba la probabilidad de efectuar un des-
tete temprano y reducía la mortalidad
Capnografía (27). En estos dos estudios no se hizo
Se identificaron tres estudios del mo- vigilancia de la presión en las vías aéreas
nitoreo mediante capnografía (21, 22, en los grupos de control.
24), incluso dos que consideraban asi- Ranieri et al. (28) reportaron una
mismo el monitoreo mediante oxime- reducción de la respuesta inflamatoria
tría de pulso [5, 7]. En el tercer estudio en pacientes sometidos a una estrate-
de este grupo, Helm et al. (24) emplea- gia protectora de ventilación con volú-
ron la capnografía para monitorear la menes corrientes de 5–8 ml/kg y PEEP
ventilación en pacientes traumatizados ajustada por encima del LIP de la curva
antes de su ingreso al hospital. Encon- de presión-volumen estática. Reciente-
traron una mayor proporción de pa- mente, Villar et al. (29) mostraron una
cientes “normoventilados” al momento reducción en la mortalidad en la UCI
de la hospitalización en el grupo moni- (53 contra 32%), en la mortalidad in-
toreado que en el grupo no monitorea- trahospitalaria (55 contra 34%) y en el
do (63 contra 20%, p < 0.001). Sin em- número de días sin ventilador a los 28
bargo, no se reportaron los resultados días (6 contra 11) cuando se usó una
intrahospitalarios finales. estrategia con bajo volumen corriente
y PEEP ajustada de acuerdo con el LIP
Mecánica respiratoria de la curva de presión-volumen estática.
Algunos estudios mostraron que el Otros estudios no mostraron di-
monitoreo de la mecánica respiratoria ferencias significativas en las tasas de

130 Semiología del paciente crítico:


mortalidad asociadas con presiones li- practicó radiografía con una indicación
mitadas en las vías aéreas (30–32). Un especifica (35).
estudio de la ARDS Network (33) mos- La radiografía de tórax en el pacien-
tró que la reducción de las tasas de te de UCI exige una técnica radiológi-
mortalidad en pacientes con SDRA, ca óptima e idealmente debe practicar-
se relacionaba con la limitación de los se con el paciente sentado, al final de
volúmenes corrientes más que con las la inspiración y con una distancia foco-
presiones meseta, lo cual obliga a cues- película de 50 pulgadas. Las radiografías
tionar la importancia del monitoreo de deben tomarse con factores iguales de
las presiones en las vías aéreas. exposición, tiempo y pico inspiratorio
del ciclo ventilatorio. Es recomenda-
Imaginología en paciente ble consignar los datos técnicos de la
respiratorio crítico proyección (Kilovoltaje y miliamperaje/
La radiografía de tórax permane- segundo) y parámetros ventilatorios al
ce como un elemento esencial para el momento de la radiografía.
clínico en la valoración del estado car- La radiografía digital se basa en re-
diopulmonar y en el control de los ele- ceptores de imagen fotoestimulables
mentos de soporte y monitoreo en el que almacenan fosforescencia. Como
paciente crítico. ventajas sobre la radiografía convencio-
Las indicaciones para realizar radio- nal, ofrece un mayor rango dinámico y
grafía de tórax a los pacientes de la UCI una mejor resolución espacial. Durante
no están completamente aclaradas. La el procesamiento de la imagen, el siste-
recomendación de un panel de ex- ma determina la escala de grises clínica-
pertos del ACR (American College of mente adecuada y produce una imagen
Radiology) es practicar radiografía de técnicamente apta, lo cual disminuye el
tórax a pacientes con alteraciones car- número de estudios que no son diag-
diopulmonares agudas y en ventilación nósticos. Además, la imagen digital pue-
mecánica. (34) Por otra parte, se justi- de manipularse antes de su impresión y
fica realizar radiografías luego de la co- almacenarse de acuerdo a las necesida-
locación de elementos de monitoria y des del servicio. Por estas razones, en la
en pacientes con deterioro de su esta- gran mayoría de UCI se utiliza radiología
do clínico. Sin embargo, en un estudio digital y sistemas de archivo de imágenes.
prospectivo, ramdomizado, realizado Las condiciones especiales de la ra-
por Kripoval no se encontraron diferen- diografía portátil de tórax, comparadas
cias significativas en los desenlaces de con la radiografía de tórax de rutina, ge-
los pacientes en ventilación mecánica, a neran particularidades semiológicas, que
quienes se les realizó radiografía de tó- deben tenerse en cuenta en el momen-
rax de rutina y aquellos a quienes se les to de su interpretación : a) Derivación de

La clínica y la monitoria invasiva 131


la vascularización pulmonar hacia los ápi- na) . Si el contenido gástrico es estéril,
ces e incremento del tamaño del pedí- las opacidades alveolares desaparecen
culo vascular en relación con la posición rápidamente (24 horas). En un segundo
(cuando se realizan en decúbito-supino); grupo de pacientes, la aspiración se aso-
b) Magnificación de la silueta cardiaca y cia a falla ventilatoria aguda (con opaci-
del mediastino (por la proyección A - P); dad alveolar difusa) y en otros pacien-
c) Elevación del hemidiafragma izquier- tes luego de la aspiración se desarrolla
do asociado a opacidad basal y d) Efecto neumonía que puede complicarse pos-
“cosmético” del PEEP que produce re- teriormente con SDRA (36).
solución parcial de las opacidades paren-
quimatosas, principalmente en pacientes Atelectasia
con edema pulmonar. La atelectasia es un hallazgo frecuente
Entre la entidades que con mayor en los pacientes de UCI, principalmen-
frecuencia se presentan en pacientes de te en pacientes que recibieron anestesia
la UCI se deben considerar: aspiración, general y específicamente luego de ciru-
atelectasia, neumonía, edema pulmonar gía torácica o de abdomen superior. Las
y embolismo pulmonar. manifestaciones radiológicas de la ate-
lectasia son variables e incluyen : opaci-
Aspiración dades lineales, en “banda”, en “parches” y
Se relaciona con alteraciones del es- en ocasiones opacidad lobar. El desplaza-
tado mental, la presencia de tubo en- miento cisural (indispensable para con-
dotraqueal, de sonda nasogástrica y firmar la pérdida de volumen), solo pue-
patologías estructurales del tracto gas- de definirse en algunos pacientes, lo que
trointestinal. Volúmenes pequeños de dificulta la diferencia radiológica entre
aspiración probablemente son respon- atelectasia, neumonía y derrame pleural
sables de un porcentaje importante de basal. En un porcentaje importante de
las neumonías que desarrollan los pa- casos, sólo la valoración de la secuencia
cientes de UCI. Las manifestaciones clí- radiológica y su correlación con la clínica
nicas y radiológicas de la aspiración son permiten confirmar la presencia de ate-
variables y dependen del volumen del lectasia. Las atelectasias son más frecuen-
aspirado, de su acidez y la cantidad de tes en el lóbulo inferior izquierdo, segui-
material particulado. En la radiografía das por el lóbulo inferior derecho y el
de tórax la aspiración se manifiesta con lóbulo superior derecho (37).
opacidades alveolares de aparición re-
ciente, de predominio derecho, en los Neumonía
segmentos posteriores de los lóbulos La neumonía nosocomial es un pro-
superiores o apicales de los lóbulos in- blema de gran importancia en los pa-
feriores (en pacientes en posición supi- cientes de UCI y específicamente en

132 Semiología del paciente crítico:


aquellos que requieren ventilación me- de utilidad limitada en una proyección
cánica. Se estima entre el 9% y el 21% la portátil. La redistribución es normal en
incidencia de neumonía asociada a ven- pacientes en posición supina. La distri-
tilador en pacientes con falla respirato- bución del edema pulmonar puede ser
ria (de etiología variada). El diagnóstico atípica en relación con la posición del pa-
de esta entidad constituye un reto para ciente o la presencia de patología subya-
el clínico y el radiólogo. En general, se cente. El edema en fase intersticial pue-
asume que la presencia de opacidades de ser indistinguible de alteraciones del
alveolares nuevas, que no se explican intersticio pulmonar de otra naturaleza
por atelectasia o aspiración, se pueden (infección, neoplasia, entre otros.). El ede-
atribuir a neumonía. Sin embargo, esto ma pulmonar no cardiogénico se asocia
no es sencillo de aplicar en la práctica a múltiples condiciones como sépsis, as-
clínica diaria. Numerosos estudios han piración, reacciones adversas a medica-
documentado la dificultad para estable- mentos, patología neurológica, etc. En un
cer el diagnóstico de neumonía noso- estudio que comparó alteraciones radio-
comial. La confiabilidad diagnóstica va- lógicas con la presión en cuña, se encon-
ría entre el 20% y 62% en las diferentes tró que 38% de pacientes con presión
series. En casos de opacidad alveolar mayor de 20 mm de Hg., no tenían imá-
difusa o multilobar, una rápida mejoría genes en la radiografía que fueran suges-
sugiere una etiología diferente (edema tivos de insuficiencia cardiaca. Otros tra-
pulmonar) y la rápida progresión (ho- bajos, realizados en la década de los 80,
ras) de una opacidad alveolar focal su- encontraron que la radiografía de tórax
giere aspiración o atelectasia más que era sensible para demostrar edema pul-
neumonía. En la serie de autopsia de monar, pero tenía un valor limitado para
Wunderink, la presencia de opacidad diferenciar los tipos de edema (cardio-
abombando la cisura fue un signo espe- génico del no cardiogénico). En estudios
cífico, pero poco sensible de neumonía recientes de Elly et al. se enfatiza sobre
asociada a ventilador (38,39). la utilidad de la medición seriada del pe-
dículo vascular para la valoración del vo-
Edema pulmonar lumen intravascular en el paciente críti-
La diferencia radiológica entre edema camente enfermo. El valor de referencia
pulmonar hidrostático y edema pulmo- para determinar ensanchamiento del pe-
nar por aumento de la permeabilidad dículo es de 70 mm. (40,41)
capilar puede ser difícil. Los hallazgos en
la radiografía de tórax de pacientes con Embolismo pulmonar
insuficiencia cardíaca (ingurgitación de Se han descrito diferentes altera-
la vascularización pulmonar, edema pul- ciones radiológicas en pacientes con
monar o intersticial, y cardiomegalia) son embolismo pulmonar –en adelante,

La clínica y la monitoria invasiva 133


EP– que incluyen: elevación de los he- cánica un neumotórax pequeño puede
midiafragmas, atelectasia basal, opaci- evolucionar rápidamente a un neumo-
dades parenquimatosas de patrón al- tórax “a tensión”. En las radiografías ob-
veolar, derrame pleural y oligoemia. La tenidas en decúbito supino, el aire pue-
sensibilidad y especificidad de la radio- de localizarse medial y anteriormente
grafía de tórax, en el diagnóstico de EP, en la cavidad pleural lo que dificulta su
no son buenas. En pacientes con reser- diagnóstico. El neumomediastino aisla-
va cardiopulmonar disminuida la gama- damente no representa un hallazgo im-
grafía pulmonar tiene serias limitaciones portante y no amerita una terapéutica
en el diagnóstico de EP. La Tomografía especial. La mayor importancia del diag-
Computarizada –en adelante, TC– heli- nóstico del neumomediastino radica en
coidal de detector único o múltiple ha una posible confusión con un neumotó-
demostrado ampliamente su utilidad en rax anterior. El neumopericardio puede
la detección de trombos centrales, seg- identificarse como aire rodeando el co-
mentarios y subsegmentarios, así como razón, extendiéndose hasta la altura de
su capacidad para identificar otras pa- la arteria pulmonar en el paciente sen-
tologías pulmonares no visualizadas en tado. En el paciente en decúbito-supi-
la radiología convencional. Un estudio no el neumopericardio puede ser difícil
para demostrar el riesgo de embolis- de diferenciar de un neumotórax o un
mo pulmonar después de un angiografía neumomediastino (43,44).
por TC negativa demostró un valor pre- La TC ha ganado lentamente espa-
dictivo negativo del 98% en pacientes cio en la valoración de los pacientes en
con enfermedad pulmonar (42). ventilación mecánica, principalmente
luego de los estudios de Gattinoni et al.,
Complicaciones de la ventilación en pacientes con SDRA (45).
mecánica La importancia de la TC en el pacien-
Entre el 15% y el 25% de pacientes te crítico radica en tres puntos princi-
que son tratados con PEEP desarrollan pales que conducen a la adopción de
complicaciones relacionadas con la pre- nuevas conductas: a) descarta patología
sencia de aire extraalveolar como en- sospechada (ej: disección aórtica, com-
fisema intersticial, neumotórax, neumo- plicaciones post quirúrgicas) b) con-
mediastino y neumopericardio. firma alteraciones sugeridas por la ra-
El neumotórax es la manifestación diología convencional y c) demuestra
más frecuente de aire extraalveolar y su hallazgos nuevos.
incidencia es variable en pacientes ven- Un estudio reciente de Miller et al.,
tilados. El tamaño del neumotórax no concluye que la TC es de utilidad clínica
se correlaciona con su significado clíni- en situaciones seleccionadas en pacien-
co y en un paciente en ventilación me- tes de UCI (46).

134 Semiología del paciente crítico:


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138 Semiología del paciente crítico:


Consideraciones Anestésicas para
el Manejo del Paciente Crítico Quirúrgico

José Luís Aldana Díaz1


José Ricardo Navarro Vargas2

Introducción cual la elección de fármacos, modalida-


La práctica anestésica moderna implica des ventilatorias, soporte hemodinámi-
la realización de procedimientos de di- co y metabólico, deben llevarse a cabo
versa complejidad en pacientes crítica- de manera individualizada, teniendo en
mente enfermos, en escenarios dentro cuenta las preferencias del paciente
y fuera de salas de cirugía. Estos pacien- (cuando sea posible tomarlas en cuen-
tes presentan con frecuencia problemas ta), la evidencia y experiencia clínica y
que amenazan la vida: sepsis, síndrome las conductas ajustadas de acuerdo con
de dificultad respiratoria aguda, choque, una evaluación preanestésica exhaustiva
insuficiencia renal aguda y alteraciones de los problemas del paciente, con el
electrolíticas y ácido base complejas que fin de planear e intervenir en la procura
pueden o no estar relacionados con al- de objetivos terapéuticos de optimiza-
gún tipo de procedimiento médico-qui- ción, sostenimiento y atenuación de la
rúrgico a realizar (1). Estas condiciones respuesta inflamatoria, relacionada con
fisiopatológicas representan un reto el acto quirúrgico y anestésico.
para el anestesiólogo y requieren la ex- Es pertinente recordar que el pre-
tensión de las modalidades terapéuticas cursor del médico moderno de cuida-
y de monitorización de cuidado intensi- do intensivo fue el anestesiólogo, quien
vo al cuidado transoperatorio. 1 2 con un conocimiento profundo de la
El principal objetivo es proveer un fisiología y su aplicación para garanti-
ambiente controlado y seguro, para lo zar la entrega de oxígeno, permitió en-
frentar la epidemia de poliomielitis y el
1 Médico cirujano Universidad Nacional de Co- cuidado postoperatorio de los prime-
lombia. Estudiante de Postgrado Anestesiolo-
gía y Reanimación III año, Universidad Nacio-
ros pacientes sometidos a cirugía car-
nal de Colombia. jaldanad@hotmail.com diovascular en la década de 1950 (3).
2 Médico Anestesiólogo – Profesor Asociado Resulta inquietante observar la distan-
Universidad Nacional de Colombia. Presi- cia que el anestesiólogo ha tomado de
dente Sociedad Cundinamarquesa de Anes-
tesiología, jrnavarrov@unal.edu.co ese campo, y la ansiedad que le genera

La clínica y la monitoria invasiva 139


hoy a la hora de enfrentar al paciente aproximación de riesgo perioperatorio
crítico quirúrgico. Se realiza una revisión es limitada, no obstante emergen como
narrativa que pretende ofrecer una vi- herramientas a tener en cuenta y se co-
sión multidimensional del paciente crí- mentarán a continuación.
tico quirúrgico, en el proceso continuo
de preoperatorio, transoperatorio y Aproximación al paciente crítico
postoperatorio. quirúrgico
La morbilidad y mortalidad en el pe-
1. Definiendo el paciente riodo perioperatorio es un producto de
críticamente enfermo la severidad de la enfermedad y de los
La definición del paciente crítico pasa avances en soporte vital que sean ofre-
por criterios objetivos y subjetivos, que cidos al cuidado del paciente (1). Estas
con frecuencia se prestan a confusión. intervenciones modifican los desenlaces
El establecimiento de “homeostasis” adversos, son el camino hacia la reduc-
con base en los rangos de normalidad ción de la mortalidad y las complicacio-
estadística de diferentes variables fisio- nes, y comienzan en una evaluación anes-
lógicas, permite identificar aquellos pa- tésica rápida y exhaustiva (4).
cientes que presentan modificación del La aproximación preoperatoria de
estado fisiológico normal y estratificar todos los pacientes comprende identifi-
la severidad de acuerdo al grado de va- cación, estratificación y modificación de
riación con respecto a los valores de re- factores de riesgo. Este proceso parte de
ferencia. El problema surge cuando se la historia clínica y del examen físico del
hace necesario evaluar la interacción de paciente, apoyado en los datos suminis-
múltiples sistemas alejados de la norma- trados por la monitoria invasiva y no in-
lidad, cuya resultante es un paciente con vasiva disponible. La información recolec-
incapacidad para mantener la “homeos- tada debe seguir la aplicación de “toma
tasis” en el contexto de estrés, desen- de decisiones Bayesiana”, que consiste en
cadenado por una enfermedad aguda, emplear pruebas diagnósticas preopera-
exacerbación de una enfermedad sisté- torias, a la luz de la categoría de riesgo
mica crónica y por el trauma. identificada y el procedimiento quirúrgi-
Las escalas de severidad se han intro- co a realizar; en consecuencia se desa-
ducido en la práctica clínica para ofre- rrolla una evaluación apropiada y cos-
cer parámetros objetivos en la evalua- to-efectiva sin incrementar el riesgo de
ción de los pacientes críticos y facilitar complicaciones perioperatorias (1,4,5,6).
la toma de decisiones como admisión Se debe proceder con la identifica-
para soporte intensivo y como factores ción del paciente; causa de admisión a la
pronósticos (4). La información dispo- unidad de cuidados intensivos –en ade-
nible para emplear estas escalas en la lante, UCI– y tiempo de estancia; antece-

140 Semiología del paciente crítico:


dentes médicos, quirúrgicos, anestésicos, para enfrentar el estrés adicional y pla-
alérgicos, tóxicos, farmacológicos, trans- near las estrategias con el fin de atenuar
fusionales y familiares; intentar aproxi- el estrés y facilitar la respuesta sistémica
marse al contexto social, cultural y reli- en orden de mantener la “homeostasis”
gioso del paciente y de su grupo familiar así como definir el plazo de realización
y sus expectativas, por cuanto pueden de la intervención. La evaluación por sis-
influir en el consentimiento o rechazo temas se sintetiza en la tabla 1.
del procedimiento a realizarse o de las
intervenciones adicionales que puedan Clasificación de estado físico
requerirse como es el caso de la terapia de la Asociación Americana de
transfusional. Acto seguido, se realiza una Anestesiólogos (ASA)
evaluación clínica y paraclínica de cada La aproximación perioperatoria es
sistema y su respuesta a la condición crí- tradicionalmente realizada mediante el
tica, así como el requerimiento de so- sistema de clasificación ASA. La clasifi-
porte para facilitar su adaptación. Esto cación fue desarrollada en 1941 y revi-
permite identificar la reserva orgánica sada en 1967 y en 1994, tabla 2 (7). La

Tabla 1. Aproximación por sistemas del paciente crítico.


Sistema Aproximación
Desempeño previo en actividad básica cotidiana, síndrome constitucional. Estado físico
Estado general ASA, escalas de severidad pronósticas y de aproximación a la falla orgánica. Grado
de invasión terapéutica y de monitoria. Modalidad de sedación y analgesia empleada.
Clase funcional previa, presencia previa de ortopnea, disnea paroxística nocturna, an-
gina, enfermedad valvular, alteraciones en el ritmo cardiaco.
Monitoria clínica (Invasiva, no invasiva y examen físico). Tendencia de frecuencia car-
diaca y ritmo cardiaco, presión arterial, pulsos periféricos y llenado capilar, alteracio-
nes en la temperatura de las extremidades. Variaciones en la curva del pletismógrafo
o presión arterial invasiva. Tendencias de presión venosa central y cuña. Evolución del
gasto cardiaco, volumen de telediastólico y fracción de eyección ventricular derecho.
Apoyo diagnóstico. Identificación de alteraciones en el ritmo cardiaco o anormalidades
electrocardiográficas mayores (Bloqueo de rama izquierda, complejos QRS, depresión
Cardiovascular
mayor del punto J o segmento ST, elevación segmento ST). Evaluación de la función sis-
tólica y diastólica ventricular izquierda, presión arterial sistólica pulmonar, integridad
del aparato valvular. Alteraciones de contractilidad basales o en respuesta al estrés.
Soportes. Apoyo hemodinámico: Inotrópico, inodilatador, vasopresor, vasodilatador. Fár-
macos empleados, dosis y evolución en el tiempo de la respuesta provocada. Mar-
capasos transitorio o definitivo, tipo de dispositivo para el manejo de ritmo, resin-
cronizador o dispositivos antitaquicardia. Fluidos administrados, volumen, balance y
evaluación de estado de volumen intravascular.
Otras intervenciones farmacológicas: B-bloqueadores y tratamiento antiarrítmico.

La clínica y la monitoria invasiva 141


Sistema Aproximación
Disnea de origen pulmonar previa, patología pulmonar obstructiva o restrictiva cró-
nica o aguda diagnosticada y factores de riesgo para las mismas, exacerbación de
síntomas. Patología infecciosa pulmonar y criterios de SDRA
Monitoria clínica (Invasiva, no invasiva y examen físico). Signos clínicos de incremento del
trabajo ventilatorio y alteración de la oxigenación, evolución de la oximetría de pulso, so-
Pulmonar porte ventilatorio invasivo o no invasivo, modalidad de ventilación y parámetros empleados
con su respectiva evolución. Evolución de presiones pico y meseta, distensibilidades estática
y dinámica. Diámetro del tubo traqueal y verificación de la permeabilidad.
Apoyo diagnóstico. Evaluación radiográfica de la transparencia pulmonar, posición del
tubo traqueal. Pruebas funcionales pulmonares previas. Evaluación gasimétrica de la
oxigenación y la ventilación.
Identificar presencia de gastro-enteroparesia, tolerancia a nutrición enteral. Sangrado
Gastrointestinal
digestivo. Pérdidas por sondas o drenes
Identificar patología hepática crónica, y su repercusión sistémica, factores de riesgo
para enfermedad hepática crónica o aguda (infecciosos, tóxicos) incluyendo signos clí-
Hepático nicos de alteración de su función: Ictericia, sangrado, ascitis, encefalopatía.
Apoyo diagnóstico. Alteración en flujo portal, aproximación a la capacidad sintética (Fac-
tores de coagulación, albúmina, bilirrubinas), marcadores de lesión (aminotransferasas).
Antecedentes de enfermedad renal crónica, etiología, estratificación, terapia de reem-
plazo renal y su modalidad. Insuficiencia renal aguda y estratificación (RIFLE).
Renal Monitoria clínica (Invasiva, no invasiva y examen físico). Diuresis horaria.
Apoyo diagnóstico. Tendencia de pruebas de función renal (nitrógeno ureico y creati-
nina). Proteinuria, cilindros, excreción de sodio
Patología neurológica, psiquiátrica o neuroquirúrgica, intervenciones médicas y qui-
rúrgicas, secuelas.
Neurológico
Monitoria clínica. Nivel de conciencia (Escala de coma de Glasgow).
Alteraciones oscilantes en nivel y contenido de la conciencia (delirium)
Identificar patologías crónicas: Diabetes, enfermedad tiroidea, enfermedad hipofisiaria,
suprarrenal. Estado de control e intervenciones previas y actuales. Soporte nutricional
Endocrino
enteral o parenteral.
Y metabólico
Monitoria clínica. Control glucémico e insulinoterapia. Evaluación de la osmolaridad
sérica, electrolitos y estado ácido – base
Respuesta Signos clínicos y paraclínicos de respuesta inflamatoria sistémica. Evolución, interven-
inflamatoria ciones y tendencias
Patología hematológica benigna y patología oncológica con su respectivo diagnóstico
y estratificación. Terapia transfusional (Tipo de hemoderivado, indicaciones y respuesta
obtenida). Profilaxis antitrombótica, anticoagulación y terapia antiagregante (Indica-
Hematológico
ción, fármacos, regímenes y control)
Apoyo diagnóstico. Evolución de Hb o hematocrito, recuento plaquetario. Alteraciones de la
coagulación (Cualitativas y/o cuantitativas de factores de coagulación y plaquetas
Evaluación de estado ácido – base, lactatemia y saturación venosa mezclada de O2
Perfusión tisular
/ extracción tisular de O2.

142 Semiología del paciente crítico:


propuesta original del sistema, era des- al cursar con enfermedades sistémicas
cribir la condición preoperatoria con el que representan riesgo para la vida o
objeto de facilitar la tabulación de datos establecen riesgo de muerte con o sin
estadísticos en anestesiología, categori- intervención en plazo inferior a 24 ho-
zando los pacientes en cinco subgrupos ras. Una clasificación ASA mayor que
de acuerdo con su estado físico. En la tres se encuentra como predictor inde-
última revisión se realizó la adición de la pendiente de complicaciones relaciona-
sexta categoría para los pacientes con das con anestesia general (1). El análisis
muerte cerebral donantes de órganos. univariado muestra una correlación sig-
La clasificación ASA no realiza ajustes nificativa entre la categoría ASA y va-
en relación con edad, sexo, peso, gesta- riables perioperatorias como sangrado
ción, experiencia del equipo quirúrgico, transoperatorio, duración de ventilación
naturaleza del procedimiento planeado, postoperatoria y estancia en UCI, com-
optimización preoperatoria ni cuidado plicaciones postoperatorias y mortali-
postoperatorio. Por esta razón ASA no dad (8) (Tabla 3). De forma adicional,
predice riesgo para un procedimiento los pacientes ASA IV y V muestran un
o paciente en particular, no obstante incremento de mortalidad tras procedi-
como el estado físico puede tener rela- mientos diagnósticos como “tomogra-
ción con desenlaces perioperatorios, la fía computarizada o resonancia nuclear
clasificación ASA guarda alguna relación magnética”, esto en el contexto del cui-
con morbilidad y mortalidad, es sencilla dado anestésico para diversos proce-
y ampliamente aceptada y permanece dimientos diagnósticos en los cuales el
como una herramienta útil en la aproxi- anestesiólogo juega un rol importante
mación preoperatoria (8,9). en el transporte intrahospitalario y el
Los pacientes críticos quirúrgicos cuidado monitorizado durante el pro-
corresponden a categorías ASA IV y V cedimiento (8).

Tabla 2. Clasificación estado físico ASA. Revisión 1994

Estado físico ASA


ASA 1 Paciente sano
ASA 2 Paciente con enfermedad sistémica leve
ASA 3 Enfermedad sistémica severa
ASA 4 Enfermedad sistémica severa que representa una amenaza constante para la vida
ASA 5 Paciente moribundo en quien no se espera sobrevida sin cirugía
ASA 6 Paciente con muerte cerebral declarada candidato para donación de órganos
Adaptado de ASA relative value guide. 2008

La clínica y la monitoria invasiva 143


Tabla 3. Variables perioperatorias relacionadas con la Clasificación de estado físico ASA

Variable perioperatoria ASA 1 ASA 2 ASA 3 ASA 4


Sangrado intraoperatorio (L) 0,08 0,1 0,3 1,5
Ventilación postoperatoria (Horas) 1 4 8 47
Estancia en UCI (Días) 0,2 1 2 5
Estancia hospitalaria (%) 9 16 21 18
Infección pulmonar (%) 0,5 2 5 12
Otras complicaciones pulmonares (%) 0,6 2 4 10
Infección de tracto urinario (%) 2 4 6 11
Infección sitio operatorio (%) 2 5 6 5
Complicaciones cardiacas (%) 0,1 2 5 18
Mortalidad (%) 0,1 1 4 18

P < 0,05 (Test de Fisher o t de Student) entre categoría ASA 1 y categorías ASA 2, ASA, 3, ASA 4. Adaptado
de Sidi A, Lobato E, Cohen J. J Clin Anesth. 2000;12:328-34.

Tabla 4. Evaluación Preoperatoria Agregada al ASA de Silverman y Holt (SHAPE®)

SHAPE ® - Individual systems ®


Categoría Descripción para cada sistema individual
1 Función y reserva funcional normal
Patología sistémica en estadío inicial, medicamente optimizada con limitada reducción de
2 la reserva funcional del órgano o sistema. Factores de riesgo significativos (v.g. Tabaquismo
pesado >20 años /paquete)
Alteración significativa con magnitud mesurable del compromiso. Impacto sistémico.
3
Puede beneficiarse de la optimización preoperatoria.
Alteración severa de la función con potencial amenaza para la vida en el periodo periope-
4
ratorio. Debe optimizarse la condición previamente a la cirugía
Alteración severa aguda que amenaza la vida independiente del estrés relacionado con el
5
trauma quirúrgico.

Silverman and Holt aggregate preoperative evaluation. Se resaltan en rosa las categorías que requieren optimi-
zación preoperatoria. Adaptado de Holt N, Silverman D. Anesthesiology Clin 2006;24: 427–59.

144 Semiología del paciente crítico:


Planteadas las limitaciones de la clasi- fundamental, en este sentido la clasifica-
ficación de estado físico ASA, Silverman ción propuesta en 1985 por Confidential
y Holt propusieron una escala modifica- Enquiry into Perioperative Deaths  (CE-
da para la evaluación individual de los POD) en el Reino Unido, resulta útil;
sistemas (SHAPE ® - Individual systems ésta categoriza las intervenciones así:
®) basados también en la información Emergencias. Intervenciones “salva
obtenida de la historia clínica con el ob- vidas”, reanimación simultánea con pro-
jeto de identificar la reserva funcional. cedimiento quirúrgico (trauma, ruptura
El propósito era poder enfrentar la res- de aneurisma aórtico). Se deben reali-
puesta sistémica al estrés secundario a zar en plazo inferior a una hora.
cirugía y establecer categorías para las Urgencias. Procedimientos que de-
cuales fuera necesaria la optimización ben realizarse de manera temprana tras
mediante soporte intensivo con el fin la reanimación inicial (Obstrucción in-
de reducir la morbilidad y mortalidad testinal, fracturas mayores, hernias no
perioperatorias (Tabla 4). Para el caso reducibles). Se llevan a cabo dentro de
de pacientes con Estado físico ASA ma- las primeras 24 horas.
yor que tres los autores sugieren adi- Programados. Procedimientos prio-
cionar un afijo para denotar el sistema ritarios pero no requeridos inmediata-
o sistemas que presentan alteración en mente para salvar la vida del paciente
la función (v.g. CARD, ENDO) (10). Esta (Traqueostomía por intubación prolon-
aproximación complementaria no pre- gada, tratamiento quirúrgico para malig-
tende reemplazar la clasificación ASA nidad). Pueden diferirse dentro de un
vigente por más de 60 años, más bien plazo de tres semanas.
pretende ofrecer una visión adicional Electivos. Intervenciones que pue-
que resulta particularmente útil en el den ser diferidas más de tres semanas
grupo de pacientes críticos. de acuerdo con la condición del pacien-
te y disponibilidad del equipo quirúrgi-
Grado CEPOD (Confidential Enquiry into co (11, 12).
Perioperative Deaths)
La mayoría de pacientes críticos que APACHE II (Acute Physiology and
requieren procedimientos quirúrgicos Chronic Health Evaluation) y SAPS 3
representan situaciones de urgencia o (Simplified acute physiology score).
emergencia, por esta razón la identifi- Las escalas pronósticas y de severi-
cación de problemas, estratificación y dad han sido introducidas al cuidado in-
modificación de factores de riesgo se tensivo esencialmente para predecir el
deben realizar en un plazo limitado de riesgo de mortalidad. Esta predicción es
tiempo. Definir la prioridad de realizar importante para la toma de decisiones,
los de procedimientos quirúrgicos es información y consentimiento de fami-

La clínica y la monitoria invasiva 145


liares, comparación de resultados entre datos disponibles al ingreso a UCI (15).
unidades de cuidado intensivo y moni- Incluye dos partes:
torización de calidad del cuidado críti-
co (1,4). De forma adicional ofrecen al 1. Puntuación SAPS 3 al ingreso. Re-
anestesiólogo información objetiva so- presentada por la suma aritmética
bre el estado fisiológico del paciente de 3 subescalas.
y su condición previa de salud de una • • Caja I. Cinco variables conocidas en
forma rápida. Realizar una descripción el momento de ingreso a UCI: Edad,
detallada de estas escalas se encuentra condición de salud previa, comorbili-
fuera del alcance de este manuscrito dades, ubicación en el hospital y días
pero se describen los aspectos esencia- de estancia hospitalaria, y opciones te-
les con el objeto de invitar al lector a rapéuticas antes del ingreso a UCI.
disponer de estos recursos. • • Caja II. Cinco variables sobre las cir-
El Acute Physiology and Chronic Health cunstancias de ingreso a UCI: moti-
Evaluation (APACHE) fue diseñado vo de ingreso, localización de proce-
en 1981 y revisado en 1985 y 1991 dimiento quirúrgico cuando aplica,
(13,14). De las tres versiones disponi- ingreso planificado o no, presencia
bles continúa siendo vigente la segun- o sospecha de infección y condición
da versión al no ser superada en poder quirúrgica al ingreso.
predictivo por la última, consta de 14 • • Caja III. 10 variables que representan el
variables, incluyendo 12 fisiológicas ob- grado de alteración fisiopatológica al
tenidas en las primeras 24 horas de es- ingreso a UCI, desde una hora previa
tancia en UCI, más la edad y el estado hasta una hora posterior al mismo: Me-
de salud previo. La puntuación máxima nor puntuación en la Escala de Coma
del sistema es 71, pero la mortalidad de Glasgow, mayor frecuencia cardia-
hospitalaria es prácticamente absolu- ca, menor presión arterial sistólica, ma-
ta cuando la puntuación excede 55. En yor valor de bilirrubina, mayor recuento
el escenario perioperatorio APACHE II leucocitario y menor de plaquetas, valor
Ha sido comparado con la clasificación más bajo de pH y soporte ventilatorio.
ASA y se ha encontrado similitud en la
capacidad de predecir mortalidad en La suma de las tres subescalas per-
pacientes no ancianos sometidos a ci- mite una puntuación entre 0 y 217
rugía mayor (1). puntos, no obstante en la cohorte de
SAPS 3 (Simplified acute physiolo- validación la mínima y máxima pun-
gy score), al igual que APACHE II re- tuaciones observadas fueron 5 y 124
presenta un modelo para cuantificar la puntos (15).
gravedad de la enfermedad y predecir La segunda parte o probabilidad de
mortalidad hospitalaria con base en los mortalidad no ha sido empleada

146 Semiología del paciente crítico:


para predecir el desenlace puntual define al paciente crítico y con frecuen-
de mortalidad perioperatoria, sola- cia se presenta falla multiorgánica, en-
mente mortalidad hospitalaria (16). tendiendo ésta como la alteración en la
El incremento del empleo de esta es- función de dos o más órganos. Cuan-
cala un las unidades de cuidado in- do se evalúa la falla orgánica debe en-
tensivo alrededor del mundo hace tenderse que no se trata de una varia-
necesario su reconocimiento. ble dicotómica, presente o ausente, sino
que existen diferentes grados de seve-
SOFA (Sequential organ failure ridad que además pueden mostrar va-
assesment). riación en el tiempo. Esto hace funda-
Las escalas SAPS 3 y APACHE II re- mental encontrar descriptores clínicos y
sultan complejas y tienen como objeti- paraclínicos de los procesos fisiológicos
vo la predicción de mortalidad. SOFA de cada órgano o sistema. En respuesta
aparece como una escala descriptiva a esta necesidad, el Grupo de trabajo de
sencilla que evalúa la morbilidad e in- problemas relacionados con la sepsis de
dividualiza el grado de alteración de la la Sociedad Europea de Medicina Inten-
función cada órgano y permite obser- siva diseñó “Sepsis-Related Organ Failure
var su evolución (17). La falla orgánica Assessment (SOFA)” como un sistema
Tabla 5. Aproximación secuencial a la falla orgánica (SOFA)

Puntuación SOFA
Sistema
0 1 2 3 4
Respiratorio ≤ 200 ≤ 100
> 400 ≤ 400 ≤ 300
PaO2/FiO22 Soporte ventilatorio Soporte ventilatorio
Coagulación
> 150 ≤ 150 ≤ 100 ≤ 50 ≤20
Plaquetas (x1000)
Hepático
< 1,2 1,2-1,9 2,0-5,9 6,0-11,9 ≥ 12
Bilirrubinas (mg/dL)
Dopamina < 5 Dopamina > 5 Dopamina > 15
Cardiovascular No PAM < 70
Dobutamina Epinefrina < 0,1 Epinefrina > 0,1
hipotensión mmHg
Cualquier dosis Norepinefrina < 0,1 Norepinefrina > 0,1
Neurológico
15 < 6 13-14 10-12 6-9 <6
(Glasgow)
Renal
< 1,2 1,2-1,9 2,0-3,4 3,5-4,9 ≥ 5,0
Creatinina (mg/dL)

La puntuación SOFA es resultante de la suma de seis sistemas. La puntuación definitoria de falla orgánica
múltiple es tres pts. Puntuación máxima 24 pts. Adaptado de Vincent JL, De Mendonça A, Cantraine F, et al.
Crit Care Med.1998;26:1793-800.

La clínica y la monitoria invasiva 147


objetivo para describir una secuencia estrés, descrita por Cuthberston hace 90
de complicaciones en el paciente crítico años; se reconocen dos fases, en la ini-
séptico y la extrapoló a población críti- cial o catabólica, se presenta un incre-
ca no séptica al encontrarlo útil también mento en las demandas metabólicas,
en tal escenario, surgió la nueva deno- la respuesta fisiológica compensadora
minación: “Sequential Organ Failure As- es el incremento del aporte de oxíge-
sessment” no (DO2) fundamentalmente mediante
(Tabla 5) (18). La aplicación de esta el incremento del gasto cardiaco (GC)
escala permite llegar al diagnóstico de (21,22). En la medida que surgieron dis-
falla orgánica múltiple como una pun- positivos para realizar monitoría hemo-
tuación superior a tres y muestra ade- dinámica invasiva fue posible observar
más correlación entre la puntuación al que los pacientes que tenían la capa-
ingreso a UCI y la mortalidad siendo de cidad de incrementar el gasto cardia-
9% para los pacientes con menos de co (IC > 2,4 L/min/m2 SC) y el aporte
tres puntos y de 90% para quienes la de oxígeno (DO2 > 600 L/min/m2 SC)
puntuación excedía 15 puntos; Es im- tenían menor mortalidad, incidencia
portante tener presente que la aproxi- de falla multiorgánica y complicaciones
mación SOFA combinada con APACHE postoperatorias, surgiendo el concep-
II/III y SAPS mejora su desempeño pro- to de reanimación basada en objetivos,
nóstico individual (19). orientadas a garantizar entrega de oxí-
geno (DO2) suficiente para satisfacer el
2. De la evaluación incremento en el consumo metabólico,
preoperatoria a las mediante la optimización hemodinámi-
conductas anestésicas ca (23,24). Inicialmente se consideraron
Optimización preoperatoria del objetivos hemodinámicos supranorma-
paciente crítico les (v.g. IC > 4,5 L/min/m2 SC), no obs-
La falla orgánica múltiple continúa pre- tante hoy debemos entenderlos como
sentándose en una importante propor- suficientes o normales para enfrentar
ción de pacientes con enfermedades la respuesta endocrina y metabólica al
agudas o exacerbación de patologías estrés. El anestesiólogo debe tener cla-
crónicas a pesar de los desarrollos tec- ridad conceptual y práctica para en-
nológicos y de conocimiento de la fisio- frentar pacientes críticos, que requieren
patología del paciente crítico, puestos intervenciones quirúrgicas para orien-
a la orden mediante las estrategias de tar estrategias de reanimación antes de
reanimación y soporte intensivo (20). que se desencadene el estrés del trau-
La teoría tras la optimización preope- ma quirúrgico.
ratoria se fundamenta en el conoci- La etiología de la alteración de la fun-
miento de la respuesta metabólica al ción de múltiples órganos en el paciente

148 Semiología del paciente crítico:


crítico está relacionada con un estado en dos grupos (Gráfica 1). El primero,
de disoxia tisular secundario a un inade- indicadores “corriente arriba”, hacen re-
cuado aporte de oxígeno (DO2), fenó- ferencia a marcadores de flujo y presión
meno exacerbado por una alteración en el corazón, vena cava, arteria pulmo-
de la microcirculación e incremento de nar y aorta. Incluyen la presión arterial
las demandas metabólicas, entendiendo sistémica, la frecuencia cardiaca, la pre-
este estado como “choque” (25). Este sión venosa central –en adelante, PVC–,
problema genera en el tiempo empleo la presión capilar pulmonar –en adelan-
de rutas metabólicas menos eficientes te, PACP– y el gasto cardiaco (indexa-
en la producción de energía y con dis- do). Aunque los componentes descritos
función mitocondrial, constituyendo una hacen parte de la monitoria hemodi-
deuda de oxígeno que será más difícil námica en cuidado intensivo, el choque
saldar si las intervenciones de reanima- implica la alteración de la microcircula-
ción no son oportunas (26,27). Tenien- ción y secundariamente de la función
do en cuenta lo anterior y la evidencia celular y su capacidad para producir y
disponible en el escenario de sepsis (Ri- utilizar energía. Entonces el primer gru-
vers et al, 2001), la reanimación agresiva po de marcadores, aunque útiles, se ha-
temprana del paciente crítico puede li- cen insuficientes de forma aislada. Apa-
mitar o aún revertir la disoxia tisular y rece el segundo grupo de indicadores
evitar la presentación de falla orgánica corriente abajo, que pretende evaluar el
múltiple, para impactar en desenlaces balance entre aporte de oxígeno (DO2)
clínicos mayores (28,29). A pesar de los y requerimientos metabólicos (VO2)
resultados obtenidos empleando como (Gráfica 2), con lo cual se trata de co-
objetivos de reanimación la presión ar- nocer la suficiencia del gasto cardiaco y
terial, la presión venosa central (PVC), y la presión de perfusión para satisfacer
la saturación venosa mezclada de oxíge- la necesidades sistémicas. Las variables
no, se continúa discutiendo si estos pa- de este grupo incluyen el gasto urina-
rámetros son adecuados como metas rio, la concentración de lactato, la base
de reanimación y se han propuesto des- exceso estándar (sBE), los niveles tisula-
enlaces y medidas de desenlaces alter- res de dióxido de carbono y las concen-
nativos que se discutirán a continuación. traciones venosas mixtas de oxígeno y
dióxido de carbono (30).
Perfusión tisular como objetivo de Teniendo en cuenta la carencia actual
reanimación. Marcadores ¨Corriente de intervenciones que impacten direc-
arriba¨ y ´Corriente abajo¨. tamente en la perfusión y oxigenación
Se han establecido diferentes tipos a nivel microvascular y celular, el con-
de marcadores para aproximarse a la cepto vigente es la interacción de los
perfusión tisular y se han categorizado grupos de marcadores, entendiendo

La clínica y la monitoria invasiva 149


Gráfica 1. Objetivos de reanimación. Indicadores de perfusión tisular.

Modificado de: Marik P, Baram M. Crit Care Clin 2007;23:383–400

Gráfica 2. Interacción variables corriente arriba y corriente abajo. Blancos terapéuticos.

DO2 = GC x [(Hb x 13.4 x SaO2) + (0.003 x PaO2)]. Modificado de: Rincón DA. Choque. Unidad especializada
Anestesiología. Universidad Nacional de Colombia. 2008.

150 Semiología del paciente crítico:


que la modificación de variables “co- Diversos métodos no invasivos se
rriente arriba”, modifican los indicado- han introducido para ofrecer una alter-
res “corriente abajo” (30,31). Ahora, a nativa al catéter de arteria pulmonar,
la luz de la fisiopatología, las interven- procurando eliminar las complicaciones
ciones a realizar parecen claras, sin em- relacionadas con la inserción y perma-
bargo la evidencia clínica no ha permiti- nencia de este dispositivo (30). La eco-
do responder la pregunta de cuáles son cardiografía es un método que permi-
las mejores estrategias farmacológicas te aproximarse a la función cardiaca a
para la manipulación hemodinámica en través de la generación de imágenes en
cuanto a los fluidos de reanimación y tiempo real del corazón a partir de la re-
al soporte inotrópico, inodilatador, va- flexión de ondas de ultrasonido. Es po-
soconstrictor o vasodilatador (32). Así sible evaluar el tamaño de las cámaras,
que la respuesta aparece en la lectura la contractilidad ventricular, la función
juiciosa de la hemodinamia del pacien- valvular y con el apoyo de Doppler se
te para diagnosticar el tipo de choque puede evaluar el flujo. El flujo transval-
y seguir su evolución en el tiempo, en vular (anterógrado o regurgitante) pue-
respuesta a las medidas terapéuticas de ser evaluado y con tal información se
instauradas. pueden determinar la presión sistólica
pulmonar y el gasto cardiaco. La obser-
Monitoría de las variables ¨Corriente vación de un corazón hiperdinámico o
arriba¨ y ´Corriente abajo¨. hipodinámico en el contexto de hipoxia
Gasto cardiaco tisular puede orientar la elección de fár-
El gasto cardiaco –en adelante, GC– macos para la manipulación hemodiná-
representa el parámetro hemodinámico mica, adicionalmente la observación de
más importante dentro de los marca- un ventrículo derecho dilatado advier-
dores “corriente arriba” (30). El primer te la presencia de disfunción ventricu-
método para la estimación del gasto lar derecha, problema frecuente en el
cardiaco fue descrito por Adolf Fick en paciente crítico (30). A pesar de estas
1870, este método fue referencia has- ventajas, el empleo de la ecocardiogra-
ta la introducción del catéter de arteria fía requiere del entrenamiento suficien-
pulmonar por Swan y Ganz en la década te para obtener imágenes en los planos
de 1970 que empleaba el método de correctos y es un recurso aún no dispo-
termodilución por bolos adaptando el nible para que el anestesiólogo general
Principio de Fick. A pesar de las limita- lo emplee en orientar los objetivos de
ciones del método, representa el están- la reanimación.
dar de referencia para la comparación Otros dispositivos no invasivos para
de nuevas tecnologías de monitoria no la estimación del gasto cardiaco son ex-
invasiva (31). puestos en la tabla 6.

La clínica y la monitoria invasiva 151


Tabla 6. Métodos no invasivos para la estimación del gasto cardiaco.

Método Descripción
Reinhalación parcial de CO2. Comparación de etCO2 durante un ciclo de no reinhala-
ción y uno con reinhalación de CO2. La razón de cambio en etCO2 y la eliminación
Reinhalación de de CO2 tras 50 s de reinhalación parcial estiman GC.
CO2 NiCCO ® Limitaciones. Cortocircuito fisiológico y anatómico
Concordancia con estándar de oro. Pobre a aceptable (subestimación)
Recomendación. No recomendado actualmente.
Cálculo de GC mediante la medición de la velocidad del flujo sanguíneo en la aorta
descendente a través de un transductor Doppler. Se toma en cuenta el diámetro de
la aorta, la distribución del gasto cardiaco en la aorta descendente y la velocidad
Doppler esofágico del flujo en vaso.
Limitaciones. Disponibilidad del equipo. Dependencia de posición adecuada.
Concordancia con estándar de oro. Buena
Recomendación. Aplicable en la práctica clínica
Considera la relación de proporcionalidad directa ente la presión de pulso y el vo-
lumen sistólico e inversa con la distensibilidad vascular, entonces la presión de pulso
varía de forma predecible en relación con la distensibilidad de la pared arterial y
Análisis de contorno el volumen sistólico.
de pulso Limitaciones. Cálculo de distensibilidad arterial, resuelve el problema calculándola a
partir de la edad, índice de masa corporal (IMC), etnicidad y sexo.
Concordancia con estándar de oro. Buena
Recomendación. Aplicable en la práctica clínica
Emplea la dilución de litio tras la inyección por vía venosa central o periférica con
posterior análisis por un analizador de concentración conectado a una línea arterial.
Dilución de litio Genera una curva similar a la termodilución del catéter de arteria pulmonar.
Concordancia con estándar de oro. Buena
Recomendación. Aplicable en la práctica clínica
Emplea la bioimpedancia eléctrica torácica para estimar GC. Considera las variaciones
de la impedancia torácica con los cambios en el contenido sanguíneo del tórax en
relación con el ciclo cardiaco.
Limitaciones. Algoritmos complejos para el cálculo de GC. Variabilidad importante en-
Pletismografía
tre algoritmos propuestos.
Concordancia con estándar de oro. Variable
Recomendación. Pendiente validación de nuevos algoritmos para aprobar el empleo
en escenario clínico.

Adaptado de: Marik P, Baram M. Crit Care Clin 2007;23:383–400

152 Semiología del paciente crítico:


Diversos estudios han sido diseñados la aproximación tradicional mediante
para comparar los métodos no invasi- las presiones de llenado. El aporte de
vos con el método de termodilución, líquidos tiene como objetivo incremen-
no obstante se encuentran limitaciones tar el volumen sistólico, pero esto solo
metodológicas como evaluación de co- es cierto si el paciente se encuentra en
rrelación y no de concordancia entre la pendiente ascendente de la curva de
los resultados. La evidencia disponible Frank–Starling donde es posible reclu-
no permite ubicar un método sobre tar la contractilidad e incrementar en
otro dentro de las recomendaciones de consecuencia el volumen latido (31,32)
empleo, sin embargo todos los dispo- (Gráfica 3). Este mecanismo representa
sitivos tienen la capacidad de detectar la reserva funcional cardiaca en situacio-
cambios en el gasto cardiaco y reflejar nes de estrés. Sin embargo, en pacien-
las tendencias en respuesta a las inter- tes con falla circulatoria la respuesta a
venciones instauradas (31). la administración de líquidos intraveno-
sos es variable según el tipo de choque
Evaluación de la respuesta a la y es de importancia ingente determinar
administración de líquidos en la fase de reanimación u optimiza-
Recientemente ha crecido el interés ción preoperatoria, cuáles pacientes se
por la predicción y la monitoría de la benefician de esta intervención para in-
respuesta a la administración de líqui- crementar el gasto cardiaco y la entrega
dos, ante las limitaciones existentes en de oxígeno y en quienes es deletéreo y

Gráfica 3. Contractilidad cardiaca

La clínica y la monitoria invasiva 153


solo incrementa el edema tisular favore- La contractilidad miocárdica deter-
ciendo la disoxia. mina la fuerza de contracción y el por-
Las presiones de llenado, presión ve- centaje del volumen de fin de diástole
nosa central y presión capilar pulmo- eyectado en cada latido. El incremento
nar han sido aproximaciones habituales de la contractilidad incrementa el volu-
para evaluar la respuesta a la expansión men sistólico para la misma precarga.
volumétrica, aunque es claro que no Las interacciones corazón–pulmón
permiten predecir la respuesta hemo- durante la ventilación mecánica, im-
dinámica en pacientes sanos ni en pa- plican una variación en el volumen
cientes con múltiples estados patológi- sistólico en relación con el ciclo res-
cos. A pesar de esto diversos consensos piratorio y su magnitud puede ser
como es el caso de la campaña Surviving utilizada para evaluar la respuesta a
sepsis y protocolos de experimentos la terapia con líquidos intravenosos
que evalúan protocolos de reanimación (33,34). La ventilación con presión
temprana y optimización preoperatoria positiva induce cambios en las con-
los establecen como objetivos de reani- diciones de carga de los ventrículos
mación. El seguimiento del volumen sis- derecho e izquierdo. El Ventrículo
tólico y el gasto cardiaco frente a car- derecho sufre reducción de su pre-
gas de líquidos, y recientemente de la carga secundario a incremento de la
fracción de eyección del ventrículo de- presión pleural y reducción del gra-
recho, evaluados mediante el catéter diente de presión de retorno veno-
de arteria pulmonar representan una so (Gráfica 4), a esto se suma incre-
aproximación fisiológica más apropiada. mento de la postcarga para producir

Gráfica 4. Determinantes del retorno venoso

154 Semiología del paciente crítico:


disminución en el volumen latido. La mento en el gasto cardiaco tras una
reducción de la eyección ventricular carga de líquidos, sugiriendo que las
derecha durante la inspiración lleva a variaciones dinámicas en el desem-
una reducción de la precarga izquier- peño cardiaco cuando un paciente
da durante una fase de dos o tres recibe ventilación con presión posi-
ciclos cardiacos, en consecuencia el tiva son preferibles a las presiones de
volumen sistólico, gasto cardiaco y la llenado tradicionales para monitori-
presión arterial caen. zar la administración de fluidos intra-
venosos (20, 30).
El flujo de sangre desde las venas ha- La elección del tipo de líquido para
cia el corazón está determinado por el reanimación/optimización debe reali-
gradiente entre las presiones venosas zarse tomando en cuenta su volumen
centrales y periféricas. En condiciones de distribución y consecuentemente
fisiológicas puede incrementarse el gas- su fracción de expansión plasmática
to cardiaco mediante el incremento de y las propiedades físico-químicas de
la presión de llenado circulatoria media cada uno previendo las alteraciones
(volumen, vasoconstricción venosa) o electrolíticas y ácido base que puedan
reducción de la presión venosa central surgir secundario a la administración
(PVC). La resistencia del sistema venoso de volúmenes elevados (35). La con-
presenta mínima variación y se conside- troversia entre cristaloides y coloides
ra constante. Resulta claro de acuerdo a continúa vigente, sin embargo la au-
los determinantes porque la PVC no es sencia de evidencia a favor de las dife-
fisiológicamente un objetivo adecuado rentes formulaciones de coloides sin-
de reanimación. Adaptado de: Gelman téticos y el exceso de costo además
S. Anesthesiology 2008; 108:735–48 de efectos adversos reportados sobre
la coagulación, reacciones alérgicas e
La reducción del retorno venoso se- insuficiencia renal, hacen desviar la ba-
cundario a la disminución del gra- lanza a favor de los cristaloides (36).
diente de presión de retorno es más
acentuada en los pacientes hipovo- O2 venoso mezclado, CO venoso
lémicos pues tienen una presión de mezclado y componente metabólico
llenado circulatoria media baja. Este del estado ácido base.
fenómeno también se acentúa en los La saturación venosa mezclada de O2
pacientes que se encuentran en la (SvmO2) medida a través de un catéter
meseta de la curva presión/volumen. de arteria pulmonar o un catéter cen-
Se ha demostrado que variaciones tral en la aurícula derecha es útil como
mayores a 12% en la presión sistólica monitor de perfusión tisular y permite
y presión de pulso predicen un incre- evaluar la respuesta a las modificaciones

La clínica y la monitoria invasiva 155


de las variables corriente arriba atrás Con respecto al estado ácido–base,
comentadas. Una baja SvmO2 en ausen- múltiples trabajos han pretendido esta-
cia de hipoxemia arterial es reflejo de blecer en cohortes, variables como la
una inadecuada entrega de oxígeno (re- base exceso, el bicarbonato estándar,
cordar determinantes, Gráfica 2). Puede base exceso estándar, aniones no me-
emplearse el cálculo de la extracción ti- didos, diferencia de iones fuertes –en
sular de oxígeno mediante la diferencia adelante, DIF– y brecha de iones fuertes
entre los contenidos arteriales y veno- como predictores de mortalidad cuan-
sos de oxígeno, realizando gases arte- do reflejan acidosis, sobre todo en el es-
riovenosos o estimarse a través de la sa- cenario de trauma (38). Aunque se ha
turación venosa medida y la saturación demostrado utilidad en la predicción de
arterial reportada por el oxímetro de mortalidad, no existe información dis-
pulso para corregir las alteraciones de ponible que soporte su uso como obje-
oxigenación arterial, siendo normal una tivos de reanimación. Con frecuencia los
extracción menor a 27% (37). La tasa pacientes críticos presentan alteraciones
de extracción de oxígeno evalúa la alte- ácido-base metabólicas complejas (v.g.
ración en la relación aporte – consumo acidosis metabólica más alcalosis meta-
de oxígeno en los tejidos y ha sido pro- bólica) y una aproximación cuantitativa
puesto como umbral hipóxico en diver- como lo son la base exceso, hidrogenio-
sos trabajos, siendo además mejor pre- nes metabólicos y delta de hidrogenio-
dictor de mortalidad que SvmO2 aislada nes deben acompañarse de un análisis
(38). La presión venosa mezclada de de causalidad de dichos trastornos para
CO2 representa también una medida establecer las medidas terapéuticas per-
de hipoxia tisular menos empleada. Es- tinentes. Aunque no se ha demostrado
tas aproximaciones globales a la hipoxia superioridad entre las aproximaciones
presentan como principal limitación la tradicional y moderna del estado áci-
ausencia de sensibilidad, dado que una do base, los autores sugieren familiari-
elevada PCO2 y baja O2, drenado desde zarse con el abordaje fundamentado en
órganos vitales puede resultar diluido la perspectiva de las propiedades físico-
por el drenaje venoso de órganos con químicas de los líquidos (Stewart, 1982),
bajo requerimiento metabólico, además que se sintetiza en la gráfica 5.
en el caso de sepsis, cuando se presen-
ta un cortocircuito macrocirculatorio, Variables independientes determi-
la SvmO2 se convierte en un indicador nantes de la concentración de hidro-
pobre de hipoxia tisular. A pesar de las geniones en las soluciones biológicas.
limitaciones, la SvmO2 constituye un ob- Desde la perspectiva de Stewart es-
jetivo terapéutico dentro de la optimi- tas variables determinan la disocia-
zación preoperatoria. ción del agua y consecuentemente

156 Semiología del paciente crítico:


Gráfica 5. Determinantes del pH plasmático

la concentración de H+ en una so- NADH/NAD+, el piruvato se desvía


lución. Se grafican las relaciones entre hacia la producción de lactato. Ahora, la
las tendencias de DIF y ATOT (deter- acidosis láctica se presenta cuando la ge-
minantes metabólicos) con la con- neración de lactato excede la capacidad
centración de H+ para fines de inter- para metabolizarlo o utilizarlo, ambas si-
pretación. Modificado de: Constable tuaciones alteradas en el paciente crítico
P. Veterinary Clinical Pathology 2000; a favor de su acumulación. Las rutas de
29(4):115-28 y Gómez A. Homeosta- metabolismo hepático (70-80%), y renal
sis del Hidrógeno: Una aproximación (10-20%) se encuentran muy reducidas,
basada en la teoría de Stewart, 2000. secundarias al compromiso de la circula-
ción esplácnica (39,40). Esto debe hacer
El Lactato sérico se reconoce como considerar que aunque es un marcador
un indicador de hipoxemia tisular desde corriente abajo útil, su presencia en ele-
la década de 1970 (31,40). El lactato se vada concentración en el paciente críti-
genera como producto del metabolis- co no es sensible, y resulta mejor un in-
mo anaeróbico a partir del piruvato me- dicador de severidad de la condición del
diante la acción de la enzima piruvato paciente, más que de función mitocon-
deshidrogenasa. Normalmente el piru- drial. Valores de lactato sérico que ex-
vato es metabolizado en la mitocondria ceden cuatro mmol/L se relacionan con
a CO2 y H2O en el proceso de gluco- alto riesgo de muerte.
neogénesis, sin embargo en condiciones El abordaje sugerido para orientar la
de hipoxia tisular, cuando se presenta un optimización preoperatoria se sintetiza
incremento en la razón de coenzimas en la tabla 7.

La clínica y la monitoria invasiva 157


Tabla 7. Optimización del paciente para cirugía de urgencia o emer-
gencia.

Identificación del paciente


• Shoemaker, adaptado Boyd. Criterios para identificación de pacientes con alto riesgo quirúrgico
• Enfermedad cardiorrespiratoria severa. (v.g. Infarto agudo o reciente de miocardio, enfermedad pulmonar
obstructiva crónica)
• Procedimiento quirúrgico extenso para patología oncológica
• Pérdida sanguínea aguda masiva (> 8 unidades)
• Edad > 70 años con reserva fisiológica limitada en uno o más sistemas
• Sepsis (SRIS + foco séptico)
• Insuficiencia respiratoria (Soporte ventilatorio mecánico > 48 horas, FiO2 > 0,4 o PaO2 < 60 mmHg)
• Catástrofe abdominal con inestabilidad hemodinámica (pancreatitis, peritonitis generalizada, sangrado
gastrointestinal)
• Falla renal aguda (BUN > 56 mg/dl, creatinina > 2,9 mg/dL)
• Enfermedad vascular periférica avanzada con compromiso aórtico
• Crit Care 2005.;9(4):390-6
Reconocimiento de problemas
Evaluación por sistemas. Historia clínica, examen físico, monitoria invasiva y no invasiva. Apoyo diagnóstico
orientado
Definición de prioridades
Prioridad procedimiento quirúrgico (CEPOD)
Optimización preoperatoria de alteración funcional de órganos y perfusión tisular
Equipo de trabajo
Participación de equipo multidisciplinario
Cuidado crítico, anestesiología, cirugía
Reanimación
Soporte cardio-cerebro-pulmonar básico y avanzado. Seguimiento de acciones según ABCD primario y secun-
dario
Optimización cardiovascular
De acuerdo a procedimiento a prioridad del procedimiento
Evaluación de marcadores corriente abajo (SvmO2, lactato, identificar acidosis metabólica)
Evaluación de marcadores corriente arriba (Gasto cardiaco, presiones de llenado, presión arterial), identificar
probabilidad de respuesta a expansión de volumen intravascular. Se definen y establecen dispositivos de mo-
nitoria invasiva para evaluación inicial y seguimiento de respuesta a intervenciones.
Cuidado intraoperatorio y postoperatorio
Todas las intervenciones de optimización deben continuarse durante el período intraoperatorio y postope-
ratorio.

158 Semiología del paciente crítico:


de arteria pulmonar, monitoría no inva-
Evidencia disponible siva del gasto cardiaco); tercero, se em-
La literatura publicada que evalúa plean diferentes técnicas para modificar
el impacto del incremento del aporte el DO2; cuarto, se presentan problemas
de oxígeno (DO2) tisular en pacientes metodológicos, como poder reducido,
perioperatorios, presenta algunas limi- alta mortalidad, control de cointerven-
taciones. Primero se identifican pobla- ciones y falla en el análisis con intención
ciones heterogéneas con diferentes de tratar. Se identifican experimentos
condiciones mórbidas y expectativas recientes que evalúan la optimización
de vida; segundo, se emplean diferentes hemodinámica en el intraoperatorio
variables “corriente arriba” (presiones (Donati et al, 2007), y en el momento
de llenado, gasto cardiaco) y diferentes
aproximaciones a las mismas (Catéter

Tabla 8. Terapia intraoperatoria orientada por objetivos

Experimento clínico controlado multicéntrico


Tipo de estudio
n= 135 pacientes alto riesgo programados para cirugía abdominal
Tratamiento orientado a optimizar perfusión tisular (Extracción
Objetivo
oxígeno <27%) para disminuir falla orgánica y estancia hospitalaria
Grupo A Grupo B
Ext O2 Horaria.
< 27% Manejo estándar.
Grupos de intervención 1. Fluidos.
> 27% PVC, Gasto urinario,
PVC > 10 cmH2O presión arterial media
No modificaciones
2. Inotropia
Dobutamina
Desenlaces
Falla orgánica (%) P <0.05 11.8% 29.8%
Falla hematológica (n) p < 0.01 0 3
Falla hepática (n) p < 0.01 2 8
Falla cardiovascular (n) p < 0.01 1 5
Falla renal (n) p < 0.01 2 7
Falla respiratoria (n) p < 0.01 4 4
Mortalidad (%) p < 0.01 2.9% 3.0%

Adaptado de: Donati A et al. Chest 2007;132;1817-1824. Se identifica impacto en la incidencia global de falla
orgánica y en los tipos de falla orgánica, excepto respiratoria. No se observa beneficio en mortalidad.

La clínica y la monitoria invasiva 159


de admisión a UCI en el postoperatorio (Shoemaker et al, 2002). Se sintetizan en las
tablas 8 y 9 (38,41).
Tabla 9. Optimización hemodinámica en pacientes de alto riesgo

Meta-análisis de experimentos clínicos controlados


Diseño (n=21)
Describir objetivos de reanimación en pacientes críticos agudos y desenlaces asociados
Objetivo
(mortalidad) con influencias fisiológicas, clínicas y terapéuticas.
Severidad condición clínica (Mortalidad grupo control > 20%)
Intervención
Temprana (Antes de falla orgánica) Tardía (Posterior a falla orgánica)
Lobo, 2000. Alia, 1999.
n=42 0,16-0,33=-0,17 n=63 0,74-0,66=0,09
Quirúrgicos Quirúrgicos/médicos
Wilson, 1999. Yu, 1998
n=138 0,04-0,33=-0,32 n=66 0,21-0,52=0,31
Quirúrgicos Quirúrgicos (< 75 años)
Bishop, 1995. Yu, 1998
n=115 0,18-0,37=-0,19 n=39 0,57-0,62=0,31
Trauma Quirúrgicos (> 75 años
Boyd, 1993. Gattinoni,1995.
n=107 0,06-0,22=-0,17 n=762 0,49-0,48=0,01
Experimentos Quirúrgicos Quirúrgicos (<75 años
incluidos Tuschsmidt,1992. Hayes, 1994
n=70 0,5-0,72=-0,22 n=109 0,5-0,3=0,2
Médicos Quirúrgicos/médicos
Shoemaker, 1988.
n=70 0,04-0,3=-0,26 Yu, 1993.
Trauma/quirúrgicos n=70 0,34-0,34=0
Shultz, 1985. Quirúrgicos
0,03-0,29=-0,26
n=70
Subtotal. -0,23(+/- 0,07) p < 0,05 Subtotal. 0,0 (+/- 0,07) p > 0,05
Severidad condición clínica (Mortalidad grupo control < 15 %)
Intervención
Valores supranormales Valores normales
Velmahos, 2000. Valentine, 1998.
n=75 0,15-0,11=0,04 n=126 0,05-0,02=0,03
Trauma Cirugía aórtica

160 Semiología del paciente crítico:


Meta-análisis de experimentos clínicos controlados
Diseño (n=21)
Ueno, 1998. Bender, 1997.
n=34 0,0.0,11=-0,11 n=104 0,002-0,02=0,0
Médicos. Cirrosis Vascular: Aorta, extremidades
Durham,1996. Ziegler, 1997
n=60 0,11-0,1=0,01 n=72 0,09-0,05=0,04
Trauma/médicos Vascular: Aorta, extremidades
0,0-0,03=0,03
Berlauk, 1991
n=89 0,01-0,1=0,09
Vascular periférico
Subtotal -0,01 (+/-0,03) p > 0,05

Adaptado de: Kern J, Shoemaker W. Crit Care Med 2002;30(2):1686-92. Se describen los artículos incluidos de
acuerdo a la mortalidad del grupo control, tiempo para alcanzar los objetivos (Temprano Vs. Tardío) y valores
normales Vs. Supranormales. En los recuadros rosa se anota la diferencia entre la mortalidad del grupo de
intervención y el control (Disminución de riesgo de muerte). Se observa que el impacto sobre la disminucón
de mortalidad es significativo en el grupo de intervención temprana y en los grupos de mayor severidad de
acuerdo a la mortlidad del grupo control.

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164 Semiología del paciente crítico:


Manejo anestésico perioperatorio
en el paciente con feocromocitoma

Mario Ruiz1
William Amaya Z.2
Luisa Cepeda P.2

Historia / incidencia minantemente en la médula adrenal y


El feocromocitoma es un tumor muy el porcentaje restante, de células cro-
raro con una incidencia de uno a 2.0 mafines paraganglionares del Sistema
casos por cada 100.000 nacidos vivos. Nervioso Simpático incluido el órgano
Sus primeras descripciones datan desde de Zuckerkandl. Puede presentarse es-
1912 por Pick el cual le denominó Dus- porádicamente o en conjugación con
ty–coloured tumour posteriormente fue otros tumores como la asociación que
descrito en cirugías por Roux en 1926 se presenta en la Neoplasia Endocrina
y Mayo en 1.972 (2). Se ha reportado Múltiple (Síndrome de Sipple, Neurofi-
una incidencia de 0.2 a 0.8 por millón bromatosis tipo I, Sindrome de Von Hi-
de personas (20).12 pel-Lindau) (2). Alrededor de 1/3 son
Es un tumor productor de cateco- bilaterales, y de estos, 10% son espo-
laminas derivado del neuroectodermo, rádicos y 50% familiares. El 50% de los
de las células cromafines en la glán- pacientes con enfermedad unilateral
dula suprarrenal, generado por cam- desarrollan un segundo feocromocito-
bios neoplásicos en las células amine ma en la glándula contralateral en los si-
and amine precursor uptake and decar- guientes 10 años. Solo el 10% de los ca-
boxylation –en adelante, APUD– dichas sos se presenta en niños generalmente
células tienen funciones citoquímicas entre los 6-14 años de edad; más del
en la producción de aminas biológi- 30% son múltiples y menos del 10 %
camente activas. Aparecen a cualquier son malignos siendo el resto lesiones
edad pero son más frecuentes en jóve- unilaterales localizadas en las glándulas
nes y en adultos de mediana edad (1); adrenales (11). A pesar de ser un tumor
en cerca del 90% de los casos se de- extremadamente raro en los niños de-
sarrollan en células cromafines predo- bería buscarse en aquellos que se pre-
sentan con hipertensión episódica y en
1 Neuro - Anestesiologo - Intensivista, Funda- los niños de familia con historia conoci-
ción Santa Fé, Bogotá.
2 Anestesiológo, Fundación Santa Fé, Bogotá. da de cáncer medular de tiroides o feo-

La clínica y la monitoria invasiva 165


cromocitomas, el manejo preoperato- Se considera a la hipertensión arte-
rio deberá seguir principios similares al rial, como uno de los signos clínicos más
de los adultos. Es más común en muje- comunes presentes en feocromocito-
res que en hombres con una incidencia ma, sin embargo solo uno de cada 400 a
pico durante la tercera y cuarta década 800 pacientes hipertensos tiene feocro-
de la vida (20). micotma (2,20). La secreción de cate-
Dada la gran variedad de alteracio- colaminas aunque puede ser paroxística,
nes cardiovasculares, metabólicas y usualmente es sostenida, de ello que en
neuroendocrinas presentadas por los los pacientes con secreción exclusiva de
niveles circulantes constantes o intermi- norepinefrina se presentan con hiper-
tentes de catecolaminas y los múltiples tensión frecuentemente severa y refrac-
manejos que han sido variables, genera- taria a la terapia convencional. Solo una
dos por reportes aislados de casos, sur- pequeña proporción de los pacientes,
gen grandes dudas con respecto al ma- cerca del 1 al 17%, presentan síntomas
nejo ideal de estos pacientes durante el paroxísticos que reflejan una excesi-
acto anestésico y perioperatorio. va secreción de adrenalina y dopamina,
La búsqueda de un adecuado manejo presentando taquicardias que producen
anestésico perioperatorio, con base en en el paciente síntomas como: palpita-
la mejor evidencia disponible, permite ciones, sudoración, temblor, palidez, aso-
garantizar un resultado óptimo, disminu- ciado a sensación de pánico (2). Entre
yendo la incidencia de las complicacio- otros signos y síntomas se presenta el
nes que se han reportado en la litera- hipermetabolismo con pérdida de peso
tura (4) y que hace unos años generaba o falla en la ganancia de peso en casos
gran morbimortalidad, incluso llegan- de adolecentes (11), estimulación en li-
do a considerar esta patología como la beración de insulina por adrenorrecep-
“pesadilla” del Anestesiólogo (3) ya que tores B2.
muy pocos especialistas tienen una ex- El paciente mantiene un aumento
periencia sustancial en el manejo de pa- marcado del tono vascular tanto veno-
cientes con feocromocitoma (2). so como arterial, generando una dis-
minución del volumen sanguíneo, esto
Clínica lo hace ser hipertenso e hipovolemico
Los síntomas presentados con secun- (2); si asociado a lo anterior, el paciente
darios al influjo de catecolaminas pre- permanece sin un adecuado manejo de
sentes el cual puede ser paroxístico o la tensión arterial entraría en falla ven-
constante. Se ha descrito la triada clási- tricular izquierda con marcada disminu-
ca: hipertensión, flushing y cefalea; entre ción del flujo arterial generando fácil-
otras manifestaciones clínicas, está la in- mente estados de acidosis metabólica y
tolerancia a la glucosa dislipidemia. lesión celular.

166 Semiología del paciente crítico:


La cardiomiopatía dilatada es una tente pero regular, severa y asociada
consecuencia potencialmente reversi- con náuseas y emesis, debe tenerse en
ble del exceso de catecolaminas es aso- cuenta el feocromocitoma como posi-
ciada a falla ventricular en un tercio de ble causa de esta sintomatología.
los pacientes. En la cardiomiopatía es En un estudio descriptivo de 29 pa-
de origen multifactorial, mostrando in- cientes valoradas entre 1991 y 1999
ternalización de receptores beta adre- por Baguet se encontró una frecuen-
nérgicos y reducción de miofobrillas, cia de los síntomas presentados en pa-
incrementando la permeabilidad del cientes con feocromocitomas así: cefa-
sarcolema al calcio, el cual aumenta el lea 14/29, palpitaciones 14/29, diaforesis
citosol y genera un efecto toxico en el 13/29, hipotensión ortostática 5/29, cri-
miocardio (11). Se ha descrito una car- sis hipertensiva 14/29, y la tríada clásica
diomiopatía similar inducida por cateco- de cefalea, diaforesis y palpitaciones en
laminas en pacientes con tétano e hi- 7/29 (19,21). En otro estudio, la tríada
peractividad simpática prolongada. En clásica de cefalea, ataques de diaforesis
pacientes con hipertensión arterial por y taquicardia en un paciente hipertenso
norepinefrina se ha descrito una cardio- se reporto una sensibilidad de 90,9% y
miopatía hipertrófica (2). una especificidad de 93,8% (21).
El feocromocitoma es considerado Los síntomas se pueden desencade-
un gran simulador puesto que puede nar con cambios posturales, ejercicio,
manifestarse de una gran variedad de ansiedad, trauma, dolor o algunos medi-
formas. Darby y Prys-Roberts describie- camentos. Sin embargo, cerca del 8% de
ron un paciente que se presentó con los pacientes pueden estar asintomáti-
falla ventricular izquierda de alto gasto cos, estos pacientes tienen, usualmente
resultado de una comunicación arterio- formas familiares o tumores grandes y
venosa, con una gran masa suprarrenal quísticos.
que finalmente era un feocromocitoma. Otros desordenes pueden presen-
La falla cardiaca de alto gasto también tarse como alteraciones endocrinas (hi-
se ha descrito como una complicación perclasemia), síndrome de cushing, car-
de la producción excesiva de epinefrina sinoma tiroideo), metabólicas (diabetes
con cardiomiopatía, y no se descarta la mellitus, acidosis láctica), quirúrgicas (ab-
excreción excesiva de dopamina como domen agudo), cardiovasculares (shock,
causa adicional (2). cardiomiopatía dilatada, arritmias, ede-
La cefalea es el síntoma común se- ma pulmonar, falla cardiaca), y neuroló-
cundario a la hipertensión, generalmen- gicas (alteración del estado mental, con-
te es de poca alarma para considerarla vulsiones, signos y síntomas focales).
como causa de un tumor, sin embargo Esta enfermedad también puede
cuando se presenta en forma intermi- estar presente durante el embarazo y

La clínica y la monitoria invasiva 167


puede mimetizar los síntomas y signos nas en plasma como le mejor marcador
usuales de toxemia, desde una simple bioquímico para el diagnóstico de feo-
hipertensión hasta una eclampsia fulmi- cromocitoma (13). Entre los impulsos y
nante. El manejo anestésico y quirúrgico secreciones, las metanefrinas fracciona-
durante el embarazo sigue los mismos das libres en plasma pueden continuar
principios que la población general (21). elevadas a pesar de la normalización de
Teniendo en cuenta las asociaciones otros marcadores, en caso de presentar
con otras patologías, a los pacientes que alta sospecha se debe realizar el test de
se les diagnostica o trata un carcinoma metanefrinas y catecolaminas en orina
medular de tiroides se les debe hacer de 24 horas (11).
un chequeo para feocromocitoma. El diagnóstico depende crucialmente
El tratamiento médico adecuado es de la evidencia de producción de cate-
indispensable para inhibir los efectos colaminas por el tumor, la determina-
deletéreos del influjo de catecolaminas ción de niveles normales de metane-
en los órganos, esto, mientras se reali- frinas en plasma incluyen la presencia
za el tratamiento quirúrgico definitivo el de feocromocitomas (excepto los pe-
cual es su recepción quirúrgica. queños), mientras que concentraciones
normales en plasma y orina sí son ex-
Diagnóstico cluyentes definitivos.
La confirmación del diagnóstico se basa La presencia de falsos positivos se
en una adecuada historia clínica. Es ne- convierte en un dilema clínico, lo cual
cesaria la realización de exámenes pa- requiere exámenes adicionales aumen-
raclínicos bioquímicos, al igual que imá- tando los costos en la localización de un
genes diagnósticas, se busca en éstas supuesto tumor, se preferiría, antes de
últimas, que en lo posible sean confir- estudios imagenológicos, descartados
matorias del diagnóstico. por exámenes bioquímicos.
Hay estudios en los que la especifici-
Diagnóstico Paraclínico: dad de las metanefrinas libres en plas-
Dentro de ellos, son más sensibles ma, fue solo de un 82% en pacientes
los niveles plasmáticos de metanefri- con signos y síntomas que sugerían feo-
nas y normetanefrinas comparadas con cromocitoma, otros estudios han de-
las catecolaminas séricas, pues la secre- mostrado alta sensibilidad pero especi-
ción de metanefrinas es continua y la ficidad de solo 85% en plasma, la cual
de catecolaminas es intermitente du- fue menor que la medición de cateco-
rante los episodios hipertensivos por laminas urinarias y la medición de me-
eso tienen más alta frecuencia de falsos tanefrinas totales. Hay registro de pa-
negativos. Se considera a las metanefri- cientes con catecolaminas normales en

168 Semiología del paciente crítico:


orina a pesar de signos y síntomas del Las metanefrinas fraccionadas en
tumor (15). Se describe la sensibilidad plasma debe ser el test de elección en
de estos valores así: norepinefrina en pacientes de alto riesgo (16,21). Pacien-
orina 86%, epinefrina en orina 33%, áci- tes con elevación plasmática de norme-
do vanililmandélico 64%. tanefrinas o metanefrinas pero normal
Valores normales en plasma y orina o levemente elevada de norepinefrina o
de catecolamina por sí solos, no exclu- epinefrina tienen más posibilidad de te-
yen el diagnóstico, valores elevados de ner feocromocitoma, que aquellos pa-
normetanefrinas, metanefrinas o am- cientes con altos niveles de epinefrina y
bos metabolitos se encuentran en casi norepinefrina y niveles bajos de meta-
todos los pacientes con feocromocito- nefrina y normetanefrina
ma excepto en pacientes con tumores
pequeños <1 cm dada la poca produc- Diagnóstico imagenológico
ción de catecolaminas que representan; Se recomienda, para un paciente con
otras raras excepciones son pacientes evidencia bioquímica inequívoca de feo-
con tumores que no producen epin- cromocitoma, sin sospecha de relacio-
efrina o norepinefrina. En los casos de nes familiares o con síndromes recono-
falsos negativos, estos son eliminados cidos y con una masa unilateral en la CT
virtualmente con la medición de meta- o MRI consistente con feocromocitoma,
nefrinas libres en plasma. se puede realizar la adrenalectomía.
La medición de metanefrinas fraccio-
nadas en plasma son altamente sensi-
bles (97%) pero con un gran vacío de
especificidad (85%) cuando es compa-
rada con la combinación de medición
de metanefrinas y catecolaminas en ori-
na de 24 horas con una especificidad
del 98%. Pueden ser vistos falsos nega-
tivos de mediciones en orina en pacien-
tes asintomáticos con masas adrenales
vasculares o síndromes familiares de
alto riesgo. Un resultado negativo des-
carta la presencia de la enfermedad in-
cluso en individuos de alto riesgo con la
posible excepción de la presencia de un
tumor secretor de dopamina (16,21).

La clínica y la monitoria invasiva 169


Algunos estudios reportan una sen- efrina aislada cursan con hipotensión
sibilidad del 100% para la Resonancia más que hipertensión.
Magnética Nuclear, especialmente para Se han reportado casos de pacien-
tumor extradrenal. tes con compromiso de órgano blanco
Es posible la localización con CT in- como por ejemplo pacientes con infar-
cluso en pacientes inestables. (17). to agudo de miocardio secundario a la
En aproximadamente el 10% de los elevación considerable de la tensión ar-
pacientes se descubre incidencialmente terial (13, 17), incluso en ausencia de ar-
en el estudio del abdomen por sínto- terosclerosis en coronarias. Los pacien-
mas no relacionados, con CT o MRI . tes a los que se les realiza cateterismo
La importancia de establecer el diag- preoperatorio deben ser manejados de
nóstico de feocromocitoma preopera- forma cautelosa, puesto que el medio
toriamente no puede ser menospre- de contraste puede producir liberación
ciada. El diagnóstico intraoperatorio de de catecolaminas con compromiso clí-
feocromocitoma tiene una mortalidad nico manifiesto por hipertensión severa
al 50%. o falla cardiaca congestiva (17).
No existe relación entre los niveles
D. Compromiso clínico del circulantes de catecolaminas y los nive-
paciente les de hipertensión. De hecho, algunos
Hipertensión arterial pacientes tienen largos periodos de nor-
La Hipertensión Arterial Severa, motensión a pesar de altos niveles circu-
resistente el tratamiento es el signo lantes de catecolaminas, y de igual ma-
cardinal, hipercinética (por aumen- nera, aumentos repentinos en la presión
to de la contractibilidad miocárdica), arterial no se asocian con elevaciones en
vasoconstrictiva (por aumento de la las catecolaminas plasmáticas.
resistencia vascular periférica) e hi- En pacientes con coexistencia de en-
povolémica. El 90% de los pacientes fermedad coronaria o feocromocitoma
con feocromocitoma tiene hiperten- la adrenelectomia seguida de bypass pue-
sión arterial es paroxística en 48% de de ser una buena opción de manejo (13)
los pacientes, persistente en 29 y 13% Varios estudios han demostrado que
tienen niveles de presión arterial nor- la hipertensión pre o intraoperatoira es
males. Los tumores productores de frecuente en niños con neuroblastoma.
norepinefrina se asocian generalmen- En un periodo de 11 años, Kain et al.,
te con hipertensión sostenida, mien- describieron hipertensión preoperato-
tras que los tumores que secretan ria en solo dos de 59 (3,3%) niños que
grandes cantidades de norepinefrina se presentaron para inducción anesté-
se asocian con hipertensión episódi- sica durante la escesión quirúrgica del
ca. Los tumores productores de epin- tumor. Sin embargo, otros autores han

170 Semiología del paciente crítico:


reportado hipertensión preoperatoria til típica consistente en akinesia apical
en cerca del 35% de los niños con neu- y medio ventricular asociado a hiperki-
roblastoma o falla cardiaca relacionada nesia de la base. La hipokinesia severa
con el exceso crónico de catecolaminas. y ladisfunción ventricular de Takotsbo se
ha descrito en pacientes con cardiopatía
Enfermedad Coronaria / Miocarditis secundaria a feocromocitoma. La fisio-
/ Miocardiopatía: patología de las dos condiciones, cardio-
La hipertensión Arterial Crónica in- miopatía inducida por estrés y relacio-
ducida por norepinefrina conlleva a hi- nada con feocromocitoma parecen ser
pertrofia ventricular izquierda depen- similares y mediadas por catecolaminas.
diente de los niveles de catecolaminas, Entonces, no existe un patrón de disfun-
duración de la hipertensión arterial, ción ventricular único en la cardiomio-
niveles de la presión arterial durante patía inducida por catecolaminas (27).
la actividad normal y el gasto cardíaco,
causando falla cardiaca directa o indi- Metabólico
rectamente. Se ha observado un compromiso de
Al igual que la hipertrofia ventricu- la tolerancia a la glucosa en pacientes
lar izquierda, también se ha descrito una con feocromocitoma con una inciden-
forma específica de cardiomiopatía di- cia de 25 a 75%. Las altas concentracio-
latada y falla ventricular que responde nes plasmáticas de catecolaminas inhibe
poco al tratamiento. La patogénesis de la respuesta de la insulina a los secreta-
esta cardiopatía inducida por cateco- gogos como las sulfonilureas. Los efec-
laminas es multifactorial. Los excesivos tos inhibitorios de las catecolaminas en
de catecolaminas provocan una regu- la secreción de insulina son mediados
lación a la baja de receptores adrenér- por receptores alfa 2. Además, la esti-
gicos, y una reducción de miofibrillas y mulación del receptor beta adrenérgi-
aumento de la permeabilidad del retícu- co por las catecolaminas, resulta en esti-
lo sarcoplásmico al calcio, aumentando mulación de la secreción de insulina, sin
su concentración intracelular con efec- embargo, se ha determinado que altos
to directo tóxico sobre el miocardio, y niveles de norepinefrina disminuyen la
aumento del potencial de vasoespasmo unión de insulina al receptor beta adre-
coronario e isquemia, daño de reperfu- nérgico en pacientes con feocromoci-
sión y formación posterior de radicales toma, disminuyendo la sensibilidad a la
libres secundario al vasoespasmo (9, 4). insulina. Los de las catecolaminas en la
La cardiomiopatía relacionada con captación periférica de glucosa son de
estrés, o cardiomiopatía de Takotsu- menor importancia en este contex-
bo, es una entidad bien descrita carac- to. De hecho el desarrollo de diabetes
terizada por una anormalidad contrác- asociado con feocromocitoma se debe

La clínica y la monitoria invasiva 171


principalmente a la disminución en la identificación y localización imagenoló-
secreción de insulina (22, 31). gica según esté indicado, se realiza una
evaluación cardiaca preoperatoria a tra-
Vasoconstricción vés de la realización de un electrocar-
Los efectos cardiovasculares media- diograma en pacientes con compromiso
dos por catecolaminas incluyen: vaso- funcional o anormalidades clínicas.
constricción (receptor alfa), vasodila- Kinney et al., reportaron que el ries-
tación (receptor beta), y aumento de go quirúrgico perioperatorio (periodos
la frecuencia y fuerza de contracción episódicos de hipertensión marcada du-
miocárdica (receptor beta 1). La nore- rante la manipulación del tumor, arrit-
pinefrina produce vasoconstricción ge- mias ventriculares, acidosis, hipotensión
neralizada con aumentos en la presión sostenida) o complicaciones postope-
arterial sistólica y diastólica. El gasto ratorias (infarto de miocardio, embolis-
cardiaco y la frecuencia cardiaca no se mo pulmonar, morbilidad del SNC, in-
afectan, pero si aumenta la resistencia suficiencia biliar, intubación prolongada,
vascular periférica. La epinefrina causa sepsis sistémica) para pacientes con feo-
vasoconstricción generalizada en mu- cromocitoma era lo mínimo, pero que el
chos lechos vasculares pero vasodilata- gran tamaño del tumor, la duración de la
ción en otros. anestesia, y niveles elevados en plasma
Aumenta la presión arterial sistólica preoperatorio de las catecolaminas y
secundaria a aumentos sustanciales en sus metabolitos, son los factores de ries-
el gasto cardiaco, y no se afectan los ni- go de eventos adversos perioperatorios.
veles de presión arterial diastólica (32). Los pacientes con feocromocitoma
frecuentemente tienen secuelas car-
E. Exámenes prequirúrgicos diovasculares que requieren evaluación
Los exámenes de rutina que incluyen preoperatoria.
cuadro hamático, electrolitos, función
renal, niveles de glicemia, el EKG para Tabla No. 1. Consideraciones Anestésicas Preo-
peratorias.
identificación de arritmias o isquemia
miocárdica, niveles de calcio (en el caso
Evaluar la salud general del paciente
de asociación con otras endocrinopa-
Determinar la efectividad del bloqueo alfa 1 adre-
tías como en el MEN 2) y ecocardio- nérgico
grama para la evaluación de la función Determinar la presencia de disfunción cardiaca
cardiaca debe realizarse en todos los Reevaluar al paciente
pacientes.
Una vez confirmado el diagnóstico Debe reconocerse el daño de órga-
de feocromocitoma con base en la his- no blanco asociado a feocromocitoma
toria clínica, test bioquímicos adecuados, en el preoperatorio. Especialmente, la

172 Semiología del paciente crítico:


determinación de signos de cardiomio- cuestionable en pacientes que van a ser
patía por catecolaminas, con una fre- llevados a adrenalectomía por feocro-
cuencia de 20 a 30%, así como insufi- mocitoma sin hallazgos importantes en
ciencia cardiaca congestiva, hipovolemia, la valoración pre anestésica, y debe ser
hemorragia intracraneana o edema, e limitados a pacientes con compromiso
insuficiencia renal. funcional y anormalidades clínicas (9).
La cardiomiopatía resuelve una se- El Electrocardiograma EKG, realizado
mana después de la resección quirúrgi- en los periodos de ausencia de hiperse-
ca del feocromocitoma. Se debe realizar creción de catecolaminas debe ser nor-
el ecocardiograma independientemen- mal, sin que esto signifique que no exis-
te de la presión arterial para evaluar ta cardiomiopatía establecida. Aunque se
la presencia de cardiomiopatía dilata- pueden evidenciar cambios patológicos
da. Ecocardiograma: 80% de los pacien- dado el aumento en la tasa de despolari-
tes con feocromocitoma tienen la masa zación produciendo cambios como apa-
ventricular izquierda normal. El ecocar- riencia de isquemia, entre los cuales están
diograma es de utilidad para: (17): inversión de hondas T o hiperagu-
das, cambios en el segmento ST, aumento
• • Detectar disfunción del QRS y honda R anormal todos in-
• • Evaluar respuesta al bloqueo alfa – dicando hipertrofia miocárdica, además
adrenérgico de prolongación el intervalo QTc. Se ha
• • Determinar el tiempo ideal de Cirugía encontrado disminución del voltaje del
QRS con fenoxibenzamina en pacientes
En pacientes con feocromocitoma con hipertensión sostenida (17).
que no tiene síntomas o evidencia clí- El desarrollo de hipercalcemia no es
nica de compromiso cardiaco, los ha- un hallazgo común, aunque generalmen-
llazgos ecocardiograficos no son clínica- te ocurre como componente de Neo-
mente relevantes. En quienes presentan plasia Endocrina Múltiple –en adelante,
alteraciones estructurales, es más fre- MEN– 2 y resuelve posteriormente con
cuente encontrar falla cardiaca como la resección de una sustancia parecida a
complicación postoperatoria, aunque la paratohormona (11).
no hay significancia estadística (9). En
otro estudio, ninguna de las alteraciones F. Estabilización prequirúrgica
hemodinámicas o resultados adversos a. Tensión Arterial
en el intra o postoperatorio, se asoció Los niveles hormonales no se relacio-
con anormalidades evidenciadas en el nan con los de presión arterial. El peso del
ecocardiograma preoperatorio. Por lo tumor si se relaciona con los niveles de
que Devaux et al, sugieren que el eco- presión arterial sistólica y diastólica (19).
cardiograma preoperatorio de rutina es Tumores mayores de seis cm presentan

La clínica y la monitoria invasiva 173


una alta eliminación de catecolaminas en alfa adrenérgico como terapia preo-
orina, pero se correlacionan pobremente peratoria y cuando se conoció que
con la presencia de inestabilidad hemodi- estos pacientes cursaban con hipovo-
námica intraoperatoria (9). lemia preoperatoriamente. El curso
En ausencia de estudios controlados perioperatorio mejora con una ade-
con un gran número de pacientes con cuada preparación preoperatoria. En
feocromocitoma, el uso de alfa bloqueo algunas series de dos a siete pacientes
no especifico en el preoperatorio, se que no recibieron bloqueo adrenér-
ha recomendado para contrarrestar la gico en la preparación preoperatoria
liberación súbita de catecolaminas du- murieron después de una crisis hiper-
rante la intervención quirúrgica. Aun- tensiva. La baja incidencia de feocro-
que se han reportado crisis hiperten- mocitoma (1,5 a 2,0:100000) sugiere
siva (definidas con una presión arterial realizar estudios grandes, aleatoriza-
sistólica PAS de 250 o más) en la mayo- dos, controlados para determinar si la
ría de los pacientes durante la manipu- preparación preoperatoria es crucial
lación del tumor con o sin bloqueo alfa (20, 22, 23, 26, 38).
previo. Newel y el al. La cirugía debe ser diferida en pa-
La vasoconstricción mediada por ca- cientes con hipertensión severa (esta-
tecolaminas y la hipovolemia resultante dio lll), presión arterial sistólica y presión
pueden ser controladas con un bloqueo arterial diastólica mayor de 110 mmhg
alfa efectivo antes de la cirugía. mientras se instituye un adecuado trata-
Los siguientes criterios para una con- miento antihipertensivo. Las guías de la
dición preoperatoria óptima son reco- ACC/AHA recomiendan que estos ni-
mendados por Roizen (22). veles de presión arterial sean controla-
dos antes de la cirugía (34).
• • Presión arterial no mayor de 160/90 La fenoxibenzamina vía oral, un anta-
mmhg 24 horas antes de la cirugía gonista no competitivo alfa 1 y alfa 2, es
• • Hipertensión ortostática. Con lectu- el medicamento de elección para blo-
ras mayores de 80/45 mmhg que alfa y debe comenzarse, idealmen-
• • Electrocardiograma libre de cambios en te, algunas semanas antes de la cirugía
el ST u onda T por al menos 1 semana. (33), a dosis de 10 mg cada 12 horas
• • No más de una contracción ventricu- con mediciones de la presión arterial en
lar prematura cada cinco minutos. supino y de pie. Se aumenta diariamen-
te 10 mg hasta lograr estabilización de
La mortalidad preoperatoria aso- la presión, reducción de síntomas, máxi-
ciada con la resección de feocromo- mo 44 mg al día por 10 a 14 días.
citoma disminuyó en un 13 y 45% a 0 FENOXIBENZAMINA: Se ha consi-
y 3% cuando se introdujo el bloqueo derado de elección. Es un alfa bloquea-

174 Semiología del paciente crítico:


dor no competitivo con las catecola- eliminación de Prazosina es de 2 a3 h, lo
minas liberadas, con una vida media de cual la hace útil en emergencias.
más de 24 horas y sus efectos se disipan Su principal desventaja es la nece-
en36 horas. Permiten la expansión de sidad de bloqueo beta si el tumor se-
volumen intravascular si se usa por lo cretador de epinefrina por lo que no se
menos durante dos o tres semanas. Su tiene el efecto de bloqueo alfa 2.
principal desventaja es que presentan La doxacina tiene larga duración de
elevaciones significativas de la presión acción y tiene el perfil casi ideal para el
sanguínea intraoperatoriamente espe- manejo preoperatorio de los pacientes
cialmente durante la manipulación del que sufren feocromocitoma. Prys-Ro-
tumor a pesar del bloqueo alfa preo- berts utilizaron doxazosina en 20 pa-
peratorio, causa hipotensión ortostática cientes con feocromocitoma o en para-
y taquicardia refleja y somnolencia por ganglioma de dosis de 2 a 8 mg diarios
su acción sobre el receptor adrenér- y notaron que la presión arterial preo-
gico alfa a nivel del SNC. Se presenta peratoria fue controlada al menos tan
hipertensión ortostática y la taquicar- bien como con la fenoxibenzamina.
dia refleja, la segunda, es una liberación Aunque la monoterapia con doxazosina
aumentada de norepinefrina. Se requie- fue inadecuada en un paciente, la utiliza-
ren grandes números de líquidos en- ción adicional de ocreotido disminuyó
dovenosos en el periodo postoperato- la frecuencia de crisis hipertensivas en
rio. Los pacientes con frecuencia están estos pacientes.
somnolientos en las primeras 24 horas La terazosina tiene una duración de
después de cirugía, lo que puede deber- acción más corta que la doxazosina y
se al bloqueo alfa 2 persistente. se utiliza en dosis de 1mg/noche máxi-
FENTOLAMINA: Es un antagonis- mo 20 mg.
ta efecto alfa-1 y alfa-2, pero, debido a En caso de presentar arritmias, taqui-
que es un inhibidor competitivo de los cardia e isquemia miocárdica se reco-
receptores alfa, sus efectos pueden ser mienda el uso de labetalol a dosis de
sobrelapados por el exceso de cateco- 100 mg VO cada 6 horas hasta 800 –
laminas. 1600 mg/día.
Si el tumor secreta permanentemen- BETA ANTAGONISTAS: El beta blo-
te epinefrina la prazosina es el medica- queo es importante para el control de
mento de elección a dosis de 1 g Vía la frecuencia cardiaca, arritmias, e isque-
oral VO cada 6 a 8 horas. mia miocárdica. Sin embargo, siempre
ANTAGONISTAS ALFA 1 SELECTI- debe alcanzarse el alfa bloqueo antes
VOS: No producen taquicardia refleja de producir beta bloqueo para evitar
y tienen un tiempo de latencia y cor- los efectos de la no oposición de los
ta duración de acción. La vida media de efectos alfa, con desencadenamiento

La clínica y la monitoria invasiva 175


de crisis hipertensiva. Es importante nitroprusiato durante la resección qui-
que el labetalol, con una tasa de beta/ rúrgica del tumor.
alfa bloqueo de 7:1 o 3:1 si se adminis- Una caída sustancial de la presión
tra en forma endovenosa u oral, pue- arterial ocurrió en el 46.7% de los pa-
de causar alfa bloqueo no opuesto. El cientes después de la administración
beta bloqueo debe usarse cuidadosa- de labetalol, pero la presión se recupe-
mente en los pacientes con cardiomio- ró inmediatamente después de la tera-
patía inducida por catecolaminas o fa- pia con líquidos y otros medicamentos.
lla cardiaca. Para pacientes en quienes Ningún paciente en el grupo de labeta-
el feocromocitoma es complicado con lol requirió nitroprusiano durante la in-
cardiomiopatía, es prudente suspender tubación la necesidad de vasopresores
el uso de antihipertensivos de larga du- para tratar la hipotensión (PAS menor
ración y beta bloqueadores para evi- hg), no fue diferente significativamente
tar la hipotensión prolongada debido entre los dos grupos, lo que indica que
a los efectos residuales de estos medi- la dosis de carga de labetalol intraveno-
camentos después de la resección del so no agrava la hipotensión que ocurre
feocromocitoma. después de la resección del tumor.
En un estudio realizado por Chi-Ho Mantener beta bloqueadores en la
Chung en 26 pacientes taiwaneses lle- mañana de la cirugía (su suspensión se
vados a resección quirúrgica de feo- asocia con hipertensión de rebote y ta-
cromocitoma se aleatorizaron a dos quicardia intraoperatoria), asociado al
grupos, uno para administración de la- uso de agonistas alfa y de calcio anta-
betalol y otro para solución salina. Los gonistas).
episodios hipertensivos ocurrieron en Se recomienda el uso asociado de
el 40% de los pacientes del primer gru- alfa metil tirosina asociado a alfa blo-
po y 100% en el grupo de solución sa- queo en el caso de pacientes con falla
lina. El número de eventos hipertensi- cardiaca , o en pacientes que no toleren
vos fue significativamente menor en el una dosis adecuada de fenoxibenzasina
grupo labetalol. El número de pacien- dada por hipertensión marcada, a dosis
tes que recibieron nitroprusiato de so- de 0.5g/día hasta 4 g/día.
dio para control de las crisis hiperten- ALFA METIL - PARA – TIROSINA: In-
siva en el grupo tratado con labetalol hibe la enzima tirosina hodroxilasa, paso
también fue significativamente menor importante en la síntesis de catecolami-
(40% vs 100%), lo cual indica que el nas. Útil en pacientes con falla cardia-
pre tratamiento con labetalol es efec- ca. Las principales advertencias son sus
tivo en el control de la hipertensión efectos adversos: extrapiramiladismo,
preoperatoria y en reducir la dosis de diarrea, ansiedad, cristaluria. Steninsapir

176 Semiología del paciente crítico:


encontró la combinación alfa metil para La habilidad de los inhibidores de
tirosina y alfa bloqueador más efectiva la enzima convertidora de angotensi-
para el control de la presión versus el va para revertir la hipertrofia ventricu-
alfa bloqueo aislado. Además de conse- lar izquierda no es de valor en manejo
guir una menor disminución de la pre- preoperatorio de la mayoría de feocro-
sión sanguínea y la necesidad de va- mocitomas. La meta es la remoción del
sopresores y coloides posteriores a la estimulo hipertensivo (norepinefrina), y
resección del feocromocitoma. el corazón regresa a su normalidad des-
La metirosina disminuye la presión pués de cirugía.
de catecolaminas en un 50-80% y pue- Se recomienda suspender en la ma-
de ser usada con agentes bloqueadores ñana de la cirugía los diuréticos (excep-
alfa para disminuir las complicaciones to que sean necesarios para el manejo
intraoperatorias secundario a disminu- de la falla cardiaca congestiva o para la
ción hormonal súbita tras la resección corrección de anormalidades hidroelec-
del tumor. En algunos estudios ha mos- trolíticas), y los IECA o ARAs en los pa-
trado un mejor control hemodinamico, cientes que lo han recibido.
disminución de perdida sanguínea y me- En un estudio realizado por Comfere
nor necesidad de vasopresores en el in- et al., encontraron que suspender la te-
traoperatorio. rapia con IECA o ARAs por más de 10
Los calcios antagonistas pueden ser horas antes de la cirugía, reducía el ries-
usados en forma segura en pacientes go de desarrollar hipotensión (el perio-
normotensos que presentan episodios do de tiempo correspondiente a la vida
ocasionales de paroxística, pues, no pro- media de los IECA o ARAs usados en
ducen hipertensión ortostática o de re- este estudio).
bote. Se recomienda el nifedipino a do- Hubo más episodios hipotensivos du-
sis de 30 a 90 mg/día. rante los primeros 30 minutos compa-
Los calcios antagonistas pueden pre- rados con los 31 a 60 minutos después
venir el vasoespasmo o miocarditis in- de la inducción. Esto pude ser atribui-
ducida por catecolaminas. Estos reducen do a la adaptación cardiovascular y al
la presión arterial al inhibir el flujo de aumento de la carga de volumen, que
calcio transmembrana mediano por epi- lleva estabilización de la presión arterial.
nefrina en el musculo vascular y no por El porcentaje de episodios hipotensivos
disminución de la síntesis de catecolami- después de la inducción en los grupos
nas por el tumor. La dosis usual efectiva T<10 horas y T>10h fue de 60,4% y
de nifedipina es de 30 a 90 mg/día. 46,3% respectivamente. El manejo exac-
No se recomienda el uso de inhibi- to con terapia con IECA/ARA en el pe-
dores de la enzima convertidora de an- riodo perioperatorio necesita todavía
gotensiva. más estudios en poblaciones con mayor

La clínica y la monitoria invasiva 177


número de pacientes con diferentes fac- sencia. Durante un segundo tiempo qui-
tores de riesgo para determinar el ries- rúrgico presentó un cuadro similar que
go – beneficio de estas terapias (35). después de tratamiento en la Unidad de
FENOLDOPAM: Es un agonista de Cuidados Intensivos –en adelante, UCI–
los receptores d1, causando vasodilata- , con infusión de epinefrina, aumento la
ción. Es útil en combinación con nitro- fracción de eyección en ecocardiogra-
prusiato de sodio, ya que su latencia de ma, de 20-25% a valores normales. Pos-
acción es de 4 a 5 minutos con una du- teriormente se confirmó el diagnóstico
ración de 40 minutos, y así utilizar me- de feocromocitoma, y fue llevado a su
nores dosis de este último, disminuyen- resección quirúrgica.
do la producción de metabolitos tóxicos En el caso de arritmias: lidocaína:
(cianuro, teocianato). El fenoldopam au- efecto inotrópico negativo.
menta el flujo sanguíneo renal, favore- Propanolol: duración de 30 a 45 mi-
ciendo diuresis, aunque este efecto no nutos.
siempre es deseable pus lo que se inten-
ta es mantener el volumen plasmático. c. Volemia / Hidroelectrolítos.
Además el alfa bloqueo, debe reali-
b. Arritmia zarse re – expansión de volumen. Una
El EKG no debe mostrar arritmias o disminución en el hematocrito a valores
isquema. normales y la resolución del ortostatir-
La lidocaína o el atenolol se han usa- mo, son usadas en forma común como
do en forma satisfactoria para las arrit- metas para lograr adecuada expansión
mias ventriculares (23). de volumen (33).
En caso de fibrilación auricular o flut-
ter, se puede usar en forma endovenosa, d. Endocrinológica
el bloqueo beta 1 cardioselectivo, segui- La hiperglicemia puede ocurrir pre o
do de alfa bloqueo. (23). intraoperatoriamente como resultado
En un reporte de caso, descrito por del exceso de catecolaminas. Esta hi-
Goldstein, un hombre de 70 años se perglicemia pocas veces requiere trata-
presentó, durante la inducción anesté- miento con insulina y resuelve después
sica para cirugía de resección de masa de I resección del feocromocitoma.
dependiente de glándula parótida de- Si se planea una adrenalectomía bi-
recha y sin diagnóstico previo de feo- lateral, es necesario el pretratamiento
cromocitoma, con taquicardia de com- con glucocorticoides y mineralocorti-
plejo ancho con hipertensión severa, coides.
seguido de bradicardia e hipotensión; se Se propone el siguiente esquema de
inició estudio para feocromocitoma sin manejo según Kinney y col, (33). Ver ta-
encontrar evidencia alguna de su pre- bla No 2.

178 Semiología del paciente crítico:


Tabla No 2: Reemplazo con esteroides en la Adrenalectomía Bilateral.

Día de la cirugía Metilprednisolona 40 mg IV c/8h por 3 dosis


Día 1 postoperatorio Metilprednisolona 20 mg IV c/8h por 3 dosis
Día 2 postoperatorio Metilprednisolona 10 mg IV c/8h por 3 dosis
Mantenimiento Prednisona 5 mg VO c/mañana y 2,5 mg c/noche, fludocortisona 0,1 mg c/mañana

La sedación preoperatorio y la tran- dos de tiempo intraoperatorio son los


quilidad del anestesiólogo pueden dis- más críticos para el paciente: la intuba-
minuir la ansiedad y prevenir marcadas ción, la manipulación quirúrgica del tu-
fluctuaciones hemodinámicas. mor y la ligadura del drenaje venoso del
tumor. Los dos primeros están relaciona-
G. Intraoperatoria dos con la liberación de catecolaminas,
Las concentraciones plasmáticas varían y el último a una deficiencia relativa de
en forma marcada durante la remoción éstas (los verdaderos niveles de cateco-
del feocromocitoma. Las variaciones de laminas permanecen altos por algunos
la presión arterial son mayores durante días después de la resección del tumor).
la manipulación del tumor y disminuyen En todos los casos debe adminis-
después de su extracción. Sin embargo, la trarse Ansiolítico
presión arterial no se correlaciona siem- Debe asegurarse la sedación preo-
pre con las concentraciones plasmáticas peratoria, pues la ansiedad puede pre-
de catecolaminas. A pesar de los aumen- cipitar la liberación de catecolaminas.
tos en las concentraciones plasmáticas, Ningún ansiolítico preoperatorio se ha
los cambios hemodinámicos pueden mi- mostrado superior a los otros.
nimizarse con la técnica anestésica y l uso
de los medicamentos apropiados. a. Monitoría:
El manejo anestésico de la cirugía Además de la monitoria de rutina
electiva de feocromocitoma incluye el debe colocarse un catéter intra arterial
tratamiento de la inestabilidad tensional antes de la inducción, un catéter intra-
durante la disección del tumor y la hipo- venoso para la administración de antihi-
tensión consecuente con la interrupción pertensivos antes de la inducción, y un
del drenaje venoso. Aunque no ha sido catéter venoso central para monitoria
probada en forma clara en los estudios de volumen intravascular (22,23).
clínicos, la severidad de estos problemas
y la mortalidad han disminuido posible- 1. Electrocardiograma
mente como resultado de la mejoría en 2. Pulsooximetría
el cuidado preoperatorio de los pacien- 3. Capnografía
tes con esta entidad (23,44). Tres perio- 4. Sonda vesical

La clínica y la monitoria invasiva 179


5. Temperatura Debe monitorearse la presión arte-
6. Catéter intraarterial antes de la in- rial antes de la inducción e intubación
ducción para monitoreo de la pre- en estos pacientes. Algunos autores re-
sión arterial lo cual permite la comiendan 2ug/kg de fentanil asociado
identificación inmediata de las fluc- a la sedación y anestesia local antes de
tuaciones hemodinámicas y una rápi- la colocación de una línea arterial.
da intervención farmacológica (22). Después d colocarla, se procede a
7. Catéter intravenoso periférico. la inducción e intubación. Es impor-
8. Un segundo catéter intravenoso tante tener al paciente en plano pro-
periférico preferiblemente cerca fundo anestésico antes de realizar la
del acceso central: para la adminis- intubación. Como debe minimizarse
tración del nitroprusiato la estimulación causada por la intuba-
9. Catéter venoso central: infusión y ción, una vez el paciente se encuentra
monitoria en plano anestésico profundo, pue-
10. Se ha descrito la realización de elec- de administrarse lidocaína local en las
troencefalograma y potenciales evo- cuerdas vocales antes de proceder a
cados somatosensoriales en pacien- realizarla.
tes con infarto cerebral reciente.
11. Pryrs–Roberts encontraron la ne- b. Técnica Anestésica
cesidad de colocar catéter de arte- La anestesia de un paciente con feo-
ria pulmonar en 1 de 50 pacientes cromocitoma sigue siendo un desafío.
llevados a resección de feocro- Engelman describió: “la cirugía exitosa
mocitoma. En la clínica Mayo, solo del feocromocitoma depende de las ac-
7% de los pacientes llevados a re- tividades comandadas por el anestesió-
sección de feocromocitoma entre logo más que las realizadas en el campo
1983 y 1996 se les puso catéter. Se operatorio”.
recomienda colocar catéter de ar- Se recomienda el uso de anestesia
teria pulmonar si hay alguna indica- general aislada en la cirugía de resec-
ción de cardiomiopatía o falla car- ción de feocromocitoma.
diaca inducida por catecolaminas. Anestesia General: Es la técnica más
Otros autores han encontrado que comúnmente usada. La profundidad de
la crisis hipertensiva severa y la ta- la anestesia es, generalmente, mas im-
quicardia durante el perioperato- portante que el agente específico por-
rio pueden disminuir la complian- que puede inhibir las respuestas adre-
ce ventricular, lo cual no siempre es nérgica y cardiovascular.
detectado por la PVC. No se recomienda usar anestesia re-
12. El ecocardiorama transtorácico gional: epidural / espinal para la resec-
puede ser útil si está disponible. ción de feocromocitoma.

180 Semiología del paciente crítico:


Anestesia regional: aunque la aneste- res. Después de la resección del tumor,
sia regional para la resección del feocro- no hubo diferencia significativa entre los
mocitoma se ha administrado de forma tres grupos en cuanto al uso de cateco-
satisfactoria, algunos autores consideran laminas, lo que muestra claramente las
evitar la anestesia regional neuroaxial ventajas sobre la anestesia general.
excepto en circunstancias inusuales. El
bloqueo simpático visto en la anestesia c. Agentes Anestésicos
espinal y epidural no protege contra los La alta variabilidad en la presentación
efectos de las catecolaminas elevadas. clínica del feocromocitoma hace que un
Además, las disminuciones de la pre- único tratamiento médico o estrategia
sión arterial, como resultado de la in- quirúrgica sea óptima para todos los
hibición del sistema simpático refleja el pacientes.
descenso de catecolaminas. La aneste-
sia regional atenúa la repuesta al dolor y Inducción de la anestesia
la estimulación quirúrgica. El uso de una La inducción y el mantenimiento
técnica regional combinada con aneste- de la anestesia se basan en el uso de
sia general debe ser balanceado contra agentes gaseosos o intravenosos como
el riesgo de hipertensión porque esta isofluorano, sevofluorano, enfluorano,
última no previene contra los efectos etomidato, propofol, tiopental y remi-
de las catecolaminas liberadas después fentanil.
de la manipulación del tumor. Debe evitarse el uso de agentes que
La anestesia epidural combinada con causen liberación de catecolaminas
anestesia general podría ser la mejor como la ketamina, efedrina, droperidol,
opción en la cirugía de resección de atracurium, succinilcolina, tubocurrina,
feocromocitoma. halotano y desfluorano (22,33, 41).
En un estudio realizado en 258 pa-
cientes divididos en tres grupos: Grupo Relajantes neuromusculares:
1: anestesia epidural, Grupo 2: anestesia El Vecuronio es usualmente el miore-
epidural más general, Grupo 3: aneste- lajante de elección (33).
sia general. Se demostró que la aneste- El vecuronio tiene poco o nada de
sia epidural combinada con la anestesia efecto autonómico y no libera histamina.
general podía ser la mejor opción en Produce mínimos cambios en la presión
esta clase de cirugía. Ya que el bloqueo arterial y en los niveles de catecolaminas
epidural reduce significativamente la re- en 3 pacientes y puede ser considera-
sistencia vascular sistémica, que es nece- do el medicamento de elección. El ve-
saria para mantener la presión arterial curonio fue el bloqueador neuromuscu-
estable antes de la resección del tumor lar no despolarizante más comúnmente
y contribuye al ahorro de vasodilatado- usado en pacientes llevados a resección

La clínica y la monitoria invasiva 181


de feocromocitoma en la clínica Mayo do satisfactoriamente, sin embargo, en
entre 1983 y 1996 (10,22). 61% de los pacientes llevados a resec-
Debe administrarse en infusión con- ción de feocromocitoma en la clínica
tinua para evitar cambios súbitos en el Mayo entre 1983 y 1996.
nivel de relajación muscular y aumento
subsecuente en la presión intraabdomi- Mantenimiento de la anestesia:
nal que puede llevar a cambios venti- El sevofluorano es el agente inhalato-
latorios y hemodinámicas, exacerbación rio de elección para el mantenimiento de
de la liberación de catecolaminas (10). la anestesia en pacientes llevados a re-
Debe evitarse el atracurio por la li- sección quirúrgica de feocromocitoma.
beración potencial de histamina, además El isofluorano y el enfluorano también
se ha descrito hipertensión arterial se- han sido usados, en forma segura, en la
vera y arritmia ventricular con su uso; así resección de feocromocitoma. El enfluo-
como el pancuronio por la estimulación rano tiene un efecto inotrópico negativo
del sistema nervioso simpático (33). mayor que el isofluorano y se usa menos
El atracurio, que puede causar libe- frecuentemente. El halotano produce
ración de histamina, se ha asociado con arritmias severas pues sensibiliza al mio-
hipertensión arterial severa, arritmias cardio a los efectos de las catecolaminas
ventriculares, y elevación de las cateco- al disminuir las dosis de epinefrina induc-
laminas plasmáticas. El pancuronio se ha tora de arritmias. El desfluorano causa
usado en aproximadamente 80 pacien- estimulación simpática significativa y no
tes sin problemas. Este se ha visto im- es el mejor agente volátil para la resec-
plicado como causa de una respuesta ción de feocromocitoma. No hay contra-
presora severa en un paciente con feo- indicaciones para el uso de óxido nitroso
cromocitoma, sin embargo, y tiene un en estos pacientes.
efecto vagolitico que puede resultar en En lo posible debe evitarse la admi-
taquicardia (22). nistración de corticoides ya que se han
Debe evitarse la succinilcolina pues reportado casos de asociación de inicio
puede causar estimulación de las neu- abrupto de signos y síntomas al igual que
ronas simpáticas postganglionares y feocromocitoma hemorrágico (17) aun-
porque las fasciculaciones pueden au- que en otros pacientes se ha usado la
mentar la presión intraabdominal, com- dexametasona para el tratamiento de
primiendo en forma mecánica al tumor. edema cerebral sin reporte de efectos
La succinilcolina puede causar esti- adversos (11).
mulación mecánica del tumor por fas- Está contraindicado el uso de mor-
cilaciones y puede estimular los ganglios fina por liberación de histamina y Me-
autonómicos, resultando en un aumen- peridina porque provoca estimulación
to en catecolaminas y arritmias. Fue usa- simpática.

182 Semiología del paciente crítico:


Se debe hacer una administración díaca congestiva para obtener una re-
lenta de todos los medicamentos (11). ducción gradual de la presión arterial.
Disminuye precarga y postcarga. Su la-
H. Variación hemodinámica tencia es inmediata y la recuperación en
La hipertensión durante la resección uno a dos minutos. A dosis mayores, los
de feocromocitoma parece tener dos metabolitos tóxicos como el cianuro ó
orígenes diferentes. Primero, el estímulo tiocianato son desventajas potenciales.
nocivo, como la intubación traqueal, la in- La nitroglicerina intravenosa es un agen-
cisión de piel, la exploración abdominal, te de rápida acción que afecta principal-
no se acompañan consistentemente por mente los vasos de capacitancia venosa.
aumento en la secreción de catecolami- Similar al nitroprusiato, su latencia y du-
nas por parte del tumor, sino más bien, ración son rápidas (22, 23, 41).
causan liberación de catecolaminas de La fentolamina es un antagonista del
su almacenamiento cardiovascular al es- receptor alfa 1 adrenergético y alfa 2
tímulo nocivo segundo, la palpación del débil que puede administrarse de for-
tumor produce una respuesta hiperten- ma intravenosa como infusión o como
siva mas severa, que se asocia con au- dosis en aumento de 1 a 2 mg.
mentos marcados en las concentraciones Puede utilizarse la infusión de nicar-
plasmáticas de norepinefrina y aumenta dipino como la alternativa de nitropru-
la resistencia vascular sistémica, la PCWP, siato de sodio para un rápido y titulable
y ocasionalmente disminución del gasto efecto antihipertensivo con la posibili-
cardíaco CO, lo que sugiere disfunción dad de no encontrar efecto rápidamen-
ventricular izquierda, las respuestas hi- te después de suspenderlo.
pertensivas causadas por manipulación Las ventajas de los calcioantagonistas
del tumor. Estas son tratadas de una ma- sobre el nitropusiato de sodio incluyen:
nera adecuada con vasodilatadores. menos disminución de la precarga, me-
Las crisis hipertensivas intraoperato- nos potencial de hipotensión sostenida,
rias deben ser tratadas con la adminis- no hipertensión de rebote, menor au-
tración de medicamentos antihiperten- mento en la frecuencia cardiaca, y au-
sivos como la fentolamina, nitroprusiato sencia de toxicidad por cianuro. El ni-
de sodio, nitroglicerina. cardipino es un calcio antagonista con
acción vasodilatadora potente. El nicar-
a. Vasodilatadores directos: dipino endovenoso tiene una latencia
Las crisis hipertensivas pueden ser de 1 a minutos pero una duración de
manejadas con nitroprusiato de sodio. tres a seis horas. La infusión de nicardi-
El nitroprusiato de sodio puede ser usa- pina se ha usado en el intraoperatorio
do en pacientes con feocromocitoma e con un control rápido de los cambios
infarto agudo de miocardio o falla car- hemodinámicos. Las infusiones reco-

La clínica y la monitoria invasiva 183


mendadas en adultos comienzan en 5 tración de un bolo de vasopresina de
mg/h, aumentando en 2,5 mg/h y cada 10 a 20 unidades. La presión aumento
5 minutos hasta un máximo de 1 mg/h. a 90/60 mmHG, y se inició una infusión
Como con todos los medicamentos an- de 0,1 U/min para mantener la resisten-
tihipertensivos endovenosos, la dosis cia vascular sistémica. Una posible expli-
debe ser titulada de acuerdo con la res- cación de deficiencia de vasopresina en
puesta de la presión arterial. este caso puede ser que los niveles ex-
Antagonistas de los receptores de cesivos de norepinefrina inhiben en for-
dopamina 1: el fenoldopam causa va- ma crónica la liberación de vasopresina
sodilatación periférica por estimulación y hace una regulación a la baja de la sín-
selectiva de los receptores de dopami- tesis en la neurohipófisis de vasopresina,
na 1 y aumenta el flujo sanguíneo renal. ésta hipótesis requiere investigación.
Aunque el aumento de flujo sanguíneo Las arritmias intraoperatorias pue-
puede ser benéfico en pacientes con den ser tratados con medicamentos an-
compromiso renal, la diuresis inducida tiarrítmicos como beta bloqueadores
por medicamento es indeseable duran- de acción corta o lidocaína.
te la resección del tumor. La corta duración de la lidocaína y
El uso de vasopresina podía ser útil la ausencia de propiedades inotrópicas
en el caso de presentar shock a los me- negativas a una dosis de 1 mg/Kg son
dicamentos generales usados. ventajas, y ha sido efectiva).
Existe un reporte de caso sobre Antagonistas beta adrenérgicos: pue-
el uso de vasopresina para revertir el den ayudar a controlar la taquicardia o
shock vasoplégico secundario a la re- taquiarritmias. El esmolol es un antago-
sección del tumor. Una vez se logra es- nista beta 1 con una corta duración de
tabilización preoperatoria, fue llevado acción, el esmolol tiene efectos hemodi-
a resección quirúrgica, todos los vaso- námicos que pueden ser únicos en el ma-
dilatadores se suspendieron antes de nejo de pacientes con feocromocitoma.
la ligadura del drenaje venoso e inme- Existe poca evidencia sobre si el bloqueo
diatamente después de ligarlo, se pre- beta adrenérgico por medicamentos de
sentó un shock vasoplégico profundo larga vida media sea una desventaja.
con presión arterial de 55/30. A pesar En algunos casos podría ser útil en el
de la expansión de volumen agresiva, de manejo de las crisis hipertensiva el uso
la administración de epinefrina (bolo 50 de Sulfato de Magnesio MgSO4 en bolo
a 100 ug e infusión de 10 a 30 ug/min) seguida de infusión continua.
y de norepinefrina (bolo 50 a 100 ug e Durante la resección quirúrgica de un
infusión de 10 a 20 ug/min) la presión niño de años en enfermedad de Von Hi-
arterial solo aumento a 65/45. La vaso- ppel Lindau se utilizó durante la induc-
plejía profunda respondió a la adminis- ción Sulfato de Magnesio un bolo de 40

184 Semiología del paciente crítico:


mg/kg de sulfato de magnesio MgSO4 Además ejerce un efecto directo sobre
seguido de una infusión con 15 mg/kg/h. la pared vascular produciendo vasodila-
el mantenimiento con sevofluroano, tación y tiene un efecto antiarrítmico. El
oxigeno y oxido nítrico. La intubación mayor efecto toxico del MgSO4 es la
orotraqueal se realiz´+ó sin aumento parálisis neuromuscular).
en la presión sanguínea al igual que la in- En un reporte de un caso de un
cisión en piel. Solo después del comien- hombre de 37 años con enfermedad
zo del neuroperitoneo la presión arte- de Von Hippel Lindau, feocromocitoma
rial y la frecuencia cardiaca aumentaron y enfermedad coronaria asociada seve-
a 180/110 mmHg y 120 lpm respecti- ra, se preparó para resección quirúrgica
vamente, y se administró otra dosis de de las dos glándulas y la nefrectomía iz-
bolo de 40 mg 7 kg IV y se aumentó la quierda por carcinomas de células re-
dosis de infusión a 30 mg/kg/h. sin em- nales. Se administro un bolo de 5 mg
bargo, se necesito una dosis adicional de de MgSO4a 2g/h y de nitroglicerina a
0,4 mg IV de nicardipina para restaurar 0,5ug/kg/min. No hubo cambios en el
la presión arterial a su nivel preoperato- EKG, específicamente en el segmento
rio. Durante la manipulación del tumor, ST. Durante la cirugía permaneció esta-
la presión arterial y la frecuencia cardia- ble. El MgSO4 se suspendió después de
ca aumentaron nuevamente a 190/130 ligar la vena adrenal izquierda.se logro
y 10 lpm, y se administró otro bolo de resección quirúrgica completa, 24 ho-
nicardipina de 0,5 mg. Después de ligar ras después presento deterioro respi-
la vena adrenal izquierda, se suspendió ratorio con evidencia de atelectasia del
la infusión continua de MgSO4, pero la lóbulo inferior izquierdo que requirió
presión arterial sistólica disminuyó rá- intubación orotraqueal, se continuo la
pidamente a 70 mmHG y se recupe- administración de nitroprusiato y meto-
ro tras la administración de fenilefrina prolol para control de cifras tensiona-
(PAS90-100mmHg). No se observó les, la ventilación mecánica se mantuvo
cambio en el EKG como prolongación por 5 días y la analgésica epidural por 3
del intervalo PQ. El primer día posto- días. No presentó nuevos eventos en el
peratorio presento disminución en ni- postoperatorio y se dio salida al día 10.
veles de catecolaminas plasmáticas, la En un estudio se reportan tres casos
presión arterial y la frecuencia cardiaca de crisis de feocromocitoma con hiper-
se mantuvieron en 90/50 mmHg y 110 tensión severa cardiomiopatía con falla
lpm. El MgSO4 inhibe la liberación de cardiaca, en donde el nitroprusiato de
catecolaminas tanto de la glándula adre- sodio no fue tan efectivo, mientras que
nal como de las terminales nerviosas la infusión de MgSO4 proporciono un
adrenérgicas y también bloquea los re- mejor control hemodinamico pre e in-
ceptores d catecolaminas directamente. traoperatorio.

La clínica y la monitoria invasiva 185


Se inicia MgSO4 en bolo de 2 g IV sores, la norepinefrina, fenilefrina y do-
seguida de infusión 1 a 2 g/h, en estu- pamina se han recomendado.
dios previos se ha descrito la insuficien- Las crisis hipotensivas intra o posto-
cia del nitroprusiato para controlar las peratorias pueden ser tratadas con ex-
alteraciones hemodinámicas asociados pansión de volumen, pues el principal
con feocromocitomas y los tres casos problema es la hipovolemia que se pre-
descritos mostraron u patrón similar de senta como complicación de la suspen-
respuesta de las crisis hipertensiva fren- sión súbita de catecolaminas.
te a este medicamento. Debe evitarse también los cambios
rápidos en el volumen intravascular por
b. Crisis hipotensiva que puede evocar respuestas simpáti-
Es más importante el manejo de re- cas exageradas por la estimulación indi-
posición de volumen, pues el principal recta de la liberación de catecolaminas.
problema es la hipovolemia que se pre- Una disminución en la presión arte-
senta como complicación de la suspen- rial y la frecuencia cardiaca debe antici-
sión súbita de catecolaminas. parse, una vez se liga el drenaje venoso
La persistencia de hipotensión pue- del feocromocitoma. Debe disponerse
de ser causada por un volumen intra- de vasopresores y glucosa, y el pacien-
vascular inadecuado, efectos residuales te debe estar ligeramente hipovolemico
del bloqueo alfa adrenérgico, aumento en ese momento. La respuesta poste-
súbito en la capacitancia venosa, y he- rior a la ligadura, no es predecible siem-
morragia. Debe administrarse primero pre, y los pacientes pueden permanecer
terapia con líquidos, pues estos pacien- hipertensos por días después del pro-
tes requieren grandes cantidades de vo- cedimiento. Además, los niveles plasmá-
lumen después de la resección del tu- ticos de catecolaminas han permaneci-
mor. El volumen de líquidos influidos, do por debajo de lo normal en algunos
además de la compensación por per- pacientes hasta por 72 horas de posto-
didas sanguíneas en un estudio fue de peratorio aun cuando aun no se ha re-
500 a 3000 ml antes de la resección y secado el tumor (33).
de 1200 a 200 ml después de la resec-
ción. El control de la hipotensión por te- d. Complicaciones
rapia de fluidos es el factor responsable Se han presentado casos de compli-
de la reducción en la mortalidad opera- caciones perioperatorias entre las que
toria, más que el uso de catecolaminas se encuentran más frecuentemente
después de la resección del tumor. Los edema pulmonar y síndrome de dificul-
agentes vasopresores son inefectivos tad respiratorio del adulto (17). Entre
generalmente en el escenario de hipo- otras complicaciones meno comunes
volemia persistente. Si se usan vasopre- pero también descritas están Cardio-

186 Semiología del paciente crítico:


miopatía, Infarto cerebral isquémico, Fa- hipoglicemia en el periodo postopera-
lla renal, disfunción hepática e isquemia torio por lo que debe medirse lo nive-
colonica (17). les de glicemia a intervalos frecuentes
El feocromocitoma hemorrágico, en en el postoperatorio.
el cual se ha reportado mortalidad de 50% de los pacientes permanecen
31 % hasta 1987, se han descrito pa- hipertensos por aproximadamente 1
cientes a quienes se les realizó el diag- semana debido al almacenamiento de
nostico postmortem. La disminución de altos niveles de catecolaminas en las
porcentaje de mortalidad ha sido por el terminales nerviosas, y menos frecuen-
adecuado manejo de soporte y la aten- temente, e indeseable, por exceso de lí-
ción preoperatoria con bloqueadores quidos, retorno de los reflejos autonó-
adrenérgicos (17). micos, ligadura inadvertida de la arteria
renal o tumor residual.
H. Extubación, analgesia/ La hipertensión residual paroxística
medicamentos. se encuentra en 27 a 38% de los pa-
cientes después de la resección del feo-
I. Control POP/UCI cromocitoma. La hipertensión familiar y
Se debe determinar y manejar la dismi- la edad son factores relacionados con la
nución del volumen intravascular. Antici- persistencia de la hipertensión. Por otro
par el bloqueo alfa 1 adrenérgico residual lado la hipotensión persistente puede
y monitorizar los niveles de glicemia (39). ser secundaria a perdida sanguínea, alte-
Las complicaciones comunes en el ración de la compliance cardiovascular,
post operatorio incluyen hipertensión, o efectos residuales del bloqueo adre-
hipotensión e hipoglicemia. Los pacien- nérgico preoperatorio.
tes pueden estar hipertensos por dolor La complicación más común en el
e hipoxemia como después de cualquier POP postreseccion de feocromocitoma
cirugía, pero pueden tener también un cardiaco, es el sangrado masivo (17).
segundo feocromocitoma no identifi-
cado. La hipotensión se produce por la J. Seguimiento
disminución en el tono simpático des- Se recomienda repetir los exámenes
pués de la resección de feocromoci- bioquímicos 14 días después de la ciru-
toma. Los pacientes usualmente esta gía, y deben ser controlados periódica-
hiperglicemicos por la supresión de ca- mente con exámenes bioquímicos para
tecolaminas en las células beta pancreá- detectar enfermedad recurrente.
ticas y un aumento en la glucogenolisis. La evaluación de los niveles de me-
Consecuentemente, es común encon- tanefrinas plasmáticas a las semanas y
trar elevados los niveles de insulina en meses después de cirugía hacen parte
el perioperatorio lo que puede causar del seguimiento postoperatorio. Se ha

La clínica y la monitoria invasiva 187


reportado ocurrencia 41 años después 4. Halszynski T. Optimizing posoerative
de la resección inicial. Se recomienda autcomes with efficient preoperati-
seguimiento anual en el feocromocito- ve assessment and management. Crit
ma familiar dada la alta tasa de recu- Care Med. 2004; 32:S76-S86.
rrencia y todos los miembros de la fa- 5. Anuj Gerg F. Banitt Pheochromo-
milia deben ser evaluados. cytoma and myocardial infarction,
El gran tamaño del tumor y la ex- Southern Medical Jourbal. Vol 97,
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la cirugía son las variables más significa- 6. Devaux B. Lentschener C, Predictive
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con feocromocitoma adrenal y 10 a 40 for pheochromocytoma, Acta Anaes-
%con paraganglioma están en riesgo de thesiol Scand 2004; 48- 711-715.
una progresión subsecuente de la en- 7. Cooper Z, Mihin F, Blood Pressure
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190 Semiología del paciente crítico:


Claves clínicas para el diagnóstico de la infección

Alonso Gomez, Md1

Consideraciones generales Pues bien, con mucha frecuencia se co-


Aquí se desarrollan algunos concep- mienza a sospechar la infección cuando
tos que han sido útiles en el diagnóstico se detectan en el paciente, los signos de
de la infección en pacientes críticos. respuesta inflamatoria. 1
A partir de la conferencia de consen-
La presencia de pus. so sobre sepsis, realizada por el Cole-
Cuando se encuentra pus en algún gio Americano de Médicos del Tórax,
sitio del organismo, el diagnóstico de el diagnóstico clínico de respuesta in-
infección está hecho (1). La denomina- flamatoria es relativamente sencillo. En
ción de “pus estéril” es demasiado teó- esta conferencia se acordó, y hoy se
rica, o quizás es el resultado de errores acepta universalmente, que un paciente
en la técnica de los cultivos. En conse- se encuentra en un Síndrome de Res-
cuencia, en presencia de pus, el diag- puesta Inflamatoria Sistémica —en ade-
nóstico es infección. En estos casos, el lante, SIRS–, si presenta al menos dos de
cultivo es útil para establecer el ger- los siguientes cuatro criterios (2).
men causal, más no para diagnosticar la
infección. Lamentablemente, este signo Tabla 1. Parámetros de definición de SIRS
contundente de infección es poco apa-
rente en el paciente crítico y con mu- Parámetro Definición
cha frecuencia es necesario implemen- FC > 90 latidos/minuto
tar toda una estrategia para detectarla. FR > 20 resp./minuto o PaCO2<30
TºC >38ºC ó < 36ºC
La presencia de signos clínicos > 12000 ó < 4000 ó 10% de
Leucograma
bandas.
de respuesta inflamatoria.
La principal diferencia entre coloni-
zación e infección es la respuesta que 1 Médico, Coordinador de la Unidad de Cui-
dado Intensivo Clínica Palermo, Anestesiolo-
la infección desencadena en el paciente go Universidad Nacional de Colombia, Ex-
y esta puede evidenciarse clínicamente. ministro de Salud.

La clínica y la monitoria invasiva 191


La presencia de SIRS no necesaria- Tabla 3: Compromiso de órganos y SIRS
mente indica infección, puesto que la
respuesta inflamatoria puede ser des- Falla
SIRS SDRA CID SHOCK
encadenada por insultos no infecciosos Renal
como el trauma, el choque, la cirugía, la 2 Criterios 2% 8% 9% 11%
presencia de sangre en la cavidad abdo- 3 Criterios 3% 15% 13% 21%
minal y otros. Sin embargo, si existe una 4 Criterios 6% 19% 19% 27%
clara relación entre la presencia de sig- SEPSIS 6% 16% 19% 20%
nos de respuesta inflamatoria y la mor-
talidad tal como lo demostró un estu- Aunque la sola presencia de SIRS no
dio de cohorte de inicio, realizado en indica indefectiblemente el diagnóstico de
2.527 pacientes (3) y cuyos hallazgos se infección, si constituye un excelente apo-
muestran en la siguiente tabla: yo diagnóstico. De hecho, muchas veces,
la presencia sola de SIRS nos lleva a em-
Tabla 2. Mortalidad Según Presencia de SIRS. prender la búsqueda de un foco séptico,
por lo demás no evidente en el paciente.
SIN SIRS 3%
SIRS 2 CRITERIOS 7% Signos ocultos de sepsis oculta
SIRS 3 CRITERIOS 10% Es frecuente que exista una disminu-
SIRS 4 CRITERIOS 17% ción de la respuesta inmunológica del in-
SEPSIS 16% dividuo y en ellos, como es de esperar, se
atenúan los signos y síntomas que la tes-
Nótese la semejanza en la mortali- timonian. Este es el caso de los pacientes
dad de la presencia de los cuatro crite- afectos de enfermedades neoplásicas y
rios de SIRS y la sepsis. en lo que es de interés para este artí-
Debe señalarse que los criterios de culo, de los pacientes severamente com-
SIRS se analizan dentro del contexto prometidos. En estos la sepsis se mani-
de una posible infección o un evento fiesta por signos y síntomas inusuales y
desencadenante. De no ser así, diag- que se discuten en este apartado.
nosticándose diagnosticará respues-
ta inflamatoria en una persona que Hipotermia:
ha tenido un susto (taquicardia, polip- Así como la presencia de fiebre no
nea) o que ha realizado algún ejercicio. es sinónimo de infección, su ausen-
La presencia de SIRS también ha de- cia tampoco la descarta. La hipotermia
mostrado correlacionar con disfunción debe ser considerada como “un equiva-
de órganos, como se ejemplifica en la lente febril”, sobre todo en infecciones
siguiente tabla, modificada de este mis- severas (4).
mo estudio (3).

192 Semiología del paciente crítico:


En muchas oportunidades, la infec- Polipnea:
ción en el paciente crítico no se presen- Es otro de los signos de infección
ta asociada a un espectro clínico florido. (3,7). En la mayoría de los casos el in-
Por el contrario, con frecuencia la sepsis cremento en la frecuencia respira-
se manifiesta por signos inusuales y que toria es moderado y como no tiene
de no reconocerse, pueden retrasar el una causa aparente con frecuencia se
inicio de un tratamiento oportuno con recurre al diagnóstico de “aprehen-
resultados devastadores para la vida del sión del paciente”, dolor y otros, per-
enfermo. Dada la importancia de éstos, diéndose así su valor como anuncian-
que se denominarán “signos ocultos de te de un proceso infeccioso. En otras
infección oculta”, a continuación se pre- circunstancias el cuadro de polipnea
sentarán con más detalle: es más dramático y se presenta como
“un episodio clásico del tromboembo-
Alteración de la Conciencia y/o del lismo pulmonar” y aunque el diagnós-
Comportamiento: tico diferencial es difícil, ante éste cua-
Puede ser el primer signo de una in- dro debe siempre tenerse presente la
fección sistémica a partir de un foco posibilidad de una sepsis oculta sobre
que puede o no ser aparente (5,6). Este todo en pacientes laparatomizados o
hallazgo con frecuencia es interpreta- en mujeres con antecedentes de infec-
do como “irritabilidad del paciente” o ción ginecológica.
como “grosería” de éste. En ocasiones
se presenta como “el signo de la ma- Insuficiencia Respiratoria Franca:
leta” (Doctor, déme la salida que me Asociada a infiltrados pulmonares
quiero ir) y en otras como una verbo- bilaterales dentro de un cuadro que
rrea inusual asociada a un comporta- recuerda al Síndrome de Dificultad
miento que recuerda la fase maníaca Respiratoria del Adulto —en adelan-
de la enfermedad maníaco depresiva. te, SDRA– con frecuencia es el úni-
En alguna oportunidad el primer signo co signo de infección sistémica y su
de sepsis abdominal en un paciente fue detección debe “siempre promover
una exposición exuberante de su currí- una investigación cuidadosa en la bús-
culo vitae, seis horas después de la ciru- queda de un foco infeccioso”, que en
gía inicial; cuatro horas más tarde pre- la mayoría de las veces es “extrapul-
sentó fiebre y la laparotomía demostró monar”. Ante un cuadro de SDRA,
la infección. En el anciano es más común las medidas terapéuticas respiratorias
observar desorientación y agitación y fracasarán si su causa es una infección
no es raro observar cuadros franca- persistente cuyo foco no se trata ade-
mente delirantes. cuadamente (8,9).

La clínica y la monitoria invasiva 193


Alteraciones Inexplicadas de la Fre- investigación a fondo en la búsqueda de
cuencia o del Ritmo Cardíacos: un proceso infeccioso (7,10).
Pueden anunciar una sepsis oculta.
La aparición súbita de taquicardia su- Patrón Hiperdinámico:
praventricular, de bradicardia, o de fi- En pacientes sometidos a monitoreo
brilación auricular que no tienen expli- cardiovascular avanzado, este patrón, ca-
cación aparente debe ser vistas como racterizado “por disminución de la re-
signos potenciales de infección oculta sistencia periférica y aumento del gasto
(7,10). Sin embargo, antes de hacer cardíaco” es altamente sugestivo de res-
una búsqueda exhaustiva hay que re- puesta sistémica a una noxa, dentro de
cordar que los inotropicos producen las cuales se encuentra la infección. Un
taquicardia. patrón de este tipo obliga a emprender
acciones tendientes a descartar esta úl-
Pulso Saltón: tima (10).
Característicamente descrito para la
insuficiencia aórtica, es un hallazgo que El Íleo
se traduce en una disminución de la No explicado por trastornos elec-
resistencia arterial periférica y su apa- trolíticos, por una cirugía reciente o
rición en los pacientes sin enfermedad por algún factor mecánico, debe aler-
valvular aórtica, sugiere un efecto va- tar al clínico sobre la presencia de un
sodilatador sistémico. En ese sentido, foco infeccioso con compromiso sisté-
descartada la acción medicamentosa, la mico (11).
presencia de pulso saltón, es sugestiva
de sepsis (10). Hemorragia Gastrointestinal Alta
Con frecuencia atribuida a efectos
Hipotensión Recurrente: del estrés, debe en primer instancia,
Es un signo cardiovascular con mucha orientar hacia una infección (12). Antes
frecuencia premonitorio del choque de considerarla como “ulceras de es-
séptico. Característicamente se presen- trés”, debería considerarse como “ulce-
ta como episodios transitorios de hi- ras de pus” y desarrollar una búsqueda
potensión leve con o sin oliguria, cuya de una infección intraabdominal oculta
causa no es aparente y que ceden muy hasta ese momento.
fácilmente a la administración de líqui-
dos. Con frecuencia esos episodios son El Retraso en la Cicatrización de una
manejados “con bolos a demanda” sin Herida
que se les dé la verdadera dimensión puede ser “el único signo clínico de
como indicadores de infección oculta. infección” (13).
Su presencia amerita emprender una

194 Semiología del paciente crítico:


La Insuficiencia Hepática dadosa deja “un amargo sabor de no sa-
Sea ésta franca o moderada, es a ve- ber bien que pasa”, pero que los hallazgos
ces un signo de infección oculta. Frecuen- clínicos tampoco son lo suficientemente
temente una discreta elevación de las alarmantes. En estos casos, los hallazgos
bilirrubinas con o sin discreta elevación “tan poco alarmantes”, deben ser vistos
de las transaminasas y con o sin discreta como “alarmantes” por que evidencian
prolongación del tiempo de pro trom- un estado de “medio disfunción global” y
bina es interpretada a la “ligera” como que pueden traducir el comienzo de una
una “discreta disfunción sin importancia”, insuficiencia múltiple. En ellos los exáme-
cuando en realidad puede ser el primer nes paraclínicos con frecuencia son “bor-
signo de una infección (10,14,15). der-line” o discretamente alterados sin que
pueda uno pueda apoyarse francamente
La Insuficiencia Renal Aguda en ellos para el diagnóstico (10).
Es un signo que puede sugerir infec-
ción oculta. Con las técnicas modernas La Próstata.
de reanimación, la incidencia de insufi- Es un órgano escondido y olvidado.
ciencia renal aguda ha disminuido no- El examen prostático, así como la ex-
tablemente y su aparición dentro del ploración de los epidídimos debe ser
contexto de una función cardiovascular parte de la rutina de búsqueda de in-
estable y en ausencia de tóxicos renales, fección en el hombre críticamente en-
debe ser interpretada como secundaria fermo (18).
a una sepsis. (10,16). En algunos casos la
manifestación renal de la sepsis es una Pancreatitis Aguda.
“poliuria séptica”, en cuya fisiopatología Esta entidad puede desencadenarse
se han involucrado algunos supuestos a propósito de un estado de hipoper-
factores vasodilatadores renales y que fusión y es capaz de confundir al clínico.
con frecuencia es interpretada como Afortunadamente no es muy frecuente,
secundaria a la administración exagera- pero cuando se presenta cursa con un
da de líquidos, cuando en realidad es un cuadro de distensión abdominal poco
signo de sepsis sistémica (17). específico, hipovolemia, estado hiperdi-
námico, fiebre y otros signos de sepsis.
El Paciente que “no engrana” No se ha observado el dolor caracte-
Que se caracteriza por un curso clíni- rístico, dolor en banda, quizás por la si-
co “insatisfactorio pero indefinible” debe tuación misma del paciente crítico (19).
siempre mirarse como potencialmente
infectado. Se trata de enfermos “que no Consideraciones específicas
están del todo bien, pero tampoco tan La evidencia más aplastante de que
mal” y en los que la evaluación clínica cui- existe una infección es la presencia de

La clínica y la monitoria invasiva 195


pus. Lamentablemente no siempre se complicaciones. Esta referencia es a fo-
cuenta con éste signo clínico, lo que en cos abdominales persistentes que rara
muchos casos dificulta la localización del vez ofrecen al clínico una sintomatolo-
foco infeccioso. En efecto, en el medio gía contundente.
de la UCI, lo frecuente es la identifica- Las infecciones de la pared en ge-
ción de SIRS y de sepsis y lo infrecuen- neral, no ofrecen mayor dificultad para
te o difícil es la confirmación del proce- el diagnóstico. Los focos profundos, sin
so infeccioso e identificación del foco. embargo, pueden ser de tan difícil diag-
Brevemente se discutirán en este do- nóstico como aquellos intracavitarios.
cumento algunas características clínicas, Nunca se insistirá suficiente en recordar
centradas en los grandes complejos in- la pared, sobre todo en pacientes inter-
fecciosos más frecuentemente encon- venidos quirúrgicamente para una afec-
trados en la UCI. ción abdominal de origen infeccioso.
Los signos tradicionales de defen-
Sistema nervioso central: sa y rebote son hallazgos ocasionales
Cuando el foco séptico se encuen- en el paciente crítico con infección in-
tra en el sistema nervioso central, rara traabdominal (21). El dolor es de difícil
vez se identifica. Los signos tradiciona- interpretación sobre todo en pacien-
les, descritos en a meningitis bacteriana tes laparatomizados. Las placas simples
sumados a los datos de laboratorio per- de abdomen no representan una ayu-
miten el diagnóstico en un alto porcen- da sustancial entre otras causas porque
taje de los pacientes. En algunas opor- las condiciones técnicas de los equipos
tunidades puede presentarse alguna portátiles no son las más apropiadas,
confusión, sobretodo en casos de infec- amén de que casi siempre la única ex-
ciones virales o por hongos y en ellos la posición posible es la de decúbito dor-
asesoría del neurólogo ha sido la solu- sal. El ultrasonido tiene un LR+ de 5.46
ción en todos los casos (20). para detectar abscesos en pacientes
postoperatorios, pero su LR- es de 0.33,
Cavidad abdominal: con lo cual no siempre se puede descar-
El abdomen ha sido considerado tar su presencia (31). Por último, el TAC
como “la tumba del cirujano”, querien- que según algunos tiene una sensibilidad
do significar este aforismo, la gran difi- y especificidad mayores del 90%, tam-
cultad que se presenta en el diagnóstico bién tiene dificultades de implementa-
de las enfermedades abdominales. En el ción en los pacientes críticos sobre todo
caso de la infección, el anterior postula- en aquellos casos sometidos a terapéu-
do aparentemente tiene mayor validez. tica respiratoria intensa que incluye ni-
No se habla aquí de la peritonitis flori- veles altos de PEEP, en quienes puede
da cuyo diagnóstico no implica mayores tener mayor riesgo su transporte, que el

196 Semiología del paciente crítico:


beneficio del examen (22,23). El lavado nas ováricas haciendo aún más difícil el
peritoneal realizado con un litro de SSN diagnóstico de la localización, obligando
y que muestre más de 500 células por con frecuencia a la exploración quirúrgi-
mL, parece correlacionar con peritonitis, ca como método diagnóstico.
pero ésta técnica aún no se ha imple-
mentado en los servicios locales (24,25). Piel y anexos
De la misma forma la laparoscopia diag- Las infecciones de la piel son fácil re-
nóstica parece ser la herramienta a ele- conocimiento clínico. Sin embargo, usual-
gir en aquellos pacientes inestables, pero mente pasan desapercibidas infecciones
desafortunadamente tampoco está im- subdérmicas o dérmicas ubicadas en zo-
plementada localmente (21). nas posteriores del cuerpo. Los absce-
El cuadro clínico más frecuentemente sos glúteos y las escaras posteriores son
observado, es el de un paciente con sig- “ejemplos olvidados en el examen clíni-
nos floridos o larvados de infección sis- co”. Las demás infecciones en piel son
témica en quien “los hallazgos abdomina- descritas con más detalle (guías de úlce-
les no correlacionan con el compromiso ras, infección del sitio quirúrgico e infec-
sistémico”. Los signos abdominales pue- ción asociada a catéter). Se debe resaltar,
den no ser prominentes, en cuyo caso sin embargo la Fasciítis Necrotizante que
se resalta el íleo persistente, manifiesto es una enfermedad devastadora que re-
por un drenaje gástrico aumentado, dis- quiere tratamiento quirúrgico temprano
tensión abdominal y timpanismo (11). (léase inmediato) y que no debe confun-
Los paraclínicos testimonian la respuesta dirse con la celulitis simple más benigna
sistémica a la infección y a veces predo- y que solo requiere el manejo antibióti-
minan los hallazgos de un compromiso co. Quizás la clave clínica que ha orienta-
hepático creciente. A veces el cuadro se do es el hallazgo de una piel pálida, acar-
circunscribe al de un paciente con signos tonada, de aspecto isquémico, asociada
claros de SDRA y un abdomen “entre su a signos de deterioro sistémico nota-
mercé y mi señora”. bles. La biopsia por congelación del área
Las consideraciones hechas arri- comprometida es mandataria y urgente
ba pueden ser igualmente válidas para y muestra característicamente una trom-
entidades más específicas como son la bosis subdérmica (26).
colangitis, la pancreatitis o la infección
ginecológica. En la primera quizás pre- Respiratoria y urinaria
dominen algunos signos de compromiso Ver los capítulos respectivos adelante.
hepático y en la segunda la amilasemia y
la amilasuria son útiles en su localización. Translocación bacteriana
El foco ginecológico persistente, sin em- El fenómeno denominado translo-
bargo, puede ubicarse dentro de las ve- cación bacteriana se refiere al paso de

La clínica y la monitoria invasiva 197


gérmenes y/o de sus productos desde su conjunto los elementos fisiopatológi-
la luz intestinal hacia la cavidad perito- cos de la entidad (29).
neal y a la circulación sistémica, debido a A pesar de que los factores involu-
una ruptura de la llamada barrera intes- crados en la alteración de la barrera in-
tinal por un aumento de la permeabili- testinal responsable de la translocación
dad intestinal secundaria a quemaduras, bacteriana están presentes en la mayo-
hemorragias, choque ó un insulto tisu- ría de los pacientes críticos, “el diagnós-
lar (27). El fenómeno puede “producir tico de esta entidad debe ser el último
estados de falla orgánica múltiple cuyo que se haga”, después de que todos los
foco no se evidencia con investigacio- esfuerzos realizados para ubicar un foco
nes exhaustivas” (27) y se ha involucra- potencial, hayan sido infructuosos. El
do en el origen de la llamada “peritoni- diagnóstico a la ligera puede ocasionar
tis terciaria” (28). que un foco detectable no sea suficien-
El paso “transintestinal” de gérme- temente investigado con consecuencias
nes y toxinas tiene su expresión más desastrosas para la vida del enfermo.
florida en la trombosis mesentérica El diagnóstico de la entidad se esta-
en la que el fenómeno adquiere pro- blece fundamentalmente por descarte
porciones gigantescas con la produc- de otros focos. Una clave útil para sos-
ción de una gran toxicidad sistémica. El pechar translocación es el empeora-
“daño isquémico” de la mucosa altera miento del estado clínico séptico al ini-
de manera importante su permeabili- cio de la alimentación enteral o por la
dad con lo que la translocación es ma- aparición de un íleo no relacionado con
siva (30). un foco séptico.
En casos de daños menos severos, el
proceso también es menos intenso y en Referencias
igual forma sus manifestaciones clínicas, 1. Wittmann, DH; Scheim, M; Condon,
originando un cuadro larvado cuya úni- RE. Management of secondary peri-
ca expresión puede ser una insuficiencia tonitis. Ann Surg 1996;224:10-8.
multiorgánica progresiva (27). 2. Bone RC, Blk RA, Cerra FB et al.
En el paciente severamente compro- American College of Chest Physi-
metido son frecuentes las alteraciones cians/Society of Critical Care Medi-
de la perfusión intestinal. Además la co- cine Consensus Conference: defi-
lonización intestinal favorecida por el nitions for sepsis and organ failure
íleo, la administración de antiácidos y and guidelines for the use of in-
Bloqueantes H2, el sobrecrecimiento novative therapies in sepsis. Chest
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ticos y “el reposo intestinal” al que con 3. Rangel-Frausto MS, Pittet D, Cos-
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198 Semiología del paciente crítico:


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La clínica y la monitoria invasiva 199


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200 Semiología del paciente crítico:


Validez de la evaluación clínica
en el paciente crítico

Gustavo Ospina Tascón, MD1

L a perfusión celular es el objetivo


central de la circulación y es duran-
te los estados de shock donde ocurre
ron que la aproximación clínica se limi-
tara en buena parte, a la interpretación
de algunos valores numéricos, mientras
su mayor desarreglo. Ha sido un desafío que otros signos clínicos de optimiza-
tratar de precisar la cascada de even- ción de la perfusión tisular fueron las-
tos que hacen que la alteración de la timosamente desplazados. Hoy nueva-
perfusión tisular conduzca hacia la dis- mente los profesionales de la salud se
función de múltiples órganos. Para ello, ven expuestos a reencontrarse con los
la medicina crítica ha explorado una se- métodos de evaluación clínica en el
rie de métodos clínicos y de monitoría paciente críticamente enfermo ya que
que podrían detectar tempranamente métodos invasivos no han producido
dichos eventos, pero todos ellos tienen un impacto significativo sobre desenla-
diferentes limitaciones. 1 ces clínicos.
El examen clínico continúa siendo Sin embargo, es conocido que la eva-
un paso inicial y de crucial importancia luación hemodinámica basada en ha-
para el diagnóstico y la estratificación llazgos puramente clínicos o incluso en
del riesgo en los pacientes críticamen- algunos parámetros invasivos como la
te enfermos. Dicha evaluación puede presión venosa central durante los esta-
proveer información diagnóstica a bajo dos de shock, fallan en detectar la per-
costo y con un bajo riesgo. Sin embar- sistencia de hipoxia tisular.
go, el creciente uso de diferentes méto- Sería demasiado ambicioso tratar
dos invasivos de monitoría, algunos de de describir en un solo capítulo la in-
ellos considerados íconos del cuidado terrelación entre monitoría, clínica y
intensivo tal como el catéter de arte- perfusión tisular, por lo que a conti-
ria pulmonar –en adelante, CAP–, hicie- nuación se realizará una pequeña revi-
sión de lo que pudiera constituir dicha
1 Especialista en Medicina Interna, Especialista interrelación.
Unidad de Cuidado Intensivo, Fundación Va-
lle de Lilli (Cali).

La clínica y la monitoria invasiva 201


La perfusión periférica de las primeras doce horas de inicio de
como reflejo de la perfusión la enfermedad.
tisular Interesantemente, algunos estudios
Algunos signos clínicos de inapropia- han revelado que un incremento en la
da perfusión periférica han demostra- diferencia de temperatura entre el an-
do correlacionarse con una insuficiente tebrazo y la punta del dedo índice o
perfusión tisular durante los estados de entre la temperatura central y la tem-
shock circulatorio (1-3). La monitoría de peratura medida en el hálux, se corre-
la perfusión periférica ha estado basada lacionan con una mayor disfunción mul-
en el concepto que durante los estados tiorgánica (10-12).
de hipotensión, la respuesta neurohu- Recientemente, Lima et al. (13) exa-
moral simpática predomina, conducien- minaron un grupo de pacientes críti-
do a una disminución de la perfusión y cos después de su resucitación inicial
la temperatura de la piel (4-5). De esta y encontraron que aquellos pacientes
forma, la monitoría de la perfusión peri- con una persistente alteración de la
férica pudiera valorar el efecto simpáti- perfusión periférica, determinada por
co neurohormonal compensatorio du- una prolongación del tiempo de llena-
rante las fases tempranas de los estados do capilar asociada a un incremento de
de shock. De hecho, algunos estudios la diferencia de temperatura antebra-
han mostrado que la valoración subje- zo-índice y central-hálux, tuvieron una
tiva de la perfusión periférica, en par- mayor disfunción multiorgánica en tér-
ticular el examen de la piel al medir el minos del puntaje Sequential Organ Fa-
tiempo de llenado capilar, pudiera iden- ilure Assessment –en adelante, SOFA–.
tificar pacientes en alto riesgo de com- Sugestivamente, aquellos pacientes ca-
plicaciones durante el shock circulatorio talogados con una perfusión periférica
(6-9). Aunque durante el shock séptico anormal, tuvieron mayores niveles de
no reanimado las extremidades podrían lactato, pudiendo esto sugerir una co-
permanecer frías, en etapas posterio- rrelación entre la perfusión periférica y
res ha sido clásicamente descrita la “fase la perfusión tisular.
caliente”, en la que la temperatura de
la piel se incrementa debido a la libe- Monitoría hemodinámica
ración de algunas sustancias vasoactivas. invasiva y el problema de la
En un reciente estudio Thompson et al. perfusión tisular
(8) encontraron que en pacientes con La monitoría en la Unidad de Cui-
meningococcemia, las manos y pies fríos dado Intensivo –en adelante, UCI– ha
junto con un color anormal de la piel sido primariamente utilizada para iden-
antes del ingreso al hospital, fueron los tificar algunos “patrones” manifestados
más importantes signos clínicos dentro en la enfermedad grave y obviamente,

202 Semiología del paciente crítico:


para titular algunas intervenciones tera- número de ensayos clínicos controla-
péuticas utilizadas en su tratamiento. El dos se llevaron a cabo; algunos de ellos
entendimiento del proceso fisiopatoló- incluyeron pacientes sometidos a ciru-
gico debería ayudar a limitar la progre- gía cardiaca o cirugía vascular periférica
sión de la enfermedad y promover su mayor (17-23), otros incluyeron pacien-
recuperación, por lo que una temprana tes de alto riesgo quirúrgico no vascular
detección de las alteraciones fisiológicas (24-26), otros fueron realizados en po-
debería guiar rápidamente a la instau- blaciones mixtas de UCI (27-29), otros
ración de intervenciones terapéuticas en pacientes con síndrome de dificultad
que condujeran al mejoramiento de los aguda (30,31) y uno de ellos en pacien-
resultados clínicos. Sin embargo, se han tes con falla cardiaca descompensada
despertado muchas dudas ahora, con (32). El común denominador fue que en
respecto a la utilidad de algunos siste- ellos no se pudo demostrar que el uso
mas de monitoría comúnmente utiliza- del CAP estuviera relacionado con una
dos en el día a día de la práctica en cui- disminución de la mortalidad en la UCI,
dado intensivo. excepto por dos estudios que usando
Durante los años 80, dos estudios un protocolo guiado por metas hemo-
retrospectivos observacionales en pa- dinámicas parecieran haber mejorado
cientes con síndrome coronario agudo los resultados clínicos (24,26). Una re-
(14,15) cuestionaron por primera vez el ciente revisión sistemática acerca del
beneficio y la seguridad de la monito- impacto de los sistemas de monitoría
ría con CAP, sugiriendo incluso una ma- en pacientes críticamente enfermos ha
yor mortalidad en aquellos a quienes se señalado las dificultades que existen en
les había insertado dicho dispositivo. Sin demostrar que un sistema de monitoría
embargo, fue solo hasta que Connors pueda afectar los desenlaces clínicos en
et al. (16) en otro estudio retrospectivo este tipo de pacientes (33).
observacional usando un elegante análi- En virtud de toda esta cantidad de
sis estadístico demostraron cómo aque- ensayos clínicos controlados que han
llos pacientes críticamente enfermos sido incapaces de demostrar un impac-
sometidos a cateterización ventricular to benéfico sobre la mortalidad o cual-
derecha mediante un CAP tuvieron una quier otro desenlace clínico importante,
mayor mortalidad aparentemente rela- se podría plantear serias dudas acerca
cionada a su uso. Desde este momento de la utilización correcta del CAP. El he-
hubo un creciente interés en poder de- cho de que algunos estudios planteados
terminar si el uso de un CAP podría es- con el diseño más sencillo “CAP vs. NO
tar relacionado con una disminución o CAP”, hace intuir que ningún elemen-
incremento de la mortalidad en pacien- to de monitoría sería capaz de cambiar
tes críticamente enfermos y un buen algún tipo de desenlace clínico si no se

La clínica y la monitoria invasiva 203


utiliza con un protocolo predetermina- tiples órganos y muerte en pacientes
do. Sin embargo, al revisar nuevamen- en estado de shock circulatorio. La re-
te las publicaciones de ensayos clíni- sucitación con líquidos y el uso de agen-
cos sobre el CAP, se encuentra que al tes inotrópicos, está en últimas, dirigida
menos en nueve de ellas se utilizó un a conseguir una adecuada perfusión y
protocolo hemodinámico previamente oxigenación tisular como previamente
determinado, pero al final siguen sien- se ha anotado.
do dos estudios clínicos los que aparen- Un protocolo dirigido a conseguir
temente condujeron a una disminución metas hemodinámicas tempranas, espe-
de la mortalidad (24,26). Con este pa- cíficamente a normalizar la saturación
norama quedaría ahora la pregunta de venosa central de oxígeno (ScvO2) du-
si en realidad los protocolos utilizados rante las primeras seis horas de reani-
para guiar la reanimación de los pacien- mación de pacientes con sepsis severa y
tes incluidos en estos estudios fueron shock séptico, demostró mejorar la so-
en realidad correctos; es decir, se plan- brevida a los 28 y 60 días y la sobrevida
tearía la duda de si se debe insertar un al alta hospitalaria (34). Adicionalmen-
CAP para obtener unos “números ade- te, esta estrategia demostró disminuir
cuados” de gasto cardiaco, resistencias la progresión de la disfunción cardiovas-
vasculares o presiones de llenado. Dos cular, respiratoria y hematológica. La es-
recientes e interesantes publicaciones, trategia de reanimación en el grupo de
realizados por expertos en monito- terapia dirigida temprana consistió en la
ría hemodinámica (75,76) invitan a dar administración rápida de líquidos hasta
una mirada diferente acerca de cómo asegurar una PVC de 8 – 12 mmHg, una
debería utilizarse los catéteres de arte- diuresis superior a 0.5 ml/Kg/min, infu-
ria pulmonar y de cómo las metas he- sión de vasoactivos para mantener una
modinámicas basadas en gasto cardiaco, PAM ≥ 65 mmHg; además, administra-
resistencias vasculares o presiones de ción de dobutamina y transfusión de gló-
llenado están condenadas a fallar en vir- bulos rojos, todo con el fin de alcanzar
tud de que ellas no representan en rea- rápidamente una ScvO2 ≥ 70%. Aquellos
lidad el estado de perfusión tisular. pacientes asignados a la terapia dirigida
temprana recibieron una mayor infu-
El problema de la sión de líquidos, dosis de inotrópicos y
hipoperfusión oculta transfusión de glóbulos rojos durante las
Resucitación con líquidos y metas primeras 6 horas. Durante el intervalo
hemodinámicas. entre las 7 a 72 horas, los pacientes asig-
Una pronta y adecuada resucitación nados a la terapia dirigida temprana tu-
hemodinámica es clave para evitar la vieron un significativo incremento de la
progresión hacia la disfunción de múl- ScvO2 (70.4 + 10.7% vs. 65.3 + 11.4%),

204 Semiología del paciente crítico:


una menor concentración de lactato (3 Lo anteriormente anotado, confirma
+ 4.4 mmol/L vs. 3.9 + 4.4 mmol/L), un los hallazgos previos que han estableci-
menor déficit de base (2.0 + 6.6 mmol/L do que las alteraciones de la perfusión
vs. 5.1 + 6.7 mmol/L) y un mayor pH tisular pueden no ser detectadas con
(7.40 + 0.12 vs. 7.36 + 0.12), que aque- variables hemodinámicas y clínicas ha-
llos asignados a la terapia estándar (que bitualmente utilizadas en la evaluación
fue guiada únicamente mediante la PCV, de los pacientes críticamente enfermos.
diuresis, MAP y parámetros clínicos). Du- En realidad el problema no está en de-
rante el periodo entre la 7 y 72 horas, tectar las alteraciones evidentes de la
los puntajes de APACHE II fueron signi- perfusión tisular, sino en detectar aque-
ficativamente reducidos en el grupo so- llas alteraciones que permanecen, cuan-
metido a la terapia dirigida a metas. do aparentemente han sido corregidas
Las alteraciones hemodinámicas pue- desde el punto de vista clínico y por lo
den continuar sin resolverse completa- menos con las variables macrohemodi-
mente cuando el manejo terapéutico námicas habitualmente utilizadas.
es guiado por variables poco sensibles
como la presión arterial media – en De las metas macro-hemodinámicas
adelante, PAM– o la presión venosa a la microcirculación
central –en adelante, PVC– (35,36). En Las dificultades en demostrar que las
el estudio de Rivers et al. (34), el 68% metas hemodinámicas usualmente utili-
de los pacientes sometidos a la estra- zadas están relacionadas con una me-
tegia convencional alcanzaron la meta joría de los desenlaces de mortalidad y
compuesta de PVC, MAP y gasto uri- morbilidad en los pacientes críticamen-
nario comparativamente con un 95% te enfermos, ha hecho que se explo-
asignados al grupo de terapia temprana ren nuevos end points de reanimación,
dirigida por metas. Sin embargo, 39.8% abriéndose una nueva puerta para la
de pacientes del grupo convencional tu- investigación de la perfusión tisular du-
vieron evidencia de persistencia de hi- rante los estados de shock circulatorio.
poperfusión global (esto es, lactato ele- El hecho de que algunos pacientes, que
vado y ScvO2 baja), comparado con 5% aun habiendo recibido una pronta re-
de pacientes asignados a la terapia tem- animación, desarrollen disfunción mul-
prana dirigida por metas. En ese grupo tiorgánica y posteriormente muerte,
de pacientes que permanecían con al- hace pensar que metas hemodinámicas
teraciones persistentes de la perfusión de reanimación como la ScvO2, SvO2,
tisular (en virtud de ScvO2 y lactato) base déficit y lactato arterial son insufi-
habiendo alcanzado las metas de PVC, cientes para determinar cuándo un pa-
PAM y gasto urinario, la mortalidad hos- ciente está correctamente reanimado
pitalaria fue de 56.5%. y está fuera de riesgo de progresar a

La clínica y la monitoria invasiva 205


disfunción multiorgánica. Por eso, la in- culación presenta algunas característi-
vestigación en cuidado intensivo se ha cas fisiológicas singulares tales como la
venido fijando hacia el comportamiento presencia de un gradiente de oxígeno
de la microcirculación en los estados de decreciente a través de la longitud de
shock y de las posibles intervenciones cada vaso (gradiente longitudinal) y un
terapéuticas que pudieran modular di- más bajo nivel de hematocrito (compa-
chas alteraciones. rativamente con la sangre de los vasos
de más de 100 µm de diámetro), lo que
Evaluando la hace que su comportamiento sea sen-
microcirculación a la siblemente diferente a los vasos de la
cabecera del paciente macro vasculatura (44).
críticamente enfermo Las alteraciones de la perfusión mi-
Importancia de la microcirculación crovascular han sido implicadas en la
La investigación básica y clínica en disfunción orgánica y en la falla de múlti-
cuidado intensivo ha mostrado cómo ples órganos asociadas a los estados de
las alteraciones hemodinámicas en los shock, especialmente el shock séptico
estados severos de la enfermedad es- (45,46). Aunque se han descrito altera-
tán estrechamente ligadas a cascadas ciones mayores de la microcirculación
de eventos inflamatorios (37-39), acti- en modelos experimentales (sepsis, is-
vación de la coagulación (40,41), apop- quemia, lesión de isquemia-reperfusión,
tosis (42) y alteración del metabolismo hemorragia, etc), ha sido difícil extrapo-
de agentes vasoactivos, hormonales y lar estos datos a la práctica clínica, es-
neurohumorales (43). Todos estos fe- pecialmente debido a que los clínicos
nómenos tienen participación y proba- piensan que algunas alteraciones de la
blemente, algunos de ellos su inicio en perfusión regional y corporal total no
la microcirculación. Anatómicamente la medidas en esos modelos experimen-
microcirculación está constituida por tales podrían estar implicadas en la apa-
vasos muy pequeños (< 100µm de diá- rición de disfunción orgánica múltiple
metro) incluyendo capilares arteriales y (47). La disfunción de la microcircula-
vénulas, conformando una red vascular ción como ocurre en el shock séptico
donde se llevan a cabo los procesos de y otros estados de shock puede con-
intercambio gaseoso, nutrientes y pro- tribuir a hipoxia celular aún cuando las
ductos del catabolismo celular. Es tam- variables globales de oxígeno medidas
bién en la microcirculación donde está parecieran adecuadas.
situada la mayor parte del tejido endo- Nuevos datos experimentales han
telial (> 90%) y es allí donde ocurre la generado una muy importante infor-
interacción con leucocitos, plaquetas y mación acerca de las alteraciones de
componentes plasmáticos. La microcir- la perfusión microvascular en diferen-

206 Semiología del paciente crítico:


tes estados de enfermedad. Si bien has- En otros modelos de sepsis sin hipo-
ta hace algunos años, dicha información tensión se encontraron alteraciones se-
había estado confinada a los laborato- mejantes en las vellosidades intestina-
rios de experimentación en animales, les (49-52), músculo diafragmático (53),
ahora están disponibles nuevas técnicas hígado y en la región sublingual. To-
para la evaluación de la microcircula- das estas alteraciones conducen a una
ción para su uso en humanos. A con- mala distribución del flujo microvascu-
tinuación, se revisarán brevemente las lar, áreas de shunt dentro de un mismo
alteraciones microcirculatorias encon- órgano y finalmente, compromiso en la
tradas mediante las nuevas técnicas de utilización de oxígeno por parte de la
exploración disponibles y los efectos de célula (54).
algunas intervenciones terapéuticas so- Múltiples causas pueden explicar las
bre el flujo microvascular. alteraciones de la circulación microvas-
cular: formación de microtrombos, alte-
Disfunción de la raciones de la reología de los glóbulos
microcirculación en rojos, incremento de la adhesión leu-
modelos experimentales cocitaria a las células endoteliales, dis-
Numerosos estudios han reportado función endotelial y edema intersticial
que el flujo microvascular está alterado entre otros. Recientemente, Croner et
en varias condiciones, especialmente en al. (55) observaron directamente los si-
el shock séptico. Los modelos experi- nusoides hepáticos, mediante la técnica
mentales de sepsis inducida mediante de microscopía intravital en ratas some-
administración de endotoxina, ligadura tidas a ligadura cecal con punción; ellos
con perforación cecal e inyección de describieron los eventos de interacción
bacterias han estado todos acompaña- de células sanguíneas con el endotelio
dos de una diminución de la densidad y los cambios de la perfusión microvas-
capilar (vasos< 20µm), una disminución cular durante el tiempo. La adherencia
de la densidad capilar funcional (vasos plaquetaria al endotelio ocurrió una
< 20µm con flujo continuo) y una ma- hora después de la ligadura cecal con
yor heterogeneidad del flujo microvas- punción, seguido inmediatamente por
cular (diferencia significativa del flujo una interacción entre leucocitos y en-
microvascular entre áreas adyacentes). dotelio, mientras que la vasoconstric-
En un modelo experimental de sepsis ción de los sinusoides, ocurrió después.
sin hipotensión usando musculatura es- Una disminución de la microperfusión
triada, Lam et al. (48) demostraron una hepática fue observada después de
reducción de 36% en la densidad de ca- tres horas, en los sinusoides y después
pilares perfundidos y un aumento de de 10 horas en las venas postsinusoi-
265% de capilares con flujo detenido. dales. Esas alteraciones del flujo san-

La clínica y la monitoria invasiva 207


guíneo microvascular condujeron a un Disfunción microcirculatoria
incremento de las pruebas hepáticas, y el fenómeno de micro
10 horas después de realizada punción shunt
cecal. Estos resultados están de acuer- La práctica de la medicina intensiva
do con otros estudios que han demos- está ampliamente basada en el princi-
trado una correlación estrecha entre la pio de un apropiado aporte de oxígeno
disfunción microvascular y la disfunción a los tejidos para asegurar el metabo-
celular (56). Aunque la interacción de lismo aerobio. Sin embargo, este apor-
los glóbulos blancos y plaquetas con el te de oxígeno puede estar limitado por
endotelio es preponderante en la ge- alteraciones de la microcirculación más
neración de disfunción microvascular y allá de las establecidas por el contenido
disfunción orgánica, es difícil separar el arterial de oxígeno o los determinan-
rol de cada una de esas células en la tes del gasto cardiaco. Existe evidencia
fisiopatología de la alteración del flujo acerca de la persistencia de hipoperfu-
microvascular. sión tisular en presencia de apropiados
Se han observado alteraciones de la valores de las variables del transporte
microcirculación en otras entidades di- de oxígeno (59). La presencia de obs-
ferentes a la sepsis. Sin embargo, esas trucción microvascular y shunt microcir-
anormalidades son más severas en el culatorio pueden conducir a hipoperfu-
shock séptico que en otros tipos de sión en algunas áreas dentro del mismo
shock con alteraciones hemodinámi- órgano, mientras otras bien perfundidas
cas similares. Fang et al. (57) reciente- tienen un consumo de oxígeno normal
mente demostraron la aparición de o bajo. Este fenómeno de shunt explica
cambios microcirculatorios más seve- la aparente normalidad de la saturación
ros en la región bucal de ratas some- venosa mixta (SvO2) y central (ScvO2),
tidas a shock séptico comparados con cuando de hecho, un fenómeno de hi-
aquellas sometidas a shock hemorrági- poperfusión oculta sigue en curso. Va-
co. La resucitación y la mejoría de las rios factores han sido implicados en la
variables hemodinámicas globales no aparición de tal fenómeno de shunt en
produjeron una mejoría significativa del el shock séptico: 1. Un estado hipercoa-
flujo microcirculatorio en el grupo so- gulable con formación de microtrom-
metido a shock séptico en contraste bos y obstrucción capilar (60). 2. Ede-
con el grupo sometido a shock hemo- ma celular endotelial que conduce a
rrágico. Estos resultados son similares un estrechamiento de su luz (60). 3. In-
a los reportados previamente en un cremento de la adhesión leucocitaria al
modelo murino que evaluó la micro- endotelio, creando de esta manera una
vasculatura de las vellosidades intesti- barrera mecánica a los glóbulos rojos
nales (58). en los vasos capilares (61). 4. Alteración

208 Semiología del paciente crítico:


de la deformabilidad de las células rojas, ción de la microcirculación a la cabece-
incrementándose su captura en el lecho ra del paciente; sin embargo, los efectos
capilar (62). de vasoconstricción o vasodilatación
El fenómeno de disoxia tisular es co- locales, la influencia de la temperatura
mún en los pacientes críticos y es pro- corporal y del medio ambiente o los
bablemente una de las causas más im- efectos de algunos fármacos vasocons-
portantes de MODS y muerte (63). La trictores, hacen que este lecho no re-
detección y temprana corrección de la presente otras áreas del cuerpo y por
disoxia tisular podría limitar el desarro- tanto su interés práctico está limitado.
llo de MODS, reducir la aparición de La dificultad para visualizar directa-
complicaciones y mejorar el pronóstico mente la microcirculación había hecho
del shock séptico. difícil demostrar en el ámbito clínico los
postulados teóricos de las alteraciones
Visualización directa de la microcirculatorias. Hasta hace relativa-
microcirculación mente poco tiempo, no existían téc-
La aplicación de los métodos de vi- nicas que permitieran la visualización
deomicroscopía en humanos subyace directa de la microcirculación en huma-
sobre el principio de la transiluminación nos. La técnica de imagen Orthogonal
de algunas superficies con una luz de polarization spectral –en adelante, OPS–
una determinada longitud de onda que (64) fue introducida en el ambiente clí-
es absorbida por algunas moléculas (p. nico desde hace ya varios años, brindan-
ej: hemoglobina) y reflejada por otras, do interesantes resultados en estudios
permitiendo de esta manera la creación observacionales. Brevemente, este dis-
de imágenes en tiempo real. La visualiza-
ción directa de la microcirculación per-
mite caracterizar la microvasculatura de
acuerdo con el patrón de flujo micro-
vascular, la densidad capilar y la hetero-
geneidad de flujo entre áreas contiguas.
La microscopía intravital representa
el método de visualización directa de la
microcirculación más explorado duran-
te las últimas décadas. Su uso se exten-
dió en experimentos animales, pero su
Figura 1. Imagen de la microcirculación su-
montaje es tan complicado que resulta
blingual en un voluntario sano obtenida mediante
casi imposible aplicarlo en humanos. OPS. (cortesía de Dr. Daniel De Backer, Intensive
La videomicroscopía del lecho un- Care Department, Erasme University Hospital, Brus-
gueal fue el primer método de evalua- sels, Belgium).

La clínica y la monitoria invasiva 209


positivo utiliza una luz polarizada que La nueva técnica Sidestream dark-field
es absorbida por algunas moléculas (p. –en adelante, SDF– utiliza el mismo
ej: hemoglobina) y reflejada por otras; principio que OPS pero no utiliza luz
la absorción y el reflejo de dicha luz, polarizada y brinda imágenes de mayor
crea una imagen de alto contraste que calidad (Fig. 2 y 3). Debido a sus carac-
es captada a través de un lente objeti- terísticas específicas, los dos dispositi-
vo conectado a una cámara de video vos están diseñados para ser utilizados
capaz de generar imágenes magnifica- en el estudio de tejidos recubiertos por
das en tiempo real (Fig. 1). Reportes re- una fina capa epitelial como lo son las
cientes demuestran cómo las imágenes superficies mucosas. En pacientes críti-
obtenidas con la técnica OPS son su- camente enfermos, el área sublingual ha
periores a aquellas obtenidas mediante sido la superficie mucosa más estudia-
capilaroscopia del lecho ungueal (65). da por su fácil accesibilidad. Además, es-

Figura 2. El sistema SDF (Sidestream dark-field) utiliza una tecnología similar a OPS, que permite
obtener imágenes de la microcirculación en tiempo real.

Figura 3. Valoración de la microcirculación a la cabecera del paciente por medio de la tecnología SDF
(cortesía de Dr. Daniel De Backer, Intensive Care department, Erasme University Hospital, Brussels, Belgium).

210 Semiología del paciente crítico:


tudios recientes han demostrado que ción de vasos pequeños bien perfundi-
los cambios microcirculatorios encon- dos en el grupo de pacientes sépticos
trados en el área sublingual se corre- frente a los demás grupos. De igual
lacionan muy bien con cambios en la manera, encontraron que el empeora-
perfusión esplácnica en pacientes con miento de la microcirculación fue más
shock séptico (66). Otros estudios han severo en los no sobrevivientes (Fig. 4).
mostrado una excelente correlación Esos resultados fueron posteriormen-
entre los cambios microcirculatorios te confirmados por Trzeciak et al. (69)
sublinguales y aquellos encontrados en quienes investigando la microcirculación
la mucosa gástrica en modelos animales de pacientes con sepsis severa y shock
de shock séptico (67). séptico durante la reanimación tempra-
na dirigida por metas hemodinámicas,
Microcirculación alterada: un encontraron una disminución de la den-
predictor de mal pronóstico sidad capilar y del puntaje de velocidad
El primer estudio que reportó las al- de flujo en los pacientes sépticos frente
teraciones del flujo microvascular en pa- a controles sanos y además, esas altera-
cientes críticamente enfermos fue con- ciones fueron más severas en los no so-
ducido por De Backer et al. (68). Esos brevivientes frente a los sobrevivientes.
autores describieron la microcirculación La heterogeneidad de flujo fue también
en varios grupos de pacientes: sepsis se- más marcada en los pacientes sépticos.
vera y shock séptico, pacientes aguda- De forma interesante, las alteraciones
mente enfermos no sépticos, pacientes de la microcirculación estuvieron rela-
antes de cirugía cardiaca y voluntarios cionadas con la severidad de disfunción
sanos. Interesantemente, encontraron multiorgánica evaluada mediante el Se-
una disminución significativa de la densi- quential Organ Failure Assessment –en
dad de todos los vasos y de la propor- adelante, SOFA– score.

Figura 4. Imagenes de la microcirculación de la mucosa sublingual obtenidas mediante SDF en un volun-


tario sano (a) y en un paciente con shock séptico con variables macro-hemodinámicas globales corregidas (b).
Algunos vasos capilares presentaban vasos con flujo detenido e intermitente (flechas)

La clínica y la monitoria invasiva 211


Las alteraciones de la microcircula- Conclusión
ción pueden tener carácter pronósti- La evaluación clínica continúa siendo
co en el shock séptico. Sakr et al. (70) una pieza fundamental en la evaluación
describió los cambios de la microcircu- del paciente críticamente enfermo. Du-
lación en el tiempo usando la técnica de rante los estados de shock, las alteracio-
OPS en 49 pacientes con shock séptico. nes de la perfusión periférica parecen
La persistencia de las alteraciones mi- correlacionarse bien con marcadores
crocirculatorias durante el tiempo estu- de hipoperfusión a nivel tisular como
vieron relacionadas con disfunción mul- lo han demostrado recientes estudios.
tiorgánica y muerte. Aunque al inicio del Sin embargo, la evaluación hemodiná-
shock no hubo diferencia en la severi- mica basada en parámetros clínicos o
dad de las alteraciones de la densidad incluso algunos parámetros invasivos
vascular y la proporción de vasos pe- como la presión venosa central o el gas-
queños bien perfundidos entre los so- to cardiaco, fallan en detectar la persis-
brevivientes y no sobrevivientes, la mi- tencia de hipoxia tisular. Es preciso eva-
crocirculación mejoró rápidamente en luar de forma más precisa la perfusión
los primeros. La mejoría en la perfusión tisular por lo que examinar directamen-
microvascular del día uno al día dos fue te la microcirculación podría ser el fu-
un mejor predictor pronóstico que los turo de la reanimación en los estados
cambios hemodinámicos globales o los de shock circulatorio. Ahora la evalua-
niveles de lactato arterial. ción de la microcirculación a la cabe-
Tanto OPS como SDF han sido uti- cera del paciente es posible y nuevos
lizados en otras condiciones diferentes datos acerca de los cambios microcircu-
a la sepsis. Un grupo de pacientes con latorios en diferentes estados de enfer-
falla cardiaca admitidos a UCI tuvieron medad comienzan a conocerse. Dichas
una menor proporción de vasos peque- alteraciones parecen estar relacionadas
ños bien perfundidos comparado con con el pronóstico de la enfermedad se-
controles y los sobrevivientes tuvieron vera y su cambio en el tiempo puede
una más preservada perfusión micro- ser un marcador de mejoría o mala pro-
vascular que los no sobrevivientes (71). gresión. Interesantemente, las variables
Usando la técnica OPS se han descrito microcirculatorias parecen ser indepen-
las alteraciones microcirculatorias de in- dientes de las variables hemodinámicas
fantes pretérmino (72,73). De igual ma- globales una vez se ha logrado la nor-
nera, se ha utilizado en el perioperatorio malización de estas últimas. Durante los
de pacientes con hemorragia subarac- últimos años hemos explorado poten-
noidea en donde la respuesta microvas- ciales intervenciones capaces de modi-
cular a la hipocapnia fue un predictor de ficar dichas alteraciones microcircula-
vasoespasmo cerebral (74). torias que podrían potencialmente ser

212 Semiología del paciente crítico:


utilizadas en la práctica clínica. Por aho- ment of skin temperature to iden-
ra, dichas intervenciones permanecen tify hypoperfusion in intensive care
en el campo experimental y todavía no unit patients. J Trauma 2001;50:620–
es claro si la microcirculación deba ser 627
la meta hemodinámica de reanimación 7. Hasdai D, Holmes DR Jr, Califf RM,
una vez se hayan conseguido la norma- et al: Cardiogenic shock compli-
lidad de las demás variables hemodiná- cating acute myocardial infarction:
micas, pero resulta muy atractivo pen- Predictors of death. GUSTO Inves-
sar que en el futuro podamos hablar de tigators. Global utilization of strep-
una reanimación guiada a través de va- tokinase and tissue-plasminogen
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La clínica y la monitoria invasiva 213


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218 Semiología del paciente crítico:


Aplicaciones del método
epidemiológico en medicina crítica

Javier Eslava-Schmalbach, MD, MSc, PhD.1


Henry Oliveros, MD, MSc, 2
Hernando Gaitan-Duar te , MD, MSc1

Introducción 1 2 dición aguda de su enfermedad se en-


Las unidades de cuidado intensivo –en cuentre con una pérdida de la función y
adelante, UCI– son el sitio, donde se homeostasis de órganos y sistemas (2).
provee a los pacientes críticamente en- En la actualidad estas unidades son si-
fermos los cuidados necesarios para es- tios donde acuden pacientes con altera-
tabilizar y recobrar su autonomía a los ción severa de las funciones de al me-
diferentes órganos y sistemas, han evo- nos un sistema orgánico, en quienes es
lucionado a medida que se ha desarro- muy importante intentar predecir cuál
llado la tecnología y el conocimiento de será el curso de la enfermedad en tér-
la fisiopatología dejando de ser solo las minos de sobrevida y recuperación de
salas de cuidados postoperatorios en la la función alterada. Además se utilizan
década de los años 20 o las unidades diferentes tecnologías diagnósticas y te-
de cuidado respiratorio en la década de rapéuticas de punta, que requieren ser
los 40, y posteriormente con el uso de evaluadas desde el punto de vista de los
la ventilación mecánica en la epidemia beneficios que brindan al paciente, así
de polio de Copenhague en 1952 (1) como de la seguridad en su uso y de los
hasta llegar a ser las unidades modernas costos asociados.
las cuales se consolidaron en la década La respuesta a estos interrogantes las
de los 70 involucrando mejores proce- brindan la epidemiología, la bioestadística,
sos y regímenes de tratamiento, no solo la economía, la bioingeniería entre otras.
para pacientes que se encuentran en el Respecto a la epidemiología, definida
periodo postoperatorio sino para cual- como el estudio de la distribución y de
quier tipo de paciente, que por la con- los determinantes de los eventos de sa-
lud y enfermedad en las poblaciones o
1 Instituto de Investigaciones Clínicas, Universi- a los problemas de salud del individuo,
dad Nacional de Colombia esta provee herramientas que aplican
2 Departamento de Docencia e Investigación, el método científico para la evaluación
Hospital Universitario Clínica San Rafael,
Hospital Militar Central. de la utilidad de las pruebas diagnósti-

La clínica y la monitoria invasiva 219


cas utilizadas en las UCI, ya sea desde y eficiencia de las intervenciones apli-
el punto de vista de la exactitud, la con- cadas en el manejo de los pacientes
cordancia la efectividad o el costo/efec- críticos.
tividad. También provee herramientas, • • La identificación de las variables aso-
metodológicas para evaluar la eficacia o ciadas a la mortalidad al ingreso y du-
efectividad y seguridad de intervencio- rante la estancia, para construir mode-
nes diagnósticas o terapéuticas, ya sean los que permitan hacer predicciones
medicas, quirúrgicas o de rehabilitación; sobre el pronóstico de los pacientes y
por lo tanto el médico que hace cui- además facilitar la comparación de los
dado crítico requiere conocer como se sujetos entre las UCI y al interior de
interpreta la información que provee el las mismas, dadas las diferencias en el
método epidemiológico, acerca del pro- nivel de severidad con el que los pa-
nóstico del paciente que se está aten- cientes ingresan, la co-morbilidad que
diendo o acerca de los métodos diag- tienen o el efecto de muchas otras
nósticos y terapéuticos de los que se potenciales variables de confusión.
dispone o se desea disponer.
El objetivo del presente capítulo es 1. Apreciación crítica o
revisar las aplicaciones que tiene el mé- cuidado crítico basado en
todo epidemiológico en las UCI ya sea evidencia.
para el trabajador que consume infor- La medicina basada en evidencia se
mación científica como para aquel que define como la integración de la ex-
quiere desarrollar investigación propia. periencia clínica individual con la me-
En este sentido se revisará: jor evidencia disponible sobre el tema,
considerando las preferencias de los pa-
• • La aplicación del método científico en cientes en ese proceso de toma de de-
la apreciación crítica de la literatura cisiones clínicas (3).
existente respecto a las intervencio- El cuidado crítico basado en evi-
nes, pruebas diagnósticas, pronóstico dencia pretende entonces dar pruebas
en los pacientes críticos o medicina de la verdadera utilidad de los proce-
basada en la evidencia dimientos diagnóstico o terapéuticos
• • La recolección válida sistemática, or- que se utilizan en la práctica clínica dia-
denamiento de datos a fin de conver- ria. Esta aproximación permite dejar de
tirlos en información para la toma de lado prácticas usuales que no están res-
decisiones clínicas, acogiéndose a las paldadas por el adecuado soporte cien-
estrategias de vigilancia epidemiológi- tífico y revaluar otras prácticas que se
ca a nivel hospitalario. habían dejado de lado o no se les ha-
• • La aplicación del método científico en bía dado la suficiente importancia dado
la evaluación de la eficacia, efectividad, el predominio de criterios no científi-

220 Semiología del paciente crítico:


cos, o no basados en evidencia que se han desarrollado para hacer más diná-
interponían con su adopción. Tal vez el micos estos procesos de participación
ejemplo más concreto de este tipo de en el día a día de las decisiones en el
práctica es la persistencia en el uso de cuidado crítico(12-14).
la lidocaína intramuscular luego de in- La metodología de la medicina basa-
farto de miocardio, cuando la evidencia da en evidencia, implica la aplicación sis-
mostraba un significativo aumento de la temática de métodos para obtener so-
mortalidad con esta práctica (4,5). Un luciones a problemáticas clínicas que se
ejemplo de caso contrario se refiere a convierten en preguntas concretas de
la demorada introducción de la trom- acuerdo a la estrategia PICOT (Pobla-
bolisis en el manejo del infarto del mio- ción, Intervención, Comparador, Outco-
cardio, cuando la evidencia mostraba me (Variable a impactar) y el marco de
desde hacia tiempo su efectividad (6). Tiempo). En el caso del cuidado críti-
Adicionalmente, el cuidado crítico co se pueden resolver estos escenarios
basado en evidencia involucra la parti- con base en la estrategia de los Critical
cipación del paciente en la toma de de- Appraissed Topic (Tópicos apreciados crí-
cisiones clínicas en las que la frontera ticamente) –en adelante, CAT– (15,16), y
de certidumbre es pobre, y los riesgos en el caso de la necesidad de generar
asociados a una decisión pueden ser nuevo conocimiento, estos escenarios
mayores que los asociados a una alter- se pueden resolver bajo la metodología
nativa excluyente. Para ello se ha imple- de las revisiones sistemáticas de la lite-
mentado la herramienta de análisis de ratura (17).
decisiones clínicas como una alternativa
en la toma de decisiones alrededor del Como estructurar un CAT
paciente crítico (7-9). Este tipo de publi- En la figura 1 se representan las par-
caciones son cada vez más frecuentes. tes que estructuran un CAT, y que si se
Algunos estudios han medido el nivel desarrollan sistemáticamente, permiten
de participación que el paciente o los encontrar evidencia, que facilita resol-
familiares pudieran tener en la toma de ver preguntas que surgen de un escena-
decisiones clínicas y argumentan que es rio clínico que tiene incertidumbre con
variable (10) y aun cuando puede lle- respecto al manejo de una intervención,
gar a ocurrir que hasta la mitad de los un procedimiento diagnóstico o sobre
familiares no quieran hacer parte de el pronóstico de una entidad particular
este proceso, o que el paciente no quie- (16). En el contexto del cuidado críti-
ra hacer parte del proceso, se le debe co, la pregunta podría estar relaciona-
estar indagando, debido a esta variabili- da con la mejor elección del antibiótico
dad observada en los pacientes (10, 11). para un paciente con sepsis abdominal,
Modelos matemáticos e informáticos se el mejor marcador de hipoperfusión ti-

La clínica y la monitoria invasiva 221


sular o sobre el pronóstico de una pa- neralización de sus resultados (validez
ciente en postoperatorio de resección externa), y el grado de recomendación
de tumor de ovario. que poseen, a fin de resumirlos en una
La intención es definir una pregun- conclusión que permita responder la
ta clínica que identifique el problema pregunta planteada desde el comienzo.
médico, para proceder a plantearla en Con todo lo anterior se habrá estructu-
términos de una pregunta estructura- rado un CAT (16), hecho de una mane-
da con la estrategia PICOT y a través ra que permita su reproducibilidad por
de bases de datos de revistas de salud, cualquier persona que repita los mis-
hacer una búsqueda con términos cla- mos pasos, y plasmado en un archivo o
ves y operadores, que sea reproducible documento que se puede consultar en
y que permita encontrar artículos muy el futuro , que hará parte de la mejor
específicos para el problema en cues- evidencia disponible en el campo en el
tión. Dichos artículos deben ser califica- que la persona que hace la búsqueda
dos en su calidad (validez interna), la ge- está adquiriendo mayor experiencia.

Figura 1. Estructura de un Tópico Apreciado Críticamente (CAT).

Adaptado de: Sackett DL. Evidence-based medicine : how to practice and teach EBM. 2a ed ed. Edinburgh [etc.]:
Churchill Livingstone, 2000.

222 Semiología del paciente crítico:


Tabla 1. Grados de recomendación

GRADO Riesgo/Beneficio Calidad de la evidencia Implicaciones


descripción
Fuerte recomendación aplicable a la mayo-
1A fuerte recomendación alta Estudios clínicos sin limitaciones o estudios obser-
Beneficio sobrepasa riesgo ría de pacientes en la mayoría de circuns-
calidad de evidencia vacionales con peso de evidencia
tancias, sin limitaciones
ECC con importantes limitaciones (resultados in-

La clínica y la monitoria invasiva


Fuerte recomendación aplicable a la mayo-
1B Fuerte recomendación. Mode- consistentes, debilidades metodológicas, indirectos
Beneficio sobrepasa riesgo ría de pacientes en la mayoría de circuns-
rada calidad de evidencia o imprecisos) o excepcionalmente fuerte evidencia
tancias, sin limitaciones
de estudios observacionales
1C Fuerte recomendación. Fuerte recomendación pero puede cambiar
Baja o muy baja calidad de Beneficio sobrepasa riesgo Estudios observacionales o series de casos cuando alta calidad de evidencia este dis-
evidencia ponible
Débil recomendación, mejor acción de-
2A Debil recomendación. Beneficio cercano al equili- ECC Sin importantes limitaciones o evidencia de
penderá de situación, paciente o valores
Alta calidad de evidencia brio con el riesgo peso de estudios observacionales
sociales
ECC con importantes limitaciones (resultados in-
Débil recomendación, mejor acción de-
2B Débil recomendación. Beneficio cercano al equili- consistentes, debilidades metodológicas, indirectos
penderá de situación, paciente o valores
Moderada calidad de evidencia brio con el riesgo o imprecisos) o excepcionalmente fuerte evidencia
sociales
de estudios observacionales
Incertidumbre en la estima-
2C Débil recomendación. Baja o Muy débil recomendación. Otras alternativas
ción de riesgo y beneficio o Estudios observacionales o series de casos
Muy baja calidad de evidencia pueden ser igualmente validas
pueden estar balanceados

Adaptado de: Guyatt G, Gutterman D, Baumann MH, Addrizzo-Harris D, Hylek EM, Phillips B, et al. Grading strength of recommendations and quality of evidence in
clinical guidelines: report from an american college of chest physicians task force. Chest 2006;129(1):174-81.

223
Las revisiones sistemáticas buscan in- una intervención (18). La única forma de
cluir toda la evidencia posible relaciona- saber que hay una variación especial en
da con la pregunta en cuestión, y hacen la presentación de algunos eventos, es
parte hoy en día de las herramientas teniendo un registro sistemático (veraz
que se utilizan en la evaluación de tec- y continuo) del estado de cosas antes.
nologías sanitarias. Podría decirse que el punto central de
Para graduar la calidad de la eviden- la vigilancia epidemiológica es la infor-
cia disponible acerca de una pregunta mación por lo cual debe garantizarse un
específica se tiene en cuenta principal- adecuado proceso de recolección , un
mente la calidad de los estudios que se adecuado procesamiento y análisis de la
han desarrollado alrededor de esa pre- misma, y una presentación de los resul-
gunta de investigación. Para ello se utili- tados de manera oportuna, para que se
zan los criterios presentados en la Tabla adopten las estrategias pertinentes de la
1, a manera de ejemplo, ya que existen manera más expedita posible (18).
varias formas de calificar el nivel de evi- La vigilancia epidemiológica se puede
dencia y el grado de recomendación de realizar en el contexto de la enfermedad
la misma. en general, en cuyo caso se estarían ha-
ciendo estudios de epidemiología clínica,
2. El uso de los métodos de o en el contexto relacionado con el am-
la vigilancia epidemiológica biente hospitalario, en el que se involu-
en el cuidado crítico. cran agentes o factores dependientes di-
La vigilancia epidemiológica se defi- rectamente de la institución y que causan
ne como la recolección sistemática de o disminuyen la enfermedad. Estas dos
información, el análisis y la interpreta- formas de vigilancia se podrían llamar de
ción de la misma, que permita la planea- epidemiología clínica y de epidemiología
ción, la evaluación y la implementación hospitalaria, respectivamente (19, 20). La
de políticas que permitan mejorar los vigilancia epidemiológica en el contexto
escenarios en donde se ha extraído la del cuidado crítico cabría perfectamente
información, a partir de la misma. Otra dentro de estas dos concepciones.
forma de definir vigilancia epidemiológi- Lo anterior implica generar un sis-
ca es como una de los componentes de tema que permita monitorear las ten-
la vigilancia en salud pública en donde se dencias mes a mes, de indicadores clave
mantiene la observación sobre un esta- en el comportamiento de las unidades
do de cosas relacionadas con la salud, de cuidado crítico, así como también
la enfermedad y sus determinantes, para que permita analizar cohortes basadas
establecer en qué momento desbordan en registros para estudio de potencia-
el cauce normal, y por tanto ameritan les factores pronósticos en determina-
un estudio más profundo, o aun mejor, das patologías atendidas en las unida-

224 Semiología del paciente crítico:


des de cuidado crítico. De tal manera aplica de manera estricta a las unidades
que serían a la vez, cohortes de vigi- de cuidado crítico actuales. Sin embar-
lancia epidemiológica en la monitoria go, es cierto que en ellas se ubican los
de indicadores de vigilancia, y cohortes pacientes que requieren de una vigi-
para estudio de pronóstico, basadas en lancia y monitoreo estricto de su fun-
los registros que se han hecho de estos cionalidad, y aunque las otras unidades
pacientes en el sistema. Existen varios mencionadas posean la tecnología mas
ejemplos del empleo de esta metodo- avanzada para el tratamiento específi-
logía que además, permite trabajar con co de una intervención, el acto seguido
un número importante de pacientes, es el traslado a las unidades de cuida-
con gran fortaleza causal, dentro de los do crítico, que de manera muy estrecha
estudios observacionales (21-23). La li- verificarán el progreso positivo o nega-
mitante, como siempre que se trate de tivo de estos pacientes en el periodo
estudios basados en registros, será la ca- post-procedimiento. Para monitorear
lidad de los mismos, porque será funda- este progreso, así como también para
mental antes de empezar el sistema de intervenir de manera aguda en el caso
levantamiento de la base de datos de de eventuales complicaciones dentro
la información, establecer un proceso del curso clínico de los pacientes aten-
que minimice la potencial mala calidad didos allí, estos modelos deben poseer
de los datos, o establecer una rutina de tecnologías de punta que aumenten las
verificación de la calidad de los mismos, probabilidades de éxito en el aborda-
de manera periódica. je de estas intervenciones. Es por eso
que las unidades de cuidado crítico de-
3. La evaluación de ben disponer de las intervenciones más
tecnologías en el cuidado efectivas en el manejo de estas patolo-
crítico. gías críticas, deben conocer las mejores
En los clásicos libros de texto de cui- estrategias diagnósticas para las mismas,
dado crítico, se menciona que las uni- y el impacto potencial con y sin su uso
dades de cuidado crítico dispondrán sobre el pronóstico de los respectivos
de las tecnologías mas avanzadas den- pacientes. Todo esto no significa sino la
tro de la institución para el cuidado de necesidad permanente de evaluar tec-
los pacientes (24). Hoy en día esto no nologías sanitarias, bien sea con la apre-
es del todo cierto, si se considera que ciación crítica de los estudios que se
tecnologías más avanzadas pueden es- han hecho al respecto, o con la imple-
tar ubicadas en las unidades de neuro- mentación de estudios experimentales
radiología, cardiología intervencionista y que evalúen dicha intervención.
salas de cirugía, por lo que dicha afir- El catéter de Swan Ganz para mo-
mación de hace ya algunos años, no se nitoreo de la presión en la arteria pul-

La clínica y la monitoria invasiva 225


monar que lleva en uso más de 30 años costo por año de vida ajustado por ca-
(25), no ha probado aumentar las pro- lidad ganado ($/QALY), por ejemplo,
babilidades de manejo exitoso en los comparado con las tecnologías actuales.
pacientes de cuidado crítico, a pesar En ese momento, es cuando es justi-
de dos meta-análisis recientes, que por ficable su implementación. En caso con-
la variabilidad de los pacientes y de las trario, los profesionales de cuidado crí-
unidades en sí, no son conclusivos al tico pueden implementar la evaluación
respecto (26,27). de dichas tecnologías, ajustándose a las
Sin embargo, otras tecnologías han Buenas Prácticas Clínicas durante el de-
llegado a las unidades de cuidado crítico sarrollo de dichos estudios (37-39).
y han evolucionado positivamente para
hacer óptimo el cuidado de los pacien- 3.1 Tipos de diseños aplicables en la
tes como son todos los dispositivos y investigación en medicina crítica
técnicas relacionados con el manejo de Los pacientes que son tratados en las
la vía aérea en los pacientes con insufi- UCI presentan ciertas particularidades
ciencia respiratoria que hacen mejor el que deben ser tenidas en cuenta a la
manejo ahora, que hace 20 años (28-31). hora de escoger un diseño de investiga-
Igual sucede con las tecnologías que ción. Los estudios de intervención com-
se han diseñado para disminuir la infec- parten las mismas limitaciones observa-
ción relacionada con el uso de dispo- das en otro tipo de pacientes como son
sitivos en cuidado crítico (32-36), que los aspectos éticos, la complejidad, la
presionan críticamente a estos profesio- heterogeneidad de los pacientes en sus
nales para implementar su uso, sin men- comorbilidades potenciales y la morta-
cionar los nuevos medicamentos, inclui- lidad competitiva a la hora de evaluar el
dos inotrópicos, antiarrítmicos sedantes, desenlace de mortalidad (40). El esce-
analgésicos y antibióticos, que hacen lo nario de cuidado crítico ofrece algunas
propio desde cada una de sus áreas. ventajas, una de las más llamativas es el
Los profesionales de la salud que se seguimiento que se les hace a los pa-
desempeñan en cuidado crítico deben cientes. Sin embargo nuevamente la he-
estar atentos a la llegada de nuevas tec- terogeneidad y cantidad de variables de
nologías y mediante una evaluación crí- confusión precisa que se deba ser muy
tica de la literatura disponible reconocer cuidadoso a la hora de elegir y realizar
si están libres de sesgos sus apreciacio- el respectivo diseño. De tal manera que
nes, si tienen validez interna, si son apli- si se trata de evaluar intervenciones en
cables dichos resultados a sus pacientes, el cuidado crítico, el mejor diseño será
y si la perspectiva de análisis económi- el de estudio de intervenciones (expe-
co lo hace más costo efectivo ($/unidad rimento clínico). Sin embargo, y dadas
de efectividad) o más costo útil (menor las limitaciones que tienen los diseños

226 Semiología del paciente crítico:


experimentales, muy frecuentemente presentación de sus desenlaces, son estu-
se debe recurrir a estudios en los que dios generadores de preguntas de inves-
no se hace una intervención y que se tigación y se constituyen en la base para
han agrupado bajo la categoría de estu- realizar estudios analíticos (41).
dios o diseños observacionales. En ellos
el investigador se limita a observar, re- Casos y Controles:
gistrar y comparar de forma sistemática, Son diseños observacionales con di-
la exposición y la enfermedad en una reccionalidad hacia atrás, en los que se
población o muestra. El investigador no parte del desenlace (se seleccionan su-
hace intervención. jetos con y sin el desenlace) y se busca
Los estudios observacionales se di- hacia atrás si los sujetos habían estado
viden en descriptivos y analíticos. Los expuestos o no a un determinado fac-
estudios analíticos se llaman así porque tor de exposición (41).
hacen prueba de hipótesis, es decir, uti-
lizan la teoría de las probabilidades para Cohorte:
evaluar asociación entre dos variables Son estudios observacionales de di-
más allá del azar (41, 42). reccionalidad hacia delante, es decir, se
mira la evolución de la enfermedad o
Descriptivos el desenlace desde la exposición hacia
• Reporte de Caso la enfermedad o el desenlace (41-43).
• De morbi-mortalidad Los pacientes en los estudios de cohor-
• Serie de casos te son seleccionados por unas caracte-
• Transversales rísticas que los hacen muy similares al
• Ecológicos inicio, y que tienen o no un factor de
exposición (v.g. ventilación mecánica,
Estudios analíticos sepsis, disfunción hemodinámica, falla
• Cohortes renal, disfunción hematológica etc.). El
• Casos y controles seguimiento de estos pacientes permite
• Corte transversal determinar hacia delante si presentaron
o no el desenlace (mortalidad, calidad
Las series de casos: de vida, funcionalidad, complicaciones
Describen ciertas características de los infecciosas, días de estancia, etc.)
grupos de pacientes, en general son bas-
tante simples por lo general involucran Corte transversal:
un escaso número de sujetos los cuales Este tipo de estudio evalúa a cada pa-
son seguidos durante su evolución en la ciente una sola vez en el tiempo. Hace
Unidad de Cuidado Crítico –en adelan- un corte en el tiempo, y evalúa la situa-
te, UCI– para evidenciar la frecuencia de ción de los pacientes en ese momento.

La clínica y la monitoria invasiva 227


Los estudios que evalúan los pacientes Sin embargo, cualquiera de estos aspec-
más de una vez en el tiempo se llaman tos puede estar afectado por la severi-
estudios longitudinales y son contrarios dad con la que los pacientes ingresan a
en esa perspectiva a los estudios de las UCI y de esta forma, es muy difícil
corte transversal (41-42). Pueden ser comparar dentro de la misma unidad, si
analíticos o descriptivos. Son útiles para los costos en un determinado mes su-
evaluar prevalencia, por ejemplo descri- bieron con respecto al precedente, si
bir la prevalencia de injuria pulmonar en ese incremento estuvo relacionado con
los pacientes ingresados a la UCI. la severidad de los pacientes atendidos,
o con el inadecuado manejo y uso de
4. Desenlaces en medicina los recursos existentes.
crítica De tal manera, que para poder eva-
Evaluación de la mortalidad luar la calidad en la atención de los pa-
Los desenlaces en medicina crítica se cientes hospitalizados en UCI, y poder
pueden evaluar desde tres perspectivas, comparar los desenlaces entre diferen-
una es desde la perspectiva del pacien- tes unidades, se han elaborado instru-
te, la otra es desde la perspectiva del mentos que permiten evaluar la severi-
intensivista y la tercera, desde la pers- dad para finalmente poder expresar los
pectiva de los administradores. Des- desenlaces (v.g. mortalidad), conside-
de la perspectiva de paciente son re- rando el grado de severidad con el cual
levantes: la evaluación de la sobrevida, los pacientes han ingresado a la UCI.
así como la calidad de vida relacionada Estos instrumentos se ha desarrolla-
con la salud y las secuelas con las cua- do sobre la base de la construcción de
les los pacientes cursarán una vez ha- modelos de predicción de la mortalidad
yan salido de las UCI, entre otras. Sin y se han dividido en dos grupos; por una
embargo estos resultados no solo de- parte está aquellos modelos que de-
penderán de la atención recibida en las terminan la probabilidad de muerte de
UCI si no que dependerán de todo el acuerdo a la evaluación global del riesgo
proceso involucrado en la atención hos- y por otra parte están aquellos mode-
pitalaria. Por otra parte, para los admi- los cuyo objetivo es describir la morbili-
nistradores será relevante la eficacia y dad sobre la base de la evaluación de un
la eficiencia de la Unidad de Cuidados limitado número de órganos o sistemas.
Intensivos en la atención de los pacien- Ambos tipos de modelos se comienzan
tes, para lo cual de manera rutinaria se a desarrollar históricamente desde hace
tendrá que reportar la mortalidad (que más de 20 años, una vez que se evo-
refleja la eficacia) y la estancia hospitala- luciona en las definiciones de riesgo y
ria de los pacientes en UCI, que refleja se clarifican los conceptos de disfunción
parcialmente la eficiencia en la atención. orgánica múltiple.

228 Semiología del paciente crítico:


El primer modelo que apareció en un modelo que incluye solo 12 variables
la literatura para evaluar la mortalidad fisiológicas, la edad y el estado de salud
hospitalaria de los pacientes de UCI fue crónica. La suma de éstas genera una
el APACHE (44) (Acute Physiology and puntuación que va de cero a 71 puntos.
Chronic Health Evaluation), en él se asig- Adicionalmente se incluyeron 42 coefi-
naron las variables independientes con cientes que representan las patologías
base en un consenso de expertos. más frecuentes al momento de ingreso
La segunda generación en los mode- del paciente a la UCI. Un tercer com-
los de predicción está representada por ponente resulta del coeficiente deriva-
los sistemas de APACHE II SAPS I (Sim- do de si se trata de cirugía de urgencia o
plified Acute Physiology Score) y MPM I no. Finalmente los tres componentes se
(Mortality Probability Model). El SAPS I y incluyen en el modelo logístico para el
el APACHE II fueron derivados directa- cálculo de la probabilidad de mortalidad.
mente de los modelos iniciales, mien- El APACHE III amplia el número de
tras que para el MPM I se introdujo en variables fisiológicas a 17 siendo deter-
la selección de las variables el análisis de minada su contribución con el desenla-
regresión logística. ce de manera independiente. El puntaje
La selección y el peso que se le asig- final se obtiene de la suma de los pun-
na a las variables seleccionadas en los tos de las variables fisiológicas, la edad,
modelos de APACHE I Y II se realizó de el estado de salud crónica, variando de
manera arbitraria, mientras que para el 0 a 300 puntos (46) .
desarrollo de los modelos MPM II, SAPS En cuanto al número de patologías se
II, y APACHE III, la identificación de las amplía a 78 diagnósticos para los cuales
variables independientes que se en- se calcula su respectivo coeficiente. Un
cuentran asociadas a la mortalidad se último coeficiente está determinado por
realizó mediante el análisis discriminan- la localización del paciente antes del in-
te y la función logística (stepwise logistic greso a la UCI. De esta manera, la mor-
regression) para determinar la contribu- talidad estará determinada por el punta-
ción independiente de cada variable en je de las variables fisiológicas, la patología
relación con el desenlace de mortalidad. asociada y la localización previa al ingreso.
El APACHE II publicado en 1985, Los coeficientes para cada una de las va-
(45) es el modelo mejor conocido y el riables no son de dominio público siendo
más citado. Fue desarrollado por Knaus propiedad intelectual de los autores.
y colaboradores en el hospital George
Washington. En el APACHE II se redu- Evaluación de los recursos
jo el número de variables independien- utilizados
tes que habían sido seleccionadas en el Los recursos que se asignan a los pa-
primer modelo de APACHE, y se creó cientes en las UCI se han evaluado me-

La clínica y la monitoria invasiva 229


diante diferentes instrumentos dentro uno de los pacientes se determinó a su
de los cuales cabe destacar el TISS28 ingreso la severidad y la probabilidad de
Sistema de Evaluación de Intervención muerte mediante el APACHE II realizán-
Terapéutica TISS28 (47). Esta escala ha dose su seguimiento hasta la salida de la
demostrado una correlación positiva UCI. Para determinar su mortalidad, es-
con los costos diarios derivados de la tancia y la utilización de recursos me-
atención al paciente (48) hay varios tra- diante el TISS 28, se realizó el cálculo de
bajos internacionales que han, utilizando las razones estandarizadas de mortalidad
el TISS28 como método para obtener con base en la mortalidad observada y el
los costos de la atención, asignándole un cálculo de la probabilidad de muerte es-
precio por punto de la escala. (49,50) perada por el modelo de APACHE II. La
Un ejemplo de la evaluación de la mortalidad observada fue del 21 % I.C.
mortalidad, uso de recursos y estancias 95% (19 % a 23%), mientras que la mor-
lo constituye el estudio de cohorte rea- talidad esperada de acuerdo al APACHE
lizado por Oliveros et al (51), en el que II para la muestra fue del 26 % I.C. 95%
se evaluó la mortalidad, estancia y uso de (25% a 27%). De acuerdo a esto, la ra-
recursos en 1622 pacientes provenien- zón de mortalidad estandarizada se situó
tes de 19 UCI Colombianas. Para cada en 0.81. (Mortalidad Observada / Morta-

Gráfico 1. Distribución porcentual de las admisiones según estancia, consumo de recursos de acuerdo con
el puntaje TISS 28 y mortalidad observada

Adaptado de: Oliveros H, Rubiano S, Celis E, Gil F, Rodríguez V, Carrasquilla G. Mortalidad, Estancia y Uso de
Recursos en 1622 Pacientes provenientes de 19 UCI Colombianas. Act Col Inten 2006;9:75-81.

230 Semiología del paciente crítico:


lidad esperada). Las principales causas de 64.8 % del total de puntos de TISS28).
ingreso de los pacientes a las UCI fueron Sánchez y colaboradores 200252, en un
la infección respiratoria y la sepsis como estudio de cohorte similar en México
causa de disfunción cardiovascular tanto mencionan, que estos enfermos consu-
en los pacientes quirúrgicos como médi- men desde un 23% hasta un 80.8% de
cos. En cuánto a las estancias el percentil los días-cama totales de las UCI y que
50 se situó en cuatro días y los pacientes la mortalidad va desde 39.8% a 53.0%,
que presentaron estancias mayores de consumiendo hasta casi la mitad de to-
siete días determinaron el 64.8 % del to- dos los recursos de la UCI. Estos resul-
tal de puntos de TISS28. (Ver Gráfica 1). tados generan inquietudes para realizar
estudios de costo-efectividad para pa-
Evaluación de las estancias en cientes con estas estancias en UCI.
Cuidado Intensivo.
En el mismo estudio, como se obser- Evaluación de la Calidad de vida
va en la tabla No. 2 se encontró que las relacionada con la salud
estancias correspondientes al percentil Desde hace más de una década se vie-
75 (más de siete días), presentaron ma- ne insistiendo en la importancia de incluir
yor mortalidad (28%) y uso de recur- en la evaluación de los desenlaces en UCI,
sos (64.5 % del total de días de estancia, la evaluación de la calidad de vida relacio-

Tabla 2. Percentiles de las estancias en 1622 pacientes de UCI

Días Pacientes
Percentil Días Muertos (%)
acumulados (%)
1% 2
5% 2
10% 2
25% 2
50% 4
75% 8 > 8 6.133 345 (21) 97(28)
90% 15
95% 20
99% 38
Total 10.890 1622 (100) 340 (21)

Adaptado de: Oliveros H, Rubiano S, Celis E, Gil F, Rodríguez V, Carrasquilla G. Mortalidad, Estancia y Uso de
Recursos en 1622 Pacientes provenientes de 19 Unidades de Cuidado Intensivo Colombianas. Act Col Inten
2006;9:75-81.

La clínica y la monitoria invasiva 231


nada con la salud, lo que permite tener en su vida. De esta manera, la terapia debe
cuenta la perspectiva del paciente y no ser evaluada en términos de si es más
solamente la perspectiva del personal de probable conseguir una vida digna de ser
salud. En la actualidad existen instrumen- vivida, tanto en términos sociales y psico-
tos que permiten evaluar la calidad de lógicos, como en términos físicos. Dentro
vida relacionada con la salud, al determi- de los instrumentos utilizados para eva-
nar el bienestar, relacionado con la salud, luar la calidad de vida relacionada con la
se puede realizar una evaluación profun- salud, se encuentra el SF-36, Short Form
da de los beneficios y riesgos que pue- Health Survey, desarrollado en el estudio
den derivarse de la atención médica, por Medical Outcomes Study (MOS), (53-55)
cuanto las respuestas sintomáticas o las que es una de las escalas más empleadas
tasas de supervivencia no son suficientes para este propósito, habiendo sido pro-
y, en particular cuando los pacientes son bada su validez en pacientes de la unidad
tratados por condiciones que amenazan de cuidados intensivos.

Figura 2. Representación del cambio en la calidad de vida en los pacientes críticos egresados de la UCI,
Población general, patología médica, quirúrgica y de trauma

Notas:
1. El área oscura representa los puntajes en las diferentes dimensiones al ingreso a la unidad de cuidados in-
tensivos, mientras que en color claro se representan los valores en las diferentes dimensiones a los seis meses.
2. Adaptado de: Oliveros H, Martínez FH, Lobelo R, Velásquez JP, Gómez M, Granados M, et al. Recursos utilizados
y calidad de vida de los pacientes críticamente enfermos egresados de la unidad de cuidados intensivos. Acta
Medica Colombiana 2008;33:268-275.

232 Semiología del paciente crítico:


En otro estudio realizado en Colom- des de cuidado crítico son abundantes
bia por Oliveros et al (2008) (56), se en la literatura (50, 57-60)
evaluó mediante el cuestionario SF36 el Es importante resaltar las limitacio-
cambio en la calidad de vida de los pa- nes que pueden tener los estudios en
cientes, dependiendo de si procedían de cuidado crítico, dado por el tipo de pa-
patología médica, quirúrgica o traumática cientes que ingresan con diferentes co-
y los cambios se aprecian en la Figura 2. morbilidades, estados de severidad y
En el mismo estudio, los pacientes de el estado de reserva fisiológica previa
trauma tuvieron una mayor utilización al ingreso a UCI. Adicionalmente, los
de recursos cuando se compararon estudios de calidad de vida no siem-
con los pacientes médicos y quirúrgi- pre se pueden llevar a cabo a través
cos, evaluados por el TISS28 y los pro- de entrevista directa a los pacientes, al
medios de estancia en las UCI como se no estar ellos en capacidad de contes-
puede observar en la tabla No 3 tar, y se debe obtener la información
Estudios similares sobre evaluación del cuidador más cercano. Finalmente,
de calidad de vida y costos en las unida- no todos los pacientes tienen la misma

Tabla 3. Características por grupos de enfermedad.

Categoría de paciente
Variable Médicos Quirúrgicos Trauma Valor de p
Número de pacientes al ingreso 134 121 36
Género masculino n (%) 66 (49.3) 71(58.7) 33(91.7)
Edad Media +/- (DS) 51.7(20.4) 54(19.0) 29.9(9.3) 0.01
Mortalidad salida UCI vivos/muertos 117/15 112/9 33/3
(%) (11.3) (7.4) (8.3)
Mortalidad 28 días vivos/muertos 92/23 88/13 29/3
(%) (20) (12.8) (9.3)
Mortalidad 6 meses vivos/muertos 75/33 76/21 25/3
(%) (30.5) (21.6) (10.7)
Estancia Media +/- (DS) 9.5(11.3) 7.8(8.3) 14.9(25.9) 0.17
APACHE II Media +/- (DS) 15.6(9.7) 16.6(8.8) 16.3(13.1) 0.75
TISS28 suma 3 días Media +/-(DS) 65.2(23.5) 82.6(25.2) 93.3(20.7) 0.01
Soporte ventilatorio Media +/- (DS) 4.8 (7.8) 5.4(7.6) 8.3(8.0) 0.08

Adaptado de: Oliveros H, Martínez FH, Lobelo R, Velásquez JP, Gómez M, Granados M, et al. Recursos utilizados
y calidad de vida de los pacientes críticamente enfermos egresados de la unidad de cuidados intensivos. Acta
Medica Colombiana 2008;33:268-275.

La clínica y la monitoria invasiva 233


oportunidad de ser ingresados de ma- médico, los pacientes que han ido a las
nera oportuna a las unidades, lo cual unidades por requerir cuidado después
determina también el pronóstico de de una cirugía y los pacientes que han
los mismos. requerido ingresar a la unidad después
de haber tenido un trauma. Como se
Evaluación de la sobrevida observa en el gráfico hay una diferencia
En general, los estudios de pronós- significativa a los seis meses. Se obser-
tico se montan sobre diseños de co- va que la mejor sobrevida es para los
horte en los que es factible establecer, pacientes con trauma, puesto que es-
luego de un seguimiento, el comporta- tos una vez se han estabilizado tienen
miento de la sobrevida con curvas es- la mejor sobrevida, seguida por los pa-
peciales que se han diseñado para tal cientes que han ingresado a la UCI por
fin. Basado en el estudio de Oliveros et cuidado postoperatorio, y finalmente
al (2008) (56), se muestran, en la Figu- los pacientes con una condición médica
ra No. 3, las curvas de sobrevida a seis la sobrevida es menor y continua dismi-
meses de tres diferentes grupos de pa- nuyendo a medida que pasa el tiempo.
cientes de unidades de cuidado crítico: Con todo lo presentado hasta aquí,
los pacientes con enfermedades de tipo se llama la atención sobre el papel de

Figura 3. Curvas de sobrevida Kaplan Meier para los grupos de pacientes médicos, quirúrgicos y de trauma

Nota: Log Rank Chi 2 =4,852; p =0.088


Adaptado de: Oliveros H, Martínez FH, Lobelo R, Velásquez JP, Gómez M, Granados M, et al. Recursos utilizados
y calidad de vida de los pacientes críticamente enfermos egresados de la unidad de cuidados intensivos. Acta
Medica Colombiana 2008;33:268-275.

234 Semiología del paciente crítico:


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con los cuales la epidemiología podría py after myocardial infarction. JAMA
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de causalidad de los complejos salud- 6. Effectiveness of intravenous throm-
enfermedad de los pacientes críticos, bolytic treatment in acute myo-
de sus posibilidades de recuperación cardial infarction. Gruppo Italiano
y de la minimización del impacto de per lo Studio della Streptochinasi
los riesgos con el aumento de la se- nell’Infarto Miocardico (GISSI). Lan-
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238 Semiología del paciente crítico:


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La clínica y la monitoria invasiva 239


240 Semiología del paciente crítico:
Infecciones puerperales en la uci

Alejandro Castro, Md.1

Introducción Respuesta a la enfermedad


El ingreso de mujeres a cuidados inten- crítica según el género
sivos, con patologías asociadas al em- No todas las diferencias fenotípicas
barazo, bien sea porque estas lo ponen entre hombres y mujeres son evidentes.
en riesgo, o porque se derivan directa- En efecto, cada vez aparecen más prue-
mente del mismo, es un fenómeno de bas de las grandes diferencias entre am-
creciente presentación. La sepsis puer- bos sexos, a la hora de responder frente
peral, es decir, las infecciones pélvicas en a distintas noxas. La presencia o ausen-
los días siguientes a la culminación de la cia de estrógenos y testosterona, ha de-
gestación, son una causa frecuente de mostrado ser determinante en el tipo
estos ingresos. 1 de respuesta y en el desenlace frente a
Ahora bien, cuando una paciente eventos devastadores como la sepsis, la
entra a la Unidad de Cuidados inten- hemorragia mayor y las quemaduras. En
sivos –en adelante, UCI–, especialmen- términos generales, la presencia de es-
te durante el embarazo o el puerperio, trógenos, implica una mayor sobrevida
vale la pena recordar que su compor- en casos de shock séptico, shock hemo-
tamiento general frente a las enferme- rrágico, e incluso cuando uno complica
dades puede tener características muy al otro en una coexistencia que cono-
especiales. cemos como altamente fatal. Estudios
animales muestran cómo la permeabi-
lidad pulmonar se altera después de
un shock hemorrágico en presencia de
1 Médico Cirujano, Obstetra y Ginecólogo de
5α-dihidrotestosterona, lo cual no suce-
la Universidad Nacional de Colombia.
Especialista en Medicina Crítica y Cuidado de en machos castrados (1). Knöferl y
Intensivo de la Universidad de la Sabana. colaboradores (2-3), recientemente de-
Jefe Médico de la Unidad de Cuidados Inten- mostraron además, efectos benéficos
sivos de la Clínica de la Mujer.
Profesor Asociado de la Universidad Nacio-
del 17 ß-estradiol, en la respuesta inmu-
nal de Colombia. ne mediada por células en trauma-he-

La clínica y la monitoria invasiva 241


morragia. Este hallazgo se encontró en esto sí que es cierto y se hace mucho
hembras y en machos normales a los más evidente durante la gestación.
que se les administró el estradiol luego
de ser sometidos a trauma-hemorragia. Consideraciones fisiológicas
La edad, al aparecer por la disfunción de la gestación
fisiológica de los ovarios, pone a ma- Estudiar las variaciones fisiológicas
chos y hembras a responder de manera que acompañan a la gestación, no es
idéntica frente a estas noxas (4-5). tema central de este capítulo. Sin embar-
Estos hallazgos de modelos anima- go, entendiendo que el cuidado crítico,
les, se han correlacionado con observa- procura la aproximación más cercana
ciones hechas en humanos. Wichmann posible a las funciones fisiológicas nor-
et al.(6) estudiaron prospectivamente males, resulta de vital importancia men-
4.218 pacientes de UCI (2.709 hom- cionar algunas situaciones puntuales.
bres y 1509 mujeres) observando una Además de las diferencias determina-
incidencia de sepsis de 7.6% en muje- das por el género, en la gestante apare-
res y 10.4% en hombres. Por su par- cen otras diferencias, que hacen que este
te Schroder et al. (7), observaron una tipo de pacientes sea aún más especial
mortalidad de 70% en hombres sépti- y requiera en consecuencia un enfoque
cos, frente a 26% en las mujeres, de un específico. En términos generales, el em-
total de 52 pacientes. barazo es una prueba de esfuerzo.
En otras palabras, la sepsis, la hemo- Durante la gestación, el útero grávi-
rragia o las dos juntas, matan más fácil- do, y el fruto de la concepción, ponen
mente a un hombre que a una mujer. a su disposición y para su propio be-
Todo lo contrario sin embargo, sucede neficio toda la capacidad metabólica de
frente a quemaduras graves; estas de- la madre. Ellas, “sumisamente”, aumen-
terminan un peor pronóstico para ellas. tan su ingesta, aumentan la captación de
Todas estas diferencias, están presentes oxígeno del medio, aumentan el gasto
aún en ausencia de estado de gravidez. cardíaco, el urinario, la volemia, la pro-
Lo anterior, nos conduce a dos re- ducción de ATP, la producción de CO2,
flexiones. En primer lugar, estas diferen- etc. Con excepción del cerebro, todos
cias pueden estarnos sugiriendo un po- los órganos maternos ven aumentado
tencial arsenal terapéutico hasta ahora el consumo de oxígeno, en especial cla-
al menos subestimado, el de la “modu- ro está, el útero.
lación hormonal”. En segundo lugar, tal
vez valga la pena, individualizar el enfo- El aparato cardiovascular
que general de manejo del paciente crí- Es bien sabido que durante la gesta-
tico con base en su género. Ahora bien, ción, aumenta la frecuencia cardiaca, el
si hombres y mujeres son diferentes, gasto cardíaco y el volumen intravascu-

242 Semiología del paciente crítico:


lar, asociado esto a una disminución del dinamia” no ajustada a las necesidades
hematocrito por hemodilución, de las metabólicas, que en las evaluaciones ga-
presiones de llenado y de las resisten- simétricas producen una disminución
cias vasculares sistémicas. La mayoría de en la tasa de extracción. Para el clínico
estos cambios aparecen entre la quinta desprevenido, unas presiones de llena-
y la octava semana de gestación. La pre- do y una extracción “normales” durante
sión arterial, muestra una disminución el puerperio, dan la falsa impresión de
típica durante el segundo trimestre, que adecuado acople metabólico, pero a la
puede llegar a confundir al clínico. En luz de la fisiología, la interpretación de
este período, es frecuente encontrar en estos datos en la gestante y en la puér-
pacientes sanas presiones de 80/50, en pera, debe ser más cautelosa.
ausencia total de signos de bajo gasto. A pesar de la mencionada “hiperdi-
Esta característica se produce en res- namia”, en un estudio reciente hemos
puesta del máximo crecimiento de la observado que durante el puerperio, se
placenta; un sistema de baja presión. El produce una marcada disminución del
tercer trimestre y el puerperio se ca- consumo de oxígeno del miocardio8, lo
racterizan por presiones similares a las que significa una gran eficiencia cardíaca
pregestacionales. y explicaría al menos en parte, la buena
Estos cambios generales del funcio- evolución que suelen tener las pacien-
namiento cardiovascular, alcanzan su tes en el puerperio, frente a la mayoría
máxima exigencia hacia las 30 sema- de complicaciones cardiovasculares.
nas de gestación y luego, con aún ma- Desde el punto de vista semiológi-
yor impacto en el puerperio inmediato. co, es importante saber, que hasta un
Por eso, estos dos momentos son crí- 90% de las gestantes normales, a par-
ticos para la paciente cardiópata, pues tir del segundo trimestre presentan un
en ellos se presenta la mayoría de las soplo sistólico y un tercer ruido clara-
descompensaciones y por supuesto, las mente inidentificables, mientras que un
más severas. 25% muestran soplo diastólico. Recor-
El puerperio merece una conside- demos que un tercer ruido es usual-
ración especial. Es el momento de la mente sinónimo de disfunción ventricu-
redistribución de todo el líquido acu- lar. Seguimientos ecocardiográficos han
mulado durante la gestación a manera confirmado igualmente, la presencia de
de preparación para el parto. El gasto regurgitación valvular que aumenta con
cardíaco y el volumen intravascular se el desarrollo de la gestación, siendo a
disparan, mientras las resistencias y las término muy frecuente en las válvulas
presiones de llenado bajan, pero sin un pulmonar y tricúspide, de aproximada-
aumento en las necesidades tisulares de mente el 25% en al mitral, pero siempre
oxígeno. Esto se traduce, en una “hiper- ausente en la válvula aortica.

La clínica y la monitoria invasiva 243


El aparato respiratorio ce proteinuria que se considera normal
El aparato respiratorio de la madre hasta 300 mg en 24 horas y la gluco-
debe cumplir dos metas durante la ges- suria es usual, en ausencia de hipergli-
tación. En primer lugar, satisfacer el au- cemia o patología renal. Por lo anterior,
mento de la demanda de oxígeno, y el valor normal de creatinina en san-
en segundo lugar, eliminar el CO2 pro- gre, disminuye, considerándose anor-
pio y el fetal. El CO2 producido por el mal cualquier valor por encima de 0.7
feto, pasa a la circulación materna en mg/dL, al tiempo que la depuración de
la placenta, por difusión simple, lo que creatinina aumenta, siendo normal en-
requiere la presencia de un gradiente tre 120 y 160 ml/min. En el puerperio
favorable. Por esta razón, la gestante dis- temprano, la redistribución del edema
minuye los niveles de CO2 durante la acumulado durante la gestación, hace
gestación. Esto genera en la gasimetria que la diuresis normal en los primeros
sanguínea lo que usualmente se conoce días esté alrededor de 2 cc/k/hora. En
como alcalosis respiratoria, pero que en este punto, vale la pena recordar que la
la gestante es usual. oxitocina, con gran frecuencia empleada
En consecuencia, la semiología pul- en infusión durante las primeras horas
monar de la gestante, se caracteriza por posparto, es estructuralmente muy si-
hipoventilación bibasal, disnea y presen- milar a la vasopresina, y tiene un consi-
cia de escasos estertores finos en idén- derable efecto antidiurético.
tica localización, principalmente en los
últimos días de la gestación y el puerpe- Complicaciones de la
rio temprano. gestación
La mortalidad materna es uno de
El aparato renal los indicadores más fieles de la calidad
El riñón no escapa al aumento de del sistema de salud de un país. En Co-
trabajo que implica la gestación. De la lombia actualmente la cifra ronda las 90
misma manera que aumenta el gasto defunciones por 100.000 nacidos vivos,
cardíaco, lo hace la filtración glomerular lo que no habla muy bien de la situa-
y el gasto urinario. El riñón también dis- ción actual, si se tiene en cuenta que va-
minuye su reserva funcional, y por eso rios países europeos manejan un dígito
la mayoría de las pacientes con enfer- para esta variable. Muchas de las muer-
medades crónicas que afectan la fun- tes maternas son consideradas como
ción renal, ven acelerado este deterioro eventos prevenibles, y en este orden de
durante la gestación. ideas, se podría decir que la mayoría de
Semiológicamente, durante la gesta- las pacientes que llegan a una UCI, no
ción, se aprecia un aumento del 50% deberían haberlo hecho. Pese a lo ante-
en la depuración de creatinina, apare- rior, lo cierto es, que las pacientes ges-

244 Semiología del paciente crítico:


tantes siguen y se seguirán complicando etiología bacteriana de esta enferme-
y que las UCI deben estar preparadas dad fue propuesta por primera vez en
para su manejo. 1774 por Thomas Kirkland, sin embargo
En términos generales, un obstetra esta teoría fue ignorada durante los si-
debe entrenarse muy bien (sobre todo guientes 100 años.
si maneja pacientes de alto riesgo), para
manejar tres patologías: hemorragia, hi- A mediados del siglo XIX (1845) el
pertensión y sepsis. El presente escrito, médico obstetra Ignaz Phillip Semme-
se concentrará en la infección del úte- lweis (1818-1865) observó una marca-
ro y sus anexos en los días siguientes da diferencia en la mortalidad materna
al parto. entre dos pabellones (llamados clínicas
uno y dos) del hospital de Viena. El pri-
La sepsis durante el mero, con una mortalidad mayor, era
puerperio atendido exclusivamente por obstetras
Durante el puerperio, se puede pre- y estudiantes de obstetricia, en tanto
sentar cualquier tipo de infección y su que el segundo era manejado solamen-
tratamiento no se diferencia del que se te por matronas (12). Notó el doctor
utiliza en otro momento de la vida. Sin Semmelweis la relación entre la apari-
embargo, las infecciones del útero y los ción de la fiebre puerperal y la previa
anexos durante el puerperio, merecen manipulación de cadáveres por los estu-
una mención especial. diantes de medicina, por lo que ordenó
Llamada también fiebre puerperal, se el lavado de manos rutinario antes de
presenta en un porcentaje variable que entrar a la sala de parto utilizando sus-
depende básicamente de la vía del par- tancias cloradas. A partir de entonces, la
to y el nivel de complejidad de la institu- mortalidad de la primera clínica descen-
ción que reporta. Así, la incidencia pue- dió incluso a niveles inferiores a los de la
de variar desde un 1% a 4% posparto segunda clínica (11.9% a 1.2%).
y un 5% a 10% pos cesárea, y hasta un Otra serie de observaciones, hicie-
20% en pacientes de alto riesgo (9). ron concluir a Semmelweis, que la fie-
La llamada “fiebre puerperal” fue bre puerperal también podía ser trans-
descrita por primera vez por Hipócra- mitida por secreciones de organismos
tes. Epidemias de sepsis puerperal fue- vivos y por lo tanto se hizo obligatorio
ron responsables del 66% de la morta- el lavado de manos entre exámenes de
lidad materna durante los siglos XVIII y diferentes pacientes. Se concluyó que la
XIX (10). En ciudades como Viena y Es- fiebre puerperal se producía por par-
tocolmo, se registraron cifras de morta- tículas animal-orgánicas que al ser ab-
lidad de hasta 20 fallecimientos mater- sorbidas producían desintegración de la
nos por cada 100 nacidos vivos (11). La sangre.

La clínica y la monitoria invasiva 245


Con estas medidas instauradas, se lo contrario, un milagro de vida. Una
presentó un nuevo brote de fiebre muerte materna toma por sorpresa a
puerperal, cuyo foco fue identificado toda la familia, magnificando así su efec-
rápidamente. Una paciente con una in- to psicológico. Es una situación que por
fección supurativa de la rodilla izquier- qué no decirlo, en ocasiones sorprende
da. Nació así el aislamiento de pacientes también al obstetra.
con humores o secreciones que pudie-
ran contaminar el aire y generar nuevos Definiciones
brotes de fiebre puerperal. Conviene antes de entrar en mate-
En 1879 Louis Pasteur identifica al ria, aclarar algunas definiciones que por
estreptococo hemolítico como agente supuesto no son de manejo diario del
etiológico de la fiebre puerperal (13). intensivista, pero que son necesarias a la
Cuando una paciente con esta patolo- hora de entrar en sintonía con el obste-
gía llega a la UCI, plantea una serie de con- tra para hacer un correcto diagnóstico
sideraciones que vale la pena mencionar. y claro, instituir la terapéutica adecuada.

Importancia • • Parto: expulsión de un feto con peso


Entender, diagnosticar oportunamen- superior a 500 gr. o 20 semanas de
te y tratar de manera eficaz la sepsis gestación, acompañado de los demás
puerperal es un asunto de vital impor- productos de la gestación.
tancia. La mujer, ha sido y seguirá sien- • • Aborto: expulsión de un feto menor
do la columna vertebral que soporta la de 20 semanas o 500gr, junto con los
unidad familiar. El papel que ella ha des- demás productos de la gestación. Se
empeñado históricamente en la socie- llamará aborto temprano, si el evento
dad, manteniendo la estabilidad del ho- se sucede antes de las 12 semanas de
gar y encargándose de la crianza de los gestación, y aborto tardío cuando su-
niños, ahora se ha visto complementa- ceda después de dicho tiempo.
do por su incursión en el ámbito labo- • • Por lo anterior, no podemos hablar de
ral y económico. Su ausencia entonces, Endometritis posparto luego de la ex-
toca en lo más profundo, los cimientos pulsión de un feto de 400gr. En este
de la sociedad misma. Una muerte ma- caso estaremos frente a un aborto
terna deriva en la destrucción del nú- séptico.
cleo familiar y trae consecuencias dra- • • Puerperio: periodo comprendido en-
máticas para la formación de sus hijos. tre la expulsión de la placenta (alum-
Por otro lado, el embarazo a pesar bramiento) y los 42 días siguientes.
de todos sus riesgos no es visto por el
común de la gente como una poten- Un punto crítico a la hora de tocar el
cial causa de muerte, sino como todo tema de la infección puerperal, es la cla-

246 Semiología del paciente crítico:


sificación topográfica utilizada y su real compromiso sistémico, con disfunción
pertinencia. Hablando de las infecciones orgánica múltiple, donde sobresale fre-
en el útero, hay que decir que no hay cuentemente el SDRA, siendo incluso
herramientas clínicas ni paraclínicas con en algunas ocasiones, la única manifesta-
suficiente validez como para permitir ción de la enfermedad. Para su manejo
diferenciar entre una miometritis y una se puede hacer imperiosa la necesidad
endometritis en el ejercicio diario.. Es- de resecar quirúrgicamente el útero.
tablecer entonces una conducta defini-
da para cada uno de estos diagnósticos, Etiología
como por ejemplo, definir que las mio- Por definición, se trata de una infec-
metritis se manejan con histerectomía ción polimicrobiana que en promedio
resulta al menos, impreciso. incluye dos o tres microorganismos. En
Lo más conveniente entonces, pue- la mayoría de los casos, los gérmenes
de ser considerar la infección puerperal pertenecen a la flora vaginal normal.
como una enfermedad de evolución y Frecuentemente se aíslan:, Ureaplasma
comportamiento incierto, que debe ser urealyticum, Peptostreptococos, Gard-
cuidadosamente vigilada por el médico y nerella vaginalis, Bacteroides bivius y Es-
cuyo tratamiento varía ampliamente de treptococos del grupo B. El Enteroco-
acuerdo con la evolución y el grado de co, se ha identificado hasta en el 25%
compromiso sistémico de la paciente. de las pacientes que han recibido pro-
filaxis antibiótica con cefalosporinas. La
Endomiometritis Chlamydia por su parte se ha asocia-
Es la infección puerperal más fre- do a endometritis de aparición tardía.
cuente, después de la flebitis y la infec- Sin embargo, en términos generales, se
ción de la episiorrafia (14). Su incidencia considera que cuanto más tardía la apa-
se ha visto aumentada con el incremen- rición de los síntomas, mayor la proba-
to de la operación cesárea secundaria al bilidad de encontrar anaerobios como
aumento de los embarazos de alto ries- causa de la infección.
go (15). El intervalo prolongado (ma-
yor de 6 horas) entre la ruptura de las Cuadro clínico
membranas ovulares y el parto también En la presentación clínica, distingui-
ha sido identificado como factor de mos los signos locales y los sistémicos.
riesgo para endomiometritis (16).
Su cuadro clínico varía desde la fie- 1. Locales:
bre con escasos signos locales de infec- • • Subinvolución uterina: se sabe que en
ción y que responde satisfactoriamen- el posparto inmediato, el fondo ute-
te al manejo antibiótico ambulatorio o rino se encuentra a nivel umbilical, y
intrahospitalario, hasta un cuadro de- que en promedio disminuye su tama-

La clínica y la monitoria invasiva 247


ño en un centímetro por día. En la va- • • Loquios fétidos: Durante el puerperio,
loración del tamaño uterino, se debe se produce la salida constante desde
tener en cuenta, vaciar previamente la el útero de un material inicialmen-
vejiga y descartar la presencia de mio- te hematico y que poco a poco se
mas, condiciones ambas que hacen va tornando seroso hacia la segunda
aparecer siempre el útero de mayor semana. La persistencia de sangrado
tamaño. franco así este no sea muy abundan-
• • Hipersensibilidad del útero: Más allá te o la presencia de turbidez o feti-
del dolor esperado de la herida qui- dez en el aspecto de la secreción es
rúrgica en el caso de la cesárea, la pal- uno de los signos más confiables para
pación del miometrio no debe ser diagnosticar endometritis. Equivale a
dolorosa, a menos que exista un com- la presencia de pus en el diagnóstico
promiso infeccioso, o un hematoma de las infecciones del sitio quirúrgico.
de la histerorrafia.
• • Subinvolucion del cérvix: en el puer- 2. Sistémicos:
perio se produce una predecible in- • • En la paciente con endomiometritis,
volución del cérvix, consistente en en- pueden o no estar presentes los sig-
durecimiento paulatino y cierre de los nos de SIRS, siendo a veces difícil in-
orificios interno y externo. En general terpretarlos en la paciente obstétri-
se considera que el orificio cervical in- ca por sus condiciones particulares.
terno se cierra hacia las 72 horas y no En primer lugar, el parto sin importar
es fácilmente franqueable en el exa- su vía, viene seguido de un aumen-
men manual, por endurecimiento del to en el recuento de leucocitos, que
mismo. La ausencia de esta involución en algunas publicaciones se conside-
debe hacernos pensar en infección, en ra como normal hasta el límite de
retención de loquios o en retención 30.000 configurando un hallazgo que
de restos placentarios. El primer caso se ha llamado “reacción leucemoide
requiere manejo antibiótico, mientras del embarazo” (17), y que puede pre-
el segundo mejora con oxitócicos. El sentarse sin infección alguna.
legrado uterino está indicado ante la • • Debido a los cambios fisiológicos del
presencia de restos dentro del útero, embarazo y el puerperio, en este úl-
lo cual puede ser reconocido a través timo, se produce una disminución de
de la ultrasonografía. La valoración del la frecuencia cardiaca con respecto al
orificio cervical externo no es tan útil, final de la gestación, lo que hace que
ya que este puede de acuerdo con la algunas mujeres con 80 de frecuencia
paridad de la paciente permanecer cardiaca, podrían estar en realidad “ta-
abierto indefinidamente. quicárdicas”.

248 Semiología del paciente crítico:


• • Otro proceso completamente normal El adecuado soporte proporcionado
dentro de la evolución de la puérpera, a estas pacientes en la unidad de cuida-
es la “bajada de la leche” que frecuen- do intensivo, hace que en ocasiones la
temente se asocia a aumento de la paciente con sepsis puerperal no tenga
temperatura corporal, aunque este au- un cuadro florido, y solo un clínico muy
mento no debe sobrepasar los 38.3ºC juicioso es capaz de encontrar la infec-
(18). Valores superiores o que apare- ción escondida en aquella paciente que
cen después de las primeras 24 horas ¨no engrana¨, es decir, que no evolucio-
son más sugestivos de infección (19). na como se espera.
• • La mayoría de las pacientes que han
parido antes de la semana 34 de ges- Diagnóstico
tación, han recibido corticoides con En términos generales, se puede afir-
el fin de mejorar el pronóstico fetal, mar la presencia de endomiometritis
acelerando la maduración pulmonar. con dos signos locales y uno sistémico.
La administración de estos corticoi- En estos casos no se debe retardar el
des viene seguida durante al menos inicio del manejo antibiótico.
72 horas de leucocitosis, neutrofilia y
taquicardia en la madre. Tratamiento
Como en todos los casos de sepsis,
A pesar de lo anterior, y para evitar el tratamiento de la paciente obstétrica
confundir más el panorama, en la puér- infectada comienza por una adecuada
pera se aplicaron los criterios de SIRS reanimación que disminuya al máximo
con los mismos parámetros que defi- los eventos de hipoxia tisular y de esa
nió el American College of Chest Phy- manera reduzca los daños ocasionados
sicians (ACCP) hace ya más de una dé- por Isquemia/Reperfusión y la conse-
cada (20). cuente apoptosis celular,que se desen-
Existen otros signos y síntomas muy cadena en estos casos. Esta reanimación
inespecíficos, pero cuya presencia aler- está más allá del alcance de los objeti-
ta sobre el hecho de que la paciente “no vos de este capítulo. Sin embargo, vale
anda bien”, y es obligación del médico la pena decir que los objetivos terapéu-
descartar las posibles causas. Un edema ticos y las estrategias para alcanzarlos
pulmonar que no mejora o que evolu- no difieren de aquellas que imperan en
ciona hacia SDRA, una insuficiencia renal cualquier otro paciente adulto. Se reco-
aguda que no cede a pesar de una ade- mienda en este caso, seguir las enseñan-
cuada reanimación, una hipertensión per- zas publicadas por Rivers et al. (21).
sistente o una trombocitopenia que no El tratamiento antibiótico y el trata-
recupera, son tal vez los signos indirectos miento quirúrgico ocuparán entonces
más frecuentes de endomiometritis. esta discusión.

La clínica y la monitoria invasiva 249


Con base en los conocimientos ac- guno de estos tratamientos en térmi-
tuales acerca de los gérmenes hallados nos de curación.
más frecuentemente en estas infeccio- El esquema de gentamicina y clinda-
nes, el esquema debe tener buen cu- micina también se ha comparado con
brimiento sobre enterobacterias, anae- esquemas conjugados como aztreonam
robios y cocos gram positivos. Varios y clindamicina (30-31) encontrando efi-
estudios muestran el buen cubrimiento cacias similares.
que tiene la asociación clindamicina y Sin embargo, dada la alta incidencia
gentamicina. Este esquema teóricamen- de insuficiencia renal en los pacientes
te dejaría sin cubrimiento al Enterococo críticos, en UCI no tenemos a los ami-
y algunos gérmenes nosocomiales mul- noglucósidos dentro de los antibióticos
tirresistentes poco frecuentes en estos de elección por su nefrotoxicidad (32-
casos. Por eso, los estudios con este es- 33) y mucho menos a la gentamicina,
quema consideran la adición de ampici- dada su reconocida capacidad como in-
lina o vancomicina según el caso. ductor de resistencia (34).
Brumfield por ejemplo concluyó que En nuestra experiencia, la asociación
este triple esquema curaba el 94% de ampicilina-sulbactam aparece como una
endometritis en un estudio con 322 pa- muy buena opción en estas pacientes,
cientes (22). En este estudio, las pacien- con la ventaja de cubrir a la mayoría
tes con endometritis se manejaban con de cepas del enterococo. Varios estu-
el esquema clindamicina y gentamicina, dios han mostrado su efectividad en el
el cual se suspendía luego de 48 horas manejo de la endomiometritis (nivel de
sin fiebre. En los casos de no mejoría evidencia IB) (35, 36, 37,38).
después de 48 horas de iniciado el tra- Aunque no hay estudios que avalen
tamiento, se agregaba ampicilina. la combinación Ceftriaxona Clindamici-
Actualmente este esquema de clin- na, también hemos utilizado esta com-
damicina, gentamicina y ampicilina o binación con base en su cubrimiento y
vancomicina a necesidad, es el están- seguridad.
dar contra el que se comparan otros
esquemas propuestos, después de que Consideraciones especiales
DiZerega (23) demostrara su superiori- Ojo con la preeclampsia
dad sobre el anterior esquema utilizado La respuesta de las pacientes con
penicilina G y gentamicina. Se ha com- endomiometritis al tratamiento anti-
parado con monoterapia con moxalac- biótico suele ser muy buena. Pero no
tam (24), cefoxitin (25), ticarcilina y áci- siempre. Es el caso de las pacientes con
do clavulánico (26, 27), mezlocilina (28) preeclampsia. Esta es una enfermedad
y cefamandol (29), entre otros, sin lo- cuya etiología es desconocida, pero que
grarse demostrar superioridad de nin- complica algunos embarazos de manera

250 Semiología del paciente crítico:


muy importante, siendo la primera cau- En la clínica, no es raro encontrar pa-
sa de mortalidad materna en los países cientes con preeclampsia severa que no
en vías de desarrollo. mejoran 48 horas después de terminada
Lo que para la clínica está claro, es la gestación, requiriendo frecuentemente
que no es lo mismo manejar una sep- de varios agentes antihipertensivos para
sis puerperal sin preeclampsia que una ser controladas. En estos casos, la expe-
puérpera infectada y con preeclamp- riencia ha enseñado a sospechar fuerte-
sia. Las pacientes con preeclampsia se- mente una infección obstétrica y en con-
vera o S. HELLP tienen una evolución secuencia iniciar tratamiento terapéutico
mucho más mórbida cuando se infec- incluso con mínimos signos locales.
tan (39), que aquellas infectadas sin esta No es fácil para el clínico reconocer
enfermedad. La asociación de estas dos cuando una paciente preeclámptica se
patologías es evidente. Una revisión no infecta. Actualmente, no hay estudios
publicada hecha en el Instituto Mater- paraclínicos que nos permitan aproxi-
no Infantil, encontró que la sepsis puer- mar el diagnóstico de una manera cer-
peral es más frecuente en las pacientes tera. Los hemocultivos por ejemplo, son
con preeclampsia severa. positivos entre 10% y 30% de las veces
Pero, ¿será que la preeclampsia se- únicamente. Y si logramos con base en
vera favorece la infección? ¿Será, que la la clínica, hacer un diagnóstico razona-
infección empeora la preeclampsia?, ¿O blemente seguro de infección puerperal
será que la preeclampsia es una enfer- en una paciente con preeclampsia seve-
medad infecciosa? No se sabe! ra, la evolución puede llevarnos a una
Este debate sobre la relación entre in- situación muy incierta. Estas pacientes
fección y preeclampisa, se ha enriquecido suelen presentarse en la UCI con cri-
con hipótesis, como la que defiende Vi- terios de SIRS persistente y aparece en
niker (40). Este autor ha apostado por la ellas la disfunción orgánica múltiple. Y
presencia de un agente que él mismo ha ante esto surgen algunos interrogantes:
bautizado bacteria endometrialis, como el sigue séptica?, el SIRS es secundario a
origen de la preeclampsia, proponiendo la preeclampsia que sigue activa por la
que esta enfermedad de etiología des- presencia de restos placentarios dentro
conocida, se desencadenaría por una in- del útero? o simplemente el compromi-
fección en el útero. Teoría que ha sido so de la preeclampsia generó disfunción
despreciada por muchos pero que no es hasta un punto del cual la paciente va a
para nada descabellada. Hay que recor- tardar en recuperarse?
dar cómo enfermedades como la gastri- Lamentablemente, la mayoría de las
tis han resultado ser de origen infeccioso pacientes obstétricas que llegan a la UCI
cambiándose totalmente su concepción son preeclámpticas, de tal modo que
en los últimos años. estos interrogantes son muy frecuentes.

La clínica y la monitoria invasiva 251


En un artículo publicado hace ya algu- Por otro lado, la progresión de la en-
nos años, se compara la fisiopatología fermedad, puede implicar la trombosis
de la sepsis con la de la preeclampsia. En de la venas miometriales, con forma-
dicho artículo el doctor von Dadelzen ción de microabscesos en todo el es-
(41) sostiene que en ambas situaciones pesor de la pared uterina. En este caso,
se presenta una activación endotelial la opción quirúrgica, con histerectomía
sistémica que provoca la actividad de las total es la opción a considerar. Esta de-
cascadas inflamatoria, antiinflamatoria y cisión se basa principalmente en el aná-
de la coagulación, presentándose pos- lisis de la evolución clínica de la pacien-
teriormente la aparición de disfunción te. Eventualmente, una ecografía o una
orgánica múltiple. En otras palabras, la tomografía que permitan observar gas
presentación clínica de la sepsis y la pre- en el miometrio podrían “confirmar” el
eclampsia son muy similares. diagnóstico y facilitar así la decisión qui-
Sin poder sacar conclusiones irrefu- rúrgica. Frente a esta condición, se debe
tables, hay que insistir en que para la pa- solicitar al obstetra la extirpación qui-
ciente con preeclampsia, la sospecha de rúrgica del útero (42).
infección debe ser muy alta cuando la Y si no es el útero?
mejoría no es la esperada. Esto implica
un diagnóstico muy precoz, que permita Trombosis pélvica
iniciar tempranamente el manejo y dis- Si de acuerdo con los hallazgos clí-
minuir la morbilidad. nicos, o durante el procedimiento qui-
rúrgico se descarta el compromiso
Otras complicaciones infeccioso del útero, se debe prestar es-
Ante una evolución tórpida, la pa- pecial atención al estado de las venas
ciente debe ser valorada entonces en ováricas y descartar en ellas la presencia
un contexto general, con el fin de des- de trombos. Una de cada 600 a 3000
cartar complicaciones de otro origen puérperas desarrolla tromboflebitis pél-
que expliquen el persistente compro- vica (43). Durante el embarazo, el au-
miso. Se debe buscar infección en los mento de la circulación hacia el útero
sitios de venopunción, en el sistema uri- provoca un crecimiento del 300% de
nario, una neumonía, una endocarditis las venas ováricas, las cuales albergan 60
bacteriana, una insuficiencia suprarre- veces el volumen que almacenan en la
nal, o cualquier otra causa no obstétrica paciente no obstétrica. En el puerperio,
que explique el cuadro. Una vez descar- el flujo se cae bruscamente, lo cual pro-
tadas estas opciones, vale la pena consi- voca estasis venosa. Si a lo anterior, adi-
derar la opción de estar frente a un ger- cionamos la lesión de la íntima del vaso
men resistente al tratamiento iniciado y por el trauma quirúrgico en el caso de
actuar en consecuencia. la cesárea o por la misma infección, y

252 Semiología del paciente crítico:


la hipercoagulabilidad que caracteriza al Brown (35) en un estudio prospectivo,
puerperio, veremos configurada la fa- aleatorio con 15 pacientes con trombo-
mosa triada de Virchow para la apari- flebitis pélvica no encontró diferencias
ción de tromboflebitis. En esta patolo- en la evolución cuando se agregó he-
gía, las características anatómicas hacen parina al manejo antibiótico. El escaso
que en los casos de trombosis unilate- número de pacientes hacen imposible
ral, el 93% sea del lado derecho. convertir este resultado en una reco-
La tromboflebitis pélvica séptica se mendación formal.
caracteriza clínicamente por la persis- Sin embargo, la experiencia acumu-
tencia de picos febriles asociados o no a lada con estas pacientes en el Hospital
otros signos de SIRS. También se puede San Juan de Dios y en el Instituto Ma-
presentar dolor abdominal bajo o ubi- terno Infantil de Bogotá, ha consolida-
cado hacia el flanco y taquicardia gene- do a la resección del infundíbulo pélvico
ralmente desproporcionada con el nivel como el tratamiento de elección para
de fiebre. Hasta el 20% de estas pacien- estos casos.
tes pueden presentar como complica-
ción un tromboembolismo pulmonar. Conclusión
El diagnóstico depende principal- La infección puerperal es una com-
mente de la sospecha clínica cuando se plicación frecuente y potencialmente
enfrenta a una paciente con una infec- mortal. Su incidencia aumenta en pa-
ción puerperal que evoluciona tórpi- cientes con preeclampsia en quienes
damente. Algunos estudios proponen además el diagnóstico diferencial se
el uso de la TAC como la mejor herra- complica dada la similitud en la fisiopa-
mienta diagnóstica (44), sin embargo no tología de estas dos entidades. Su ma-
hay evidencia suficiente para convertirla nejo es en principio médico pero en
en el examen de elección. ocasiones debe ser quirúrgico.
Ante la presencia de trombosis de En el futuro se espera contar con he-
las venas ováricas, se indica la extirpa- rramientas que permitan la diferencia-
ción quirúrgica del infundíbulo pélvico ción entre pacientes con preeclampsia
(45), que implica ooforectomía. Esta úl- y aquellas con infección puerperal para
tima propuesta no es fácilmente sus- poder escoger el tratamiento mas ade-
tentable al revisar la literatura mundial. cuado. Recientemente, ha crecido el
Existen artículos que abogan por el uso uso de la procalcitonina como marca-
de la anticoagulación plena como úni- dor sensible de infección, permitiendo
co tratamiento en estos casos, e incluso el diagnóstico diferencial del SIRS. Sin
algunos autores sostienen que el trata- embargo, hasta el momento no hay es-
miento antibiótico es suficiente en es- tudios que evalúen su desempeño du-
tos casos. En efecto el doctor Charles rante el embarazo y el puerperio.

La clínica y la monitoria invasiva 253


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La clínica y la monitoria invasiva 257


258 Semiología del paciente crítico:
Relajantes neuromusculares en cuidado intensivo
Paola Alejandra Pinzón Corredor1

E l uso de relajantes neuromuscula-


res –en adelante, RNM– siempre se
ha considerado como una última opción
muscular como parte del manejo de la
sedación del paciente crítico en un esce-
nario diferente a la intubación. Esta deci-
para la sedación del paciente críticamen- sión es exigente en cuanto a la claridad
te enfermo; no obstante lo anterior, la de la indicación del relajante, el tipo de
utilización de estos medicamentos es re- medicamento que se utiliza, el tiempo de
lativamente habitual en las Unidades de uso, la monitoria para el seguimiento de
Cuidado Intensivo –en adelante, UCI–. la relajación neuromuscular y las com-
Los usos más frecuentes de los relajan- plicaciones generadas por su utilización.
tes en este ámbito son: la intubación tra- Curiosamente con el advenimiento e im-
queal (en la mayoría de los casos), facili- plementación de protocolos y guías de
tar la ventilación mecánica, el manejo de manejo su empleo ha descendido has-
la PIC elevada, el control de espasmos ta en un 50%. A pesar de esto, el último
musculares severos y la disminución del consenso respecto al tema tiene varios
consumo de oxígeno (esta última bas- años de haberse realizado, son pocos
tante rebatida hoy en día). El empleo de
1
los estudios con adecuada metodología
RNM de manera continua se reporta en- respecto al tema y a la luz de enfoques
tre el 3 - 20% y se estima que un 10% como el de medicina basada en la evi-
de los pacientes los recibe por más de dencia, la información es insuficiente.
24 horas; sin embargo sigue siendo difícil
la decisión de utilizar un relajante neuro- Indicaciones
1 Anestesióloga – Intensivista Tanto en cirugía como en Cuidado
Profesora Universidad del a Sabana Intensivo antes de usar RNM, es obliga-
Departamento de Anestesiología, Medicina torio asegurarle al paciente una adecua-
Crítica y Dolor da analgesia y sedación, de otra manera
Clínica Universitaria Teletón se estaría haciendo un uso inadecua-
Clínica Santa Bibiana
do de estos medicamentos y sirvién-
paola.pinzon@clinicauniversitariateleton.
edu.co dose de ellos para cubrir las deficien-

La clínica y la monitoria invasiva 259


cias del manejo ventilatorio y sedativo. cen más viable una intubación traqueal,
En cuanto a la utilización de relajantes sin embargo en el ámbito de la UCI es
neuromusculares en el paciente crítica- factible intubar un paciente críticamente
mente enfermo el consenso general es enfermo solamente con sedación (gene-
que debe realizarse cuando ya otros re- ralmente un opioide y un inductor) sin
cursos se hayan agotado, en patologías necesidad de relajante neuromuscular.
y circunstancias seleccionadas, por corto Los pacientes de las UCI son casi siem-
tiempo y considerando las condiciones pre candidatos a una aproximación de
adicionales que hacen más frecuentes su vía aérea del tipo de secuencia rápida,
las complicaciones asociadas a su uso. pues requieren de una pronta intubación
Al respecto no hay estudios metodo- y están en muchas ocasiones en riesgo
lógicamente bien estructurados y debi- de broncoaspiración. Frecuentemente
do al poco uso de estos medicamentos estos pacientes cuando requieren de in-
en UCI son insuficientes. Hoy en día el tubación se encuentran con una hipoxe-
grado de recomendación para el uso de mia considerable, acidosis e inestabilidad
RNM en la UCI es C y se limita a las si- hemodinámica. Estas características ha-
guientes situaciones y solamente cuan- cen que sea relativamente fácil intubar-
do otras medidas de tratamiento han los sin necesidad de un relajante, pero
fallado: manejo de la ventilación mecá- también, que el acceso a la vía aérea sea
nica, manejo del aumento de la presión prioritario, rápido y eficaz. Incluso algu-
intracraneana –en adelante, PIC–, espas- nos estudios demuestran un mayor nú-
mos musculares y como medida para mero de complicaciones en pacientes
disminuir el consumo de oxígeno. El uso que fueron intubados sin relajación.
de estos medicamentos debe estar ple-
namente justificado, pues el costo de su Facilitar la ventilación mecánica
empleo puede llegar a ser caro en tér- Esta indicación del empleo de relajan-
minos de complicaciones para el pacien- tes neuromusculares es relativamente
te. Generalmente los pacientes en quie- frecuente en pacientes con problemas
nes se usan los RNM se encuentran en respiratorios severos como aquellos
disfunción o falla orgánica múltiple y tie- que cursan con –en adelante,,SDRA–.
nen una evolución desfavorable debido Hoy en día la mayoría de los modos
al curso natural de su condición de base. especiales de ventilación mecánica son
bien tolerados por los pacientes, sin
Intubación embargo algunos de ellos como la ven-
La intubación es la principal causa de tilación oscilatoria de alta frecuencia
uso de RNM en la UCI. No hay duda ocasionalmente requieren del empleo
que los relajantes neuromusculares faci- de relajantes neuromusculares. Los ob-
litan la laringoscopia y por lo tanto ha- jetivos principales respecto a esta indi-

260 Semiología del paciente crítico:


cación son: mejorar la compliance (prin- tan a reporte de casos y estudios pe-
cipalmente en los pacientes con SDRA/ queños. El objetivo principal del uso de
ALI), manejar la asincronía paciente/ relajantes en estos pacientes es preve-
ventilador, disminuir la presencia de re- nir la fluctuación de la PIC asociada a
sistencia y pujo a pesar de una adecua- la ventilación mecánica, particularmen-
da sedación, detener los esfuerzos ven- te la asincronía que puede ocasionar
tilatorios en casos indicados y el uso de resistencia a la ventilación, pujo y por
ventilación oscilatoria de alta frecuencia. lo tanto incremento de la presión. Adi-
Modalidades ventilatorias como en cionalmente tiene la utilidad de evitar
posición prona, relación inversa y ven- la tos y agitación que provocan manio-
tilación diferencial frecuentemente mo- bras como la succión de la vía aérea y
tivan la utilización de relajantes neuro- la terapia respiratoria. Algunos estudios
musculares. El uso de RNM en estas incluso consideran que la eventual dis-
situaciones puede ayudar a mejorar la minución de la presión en la vía aérea
ventilación alveolar, disminuir el riesgo e intratoracica ocasionada por la rela-
de barotrauma y disminuir el trabajo jación puede facilitar el drenaje venoso
ventilatorio y por lo tanto el consumo del sistema nervioso central. Estudios
de oxígeno. Algunos estudios mencio- como el de Hsiang mostró que los re-
nan el uso de relajantes neuromuscula- lajantes no tenían un impacto sobre la
res como un predictor de morbi-mor- mortalidad de los pacientes con PIC
talidad en pacientes con ventilación elevada y si evidenció un incremento
mecánica, a la fecha no hay estudios su- en las complicaciones extracraneales
ficientes para dicha afirmación. Es im- como neumonía y estadía prolonga-
portante aclarar, que si bien está des- da en UCI. Con la evidencia actual no
crito el uso de RNM para los modos se recomienda de rutina utilizar RNM
ventilatorios mencionados, es factible como parte del tratamiento del pacien-
lograr un adecuado acoplamiento del te con PIC elevada.
paciente a los mismos sin utilizarlos.
Algunos estudios han sugerido un Reducción de las contracturas y
efecto antiinflamatorio del cisatracurio espamos musculares
en SDRA, atribuyendo la mejoría de los Los relajantes neuromusculares se
pacientes no solo a la mejoría en la ven- han utilizado para el manejo de con-
tilación mecánica, sino a la modulación tracturas musculares ocasionadas por
de la respuesta inflamatoria. tétanos, el estatus epiléptico, el síndro-
me neuroléptico maligno y la sobredo-
Presión intracraneana elevada sificación de algunas drogas. La mayoría
Los datos que soportan el uso de de los artículos que sustentan este uso
RNM para el control de la PIC se limi- son previos al año 1994 y corresponden

La clínica y la monitoria invasiva 261


a reportes de casos. El manejo de estas Monitoría
patologías con relajantes neuromuscu- Siempre que se utilice un RNM debe
lares evita las consecuencias derivadas monitorizarse su acción. La monitoria
de la contracción muscular sostenida y adicionalmente disminuye la incidencia
de los espasmos, pero no constituye el de sobredosificación, la disminución de
tratamiento de la enfermedad de base. la debilidad muscular posterior, permite
lograr con la menor dosis el efecto de-
Disminución del consumo de seado y en términos de farmacoecono-
oxígeno mía disminuir costos. Con la introduc-
No hay evidencia de la disminución ción del “tren de cuatro” (del inglés train
del consumo de oxígeno con el uso de of four), –en adelante,TOF– como mo-
relajantes neuromusculares. Un estudio nitoria neuromuscular en UCI se dismi-
que evaluó los efectos del vecuronio so- nuyeron estas preocupaciones y se es-
bre la entrega de oxígeno, el consumo, la peraba tener el mismo éxito que en el
rata de extracción y el pH intragástrico ámbito de salas de cirugía había genera-
en pacientes críticos con sepsis severa do su introducción.
sin que se evidenciara mejoría de los de La valoración del tono muscular del
los valores medidos. Se encuentran des- paciente relajado puede realizarse de
critos dentro de las indicaciones de em- manera visual, táctil o electrónica o por
pleo de RNM la sepsis severa, el choque medio de una combinación de las tres.
séptico y el escalofrío, todas aduciendo La observación del movimiento del
la mejoría de la pobre oxigenación indu- músculo esquelético y del esfuerzo res-
cida por estos estados. No hay literatura piratorio es el fundamento de la valo-
que soporte científicamente estas afir- ración clínica. Los métodos electrónicos
maciones, y en casos como el del pa- incluyen el uso del software del venti-
ciente séptico la recomendación actual lador que permite conocer la presión
es evitar al máximo su uso. de la vía aérea y da información sobre
la presencia de esfuerzos inspiratorios.
Otros usos Todo lo anterior se complementa con
Se utiliza relajantes neuromuscula- el uso de estimulador de nervio peri-
res para proteger reparos quirúrgicos férico. En cuanto a la monitoria con es-
traqueales y anastomosis vasculares. timulador de nervio periférico el TOF
También puede utilizarse para la rea- continúa siendo el método más fácil y
lización de procedimientos invasivos ampliamente utilizado en la actualidad.
en pacientes con ventilación mecánica El número de contracciones necesarias
como fibrobroncoscopias, endoscopias para considerar adecuado el bloqueo
y procedimientos quirúrgicos como tra- neuromuscular depende de la profun-
queostomía y gastrostomía. didad deseada del mismo. En general se

262 Semiología del paciente crítico:


considera como objetivo obtener una RNM son de diferentes características y
o dos de cuatro contracciones posibles afectan a los pacientes en distintos ám-
en TOF (grado de recomendación C). bitos.
Es importante aclarar que el bloqueo
neuromuscular recomendado es aquel Lesiones psicológicas
que le permite lograr los objetivos que Es una de las complicaciones más te-
motivaron el uso de un RNM. En el midas del uso de relajantes neuromus-
contexto de UCI la evaluación del TOF culares en la unidad. La pérdida de co-
puede llegar a ser un poco difícil, pues municación con el paciente deja a este
requiere del entrenamiento del perso- en total estado de indefención. El uso
nal de enfermería respecto a su uso y de RNM está relacionado con la apa-
pueden presentarse problemas técni- rición de depresión y del síndrome de
cos derivados de la presencia de ede- estrés postraumático, especialmente
ma (tanto facial como en extremidades con este último que tiene un claro vín-
superiores) y/o elementos de monito- culo con la inadecuada dosificación de
ria como líneas arteriales radiales que los sedantes. La duración de la relaja-
obstaculizan el acceso cómodo al sitio ción también ha sido conectada con la
de evaluación. Otro punto a tener en aparición de problemas psiquiátricos y
cuenta es la inexacta correlación en- psicológicos posteriores.
tre el bloqueo medido periféricamente
comparado con el que ocurre en el dia- Neuromusculares
fragma y los músculos de la vía aérea. Las lesiones neurológicas del pacien-
Las guías más actualizadas para la utiliza- te crítico no son infrecuentes y son las
ción de relajantes en paciente crítico re- más temidas cuando de relajantes neu-
comiendan tanto la monitoria con TOF romusculares se trata. La debilidad mo-
como la valoración clínica, dando a esta tora del paciente crítico puede estar
recomendación un grado. relacionada con tres situaciones: el des-
orden neuromuscular es preexistente
Complicaciones y ocasiona la admisión del paciente a
Desafortunadamente aunque los ade- la unidad; se trata de una nueva enfer-
lantos en medicina intensiva han me- medad o el desorden se manifiesta du-
jorado el pronóstico del paciente crí- rante la hospitalización (es preexistente
ticamente enfermo, la presencia de pero no se había diagnosticado); el des-
alteraciones neuromusculares parece orden corresponde a una complicación
haberse incrementado en las últimas de un paciente previamente sano des-
décadas, esto hace que el uso de RNM de el punto de vista neuromuscular.
sea muy temido en este contexto. Las La debilidad neuromuscular en el
complicaciones generadas por el uso de paciente crítico por lo general es mul-

La clínica y la monitoria invasiva 263


tifactorial y produce una serie de sín- vos con frecuencia ocasiona este pro-
dromes, algunos confusos entre si y que blema. El 3- desacetil vecuronio tiene
incluyen: el síndrome cuadriplejía agu- el 80% de la potencia del medicamen-
da miopática, el síndrome de la polineu- to, no es dialisable, se ultrafiltra mínima-
ropatía del paciente crítico, la miopatía mente y se acumula en paciente con in-
aguda con lisis selectiva de los filamen- suficiencia renal porque su eliminación
tos de miosina, la miopatía aguda aso- hepática es disminuida en paciente uré-
ciada a esteroides y la debilidad prolon- mico. Otras explicaciones sugieren que
gada neurogénica. Hay probablemente la membrana de la unión neuromuscu-
dos eventos adversos relacionados con lar acumula los RNM y los mantiene en
parálisis prolongada después de des- los receptores nicotínicos de acetilco-
continuar los RNM. licolina, incluso por largo tiempo des-
pués de desaparecido el medicamento
Parálisis prolongada (bloqueo del plasma. Las interacciones con me-
neuromusculas persistente) dicamentos son otras de las causas de
El bloqueo neuromuscular persisten- la relajación prolongada. La mayoría de
te es ocasionado por la acumulación de uso muy frecuente: anestésicos locales,
RNM en la unión neuromuscular o por lidocaina, aminoglucósidos, polimixina
sus metabolitos. Obviamente algunas B, clindamicina, tetraciclinas, antiarrít-
condiciones del paciente como la falla micos (procainamida y quinidina), mag-
renal, alteraciones metabólicas y medi- nesio, bloqueadores de los canales de
camentos tienen relación con su apari- calcio, betabloqueadores, imunosupre-
ción. Se define como recuperación pro- sores como ciclofosfamida y ciclospo-
longada un incremento en el tiempo de rina, dantrolene, diuréticos, carbonato
recuperación entre el 50 y 100% más de litio. Cambios conformacionales de
de predicho según los parámetros far- los receptores pueden generar paráli-
macológicos (farmacocinéticas) del me- sis prolongada, pues parece que la in-
dicamento administrado. El riesgo de movilización prolongada o denervación
presentar este problema es mucho más secundaria a lesión medular pueden
elevado con medicamentos del tipo prolongar la duración de los RNM. La
aminoesteroideo, debido a su metabo- hipokalemia, hipocalcemia e hiponatre-
lismo dependiente de órganos y la pro- mia prolongan la duración del bloqueo;
ducción de varios metabolitos activos. sin embargo las alteraciones acido base
Estudios con pancuronio incluso en do- y electrolíticas no están relacionadas
sis bajas muestran que estas no evitan la con la debilidad a largo plazo. La hipo-
aparición de este inconveniente. El ve- termia puede también prolongar la du-
curonio con sus tres metabolitos acti- ración del todos los RNM.

264 Semiología del paciente crítico:


Miopatia cuadripléjica aguda biopsia muscular revela vacuolización
Esta complicación fue descrita en de las fibras musculares sin infiltrado in-
el año 1977 y se presentaba con ma- flamatorio, atrofia muscular tipo 2, ex-
yor frecuencia en pacientes asmáticos tensa pérdida de la miosina y necrosis.
que requerían ventilación mecánica en Hasta un 30% de los pacientes que re-
la mayoría de oportunidades por esta- ciben corticoides pueden desarrollarla.
tus epiléptico. Numerosos reportes de No hay evidencia que muestre que la
caso y estudios han relacionado el uso suspensión de la relajación por perio-
de RNM con esta patología. La miopatía dos de tiempo disminuyó la incidencia
cuadripléjica aguda, conocida también del problema. Sin embargo basándose
como miopatía aguda necrotizante o en modelos de experimentación, pare-
miopatía relacionada con RNM y cor- ce que después de 24 horas de infusión
ticoides, se caracteriza por y una debi- continua pueden aparecer cambios re-
lidad proximal y distal simétrica de los lacionados.
músculos de las extremidades y el tórax
inervados por nervios espinales, con Misceláneas
una relativa preservación de la función Son varias las complicaciones que se
en músculos faciales (por integridad de pueden derivar del uso de RNM en la
los pares craneanos). Clínicamente se UCI. La perdida de comunicación con
presenta como con una aparente trans- el paciente nos restringe la informa-
misión normal en la placa neuromus- ción que el mismo nos puede dar de
cular con debilidad persistente. Están su estado clínico, la retroalimentación se
presentes la atrofia muscular y reduci- ve truncada. Dificulta la evaluación del
dos los reflejos osteotendinosos con sistema nervioso central y puede en-
preservación de la sensibilidad. La fun- mascarar situaciones tan graves como
ción congnitiva es completamente nor- lesiones del sistema nervioso central
mal. Se observa muy frecuentemente (isquemia por ejemplo), hemorragias
elevación de la creatininquinasa, la cual intracraneanas, convulsiones, delirium
persiste elevada por tiempo prolonga- y diferentes formas de encefalopatía.
do. También puede observarse mioglo- Otras complicaciones son las derivadas
binuria. La electromiografía revela una de posturas que ocasionan lesiones de
reducida o ausente potencial de acción tejidos, parálisis nerviosa por presión,
muscular durante la actividad espontá- desalineamiento articular y sobredisten-
nea y voluntaria de los músculos iner- ción tegumentaria. Las lesiones oculares
vados por nervios espinales. Los estu- como queratitis siempre deben tener-
dios de conducción nerviosa muestran se en consideración y tomar las medi-
velocidades de conducción, normales o das necesarias para evitar su aparición.
subnormales con amplitud reducida. La El retorno venoso por la inmovilidad se

La clínica y la monitoria invasiva 265


ve disminuido de forma considerable. mación y sepsis; ocasionando respues-
Estudios muestran un incremento en la tas aberrantes a los BNM.
mortalidad de los pacientes que reci- El relajante que tradicionalmente se
ben RNM durante su estadía en la UCI. ha considerado de elección, por su far-
macocinética, para intubación de se-
Relajantes cuencia rápida es la succinilcolina (Sch).
neuromusculares de Este medicamento se caracteriza por
elección en uci un inicio rápido, duración corta y retor-
Se considera importante hacer una no a una ventilación efectiva de manera
breve descripción de las características rápida. Desafortunadamente pese a es-
de la unión neuromuscular del pacien- tas bondadosas características, efectos
te críticamente enfermo. El receptor secundarios del medicamento como
de acetilcolina (RAch) postsináptico el incremento de la PIC, presión intra-
nicotínico típico de los adultos (ó re- gástrica, presión intraocular, la presen-
ceptor maduro) es pentamérico y está cia de arritmias con su uso, el poten-
conformado por dos subunidades α1, cial desarrollo de hipertermia maligna
una β, δ y ε. Otros tipos de recepto- y la hiperkalemia no lo hacen un me-
res, denominados inmaduros, pueden dicamento muy seguro, y menos en el
encontrarse en el feto, recién nacidos ámbito de la UCI. Infortunadamente los
y en condiciones patológicas (como en pacientes críticos no son en su mayoría
el paciente críticamente enfermo); en buenos candidatos para el uso de Sch
estos la subunidad ε es reemplazada y se contraindica su uso. Recientes re-
por una γ y se ubican especialmente en visiones la mencionan y rescatan como
el área extraunional. Recientemente se una alternativa teniendo en cuenta sus
han descrito los receptores compues- efectos secundarios y la precaución de
tos por 5 unidades α7 en pacientes de no utilizarla en pacientes no indicados,
UCI. Los receptores inmaduros tienen eso quiere decir que en el paciente que
comportamientos diferentes a los re- va a ingresar a UCI y que no ha estado
ceptores maduros siendo inestables, en reposo por un tiempo prolongado
de vida media corta, mayor tiempo puede ser una alternativa.
de apertura, menor conductancia, faci- El rocuronio se considera en el con-
litando mayor salida de potasio y por texto del paciente críticamente enfer-
lo tanto son más sensibles a Sch y re- mo, que es estómago lleno el relajante
sistentes de BNM no despolarizantes. neuromuscular más indicado. El rocuro-
Algunas de las patologías en las cuales nio tiene un rápido inicio de acción y
estas formas atípicas de receptores de ofrece muy buenas condiciones de intu-
Ach pueden observarse son: denerva- bación sin efectos cardiovasculares aso-
ción, quemados, inmovilización, infla- ciados a su uso. Se recomienda el uso

266 Semiología del paciente crítico:


del rocuronio en dosis entre 0.6 – 1.2 BNM en UCI de manera rutinaria no se
mg/kg como una alternativa segura a recomienda y debe reservase a las situa-
considerar en pacientes que requieren ciones ya descritas debido a los efectos
una inducción de secuencia rápida y en secundarios que producen. Para hacer
los cuales la larga duración de acción no seguro el uso de BNM en cuidado inten-
es un factor a tener en cuenta. sivo debe asegurársele al paciente una
Debido a que los pacientes que re- adecuada sedación y/o analgesia, medi-
quieren bloqueo neuromuscular se en- das de protección ocular y de zonas de
cuentran por lo general en disfunción o presión. Se recomienda evitar el uso de
falla orgánica múltiple, el BNM mas indi- corticoesteroides concomitantemente,
cado en este contexto es el cisatracurio pues la incidencia de lesión neuromus-
debido a sus características farmacoló- cular se incrementa. Igualmente es acon-
gicas. El uso de BNM amioesteroideos sejable realizar monitoria frecuente y
per se se ha relacionado frecuentemen- utilizarlos por cortos períodos de tiem-
te con lesiones de la placa neuromuscu- po, es decir suspender su uso una vez las
lar como bloqueo neuromuscular per- metas terapeúticas se han conseguido.
sistente y miopatía cudripléjica aguda,
mientras que con BNM del tipo ben- Referencias
cilisoquinolinas sólo se han reportado 1. Murray Michael, Cowen Jay, De-
casos con el uso concomitante de cor- Block Heidi, Erstad Brian et al. Cli-
ticoesteroides. Cisatracurio es la mejor nical practice guidelines for sustai-
opción para el paciente críticamente ned neuromuscular blockade in
enfermo, pues no le ocasiona cambios the adult critically ill patient. Critical
hemodinámicos, es de metabolismo y Care Medicine 2002; 30:142-156.
eliminación independientes de órganos 2. Nguyen Thai T, Stevens Robert, Mirski
y no se ha asociado si se utiliza sin corti- Marek A . Neuromuscular blockade
coides a lesión de la placa neuromuscu- in critically ill patients. Contempo-
lar. Actualmente se sabe que los niveles rary Critical Care. 2006; 3:1-10
de laudanosina, metabolito inactivo del 3. Gehr Lynne, Sessler Curtis. Neuro-
cisatracurio, no son importantes en do- muscular Blockade in the Intensi-
sis terapeúticas es más hoy en día se le ve Care Unit. Seminars in Respi-
han atribuido a este metabolito efectos ratory and Critical Care Medicine.
neuroprotectores y no tóxicos como se 2001;22:175-188.
había planteado en estudios antiguos. 4. Shapiro Barry, Warren Jonatha, et al.
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La clínica y la monitoria invasiva 267


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La clínica y la monitoria invasiva 269


270 Semiología del paciente crítico:
www.medigraphic.org.mx

Historia y filosofía de la medicina Anales


Médicos

Vol. 60, Núm. 2


Abr. - Jun. 2015
p. 156 - 159

Historia de la medicina crítica


Brenda Rodríguez Téllez,* Juvenal Franco Granillo**

RESUMEN Critical care history

El término de medicina crítica se introdujo a finales de 1950 en ABSTRACT


la Universidad del Sur de California y se refiere a pacientes que
se encontraban gravemente enfermos o lesionados y que tenían The word critical care was included in the medical terms at
una mejor oportunidad de supervivencia si se les ofrecía atención the end of 1950 at the South Carolina University. The concept
avanzada minuto a minuto con mediciones objetivas. Estas medi- emerged due to the patients who were severely wounded and had
ciones se basaban en tiempo real mediante monitoreo electróni- substantial survival if advanced attention was provided with
co de signos vitales, parámetros hemodinámicos, respiratorios y objective monitoring every minute. These measures were based
mediciones complementarias de sangre y fluidos corporales. El on real time by the use of electronic devices monitoring vital
cuidado fue aumentando hasta ser delegado a una nueva gene- signs, hemodynamic parameters, respiratory and complementa-
ración de médicos, enfermeras, terapistas y clínicos farmacólogos ry levels of blood and corporal fluids. Advance care was increas-
en unidades de cuidados especiales. El progreso en el manejo del ing and a new generation of physician, nurses, therapists and
paciente con riesgo agudo de algún padecimiento que amenaza- pharmacologist emerged. The critical care patient, new advan-
ba la vida, se aceleró gracias a los avances tecnológicos en mo- ces in technology and monitoring fast developed. Furthermore
nitoreo y capacitación médico especializados; del mismo modo intubation, mechanical ventilation, hemodyalisis, and volume
las intervenciones que pudieran llevar a cabo intubación, ven- requirements guided on intravascular measure, cardiac output
tilación mecánica, hemodiálisis, reemplazo de volumen guiado and cardiopulmonary resuscitation with compressions, defibril-
por mediciones de presiones intravasculares y gasto cardiaco, lation and peacemaker insertion became a common practice. So
reanimación mediante compresiones torácicas, desfibrilación far the Society of Critical Care Medicine includes physicians,
y la colocación de marcapaso se volvieron de uso común. Estos nurses, pharmacologists, respiratory therapy specialists and
métodos de monitoreo fueron rápidamente implementados en al- other professionals from more than 80 countries. The leadership
gunos países de Europa como unidades de terapia intensiva. Ac- on critical care was established when the Society of Critical Care
tualmente, la Sociedad de Medicina Crítica incluye a miembros Medicine edited a journal entitled «Critical Care Medicine» in
de más de 80 países como médicos, enfermeras, farmacólogos, 1973 under the editorial leadership of Dr. William Shoemaker.
especialistas en terapia respiratoria y profesionales asociados. El From that day onwards the specialty was accepted in the medi-
liderazgo académico en medicina crítica se estableció cuando la cal residencies worldwide.
Sociedad de Medicina Crítica editó su revista de nombre «Critical
Care Medicine» en el año de 1973 con la dirección editorial del
Dr. William Shoemaker. A partir de entonces la especialidad fue
aceptada dentro de las residencias médicas a nivel mundial.

Palabras clave: Historia, medicina crítica, monitoreo, avances. Key words: History, critical care, monitoring, progress.

Nivel de evidencia: V. Level of evidence: V.

* Residente de segundo año. INTRODUCCIÓN


** Jefe Corporativo.

Medicina Crítica Centro Médico ABC.


www.medigraphic.org.mx
El término de medicina crítica se introdujo y cono-
ció a finales de 1950 en la Universidad del Sur de
Recibido para publicación: 21/04/2015. Aceptado: 04/06/2015. California. Este concepto hace referencia al espacio
Correspondencia: Dra. Brenda Rodríguez Téllez
físico, a la concentración de recursos materiales y a
Departamento de Medicina Crítica «Dr. Mario Shapiro». la presencia de personal capacitado específicamente
Sur 136 Núm. 116, Col. Las Américas, Del. Álvaro Obregón, 01120, México, D. F. en la atención del paciente en situación de gravedad
Tel: 52308282 que pone en peligro su vida. Asimismo, se requiere
E-mail: dra.bcarolina@gmail.com
el cuidado y monitoreo en forma continua a fin de
Este artículo puede ser consultado en versión completa en: detectar cualquier desviación y que ésta se prevenga
http://www.medigraphic.com/analesmedicos o corrija en forma oportuna. A través de cambios y
Rodríguez TB y col. Historia de la medicina crítica

An Med (Mex) 2015; 60 (2): 156-159


157

ajustes en tiempo real mediante monitoreo electróni- la más próxima a la central de enfermería para que
co de signos vitales, monitoreo hemodinámico, respi- pudieran recibir atención intensiva de enfermería.3
ratorio, metabólico, etcétera, el cuidado ha venido 70 años después, en 1923, el Doctor Walter Dandy
especializándose de tal forma que ha delegado sus creó el concepto de recuperación postquirúrgica y
objetivos a una nueva generación de médicos, enfer- organizó la unidad postquirúrgica neuroquirúrgi-
meras, terapistas y clínicos farmacólogos agrupados ca en el Hospital Johns Hopkins en Baltimore, re-
en unidades de cuidados especiales.1 clutando personal de enfermería especializado.4 Las
Desde entonces, el progreso en el manejo del pa- enfermeras profesionales se volvieron especialistas al
ciente con riesgo agudo de algún padecimiento que pie de cama bajo la dirección de neurocirujanos. Este
amenazara su vida se aceleró con avances tecnológi- cuidado inicial intensivo se convirtió en un modelo
cos de monitoreo incrementando el conocimiento para las unidades de recuperación postquirúrgica
médico, así como con intervenciones de tipo invasivo que proveían manejo intensivo postquirúrgico du-
y no invasivo que pudieran realizarse (intubación, rante la Segunda Guerra Mundial.5
ventilación mecánica, ventilación mecánica no in- Posteriormente, se desarrollaron unidades de re-
vasiva hemodiálisis, reemplazo de volumen guiado cuperación postanestésica para manejo de pacientes
por la medición de presiones intravasculares, gasto postquirúrgicos, permitiendo un mejor pronóstico en
cardiaco, mejoras en la reanimación cardiopulmonar, el postoperatorio de procedimientos quirúrgicos in-
desfibrilación y la colocación de marcapasos intrave- vasivos incluyendo cirugías cardiacas y oncológicas.
nosos transitorios se volvieron de uso común). Estas Respecto a la tecnología de soporte vital, la refe-
técnicas particulares han progresado en las últimas rencia se realiza desde la epidemia de poliomielitis
décadas facilitando la labor de los anestesiólogos en de 1940 y 1950, en las cuales, la alta incidencia de
la sala de operaciones, las unidades de recuperación polio bulbar con parálisis neuromuscular dio pauta
postanestésica y por cardiólogos en sala de hemodi- al uso de sistemas de ventilación mecánica, en este
námica. Los métodos convencionales de observación caso con los pulmones de acero (pulmotor) creando
basados en la exploración física y medición manual una forma de asistencia ventilatoria para los en-
de signos vitales en la cama del paciente fueron sus- fermos. La introducción de la ventilación mecánica
tituidos por técnicas electrónicas de monitorización manual para pacientes no quirúrgicos fue el par-
cuantitativa y cualitativa. teaguas de la ventilación mecánica fuera de la sala
Estos métodos de monitoreo y medición se de operaciones. Bjørn Ibsen en Dinamarca utilizó
volvieron no sólo prácticas aceptables, sino que métodos manuales de ventilación con presión posi-
rápidamente fueron implementados por los hospita- tiva reclutando pacientes que utilizaban bolsa mas-
les en sitios designados como unidades de cuidados carilla para la ventilación.
intensivos o en algunos países de Europa como uni- Los tubos de traqueotomía eran adheridos a una
dades de terapia intensiva.2 bolsa de plástico que proveía aire u oxígeno cuando
En muchos centros, las unidades especializadas se comprimía manualmente. En nuestra opinión, es-
se establecieron más tarde como unidades aún más tos esfuerzos que precedieron el uso de ventilación
especializadas (cardiacas, respiratorias, quirúrgi- mecánica con presión positiva son erróneamente
cas, neurológicas y posteriormente en pediátricas y citados por algunos historiadores como el inicio de la
neonatales). En algunos hospitales, la medicina del medicina crítica.6,7
cuidado crítico rápidamente se volvió una disciplina Aunque la ventilación manual como los tanques
nueva de interés hospitalario y al cabo de unos años de presión negativa se utilizaron fuera de la sala

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se convirtió en una subespecialidad reconocida y en
una necesidad en el manejo intrahospitalario.
de operaciones, su uso no se aplicó en el manejo de
pacientes críticamente enfermos.
Existe un debate en torno al inicio de la medicina Sólo después de la emergencia de ventilación
crítica en cuanto a definiciones de sitio, evolución de mecánica empezó a utilizarse de manera significati-
monitores automatizados y tecnología de soporte vi- va para insuficiencia respiratoria aguda a finales de
tal. En 1850, durante la Guerra de Crimea, fue el si- 1950 con el establecimiento de las unidades de tera-
tio donde se originaron los pioneros y la contribución pia intensiva.
a la medicina crítica gracias a Florence Nightingale, Métodos hemodinámicos, respiratorios y de otras
quien es admirada y es un símbolo para la enfer- variables de monitoreo se introdujeron en aspectos
mería profesional. Nightingale concentró a los sol- de ventilación, circulación y metabolismo como res-
dados gravemente heridos en una sola área que fue puesta a las intervenciones que los desencadenaron.
Rodríguez TB y col. Historia de la medicina crítica
158 An Med (Mex) 2015; 60 (2): 156-159

La capacitación de enfermeras especializadas se una Unidad de Cuidados Intensivos con 28 camas.


inició a mediados del siglo XX, aumentando las ha- A la par de la inauguración del Hospital de la Cruz
bilidades de los profesionales que fueron preparados Roja Polanco en 1968 se creó una unidad de atención
para implementar soporte vital posterior a la intro- Este documento
para enfermos es elaborado por Medigraphic
postquirúrgicos de 10 camillas y para
ducción de nuevos monitores, el uso de las medi- 1979 se creó una Unidad de Terapia Intensiva con
ciones y la alta tecnología. un diseño modernista. En el Centro Hospitalario 20
Por el año de 1958, nuestra visión del resultado de Noviembre nació la primera Unidad de Cuidados
de los nuevos métodos para monitorear en el campo Intensivos en el año de 1964, su primer jefe fue el Dr.
de terapia intensiva pasó a ser de una locación a un Luis Martin Abreu y en 1965 se nombró al Dr. Víctor
servicio clínico definido y posteriormente, a una es- Pureco Reyes.
pecialidad clínica. A nivel privado, en el Hospital Español el inicio de
Asimismo, se creó el concepto de «guardia de cho- la terapia intensiva fue marcado por dos personajes,
que» un prototipo en la Unidad de Terapia Intensiva el Dr. Enrique Paras Chavero y su grupo de cardiólo-
de la Universidad de California en la que el Dr. Weil gos y por la otra parte, el Dr. Alberto VIllazón Sa-
y el Dr. Shubin pusieron énfasis en la falla circulato- hagún y su grupo que conjuntaron esfuerzos para el
ria y choque cardiogénico. Por una década el servicio desarrollo de la primera unidad coronaria y la prime-
se convirtió en multidisciplinario y terapia intensiva ra unidad de choque; cabe mencionar que hubo un
postquirúrgica. grupo de entusiastas médicos que habiendo adquiri-
El equipo de Los Ángeles resaltó la falla miocár- do la enseñanza de la medicina crítica inmigraron a
dica, sepsis y sobredosis de medicamentos mediante distintas plazas para formar las bases de la medici-
intervenciones basadas en tiempo real, déficit de vo- na crítica actual en México. El Dr. Alfredo Sierra
lumen, infección no controlada y falla ventilatoria. Unzueta a partir de 1973 fue el responsable de Me-
En 1960, el Dr. Weil y el Dr. Safar combinaron los dicina Crítica en el Hospital Español, el Dr. Daniel
conceptos con la cirugía de trauma con el Dr. William Hernández López y el Dr. Manuel de la Llata crearon
Shoemaker de donde surgió el concepto de pacientes la Unidad de Medicina Crítica en el Centro Médico
en estado crítico. «La Raza» IMSS, el Dr. Rafael Álvarez Cordero inició
Más tarde, en 1967 Safar, Shoemaker y Weil se re- en 1970 la unidad del Hospital General del Centro
unieron y conjuntamente con el grupo de Los Ánge- Médico IMSS, el Dr. José Luis Bravo Llamosa in-
les se creó la Sociedad de Medicina Crítica. Esto en auguró la Unidad Quirúrgica del Instituto Nacion-
acuerdo con 28 líderes de diversas especialidades que al de las Ciencias Médicas y la Nutrición «Salvador
representaban medicina interna, cardiología, cirugía, Zubirán». El Dr. Jesús Martínez Sánchez junto con
anestesiología y pediatría. el Dr. Mario Shapiro inauguraron en 1971 el De-
Actualmente, dicha sociedad cuenta con miembros partamento de Medicina Crítica del Centro Médico
de más de 80 países incluyendo médicos, enfermeras ABC, el Dr. Edmundo León en 1972 abrió la unidad
especialistas, farmacólogos, especialistas en terapia del Hospital Regional «Adolfo López Mateos» del
respiratoria y profesionales asociados. El liderazgo ISSSTE, en 1973 se adecuó un área de recuperación
académico en medicina crítica se estableció cuando la en el Hospital de Urgencias de Balbuena del D.F. El
Sociedad de Medicina Crítica publicó su revista titu- Dr. Ignacio Morales Camporredondo en 1974 inició
lada Critical Care Medicine en el año de 1973 bajo la la unidad del Hospital Colonia de los Ferrocarriles
dirección editorial del Dr. William Shoemaker.8 Nacionales de México, el Dr. Jesús Benítez de la Gar-
A nivel nacional el nacimiento de la medicina críti- za junto con el Dr. Sergio Rangel Carrillo crearon la

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ca tiene sus orígenes en la creación de una unidad de
atención postquirúrgica en el Instituto Nacional de
Unidad de Cuidados Intensivos Ginecológicos en el
IMSS clínica No. 1.
Cardiología por parte del Dr. Clemente Robles, ciru- El Departamento de Medicina Crítica del Centro
jano cardiovascular; asimismo, organizó un área para Médico ABC lleva el nombre de quien impulsó la me-
enfermos graves de medicina interna en el Hospital dicina crítica moderna en el mismo hospital y a nivel
General de México. El Dr. Daniel Hernández López nacional, el Dr. Mario Shapiro, que junto con el Dr.
creó en 1968 una unidad para enfermos graves en el Jesús Martínez Sánchez, fueron pilares de una es-
IMSS que consistió en 8 camas con sistema de moni- cuela con reconocimiento nacional en la formación de
toreo de cabecera, desfibriladores, electrocardiógrafo especialistas en medicina crítica al ser los titulares
y ventiladores mecánicos. No fue hasta 1970 cuan- del curso universitario de medicina del enfermo en
do las autoridades del IMSS reconocieron y crearon estado crítico por parte de la UNAM. Ocuparon pues-
Rodríguez TB y col. Historia de la medicina crítica

An Med (Mex) 2015; 60 (2): 156-159


159

tos como presidentes de la Asociación Mexicana de tinado al cuidado crítico de los pacientes. Otro punto
Medicina Crítica y Terapia Intensiva, así como en el relevante es la educación continua a fin de mantener
Consejo de Medicina Crítica, labor académica que se el estándar académico y de atención acorde a los re-
vio enriquecida con la llegada del Dr. José Elizalde querimientos nacionales e internacionales.
González, intensivista y neumólogo de formación El porcentaje de pacientes que logra sobrevivir
universitaria, experto en ventilación mecánica. Ac- gracias a estas unidades y a su personal es de 97%
tualmente el sector de Medicina Crítica del Centro en general.
Médico ABC goza de gran prestigio en el desempeño
de sus actividades en la formación de recursos hu-
manos con aproximadamente 165 egresados para BIBLIOGRAFÍA
bien de la medicina crítica mexicana;9 y múltiples
enfermeras. 1. Gullo A, Besso J, Lumb PD, Williams GF. History of critical
care medicine: intensive and critical care medicine. Italia:
© Springer-Verlag; 2009. Available in: http://link.springer.
DISCUSIÓN com/content/pdf/10.1007/978-88-470-1436-7_1.pd Consultada
19/03/15
A través de la historia la medicina ha evolucionado de 2. Intensive care to critical care medicine a historical perspec-
tive. Rancho Mirage, California: Weil Institute of Critical
acuerdo con los requerimientos de salud y la necesi-
Care Medicine; 2009. Available in: http://www.research-
dad de nuevas tecnologías para guiar el tratamiento. gate.net/profile/Paul_Barach/publication/226697419_De-
De esta manera, la medicina del enfermo en es- signing_Safe_Intensive_Care_Units_of_the_Future/
tado crítico ha desarrollado nuevos dispositivos de links/0912f50b491b024f66000000.pdf Consultada 19 /03/15
3. Weil MH, Tang W. From intensive care to critical care medi-
monitoreo continuo para la adaptación y sustitución
cine: a historical perspective. Am J Respir Crit Care Med.
de sistemas vitales avanzados. 2011; 183 (11): 1451-1453.
Hasta el día de hoy siguen evolucionando los 4. Long-Don M. The founding philosophy of neurosurgery. In:
nuevos sistemas de ventilación mecánica invasiva y Nedham JB, editor. Philosophy of neurological surgery. Park
Ridge, Illinois: Ed. American Association of Neurological Sur-
sus modalidades, la terapia de sustitución renal y el
geons; 1995. pp. 1-11.
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el soporte de los pacientes. medicine. In: Carlson RW, Geheb MA, editors. Principles
and practice of medical intensive care. Philadelphia, PA: WB
Sanders; 1993. pp. 1-7.
CONCLUSIÓN
6. Puri N, Puri V, Dellinger RP. History and technology in the
intensive care unit. Crit Care Clin. 2009; 25 (1): 185-200.
Es evidente que en nuestro país la medicina crítica 7. Kofke WA. An interview with Peter Safar. AUA (Association of
ha tenido un avance extraordinario en los últimos 20 University Anesthesiologists) Update, Winter; 2002. pp. 2-5.
8. Ristagno G. History of critical care medicine: the past, the
años, proporcionando asistencia vital de la más alta
present and the future. Italia: ©Springer-Verlag; 2009.
calidad, la cual puede ser comparada con la medicina Available in: http://link.springer.com/chapter/10.1007%25
europea e incluso norteamericana. 2F978-88-470-1436-7_1 Consultada 21/03/15.
En la actualidad, los hospitales de segundo y tercer 9. Sierra-Unzueta A, Martínez ZR, Cerón DU. Historia de la me-
dicina crítica en México. Una respuesta a exigencias impres-
nivel deben de contar con áreas destinadas al cuida-
cindibles. En: Sierra-Unzueta A, editor. Tres historias con-
do del paciente en estado crítico, se considera que un temporáneas, lo que me tocó vivir. Estado de México: P.M S.A.;
mínimo de 10% del total de sus camas debe ser des- 2014. pp. 1-31.

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Acta Colomb Cuid Intensivo. 2017;xxx(xx):xxx---xxx

Acta Colombiana de
Cuidado Intensivo
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REVISIÓN

Historia y evolución de la medicina crítica:


de los cuidados intensivos a la terapia
intensiva y cuidados críticos
Marcelo Ochoa Parra a,b

a
Unidad de Cuidados Intensivos adultos, Hospital Universitario del Río, Cuenca, Ecuador
b
Facultad de Medicina, Universidad del Azuay, Cuenca, Ecuador

Recibido el 10 de abril de 2017; aceptado el 8 de agosto de 2017

PALABRAS CLAVE Resumen La medicina crítica es una especialidad de apoyo a otras especialidades, clínicas
Historia; o quirúrgicas. Se encarga del estudio de pacientes en estado crítico, o en riesgo de desarro-
Evolución; llarlo, mediante la asistencia clínica a través de una serie de procesos que deben realizarse en
Cuidados intensivos; áreas autónomas del hospital, generalmente denominadas unidades de cuidado intensivo. En
Terapia intensiva; la presente revisión se realizó una búsqueda sistemática sobre artículos publicados en inglés y
Cuidados críticos; español, sin fecha límite, dentro de las bases de datos de PubMed, Medline, Latindex y Goo-
Medicina crítica gle Scholar y aquellos que incluían las palabras claves «intensive care units», «intensive care
units/history», «history of critical care medicine» y estudios relacionados. Luego se consulta-
ron temas puntuales de acuerdo con las referencias bibliográficas presentadas en los ensayos
analizados. Este trabajo permitió construir una descripción narrativa de la historia mundial de
la medicina crítica frente a la necesidad de aislar a los pacientes más graves, lo que se conoce
como cuidados intensivos y cuyos antecedentes datan de la década de 1850. Esta necesidad
resurgió en 1920 con la utilización de salas exclusivas para el manejo postoperatorio. La tera-
pia intensiva emergió en la década de 1940 con la creación de dispositivos y procesos específicos
de soporte fisiológico. Finalmente, la era moderna y contemporánea se caracteriza por los cui-
dados críticos, considerando la complejidad de los pacientes y los procedimientos desarrollados,
así como los exámenes complementarios y el equipo multidisciplinario de asistencia.
Por último, dada la disparidad en la prestación de cuidados críticos alrededor del mundo, se
describen perspectivas históricas, características de atención y resultados clínicos de algunas
zonas distribuidas en áreas geográficas como Estados Unidos, Europa, Australia y Nueva Zelanda,
América Latina y el Caribe, Asia y países menos desarrollados.
© 2017 Asociación Colombiana de Medicina Crı́tica y Cuidado lntensivo. Publicado por Elsevier
España, S.L.U. Todos los derechos reservados.

Correo electrónico: mochoa@uazuay.edu.ec

http://dx.doi.org/10.1016/j.acci.2017.08.006
0122-7262/© 2017 Asociación Colombiana de Medicina Crı́tica y Cuidado lntensivo. Publicado por Elsevier España, S.L.U. Todos los derechos
reservados.

Cómo citar este artículo: Ochoa Parra M. Historia y evolución de la medicina crítica: de los cuidados intensivos a la terapia
intensiva y cuidados críticos. Acta Colomb Cuid Intensivo. 2017. http://dx.doi.org/10.1016/j.acci.2017.08.006
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2 M. Ochoa Parra

KEYWORDS History and evolution of critical care medicine: From intensive care to intensive
History; therapy and critical care
Evolution;
Abstract Critical care medicine is a specialty that supports other specialties, both clinical and
Intensive care;
surgical. It is responsible for the study of patients in critical condition, or at risk of developing
Intensive therapy;
one, through the clinical assistance with the use of several processes that must be performed
Critical care;
in separate areas of the hospital, often referred to as intensive care units. In the present
Critical care
review, a systematic search was carried out on articles published in English and Spanish, with
medicine
no date limit, in PubMed, Medline, Latindex, and Google Scholar databases, and for articles
that included the keywords ‘‘intensive care units’’, ‘‘intensive care units/history’’, ‘‘history
of critical care medicine’’, and related studies. Specific topics were then consulted according
to the bibliographic references presented in the analysed studies. This study allowed us to
construct a narrative description of the world history of critical care medicine, in its need to
isolate the most serious patients, which is known as intensive care, and whose antecedents
date back to the 1850s. This need resurfaced in 1920 with the use of exclusive rooms for post-
operative management. Intensive therapy emerged in the 1940s with the creation of specific
devices and processes of physiological support. Finally, the modern and contemporary era,
which is characterised by critical care, the complexity of patients and procedures developed,
as well as complementary examinations and multidisciplinary care teams.
Lastly, given the disparity in the delivery of critical care worldwide, historical perspectives,
care characteristics, and clinical outcomes are described in several zones distributed by geo-
graphic areas such as the United States of America, Europe, Australia and New Zealand, Latin
America and the Caribbean, Asia, and less developed countries.
© 2017 Asociación Colombiana de Medicina Crı́tica y Cuidado lntensivo. Published by Elsevier
España, S.L.U. All rights reserved.

Introducción (fig. 1) la creación de la primera unidad de cuidados inten-


sivos (UCI) durante la guerra de Crimea (1854-1856), al
La medicina crítica se ha especializado en el cuidado y establecer un área hospitalaria separada y próxima a la
manejo de pacientes en estado crítico o en riesgo de des- estación de enfermería que atendiese a los soldados más
arrollarlo, atención que no puede proveerse en las salas lesionados o con intervenciones quirúrgicas1 . Su labor fue
regulares del hospital. Históricamente, el cuidado inten- ampliamente reconocida, y se la conocía con el sobrenombre
sivo nace en la década de 1850 ante la necesidad de tener de «la dama de la lámpara» por las solitarias rondas noctur-
salas especiales para la atención médica en situaciones nas que hacía valiéndose de una pequeña lámpara; además,
de guerra; luego, en la década de 1920 resurge ante la se la considera la precursora de la enfermería profesional
urgencia de contar con salas exclusivas para el cuidado pos- moderna por ser la creadora del primer modelo concep-
toperatorio. La terapia intensiva, a su vez, emerge en la tual de esta profesión y por su labor como reformadora,
década de 1940, cuando se aplican dispositivos y proce- estadista, administradora e investigadora2 .
dimientos específicos en pacientes con disfunción única, En 1922 Walter Dandy (fig. 2) inició su carrera como
como ventilación mecánica, hemodiálisis y desfibriladores médico cirujano del Hospital Johns Hopkins en Estados Uni-
eléctricos. Finalmente, los cuidados críticos corresponden dos, y en el año 1923 abrió una UCI con tres camas para el
a la etapa contemporánea e incluyen el monitoreo multi- cuidado postoperatorio de sus pacientes neuroquirúrgicos.
parámetro automatizado para el manejo de pacientes con Para 1940 había conformado un equipo sólido conformado,
deterioro multiorgánico, exámenes complementarios, dis- además de él, por su residente personal, un residente asis-
positivos para el sostén básico y avanzado a la cabecera del tencial, un residente cirujano general, una enfermera jefa a
enfermo y un equipo clínico multidisciplinario. La medicina tiempo completo y una enfermera asistente, una enfermera
crítica como disciplina se refiere a la ciencia del monitoreo circulante, una enfermera anestesista a tiempo completo,
y manejo del paciente crítico. una enfermera anestesista a tiempo parcial, una coordi-
nadora general a tiempo completo y una secretaria; un
conjunto médico conocido posteriormente como «Dandy’s
Historia y evolución Brain Team»3 .
En 1930, en el Hospital Quirúrgico de Tübingen, en Ale-
El verdadero origen de la medicina crítica es difícil de esta- mania, se diseñó y construyó una sala combinada de cuidado
blecer, aunque la necesidad de separar a los enfermos graves postoperatorio y cuidado intensivo; su director, Martin Kirs-
de manera temprana y oportuna ya se evidenciaba en la chner (1879-1942), cirujano polaco-germano, consideraba
guerra de Napoleón Bonaparte en Egipto (1799). Tradicio- que era necesario establecer un departamento indepen-
nalmente se atribuye a la enfermera Florence Nightingale diente para el manejo exclusivo de enfermos en estado

Cómo citar este artículo: Ochoa Parra M. Historia y evolución de la medicina crítica: de los cuidados intensivos a la terapia
intensiva y cuidados críticos. Acta Colomb Cuid Intensivo. 2017. http://dx.doi.org/10.1016/j.acci.2017.08.006
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Medicina crítica: de los cuidados intensivos a la terapia intensiva y cuidados críticos 3

crítico y de pacientes durante el periodo postoperatorio,


esto con la finalidad de aplicar los conocimientos y técnicas
que se estaban desarrollando dentro del campo de la cirugía
de trauma y emergencia4 .
Irónicamente, avances significativos en la práctica
médica intensiva han tenido que ver con el cuidado de
pacientes seriamente lesionados durante la Primera Guerra
Mundial (1914-1918), cuando se establecieron claramente
las bondades de la reanimación con cristaloides y coloi-
des; luego, durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945),
tuvieron avances significativos las técnicas de transfusión
sanguínea y reanimación. Los conflictos posteriores, como
las guerras de Corea y Vietnam, la Guerra Fría, las guerras
del Golfo, de las Islas Malvinas y de los Balcanes, impulsa-
ron la mejoría en los tiempos de evacuación, en la cadena
de sobrevida, desde el campo de batalla hasta los hospitales
base. Ello se ha visto favorecido con el uso de la ventilación
mecánica moderna y, luego, con la prestación de cuidados
intensivos de nivel iii a los pacientes en los hospitales base,
antes de ser trasladados a los centros hospitalarios de las
grandes capitales5 .
En tal caso, desde aquella época no se habían reportado
esfuerzos similares e importantes que incluyesen el cuidado
intensivo hasta la epidemia mundial de poliomielitis (1948-
1952), cuando se da cuenta de la utilización de ventilación
mecánica mediante el «pulmón de acero» para tratar la insu-
Figura 1 Florence Nightingale (1820-1910), precursora de los ficiencia respiratoria aguda de los pacientes con polio, como
cuidados intensivos. consecuencia de la invasión bulbar del virus. En Dinamarca,
Cortesía de The University of Texas Libraries, The University of durante dicha epidemia, los pacientes eran trasladados al
Texas at Austin. Hospital Universitario en Copenhague, las escuelas médi-
cas cerraron y los estudiantes ventilaban manualmente a
los pacientes6 .
La primera UCI en el mundo, tal como se la concibe hoy,
fue creada en 1953 por Björn Ibsen (fig. 3), un proceso que
se desarrolló durante y después de la epidemia de polio-
mielitis en el Reino Unido y Dinamarca7 . Björn Ibsen fue un
anestesiólogo danés, considerado «el padre de la terapia
intensiva», y su UCI se ubicaba en el Hospital Comunita-
rio de Copenhague. Los detalles del primer paciente y las
características del trabajo de la UCI han sido ampliamente
presentados; el número de pacientes se incrementó de uno
en 1953 a 13 en 1954, 34 en 1955, 91 en 1956 y 120 en 1957.
El primer artículo científico sobre terapia intensiva apare-
ció en la revista médica Nordisk Medicin [Medicina Noruega]
el 18 de septiembre de 1958 con el título de The work in
an Anaesthesiologic Observation Unit, y sus autores fueron,
precisamente, Björn Ibsen y la anestesióloga danesa Tone
Dahl Kvittingen8 .
En 1958 se abrió una unidad respiratoria en el Hospital
Churchill de la Universidad de Oxford, Reino Unido; en ese
mismo año una UCI multidisciplinaria en el Hospital Universi-
tario de Baltimore, en Estados Unidos; una UCI respiratoria
en el Hospital General de Toronto, Canadá, y en 1961, en
el Hospital General de Massachusetts, Estados Unidos6,9 . El
equipo de los ángeles estaba dirigido por los cardiólogos Max
Harry Weil y Herbert Shubin y el cirujano Leonard Rosoff,
mientras que la UCI de Baltimore la dirigía el eminente
anestesiólogo, docente e investigador Peter Safar10 .
Figura 2 Walter Dandy (1886-1946), pionero en los cuida- Durante las décadas 1960 y 1970, la mayoría de hospitales
dos posquirúrgicos neurológicos, considerado el «padre de la grandes disponían de UCI polivalentes; conforme la medicina
neurocirugía». intensiva se desarrollaba, la separación y la especialización
se volvieron frecuentes, destacando principalmente las UCI

Cómo citar este artículo: Ochoa Parra M. Historia y evolución de la medicina crítica: de los cuidados intensivos a la terapia
intensiva y cuidados críticos. Acta Colomb Cuid Intensivo. 2017. http://dx.doi.org/10.1016/j.acci.2017.08.006
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4 M. Ochoa Parra

postanestésica que, paulatinamente, se transformaron en


salas más complejas, es decir, en las UCIq.
Por su parte, las unidades de cuidados coronarios (UCC)
se iniciaron en 1962, casi simultáneamente en Norteamérica
y Europa, luego de la implementación exitosa de la desfibri-
lación eléctrica y monitoreo electrocardiográfico continuo,
con la esperanza de reducir la mortalidad de los pacientes
con infarto de miocardio y reconociendo la importancia de
detectar tempranamente y tratar rápidamente las arritmias
asociadas16-18 . Al inicio, en efecto, se reportaron reduccio-
nes en los índices de mortalidad; no obstante, con el paso
del tiempo algunos científicos han criticado la validez cientí-
fica de estos resultados basándose en varios factores, como
el envejecimiento de la población, la prevalencia de otras
enfermedades cardiovasculares y no cardiovasculares, así
como los procedimientos que se utilizan hoy en día19 .
El surgimiento de las unidades de cuidados neurológi-
cos (UCIn) es difícil de precisar; históricamente se atribuye
a Walter Dandy la apertura, en 1932, de la primera UCI
quirúrgica neurológica en el Hospital Johns Hopkins, Balti-
more, Estados Unidos, como se ha expuesto previamente;
no obstante, esta unidad asistía exclusivamente a pacientes
neuroquirúrgicos. Una descripción detallada de lo que sería
la primera UCI neurológica corresponde a la Batten Respira-
tory Unit en el Institute of Neurology and National Hospital
for Nervous Diseases, abierta en 1954 en Londres para el tra-
tamiento, principalmente, de pacientes con enfermedades
Figura 3 Björn Ibsen (1915-2007), considerado el «padre de clínicas del sistema nervioso central y que requerían venti-
la terapia intensiva». lación mecánica20 . En Estados Unidos, una de las primeras
Reproducido con permiso de John Wiley and Sons Publisher. UCI dirigidas a la asistencia de pacientes neurológicos y neu-
roquirúrgicos se abrió en el verano de 1958 en el Saint Marys
Hospital de la reconocida Clínica Mayo.
Paralelamente, con el surgimiento de los cuidados inten-
médicas, dirigidas sobre todo a la terapia respiratoria con sivos para adultos emergieron y evolucionaron también los
ventilación mecánica; las UCI quirúrgicas, para el manejo cuidados críticos pediátricos para una población diversa de
postoperatorio, y las UCI coronarias, dirigidas a los pacien- pacientes y escenarios clínicos y quirúrgicos; una excelente
tes con infarto agudo de miocardio; todo ello dependiendo revisión detallada ha sido escrita por Carley Riley et al.21 .
de las necesidades de cada hospital antes que de un plan
gubernamental. A Max Harry Weil se le considera el padre
de la medicina intensiva moderna; él fue quien estableció
una «sala de choque» con 4 camas en el Centro Médico La medicina crítica en Estados Unidos de
de la Universidad de California del Sur, en Los Ángeles, a Norteamérica
inicios de los años 196011 ; fue quien propuso, además, el
término «cuidado crítico» para referirse al proceso de aten- La primera UCI de Estados Unidos nació en 1954, en un
ción, y «críticamente enfermo» para designar al paciente pequeño hospital comunitario en Chestnut Hill, Pensilva-
que necesita ese tipo de cuidado12 . nia. Consistía en una sala con 6 camas, con atención de
Las unidades de cuidados intensivos quirúrgicos (UCIq) enfermería las 24 h, en especial para pacientes posquirúr-
tienen un origen común con las UCI generales gracias gicos que salían de la sala de recuperación22 . Sin embargo,
al esfuerzo de cirujanos reconocidos como Walter Dandy pronto surgieron nuevas y modernas UCI mentalizadas por
y Viking Björk y de anestesiólogos como Björn Ibsen y el grupo de Max Weil en Los Ángeles y Peter Safar en Pitts-
Peter Safar. Su evolución como unidades independientes burg, con lo que se iniciaría la era de los cuidados críticos.
del cuidado de trauma fue notoria durante la Segunda A Peter Safar (1924-2003) se atribuye haber establecido en
Guerra Mundial con la creación de salas de choque para 1958 la primera UCI multidisciplinaria de Norteamérica, en
los combatientes lesionados; tales unidades disminuyeron el Baltimore City Hospital, hoy Johns Hopkins Bayview Medi-
la morbilidad y la mortalidad, lo que condujo a la prolife- cal Center, con personal de enfermería y médicos las 24 h del
ración de unidades postoperatorias en los primeros años de día y 7 días de la semana, terapistas respiratorios, bioinge-
la década de 1960, en las que continuaban inmersos aneste- nieros, técnicos y administradores, así como profesionales
siólogos y cirujanos13,14 . En Estados Unidos se abrieron salas con entrenamiento en medicina crítica14,23 (fig. 4).
de recuperación postanestésica en la Mayo Clinic y el Strong Para 1991, los hospitales con menos de 100 camas, por
Memorial Hospital en 1942, en el New York Hospital en 1944, lo general, tenían una UCI multidisciplinaria polivalente,
en la Ochsner Clinic en 1947 y en el Millard Fillmore Hospi- mientras que en los hospitales con más de 300 camas pre-
tal en Buffalo, New York15 ; fueron unidades de recuperación dominaban las UCI especializadas; la tasa de ocupación era

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Medicina crítica: de los cuidados intensivos a la terapia intensiva y cuidados críticos 5

La terapia Intensiva en Europa

La medicina crítica en Europa se ha desarrollado bajo estruc-


turas, recursos y modelos docentes y asistenciales vigentes
en cada país, desde la anestesiología, como en Alemania,
Escandinavia y Rusia, o desde la medicina interna, cirugía,
pediatría o algunas de sus especialidades, como en Fran-
cia, Países Bajos, Bélgica, Grecia y Suiza29 . No hay duda de
que el éxito alcanzado con el control del fracaso respirato-
rio mediante la ventilación mecánica en los años cincuenta
elevó el nivel de desarrollo de la UCI en Europa desde los
inicios de los años sesenta, paralelamente con el desarrollo
de la reanimación cardiaca; de ahí que, incluso, el nombre
de la especialidad se reconocía como reanimación, sobre
todo en el sur de Europa (Francia, Italia y España), mien-
tras que en las regiones septentrionales se hizo énfasis en
la parte asistencial respiratoria y se la denominó cuidado
intensivo25 .
Por otro lado, la prestación de cuidados críticos varía
drásticamente entre los países europeos occidentales y con
respecto a Norteamérica (tabla 1), con amplias diferen-
cias en el número de camas, en el volumen de admisiones,
en el proceso de cuidado, en la casuística, en las prácti-
cas de descargo e, incluso, en la definición de hospitales
para agudos y camas de cuidados intensivos. Mientras unos
países se enfocan en mantener una adecuada relación enfer-
mera:paciente, otros se enfocan en la regionalización de
Figura 4 Peter Safar (1924-2003), considerado el padre de la los servicios o en la optimización del soporte orgánico30 .
reanimación cardiopulmonar moderna e iniciador de la medicina Con respecto al volumen de admisiones, en el Reino Unido,
intensiva concebida como un equipo multidisciplinario. debido a la menor disponibilidad de camas para cuidados
Reproducido con permiso de Wolters Kluwer Health. intensivos, el número de pacientes que se admiten desde el
departamento de emergencia es menor que en Estados Uni-
dos, la media de pacientes tiene mayor severidad, un tiempo
de estancia hospitalaria mayor antes del ingreso en la UCI,
todo lo cual podría llevar a confusión en la interpretación
de la mortalidad entre estos dos países31 .
del 84% de la capacidad total, y crecía de acuerdo con el La medicina crítica en Francia tiene sus inicios en 1954
número de camas hospitalarias de cada hospital24 . y se ha desarrollado en todos los hospitales universitarios
Aunque los anestesiólogos han tenido un importante lide- como unidades especiales, también denominadas «de rea-
razgo en el desarrollo inicial de la medicina crítica alrededor nimación médica». Pioneros en este campo fueron Maurice
del mundo, hoy en día son minoría en Estados Unidos, tanto Goulon, Bernard Damoiseau, Jean-Jacques Pocidalo, Mau-
en número como en influencia política con respecto a los rice Rapin y Jacques Lissac32 .
intensivistas de cirugía y medicina pulmonar25 . De igual
manera, la prestación de cuidados críticos ha tenido cam-
bios importantes en los últimos años: del año 2000 al 2010 España
los hospitales con camas para cuidados intensivos disminuye- En España, el término «medicina intensiva» se utiliza indis-
ron, aunque el porcentaje de camas para cuidados intensivos tintamente para describir tanto la práctica de cuidados
aumentó26 . La tasa de mortalidad hospitalaria ha decre- críticos como la especialidad y la disciplina de medicina
cido sustancialmente; así pues, desde 1988 hasta 2012 se crítica. Precedentes de la terapia intensiva han sido las
había detectado una disminución de la mortalidad hospi- unidades de cuidado postoperatorio, y particularmente las
talaria, pese al incremento de la edad de los pacientes y unidades postoperatorias de cirugía cardiaca; sin embargo,
a la severidad de las enfermedades27 . Todos los hospita- la medicina intensiva como disciplina se ha generado desde
les para pacientes agudos tienen, al menos, una UCI, y en distintas especialidades, principalmente medicina interna,
total diariamente atienden un promedio de 55.000 pacientes anestesiología y cardiología. La primera UCI en España se
críticos28 . inició en 1966, en la Clínica de la Concepción de Madrid y
En 1970, médicos de diferentes especialidades se reu- gracias a la iniciativa del profesor Don Carlos Jiménez Díaz.
nieron en Los Ángeles, California, y formaron la Sociedad de Se conoce que su gestación se dio por la triste casualidad
Medicina de Cuidados Críticos (SCCM), que en la actualidad de que un año antes el propio médico Carlos Jiménez tuvo
agrupa a más de 16.000 miembros de más de 100 países. un accidente de tránsito en el que sufrió un politrauma-
La revista oficial de la sociedad, denominada Critical Care tismo severo que obligó a internarlo en su propia clínica,
Medicine, salió a la luz en 1973 y se ha convertido en una de donde se improvisó una suite con guardias continuas de sus
las revistas de mayor impacto en el mundo (www.scmm.org). sobrinos y otros médicos por algunas semanas. Luego de esta

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6 M. Ochoa Parra

Tabla 1 Servicios de cuidados críticos de adultos en 8 países desarrollados


Total de UCI Total de camas Camas UCI Camas UCI Adultos Admisiones a las Admisiones a las
adultos UCI adultos Adultos/100.000 como % de todas las UCI/año UCI/año/100.000
habitantes camas de hospitales habitantes
de agudos
EE. UU. 5.980 59.162 20 9 5.700.000 1.923
Francia 550 5.707 9,3 2,5 260.000 426
Reino Unido 268 2.131 3,5 1,2 130.000 216
Canadá 319 3.388 13,5 3,4 97.813 389
Bélgica 135 2.304 21,9 4,4 110.475 1.051
Alemania ND 20.259 24,6 4,1 1.941.347 2.353
Países Bajos 115 1.367 8,4 2,8 76.000 466
España 258 3.628 8,2 2,5 ND ND
ND: no disponible; UCI: unidad de cuidados intensivos.
Modificado de Wunsch et al.30 .

experiencia se montó, en la tercera planta, junto a los qui- primeros estatutos y eligieron el primer comité ejecutivo,
rófanos, lo que sería la primera UCI española, inaugurada el cuyos principales puntos clave fueron definir los objetivos,
13 de febrero de 1966. Pronto emergieron nuevas UCI tanto el interés central, la estructura organizacional, una base
en Madrid como en Barcelona, y progresivamente en otras científica, la creación de un diploma europeo y la apertura
regiones del país33 . para intensivistas interesados de todos los continentes. Los
El modelo de atención español, desde su inicio, ha sido primeros tres presidentes de la sociedad fueron Peter M.
polivalente, con médicos intensivistas a cargo de la mayoría Suter, Maurice Lam y Luciano Gattinoni36 . La revista oficial
de situaciones críticas durante las 24 h del día; este modelo de la sociedad, Intensive Care Medicine, hizo su aparición
ha permitido que intensivistas de los hospitales de segundo en marzo de 1975 como European Journal of Intensive Care
nivel asuman responsabilidades directas en procedimientos Medicine, convirtiéndose en una de las revistas más presti-
cardiológicos o el transporte secundario en pacientes de alto giosas de la especialidad (www.escicm.org).
riesgo. Los servicios de medicina intensiva en la actualidad
están prácticamente en todos los hospitales y centros pri-
vados de España, generales o comunitarios, universitarios
o no. Las características de asistencia del modelo español Australia y Nueva Zelanda
fueron en su tiempo innovadoras y pioneras en el mundo
y consistían en una formación profesional a través de una Australia y Nueva Zelandia comparten sistemas de atención
residencia de 5 años, servicios de medicina intensiva cen- de salud similares que, a su vez, derivan de su pasado colo-
tralizados, independientes y con médicos intensivistas con nial británico. Las primeras UCI se iniciaron en las salas de
capacidad de decisión asistencial autónoma33 . recuperación postoperatoria y salas comunes, pero luego se
En un estudio del año 2009 se analizaron 4.132 pacien- desarrollaron fuera de estos servicios y lejos de las salas de
tes, con una edad media de 61,5 años. Se determinó que enfermedades infecciosas. La primera UCI respiratoria en
el 51% provienen de emergencia y que el 22% correspon- Nueva Zelanda se creó en diciembre de 1957 en el hoy deno-
den a pacientes quirúrgicos y de trauma34 . En el año 2013 minado Auckland City Hospital. La primera UCI respiratoria
se reportó que el número de camas destinadas al cuidado en Australia se creó en 1961 en el Prince Henry Hospital, en
de pacientes críticos era de aproximadamente 4.700, exclu- Sydney y, a su vez, la primera UCI general fue abierta en ese
yendo las camas de neonatología, pediatría y unidades de mismo año en el St. Vincent’s Hospital en Melbourne37 . Entre
ictus, con un porcentaje de ocupación del 79,5%. La mayo- los años 2002 y 2003 se identificaron 167 UCI en Australia,
ría de las camas eran de instituciones públicas, con una con 1.859 camas disponibles, que corresponden al 2,8% de
mortalidad del 11%35 . las camas hospitalarias. En Nueva Zelandia se identificaron
En 1974 nace la Sociedad Española de Medicina Intensiva y 27 UCI, con 214 camas disponibles, lo que significa cerca del
Unidades Coronarias, que posteriormente se llamó Sociedad 1,7% de las camas hospitalarias. La mortalidad hospitalaria
Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Corona- fue del 14,5%38 .
rias (SEMICYUC); la actividad científica fundamental ha sido En 1975 se fundó la Sociedad de Cuidado Intensivo de
la organización de congresos nacionales de la especialidad, Australia y Nueva Zelanda (ANZICS), una de las primeras
que se realizan anualmente. En 1976 salió a la luz el primer sociedades científicas en el mundo, con 320 miembros en
número de la revista Medicina Intensiva, el órgano oficial Australia y 45 en Nueva Zelandia. En 1972 la Sociedad Aus-
de la sociedad y, ahora también, expresión de la Federación traliana de Anestesiólogos (ASA) inició la publicación de la
Panamericana e Ibérica de Sociedades de Medicina Crítica y revista Anesthesia and Intensive Care, y en 1996 se volvió la
Terapia Intensiva (www.semicyuc.org). revista oficial de la ANZICS. En 1999 se inició la publicación
La Sociedad Europea de Medicina de Cuidados Intensivos de la revista Critical Care and Resuscitation, dirigida por el
(ESICM) fue fundada el 13 de marzo de 1982 en Génova con Colegio de Medicina Intensiva de Australia y Nueva Zelanda
representantes de 12 países europeos; ellos adoptaron los (www.anzics.com.au).

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Medicina crítica: de los cuidados intensivos a la terapia intensiva y cuidados críticos 7

Cuidados intensivos en América Latina y el Caribe eran anestesiólogos, cardiólogos e internistas que atendían
pacientes críticos como una labor altruista y estoica.
Las primeras UCI en Latinoamérica aparecieron a finales de
los años sesenta e inicio de los setenta en México, Colombia, Ecuador
Venezuela, Brasil, Argentina y Perú, acordes con el avance La terapia intensiva en Ecuador se inicia en la década de
de la tecnología y el desarrollo científico. La primera UCI 1970; curiosamente, la primera UCI en el país es una UCC
apareció en Argentina en 1956, y la primera UCI pediátrica, implementada en el Hospital Teodoro Maldonado Carbo en
en Venezuela y Perú (tabla 2)39 . Guayaquil; sin embargo, la primera UCI mixta y multidis-
La mayoría de las UCI son multidisciplinarias y se encuen- ciplinaria oficialmente nació en el Hospital Carlos Andrade
tran en hospitales públicos, aunque en Colombia y Ecuador Marín, en Quito, el 30 de mayo de 1970, y luego en el Hospital
la mayoría están a cargo de instituciones privadas. Las uni- Teodoro Maldonado Carbo, en Guayaquil, el 10 de octubre
dades más sofisticadas y con mayor cobertura se concentran del mismo año. A partir de aquí, poco a poco han surgido
en países altamente desarrollados, como Brasil40 , Chile y nuevas UCI públicas y privadas en el resto del país42 . En su
Argentina. En la mayoría de países los médicos asistentes mayoría, las UCI son de tipo mixto y multidisciplinarias, con
son especialistas en cuidados intensivos como especialidad un modelo de atención cerrada, con un médico intensivista
primaria41 . como responsable del cuidado asistencial. En cuanto a los
resultados clínicos obtenidos, la tasa global de mortalidad
Chile intra-UCI es del 22%, mientras que la tasa neta, que con-
La primera UCI en Chile se creó en 1968 en el Hospital de sidera únicamente los fallecimientos ocurridos después de
Urgencia Asistencia Pública Dr. Alejandro del Río, y en el las 24 h de admisión, es del 17%, por encima del promedio
mismo año también se creó la UCC en el Hospital Clínico mundial43 .
San Borja, ambas en Santiago de Chile. En la actualidad, el
país cuenta con 58 UCI, de las cuales 25 se encuentran en la México
Región Metropolitana y 33 en el resto del país. Considerando La práctica de la medicina intensiva en México tuvo sus
la disponibilidad en el sector público y privado, el total de orígenes en una unidad destinada para la atención médica
camas para cuidados intensivos en el país es de 451, que postoperatoria en el Instituto Nacional de Cardiología y
corresponden a menos del 3% del total de camas hospitala- luego en un área para enfermos graves de medicina interna
rias; 228 de ellas se encuentran en el área metropolitana y en el Hospital General de México, en noviembre de 1962;
223 en el resto del país. No se conocen datos acerca del tipo empero, en 1967 se inauguró oficialmente la Terapia Médica
de UCI, organización y utilización de recursos o resultados Intensiva, que contaba con 10 camas para cuidado crítico,
clínicos (www.medicina-intensiva.cl). 10 camas para cuidado intermedio y laboratorio de análisis
clínico. El mérito es atribuido a Héctor Hugo Rivera Reyes,
Colombia quien impulsó la creación de la UCI desde que fue médico
La primera UCI en Colombia se creó el 8 de abril de 1969 residente hasta que en el año 1967 fue nombrado médico
en el Hospital San Juan de Dios, en Bogotá, con la coo- oficial adscrito44 . En 1968 se creó una UCI con 8 camas en
peración de la Organización Panamericana de la Salud y la el Instituto Mexicano de Seguridad Social (IMSS), y en ese
Universidad Nacional de Colombia. Para los años setenta ya mismo año una UCI para cuidados posquirúrgicos en el Hos-
se contaba con otras UCI en Bogotá, Barranquilla y Mede- pital de la Cruz Roja. Durante la década de 1970 se iniciaron
llín. En el año 1997 se contaba con 87 UCI, para el año 2004 otras UCI, tanto multidisciplinarias como especializadas45 .
eran 109 con dotación básica, y en el 2009 eran 210; no se Además, cabe destacar el trabajo de Mario Shapiro como
conocen estadísticas con respecto a casuística, utilización impulsor del reconocimiento de los cuidados críticos, así
de recursos y resultados. En el año 1982 se creó la Sociedad como la formación de especialistas en medicina crítica a
Colombiana de Cuidado Intensivo; muchos de sus miembros nivel nacional46 . La comparación de algunas características
con respecto a la prestación de cuidados críticos en países
en vías de desarrollo se presenta en la tabla 3.
Tabla 2 Primeras unidades de cuidados intensivos en Amé- El 26 de septiembre de 1979 se fundó la Federación Pan-
rica Latina americana e Ibérica de Medicina Crítica y Terapia Intensiva
(FEPIMCTI), que agrupa a todas las naciones del continente
País UCI adultos UCI pediátrica americano, España y Portugal; la sociedad organiza un con-
Argentina 1956 1976 greso cada 4 años, y en 2004 la revista española Medicina
Brasil 1966 1974 Intensiva se convirtió en el órgano oficial de publicación de
Chile 1968 1980 la FEPIMCTI. Aunque algunas asociaciones nacionales tienen
México 1968 ND sus propias revistas científicas, no todas ellas son indexadas
Perú 1969 1972 (www.fepimcti.org).
Colombia 1969 1990
Ecuador 1970 ND Medicina crítica en Asia
Venezuela 1971 1972
Uruguay 1971 1980 Como era de esperar, existe una notable variación en la
Bolivia 1975 1984 estructura, organización y prestación de servicios críti-
ND: no disponible; UCI: unidad de cuidados intensivos. cos entre los países asiáticos, variación que tiene que ver
Modificado de Celis-Rodriguez y Rubiano39 . con los recursos del hospital y con la economía de cada

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8 M. Ochoa Parra

Tabla 3 Algunas características de la prestación de cuidados críticos de 7 países en vías de desarrollo


País Año Población Total de UCI Número de Edad Estancia Estancia Tasa de
estimada estudiadas pacientes promedio promedio UCI promedio ocupación de
estudiados (días) hospital (días) las UCI (%)
Brasil40 2013 206.000.000 78 59.693 62 5 16 73
Ecuador42 2014 16.027.466 58 322 59,1 6,5 ND ND
India47 2011 1.240.000.000 ND 4.038 54,1 6 12 ND
Nepal48 2011 29.000.000 48 ND ND ND ND ND
Lagos49 2015 13.000.000 1 647 ND ND ND ND
Etiopía50 2011 83.000.000 1 370 32 3 ND ND
Tanzania51 2011 44.000.000 4 5.627 34 5 ND ND
UCI: unidad de cuidados intensivos.

país. En general, las camas destinadas para cuidados inten- Japón


sivos corresponden al 9% de las camas hospitalarias; la La mayoría de las UCI actuales pertenecen al sector público,
mayoría funciona bajo un modelo cerrado y la relación enfer- regentadas por el Ministerio de Salud, Trabajo y Asistencia
mera:paciente es de 1:2 o menos en el 67% de las UCI Social (MHLW); el sistema fue creado en 1978 y distingue
estudiadas. Así mismo, existe una notable variación en el dos niveles de atención, que comprenden UCI de baja y alta
uso de protocolos clínicos y políticas escritas47 . intensidad y UCI para quemados y no quemados. Para el año
2014 se contaba con 653 UCI, que suponen 5.603 camas. El
número de camas para cuidados intensivos, con respecto a
China la población del país, es uno de los más bajos en el mundo
Hasta 1985 las UCI en la República Popular de China eran industrializado ----menos de 5/100.000 habitantes----, mien-
rudimentarias, pero las oportunidades de crecimiento, tanto tras que el número de camas hospitalarias es el mayor en
en número como en sofisticación, eran enormes; el Hospital el mundo desarrollado; por esta razón, el porcentaje de
Docente Número Uno de la Universidad de Sian, la univer- camas para cuidados intensivos, en relación con las camas
sidad más antigua de China, tenía 1.000 camas y una UCC, hospitalarias, es apenas del 0,6%, versus el 20,4% en Estados
pero ninguna UCI general. En 1974 el Dr. Wang, anestesió- Unidos54 . La tasa global de mortalidad está por debajo del
logo, abrió la primera UCI de la China en el Hospital Docente 15%, ligeramente por debajo de la media mundial43 .
Número Uno de la Universidad de Tianjin, con 8 camas;
la mortalidad intra-UCI era equivalente a una décima de
la mortalidad de los hospitales rurales circundantes48 ; sin Cuidados intensivos en países menos desarrollados
embargo, al Dr. Chen De-chang se le atribuye haber estable-
cido la primera UCI real en 1982, en el Hospital del Colegio El término «países menos desarrollados», definido por el
Médico de Pekín49 . En general, cerca del 92% de los servicios Consejo Social y Económico de las Naciones Unidas, se
de salud, especialmente cuidados intensivos, es proporcio- refiere a un aproximado de 50 naciones en África, Asia y
nado por hospitales públicos. Para el año 2009, la provisión la región del Pacífico, Haití en Latinoamérica y la región
de camas para cuidados intensivos era de 3,9/100.000 habi- del Caribe (www.un.org). En la mayoría de estos países
tantes, con una tasa general de mortalidad intra-UCI del 16% el dinero que se emplea anualmente en el cuidado de la
y una hospitalaria de 20%50 . salud, en general, es menor de lo que se utiliza únicamente
en cuidados intensivos en los países industrializados, pese
a que la prevalencia de pacientes críticos es despropor-
India cionadamente elevada. En muchos de estos países las UCI
Aunque ha habido grandes avances en los últimos 15 años, emergieron de las salas de cuidados postoperatorios y recu-
India todavía es un país con servicios de salud dispares y peración postanestésica, aunque luego crecieron como UCI
con prioridades a ser atendidas51 . En los primeros años de multidisciplinarias. Las principales UCI se encuentran única-
la década de 1970 emergieron en primer lugar las unidades mente en los grandes hospitales y áreas metropolitanas, con
coronarias, y a mediados de la misma década se desarrolla- una clara diferencia en la calidad del cuidado médico con
ron las primeras UCI respiratorias (clínicas) en dos hospitales respecto a las zonas rurales, y la mayoría de ellas son atendi-
de Mumbai, uno privado y uno gubernamental; luego apare- das por anestesiólogos, internistas y cirujanos antes que por
cieron en Pune y Chennai. El título de pionero en el campo de intensivistas55 .
la medicina crítica corresponde al brillante médico Farokh Sobre la base de la escasa investigación y publicación
E. Udwadia. En el año 2002 existían más de 1.000 hospitales desde estos países se conoce que la dotación de camas para
distritales, pero menos del 10% tenía UCI equipadas apropia- cuidados intensivos es escasa con relación a los países occi-
damente y con personal médico adecuado52 . La tasa global dentales, con una media del 1,5% de camas para pacientes
de mortalidad intra-UCI fue del 18%, por encima del prome- críticos con respecto a las camas hospitalarias; la capacidad
dio global mundial43 , pero considerando los pacientes que media de las UCI es de alrededor de 8 camas, con una media
fallecieron en la UCI y los pacientes terminales y con altas anual de admisiones de 400 pacientes, lo cual es insuficiente
solicitadas, la tasa de mortalidad hospitalaria fue del 22%53 . para una población total de 850.000.000 de habitantes56 .

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Medicina crítica: de los cuidados intensivos a la terapia intensiva y cuidados críticos 9

La primera UCI en Nepal se inició en 1973 en el Bir Hos- salas exclusivas para el cuidado postoperatorio. La terapia
pital como una unidad clínica con 5 camas, curiosamente, intensiva emerge en la década de 1940, cuando se aplican
después de que el rey Mahendra Bir Bikarm Shahdev desarro- dispositivos y procedimientos específicos en pacientes con
llara un problema cardiaco en 1970. Casi 20 años después, en disfunción única, como ventilación mecánica, hemodiálisis
1990, nació una UCI multidisciplinaria de 6 camas en el Trib- y desfibriladores eléctricos. Los cuidados críticos corres-
huvan University Teaching Hospital del Instituto de Medicina ponden a la etapa contemporánea e incluyen el monitoreo
Maharajgunj. Al no existir terapistas respiratorios, son los multiparámetro automatizado, exámenes complementarios
anestesiólogos quienes manejan la ventilación mecánica57 . personalizados, dispositivos para el sostén básico y avanzado
De acuerdo con un estudio realizado en 2011, únicamente el a la cabecera del enfermo y un equipo clínico multidiscipli-
65% de los hospitales dispone de camas para cuidados inten- nario. La evolución de las UCI hasta el presente ha dependido
sivos; la mayoría son UCI mixtas58 . No se conoce la tasa de de varias características que corren paralelas al desarrollo
mortalidad. tecnológico, lo que ha hecho que la disparidad de los cuida-
La práctica de la medicina crítica en África también se dos críticos aplicados sea muy amplia entre las UCI alrededor
caracteriza por la extremada limitación de los recursos, por del mundo, incluso dentro de un mismo país, lo que dificulta
las circunstancias socioeconómicas y políticas adversas, lo su comparación y análisis científico.
que ha conducido a que las condiciones pre-mórbidas de los
pacientes y los patrones de enfermedad sean diferentes al
momento de la admisión a las UCI. Con respecto al diseño Financiación
de las UCI, existen notables diferencias con los países alta-
mente desarrollados en cuanto a transporte, disponibilidad Ninguna.
de fármacos, material de laboratorio, escasez de médicos
intensivistas, enfermeras especializadas y especialidades Conflicto de intereses
afines. Existe una elevada prevalencia de complicaciones
obstétricas que provocan una excesiva demanda de cuidados
Ninguno.
intensivos y se asocian con elevadas tasas de mortalidad59 .
En un estudio retrospectivo de 647 pacientes admitidos a
una UCI general del Lagos University Teaching Hospital, en Bibliografía
Lagos, en el periodo 2010-2015, se encontró que la tasa de
mortalidad fue extremadamente elevada, del 61,4%60 . De 1. Grenvik A, Pinsky MR. Evolution of the intensive care unit as a
acuerdo con un estudio retrospectivo observacional del año clinical center and critical care medicine as a discipline. Crit
2011 realizado en el Jimma University Specialized Hospital, Care Clin. 2009;25:239---50.
en Etiopía, las camas destinadas para cuidados intensi- 2. UNESCO, Oficina Internacional de Educación, 2000. Florence
vos comprenden 6 de 450 camas hospitalarias, es decir, el Nightingale (1820-1910) [consultado 7 Abr 2017]. Disponible en:
0,013%, con capacidad para manejar únicamente 3 pacien- http://www.ibe.unesco.org/sites/default/files/nightins.PDF
3. Sherman IJ, Kretzer RM, Tamargo RJ. Personal recollec-
tes con ventilación mecánica. La estancia media en la UCI
tions of Walter E. Dandy and his brain team. J Neurosurg.
fue de 3 días y una mortalidad global del 50,4%61 . 2006;105:487---93.
En un estudio retrospectivo en cuatro centros hospitala- 4. Bumbaširević M, Lešić A, Zagorac S, Čobeqić G, Srbije K.
rios considerados de referencia en Tanzania se detectaron Martin Kirschner (1879-1942): The founder of modern trauma
38 camas destinadas a cuidados intensivos, que apenas clinics and emergency medicine [en serbio]. Srp Arh Celok Lek.
corresponden al 0,013% del total de 2.970 camas hospita- 2009;137:449---53.
larias, y únicamente 19 tenían ventiladores mecánicos. En 5. Henning JD, Roberts MJ, Sharma D, Hoffman A, Mahoney PF.
los 5.627 pacientes admitidos durante el periodo de estudio Military intensive care part 1. A historical review. J R Army Med
el diagnóstico más frecuente fue el trauma de cráneo, y los Corps. 2007;153:283---5.
problemas obstétricos constituyeron el 5,6%; la mortalidad 6. Pontoppidan H, Wilson R, Rie M, Schneider R. Respiratory inten-
sive care. Anesthesiology. 1977;47:96---116.
general fue del 41,4%, la mortalidad por trauma de cráneo
7. Reisner-Sénélar L. The birth of intensive care medicine: Björn
alcanzó el 40% y los problemas obstétricos, casi el 35%62 . Ibsen ‘s records. Intensive Care Med. 2011;37:1084---6.
En un estudio observacional de 234 pacientes en la UCI 8. Berthelsen PG, Cronqvist M. The first intensive care unit
del Hospital Central de Kamuzu, en África Subsahariana, la in the world: Copenhagen 1953. Acta Anaesthesiol Scand.
mortalidad global fue del 43%, especialmente elevada en los 2003;47:1190---5.
pacientes con trauma y de edad mayor; la mortalidad en las 9. Fairley HB. The Toronto General Hospital Respiratory Unit.
pacientes con problemas ginecológicos y obstétricos alcanzó Anaesthesia. 1961;16:267---74.
un 23,5%, muy por encima de la media mundial63 . 10. Weil MH, Shoemaker WC. Pioneering contributions of Peter Safar
to intensive care and the founding of the Society of Critical Care
Medicine. Crit Care Med. 2004;32 2 Suppl:S8---10.
Conclusiones 11. Pneumatikos I. The exciting adventure of Intensive Care Medi-
cine. Pneumonology. 2016;3:211---5.
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Medicina crítica: de los cuidados intensivos a la terapia intensiva y cuidados críticos 11

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Research

JAMA | Original Investigation | CARING FOR THE CRITICALLY ILL PATIENT

Effect of Pressure Support vs T-Piece Ventilation Strategies


During Spontaneous Breathing Trials on Successful
Extubation Among Patients Receiving Mechanical Ventilation
A Randomized Clinical Trial
Carles Subirà, MD; Gonzalo Hernández, MD, PhD; Antònia Vázquez, MD, PhD; Raquel Rodríguez-García, MD; Alejandro González-Castro, MD;
Carolina García, MD; Olga Rubio, MD, PhD; Lara Ventura, MD; Alexandra López, MD; Maria-Carmen de la Torre, MD, PhD; Elena Keough, MD;
Vanesa Arauzo, MD; Cecilia Hermosa, MD; Carmen Sánchez, MD; Ana Tizón, MD; Eva Tenza, MD, PhD; César Laborda, MD; Sara Cabañes, MD;
Victoria Lacueva, MD; Maria del Mar Fernández, MD, PhD; Anna Arnau, MSc, PhD; Rafael Fernández, RMD, PhD

Visual Abstract
IMPORTANCE Daily spontaneous breathing trials (SBTs) are the best approach to determine Editorial page 2167
whether patients are ready for disconnection from mechanical ventilation, but mode and
duration of SBT remain controversial. Supplemental content

OBJECTIVE To evaluate the effect of an SBT consisting of 30 minutes of pressure support


ventilation (an approach that is less demanding for patients) vs an SBT consisting of 2 hours
of T-piece ventilation (an approach that is more demanding for patients) on rates of
successful extubation.

DESIGN, SETTING, AND PARTICIPANTS Randomized clinical trial conducted from January 2016
to April 2017 among 1153 adults deemed ready for weaning after at least 24 hours of
mechanical ventilation at 18 intensive care units in Spain. Follow-up ended in July 2017.

INTERVENTIONS Patients were randomized to undergo a 2-hour T-piece SBT (n = 578)


or a 30-minute SBT with 8-cm H2O pressure support ventilation (n = 557).

MAIN OUTCOME AND MEASURES The primary outcome was successful extubation (remaining
free of mechanical ventilation 72 hours after first SBT). Secondary outcomes were
reintubation among patients extubated after SBT; intensive care unit and hospital lengths of
stay; and hospital and 90-day mortality.

RESULTS Among 1153 patients who were randomized (mean age, 62.2 [SD, 15.7] years; 428
[37.1%] women), 1018 (88.3%) completed the trial. Successful extubation occurred in 473
patients (82.3%) in the pressure support ventilation group and 428 patients (74.0%) in the
T-piece group (difference, 8.2%; 95% CI, 3.4%-13.0%; P = .001). Among secondary
outcomes, for the pressure support ventilation group vs the T-piece group, respectively,
reintubation was 11.1% vs 11.9% (difference, −0.8%; 95% CI, −4.8% to 3.1%; P = .63), median
intensive care unit length of stay was 9 days vs 10 days (mean difference, −0.3 days; 95% CI,
−1.7 to 1.1 days; P = .69), median hospital length of stay was 24 days vs 24 days (mean
difference, 1.3 days; 95% CI, −2.2 to 4.9 days; P = .45), hospital mortality was 10.4% vs 14.9%
(difference, −4.4%; 95% CI, −8.3% to −0.6%; P = .02), and 90-day mortality was 13.2% vs
17.3% (difference, −4.1% [95% CI, −8.2% to 0.01%; P = .04]; hazard ratio, 0.74 [95% CI,
0.55-0.99]).
Author Affiliations: Author
CONCLUSIONS AND RELEVANCE Among patients receiving mechanical ventilation, affiliations are listed at the end of this
a spontaneous breathing trial consisting of 30 minutes of pressure support ventilation, article.
compared with 2 hours of T-piece ventilation, led to significantly higher rates of successful Corresponding Author: Carles
Subirà, MD, Althaia Xarxa Assistencial
extubation. These findings support the use of a shorter, less demanding ventilation strategy
Universitària de Manresa, Dr Soler 1-3,
for spontaneous breathing trials. 08243 Manresa, Spain (csubira@
althaia.cat).
TRIAL REGISTRATION ClinicalTrials.gov Identifier: NCT02620358 Section Editor: Derek C. Angus, MD,
MPH, Associate Editor, JAMA
JAMA. 2019;321(22):2175-2182. doi:10.1001/jama.2019.7234 (angusdc@upmc.edu).

(Reprinted) 2175
© 2019 American Medical Association. All rights reserved.

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Research Original Investigation Effect of Pressure Support vs T-Piece Ventilation on Successful Extubation of Mechanical Ventilation

A
mongpatientsreceivingmechanicalventilation,readiness
for extubation and liberation from ventilatory support Key Points
is evaluated with a spontaneous breathing trial (SBT).1
Question What is the effect of a less demanding (30 minutes
Daily screening of respiratory function by SBT is associated with of pressure support ventilation) vs a more demanding
a shorter duration of mechanical ventilation.2 After a successful (2 hours of T-piece ventilation) spontaneous breathing trial
SBT and extubation, 10% to 25% of patients require reintubation, on rates of successful extubation?
and reintubation is associated with higher mortality.3,4
Findings In this randomized clinical trial that included 1153 adults
The most common modes of SBT are T-piece ventilation receiving mechanical ventilation, the proportion of patients
and pressure support ventilation (PSV), lasting between 30 min- successfully extubated was 82.3% among those who received
utes and 2 hours.5-7 There are no differences in the rate of suc- 30 minutes of pressure support ventilation compared with 74%
cessful extubation between 2-hour PSV and 2-hour T-piece among those who received 2 hours of T-piece ventilation,
ventilation,8 between T-piece ventilation for 30 minutes vs 2 a difference that was statistically significant.
hours, 9 or between PSV for 30 minutes vs 2 hours. 10 Al- Meaning These findings support the use of a shorter, less
though shorter SBTs are better tolerated, there is no evidence demanding strategy of 30 minutes of pressure support ventilation
that they result in higher successful extubation rates.9,10 Some for spontaneous breathing trials.
patients in whom a T-piece SBT failed might have been suc-
cessfully extubated after a PSV SBT.11 dom numbers in blinded blocks of 4 patients for each center.
A recent meta-analysis suggested that T-piece SBTs are the A central administrator who was not involved in the analyses
optimal method for evaluating weaning readiness.12 Never- used an opaque envelope to allocate patients to receive one
theless, another meta-analysis found that PSV resulted in of the two treatments. The intervention was not blinded for
higher rates of successful extubation than T-piece SBTs.13 More- the investigators or attending physicians.
over, the latest American Thoracic Society guidelines for wean-
ing recommend PSV SBTs with moderate-quality evidence.14 Interventions
Thus, further investigation is needed to determine the best ap- Patients randomized to undergo a highly demanding SBT
proach for SBTs. underwent a 2-hour T-piece SBT; patients randomized to un-
This study hypothesized that less demanding SBTs could dergo a less demanding SBT underwent a 30-minute SBT with
result in a higher rate of successful extubation without increas- 8-cm H2O PSV and zero positive end-expiratory pressure; FiO2
ing the reintubation rate. To test this hypothesis, 2 weaning strat- remained unchanged from the mechanical ventilation period
egies were compared: an approach that is more demanding for leading up to the SBT.
patients (T-piece SBT for 2 hours) vs an approach that is less de- Before randomization, attending physicians had to de-
manding for patients (8-cm H2O PSV for 30 minutes). cide on the extubation strategy (whether to reconnect the pa-
tient to the ventilator for 1 hour before extubation and whether
to administer noninvasive ventilation or high-flow nasal can-
nula after extubation).
Methods
Patients who successfully completed the SBT were extu-
From January 2016 through April 2017, a multicenter random- bated. Arterial blood gas analysis was not required, but when
ized clinical trial was conducted in 18 Spanish intensive care it was done, the results were recorded. Physicians were also
units. The ethics committee of each hospital approved the study, recommended to record dyspnea using the Borg Dyspnea Scale
and all patients or their relatives provided written informed con- (score range, 0-10; 0 indicates no dyspnea and 10 indicates
sent. The study protocol is available in Supplement 1. maximal dyspnea) at the beginning and at the end of SBTs and
Patients aged 18 years or older undergoing mechanical ven- to ask patients about their confidence in their ability to sus-
tilation for at least 24 hours who fulfilled the weaning criteria tain breathing without a ventilator.
were eligible. The weaning criteria were (1) the resolution or im- Patients who did not tolerate the SBT were reconnected
provement of the condition leading to intubation; (2) hemody- to a ventilator. Criteria for failure to tolerate the SBT were agi-
namic stability, defined as systolic blood pressure between 90 tation, anxiety, low level of consciousness (Glasgow Coma Scale
and 160 mm Hg and heart rate less than 140/min without va- score <13), respiratory rate higher than 35/min and/or use of
sopressors or with low doses of vasopressors; (3) Glasgow Coma accessory muscles, oxygen saturation by pulse oximetry less
Scale score of 13 or greater; (4) respiratory stability (oxygen satu- than 90% with FiO2 higher than 0.5, heart rate higher than
ration >90% with fraction of inspired oxygen [FiO2] ≤0.4, 140/min or greater than a 20% increase from baseline, sys-
respiratory rate <35/min, spontaneous tidal volume >5 mL/kg, tolic blood pressure lower than 90 mm Hg, or development of
ratio of respiratory rate to tidal volume <100/min per liter, and arrhythmia. Additional SBTs were not protocolized, and mode
maximal inspiratory pressure >15 cm H2O); and (5) noncopi- and duration were left to the discretion of attending teams.
ous secretions (<3 aspirations in the last 8 hours). Patients with Respiratory failure within 72 hours of extubation was de-
tracheostomies or do-not-reintubate orders were excluded. fined as the occurrence of at least 1 of the following: respira-
tory acidosis with pH lower than 7.32 and PaCO2 higher than
Randomization 45 mm Hg, oxygen saturation less than 90% with FiO2 higher
Patients were randomized in a 1:1 ratio to one of the two wean- than 0.5, respiratory rate higher than 35/min, low level of con-
ing strategies by means of tables of computer-generated ran- sciousness (Glasgow Coma Scale score <13), severe agitation,

2176 JAMA June 11, 2019 Volume 321, Number 22 (Reprinted) jama.com

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Effect of Pressure Support vs T-Piece Ventilation on Successful Extubation of Mechanical Ventilation Original Investigation Research

or clinical signs of respiratory fatigue. Treatment of postex- calculated from the time of randomization. Crude hazard ra-
tubation respiratory failure was not protocolized. When non- tios and 95% confidence intervals were calculated using a uni-
invasive ventilation was used, duration, maximum inspira- variable Cox proportional regression model to estimate the ef-
tory and expiratory pressures, and maximum Fi O 2 were fect size of randomization group. Proportionality of hazards
recorded. When respiratory failure was treated with a high- was verified by examining Schoenfeld residual plots.
flow nasal cannula, duration, maximum flow, and maximum A post hoc random-effects multilevel logistic regression
FiO2 were recorded. model was used to determine variables associated with 72-hour
Patients needing reintubation within 72 hours were not successful extubation, taking into account the effect of hos-
randomized again for weaning, but the need for tracheos- pital. Patient characteristics that were associated with 72-hour
tomy and the date of final liberation from mechanical venti- successful extubation in the bivariable analysis were intro-
lation were registered. duced in the random-effects multilevel logistic regression
model as first-level variables and hospital as a second-level vari-
Outcomes able (random effect). Odds ratios (ORs) and median ORs with
The primary outcome was successful extubation, defined as 95% confidence intervals were used to measure the associa-
remaining free of invasive mechanical ventilation 72 hours af- tion between each covariate and 72-hour successful extuba-
ter the first SBT. tion. The median OR is a measure of the variation between rates
Secondary outcomes were rate of reintubation among pa- of 72-hour successful extubation at different hospitals that
tients who were extubated after the SBT; intensive care unit and is unexplained by the modeled risk factors; it is defined as the
hospital lengths of stay; and hospital and 90-day mortality. median of the set of ORs that could be obtained by comparing
Exploratory outcomes were time to reintubation and rea- 2 patients with identical patient-level characteristics from 2
sons for reintubation, incidence of tracheostomy, and use of non- randomly chosen hospitals. Covariates were introduced in the
invasive ventilation and high-flow nasal cannula as prophy- random-effects multilevel logistic regression model using a re-
laxis against postextubation respiratory failure and to treat it. searcher-controlled backward exclusion strategy.
Post hoc outcomes were intensive care unit mortality, Borg Post hoc analyses were performed for primary, second-
Dyspnea Scale score at the end of the SBT, patients’ confi- ary, exploratory, and post hoc outcomes among the following
dence in their ability to breathe without the ventilator, and ar- populations: patients extubated after the first SBT, patients ex-
terial blood analysis after successful SBT. tubated outside of protocol, patients treated per protocol, and
several subgroups defined by baseline demographic charac-
Statistical Analysis teristics. Effect sizes were evaluated by computing absolute
Based on previous studies,8,9 a successful extubation rate of risk differences with 95% confidence intervals for binary out-
75% and an absolute increase in successful extubation of 7% comes and differences in means with 95% confidence inter-
were expected. Thus, the required sample for an α=.05 and a vals for continuous outcomes. Figures were plotted for unad-
power of 80% was estimated to be 540 patients in each group. justed risk ratios and 95% confidence intervals in the subgroup
A prespecified interim analysis was performed when 500 analysis by age; days of mechanical ventilation; Acute Physi-
patients were enrolled. The results showed a nonsignificant ology and Chronic Health Evaluation (APACHE) II score; chronic
difference in primary outcome between groups. For this rea- obstructive pulmonary disease (COPD); and medical, surgi-
son, the investigators decided to complete the estimated cal, or trauma admission. No tests for interaction were con-
sample enrollment. ducted for the subgroup analyses.
All patients were analyzed in the group to which they were A 2-sided α=.05 was considered statistically significant.
randomized using the intention-to-treat principle, with no ex- Data were analyzed using SPSS version 22 (IBM Corp) and Stata
clusion after randomization. Patients extubated outside of pro- version 14 (StataCorp). Subgroup analysis graphs were gener-
tocol were analyzed as having a failed SBT. No participants were ated using R version 3.5.2 (R Foundation for Statistical Com-
excluded from main or secondary analyses because of miss- puting). There was no adjustment for multiple comparisons.
ing or incomplete data. Reintubation was recorded only among Therefore, the results of the subgroup analyses and the analy-
patients who completed the trial. ses for secondary and exploratory outcomes should be inter-
Categorical variables are presented as absolute and rela- preted as exploratory.
tive frequencies. Continuous variables are summarized as me-
dians and interquartile ranges (IQRs) for nonnormal distribu-
tions. The Mann-Whitney U was used for nonparametric
continuous variables. To compare categorical variables, the
Results
χ2 test was used, except when expected frequencies in con- Study Participants
tingency tables were less than 5, in which case the Fisher ex- Figure 1 shows participant flow through the trial. During
act test or the Monte Carlo method was used. the study period, 2649 patients received mechanical ventila-
Time-to-event outcomes were analyzed with Kaplan- tion for at least 24 hours in the participating intensive care
Meier curves and compared by log-rank test. For the time-to- units; 1501 of these fulfilled the inclusion criteria, and 1153
event outcome of 72-hour successful extubation, deaths oc- were included in the study; 578 patients were randomized
curring before 72 hours were introduced in the survival analysis to undergo a 2-hour T-piece SBT and 575 patients were ran-
as censored data. Event or censored times for all patients were domized to undergo a 30-minute SBT with 8-cm H2O PSV). The

jama.com (Reprinted) JAMA June 11, 2019 Volume 321, Number 22 2177

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Research Original Investigation Effect of Pressure Support vs T-Piece Ventilation on Successful Extubation of Mechanical Ventilation

Figure 1. Flow of Participants in a Trial of Pressure Support vs T-Piece Ventilation Strategies for SBTs

2649 Patients undergoing mechanical ventilation


for >24 h assessed for eligibility

1496 Excluded
1148 Did not meet inclusion or
exclusion criteria
655 Died before SBT
402 Tracheostomy
57 Do-not-reintubate order
34 Self-extubation
254 Informed consent was
not requested
94 Physician refusal

1153 Randomized

575 Randomized to receive 30-min pressure 578 Randomized to receive 2-h T-piece
support ventilation SBT ventilation SBT
575 Received 30-min pressure support 578 Received 2-h T-piece ventilation
ventilation SBT as randomized SBT as randomized

532 Extubated after first SBT 486 Extubated after first SBT
43 First SBT failed 92 First SBT failed
9 Extubated outside of protocol 27 Extubated outside of protocol

575 Included in primary analysis 578 Included in primary analysis


SBT indicates spontaneous
breathing trial.

2 groups were similar in age, sex, APACHE II score on admis- (difference, −4.1% [95% CI, −8.2% to 0.01%; P = .04]; hazard
sion, reason for intensive care unit admission, and length of ratio, 0.74 [95% CI, 0.55-0.99]) (eFigure 1 in Supplement 2).
mechanical ventilation before the SBT (Table 1). No patients
were lost to follow-up. Exploratory Outcomes
In the T-piece group, 58 patients required reintubation, and in
Primary Outcome the PSV group, 59 patients required reintubation. The median
Successful extubation, defined as remaining free of mechani- time to reintubation was 23 hours (IQR, 9-45 hours) in the PSV
cal ventilation 72 hours after the SBT, occurred in 473 pa- group and 24.5 hours (IQR, 9.8-44 hours) in the T-piece group
tients (82.3%) in the PSV group and 428 patients (74%) in the (mean difference, 0.53 hours; 95% CI, −7.2 to 8.3 hours). Reasons
T-piece group (difference, 8.2%; 95% CI, 3.4%-13%) (Table 2). for reintubation were not significantly different in the 2 groups;
The Kaplan-Meier curves show a significant difference, excessive work of breathing was the most common in both
with a higher successful extubation rate in the PSV group groups, followed by inability to clear secretions and hypoxemia
(hazard ratio, 1.54; 95% CI, 1.19-1.97; P < .001]) (Figure 2). (Table 3). Four patients (3 in the T-piece group and 1 in the PSV
group) had cardiac arrest within 72 hours after extubation.
Secondary Outcomes Among reintubated patients, tracheostomy was per-
After the first SBT, 486 patients (92.5%) undergoing the formed in 41 patients (7.1%) in the PSV group and in 50 pa-
30-minute PSV SBT and 532 patients (84.1%) undergoing tients (8.7%) in the T-piece group (difference, −1.5%; 95% CI,
the 2-hour T-piece SBT were extubated (difference, 8.4%; 95% −4.6% to 1.6%) (Table 2).
CI, 4.7%-12.1%; P < .001). Reintubation within 72 hours oc- Before randomization, physicians had to decide on an ex-
curred in 59 patients (11.1%) in the PSV group and in 58 pa- tubation strategy (standard oxygen, reconnection to the ven-
tients (11.9%) in the T-piece group (difference, −0.8%; 95% CI, tilator for a 1-hour rest after the SBT, and/or prophylactic non-
−4.8% to −3.1%; P = .63) (Table 2). The median intensive care invasive ventilation or high-flow nasal cannula after
unit length of stay was 9 days (IQR, 5-17) in the PSV group and extubation). The use of each treatment was not significantly
10 days (IQR, 5-17) in the T-piece group (mean difference, −0.3 different in both groups (Table 1).
days; 95% CI, −1.7 to 1.1 days; P = .69). The median hospital Postextubation respiratory failure occurred in 110
length of stay was 24 days (IQR, 15-40) in the PSV group and patients (20.7%) in the PSV group and in 103 patients (21.2%)
24 days (IQR, 15-39) in the T-piece group (mean difference, 1.3 in the T-piece group (difference, −0.5%; 95% CI, −5.5% to
days; 95% CI, −2.2 to 4.9 days; P = .45). Hospital mortality rates 4.5%). Among these 213 patients, 117 (11.4%) were reintu-
were 10.4% (n = 60) in the PSV group and 14.9% (n = 86) in the bated. Respiratory failure was treated by noninvasive ventila-
T-piece group (difference, −4.4%; 95% CI, −8.3% to −0.6%; tion in 91 (42.7%) patients, and 36 (39.6%) of these patients
P = .02) (Table 2). were reintubated. Respiratory failure was treated by high-
Mortality at 90 days was significantly lower in the PSV flow nasal cannula in 47 (22.1%) patients, and 20 (42.6%) of
group (13.2%) compared with the T-piece group (17.3%) these patients were reintubated. The remaining 75 patients

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Effect of Pressure Support vs T-Piece Ventilation on Successful Extubation of Mechanical Ventilation Original Investigation Research

(35.2%) received standard oxygen, and 61 (81.3%) of these


Table 1. Baseline Participant Characteristicsa
patients were reintubated.
30-min PSV SBT 2-h T-Piece SBT
Characteristics (n = 575) (n = 578)
Post Hoc Analysis Age, median (IQR), y 65 (52-75) 63 (53-73)
In patients extubated after the first SBT, the 72-hour success- Sex
ful extubation rate was not significantly different between
Men 352 (61.2) 373 (64.5)
groups (eTable 1 in Supplement 2).
Women 223 (38.8) 205 (35.5)
The post hoc analysis showed that 29 patients (5%) in the
APACHE II score, median (IQR)b 16 (11-22) 16 (11-22)
PSV group and 38 patients (6.6%) in the T-piece group died in
Comorbidity
the intensive care unit (difference, −1.5%; 95% CI, −4.5% to 1.1%).
Cardiovascular disease 146 (25.4) 162 (28.0)
Multilevel logistic regression found a hospital-level ran-
Diabetes mellitusc 123 (22.0) 147 (25.8)
dom effect on successful extubation (median OR, 1.56;
Chronic obstructive pulmonary 110 (19.1) 118 (20.4)
P < .001). After adjustment for this random effect, the effect disease
of the PSV persisted (adjusted OR, 1.64; 95% CI, 1.23-2.20; Neurological disease 107 (18.6) 99 (17.1)
P = .001). Other patient characteristics independently associ- Cancer 87 (15.1) 94 (16.3)
ated with 72-hour successful extubation were length of me- Renal disease 76 (13.2) 68 (11.8)
chanical ventilation before SBT (adjusted OR, 0.96; 95% CI,
Liver disease 64 (11.1) 63 (10.9)
0.94-0.98; P < .001) and COPD (adjusted OR, 0.62; 95% CI,
Reason for admission
0.44-0.87; P = .006). Multilevel logistic regression did not find
Medical, nonrespiratory 215 (37.4) 206 (35.6)
an association between hospital and risk of reintubation (me-
Medical, respiratory 189 (32.9) 190 (32.9)
dian OR, 1.19; P = .30). After adjustment for this random ef-
Emergency surgery 105 (18.3) 113 (19.6)
fect, reintubation in the PSV group was not significantly dif-
Planned surgery 35 (6.1) 29 (5.0)
ferent than in the T-piece group (adjusted OR, 0.92; 95% CI,
Trauma 31 (5) 40 (6.9)
0.62-1.35; P = .67). The only variable independently associ-
Length of mechanical ventilation 4 (2-8) 4 (2-8)
ated with reintubation was length of mechanical ventilation before SBT, median (IQR), d
before SBT (adjusted OR, 1.04; 95% CI, 1.01-1.07; P = .03). Reconnection to ventilator 145 (25.2) 158 (27.3)
A total of 36 patients (3.1%) in whom the SBT failed were ex- before extubationd
tubated, either because of physician decision or self-extubation Prophylactic noninvasive ventilation 51 (8.9) 34 (5.9)
after extubationd
during the SBT (eTable 2 in Supplement 2). The results of the per-
Prophylactic high-flow nasal 91 (15.8) 74 (12.8)
protocol analysis were similar to those of the intention-to-treat cannula after extubationd
analysis (eAppendix and eTable 3 in Supplement 2). Abbreviations: APACHE, Acute Physiology and Chronic Health Evaluation;
Subgroup analyses were generally consistent with the over- IQR, interquartile range; PSV, pressure support ventilation; SBT, spontaneous
all study findings (Figure 3; eFigures 2 and 3 in Supple- breathing trial.
a
ment 2). eTables 4, 5, and 6 in Supplement 2 report post hoc Data are expressed as No. (%) of participants unless otherwise indicated.
b
analyses of Borg Dyspnea Scale scores at the end of the SBT, Data were missing for 8 patients in the 2-hour T-piece SBT group and for 15
patients in the 30-minute PSV SBT group.
patients’ confidence in breathing without a ventilator, and
c
The APACHE II score ranges from 0 to 71, with higher scores indicating higher
blood gas analyses.
mortality risk. A patient with a score of 16 has an estimated mortality risk of 25%.
During the study, there were no severe adverse events at- d
Attending physicians decided on the extubation strategy (reconnection to
tributable to the randomization group. The adverse events that ventilator and prophylactic noninvasive ventilation or high-flow nasal cannula)
occurred after extubation, such as difficulty managing secre- prior to randomization.
tions or excessive work of breathing, are inherent to critically
ill patients. ported by anecdotal reports, physicians may be concerned that
some patients who breathe comfortably with low levels of PSV
and/or positive end-expiratory pressure could develop respi-
ratory failure immediately after extubation, which might even
Discussion be followed by cardiac arrest.15 The results of this random-
In this randomized trial of patients receiving mechanical ven- ized trial designed to study extubation outcomes of opposing
tilation, a 30-minute PSV-SBT resulted in a significantly higher SBT strategies suggest that this concern may not be war-
rate of successful extubation than a 2-hour T-piece SBT with- ranted. The current study found that the T-piece SBT was less
out significantly increasing reintubation. The higher rate was well tolerated than the PSV SBT, although the work of breath-
related to more patients being extubated after the PSV-SBT, sug- ing with the T piece may have been similar to breathing spon-
gesting that a less demanding SBT better allows critically ill pa- taneously. In patients who successfully completed the SBT, the
tients to demonstrated their ability to sustain breathing. reintubation rate was not significantly different in the 2 groups,
A recent meta-analysis concluded that breathing through and no imminent respiratory failure was observed after extu-
a T piece requires the same amount of work as breathing after bation from PSV. Moreover, the time to reintubation was about
extubation, and the authors recommended that SBTs should 24 hours in both groups, and the incidence of cardiac arrest
be performed with T pieces because this approach better re- was very low and even nominally higher in the T-piece group
flects the physiologic conditions after extubation.12 Sup- than in the PSV group.

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Research Original Investigation Effect of Pressure Support vs T-Piece Ventilation on Successful Extubation of Mechanical Ventilation

Table 2. Primary, Secondary, Exploratory, and Post Hoc Outcomes of Patients


Who Underwent a 2-Hour T-Piece SBT or a 30-Minute PSV SBTa
Difference, PSV SBT
30-min PSV SBT 2-h T-Piece SBT Minus T-Piece SBT
Outcomes (n = 575) (n = 578) (95% CI)b P Value
Primary Outcome
Successful extubation, No. (%)c 473 (82.3) 428 (74.0) 8.2 (3.4 to 13.0) .001
Secondary Outcomes Abbreviations: ICU, intensive
Extubation after first SBT, 532 (92.5) 486 (84.1) 8.4 (4.7 to 12.1) <.001 care unit; IQR, interquartile range;
No. (%) PSV, pressure support ventilation;
SBT, spontaneous breathing trial.
Reintubation within 72 h, 59 (11.1) 58 (11.9) −0.8 (−4.8 to 3.1) .63
No. (%)d a
No patients were lost to follow-up.
ICU length of stay, 9 (5-17) 10 (5-17) −0.3 (−1.7 to 1.1) .69 b
Differences were calculated as
median (IQR), d absolute risk differences for
Hospital length of stay, 24 (15-40) 24 (15-39) 1.3 (−2.2 to 4.9) .45 successful extubation, extubated
median (IQR), d after first SBT, reintubation within
Hospital mortality, No. (%) 60 (10.4) 86 (14.9) −4.4 (−8.3 to −0.6) .02 72 hours, mortality, and
tracheostomy and as difference in
90-Day mortality, No. (%) 76 (13.2) 100 (17.3) −4.1 (−8.2 to 0.01) .04
means for length of stay.
Exploratory Outcome c
Defined as remaining free of
Tracheostomy, No. (%) 41 (7.1) 50 (8.7) −1.5 (−4.6 to 1.6) .38 mechanical ventilation for 72 hours
Post Hoc Outcome after first SBT.
d
Among patients extubated after
ICU mortality, No. (%) 29 (5.0) 38 (6.6) −1.5 (−4.2 to 1.1) .26
first SBT.

In the present study, the 30-minute PSV SBT was enough to


Figure 2. Probability of Successful Extubation After First SBT
in Each Group check patients’ ability to breathe without increasing the rates
of postextubation respiratory failure and reintubation.
100 Another finding related to tolerance of the 2 SBT ap-
30-min PSV SBT proaches is that self-extubation during the SBT was more com-
Successful Extubation, %

80
mon in the T-piece group. Tolerance to SBTs in this trial may
2-h T-piece SBT
be compared with the studies in the late 1990s by Esteban
60
et al8,9: patients’ tolerance to T-piece SBTs in the present study
40 was better than in the first trial by Esteban et al (84% vs 78%)
and similar to their second trial (84.6% vs 84.1%). Moreover,
20 tolerance to the 30-minute T-piece SBT in the second trial by
Log-rank P < .001
HR,1.54; 95% CI, 1.19-1.97 Esteban et al was worse than tolerance to the 30-minute PSV
0 in the present study (87.7% vs 92.5%). However, patients in the
0 24 48 72
Hours studies by Esteban et al received longer mechanical ventila-
No. at risk tion before the SBT, and this could contribute to worse toler-
30-min PSV SBT 575 501 484 472
2-h T-piece SBT 578 456 438 426 ance and a higher reintubation rate.
In a single-center study comparing a 2-hour T-piece SBT
PSV indicates pressure support ventilation; SBT, spontaneous breathing trial. and a 2-hour PSV SBT, Matić et al18 found a higher rate of suc-
Successful extubation was defined as remaining free of mechanical ventilation cessful extubation with PSV than with a T piece (80% vs 73%),
for 72 hours after first SBT.
similar to the difference found in the present study despite a
longer duration of the PSV SBT. This suggests that tolerance
Vallverdú et al16 showed that among patients in whom is not only about duration but also about the mode of SBT.
a 2-hour T-piece SBT failed, 64% of failures occurred in the first Along the same lines, Ezingeard et al11 found that some pa-
30 minutes, 12% between 30 and 60 minutes, and 24% between tients who did not tolerate a T-piece SBT went on to tolerate a
60 minutes and 2 hours. In a recent observational study includ- PSV SBT and had a reintubation rate similar to patients who
ing 352 patients who underwent an SBT with PSV, Liang et al17 underwent a PSV SBT without having attempted a T-piece SBT.
sought to identify the characteristics of the 41 patients (11.6%) Taken together with these studies, the results of the present
in whom a 120-minute SBT failed after successful completion study suggest that a T-piece SBT is not the best way to check
of the first 30 minutes. Patients with SBT failures after 30 min- a patient’s ability to breathe.
utes were older, had more cardiopulmonary disease, had spent In this study, the reintubation rate was not significantly
more time receiving mechanical ventilation before the SBT, different between the 2 groups (about 11%), which is lower
and had undergone more previous SBTs. The authors suggested than the 17% in the first study by Esteban et al8 and similar to
that patients with these characteristics might need a longer the 13% in their second study.9 Conversely, the reintubation
SBT to ensure that their ability to breathe is not overestimated. rate was higher than in a study by Perren et al10 (9% for short
Nevertheless, it is unknown what the outcomes of these patients SBTs and 4% for long SBTs), but that study’s single-center
would have been if the SBT had been limited to 30 minutes. design and small sample size preclude direct comparison.

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Effect of Pressure Support vs T-Piece Ventilation on Successful Extubation of Mechanical Ventilation Original Investigation Research

Table 3. Exploratory Outcomes: Reasons for Reintubation


Difference, PSV SBT
30-min PSV SBT 2-h T-Piece SBT Minus T-Piece SBT
Outcomes (n = 59) (n = 58) (95% CI)a
Time to reintubation, 23.0 (9.0-45.0) 24.5 (9.8-44.0) 0.53 (−7.2 to 8.3)
median (IQR), h
Reasons for reintubation,
No. (%)b
Excessive work of breathing 23 (39.0) 24 (41.4) −2.4 (−20.2 to 15.4)
Difficulty managing secretions 19 (32.2) 18 (31.0) 1.2 (−15.7 to 18.0)
Refractory hypoxemia 14 (23.7) 11 (19.0) 4.8 (−10.1 to 19.6)
Level of consciousness 6 (10.2) 11 (19.0) −8.7 (−21.5 to 3.9)
Airway obstruction 6 (10.2) 8 (13.8) −3.6 (−15.4 to 8.1) Abbreviations: IQR, interquartile
range; PSV, pressure support
Surgery 4 (6.8) 4 (6.9) −0.1 (−9.2 to 9.0) ventilation; SBT, spontaneous
Cardiac arrest 1 (1.7) 3 (5.1) −3.4 (−10.0 to 3.1) breathing trial.
a
Agitation 4 (6.8) 3 (5.2) 1.6 (−7.0 to 10.2) Differences were calculated as
Aspiration 1 (1.7) 3 (5.2) −3.5 (−10.1 to 3.1) absolute risk differences for reasons
for reintubation and as difference in
Bradycardia 0 1 (1.7) −1.7 (−5.1 to 1.6) means for time to reintubation.
(heart rate <50/min)
b
Patients could have more than 1
Hemodynamic shock 1 (1.7) 1 (1.7) −0.0 (−4.7 to 4.7)
reason for reintubation.

Figure 3. Unadjusted Risk Ratios for Successful Extubation After First SBT in Predefined Subgroups

No./Total
30-min 2-h T-Piece Risk Ratio Favors Favors
PSV SBT SBT (95% CI) T-Piece SBT PSV SBT
Age, y
≤70 306/370 289/385 1.10 (1.02-1.19)
>70 167/205 139/193 1.13 (1.01-1.26)
Length of mechanical ventilation, d
≤4 263/304 249/326 1.13 (1.05-1.22)
>4 210/271 179/252 1.09 (0.99-1.21)
APACHE II score
≤20 329/410 296/404 1.10 (1.02-1.18)
>20 133/164 132/174 1.07 (0.96-1.20)
COPD
No 387/465 351/460 1.09 (1.02-1.16)
Yes 86/110 77/118 1.20 (1.02-1.41)
Patient admission type
Medical 329/404 283/396 1.14 (1.05-1.23)
Nonrespiratory 182/215 154/206 1.13 (1.03-1.25)
Respiratory 147/189 129/190 1.15 (1.01-1.30)
PSV indicates pressure support
Surgical 114/140 114/142 1.10 (0.91-1.14)
ventilation; SBT, spontaneous
Planned 33/35 23/29 1.19 (0.97-1.46)
breathing trial; APACHE, Acute
Emergency 81/105 91/113 0.96 (0.83-1.10) Physiology and Chronic Health
Trauma 30/31 31/40 1.25 (1.04-1.49) Evaluation; COPD, chronic
obstructive pulmonary disease.
0.6 1 2 Successful extubation was defined as
Risk Ratio (95% CI) remaining free of mechanical
ventilation for 72 hours after first SBT.

Logistic regression analysis showed that the 30-minute PSV lation after a failed SBT, APACHE II score at admission, or
SBT was associated with successful extubation, whereas lon- hospital length of stay, which were not significantly different
ger duration of mechanical ventilation before the SBT as well between the 2 groups.
as COPD were associated with extubation failure. However,
only length of mechanical ventilation was significantly asso- Limitations
ciated with reintubation. This result lends additional support This study has several limitations. First, prophylactic use of
to the idea that the concern that PSV SBTs increase risk of re- noninvasive ventilation and high-flow nasal cannula after ex-
spiratory failure and reintubation may be exaggerated. tubation was not protocolized. In some cases, these ap-
Hospital mortality and 90-day mortality were signifi- proaches were routinely used based on recent studies, but in
cantly higher in the T-piece group. This finding cannot be others, they were used only in patients with more comorbidi-
explained by the reintubation rate, days of mechanical venti- ties, such as heart failure or COPD, or more risk factors for

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Research Original Investigation Effect of Pressure Support vs T-Piece Ventilation on Successful Extubation of Mechanical Ventilation

extubation failure. For this reason, it is impossible to draw con-


clusions about the use of noninvasive ventilation and high- Conclusions
flow nasal cannula for postextubation respiratory failure.
Second, patients extubated outside of protocol, although Among mechanically ventilated patients, an SBT consisting of
few, could be expected to influence the main results, but the sen- 30 minutes of PSV, compared with 2 hours of T-piece ventila-
sitivity analysis ruled out such bias (eTable 2 in Supplement 2). tion, led to significantly higher rates of successful extuba-
Third, investigators and attending physicians were not tion. These findings support the use of a shorter, less demand-
blinded to treatment randomization group. ing ventilation strategy for SBTs.

ARTICLE INFORMATION Funding/Support: This study was supported by an pressure support ventilation. Am J Respir Crit Care
Accepted for Publication: May 9, 2019. unrestricted grant from Societat Catalana de Med. 1997;156(2, pt 1):459-465. doi:10.1164/ajrccm.
Medicina Intensiva i Critica (SOCMIC). 156.2.9610109
Author Affiliations: Althaia Xarxa Assistencial
Universitària de Manresa, Manresa, Spain (Subirà, Role of the Funder/Sponsor: SOCMIC had no role 9. Esteban A, Alía I, Tobin MJ, et al; Spanish Lung
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(Rodríguez-García); Hospital Marqués de Valdecilla, for publication. 159.2.9803106
Santander, Spain (González-Castro); Hospital Additional Contributions: We thank the patients 10. Perren A, Domenighetti G, Mauri S, Genini F,
Universitario de Canarias, Santa Cruz de Tenerife, and medical and nursing staff for their cooperation. Vizzardi N. Protocol-directed weaning from
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Catalunya, Barcelona, Spain (Rubio, Fernández); services as a professional freelance translator. randomized for a 30-min or 120-min trial with
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Obtained funding: Subirà, García, Ventura. 1887OC 17. Liang G, Liu T, Zeng Y, et al. Characteristics of
Administrative, technical, or material support: 7. Esteban A, Ferguson ND, Meade MO, et al; subjects who failed a 120-minute spontaneous
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reported.

2182 JAMA June 11, 2019 Volume 321, Number 22 (Reprinted) jama.com

© 2019 American Medical Association. All rights reserved.

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Review Article
Page 1 of 9

Effects of patient positioning on respiratory mechanics in


mechanically ventilated ICU patients
Mehdi Mezidi1,2, Claude Guérin1,2,3
1
Service de réanimation médicale, Hôpital de la Croix Rousse, Hospices civils de Lyon, Lyon, France; 2Université de Lyon, Lyon, France; 3Institut
Mondor de Recherche Biomédicale, INSERM 955, Créteil, France
Contributions: (I) Conception and design: All authors; (II) Administrative support: None; (III) Provision of study materials or patients: None; (IV)
Collection and assembly of data: All authors; (V) Data analysis and interpretation: All authors; (VI) Manuscript writing: All authors; (VII) Final
approval of manuscript: All authors.
Correspondence to: Claude Guérin. Critical Care Department, Croix Rousse Hospital, 103 grande rue de la Croix Rousse, 69004 Lyon, France.
Email: claude.guerin@chu-lyon.fr.

Abstract: Changes in the body position of patients receiving mechanical ventilation in intensive care
unit are frequent. Contrary to healthy humans, little data has explored the physiological impact of position
on respiratory mechanics. The objective of present paper is to review the available data on the effect of
changing body position on respiratory mechanics in ICU patients receiving mechanical ventilation. Supine
position (lying flat) or lateral position do not seem beneficial for critically ill patients in terms of respiratory
mechanics. The sitting position (with thorax angulation >30° from the horizontal plane) is associated with
improvement of functional residual capacity (FRC), oxygenation and reduction of work of breathing. There
is a critical angle of inclination in the seated position above which the increase in abdominal pressure
contributes to increase chest wall elastance and offset the increase in FRC. The impact of prone position on
respiratory mechanics is complex, but the increase in chest wall elastance is a central mechanism. To sum
up, both sitting and prone positions provides beneficial impact on respiratory mechanics of mechanically
ventilated patients as compared to supine position.

Keywords: Body position; respiratory mechanics; mechanical ventilation; lung volume

Submitted Jan 29, 2018. Accepted for publication May 25, 2018.
doi: 10.21037/atm.2018.05.50
View this article at: http://dx.doi.org/10.21037/atm.2018.05.50

Introduction positioning has been found to increase survival in selected


patients (1).
Patients admitted to the ICU for acute respiratory failure
Changing position is extremely common during the
frequently required intubation and invasive mechanical
daily life including nighttime sleep of normal humans.
ventilation. In the early stage of management the invasive Investigating the effect of body position has always been a
mechanical ventilation is commonly delivered in a semi- field of great interest for the respiratory physiologists and
recumbent supine position under sedation with or without the physicians as well. As an example, Milic-Emili in the
neuromuscular blockade. Changing position is important to early ’60s of the previous century described the distribution
break through the routine monotonic delivery of mechanical of ventilation in humans in different positions (2).
ventilation and to favor the clearance of respiratory Anesthesiologists have studied for many years the effect of
secretions, the prevention of pressure sores and ventilator various positions (lateral, prone) during general anesthesia
acquired pneumonia, and the improvement in lung volume on respiratory mechanics, lung volume and gas exchange
and oxygenation. On top of that, in the acute respiratory in different surgical settings (thoracic, abdominal, spine
distress syndrome (ARDS), the early and prolonged prone surgery) in subjects with normal lungs. In the critically ill

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Page 2 of 9 Mezidi and Guérin. Impact of body position on respiratory mechanics

Respiratory mechanics in normal subjects in


Non dependent lung different positions
↗ EELV
↙ Est,L In the supine position, functional residual capacity (FRC)
decreases from the sitting position in normal subjects
↗ abdominal
breathing spontaneously. This was also found in healthy
↗ Raw
pressure persons mechanically ventilated under general anesthesia,
in whom FRC decreased from 2.91 to 2.10 L in sitting and
Dependent lung supine positions, respectively (3).
↙ EELV In normal humans breathing spontaneously, from sitting
↗ Est,cw
to supine the pressure volume (PV) curve of the chest wall is
going to change while that of the lungs does not that much.
Figure 1 Impact of lateral position on respiratory mechanics. Therefore, the PV curve of the respiratory system follows
Rising arrow: increase; down arrow: decrease. EELV, end- that of the chest wall during the position change. The
expiratory lung volume; Est,L, static lung elastance; Raw, airway relaxation (or resting) volume of the chest wall goes down
resistance; Est,cw, static chest wall elastance. from 55% to 35% of the vital capacity (VC) and that of the
respiratory system from 35% to 20% VC between upright
and supine position (4). In patients breathing spontaneously,
patients the data are scarcer, probably because the expected for any given volume above FRC the elastic pressures of
changes were thought as being small or not relevant, or chest wall and respiratory system are positive in the supine
because investigating body position changes was sought position as compared to the upright position and greater
as of secondary interest. Most of the studies about effects in the former than in the latter. The main determinant of
of positioning, furthermore, concentrated on oxygenation the changes in chest wall elastic properties with change in
and a few on respiratory mechanics. Impairment in position is the abdominal pressure. Between upright and
respiratory mechanics is associated with the severity and the supine, the abdominal pressure at residual volume (0%
nature of gas exchange abnormalities in acute respiratory VC) is −20 and +1 cmH2O, respectively. This latter finding
failure. Respiratory mechanics assessment is, moreover, together with resting volumes change described above make
important to adjust the ventilator settings and follow the that the compliance of the abdomen, and hence of the chest
time course of the disease. The change in position can wall, is higher in supine than in upright position.
affect respiratory mechanics by changing resistance and/ In normal young subjects breathing spontaneously, from
or compliance of the respiratory system and its lung and seated to supine lung compliance decreased from 210 to
chest wall components, and by changing static lung volume 160 mL/cmH2O and airway resistance increased from 1.78
and either its components and regional distribution. to 2.50 cmH2O/L/s. It should be mentioned that under
With new tools available at the bedside, like electrical those conditions the upper airways, including larynx and
impedance tomography (EIT), the regional distribution of oropharynx, play a role in the measured airway resistance.
lung ventilation can be easily measured at different body In patients receiving invasive mechanical ventilation, these
positions in the critically ill. factors are obviously not implicated.
In this chapter we will briefly summarize the main In the lateral position FRC averaged 2.44 L in normal
findings regarding respiratory mechanics in normal humans subjects under general anesthesia, lung compliance
in different body positions, then describe the effect of 190 mL/cmH2O and airway resistance 2.50 cmH2O/L/s (3).
semi-recumbent, lateral and prone position on respiratory The measurements being done at the airway opening
mechanics in ICU patients under invasive mechanical do not reflect regional change in respiratory mechanics.
ventilation. We will also discuss about driving pressure and In the lateral position it is expected that dependent lung
transpulmonary pressure, which are currently receiving a EELV decreases, airway resistance and lung and chest
great attention, and on the effect of positive end expiratory wall elastance increase with opposite findings to the
pressure (PEEP) in the supine and the prone position in nondependent lung as compared to supine (Figure 1). As
ARDS patients. resistance and elastance depend on lung volume the above

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findings may be explained by change in lung volume in head inclinations, airway resistance was maximal at 0°,
lateral position. In normal subjects under general anesthesia averaging 11.6 cmH 2O/L/S at 0.67 L/s inflation flow.
FRC is larger in the right than in the left lung in the left The 30° position was associated with the highest dynamic
lateral position. compliance (16.4 mL/cmH2O) (10). The static elastance of
In the prone position FRC was 2.45 L on average in the respiratory system averaged 27.1 and 27.0 mL/cmH2O
healthy persons under general anesthesia, i.e., similar as in at 0° and 30° inclination, respectively (10).
the lateral position and higher than in the supine position.
Prone position should allow a better fitting of the lung into ARDS patients
the chest wall, reverts the gravity effect along the vertical Richard et al. investigated the effects of bed maximal
gradient, and partly relieves the compression of the lungs verticalization to reach a near erect position (>45° trunk
due to the mediastinum and heart weight (5). In prone elevation and <45° legs down) in 16 ARDS patients and
position the abdominal content is displaced and, depending found that the recruited volume increased as compared to
on the abdominal compliance, the abdominal pressure the supine position in those who improved oxygenation
increases, and part of it can be transmitted into the chest while it did not in non-responders (7). In ARDS patients,
wall and may impair its elastic properties. upright position (head of the bed angle >45°) was associated
with an improvement of oxygenation despite no change
in respiratory system compliance (11). Respiratory system
Effects of seated and upright position on lung compliance decreased in supine 45° vs. supine 15° in 40
volumes and respiratory mechanics in the ARDS patients probably as a result of the increase in
critically ill abdominal pressure (8). Lung and chest wall mechanics was
Lung volumes not assessed in this study.

Normal values of FRC in supine and sitting positions Weaning patients


have been provided by Ibanez et al. many years ago (6). In The impact of semi recumbent (thorax inclination of
ARDS patients, upright position (>45° trunk elevation and 50°±5°, in the bed) and semi-seated (thorax inclination of
<45° legs down) can improve end-expiratory lung volume 67°±5°, out of bed) has been investigated in 34 patients
(EELV) in some patients (7). The improvement of EELV during the weaning process from mechanical ventilation
was associated with a better oxygenation (7). A prospective (pressure support 11.5 cmH2O, PEEP 5.7 cmH2O) (12).
multicenter study investigated the effects of supine at 15° Surprisingly, respiratory mechanics was not altered by the
and 45° in 40 ARDS patients and found higher EELV change of position, notably in terms of dynamic compliance,
(normalized for the predicted body weight) in supine 45° minute ventilation and respiratory rate to tidal volume ratio.
than in supine 15° (8). In addition, blood gas was similar (12). On the contrary, in
The end-expiratory lung impedance (EELI) measured a population of difficult to wean patients during pressure
with EIT increased with the elevation of the head of the support ventilation (pressure support 15 cmH2O, PEEP
bed from 0° to 30° in mechanically ventilated patients after 5 cmH2O), a bed inclination of 45° was associated with a
cardiac surgery under pressure support ventilation (9). This reduction of the work of breathing (0.43 vs. 0.50 J/L at 0°
increase was mostly due to the dorsal lung regions. In the and 0.56 J/L at 90°) and of the pressure-time product of the
most anterior part of the lung, EELI did not change when respiratory muscles (102 vs. 114 cmH2O·sec/min at 0° and
sitting. 116 cmH2O·sec/min at 90°) (13). However, airway resistance
and mean airway pressure were similar in all positions (13).
Respiratory mechanics
Obese patients
Sedated patients In patients with a body mass index greater than 35 kg/m2,
Martinez et al. systematically investigated the effects of sitting position with an angulation of 70°, was associated
different inclinations in 35 adult patients sedated and with a reduction of the expiratory flow limitation at ZEEP
mechanically ventilated in the ICU (10). Even though (59% of the tidal volume vs. 0%), auto-PEEP (10 vs.
the precise characteristics of patients investigated were 1.2 cmH 2O) and plateau pressure (22 vs. 15.6 cmH 2O)
not so clear, they found that, as compared to 45° and 60° as compared to supine position (14). The impact of

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Page 4 of 9 Mezidi and Guérin. Impact of body position on respiratory mechanics

supine position was not clinically significant with the improve survival (1,18) its effect on respiratory mechanics
use of external PEEP except for plateau pressure (24 vs. might be implicated in the patient outcome. We will see
16.5 cmH2O) (14). that these effects are complex and it is not so clear we can
capture a scenario that would explain the better survival
observed in trials from the change in respiratory mechanics
Effects of lateral position on lung volumes and
in prone.
respiratory mechanics in the critically ill

Critically ill patients can be manually turned laterally


Lung volumes
during the prone position maneuver for a few minutes,
or left longer in lateral position for preventing pressure A few studies measured EELV in supine and prone position
sores or treating atelectasis. Modern ICU beds propose an in ARDS patients, by using the helium dilution technique.
automatic rotation of the patients at a given inclination and These studies consistently found higher values of EELV
more advanced devices provide with a continuous lateral in prone as compared to supine position: 1,290±570 vs.
rotation with steep lateral position. 1,170±410 mL (P>0.05) (19), 1,570±720 vs. 1,400±640 mL
(P<0.01) (20), and 1,480±130 vs. 1,030±90 mL (P<0.01) (21).
As CT scan studies demonstrated that prone position induced
Lung volumes
lung recruitment and reduced lung overdistension (22),
There is no data on lung volumes in the lateral position in it is highly likely that the increase in EELV found in above
ICU patients to our knowledge. studies reflected lung recruitment.

Respiratory mechanics Respiratory mechanics

Transient lateral position Chest wall elastance


Thomas et al. (15) showed a decrease in respiratory As ARDS patients under invasive mechanical ventilation
compliance, independently of the presence of lung infiltrate. are proned there should be less compression of the lungs
No change in oxygenation was found. from the weight of mediastinum and heart and also from
We recently reported our results of the continuous the heavy sponge-like ARDS lung (23). Furthermore, the
monitoring of the respiratory mechanics during the prone anterior chest wall is now lying on the mattress and may
position maneuver in a series of ARDS patients (16). receive part of the increase in abdominal pressure that
Respiratory mechanics was measured breath by breath by stems from proning. All together these factors should result
using the classic least square regression fitting on the signals in higher chest wall elastance in prone as compared to
of pressure and flow. This technique is highly accurate in supine position. Indeed, the increase in chest wall elastance
patients under sedation and paralysis as those we studied. in the prone position has been consistently found in ARDS
Lateral position was associated with an immediate rise in patients in five studies done over the last 20 years (Figure 2).
airway resistance by 2 cmH2O/L/s and in chest wall and It should be noted that in the study by Mentzelopoulos
lung elastance by 3 and 2 cmH 2O/L, respectively. The et al. (21) the increase in prone was statistically significant
changes were similar in left or right lateral position (16). from supine only for tidal volume greater than 0.6 L.
Whilst chest wall elastance is not commonly measured,
Automated rotation respiratory system elastance or compliance (=1/elastance)
In terms of respiratory mechanics one study found a can be measured in routine in ARDS patients. The results
significant reduction in respiratory system compliance at the regarding the change in respiratory system compliance in
time a steep lateral position was reached (17). The magnitude prone position in ARDS patients are not consistent across
of the effect was the same at both right and left sides. the eight studies reported over the last 20 years (16,19-
21,24-27), some studies showing an increase and others
no change or a decrease (Table 1). Assuming a systematic
Effects of prone position on lung volumes and
increase in chest wall elastance in prone, one would
respiratory mechanics in ARDS
conclude that lung elastance would not change, increase
As prone position is an intervention that has been shown to or decrease if respiratory system elastance decreases by the

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Supine
Supine Prone
Prone
30
30

25
25

(cmH2O/L)
20
20

(cmH2O/L)
15
15
Est, cw
Est,cw
10
10

0
Pelosi
Pelosi Guerin
Guérin Mentzelopoulos
Mentzelopoulos Pelosi
Pelosi Riad
Riad

Figure 2 Chest wall elastance in supine and prone position in ARDS patients in five studies. P<0.05 for all the studies. Bars are standard
deviation. ARDS, acute respiratory distress syndrome.

Table 1 Respiratory mechanics in supine and prone position in patients with ARDS reported in the literature
Pelosi Guerin Blanch Servillo Pelosi Vieillard-Baron
Variable Mentzelopoulos 2005 Riad 2018
1998 1999 1996 1997 2003 2005

N patients 16 10 10 23 12 10 11 41

VT (mL) 682 669 490 NA NA ~600 NA 350

VT (mL/kg mbw) 10 9 NA 6–10 8–10 7 8.1 4

VT (mL/kg pbw) NA NA 7 NA NA NA NA 6

PEEP baseline (cmH2O) 12 9 13 10 10 14 6 9

PaO2/FiO2 baseline (mmHg) 151 136 86 78 124 112 80 116

PaO2/FiO2 prone (mmHg) 190 204 133 115 153 182 137 NA

Time in prone 2 hours 1 hour 2 hours 1 hour 15 min 2 hours NA A few minutes

Variation of Crs in prone None None None Increase Increase None None Increase

Variation of Rrs in prone None None None NA NA NA Decrease None

Variation of EL in prone None None Decrease NA NA Decrease NA None

Variation of RL in prone None None Decrease in additional NA NA NA NA Increase


tissue resistance

Method of measurement of Static Static Static Static PV curve Static PV curve Least square
respiratory mechanics regression

Ventilator Servo Servo Servo 300 Servo 900 Servo Servo 300 PB 7200 GE R860
300 900 C C/PB 7200 900 C

Inclination from horizontal NA 20° 60° NA NA NA NA 0°


plane in supine

Inclination from horizontal NA 0° 0° NA NA NA NA 0°


plane in prone
ARDS, acute respiratory distress syndrome; VT, tidal volume; mpw, measured body weight; pbw, predicted body weight; NA, not available;
PEEP, positive end expiratory pressure; FiO2, inspired oxygen fraction in air; Crs, compliance of the respiratory system; Rrs, resistance of
the respiratory system; EL, lung elastance; RL, lung resistance.

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same magnitude, decreases more than chest wall elastance and the reopening of lung units in the dependent part of the
or does not change, respectively. Pelosi et al. (19) showed lungs in prone position. With the rapid growing interest in
that the variation in prone position of chest wall compliance the esophageal pressure in the critically ill (32) more studies
was correlated to the variation of oxygenation (reflected should be done in the field.
by PaO2/FiO2), namely oxygenation increased in prone as
much as chest wall compliance decreased.
Effect of PEEP on respiratory mechanics in prone position
In a recent study on the very short term effects of the
prone position maneuver on respiratory mechanics we The interaction between PEEP and prone position
confirmed the increase of chest wall elastance between remains of the utmost interest in ARDS patients but data
supine and prone position both at 0° inclination (16). are surprisingly limited. As in supine position, the “ideal”
PEEP, which simply does not exist, has not been found in
Driving pressure prone position. In pigs whose lungs were injured with oleic
It is the difference between plateau pressure and total acid the nadir of the gain in oxygenation after a recruitment
PEEP. It is very attractive at this moment for two reasons. maneuver was maintained in prone position at PEEP
First, a very sophisticated statistical post-hoc analysis 15 cmH 2O but neither in prone PEEP 8 nor in supine
showed that driving pressure, computed as plateau pressure PEEP 15 (33). Therefore, it has been concluded that prone
minus PEEP, was the strongest predictor of hospital position would act as a PEEP of 7 cmH2O in terms of
mortality (28). Second, as driving pressure is the ratio of oxygenation effects (33). However, in humans with ARDS
tidal volume to compliance, and as compliance is related PEEP and prone position had additive (and not synergistic)
to aerated lung mass, driving pressure could reflect lung effects. Indeed, Gainnier et al. (34) demonstrated that
strain (29). In our recent short term study the driving the interaction of PEEP and prone position did not alter
pressure of the respiratory system did not change significantly oxygenation. The oxygenation, assessed from
significantly in prone position (16). It is worth notice that PaO 2/FiO 2, was systematically better in prone than in
the accurate computation of driving pressure requires supine at any level of PEEP but the difference in PaO2/
measuring PEEP at zero flow and is sensitive to the end- FiO2 between both positions was similar across the PEEP
inspiratory plateau pressure time of measurement (30). levels (34). The effect of PEEP in either position was
significant for diffuse ARDS but not for focal ARDS (34).
Trans-pulmonary pressure In this study PaO 2 /FiO 2 ratio was on average always
In the prone position, as discussed above, the respiratory lower than 150 mmHg in supine position at any PEEP
driving pressure may be less precise than in the supine whilst in prone position it was systematically greater than
position because the chest wall elastance changes, and hence 150 mmHg from PEEP 5 cmH2O (34). This indicates that
the plateau pressure may include a chest wall component. oxygenation can be easily improved at low PEEP in prone
Therefore, the measurement of the trans-pulmonary position. Vieillard-Baron et al. (27) confirmed the additive
driving pressure is more relevant. Mentzelopoulos et al. effect of PEEP and prone position on oxygenation at PEEP
demonstrated in ARDS patients that transpulmonary of 6 cmH2O. They also found that prone position was able
driving pressure (defined as the difference between end- to reintegrate lung units with long-time constants into the
inspiratory and end-expiratory transpulmonary pressure ventilation.
at zero flow) was reduced with prone position with 0° A new concept recently came out which consisted
inclination (as compared to sitting position), which should of setting the PEEP in order to reach a positive trans-
indicate a reduction in lung strain (21). In a canine model pulmonary end expiratory pressure (35). This would reflect
of acute lung injury induced by hypervolemia that mostly the reopening of some lung units in particular these in the
resulted in increased abdominal pressure, Mutoh et al. (31) dependent parts of the lungs. Data with this strategy in
showed a reduction of pleural pressure in the dependent prone position are ongoing (36).
part of the lungs and a homogenization in pleural pressure The issue of oxygenation in ARDS is currently much
gradient throughout the lungs. Assuming a constant airway less important as compared to the prevention of ventilator-
opening pressure this result should indicate an increase of induced lung injury. This latter is, however, beyond the
transpulmonary pressure in the dependent lung regions, a scope of this chapter. However, as discussed above the
more homogeneous distribution of transpulmonary pressure driving pressure is an indirect marker of strain.

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Table 2 Effects of changing position from supine on respiratory mechanics and oxygenation in ARDS patients
Variable Sitting/upright position Lateral position Prone position

Functional residual capacity or end-expiratory lung volume ↑ NA ↑

Respiratory resistance ↓ ↑ ↓ or →

Respiratory compliance ↑ or → ↓ ↑ or →

Lung compliance NA ↓ ↑

Chest wall compliance NA ↓ ↓

Driving pressure NA NA →

Intrinsic PEEP ↓ NA ↓

Work of breathing ↓ NA NA

Oxygenation ↑ → ↑
↑, increase from the supine position; →, no change from the supine position ↓, decrease from the supine position. ARDS, acute respiratory
distress syndrome; NA, not available; PEEP, positive end expiratory pressure.

In patients under general anesthesia for scheduled supine and prone position not defined, and small number
surgery (37), rising PEEP from 6 to 12 cmH2O in the prone of patients (less than 20 most of the time). The second is
position was associated with a reduction of derecruitment that other factors than respiratory mechanics can result
or overdistension (evaluated on compliance-volume curve). from proning with beneficial impact on patient outcome
like hemodynamics effects. The impact of prone position
on respiratory mechanics is complex. The increase in chest
To sum up
wall elastance is a central mechanism of the impact of prone
Table 2 summarizes the impact of positions on the position on respiratory mechanics. Angulation may have an
respiratory system mechanics. important role by modulating the effect of the abdominal
Supine position (lying flat) or lateral position do content on the chest wall mechanics.
not seem beneficial for critically ill patients in terms of
respiratory mechanics. The sitting position (with thorax
Perspectives
angulation >30° from the horizontal plane) is associated
with improvement of FRC, oxygenation and reduction of Clearly additional studies are needed regarding the effects
work of breathing. There is a critical angle of inclination in of prone position on respiratory mechanics to take into
the seated position above which the increase in abdominal account limitations previously discussed.
pressure contributes to increase chest wall elastance and
offset the increase in FRC.
Acknowledgements
The nature and magnitude of the effects of prone
position on respiratory mechanics should not explain per None.
se the effects of proning on mortality in severe ARDS
patients. Two reasons may explain this hypothesis. The first
Footnote
is that the resolution of the methods to measure respiratory
mechanics may miss important regional effects, like stress Conflicts of Interest: The authors have no conflicts of interest
and strain homogenization, that is major contributor of to declare.
ventilator-induced lung injury prevention and hence patient
outcome. It is also worth of notice that studies on the effects
References
of prone position on respiratory mechanics were done more
than a decade ago, with tidal volume greater than 6 mL/kg 1. Guerin C, Reignier J, Richard JC, et al. Prone positioning
predicted body weight for most of them, inclination in both in severe acute respiratory distress syndrome. N Engl J

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Cite this article as: Mezidi M, Guérin C. Effects of patient


positioning on respiratory mechanics in mechanically ventilated
ICU patients. Ann Transl Med 2018;6(19):384. doi: 10.21037/
atm.2018.05.50

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CHEST Supplement
ANTITHROMBOTIC THERAPY AND PREVENTION OF THROMBOSIS, 9TH ED: ACCP GUIDELINES

Prevention of VTE in Nonsurgical Patients


Antithrombotic Therapy and Prevention of Thrombosis,
9th ed: American College of Chest Physicians
Evidence-Based Clinical Practice Guidelines
Susan R. Kahn, MD; Wendy Lim, MD; Andrew S. Dunn, MD; Mary Cushman, MD;
Francesco Dentali, MD; Elie A. Akl, MD, MPH, PhD; Deborah J. Cook, MD, MSc(Epi);
Alex A. Balekian, MD, MSHS; Russell C. Klein, MD; Hoang Le, MD, FCCP;
Sam Schulman, MD; and M. Hassan Murad, MD, MPH

Background: This guideline addressed VTE prevention in hospitalized medical patients, outpa-
tients with cancer, the chronically immobilized, long-distance travelers, and those with asymp-
tomatic thrombophilia.
Methods: This guideline follows methods described in Methodology for the Development of Anti-
thrombotic Therapy and Prevention of Thrombosis Guidelines: Antithrombotic Therapy and Pre-
vention of Thrombosis, 9th ed: American College of Chest Physicians Evidence-Based Clinical
Practice Guidelines in this supplement.
Results: For acutely ill hospitalized medical patients at increased risk of thrombosis, we recom-
mend anticoagulant thromboprophylaxis with low-molecular-weight heparin (LMWH), low-dose
unfractionated heparin (LDUH) bid, LDUH tid, or fondaparinux (Grade 1B) and suggest against
extending the duration of thromboprophylaxis beyond the period of patient immobilization or
acute hospital stay (Grade 2B). For acutely ill hospitalized medical patients at low risk of throm-
bosis, we recommend against the use of pharmacologic prophylaxis or mechanical prophylaxis
(Grade 1B). For acutely ill hospitalized medical patients at increased risk of thrombosis who are
bleeding or are at high risk for major bleeding, we suggest mechanical thromboprophylaxis with
graduated compression stockings (GCS) (Grade 2C) or intermittent pneumatic compression (IPC)
(Grade 2C). For critically ill patients, we suggest using LMWH or LDUH thromboprophylaxis
(Grade 2C). For critically ill patients who are bleeding or are at high risk for major bleeding, we
suggest mechanical thromboprophylaxis with GCS and/or IPC at least until the bleeding risk
decreases (Grade 2C). In outpatients with cancer who have no additional risk factors for VTE we
suggest against routine prophylaxis with LMWH or LDUH (Grade 2B) and recommend against
the prophylactic use of vitamin K antagonists (Grade 1B).
Conclusions: Decisions regarding prophylaxis in nonsurgical patients should be made after con-
sideration of risk factors for both thrombosis and bleeding, clinical context, and patients’ values
and preferences. CHEST 2012; 141(2)(Suppl):e195S–e226S

Abbreviations: APLA 5 antiphospholipid antibodies; ASA 5 acetylsalicylic acid; CVC 5 central venous catheter;
GCS 5 graduated compression stockings; HIT 5 heparin-induced thrombocytopenia; HR 5 hazard ratio; INR 5 international
normalized ratio; IPC 5 intermittent pneumatic compression; LDUH 5 low-dose unfractionated heparin; LMWH 5 low-
molecular-weight heparin; PE 5 pulmonary embolism; RAM 5 risk assessment model; RCT 5 randomized controlled
trial; RR 5 risk ratio; SCLC 5 small cell lung cancer; UFH 5 unfractionated heparin; VFP 5 venous foot pump;
VKA 5 vitamin K antagonist

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of administration (eg, daily vs bid vs tid dosing), as
Summary of Recommendations well as on local factors affecting acquisition costs (eg,
Note on Shaded Text: Throughout this guideline, prices of various pharmacologic agents in individual
shading is used within the summary of recommenda- hospital formularies).
tions sections to indicate recommendations that are 2.4. For acutely ill hospitalized medical patients
newly added or have been changed since the pub- at low risk of thrombosis, we recommend against
lication of Antithrombotic and Thrombolytic Therapy: the use of pharmacologic prophylaxis or mechan-
American College of Chest Physicians Evidence- ical prophylaxis (Grade 1B).
Based Clinical Practice Guidelines (8th Edition).
Recommendations that remain unchanged are not 2.7.1. For acutely ill hospitalized medical patients
shaded. who are bleeding or at high risk for bleeding,
we recommend against anticoagulant thrombo-
2.3. For acutely ill hospitalized medical patients prophylaxis (Grade 1B).
at increased risk of thrombosis, we recommend
anticoagulant thromboprophylaxis with low- 2.7.2. For acutely ill hospitalized medical patients
molecular-weight heparin [LMWH], low-dose at increased risk of thrombosis who are bleed-
unfractionated heparin (LDUH) bid, LDUH tid, ing or at high risk for major bleeding, we
or fondaparinux (Grade 1B). suggest the optimal use of mechanical thrombo-
prophylaxis with graduated compression stock-
Remarks: In choosing the specific anticoagulant drug ings (GCS) (Grade 2C) or intermittent pneumatic
to be used for pharmacoprophylaxis, choices should compression (IPC) (Grade 2C), rather than no
be based on patient preference, compliance, and ease mechanical thromboprophylaxis. When bleeding
risk decreases, and if VTE risk persists, we sug-
gest that pharmacologic thromboprophylaxis
Revision accepted August 31, 2011.
Affiliations: From the Department of Medicine (Dr Kahn), be substituted for mechanical thromboprophy-
McGill University, Montreal, QC, Canada; the Department of laxis (Grade 2B).
Medicine (Drs Lim and Cook), Division of Hematology and
Thromboembolism (Dr Schulman), and the Department of Remarks: Patients who are particularly averse to the
Clinical Epidemiology and Biostatistics (Drs Akl and Cook), potential for skin complications, cost, and need for
McMaster University, Hamilton, ON, Canada; the Depart-
ment of Medicine (Dr Dunn), Mount Sinai School of Medicine, clinical monitoring of GCS and IPC use are likely to
New York, NY; the Department of Medicine (Dr Cushman), Uni- decline mechanical prophylaxis.
versity of Vermont and Fletcher Allen Health Care, Burlington,
VT; the Department of Clinical Medicine (Dr Dentali), Univer- 2.8. In acutely ill hospitalized medical patients
sity of Insubria, Varese, Italy; the Department of Medicine
(Dr Akl), University at Buffalo, Buffalo, NY; the Division of Pul- who receive an initial course of thromboprophy-
monary and Critical Care Medicine (Dr Balekian), Keck School of laxis, we suggest against extending the duration
Medicine, University of Southern California, Los Angeles, CA; of thromboprophylaxis beyond the period of
the Huntington Beach Internal Medicine Group (Dr Klein),
Newport Beach, CA; the Department of Pulmonary and Critical patient immobilization or acute hospital stay
Care Medicine (Dr Klein), University of California Irvine School of (Grade 2B).
Medicine, Orange, CA; the Hoag Memorial Hospital Presbyterian
(Dr Le), Newport Beach, CA; the Pulmonary Division (Dr Le), 3.2. In critically ill patients, we suggest against
Fountain Valley Regional Hospital, Fountain Valley, CA; and the routine ultrasound screening for DVT (Grade 2C).
Division of Preventive Medicine and the Knowledge and Evalua-
tion Research Unit (Dr Murad), Mayo Clinic, Rochester, MN.
Funding/Support: The Antithrombotic Therapy and Prevention 3.4.3. For critically ill patients, we suggest using
of Thrombosis, 9th ed: American College of Chest Physicians LMWH or LDUH thromboprophylaxis over no
Evidence-Based Clinical Practice Guidelines received support from prophylaxis (Grade 2C).
the National Heart, Lung, and Blood Institute [R13 HL104758]
and Bayer Schering Pharma AG. Support in the form of educational 3.4.4. For critically ill patients who are bleeding,
grants were also provided by Bristol-Myers Squibb; Pfizer, Inc;
Canyon Pharmaceuticals; and sanofi-aventis US. or are at high risk for major bleeding, we sug-
Disclaimer: American College of Chest Physician guidelines are gest mechanical thromboprophylaxis with GCS
intended for general information only, are not medical advice, and (Grade 2C) or IPC (Grade 2C) until the bleeding
do not replace professional medical care and physician advice,
which always should be sought for any medical condition. The risk decreases, rather than no mechanical throm-
complete disclaimer for this guideline can be accessed at http:// boprophylaxis. When bleeding risk decreases,
chestjournal.chestpubs.org/content/141/2_suppl/1S. we suggest that pharmacologic thromboprophy-
Correspondence to: M. Hassan Murad, MD, MPH, 200 First St
SW, Rochester, MN 55905; e-mail: Murad.Mohammad@mayo.edu laxis be substituted for mechanical thrombo-
© 2012 American College of Chest Physicians. Reproduction prophylaxis (Grade 2C).
of this article is prohibited without written permission from the
American College of Chest Physicians (http://www.chestpubs.org/ 4.2.1. In outpatients with cancer who have no
site/misc/reprints.xhtml).
DOI: 10.1378/chest.11-2296 additional risk factors for VTE, we suggest against

e196S Prevention of VTE in Nonsurgical Patients

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routine prophylaxis with LMWH or LDUH of mechanical or pharmacologic thrombopro-
(Grade 2B) and recommend against the prophy- phylaxis to prevent VTE (Grade 1C).
lactic use of vitamin K antagonists (Grade 1B).

Remarks: Additional risk factors for venous throm-


bosis in cancer outpatients include previous venous Thissurgical
article focuses on prevention of VTE in non-
populations. Because they are addressed
thrombosis, immobilization, hormonal therapy, angio- in other chapters in these guidelines,1,2 we do not
genesis inhibitors, thalidomide, and lenalidomide. include prevention of VTE in patients with trauma
and spinal cord injury and in patients with ischemic
4.2.2. In outpatients with solid tumors who have and hemorrhagic stroke.
additional risk factors for VTE and who are at Adverse consequences of unprevented VTE include
low risk of bleeding, we suggest prophylactic- symptomatic DVT and pulmonary embolism (PE),
dose LMWH or LDUH over no prophylaxis fatal PE, chronic postthrombotic syndrome, and
(Grade 2B). increased risk of recurrent VTE. We consider the desir-
able and undesirable consequences of antithrombotic
Remarks: Additional risk factors for venous throm- prophylaxis to prevent VTE in the following popula-
bosis in cancer outpatients include previous venous tions/patient groups: (1) hospitalized acutely ill med-
thrombosis, immobilization, hormonal therapy, angio- ical patients, (2) critically ill patients, (3) patients with
genesis inhibitors, thalidomide, and lenalidomide. cancer receiving cancer treatment in the outpatient
setting, (4) patients with cancer with indwelling
4.4. In outpatients with cancer and indwelling
central venous catheters (CVCs), (5) Chronically
central venous catheters, we suggest against
immobilized patients, (6) long-distance travelers, and
routine prophylaxis with LMWH or LDUH
(7) asymptomatic persons with thrombophilia. We
(Grade 2B) and suggest against the prophylactic
also consider the use of statins (HMG-CoA reduc-
use of vitamin K antagonists (Grade 2C).
tase inhibitors) to prevent VTE. Table 1 describes the
5.1. In chronically immobilized persons resid- question definition (population, intervention, com-
ing at home or at a nursing home, we suggest parator, and outcome) and eligibility criteria for
against the routine use of thromboprophylaxis studies considered in each section of this article.
(Grade 2C).
1.0 Methods
6.1.1. For long-distance travelers at increased
risk of VTE (including previous VTE, recent The methodology of these guidelines follows the general
surgery or trauma, active malignancy, preg- approach of Methodology for the Development of Antithrombotic
Therapy and Prevention of Thrombosis Guidelines. Antithrom-
nancy, estrogen use, advanced age, limited botic Therapy and Prevention of Thrombosis, 9th ed: American
mobility, severe obesity, or known thrombo- College of Chest Physicians Evidence-Based Clinical Practice
philic disorder), we suggest frequent ambula- Guidelines in this supplement.3 In brief, panel members con-
tion, calf muscle exercise, or sitting in an aisle ducted literature searches to update the existing evidence base,
seat if feasible (Grade 2C). seeking systematic reviews and trials published since the previous
iteration of the guidelines, and rated the quality of the evidence
using the Grading of Recommendations Assessment, Develop-
6.1.2. For long-distance travelers at increased
ment, and Evaluation framework. The panel considered the bal-
risk of VTE (including previous VTE, recent ance of benefits and harm, patients’ values and preferences, and
surgery or trauma, active malignancy, preg- patients’ context and resources to develop weak or strong recom-
nancy, estrogen use, advanced age, limited mendations. In this article, we identified three areas with sparse
mobility, severe obesity, or known thrombo- high-quality evidence: (1) the benefits of prophylaxis as mea-
sured by reduction of the incidence of symptomatic VTE events,
philic disorder), we suggest use of properly
(2) resource use and cost-effectiveness, and (3) the benefits of
fitted, below-knee GCS providing 15 to 30 mm screening strategies for VTE in nonsurgical patients.
Hg of pressure at the ankle during travel (Grade
2C). For all other long-distance travelers, we 1.1 Outcomes of Interest
suggest against the use of GCS (Grade 2C). We selected similar patient-important outcomes across recom-
mendations. These include symptomatic DVT, PE, death from
6.1.3. For long-distance travelers, we suggest PE, major bleeding, heparin-induced thrombocytopenia (HIT),
against the use of aspirin or anticoagulants to and mechanical thromboprophylaxis complications (when appli-
prevent VTE (Grade 2C). cable). In addition, for patients with CVCs, we include catheter
failure as an outcome.
7.1. In persons with asymptomatic thrombo- As the mortal outcome of greatest interest, when data were
available, we have chosen treatment-related mortality (PE deaths,
philia (ie, without a previous history of VTE), hemorrhagic deaths). For pharmacologic interventions, when
we recommend against the long-term daily use available, we provide data on fatal bleeding and fatal intracranial

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Table 1—[Introduction] Structured Clinical Questions

e198S
Population Intervention(s) Comparator Outcome Methodology
Hospitalized acutely ill medical Mechanical prophylaxis (GCS, IPC, No treatment, placebo, Symptomatic DVT and PE, RCTs
patients IVC filter) and/or pharmacologic mechanical prophylaxis, and/or death, major bleeding events,
prophylaxis (ASA, LDUH, pharmacologic prophylaxis mechanical prophylaxis
LMWH, fondaparinux, VKA, oral complications
DTI, oral direct Xa inhibitors)
LDUH bid LDUH tid
Extended-duration pharmacologic Short-duration prophylaxis
prophylaxis, after initial
short-duration prophylaxis
Any screening for asymptomatic No screening
VTE with ultrasound
All patients admitted to a critical Routine screening with ultrasound No screening Symptomatic DVT, PE, death, RCTs and observational studies
care unit for asymptomatic VTE major bleeding events
LMWH, LDUH No treatment, placebo, Symptomatic DVT and PE, death, RCTs and observational studies
mechanical prophylaxis, and/or major bleeding events,
pharmacologic prophylaxis mechanical prophylaxis
complications
Patients with cancer
Receiving cancer treatment in Mechanical prophylaxis (GCS) No treatment, placebo, Symptomatic DVT and PE, death, RCTs and observational studies
outpatient setting and/or pharmacologic prophylaxis (ASA, mechanical prophylaxis, and/or major bleeding events,
LDUH, LMWH, fondaparinux, VKA, pharmacologic prophylaxis mechanical prophylaxis
oral DTI, oral direct Xa inhibitors) complications
With indwelling central Pharmacologic prophylaxis (ASA, No treatment, placebo, or Symptomatic DVT and PE, death, RCTs and observational studies
venous catheters LDUH, LMWH, fondaparinux, pharmacologic prophylaxis major bleeding events, catheter
VKA, oral DTI, oral direct Xa inhibitors) failure
Chronically immobilized patients Mechanical prophylaxis (GCS) and/ No treatment, placebo, Symptomatic DVT and PE, death, RCTs and observational studies
(e.g. nursing home or rehab residents, or pharmacologic prophylaxis mechanical prophylaxis, and/or major bleeding events,
immobilized persons living at home) (ASA, LDUH, LMWH, pharmacologic prophylaxis mechanical prophylaxis
fondaparinux, VKA, oral DTI, complications

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oral direct Xa inhibitors)
Long-distance travelers GCS, LMWH, ASA No treatment, placebo, Symptomatic DVT, PE, death, RCTs and observational studies
mechanical prophylaxis, and/or major bleeding events
pharmacologic prophylaxis
All patients Prognostic factors associated with N/A Symptomatic DVT and PE, death RCTs and observational studies
risk of VTE from PE
All patients Prognostic factors associated with N/A Major bleeding events, death from RCTs and observational studies
risk of bleeding bleeding
Asymptomatic persons with Mechanical prophylaxis (GCS) and/ No treatment or placebo Symptomatic DVT, PE, death, major RCTs and observational studies

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thrombophilia (inherited or pharmacologic prophylaxis bleeding events
thrombophilia, LAC, APLA) (ASA, LDUH, LMWH, VKA)
Asymptomatic persons (ie, no previous VTE) Statins No treatment or placebo Symptomatic DVT, PE, death RCTs and observational studies
For tradeoff of benefits and harms, only symptomatic VTE events are considered. APLA 5 antiphospholipid antibodies; ASA 5 acetylsalicylic acid; DTI 5 direct thrombin inhibitor; GCS 5 graduated
compression stockings; IPC 5 intermittent pneumatic compression; IVC 5 inferior vena cava; LAC 5lupus anticoagulant; LDUH 5 low-dose unfractionated heparin; LMWH 5 low-molecular-weight
heparin; PE 5 pulmonary embolism; RCT 5 randomized controlled trial; VKA 5 vitamin K antagonist.

Prevention of VTE in Nonsurgical Patients


bleeding as a subset of all-cause mortality, and for the outcome of supplementary tables not contained in the body of the article and
major bleeding, when available, we provide data on intracranial available online. See the “Acknowledgments” for more informa-
bleeding and GI bleeding (the most common type of “critical tion.). Also, there is uncertainty about the generalizability of trial
organ” bleeding expected in nonsurgical populations). Given that results to other populations, as in many of the trials the ratio of
anticoagulants used to prevent VTE are administered for short patients screened to patients enrolled was very high (eg,  100),
periods of time, major bleeding and fatal bleeding are likely to be and probable underestimation of absolute numbers of symptom-
rare events, except during critical illness. atic events, as patients diagnosed with asymptomatic DVT via
trial-mandated screening tests are typically treated with anticoag-
1.2 Values and Preferences ulants. Incidence estimates from most observational studies were
Little is known about the distribution of patients’ values and unsatisfactory because they were not stratified by the use of thrombo-
preferences in the context of VTE prevention in nonsurgical set- prophylaxis and were also reported in very heterogenous popula-
tings. In developing the recommendations for this guideline, pan- tions (Table S2).
elists made estimates of patients’ values and preferences often To estimate baseline risk for patients with low and high VTE
using indirect data from other settings (eg, values and preferences risk, we used data from risk assessment models (RAMs). Several
that pertain to anticoagulation in atrial fibrillation). RAMs have been proposed for use in hospitalized medical patients
In our populations, the weights (relative importance) given to (Table S3).5-7 Limitations of most RAMs include lack of prospec-
the harmful effects (disutilities) of the most representative types of tive validation, applicability only to high-risk subgroups, inade-
critical organ bleeding, namely GI or, less commonly, intracranial quate follow-up time, and excessive complexity.
bleeding, will greatly impact the tradeoff between desirable and In a prospective observational study of 1,180 inpatients, a
undesirable consequences of antithrombotic therapy. There are predefined RAM (Padua Prediction Score, modified after
limited data to guide us with respect to the relative impact of VTE Kucher8) assigned points to 11 common VTE risk factors (Table 2)9
events vs bleeding events on patient-perceived state of health; and categorized hospitalized medical patients as low risk
available evidence suggests values and preferences for treatments (, 4 points; 60.3% of patients) or high risk ( 4 points; 39.7% of
and for health states vary appreciably between individuals.4 patients) for VTE. Attending physicians were not notified of
In a values rating exercise, Antithrombotic Therapy and Pre- their patients’ risk categories. Patients were followed for symp-
vention of Thrombosis, 9th ed: American College of Chest Physi- tomatic VTE for 90 days. VTE occurred in 11.0% of high-risk
cians Evidence-Based Clinical Practice Guidelines panelists used patients who did not receive prophylaxis vs 0.3% of low-risk
a “feeling thermometer” with anchors at 0 (representing death) patients, a . 30-fold difference in risk (hazard ratio [HR], 32.0;
and 100 (representing full health) to rate patient scenarios for var- 95% CI, 4.1-251.0). Among 711 low-risk patients, two (0.3%)
ious clinical outcomes in terms of the value placed on a year in developed VTE (1 PE, 1 PE with DVT). Among 283 high-risk
which the events depicted in the scenario occurred.3 Median rat- patients who did not receive prophylaxis, the risk of DVT was
ings were similar for the outcomes of symptomatic DVT, PE, and 6.7%, nonfatal PE 3.9%, and fatal PE 0.4%. Hence, for base-
catheter thrombosis (80, 75, and 80, respectively) and severe GI line risk for low- and high-risk strata, we used risk estimates
bleeding (75), whereas the median rating for intracranial bleeding provided by the Padua Prediction Score.9 Despite the limita-
(stroke scenario) was 40. Therefore, we used 1:1 ratio of symp- tions of this risk model (small number of events, suboptimal
tomatic VTE to major extracranial bleeding and 2.5:1 ratio of
symptomatic VTE to intracranial bleeding for tradeoffs. Table 2—Risk Factors for VTE in Hospitalized
We considered that preventative and screening recommenda- Medical Patients9
tions require higher-quality evidence supporting benefit than
therapy recommendations. This decision is a value-based judg- Risk Factor Points
ment. In making our recommendations, when there is uncertain Active cancera 3
benefit and an appreciable probability of important harm or Previous VTE (with the exclusion of superficial vein 3
patient burden associated with treatment, we recommend against thrombosis)
such treatments. Reduced mobilityb 3
1.3 Estimating Baseline Risk Already known thrombophilic conditionc 3
Recent ( 1 mo) trauma and/or surgery 2
In making clinical recommendations, guideline developers Elderly age ( 70 y) 1
need to consider the balance of benefits and harms in terms of Heart and/or respiratory failure 1
absolute treatment effect on patient-important symptomatic Acute myocardial infarction or ischemic stroke 1
events in addition to relative measures of risk. The panelists of the Acute infection and/or rheumatologic disorder 1
four articles dealing with VTE prevention faced challenges in Obesity (BMI  30) 1
finding these data and developed several possible approaches for Ongoing hormonal treatment 1
estimating the effect of prophylaxis on the incidence of symptom-
In the Padua Prediction Score risk assessment model, high risk of
atic VTE events. In this article, we used two different approaches
for hospitalized patients in non-critical care settings and for criti- VTE is defined by a cumulative score  4 points. In a prospective
cally ill patients, based on the availability of data. observational study of 1,180 medical inpatients, 60.3% of patients
were low risk and 39.7% were high risk. Among patients who did not
1.3.1 Baseline Risk in Hospitalized Medical Patients: Since receive prophylaxis, VTE occurred in 11.0% of high-risk patients
medical patients have a significantly heterogeneous risk for VTE, vs 0.3% of low-risk patients (HR, 32.0; 95% CI, 4.1-251.0). Among
the guideline panel sought to evaluate preventive strategies in two high-risk patients, the risk of DVT was 6.7%, nonfatal PE 3.9%, and
different strata of patients (low risk and high risk). We decided fatal PE 0.4%.9 HR 5 hazard ratio.
against simply using as the baseline estimate the pooled average aPatients with local or distant metastases and/or in whom chemotherapy

risk of DVT (0.8%) and PE (0.4%) reported in the control arms of or radiotherapy had been performed in the previous 6 mo.
the randomized controlled trials (RCTs) of thromboprophylaxis in bAnticipated bed rest with bathroom privileges (either because of

hospitalized medical patients, as it is evident from the trials’ eligi- patient’s limitations or on physician’s order) for at least 3 d.
bility criteria that patients with heterogeneous risk were enrolled cCarriage of defects of antithrombin, protein C or S, factor V Leiden,

(Table S1) (Tables that contain an “S” before the number denote G20210A prothrombin mutation, antiphospholipid syndrome.

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validation), this model provides the best available basis for accounts for about one-fourth of all VTE events in
judging hospitalized patients’ risk. the community.17,18 Among hospitalized patients, 50%
We considered a number of options for baseline risk of
major bleeding. We considered bleeding events reported in the
to 75% of VTE events, including fatal PE, occur in
Padua prediction score study. However, this study stratified those hospitalized on the medical service.16,19 Risk
bleeding events according to thrombosis risk, not bleeding risk factors for VTE in hospitalized medical patients
(1 of 283 in the low VTE risk group [0.4%; 95% CI, 0.0-2.0] include intrinsic factors, such as increasing age (espe-
and 1 of 711 in the high VTE risk group [0.1%; 95% CI, 0.0-0.8]).9 cially . 70 years), previous VTE, known thrombo-
We also considered bleeding events in a large observational
study by Decousus10; however, this study did not report bleeding
philia, and various comorbid illnesses, such as cancer,
according to use of pharmacoprophylaxis. Therefore, we chose heart failure, or respiratory failure, and extrinsic fac-
to use 0.4% (19 of 4,304) derived from the control arm of trials tors, such as immobilization for  3 days and hor-
of thromboprophylaxis in medical patients as the estimate of monal medications5,20-22 (Table 2).9
baseline risk of major bleeding (section 2.1). Where possible,
we presented data on intracranial bleeding separately from major
bleeding events. 2.2 Risk Factors for Bleeding
in Hospitalized Medical Patients
1.3.2 Baseline Risk in Critically Ill Patients: Critical care
trials have routinely screened patients for asymptomatic DVT, A recent multinational observational study reported
which are usually promptly treated if detected. Hence, an on risk factors at admission that were indepen-
accurate estimate of risk of symptomatic DVT is not available dently predictive of in-hospital bleeding (the analysis
from trials of critically ill patients receiving no prophylaxis, and
combined major and nonmajor clinically relevant
PE events are generally rare. We used two approaches to esti-
mate the baseline risk and absolute risk difference in critically bleeding) among 10,866 hospitalized medical patients.
ill patients. When symptomatic events were reported, such as The strongest risk factors were active gastroduo-
DVT in the trials by Shorr et al11 and in PROTECT,12 we used denal ulcer, bleeding in 3 months before admission, and
these data directly to estimate the baseline risk, relative risk platelet count , 50 3 109/L, followed by age . 85 years,
(RR), and risk difference. When symptomatic events were not
hepatic failure, severe renal failure, and ICU or
reported in the trials, such as the PE outcome in trials that
compared unfractionated heparin (UFH) or low-molecular- critical care unit admission (Table 3).10 Although
weight heparin (LMWH) vs placebo, we opted to use a base- data on incidence of bleeding were not provided
line risk derived from symptomatic PEs reported in three separately by use vs nonuse of prophylaxis (overall
observational studies.13-15 The risk ratio (RR) was derived from rate of major bleeding was 0.76%), the above vari-
the trials in which events were likely a mix of symptomatic and
ables remained predictive of bleeding when the
asymptomatic events. The former approach has the advantage
of directness but may suffer from imprecision and poor appli- model was adjusted for pharmacologic prophylaxis.
cability. The latter approach requires imputations that make A bleeding risk score that included these and addi-
the evidence indirect. tional variables was developed by the authors, who
reported that more than one-half of all major
2.0. Hospitalized Acutely bleeding episodes occurred in the 10% of hospital-
Ill Medical Patients ized medical patients who had a bleeding risk
score  7.0.
2.1 Risk Factors for VTE in
Although this risk score is complex and has not yet
Hospitalized Medical Patients
been validated, the panel considered patients to have
Hospitalization for acute medical illness is associ- an excessive risk of bleeding if they had multiple risk
ated with an eightfold increased risk of VTE16 and factors or had one of the three risk factors with

Table 3—Independent Risk Factors for Bleeding in 10,866 Hospitalized Medical Patient10

Risk Factora Total Patients, No. (%) (N 5 10,866) OR (95% CI)


Active gastroduodenal ulcer 236 (2.2) 4.15 (2.21-7.77)
Bleeding in 3 mo before admission 231 (2.2) 3.64 (2.21-5.99)
Platelet count , 50 3 109/L 179 (1.7) 3.37 (1.84-6.18)
Age  85 y (vs , 40 y) 1,178 (10.8) 2.96 (1.43-6.15)
Hepatic failure (INR . 1.5) 219 (2.0) 2.18 (1.10-4.33)
Severe renal failure (GFR , 30 mL/min/m2) 1,084 (11.0) 2.14 (1.44-3.20)
ICU or CCU admission 923 (8.5) 2.10 (1.42-3.10)
Central venous catheter 820 (7.5) 1.85 (1.18-2.90)
Rheumatic disease 740 (6.8) 1.78 (1.09-2.89)
Current cancer 1,166 (10.7) 1.78 (1.20-2.63)
Male sex 5,367 (49.4) 1.48 (1.10-1.99)
Data shown were obtained by multiple logistic regression analysis for characteristics at admission independently associated with in-hospital bleeding
(major bleeding and clinically relevant nonmajor bleeding combined). GFR 5 glomerular filtration rate; INR 5 international normalized ratio.
aAlthough not specifically studied in medical patients, one would also expect dual antiplatelet therapy to increase the risk of bleeding.

e200S Prevention of VTE in Nonsurgical Patients

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the strongest association with bleeding (OR . 3.0):

Low due to risk of bias

aBaseline risk for DVT and PE in low-risk population were derived from the RAM by Barbar et al.9 Baseline risk for mortality and bleeding is derived from the control arm of medical patients in a meta-analysis (Dentali et al).24
Evidence (GRADE)

and imprecisionb
active gastroduodenal ulcer, bleeding in 3 months

Quality of the

Moderate due to

Moderate due to

Moderate due to

Moderate due to
before admission, and platelet count , 50 3 109/L.

imprecisionb

imprecisionb

imprecisionb

imprecisionb
Table 4—[Section 2.3] Summary of Findings: Should Anticoagulant Prophylaxis (LMWH, UFH, Fondaparinux) vs Placebo/No Treatment Be Used in
2.3 Any Anticoagulant vs None to Prevent VTE
We used data from three contemporary, high-quality

GRADE 5 Grades of Recommendations, Assessment, Development, and Evaluation; RR 5 risk ratio; UFH 5 unfractionated heparin. See Table 1 legend for expansion of other abbreviations.
systematic reviews to assess the benefits and harms of

bWe will consider the presence of serious imprecision when there are , 300 events in total (events in treatment and control patients) or when CIs include appreciable harms and benefits.
anticoagulant prophylaxis vs no prophylaxis in hospi-

8,605 (8 RCTs) 10-110 d


talized, acutely ill medical patients.23-25 In general, the

(Studies) Follow-up

5,206 (4 RCTs) 1-14 d

5,206 (6 RCTs) 1-22 d

7,355 (5 RCTs) 1-22 d

4,624 (3 RCTs) 6-21 d


No. of Participants
trials included acutely ill hospitalized patients (typi-
cally, the mean age of enrolled patients was . 65 years)
admitted for congestive heart failure, severe respi-
ratory disease, or acute infectious, rheumatic, or
inflammatory conditions, who were immobilized and
had one or more additional VTE risk factors including
but not limited to age . 40 years, active cancer, pre-
vious VTE, or serious infection (Table S2). Prophy-

Relative Effect (95% CI)


lactic anticoagulant regimens included low-dose

RR, 0.61 (0.23-1.67)

OR, 1.32 (0.73-2.37)

OR, 0.97 (0.79-1.19)

OR, 0.91 (0.54-1.53)


RR, 0.47 (0.22-1)
unfractionated heparin (LDUH) tid, LDUH bid, var-
ious LMWHs, and fondaparinux. Duration of use of
prophylaxis ranged from 6-21 days or discharge from
hospital, whichever came first. In all trials, routine Hospitalized Medical Patients?24-26
screening for DVT was performed.
Meta-analysis of these trials demonstrates that
anticoagulant thromboprophylaxis is associated with
significant reduction in fatal PEs (RR, 0.41; 95% CI,
Risk Difference With Anticoagulant Prophylaxis (95% CI)

0.22-0.76; two fewer per 1,000 [95% CI, from one


fewer to three fewer]). When we apply the relative

15 fewer per 1,000 (from 30 fewer to 26 more)


34 fewer per 1,000 (from 51 fewer to 0 more)
1 fewer per 1,000 (from 1 fewer to 0 more)

1 fewer per 1,000 (from 1 fewer to 1 more)

1 more per 1,000 (from 1 fewer to 6 more)

1 fewer per 1,000 (from 9 fewer to 8 more)

1 fewer per 1,000 (from 6 fewer to 7 more)


effect of anticoagulant thromboprophylaxis obtained
from these meta-analyses to baseline risks obtained
from risk assessment models, we find that throm-
boprophylaxis is associated with a reduction in symp-
tomatic DVT (RR, 0.47; 95% CI, 0.22-1; one fewer
Anticipated Absolute Effects

per 1,000 [95% CI, from one fewer to 0 fewer] in low-


risk patients; 34 fewer per 1,000 [95% CI, from 51 fewer
to 0 fewer] in high-risk patients). The effect on non-
fatal PE, major bleeding, and all-cause mortality was
not statistically significant and is described in terms
of relative and absolute effects (Table 4, Table S4).
No trial reported the incidence of HIT.
Based on these data, the panel judged that moderate-
quality evidence suggests that thromboprophylaxis
is effective in reducing symptomatic DVT and fatal
PE in acutely ill, hospitalized, immobilized medical
Baseline Riska

67 per 1,000

39 per 1,000

45 per 1,000

13 per 1,000
2 per 1,000

2 per 1,000

4 per 1,000
High risk

High risk
Low risk

Low risk

patients who have characteristics similar to those


enrolled in the above RCTs, and moderate-quality
evidence suggests a modest relative and very small
absolute increase in bleeding risk. Based on the above
RCTs, the panel considered that providing prophy-
laxis for 6 to 21 days, until full mobility is restored or
Nonfatal pulmonary

Thrombocytopenia
Symptomatic DVT

until discharge from hospital, whichever comes first,


Overall mortality
Major bleeding

is a reasonable approach. The recommendation to


embolism

prophylax applies only to the higher-risk patients


Outcomes

(Table 2). In low-risk patients, VTE is too infrequent


to warrant prophylaxis.

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2.4 LDUH vs LMWH to Prevent VTE of 15,156 acutely ill hospitalized medical patients
enrolled at 52 hospitals in 12 countries, docu-
LDUH and LMWH (enoxaparin, nadroparin, or
mented marked variation in practices in dosing
certoparin) have been directly compared in five
frequency of LDUH used to prevent VTE. LDUH
RCTs.26-30 Eligibility criteria for RCTs of LDUH
was prescribed tid in 54% of patients from the
vs LMWH in hospitalized medical patients were sim-
United States compared with bid in 85% of non-US
ilar to trials of any anticoagulant vs none to prevent
patients.31
VTE and are shown in Table S5. In all trials, routine
There have been no head-to-head trials comparing
screening for DVT was performed. Dosing of LDUH
bid vs tid LDUH to prevent VTE in hospitalized
was tid in four trials and bid in one trial.26
medical patients. We conducted a mixed-treatment
Pooled results failed to exclude benefit or harm
comparison meta-analysis of 16 RCTs that enrolled
for LMWH vs LDUH for the outcomes DVT (RR,
hospitalized nonsurgical patients at risk for VTE and
0.77; 95% CI, 0.50-1.19), PE (RR, 1.00; 95% CI,
compared LDUH bid, LDUH tid, or LMWH to each
0.28-3.59), overall mortality (RR, 0.89; 95% CI,
other or to an inactive control.32 The RR and 95%
0.65-1.23), and HIT (RR, 0.50; 95% CI, 0.05-5.48)
credible intervals comparing LDUH tid to LDUH
(Table 5, Table S6). Pooled results for major bleeding
bid for DVT, PE, death, and major bleeding (all were
suggest a large relative protective effect of LMWH
indirect comparisons) were 1.56 (0.64-4.33), 1.67
(RR, 0.48; 95% CI, 0.24-0.99) and small absolute
(0.49-208.09), 1.17 (0.72-1.95), and 0.89 (0.08-7.05),
(five fewer; 95% CI, 0-7 fewer) reduction in bleed-
respectively. Due to a lack of reporting, we could not
ing events per 1,000 patients treated. Evidence is
perform this analysis for the outcome HIT. The low-
consistent with a similar effect of LMWH and
quality evidence from these indirect comparisons
UFH on reduction in thrombosis in acutely ill hos-
provides no compelling evidence that LDUH tid
pitalized medical patients (though imprecision is
dosing, compared with bid dosing, reduces VTE or
such that effects could, in relative terms, be appre-
causes more bleeding. A future randomized trial
ciably greater in one treatment or the other). The
comparing these agents is unlikely, considering the
potential for less bleeding with LMWH represents
large sample size that would be required to demon-
a benefit that is small, and it may be very small.
strate a significant difference, which, if it exists, is
undoubtedly small. From a patient preference per-
2.5 LDUH bid vs tid to Prevent VTE
spective, twice daily injections are likely to be
The International Medical Prevention Registry on preferred and better tolerated than thrice daily
Venous Thromboembolism (IMPROVE), a registry injections.

Table 5—[Section 2.4] Summary of Findings: Should Anticoagulant Prophylaxis With LMWH vs UFH be Used
in Hospitalized Medical Patients?23,171

Anticipated Absolute Effects


Quality of the
No. of Participants Evidence Relative Effect Risk Difference With
Outcomes (Studies) Follow-up (GRADE) (95% CI) Risk With UFHa LMWH (95% CI)
Symptomatic DVT 5,371 (5 RCTs) 1-28 d Low due to RR, 0.77 (0.50-1.19) 3 per 1,000 1 fewer per 1,000
imprecisionb and (from 2 fewer to 1 more)
indirectnessc
Nonfatal pulmonary 5,386 (5 RCTs) 1-28 d Low due to RR, 1.00 (0.28-3.59) 2 per 1,000 0 fewer per 1,000
embolism imprecisionb and (from 1 fewer to 5 more)
indirectnessc
Major bleeding 5,597 (5 RCTs) 1-28 d Moderate due to RR, 0.48 (0.24-0.99) 9 per 1,000 5 fewer per 1,000
imprecisionb (from 0 fewer to 7 fewer)
Overall mortality 5,597 (5 RCTs) 1-28 d Moderate due to RR, 0.89 (0.65-1.23) 27 per 1,000 3 fewer per 1,000
imprecisionb (from 10 fewer to 6 more)
Heparin-induced 3,239 (1 RCT) 1-28 d Low due to risk of RR, 0.50 (0.05-5.48) 1 per 1,000 1 fewer per 1,000
thrombocytopenia imprecisionb and (from 1 fewer to 1 more)
reporting biasd
See Table 1 and 4 legends for expansion of abbreviations.
aBaseline risk is derived from the median control group risk across studies.
bWe will consider the presence of serious imprecision when there are , 300 events in total (events in treatment and control patients) or when

confidence intervals include appreciable harms and benefits.


cThe RR used to estimate risk difference included a mix of symptomatic and asymptomatic events, whereas the baseline risk (risk with UFH) was

derived from symptomatic events (Riess et al30).


dOnly one study (Riess et al30) reported this outcome, suggesting possible reporting bias.

e202S Prevention of VTE in Nonsurgical Patients

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2.6 Anticoagulant Thromboprophylaxis in Medical Patients with Enoxaparin (MEDENOX)
Acutely Ill Hospitalized Medical Patients trial, which did not directly compare LMWH to
From a Resource Perspective LDUH42 and enrolled a very small proportion of
Almost all cost-effectiveness analyses in this popu- patients screened for eligibility, thereby limiting
lation have reported costs per VTE or death averted generalizability. Third, although the acquisition costs
with the use of anticoagulant prophylaxis, but few of LMWH are higher up front (or similar, depending on
studies have reported costs per quality-adjusted life- individual hospital formulary pricing), the eventual cost
year gained to compare against preexisting bench- savings come from treating fewer adverse events—
marks. Two studies that reported incremental costs primarily HIT and, possibly, major bleeding—farther
of $65 to $2,534 per quality-adjusted life-year gained downstream. A recent thromboprophylaxis trial in
over no prophylaxis were both sponsored by the 3,764 critically ill patients reported that the incidence
pharmaceutical industry.33,34 In populations at suffi- of HIT was 0.3% in patients who received LMWH
ciently high risk (Tables 2, 6, Table S7), pharmaco- vs 0.7% in patients who received LDUH;12 however,
prophylaxis is likely to be favorable from a resource a meta-analysis of HIT in patients being treated for
standpoint for preventing VTE.35,36 The comparison acute DVT or PE found no difference in incidence
between different types of prophylaxis, however, is when using LMWH or LDUH.43 Although the popu-
less clear. lation of this meta-analysis is different from those in
Several studies have suggested that choosing the critical care trial; adding the trial data to the meta-
LMWH over LDUH is cost neutral, or even cost analysis does not change its conclusion (RR, 0.71;
saving.37-41 However, the quality of these analyses is 95% CI, 0.45-1.11).
moderate at best. First, many of the authors have had In summary, there is no clear evidence in the current
financial disclosures with the pharmaceutical indus- literature to support choosing one form of pharma-
try, and whether these ties influence the cost-neutral coprophylaxis over another in the medical popula-
or cost-saving results of LMWH over LDUH is tion based on outcomes or from a cost-effectiveness
unclear. Second, the performance estimates used in standpoint. It would be reasonable to make choices
most of these studies have been extracted from the based on patient preference, compliance, and ease of

Table 6—[Section 2.6] Summary of Findings: Should Aspirin or Other Antiplatelet Drugs Be Used
in Hospitalized Medical Patients?59

Anticipated Absolute Effects

Participants (Studies) Quality of the Relative Effect Risk Difference With


Outcome Follow-up Evidence (GRADE) (95% CI) Baseline Riska Aspirin Prophylaxis (95% CI)
Symptomatic Imputed data Low due to very RR, 0.71 (0.52-0.97) Low risk
DVT (1 RCT) up to 35 d serious indirectnessb 2 per 1,000 1 fewer per 1,000
(from 1 fewer to 1 fewer)
High risk
67 per 1,000 19 fewer per 1,000
(from 32 fewer to 2 fewer)
Nonfatal Imputed data Low due to very RR, 0.47 (0.37-0.59) Low risk
pulmonary (64 RCTs) up to 35 d serious indirectnessb 2 per 1,000 1 fewer per 1,000
embolism (from 1 fewer to 1 fewer)
High risk
39 per 1,000 21 fewer per 1,000
(from 25 fewer to 16 fewer)
Major bleeding Imputed data Low due to very RR, 1.42 (1.16-1.74) 4 per 1,000 2 more per 1,000
(1 RCT) up to 35 d serious indirectnessb (from 1 more to 3 more)
Overall mortality Imputed data Very low due to very RR, 0.97 (0.85-1.10) 45 per 1,000 1 fewer per 1,000
(1 RCT) up to 35 d serious indirectnessb (from 7 fewer to 5 more)
and imprecisionc
See Table 1 and 4 legends for expansion of abbreviations.
aBaseline risk for DVT and PE are derived from the RAM by Barbar et al.9 Baseline risk for mortality and bleeding is derived from the control arm
of medical patients in a meta-analysis (Dentali et al).24
bEvidence is indirect because the relative effect is primarily derived from surgical patients (555 of the 26,890 patients included in PEP trial report

meta-analysis were high-risk medical patients). DVT and PE baseline risk estimates are derived from a risk assessment model derived in a cohort
with a small number of outcome events, hence have uncertainty about them. This uncertainty can be labeled as imprecision or indirectness. Some
of the PE events in this meta-analysis may have been fatal.
cWe will consider the presence of serious imprecision when there are , 300 events in total (events in treatment and control patients) or when CIs

include appreciable harms and benefits.

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administration (eg, daily vs bid vs tid dosing), as well as prophylaxis because they are bleeding or are at risk
on local factors affecting acquisition costs. for bleeding.

2.7.1 Stockings to Prevent VTE: Direct evidence


2.7 Mechanical Methods of Thromboprophylaxis
from hospitalized nonsurgical patients is available from
in Hospitalized Medical Patients
three randomized trials that have evaluated the use
Mechanical methods of thromboprophylaxis include of thigh-length GCS to prevent VTE in patients
graduated compression stockings (GCS), intermittent with myocardial infarction (one trial)45 and stroke
pneumatic compression devices (IPCs), and venous (two trials)46,47 (Table 7, Table S8). In pooled analyses,
foot pumps (VFPs). These devices reduce venous results failed to demonstrate or exclude a beneficial
stasis, a risk factor for VTE, by displacing blood from effect on symptomatic DVT or PE. Stocking use
the superficial to the deep venous system via the per- increased the risk of skin breaks/ulcers but failed
forating veins, thereby increasing the velocity and to demonstrate or exclude an effect on lower limb
volume of flow in the deep system.44 Most studies of ischemia or amputation. It is not known if hospital-
mechanical thromboprophylaxis have been conducted ized medical patients have a similar risk of skin com-
in surgical patients. The primary attraction of mechan- plications as hospitalized stroke patients.
ical methods is that they do not cause bleeding; hence In a recent multicenter RCT that compared knee-
they may have advantages for patients at risk for VTE length to thigh-length GCS to prevent VTE in immo-
who cannot receive anticoagulant-based thrombo- bilized patients with acute stroke, proximal DVT

Table 7—[Section 2.7.1] Summary of Findings: Should Graduated Compression Stockings vs No Stockings Be Used
in Hospitalized Medical Patients?45,47,48

Anticipated Absolute Effects

Risk Difference With


No. of Participants Quality of the Relative Effect Graduated Compression
Outcome (Studies) Follow-up Evidence (GRADE) (95% CI) Baseline Riska Stockings (95% CI)
Symptomatic DVT 1,256 (1 RCT) 1-30 d Moderate due to RR, 0.91 (0.63-1.29) Low risk
imprecisionb 2 per 1,000 1 fewer per 1,000
(from 1 fewer to 1 more)
High risk
67 per 1,000 6 fewer per 1,000
(from 25 fewer to 19 more)
Nonfatal pulmonary 1,256 (1 RCT) 1-30 d Low due to very serious RR, 0.65 (0.33-1.31) Low risk
embolism imprecisionb 2 per 1,000 1 fewer per 1,000
(from 1 fewer to 1 more)
High risk
39 per 1,000 14 fewer per 1,000
(from 26 fewer to 12 more)
Overall mortality 1,321 (2 RCTs) 1-30 d Moderate due to RR, 1.06 (0.94-1.20) 45 per 1,000 3 more per 1,000
imprecisionb (from 3 fewer to 9 more)
Skin breaks/ulcers/ 1,256 (1 RCT) 1-30 d Very low due to RR, 4.02 (2.34-6.91) 13 per 1,000 38 more per 1,000
blisters/skin necrosis imprecision,b (from 17 more to 75 more)
indirectness,c and
methodologic
limitationsd
Lower limb ischemia/ 1,256 (1 RCT) 1-30 d Very low due to very RR, 3.52 (0.73-16.90) 2 per 1,000 4 more per 1,000
amputation serious imprecisionb (from 0 fewer to 25 more)
and methodologic
limitationsd
Number of participants is the number of patients who received graduated compression stockings. See Table 1 and 4 legends for expansion of
abbreviations.
aBaseline risk for DVT and PE are derived from the RAM by Barbar et al.9 Baseline risk for mortality and bleeding is derived from the control arm

of medical patients in a meta-analysis (Dentali et al24). Baseline risk for lower leg ischemia and skin breaks (derived from the control arms of CLOTS
trial 1).
bWe will consider the presence of serious imprecision when there are , 300 events in total (events in treatment and control patients) or when

confidence intervals include appreciable harms and benefits. The exception is for low-risk patients in whom the absolute difference in PE and DVT
is fairly small and precise.
cData on skin breaks are from stroke patients.

dAssessment of outcomes was based on case-note review and was not blinded to treatment allocation.

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(symptomatic or asymptomatic) occurred in 98 of skin complications of IPC use, but one might plausi-
1,552 (6.3%) patients who received thigh-length bly expect rates to be similar to those of GCS. The
stockings vs 138 of 1,562 (8.8%) who received below- panel considered that the evidence for the different
knee stockings (RR, 0.71; 95% CI, 0.56-0.92), with outcomes should be rated down due to indirectness
no differences between groups in rates of deaths or because the RR estimates are derived from surgical
PE.48 Skin breaks occurred in 3.9% and 2.9% of populations, in whom effects of IPC may be different
patients allocated to thigh-length and knee-length than in medical patients, and from a mix of symptom-
GCS, respectively. These results are difficult to inter- atic and asymptomatic events.
pret alongside evidence from the CLOTS1 trial that
thigh-length GCS were not effective to prevent VTE 2.7.3 Mechanical Compression vs Heparin: There
but suggest that if GCS are used, thigh length is pre- are no studies that have compared mechanical com-
ferred to knee length.49 pression vs anticoagulants to prevent VTE in hos-
pitalized medical patients. Indirect evidence from
2.7.2 Intermittent Pneumatic Compression Devices various orthopedic and nonorthopedic surgical popu-
to Prevent VTE: An international registry of 15,156 hos- lations was provided in a recent meta-analysis by
pitalized acutely ill medical patients found that Eppsteiner of 16 trials (3,887 patients) of various
22% of US patients received IPC to prevent VTE compression modalities tested against LDUH or
compared with only 0.2% of patients in other coun- LMWH.51 Pooled results for mechanical compres-
tries.31 There are no published studies of IPC or VFP sion compared with heparin failed to show or to
devices in hospitalized medical patients. Data are exclude a beneficial or detrimental effect for DVT (RR,
available from a meta-analysis of 22 trials that assessed 1.07; 95% CI, 0.72-1.61) or PE (RR, 1.03; 95% CI,
IPC and VFP, primarily in surgical patients.50 IPC 0.48-2.22). Mechanical compression was associated
devices failed to demonstrate or to exclude a benefi- with a reduced risk of postoperative bleeding com-
cial effect on mortality or PE but reduced the risk of pared with heparin (RR, 0.47; 95% CI 0.31-0.70).
DVT (Table 8, Table S9). No data are available on The median rate of major bleeding within the study

Table 8—[Section 2.7.2] Summary of Findings: Should Intermittent Pneumatic Compression Be Used in Hospitalized
Nonsurgical Patients With Restricted Mobility?25,51,172,173

Anticipated Absolute Effects


Quality of the
Evidence Relative Effect Risk Difference
Outcome Source of Data (GRADE) (95% CI) Baseline Riska with IPC (95% CI)
Symptomatic DVT Imputed data Moderate due RR, 0.43 (0.32-0.58) Low risk
to serious 8 per 1,000 1 fewer per 1,000
indirectnessb (from 1 fewer to 1 fewer)
High risk
67 per 1,000 38 fewer per 1,000
(from 46 fewer to 28 fewer)
Nonfatal pulmonary Imputed data Low due to RR, 0.82 (0.41-1.62) Low risk
embolism indirectnessb 4 per 1,000 1 fewer per 1,000
and imprecisionc (from 1 fewer to 1 more)
High risk
39 per 1,000 7 fewer per 1,000
(from 23 fewer to 24 more)
Overall mortality Imputed data Low due to RR, 1.03 (0.42-2.57) 45 per 1,000 1 more per 1,000
indirectnessb and (from 76 fewer to 71 more)
imprecisionc
Skin complications Not reported … … … …
See Table 1 and 4 legends for expansion of abbreviations.
aBaseline risk for DVT and PE are derived from the RAM by Barbar et al.9 Baseline risk for mortality is derived from the control arm of medical

patients in a meta-analysis (Dentali et al24).


bSerious indirectness is considered because: RR for PE is derived from surgical patients (Roderick et al50). RR data are presented for IPC used as

monotherapy because this is most relevant to the way IPCs are used in medical patients (ie, in patients who cannot receive anticoagulation). If IPCs
are used alone or as adjunct to anticoagulant/antiplatelet therapy, RR is 0.77 (0.41-1.43). This does not change the conclusions of this evidence
profile. Another element of indirectness is that DVT in these surgical patients was primarily asymptomatic DVT as ascertained by systematic
imaging tests. RR for proximal asymptomatic DVT was similar (0.52; 95% CI, 0.37-0.73). RR data are presented for IPC used as monotherapy
because this is most relevant to the way IPCs are used in medical patients (ie, in patients who cannot receive anticoagulation). If IPCs are used alone
or as adjunct to anticoagulant/antiplatelet therapy, RR is 0.49 (0.37-0.63). This does not change the conclusions of this evidence profile.
cWe will consider the presence of serious imprecision when there are , 300 events in total (events in treatment and control patients) or when CIs

include appreciable harms and benefits.

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populations was 1.5%, but bleeding rates were not IPC devices are often not functioning when patients
provided by intervention. Subgroup analyses by hep- are out of bed or being transported, either due to
arin type suggested that LMWH may reduce risk of improperly applied sleeves or nonfunctioning com-
DVT compared with compression (RR for compres- pression pump (not plugged in, power switch not
sion, 1.80; 95% CI, 1.16-2.79), but remains associ- turned on, or air hose compressed). Devices were
ated with increased bleeding risk. properly functioning in , 50% of postoperative
patients in one study52 and only 19% of trauma
2.7.4 Mechanical Compression and Pharmacologic patients in another.53 Newer battery-powered por-
Prophylaxis: Trials in postsurgical patients that com- table devices are available, and a recent study reported
pared the combination of intermittent pneumatic better compliance with these devices than with tra-
compression devices with a pharmacologic method to ditional plug-in devices.54
pharmacologic therapy used alone showed a strong
trend toward fewer DVTs with combination therapy
2.8 Extended-Duration Anticoagulant
(OR, 0.45; 95% CI, 0.20-1.03).1 Studies that compared
Thromboprophylaxis to Prevent VTE
the combination of elastic stockings and pharmaco-
in Hospitalized Medical Patients
logic prophylaxis to pharmacologic therapy alone
showed a reduction in symptomatic or asymptomatic Hospitalized medical patients may have risk fac-
DVT (OR, 0.40; 95% CI, 0.25-0.65), but this benefit tors for VTE that persist for weeks to months after
should be weighed against the increase in skin com- hospital discharge. In a medical records review of
plications (RR, 4.18; 95% CI, 2.4-7.3) that has been 1,897 patients diagnosed with VTE in the Worcester,
observed in stroke patients treated with elastic com- Massachusetts, area, 73.7% of episodes occurred in
pression stockings.2,3,46 the outpatient setting; of these, 36.8% occurred in
In summary, indirect data derived primarily from persons hospitalized for medical illness in the pre-
surgical populations suggest that GCS may be mod- ceding 3 months. Among these, two-thirds were
estly effective at preventing asymptomatic DVT and diagnosed with VTE within 1 month after hospital-
possibly PE in hospitalized medical patients. Direct ization and one-third between 2 to 3 months after
evidence of low to moderate quality in nonsurgical hospitalization.18 In the MEDENOX RCT in which
patients (primarily stroke patients) does not support patients received enoxaparin prophylaxis or pla-
benefit, and their use in stroke patients is associated cebo for up to 14 days, eight VTE events (8% of
with a 5% risk of skin breakdown. IPCs failed to the total) occurred between days 15 and 110, of
reduce PE in surgical patients but reduced DVT. Of which four were fatal PEs.42
the two methods, GCS has lower cost and greater Extended-duration thromboprophylaxis refers to
ease of use and application than IPCs. prophylaxis that is continued beyond the initial (eg,
Despite the uncertain benefit, mechanical throm- 5-14 days) course, for up to approximately 35 days
boprophylaxis with GCS or IPCs may be preferable total. Evidence from RCTs in hospitalized surgical
to no prophylaxis in patients at appreciable risk for patients suggests that extended-duration thrombo-
VTE who are also at high risk for bleeding, as the prophylaxis reduces VTE in patients undergoing hip
Eppsteiner meta-analysis showed similar effective- replacement surgery, hip fracture surgery, and sur-
ness but reduced rates of bleeding with mechanical gery for abdominal malignancy.1,55
compared with heparin prophylaxis among surgical The Extended Prophylaxis for Venous Thrombo-
patients.51 However, as subgroup analysis in that embolism in Acutely Ill Medical Patients With Pro-
meta-analysis suggested that LMWH may be more longed Immobilization (EXCLAIM) study is the
effective than compression, and taking into account only published RCT of extended duration throm-
that the baseline rate of bleeding is lower among boprophylaxis in hospitalized medical patients.56
medical patients (average from RCTs, 0.4%) than The study population consisted of 6,085 hospital-
surgical patients, if the bleeding risk is temporary ized patients aged . 40 years with acute medical
and if patients remain at high risk of VTE (Table 2), illness (eg, heart failure, respiratory insufficiency,
pharmacologic thromboprophylaxis should be initi- infection) and reduced mobility. All patients received
ated once the bleeding risk has decreased. initial open-label enoxaparin (40 mg daily for 10  4 days),
The panel also noted that the use of all mechanical and were then randomized to receive extended-
methods of thromboprophylaxis are associated with duration enoxaparin (40 mg daily for 38  4 days) or
costs related to purchase and maintenance and the placebo. Extended-duration enoxaparin, compared
time and vigilance required to ensure optimal com- with placebo, reduced the incidence of overall VTE
pliance. Clinical staff must ensure that the correct (composite of asymptomatic and symptomatic events)
size is used, that they are properly applied, and that (RR, 0.62; 95% CI, 0.45-0.84) and symptomatic prox-
they are worn at all times. Studies have shown that imal DVT (RR, 0.25; 95% CI, 0.09-0.67) but failed to

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exclude benefits or harm for fatal PE (RR, 0.34; antiplatelet drugs to prevent VTE has been stud-
95% CI, 0.01-8.26) and overall mortality (RR, 1.00; ied in relatively few hospitalized medical patients
95% CI, 0.7-1.43). The risk of major bleeding was (nine trials, total of 555 patients). These trial data are
significantly increased with extended-duration enox- limited by small numbers of outcome events; report-
aparin (RR, 2.51; 95% CI, 1.21-5.22), and there were ing of asymptomatic DVT of uncertain clinical rele-
four intracranial bleeding events (one fatal) in the vance, often diagnosed with radiolabeled fibrinogen
extended enoxaparin group compared with none uptake testing, which has limitations in both sen-
in the placebo group. In terms of absolute effects, sitivity and specificity; wide variety of antiplatelet
extended-duration enoxaparin prevented six fewer drugs studied, including drugs that are no longer
symptomatic proximal DVT per 1,000 (95% CI, from in use and that were administered for a mean of
three fewer to seven fewer) at a cost of five more 8 weeks; and lack of reporting of rates of bleeding.57
major bleeding events per 1,000 (95% CI, from one Among the nine trials, antiplatelet agents were asso-
more to 14 more) (Table 9, Tables S10, S11). In addi- ciated with reduced risk of asymptomatic DVT (RR,
tion to the bleeding risk, extended prophylaxis also 0.65; 95% CI, 0.45-0.94) based on 39 of 261 vs 61
entails the burden and cost of daily injection. of 266 events). Results failed to demonstrate or to
exclude a beneficial effect of antiplatelet agents on
PE (RR, 0.38; 95% CI, 0.10-1.42) based on three of
2.9 Aspirin or Other Antiplatelet Drugs to
275 vs eight of 280 events, respectively. Bleeding rates
Prevent VTE in Hospitalized Medical Patients
were not reported.
The contribution of platelet activation to the path- Our summary of ASA to prevent VTE in hospital-
ogenesis of venous thrombosis is less clear than for ized medical patients (section 2.9) is based on indi-
arterial thrombosis. Although the use of acetylsali- rect evidence from the PEP (Pulmonary Embolism
cylic acid (ASA) for VTE prevention is appealing Prevention) trial, a multicenter trial of ASA 160 mg
because of its low cost, oral administration, and low daily vs placebo for 35 days in hip fracture surgery or
bleeding rates, the effectiveness of ASA or other elective hip or knee arthroplasty patients58 for the

Table 9—[Section 2.8] Summary of Findings: Should Extended-Duration Thromboprophylaxis vs Standard Short-Duration
Thromboprophylaxis Be Used for Prevention of VTE in Hospitalized Medical Patients With Reduced Mobility?57

Anticipated Absolute Effects

Risk With Standard Risk Difference With


No. of Participants Quality of the Relative Effect Short-Duration Extended-Duration
Outcome (Studies) Follow-up Evidence (GRADE) (95% CI) Thromboprophylaxis Prophylaxis (95% CI)
Symptomatic DVT 4,995 (1 RCT) Moderate due to RR, 0.25 (0.09-0.67) 8 per 1,000 6 fewer per 1,000
24-32 d methodologic (from 3 fewer
limitationsa to 7 fewer)
Nonfatal pulmonary Not reported … … … …
embolism
Fatal pulmonary 4,995 (1 RCT) Moderate due to RR, 0.34 (0.01-8.26) 1 per 1,000 1 fewer per 1,000
embolism 24-32 d methodologic (from 1 fewer
limitationsa to 3 fewer)
Major bleeding 4,995 (1 RCT) Moderate due to RR, 2.51 (1.21-5.22) 3 per 1,000 5 more per 1,000
24-32 d methodologic (from 1 more
limitationsa to 14 more)
Overall mortality 4,995 (1 RCT) Low due to RR, 1.00 (0.7-1.43) 22 per 1,000 0 fewer per 1,000
24-32 d methodologic (from 7 fewer
limitationsa and to 9 more)
imprecisionb
Heparin-induced 4,624 (1 RCT) Very low RR, 3.01 (0.12-73.93) 0 per 1,000 0 more per 1,000
thrombocytopenia 24-32 d due to (from 0 fewer
methodologic to 0 more)
limitationsa
and very serious
imprecisionb
ITT 5 intention to treat. See Table 1 and 4 legends for expansion of other abbreviations.
aMethodologic limitations: change in eligibility criteria part way through the trial and seemed “data-driven”; did not use ITT analysis.

bWe will consider the presence of serious imprecision when there are , 300 events in total (events in treatment and control patients) or when CIs

include appreciable harms and benefits. We did not rate down for imprecision in the outcome of fatal PE because the absolute difference was small
and precise.

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outcomes mortality, symptomatic DVT, and bleeding; suggest that passive strategies, such as dissemination
and the PEP trial meta-analysis of 53 randomized of guidelines or educational events, are ineffective.
trials (nine trials conducted in medical patients, as Multicomponent approaches, audit and feedback, and
discussed above) of antiplatelet therapy to prevent use of automatic reminders, such as preprinted orders,
VTE for the outcome PE. Use of ASA/antiplatelet computer alerts, and human alerts, have been shown
drugs, compared with placebo, had little or no effect to be effective strategies; however, VTE prophylaxis
on mortality (RR, 0.97; 95% CI, 0.85-1.10) and continues to be underused or used inappropriately,
was associated with a reduced risk of PE (RR, 0.47; even with such interventions.8,64-66
95% CI, 0.37-0.59), a reduced risk of DVT (RR, 0.71;
95% CI, 0.52-0.97), and an increased risk of nonsur- Recommendations
gical site-related bleeding events (RR, 1.42; 95% CI,
1.16-1.74). 2.3. For acutely ill hospitalized medical patients
The quality of the evidence was rated down for at increased risk of thrombosis (Table 2), we
indirectness based on relative effects derived pri- recommend anticoagulant thromboprophylaxis
marily from surgical patients (only 555 of the With LMWH, LDUH bid, LDUH tid, or fonda-
26,890 patients included in PEP trial report meta- parinux (Grade 1B).
analysis were high-risk medical patients, and all PEP
trials participants were orthopedic surgery patients). Remarks: In choosing the specific anticoagulant drug
The panel judged that based on the low quality of to be used for pharmacoprophylaxis, choices should
available evidence pertaining to use of ASA to pre- be based on patient preference, compliance, and ease
vent VTE in hospitalized medical patients, no rec- of administration (eg, daily vs bid vs tid dosing), as
ommendation could be made. There have been no well as on local factors affecting acquisition costs (eg,
studies of antiplatelet therapy compared with anti- prices of various pharmacologic agents in individual
thrombotic therapy to prevent VTE in acutely ill hospital formularies).
medical patients.
2.4. For acutely ill hospitalized medical patients
2.10 Screening for DVT at low risk of thrombosis (Table 2), we recom-
in Hospitalized Medical Patients mend against the use of pharmacologic prophy-
laxis or mechanical prophylaxis (Grade 1B).
Ultrasound screening in medical patients has not
been systematically studied. Indirect evidence from 2.7.1. For acutely ill hospitalized medical
hospitalized orthopedic patients59 and spinal cord patients who are bleeding or at high risk for
injury patients60 suggests that routine screening is not bleeding (Table 3), we recommend against anti-
of benefit to reduce symptomatic VTE events. For coagulant thromboprophylaxis (Grade 1B).
example, in a population of patients who had joint
arthroplasty and were receiving warfarin prophylaxis, 2.7.2. For acutely ill hospitalized medical
screening compression ultrasonography with subse- patients at increased risk of thrombosis who are
quent treatment of identified asymptomatic DVT bleeding or at high risk for major bleeding,
did not reduce the rate of subsequent symptomatic we suggest the optimal use of mechanical
VTE.59 In a population with a low prevalence of DVT, thromboprophylaxis with GCS (Grade 2C) or
such as medical patients, even with a highly-specific IPC (Grade 2C), rather than no mechanical throm-
test such as ultrasound, one would anticipate a sub- boprophylaxis. When bleeding risk decreases,
stantial number of false-positive results. Moreover, and if VTE risk persists, we suggest that
even without considering false-positive results, rou- pharmacologic thromboprophylaxis be sub-
tine ultrasound screening would be associated with stituted for mechanical thromboprophylaxis
appreciable cost and inconvenience without evidence (Grade 2B).
of benefit.
Remarks: Patients who are particularly averse to
the potential for skin complications, cost, and need
2.11 Gaps in Care
for clinical monitoring of GCS and IPC use are
Low rates of adherence to recommended thrombo- likely to decline mechanical prophylaxis.
prophylaxis regimens have been documented world-
wide.31,61-64 In the last few years, research efforts have 2.8. In acutely ill hospitalized medical patients
focused on evaluating strategies to improve uptake of who receive an initial course of thrombopro-
evidence-based VTE prophylaxis regimens in hospi- phylaxis, we suggest against extending the dura-
talized patients, including medical patients. Results tion of thromboprophylaxis beyond the period

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of patient immobilization or acute hospital stay specifically evaluated prognostic factors associated
(Grade 2B). with bleeding complications in critically ill patients
(Table 12).70

3.0 Critically Ill Patients 3.4 Randomized Trials of Thromboprophylaxis

3.1 Risk of VTE Five RCTs have examined pharmacologic prophy-


laxis in critically ill patients: one of LDUH vs pla-
The risk of VTE in patients who are admitted to an cebo,71 one of LMWH vs placebo,69 and three of
ICU varies, depending on their acute illness (eg, sepsis), LDUH vs LMWH (one also included a placebo
chronic illnesses (eg, congestive heart failure), prehospi- arm)11,12,72 (Table S13). LDUH prophylaxis has been
tal diagnoses (eg, prior VTE), and ICU-specific expo- studied only in doses of 5,000 units bid.
sures and events (eg, immobilization, surgery, and other The trial of LDUH vs placebo reported that LDUH
invasive procedures [such as central venous catheteriza- was associated with a reduced risk of asymptomatic
tion] mechanical ventilation, and drugs such as vaso- DVT (13% vs 29%, respectively; RR, 0.46; 95% CI,
pressors and paralytic agents) (Table 10, Table S12).67 0.22-0.99). Rates of bleeding, PE, and mortality were
There are no validated risk assessment models to stratify not reported. The trial of LMWH (nadroparin)
VTE risk in critically ill patients. vs placebo showed a trend toward reduced asymp-
tomatic DVT with nadroparin (16% vs 28%, respec-
3.2 Screening for VTE tively; RR, 0.55; 95% CI, 0.30-1.00) but failed to
There are no studies in critically ill patients of the demonstrate or exclude a beneficial or detrimental
effectiveness of screening compression ultrasonography effect of nadroparin on major bleeding (RR, 2.09;
and subsequent treatment of identified DVT in reduc- 95% CI, 0.54-8.16; 29 more per 1,000; 95% CI, from
ing the rate of subsequent symptomatic thromboem- 12 fewer to 190 more) or mortality (RR, 1.01; 95% CI,
bolic complications (Table 11). Indirect evidence 0.4-2.57). PE was not systematically evaluated.
provides no support for ultrasonographic screening.59,60 As both of these trials routinely screened patients
for asymptomatic DVT (which are usually treated if
detected), and neither study reported PE, a direct
3.3 Risk of Bleeding
estimate of effects on symptomatic VTE is only avail-
Although critically ill patients are at increased risk able from one trial with a very small number of
for VTE, they frequently develop bleeding complica- events.11 For the comparison of LDUH vs placebo,
tions in the ICU. Up to 80% of critically ill patients results failed to demonstrate or exclude a beneficial
have one or more episodes of bleeding, although or detrimental effect on symptomatic DVT (RR,
most bleeding is minor.68 The risk of major bleeding 0.89; 95% CI, 0.57-1.41; six fewer per 1,000; 95% CI,
in the untreated arm of a prophylaxis trial in critical from 25 fewer to 24 more) or PE (RR, 0.48; 95% CI,
care patients was 2.7%,69 but the range in practice is 0.10-2.26; 22 fewer per 1,000 (95% CI, from 38 fewer
dependent on the case mix. Only few studies have to 53 more) (Table S14). Similarly, comparing LMWH

Table 10—[Section 3.1] Summary of Findings: Should Unfractionated Heparin vs Placebo Be Used for DVT
Prevention in Critically Ill Adult Patients?71

Anticipated Absolute Effects

No. of Participants Quality of the Risk Difference With


Outcome (Studies) Follow-up Evidence (GRADE) Relative Effect (95% CI)c Baseline Risk UFH (95% CI)
Symptomatic DVT 1,457 (1 RCT) up to 28 d Moderate due to RR, 0.89 (0.57-1.41) 58 per 1,000 6 fewer per 1,000
imprecisiona (25 fewer to 24 more)
Pulmonary embolus 1,457 (1 RCT) up to 28 d Low due to RR, 0.48 (0.10-2.26) 42 per 1,000 22 fewer per 1,000
indirectnessb (38 fewer to 53 more)
and imprecisiona
Death No data … … … …
Major bleeding No data … … … …
See Table 1 and 4 legends for expansion of abbreviations.
aWe will consider the presence of serious imprecision when there are , 300 events in total (events in treatment and control patients) or when CIs

include appreciable harms and benefits.


bPulmonary embolus baseline risk was obtained from observational studies whereas the relative risk is from RCT (mix of symptomatic and

asymptomatic events)
cRR estimated from a mix of symptomatic and asymptomatic events.

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Table 11—[Section 3.2] Summary of Findings: Should LMWH vs Placebo Be Used for DVT Prevention in
Critically Ill Adult Patients?12,70

Anticipated Absolute Effects

No. of Participants Quality of the Risk difference with


Outcome (Studies) Follow-up Evidence (GRADE) Relative Effect (95% CI) Baseline Risk LMWH (95% CI)
Symptomatic DVT 1,437 (1 RCT) Moderate due to serious RR, 0.82 (0.51-1.32) 58 per 1,000 6 fewer (from 23 fewer
5-28 d imprecisiona to 22 more)
Pulmonary embolus 1,437 (1 RCT) Very low due to very RR, 1.01 (0.31-3.31) 42 per 1,000 1 more (from 29 fewer
5-28 d serious imprecisionb to 97 more)
and indirectnessc
Death 169 (1 RCT) Low due to very serious RR, 1.01 (0.40-2.57) 94 per 1,000 1 more per 1,000
5-28 d imprecisiona (from 56 fewer
to 148 more)
Major bleeding 221 (1 RCT) Low due to very serious RR, 2.09 (0.54 -8.16) 27 per 1,000 29 more per 1,000
5-28 d imprecisiona (from 12 fewer
to 190 more)
See Table 1 and 4 legends for expansion of abbreviations.
aCIs include appreciable harms and benefits.

b The RR of the outcome of PE is considered very imprecise due to small number of events (4 of 478 LMWH vs 8 of 959 placebo).

cRR estimated from a mix of symptomatic and asymptomatic events.

vs placebo, results failed to demonstrate or exclude The panel considered suggesting LMWH over
a beneficial or detrimental effect of LMWH on LDUH; however, the benefit was small enough in
symptomatic DVT (RR, 0.82; 95% CI, 0.51-1.32), PE magnitude (eight PEs per 1,000 patients prevented
(RR, 1.01; 95% CI, 0.31-3.31), bleeding (RR, 2.09; by LMWH with lower boundary of the CI of 0.6 PE
95% CI, 0.54-8.16), or mortality (RR, 1.01; 95% CI, per 1,000), and the treatment effect was only driven
0.4-2.57) (Table S15). Combining data from the above by a difference of 16 events. In addition, this trial
comparisons,11,69,71 the use of any heparin (LMWH performed screening compression ultrasonography
or LDUH) compared with placebo was associated on all enrolled patients, which differs from real
with similar risks of symptomatic DVT, symptom- world practice. If DVTs detected on ultrasonog-
atic PE, major bleeding, and mortality (Table S16; raphy remained undiagnosed and untreated and
Table 13). progressed to symptomatic PE, the treatment effect
A large randomized, blinded, placebo-controlled would likely be different. The panel decided to not
trial compared the LMWH dalteparin 5,000 Inter- issue this recommendation in the absence of evi-
national Units daily vs LDUH 5,000 International dence from other future trials and reliable cost-
Units bid in 3,764 critically ill patients expected to effective data.
remain in the ICU for  3 d. The trial failed to There are no randomized trials comparing mechan-
demonstrate or exclude difference in the rate of ical methods of prophylaxis (GCS, IPC) with no pro-
proximal leg asymptomatic DVT (5.1% vs 5.8%, phylaxis in critically ill patients. Although combined
respectively; HR, 0.92; 95% CI, 0.68-1.23).12 PE mechanical and pharmacologic prophylaxis appears
was not systematically screened, and PE events to be more effective in reducing symptomatic and
were classified by a blinded, independent adjudi- asymptomatic VTE events than mechanical methods
cation committee as definite, probable, possible, or alone in surgical ICU patients, it is not known whether
absent. Symptomatic PE occurred in significantly this is the same in medical ICU patients.73
fewer patients receiving dalteparin compared with
LDUH (22 of 1,873 [1.2%] vs 38 of 1,873 [2%]; Recommendations
RR, 0.58; 95% CI, 0.34-0.97). The study failed to
show differences in major bleeding, rates of HIT, 3.2. In critically ill patients, we suggest against
ICU mortality, and hospital mortality in the dalteparin routine ultrasound screening for DVT (Grade 2C).
and LDUH groups (major bleeding, 5.5% vs 5.6%;
HR, 1.00; 95% CI, 0.75-1.34; HIT, 0.3% vs 0.6%; 3.4.3. For critically ill patients, we suggest using
HR, 0.47; 95% CI, 0.16-1.35; ICU mortality, 15.2% LMWH or LDUH thromboprophylaxis over no
vs 16.2%; HR, 0.97; 95% CI, 0.82-1.15; hospital prophylaxis (Grade 2C).
mortality, 22.1% vs 24.5%; HR, 0.92; 95% CI,
0.80-1.05). Two other trials11,72 conducted this com- 3.4.4. For critically ill patients who are bleeding,
parison with variable reporting of symptomatic or are at high risk for major bleeding (Table 4),
outcomes ( Table 14, Table S17). we suggest mechanical thromboprophylaxis

e210S Prevention of VTE in Nonsurgical Patients

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Table 12—Prognostic Factors Associated With Bleeding in ICU Patients

Study/Year Type of Study Participants Intervention Outcomes Follow-up Results Comments


70
Cook et al /2008 Multicenter 138 Medical-surgical Dalteparin 5,000 Daily bedside Up to 30 d Increased Independent variables:
(DIRECT) prospective ICU patients with International clinical assessment INR HR for 0.5-unit baseline characteristics,a
cohort renal insufficiency Units SC daily using ICU difference, 1.68 type of dialysis, INR,
bleeding tool (95% CI, 1.07-2.66) aPTT, platelet count,
and within preceding
3 d: therapeutic heparin
treatment, prophylactic
dalteparin, detectable
trough anti-Xa level,
any dose of aspirin
Arnold et al68/2007 Single-center 100 Consecutive None. Daily bleeding Fatal bleeding: During ICU stay Most major bleeding Risk factors included in
prospective medical-surgical assessment done bleeding causing until discharge, events were GI; 90% the model: admission
cohort ICU patients in duplicate by death. Major death, or 90 d of patients experienced diagnosis, APACHE II
blinded, trained bleeding: bleeding 480 bleeding events; score, platelet count,
assessors causing severe 94.8% minor and coagulation parameters,
physiologic 5.2% major. HRs use of prophylactic or
derangements, (95% CI) for predictors therapeutic doses of
occurred at a of major bleeding: UFH or LMWH, use
critical site, prolonged aPTT of antiplatelet agents,
or required 1.2 (1.1-1.3) for need for dialysis
therapeutic every 10 s increase,
intervention. decrease in platelet

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Minor bleeding: count 1.7 (1.2-2.3)
bleeding not for every 50 3 109/L
meeting criteria decrease
for major bleeding
APACHE 5 Acute Physiologic and Chronic Health Evaluation; aPTT 5 activated partial thromboplastin time; INR 5 international normalized ratio; SC 5 subcutaneous. See Table 1-4 legends for expansion
of abbreviations.
aAge, APACHE II score, surgical vs medical admission, pre-ICU renal status.

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CHEST / 141 / 2 / FEBRUARY, 2012 SUPPLEMENT
e211S
Table 13—[Section 3.4.3] Summary of Findings: Should Any Heparin (LDUH, LMWH) vs Placebo Be Used for DVT
Prophylaxis in Critically Ill Adult Patients?12,70,71

Anticipated Absolute Effects


No. of
Participants Quality of the Risk Difference With Any
Outcome (Studies) Follow-up Evidence (GRADE) Relative Effect (95% CI) Baseline Risk Heparin (95% CI)
Symptomatic DVT 1,935 (1 RCT) Moderate RR, 0.86 (0.59-1.25) 58 per 1,000 4 fewer per 1,000
5-28 d due to serious (from 12 fewer
imprecisiona to 8 more)
Pulmonary embolus 1,935 (1 RCT) Low due to RR, 0.73 (0.26-2.11) 42 per 1,000 11 fewer per 1,000
5-28 d serious imprecisiona (from 31 fewer
and indirectnessb to 47 more)
Death 169 (1 RCT) Low due to RR, 1.01 (0.40-2.57) 94 per 1,000 1 more per 1,000
5-28 d very serious (from 56 fewer
imprecisiona to 148 more)
Major bleeding 221 (1 RCT) Low due to very serious RR, 2.09 (0.54-8.16) 27 per 1,000 29 more per 1,000 (from
5-28 d imprecisiona 12 fewer to 190 more)
See Table 1 and 4 legends for expansion of abbreviations.
aWe will consider the presence of serious imprecision when there are , 300 events in total (events in treatment and control patients) or when CIs
include appreciable harms and benefits.
bRR estimated from a mix of symptomatic and asymptomatic events.

with GCS (Grade 2C) or IPC (Grade 2C) until the in the article about prevention of VTE in surgical
bleeding risk decreases, rather than no mechan- patients in this supplement.1
ical thromboprophylaxis. When bleeding risk
decreases, we suggest that pharmacologic throm- 4.1 Risk of VTE
boprophylaxis be substituted for mechanical Patients with cancer have at least a sixfold increased
thromboprophylaxis (Grade 2C). risk of VTE,16,74 and the development of DVT is
associated with a significant reduction in survival in
this population.75-77 VTE risk is higher with certain
4.0 Patients With Cancer cancers (malignant brain tumors; adenocarcinomas
in the Outpatient Setting of the lung, ovary, pancreas, colon, stomach, prostate,
and kidney; and hematologic malignancies).78
The role of thromboprophylaxis to prevent VTE in Nonsurgical therapies for cancer, such as chemo-
patients with cancer undergoing surgery is addressed therapy and hormonal manipulation, also increase

Table 14—[Section 3.4.4] Summary of Findings: Should LMWH vs Unfractionated Heparin Be Used for DVT
Prevention in Critically Ill Adult Patients?12,13,72

Anticipated Absolute Effects


Quality of the
Risk Difference With No. of Participants Evidence
Outcome Risk with UFH LMWH (95% CI) Relative Effect (95% CI) (Studies) Follow-up (GRADE)
Symptomatic DVT 25 per 1,000 3 fewer per 1,000 RR, 0.87 (0.60-1.25) 4,722 (2 RCTs) 7-28 d Moderate due to
(from 10 fewer imprecisiona
to 6 more)
Symptomatic pulmonary 20 per 1,000 8 fewer per 1,000 RR, 0.58 (0.34-0.97) 3,746 (1 RCT) 7 d Moderate due to
embolism (13.2 fewer imprecisiona
to 0.6 fewer)
Major bleeding 55 per 1,000 2 fewer per 1,000 RR, 0.97 (0.75-1.26) 3,902 (2 RCTs) 7-47 d Moderate due to
(from 14 fewer imprecisiona
to 14 more)
Death 159 per 1,000 10 fewer per 1,000 RR, 0.94 (0.81-1.09) 3,902 (2 RCTs) 7-47 d Moderate due to
(from 30 fewer imprecisiona
to 14 more)
Heparin-induced 6 per 1,000 3 fewer per 1,000 RR, 0.42 (0.15-1.18) 3,746 (1 RCT) 7 d Moderate due to
thrombocytopenia (from 5 fewer imprecisiona
to 1 more)
See Table 1 and 4 legends for expansion of abbreviations.
aWe will consider the presence of serious imprecision when there are , 300 events in total (events in treatment and control patients) or when CIs

include appreciable harms and benefits.

e212S Prevention of VTE in Nonsurgical Patients

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the risk of VTE.16,79-86 The rate of VTE increases one study and LMWH in the remaining studies; all
by twofold to fivefold among women whose breast studies used prophylactic doses. Type of chemo-
cancer has been treated with the selective estrogen therapy, duration of treatment, and duration of
receptor modulator tamoxifen.85,87 This risk was even antithrombotic prophylaxis varied widely among
greater in postmenopausal women when tamoxifen the studies. A number of studies administered hep-
was combined with chemotherapy.88 The use of aro- arin for the duration of chemotherapy, whereas
matase inhibitors anastrozole, letrozole, or exemes- other studies administered it for fixed durations of
tane is associated with about one-half the risk of VTE heparin (eg, 6 weeks, 12 months).
compared with tamoxifen.89-92 Angiogenesis inhibitors Overall, the effect of heparin therapy on mortality
have also been shown to increase thromboembolic was not statistically significant at 12 months (RR,
complications in patients with cancer.93 Thalidomide 0.93; 95% CI, 0.85-1.02), but it was statistically signif-
and lenalidomide increase the risk of venous throm- icant at 24 months (RR, 0.92; 95% CI, 0.88-0.97)
bosis, especially when combined with chemotherapy (Table 15, Table S18). Heparin therapy also reduced
or high-dose dexamethasone.94-97 A recent meta- symptomatic VTE (RR, 0.55; 95% CI, 0.37-0.82).
analysis reported a high risk of VTE in patients with The results failed to confirm or to exclude beneficial
cancer receiving bevacizumab.98 Finally, the presence or detrimental effects of heparin therapy on major
of a CVC in patients with cancer predisposes to upper bleeding (RR, 1.30; 95% CI, 0.59-2.88), minor bleed-
extremity DVT.99-101 ing (RR, 1.05; 95% CI, 0.75-1.46), and quality of life
(assessed in only one study103). The quality of evi-
dence was high for symptomatic VTE; moderate for
4.2 Parenteral Anticoagulants
mortality, major bleeding, and minor bleeding; and
A recent systematic review evaluated the efficacy low for quality of life.
and safety of parenteral anticoagulants in outpa- In a subgroup analysis of patients with small cell
tients with cancer.102 The review identified nine lung cancer (SCLC)104,105 vs other types of cancer, the
eligible RCTs enrolling 2,857 patients with meta- test for subgroup effect was statistically significant for
static or locally advanced solid cancers of different mortality at 12 months (P 5 .03) (RR, 0.86; 95% CI,
tissue types. The intervention consisted of UFH in 0.75-0.98 for SCLC vs RR, 0.96; 95% CI, 0.86-1.07

Table 15—[Section 4.2] Summary of Findings: Should Heparin Compared With No Heparin Be Used for Patients
With Cancer Who Have No Other Therapeutic or Prophylactic Indication for Anticoagulation?102

Illustrative Comparative Risksa (95% CI)


Quality of the
Assumed Risk, Corresponding Risk, Relative Effect No. of Participants Evidence
Outcomes No Heparin Heparin (95% CI) (Studies) (GRADE)
Mortality; follow-up: Medium-risk population RR, 0.93 (0.85-1.02) 2,531 (8) Moderateb-d
12 mo 649 per 1,000 604 per 1,000 (552 to 662)
Symptomatic VTE; Medium-risk population RR, 0.55 (0.37-0.82) 2,264 (7) Highb
follow-up: 12 mo 29 per 1,000 16 per 1,000 (11 to 24)
Major bleeding; Medium-risk population RR, 1.3 (0.59-2.88) 2,843 (9) Moderateb,e
follow-up: 12 mo 7 per 1,000 9 per 1,000 (4 to 20)
Minor bleeding; Medium-risk population RR, 1.05 (0.75-1.46) 2,345 (7) Moderateb,e
follow-up: 12 wk 27 per 1,000 28 per 1,000 (20 to 39)
Health-related quality of Not estimable Not estimable Not estimablef 0 (1) Lowg
life: the Uniscale and the
Symptom Distress Scale;
better indicated by lower
values. Follow-up: 12 mo
See Table 4 legend for expansion of abbreviations.
aThe basis for the assumed risk (eg, the median control group risk across studies) is provided in footnotes. The corresponding risk (and its 95% CI)

is based on the assumed risk in the comparison group and the relative effect of the intervention (and its 95% CI).
bVast majority of studies had allocation concealment and used blinded outcome and adjudication. We did not downgrade, although there was some

concern about lack of blinding in some studies; the overall risk of bias was believed to be very low.
cThere is moderate heterogeneity among studies included in the analysis of death at 12 mo (I2 5 41%). The subgroup analysis for mortality at 12 mo

was statistically significant and suggested survival benefit in patients with small cell lung cancer but not in patients with advanced cancer. Overall
we decided to downgrade by one level when considering these issues along with imprecision.
dCI interval includes effects suggesting benefit as well as no benefit.

eCI includes possibility of both harms and benefits.

fThe scores for the two scales were similar for the two study groups, both at baseline and at follow-up.

gHigh risk of bias and only 138 patients enrolled.

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for other types of cancer) but not statistically signifi- ing (RR, 4.24; 95% CI, 1.85-9.68; 23 more per 1,000
cant at 24 months (P 5 .88). In a subgroup analysis of [from six more to 61 more]) and minor bleeding (RR,
patients with advanced cancer vs patients with non- 3.34; 95% CI, 1.66-6.74). The quality of evidence was
advanced cancer, the review found no significant dif- moderate for all outcomes (Table 16, Table S19). In
ference between the effects of heparin in the two summary, the absolute risk increase of bleeding with
subgroups (P 5 .51). warfarin outweighs the absolute risk reduction of VTE.
In summary, there is moderate-quality evidence of
a reduction in mortality and high-quality evidence of 4.4 Patients With Cancer With Indwelling CVCs
a reduction in VTE with larger absolute effects than CVCs may result in arm swelling and discomfort,
any plausible increase in risk of major bleeding. There PE, predisposition to catheter-related sepsis, and
is a possible but not convincing increased mortality the need to replace the catheter.107,108 Peripherally
benefit in the subgroup of patients with SCLC. inserted CVCs are associated with a greater risk of
thrombosis than subclavian vein or internal jugular
vein access.109,110 If the CVC tip is placed in the upper
4.3 Oral Anticoagulants
superior vena cava or more peripherally, the DVT
A recent systematic review evaluated the efficacy risk is higher than when placed at or just above
and safety of oral anticoagulants in patients with can- the right atrium.111 Other potential risk factors
cer and no therapeutic or prophylactic indication for include left-sided CVC insertion, chest radiotherapy,
anticoagulation.106 The review identified five eligible more than one insertion attempt, and previous CVC
RCTs that enrolled 1,656 patients. The intervention insertion.112,113
consisted of warfarin in all five studies; started within A systematic review identified 12 eligible RCTs that
a month before, or at the time of, initiating chemo- enrolled 3,611 patients with cancer and an indwelling
therapy; and continued until the end of chemotherapy CVC114 and compared prophylactic-dose heparin
or up to a few weeks later. (LDUH or LMWH) or low-dose VKAs to each other
Warfarin had little or no effect on reducing mortality or to no anticoagulation. Most studies administered
at 6 months (RR, 0.96; 95% CI, 0.80-1.16), at 1 year treatments for a specified fixed period or until CVC
(RR, 0.94; 95% CI, 0.8-1.03), at 2 years (RR, 0.97; removal or thrombosis diagnosis.
95% CI, 0.87-1.08), or at 5 years (RR, 0.91; 95% CI, Prophylactic-dose heparin was associated with a
0.83-1.01). One study assessed the effect of warfarin trend toward reduction in symptomatic DVT (RR,
on VTE and showed an RR reduction of 85% (RR, 0.15; 0.54; 95% CI, 0.28-1.05) (Table 17, Table S20). The
95% CI, 0.02-1.2; 25 fewer per 1,000 [from 28 fewer results failed to confirm or to exclude beneficial or
to six more]). Warfarin increased both major bleed- detrimental effects of prophylactic-dose heparin on

Table 16—[Section 4.3] Summary of Findings: Should Oral Anticoagulation Be Used in Patients With Cancer With No
Therapeutic or Prophylactic Indication for Anticoagulation?102

Illustrative Comparative Risksa (95% CI)

Quality of the
Assumed Risk, Corresponding Risk, No of Participants Evidence
Outcomes Control Oral Anticoagulation Relative Effect (95% CI) (Studies) (GRADE)
Death; follow-up: 457 per 1,000 430 per 1,000 (398- 471) RR, 0.94 (0.87-1.03) 1,604 (5) Moderateb
median 1 y
VTE; follow-up: 1 y 43 per 1,000 6 per 1,000 (1-52) RR, 0.15 (0.02-1.2) 315 (1) Moderatec
Major bleeding; 22 per 1,000 93 per 1,000 (41-213) RR, 4.24 (1.85-9.68) 1,282 (4) Moderated
follow-up: median 1 y
Minor bleeding; 79 per 1,000 264 per 1,000 (131-532) RR, 3.34 (1.66-6.74) 851 (3) Moderated
follow-up: 1 y
Health-related quality Not estimable Not estimable Not estimable … Not estimable
of life: not reported
See Table 1 and 4 legends for expansion of abbreviations.
aThe basis for the assumed risk (eg, the median control group risk across studies) is provided in footnotes. The corresponding risk (and its 95% CI)
is based on the assumed risk in the comparison group and the relative effect of the intervention (and its 95% CI).
bWe downgraded because of lack of blinding of patients and providers in four out of five studies, it was unclear whether allocation was concealed in

two studies, and only one study clearly used ITT analysis.
cWe downgraded because the precision of the estimate does not exclude a patient-important benefit (the lower limit of RR still suggests a benefit

that might be relevant given the high baseline risk).


dWe downgraded because lack of blinding of patients and providers in three out of four studies, it was unclear whether allocation was concealed in

two studies, and only one study clearly used ITT analysis.

e214S Prevention of VTE in Nonsurgical Patients

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death (RR, 0.85; 95% CI, 0.53-1.37), major bleeding and low risk of bleeding are more likely to benefit
(RR, 0.68; 95% CI, 0.10-4.78), thrombocytopenia than be harmed from heparin prophylaxis.
(RR, 0.85; 95% CI, 0.49-1.46), and infection (RR,
0.91; 95% CI, 0.49-1.68). No data were available for Recommendations
HIT, heparin-induced thrombocytopenia and throm- 4.2.1. In outpatients with cancer who have no
bosis, PE, or catheter failure. The quality of evidence additional risk factors for VTE, we suggest
was moderate for all outcomes. against routine prophylaxis with LMWH or
Results failed to confirm or to exclude beneficial or LDUH (Grade 2B) and recommend against the
detrimental effects of low-dose VKAs on death (RR, prophylactic use of VKAs (Grade 1B).
0.97; 95% CI, 0.82-1.15), symptomatic DVT (RR, 0.63;
95% CI, 0.35-1.11), or major bleeding (RR, 6.93; Remarks: Additional risk factors for venous thrombosis
95% CI, 0.86-56.08) (Table 18, Table S21). However, in outpatients with cancer include previous venous
low-dose VKAs were associated with a statistically thrombosis, immobilization, hormonal therapy, angio-
significant reduction in asymptomatic DVT (RR, 0.42; genesis inhibitors, thalidomide, and lenalidomide.
95% CI, 0.28-0.61).
Studies comparing heparin to VKA found no effects 4.2.2. In outpatients with solid tumors who have
on any of the outcomes of interest. The quality of additional risk factors for VTE and who are at
evidence was low for all these outcomes (Table 19, low risk of bleeding, we suggest prophylactic-
Table S22). dose LMWH or LDUH over no prophylaxis
In summary, prophylactic-dose heparin in patients (Grade 2B).
with cancer and CVCs is potentially associated with
more benefits than harms. It is uncertain whether the Remarks: Additional risk factors for venous thrombosis
potential benefits of low-dose VKAs outweigh the in outpatients with cancer include previous venous
associated potential increase in bleeding. thrombosis, immobilization, hormonal therapy, angio-
Despite evidence of benefit of prophylactic-dose genesis inhibitors, thalidomide, and lenalidomide.
heparin in some outpatients with cancer and some
4.4. In outpatients with cancer and indwelling
patients with cancer with CVCs, the substantial clin-
CVCs, we suggest against routine prophylaxis with
ical heterogeneity of the patients studied (different
LMWH or LDUH (Grade 2B) and suggest against
cancer types, different cancer treatments, and dif-
the prophylactic use of VKAs (Grade 2C).
ferent durations of prophylaxis) raises questions
about which groups of outpatients with cancer will
benefit. More evidence will be available over the next 5.0 Chronically Immobilized Outpatients
few years on the effectiveness, cost-effectiveness, and
5.1 Risk of VTE
specific patient groups most likely to benefit from
prophylaxis. Considering the selection criteria of the The recognition that bedbound hospitalized patients
studies, patients with solid cancer, high risk for VTE, are at increased risk for VTE has led many clinicians

Table 17—[Section 4.4] Summary of Findings: Should Heparin Compared With No Heparin Be Used for Thrombosis
Prophylaxis in Patients With Cancer With Central Venous Catheters?114

Illustrative Comparative Risksa (95% CI)


Quality of the
Assumed Risk, Corresponding Risk, No. of Participants Evidence
Outcomes No Heparin Heparin Relative Effect (95% CI) (Studies) (GRADE)
Death 65 per 1,000 55 per 1,000 (34-89) RR, 0.85 (0.53-1.37) 1,192 (5) Moderateb-d
Symptomatic DVT 49 per 1,000 26 per 1,000 (14-51) RR, 0.54 (0.28-1.05) 1,173 (6) Moderateb-d
Major bleeding 5 per 1,000 3 per 1,000 (1-24) RR, 0.68 (0.1-4.78) 891 (4) Moderateb-d
Infection 71 per 1,000 65 per 1,000 (35-119) RR, 0.91 (0.49-1.68) 626 (3) Moderateb,c
Thrombocytopenia 66 per 1,000 56 per 1,000 (32-96) RR, 0.85 (0.49-1.46) 836 (3) Moderateb-d
Quality of life: Not estimable Not estimable Not estimable … Not estimable
not reported
See Table 4 for expansion of abbreviations.
aThe basis for the assumed risk (eg, the median control group risk across studies) is provided in footnotes. The corresponding risk (and its 95% CI)
is based on the assumed risk in the comparison group and the relative effect of the intervention (and its 95% CI).
bAllocation clearly concealed in three of the six studies. Four studies blinded patients and providers and all studies blinded outcome adjudicators.

Three studies had no problem with incomplete data. None of the studies was suspected of selective reporting. Two studies clearly used ITT.
cRelatively small number of events.

dCI includes both values suggesting no effect and values suggesting either benefit or harm.

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Table 18—[Section 4.5] Summary of Findings: Should VKA Compared With No VKA Be Used for Thrombosis
Prophylaxis in Patients With Cancer With Central Venous Catheters?114

Illustrative Comparative Risksa (95% CI)

Assumed Risk, No. of Participants Quality of the


Outcomes no VKA Corresponding Risk, VKA Relative Effect (95% CI) (Studies) Evidence (GRADE)
Death 312 per 1,000 303 per 1,000 (256-359) RR, 0.97 (0.82-1.15) 1,093 (2) Low due to
imprecisionb,c
Symptomatic DVT 90 per 1,000 57 per 1,000 (31-100) RR, 0.63 (0.35-1.11) 1,235 (4) Low due to
imprecisionb,c
Major bleeding 2 per 1,000 14 per 1,000 (2-112) RR, 6.93 (0.86-56.08) 1,093 (2) Low due to
imprecisionb,c;
high-quality evidence
in other populations
See Table 1 and 4 legends for expansion of abbreviations.
aThe basis for the assumed risk (eg, the median control group risk across studies) is provided in footnotes. The corresponding risk (and its 95% CI)
is based on the assumed risk in the comparison group and the relative effect of the intervention (and its 95% CI).
bWe did not rate down for methodologic limitations. Allocation clearly concealed in three of the four studies. None of studies blinded patients,

providers, or data collectors, and three studies blinded outcome adjudicators. Three studies had no problem with incomplete data. The presence of
selective reporting was unclear in one study. Two studies clearly used ITT.
cRelatively small number of events. CI includes both values suggesting no effect and values suggesting either benefit or harm.

to consider whether chronically immobilized outpa- ical condition reducing mobility for at least 48 h.115
tients are at similar increased risk, and whether they Anticoagulant prophylaxis was administered to 35%
may also benefit from VTE prophylaxis. The chroni- of patients. The study found a 1.2% incidence of
cally immobile population is large and includes patients symptomatic VTE in the 3 weeks after the onset of
who are homebound, as well as residents of nursing the acute condition. This incidence is similar to studies
homes and postacute care facilities. Despite their examining patients hospitalized with acute medical
similarities to medical inpatients, there have been conditions, but the pattern of immobility (acute rather
few studies and no placebo-controlled trials investi- than chronic) does not allow extrapolation to home-
gating VTE prophylaxis for chronically immobilized bound patients.
outpatients. Several observational studies have examined the
Although the population at risk is clearly large, the incidence of VTE in nursing home patients, including
scope of the problem and incidence of symptomatic two large studies using the Minimum Data Set, a
VTE is uncertain. One study of outpatients examined mandatory questionnaire completed for all Medicare-
the incidence of symptomatic VTE in 16,532 outpa- licensed long-term facilities in the United States.116,117
tients . 40 years of age (median age, 71 years) who Liperoti and colleagues retrospectively assessed
were not immobile at baseline and had an acute med- 132,018 nursing home patients across five states

Table 19—[Section 4.6] Summary of Findings: Should LMWH Compared With VKA Be Used for Thrombosis
Prophylaxis in Patients With Cancer With Central Venous Catheters?114

Illustrative Comparative Risksa (95% CI)


Quality of the
Assumed Corresponding Risk, No. of Participants Evidence
Outcomes Risk, VKA LMWH Relative Effect (95% CI) (Studies) (GRADE)
Death 110 per 1,000 140 per 1,000 (61-326) RR, 1.27 (0.55-2.96) 343 (2) Lowb-d
Symptomatic DVT 22 per 1,000 28 per 1,000 (6-143) RR, 1.28 (0.25-6.5) 280 (2) Lowb-d
Major bleeding 0 per 1,000 0 per 1,000 (0-0) RR, 3.1 (0.13-73.14) 343 (2) Lowb-d
Thrombocytopenia 0 per 1,000 0 per 1,000 (0-0) RR, 5.17 (0.26-103.21) 59 (1) Lowb-d
Quality of life: not reported Not estimable Not estimable Not estimable … Not estimable
See Table 1 and 4 legends for expansion of abbreviations.
aThe basis for the assumed risk (eg, the median control group risk across studies) is provided in footnotes. The corresponding risk (and its 95% CI)
is based on the assumed risk in the comparison group and the relative effect of the intervention (and its 95% CI).
bAllocation clearly concealed in one of the two studies. None of the studies blinded patients, providers, or data collectors, but both studies blinded

outcome adjudicators. One study did not address incomplete data reporting. None of the studies was suspected of selective reporting. One study
clearly used ITT.
cRelatively small number of events.

dCI includes both values suggesting no effect and values suggesting either benefit or harm.

e216S Prevention of VTE in Nonsurgical Patients

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and found a symptomatic VTE incidence of 0.91 6.0 Long-Distance Travel
per 100 person-years. Similarly, a retrospective study 6.1 Risk of VTE
of 18,661 nursing home patients in Kansas found a
VTE incidence of 1.30 per 100 person-years.116 These Prolonged air travel results in a very small absolute
studies suggest that the best estimate of the annual incidence of VTE. A systematic review and meta-
incidence of symptomatic VTE in nursing home analysis of 14 studies (11 case-control, two cohort,
patients is approximately 1%. The use of anticoagu- and one case-crossover) of risk for VTE in travelers
lant prophylaxis has not been examined adequately demonstrated a pooled RR of 2.8 (95% CI, 2.2-3.7).
in this population to draw conclusions on whether A dose-response relationship was identified, with an
the benefits outweigh the risks and costs. 18% higher risk of VTE for each 2-h increase in travel
The incidence of VTE in postacute care facil- duration.122,123 However, the overall absolute inci-
ities was examined in a prospective cohort study of dence of a symptomatic VTE in the month following
3,039 patients admitted for rehabilitation after acute a flight . 4 h is 1 in 4,600 flights,124 with a reported
medical illness or surgery.118 Reasons for admission to incidence of asymptomatic VTE on arrival from a trip
the facility included medical illness (54.7%), stroke ranging from 0% to 1.5%.123 The incidence varies by
(21.1%), and surgery (31.7%). Most patients (75.1%) the type and duration of travel and by individual risk
received anticoagulant thromboprophylaxis, which factors.125-127 Thrombosis risk also appears to be
was primarily LMWH. The incidence of symptom- increased for travel by car, bus, or train.128-130
atic VTE was 2.4% during the stay at the facility The association between air travel and VTE is
(median duration 26 days). Risk factors for VTE were strongest for flights . 8 to 10 h125-128,131-133 and is
cancer and prior VTE. increased in the presence of VTE risk factors such
Two cross-sectional studies examined the preva- as recent surgery.123 For those on flights . 4 h, immo-
lence of asymptomatic DVT in elderly patients in bility during the flight and window seating (especially
postacute care facilities in France and detected for obese persons) also increase the risk of VTE.134
asymptomatic DVT in 14.0% and 15.8% of patients, Especially tall or short passengers may have an
respectively.119,120 A subsequent analysis that com- increased risk.130 There is no definitive evidence
bined data from these two studies noted that although that dehydration, travel in economy class, and drink-
proximal DVT was not significantly reduced among ing alcoholic beverages on the flight are related to
patients who received LMWH prophylaxis (5.7% VTE risk.
vs 4.0%; P 5 .16), this difference became statistically
Most individuals with travel-associated VTE have
significant with the use of propensity analysis to con-
one or more known risk factors for thrombosis,
trol for potentially confounding variables (OR, 0.56;
including previous VTE, recent surgery or trauma,
P 5 .03).121 These studies suggest that the incidence
active malignancy, pregnancy, estrogen use, advanced
of asymptomatic DVT in elderly patients in postacute
age, limited mobility, severe obesity, or a thrombo-
care facilities is similar to that of hospitalized patients.
philic disorder.129,130,132,135-140 Among healthy volunteers,
However, their observational designs and lack of
patient-important end points does not allow for any coagulation activation observed after an 8-h flight was
conclusions to be drawn on whether thromboprophy- greater in carriers of factor V Leiden and in women
laxis is of benefit in this population (Table S23). taking oral contraceptives.141 Case-control studies have
The available data suggest that nursing home reported an increased risk of VTE in travelers who
patients have an incidence of symptomatic VTE of have thrombophilia and use oral contraceptives.130,136
1% annually and postacute care patients have an We identified a Cochrane review142 of nine RCTs of
incidence of 1.0% to 2.4% during their stay at the thromboprophylaxis in long-distance air travelers
facility. These data offer some indirect support for (Tables S24, S25). All but one of these trials was con-
prophylaxis of immobile patients in postacute or ducted by a single group of investigators.140,143-150 Trials
subacute care facilities, as their incidence of VTE enrolled a mix of low- and increased-risk subjects
may be similar to that of acutely ill hospitalized based on risk factors for VTE, and most studies
patients. Randomized trials are needed to determine included persons taking flights of . 7 h. Asymptomatic
if the benefits of anticoagulant thromboprophylaxis DVT detected by screening ultrasound examination
outweigh the risks in this population. was the primary end point. All of the trials have meth-
odologic limitations that compromise their interpre-
Recommendation tation. Further, the UK General Medical Council’s
5.1. In chronically immobilized persons resid- Fitness to Practice Panel judged that these papers
ing at home or at a nursing home, we suggest included coauthors who had not approved the papers
against the routine use of thromboprophylaxis and erased the principal investigator from the register
(Grade 2C). of the General Medical Council.151 Regardless, as there

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was no evidence presented suggesting falsification of or trauma, active malignancy, pregnancy, estro-
data, we include discussion of these trials in this article. gen use, advanced age, limited mobility, severe
A meta-analysis of the above trials found that obesity, or known thrombophilic disorder), we
among nine randomized trials,142 the use of various suggest frequent ambulation, calf muscle exercise
brands of below-knee GCS (providing 15-30 mm Hg or sitting in an aisle seat if feasible (Grade 2C).
compression at the ankle) reduced the rate of asymp-
tomatic DVT detected by screening from 3.6% 6.1.2. For long-distance travelers at increased
(47 of 1,323 control subjects) to 0.2% (three of 1,314 risk of VTE (including previous VTE, recent
stocking users) (RR, 0.10; 95% CI, 0.04-0.25); abso- surgery or trauma, active malignancy, preg-
lute estimated effects in a low-risk population were nancy, estrogen use, advanced age, limited
4.5 fewer symptomatic DVT per 10,000 (95% CI, mobility, severe obesity, or known thrombophilic
from four fewer to five fewer) and 24 fewer PE per disorder), we suggest use of properly fitted,
1,000,000 (95% CI, from 20 fewer to 26 fewer), and below-knee GCS providing 15 to 30 mm Hg of
in a high-risk population, 16.2 fewer symptomatic pressure at the ankle stockings during travel
DVT per 10,000 (95% CI, from 14 fewer to 17.5 (Grade 2C). For all other long-distance travelers,
fewer) and 87 fewer PE per 1,000,000 (95% CI, we suggest against the use of GCS (Grade 2C).
from 76 fewer to 94 fewer) (Table 20, Table S26).
6.1.3. For long-distance travelers, we suggest
Among eight trials that reported superficial throm-
against the use of aspirin or anticoagulants to
bophlebitis as an end point, results failed to show or
prevent VTE (Grade 2C).
exclude a beneficial or detrimental effect of stockings
(RR, 0.45; 95% CI, 0.18-1.13). Stockings reduced
postflight leg edema in six trials in which this out- 7.0 Thromboprophylaxis to Prevent
come was assessed; however, lack of blinding and VTE in Asymptomatic Persons
use of unvalidated measures of edema reduce con- With Thrombophilia
fidence in this result.
7.1 Risk of VTE
In a small study of high-dose enoxaparin (1 mg/kg),
administered once 2 to 4 h before travel lasting 7 to Thrombophilia refers to inherited or acquired con-
8 h, vs aspirin, one dose daily for 3 days starting 12 h ditions, measurable in the blood, that are associated
before the beginning of the flight, vs control, there with an increased risk of developing venous throm-
were zero of 82, three of 84, and four of 83 asymp- bosis. Inherited conditions include factor V Leiden
tomatic DVT in the three groups, respectively, but no (R506Q) mutation (average population prevalence,
symptomatic DVT or PE events in any group, although 5%; RR of a first venous thrombosis, compared
follow-up ended after the subjects left the airport.149 with the general population, 5-7), prothrombin gene
In summary, symptomatic VTE is rare in passen- (G20210A) mutation (2%; RR, 2-3), antithrombin
gers returning from long flights. Travelers at increased deficiency (0.04%; RR, 15-20), protein C deficiency
risk of VTE, defined as persons with previous VTE, (0.3%; RR, 15-20), and protein S deficiency (0.3%;
thrombophilic disorders, severe obesity, recently RR, 15-20). Acquired thrombophilic conditions include
active cancer, or recent major surgery, who are trav- antiphospholipid antibodies (APLA) (1%-5.6%; RR,
eling on flights . 6 h, may want to consider reducing 3-10),9,152 which may be associated with both venous
their risk of VTE by frequent ambulation or sitting in and arterial thrombosis.
an aisle seat if feasible and avoiding dehydration, Thrombophilia is most often tested for and
although these measures have not been assessed in detected in patients who have been diagnosed with
clinical trials. Light compression stockings appear VTE. However, in some situations, asymptomatic
to have a protective effect in reducing asymptomatic persons (ie, without a previous history of VTE)
DVT in travelers, are inexpensive, and are unlikely to may undergo testing for thrombophilia for reasons
cause harm. Until further, methodologically appro- potentially related (eg, family member had VTE)
priate studies are available, decisions regarding phar- or unrelated (eg, as part of a workup for autoim-
macologic thromboprophylaxis for travelers who are mune disease) to risk of VTE. The absolute annual
considered to be at particularly high risk for VTE incidence of VTE in asymptomatic persons with
must be made on an individual basis, considering that thrombophilia who are relatives of probands with
adverse effects may outweigh any benefit. VTE is low, ranging from 0.1% per year for carriers
of factor V Leiden, to 1.7% per year for those with
Recommendations antithrombin deficiency or mixed thrombophilic
defects.153,154
6.1.1. For long-distance travelers at increased risk A pertinent clinical question is whether long-term
of VTE (including previous VTE, recent surgery antithrombotic therapy should be offered to such

e218S Prevention of VTE in Nonsurgical Patients

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Table 20—[Section 6.1] Summary of Findings: Should Compression Stockings Compared With No Compression
Stockings Be Used by People Taking Long Flights?142

Anticipated Absolute Effects

No. of Patients Quality of the Relative Effect Risk Difference With


Outcome (Studies) Evidence (GRADE) (95% CI) Baseline Risk Without Stocking Stocking (95% CI)
Symptomatic DVT 2,637 (9) Moderate Not estimable 0 per 1,000 21.5% to 1.5%
due to
imprecisiona
Pulmonary embolism 2,637 (9) Not estimable Not estimable 0 per 1,000 21.5% to 1.5%
Symptomatic DVT 2,637 (9) Moderate RR, 0.10 Low-risk populationc
(inferred from due to (0.04-0.25) 5 per 10,000 0.5 per 10,000
surrogate, indirectnessb (0 to 1.25)
symptomless DVT) High-risk populationc
18 per 10,000 1.8 per 10,000
(1 fewer to 8 fewer)
Symptomatic pulmonary 2,637 (9) Moderate RR, 0.10 Low-risk populationc
embolism (inferred due to (0.04-0.25) 27 per million 3 per million
from surrogate, indirectnessb (1 fewer to 7 fewer)
symptomless DVT) High-risk populationc
97 per million 10 per million
(4 fewer to 95 fewer)
Superficial vein 1,804 (8) Moderate RR, 0.45 13 per 1,000 6 per 1,000
thrombosis due to (0.18-1.13) (2 fewer to 15 more)
imprecision
Edema postflight values 1,246 (6) Lowb due to Not estimable The mean edema score ranged The mean edema score
measured on a scale risk of bias across control groups in the intervention
from 0, no edema, to (unblinded, from 6.4 to 8.9 groups was on
10, maximum edema. unvalidated average 4.72 lower
measure) (95% CI, 4.91-4.52).
Death 2,637 (9) Not estimabled Not estimable Estimates not available,
but risk extremely low
Adverse effects 1,182 (4) Not estimabled Not estimable Not estimable Not estimable
All the stockings in the nine trials included in this review were below-knee compression stockings. In four trials the compression strength was
20-30 mm Hg at the ankle. It was 10-20 mm Hg in the other four trials. Stockings come in different sizes. If a stocking is too tight around the knee
it can prevent essential venous return, causing the blood to pool around the knee. Compression stockings should be fitted properly. A stocking that
is too tight could cut into the skin on a long flight and potentially cause ulceration and increased risk of DVT. Some stockings can be slightly thicker
than normal leg covering and can be potentially restrictive with tight footwear. It is a good idea to wear stockings around the house prior to travel
to ensure a good, comfortable fitting. Stockings were put on 2 to 3 h before the flight in most of the trials. The availability and cost of stockings can
vary. See Table 4 legend for expansion of abbreviations.
aThe imprecision refers to absolute measures, not the relative. For the relative, it is not possible to make an estimate. This is also true for pulmonary

embolism.
bThere are two reasons for indirectness: estimates of relative risk reduction come from the surrogate, and there is uncertainty regarding the baseline risk.

cEstimates for control event rates for venous thrombosis and for pulmonary embolism come from Philbrick et al.131 Definition of high risk includes

previous episodes of DVT, coagulation disorders, severe obesity, limited mobility due to bone or joint problems, neoplastic disease within the
previous 2 years, or large varicose veins.
dNone of the other trials reported adverse effects, apart from four cases of superficial vein thrombosis in varicose veins in the knee region that were

compressed by the upper edge of the stocking in one trial.131

patients to prevent VTE (consideration of antithrom- vs placebo to prevent arterial or venous thrombosis.159
botic therapy to prevent VTE in pregnant women A total of 98 asymptomatic individuals with persistently
with thrombophilia is addressed in Bates et al155). positive APLA ( . 95% female; 60% had systemic
Observational studies have addressed the effects of lupus erythematosus) who were not receiving warfa-
ASA in asymptomatic persons with APLA, or ASA rin were randomized. The study failed to demon-
and hydroxychloroquine in persons with systemic strate or exclude a beneficial or detrimental effect of
lupus erythematosus and APLA156-158; some suggest ASA (HR, 1.04; 95% CI, 0.69-1.56). In asymptomatic
that these drugs may be effective. persons with other types of thrombophilia (factor V
Only one published RCT has addressed this issue. Leiden, prothrombin G20210A mutation), a subgroup
The Antiphospholipid Antibody Acetylsalicylic Acid analysis of the Women’s Health Study also failed
(APLASA) study was a randomized, blinded, placebo- to demonstrate or exclude an effect of ASA on VTE
controlled clinical trial in asymptomatic patients with (HR, 0.83; 95% CI, 0.50-1.39)160 (Table 21, Tables
APLA comparing the efficacy of aspirin 81 mg daily S27-S30). There are no published studies of the

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Table 21—[Section 7.1] Summary of Findings: Should Aspirin vs No Treatment Be Used for Prevention of VTE
in Persons With Asymptomatic Thrombophilia?157-160

Anticipated Absolute Effects


Relative
No. of Patients Quality of the Effect (95% Risk Difference With
Outcome (Studies) Follow-up Evidence (GRADE) CI) Baseline Risk Aspirin (95% CI)
Symptomatic 98 (2 RCTs) 2.3-10.1 y Low due to very RR, 2.08 20 per 1,000 22 more per 1,000
nonfatal DVT serious imprecisiona (0.20-22.23) (from 16 fewer
and PE to 425 more)
Mortality 98 (1 RCT) 2.3 y Very low due RR, 1.04 21 per 1,000 1 more per 1,000
to very serious (0.07-16.19) (from 19 fewer
imprecisiona and to 316 more)
methodologic limitationsb
Major bleeding 207 (3 Observational studies) Very low due to very Not estimable, 0 per 1,000 Not estimable
2.3-8 y serious imprecisiona no events in
either arm
See Table 1 and 4 legends for expansion of abbreviations.
aVery small number of events.

bErkan et al159 terminated early as event rates were lower than expected and larger sample size was infeasible.

effectiveness of thromboprophylaxis in asymptom- VTE in three prospective cohort studies, six case-
atic persons with thrombophilia types other than control studies, and one clinical trial (Tables S31,
APLA, factor V Leiden, or prothrombin mutation, S32). Considering DVT and PE together, the pooled
and no studies of anticoagulants such as LMWH, risk estimate with statin use vs nonuse from several
UFH, or VKA, or of mechanical thromboprophy- case-control studies162-166 was 0.61 (95% CI, 0.48-0.81).
laxis such as GCS to prevent VTE in asymptomatic Two observational studies based on administrative
persons with thrombophilia. data166,167 reported no significant difference in the
adjusted OR of VTE comparing statin users and
Recommendation nonusers. In contrast, another observational study168
reported a lower risk of DVT with statin use, with an
7.1. In persons with asymptomatic thrombo- RR of 0.78 (95% CI, 0.69-0.87). The Heart and Estro-
philia (ie, without a previous history of VTE), gen/Progestin Replacement (HERS) clinical trial169
we recommend against the long-term daily use of women with coronary artery disease also reported
of mechanical or pharmacologic thrombopro- a lower risk of VTE with statin use (not randomized)
phylaxis to prevent VTE (Grade 1C). in women (HR, 0.45; 95% CI, 0.23-0.88).
A single RCT comparing statin to placebo reported
a lower risk of VTE with the statin.170 The Justifica-
8.0 Statins to Prevent VTE tion for the Use of Statins in Primary Prevention: an
in Asymptomatic Persons Intervention Trial Using Rosuvastatin (JUPITER)
was designed to assess the efficacy of rosuvastatin in
8.1 Risk of VTE
preventing arterial vascular events in those not other-
Statins reduce coagulation potential by decreasing wise eligible for statins based on existing guidelines.
tissue factor expression and decreasing thrombin Thus, it included a large sample of healthy people
generation,161 leading to consideration of statin use to with low-density lipoprotein cholesterol , 130 mg/dL
prevent VTE. Statin use has been related to risk of and C-reactive protein . 2 mg/L, without diabetes

Table 22—[Section 8.1] Summary of Findings: Should Statins Be Used to Prevent VTE?170

Anticipated Absolute Effects

No. of Patients Quality of the Risk Difference With


Outcome (Studies) Follow-up Evidence (GRADE) Relative Effect (95% CI) Baseline Risk Statins (95% CI)
Symptomatic DVT 17,802 (1 RCT) High HR, 0.45 (0.25-0.79) 4 per 1,000 2 fewer per 1,000
1.9 y (from 1 fewer to 3 fewer)
Nonfatal PE 17,802 (1 RCT) High HR, 0.77 (0.41-1.45) 2 per 1,000 0 fewer per 1,000
1.9 y (from 1 fewer to 1 more)
See Table 1 and 2 legends for expansion of abbreviations.

e220S Prevention of VTE in Nonsurgical Patients

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and other conditions. Considering symptomatic VTE, panies/organizations whose products or services may be dis-
cussed in this article.
a secondary end point of the trial, assignment to the Role of sponsors: The sponsors played no role in the develop-
statin was associated with a 55% lower DVT risk and ment of these guidelines. Sponsoring organizations cannot recom-
23% lower PE risk. There was no increased risk of mend panelists or topics, nor are they allowed prepublication
access to the manuscripts and recommendations. Guideline panel
bleeding. The absolute rates of VTE were 2 per 1,000 members, including the chair, and members of the Health & Sci-
in statin users compared with 4 per 1,000 in nonus- ence Policy Committee are blinded to the funding sources. Fur-
ers. The number needed to treat to prevent one DVT ther details on the Conflict of Interest Policy are available online
at http://chestnet.org.
was 500 (Table 22, Table S33). Endorsements: This guideline is endorsed by the American
The panel considered that it was premature to Association for Clinical Chemistry, the American College of Clin-
issue a recommendation concerning the use of statins ical Pharmacy, the American Society of Health-System Pharma-
cists, the American Society of Hematology, and the International
to prevent VTE in light of the paucity of data and Society of Thrombosis and Hematosis.
the availability of more established effective treat- Additional information: The supplemental Tables can be found
ments. In addition, the patients included in this trial in the Online Data Supplement at http://chestjournal.chestpubs.
org/content/141/2_suppl/e195S/suppl/DC1.
were not at increased risk of thrombosis and are not
the patients for whom thromboprophylaxis would be
recommended.
References
This area is in need of further research. Trials that
enroll patients at high risk of VTE (eg, those with 1. Gould MK, Garcia DA, Wren SM, et al. Prevention of VTE
in nonorthopedic surgical patients: antithrombotic therapy and
previous VTE) who require thromboprophylaxis are prevention of thrombosis, 9th ed: American College of Chest
needed. Such trials should have a comparative effec- Physicians evidence-based clinical practice guidelines. Chest.
tiveness design to better inform guideline developers; 2012;141(2)(suppl):e227S-e277S.
to that extent, these trials should have an active treat- 2. Lansberg MG, O’Donnell MJ, Khatri P, et al. Antithrom-
ment of comparison, focus on symptomatic events botic and thrombolytic therapy for ischemic stroke: anti-
thrombotic therapy and prevention of thrombosis, 9th ed:
that matter the most to patients, and report cost effec- American College of Chest Physicians evidence-based clinical
tiveness analyses. practice guidelines. Chest. 2012;141(2)(suppl):e601S-e636S.
3. Guyatt GH, Norris SL, Schulman S, et al. Methodology for
the development of antithrombotic therapy and prevention of
Acknowledgments thrombosis guidelines: antithrombotic therapy and prevention
of thrombosis, 9th ed: American College of Chest Physi-
Author contributions: As Topic Editor, Dr Murad oversaw the cians evidence-based clinical practice guidelines. Chest. 2012;
development of this article, including the data analysis and subse-
quent development of the recommendations contained herein. 141(2)(suppl):53S-70S.
Dr Murad: contributed as Topic Editor. 4. MacLean S, Mulla S, Akl EA, et al. Patient values and pref-
Dr Kahn: contributed as Deputy Editor. erences in decision making for antithrombotic therapy: a
Dr Lim: contributed as a panelist. systematic review: antithrombotic therapy and prevention of
Dr Dunn: contributed as a panelist. thrombosis, 9th ed: American College of Chest Physicians evi-
Dr Cushman: contributed as a panelist. dence-based clinical practice guidelines. Chest. 2012;141(2)
Dr Dentali: contributed as a panelist. (suppl):e1S-e23S.
Dr Akl: contributed as a panelist. 5. Cohen AT, Aikman R, Arcelus JI, et al. Assessment of
Dr Cook: contributed as a panelist. venous thromboembolism risk and the benefits of thrombo-
Dr Balekian: contributed as a resource consultant.
Dr Klein: contributed as a frontline clinician. prophylaxis in medical patients. Thromb Haemost. 2005;
Dr Le: contributed as a frontline clinician. 94(4):750-759.
Dr Schulman: contributed as a panelist. 6. Spyropoulos AC. Risk assessment of venous thromboembo-
Financial/nonfinancial disclosures: The authors of this guide- lism in hospitalized medical patients. Curr Opin Pulm Med.
line provided detailed conflict of interest information related to 2010;16(5):419-425.
each individual recommendation made in this article. A grid 7. Spyropoulos AC, Anderson FA Jr, Fitzgerald G, et al.
of these disclosures is available online at http://chestjournal. Predictive and associative models to identify hospitalized
chestpubs.org/content/141/2_suppl/e195S/suppl/DC1. In summary, medical patients at risk for venous thromboembolism. Chest.
the authors have reported to CHEST the following conflicts of 2011;140(3):706-714.
interest: Dr Kahn has received peer-reviewed and investigator-initi-
ated industry research funding for projects related to venous 8. Kucher N, Koo S, Quiroz R, et al. Electronic alerts to pre-
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ment. She has received honoraria for industry-sponsored talks per- N Engl J Med. 2005;352(10):969-977.
taining to venous thrombosis. Dr Balekian received industry research 9. Barbar S, Noventa F, Rossetto V, et al. A risk assessment
support and served as a consultant in areas relating to venous model for the identification of hospitalized medical patients
thrombosis. Dr Cook has received donated study drug (dalteparin) at risk for venous thromboembolism: the Padua Prediction
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Working Group. Dr Murad is a member of the GRADE Working 11. Shorr AF, Williams MD. Venous thromboembolism in crit-
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e226S Prevention of VTE in Nonsurgical Patients

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© 2012 American College of Chest Physicians
Artículo especial online

Guías de práctica clínica para el manejo del dolor,


la agitación/sedación, el delirium, la inmovilidad
y las alteraciones del sueño en pacientes adultos
en la UCI
John W. Devlin, PharmD, FCCM (Chair)1,2; Yoanna Skrobik, MD, FRCP(c), MSc, FCCM
(Vice-Chair)3,4; Céline Gélinas, RN, PhD5; Dale M. Needham, MD, PhD6; Arjen J. C. Slooter,
MD, PhD7; Pratik P. Pandharipande, MD, MSCI, FCCM8; Paula L. Watson, MD9; Gerald L.
Weinhouse, MD10; Mark E. Nunnally, MD, FCCM11,12,13,14; Bram Rochwerg, MD, MSc15,16;
Michele C. Balas, RN, PhD, FCCM, FAAN17,18; Mark van den Boogaard, RN, PhD19; Karen J.
Bosma, MD20,21; Nathaniel E. Brummel, MD, MSCI22,23; Gerald Chanques, MD, PhD24,25; Linda
Denehy, PT, PhD26; Xavier Drouot, MD, PhD27,28; Gilles L. Fraser, PharmD, MCCM29; Jocelyn
E. Harris, OT, PhD30; Aaron M. Joffe, DO, FCCM31; Michelle E. Kho, PT, PhD30; John P. Kress,
MD32; Julie A. Lanphere, DO33; Sharon McKinley, RN, PhD34; Karin J. Neufeld, MD, MPH35;
Margaret A. Pisani, MD, MPH36; Jean-Francois Payen, MD, PhD37; Brenda T. Pun, RN, DNP23;
Kathleen A. Puntillo, RN, PhD, FCCM38; Richard R. Riker, MD, FCCM29; Bryce R. H. Robinson,
MD, MS, FACS, FCCM39; Yahya Shehabi, MD, PhD, FCICM40; Paul M. Szumita, PharmD,
FCCM41; Chris Winkelman, RN, PhD, FCCM42; John E. Centofanti, MD, MSc43; Carrie Price,
MLS44; Sina Nikayin, MD45; Cheryl J. Misak, PhD46; Pamela D. Flood, MD47; Ken Kiedrowski,
MA48; Waleed Alhazzani, MD, MSc (Methodology Chair)16,49

 1School of Pharmacy, Northeastern University, Boston, MA. 15Department of Medicine (Critical Care), McMaster University, Hamilton,
 2Division of Pulmonary, Critical Care and Sleep Medicine, Tufts Medical ON, Canada.
Center, Boston, MA. 16Department of Health Research Methods, Impact and Evidence, McMas-

 3Faculty of Medicine, McGill University, Montreal, QC, Canada. ter University, Hamilton, ON, Canada.
 4Regroupement de Soins Critiques Respiratoires, Réseau de Santé Respi- 17The Ohio State University, College of Nursing, Center of Excellence in

ratoire, Montreal, QC, Canada. Critical and Complex Care, Columbus, OH.
 5Ingram School of Nursing, McGill University, Montreal, QC, Canada. 18The Ohio State University Wexner Medical Center, Columbus, OH.

 6Division of Pulmonary and Critical Care Medicine, Department of Phys- 19Department of Intensive Care Medicine, Radboud University Medical

ical Medicine and Rehabilitation, School of Medicine, Johns Hopkins Center, Nijmegen, The Netherlands.
University, Baltimore, MD. 20Division of Critical Care, London Health Sciences Centre, London, ON,

 7Department of Intensive Care Medicine, Brain Center Rudolf Magnus, Canada.


University Medical Center, Utrecht University, Utrecht, The Netherlands. 21Schulich School of Medicine & Dentistry, University of Western Ontario,

 8Department of Anesthesiology, Division of Anesthesiology Critical Care London, ON, Canada.


Medicine, Vanderbilt University Medical Center, Nashville, TN. 22Center for Quality Aging, Division of Allergy, Pulmonary and Critical Care

 9Division of Sleep Medicine, Vanderbilt University Medical Center, Nash- Medicine, Department of Medicine, Vanderbilt University Medical Center,
ville, TN. Nashville, TN.
10Division of Pulmonary and Critical Care, Brigham and Women’s Hospital 23Center for Health Services Research, Vanderbilt University Medical Cen-

and School of Medicine, Harvard University, Boston, MA. ter, Nashville, TN.
11Division of Anesthesiology, Perioperative Care and Pain Medicine, New 24Department of Anesthesia and Intensive Care, Montpellier University

York University Langone Health, New York, NY. Saint Eloi Hospital, Montpellier, France.
12Division of Medicine, New York University Langone Health, New York, NY. 25PhyMedExp, INSERM, CNRS, University of Montpellier, Montpellier,

13Division of Neurology, New York University Langone Health, New York, NY. France.
26Melbourne School of Health Sciences, University of Melbourne, Mel-
14Division of Surgery, New York University Langone Health, New York, NY.
bourne, VIC, Australia.

Guías PADIS 2018 1


Devlin et al

27Faculte de Medecine Pharmacie, University of Poitiers, Poitiers, France. Diseño: Se convocó a 32 expertos internacionales, 4 expertos en
28Service de Neurophysiologie, CHU de Poitiers, Poitiers, France. metodología y 4 supervivientes de una enfermedad crítica que se
29Department of Critical Care, Maine Medical Center and School of Medi- reunieron por teleconferencia al menos 1 ves por mes. Todos los
cine, Tufts University, Portland, ME. grupos se reunieron en persona en los congresos de la Sociedad
30School of Rehabilitation Science, McMaster University, Hamilton, ON,
Americana de Cuidados Críticos (SCCM); los que no pudieron
Canada. asistir en persona lo hicieron de manera virtual. Se redactó una
31Department of Anesthesiology and Pain Medicine, Harborview Medical
política formal de conflictos de intereses antes de comenzar el
Center, University of Washington, Seattle, WA. debate y se aplicó durante todo el proceso. Las teleconferencias
32Division of Pulmonary and Critical Care Medicine, University of Chicago,
y las conversaciones electrónicas entre los sub-grupos y el pa-
Chicago, IL.
33Department of Physical Medicine and Rehabilitation, Intermountain
nel completo fueron parte del desarrollo de esta guía. Se realizó
una revisión completa del contenida en una reunión en persona
Healthcare, Salt Lake City, UT.
34School of Nursing and Midwifery, Deakin University, Geelong, VIC, Aus-
en donde participaron todos los miembros del panel en enero de
tralia. 2017.
35Department of Psychiatry and Behavioral Sciences, Johns Hopkins Uni- Métodos: En cada una de las cinco secciones de la guía parti-
versity School of Medicine, Baltimore, MD. ciparon expertos en los contenidos, expertos en metodología y
36Division of Pulmonary, Critical Care and Sleep Medicine, School of Med- pacientes que estuvieron internados en UCI. Las cinco secciones
icine, Yale University, New Haven, CT. son: dolor, agitación / sedación, inmovilidad (movilización / reha-
37Department of Anesthesiology and Critical Care, Grenoble Alpes Univer- bilitación) y alteración del sueño. Cada sección generó preguntas
sity Hospital, Grenoble, France. con el enfoque PICO (Población, Intervención, Comparación y
38School of Nursing, University of California San Francisco, San Fran- Resultado) y, además, preguntas descriptivas (no de actuación)
cisco, CA. en base a la relevancia clínica percibida. Luego se confecciona-
39Department of Surgery, University of Washington, Seattle, WA.
ba un ranking, en base a lo que votaba el grupo, y los pacientes
40Department of Critical Care and Perioperative Medicine, School of Clini- podía dar su opinión en cuanto a la prioridad de cada una. Para
cal Sciences, Monash University, Melbourne, VIC, Australia. cada pregunta PICO, las secciones buscaron la mejor evidencia
41Department of Pharmacy, Brigham and Women’s Hospital, Boston, MA.
disponible, determinaron su calidad y formularon recomendacio-
42Frances Payne Bolton School of Nursing, Case Western Reserve Uni-
nes calificadas como “fuertes”, “condicionales” o “declaración de
versity, Cleveland, OH. buena práctica” siguiendo los lineamientos de la metodología de
43Department of Anesthesia and Critical Care, McMaster University, Ham-
evaluación GRADE (Grading of Recommendations Assessment,
ilton, ON, Canada. Development and Evaluation, o Clasificación de la evaluación,
44Welch Medical Library, Johns Hopkins University, Baltimore, MD.
desarrollo y evaluación de las recomendaciones). Además, se
45Department of Psychiatry and Behavioral Sciences, New York Medical
identificaron explícitamente las lagunas de conocimiento o falta
College, Valhalla, NY. de evidencia en cada sección y los riesgos clínicos inherentes.
46Department of Philosophy, University of Toronto, Toronto, CA.
Resultados: El panel de las Guías PADIS produjo 37 recomen-
47Division of Anesthesiology, Stanford University Hospital, Palo Alto, CA.
daciones (tres fuertes y 34 condicionales), dos declaraciones de
48Patient and Family Advisory Committee, Johns Hopkins Hospital, Balti-
buena práctica y 32 declaraciones sin clasificar y no accionables.
more, MD. Tres preguntas de las consideradas prioritarias para el enfoque
49Department of Medicine (Critical Care and Gastroenterology), McMas-
centrado en el paciente no pudieron ser respondidas.
ter University, Hamilton, ON, Canada.
Conclusiones: Se logró consenso en una cohorte numerosa de
Las siguientes sociedades científicas auspician estas guías: American expertos internacionales para producir recomendaciones basa-
Association of Critical Care Nurses, American College of Chest Physi- das en la mejor evidencia disponible, así como también en la iden-
cians, American College of Clinical Pharmacy, American Delirium Society, tificación de puntos ciegos que necesitan más investigación para
Australian College of Critical Care Nurses, Canadian Critical Care So- la evaluación, prevención y tratamiento del dolor, la agitación/se-
ciety, Eastern Association for the Surgery of Trauma, European Delirium
Association, European Federation of Critical Care Nursing Associations,
dación, el delirium, la inmovilidad (movilidad/rehabilitación) y las
Neurocritical Care Society, and Society of Critical Care Anesthesiologists. alteraciones del sueño en pacientes críticos adultos. Reforzar la
importancia de esta evidencia y la necesidad de mayor investi-
Este artículo cuenta con material digital suplementario, accesible en: gación en algunos puntos mejorará el manejo de estos puntos y
http://bit.ly/padis_spanish_suppl_2019. proveerá las bases científicas para optimizar los resultados y el
Para más información sobre este artículo, se puede contactar al autor: fundamento científico para el tratamiento de esta población vulne-
j.devlin@neu.edu rable. (Crit Care Med 2018; 46:e825–e873)
Palabras clave: delirium; guidelines; immobility; intensive care;
Traducción y adaptación: Carini, FC1,2; Bezzi, M3; Busico, M2; Casabe- mobilization; pain; sedation; sleep
lla, C1; Foster, C2; Goldberg, A1,3; Olmos, D1; Plotnikow, G2,3; Setten, M2;
Urrutia, JG2; Villalba, D2.
Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI)
Comité de Sedación, Analgesia y Delirium

L
1
2
Comité de Seguimiento y Rehabilitación
3
Capítulo de Kinesiología Intensivista as guías de práctica clínica se publican y promocionan,
Mail de contacto: federico.carini@hiba.org.ar en general por las sociedades profesionales, ya que pro-
veen una revisión actualizada y trasparente de la investi-
gación relevante y se escriben con el objetivo de guiar la prác-
Objetivo: Actualizar y expandir las Guías de práctica clínica para tica clínica. En línea con ello, las Guías 2018 para el manejo
el manejo dl dolor, la agitación y el delirium en pacientes adultos del Dolor, la agitación/sedación, el delirium, la inmovilidad (
en UCI de 2013. rehabilitación/movilización) y el sueño (su alteración) o Guías

2 Guías PADIS 2018


Artículo especial online

PADIS 2018 (1) [del inglés Pain, Agitation/sedation, Delirium, sionales de la salud. Se generó una lista de preguntas para cada
Immobility (reha- bilitation/mobilization), and Sleep (disrup- tópico, y las preguntas y los resultados se ordenaron según
tion)] se suman a este objetivo de varias maneras: 1) actuali- prioridad por medio de una encuesta electrónica siguiendo los
zando las guías PAD 2013 (2) (referidas a Dolor, Agitación y lineamientos GRADE (12).
Delirium; del inglés Pain, Agitation and Delirium), 2) agregan- Una vez que la lista de preguntas estuvo finalizada, una
do dos temas inseparables en la práctica diaria (inmovilidad bibliotecaria universitaria realizó una revisión de la literatu-
y sueño); 3) incluyendo a los pacientes como colaboradores ra en cinco bases de datos electrónicas incluyendo el periodo
y co-autores; y 4) invitando a panelistas de distintos países de de 1990 a octubre de 2015, en base a la prioridad asignada a
altos ingresos como un primer paso para la incorporación de cada tópico por los miembros de los paneles y revisada por
prácticas más diversas y experiencia de la comunidad interna- los ex pacientes de UCI. La bibliotecaria completó la búsqueda
cional de cuidados críticos. de términos relevantes con los grupos y extrajo los trabajos
Los lectores encontraran 37 recomendaciones con su res- más relevantes. Estas publicaciones luego fueron evaluadas
pectiva justificación (derivada de una pregunta del tipo Pa- para definir su rigor metodológico para definir su calidad de
ciente, Intervención, Comparación y Resultado o outcome; evidencia para cada resultado y cada pregunta siguiendo los
pregunta PICO), dos declaraciones de buena práctica (deri- lineamientos GRADE. La evaluación de la evidencia se rea-
vadas de preguntas PICO de acción, en los que la evidencia es lizó determinando su relevancia para cada pregunta; en caso
inequívoca mostrando claramente los beneficios de la inter- de que algún miembro de los paneles tuviese conflicto de in-
vención superando los riesgos pero sin evidencia concreta que terés intelectual o financiero con alguna de las preguntas se lo
respalde esa intervención) y 32 recomendaciones (derivadas de excluía de la revisión de esa pregunta en particular. Se revisó
preguntas descriptivas no ligadas a una acción particular para cada trabajo en texto completo por duplicado. Cada grupo uti-
los que no se utilizó la metodología de evaluación GRADE lizó el enfoque de evidencia a decisión propuesto por GRADE
(Grading of Recommendations Assessment, Development and para formular las recomendaciones preliminares (12). Luego,
Evaluation, o Clasificación de la evaluación, desarrollo y eva- los cinco grupos pudieron comentar sobre las recomenda-
luación de las recomendaciones), distribuidas en las 5 seccio- ciones generales y el presidente y vice-presidente revisaron
nes que componen la guía. Las figuras y tablas en el contenido la literatura que apoyaba esas recomendaciones luego de una
digital suplementario (N. del T. también traducidas al español) votación de recomendación y una nueva revisión en busca de
asociadas a estas guías dan el contexto en el que se realizaron conflictos de interés potenciales o percibidos.
las preguntas, la evidencia que se encontró, las tablas de evi- En la siguiente etapa, las recomendaciones fueron discu-
dencia a decisión utilizadas para realizar las recomendaciones tidas en una reunión presencial por todo el panel. Luego, sólo
y los resultados de la votación. La falta de evidencia (del inglés los miembros que no tuviesen ningún conflicto de interés (po-
“evidence gaps”) también se resalta en cada sección. Las cinco tencial o efectivo) votaron electrónicamente para cada reco-
secciones de esta guía están relacionadas y, por ende, la guía mendación. Se estableció que para obtener consenso como una
debe considerarse como una unidad y no como recomenda- concordancia mayor al 80% con una tasa de respuesta mayor
ciones individuales o distintas entre sí. al 70%. Los sobrevivientes a la UCI participaron en cada paso
La transferencia del conocimiento y la efectividad en la del desarrollo de la guía, aportando una perspectiva única a esta
implementación son puntos críticos para nuestra guía para fo- guía. Utilizamos los criterios GRADE para formular declaracio-
mentar los avances en relación con la evaluación, prevención y nes de buena práctica en los casos apropiados (11). En el caso de
tratamiento del dolor, la agitación, el delirium, fomentando la preguntas no accionables, descriptivas en naturaleza, se resumió
movilización precoz y el sueño de calidad en UTI. Para ayudar la evidencia y se emitieron declaraciones no clasificadas. En el
con la interpretación de esta guía y la comprensión del proce- Apéndice Suplementario 1 (Contenido Digital Suplementario
so de producción de esta, se han publicado por separado un 1, ) el lector encontrará una descripción completa de los méto-
artículo referido a la implementación e integración de estas re- dos utilizados en esta guía. En un artículo separado se publica
comendaciones (2). El diseño e implementación de programas una descripción detallada de las innovaciones metodológicas
de efectividad y educación PADIS suele enfrentarse con varios aplicadas en la confección de estas guías (13).
obstáculos. Aunque algunos no alcanzaron sus objetivos espe-
rados (3, 4), muchos otros proyectos de mejora de la calidad en
este campo sí han sido exitosos (5-10).
ANALGESIA
El manejo del dolor es complejo porque su tiempo de evo-
lución es variable (puede ser agudo, crónico y agudo sobre
MÉTODOS crónico), tiene distintos sitios de origen (somático, visceral y
El panel siguió los lineamientos GRADE para el desarrollo de neuropático) y, finalmente, se ve afectado por la percepción
esta guía. Los directores de las guías, con asesoramiento del subjetiva del paciente y la muy variable tolerancia que pueden
equipo de metodología, redactó un protocolo antes de comen- desarrollar. Un abordaje efectivo de la evaluación y manejo
zar formalmente con el trabajo de redacción de la guía. Los del dolor es fundamental en los pacientes críticos, teniendo
directores, cabeza de grupo y miembros de los paneles, con en cuentas algunas de sus características únicas como son la
aporte de los sobrevivientes de la UCI (11) seleccionaron los dificultad para comunicarse, el nivel alterado de conciencia, la
tópicos que eran más relevantes para los pacientes y los profe- ventilación mecánica, la necesidad de realizar procedimientos

Guías PADIS 2018 3


Devlin et al

y el uso de dispositivos invasivos, la alteración del sueño y la del dolor (1): 1) los pacientes adultos internados en UCI por
falta de movilidad adecuada (14). afecciones médicas, quirúrgicas o por trauma suelen padecer
Los pacientes críticamente enfermos padecen dolor mode- dolor, tanto en reposo como durante procedimientos propios
rado a severo tanto en reposo (15) como durante la realización del cuidado habitual; 2) la realización de procedimientos suele
de procedimientos habituales (16). El dolor se define como generar aún más dolor en pacientes adultos en UCI; y 3) en
“una experiencia no placentera emocional y sensitiva que se pacientes internados en postoperatorio (POP) de cirugía car-
asocia con daño tisular real o potencial, o descrita en términos díaca el dolor también es frecuente y, habitualmente, con trata-
de ese daño” (17). Se debe aceptar al dolor como un fenómeno miento sub-óptimo; las mujeres padecen más el dolor que los
que consiste en lo “que sea” que la persona que lo experimenta hombres. Las preguntas descriptivas utilizadas en esta guía se
diga que es, y que existe “cuando sea” que la persona diga que enfocan principalmente en estudios observacionales que han
lo padece (18).  Aunque la medida de preferencia para definir identificado factores de riesgo asociados con dolor en pacien-
la intensidad del dolor es el auto-reporte del paciente, la inca- tes internados en UCI en reposo y durante procedimientos.
pacidad de comunicarse no debe interpretarse como la incapa- En reposo.  Cinco estudios (que incluyeron entre 74 y 5.176
cidad del paciente de sentir dolor y, mucho menos, asumirse pacientes cada uno) describen los factores de riesgo asociados
como una justificación para no evaluar o tratar adecuadamen- con mayor dolor en pacientes con afecciones clínicas, quirúr-
te el dolor (19). Afortunadamente, contamos con escalas de gicas o con trauma (26-30). Algunos de los principales predic-
comportamiento validadas que aportan una forma alternativa tores de mayor intensidad de dolor reportada por el paciente
para la evaluación del dolor en aquellos pacientes incapaces de son el tiempo en que se demora en iniciar el analgésico una vez
comunicarse. El dolor intenso afecta negativamente la condi- que se detecta dolor, un dolor peor al esperado por el pacien-
ción clínica del paciente crítico (genera inestabilidad hemo- te, y una mayor estadía en UCI (LOS; length of stay) (26). La
dinámica, afección respiratoria, inmunosupresión); mientras cantidad total de analgésico administrado en la UCI después
que la implementación de protocolos de manejo guiados por la de una cirugía abdominal y cardíaca es un factor predictivo
evaluación y manejo estándar del dolor mejoran los resultados importante de mayor intensidad de dolor, perturbación por el
y la práctica habitual en la UCI (Unidad de Cuidados Inten- dolor (experiencia emocional) y sensación de dolor (es decir,
sivos) (5,20). La titulación cuidadosa de la dosis necesario de calidad de dolor en relación con la dimensión sensitiva de la
analgésicos es importante a la hora de balancear los riesgos y experiencia dolorosa) (27). Entre 301 pacientes en ventilación
beneficios de los opioides (21-25). En esta sección de la guía, mecánica, tanto ser más joven como antecedentes de cirugía
responderemos tres preguntas de actuación y dos preguntas previa predijeron mayor dolor en reposo (28). Luego de una
descriptivas relacionadas con el dolor en los pacientes críti- cirugía cardíaca, los pacientes con ansiedad o depresión pre-
cos (ver lista de temas priorizados en la Tabla Suplementaria via reportan mayor intensidad de dolor (29). En una gran co-
1 (Contenido Digital Suplementario 2 ) y los resultados de la horte de 5.176 pacientes internados en UCI por enfermedades
votación en la Tabla Suplementaria 2 (Suplemento Digital 3). no quirúrgicas se reportó que las siguientes condiciones ba-
El resumen de la evidencia y las tablas de evidencia→decisión sales eran predictivas de mayor intensidad de dolor: jóvenes,
utilizadas por el grupo de dolor para desarrollar las recomen- necesidad de asistencia para las actividades de la vida diaria,
daciones están disponibles en la Tabla Suplementaria 3 (Con- cantidad de comorbilidades como enfermedades cardíacas o
tenido Digital Suplementario 4) y los forest plots para todos pulmonares, depresión, ansiedad y la expectativa de una mala
los metanálisis están disponibles en la Figura Suplementaria calidad de vida posterior (30). Los profesionales a cargo deben
1 (Contenido Digital Suplementario 5). esforzarse para conseguir la mayor cantidad de información
de fuentes confiables y disponibles, como familiares u otros
Factores de riesgo cuidadores, acerca de los antecedentes médicos del paciente
Pregunta: ¿Qué factores influyen en el dolor que perciben los para poder evaluar mejor los planes terapéuticos concernien-
pacientes adultos críticamente enfermos tanto en reposo como tes a una adecuada analgesia.
durante los procedimientos? Durante los procedimientos. Un total de 12 estudios (eva-
Recomendación sin clasificar: El dolor en reposo depende luando desde 30 a 5.957 pacientes cada uno) han evaluado la
tanto de factores psicológicos (por ej., ansiedad y depresión) intensidad del dolor, principalmente a partir de lo que reporta
como demográficos (por ej., pacientes jóvenes, una o más co- el mismo paciente, durante 12 procedimientos distintos reali-
morbilidades, y antecedentes de cirugías previas). zados en la UCI (incluyendo unidades médicas, quirúrgicas,
El dolor durante un procedimiento depende de la intensi- cardiovasculares, de trauma y neurológicas) (27, 28, 31-37).
dad del dolor pre-procedimiento, el tipo de procedimiento, el Los siguientes procedimientos se asocian con un mayor au-
diagnóstico previo (cirugía, trauma) y factores demográficos mento en la intensidad de dolor: colocación de catéter arterial,
(jóvenes, sexo femenino y no ser de raza blanca). remoción de tubo de tórax (RTP), recambio de curación de
Justificación: El dolor es frecuente en pacientes críticos tan- herida (16), rotación (32) y cambio de posición en cama (37).
to en reposo como durante procedimientos incluso frecuentes (Una lista completa de todos los procedimientos dolorosos se
como por ejemplo la rotación en cama o más excepcionales detalla en la Tabla Suplementaria 4 [Contenido Digital Suple-
como la colocación de catéteres arteriales. En las guías pre- mentario 6]. En pacientes con antecedentes de cirugía o trau-
vias se detalla la incidencia, frecuencia, intensidad e impacto ma se reportó un mayor dolor asociado a procedimientos (32),

4 Guías PADIS 2018


Artículo especial online

así como en pacientes más jóvenes (37), mujeres (33), y no de Justificación: Para responder la pregunta previa nos ba-
raza blanca (34,37); sin embargo, en un reporte que evalúo seis samos en cuatro estudios (39-42). Un estudio evalúo al azar
procedimientos (35), no se detectó ninguna asociación entre a 111 pacientes médicos / quirúrgicos internados en la UCI
la intensidad del dolor asociado a procedimientos y la edad utilizando cinco escalas de auto-evaluación para el dolor: 1)
excepto durante el cuidado de heridas y la aspiración traqueal. la Escala Visual Análoga Horizontal de 0-10 cm (VAS-H); 2)
De acuerdo con un gran estudio internacional reciente, el la Escala Visual Análoga Vertical de 0-10 cm (VAS-V); 3) la
uso de opioides antes o durante un procedimiento ha demos- Escala Verbal Descriptiva (VDS): sin dolor, dolor leve, dolor
trado ser un factor de riesgo para que el paciente refiera un moderado, dolor intenso y dolor extremo; 4) la NRS del 0-10
dolor más intenso durante los procedimientos (35), aunque verbal (NRS-O); y 5) la NRS Visual del 0-10 (NRS-V) en for-
eso no se repite en otros estudios más pequeños y previos li- mato horizontal (39). La NRS-V tuvo la mayor tasa de éxito
mitados a pacientes quirúrgicos en UCI (27). Esta diferencia (es decir, obtuvo mayor cantidad de respuestas) con un 91%;
puede deberse al enfoque en la dosis en vez de en la eficacia del la VAS-H tuvo la más baja (66%). La tasa de éxito de la NRS-V
tratamiento con opioides, la administración a destiempo de fue significativamente mayor que con la VDS y la VAS (am-
opioides (en relación con la realización del procedimiento) y la bas p < 0.001) y la NRS-O (p < 0.05). También tuvo la mayor
inclusión de pacientes con exposición previa a opioides. Estos sensibilidad, valor predictivo negativo y precisión; debido a su
hallazgos enfatizan la importancia de la evaluación de dolor facilidad de uso fue la más valorada por los pacientes en UCI.
previo al procedimiento y la utilización de analgesia preven- La escala del Termómetro de Dolor por Facies (FPT, del in-
tiva, cuando sea necesario, para procedimientos que se sabe glés Faces Pain Thermometer) en su formato vertical de 4.25x14
pueden generar dolor. De hecho, el dolor intenso asociado a cm ha sido validada en 105 pacientes cursando POP de cirugía
procedimientos se asocia con complicaciones graves (por ej., cardíaca y demostró que valores más altos en esa escala duran-
taquicardia, bradicardia, hipertensión, hipotensión, desatura- te la rotación se correlacionaban bien con los valores informa-
ción, bradipnea y mala adaptación a la ventilación mecánica) dos por VDS lo que confirma su validez de constructo (45).
(21) que podrían prevenirse con la evaluación adecuada del Los pacientes evaluaron las caras y los números usados en el
dolor y la utilización de analgesia preventiva. FPT favorablemente y casi todos los consideraron simples de
Falta de evidencia: la investigación a futuro debería incluir usar y útiles para identificar la intensidad del dolor. Cuando se
los siguientes puntos: 1) una exploración del efecto que po- lo comparó con el NRS 0-10, la escala FACES de Wong-Baker
drían tener variables sociodemográficas como la edad, sexo y arrojó valores más altos de dolor lo que sugiere que las escalas
raza en la intensidad del dolor y la respuesta al tratamiento de dolor desarrolladas para los niños deberían ser evaluadas
farmacológico: 2) identificación de factores farmacocinéticos, cuidadosamente antes de aplicarse en adultos (41).Finalmente,
farmacogenómicos y asociados al sexo que podrían influenciar en otro estudio (42), pacientes internados en UCI en POP de
la respuesta a los analgésicos; 3) determinación de qué com- cirugía cardiovascular evaluaron que la NRS 0-10 o la Escala
portamientos asociados con el dolor predicen mejor el dolor de Codificación Verbal (VRS, del inglés Verbal Rating Scale)
percibido y reportado por el paciente; 4) el desarrollo y estudio
de seis descriptores es mejor para evaluar el dolor que la VAS
de medidas objetivas (por ej., la respuesta refleja de dilatación
0-100; prefería que se les evalúe el dolor con la VRS (vs la NRS
pupilar) para determinar el dolor antes y durante un procedi-
0-10). En resumen, la NRS 0-100 en formato visual la mejor
miento en pacientes incapaces de comunicarse; 5) identifica-
escala para calificar el dolor referido por el paciente en la UCI.
ción de biomarcadores asociados con dolor; 6) la realización
Una escala descriptiva del dolor como la VDS puede conside-
de ensayos clínicos referidos a intervenciones que sean útiles
rarse en pacientes incapaces de utilizar una escala numérica
para el manejo del dolor durante los procedimientos; y 7) in-
como la NRS 0-10.
vestigación sobre la relación entre la efectividad de los opioi-
des, la tolerancia y la hiperalgesia relacionada con los mismos Herramientas de evaluación del comportamiento
y el dolor por procedimientos (38).    Recomendación sin clasificar: En pacientes críticos incapa-
ces de reportar su dolor pero en quienes sí se pueden observar
Evaluación
algunas actitudes o comportamientos, las herramientas que
Pregunta: ¿Cuáles son los métodos de evaluación más
han demostrado ser más válidas y confiables para evaluar el
confiables y válidos para ser utilizados en pacientes adultos
dolor son la Escala de Comportamientos asociados al Dolor
críticamente enfermos?
(BPS, del inglés Behavioral Pain Scale) en pacientes intubados
Escalas de dolor referido por el paciente y en no intubados (BPS-NI) y la Herramienta de Observación
Recomendación sin clasificar: El dolor referido por el pro- del Dolor en Pacientes Críticos (CPOT, del inglés Critical-Care
pio paciente es el estándar de referencia para la evaluación del Pain Observation Tool).
dolor en pacientes que se pueden comunicar de manera con- Justificación: Hemos actualizado el análisis psicométrico
fiable. de las herramientas de evaluación de comportamientos, que
En pacientes críticos capaces de comunicarse, la escala nu- se inició en las guías de 2013 (1) y también en una revisión
mérica del 0-10 (NRS, por sus siglas en inglés Numeric Rating sistemática (44). Se revisaron 53 artículos relacionados con el
Scale) administrada verbal o visualmente es válida y fácil de desarrollo, validación e implementación de 12 escalas de dolor
utilizar. utilizables en pacientes críticos adultos incapaces de informar

Guías PADIS 2018 5


Devlin et al

su dolor. Se incluyeron cuatro escalas de dolor adicionales: la Reporte de familiares o allegados


escala FACES (45), el Sistema de Codificación de Acción Facial Recomendación sin clasificar: En el caso de pacientes que no
(46), la escala de Dolor en Demencia Avanzada (PAINAD, del pueden comunicar su dolor y sea posible se puede involucrar
inglés Pain In Advanced Dementia) (47), y la Herramienta de a la familia en el proceso de evolución del dolor del paciente.
Evaluación del Dolor por Comportamientos (BPAT, del inglés Justificación: En un estudio se evaluó la intensidad y ma-
Behavior Pain Assessment Tool) (48). A los fines de este análisis, lestar producido por 10 síntomas diferentes padecidos por
consideramos que una escala de dolor con una calidad psico- pacientes, incluyendo el dolor, y esa evaluación fue realizada
métrica de entre 15-20 tiene muy buena calidad; entre 12 y de manera independiente por el paciente, su enfermera, los
14.9 buena; entre 10 y 11.9 aceptable y entre 0 y 9.9 muy pobre médicos y los miembros de su familia (60). Tanto en la inten-
calidad psicométrica y/o resultados no aceptables (1,49). En sidad de dolor como en el malestar producido, la valoración
la Tabla Suplementaria 5 (Contenido Digital Suplementario de los familiares era la que más se acercaba a lo que informaba
7) se resumen los estudios publicados desde 2013 según cada el propio paciente, en comparación con lo informado por la
escala de dolor y la calificación psicométrica y la calidad de la enfermera o el médico. Sin embargo, hubo sólo una moderada
evidencia que sustenta cada escala se describe en la Tabla Su- coincidencia entre lo informado por el paciente y la familia.
plementaria 6 (Contenido Digital Suplementario 8). Un segundo estudio comparó la percepción del dolor infor-
El CPOT y el BPS continúan siendo las escalas más ro- mada por la enfermera y el paciente en nueve procedimientos
bustas para evaluar dolor en paciente críticos que no son utilizando una escala de 10 puntos. Aunque la puntuación de
capaces de comunicarse. Las dos tienen buenas propiedades la enfermera y el paciente eran similares en procedimientos
psicométricas con puntajes de 16.7 y 15.1, respectivamente. como la colocación de una sonda nasogástrica y la aspiración
La escala BPS-NI tuvo un puntaje medio de 14.8. Aunque traqueal, fue significativamente mayor lo informado por la
tanto el BPS como el CPOT han sido validadas en grandes enfermera (vs pacientes) en procedimientos como cambio de
poblaciones de pacientes en UCIs médicas, quirúrgicas y de posición, inyecciones subcutáneas, prueba de glucemia y toma
trauma (50-54) la mayoría de los trabajos que incluye pacien- de presión arterial (61). No se informó ninguna medida esta-
tes con lesión cerebral utilizando el BPS (50,51) o el CPOT dística de concordancia entre las puntuaciones de enfermería
(52-54) son pequeños. En la población con lesión cerebral, y los pacientes. Finalmente, en otro estudio y en comparación
aunque la validez de constructo de ambas escalas se sostiene con el dolor informado por el propio paciente, los familiares
al observar puntuación más alta de dolor durante procedi- identificaron correctamente la presencia de dolor el 74% de las
mientos dolorosos (en comparación con el reposo y procedi- veces y la intensidad del dolor el 53% de las veces, con una ten-
mientos no dolorosos), se observa que los pacientes expresan dencia a sobreestimar la intensidad del dolor (62). Es impor-
principalmente comportamientos modificados por el dolor tante recordar que hay familiares que tal vez no estén cómo-
en relación con su nivel de conciencia; las muecas faciales y dos participando en la evaluación de dolor o bien situaciones
la rigidez muscular fueron menos frecuentes (50,52-54). En en las que puede no sería apropiado involucrar a la familia.
La involucración de la familia en la evaluación del dolor no
un estudio adicional (51), se informó que el BPS y el BPS-NI
debería ser un sustituto de la función del equipo de UCI y el
era aplicables y confiables en pacientes con lesión cerebral,
compromiso que debe tener con la evaluación sistemática y la
aunque no se evaluó su validez.
analgesia óptima.
Es importante remarcar que las escalas de evaluación de
comportamientos relacionados con el dolor han sido valida- Variables fisiológicas
das en los siguientes lenguajes (además de francés e inglés): Recomendación sin clasificar: Los signos vitales (SV) ( por
CPOT - chino mandarín (55), coreano (56), español (57) y ej., la frecuencia cardíaca (FC), la tensión arterial (TA), la fre-
sueco (58); el BPS y el BPS-NI al chino mandarín (59). cuencia respiratoria (FR), la saturación de oxigeno (SpO2) y
El BPAT, la primera herramienta para evaluar dolor se- la concentración al final de la espiración de CO2) no son in-
gún comportamientos que fue validada a nivel internacional dicadores validos de la intensidad de dolor en pacientes adul-
obtuvo una puntuación psicométrica promedio de 10.6 en su tos críticamente enfermos y sólo deberían usarse como signos
versión original en inglés y en otros 12 lenguajes entre 3.851 de alarma para profundizar la evaluación del dolor mediante
pacientes adultos críticos de 28 países (48). Es un valor menor herramientas adecuadas y validadas como lo que informa el
al reportado para el BPS o el CPOT ya que su aplicabilidad e propio paciente (cuando sea posible) o una escala de compor-
impacto de su uso una vez implementado en la práctica clínica tamiento (por ej., BPS, BPS-NI, CPOT).
aún no han sido investigados. Para cuando se haya finalizado Justificación: La guía de 2013 resaltaba que los SV no de-
la investigación, puede ser útil en países en los que no se ha bían utilizarse de manera aislada para evaluar el dolor en
validado ni el BPS ni el CPOT (48). Todas las otras escalas eva- pacientes críticos (1). Se han realizado 14 estudios (4 nuevos
luadas (es decir, la escala de Caras, Piernas, Actividad, Llanto desde las guías de 2013) (n = 30-755 pacientes) que evaluaron
y Consolabilidad; la Herramienta de Evaluación de Dolor No la validez de los SV para la evaluación del dolor en distintas
Verbal; la PAIN, la BOT; la FACES, la Escala de Componentes poblaciones de pacientes internados en UCI y todos reporta-
de Evitamiento por Miedo y la PAINAD) tuvieron baja pun- ron resultados inconsistentes (31, 34, 37, 63-73). En 11 de los
tuación psicométrica promedio (<10). 14 estudios se informa un aumento de la FC y/o la TA ante

6 Guías PADIS 2018


Artículo especial online

estímulos dolorosos (por ej., la aspiración traqueal) en com- Tratamientos farmacológicos coadyuvantes a
paración con el reposo o un procedimiento no doloroso (por los opioides
ej., inflado del balón traqueal o cuidado de los ojos) (34, 37, Los opioides continúan siendo la primer línea de tratamiento
63-71). Sin embargo, los autores no consideraron que este au- para el dolor en la mayoría de las UCI. Sin embargo, hay una
mento en la FC y la TA (< 20% en todos los estudios) fuese creciente preocupación por sus efectos adversos, como seda-
clínicamente relevante. Asimismo, se observó que los SV se ción excesiva, delirium, depresión respiratoria, íleo e inmuno-
modificaban también durante procedimientos no dolorosos supresión, y la posibilidad de que ello aumente la UCI-LOS y
poniendo en duda la validez de estos signos (68, 70, 72-74) además empeore los resultados funcionales al alta de la UCI.
como marcadores de dolor. En algunos estudios, la FR au- En pacientes quirúrgicos se ha venido aplicando un abordaje
mentaba y/o disminuía la concentración de CO2 al final de de “analgesia multi-modal” para reducir la dosis de opioides
la espiración durante un procedimiento doloroso (64, 65, 68) y optimizar la analgesia y rehabilitación postoperatoria (82).
mientras que la SpO2 disminuía (65, 69). No se observó una En pacientes críticos se han evaluado distintas opciones para
asociación clara entre las variaciones en los SV y el dolor que reducir la dosis de opioides y mejorar la efectividad analgé-
informaban los pacientes (65, 67, 68, 70); excepto en el caso sica, entre ellos se cuentan los analgésicos no opioides como
del dolor descrito por pacientes que habían sido sometidos a el paracetamol, nefopam, ketamina, lidocaina, las drogas para
cirugía cardiovascular (64) y pacientes con traumatismo ence- el dolor neuropático y los anti-inflamatorios no esteroides
falocraneano (TEC) (74) y las variaciones en algunos SV como (AINEs). Además de los opioides, estos analgésicos no-opioi-
FC, FR y SpO2. En un proyecto de mejora de la calidad (19), des alternativos pueden combinarse con anestesia regional e
se consideró como eventos asociados a dolor intenso los cam- intervenciones no farmacológicas que ayudan a reducir el do-
bios en los SV (taquicardia, bradicardia, hiper o hipotensión, lor (ver más abajo). Es importante evaluar adecuadamente la
desaturación y bradipnea) durante los cuidados de enferme- dosis, duración y efectividad farmacológica de las estrategias
ría habituales (baño, masajes, cambios de sábanas, cambios de combinadas a utilizar.
posición). Aunque los cambios en los SV pueden relacionarse
Paracetamol
con complicaciones asociadas al dolor, no deberían utilizarse
Pregunta: ¿Debería utilizarse paracetamol como adyuvante
para la evaluación del dolor en pacientes críticos adultos. para reducir la dosis de opioides (vs opioide aislado) para el
Falta de evidencia: Cuando se evalúa las escalas para que manejo del dolor en pacientes adultos críticos?
los pacientes informen su grado de dolor, se detecta una falta Recomendación: Sugerimos utilizar paracetamol como ad-
de trabajos que comparen la escala de dolor FACES con otras yuvante a los opioides para reducir la intensidad de dolor y el
escalas de graduación (NRS, VDS y VAS) en poblaciones de consumo de opioides para el manejo del dolor en pacientes crí-
UCI heterogéneas. Asimismo, se debe explorar la posibilidad ticos adultos (recomendación condicional, muy baja calidad
de que los familiares de los pacientes puedan utilizar las esca- de evidencia).
las de evaluación del comportamiento (BPS / BPS-NI y CPOT) Justificación: Dos ensayos clínicos aleatorizados (ECA) con
para ayudar a evaluar el dolor en el paciente no comunicati- grupos paralelos, en centros únicos, evaluaron la utilidad del
vo. Las escalas de comportamiento son las medidas alternati- paracetamol 1 g cada 6 hs (q6h) versus placebo en un formato
vas para utilizar en pacientes incapaces de comunicar cuánto doble ciego en 113 pacientes cursando POP de cirugía cardio-
dolor tienen (75). Se debería revisar la aplicabilidad de estas vascular (83) y, en el otro, con un diseño abierto en 40 pacien-
escalas en pacientes con lesión cerebral y otras afecciones neu- tes en POP de cirugía abdominal (84) también internados en
rocríticas (como aquellos con enfermedades neuromuscula- UCI. Luego de 24 horas, el análisis combinado de estos dos
res); asimismo se alienta a los profesionales a investigar sobre trabajos arroja una disminución en la intensidad de dolor en
la utilidad del BPAT en la UCI. Sin embargo, hay situaciones reposo definida por la VAS-H (diferencia media [DM], -0,5
en las que las escalas de comportamiento no son aplicables puntos; IC 95%, -0,7 a 0,2; calidad moderada) y en el consu-
(por ej., pacientes no comunicativos con un Richmond Agita- mo de opioides (DM, -4,5 mg [equivalentes de morfina]; IC
tion-Sedation Scale [RASS] ≤ -4). En esos casos, el profesional 95%, -6,6 a -2,5; calidad moderada) en los grupos asignados
a cargo no cuenta actualmente con un método alternativo para a paracetamol. En el estudio que informó la mayor reducción
evaluar dolor. Se debe entonces explorar otras tecnologías que en consumo de opioides (84) se observó también una mejora
puedan ser útiles para la evaluación del dolor. La tecnología sustancial en el tiempo a extubación, sedación e incidencia de
que evalúa la variabilidad en la FC (por ej., el Analgesia Noci- nauseas en el grupo asignado a paracetamol. El riesgo de hipo-
ception Index o índice de analgesia y nocicepción) (76, 77) o la tensión asociada al paracetamol EV (se puede observar en has-
incorporación de distintos parámetros fisiológicos de manera ta el 50% de los pacientes una reducción en la tensión arterial
simultánea (por ej., el Índice de Nocicepción (78) puede ser re- media > 15 mmHg) puede dificultar su uso en la práctica dia-
levante. La evaluación de la dilatación pupilar refleja mediante ria en algunas poblaciones de pacientes críticos (85). Tenien-
la pupilometría ha demostrado resultados prometedores en la do en cuenta estos hallazgos, los miembros del panel sugieren
evaluación del dolor en pacientes críticos (79-81), pero aún utilizar paracetamol (EV, oral o rectal) para reducir la inten-
se necesita más investigación para determinar los beneficios, sidad de dolor y el consumo de opioides en pacientes adultos
riesgos y factibilidad de su implementación en la UCI. críticos, en particular en pacientes con mayor riesgo de even-

Guías PADIS 2018 7


Devlin et al

tos adversos asociados a opioides (por ej., pacientes críticos en zarse para reducir el consumo total de opioides y los efectos
POP de cirugía abdominal y con mucho riesgo de padecer íleo, asociados a opioides, como las nauseas, luego de evaluar la re-
nauseas y vómitos). Aunque el paracetamol EV fue la inter- lación riesgo-beneficio de todos los analgésicos disponibles y
vención evaluada en los dos estudios más relevantes, el panel la evaluación de los potenciales efectos adversos (taquicardia,
considera que esta recomendación condicional es aplicable a glaucoma, convulsiones y delirium) (89-92).
todas las vías de administración del fármaco. Aunque no se
estudió en pacientes críticos, la absorción (biodisponibilidad) Ketamina
del paracetamol administrado por vía oral o rectal puede verse Pregunta: ¿Debería utilizarse ketamina como adyuvante de
reducida en algunos subgrupos de pacientes críticos (por ej., un opioide (vs un opioide en forma aislada) para el tratamien-
aquellos con requerimiento de drogas vasopresoras). La vía de to del dolor en pacientes críticos adultos?
administración EV puede ser preferible en esas situaciones, Recomendación: Sugerimos utilizar una dosis baja de keta-
teniendo en cuenta el riesgo de hipotensión descrito al admi- mina (0,5 mg/kg EV seguido de una infusión a 1-2 ug/kg/min)
nistrar por esa vía (que no se presenta en la administración por como adyuvante al tratamiento con opioides para reducir el
vía enteral). El costo de la presentación EV y la disponibilidad consumo de opioides en pacientes cursando POP en la UCI
de esta es muy variable entre los distintos países y es probable (recomendación opcional, muy baja calidad de evidencia).
que también condicione la decisión de utilizar esta presenta- Justificación: En dos revisiones sistemáticas no referidas a
ción de paracetamol en pacientes críticos. la UCI se evalúo la utilidad de la ketamina como estrategia
para mejorar el manejo del dolor en pacientes cursando POP
Nefopam de diferentes procedimientos, teniendo en cuenta su efecto
Pregunta: ¿Debería utilizarse nefopam como adyuvante o bloqueante del receptor de N-metil-D-aspartato (NMDA) y
como reemplazo de los opioides (vs un opioide en forma aisla- su potencial para reducir la dosis total de opioides utilizada
da) para el tratamiento del dolor en pacientes críticos adultos? (93,94). En un ECA de único centro, doble ciego, que incluyó
Recomendación: Sugerimos utilizar nefopam (si es posible) 93 pacientes cursando POP de cirugía abdominal en la UCI, se
ya sea como adyuvante o como reemplazo de los opioides para demostró que la ketamina como adyuvante (0,5 mg/kg en bolo
reducir la dosis total de opioides y sus efectos adversos aso- EV seguido de una infusión de 2 ug/kg/min x 24 hs que se re-
ciados en el tratamiento del dolor en paciente críticos adultos dujo a 1 ug/kg/min x 24 hs) se asociaba con una reducción en
(recomendación condicional, calidad muy baja de evidencia). el consumo de morfina (DM, - 22 mg; IC 95%, -30 a -14; baja
Justificación: El nefopam es un analgésico no opioide que calidad) pero no con la intensidad de dolor informada por el
actúa por medio de la inhibición de la recaptación de dopa- paciente (95). El panel resalta que el menor consumo de opi-
mina, noradrenalina y serotonina tanto a nivel espinal como oides es sólo un indicador de mejores resultados centrados en
supraespinal. Una dosis de 20 mg tiene un efecto analgésico el paciente. La incidencia de efectos adversos (por ej., nausea,
comparable a 6 mg de morfina EV (86). A diferencia de los delirium, alucinaciones, hipoventilación, prurito y deterioro
AINEs no selectivos de la ciclo-oxigenasa (COX)-1 (por ej., del sensorio) no fue diferente entre los grupos asignados a ke-
el ketorolac), el nefoapm no afecta la hemostasia, la mucosa tamina y el de opioides. En base a este ECA en general posi-
gástrica o la función gástrica; a diferencia del paracetamol, no tivo realizado en la UCI, el panel realiza una recomendación
compromete la función hepática a diferencia de los opioides, condicional para el uso de bajas dosis de ketamina como ad-
no compromete el nivel de alerta, la función respiratoria o la yuvante a los opioides para optimizar el manejo de dolor POP
motilidad intestinal. Sin embargo, su uso puede asociarse con en pacientes críticos una vez que el profesional a cargo haya
taquicardia, glaucoma, convulsiones y delirium. Igualmente, valorado cuidadosamente los riesgos y beneficios de esta in-
el nefopam puede ser una alternativa segura como adyuvante tervención. Sin embargo, teniendo en cuenta el riesgo de sesgo
analgésico para pacientes internados en UCI. Es una droga de en este único ECA realizado en la UCI y que estaba limitado
bajo costo disponible en casí 30 países, aunque no disponible únicamente a pacientes cursando POP de cirugía abdominal,
aún en los Estados Unidos y Cánada. Por ejemplo, luego del el panel también consideró la evidencia indirecta de ECAs que
paracetamol, es la segunda medicación más frecuentemente no se realizaron en pacientes de UCI pero que, en general, su-
utilizada en pacientes en ventilación mecánica en Francia (87). gerían que el uso de ketamina es beneficioso para el tratamien-
Un ECA de tres brazos, de no inferioridad, comparó el to del dolor (93,94).
efecto del nefopam, fentanilo y una combinación de nefopam
asociado con la mitad de la dosis de fentanilo, administrado Fármacos para el dolor neuropático
todo mediante una bomba controlada por el paciente (PCA, de Pregunta: ¿Debería utilizarse un fármaco para el trata-
Patient Controlled Analgesia), en 276 pacientes cursando POP miento del dolor neuropático (como gabapentina, carba-
de cirugía cardiovascular en UCI (88). La intensidad de dolor mazepina o pregabalina) como adyuvante de un opioide (vs
informada por los pacientes no fue significativamente diferen- un opioide en forma aislada) para el tratamiento del dolor en
te entre los tres grupos, a pesar de haber utilizado volúmenes pacientes críticos adultos?
similares en la PCA. El grupo asignado a fentanilo refirió más Recomendación: Recomendamos utilizar un fármaco para
nauseas en comparación con los grupos asignados a nefopam. el tratamiento del dolor neuropático (como gabapentina, car-
En los casos en que esté disponible, el nefopam puede utili- bamazepina o pregabalina) junto con opioides para el trata-

8 Guías PADIS 2018


Artículo especial online

miento del dolor neuropático en pacientes críticos adultos (re- podría contraindicar su uso en algunos pacientes. Otro limi-
comendación fuerte, calidad moderada de evidencia). tante es que estos fármacos sólo pueden usarse por vía enteral.
Sugerimos utilizar un fármaco para el tratamiento del dolor
neuropático (como gabapentina, carbamazepina o pregabali- Lidocaína
na) asociado a opioides para el manejo del dolor en pacientes Pregunta: ¿Debería utilizarse lidocaína EV como adyuvan-
te de un opioide (vs un opioide en forma aislada) para el trata-
adultos internados en UCI en POP de cirugía cardiovascular
miento del dolor en pacientes críticos adultos?
(recomendación condicional, baja calidad de evidencia).
Recomendación: Sugerimos no utilizar lidocaína EV como
Justificación: Se incluyeron dos ECAs realizados en pa-
adyuvante a un opioide para el tratamiento del dolor en pa-
cientes en UCI con síndrome de Guillain-Barré (96, 97) y dos
cientes críticos adultos (recomendación condicional, baja ca-
ECAs en pacientes internados en UCI en POP de cirugía car-
lidad de evidencia).
diovascular (98, 99). Todos estos trabajos, aunque eran doble
Justificación: Un ECA doble ciego realizado en un único
ciego, incluían pocos pacientes y se realizaron en centros úni-
centro que incluyó 100 pacientes en POP de cirugía cardio-
cos. El primer trabajo incluía pacientes con síndrome de Gui- vascular internados en UCI no encontró que la utilización de
llain-Barré (SGB) y comparaba gabapentina (15 mg/kg/d) con lidocaína (1,5 mg/kg en bolo EV en 10 min al momento de
placebo en 18 pacientes utilizando un diseño cruzado (96). En la cirugía seguidos por una infusión EV de 30 ug/kg/min por
el segundo trabajo que incluía pacientes con SGB se comparó 48 hs) comparado con placebo modifique significativamente
gabapentina (300 mg/d), carbamazepina (100 mg/d) y place- la intensidad de dolor referida por el paciente, tampoco la
bo en 36 pacientes utilizando un diseño de grupos paralelos utilización postoperatoria de fentanilo o sedantes, el tiempo
(97). El análisis combinado informó que los fármacos para el a extubación o la estadía en UCI o en el hospital (100). Este
dolor neuropático redujeron la intensidad del dolor medida en estudio tenía un alto riesgo de sesgo relacionado con el sesgo
la NRS 0-10 (DM, -3,44 cm; IC 95% -3,9 a -2,98; alta calidad). de selección y el análisis que no fue con intención de tratar.
Los pacientes que recibieron gabapentina también significa- Esta recomendación también se sostiene observando la
tivamente menos intensidad de dolor que los que recibieron evidencia que emana de estudios no realizados en pacientes de
carbamazepina (97). Dos ensayos clínicos compararon la pre- UCI. Un meta-análisis que evaluó la mejora en la analgesia y
gabalina (150 mg antes de la cirugía y luego 150 mg diarios) los efectos adversos asociados a opioides en pacientes en POP
contra placebo en 40 y 60 pacientes, respectivamente (98,99). no internados en UCI, encontró sólo evidencia de baja a mo-
El análisis combinado de estos cuatros ensayos clínicos de- derada calidad que la lidocaína agregada, en comparación con
muestra una reducción significativa en el consumo de opioides placeo, reducía la intensidad de dolor luego de cirugía abdomi-
en las primeras 24 horas luego del inicio del tratamiento para nal. No encontró una mejora con el uso de lidocaína en otros
el dolor neuropático (DM, -13,54 mg [equivalentes de morfi- objetivos como el tiempo al primer movimiento intestinal es-
na]; IC95%, -14,57 a -12,5; calidad moderada). Sin embargo, pontáneo luego de la cirugía. Asimismo, no incluyó un análisis
los cuatro ECAs incluían distintos opioides como tratamiento de los riesgos asociados con el uso de esta droga (101). Aunque
basal: fentanilo (96, 97), oxicodona (98) y tramadol (99), lo no se recomienda el uso de infusión de lidocaína EV para la
que puede limitar la aplicabilidad de los resultados. En los dos población general de UCI, algunos pacientes individuales y
trabajos que evaluaron pacientes en POP, tanto el tiempo hasta ciertas cohortes de pacientes quirúrgicos podrían beneficiarse
la extubación (DM, +0,36 hs; IC 95%, -0,7 a +1,43; baja cali- con ese fármaco. Es importante resaltar que aún no se ha de-
dad) y la UCI-LOS (DM, -0,04 hs; IC 95%, -0,46 a +0,38; baja finido la influencia de la dosis de lidocaína EV, la duración de
calidad) fueron similares entre los grupos asignados a medica- la infusión y variabilidad farmacocinética entre los pacientes
ción anti-neuropática y el grupo control (99). sobre los potenciales efectos tóxicos neurológicos y cardíacos
Los neurólogos consideran a la población con SGB una de en particular en la población de pacientes críticos. En este mo-
las mejores para evaluar la efectividad de este tipo de medica- mento, el panel considera que los riesgos potenciales asociados
mentos (tomando en cuenta la población general de pacien- a su uso superan los beneficios teóricos de su utilización en la
tes en la UCI que pueden padecer este tipo de dolor). En la población general de pacientes en UCI.
población de pacientes cursando POP de cirugía cardiovascu- AINEs
lar es importante remarcar la limitada cantidad de evidencia Pregunta: ¿Debería utilizarse un AINE selectivo de COX-1
existente para la utilidad de este tipo de drogas y además sus como adyuvante de un opioide (vs un opioide en forma aisla-
potenciales efectos adversos; nuestra recomendación se basa da) para el tratamiento del dolor en pacientes críticos adultos?
en la reducción de la dosis total de opioides en pacientes que, Recomendación: Sugerimos no utilizar un AINE selectivo
en la mayoría de los casos, no tienen dolor neuropático. La de COX-1 como adyuvante a un opioide para el tratamiento
calidad de la evidencia para las recomendaciones en pacien- del dolor en pacientes críticos adultos (recomendación condi-
tes en POP de cirugía cardiovascular fue baja por problemas cional, baja calidad de evidencia).
relacionados con el sesgo y la imprecisión (98). Los miembros Justificación: Dos ECAs unicéntricos evaluaron la utilidad
del panel consideran que los fármacos anti-neuropáticos tie- de los AINEs selectivos de COX-1 para el dolor postoperatorio
nen un costo reducido y en general están disponibles, aunque en pacientes de UCI. Uno incluyó 120 pacientes internados en
el riesgo de compromiso del sensorio y trastornos cognitivos UCI en POP de cirugía cardiovascular en cuatro grupos pa-

Guías PADIS 2018 9


Devlin et al

ralelos (diclofenac 75 mg como adyuvante, ketoprofeno 100 así como también incluir la evaluación de pacientes críticos
mg, indometacina 100 mg o placebo) (102) y el otro incluyó 43 que no pueden reportar su propio dolor. Finalmente, se debe
pacientes internados en UCI en POP de cirugía abdominal en definir el papel que podría tener la combinación de distintos
dos grupos paralelos (ketoprofeno 100 mg adyuvante o place- adyuvantes a los opioides.
bo) (103). El análisis combinado informa que hubo una reduc-
ción no significativa en la intensidad de dolor en reposo a las Resumen de los adyuvantes al tratamiento con opioides
24 hs medida por la VAS 0-10 o la NRS (DM, –0,35 cm; IC95%, El panel en general apoya la utilización de tratamiento far-
–0,91 a +0,21; baja calidad). En un ensayo (103), la intensidad macológico multimodal como un componente del abordaje
del dolor durante la inspiración profunda no fue significativa- basado en analgesia (analgesia-first approach) para reducir o
mente distinta a las 24 hs (DM, –0,6 cm; IC95%, –1,44 a +0,24; minimizar la dosis de opioides y sedantes. Es probable que una
baja calidad), aunque sí fue significativamente menor a las 6 estrategia multimodal de analgesia mejore el manejo del dolor,
hs (DM, –1,3cm; IC95%, –2,36 a –0,24; calidad moderada). El reduzca la dosis total de opioides utilizada y mejore, por ende,
análisis combinado demostró una reducción significativa del los resultados centrados en el paciente. En pacientes en los que
consumo de morfina a las 24 hs (DM, –1,61 mg [equivalente de sea muy riesgoso utilizar estos medicamentes no opioides ad-
morfina]; IC95%, –2,42 a –0,8; muy baja calidad). Ninguno de yuvantes se debe favorecer las estrategias no farmacológicas
los estudios encontró una diferencia en la incidencia de nau- (ver más abajo) para reducir la dosis total de opioides.
seas y vómitos entre los grupos. No se reportó ningún evento Se ha demostrado en forma consistente que los protoco-
de depresión respiratoria (103). los que incluyen la evaluación sistemática del dolor con he-
No se observó una diferencia significativa entre los tres AI- rramientas validadas para el dolor y la sedación reducen la
NEs evaluados y el grupo placebo en la incidencia de eventos dosis total de opioides y sedantes (3, 106-111). Los estudios
adversos relacionados con los AINEs, incluyendo insuficiencia que evaluaron las mejoras en la evaluación sistemática de do-
renal aguda y sangrado excesivo. Ambos estudios tuvieron un lor con escalas validadas incluyeron cohortes de pacientes en
alto riesgo de sesgo (102, 103). Teniendo en cuenta el peque- los que se el uso de estrategias farmacológicas multimodales
ño beneficio potencial esperado y los graves efectos adversos fue significativamente mayor (106, 110). La vacación diaria de
potenciales (por ej., sangrado y falla renal) en particular cuan- sedación también puede ser una intervención útil para reducir
do los AINEs se utilizan en múltiples dosis, los miembros del la dosis total de opioides, asegurando una adecuada valoración
panel recomiendan no utilizar rutinariamente AINEs junto del dolor previa (112). También se ha demostrado, como se
con opioides para el dolor no asociado a procedimientos en recomienda en estas guías, que la música y los masajes pue-
pacientes críticos adultos. Como ocurre con la mayoría de las den reducir la dosis total de opioides (113-117). Los fármacos
recomendaciones condicionales, el panel considera que proba- adyuvantes que se utilicen debe ajustarse a cada paciente (por
blemente haya pacientes, e incluso cohortes de pacientes, que ej., reducir la dosis total de paracetamol en pacientes con falla
podrían beneficiarse de la utilización de AINEs. No se identi- hepática o las dosis altas de gabapentina en pacientes con fa-
ficó ningún ECA que prueba la utilidad de AINEs específicos lla renal) y a los síntomas (por ej., utilización de ketamina en
de la COX-2 (como el celecoxib) en paciente críticos adultos; pacientes quirúrgicos con alto riesgo de efectos adversos por
por ende, su utilidad no ha podido ser evaluada. opioides) para así minimizar el dolor, reducir el consumo de
Falta de evidencia: Se requiere estudios más grandes para opioides, minimizar la aparición de nuevos efectos adversos y
evaluar adecuadamente el impacto real de todos los analgé- reducir la polifarmacia (en la Figura Suplementaria 2 [Conte-
sicos adyuvantes no opioides (utilizados en una estrategia nido Digital Suplementario 9] se resumen las estrategias far-
de analgesia multimodal) en la reducción de la dosis total de macológicas para reducir el consumo de opioides en la UCI).
opioides y sus efectos adversos (104). Asimismo, se debe eva- Intervenciones farmacológicas para reducir el dolor
luar detenidamente los resultados asociados con los efectos procedimental
adversos de los opioides como el íleo, la duración de la ven- Los procedimientos en la UCI al lado de la cama pueden in-
tilación mecánica, la inmunosupresión, las infecciones aso- cluir actividades habituales (ej., cambio de posición en la
ciadas con el cuidado de la salud, el delirium y tanto la LOS cama) como esporádicas (ej., colocación de una vía central).
en UCI y el en hospital. Por otro lado, se debe definir mejor El dolor debe ser evaluado y adecuadamente tratado previo a
los riesgos asociados con la utilización de fármacos analgési- un procedimiento para prevenir que el dolor se intensifique
co no opioides en una población con mayor riesgo de efectos durante el mismo. Las guías del 2013 recomendaban la admi-
adversos por esas drogas. Ello incluye el análisis de la toxici- nistración de analgesia preventiva y/o medidas no farmacoló-
dad hepática y renal secundaria a paracetamol (administrado gicas (ej., ejercicios de relajación) para aliviar el dolor de los
por cualquier vía), la inestabilidad hemodinámica producida pacientes adultos en UCI previo a la remoción del tubo pleural
por el paracetamol EV (85), el riesgo de sangrado asociado a (RTP) y otros procedimientos (1).
AINEs no selectivos de COX-1, el delirium, los eventos adver-
sos psicológicos asociados a ketamina (105) y las alteraciones Utilización y dosis de Opioides
hemodinámicas asociadas la lidocaína EV (100). Se debe de- Preguntas: ¿Deberían utilizarse opioides (versus no opioi-
finir e investigar mejor la dosis óptima y la vía de adminis- des) durante los procedimientos en pacientes adultos crítica-
tración para estos fármacos no-opioides en pacientes críticos, mente enfermos en UCI?

10 Guías PADIS 2018


Artículo especial online

¿Deberían utilizarse altas dosis de opioides (versus bajas ¿Debería utilizarse óxido nitroso (vs un opioide) en adultos
dosis de opioides) durante los procedimientos en pacientes críticamente enfermos que se someten a un procedimiento?
adultos críticamente enfermos en UCI? Recomendación: Sugerimos no utilizar analgesia local ni
Recomendación: Sugerimos la utilización de opioides, a la óxido nitroso para el manejo del dolor durante la RTP en pa-
menor dosis efectiva, para el manejo del dolor procedimental cientes adultos críticamente enfermos (recomendación condi-
en pacientes adultos críticamente enfermos en UCI (recomen- cional, calidad de evidencia baja).
dación condicional, calidad de evidencia moderada). Justificación: Sólo un ECA evaluó la infiltración subcutánea
Observaciones: Los mismos opioides recomendados para el de 20 ml de bupivacaina al 5% alrededor de la remoción del
manejo del dolor (ej., fentanilo, hidromorfona, morfina y re- tubo mediastinal versus una mezcla inhalada al 50% de óxido
mifentanilo) en las guías 2013 también deben ser considerados nitroso oxígeno en pacientes post cirugía cardiaca (121). Los
cuando el opioide sea la intervención farmacológica elegida pacientes en el grupo bupivacaina (versus 50% óxido nitroso
para reducir el dolor procedimental (1). y oxígeno) tuvieron significativamente menor score de dolor
Justificación: Tres ECAs pequeños evaluaron la efectivi- asociado a la RTP; sin embargo, la calidad de la evidencia fue
dad relativa de la administración de diferentes dosis de opioi- baja. A pesar del beneficio, la viabilidad de la utilización de la
des previo al cambio de posición y a la RTP. Los pacientes infiltración subcutánea de bupivacaina en la UCI es un desafío
post cirugía cardiaca en el grupo de altas dosis de remifen- dado que sólo puede ser administrado por personal capacita-
tanilo versus baja dosis de remifentanilo presentaron signifi- do. La recomendación del panel se vio influenciada por la falta
cativamente menos dolor a la RTP (118). Sin embargo, en un de datos que sustentan el uso de anestésicos locales de bajo
segundo estudio, la administración de altas dosis de morfina riesgo como la lidocaína pasibles de ser administrados por un
versus bajas dosis de morfina previo al cambio de posición o amplio rango de personal médico.
al RTP no demostró diferencias significativas en el dolor pro- Anestésicos Volátiles
cedimental (cuando no se había alcanzado aún el estado esta- Pregunta: ¿Deberían utilizarse anestésicos volátiles inhala-
ble de la concentración sérica de morfina) (19), sin embargo, torios (vs el no uso de estos anestésicos) en adultos críticamen-
el nivel de dolor procedimental fue bajo en ambos grupos. El te enfermos que se someten a un procedimiento?
análisis combinado de altas dosis versus bajas dosis de opioi- Recomendación: Recomendamos no utilizar agentes anes-
des para el manejo del dolor peri procedimiento demostró tésicos volátiles inhalatorios para el manejo del dolor proce-
una pequeña reducción en la escala numérica (NRS por su dimental en adultos críticamente enfermos (recomendación
sigla en inglés Numeric Rating Scale) de dolor (0-10) con la fuerte, calidad de evidencia muy baja).
utilización de altas dosis de opioides (Diferencia de medias Justificación: El isoflurano es un anestésico volátil utiliza-
estandarizada [DMS] -0.26 cm; IC95%,-0.94 a +0.42; baja ca- do tradicionalmente para anestesia general. Presenta un inicio
lidad); sin embargo, las conclusiones son limitadas dada la y recuperación relativamente rápido y ha demostrado tener
discrepancias en los resultados de los diferentes estudios. En efecto cardioprotectivo ya que preserva el consumo de oxí-
un tercer estudio en pacientes médico-quirúrgicos que reci- geno mitocondrial, la liberación de troponina y el infarto de
bieron fentanilo endovenoso versus placebo previo al cambio miocardio (122). El efecto del isoflurano sobre el dolor proce-
de posición, se observó menor dolor según la escala BPS de dimental en pacientes de UCI es poco conocido.
forma significativa (120). El uso de opioides ha demostrado No se han identificado ECAs que comparen isoflurano y
un potencial perjuicio dosis dependiente. Dos de 20 pacien- una intervención como grupo control (ej., uso de opioides
tes del grupo de altas dosis de remifentanilo tuvieron 1-3 solamente). Un pequeño ECA doble ciego evaluó la efecti-
min de apnea con requerimiento de ventilación con bolsa de vidad del uso de óxido nitroso al 50% y oxígeno combinado
resucitación durante 3 minutos (118), mientras que en otro con isoflurano versus óxido nitroso al 50% y oxígeno inhala-
estudio, el 10% de los pacientes que recibieron altas dosis de do solamente para la RTP en pacientes post cirugía cardiaca
fentanilo (a una dosis de 1–1.5 µg/kg) experimentaron de- no complicada (123). La inhalación de óxido nitroso al 50%
presión respiratoria. Dado las consecuencias a corto plazo y oxígeno combinado con isoflurano fue más efectiva para el
del uso de altas dosis de opioides en pacientes críticamente control del dolor durante la remoción del primero de los 2 tu-
enfermos, así como la efectividad en los 3 estudios del uso de bos torácicos. Sin embargo, la remoción del segundo tubo fue
bajas dosis de opioides en mantener niveles bajos de dolor, más dolorosa independientemente del gas inhalado. A pesar
es que se debe favorecer el uso de la mínima dosis efectiva que el estudio demostró un potencial beneficio, no recomen-
para el dolor procedimental. Es importante procurar la coin- damos esta intervención dado que no consideró el tiempo
cidencia de la administración del opioide para que el pico del entre la RTP y la administración del gas; la muy baja calidad
efecto coincida con el procedimiento. de evidencia disponible (imprecisión [muestra muy pequeña
y solo un estudio] y la evidencia indirecta [sólo pacientes con
Analgesia local/Óxido Nitroso cirugía cardíaca]; el incremento de recursos necesario para la
Preguntas: ¿Debería utilizarse analgesia local (vs un utilización de gases en UCI y en algunos centros, la seguri-
opioide) en adultos críticamente enfermos que se someten a dad relacionada al uso de anestésicos volátiles fuera del área
un procedimiento? quirúrgica.

Guías PADIS 2018 11


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AINEs diaca. Es poco claro si los datos de estudios acerca de la RTP


Pregunta: ¿Debería utilizarse un AINE vía EV, oral, y/o rec- pueden ser extrapolados a otros procedimientos de UCI que se
tal (vs un opioide) en adultos críticamente enfermos que se asocien con dolor.
someten a un procedimiento?
Recomendación: Sugerimos la utilización de AINEs admi- Intervenciones no Farmacológicas para reducir el
nistrados vía EV, oral o rectal como alternativa a los opioides dolor
para el manejo del dolor durante procedimientos únicos e in- Cyberterapia/Hipnosis
frecuentes en pacientes adultos críticamente enfermos (reco- Preguntas: ¿Debería utilizarse cyberterapia (realidad vir-
mendación condicional, calidad de evidencia baja). tual [RV]) (vs el no uso de cyberterapia) para el manejo del
Justificación: En un estudio randomizado doble ciego (124), dolor en adultos críticamente enfermos?
se evaluó el efecto de 2 tipos de analgésicos con diferentes me- ¿Debería utilizarse hipnosis (vs el no uso de hipnosis) para
canismos de acción sobre el dolor a la RTP: una única dosis el manejo del dolor en adultos críticamente enfermos?
de 4 mg de morfina EV (un opioide) ó una única dosis de 30 Recomendación: Sugerimos no ofrecer cyberterapia (RV)
mg de ketorolac EV (un AINE específico no COX-1). El score o hipnosis para el manejo del dolor en adultos críticamente
de dolor procedimental no varió significativamente entre los enfermos (recomendación condicional, calidad de evidencia
grupos, a pesar que la intensidad del dolor fue leve en ambos muy baja).
grupos y la calidad de evidencia limitada por imprecisión Justificación: La cyberterapia es la utilización de realidad
(muestra pequeña de pacientes). virtual como distracción postulada para reducir el dolor y
Pregunta: ¿Debería utilizarse un AINE tópico en gel (vs no malestar postoperatorio en UCI. Se exhibieron al paciente un
uso de AINE tópico en gel) en adultos críticamente enfermos conjunto de 5 escenarios simulados durante 30 minutos antes
que se someten a un procedimiento? y después de la cirugía (126). La hipnosis fue administrada en
Recomendación: Sugerimos no utilizar un AINE tópico en pacientes alertas por una enfermera de UCI entrenada y fue
gel para el manejo del dolor procedimental en pacientes adul- inducida utilizando un abordaje cenestésico (ej., focalizar la
tos críticamente enfermos (recomendación condicional, cali- atención del paciente en una sensación corporal) o sobre el
dad de evidencia baja). síntoma propiamente dicho (dolor o ansiedad) (127). Un es-
Justificación: El valdecoxib tópico es un AINE en gel. El uso tudio evaluó 67 pacientes postoperatorios de cirugía cardiaca
de un analgésico tópico en lugar de AINE EV u opioide o in- antes y después de la intervención con cyberterapia (126). La
yección de anestésico local podría ser menos demandante para mayoría (88%) reportó una disminución en el nivel de dolor
los recursos de enfermería disponibles (125). Un estudio ran- postoperatorio (DM, –3.75 cm en la VAS 0–10) que corres-
domizado doble ciego en pacientes post cirugía cardiaca eva- ponde a un cambio en la escala de dolor de “severo a mode-
luó la eficacia del valdecoxib 50mg tópico en gel (versus gel de rado” a “moderado a leve”. A pesar que el riesgo de sesgo fue
parafina) aplicado a la piel alrededor del tubo torácico previo a mínimo, la impresión (tamaño muestral pequeño), el no uso
la RTP (125). Los pacientes que recibieron el AINE en gel pre- de una escala de intensidad de dolor validada y las limitacio-
sentaron menor dolor a la RTP que aquellos que recibieron el nes metodológicas inherentes a los estudios observacionales
gel control de parafina. Sin embargo, el panel realizó una reco- traen como consecuencia un nivel de evidencia muy bajo. A
mendación condicional en contra del uso de AINE en gel para su vez, varios factores (equipamiento, tiempo, medio ambiente
el manejo del dolor procedimental dado la preocupación acer- de UCI y entrenamiento) relacionados con los recursos hacen
ca de la calidad del estudio y el costo de adquisición del AINE que la implementación de esta intervención sea inviable. Por
en gel en algunos países que hace que su uso sea prohibitivo. lo tanto, el panel sugiere que el profesional a cargo no utilice
Falta de Evidencia: Futuros estudios deben garantizar la cyberterapia para el manejo del dolor en pacientes adultos crí-
evaluación de la efectividad de los diferentes tipos y dosis de ticamente enfermos.
opioides en muestras grandes de pacientes durante diferentes La hipnosis fue evaluada en 23 pacientes quemados en UCI
procedimientos considerando el dolor procedimental del pa- comparado con 23 controles históricos pareados (127). La pri-
ciente, particularmente en el contexto en el que la exposición mer sesión de hipnosis ocurrió a los 9 días (0-20 d) posteriores
a opioides es poco deseable. Los estudios acerca de interven- a la injuria y se obtuvo un adecuado nivel de hipnosis luego
ciones para el dolor procedimental deberían evitar el riesgo de 15 minutos en promedio. Al día siguiente a la hipnosis, las
de sesgo a través del uso de grupo control, enmascaramiento evaluaciones repetidas del dolor (hasta 12) mostraron que la
de la asignación y cegamiento. La generalización de los resul- hipnosis se asoció con una reducción en la VAS de 0-10 (DM
tados podría mejorar si se incluyen muestras heterogéneas de –0.5 cm; IC95%, –1.37 a +0.37; calidad de evidencia baja). El
pacientes de UCI que se sometan al mismo procedimiento así consumo de opioides se redujo en comparación con contro-
como pacientes con adicción o uso patológico de opioides. les históricos. Dentro del grupo intervención, el consumo de
Gran parte de la investigación relacionada al dolor procedi- opioides fue menor en pacientes que recibieron hipnosis en la
mental utilizó la RTP como paradigma, probablemente por- admisión a la UCI comparado con aquellos que no lo recibie-
que el protocolo de investigación es más sencillo de estandari- ron. El riesgo de sesgo fue juzgado como muy serio dado la
zar que con otros procedimientos y porque la RTP representa pobre evaluación de los resultados, variabilidad en el horario
un procedimiento doloroso frecuente luego de la cirugía car- de la evaluación, co-intervenciones entre grupos y poco clara

12 Guías PADIS 2018


Artículo especial online

verificación de la exposición. Dado el alto riesgo de sesgo y la la música de harpa en vivo era interpretada en la habitación de
imprecisión asociada con los datos observacionales, la calidad UCI (116). La intervención musical era administrada una vez
de evidencia global es muy baja. Varios factores (recursos, am- al día a excepción de 2 estudios en los que los participantes lo
biente de la UCI, entrenamiento exhaustivo y la aceptabilidad recibieron durante dos procedimientos de cambio de posición
del paciente) hacen que la implementación de esta opción sea (115), y una vez al día hasta un máximo de 3 días (117) (Tabla
inviable. Por lo tanto el panel emitió una recomendación con- Suplementaria 8 [Contenido Digital Suplementario 11]).
dicional en contra del uso de hipnosis para el manejo del dolor La efectividad de la música fue evaluada para manejo del
en pacientes adultos críticamente enfermos. dolor procedimental en 3 ECAs durante diferentes procedi-
mientos incluyendo la RTP en 156 pacientes de cirugía car-
Masaje diaca en UCI (113), la compresión del sitio de punción con
Pregunta: ¿Debería utilizarse el masaje (vs el no masaje)
un dispositivo en C después de la intervención coronaria per-
para el manejo del dolor en adultos críticamente enfermos?
cutánea en 66 pacientes (114), y dos cambios de posición en
Recomendación: Sugerimos ofrecer masajes para el manejo
pacientes postoperatorios en UCI (115). El brazo comparador
del dolor en pacientes adultos críticamente enfermos (reco-
fue diferente entre los estudios e incluyeron el tratamiento
mendación condicional, calidad de evidencia baja).
standard y sonido blanco (113), auriculares unidos al repro-
Observaciones: El masaje como intervención varía en la
ductor de CD sin música (115) o un período de reposo (114).
duración de la sesión (10-30 min), frecuencia (1 o 2 veces al
El análisis global demostró que la músicoterapia reduce la in-
día), tiempo (1-7 días), y área corporal (espalda, manos y pies
tensidad de dolor (0–10 NRS) (DM, –0.52 cm; IC95% –1.49 a
o solo manos).
+0.45; baja calidad).
Justificación: Se investigó el masaje para el manejo del do-
Para el manejo del dolor no procedimental, la efectividad
lor en pacientes en postoperatorio de cirugía cardiaca y abdo-
de la música fue evaluada en 4 estudios, 3 de ellos ECAs con
minal en UCI (n = 751 y 265, respectivamente) en 5 ECAs (65,
un total de 434 pacientes médicos o quirúrgicos (12, 116, 117,
117, 128–130) (Tabla Suplementaria 7 [Contenido Digital
131) y un estudio observacional antes/después con 87 pacien-
Suplementario 10]). El brazo comparador fue diferente en-
tre los estudios e incluyeron el tratamiento standard (117, 129, tes post cirugía cardiaca (132). El brazo comparador incluyó el
130), atención (129, 130), o masaje simulado (ej., sostener la tratamiento estándar (117) o un período de reposo (116,131).
mano) (65). El análisis global demostró una reducción en la El análisis global demostró que la música redujo la intensidad
intensidad del score del dolor (0–10 VAS o escala NRS) con la de dolor (0–10 NRS) (DM, –0.66cm; IC95%, –0.89 a –0.43;
aplicación de masaje luego del primer día de implementación baja calidad). Estas diferencias en intensidad de dolor, tanto en
(DM, –0.8cm; IC95%, –1.18 a –0.42; baja calidad). La adminis- el manejo del dolor procedimental como no procedimental, no
tración repetitiva del masaje parece reducir la intensidad del fueron consideradas clínicamente significativas. Sin embargo,
dolor con DMs que varían de -0.3 a -1.83 cm del día 1 al día 5 el beneficio potencial pesa más que cualquier signo de daño
(luego de que el paciente estaba fuera de la UCI). La calidad de o consumo de recursos. Un ECA grande que encontró que la
evidencia en general fue baja debido al riesgo de sesgo e im- musicoterapia dirigida reduce la ansiedad y el uso de sedantes
precisión. No se reportaron eventos adversos relacionados con en pacientes adultos críticamente enfermos no fue incluido en
la administración de masajes en los estudios incluidos. Los re- la evidencia para esta pregunta ya que no reportó la evalua-
cursos variaron a lo largo de los estudios, en los que enferme- ción del dolor (133). La calidad de evidencia de los estudios
ras o terapistas proveían la intervención. Se realizaba mínimos incluidos fue valorada como baja (para el manejo del dolor no
entrenamiento (3-6 hs) a las enfermeras. El panel consideró procedimental) a muy baja (para el manejo del dolor procedi-
que la viabilidad del uso del masaje para el manejo del dolor mental) debido al riesgo de sesgo e inconsistencia en el reporte
en UCI dependía de la duración de la intervención y recursos de los resultados entre los estudios. No se reportaron efectos
requeridos, que podrían afectar el costo. adversos relacionados a la musicoterapia. Aun así, 9 partici-
pantes no completaron la intervención de música en 2 estudios
Música porque no les gustaba la música o se retiraron sus auriculares
Pregunta: ¿Debería utilizarse la músicoterapia (vs no músi- (114, 131). El panel sintió que la música es una intervención
coterapia) para el manejo del dolor tanto procedimental como segura para el manejo del dolor, pero deben considerarse las
no procedimental en adultos críticamente enfermos? preferencias de los pacientes. La viabilidad fue considerada un
Recomendación: Sugerimos ofrecer músicoterapia para ali- tema por el panel en función de los recursos necesarios para
viar el dolor tanto procedimental como no procedimental en su implementación incluyendo los profesionales (ej., músicos
adultos críticamente enfermos (recomendación condicional, y músicoterapeutas) y el equipamiento (ej., alquiler de música
calidad de evidencia baja). y auriculares). También deben considerarse el lugar de guarda-
Justificación: Entre los estudios evaluados, la intervención do y las medidas de higiene.
musical variaba en el tipo de música (elección del paciente de
música preseleccionada o música de harpa en vivo), duración Terapia con frío
(10–45 min) y objetivo del manejo del dolor (procedimental o Pregunta: ¿Debería utilizarse la terapia con frío (vs no tera-
no procedimental). A los participantes se les proveía auricula- pia con frío) para el manejo del dolor procedimental en adul-
res para escuchar la música a excepción del estudio en el que tos críticamente enfermos?

Guías PADIS 2018 13


Devlin et al

Recomendación: Sugerimos ofrecer terapia con frío para el labios fruncidos. Los pacientes eran incentivados a completar
manejo del dolor procedimental en adultos críticamente enfer- los ejercicios ya sea con sus ojos cerrados o focalizados en un
mos (recomendación condicional, calidad de evidencia baja). objeto de la habitación. Los ejercicios de respiración se inicia-
Observaciones: Los cold-packs fueron envueltos en apósi- ban 5 minutos antes de la RTP y continuaban durante el ven-
tos y se aplicaron alrededor del tubo de tórax previo a su remo- daje, las suturas y el retiro del tubo.
ción durante 10 minutos. El análisis global demostró un promedio de reducción en la
Justificación: La terapia con frío para el manejo del dolor intensidad del dolor (0–10 VAS) a los 15–30 minutos de la RTP
procedimental durante la RTP se evaluó en 2 ECAs (n to- (DM, –2.5cm; IC95%, –4.18 a –0.82; muy baja calidad). Una
tal=130) en pacientes post cirugía cardiaca (134, 135). En un reducción de esta magnitud es clínicamente importante (136).
estudio, el efecto de la terapia con frío se comparó con trata- Sin embargo, la calidad de la evidencia fue juzgada como muy
miento estándar (ej., paracetamol oral cada 6 hs) (n = 40 por baja debido a la imprecisión (tamaño de muestras pequeñas)
grupo) (134), mientras que en el otro estudio, el comparador y riesgo de sesgo. A pesar que la técnica de relajación focali-
fue un paquete de agua placebo (135). A pesar que el análisis zada en la respiración fue evaluada en un grupo de pacientes
global de los estudios demostró una reducción no significativa relativamente homogéneo y durante un único tipo de proce-
de la intensidad de dolor (0–10 NRS) con la terapia con frío dimiento doloroso, el panel sintió que esta recomendación
(DM, –1.91cm; IC95%, –5.34 a +1.52; baja calidad), el panel era generalizable a otros procedimientos dolorosos y a otras
consideró que una reducción de esa magnitud en la escala NRS poblaciones críticamente enfermas. En los estudios incluidos
era clínicamente importante y consistente con una significati- no se mencionaron los posibles efectos adversos relacionados
va reducción del dolor agudo (1.3–2.4cm) definida en un estu- a la relajación, el panel sintió que estos eran improbable que
dio de 700 pacientes postquirúrgicos (136). ocurrieran. El panel acordó que se requerían mínimos recur-
A pesar que solo se investigó la RTP en un grupo homo- sos y entrenamiento para proveer esta intervención de forma
géneo de pacientes post cirugía cardiaca, el panel sintió que segura y eficiente. Por lo tanto, la relajación utilizando técnicas
la recomendación era generalizable a otros procedimientos de respiración son factibles de implementar y aceptables para
y a otras poblaciones críticamente enfermas. En la literatura financiadores. Se podría proporcionar un consentimiento in-
incluida no se mencionan los posibles efectos adversos de la formado para ayudar a los pacientes a familiarizarse con las
terapia con frío, sin embargo, el panel acordó en que estos son técnicas de relajación.
triviales (a excepción que el profesional tratante olvide reti- Falta de Evidencia: Aún se desconoce el efecto de las inter-
rar el cold pack después de la RTP). Para la utilización de esta venciones no farmacológicas en pacientes adultos críticamente
intervención se requiere espacio en el freezer de la UCI y un enfermos imposibilitados de auto-reportarse. Se podría explo-
protocolo escrito. Las intervenciones simples, baratas y am- rar el rol de los miembros de la familia en la aplicación de algu-
pliamente disponibles como la terapia con frío pueden ser uti- nas intervenciones (ej., relajación, masaje y música). Debería
lizadas frecuentemente en zonas pobres donde la medicación considerarse si el efecto co-analgésico de la música depende
puede no estar disponible. de las preferencias musicales del paciente. Deberían evaluarse
las intervenciones para reducir el dolor procedimental duran-
Técnicas de Relajación te procedimientos diferentes a la RTP. También se requiere la
Pregunta: ¿Debería utilizarse técnicas de relajación (vs no implementación de estudios que documenten la factibilidad y
técnicas de relajación) durante el procedimiento en adultos los costos asociados al uso de estas intervenciones. A su vez se
críticamente enfermos? necesitan estudios que determinen el efecto de las técnicas de
Recomendación: Sugerimos ofrecer técnicas de relajación relajación sobre otros resultados como el sueño.
para el manejo del dolor procedimental en adultos críticamen-
te enfermos (recomendación condicional, calidad de evidencia Protocolos basados en la evaluación y manejo del
muy baja). dolor
Observaciones: Las técnicas de relajación utilizadas en cada Pregunta: ¿Debería utilizarse un programa protocolizado de
estudio difieren entre sí. evaluación de analgesia y sedación en pacientes críticos en
Justificación: Se testearon técnicas de relajación relaciona- comparación con los cuidados habituales?
das a la respiración para el manejo del dolor procedimental Declaración de buena práctica: El manejo del dolor en pa-
coordinado con la administración de opioides durante la RTP cientes de UCI debería estar guiado por una evaluación ruti-
en 2 estudios diferentes controlados y pareados que evaluaron naria del dolor y el mismo debería ser tratado previo a la con-
un total de 88 pacientes post cirugía cardiaca (137, 138). En un sideración de un agente sedante.
estudio (137) (en el que la rápida técnica de relajación admi- Recomendación: Sugerimos utilizar un protocolo para el
nistrada consistió en instruir al paciente a inhalar y mantener manejo del dolor y la sedación basado en le evaluación por
al aire por un momento; espirar y aflojarse como una muñeca pasos en adultos críticamente enfermos (recomendación con-
de trapo; y luego comenzar a bostezar), el tubo de tórax era re- dicional, calidad de evidencia moderada).
movido al final del bostezo. En el segundo estudio (138), se les Observaciones: Para esta recomendación la analgosedación
enseñaba ejercicios de respiración a los pacientes que incluían se define tanto como analgesia antes sedación (ej., un analgé-
inspirar lentamente por la nariz y espirar lentamente con los sico [generalmente un opioide] es utilizado antes del sedante

14 Guías PADIS 2018


Artículo especial online

para alcanzar un objetivo de sedación) o analgesia basada en impredecibles, como consecuencia de las interacciones entre
sedación (ej., un analgésico [generalmente un opioide] es utili- drogas, la disfunción orgánica, la absorción y unión irregular
zado en lugar de un sedante como para alcanzar un objetivo de a proteínas, la inestabilidad hemodinámica y el depósito de
sedación). La implementación de esta recomendación infiere drogas (1,162, 163).
que las instituciones deberían tener un protocolo guiado de En las guías del 2013 (1) se sugiere el empleo de objetivos
evaluación que considere la evaluación regular del dolor y la de sedación superficial o las pruebas de interrupción diaria
sedación utilizando herramientas validadas, que provea una (112, 164-166) y minimizar el uso de benzodiacepinas (167)
clara guía en la selección de la medicación y dosis y que haga para mejorar los resultados a corto plazo (por ejemplo, du-
del tratamiento del dolor una prioridad sobre la provisión de ración de la ventilación mecánica y estadía en la unidad de
sedantes. cuidados intensivos). Además, el paradigma de sedación y las
Justificación: Los cinco resultados considerados críticos drogas seleccionadas pueden tener un impacto importante
para la recomendación incluyen intensidad de dolor, exposi- en los resultados post-UCI, incluyendo la mortalidad a los 90
ción a la medicación (analgésicos/sedantes), eventos adversos, días, la función física y resultados neurocognitivos y psicológi-
duración de la VM, y LOS en UCI (5, 106–110, 127, 139–156) cos. Estas cuestiones han sido evaluadas en las presentes guías
(Tabla Suplementaria 9 [Contenido Digital Suplementario por medio de tres preguntas de actuación y tres preguntas des-
12]). El análisis global sugiere que un programa protocoliza- criptivas. (Una lista de los temas priorizados se encuentra en
do guiado (analgesia/analgosedación) de evaluación y manejo la Tabla Suplementaria 10 [Contenido Digital Suplementario
del dolor y la sedación comparado con el tratamiento usual no 13], y los resultados de las votaciones se muestran en la Tabla
afectó la incidencia de infección nosocomial, constipación, hi- Suplementaria 11 [Contenido Digital Suplementario 14]. Los
potensión, bradicardia u exposición a opioides, pero sí reduce resúmenes de la evidencia y las tablas de evidencia a decisión
los requerimientos de sedación (DMS, –0.57;IC95%, –0.84 a utilizadas para desarrollar las recomendaciones para el grupo
–0.31; baja calidad), duración de la VM (DM, –1.26 d; IC95%, de agitación (sedación) están disponibles en la Tabla Suple-
–1.8 a –0.73; moderada calidad), estadía en UCI (DM, –2.27 mentaria 12 [Contenido Digital Suplementario 15] y los fo-
d; IC95%, –2.96 a –1.58; moderada calidad), e intensidad del rest plots de todos los metaanálisis completados se encuentran
dolor (0–10 VAS o NRS) (DM,–0.35 cm; IC95%, –0.22 a –0.49; disponibles en la Figura Suplementaria 3 [Contenido Digital
baja calidad). Suplementario 16].
Los miembros del panel emitieron una recomendación
condicional porque no se observan los beneficios de una estra- Sedación superficial
tegia protocolizada en todos los resultados críticos. Pregunta: Sin tomar en cuenta la droga utilizada, ¿La sedación
Falta de Evidencia: Para poder generar una recomendación superficial (vs sedación profunda) afecta en forma significati-
fuerte para el uso de un programa protocolizado guiado de va los resultados de los pacientes críticos con requerimiento de
analgesia/analgosedación, los futuros estudios randomizados ventilación mecánica?
deben abordar las siguientes preguntas: 1) ¿Cuál es el opioi- Recomendación: Sugerimos el uso de sedación superficial
de óptimo, u otro analgésico, para utilizar en el protocolo? 2) (vs sedación profunda) en los pacientes críticos con requeri-
¿Qué escenario ó población de UCI es más apropiada para miento de ventilación mecánica (recomendación condicional,
el uso de dicho protocolo? 3) ¿Cuáles son los beneficios po- evidencia de baja calidad).
tenciales de dichos protocolos basados en su capacidad para Justificación: Las guías para el manejo del dolor, la agita-
reducir el dolor o evitar el uso de sedantes con efectos perju- ción y el delirium (PAD) del año 2013 tienen una recomenda-
diciales potenciales? 4) ¿Cuáles son las potenciales cuestiones ción sin clasificar sobre la sedación superficial, explicando que
referentes a la seguridad asociados a dicho protocolo (ej., abs- mantener a los pacientes en un nivel de sedación superficial
tinencia a opioides, trastornos posthospitalarios por el uso de acortará el tiempo a la extubación y la estadía en la UCI (1). A
opioides)? pesar de que las guías previas definen la sedación superficial
como un puntaje de RASS mayor o igual a -2 y una apertura
ocular de al menos 10 segundos (N. del T. en el texto original
AGITACIÓN/SEDACIÓN dice minutos) (112), este nivel de sedación probablemente sea
La administración de sedantes a los pacientes críticos es fre- más profundo que el requerido para el manejo de los pacientes
cuente, para disminuir la ansiedad, el estrés asociado a la ven- adultos bajo ventilación mecánica en una UCI. No existe una
tilación mecánica y prevenir las lesiones relacionadas con la definición universalmente aceptada de sedación superficial.
agitación (1). Estas drogas pueden predisponer a un aumento Para el abordaje de esta pregunta, se evaluaron estudios en los
de la mortalidad (157, 158). Las indicaciones específicas para que la sedación profunda y superficial hayan sido definidas a
el uso de sedantes deben ser determinadas por los profesio- priori, medidas y explícitamente reportadas, en forma siste-
nales de la salud. Si se requiere el uso de sedantes, se debe mática y al menos cada 6 horas, con escalas objetivas que des-
evaluar y reevaluar frecuentemente el nivel de sedación utili- criban si los pacientes cumplen con los objetivos de sedación
zando escalas válidas y confiables (158-161). En los pacientes profunda o superficial a lo largo de toda la internación en UCI.
críticos se pueden presentar efectos adversos debido a que las Las evaluaciones indirectas (por ejemplo, la medición de los
propiedades farmacocinéticas y farmacodinámicas se tornan niveles plasmáticos de sedantes) o la impresión clínica subjeti-

Guías PADIS 2018 15


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va del estado de conciencia no se consideraron como parte de la sedación superficial. Se considera que la sedación superficial
la definición del nivel de sedación. Se consideró que los traba- probablemente sea aceptable para médicos y pacientes y que su
jos que evalúan la interrupción diaria de la sedación no son implementación es factible.
indicativos de una estrategia de sedación superficial, dado que Falta de evidencia: A pesar del amplio uso de escalas vali-
sólo informan la superficialización de la sedación en un úni- dadas para la evaluación de la sedación, no hay consenso en
co punto temporal en lugar de a lo largo del día. En aquellos la definición de sedación superficial, moderada y profunda.
trabajos que se utilizaron escalas de evaluación, como el RASS Se requiere una mayor exploración del concepto de vigilia y
(159), se consideró como sedación superficial un rango de -2 a sedación superficial. Tampoco se conoce la relación entre la
+1 (o su equivalente en otras escalas). variación de los niveles de sedación y su duración a lo largo de
Se cumplieron nuestros criterios de búsqueda en ocho la estadía en la UCI con los resultados clínicos. No hay ECAs
ECAs (156, 168-174). Evaluamos el efecto de la sedación super- que evalúen apropiadamente el efecto de la profundidad de la
ficial versus profunda en términos de los resultados conside- sedación en los resultados centrados en el paciente al alta de la
rados críticos por el grupo de sedación y los representantes de UCI, como mortalidad a los 90 días de cualquier causa, fun-
los pacientes: mortalidad a los 90 días, tiempo a la extubación, ción cognitiva, recuperación física, PTSD, ansiedad y síntomas
delirium, tasa de traqueostomía, deterioro en la función física depresivos. También es escasa la información con respecto a la
y cognitiva, depresión y síndrome de estrés post-traumático interacción entre la elección de drogas, profundidad de seda-
(PTSD, por sus siglas en inglés, post traumatic stress disorder). ción y factores específicos del paciente que puedan afectar esta
A diferencia de los resultados a corto plazo evaluados en la relación. Por último, como se remarcó en otro apartado de es-
pregunta descriptiva sin clasificación de las guías del 2013, los tas guías, la relación entre el nivel de sedación y la posibilidad
resultados evaluados se miden, en su mayoría, tras el alta de de evaluar dolor, delirium y sueño no ha sido completamente
la UCI. La sedación superficial no se asoció con la mortalidad dilucidada.
a los 90 días (RR 1.01, IC 95% 0.80-1.27, calidad moderada)
(168-169), pero se asoció con un menor tiempo a la extuba- Interrupción diaria de la sedación/ sedación
ción (MD -0.77, IC 95% -2.04 a -0.50, baja calidad) (168-170) protocolizada manejada por enfermería
y una reducción en la tasa de traqueostomía (RR 0.57, IC 95% Pregunta: En los pacientes críticos con requerimiento de venti-
0.41-0.80, baja calidad) (170,171). La sedación superficial no lación mecánica, ¿Hay diferencias entre los protocolos basados
se asoció con una disminución en la incidencia de delirium en la interrupción diaria de la sedación (DSI, por sus siglas en
(RR 0.96, IC 95% 0.80-1.16, baja calidad) (168-172), PTSD inglés, Daily Sedative Interruption) y los protocolos con objeti-
(RR 0.67, IC 95% 0.12-3.79, baja calidad) (156,174), depre- vo de sedación superficial manejados por enfermería (NP, por
sión (RR 0.76, IC 95% 0.10-5.58, muy baja calidad) (156,170) sus siglas en inglés, Nursing- Protocolized)?
o autoextubación (RR 1.29, IC 95% 0.58-2.88, baja calidad Recomendación sin clasificar: En los pacientes críticos con
(168-170, 173). El impacto de la sedación superficial versus requerimiento de ventilación mecánica los protocolos basados
profunda sobre la función física o cognitiva no fue evaluado en la interrupción diaria de la sedación y aquellos con obje-
por ningún ECA. tivos de sedación superficial pueden alcanzar y sostener un
En general, la calidad de la evidencia fue baja. Se consi- nivel de sedación superficial.
deró que la magnitud tanto de la reducción en el tiempo de Observaciones: Se define DSI o prueba de despertar (SAT,
extubación como de la tasa de traqueostomía fue baja, mien- por sus siglas en inglés, Spontaneous Awakening Trial) como
tras que la magnitud del daño asociado con la autoextubación un período de tiempo, cada día, en el cual se suspende la me-
fue incierta. Inicialmente evaluamos datos de ECAs y luego se dicación sedante y los pacientes pueden despertarse y lograr
revisaron trabajos observacionales en relación con aquellos un estado vigil y/o alerta, definido por acciones objetivas tales
resultados en los que la evidencia de los ECAs fue de mala ca- como apertura ocular al llamado, obedecer órdenes simples
lidad. Los estudios observacionales sugieren beneficios en la y/o un puntaje de la escala sedación-agitación (SAS, por sus
reducción del riesgo de muerte a los 90 días y el tiempo a la siglas en inglés, Sedation Agitation Scale) de 4 a 7 o RASS de -1
extubación, pero no en el delirium (166, 175, 176). Un trabajo a +1. Los protocolos con objetivos de sedación superficial se
de cohorte reciente, que no fue contemplado dentro de la evi- definen como la implementación de un protocolo de sedación
dencia de las guías, demuestra que la intensidad de la sedación manejado por enfermería al lado de la cama para determinar
(la sumatoria de las evaluaciones negativas de RASS dividida la elección de sedantes y su titulación para lograr un objetivo
por la cantidad total de evaluaciones) predice, en forma in- de sedación indicado.
dependiente y en una relación dosis- dependiente ascenden- Justificación: Cinco estudios randomizados, prospectivos,
te, un aumento en el riesgo de muerte, delirium y tiempo a la no cegados compararon los protocolos con interrupción diaria
extubación (177). La cantidad de sedación que prefieren los de la sedación con la sedación guiada por objetivos y manejada
pacientes es variable. Algunos pacientes o familiares pueden por enfermería con el cuidado habitual (178-182) Tabla Suple-
preferir sedación profunda, aunque esta preferencia pueda no mentaria 13 [Contenido Digital Suplementario 17]. Algunos
ser apropiada por los médicos, dados los efectos adversos aso- de los trabajos comparan la interrupción diaria de la sedación
ciados con la sedación profunda. Se tuvo en consideración que con el “cuidado habitual”, definido como un protocolo mane-
no hay certeza con respecto a la relación costo-efectividad de jado por enfermería. La mayoría de los trabajos no evalúa qué

16 Guías PADIS 2018


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tan efectiva es cada una de las técnicas para obtener un nivel trar la sedación (infusión continua vs bolos) difiere entre las
de sedación superficial, sino que estudian las diferencias en los distintas instituciones. La elección de drogas más frecuente-
puntajes generales de sedación de los pacientes manejados con mente descripta en los trabajos (benzodiacepinas) puede no
la estrategia de interrupción diaria de la sedación o el protoco- reflejar la práctica actual. Deberían considerarse las preferen-
lo guiado por objetivos y manejado por enfermería. Un total cias y la educación de los pacientes y sus familiares en cuanto
de 739 pacientes fueron randomizados entre los cinco trabajos a profundidad de sedación, dentro de un rango de “sedación
(DSI n = 373, NP n = 366). En ambos grupos fue frecuente superficial”. No obstante, las investigaciones futuras deberían
la prescripción de benzodiacepinas, generalmente apareadas enfocarse en el efecto de los niveles de sedación en resultados
con opioides como tratamiento analgésico. En dos trabajos no centrados en el paciente.
se encontró diferencia en el nivel de sedación logrado con las
dos estrategias (178, 179). El resto de los estudios parecen ser Elección de agentes sedantes
contradictorios; en uno de los trabajos se observó un mayor Los pacientes adultos críticamente enfermos pueden requerir
nivel de RASS con los protocolos de interrupción diaria de la sedación para disminuir la ansiedad y el estrés y facilitar los
sedación, en comparación con aquellos guiados por objetivos procedimientos invasivos y la ventilación mecánica. Las indi-
de sedación y manejados por enfermería (180), otro encontró caciones, objetivos, farmacología clínica y costos de adquisi-
una mediana de SAS menor con la interrupción diaria de la ción son determinantes importantes al momento de elegir una
sedación, comparándola con los protocolos guiados por obje- droga sedante. Las guías PAD del 2013 sugieren (en una reco-
mendación condicional) que se prefieren las drogas no ben-
tivos y manejados por enfermería, pero sin encontrar diferen-
zodiacepínicas (propofol o dexmedetomidina) por sobre las
cia en el porcentaje de tiempo que estuvieron en el rango de
benzodiacepinas (midazolam o lorazepam) en los pacientes
sedación superficial deseado (181). Un tercer trabajo informa
adultos con requerimientos de ventilación mecánica, ya que
niveles más superficiales de sedación con los protocolos de in-
tienen mejores resultados a corto plazo, como estadía en UCI,
terrupción diaria que con la sedación guiada por objetivos y
duración de la ventilación mecánica y delirium (1). En las pre-
manejada por enfermería (182).
sentes guías hemos considerado para la evaluación resultados
Como ya se ha mencionado previamente en estas guías,
críticos tanto los de corto como los de largo plazo. Se incluye-
los médicos deberían plantear un objetivo de sedación super-
ron tiempo a la extubación, tiempo a la sedación superficial
ficial para aquellos pacientes adultos críticamente enfermos
y delirium y resultados a largo plazo, como mortalidad a los
con requerimiento de ventilación mecánica, salvo que tengan
90 días, funcionalidad física y cognitiva, institucionalización y
indicación de sedación profunda. Nuestra revisión bibliográfi-
disfunción fisiológica.
ca sugiere que tanto los protocolos basados en la interrupción
Los pacientes de cirugía cardíaca programada son distintos
diaria de la sedación como aquellos guiados por objetivo de
de los pacientes críticos clínicos o quirúrgicos, cuyos motivos
sedación y manejados por enfermería son seguros y no hay di-
de ingreso raramente son electivos y que suelen tener mayor
ferencias en términos de lograr y sostener un nivel de sedación
duración de la ventilación mecánica y estadía en la UCI. Por
superficial. Hay, sin embargo, algunas advertencias importan-
lo tanto, separamos los estudios que describen a los pacientes
tes al respecto: en primer lugar, la mayoría de los trabajos que
de cirugía cardíaca programada con requerimiento de ventila-
evalúan ambas estrategias lo han hecho en el contexto del uso
ción mecánica de aquellos que describen a pacientes críticos
de benzodiacepinas, que ya no están recomendadas para la
con ventilación mecánica por motivos clínicos o quirúrgicos.
sedación de los pacientes críticos. Segundo, los protocolos de
Se revisaron los factores farmacogenómicos que pueden in-
interrupción diaria de la sedación pueden asociarse con una
fluenciar la respuesta a los sedantes y otras drogas en los pa-
sobrecarga de trabajo para enfermería (179) y, tercero, una
cientes críticamente enfermos (163).
prueba corta de interrupción de la sedación no debería justifi-
car el uso de sedación profunda durante el resto del día cuando Cirugía cardíaca
no está indicada. Dado que los niveles de sedación superficial Pregunta: ¿Debería usarse propofol, en comparación con ben-
se asocian con mejores resultados y que es necesario que los zodiacepinas, para la sedación de pacientes adultos con reque-
pacientes estén con un nivel de sedación superficial para poder rimiento de ventilación mecánica tras cirugía cardíaca?
participar en intervenciones tales como la prueba de ventila- Recomendación: Sugerimos el uso de propofol en lugar de
ción espontánea y la movilización temprana, los profesionales benzodiacepinas para la sedación de pacientes adultos con
de la salud deberían esforzarse por lograr un nivel de sedación ventilación mecánica tras una cirugía cardíaca (recomenda-
superficial la mayor parte del tiempo y en la mayor parte de los ción condicional, evidencia de baja calidad).
pacientes. La sedación superficial, evaluada con una escala de Justificación: Identificamos ocho ECAs, siete de los cua-
sedación validada, puede alcanzarse ya sea con un protocolo les compararon infusiones de ambos agentes (183-189) y uno
basado en la interrupción diaria de la sedación o con protoco- com­paro infusión de propofol con bolos de midazolam (190).
los guiados por objetivos y manejados por enfermería (en los Consideramos clínicamente significativa una reducción en el
que se mantiene, durante la infusión de sedantes, un objetivo tiempo hasta la sedación superficial de, al menos, 30 minutos y
de sedación superficial. del tiempo de extubación de, al menos, una hora en los pacien-
Falta de evidencia: La frecuencia y reporte de la evaluación tes de cirugía cardiaca. Dos ECAs pequeños (n = 70) informa-
de la sedación por parte de enfermería y la forma de adminis- ron un menor tiempo a la sedación superficial con propofol al

Guías PADIS 2018 17


Devlin et al

compararlo con benzodiacepinas (MD -52 min, IC 95% -77 a Dexmedetomidina versus benzodiacepinas. Cinco ECAs
-26, baja calidad) (185-186). Siete ECAs (n = 409), incluyendo (n = 1052) evaluaron la duración de la ventilación mecánica
un estudio que solo utilizó benzodiacepinas en bolos, reporta- (167, 172, 202-204), tres estudios (n = 969) evaluaron la es-
ron menor tiempo a la extubación con propofol que con ben- tadía en UCI (167, 172, 203) y 4 ECAs (n = 1007) evaluaron
zodiacepinas (MD -1.4 hs., IC 95% -2.2 a -.0.6, baja calidad) la prevalencia de delirium (167, 172, 203, 205). El trabajo con
(183-189). No pudimos encontrar ECAs que compararan los el menor riesgo de sesgo (n = 366), “Seguridad y eficacia de
efectos del propofol y las benzodiacepinas en otros resultados la dexmedetomidina en comparación con midazolam” (SED-
críticos en la población de cirugía cardiaca. COM, por sus siglas en inglés, Safety and Efficacy of Dexmede-
tomidine Compared with Midazolam) tiene el mayor beneficio
Pacientes clínicos y quirúrgicos no sometidos a en términos de tiempo a la extubación (MD -1.90 días, IC 95%
cirugía cardíaca -2.32 a -1.48) y delirium (RR 0.71, IC 95% 0.61-0.83) con el uso
Preguntas: En los pacientes adultos con requerimiento de ven- de dexmedetomidina, en comparación con una infusión con-
tilación mecánica, ¿debería usarse propofol en lugar de una tinua de benzodiacepina, e influencio la forma de clasificar la
benzodiacepina? evidencia durante el desarrollo de esta recomendación (167).
En los pacientes adultos con requerimiento de ventilación A pesar de que el trabajo de Xu y cols. (205) también mos-
mecánica, ¿debería usarse dexmedetomidina en lugar de una tró una disminución del delirium con el uso de dexmedeto-
benzodiacepina? midina, y el estudio “dexmedetomidina versus midazolam
En los pacientes adultos con requerimiento de ventilación para sedación continua en la UCI” (MIDEX, por sus siglas en
mecánica, ¿debería usarse dexmedetomidina en lugar de pro- inglés, Dexmedetomidine Versus Midazolam for Continuous
pofol? Sedation in the ICU) (203) demostró una disminución en la
Recomendación: Sugerimos utilizar propofol o dexmedeto- duración de la ventilación mecánica al comprar el uso de dex-
midina en lugar de benzodiacepinas para la sedación de pa- medetomidina con una infusión continua de benzodiacepinas,
cientes adultos con requerimientos de ventilación mecánica el análisis combinado de todos los trabajos evaluados no mos-
(recomendación condicional, evidencia de baja calidad). tró un beneficio significativo de la dexmedetomidina en com-
Justificación: En tres análisis separados, evaluamos los efec- paración con una infusión de benzodiacepinas, en términos de
tos de propofol vs benzodiacepinas, dexmedetomidina vs ben- duración de la ventilación mecánica (MD -0.71 días, IC 95%
zodiacepinas y propofol vs dexmedetomidina, en términos de -1.87 a 0.45, baja calidad), estadía en UCI (MD -0.23, IC 95%
los resultados considerados críticos. En la mayoría de los es- -0.57 a 0.11, baja calidad) y riesgo de delirium (RR 0.81, IC
tudios las benzodiacepinas fueron administradas en infusión 95% 0.60 a -1.08, baja calidad). Cabe destacar que el estudio
continua y no en forma intermitente. Combinamos los estu- MIDEX (203), en el que sólo se evalúo delirium una vez a las
dios que utilizaron midazolam y lorazepam. Se consideró clí- 48 hs de la interrupción de la sedación, no evidenció mejoría
nicamente significativa, en pacientes críticos con ventilación en la prevalencia del delirium con dexmedetomidina.
mecánica, una disminución en el tiempo a sedación superficial Tanto el SEDCOM (167) como el estudio “Maximizando la
de, al menos, 4 horas y tiempo a la extubación de, al menos, eficacia de la sedación reduciendo la disfunción neurológica
8-12 hs (un turno de enfermería). (MENDS, por sus siglas en inglés, Maximizing the Efficacy of
Propofol versus benzodiacepinas. Siete trabajos (n = 357) Sedation and Reducing Neurological Dysfunction) (172) demos-
(191-197) informan un menor tiempo a la sedación superficial traron una mayor incidencia de bradicardia en el grupo trata-
al comparar propofol con benzodiacepinas (MD -7.2 hs., IC do con dexmedetomidina, aunque en ninguno de los trabajos
95% -8.9 a -5.5, baja calidad). Nueve estudios (n = 423) (191, se requirieron intervenciones por la bradicardia. En líneas
196-202) reportan un menor tiempo a la extubación cuando generales, el panel consideró que los efectos buscados con el
compararon propofol con benzodiacepinas (MD -11.6 hs, IC uso de dexmedetomidina probablemente superen los efectos
95% -15.6 a -7.6, baja calidad). Solo un ECA evalúo delirium y no deseados y, por lo tanto, emitió una recomendación con-
no encontró diferencias (196). No se encontraron datos sobre dicional en favor del uso de dexmedetomidina por sobre una
el resto de los resultados críticos. A pesar de que el propofol infusión de benzodiacepinas.
se asoció con un mayor riesgo de autoextubación (RR 2.2, IC Propofol vs dexmedetomidina: Tres ECAs (n = 850) estu-
95% 0.30- 26.45, baja calidad) no se puede sacar ninguna con- diaron el tiempo a la extubación y no encontraron diferen-
clusión confiable para este resultado, dado el amplio intervalo cias en este resultado (202, 203, 206). No hay información
de confianza. Además, no queda claro si las autoextubaciones sobre otros resultados críticos. Un único ECA, el estudio
fueron nocivas (por ejemplo, requerimiento de reintubación). “propofol versus dexmedetomidina para la sedación conti-
A pesar de que esto fuera una consideración importante para nua en la UCI” (PRODEX, por sus siglas en inglés, Propo-
los médicos en el panel del grupo de sedación, los pacientes fol Versus Dexmedetomidine For Continuous Sedation in the
de UCI podrían opinar distinto. En líneas generales, el panel ICU) demostró una disminución en la incidencia de delirium
consideró que los efectos buscados con el uso del propofol con el uso de dexmedetomidina en único punto en el tiempo,
probablemente superen los efectos no deseados y, por lo tan- 48 hs después de la interrupción de la sedación (203). Los
to, emitió una recomendación condicional en favor del uso de pacientes que fueron tratados con dexmedetomidina tenían
propofol por sobre una infusión de benzodiacepinas. mayor capacidad de comunicación que los que fueron tra-

18 Guías PADIS 2018


Artículo especial online

tados con propofol (203). No hubo diferencias en el reporte mejor evaluado el rol de los agentes sedantes en el marco de
de bradicardia o hipotensión entre los pacientes que usaron un enfoque que priorice la analgesia o como suplemento de la
dexmedetomidina y propofol (203). analgosedación. Es necesario estudiar el rol de las benzodia-
En líneas generales la calidad de la evidencia evaluada para cepinas en comparación con propofol y dexmedetomidina en
estos resultados fue baja, con un beneficio moderado (dismi- pacientes con inestabilidad hemodinámica, con requerimiento
nución del tiempo a sedación superficial y a la extubación) de sedación profunda, tienen riesgo de desarrollar delirium o
cuando se comparó propofol o dexmedetomidina con benzo- que presentan signos de abstinencia alcohólica. Con el aumen-
diacepinas. No se observaron diferencias importantes en los to en el uso de propofol se requieren estrategias para detectar
resultados entre el uso de propofol y dexmedetomidina. Los en forma temprana el síndrome relacionado con la infusión de
efectos adversos del propofol o la dexmedetomidina informa- propofol, así como también estudios con registro a larga escala
dos en estos trabajos se consideraron escasos y no significativos para caracterizar su prevalencia y riesgos asociados. Es incier-
clínicamente. La relación costo-efectividad de estos esquemas to el rol de las estrategias no farmacológicas para disminuir la
de sedación es incierta, dado que los costos de compra del pro- agitación, ansiedad y estrés, en términos de requerimiento y
pofol y de la dexmedetomidina son menores ahora que cuando selección de drogas y, por lo tanto, no puede hacerse ninguna
fueron estudiados inicialmente. Además, el costo de estas dro- recomendación al respecto.
gas varía ampliamente a nivel mundial, haciendo difícil la ge-
neralización de la relación costo-efectividad. Sin embargo, pa- Evaluación objetiva de la sedación
reciera posible y aceptable incorporar tanto el propofol como Pregunta: En pacientes adultos con requerimientos de venti-
la dexmedetomidina a la práctica diaria. Es importante reco- lación mecánica, ¿son útiles las herramientas de monitoreo
nocer que la dexmedetomidina no debería utilizarse cuando se objetivo (monitores basados en electroencefalografía o herra-
requiere sedación profunda (con o sin bloqueantes neuromus- mientas como la variabilidad de la frecuencia cardíaca, acti-
culares). Los miembros del panel consideraron que los efectos grafía y potenciales evocados) para el manejo de la sedación?
buscados y no deseados del uso de propofol en comparación Declaración sin clasificar: El monitoreo con índice biespec-
con dexmedetomidina son similares y, por lo tanto, emitieron tral (BIS, por sus siglas en inglés, Bispectral Index) parece ser
una recomendación condicional de utilizar cualquiera de las más apropiado para la titulación de la sedación durante la se-
dos drogas para la sedación en pacientes adultos críticamente dación profunda o el bloqueo neuromuscular, a pesar de que
enfermos. La implementación probablemente dependa de la hay datos observacionales que sugieren un beneficio potencial
disponibilidad de las drogas y los costos asociados para cada también con sedación superficial.
institución individual. La evaluación del nivel de sedación con BIS, en compara-
Falta de evidencia: Se necesitan estudios grandes, con una ción con las escalas subjetivas, podría mejorar la titulación de
buena metodología que evalúen los resultados que definimos la sedación cuando una escala subjetiva no puede ser utilizada.
como críticos. A pesar que una extubación más rápida y un Justificación: La bibliografía sobre el uso de herramientas
aumento de la supervivencia son las piedras fundamentales de objetivas de evaluación de la sedación consiste, principalmen-
los resultados a largo plazo, ya no son suficientes como úni- te, de reportes de monitores basados en electroencefalografía
cos descriptores de los resultados centrados en el paciente. Se (particularmente el BIS). Son pocos los estudios realizados en
necesita mejorar muchos aspectos significativos de la supervi- UCI que evalúan los beneficios sobre los resultados (208-210).
vencia, incluyendo el regreso a la misma calidad de vida, in- En la Tabla Suplementaria 14 [Contenido Digital Suplemen-
dependencia funcional y actividad laboral (207). Se requiere tario 18] se describe la metodología utilizada para evaluar la
mayor cantidad de trabajos que evalúen la importancia de la precisión del BIS en la UCI y en la Tabla Suplementaria 15
comunicación del paciente con sus familiares durante la es- [Contenido Digital Suplementario 19] se resumen las caracte-
tadía en UCI y tras el egreso. También se necesita investigar rísticas de los 32 estudios incluidos (161, 208-239).
la percepción de los pacientes cuando se encuentran bajo los Se han identificado varias dificultades en el diseño de estos
efectos de estas drogas. Es destacable que los pacientes que trabajos. Una percepción inadecuada es asumir que la relación
formaron parte del panel describieron experiencias subjetivas entre los datos del electroencefalograma y las escalas subjeti-
muy distintas del tiempo en el que se encontraban recibien- vas es linear y constante. Dado que a medida que se profundiza
do sedantes que no pudieron trasladarse al contenido de las la sedación los pacientes se tornan no reactivos, las escalas de
recomendaciones de estas guías. Las consideraciones farma- evaluación subjetiva de la sedación alcanzan un valor mínimo
cocinéticas y farmacodinámicas deberían incorporarse tanto a (SAS 1 o RASS -5), mientras que las herramientas objetivas
la selección de las drogas como a los métodos de administra- basadas en electroencefalografía pueden continuar disminu-
ción (162, 163). Por ejemplo, deberían estudiarse los riesgos yendo hasta obtener un electroencefalograma plano Figura
y beneficios de una estrategia de administración intermitente Suplementaria 4 [Contenido Digital Suplementario 20] (211).
de benzodiacepinas, una vez lograda la analgesia, en com- En el extremo opuesto, a medida que aumenta la agitación, las
paración con el uso de infusiones continuas de sedación. En herramientas objetivas alcanzan un valor máximo (por ejem-
áreas de bajos recursos las benzodiacepinas continúan siendo plo, BIS 100) mientras que las escalas de evaluación subjetiva
el pilar del tratamiento y los riesgos y beneficios deberían ser permiten describir niveles ascendentes de agitación Figura
evaluados en el contexto de sus costos. Además, debería ser Suplementaria 5 [Contenido Digital Suplementario 21]. Ade-

Guías PADIS 2018 19


Devlin et al

más, los monitores objetivos, como el BIS, permiten el moni- Declaración no clasificada: La contención física es utiliza-
toreo sin estimular a los pacientes, mientras que las escalas de da frecuentemente en los pacientes adultos críticos, a pesar de
evaluación subjetiva requieren la evaluación de la respuesta a que la prevalencia varía ampliamente según el país.
estímulos auditivos, táctiles e incluso nociceptivos. Esta esti- El personal de áreas críticas reporta el uso de contención
mulación modifica el estado previo del paciente e incrementa física para prevenir autoextubaciones y desplazamiento de
el valor de BIS, dependiendo del momento de la medición de dispositivos, evitar caídas y proteger al personal de pacientes
BIS (antes, durante o después de la estimulación), afectando el agresivos, a pesar de la falta de estudios que demuestren la efi-
acuerdo entre ambas técnicas de evaluación. cacia y seguridad de la contención física (por ejemplo, extuba-
Los 32 estudios realizados en UCI que comparan BIS con ciones no programadas y mayor agitación).
escalas de evaluación subjetiva de la sedación fueron clasifica- Justificación: En un tiempo en que el foco está puesto en
dos según el momento de evaluación de BIS en relación con la mejorar los cuidados centrados en los pacientes, el efecto que
evaluación subjetiva (0 a 4 puntos), el tipo de estimulación (0 tiene la contención física en el cuidado y en los resultados de
a 2 puntos), el ajuste por sedación profunda (0 a 2 puntos) y si los pacientes adultos críticamente enfermos es controvertido.
hubo definición de calidad de la señal electroencefalográfica y Se define a la contención física como “cualquier método ma-
versión del software (0 a 2 puntos) (161, 208-239). Hubo una nual, físico, mecánico, material o equipamiento que inmovili-
tendencia hacia mejor acuerdo entre BIS y escalas subjetivas za o reduce la capacidad de los pacientes de mover sus brazos,
en aquellos trabajos con menor potencial de confusión (4 pun- piernas, cuerpo o cabeza libremente” (240). Esta pregunta está
específicamente orientada a la contención física utilizada en
tos en el aspecto temporal) (p= 0.09), mientras que los traba-
tobillos, muñecas o torso superior. El uso de contención física
jos en donde no se tuvo en cuenta el efecto de la estimulación
varía ampliamente de 0% en algunos países europeos a más de
subjetiva (puntaje temporal 0) tuvieron la peor concordancia
75% en Norteamérica Figura Suplementaria 16 [Contenido
entre BIS y las escalas subjetivas (ver la elipse roja en la Figura
Digital Suplementario 23] (168, 241-261). El tipo y localiza-
Suplementaria 6 [Contenido Digital Suplementario 22].
ción de la contención física (muñecas, tobillos o torso supe-
Tres estudios compararon el efecto de utilizar BIS para la
rior) varía en forma similar, en donde los países de altos ingre-
evaluación de sedación con una herramienta subjetiva (209-
sos reportan el uso de dispositivos comerciales de contención
211). Estos trabajos muestran una disminución en el uso total física (242, 245-247, 249, 252, 255, 260, 262-268).
de drogas y un despertar más rápido a pesar de un mismo ni- Históricamente, el uso de contención física en la UCI ha
vel clínico de sedación (Ramsay 4) (208), una reducción en los sido justificado por el personal de salud por muchas razones,
eventos adversos relacionados con procedimientos (Ramsay que incluyen aumentar la seguridad de los pacientes (242, 249,
2-3) (209), menor dosis de midazolam y fentanilo, menor agi- 252, 262, 263), prevenir las autoextubaciones, desplazamientos
tación, menor requerimiento de traqueostomía y una estadía del tubo y/o remoción de dispositivos médicos (242, 246, 249,
más corta en la UCI (210). 255, 262, 262, 263, 265, 266, 269), controlar el comportamien-
Falta de evidencia: La metodología utilizada para la evaluar to de los pacientes (249, 262, 265, 266, 269), proteger al perso-
los monitores de sedación en la UCI no está estandarizada, nal de pacientes agresivos (263) y prevención de caídas (242,
generando una gran variabilidad en los diseños de los estu- 263, 266). Algunas razones menos frecuentemente citadas in-
dios, como se mencionó previamente. Definir cuáles son los cluyen: preservar la postura o posición de los pacientes (249,
mejores enfoques y componentes va a mejorar la calidad de 266), falta de personal o de supervisión durante los descansos
los estudios. Al mejorar la calidad de la investigación podría del personal a cargo (249, 263, 265) y actuación en conformi-
ser posible realizar comparaciones válidas entre las distintas dad con las sugerencias del paciente, familiares u otro miem-
herramientas de monitoreo objetivo y entre las herramientas bro del equipo tratante (265).
de evaluación objetivas y subjetivas. Se requiere mayor investi- A la fecha, ningún ECA ha estudiado la seguridad y eficacia
gación para definir cuál es el mejor enfoque para tratar temas del uso de contención física en pacientes adultos críticamente
como la profundidad de sedación (particularmente en una era enfermos. Los pocos estudios descriptivos que evalúan el uso
con mayor cantidad de pacientes bajo sedación superficial), la de contención física y los resultados de los pacientes críticos,
estimulación durante la evaluación de la sedación y cómo las paradójicamente, informan mayores tasas de aquellos eventos
distintas patologías (procesos neurológicos vs no neurológi- que se busca prevenir con el uso de la contención física. Estos
cos) pueden afectar la confiabilidad de las herramientas obje- incluyen más extubaciones no planificadas con reintubaciones
tivas. Por último, se necesita mayor cantidad de trabajos que frecuentes (245, 247, 267, 268), mayor remoción no intencio-
evalúen los resultados, para confirmar si estas herramientas nal de dispositivos (268), mayor estadía en UCI (245), aumen-
mejoran los resultados de los pacientes o disminuyen el con- to de la agitación, mayor uso de benzodiacepinas, opioides y
sumo de recursos en comparación con las escalas subjetivas. drogas antipsicóticas (244, 268) y aumento del riesgo de deli-
rium o desorientación (257, 259, 268, 270, 271).
Contención física Existen ciertos factores modificables y no modificables que
Pregunta: En pacientes adultos críticamente enfermos, intu- parecen aumentar el riesgo del uso de contención física en los
bados o no, ¿Cuál es la prevalencia, justificación y resultados pacientes críticos adultos. Estos factores incluyen: mayor edad
(daño y beneficio) del uso de contención física? (250, 264), nivel de conciencia distinto al coma, trastornos

20 Guías PADIS 2018


Artículo especial online

neurológicos o psiquiátricos, incluyendo el delirium (257, recomendaciones para el grupo de delirium están disponibles
258, 261, 268), estrategia de sedación y drogas empleadas en las Tablas Suplementaria 19 (Contenido Digital Suplemen-
(169, 242, 261, 272), requerimiento de ventilación mecánica tario 26), y los forest plot (tabla de resultados estadísticos) para
(242, 261, 263), uso de dispositivos invasivos (246, 250), re- todos los metaanálisis se encuentran disponibles en la Figura
lación enfermero- paciente y carga de trabajo percibida (242, Suplementaria 7 (Contenido Digital Suplementario 27).
268, 271) y momento del día (249). Es interesante que en los
pacientes que participaron de programas de movilización Factores de riesgo
temprana (273), aquellos que recibieron tratamiento farma- Pregunta: ¿Qué factores de riesgos predisponentes y precipi-
cológico para el delirium en forma temprana (272) y los que tantes impactan en el riesgo de delirium (incluyendo inciden-
tenían antecedentes de consumo de alcohol se utilizó menos cia, prevalencia, apariciones momentáneas durante el día),
contención física (268). duración del delirium o su gravedad en adultos críticamente
La percepción de los pacientes de estar bajo contención enfermos?
física durante la estadía en la UCI es variable, pero frecuente- Recomendaciones sin clasificar: Existe evidencia fuerte que
mente genera respuestas emocionales fuertes que persisten tras indcia que los siguientes factores de riesgo se asocian con ma-
el alta de la UCI (169, 269). Dada la prevalencia, consecuencias yor riesgo de delirium en enfermos adultos críticos: “modifi-
no intencionales y las percepciones de los pacientes del uso de cables”- uso de benzodiacepinas y transfusiones sanguíneas,
contención física, el personal de áreas críticas debería sope- y “no modificables” edad avanzada, demencia, coma previo,
sar los riesgos y beneficios de esta práctica en el escenario de cirugia de emergencia previo a UCI, trauma, APACHE (Acute
cuidados intensivos de adultos antes de iniciar o mantener la Physiology and Chronic Health Evaluation) Y ASA (American
contención física. A pesar de que algunos países reportan un Society of Anesthesiologists) elevados.
ambiente “libre de contención física”, es probable que aumente Justificación: Se evaluaron 68 estudios publicados entre el
el empleo de contención farmacológica o de cuidadores. año 2000 y noviembre de 2015 que evaluaron pacientes críti-
Falta de evidencia: Se desconoce si el esfuerzo para reducir cos adultos que no fueron sometidos a cirugía cardiovascular
la contención física traerá como consecuencia no intencional en busca de delirium y examinaron mediante analisis multi-
un aumento en la exposición de los pacientes a drogas sedantes variado o randomización los potenciales factores de riesgo
y antipsicóticas potencialmente nocivas. También es necesario (Tablas Suplementaria 20, Contenido Digital Suplementario
determinar el efecto de la dotación de enfermería, educación 28). Se evaluó y clasificó el riesgo de sesgo en cada trabajo eva-
del personal y defensa de los pacientes y familiares sobre la in- luado ( en el caso de trabajos de cohorte se utilizó el Scottish
cidencia del uso de contención física en la UCI. Un tema par- Intercollegiate Guidelines Network quality checklist[s] y para
ticularmente relevante en el escenario de la UCI, que requiere estudios por medio de los métodos Cochrane), y con ello los
mayor investigación, es la necesidad y la ética tras el uso de estudios fueron clasificados como de alto, aceptable o baja ca-
contención física durante el cuidado de fin de vida. Por últi- lidad (Tabla Suplementaria 21, Contenido Digital Suplemen-
mo, debería explorarse en ECAs el verdadero efecto del uso de tario 29). Cada variable fue evaluada usando tres criterios: 1)
contención física sobre los resultados que son relevantes para cantidad de estudios que la investigaron; 2) la calidad de esas
los pacientes. investigaciones y 3) que hubiese consistencia entre los distin-
tos estudios (es decir, que la dirección de la asociación fuese
consistente en >50% de los estudios). La fuerza de la asocia-
DELIRIUM ción no fue informada debido a la heterogeneidad entre los
El delirium es frecuente en adultos críticamente enfermos. El estudios. El siguiente criterio no validado se utilizo para defi-
delirium en la UTI y en otras áreas se asume que tienen el nir si existía evidencia fuerte, moderada o indefinida que un
mismo mecanismo fisiopatológico. El delirium se diagnosti- factor de riesgo se asociara con aumento del delirium: fuerte
ca clínicamente; la mayoría de los estudios detecta delirium – dos o más artículos de alta calidad y asociaciones consiten-
utilizando herramientas clínicas como el CAM-ICU (método tes; moderado - un articulo de alta calidad y uno o más ar-
de evaluación de la confusión) o ICDSC (Intensive Care De- ticulo/s de aceptable calidad con asociación consistente; NO
lirium Screening Checklist; lista de cotejo para evaluación del concluyente-resultados inconsistentes e incumplimiento para
delirium) (274,275). El delirium puede alterar a los pacientes evidencia fuertes y moderada (278). La evaluación para fac-
afectados y sus familiares, además de asociarse con peores tores de riesgos predisponente y precipitantes fue combinada
resultados clínicos y mayor estadía hospitalaria y en la UTI porque estos fueron estudiados en la mayoría de las investiga-
(276). Todavía quedan muchas dudas y puntos sin definir en ciones en forma simultanea.
esté área de investigación (277). En esta guía abordamos seis Sólo el uso de benzodiacepinas y las transfusiones sanguí-
preguntas de actuación y cinco preguntas descriptivas (ver neas se asociaron fuertemente con mayor incidencia de deli-
la lista de tópicos más importantes en la Tabla Suplementa- rium (Tabla Suplementaria 22, Contenido Digital Suplemen-
ria 17 [Contenido Digital Suplementario 24] y resultados de tario 30). Los factores de riesgos no modificables con evidencia
la votación en la Tabla Suplementaria 18 [Contenido Digi- fuerte para la asociación con delirium incluye edad avanza-
tal Suplementario 25]). La evidencia resumida y las tablas de da, demencia, coma previo, cirugía de emergencia o trauma
evidencia a la toma de conductas usadas para desarrollar las previo a la UCI y mayor scores de APACHE y ASA. También

Guías PADIS 2018 21


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hay evidencia fuerte de la falta de asociación del sexo, uso de la incidencia de delirium y el resultado clínico de los pacientes
opioides y ventilación mecánica con mayor riesgo de delirium. de la reducción de los factores de riesgos conocidos incluyen-
Existe evidencia moderada que apunta a los siguientes como do comorbilidades, sepsis, abuso de alcohol o tabaco y el uso
factores que podrían aumentar el riesgo de delirium: antece- de opioides y corticoesteroides sistémicos. Los estudios que se
dentes de hipertensión; ingreso o internación por enfermedad realicen en el futuro sobre los factores de riesgo para delirium
neurológica, trauma; y el uso de medicación psicoactiva (por deben ajustar sus resultados a los factores de riesgo ya cono-
ej., antipsicóticos, anticonvulsivantes). Por otro lado, existe cidos (278).
evidencia moderada que indica que los siguientes factores no
aumentan el riesgo de delirium: antecedentes de enfermedad Evaluación
respiratoria, internación clínica, consumo de tabaco, diálisis , Pregunta: ¿Deberíamos utilizar una herramienta validada para
hemofiltración venosa continua, y un menor score en la Escala la detección de delirium ( en comparación con no realizar esta
de Coma de Glasgow. Se remite al lector a la sección “Seda- evaluación con una herramienta valida) en adultos crítica-
ción” y “Sueño”, donde se discute el impacto de esas áreas sobre mente enfermos?
el delirium. La evidencia es no concluyente respecto al resto de Declaración de Buena Práctica: Los pacientes adultos criti-
los factores de riesgo potenciales para delirium. camente enfermos deberían ser evaluados regularmente para
delirium utilizando una herramienta validada.
Predicción Observaciones: Las guías previas proporcionan evaluación
Pregunta: ¿Se puede predecir el delirium en pacientes adultos psicométrica de dolor, sedación, y herramientas de detección
criticamente enfermos? de delirium (1). No se volvió a evaluar la psicometría corres-
Recomendación sin clasificar: Los modelos predictivos que pondiente a las herramientas para diagnóstico de delirium dis-
incluyen factores de riesgos de Delirium al ingreso de la UTI y ponibles en estas guía. Esta pregunta se centra en el efecto de
en las primeras 24 hs. del ingreso de la UTI han sido validados usar una herramienta de delirium ( en comparación con no
y mostraron ser capaces de predecir el Delirium críticamente usarlas) en la práctica clínica.
enfermos. Justificación: La mayoría de los estudios que evalúan las
Justificacion: Identifcamos cuatro estudios que usaron un herramientas de diagnóstico lo hacen en combinación con
modelo para predecir delrium en la UCI (279-282), tres de los una o más estrategias de manejo del delirium (8,110,283), por
cuales fueron considerados psicométricamente fuertes (Tabla ende no se puede evaluar los resultados teniendo en cuenta
Suplementaria 23, Contenido Digital Suplementario 31) ( 280- sólo el impacto de la herramienta de evaluación. Tres estudios
282). De estos, dos estudios intentaron predecir la aparición específicamente evaluaron los efectos de la evaluación del deli-
de delrium en UTI dentro de las primeras 24hs de admisión rium (284-286) y variaron significativamente en el diseño y la
usando el modelo PRE-DELIRIC (PREdiction of DELIRium in elección de los resultados evaluados. Dos (284-285) estudios
ICU Patients) (280-281). En un estudio internacional se logró no encontraron relación entre la evaluación del delirium y el
realizar un modelo compuesto por 10 predictores (edad, sco- tiempo de internación en la UCI o la permanencia de la ven-
re de APACHE-II, tipo de ingreso, ingreso urgente, infección, tilación mecánica. Tres estudios evaluaron el tiempo para el
coma, sedación, uso de morfina, concentración de urea y aci- diagnóstico del delirium y su tratamiento. Un estudio compa-
dosis metabólica) con un AUROC (acrónimo de Receiver Ope- ró el screening usando el CAM-ICU versus la evaluación clíni-
rating Characteristic, o Característica Operativa del Receptor) ca (285) y no encontraron diferencia en el tiempo de diagnós-
de 0,77 (IC95%, 0,74-0,79) (281). En otro estudio internacio- tico y tratamiento con antipsicóticos . La rama de CAM-ICU
nal de alta calidad (282), se construyó un modelo para prede- tenía más días de medicación con antipsicóticos, pero la dosis
cir el delirium utilizando datos de cada paciente disponibles total de medicación antipsicótica administrada fue similar en
a su ingreso a la UTI. Este modelo temprano de predicción ambas ramas. El estudio mas grande de los cuatro (286) com-
o (T)-PRE DELIRIC incluye nueve predictores (edad, antece- paro la implementación de la herramienta de asesoramiento
dentes de deterioro cognitivo, antecedentes de abuso de alco- y el uso de haloperidol, una aproximación en ese estudio de
hol, urea nitrogenada en sangre, categoría de ingreso, ingreso la incidencia del delirium y sudoración. En el período de post
de urgencias, presión arterial media, uso de corticoesteroides, implementación muchos pacientes fueron tratados con halo-
insuficiencia respiratoria) y se encontró que tenia un AUROC peridol, pero con menor dosis y cuatro veces menos en el tiem-
0,76 (IC95%, 0,73-0,77). Debido a que ambos PRE-DELIRIC po que los pacientes en el grupo de pre implementación. En
y el E-PRE-DELIRIC tienen valores predictivos similares, la un estudio cruzado, Reade et al (287) compararon durante un
elección del modelo a utilizar debe basarse en la disponibili- periodo la evaluación con CAM-ICU con un periodo de eva-
dad de los predictores en cada caso (Tabla Suplementaria 24, luación de enfermería no estructurado, usando un formulario
Contenido Digital Suplementario 32). Ambos modelos utiliza- con la definición de delirium. La rama asignada a CAM-ICU
ron como método de detección el CAM-ICU. tuvo una proporción significativamente menor de turnos de
Falta de evidencia: Estudios futuros sobre la etiología del enfermería con delirium y menor duración del delirium com-
delirium deben enfocarse en factores de riesgo potenciales parado con el periodo de evaluación no estructurada. La de-
pero para los que actualmente no existe evidencia concluyen- tección de delirium de forma sistemática puede elevar de ma-
te, más aún si son modificables. No se conoce el impacto sobre nera espuria la prevalencia reportada de delirium, haciendo

22 Guías PADIS 2018


Artículo especial online

díficil la evaluación real del impacto de las intervenciones para ensayos clínicos que investigaron estrategias para prevenir y/o
reducir el delirium. La implementación de estrategias difiere, tratar delirium están basado en las herramientas de evaluación
y las limitaciones significativas del diseño de los estudios con- del delirium. La generalización de cualquier estudio enfoca-
lleva una baja o muy baja calidad de evidencia. Estos estudios do en el delirium se basa en estos instrumentos en la práctica
se encuentran resumidos en la Tabla Suplementaria 25 (Con- clínica. Debido a que las características de estas herramientas
tenido Digital Suplementario 33). Si bien ninguno de los estu- (junto con sus confundidores) se encuentran bien descriptas,
dios reportaron daños a los pacientes, este nivel de calidad y de los resultados de estas investigaciones ayudaran a guiar a los
heterogeneidad en el diseño de los estudios y resultados im- futuros estudios clínicos.
piden una recomendación. Esta evidencia no puede establecer Deberían ser consideradas las desventajas del screening del
si la evaluación del delirium en forma aislada es beneficiosa. delirium. Un screening falso positivo, aunque poco frecuente
En vez de una recomendación graduada, emitimos una con el CAM-ICU o ICDSC, podría resultar en un tratamiento
declaración de buenas prácticas sin clasificar, dado que los farmacológico o no farmacológico innecesario. Los antipsicó-
beneficios potenciales del monitoreo del delirium supera con ticos que se inician en UCI suelen no discontinuarse al alta de
creces cualquier desventaja potencial. Resumir la literatu- la UCI e incluse continuarse al alta hospitalaria (305-307). La
ra y evaluar la calidad de la evidencia no fue fácil debido a detección del delirium puede resultar una carga para el per-
la complejidad de los estudios. El beneficio potencial más sonal de enfermería (287). En el contexto de la necesidad de
importante de monitorear el delirium es su reconocimiento un criterio para generar una declaración de buena práctica
temprano que podría acelerar la evaluación e intervención clínica, el panel consideró que los beneficios de la evaluación
clínica. La detección temprana podría llevar a la pronta iden- generalizada del delirium con CAM-ICU y ICDSC supera a las
tificación y corrección (cuando sea posible) de la etiología, posibles desventajas que pueda tener este método.
confortar a los pacientes con delirium y ansiosos por los sín- Falta de evidencia: La evidencia actual que apoya la eva-
tomas, indicar un tratamiento (farmacológico o no farma- luación sistemática de la sedación y el dolor, con mucho más
cológico) y evaluar la efectividad del tratamiento. Muchos camino recorrido que lo referido a delirium, podría propor-
estudios tanto en la UCI como fuera de ella encontraron que cionar una guía para las investigaciones futuras en este últi-
sin las herramientas de screening validadas, las enfermeras y mo campo (19, 106, 110, 308-310). Algunos estudios (18,310)
médicos al lado de la cama del paciente fallan en el reconoci- sugieren que la capacidad de las herramientas de evaluación
miento del delirium (285,287-294). para mejorar los resultados o la evolución de los pacientes es-
¿Cuáles son las consecuencias de no detectar el delirium y tarían asociadas con la intensidad del entrenamiento y la cali-
además la posible detección precoz de las causas subyacentes? dad de las iniciativas y mejoras realizadas. Un reciente estudio
El delirium es un experiencia estresante para los pacientes en observacional (311) encontró una asociación entre una alta
UCI, sus familiares y los profesionales de le UCI (295-298). Si adherencia al monitoreo del delirium (evaluación en más del
bien no esta probado, es lógico suponer que se puede mitigar 50% los días de UCI) y la mejoría de los resultados de los pa-
en parte ese impacto mediante la discusión entre el equipo de cientes (es decir, menor mortalidad hospitalaria, menor esta-
salud y los familiares sobre el delirium. Monitorear regular- diaa en UCI y menor tiempo de ventilación mecánica). Los es-
mente al delirium puede funcionar como puntapie inicial para tudios futuros deberían incluir varias poblaciones de cuidados
esa conversación (299). Estudios cualitativos de las experien- críticos como pacientes con diagnostico primario neurológico.
cias en UCI remarcan consistentemente que los pacientes con La falta de estudios de alta calidad que investiguen los efectos
delirium sienten mayor confianza y se sienten más apoyados de la evaluación del delirium subraya las fallas en la compren-
por los miembros de las familias en comparación con el equipo sión de la relación de la evaluación del delirium y la evolución
médico (295, 300). La identifación y detección temprana del de los pacientes, decisiones de tratamiento, satisfacción de los
delirium beneficiaria a los pacientes fomentando la tranquili- familiares y del staff de salud.
dad cuando se producen los síntomas aterradores.
El screening del delirium utilizando el CAM-ICU o el Nivel de sedación y evaluación
ICDSC es rápido (2-5 min) (284-286). Una reciente revisión Pregunta: ¿Influye el nivel de sedación en el resultado de la
sistemática actualizó las características psicométricas de las evaluación de delirium con una herramienta validada?
herramientas de screening del delirium para pacientes críti- Recomendación sin clasificar: El nivel de excitación puede
camente enfermos (301). La sensibilidad y especificidad de las influir en la evaluación del delirium como una herramienta de
herramientas de screening de delirium cuando son compara- detección validada.
das con la evaluación clínica, así como su reproducibilidad y Justificación: Se han examinado cuatro estudios observa-
fiabilidad cuando las herramientas de screening son sustitui- cionales de cohorte de evaluaciones del delirium a diferentes
das con un diagnóstico clínico varían entre las distintas pobla- niveles de vigilia y sedación según lo evaluado por CAM-ICU,
ciones de UCI (por ej., cirugía cardiaca en UCI o pacientes con ICDSC y RASS (312-315). Debido a que muchos pacientes con
enfermedades neurológicas) (51,302,303). Una publicación re- RASS -3 se consideraron en estos estudios como “no evalua-
ciente (304) describe una nueva herramienta validad ( la ICU- bles”, los datos se limitan a una evaluación de la influencia de
7) para documentar la severidad de delirium y sugiere que la un rango RASS de 0 a -2 en la positividad al delirium. Estos
severidad esta relacionada con peor evolución. Casi todos los datos no permiten la discriminación entre el delirium que es

Guías PADIS 2018 23


Devlin et al

potencialmente inducido por la sedación en comparación con conclusiones certeras (257, 258, 279, 316-326, 330-332, 334-
lo relacionado con otras alteraciones patológicas (con o sin 354, 356-358, 360-365) (Tabla Suplementaria 27, Contenido
sedación). Digital Suplementario 35). Destacamos que estas asociaciones
Se realizarón un total de 12.699 evaluaciones de delirium no implican causalidad y que destacan áreas para futuros es-
(97% con el CAM-ICU) en pacientes con RASS entre 0 y -2. La tudios en particular aquellos que involucran lo cognitivo. Otra
probabilidad de una evaluación positiva de delirium fue sig- brecha significativa en los datos de resultados del delirium en
nificativamente mayor (77% vs 23%; p < 0,0001) cuando los la UCI incluyen la cargapsicológica que el delirium ejerce en
pacientes tuvieron un RASS -2 (vs un RASS -1 a 0 ), lo que tiempo real en pacientes, familiares y cuidadores.
podría sugerir que ese nivel de sedación influye en el resultado
de la evaluación de delirium. Sin embargo, considerando que Delirium rapidamente reversible
Pregunta: ¿Cuáles son los resultados a corto y largo plazo
el delirium puede presentarse con un nivel de vigilia dismi-
del delirium rápidamente reversible?
nuido, no se pueden realizar inferencias a partir de estos datos
Recomendación sin clasificar: El delirium rápidamente re-
(Tabla Suplementaria 26, Contenido Digital Suplementario
versible se asocia con resultados que son similares a los pa-
34). Aparte del estudio Patel et.al. (312) en el que el 12% de los
cientes que nunca experimentaron delirium.
pacientes que presentaron delirium tenían infusión de sedan-
Justificación: Un estudio observacional prospectivo con
tes 2 horas después de interrumpir la infusión, no hay otro es-
evaluación ciega, incluyó 102 pacientes (312) e informó que
tudio que informe sobre si una evaluación positiva de delirium
los resultados (tiempo de estadía en UCI y al alta hospitalaria
como resultado de la sedación concomitante afecta el resulta-
así como la mortalidad al año) fueron similares entre los 12
do del paciente o si la sedación simplemente representa un
pacientes que desarrollaron delirium reversible rápidamente
problema de confusión para la evaluación de los pacientes con
relacionado con la sedación y los 10 pacientes que nunca expe-
delirium. Dado que los estudios hasta la fecha han demostrado
rimentaron delirium. La mayoría de los pacientes ( n=80) que
que el delirium esta asociado con peores resultados, incluso
tenían delirium o delirium no siempre rápidamente reversible
cuando se asocia con mayor grado de sedación, los médicos no
tuvieron peores resultados que los pacientes con reversibilidad
deben desestimar la importancia clínica del delirium en este rápida, de delirium relacionado con la sedación o que nunca
contexto (316-318). desarrollaron delirium. Estos datos preliminares sugieren que
Falta de evidencia: Debe estudiarse más a fondo el efecto para un pequeño grupo de pacientes con delirium rápidamen-
del nivel de excitación en el delirium. Esto incluye evaluar el te reversible, el delirium no se asocia con los resultados clí-
impacto del delirium en distintos níveles de sedación sobre la nicos adversos específicamente medidos. Las evaluaciones de
evaluación de delirium (con o sin sedación concomitante), so- delirium deben realizarse antes y después de una interrupción
bre resultados importantes como lugar de alta hospitalaria y diaria de sedantes (vacación de sedación) para identificar estos
afección cognitiva a largo plazo. subtipos de delirium.
Resultados Prevención y tratamiento
Delirium Prevención
Preguntas: ¿Cuales son los resultados a corto y largo plazo Pregunta: ¿Debería usarse una droga (en comparación con
del delirium en adultos críticamente enfermos y están relacio- no usarla) para “prevenir” el delirium en todos los pacientes
nados de manera causal? adultos críticamente enfermos?
Recomendación sin clasificar: La presencia de delirium en Recomendación: Sugerimos no utilizar haloperidol, antip-
pacientes adultos críticamente enfermos está fuertemente aso- sicóticos atípicos, dexmedetomidina, inhibidores de la β-hi-
ciados con el deterioro cognitivo a las 3 y 12 meses después droxi β-metilglutaril-coenzima A (HMG-CoA) reductasa (es-
del alta de la UCI (316-319) y puede estar asociado con una tatinas) o ketamina para prevenir el delirium en los pacientes
estadía hospitalaria más prolongada ( 257,279,316,320,327). adultos críticamente enfermos (recomendación condicional,
El delirium en adultos críticamente enfermos ha demos- evidencia de muy baja a baja calidad).
trado NO estar asociado con el desarrollo de Síndrome de Justificación: Los resultados que se consideran críticos para
Stress Post-Traumático (PTSD) (328-333) o angustia post UCI esta recomendación incluyen la incidencia y duración del de-
(316-333-336). lirium, tiempo de ventilación mecánica, estadía en la UCI y
El delirium en adultos críticamente enfermos NO se ha mortalidad. Se revisaron estudios randomizados unicéntricos
asociado consistentemente con mayor estadía en UCI (257, de adultos internados en la UCI cursando el período postope-
258, 272, 279, 318, 320, 326, 334, 337-352), externación a un ratorio para el uso de haloperidol (366), el antipsicótico atípi-
lugar que no sea su hogar (257, 342, 344, 353, 354), depresión co risperidona (367) y dexmedetomidina (368). Cada trabajo
(330, 356), funcionalidad/dependencia (330, 334, 350, 353, informo una disminución en la incidencia de delirium en fa-
354, 357-360), o mortalidad (316,357). vor de la droga: haloperidol endovenoso reglado en el posto-
Justificación: A pesar del hecho de que 48 estudios que in- peratorio de cirugía no cardíaca (n = 457) (RR 0.66, IC 95%
cluyeron 19,658 pacientes describen los posibles resultados 0.45-0.97, baja calidad) (366), una única dosis de risperidona
asociados con delirium en la UCI, la compleja relación que en el postoperatorio de cirugía cardiaca programada (n = 126)
une el delirium con estos resultados aún no permite generar (RR 0.35, IC 95% 0.16-0.77, baja calidad) (366) y baja dosis

24 Guías PADIS 2018


Artículo especial online

de dexmedetomidina reglada en postoperatorio de cirugía no Recomendación: Sugerimos no usar haloperidol ni antipsi-


cardíaca (n = 700) (odds ratio, OR, 0.35, IC 95% 0.22-0.54, cóticos atípicos para el tratamiento del delirium subclínico en
baja calidad) (368). Un ECA a doble ciego, controlado con pla- adultos críticamente enfermos (recomendación condicional,
cebo publicado recientemente, no incluido en el análisis de la calidad de la evidencia muy baja a baja).
evidencia, que incluyó a 1789 pacientes adultos críticamente Justificación: El delirium subclínico es parte de un espec-
enfermos sin delirium, encontró que la administración de una tro de síntomas del delirium que pueden funcionar como pre-
dosis baja de haloperidol endovenoso hasta que se desarrolle dictores de resultados. Se encuentra cuando el puntaje de la
el delirium no contribuyo con la prevención del delirium ni ICDSC es de 1 a 3 de 8 y se presenta en cerca del 30% de los
afecto la supervivencia a los 90 días (369). Otro trabajo sugiere pacientes críticos adultos (342). Un paciente crítico que de-
que el uso de una dosis baja de dexmedetomidina por la noche sarrolla delirium subclínico, en comparación con quien no
se asoció en forma significativa con una mayor proporción de desarrolla ni delirium (ICDSC ≥ 4) ni delirium subclínico,
pacientes que permanecieron libres de delirium (80% vs 54%, tiene más probabilidades de morir en la UCI, de tener mayor
p = 0.008) durante la internación en la UCI de pacientes con tiempo de internación y de ser trasladado a un centro de cui-
APACHE II de 22 (desvío estándar ± 7.8) (370). dados crónicos en vez de a su hogar (342). La duración del
A pesar de una reducción consistente en la incidencia de delirium subclínico, cuando es evaluado con el CAM-ICU, es
delirium en cada uno de los estudios, ninguno reporta una di- un predictor independiente de aumento de la probabilidad de
ferencia estadísticamente significativa o de relevancia clínica institucionalización (376). Los resultados que se consideraron
en el resto de los resultados que el grupo considera críticos. críticos para esta recomendación incluyeron incidencia, dura-
Los estudios aleatorizados que informan esta pregunta inclu- ción y severidad de delirium, tiempo de ventilación mecánica,
yeron pacientes adultos cursando el período postoperatorio estadía en UCI y mortalidad. Los dos ECA utilizaron la ICDSC
con una severidad de enfermedad, en promedio, menor a la para identificar aquellos pacientes con delirium subclínico y
mitad de los pacientes de UCI (predominantemente clínicos) clínico (ICDSC ≥ 4). La administración reglada de 1 mg de ha-
representados en estos trabajos (366-368). Dada la fuerte aso- loperidol endovenoso cada 6 hs, en comparación con placebo
ciación que existe entre la severidad de la enfermedad y la apa- en 60 pacientes adultos bajo ventilación mecánica, no se aso-
rición de delirium (365), debe interpretarse en forma cautelosa ció con un cambio en la incidencia, duración o tiempo hasta
la información que deriva de pacientes quirúrgicos con una el primer episodio de delirium, días de ventilación mecánica
baja severidad de enfermedad. o estadía en UCI en pacientes críticos clínicos y quirúrgicos
Muchos pacientes críticos agudos tienen delirium en el in- (377). La risperidona (0.5 mg cada 8 horas), en comparación
greso a la UCI y, por lo tanto, las estrategias para la prevención con placebo en 101 pacientes de cirugía cardíaca, se asoció con
del delirium no se podrían aplicar a esta parte de la población una disminución en la probabilidad de transición de delirium
de la UCI. Dada esta falta de evidencia y la poca posibilidad de subclínico a clínico (RR 0.41, IC 95% 0.02-0.86) (378).
generalizar los hallazgos de la población de cada estudio a la A pesar de esta disminución en la incidencia de delirium,
amplia población de adultos críticos, la recomendación actual no se encontraron diferencias estadísticamente significativas
refleja la preocupación del panel de que los riesgos potenciales ni clínicamente relevantes para el resto de los resultados con-
y los costos de exponer una gran proporción de la población de siderados críticos por el grupo. Dada la falta de evidencia, el
adultos críticos a una o más drogas orientadas a la prevención beneficio clínico cuestionable y el riesgo potencial de aplicar
del delirium superarían los beneficios logrados. los resultados del estudio de Hakim y cols. (378) a toda la po-
Tres estudios de cohorte sugieren que cuando se suspende blación de pacientes críticos clínicos y quirúrgicos con mayor
el tratamiento con estatinas durante la patología crítica, aumen- severidad de enfermedad y distintos factores de riesgo para
ta la aparición de delirium (371-373). Sin embargo, un estudio delirium, la recomendación actual refleja la preocupación del
aleatorizado reciente sobre pacientes sin delirium que ingresan panel acerca de los riesgos de exponer hasta el 35% de todos
a la UCI por cirugía cardíaca (no incluido en el perfil de evi- los pacientes adultos críticos a tratamiento antipsicótico (379).
dencia de esta pregunta) encontró que el uso de atorvastatina El rol de la dexmedetomidina, inhibidores de la HMG-CoA
preoperatoria no afecto la incidencia de delirium (374). Al mo- reductasa (estatinas) o antagonistas NMDA (ketamina) en el
mento del desarrollo de estas guías se estaba evaluando, en un tratamiento del delirium subclínico no ha sido evaluado en es-
ECA prospectivo, el rol de un agonista del receptor NDMA en tudios aleatorizados.
la prevención primaria del delirium en adultos críticos. Un ECA
reciente encontró que una única dosis subanestésica de ketami- Tratamiento del delirium
na, administrada en el período perioperatorio, no redujo el de- Pregunta: ¿Debería utilizarse alguna droga (en compara-
lirium en pacientes adultos mayores tras cirugía mayor, algunos ción con no usarla) para tratar el delirium en todos los pacien-
de los cuales requirieron ingreso a la UCI (375). tes críticos adultos con delirium?
Antipsicóticos/ estatinas
Tratamiento del delirium subclínico Recomendación: Sugerimos no utilizar en forma rutinaria
Pregunta: ¿Debería usarse una droga (en comparación con haloperidol, antipsicóticos atípicos o un inhibidor de la HMG-
no usarla) para “tratar el delirium subclínico” en todos los CoA reductasa (estatinas) para el tratamiento del delirium (re-
pacientes críticos adultos con delirium subclínico? comendación condicional, evidencia de baja calidad).

Guías PADIS 2018 25


Devlin et al

Justificación: Los resultados que se consideraron críticos terminó en forma temprana porque se utilizó todo el finan-
para esta pregunta incluyen duración del delirium, tiempo de ciamiento (del fabricante de dexmedetomidina) (386). A pesar
ventilación mecánica, estadía en UCI y mortalidad. En total se de que la dexmedetomidina (en comparación con placebo) se
identificaron 6 ECAs: haloperidol (n = 2) (380, 381), antipsi- asoció con un pequeño, aunque estadísticamente significativo,
cóticos atípicos (quetiapina) (n = 1) (382), ziprasidona (n = 1) aumento en las horas libres de ventilación mecánica en los pri-
(380), olanzapina (n = 1) (383) y una estatina (rosuvastatina) meros 7 días tras la randomización del estudio (mediana 17,3
(n = 1) (384). Un ECA reciente de pacientes adultos críticos, hs, IC 95% 4.0-33.2, muy baja calidad) su uso no afecto la esta-
no incluido en el perfil de evidencia, encontró que dosis altas día en UCI ni hospitalaria o el lugar al cual el paciente egreso
de simvastatina no reduce los días de coma y delirium (385). del hospital. Fue poco frecuente la administración de opioides,
No se encontró evidencia para poder realizar una recomenda- por lo que parte de la agitación pudo haber estado relacionada
ción acerca del uso de un agonista NMDA (ketamina) para el con el dolor y no se informó el número de pacientes con absti-
tratamiento del delirium. nencia alcohólica incluidos.
La evidencia actual sugiere que el uso de antipsicóticos tí- Los miembros del panel consideran que las consecuencias
picos (haloperidol), atípicos (quetiapina, ziprasidona) o esta- deseadas del uso de dexmedetomidina en los pacientes bajo
tinas no se asocia con una menor duración del delirium, me- ventilación mecánica con agitación que retrasa la desvincu-
nor tiempo de ventilación mecánica o de estadía en la UCI ni lación o extubación superan los riesgos potenciales asociados
menor mortalidad. A pesar de que los ECAs revisados para con su uso y, por lo tanto, emiten una recomendación condi-
esta pregunta se realizaron tanto en pacientes clínicos como
cional en favor de su uso en esta pequeña población de pacien-
quirúrgicos críticamente enfermos, todos fueron abiertos y
tes críticos adultos. El rol de la dexmedetomidina en pacientes
utilizaron antipsicóticos como drogas de rescate para la agita-
con delirium pero sin agitación o que tienen agitación que
ción o las alucinaciones (368, 380-384, 386). En estos trabajos,
no evita la liberación de la ventilación mecánica permanece
la administración de estas drogas en forma abierta al grupo
incierto. Las recomendaciones con respecto a la selección de
placebo puede sesgar los resultados hacia la hipótesis nula. Se
sedantes en pacientes con requerimientos de ventilación me-
desconocen los efectos no deseados del haloperidol y los an-
cánicas en el contexto de delirium se encuentran en las reco-
tipsicóticos atípicos, dado el pequeño tamaño muestral de los
estudios disponibles. mendaciones respecto a la selección de sedantes.
A pesar de que esta recomendación desalienta el uso “ru- Falta de evidencia: Los trabajos que estudian las estrate-
tinario” de antipsicóticos en el tratamiento del delirium, y en gias de prevención farmacológica necesitan evaluar pacientes
base a la experiencia clínica del panel, aquellos pacientes que sin delirium, incluir pacientes críticos severamente enfermos,
experimentan un distrés significativo consecuencia de los sín- identificar subgrupos de pacientes en los que la prevención
tomas del delirium, tales como ansiedad, miedo, alucinaciones del delirium tiene mayores beneficios y evaluar resultados clí-
o ideas delirantes o quienes presentan agitación y pueden ser nicamente significativos. Para mejorar la metodología de los
peligrosos para sí mismos o para otros, podrían beneficiarse trabajos de tratamiento del delirium subclínico, nuestra com-
de un uso a corto plazo de haloperidol o antipsicóticos atípicos prensión de la significancia, características y evaluación del
hasta que esta sintomatología se resuelva. Los pacientes que delirium subclínico necesita ser mayor. Además, los estudios
inician tratamiento para el delirium con antipsicóticos en la futuros deberían orientarse hacia síntomas específicos (por
UCI frecuentemente permanecen bajo tratamiento con estas ejemplo, la ansiedad) en lugar de en el delirium subclínico
drogas en forma innecesaria tras el alta (305-307). La exposi- como una entidad. Los trabajos sobre tratamiento del deli-
ción continua a drogas antipsicóticas puede llevar a una mor- rium deberían enfocarse en poblaciones más homogéneas y de
bilidad significativa y costos financieros. Los miembros del alto riesgo, dado que la causa del delirium (y, por lo tanto, su
panel consideran que las consecuencias no deseadas de usar respuesta al tratamiento) puede ser distinta. Debería evaluarse
haloperidol o antipsicóticos atípicos son mucho mayores a sus el distrés sintomático (por ejemplo, agitación) y los resultados
beneficios potenciales en la mayoría de los pacientes críticos cognitivos y funcionales a largo plazo. Debería realizarse una
adultos con delirium y, por lo tanto, emitieron una recomen- evaluación rigurosa de las drogas que muestran una disminu-
dación condicional en contra de su uso rutinario. ción de la sintomatología del delirium en pequeños estudios
Dexmedetomidina (por ejemplo, el ácido valproico). Por último, se necesitan in-
Recomendación: Sugerimos el uso de dexmedetomidina novaciones en el sistema para garantizar que los pacientes no
como tratamiento del delirium en pacientes adultos bajo ven- permanezcan en forma indefinida bajo tratamiento con dro-
tilación mecánica en quienes la agitación retrasa la extubación gas como los antipsicóticos tras el comienzo para controlar los
o desvinculación de la ventilación mecánica (recomendación síntomas durante un episodio de delirium en la UCI.
condicional, evidencia de baja calidad).
Justificación: El único ECA que se utilizó para evaluar el rol Prevención y tratamiento no farmacológicos
de la dexmedetomidina como tratamiento de la agitación que Componente único
retrasa la desvinculación de la ventilación mecánica en pacien- Pregunta: ¿Debería implementarse una estrategia no far-
tes con delirium filtró 21500 pacientes intubados de 15 UCIs macológica de un solo componente que no esté enfocada úni-
para enrolar los 71 pacientes que participaron del estudio y camente en la mejoría del sueño o la movilización temprana

26 Guías PADIS 2018


Artículo especial online

(en comparación con no usar dicha estrategia) para disminuir de intervenciones múltiples no farmacológicas es posible en
el delirium en los pacientes críticos adultos? los pacientes de UCI (392). Los trabajos sobre intervenciones
Recomendación: Sugerimos no utilizar terapia de luz bri- múltiples, muchos de los cuales no son randomizados, se en-
llante para disminuir el delirium en pacientes críticos adultos focan en los trastornos cognitivos (por ejemplo, reorientación,
(recomendación condicional, moderada calidad de evidencia). estimulación cognitiva, música, uso de relojes), la sedación y
Justificación: Los trabajos sobre intervenciones no farma- la disrupción del sueño (por ejemplo, disminuir la sedación, la
cológicas para el delirium en UCI se han enfocado ya sea en luz y el sonido), la inmovilización (movilización o rehabilita-
un factor de riesgo modificable con una intervención única ción tempranas) y los déficits auditivos y visuales (por ejemplo
o varios factores de riesgo modificables con múltiples inter- el uso de audífonos y anteojos). En líneas generales, el uso de
venciones (Tabla Suplementaria 28, Contenido Digital Suple- dichas estrategias logro reducir el delirium en forma signifi-
mentario 36). A los efectos de las presentes guías, una pregun- cativa (5 estudios, n = 1318, OR 0.59, IC 95% 0.39-0.88) (392-
ta se dirige a los estudios de intervención única y otra a los 396). Además disminuyo la duración del delirium en la UCI
estudios de intervenciones múltiples. Para las dos preguntas, (16 hs vs 20 hs) (395), la estadía en UCI (387) y la mortalidad
los resultados que se consideraron más relevantes son la in- hospitalaria (393).
cidencia, prevalencia y duración del delirium. La estadía en Otro enfoque de múltiples intervenciones, el paquete de me-
UCI, hospitalaria y mortalidad hospitalaria también se consi- didas ABCDE (coordinación entre el despertar y la ventilación
deraron resultados críticos para estas preguntas. La terapia de espontánea, la evaluación y manejo del delirium y la moviliza-
luz brillante, participación familiar en los cuidados y progra- ción temprana) se asoció en forma significativa con menor de-
mas psicoeducativos fueron las intervenciones que han sido lirium (n = 296, 49% vs 62%, OR 0.55, IC 95% 0.33-0.93) (7)
estudiadas en la UCI en forma aislada. al ser evaluado en un trabajo de antes y después en un único
Tres trabajos evaluaron los efectos de la terapia de luz bri- centro. Cuando se evaluó en un estudio de cohorte prospectivo,
llante, que no demostró efectos positivos en la incidencia de multicéntrico, de tipo antes y después, una forma revisada y ex-
delirium ni en la estadía en la UCI (387-389). Un trabajo de tendida del paquete de medidas ABCDEF (en el que se incluye
antes y después evaluó el efecto de la participación familiar la F de participación familiar) en el que el delirium también fue
en los cuidados (390). Los miembros del panel consideran evaluado utilizando el CAM-ICU, un análisis ajustado mostro
que las consecuencias no deseadas de utilizar terapia de luz que la mejoría en la implementación del paquete de medidas se
brillante superan los potenciales efectos buscados con su uso asocia significativamente con una disminución de la mortalidad
y, por lo tanto, emiten la recomendación condicional en con- y más días libres de coma y delirium en la UCI (9). En estos
tra de su uso. estudios de intervenciones no farmacológicas no se informaron
efectos adversos. Las intervenciones en seis de los ocho trabajos
Intervenciones múltiples fueron heterogéneas y los estudios con hallazgos positivos fue-
Pregunta: ¿Debería utilizarse una estrategia no farmacoló- ron observacionales. Los miembros del panel consideran que las
gica de múltiples intervenciones (en comparación con no usar consecuencias buscadas con el uso de estas intervenciones múl-
dicha estrategia) para disminuir el delirium en pacientes adul- tiples para disminuir el delirium superan cualquier potencial
tos críticamente enfermos? efecto no deseado y, por lo tanto, emiten una recomendación
Recomendación: Sugerimos el uso de múltiples interven- condicional que soporta su uso.
ciones no farmacológicas que se enfoquen (pero no se limiten) Falta de evidencia: En general, la certeza de la evidencia que
en la reducción de los factores de riesgo modificables para de- apoya las intervenciones únicas o múltiples es baja. Dado que
lirium, mejorar la cognición y optimizar el sueño, la movili- el delirium generalmente responde a una etiología multifacto-
dad, la audición y la visión en pacientes críticos adultos (reco- rial, las intervenciones múltiples son más prometedoras que
mendación condicional, baja calidad de evidencia). las intervenciones únicas. Sin embargo, una gran brecha en la
Observaciones: Estas intervenciones múltiples incluyen (pero comprensión de los datos disponibles es la incertidumbre de
no se limitan a) estrategias para disminuir o acortar el deli- cuáles son las intervenciones que determinan el efecto. El rol
rium (por ejemplo, reorientación, estimulación cognitiva, uso de los familiares en la reducción del estrés de los pacientes y
de relojes), mejorar el sueño (por ejemplo, minimizar la luz y facilitar la prevención y manejo no farmacológico del delirium
el sonido), mejorar la vigilia (reducir la sedación), disminuir requiere mayor investigación. La experiencia de los pacientes
la inmovilización (movilización o rehabilitación temprana) y con delirium no ha sido evaluada en forma cualitativa. Algu-
disminuir las deficiencias visuales o auditivas (permitir el uso nos artículos describen las mismas intervenciones en forma
de dispositivos como anteojos o audífonos). distinta (2) por lo que deberían establecerse definiciones con-
Justificación: Los estudios de intervenciones múltiples eva- sistentes.
lúan paquetes de medidas. Muchos ejemplos de paquetes de
medidas (8, 283, 391-396) han demostrado mejorar los resul-
tados en los pacientes críticos (Tabla Suplementaria 29, Con- INMOVILIDAD (REHABILITACIÓN/
tenido Digital Suplementario 37). Estudios piloto sugieren que MOVILIZACIÓN)
combinar la terapia física con la cognitiva en el curso temprano Con frecuencia los sobrevivientes de una enfermedad crítica
de la enfermedad critica es factible y seguro (391) y que el uso experimentan muchas secuelas a largo plazo, incluida la debi-

Guías PADIS 2018 27


Devlin et al

lidad muscular adquirida en la UCI (DAUCI). Entre el 25 y el con la variabilidad en la disponibilidad de personal y recursos
50% de los enfermos críticos pueden presentar DAUCI (397) y adecuados para llevar a cabo las intervenciones de rehabilita-
ésta se asocia con deterioro en la sobrevida a largo plazo, en la ción/movilización en las UCI.
función física y en la calidad de vida de los pacientes (398-400). Justificación: Se estudió una amplia variedad de poblacio-
Un factor de riesgo importante para la DAUCI es el reposo en nes de pacientes críticos [consulte los criterios de selección de
cama (398-401). La seguridad, la viabilidad y los beneficios de los estudios en la Tabla Suplementaria 34 (Contenido Digital
la rehabilitación y de la movilización, implementados en el en- Suplementario 43)]. Los estudios evaluaron diferentes tipos
torno de la UCI, se han evaluado como un medio potencial de intervenciones y diferentes momentos de comienzo de la
para mitigar la DAUCI y el deterioro de la función física. intervención, lo que nos impide hacer recomendaciones más
Como se destaca en las guías de 2013 (1), la rehabilitación/ específicas en estas áreas. Los comparadores de las interven-
movilización puede ser beneficiosa como estrategia para el ciones incluyeron la rehabilitación o movilización como aten-
manejo del delirio. Además, existen asociaciones importantes ción habitual; intervenciones de rehabilitación o movilización
entre la utilización de analgesia y de sedación, y el nivel de de menor duración o frecuencia; o un inicio tardío en compa-
dolor y sedación tienen influencia sobre si los pacientes parti- ración con el grupo de intervención. Como se describe a con-
cipan en la rehabilitación/movilización en la UCI (402). Dada tinuación, se evaluaron cinco resultados para esta pregunta.
la creciente literatura en este campo y la interacción de la re- Tres resultados adicionales (función cognitiva, salud mental y
habilitación/movilización con el dolor, la agitación y el delirio, tiempo de retorno al trabajo e impacto económico relaciona-
este tema se introdujo como una nueva parte de la presente do) no pudieron evaluarse debido a la falta de datos.
guía. Se abordó una pregunta práctica y tres preguntas des- Identificamos un total de 16 ECAs (391, 406–420) (Tabla
criptivas [consulte la lista de temas prioritarios en la Tabla Suplementaria 25, Contenido Digital Suplementario 33) que
Suplementaria 30, (Contenido Digital Suplementario 38) y cumplieron con los criterios de elegibilidad e informaron so-
los resultados de la votación en la (Tabla Suplementaria 21, bre cinco resultados principales. Las estimaciones agrupadas
Contenido Digital Suplementario 39)] (403). Puede encontrar de seis ECAs (304 pacientes) mostraron que la rehabilitación/
un glosario de intervenciones de rehabilitación/movilización movilización mejoró la fuerza muscular al momento del alta
y resultados relevantes para este tema en la Tabla Suplemen- de la UCI [MD en el puntaje de la suma de la escala Medical
taria 32, Contenido Digital Suplementario 40). Los resúme- Research Council (rango, 0–60): 6.24 puntos (IC 95%, 1.67-
nes de la evidencia y las tablas de evidencia para la decisión 10.82; baja calidad de evidencia)] (408–410, 414, 415, 420). La
utilizadas para desarrollar recomendaciones para el grupo de duración de la ventilación mecánica (11 ECAs, 1.128 pacien-
inmovilidad (rehabilitación / movilización) están disponibles tes) se redujo en 1.31 días (IC 95%, –2.44 a –0.19; baja calidad
en la (Tabla Suplementaria 33, Contenido Digital Suplemen- de evidencia) (406–409, 411, 413–416). Para la calidad de vida
tario 41), y los forest plot para todos los metaanálisis están relacionada con la salud medida utilizando una encuesta del
disponibles en la Figura Suplementaria 8, Contenido Digital cuestionario de salud abreviado de 36 items (SF-36) dentro de
Suplementario 42). los 2 meses del alta, se observó en cuatro ECAs (303 pacientes)
una mejora de tamaño moderado [SMD, 0.64 (IC 95%, - .05 a
Eficacia y beneficio 1.34)] que no alcanzó significancia estadística, con una califi-
Pregunta: En adultos críticamente enfermos, ¿la rehabilitación cación general de baja calidad de la evidencia (412, 416–418).
o movilización (realizada ya sea dentro o fuera de la cama) Para los dos resultados principales restantes, en 13 ECAs (1421
es beneficiosa para mejorar los resultados del paciente, de la pacientes), no hubo efecto sobre la mortalidad hospitalaria
familia o del sistema de salud en comparación con la atención (calidad de la evidencia moderada) (391, 407, 408, 410–418,
habitual, una intervención de rehabilitación/movilización di- 420). La función física se evaluó a través de la prueba “Time
ferente, placebo o una intervención “simulada”? Up and Go” en tres ECAs (209 pacientes) y del “Registro de
Recomendación: Sugerimos realizar rehabilitación o mo- Prueba de Función Física en la UCI” en tres ECAs (209 pa-
vilización en adultos críticamente enfermos (recomendación cientes), sin efecto significativo de la rehabilitación/movili-
condicional, evidencia de baja calidad). zación (calidad de evidencia moderada) (391, 411, 414, 416,
Observaciones: La rehabilitación es un “conjunto de in- 420). Según cinco ensayos y ocho estudios observacionales la
tervenciones diseñadas para optimizar el funcionamiento y incidencia de eventos adversos para los pacientes fue muy baja
reducir la discapacidad en personas con problemas de salud” (calidad de evidencia moderada).
(404). La movilización es un tipo de intervención dentro de La rehabilitación/movilización se evaluó como factible,
la rehabilitación que facilita el movimiento de los pacientes y aceptable para las partes interesadas y es probable que sea cos-
consume energía con el objetivo de mejorar los resultados de to-efectiva según los datos preliminares. Además, la evidencia
los pacientes (405). Esta recomendación apoya la realización indirecta (421), junto con una discusión entre los miembros
de intervenciones de rehabilitación/movilización por sobre la del panel (incluido un paciente de la UCI como representan-
atención habitual, o intervenciones similares con una dura- te), sugiere que los pacientes probablemente valorarán los be-
ción o frecuencia reducida, o de inicio tardío. La implemen- neficios de la rehabilitación/movilización. Dado el pequeño
tación de esta recomendación se verá influenciada por cues- beneficio de las intervenciones de rehabilitación/movilización
tiones relacionadas a la viabilidad, en particular en relación (realizadas dentro o fuera de la cama) y la baja calidad en ge-

28 Guías PADIS 2018


Artículo especial online

neral de la evidencia, los miembros del panel estuvieron de Suplementario 45). Se resumieron los datos de estos estudios
acuerdo en que los efectos deseados para los pacientes proba- y se utilizó la opinión de expertos para determinar los ran-
blemente superen a los no deseados y emiten una recomenda- gos sugeridos para los criterios cardiovasculares, respiratorios,
ción condicional a favor de las intervenciones de rehabilita- neurológicos, y otros criterios relevantes, dentro de los cuales
ción/movilización se puede iniciar la rehabilitación/movilización de manera se-
gura (Tabla 1). Si bien estos parámetros se basaron en inves-
Seguridad y riesgo tigaciones con una aplicación clínica interpretada a través de
Pregunta: En adultos críticamente enfermos, ¿La rehabilita- la opinión de expertos, no deberían ser un sustituto del juicio
ción/movilización (realizada dentro o fuera de la cama) está clínico. Todos los umbrales deben interpretarse o modificarse,
comúnmente asociada a eventos de seguridad o de lesiones en según sea necesario, en el contexto de los signos clínicos indi-
el paciente?
viduales de cada paciente, los valores esperados, las tendencias
Declaración sin clasificar: Durante la rehabilitación física o
recientes y los objetivos o metas prescritos por el profesional
la movilización no ocurren de manera habitual eventos de se-
a cargo.
guridad graves o lesiones.
Justificación: Se revisaron los datos de 10 estudios observa- Indicadores para detención
cionales y nueve ECAs (Tabla Suplementaria 35, Contenido Pregunta: En adultos críticamente enfermos, ¿qué aspectos del
Digital Suplementario 44) para responder a esta pregunta. Los estado clínico del paciente son indicadores de que la rehabili-
eventos de seguridad graves o daños se definieron como un tación/movilización (realizada dentro o fuera de la cama) debe
cambio en el estado fisiológico o una lesión que requería una detenerse?
intervención. Estos eventos fueron raros, con solo 15 repor- Recomendación sin clasificar: Los principales indicadores
tes durante más de 12.200 sesiones en 13 estudios (283, 391, para detener la rehabilitación/movilización incluyen el desa-
416–418, 422–429). No pudo calcularse una tasa de incidencia rrollo de un evento nuevo de inestabilidad cardiovascular, res-
de estos eventos, dado que en muchos estudios la información piratoria o neurológica.
sobre el número de pacientes en riesgo y/o el número de sesio- Otros eventos, como una caída o la remoción/mal funcio-
nes de rehabilitación/movilización por paciente no se reportó namiento de un dispositivo médico, o la incomodidad del pa-
de manera consistente o clara. ciente también son indicaciones para detenerse.
La mayoría de los eventos de seguridad o daños se rela- Justificación: Los indicadores para detener la rehabilita-
cionaron con problemas respiratorios, con cuatro eventos de ción/movilización se informaron en 14 estudios (283, 391,
desaturación que requirieron aumento de FiO2 (423, 429) y 407, 408, 413, 416, 418, 424, 425, 429, 431–434) que reclutaron
tres extubaciones no planeadas (285). Se produjeron tres even- a 2.617 pacientes (Tabla suplementaria 37, Contenido Digi-
tos relacionados con el sistema músculo esquelético: una caída tal Suplementario 46). Se identificaron criterios específicos de
(427), una rotura del tendón de Aquiles (418) y una exacer- detención para la inestabilidad cardiovascular, respiratoria o
bación de poliartralgia (416). Se produjeron dos eventos re- neurológica. Se resumieron los datos de estos estudios y se usó
lacionados con enfermedad cardiovascular: una urgencia hi-
la opinión de expertos para determinar los criterios cardiovas-
pertensiva (391) y un episodio sincopal (416). En general, la
culares, respiratorios, neurológicos y otros criterios relevantes
posibilidad de que el paciente sufra un daño relacionado con
para detener la rehabilitación/movilización (Tabla 1). Si bien
la rehabilitación/movilización es rara; esta conclusión es apo-
estos parámetros se basaron en investigaciones con una aplica-
yada por un metanálisis reciente (430).
ción clínica interpretada a través de la opinión de expertos, no
Indicadores de Iniciación deberían ser un sustituto del juicio clínico.
Pregunta: En adultos críticamente enfermos, ¿qué aspectos del Falta de evidencia: El campo de la rehabilitación/moviliza-
estado clínico del paciente son los indicadores para el inicio ción realizada en UCI se encuentra en una etapa temprana con
seguro de la rehabilitación/movilización (realizada dentro o material de evidencia en rápida evolución. Muchas preguntas
fuera de la cama)? de investigación siguen pendientes. Las futuras investigacio-
Recomendación sin clasificar: Los principales indicadores nes deberían intentar lograr la comprensión de la diferencia
para iniciar de manera segura la rehabilitación/movilización en los resultados de los pacientes según el tipo de interven-
incluyen la estabilidad cardiovascular, respiratoria y neuroló- ción, como así también al momento, la frecuencia, la duración
gica. y la intensidad de las intervenciones. La manera en la que se
Las infusiones de vasoactivos o la ventilación mecánica no realiza la intervención, incluida la experiencia/capacitación
son barreras para iniciar la rehabilitación/movilización, asu- del personal que las realiza, necesita aún más investigación.
miendo que los pacientes se mantengan estables con el uso de Se debe examinar la influencia de las condiciones del paciente
estas terapias. (por ejemplo, el estado funcional pre-UCI, el delirio y el nivel
Justificación: El inicio seguro de la rehabilitación física o de sedación, la pérdida muscular y la disfunción nerviosa y
movilización fue evaluado en 17 estudios (283, 391, 407, 408, muscular) en los resultados después de las intervenciones de
413, 416–418, 424–426, 429, 431–435) que reclutaron a 2 774 rehabilitación/movilización. Estas variables pueden ayudar a
pacientes y reportaron eventos cardiovasculares, respiratorios identificar posibles subgrupos de pacientes en estado crítico
o neurológicos (Tabla Suplementaria 36, Contenido Digital que puedan obtener el mayor beneficio de las intervenciones

Guías PADIS 2018 29


Devlin et al

TABLA 1. Resumen de los criterios de seguridad para iniciar y detener la rehabilitación física
o movilización realizadas tanto en la cama como fuera de la cama
Sistema Iniciar una sesión de Rehabilitación/Movilizacióna Detener una Sesión de Rehabilitación/Movilizacióna

Sistema La rehabilitación o movilidad podría “iniciarse” La rehabilitación o movilidad deberían


cuando estén presentes TODOS los siguientes “detenerse” cuando esté presente ALGUNO
parámetros: de los siguientes parámetros:

Cardiovascular • La Frecuencia Cardíaca esté entre 60 y 130 lat/min, • La Frecuencia Cardíaca disminuye por debajo de 60
• La Presión Arterial Sistólica esté entre 90 y 180 mmHg, o o se incrementa por encima de 130 lat/min,
• La Presión Arterial Media esté entre 60 y 100 mmHg • La Presión Arterial Sistólica disminuye por debajo de
90 o se incrementa por encima de 180 mmHg, o
• La Presión Arterial Media disminuye por debajo de
60 o se incrementa por encima de 100 mmHg
Respiratorio • La Frecuencia Respiratoria esté entre 5 y 40 resp/min • La Frecuencia Respiratoria disminuye por debajo de
• SpO2 ≥ 88% 5 o se incrementa por encima de 40 resp/min
• FiO2 < 0,6 y presión positiva al fin de la espiración <10 • SpO2 disminuye por debajo de 88%
• La vía aérea (tubo endotraqueal o traqueostomía) esté • Existen problemas para asegurar adecuadamente la
asegurada adecuadamente vía aérea (tubo endotraqueal o traqueostomía)
Neurológico • Capaz de abrir los ojos ante la voz • Cambios en la conciencia, así como no seguir
direcciones, aturdido, combativo, o agitado
Además, deben estar “ausentes” los siguientes signos Además, si se desarrollan y con relevancia clínica
clínicos y síntomas: aparente los siguientes signos clínicos, síntomas
o eventos:

• Arritmia nueva o sintomática • Arritmia nueva/sintomática


• Dolor de pecho con preocupación sobre la isquemia de • Dolor de pecho con preocupación sobre la
miocardio isquemia de miocardio
• Injuria o lesión medular inestable • Asincronía con el ventilador
• Fractura inestable • Caída
• Hemorragia gastrointestinal activa o incontrolada • Hemorragia
• Remoción o mal funcionamiento de dispositivo
médico
• Disconfort referido por el paciente u observado por
los Profesionales
Otro Las sesiones de movilidad pueden realizarse con los
siguientes:
• Dispositivos de acceso vascular femoral, con excepción
de accesos femorales en los que la movilización de
cadera es evitada
• Durante la terapia de reemplazo renal continuo
• Infusión de medicaciones vasoactivas
SpO2 = saturación de oxígeno
a
Basado en estudios clínicos publicados y opinión de expertos, pero no debe ser un sustituto del juicio clínico. Todos los límites deben ser interpretados o
modificados, según necesidad, en el contexto de los síntomas clínicos individuales del paciente, los valores “normales”, y las tendencias actuales en el hospital, y
cualquier meta u objetivo prescripto por los profesionales.

de rehabilitación/movilización. Además, están justificados los y largo plazo, y así determinar los abordajes más efectivos y
métodos para evaluar la experiencia del paciente durante la eficientes para evaluar los efectos de la rehabilitación/movi-
rehabilitación/movilización, especialmente en pacientes críti- lización.
cos que no pueden comunicarse. El reporte estandarizado de
los detalles de la intervención (por ejemplo, el tiempo, la fre-
cuencia, la duración y la intensidad), los posibles eventos de DISRUPCIÓN DEL SUEÑO
seguridad y los resultados a corto y largo plazo facilitarán las La falta de sueño es una queja común y una fuente de es-
comparaciones entre los estudios y los entornos. Finalmente, trés para muchos pacientes críticos (436, 437). La disrupción
en el futuro la investigación debe continuar evaluando las pro- del sueño en los pacientes críticos puede ser grave y se ca-
piedades de la medición de las variables de resultado a corto racteriza por la fragmentación del sueño, anomalías en los

30 Guías PADIS 2018


Artículo especial online

ritmos circadianos, aumento del sueño ligero (fases N1 + al ambiente de la UCI, se observó que el sueño diurno aumen-
N2) y disminución del sueño de ondas lentas (fase N3) de ta cada día transcurrido en el entorno de la UCI y representa
movimientos oculares rápidos (REM Rapid Eye Movement, un tercio del sueño total (453). En adultos críticamente enfer-
por sus siglas en inglés) (438–440). La interacción de los me- mos, la proporción del total de sueño durante el sueño diurno
dicamentos, la enfermedad crítica, el delirium, la perfusión ha demostrado ser tan alta como 57% (444, 454). La calidad
cerebral y el sueño es compleja, pero es importante y es un subjetiva del sueño se ve gravemente alterada durante la en-
foco de investigación creciente. Se puede encontrar un glo- fermedad crítica. Los pacientes evalúan su calidad de sueño en
sario de los términos relacionados con el sueño utilizados en la UCI como considerablemente peor que dormir en su casa
esta sección en la Tabla Suplementaria 38 (Contenido Di- (449, 455, 456).
gital Suplementario 47), y un resumen del sueño normal y
su arquitectura representada por polisomnografía se puede Delirium versus No Delirium
encontrar en la Tabla Suplementaria 39 (Contenido Digital Pregunta: ¿Es diferente el sueño en adultos críticamente
Suplementario 48). enfermos si el delirium (vs no delirium) está presente?
Además del estrés emocional, también se ha formulado la Recomendación sin calificar: La presencia de delirium pue-
hipótesis de que la disrupción del sueño contribuye al delirium de no afectar la TTS, la eficiencia o la fragmentación del sueño.
de la UCI (441–443), a prolongar la duración de la ventilación La influencia del delirium en relación con el tiempo em-
mecánica (444), perturbar la función inmune (445, 446) y a la pleado en sueño ligero (N1 + N2) versus el profundo (N3) es
disfunción neurocognitiva. Dado que el sueño es un factor de desconocida.
riesgo potencialmente modificable que influye en la recupe- El sueño REM está reducido ante la presencia de delirium.
ración de los adultos críticamente enfermos, este tema fue in- El delirium se asocia con una mayor disrupción del ciclo
troducido en la presente guía y es abordado en cuatro pregun- circadiano del sueño y un aumento del sueño diurno.
tas de actuación y seis descriptivas (consulte la lista de temas Es incierto si el delirium afecta el reporte de la calidad sub-
priorizados en Tabla Suplementaria 40 (Contenido Digital jetiva del sueño.
Suplementario 49) y los resultados de las votaciones en la Ta- Justificación: El delirium no se ha evaluado en la mayo-
bla Suplementaria 41 (Contenido Digital Suplementario 50). ría de los estudios con polisomnografía de sueño en la UCI.
Los resúmenes de evidencia y las tablas de evidencia para la Cuatro estudios han evaluado el sueño con polisomnografía
decisión utilizadas para desarrollar las recomendaciones para en adultos críticamente enfermos con delirium, analizado con
el grupo de disrupción del sueño están disponibles en Tabla una herramienta de detección validada (443, 447, 457). Dos de
Suplementaria 42 (Contenido Digital Suplementario 51), y los estudios excluyeron a los pacientes que recibieron sedación
los forest plots de todos los metanálisis completos están dis- (443, 447). La TTS y la eficiencia del sueño son similares en-
ponibles en Figura Suplementaria 9 (Contenido Digital Su- tre pacientes delirantes y no delirantes (443, 447). Un estudio
plementario 52). pequeño en pacientes con ventilación no invasiva (VNI) en-
contró que la fragmentación del sueño es similar independien-
Descripción temente la condición de delirium (443). La influencia del deli-
Críticamente enfermo versus sano rium en la proporción de tiempo dedicado al sueño ligero (N1
Pregunta: ¿Cómo se diferencia el sueño en adultos crítica- + N2) (vs el sueño profundo N3) no fue citado en ninguno de
mente enfermos del sueño normal en adultos sanos? los estudios. La cantidad de sueño REM fue significativamente
Recomendación sin clasificar: El tiempo total de sueño menor en pacientes con delirium (443). Los días con delirium
(TTS) y la eficiencia del sueño son a menudo normales. fueron mayores en aquellos pacientes que tenían una cantidad
La fragmentación del sueño, la proporción de tiempo em- muy baja de sueño REM, lo que sugiere que existe una asocia-
pleado en el sueño ligero (fases N1 + N2) y el tiempo dedicado ción entre la cantidad de sueño REM y el delirium (442). Un
a dormir durante el día (en comparación con la noche) son estudio encontró que el delirium está asociado con una ma-
mayores. yor disrupción del ciclo circadiano de sueño, evidenciado en
La proporción de tiempo empleado en el sueño profundo el hecho de que una mayor proporción el TTS corresponde al
(fases del sueño N3 y REM) es menor. sueño diurno (443).
La calidad subjetiva de sueño está reducida. El reporte de mayor calidad subjetiva del sueño se asoció
Justificación: Pocos estudios sugieren que el TTS y la efi- con una menor incidencia de delirium en un estudio observa-
ciencia del sueño son normales durante la enfermedad crítica, cional (312), y en un ECA, el uso de tapones para los oídos re-
aunque existe una considerable variabilidad entre pacientes dujo el delirium y mejoró la calidad subjetiva del sueño (458).
(443, 447). Durante la enfermedad crítica, la proporción de En un estudio antes - después sobre la mejoría de la calidad
tiempo empleado en el sueño ligero (fases N1 + N2) aumenta y del sueño, los pacientes calificaron su sueño antes y durante
el tiempo que se pasa en el sueño profundo (fases del sueño N3 el protocolo multicomponente de sueño de manera similar
+ REM) disminuyen (438, 440, 448–450). La fragmentación aunque significativamente menos pacientes tuvieron coma /
del sueño (a saber, el número de microdespertares y desperta- delirium durante la intervención (459). El reporte subjetivo de
res por hora) es mayor en adultos críticamente enfermos que la calidad del sueño por pacientes delirantes puede ser poco
en sujetos sanos (449, 451, 452). Entre adultos sanos expuestos confiable.

Guías PADIS 2018 31


Devlin et al

Ventilación mecánica versus No ventilación mecánica tiempo que se emplea en el sueño diurno oscila entre 36% a
Pregunta: ¿Es diferente el sueño en adultos críticamente 57% y es mayor que en los pacientes no ventilados (438, 440,
enfermos quienes están en ventilación mecánica (vs no venti- 443, 450, 453, 454, 470).
lados mecánicamente)? Comparando ventilación mecánica (vs no ventilación me-
Recomendación sin calificar: El uso de ventilación mecánica cánica) en adultos críticamente enfermos, tres estudios mostra-
en adultos críticamente enfermos puede agravar la fragmen- ron un TTS mayor durante la ventilación mecánica (241, 436,
tación del sueño, la arquitectura y el ritmo circadiano (sueño 438), mientras que un estudio no mostró diferencias (461). En
diurno) en comparación con el sueño normal, pero estos efec- los pacientes con traqueostomía, la mediana (rango intercuar-
tos a menudo son variables y aún no se han investigado por tílico) de eficiencia del sueño es mayor durante la ventilación
completo. [61% (38-74)] que sin soporte ventilatorio [44% (9-63)] (451).
El uso de ventilación mecánica (frente a períodos sin ven- Dos estudios han demostrado que la fragmentación del sueño
tilación mecánica) en pacientes con insuficiencia respiratoria es significativamente menor durante la ventilación mecánica
puede mejorar la eficiencia del sueño y reducir la fragmenta- (vs no ventilación) (472, 473), en tanto un estudio no mos-
ción, pero los datos son limitados. tró diferencias (451). Dos estudios no mostraron diferencias
Justificación: La ventilación y el sueño comparten relacio- significativas en las etapas del sueño, mientras que un estudio
nes complejas y recíprocas. Durante el sueño, el consumo de mostró una mejoría de la arquitectura del sueño con menos
oxígeno y la producción de CO2 disminuyen, lo que conduce luz, sueño (etapa N1) y sueño más profundo (etapas 3 y sueño
a una reducción fisiológica de la ventilación en comparación REM) durante los períodos con VNI que sin (454).
con la vigilia. Excesiva presión de soporte, la asincrónica con Falta de evidencia: En líneas generales, se requieren estu-
el ventilador, o las alarmas del ventilador pueden desencade- dios adicionales para definir la influencia de la enfermedad
nar despertares e interrupción del sueño. Con respecto a esta crítica, el delirium y la ventilación mecánica en la calidad del
pregunta, “ventilado” se refiere a pacientes ventilados mecá- sueño. Se debería realizar una evaluación sistemática del deli-
nicamente (tanto de forma invasiva como no invasiva) y “no rium en paralelo con el registro de polisomnografía (472). En-
ventilado” como pacientes que respiraban sin asistencia respi- tre los estudios se ha reportado una considerable variabilidad
ratoria (a saber, sin soporte de presión, los pacientes pueden en relación con todos los parámetros del sueño. Estas discor-
recibir presión positiva continua en las vías respiratorias). Solo dancias pueden deberse a varios factores, como el tiempo total
los estudios que incorporaron la valoración polisomnográfica de grabación, la calidad de las grabaciones, la experiencia del
son analizados. observador (conocimiento del sueño atípico), los criterios uti-
Aunque tres estudios de polisomnografía compararon di- lizados para analizar el sueño (es decir, las reglas de Rechtscha-
ferentes grupos de ventilados y no ventilados (451, 454, 461), ffen et Kales vs Drouot-Watson) (457, 475, 476), gravedad de
dos estudios evaluaron a los mismos pacientes antes y después la enfermedad, estadía en UCI en el día de la evaluación poli-
de la asistencia ventilatoria (451, 454). Durante la ventilación, somnográfica, tanto el tipo de sedante como la profundidad de
se ha reportado que la duración del sueño es más baja de lo la sedación, y si el delirium está presente. La armonización en
normal (241, 443, 448, 453, 454, 462–464), normal (438, 465) las reglas de calificación y las prácticas de grabación (p.ej., la
o mayor que lo normal (466, 467). Los índices de despertares grabación sistemática de los niveles de ruido y el estado men-
son más bajos durante la ventilación (460) y la fragmentación tal) y el estudio de grupos homogéneos de pacientes podrían
del sueño es más baja con la VNI que sin ventilación (243, 443, ayudar a evaluar la prevalencia de alteraciones del sueño en
448, 453, 454, 462–464). pacientes críticamente enfermos. La información detallada so-
La fragmentación del sueño es más alta durante la venti- bre los potenciales trastornos del sueño es importante cuando
lación mecánica (vs no ventilación) (449) y VNI (vs no venti- se evalúa la fragmentación del sueño. El efecto de disrupción
lación) (454). La proporción de tiempo empleado en la etapa del sueño sobre los resultados clínicamente relevantes a corto y
N3 del sueño está disminuido en adultos críticos ventilados largo plazo en grandes grupos de pacientes homogéneos sigue
(0-27%) (438, 439, 448, 449, 453, 462, 464, 467–473), como siendo incierto. Finalmente, todavía no han sido identificadas
así la proporción de tiempo empleado en la etapa REM del herramientas confiables para la evaluación la disrupción del
sueño disminuye (0–14%) (241, 438, 440, 443, 448, 450, 451, ritmo circadiano.
453, 454, 462, 464–473). El índice de fragmentación del sueño
durante la ventilación mecánica oscila entre 18 a 35 micro- Prevalencia de sueño inusual / disociado
despertares y despertares por hora de sueño (241, 438, 440, Pregunta: ¿Cuál es la prevalencia de patrones de sueño inusua-
443, 448, 450, 451, 453, 454, 462, 464–474). Se presume que les o disociativos en adultos críticamente enfermos?
los microdespertares relacionados con la respiración son un Recomendación sin calificar: La prevalencia de patrones de
factor importante involucrado en la fragmentación del sueño sueño inusuales o disociados es altamente variable y depende
en adultos críticamente enfermos, según se reporta en un estu- de las características del paciente.
dio como causante del 19% (11-30) de microdespertares y des- Justificación: El sueño atípico, caracterizado por ondas δ
pertares (241, 438, 440, 448, 448, 450, 451, 453, 454, 460, 462, sin ninguna organización cíclica y por la ausencia de comple-
464–474). Entre los adultos críticamente enfermos ventilados, jos K y husos del sueño que son considerados las característi-
los estudios muestran consistentemente que la proporción de cas del electroencefalograma del sueño en etapa N2, fue repor-

32 Guías PADIS 2018


Artículo especial online

tado por primera vez en pacientes sedados (438). El insomnio solo “reporte de baja calidad de sueño en el hogar” (459, 482,
patológico está a menudo asociado con el sueño atípico y se 483) y “el uso regular de ayuda farmacológica para dormir en
caracteriza por un electroencefalograma lento no reactivo y el hogar” (450, 482) han sido reportados consistentemente en
por la disociación entre los ritmos electroencefalográficos y la más de un estudio, como estar relacionados con una percep-
conducta del insomnio. Durante el sueño atípico, no incluido ción de menor calidad de sueño en la UCI.
en las reglas de puntuación de Rechtschaffen y Kales conven-
cionales del electroencefalograma, el electroencefalograma Durante la estadía en la UCI
puede mostrar ondas δ o θ (evocadoras de sueño) en el com- Pregunta: ¿Qué factores de riesgo adquiridos en la UCI
portamiento de pacientes despiertos u ondas α-β (evocadoras afectan la calidad del sueño en adultos críticamente enfermos?
de insomnio) en pacientes comatosos (457, 476). Recomendación sin calificar: El dolor, los estímulos del en-
Once estudios han reportado la prevalencia de patrones torno, las interrupciones relacionadas con la atención médica,
electroencefalográficos anormales del sueño que cumplen con los factores psicológicos, los factores respiratorios y los medi-
los criterios para el sueño atípico (438, 440, 443, 450, 457, 464, camentos afectan la calidad del sueño en la UCI.
476–481). En pacientes de la UCI conscientes sin sedación o Justificación: Los factores percibidos por el paciente que
ligeramente sedados, la prevalencia del patrón electroencefa- contribuyen a un pobre descanso percibido por el paciente
lográfico anormal del sueño oscila entre el 23% y el 31% (440, entre adultos en estado crítico se reportan según su gravedad
443, 450, 457, 480). Cuando se utiliza criterios para excluir a (grado en el que alteraron el sueño) o incidencia (frecuencia
los pacientes con factores conocidos de patrones anormales de con la que se reportaron) en 12 estudios observacionales (455,
electroencefalografía (p. ej., recibir sedantes / opioides, tener 456, 460, 482, 484–492) (Tabla Suplementaria 44, Contenido
delirium, coma o sepsis, o con antecedentes de epilepsia), la Digital Suplementario 54). Los factores más frecuentemente
prevalencia de sueño atípico se torna inexistente (0%) (464). citados por los pacientes como perturbadores del sueño fueron
En pacientes sedados, la prevalencia de al menos un patrón el ruido, el dolor y la incomodidad, la inmovilidad / el mo-
disociado electroencefalográfico (disociado despierto o dor- vimiento restringido, las intervenciones de atención de enfer-
mido) varía de 60% a 97% (438, 476, 481), y la prevalencia de mería, y la preocupación / ansiedad / miedo (449, 455, 456,
patrones electroencefalográficos de sueño inusuales aislados 482, 484–490, 492, 493). Cuatro estudios (449, 456, 482, 492)
varía de 50% a 70%. (475, 481). La variabilidad en la presen- utilizaron el “Cuestionario de sueño en la UCI” (455) para eva-
cia de estos factores (a saber, sedación, sepsis y delirium) que luar la gravedad de la interrupción causada por siete factores
influyen en los patrones anormales electroencefalográficos del extrínsecos (ambientales) (clasificados en una escala de 1– 10
sueño probablemente explica la variabilidad en la prevalencia siendo 1 sin disrupción y 10 disrupción significativa). Los tres
entre los estudios (438, 440, 457, 476). principales factores extrínsecos reportados de disrupción del
Falta de evidencia: Los registros del sueño en adultos crí- sueño fueron el ruido, la iluminación y las intervenciones de
ticamente enfermos deben examinarse cuidadosamente para enfermería (p.ej., los baños). Los siete factores, incluidos los
identificar nuevos patrones de sueño inusuales o disociados tres principales, tuvieron un puntaje de 5 o menos (de un po-
utilizando enfoques publicados y criterios específicos (457, sible de 10 puntos) en la escala de interrupción del sueño (455,
476). Las características clínicas de los pacientes con estos 482, 484). Cuando se les preguntó a los pacientes de la UCI que
patrones inusuales, y sus mecanismos y resultados asociados, clasificaran 35 factores intrínsecos y extrínsecos en una escala
ambos durante y mucho después de la estadía en la UCI, debe- de 0 a 4 (basado en cómo perturba cada factor para dormir),
rían ser investigados. los principales factores intrínsecos fueron el dolor, la incapa-
cidad de sentirse cómodo, la cama y los procedimientos que
Factores de Riesgo se realizan en el paciente (456, 485–490, 492, 493). Una lista
Antes de la admisión en la UCI completa de los factores identificados por el paciente se resu-
Pregunta: ¿Qué factores de riesgo existentes antes del inicio me en la Tabla 2.
de una enfermedad crítica afectan la calidad del sueño en adul- Además de pedir a los pacientes que identifiquen los fac-
tos críticamente enfermos en la UCI? tores que perciben como perturbadores, otros estudios han
Recomendación sin calificar: Los pacientes que refieren una medido el sueño objetivamente mediante la polisomnografía
baja calidad de sueño y/o el uso de ayuda farmacológica para o la actigrafía, tratando de correlacionar los factores de riesgo
dormir en el hogar tienen más probabilidades de referir un con diferentes medidas del sueño. Los factores que han mos-
sueño de mala calidad en la UCI. trado tener correlato con la disrupción del sueño en el análisis
Justificación: Los siguientes factores existentes antes del ini- univariado incluyen la gravedad de la enfermedad (494), el
cio de la enfermedad crítica se han examinado para determi- delirium (442, 443), hipoxemia y alcalosis (494), recibir ben-
nar si afectan la calidad del sueño en la UCI: sexo femenino, zodiacepinas (442) o propofol (464), asincronía paciente-ven-
edad avanzada, reporte de baja calidad del sueño en el hogar, tilador (454), respiración espontánea (vs asistencia mecánica)
uso regular de medicación de apoyo para dormir en el hogar (452) y un modo de ventilación espontáneo (frente a un modo
y condiciones clínicas específicas premórbidas (p. ej., hiper- controlado) (472, 495). Se ha encontrado que el ruido se co-
tensión, diabetes, cáncer y enfermedad tiroidea) (Tabla Suple- rrelaciona temporalmente con los despertares, pero parece ser
mentaria 43, Contenido Digital Suplementario 53). De esto, el responsable de solo el 10-17% de todos los despertares (449,

Guías PADIS 2018 33


Devlin et al

TABLA 2. Lista de factores que reportan los pacientes como perturbadores del sueño
Ambientales Fisiológicos y fisiopatológicos

Ruido (447, 453, 454, 480, 483–488, 490, 491) Dolor (454, 483–486, 488, 490, 491)
Luz (241, 453, 454, 480, 482–484, 486–488) Disconfort (454, 483, 486, 488, 490)
Confort de la cama (483, 486–488) Sensación excesiva de calor o frío (484, 486, 488)
Actividades en camas contiguas (483, 486, 487) Dificultad para respirar (484, 491)
Visitas (personal de salud o familia) (483) Tos (484, 491)
Sistema de ventilación de la habitación (483) Sed (484, 486) y hambre (486, 488)
Lavado de manos por los médicos (483) Náusea (484, 488)
Mal olor (486, 488) Necesidad de uso de bacineta/orinal (486, 488)
Relacionado con el cuidado Psicológico

Cuidados de enfermería (447, 453, 480, 482–484, 486, 488, 491) Ansiedad/preocupación/estrés (483, 484, 486, 489–491)
Procedimientos en el paciente (447, 453, 480, 482, 483, 487, 488) Miedo (485, 486, 489)
Medición de signos vitales (442, 448, 475, 477, 481, 483) Entorno extraño (485, 488, 491)
Pruebas diagnósticas (447, 453, 480, 483) Desorientación en tiempo (454, 486)
Administración de fármacos (447, 453, 480, 482) Soledad (488, 491)
Restricción de la movilidad por vías/catéteres (454, 486, 488) Falta de privacidad (485, 488)
Equipo de monitoreo (454, 486, 488) Indumentaria hospitalaria (486, 488)
Máscara de oxigeno (486, 488) Horario habitual de acostarse alterado (483)
Tubo endotraqueal (491) Desconocer los nombres de las enfermeras (486)
Sonda vesical (486) Incomprensión de términos médicos (486)

455, 482, 484). Solo un estudio incluyó un análisis multivaria- tudios que correlacionaron diversos factores con la alteración
do y encontró que la presencia del tubo endotraqueal (a saber, del sueño por polisomnografía no demuestran la causalidad,
recibiendo ventilación mecánica) parecía atribuir una mejoría solo asociación, y fueron asociaciones muy débiles en el aná-
a la calidad del sueño (460). lisis univariado.
El propio sueño de los pacientes puede ser afectado de ma-
nera diferente por varios factores de riesgo (p. ej., algunos pa- Resultados
cientes pueden ser más perturbados por el ruido que otros) y Pregunta: ¿Las alteraciones del sueño y del ritmo circadiano
el significado o la relevancia para los pacientes (p. ej., algunos durante la internación en la UCI afectan los resultados durante
pacientes están cómodos al oír a la enfermera cerca, mientras y / o después de la estadía en la UCI en adultos críticamente
que otros están molestos por ello) y la condición intrínseca del enfermos?
paciente (p. ej., la vulnerabilidad de sentirse preocupado, asus- Recomendación sin clasificar: Aunque existe una asociación
tado o incómodo bajo similares circunstancias). entre la calidad del sueño y la incidencia de delirium en adul-
Falta de evidencia: Los estudios utilizaron cuestionarios y tos críticamente enfermos, no se ha establecido una relación
entrevistas, aunque están centrados en el paciente, están suje- causa-efecto.
tos a sesgos de memoria y excluyen a los pacientes que no pue- No es clara la asociación entre la calidad del sueño y la du-
den autoevaluarse debido a sedación, delirium, demencia o ración de la ventilación mecánica, la duración de la estadía en
lesión cerebral aguda. Además, los pacientes pueden tener un la UCI y la mortalidad en la UCI en adultos críticamente en-
sueño severamente fragmentado con microdespertares, pero fermos.
pueden no ser capaces de identificar los factores perturbadores Se desconocen los efectos de las alteraciones de la calidad
porque no se despiertan completamente del sueño. del sueño y del ritmo circadiano en los resultados en pacientes
Los estudios que utilizaron polisomnografía son limitados en estado crítico tras el alta de la UCI.
a aquellos que pueden analizados con criterios estándar y ex- Justificación: algunos estudios ayudan a responder estas
cluyen electroencefalogramas altamente anormales o aquellos preguntas (Tabla Suplementaria 45, Contenido Digital Suple-
con señales de electroencefalograma de baja calidad. Los es- mentario 55). Frecuentemente se asume que la baja calidad

34 Guías PADIS 2018


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del sueño es un factor de riesgo potencialmente modificable por lo que es de gran importancia comprender si existen efec-
para el delirium en la UCI y varios estudios han evaluado esta tos clínicos sobre estos y otros resultados en el adultos en es-
relación. tado crítico. Se necesitan estudios que combinen estos resulta-
Los adultos críticamente enfermos que tienen deprivación dos con una medición confiable del sueño en la UCI, mientras
de sueño severa tienen un 30% más de probabilidad de tener se controlan los múltiples factores que son asociados con estos
cambios en el estado mental (441). Estudios de polisomnogra- resultados. Además, se necesitan estudios para determinar los
fía subsiguientes apoyan más esta asociación (442, 451). Los efectos de la calidad del sueño en la UCI en los resultados pos-
adultos críticamente enfermos con severa deprivación REM teriores a la UCI.
(442, 451) y disrupción del ciclo circadiano del sueño (como se
evidencia por una mayor proporción de sueño diurno) tienen Evaluación del sueño
más probabilidad de experimentar delirium (451). También se Pregunta: ¿Debería utilizarse rutinariamente monitoreo fi­
ha encontrado que una baja calidad de sueño es un factor de sio­lógico para evaluar el sueño en los adultos críticamente
riesgo independiente (496) de delirium en la UCI en cirugía enfermos?
cardiaca. Además, estudios observacionales de antes y después Recomendación: Sugerimos no utilizar monitoreo fisiológi-
de paquetes multidisciplinarios que incluyen protocolos de co del sueño rutinariamente en adultos críticamente enfermos.
mejoría del sueño, han demostrado que disminuyen la preva- (Recomendación condicional, muy baja calidad de evidencia)
lencia de delirium (312, 454), aunque en un solo estudio se Observaciones: Monitoreo fisiológico se refiere a el uso de
logró mejorar la eficiencia del sueño con la intervención (312). actigrafía, análisis biespectral (BIS), electroencefalografía y
Aunque existe una asociación entre la calidad del sueño y la polisomnografía, para determinar si un paciente está dormido
incidencia de delirium, aún permanece desconocido si la falta o despierto. Específicamente no incluye al monitoreo del sueño
de sueño es la causa del delirium. percibido por el paciente ya sea evaluado con un instrumento
El uso de un protocolo de prevención de delirium que in- validado (ej. Cuestionario de Sueño de Richards Campbell) o
corporó un protocolo no farmacológico de mejoría del sueño por evaluación subjetiva junto a la cama del paciente.
se asoció con una duración más corta del delirium y más días Justificación: Ninguno de los cinco resultados críticos elegi-
libres de ventilación mecánica. La relación del sueño con es- dos para esta pregunta (ocurrencia de delirium, duración de
tos resultados permanece poco clara, ya que el sueño no fue la ventilación mecánica, duración de la estadía en la unidad
medido en el estudio. Los pacientes con un sueño anormal de cuidados intensivos, mortalidad en la unidad de cuida-
(aumento del sueño diurno; REM reducido) tuvieron más pro- dos intensivos y satisfacción del paciente) fueron estudiados.
babilidades de fallar a la VNI y requerir intubación y venti- Estudios observacionales han evaluado el rol del monitoreo
lación mecánica (443). En un pequeño estudio de pacientes fisiológico sobre otros resultados (Tabla Suplementaria 46,
con lesión cerebral traumática moderada / severa, mejorar o Contenido Digital Suplementario 56). El monitoreo fisiológi-
aumentar la consolidación del ciclo de actividad- descanso (≥ co identificó trastornos respiratorios asociados al sueño en
80% de la actividad diurna) fue asociado con una estadía más pacientes con síndromes coronarios agudos (499, 500 ), pero
corta en la UCI y hospitalaria (498). Entre los pacientes don- el impacto de esta evaluación no ha sido determinado. Cuan-
de un sueño anormal fue considerado ser la causa del fracaso do la actividad motora (medida con actigrafía) fue comparada
tardío de la VNI, la estadía en la UCI fue más prolongada y las con las evaluaciones de sueño y sedación realizada por enfer-
tasas de mortalidad en la UCI y hospitalaria fueron mayores meras, en pequeñas series de adultos ventilados mecánica-
(443). Un estudio de mejoría de la calidad no mostró diferen- mente (501), se encontró que los movimientos de los miem-
cias en la mortalidad con su uso a pesar de la reducción del bros correlacionaban con los índices neurológicos medidos.
delirium (459). La presencia de patrones de sueño eficientes en El empleo de los registros del electroencefalograma derivado
pacientes con una lesión cerebral traumática reciente predice de la polisomnografía de pacientes neurológicos sin trauma de
una mejor supervivencia (479). Aunque un número de estu- cráneo (479) y con encefalopatía traumática (480) concluyó
dios han encontrado que el sueño permanece afectado después que la presencia de trazados de sueño reconocibles se asoció a
del alta de la UCI, no se encontraron estudios en la literatura un pronóstico más favorable. Finalmente, tres pequeños estu-
que evalúen el efecto del sueño en la UCI sobre los resultados dios encontraron que la polisomnografía puede utilizarse para
después del alta de la UCI. optimizar la estrategia de soporte ventilatorio artificial en pa-
Falta de evidencia: Los estudios disponibles no pueden di- cientes críticos con insuficiencia respiratoria aguda (443, 502,
lucidar completamente la relación entre las alteraciones del 503 ). A pesar del rol potencial de la polisomnografía, su uso
sueño en los pacientes críticos y los resultados importantes, rutinario en la unidad de cuidados intensivos no es factible.
como la aparición de delirium, la duración de la ventilación El panel llegó a esta recomendación basado en la falta de
mecánica, la estadía en UCI y la mortalidad y son insuficientes evidencia de alta calidad combinada al alto costo de los recur-
para confirmar si existe asociación entre las alteraciones del sos necesarios para implementar la mayoría de las tecnologías
sueño observadas en adultos críticamente enfermos y resulta- relevantes. El monitoreo fisiológico y su interpretación tienen
dos importantes mencionados anteriormente. El mal dormir limitaciones significativas, como se ha descripto más arriba.
puede afectar negativamente al sistema inmunológico, el con- Además, ningún estudio ha investigado el monitoreo del sueño
trol glucémico y el bienestar psicológico de individuos sanos, en poblaciones no seleccionadas de pacientes críticos, por con-

Guías PADIS 2018 35


Devlin et al

siguiente pone en duda la posibilidad de generalización de los Intervenciones no farmacológicas para mejorar
datos disponibles. el sueño
Aunque la monitorización fisiológica rutinaria del sueño Una descripción de los modos ventilatorios evaluados en la
no está recomendada, nosotros enfatizamos en que los profe- pregunta de esta sección y de los métodos usados para identi-
sionales deberían rutinariamente preguntar sobre el sueño de ficar estudios y resumir datos puede encontrarse en la (Tabla
los pacientes o intentar monitorearlo ya sea por medio del uso Suplementaria 47, Contenido Digital Suplementario 57).
de una herramienta de evaluación validada, como el Cuestion-
ario de Sueño de Richards Campbell o informalmente en la Modo Ventilatorio
cabecera de la cama del paciente. El Cuestionario de Sueño de Pregunta: ¿Debería utilizarse ventilación asistido-controla-
Richards Campbell ha mostrado ser una herramienta válida da (vs. ventilación con presión de soporte) durante la noche
para mejorar el sueño de los adultos críticamente enfermos?
y confiable para evaluar la percepción de los pacientes de su
Recomendación: Sugerimos emplear ventilación asisti-
propio sueño, en adultos críticamente enfermos, que se en-
do-controlada durante la noche (vs. ventilación con presión
cuentren tanto alertas como orientados (504).
de soporte) para mejorar el sueño de los adultos críticamente
La falta de sueño es considerada como una de las tensiones
enfermos (recomendación condicional, evidencia de baja ca-
más comunes experimentadas por los pacientes críticos (435,
lidad).
437). Preguntar acerca del sueño de los pacientes puede servir
Justificación: Muchos de los resultados considerados críti-
para validar las preocupaciones de pacientes y familiares y es
cos o importantes por el panel para esta pregunta no fueron
un primer paso necesario para enfocar una intervención. El
evaluados o informados. Los datos combinados de tres estu-
sueño observado por enfermería (439, 448, 505, 506) sobrees-
dios (n=61) (469, 472, 473) encontraron que la ventilación
timó el tiempo total de sueño en comparación con la evalu-
asistido-controlada (vs. la ventilación con presión de sopor-
ación polisomnográfica. Cuando se compara la percepción
te) se asoció a un incremento en la eficiencia del sueño (MD,
del sueño entre enfermeras y pacientes, la enfermera puede a
18,33%, 85% CI, 7,89- 28,76; calidad moderada). Aunque los
veces sobreestimar la percepción de la calidad del sueño del
datos combinados de dos estudios (472, 473) (n=41) encontra-
paciente (485, 492, 505, 507).
ron que la ventilación asistido-controlada (vs. ventilación con
Falta de evidencia: La mejor forma para medir el sueño de presión de soporte) no se asoció con diferencias en el porcen-
los pacientes críticos continúa siendo debatida (476, 508). El taje del tiempo total de sueño en la etapa 1 (MD, 0,31%;95%
monitoreo rutinario de cualquier actividad cerebral en la uni- CI, -5,17 a 5,79; baja calidad) o en la etapa 2 (MD, 5,29%;95%
dad de cuidados intensivos sigue siendo un desafío. El prob- CI, -4,38 a 14,97; muy baja calidad) sí se asoció a un incre-
lema de monitorear el sueño es aún más complicado por el mento del tiempo en la etapa REM (MD, 2,97%;95% CI, 0,53
hecho de que la actividad eléctrica cerebral sola (es decir: elec- a 5,05; baja calidad). Aun cuando la calidad es consideraba
troencefalograma) es insuficiente para determinar los estadios baja, dados los beneficios potenciales de esta intervención, su
de sueño, la actividad circadiana y los trastornos respiratorios bajo riesgo y el hecho de que todos los ventiladores tienen la
asociados al sueño. Un sistema simplificado y generalizable modalidad asistido-controlada, se hizo la recomendación con-
para monitorear el sueño en la UCI, que sea resistente a la fi- dicional de emplear ventilación asistido-controlada nocturna
siología cambiante del paciente crítico y que permita su uso para mejorar la calidad del sueño. Sin embargo, para aquellos
regular en la UCI, podría mejorar nuestra comprensión de la pacientes que, a pesar de realizados todos los esfuerzos para
relación entre el sueño y los resultados de la UCI. En contraste optimizar la programación del ventilador en modalidad asis-
con los individuos sanos, los pacientes críticos presentan va- tido-controlada, persisten asincrónicos, será decisión médica,
riaciones en los estados de vigilia y patrones electroence- evaluando los casos individuales, si se regresa a la ventilación
falográficos no sólo por estados naturales de vigilia/sueño sino por presión de soporte o si se considera sedar al paciente, te-
también por el uso de sedación y presencia de delirium. Se de- niendo en cuenta los efectos adversos que el propofol y las ben-
sconoce si el sueño inducido por sedación provee los mismos zodiacepinas tienen sobre la calidad del sueño y la sincronía.
beneficios reparadores que el sueño natural. Se necesitan estu- Pregunta: ¿Debería emplearse un modo proporcional du-
dios grandes para determinar el mejor método para evaluar y rante la noche (vs. ventilación con presión de soporte) para
clasificar el sueño y medir de qué manera los factores individ- mejorar la calidad del sueño en los adultos críticamente en-
uales (sueño, sedación, encefalopatía inducida por la enferme- fermos?
dad) o la combinación de estos afecta los resultados, incluyen- Recomendación: No realizamos ninguna recomendación
do la satisfacción personal. La naturaleza costosa y el tiempo en términos del empleo de un modo proporcional durante la
necesario para la implementación de la polisomnografía han noche (vs. ventilación con presión de soporte) para mejorar el
hecho que la investigación de la medición del sueño y de los sueño en los adultos críticamente enfermos (sin recomenda-
resultados sea dificultosa. Otras estrategias de medición tales ción, evidencia de muy baja calidad).
como el electroencefalograma o los dispositivos de electro- Justificación: Cinco ensayos clínicos de diseño cruzado
encefalograma procesado pueden aportar datos valiosos, pero compararon un modo ventilatorio proporcional con el modo
necesitan ser validados por estudios que los comparen con la de presión de soporte en una unidad de cuidados intensivos
polisomnografía. médica. Evaluando los resultados, el panel los consideró im-

36 Guías PADIS 2018


Artículo especial online

portantes pero no críticos. Los modos proporcionales estudia- adultos críticamente enfermos [recomendación condicional,
dos fueron: ventilación de soporte adaptable (473), ventilación baja calidad de evidencia (aromaterapia y digitopuntura), muy
asistida proporcional (462), ventilación asistida proporcional baja calidad de evidencia (música)].
con carga ajustable (PAV+) (468, 471) y ventilación asistida Justificación: Dos ensayos clínicos randomizados y contro-
con ajuste neuronal (NAVA) (465). La aplicabilidad podría lados sin cegamiento (509, 510) evaluaron el uso de aromate-
ser también un motivo de preocupación debido a que algunas rapia para mejorar el sueño de pacientes críticos conscientes y
unidades de cuidados intensivos pueden no tener ventiladores comunicativos. No se reportaron efectos adversos, pero el aná-
o personal entrenado para suministrar este tipo de modalida- lisis combinado demostró la falta de efectos de su implemen-
des ventilatorias. En base a estas cuestiones, a la reticencia tación (vs. no utilización) en la calidad del sueño manifestada
a emitir una recomendación basada en este pequeño ensayo por los pacientes (MD 0,02 puntos, IC 95% -0,36 a 0,41. Baja
realizado en un único centro y dada la preocupación en torno calidad) y la calidad de la evidencia en conjunto fue baja. Aun-
a la aplicabilidad/disponibilidad en otros centros, no hemos que es una intervención de bajo costo y considerada segura en
sido capaces de realizar una recomendación en torno a la im- términos generales, la falta de beneficios probados, sumada a
plementación de la ventilación proporcional durante la noche. la preocupación acerca del uso de sustancias potencialmente
irritantes para el aparato respiratorio en la población de los
Equipos de Ventilación no invasiva pacientes críticos llevó al panel a realizar una recomendación
Pregunta: ¿Debería emplearse un equipo apto para VNI condicional en contra del empleo de aromaterapia en la uni-
(equipos de flujo continuo) (vs. un ventilador microprocesado
dad de cuidados intensivos.
apto para ventilación no invasiva) para mejorar el sueño de los
Un estudio randomizado y controlado pequeño (n=85)
pacientes adultos críticamente enfermos que tengan requeri-
evaluó el uso de digitopuntura en pacientes críticos con com-
miento?
promiso leve. Los investigadores, que habían recibido instruc-
Recomendación: Sugerimos utilizar ya sea un equipo apto
ción en digitopuntura, aplicaban 3 minutos de presión en cada
para VNI o un ventilador microprocesado apto para ventila-
uno de seis puntos de acupuntura entre las 19 y las 22hs y
ción no invasiva para los adultos críticamente enfermos que
encontraron que la digitopuntura (vs. el no uso de digitopun-
requieran ventilación no invasiva para mejorar el sueño. (Re-
tura) se asoció a un incremento en la duración del sueño eva-
comendación condicional, muy baja calidad de evidencia).
luada por actigrafía (MD 0,5 horas, IC 95% 0,09 a 0,91 baja
Justificación: Sólo se encontró un ensayo randomizado
calidad) o por la enfermera (MD 1.1horas, IC 95%, 0,39 a 1,81,
pequeño que respondiera esta pregunta y el mismo no eva-
baja calidad) y a una menor somnolencia diurna en la Escala
luó la mayor parte de los resultados definidos (454). No se en-
de Somnolencia de Standford (MD 0,4 puntos, IC 95% 0,66 a
contraron diferencias significativas entre el uso de un equipo
0,14, baja calidad). Dado el alto riesgo de sesgo del único estu-
apto para VNI o un ventilador microprocesado, en relación a
dio incluido, el pequeño número de pacientes incluidos, el cos-
la eficiencia del sueño; porcentaje del tiempo transcurrido en
to de disponer de un profesional entrenado para suministrar la
la etapa 1, etapa 2, etapas 3/4 o en sueño REM ni en el índice
digitopuntura, y la falta de disponibilidad de esta modalidad
de fragmentación del sueño. En comparación con los períodos
en muchos centros, hemos decidido recomendar en contra del
sin ventilación no invasiva, el sueño durante el uso de ventila-
uso de la digitopuntura para mejorar el sueño de los pacientes
ción no invasiva resultó en un incremento de la fase REM y de
críticos. Sin embargo, para aquellas instituciones que cuentan
las etapas 3/4 con una disminución del índice de fragmenta-
con personal entrenado y experiencia en su uso, puede ser una
ción. Basado en lo anterior, los pacientes con insuficiencia res-
intervención sensata, especialmente si es solicitada por los pa-
piratoria aguda hipercápnica mejoraron la calidad del sueño
cientes.
durante el uso de ventilación no invasiva en comparación con
la no implementación de ventilación no invasiva, y recomen- Un pequeño ensayo clínico randomizado y controlado
damos que el empleo de cualquier tipo de ventilador es acep- (n=28) (512) evaluó el efecto de escuchar música (4 piezas
table, dependiendo de la conveniencia y aplicabilidad, para los relajantes en piano durante 45 minutos) en los resultados de
pacientes críticos que requieran ventilación no invasiva. sueño (registrados durante las primeras dos horas) en adultos
Falta de evidencia: No se han publicado estudios que com- críticamente enfermos. La música tuvo un pequeño efecto en
paren el sueño entre la ventilación asistida, la ventilación con- mejorar la calidad del sueño (evaluada mediante la Escala de
trolada y los modos proporcionales. Los estudios emplearon sueño de Verran y Snyder Halpern) (MD 48 puntos, IC 95%
polisomnografía para monitorear el sueño en varias modali- 34,5- 130,5, muy baja calidad) y eficiencia del sueño (evaluada
dades, pero en ninguno se evaluó la percepción del sueño re- por polisomnografía) (MD 2,3 %, IC 95% 27,3 a 32,0, muy
ferida por el paciente. baja calidad) Dada la baja calidad de la evidencia (sin cega-
miento ni control en el ruido ambiental) y los recursos necesa-
Aromaterapia/Digitopuntura/Música rios para implementar esta intervención, hemos recomendado
Pregunta: ¿Deberían emplearse aromaterapia, digitopuntura o en contra del uso de la música para mejorar el sueño de los
música en la noche (vs. no emplearse) para mejorar el sueño pacientes críticos. La música puede jugar un papel en la dis-
de los adultos críticamente enfermos? minución del dolor (ver sección de dolor) y la ansiedad en la
Recomendación: No sugerimos utilizar aromaterapia, digi- unidad de cuidados intensivos (133). Si los pacientes (o sus
topuntura o música en la noche para mejorar el sueño de los familiares) la solicitan, debería considerarse su uso.

Guías PADIS 2018 37


Devlin et al

Reducción del ruido y la luz tipo/clase y revisadas por el panel en relación exclusivamente a
Pregunta: ¿Deberían emplearse estrategias para reducir el rui- su efecto en la promoción del sueño.
do y la luz (vs. no implementarlas) durante la noche para me- Pregunta: ¿Debería utilizarse medicación para favorecer
jorar el sueño de los pacientes críticos? el sueño (melatonina, dexmedetomidina o propofol) (vs. no
Recomendación: Sugerimos utilizar estrategias de reduc- emplear medicación) para mejorar el sueño de los adultos crí-
ción del ruido y la luz durante la noche para mejorar el sueño ticamente enfermos?
de los pacientes críticos. (Recomendación condicional, baja
calidad de evidencia) Melatonina
Justificación: Dos ensayos clínicos aleatorizados (458, 513) Recomendación: No realizamos ninguna recomendación
y dos estudios observacionales (514,515) evaluaron estrategias en torno al uso de melatonina para mejorar el sueño de los
para disminuir el ruido y la luz en la unidad de cuidados in- adultos críticamente enfermos. (Sin recomendación, muy baja
tensivos durante la noche mediante el uso de tapones para los calidad de evidencia)
oídos, con o sin el uso de antifaces. El uso de tapones y anti- Justificación: Se analizaron tres pequeños ensayos rando-
faces (vs. control) en la primera noche del postoperatorio en mizados, placebo-control, (n=60) que evaluaban la adminis-
la unidad de terapia intensiva luego de una cirugía cardíaca, tración nocturna de melatonina. El primero encontró que la
mantuvo la calidad del sueño al mismo nivel que en el preope- administración de 10 mg de melatonina a la noche (vs. place-
ratorio (523). El uso de tapones para los oídos (vs. no usar ta- bo) a 12 pacientes críticos con insuficiencia respiratoria cró-
pones para los oídos) en pacientes críticos adultos sin sedación nica no se asoció a mejorías significativas tanto en la calidad
mejoró la calidad del sueño informada por los pacientes y re- como la cantidad del sueño [evaluado por análisis biespectral
dujo la incidencia de delirium (458). El análisis combinado de (BIS)] (516) Un segundo ensayo clínico evaluó, utilizando
ambos estudios (n=164) encontró que el uso de tapones para actigrafía, el sueño tras la administración nocturna de 3 mg
los oídos (vs. no usar tapones) se asoció a un mayor porcentaje de melatonina (vs. placebo) a 16 pacientes de una población
de alcance de más de 4 horas de sueño. (RR 1,2, IC 95% 0,64- similar, y llegó a las mismas conclusiones (517). Un tercer
2,24, baja calidad) (513,515) La calidad, en conjunto, de la evi- ensayo que comparó la administración nocturna de 3 mg
dencia es baja, dada la falta de cegamiento, una población de de melatonina vs. placebo a 32 pacientes críticos con insu-
pacientes sin compromiso severo y la negativa de algunos de ficiencia respiratoria crónica, al igual que los dos anteriores,
los pacientes a dejarse los tapones colocados. Los tapones para no encontró diferencias apreciables en la duración del sueño
los oídos, con o sin antifaces, representan una intervención de nocturno observado por enfermería (518). Las limitaciones
bajo costo que puede implementarse en todas las unidades de de evaluar el sueño en la unidad de cuidados intensivos uti-
cuidados intensivos para mejorar la calidad de sueño y reducir lizando BIS, actigrafía o valoración subjetiva por enfermería
la incidencia de delirium. A todos los pacientes en general, y en lugar de la polisomnografía han sido resaltadas previa-
a aquellos con dificultades para iniciar el sueño en particular, mente en las guías.
se les debería preguntar si quieren esta intervención y los ta- La fabricación de melatonina en los Estados Unidos no
pones para los oídos deberían siempre ser retirados durante la se encuentra regulada por la Administración de alimentos y
mañana. drogas (FDA, Food and Drug Administration por sus siglas en
Falta de evidencia: Las intervenciones no farmacológicas inglés). Preocupaciones en torno a la calidad y consistencia
destinadas a mejorar el sueño en la unidad de cuidados in- del producto (519) han impedido que se agregara a los for-
tensivos necesitan ser evaluadas mediante ensayos clínicos mularios de varios hospitales. La melatonina, sin embargo, se
grandes que incluyan pacientes con mayor severidad y evalúen asocia a relativamente pocos efectos adversos (sedación leve,
rigurosamente el efecto de estas intervenciones en la calidad cefaleas) y es poco costosa. El panel decidió no realizar una re-
del sueño. Es necesario dilucidar cuál es el grupo de pacientes comendación dado el equilibrio existente entre los resultados
que puede obtener el mayor beneficio de este tipo de inter- deseados y adversos y a la falta de evidencia de alta calidad.
venciones. El Ramelteon, un agonista de los receptores de melatoni-
na aprobado por la FDA, se evaluó en un único estudio (no
Intervenciones farmacológicas para mejorar incluido en este análisis) para prevenir el delirium en los adul-
el sueño tos mayores (520). Un pequeño número de pacientes en dicho
Dadas las dificultades para promover el sueño natural en la ensayo eran críticos, sin embargo no se demostró mejoría en
unidad de cuidados intensivos, los pacientes y sus familiares la calidad subjetiva del sueño. Al igual que la melatonina, se
pueden solicitar medicación para mejorarlo. Aunque sus so- informaron pocos efectos adversos con esta droga, pero no se
licitudes deben siempre ser atendidas, esta presión y nuestro demostró que potencie el sueño y su costo es mayor que el de
esfuerzo para brindar atención compasiva puede, en ocasio- la melatonina. Un ensayo a doble ciego, placebo vs. control,
nes, derivar en la administración de medicamentos que están realizado en un único centro, tampoco incluido en este aná-
pobremente evaluados en términos de seguridad y eficacia en lisis, encontró que la administración diaria de 8 mg de ramel-
los pacientes críticos y que pueden incrementar el riesgo de teon a las 20hs a adultos críticamente enfermos sin delirium,
polimedicación y delirium en lugar de promover el sueño. Las se asoció a una disminución significativa de la incidencia de
intervenciones farmacológicas fueron consideradas por droga delirium (521).

38 Guías PADIS 2018


Artículo especial online

Dexmedetomidina Otros fármacos administrados con el objetivo de mejorar


Recomendación: No hacemos ninguna recomendación en la calidad del sueño en los pacientes críticos adultos incluyen
torno al uso de dexmedetomidina durante la noche para me- los antidepresivos tricíclicos, antipsicóticos atípicos e hipnó-
jorar la calidad del sueño (Sin recomendación, evidencia de ticos como las benzodiacepinas y los agonistas a los recepto-
baja calidad) res de benzodiacepinas. En la actualidad, no hay información
Justificación: Dos ensayos randomizados (n=74) evaluaron suficiente como para contemplar la recomendación de nin-
los efectos de la dexmedetomidina en pacientes críticos con guna de estas drogas para ayudar a estimular el sueño en los
ventilación mecánica y requerimiento de sedación (470) y en pacientes críticos. Aun cuando sus efectos adversos están bien
pacientes críticos no ventilados sin requerimiento de sedantes descriptos, se desconocen sus beneficios en términos de la me-
en infusión continua (521). Ambos estudios demostraron que joría del sueño.
la dexmedetomidina incrementó el estadío 2 del sueño (MD Falta en la evidencia: Faltan estudios, adecuadamente con-
47,85 %, IC 95% 24,05-71,64, calidad moderada) y disminuyó trolados y de gran tamaño, que evalúen fármacos administra-
el estadío 1(MD -30,37 %, IC 95% -50,01 a -10,73, calidad mo- dos durante la noche con el único propósito de promover el
derada) ambos considerados por el panel como resultados fa- sueño de los pacientes críticos. Especialmente para los antide-
vorables (470-521). Sin embargo, ninguno de los dos estudios presivos tricíclicos y los antipsicóticos atípicos, que se emplean
demostró una disminución en la fragmentación del sueño o frecuentemente para estos fines, dado que es menos probable
un incremento en el sueño profundo o REM, que son las eta- que precipiten el desarrollo de episodios de delirium, tienen
pas consideradas como reparadoras y potencialmente las más menos repercusión negativa hemodinámica y respiratoria y
importantes para la recuperación. Un tercer estudio, observa- porque su efecto sedante sugiere la posibilidad de que pro-
cional, no incluido en este análisis, corroboró estos hallazgos muevan el sueño. Estos fármacos, sin embargo, deben ser es-
en relación a la arquitectura del sueño y señaló la preservación tudiados rigurosamente a fin de determinar su eficacia en esta
del ciclo día/ noche con la administración nocturna de dex- población y si los beneficios justifican sus daños potenciales.
medetomidina en pacientes críticos con ventilación mecánica
(522). Un ensayo clínico a doble ciego placebo vs. control, re- Protocolos para promover el sueño
cientemente publicado y no incluido en la reseña de evidencia, Pregunta: ¿Debería utilizarse un protocolo de promoción del
no encontró diferencias en los puntajes del Cuestionario de sueño para mejorar su calidad en los adultos críticamente en-
Evaluación del Sueño Leeds, entre el grupo que recibió de do- fermos?
sis bajas de dexmedetomidina y el que recibió placebo (370). Recomendación: Sugerimos el empleo de protocolos mul-
Se contempló la posibilidad de realizar una recomendación timodales para promover el sueño de los pacientes adultos
condicional en favor del uso de dexmedetomidina nocturna críticamente enfermos (recomendación condicional, muy baja
con el único fin de promover el sueño, sin embargo, las con- calidad de evidencia).
sideraciones clínicas incluyen su alto costo, efectos hemodi- Justificación: Los protocolos son una forma frecuente de in-
námicos adversos y las posibilidades de generalización de los corporar múltiples intervenciones a la vez dentro de una guía
estudios existentes. Si está indicada la infusión nocturna de un de práctica clínica (526), incluidos los descriptos más adelante
sedante en un paciente crítico con estabilidad hemodinámi- en relación a la mejoría de la calidad del sueño en pacientes
ca, la dexmedetomidina puede ser una alternativa razonable críticos. Los protocolos elegibles para promover el sueño va-
por su potencial de mejoría de la arquitectura del sueño (523). rían en su composición, tal como se describen más abajo (459,
Remitirse a la sección de sedación para una evaluación más 527-529). Todos incluyeron el ofrecimiento de tapones para
profunda de la selección de sedantes en los pacientes adultos los oídos y antifaces a los pacientes que elegían utilizarlos y
críticamente enfermos. discontinuar su uso si así lo deseaban, dos de ellos también in-
cluían música de relajación (459, 526). Entre los dos compues-
Propofol tos por un mayor número de intervenciones, uno especificaba
Recomendación: Sugerimos no emplear propofol para me- una guía de fármacos que desalentaba el uso de sedantes cono-
jorar el sueño de los adultos críticamente enfermos (Recomen- cidos por alterar el sueño o precipitar el delirium, e introdu-
dación condicional, evidencia de baja calidad) cía intervenciones escalonadas durante un período de 5 meses
Justificación: Dos ensayos clínicos aleatorizados compara- (459). En todos los estudios los protocolos se aplicaron a la
ron propofol con benzodiacepinas (454, 524) y uno comparó totalidad de los pacientes de la unidad de cuidados intensivos
propofol con placebo (525). No se demostró mejoría del sueño y no se destinaron al subgrupo de pacientes en los que la peor
con propofol en comparación con placebo. Además, el propofol calidad de sueño es conocida.
se asoció a la supresión del REM, efectos adversos hemodinámi- Los resultados críticos examinados fueron las etapas, dura-
cos y depresión respiratoria, en algunos casos con necesidad de ción, fragmentación del sueño, el ritmo circadiano, delirium,
ventilación mecánica. Aunque recomendamos no emplear pro- duración de la ventilación mecánica, mortalidad, estadía (en
pofol con el sólo propósito de mejorar el sueño de los pacientes cuidados intensivos y hospitalaria) y la experiencia de los pa-
adultos críticamente enfermos, esta recomendación no intenta cientes. Los datos publicados en la actualidad contienen cuatro
abordar su uso en pacientes con requerimiento de sedación con- estudios que informan resultados relevantes para esta pregun-
tinua o para la realización de un procedimiento. ta, un ensayo clínico aleatorizado (527) y tres estudios obser-

Guías PADIS 2018 39


Devlin et al

vacionales (459, 528, 529) (Tabla suplementaria 48 Contenido de la presencia de factores propios y de la unidad de cuidados
suplementario digital 58). Un pequeño ensayo en pacientes con críticos. La importancia de mejorar el sueño en esta población,
cirugía cardíaca a cielo abierto demostró que los tapones para puede no estar probada en los ensayos clínicos, pero es intuiti-
los oídos, los antifaces y la música relajante mejoró la calidad va y, al menos, debería ser considerada como una importante
del sueño autopercibida (528) Entre los tres estudios observa- medida de confort que podría mejorar la calidad de vida de los
cionales, de tipo antes y después, uno encontró una mejoría del pacientes críticos sino también otros resultados. Aunque una
sueño en una unidad de terapia intensiva polivalente (529), en selecta pequeña cantidad de estudios de intervención han sido
tanto los otros dos no (459, 528). El análisis combinado de los publicados, la información disponible sugiere que un abordaje
tres estudios demostró una disminución global de la prevalen- multimodal protocolizado para mejorar el sueño que favorez-
cia de delirium con los protocolos de promoción del sueño (RR ca la implementación de medidas no farmacológicas puede
0,62, IC 95% 0,42-0,91, muy baja calidad). Uno de los estudios ofrecer a nuestros pacientes la mejor opción para mejorar el
observacionales usó una intervención similar a la de Hu y co- sueño nocturno. En el futuro la investigación debe enfocarse
laboradores (527), tapones para los oídos, antifaces y música, en mejorar los métodos de medición del sueño y la implemen-
en tanto los otros dos evaluaron intervenciones más complejas, tación de medidas dirigidas a los resultados centrados en el pa-
y a las mencionadas incorporaban intervenciones ambientales: ciente. Los hábitos de sueño son altamente variables entre los
agrupación de intervenciones para minimizar las interrupcio- individuos sanos, por lo tanto, deberá considerarse un aborda-
nes nocturnas y movilización precoz (459, 529). Un estudio es- je más personalizado.
pecíficamente incluía guías farmacológicas: administración de
zolpidem a pacientes sin delirium y haloperidol o un antipsicó-
tico atípico a pacientes con delirium (458). En un esfuerzo para RESUMEN
minimizar la influencia de los fármacos en los resultados, Patel Los autores de estas guías invirtieron miles de horas en la re-
y colaboradores (529) excluyeron pacientes que habían recibi- dacción y revisión de las mismas, con el apoyo constante de
do sedantes en las 24 hs previas al enrolamiento. No es posible colaboradores formales e informales y en un periodo de 3 años
discernir cuáles de las intervenciones, o qué combinación de in- y medio. Como expertos convocados por la Sociedad Ameri-
tervenciones son efectivas para mejorar el sueño y disminuir el cana de Cuidados Críticos, intentamos aportar a los profesio-
delirium en los estudios mencionados. En conjunto, la evidencia nales de la salud una revisión de la evidencia más reciente para
fue de baja o muy baja calidad dado el riesgo de confusión, im- garantizar el mejor cuidado de los pacientes críticos adultos
precisión y riesgo potencial de sesgo en los estudios incluidos. (531, 532) utilizando los procesos más rigurosos y transparen-
El panel realizó una recomendación condicional basada en el tes a nuestra disposición. Ya que esos procesos no necesaria-
potencial beneficioso (reducción de delirium) y el mínimo daño mente son accesibles a los profesionales de la salud y los usua-
previsto. El panel reconoció, sin embargo, que implementar y rioes (533), establecimos formas alternativas para presentar
sostener protocolos multimodales de práctica clínica puede re- las preguntas relevantes y centradas en el paciente referidas al
querir de muchos recursos (530). dolor, sedación, delirium, inmovilidad y prácticas relaciona-
Falta de evidencia: En el futuro, deberá investigarse cuál de das con el sueño. La diversidad de nuestro panel de expertos
las intervenciones o qué combinación de estas intervenciones, (534), representando profesionales de 3 continentes distintos,
son efectivas para mejorar el sueño y reducir el delirium. El generó una discusión vigorosa respecto a los enfoques clínicos
efecto reductor de delirium es notable en los estudios revi- y los aspectos del cuidado que diferían de acuerdo a la dispo-
sados, pero es menos demostrable en cuanto a la calidad del nibilidad geográfica (de fármacos, por ejemplo) y la cultura
sueño, reforzando la idea de que es necesario trabajar más en institucional. Ya que no limitamos nuestra revisión a publica-
la evaluación del sueño de los pacientes críticos, tal como se ciones en inglés, la evidencia que utilizamos en este trabajo
recomienda más arriba. A pesar de que existen varios miles de representa literatura de todo el mundo.
publicaciones en cuanto a la práctica basada en la evidencia, La justificación para las recomendaciones, producto de in-
relativamente pocas abordan la mejoría del sueño en los pa- tensos debate y discusión, también incluyó la experiencia al
cientes críticos; este tópico en particular debería beneficiarse lado de la cama del paciente junto con la perspectiva del pro-
con más investigación. La mortalidad, estadía en terapia in- pio paciente de qué era mejor para él, proceso que realizaron
tensiva y duración de la ventilación mecánica se informó en todos los panelistas y expertos en metdología. En las seccio-
los estudios revisados, pero los números fueron demasiado nes agregadas a esta Guía desde su última versión de 2013 (1),
pequeños para sacar conclusiones. Estos, así como la experien- referidas a la rehabilitación/movilizaciónp precoz y el sueño,
cia de los pacientes y los resultados a mediano y largo plazo intentamos aclarar definiciones conceptuales dentro de es-
centrados en los pacientes, tales como calidad del sueño, salud tos dominios de investigación relativamente nuevos para los
mental y calidad de vida e independencia funcional continúan cuidados críticos. Quisimos, entonces, hacerlo más accesible
sin ser explorados. para facilitar su incorporación en el razonamiento complejo
que se realiza en cada caso y con cada paciente. Cuestionamos,
Observaciones finales en torno al sueño en UCI asimismo, prácticas habituales como por ejemplo administrar
A la fecha, los estudios son consistentes en términos de demos- antipsicóticos a pacientes con delirium. Invitamos a los médi-
trar que los pacientes críticos duermen mal como resultado cos a incluir más intervenciones en comparación con lo pro-

40 Guías PADIS 2018


Artículo especial online

puesta en las Guías 2013 (1); un ejemplo es la evaluación de Kimia Honarmand, MD, MSc; Jamie Le, MD; Sindu Mohan,
múltiples abordajes farmacológicos y no farmacológicos de MD; Peter J. Hurh, MD; Justin D. Dumont, DO, MS; M. Far-
co-adyuvantes analgésicos en pacientes de UCI. Cuando la evi- han Nasser, MD; Venkat R. Venna, MD; Aparna Nallagangu-
dencia publicada no era sufieciente, se limitaba a una pobla- la, MBBS; Kimberly J. Terry, PharmD y Jeremy R. DeGrado,
ción muy acotada o a una única intervención específica (por PharmD. Miembros del grupo GRADE que también colabo-
ej., analgesia para procedimientos) o bien no existía evidencia raron como Fayez Alshamsi, MD y ayudaron con el analisis.
que permita responder las preguntas planteadas, se describió Charlie Kishman, MSL, que inició la revisión de la literatura
detalladamente esas faltas de evidencia intentnado proveer su- como continuación a su aporte en las guías PAD 2013; Matt
fieciente información para informar a los investigadores que Dupprey, PharmD, por su apoyo inestimable durante la reu-
intentarán luego responder esas dudas. nión en Hawaii 2017; Lori Harmon y Sylvia Quintanilla que
Estamos concientes de las limitaciones de nuestro trabajo. brindaron apoyo estructural; y Deb McBride que revisó y edi-
El requisito de trabajos randomizados para definir la “buena tó la versión final. Este trabajo no hubiera sido posible sin el
evidencia” tiene sus bemoles; se intentó considerar en la me- apoyo de colegas, familia y amigos, que vieron resignado tiem-
dida de lo posible los problemas de adecuación a la práctica po de cada uno de los colaboradores en pos de completar esta
habitual (535) y los confundidores diagnósticos (312), aunque guía. A ellos, nuestro sentido reconocimiento. Asimismo, re-
es probable que existan factores “desconocidos” que potencial- conocemos a los pacientes, maestros y colegas que inspiraron
mente podrían influir la evidencia. Un ejemplo es la introduc- este esfuerzo académico.
ción reciente de estratificación por fragilidad (536) en trabajos La iniciativa Liberación de la UCI de la SCCM está com-
que involucran pacientes críticos, que no pudo consdierarse ya prometida a proveer recursos y herramientas de implementa-
que esta comorbilidad no había sido tomada muy en cuenta ción concernientes al mejor manejo del dolor, la agitación, el
en la literatura que utilizamos para justificar nuestra recomen- delirium y la inmovilidad. Por favor, visita el sitio de la campa-
daciones. Otro ejemplo es el hecho de que aunque todos los ña en http://www.iculiberation.org/About/ Pages/default.aspx
pacientes estaban internados en la UCI, existía una gran varia- para más información.
bilidad en la razon de ingreso y la gravedad de enfermedad, lo
que obliga a ajustar nuestras recomendaciones a cada caso en
particular. Es inherente a la práctica clinica y por ende al pro- REFERENCIAS
ceso de investigación y sus conclusiones un grado variable de   1. Barr J, Fraser GL, Puntillo K, et al.: Clinical practice guidelines for
incertidumbre (537). Nuestro proposito de hacer trasparente y the management of pain, agitation, and delirium in adult patients in
the intensive care unit. Crit Care Med 2013; 41:263–306
accesible nuestro proceso de toma dedecisión y de innovacio-
   2. Balas MC, Weinhouse, GL, Denehy L, et al: Interpreting and im-
nes sucesivas dio lugar a la redacción del artículo referido a la plementing the 2018 Pain, Agitation (Sedation), Delirium, Immobi-
metdología que acompaña a estas guías (13). lity, and Sleep (Disruption) (PADIS) Clinical Practice Guideline.Crit
Finalmente, sólo el desarrollo de estas guías no garantiza Care Med 2018 (in press)
  3. Walsh TS, Kydonaki K, Antonelli J, et al.: Staff education, regular
su uso (538). Algunos programas de educación y la evalua-
sedation and analgesia quality feedback, and a sedation monitoring
ción posterior (feedback) que buscaban mejorar el manejo de technology for improving sedation and analgesia quality for critically
la sedación y analgesia relacionadas con objetivos fueron in- ill, mechanically ventilated patients: a cluster randomised trial. The
efectivos en estudios prospectivos (3,4). En otro artículo que Lancet Respiratory Medicine 2016; 4:807–817
  4. Khan BA, Fadel WF, Tricker JL, et al.: Effectiveness of implementing
acompaña a esta guía discutimos en detalle estrategias de di- a wake up and breathe program on sedation and delirium in the ICU.
fusión e implementación de los contenidos y estrategias aquí Crit Care Med 2014; 42:e791–5
discutidos (2). Además de intentar superar la brecha entre el   5. Skrobik Y, Ahern S, Leblanc M, et al.: Protocolized intensive care
conocimiento acutal y su aplicaicón, creemos que ese articulo unit management of analgesia, sedation, and delirium improves
analgesia and subsyndromal delirium rates. Anesth Analg 2010;
proveera sustento a los médicos, equipo de salud y adminis- 111:451–463
tradores para implementar proceso de mejora de calidad en el   6. Kamdar BB, Yang J, King LM, et al.: Developing, implementing, and
manejo del dolor, la agitación, el delirium, la movilidad precoz evaluating a multifaceted quality improvement intervention to promo-
y el sueño, lo que se enmarca en el proceso de mejora continua te sleep in an ICU. Am J Med Qual 2014; 29:546–554
  7. Balas MC, Burke WJ, Gannon D, et al.: Implementing the awake-
en el cuidado con la mejor evidencia disponible.
ning and breathing coordination, delirium monitoring/management,
and early exercise/mobility bundle into everyday care: opportunities,
challenges, and lessons learned for implementing the ICU Pain, Agi-
RECONOCIMIENTOS tation, and Delirium Guidelines. Crit Care Med 2013; 41:S116–27
Extendemos nuestro agradecimiento a todos los que contribu-   8. Hoyer EH, Friedman M, Lavezza A, et al.: Promoting mobility and
reducing length of stay in hospitalized general medicine patients: A
yeron de manera directo o indirecta a este esfuerzo: Margaret quality-improvement project. J Hosp Med 2016; 11:341–347
McIvor, una sobreviente a la UCI que pudo contribuir hasta   9. Barnes-Daly MA, Phillips G, Ely EW: Improving hospital survival and
que tuvo que volver a continuar tratamiento por sus enferme- reducing brain dysfunction at seven California community hospitals:
dades; muchos estudiantes, aprendices y colegas ayudaron con Implementing PAD guidelines via the ABCDEF bundle in 6,064 pa-
tients. Crit Care Med 2017; 45:171–178
la revisión del resumen y del texto completo, ellos son: Julie C.
 10. Selva A, Sanabria AJ, Pequeño S, et al.: Incorporating patients’
Reid, PT, MSc; Anastasia Newman, PT, MSc; David J. Gagnon, views in guideline development: a systematic review of guidance
PharmD; Lauren E. Payne, PharmD; Nicole Kovacic, PharmD; documents. J Clin Epidemiol 2017; 88:102–112

Guías PADIS 2018 41


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Guías PADIS 2018 53


[REV. MED. CLIN. CONDES - 2019; 30(2) 126-139]

REVISTA MÉDICA CLÍNICA LAS CONDES


https://www.journals.elsevier.com/revista-medica-clinica-las-condes

Enfoque actual de la analgesia, sedación y el delirium en


Cuidados Críticos
Current approach to analgesia, sedation and delirium in Critical Care

Matías Olmosa , Daniel Varelab, Francisco Kleinc, d,.

a
Jefe de Residentes, Unidad de Terapia Intensiva, Hospital Universitario Fundación Favaloro. Buenos Aires, Argentina.
b
Coordinador, Unidad de Terapia Intensiva, Hospital Universitario Fundación Favaloro. Buenos Aires, Argentina.
c
Jefe de Áreas Críticas, Jefe de Unidad de Terapia Intensiva. Hospital Universitario Fundación Favaloro. Buenos Aires, Argentina.
d
Decano de Facultad de Ciencias Médicas, Universidad Favaloro. Buenos Aires, Argentina.

INFORMACIÓN RESUMEN
DEL ARTÍCULO Los pacientes críticamente enfermos pueden experimentar a diario situaciones de agitación, dolor y delirium
durante su internación en la UCI, las que pueden tener consecuencias a corto y largo plazo. Un abordaje cohe-
Historia del Artículo:
Recibido: 06 11 2018. rente y ordenado ofrece una mejoría en su pronóstico. Una aproximación racional requiere la implementación de
Aceptado: 11 03 2019. una serie de prácticas, idealmente establecidas en protocolos de actuación, que incluyan la utilización de herra-
mientas de valoración de los síntomas, un tratamiento analgésico adecuado, prioritario y titulado, establecer el
Palabras clave:
Analgesia, sedación nivel objetivo de sedación, con la utilización ideal de niveles de sedación superficial, eligiendo el fármaco sedante
consciente, cuidados apropiado, utilizando además estrategias no farmacológicas para el manejo de los síntomas, involucrando a todos
críticos.
los miembros del equipo profesional así como a los familiares asociados activamente en la atención del paciente.
Key words: El efecto combinado de estas medidas proporciona la base de un estándar de atención para los pacientes de la
Analgesia, conscious UCI, ofreciendo oportunidades para mejorar los cuidados, el confort y los resultados a largo plazo.
sedation; critical care;
delirium.
ABSTRACT
During their ICU stay, critically ill patients could experience daily episodes of agitation, pain and delirium
that might lead to short and long term consequences. A judicious and orderly approach offers these patients
an improvement in their prognosis. A rational approach requires the implementation of a series of practices,
ideally organized into action protocols, which include the use of tools for the assessment of symptoms, a
prioritized, adequate and titrated analgesic treatment, establishing a targeted objective level of sedation,
looking for the achievement of superficial sedation levels, with the use of the most appropriate sedative
drug, and non-pharmacological strategies for the management of symptoms while involving all members
of the professional team and family members into an active participation in the patient’s care.
The associated effect of these measures provides the basis for the current standard of care for ICU patients,
offering opportunities to improve results, comfort and long-term outcomes.

Autor para correspondencia


Correo electrónico: olmos.matias@hotmail.com

https://doi.org/ 10.1016/j.rmclc.2019.03.002
e-ISSN: 2531-0186/ ISSN: 0716-8640/© 2019 Revista Médica Clínica Las Condes. Este es un artículo Open Access bajo la
licencia CC BY-NC-ND
(http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/).

126
[Enfoque actual de la analgesia, sedación y el delirium en Cuidados Críticos - Matías Olmos y cols.]

INTRODUCCIÓN En pacientes que puedan hablar y/o comunicarse se reco-


El paciente crítico durante su estadía en la Unidad de Cuidados mienda la utilización de herramientas tales como la escala
Intensivos (UCI) experimenta situaciones que provocan visual analógica (EVA) o la escala numérica de dolor, que son
estados de ansiedad, disconfort, desasosiego, agitación y fáciles de aplicar, y están aceptadas y validadas para la evalua-
dolor que pueden conducir a un sueño inadecuado, fatiga, ción y monitoreo del dolor. En pacientes con trastornos de
desorientación, estrés, taquicardia, aumento del consumo de la conciencia o intubados sin posibilidad de comunicación,
oxígeno miocárdico, hipercoagulabilidad, inmunosupresión y se debe sospechar dolor cuando se presentan expresiones
un incremento de su tasa metabólica. La situación clínica más faciales evocativas del mismo, excitación psicomotriz o asin-
frecuentemente asociada a estas complicaciones es la asis- cronías paciente-ventilador. Para su identificación se reco-
tencia ventilatoria mecánica (AVM). Los profesionales de la UCI mienda la valoración mediante la utilización de herramientas
cuentan con regímenes de analgesia y sedación para intentar validadas como pueden ser la Critical Care Pain Observation
minimizar estas complicaciones. Para brindar la máxima segu- Tool (CPOT) y/o la Behavioral Pain Scale (BPS) (Ver tablas
ridad y confort, estos regímenes requieren de un uso muy 1 y 2). Estas herramientas exploran conductas y compor-
cuidadoso. La utilización de dosis inapropiadas y la falta de tamientos relacionados con la presencia de dolor, y pueden
consideración de sus efectos tóxicos o colaterales pueden utilizarse no solamente para la pesquisa sino también para el
llevar a consecuencias potencialmente perjudiciales. Esta revi- monitoreo de la respuesta terapéutica del dolor4,5.
sión aborda el tema basada en la mayor evidencia disponible y Estas escalas deben ser utilizadas de manera periódica,
recomendaciones surgidas de las guías de práctica clínica que como parte de un protocolo de actuación y evaluación
cuentan con el mayor consenso en la actualidad. global idealmente aplicándolas cada 4 a 6 horas así como
antes y después de procedimientos que puedan provocar o
exacerbar el dolor.
I.- ANALGESIA
El dolor es una experiencia frecuente en los pacientes críticos. Los protocolos de actuación deberían estar basados funda-
A pesar de la conciencia de la necesidad de una analgesia mentalmente en estrategias diseñadas para el control del
adecuada, un número significativo de estos pacientes inter- dolor como objetivo primordial. Su utilización ha demostrado
nados en UCI no recibe un diagnóstico y manejo apropiados1-3. una disminución en la duración de la ventilación mecánica y
estadía en la UCI así como una menor utilización de sedan-
Reconocimiento, evaluación y control del dolor tes6,7.
Al tener un carácter subjetivo, la presencia o intensidad del Una vez reconocido el dolor se deben extremar las medidas
dolor puede ser muy difícil de evaluar en pacientes críticos, para su tratamiento adecuado con el fin de minimizar su
especialmente cuando existen dificultades para la comu- repercusión pronóstica. Para ello se cuenta con una amplia
nicación, como sucede en aquellos que se encuentran con variedad de fármacos.
trastornos de la conciencia o bajo intubación orotraqueal.
Algunos estudios han mostrado que alrededor del 70% de los Los opioides siguen siendo el principal pilar para el control del
pacientes en UCI presenta dolor no reconocido o insuficiente- dolor en la mayoría de los escenarios de la UCI. Sin embargo,
mente controlado. sus efectos secundarios y/o tóxicos son frecuentes y poten-
La estadía en UCI se ha descrito en muchas oportunidades cialmente riesgosos. Efectos tales como la sedación, euforia,
como una experiencia humana dramática, siendo el dolor uno delirium, náuseas, depresión respiratoria, retención urinaria,
de los principales componentes de esa desagradable vivencia. espasmo de la vía biliar, íleo, constipación e inmunosupresión,
Por sí mismo, el dolor puede impactar también en la morbi- favorecen la prolongación de la estadía en la UCI y pueden
lidad de los pacientes. empeorar los resultados de estos pacientes aún después del
El dolor interfiere en la fisiología cerebral, cardiovascular y alta de la UCI.
respiratoria, pudiendo generar un retraso en la recuperación y En la actualidad se ha extendido el concepto de “analgesia
el alta de los pacientes. Además, puede desencadenar estados multimodal”, descrito inicialmente para pacientes postopera-
de ansiedad, depresión y estrés postraumático que podrían torios, pero fácilmente extrapolable al resto de los pacientes
prolongase más allá del alta de la UCI. críticos. Esta práctica tiene como objetivo reducir el uso
de opioides apoyándose en la utilización de analgésicos y
Por lo tanto, el reconocimiento del dolor es un desafío diario medidas no farmacológicas, tales como la rehabilitación física
que enfrenta el equipo de profesionales de la UCI, por lo que precoz y la inclusión familiar en la UCI entre otras8.
se recomienda una evaluación frecuente y protocolizada Dada su potencia analgésica, los opioides intravenosos siguen
mediante la utilización de escalas validadas para su identifica- siendo el analgésico de primera línea para la mayoría de los
ción y cuantificación. pacientes internados en la UCI.

127
[REV. MED. CLIN. CONDES - 2019; 30(2) 126-139]

Tabla 1. Herramienta de observación de dolor en Tabla 2. Escala de comportamiento del dolor


cuidados críticos (CPOT scale) (BPS scale)

Item Descripción Puntuación Item Descripción Puntuación


Relajado 0 Relajada 1
Expresión facial Tenso 1 Parcialmente tensa 2
Expresión facial
Mueca de dolor 2 Totalmente tensa 3
No realiza 0 Haciendo muecas 4
Movimiento de movimientos Relajado 1
miembros Protección 1 Parcialmente 2
Movimiento
Agitación 2 de miembros flexionado
Relajado 0 superiores Totalmente flexionado 3
Tensión muscular Tenso 1 Totalmente contraído 4
Muy tenso o rígido 2 Tolerando 1
Bien adaptado 0 movimientos

Tose pero tolera la 1 Tosiendo, pero 2


Adaptación al tolerando la ventilación
ventilación
ventilador Ventilación durante la mayor parte
Lucha con el 2 del tiempo
mecánica
ventilador
Luchando contra el 3
Habla en tono 0 ventilador
norma / no habla
Vocalización Imposibilidad de 4
Suspiros, gemidos. 1 controlar el ventilador
Gritos, sollozos 2 Puntuación > 5 es indicativo de presencia de dolor
Puntuación > 2 es indicativo de presencia de dolor. siendo máximo con puntuación de 12
Adaptado y traducido de Gelinas C, et al. Am J Crit Care. 2006;15[4]:420- Adaptado y traducido de Payen J, et al. Crit Care Med. 2001;29 (12);2258-
427. 2263.

La morfina es un analgésico opiáceo utilizado con menos que su uso en infusión continua prolongada se encuentre
frecuencia en la UCI. El inicio de su efecto analgésico se asociado a una prolongación de su efecto sedante y depresor
produce a los 5 a 10 minutos, luego de su administración del centro respiratorio. En caso de disfunción renal, podría
IV, su efecto máximo se alcanza alrededor de 1-2 horas y preferirse su uso en bolos aislados antes que en una infu-
presenta una vida media de eliminación de 4-5 horas. Su sión continua. Sus dosis son de 0.35–0.5μg/kg en adminis-
metabolismo implica su conjugación hepática dando lugar a tración IV intermitente cada 0.5–1h y de 0.7 a 5μg/kg/h (en
la formación de metabolitos glucurónidos, con una elimina- casos especiales hasta 10μg/kg/h) para su uso en infusión
ción renal que se produce en 24 horas. En pacientes críticos continua11.
con Clearence de Creatinina disminuido (particularmente
por debajo de 30 ml/min), este metabolito puede acumu- El remifentanilo es otro opiáceo utilizado en la UCI. Es un
larse provocando con prolongación de su efecto analgésico y derivado del Fentanilo de acción ultracorta, con un inicio
potenciando la aparición de efectos secundarios tales como y disminución acción muy rápida (< 3 a 5-10min) y similar
sedación y depresión respiratoria. Se puede administrar de potencia analgésica que el Fentanilo. Tiene una farmacoci-
manera intermitente intravenosa (IV) en dosis de 2–4 mg nética favorable vinculada a que su metabolismo se realiza
cada 1–2 horas o en una infusión continua de 2–15 mg/h, a través de esterasas plasmáticas, por lo que resulta una
que en casos especiales podría llegar hasta los 30 mg/h9,10. buena opción en pacientes con disfunción hepática y/o renal.
Cuando se administra en infusión continua, su potencia y
El fentanilo es un derivado sintético de la morfina apro- efectos sedantes hacen que pueda ser utilizado como droga
ximadamente 100 veces más potente que ella. Su inicio principal en protocolos de analgosedación, eventualmente
de acción es más rápido debido a su mayor solubilidad en requiriendo como complemento bolos aislados de sedantes
lípidos y mayor penetración de la barrera hematoencefálica. de acción corta. Esta estrategia podría reducir la duración de
Su potencial acumulación en tejidos grasos y músculos hace la ventilación mecánica y la estadía en UCI11.

128
[Enfoque actual de la analgesia, sedación y el delirium en Cuidados Críticos - Matías Olmos y cols.]

El principal inconveniente que presenta el uso de este 4–6 horas; con una dosis máxima ≤4g/día por vía oral, y de
fármaco está dado por su potencia depresora sobre el centro 650-1000mg IV cada 4-6h; con una dosis máxima IV ≤4g/día.
respiratorio, aún a dosis relativamente bajas, lo que lo hace
desaconsejable en pacientes respiratoriamente inestables, El nefopam es un analgésico no opioide derivado de la
restringiéndose su uso a aquellos pacientes que se encuen- benzoxacina, que posee una actividad inhibidora sobre los
tran bajo AVM. Debe tenerse presente que en el momento receptores dopaminérgicos, noradrenérgicos y serotoni-
de la suspensión brusca de su administración podrán obser- nérgicos. Una dosis de 20 mg produce un efecto analgésico
varse fenómenos de hiperalgesia, generalmente expresados comparable a 6 mg de morfina IV. No tiene efectos secunda-
por episodios de agitación psicomotriz, por lo que se reco- rios sobre la hemostasia, la mucosa gástrica, la función renal,
mienda la disminución progresiva de las dosis antes de su el centro respiratorio y la motilidad intestinal. Sin embargo,
suspensión definitiva. Solo estaría recomendada su utilización su uso puede asociarse a taquicardia, elevación de la presión
durante periodos cortos que no superen los 5 días. La dosis intraocular, convulsiones y delirium. En pacientes con cirugía
recomendada es de un bolo inicial de 1.5μg/kg IV, seguido de cardiaca, su efecto analgésico se asemeja al del Fentanilo IV.
un régimen de mantenimiento en infusión continua IV de 0.5 Se sugiere su utilización ya sea como complemento o como
a 15μg/kg/h. reemplazo de la terapia con opioides con el propósito de
reducir el uso de los mismos y sus efectos secundarios12.
El tramadol es un opioide de acción central que actúa unién- Habitualmente se utiliza en dosis IV intermitentes de 20mg
dose al receptor opiáceo μ como un agonista puro. Se utiliza (en 15-20min) en intervalos de 4 a 6 horas, con una dosis
en el tratamiento del dolor moderado a intenso. Sus efectos máxima de 120mg/día, o en infusión continua IV de 60 a
adversos más comunes incluyen náuseas, vómitos, mareos, 120mg/día. También se puede administrar por vía oral a una
sequedad bucal y cefalea. Produce menor depresión respira- dosis de 90 a 180mg/día en intervalos de 4-6 horas. Este
toria, efectos cardiovasculares, euforia y constipación que la fármaco aún no está disponible para su utilización en Chile
morfina. Se utiliza en dosis intermitentes IV de 50 a 100 mg ni Argentina.
cada 6-8 horas. Cuando se administra en infusión continua, se
da una dosis inicial de 100 mg IV, seguida de 12 a 24 mg/h, La ketamina proporciona anestesia y analgesia disociativa
aunque esta forma de administración no encuentra evidencias bloqueando los receptores de N-metil-d-aspartato (NMDA)
definitivas en la literatura. uniéndose a los receptores opiáceos Д. Se emplea como susti-
tuto o complemento de la terapia con opioides en pacientes
Los analgésicos no opioides tales como paracetamol, seleccionados, particularmente postquirúrgicos o que hayan
nefopam, ketamina, lidocaína, así como agentes utilizados desarrollado tolerancia a los opiáceos. Está asociado al even-
en el tratamiento del dolor neuropático tales como tual desarrollo de alucinaciones por lo que es aconsejable
pregabalina, carbamazepina o gabapentina, y los antiinfla- su uso bajo premedicación con diazepam o midazolam12. Se
matorios no esteroideos (AINEs) tienen efectos sinérgicos administra en una dosis inicial de 0.1-0.5mg/kg IV, seguida de
cuando se los asocia a los opioides, permitiendo un ahorro en una infusión continua IV de 0.05–0.4mg/kg/h.
la dosis de estos y logrando mejores resultados analgésicos.
Otro grupo de fármacos que pueden ser utilizados como
El paracetamol es un agente analgésico y antipirético utili- terapia analgésica adyuvante en la UCI son los fármacos anti-
zado para el tratamiento de la hipertermia y/o el dolor leve. depresivos, los anticonvulsivantes y los neurolépticos.
En pacientes quirúrgicos una dosis de 1g IV cada 6 horas, ha
demostrado disminuir la necesidad de opioides. La respuesta Los anticonvulsivantes como la carbamazepina, la gabapen-
individual a los efectos analgésicos del Paracetamol es variable tina y la pregabalina muestran su mayor eficacia en el trata-
y algunos pacientes son refractarios a sus efectos analgésicos. miento del dolor crónico, si bien múltiples ensayos clínicos
En pacientes sensibles, el paracetamol preventivo asociado sugieren su potencial en el tratamiento del dolor agudo o en la
con dosis de rescate de tramadol puede ser una buena estra- prevención del dolor crónico postoperatorio14. El gabapentina
tegia en el control del dolor postoperatorio leve a mode- y la pregabalina son análogos del ácido gamma-aminobutí-
rado. La hipotensión arterial (frecuentemente transitoria y rico (GABA), que habitualmente se utilizan para el tratamiento
que raramente requiere intervención farmacológica) es un del dolor neuropático en la población general, pero también
efecto secundario descripto, particularmente con su admi- pueden ser utilizados como parte de la estrategia multimodal
nistración parenteral, por lo que su uso debería evitarse en en el control del dolor en la UCI. Se los ha evaluado en pacientes
pacientes hemodinámicamente inestables o con disfunción críticos con síndrome de Guillain-Barré o en el postoperatorio
hepática12,13. La disfunción renal no contraindica su utilización. reciente de cirugía cardíaca, mostrando una reducción signi-
La dosis utilizada habitualmente va de 325 a 1000mg cada ficativa del consumo de opioides dentro de las 24 horas de

129
[REV. MED. CLIN. CONDES - 2019; 30(2) 126-139]

su inicio. Entre los pacientes con cirugía cardiaca, su uso no regional. El tratamiento no farmacológico debe considerar
afectó el tiempo hasta la extubación ni la estadía en la UCI14. también la adecuación postural, la contención emocional, la
Los efectos adversos más comúnmente relacionados con su movilización precoz y la participación familiar. Ante interven-
uso son la somnolencia y la confusión, que podrían limitar su ciones que puedan contribuir a la aparición o exacerbación del
utilización. La administración por vía oral de carbamazepina dolor tales como la necesidad de maniobras quirúrgicas, colo-
se realiza con una dosis inicial de 50 a 100mg cada 6 horas; cación de dispositivos invasivos, remoción de drenajes, caté-
seguida de una dosis de mantenimiento que va de 100mg teres, curación de heridas, punciones arteriales o movilización
hasta 200mg cada 4 o 6 horas; con una dosis máxima de para la higiene se recomienda realizar un tratamiento farma-
1200mg/día con su uso son la somnolencia y la confusión, que cológico analgésico preventivo. Las ventajas potenciales de
podrían limitar su utilización. La gabapentina se administra en este enfoque incluyen una analgesia más efectiva, dosis más
una dosis inicial de 100 mg cada 8 horas por vía oral, llegando bajas de opioides y una disminución del riesgo de los efectos
a una dosis de mantenimiento que va desde 900 a 3600mg/ secundarios relacionados con su utilización.
día dividida en tres dosis. La pregabalina se administra por vía
oral inicialmente a una dosis de 50 mg cada 12 horas pudiendo
llegar hasta 300-600mg en 2 o 3 dosis diarias, de acuerdo a la II.- SEDACIÓN
respuesta terapéutica. La utilización de fármacos sedantes es una práctica diaria en
los pacientes internados en las UCI. Estos fármacos a menudo
Los AINEs pueden ser empleados como terapia principal en se utilizan por vía intravenosa en regímenes de infusión
el control del dolor o asociados a los opiáceos como parte de continua. Su empleo tiene el propósito de brindar confort,
una estrategia multimodal. Sus efectos sinérgicos permiten la reducir la ansiedad, prevenir las complicaciones asociadas a
reducción de la dosis y los efectos secundarios asociados a los la agitación y (en situaciones especiales) disminuir el consumo
opiáceos como se ha mencionado con otros analgésicos. Su de oxigeno optimizando la interacción entre el paciente y
utilización puede desencadenar efectos secundarios poten- el ventilador. Sin embargo, el uso de estos fármacos puede
cialmente graves sobre todo en pacientes con disfunción tener consecuencias a corto y largo plazo que deben ser cono-
renal, hemorragia gastrointestinal, hemorragia quirúrgica cidas, monitoreadas y prevenidas, ya que predisponen a un
reciente, disfunción plaquetaria, cirrosis o asma, en quienes aumento de la morbilidad, fundamentalmente expresadas en
deben considerarse como de alto riesgo y deben evitarse. Su una prolongación de la AVM, una mayor estadía en la UCI y en
uso debe cotejarse cuidadosamente con los eventuales efectos el hospital, así como una mayor incidencia de delirium, tras-
secundarios de los opiáceos y limitarlos a pacientes postope- tornos depresivos y estrés postraumático16.
ratorios estables sin disfunción renal, hepática o plaquetaria.
Diferentes ensayos clínicos mostraron que ciertas inter-
El tratamiento analgésico farmacológico puede ser combi- venciones, tales como el uso de protocolos de actuación,
nado con el uso de medidas tales como la anestesia regional permiten disminuir las complicaciones derivadas de la utili-
o intervenciones no farmacológicas tales como la kinesio- zación de estos fármacos. Estos protocolos de actuación son
terapia con movilización temprana, la estimulación eléc- pautas o guías preestablecidas que, mediante la evaluación
trica transcutánea (TENS), técnicas de relajación, terapias de periódica del nivel de sedación, usando escalas de valoración
masaje y musicoterapia, así como brindando herramientas validadas, permiten realizar ajustes frecuentes de las dosis de
que favorezcan la comunicación. Las medidas no farmacoló- los fármacos con el propósito de evitar la infra o sobre seda-
gicas podrían contribuir a un mejor manejo del dolor en los ción de los pacientes.
pacientes internados en la UCI15.
Nivel adecuado de sedación
Una adecuada estrategia para el control del dolor debe estar La sedación es un componente clave en el cuidado de los
basada en un enfoque multimodal. Este concepto surge con pacientes que requieren AVM en la UCI. La minimización del
la idea de proporcionar un control adecuado del dolor utili- dolor y la ansiedad es una recomendación considerada un
zando el efecto aditivo y sinérgico de distintos tipos de anal- estándar de la calidad de la atención. La aproximación habi-
gésicos a bajas dosis y diferentes vías (intravenoso, enteral, tual al control del dolor y la ansiedad se realiza con analgé-
epidural, bloqueos locales, etc), con la consiguiente reduc- sicos y sedantes que, además, permiten mejorar la sincronía
ción de sus efectos secundarios, todo esto sumado a medidas con el ventilador y disminuir el trabajo respiratorio. Algunos
no farmacológicas. El tratamiento farmacológico analgésico estudios han demostrado, sin embargo, que la sedación
se debe realizar con una combinación de drogas con meca- excesiva se asocia con peores resultados, con una mayor
nismos de acción diferentes que incluyan analgésicos opiá- incidencia de delirium, AVM prolongada, neumonía asociada
ceos, analgésicos no opiáceos y eventualmente anestesia a la ventilación mecánica, mayor estadía en la UCI y hospi-

130
[Enfoque actual de la analgesia, sedación y el delirium en Cuidados Críticos - Matías Olmos y cols.]

talaria, estrés postraumático y deterioro cognitivo, así como Para lograr una sedación adecuada y segura se requiere una
con un aumento de los costos hospitalarios17,18. En cuanto al estrecha vigilancia de la dosis del fármaco sedante adminis-
momento de la instalación de la sedación y su profundidad, trado. El nivel objetivo de sedación fijado debe reevaluarse
ensayos clínicos han mostrado que la sedación profunda con frecuencia con el propósito de evitar una sedación exce-
temprana (al inicio de la AVM, en las primeras 48-72 horas) siva o disconfort y modificarse cada vez que se produzca un
está fuertemente asociada a peores resultados clínicos con cambio en la situación clínica del paciente.
prolongación de la duración de la asistencia ventilatoria, y
una mayor mortalidad19. En contraste, numerosas experien- La herramienta ideal utilizada para el monitoreo debería
cias clínicas indican que niveles superficiales de sedación en tener validez (permitir diagnosticar con precisión los diversos
pacientes adultos internados en la UCI, están asociados a una niveles de sedación), confiabilidad (mostrar el mismo resul-
menor duración de la ventilación mecánica y menor estadía tado a lo largo del tiempo y entre los diferentes examinadores)
en la UCI20. y factibilidad (que sea fácil de administrar, recordar y comu-
nicar entre los diferentes examinadores). Estas características
La definición exacta de qué es aquello a lo que se denomina permiten no solo la titulación precisa del nivel de sedación
“sedación superficial” no está clara, pero la mayoría de las sino también la corrección oportuna de otras causas de altera-
publicaciones la describen como una calificación de -2 a +1 ción de la conciencia tales como dolor, delirium o alteraciones
(con un ideal de 0) en una escala de RASS (o bien su equi- de la conciencia secundarias a injuria cerebral aguda.
valente en otras escalas), lo que clínicamente representa un
paciente despierto, tranquilo y colaborador. Las herramientas de monitoreo pueden ser subjetivas, es
La utilización de una sedación profunda solo debería estar decir, basadas en escalas de sedación realizadas a intervalos
reservada para situaciones especiales como la insuficiencia frecuentes, u objetivas, a través de la tecnología mediada por
respiratoria grave con asincronía paciente-ventilador, frente instrumentos que diagnostican automáticamente el nivel de
al requerimiento del uso de bloqueantes neuromusculares, sedación. Sin embargo, las escalas de valoración basadas en
en pacientes con lesiones cerebrales graves con hipertensión instrumentos clínicos subjetivos son herramientas que se han
endocraneana y en aquellos con estatus epiléptico. En esta demostrado robustas y han podido ser validadas.
última situación, el monitoreo de la sedación podría además
beneficiarse con apoyo a través de la utilización de un moni- Estudios bien diseñados y experiencias clínicas demostraron
toreo electroencefalográfico intermitente o continuo (BIS®, que el uso del monitoreo adecuado de la sedación permite una
Sed Line® u otros dispositivos). reducción significativa de las dosis de sedantes, del tiempo en
AVM, de la estadía en la UCI y el hospital, además de una menor
Con la utilización de un protocolo de sedación superficial, incidencia de delirium, neumonía asociada al ventilador y disfun-
se deberá prestar especial atención a la eventual aparición ción cognitiva a largo plazo24. Algunos autores también han infor-
de episodios de asincronía paciente-ventilador o agitación, mado una disminución en la mortalidad luego de la introducción
que podrían requerir para su control la modificación de los del monitoreo sistemático de los niveles de sedación25.
parámetros del ventilador, el uso de analgésicos de rescate (si
fuese secundaria a dolor) o la administración de drogas alter- A lo largo de los años se han creado y validado numerosas
nativas a los sedantes tales como los antipsicóticos atípicos, la escalas clínicas con el objetivo de monitorear la efectividad
Clonidina o la Dexmedetomidina21. de la sedoanalgesia. Aquellas que presentan una mayor acep-
tación son: Escala de Ramsay, Motor Activity Assessment Scale
Las guías de práctica clínica más recientes recomiendan que (MAAS), Adaptation to the Intensive Care Environment (ATICE),
los sedantes sean titulados evitando la sedación profunda Minnesota Sedation Assessment Tool (MSAT), Vancouver Inte-
y manteniendo un nivel de sedación superficial (paciente raction and Calmness Scale (VICS), Sedation-Agitation Scale
despierto, tranquilo y colaborador) a menos que la misma se (SAS), y Richmond Agitation-Sedation Scale (RASS). De éstas,
encuentre estrictamente contraindicada12,22,23. (Ver figura 1) las más utilizadas y recomendadas por las principales socie-
dades científicas por su alta confiabilidad, validez, alto grado
Monitoreo de la sedación de aceptación por parte del personal del equipo de salud y
El nivel de sedación ideal es aquel que proporciona un grado fácil utilización son las escalas de SAS y RASS, fundamental-
de sueño tal que el paciente pueda ser fácilmente despertado, mente12,22 (Ver tablas 3 y 4).
sin dolor, ni ansiedad, idealmente con amnesia del proceso,
y presentándose calmo y colaborador. El nivel adecuado de Utilización de protocolos de sedación
sedación permite evitar la infra o sobre utilización de fármacos La utilización de protocolos de sedación y analgesia en pacientes
sedantes. críticos bajo AVM se ha utilizado desde fines del siglo pasado

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[REV. MED. CLIN. CONDES - 2019; 30(2) 126-139]

FIGURA 1. EL CONCEPTO DE ECASH

PACIENTE
CONFORTABLE,
IMPLEMENTACIÓN PRECOZ • Opiáceos
CALMO,
• Analgesia multimodal
COOPERADOR
con adyuvantes para
disminuir dosis de
opiáceos.

Tratar y prevenir
CUIDADOS Dolor
CENTRADOS EN Ansiedad ANALGESIA
PACIENTE/FAMILIA Delirium PRIMERO
Inmovilización

• Movilización precoz.
• Promover el sueño.
• Modulación ambiental.
• Participación de la familia. MÍNIMA SEDACIÓN • Ajustar sedación según
objetivo definido.
• Evitar sedación profunda
injustificada.

El concepto de eCASH: implementación temprana para controlar y prevenir el dolor, la ansiedad, la agitación, el delirium y la inmovilización, y promulgar
la atención centrada en el paciente. La sedación moderada o profunda solo debe ser utilizada en situaciones como: insuficiencia respiratoria grave con
asincronia paciente-ventilador, pacientes que requieren uso de bloqueantes neuromusculares, status epiléptico, afecciones quirúrgicas que requieren
inmovilización estricta y algunos casos de lesión cerebral grave con hipertensión intracraneal.

luego de que Brook y col demostraran que la utilización de un salud, así como la preocupación por el probable disconfort
protocolo podía reducir la duración de la AVM, la necesidad que pudieran percibir los pacientes.
de traqueostomía y la estadía en UCI26. Luego de este estudio
inicial, otros confirmaron este hallazgo, mostrando además Para ser exitoso en la implementación de un protocolo de
la asociación entre una “sedación titulada” (la menor sedación sedoanalgesia es necesaria su aplicación estricta, la participa-
necesaria para alcanzar los objetivos de bienestar y seguridad ción de todo el equipo de salud y su educación permanente. El
del paciente) con la disminución de la dosis de sedantes utili- reconocimiento de las limitaciones locales que puedan atentar
zados, disminución de los costos, menor incidencia de delirium contra su implementación asociado al máximo esfuerzo para
y una menor incidencia de trastornos cognitivos a largo plazo27. lograr su funcionamiento es de vital importancia para alcanzar
A pesar de la contundencia de la evidencia, varias publicaciones el éxito.
muestran que sólo el 54% de los intensivistas emplea proto-
colos de sedación en su práctica diaria de la UCI. Interrupción diaria de la sedación
Desde hace casi 20 años, Kress y col. reportaron los beneficios
Diversos factores pueden atentar contra su implementación de la interrupción diaria de la infusión continua de sedantes en
y pueden explicar la gran diferencia existente entre las reco- los pacientes críticos bajo AVM28. Estos beneficios se demos-
mendaciones y la práctica diaria de las UCI. Algunos de ellos traron en una disminución de la estadía en AVM y en la UCI. Los
incluyen falta de aceptación por parte del personal médico y resultados se confirmaron en diferentes ensayos posteriores
enfermería, la preocupación del personal acerca de que una llevando a que esta práctica se incluyera como recomenda-
sedación insuficiente pueda poner en riesgo al paciente, el ción en las guías de práctica más importantes sobre el tema,
potencial incremento en la carga de trabajo en el equipo de incluyendo las más recientemente publicadas12.

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[Enfoque actual de la analgesia, sedación y el delirium en Cuidados Críticos - Matías Olmos y cols.]

Tabla 3. Escala de agitación-sedación (SAS scale) Tabla 4. Escala de agitación y sedación de


Ritchmond en español (RASS scale)
Item Descripción Puntuación
Item Descripción Puntuación
No Mínima o nula respuesta al 1
despierta dolor. No obedece órdenes Abiertamente combativo 4
o violento. Peligro
Despierta a estímulo táctil. 2 Combativo
Muy inmediato para el
No se comunica o mueve personal
sedado espontáneamente
Se retira tubo(s) o 3
Despierta al estímulo táctil 3 catéter(es) o tiene un
Muy agitado
Sedado o verbal suave. Obedece comportamiento agresivo
ordenes simples hacia el personal
Tranquilo, despierta 4 Movimiento frecuente no 2
Calmo fácilmente, obedece Agitado intencionado o asincronía
órdenes paciente-ventilador

Ansioso, leve agitación. 5 Ansioso o temeroso pero 1


Intenta sentarse. Calma Inquieto sin movimientos agresivos
Agitado
con instrucciones o vigorosos
Alerta y - 0
No se calma a la orden 6
Muy calmo
verbal frecuente. Muerde el
agitado tubo endotraqueal No completamente alerta, -1
pero se ha mantenido
Tira del tubo endotraqueal, 7 Somnoliento despierto (más de 10
Agitación trata de removerlo. Agrede segundos) con contacto
peligrosa al personal. Se mueve de visual, a la voz (llamado)
un lado a otro
Brevemente, despierta -2
Adaptado y traducido de Riker RR et al. Crit Care Med 1999; 27: 1325-9. Sedación con contacto visual
ligera (menos de 10 segundos)
al llamado
El proceso de interrupción diaria de la sedación comienza Algún movimiento (pero -3
Sedación
con la identificación de los candidatos apropiados para ella, sin contacto visual) al
moderada
excluyendo a aquellos que presentan contraindicaciones tales llamado
como el uso de sedación debido a convulsiones activas o No hay respuesta a la voz, -4
abstinencia alcohólica, la necesidad creciente de sedación por Sedación pero a la estimulación
agitación, el requerimiento de bloqueantes neuromusculares, profunda física hay algún
la presencia de hipertensión endocraneana o inestabilidad movimiento
hemodinámica con evidencia de isquemia miocárdica activa Ninguna respuesta a la -5
en las últimas 24 horas. Una vez que un paciente es identifi- No despierta voz o a la estimulación
cado como candidato, la infusión de sedantes es suspendida física
hasta que el paciente se despierta o muestra signos de agita- Escala RASS validada al español por Rojas-Gambasica et al.
ción, desadaptación o intolerancia al despertar. Si el paciente
no tolera clínicamente la interrupción, se puede reiniciar la
sedación continua, generalmente a la mitad de la dosis previa, y para garantizar la seguridad mientras se realiza esta práctica,
realizando una valoración previa de la presencia de dolor. Si el es recomendable la presencia de un equipo multidisciplinario
paciente se muestra despierto y tranquilo se debe valorar la comprometido y con experiencia en el tema. Esto último crea
posibilidad de realizar una prueba de ventilación espontánea una gran limitación para su implementación en las UCI lati-
con el propósito de intentar su extubación. noamericanas ya que en estas, la carencia de personal es un
Al momento de realizar la interrupción de la sedación, pueden común denominador.
observarse episodios de confusión, agitación o ansiedad con
el riesgo de auto-retirarse el tubo orotraqueal, los drenajes La interrupción diaria de la infusión de sedantes resulta un
o los accesos vasculares. Esta interrupción puede también instrumento muy importante para la titulación, ajuste, admi-
desencadenar una gran descarga adrenérgica con taquicardia nistración racional y suspensión temprana de los mismos con
e hipertensión arterial de severidad impredecible. Por lo tanto, beneficios en el pronóstico de estos pacientes.

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[REV. MED. CLIN. CONDES - 2019; 30(2) 126-139]

En pacientes adultos con ventilación mecánica que son Dexmedetomidina versus benzodiacepinas: La utilización
monitoreados con protocolos de sedación y analgesia, la de Dexmedetomidina como sedante mostró en una serie de
adición de una interrupción diaria de sedación no ha demos- estudios una disminución del tiempo de AVM, de estadía en
trado reducir la duración de la ventilación mecánica o la UCI y una menor incidencia de delirium comparada con la
permanencia en la UCI29. infusión de benzodiacepinas. La posible aparición de bradi-
cardia con el uso de Dexmedetomidina no se asoció a la nece-
Elección del sedante sidad terapéutica de su corrección. Los hallazgos permiten
El sedante ideal debería presentar mínimos efectos hemo- preferir el uso de dexmedetomidina por sobre el de la benzo-
dinámicos, no producir depresión respiratoria, no presentar diacepina12.
interacciones con otros fármacos, no producir metabolitos
activos ni toxicidad, presentar una vida media corta, tener una Propofol versus dexmedetomidina: Los estudios que
eliminación independiente de la función de los órganos y ser compararon la infusión de estos dos fármacos mostraron una
de bajo costo. Ningún fármaco posee todas las características menor incidencia de delirium y un mejor grado de comunica-
ideales, por lo que conocer la farmacología de los distintos ción de los pacientes con el uso de dexmedetomidina sin dife-
agentes potencialmente utilizables permite adaptar su uso al rencias estadísticamente significativas en el tiempo de AVM,
objetivo deseado y a la condición clínica del paciente. en la estadía en UCI y hospitalaria, así como en la incidencia
Los fármacos más comúnmente empleados para la sedación de efectos adversos tales como la hipotensión arterial y bradi-
en la UCI son las benzodiacepinas (midazolam y lorazepam), cardia. No existe aún evidencia suficiente para recomendar el
el propofol y la dexmedetomidina. uso de uno sobre otro. La decisión deberá basarse en conside-
Una abundante evidencia publicada muestra que la infu- raciones locales tales como su disponibilidad y costos12.
sión de benzodiacepinas, especialmente en dosis altas y Las referencias previas han conducido a la tendencia creciente
por tiempo prolongado, se asocia con peores resultados, a evitar el uso de las benzodiacepinas como sedantes de
con aumento de la morbilidad, de la incidencia de delirium, primera línea en la UCI, avanzando hacia agentes de acción
del tiempo de ventilación mecánica y de la estancia en la rápida, de fácil titulación y mejores resultados, tales como el
UCI30. Aunque su uso está en descenso, aún siguen siendo propofol y la dexmedetomidina.
los sedantes más utilizados en los pacientes críticos. De estos El midazolam se administra con un bolo inicial de
el más utilizado es el midazolam ya que el lorazepam está 0.01–0.05mg/kgen 1-2 min, seguido de un mantenimiento
asociado a una mayor incidencia de efectos adversos. de 0.02–0.1mg/kg/h; el Lorazepam con un bolo inicial de
En la actualidad existen alternativas que podrían ser más 0.02–0.04mg/kg, seguido de una infusión continua de
seguras y efectivas que estos fármacos (propofol y dexmede- 0.01–0.1mg/kg/h; el Propofol con una dosis inicial de 5μg/kg/min
tomidina) con menor frecuencia de resultados adversos. en 5 min, seguido de una infusión continua de 5–50μg/kg/min; y la
Varios ensayos han comparado los resultados de las diferentes Dexmedetomidina con una dosis en infusión continua a razón de
alternativas terapéuticas: 0.2–1.5μg/kg/h.
Propofol vs. benzodiacepinas: La utilización de propofol
mostró una disminución de la necesidad de sedación y de la A la luz de la información disponible, a la hora de la elección
duración de la AVM en comparación con el uso de las benzo- del fármaco sedante deberá tenerse en cuenta cuál es el
diacepinas. Algunas publicaciones demostraron que el uso de objetivo del nivel de sedación. Si el objetivo es alcanzar una
propofol podría asociarse a un mayor riesgo de incidentes de sedación superficial se deberán preferir agentes tales como
autoextubación sin que se pudiera concluir en los resultados si dexmedetomidina o el propofol. En cambio, si las condiciones
se asocia o no a una mayor necesidad de reintubación o inci- clínicas requieren una sedación profunda debería preferirse
dencia de delirium31. Uno de los efectos adversos raros, pero la administración de oropofol o benzodiacepinas (a las dosis
potencialmente letal, asociado a la administración de propofol útiles más bajas y por el tiempo más corto posible).
en infusión continua es la aparición del Síndrome por infu-
sión de Propofol. Este se produce cuando se administra a dosis
elevadas (mayor a 4 mg/kg/min) y por un tiempo prolongado III.- DELIRIUM
(más de 48 hs). Se caracteriza por disfunción multiorgánica, El delirium es una entidad clínica muy frecuente en la UCI.
rabdomiólisis, acidosis metabólica, hiperkalemia, arritmias Este síndrome puede ser considerado una forma de disfunción
y –eventualmente- muerte súbita. Para evitar su aparición orgánica aguda caracterizada por trastornos en la atención,
se aconseja evitar su uso en dosis elevadas y por tiempos disfunción cognitiva, desorganización del pensamiento y tras-
prolongados. Las características deseables del uso de Propofol tornos del estado de conciencia. Se caracteriza por presentar
probablemente superen las indeseables, por lo que se reco- un comienzo agudo y un curso fluctuante. El delirium es
mienda su utilización por sobre la de las benzodiacepinas12. habitualmente reversible, y su aparición está asociada tanto

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[Enfoque actual de la analgesia, sedación y el delirium en Cuidados Críticos - Matías Olmos y cols.]

a factores relacionados con los antecedentes del paciente, así meses. En pacientes con delirium, el estudio de Peterson et
como a variables relacionadas con la internación en la UCI. al mostró una distribución del 54.9% para el delirium mixto,
43.6% para el hipoactivo y solo 1.6% para el hiperactivo35.
Epidemiología
La incidencia del delirium reportada en pacientes críticos es Factores de riesgo
de aproximadamente 32-36%17,32 y hasta en el 60-80% de los Los factores de riesgo relacionados al delirium pueden divi-
pacientes que requieren AVM33. dirse en factores predisponentes (aquellos relacionados a las
En un estudio epidemiológico retrospectivo realizado en nuestra condiciones preexistentes) y factores precipitantes (aquellos
institución que incluyo 2127 pacientes ingresados a la UCI atribuibles a la patología aguda y/o a factores ambientales
(datos aún no publicados), se demostró una incidencia de deli- adquiridos durante su internación en la UCI).
rium del 34.5% observándose una mayor incidencia en el grupo
de pacientes médicos (37.6%) en comparación a los quirúrgicos Dentro de los factores predisponentes, la edad avanzada, el
(32.6%). De los pacientes con delirium, el 69.1% requerían AVM. tabaquismo severo, el consumo de alcohol, el sexo masculino
El delirium se asocia a un aumento en la estadía en UCI y en y el deterioro cognitivo previo están descriptos como factores
la estadía hospitalaria, a mayores requerimientos de AVM, a de riesgo independientes. En relación a los factores preci-
un aumento de la mortalidad intra y extrahospitalaria, a dete- pitantes, el uso de drenajes, tubos y catéteres, la gravedad
rioro cognitivo y a trastornos amnésicos posteriores17,32,34. En clínica (valorada por SAPS, APACHE II o SOFA score), ciertos
nuestro estudio epidemiológico, los pacientes con delirium fármacos (morfina, benzodiacepinas), el coma (espontáneo
presentaron una estadía en UCI de 11 días versus 2 días en o inducido) y la AVM se han demostrado como los determi-
aquellos que no lo presentaron. nantes más importantes para su desarrollo en la UCI. Los altos
Cuando se analizó la mortalidad, se observó que la misma requerimientos transfusionales son una variable asociada a la
fue del 19.8% en los pacientes con delirium versus un 5.5% aparición de delirium postoperatorio, probablemente como
en aquellos pacientes sin él. En nuestra serie, el grupo de subrogante de la gravedad de los pacientes. Entre los factores
pacientes críticos con delirium por una admisión clínica ambientales descriptos como precipitantes se destacan el
presentó una mayor mortalidad que aquellos que ingresaron aislamiento, la ausencia de exposición a la luz natural, la trans-
en situación postoperatoria (32 versus 10.7%). ferencia a otras unidades, la utilización de la contención física
y la mala calidad del sueño17 (Ver tabla 5).
Subtipos de delirium La pesquisa de la presencia de factores de riesgo cumple un
Desde el punto de vista clínico, este síndrome se puede dividir rol importante en la prevención de la aparición del delirium.
en 3 subtipos basados en las características semiológicas:
1. Hiperactivo Diagnóstico
2. Hipoactivo El beneficio de la detección temprana del delirium radica en
3. Mixto la oportunidad de poder iniciar medidas de corrección de los
factores de riesgo, registrar condiciones clínicas que puedan
Los más comunes son el mixto y el hipoactivo, siendo el último predisponer a su aparición e instaurar precozmente medidas
el de peor pronóstico, considerando la mortalidad a los 6 terapéuticas apropiadas (tanto de la causa desencadenante

Tabla 5. Factores de riesgo relacionados con la aparición de delirium

Factores predisponentes Factores precipitantes


Atribuibles a la patología Ambientales
Edad avanzada (> 65 años) Motivo de ingreso (sepsis, insuficiencia Ausencia diaria de luz
Sexo masculino respiratoria) Fragmentación del sueño
Deterioro coginitivo previo Gravedad (APACHE II) Contención física
Enolismo Uso de medicación psicoactivas Instrumentalización
Tabaquismo Drogas (opioides, benzodiapinas)
Alteraciones de medio interno
Fragilidad
Dolor
Uso previo de fármacos psicoactivos Coma
Necesidad de AVM
Retención urinaria

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[REV. MED. CLIN. CONDES - 2019; 30(2) 126-139]

como del síndrome en sí mismo). La actual guía de la Society metabólica) y el posterior desarrollo de delirium39. Este mismo
of Critical Care Medicine sobre analgesia, sedación y deli- grupo ratificó estos hallazgos en otro estudio prospectivo y
rium, recomienda utilizar herramientas de tamizaje diario y multicéntrico realizado en varios países de Europa40.
frecuente para la detección del delirium.
En 1990, Inouye et al validaron la escala CAM (del inglés: En 2015, Wassennar et al, validaron otro modelo de predic-
Confusion Assessment Method) para el diagnóstico de delirium ción de delirium con factores de riesgo presentes en el
en pacientes internados en la sala de internación general. Esta momento de la admisión a la UCI (edad, deterioro cognitivo
escala está basada en la operacionalización de los criterios previo, abuso de alcohol, BUN al ingreso, uso de corticoides y
diagnósticos de delirium del tercer manual de diagnóstico y falla respiratoria) observando también una buena correlación
estadística de desordenes mentales (DSM III-R)36. entre este modelo y el desarrollo de delirium41.
La predicción de la aparición del delirium puede ser una
Muchas de las herramientas diagnósticas con las que se herramienta útil para su prevención. Si bien las escalas tienen
cuentan para la detección del delirium, fueron estudiadas y sus limitaciones, pueden servir para alertar al equipo de salud
validadas en países europeos y de América del Norte. En lo y poner en marcha las medidas anticipatorias pertinentes.
que respecta a los países de habla hispana, solo contamos con
la validación del CAM-ICU (del inglés: Confusion Assessment Prevención de delirium
Method for the Intensive Care Unit) en Colombia y una adap- Medidas no farmacológicas
tación cultural de esa validación en Chile. Ambas presentan La discontinuación diaria de los sedantes y la valoración perma-
una adecuada sensibilidad y especificidad para la detección nente de los requerimientos de sedación asociados a la movili-
de delirium en la UCI (Sensibilidad de 79.4% en validación zación temprana y a pruebas de ventilación espontánea como
en Colombia y de 80% en Chile, Especificidad de 97.9% en parte de un protocolo de destete de la AVM, han mostrado
Colombia y 96% en Chile37, 38. asociarse con la disminución del requerimiento de AVM, de la
En el año 2001, Ely et al validaron el CAM para pacientes duración del coma farmacológico y de la incidencia y duración
internados en la UCI (CAM-ICU), aún en pacientes con AVM33. del delirium.
Esta escala consiste en la valoración de 4 parámetros clínicos Varios estudios demostraron que el uso de benzodiacepinas
que se deben objetivar en un orden preestablecido. Se realiza durante la estadía en la UCI se relaciona con un aumento en la
mediante la observación de: incidencia de delirium, por lo que actualmente se desalienta
1. Un cambio agudo del estado de conciencia o fluctuación su utilización, promoviéndose el uso de sedación superficial
del mismo. idealmente prescindiendo de estas drogas38,42,43.
2. Un déficit en la atención.
3. Pensamiento desorganizado. El dolor ha sido relacionado con el desarrollo de stress postrau-
4. El nivel de la conciencia. mático y delirium, por lo que una adecuada monitorización de
la analgesia es esencial para minimizar su aparición. La valora-
Para que se considere diagnóstico para delirium, el paciente ción diaria y frecuente de la analgesia por medio de las escalas
debe cumplir con los dos primeros puntos asociados a la posi- validadas mencionadas anteriormente es una estrategia que
tividad del punto 3 o 4. Con la valoración diaria y frecuente del contribuye a la disminución de la aparición de delirium42,42.
CAM-ICU, se busca la detección precoz de delirium además de La estimulación sensorial con el fin de orientar al paciente en
permitir monitorear la evolución del mismo. persona, tiempo y espacio son una de las intervenciones más
importantes en la prevención del delirium. Su implementación
Predicción de delirium incluye el estímulo con relojes, celulares y calendarios; la aper-
Dada la alta incidencia y gran impacto pronóstico que presenta la tura de ventanas de modo de exponer a los pacientes a la luz
aparición de delirium en los pacientes internados en UCI, varios solar; la ubicación espacial diaria, la disminución nocturna de
autores plantean la necesidad de predecir su desarrollo, con el la exposición a la luz artificial, la disminución de la intensidad
propósito de intervenir en su prevención. Van den Boogaard et de las alarmas durante la noche, la utilización de tapones para
al realizaron un estudio prospectivo, observacional y multicén- los oídos, el uso de antifaces, la musicoterapia, la provisión de
trico con un modelo de predicción de delirium llamado ¨PREdic- anteojos o audífonos (si son de uso habitual del paciente), la
tion of DELIRiumin ICupatients (PRE-DELIRIC)¨. En este estudio exposición a fotos de familiares y amigos, la limitación de los
se demostró una buena correlación entre los valores obtenidos procedimientos de monitoreo durante las horas del sueño, la
de una escala basada en la presencia de 10 factores de riesgo remoción temprana de catéteres y sondas, la optimización de la
registrados después de las primeras 24 horas del ingreso a la UCI comunicación con el personal del equipo de salud y el aliento y
(edad, APACHE-II, tipo de admisión, admisión de urgencia, infec- la facilitación de la interacción con los familiares. El objetivo de
ción, coma, sedación, uso de morfina, nivel de urea y acidosis estas medidas es facilitar la adaptación del paciente al medio

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[Enfoque actual de la analgesia, sedación y el delirium en Cuidados Críticos - Matías Olmos y cols.]

en el que se encuentra, optimizando de una manera no farma- aparición del Síndrome en la UCI. Los resultados de múltiples
cológica el sueño y evitando su fragmentación tratando de estudios realizados con intervenciones farmacológicas con el fin
conservar el ritmo circadiano42,44. de reducir la incidencia de delirium fueron dispares y no han
La movilización temprana también demostró tener distintos demostrado una clara evidencia a favor de su uso rutinario en
efectos beneficiosos en los pacientes internados en la UCI, pacientes internados en la UCI.
entre los que se destacan la disminución del requerimiento Varios estudios sugirieron que el uso de haloperidol como
de sedación, de los días de AVM, de la estadía en la unidad profilaxis tenía un efecto en la disminución de los días de deli-
de cuidados críticos y de la estadía hospitalaria con algunos rium y coma farmacológico. Sin embargo, un estudio reciente
autores mostrando también una reducción de la incidencia y de Van den Boogaard et al, el que se incluye 1789 pacientes,
de la duración del delirium42, 44. no demostró beneficios con su uso en la sobrevida a 28 días,
ni en los objetivos secundarios tales como los días libres de
La puesta en acción de las distintas medidas destinadas a delirium, días libres de AVM o la estadía en la UCI45.
disminuir la incidencia de delirium en forma de “paquete de
medidas” o “bundle” parece tener mayor impacto que cuando Otro fármaco evaluado con los mismos fines ha sido la dexme-
estas medidas se utilizan por separado. En el 2011 Morandi detomidina. En un estudio multicéntrico, aleatorizado, doble
et al. propusieron una serie de intervenciones que disminuía ciego, y controlado que evaluó su uso en la profilaxis del
la incidencia del delirium, llamando a este paquete “enfoque delirium en pacientes que ingresaban a la UCI en postope-
ABCDE” (Awakening and Breathing Coordination, Delirium assess- ratorio de cirugía no cardíaca se demostró una disminución
ment, Early exercise and mobilization: Despertar y coordinación en la incidencia del mismo46. Otro estudio con la utilización
respiratoria, monitoreo del delirium y ejercicio y movilización de dexmedetomidina nocturna como estrategia en la preven-
precoz), donde promovían la suspensión diaria y transitoria de ción del delirium en pacientes gravemente enfermos en la UCI
los sedantes, una sedación superficial, la asistencia ventila- evidenció una menor incidencia de esta complicación47.
toria en modo espontáneo con pruebas diarias de ventilación
espontánea, el monitoreo diario de la presencia de delirium El uso de antipisicóticos, tanto típicos como atípicos, no ha
y la movilización temprana. En el 2014 se realizó un estudio mostrado beneficios en la disminución de los días de deli-
de cohorte, prospectivo que mostró que la implementación rium, los días de AVM, la estadía en la UCI, así como tampoco
de este paquete de medidas reducía la probabilidad de desa- en la mortalidad. Ante la falta de evidencia contundente, por el
rrollar delirium. En la actualidad, algunos autores agregaron momento se desalienta su uso como tratamiento de rutina en
a este paquete de medidas la letra F (ABCDEF) alentando la pacientes con delirium. Entre aquellos pacientes que se mani-
participación de la familia en la UCI como medida asociada41, 43 fiesten con alucinaciones, ansiedad o excitación psicomotriz o
(Ver Tabla 6). con comportamiento peligroso para sí mismo u otras personas
podrían utilizarse tanto haloperidol como los antipsicóticos
Medidas farmacológicas atípicos por periodos cortos de tiempo con la menor dosis
Las medidas Farmacológicas en el Delirium están destinadas posible, procurando su discontinuación tan pronto se haya
el tratamiento de la forma hiperactiva o a la prevención de la controlado el episodio.

Tabla 6. Bundle de medidas ABCDEF

Síntomas Evaluación Cuidados


Guías DAD Herramientas Paquete ABCDEF
• Escala numérica A: Evaluar, prevenir y tratar dolor.
Dolor • Critical Care Pain Observation Tool (CPOT) B: BOTH (ambas) interrupción de la
• Behavioral Pain Scale (BPS) sedación y prueba de ventilación
• Richmond Agitation-Sedation Scale espontánea.
Agitación (RASS) C: Elección de sedante y analgésico.
• Agitation-Sedation Scale (SAS) D: Evaluar, prevenir y tratar el delirium.
E: Movilización precoz.
• Confussion Assesment Method for the Intensive Care F: Inclusión, compromiso y
Delirium Unit (CAM-ICU) empoderamiento de la familia.
• Intensive Care Delirium Screening Checklist (ICDSC).
El Paquete de medidas ABCDEF tiene como objetivo mantener al paciente C,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,
almo, Colaborador y Cómodo, mediante una adecuada analgesia, mínima sedación y acompañado de su familia y seres queridos.
Adaptado de www.icudelirium.org.

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[REV. MED. CLIN. CONDES - 2019; 30(2) 126-139]

CONCLUSIÓN 2) Establecer un protocolo de sedación basado en obje-


El dolor, la ansiedad y el delirium tienen una alta prevalencia en tivos según la situación clínica del paciente evitando la seda-
pacientes de la UCI y su presencia se asocia a un aumento de ción profunda y la utilización de benzodiacepinas; y
la morbimortalidad. El enfoque actual de la estrategia para el
manejo de la sedación, la analgesia y el delirium debe apoyarse 3) Articular los cuidados médicos y de enfermería
en la implementación de medidas integradas e individualizadas basados en el paciente, privilegiando sus necesidades y
con la finalidad de favorecer el confort, la calma y la cooperación favoreciendo la integración del grupo familiar en su cuidado.
del paciente. Algunas de las medidas más importantes incluyen: La utilización de este paquete de medidas genera un gran
impacto en los indicadores de la UCI, como los días libres de
1) Una adecuada analgesia mediante una estrategia multi- AVM, los días de estancia en la UCI la morbimortalidad; y en
modal basada en la cuidadosa utilización de drogas opiáceas la prevención del síndrome post unidad de cuidados críticos.
y no opiáceas.

Agradecimientos:
Agradecemos al Dr. Andrés Ferre Contreras por el aliento y la orientación que permitió avanzar con esta revisión.

Declaración Conflicto de Interés


Sin conflictos de interés.

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139
Critical Care Pharmacotherapy Issue
Journal of Pharmacy Practice
1-15
Beyond Opioids for Pain Management ª The Author(s) 2019
Article reuse guidelines:
sagepub.com/journals-permissions
in Adult Critically Ill Patients DOI: 10.1177/0897190019834479
journals.sagepub.com/home/jpp

Chelsea R. Wampole, PharmD1, and


Kathryn E. Smith, PharmD, BCPS, BCCCP1

Abstract
Critically ill patients commonly experience pain, and the provision of analgesia is an essential component of intensive care unit
(ICU) care. Opioids are the mainstay of pain management in the ICU but are limited by their adverse effects, risk of addiction and
abuse, and recent drug shortages of injectable formulations. A multimodal analgesia approach, utilizing nonopioid analgesics as
adjuncts to opioid therapy, is recommended since they may modulate the pain response and reduce opioid requirements by acting
on multiple pain mediators. Nonopioid analgesics discussed in detail in this article are acetaminophen, a-2 receptor agonists,
gabapentinoids, ketamine, lidocaine, and nonsteroidal anti-inflammatory drugs. This literature review describes the clinical
pharmacology, supportive ICU and relevant non-ICU data, and practical considerations associated with the administration of
nonopioid analgesics in critically ill adult patients.

Keywords
nonopioid, analgesia, critical care, pain management, ICU

Background approach with adjunctive nonopioid medications is encour-


aged to improve pain control, reduce opioid consumption, and
Pain management is an important component in the care of
improve patient-centered outcomes.2 Nonopioid analgesics
critically ill patients. Approximately 80% of patients report are underutilized in the ICU and prescribed in only one-
experiencing pain during their intensive care unit (ICU) stay.1 third of mechanically ventilated patients.7 The recently pub-
Pain can be experienced by medical, surgical, and trauma ICU lished 2018 Pain, Agitation/Sedation, Delirium, Immobility
patients while at rest, during procedures, and following major and Sleep Disruption (PADIS) guideline provides a pain adju-
surgeries.2,3 Untreated pain may result in physiologic and psy- vant analgesia flow diagram with pharmacologic strategies to
chological stress, including impaired wound healing, infection, reduce opioid dose depending on a patient’s clinical status and
and posttraumatic stress disorder.1 Pain experienced in the ICU comorbidities (Figure 1).2
has the potential to transition to chronic pain and has been The purpose of this article is to evaluate the current evidence
shown to persist in 12% to 44% of patients 6 months following for adjunctive nonopioid analgesics as a multimodal pain regi-
hospital discharge.3 men with opioids in critically ill adult patients, providing a
Pain is a subjective symptom and the gold standard for its summary of the clinical pharmacology (Table 1), ICU and
measurement is patient self-report.1 However, ICU patients are relevant non-ICU literature (Table 2), and practical considera-
commonly intubated or experience altered mental status and tions and clinical application of each medication. This article
are unable to communicate the presence of pain or its intensity, will not address regional anesthesia, neuraxial techniques, or
and for these patients, validated pain assessment tools such as nonpharmacologic strategies and is not intended to alter the
the Behavioral Pain Scale and the Critical-Care Pain Observa- practice of analgosedation in the ICU. Literature evaluating the
tion Tool are recommended.2 use of nonopioid analgesics, limited to English language, was
Opioids are the mainstay of pain management in the ICU identified from PubMed through the use of terms (critically ill)
but are associated with side effects such as respiratory depres- AND (pain) AND specific phrases to identify each class of
sion, ileus, nausea, and vomiting.2,4 The current opioid epi-
demic has had a strong impact on clinical practice with
1
limiting opioid use. Prescription opioids were responsible for Department of Pharmacy, Maine Medical Center, Portland, ME, USA
about 40% of opioid overdose deaths in 2016.5 The recent
Corresponding Author:
shortage of injectable opioids has also forced providers to Chelsea R. Wampole, Department of Pharmacy, Maine Medical Center,
increase the use of nonopioid medications for acute and post- 22 Bramhall Street, Portland, ME 04102, USA.
surgical pain.6 For these reasons, a multimodal analgesia Email: cwampole@mmc.org
2 Journal of Pharmacy Practice XX(X)

Figure 1. The 2018 Pain, Agitation/Sedation, Delirium, Immobility and Sleep Disruption (PADIS) Guideline proposed pharmacologic strategy to
decrease opioid consumption in the intensive care unit (ICU). Note: Nefopam is not available in the United States. Reprinted with permission
from Devlin et al.2
Wampole and Smith 3

medications. All ICU-related studies were included. This search metabolism in the liver. However, IV acetaminophen has not
was replicated for emergency medicine, perioperative, and demonstrated a clear benefit over oral acetaminophen in clin-
trauma to identify relevant non-ICU literature in patient popula- ical trials, except possibly when given as the first dose.19,20 In
tions that may undergo similar procedures. If available, the high- addition, there is a substantial cost difference between formu-
est quality or most recent meta-analyses and systematic reviews lations of acetaminophen. Oral and rectal formulations cost
were selected. The related citation function and hand searching of only a few dollars per 1000 mg dose, while the average whole-
reference lists from review articles and studies were also utilized. sale price of IV is about US$48 per 1000-mg vial as of January
2019.21 The maximum total daily dose of acetaminophen is
4000 mg, but lower doses may be considered in patients with
Acetaminophen hepatic impairment, chronic alcohol abuse, patients weighing
Clinical Pharmacology <50 kg, hypovolemia, and renal dysfunction due to a higher
risk of hepatotoxicity.22,23
Acetaminophen, also known as paracetamol, is a centrally act-
Acetaminophen is generally well tolerated, but hypotension
ing noncompetitive reversible inhibitor of cyclooxygenase
has been described with the IV formulation. Reductions in
(COX) enzymes.8 It is an analgesic and antipyretic but lacks
mean arterial pressure and/or cerebral perfusion pressure,
anti-inflammatory activity compared to other COX inhibitors.
necessitating fluids or vasopressors, have been described in
Onset occurs within 5 to 10 minutes and 30 to 60 minutes with
up to 52% of patients receiving IV acetaminophen.24,25 The
intravenous (IV) and oral administration, respectively.1,8 Acet-
majority of hypotensive episodes occurred about 30 minutes
aminophen is hepatically metabolized to small amounts of a
after the infusion.24 The mechanism for hypotension is uncer-
highly reactive metabolite called N-acetyl-p-benzoquinone
tain, but postulations include diuretic effect of the mannitol
imine. This metabolite conjugates with glutathione to form
excipient (3.85 g per 100-mL vial), reductions in cardiac out-
inactive metabolites but may lead to hepatotoxicity in the set-
put, peripheral vasodilation, or a decrease in sympathetic sti-
ting of elevated serum concentrations.8
mulation with analgesia.24,26
The 2018 PADIS guidelines suggest using acetaminophen
ICU and Non-ICU Relevant Studies as adjunctive analgesia to decrease pain severity and opioid
Acetaminophen has been studied primarily in postsurgical ICU consumption for all ICU patients (conditional recommendation
patients for durations of 24 to 72 hours. One study of postsur- and very low quality of evidence).2 This recommendation
gical ICU patients found IV acetaminophen, compared to pla- applies to all dosage forms of acetaminophen. There are limited
cebo, reduced pain scores and opioid consumption at 24 hours data regarding the bioavailability of enteral acetaminophen in
with a shorter time to extubation. Acetaminophen resulted in the critically ill, thus IV acetaminophen may be preferred in
lower sedation scores and less postoperative nausea and vomit- patients with high vasopressor requirements.2 The majority of
ing (PONV).9 Two trials studied the use of IV acetaminophen studies examine acetaminophen in surgical ICU patients; thus,
for 24 hours in post-craniotomy patients. Both trials found no research in the medically ill population may be of interest. In
difference in opioid consumption or pain scores, but one trial addition, longer durations of acetaminophen have not been
reported a lower incidence of severe pain in the 24-hour post- examined for safety and efficacy in the ICU. While acetami-
operative period with acetaminophen.10,11 Acetaminophen may nophen has the most substantial data available in the ICU pop-
reduce pain scores or opioid consumption in the first 24 hours ulation compared to other nonopioid analgesics, questions
of administration in patients admitted to an ICU following surrounding its use remain.
cardiac surgery, but it does not have a significant impact on
opioid-related side effects including PONV.12,13
Systematic reviews in the perioperative setting have reported a-2 Receptor Agonists
conflicting results in terms of pain score reduction and opioid Clinical Pharmacology
consumption and have failed to show a reduction in opioid-
related side effects.14-16 A systematic review of 14 randomized a-2 agonists are best known for their sedative and antihyper-
controlled trials (RCT) evaluating acetaminophen use for acute tensive effects but may also possess opioid-sparing effects and
pain management in the emergency department (ED) reported a reduce opioid-induced hyperalgesia.27-30 Clonidine and dex-
decrease in pain scores at 15 to 90 minutes following adminis- medetomidine may provide analgesia by reducing sympathetic
tration in only 3 trials, providing limited evidence to support its outflow from the central nervous system (CNS), specifically
use.17 There are ongoing trials studying acetaminophen in car- the locus ceruleus and substantia gelatinosa.27 Dexmedetomi-
diac surgery, spinal surgery, and trauma.18 dine has approximately 7 times the affinity for the a-2 receptor
compared to clonidine.
The onset of dexmedetomidine is 5 to 10 minutes and is
Practical Considerations more rapid than oral clonidine (30-60 minutes).1,27 Peak seda-
Acetaminophen may be administered orally, rectally, or IV. IV tion, and presumably analgesia, occurs within 1 hour of starting
acetaminophen results in a maximum concentration up to 70% dexmedetomidine infusion and 2 to 4 hours after clonidine
higher than oral administration due to its extensive first-pass administration. Both are hepatically metabolized, but only
4
Table 1. Clinical Pharmacology and Application of Nonopioid Analgesics.
Elimination Pertinent Side Patient Populations to
Potential Place in Therapy Dosing Half-Life Metabolism/Elimination Drug Interactions Effects Avoid/Use Caution
Acetaminophen1,2,9–13,22,106 All ICU patients, mostly 1000 mg IV/PO/PR every 6 hours 2 hours Glucuronidation, Drugs that induce CYP2E1 Hypotension (IV), Avoid in severe hepatic dysfunction;
studied in surgical ICU for 24 to 72 hours; lower doses for sulfonation; urinary nausea, vomiting, hypotension (IV)
hepatic impairment excretion with <5% as headache, insomnia,
unchanged drug hepatic injury
Clonidine27,28,37 ICU patients undergoing 0.1-0.3 mg PO preoperatively 6-24 hours Hydroxylation (50% via CNS depressants Bradycardia, Avoid in patients with bradycardia
surgery or patients in need of followed by 0.1-0.2 mg PO every (mean CYP2D6 [major], 1A2 hypotension or hypotension
concomitant sedation and 8 hours; taper prior to 12 hours) [minor], 3A4/5
analgesia discontinuation is encouraged by [minor]; 50% excreted
increasing dosing interval every unchanged in the urine)
24-48 hours
Dexmedetomidine1,22,29–31,35 ICU patients undergoing 0.1-0.7 mg/kg/h IV continuous 1.8-3.1 N-glucuronidation to CNS depressants Bradycardia, Avoid in patients with bradycardia
surgery or patients in need of infusion hours inactive metabolites hypotension, loss of or hypotension
concomitant sedation and and aliphatic oropharyngeal
analgesia hydroxylation; 95% muscle tone
excreted in the urine
Gabapentin2,38,40–42 Neuropathic pain, GBS, 300 mg PO 3 times daily; taper prior 5-7 hours Negligible metabolism; CNS depressants Dizziness, Use caution in patients with renal
postoperative pain to discontinuation to prevent eliminated in urine as somnolence, dysfunction
withdrawal symptoms unchanged drug confusion,
peripheral edema
Ibuprofen2,8,98,106 Not routinely recommended 400 mg PO every 6 hours 1.8-2.5 Oxidation via CYP2C9; Anticoagulants, GI bleed, ulcers, Avoid in patients with history of
due to significant risk and hours urinary excretion antiplatelets, SSRIs/SNRIs, AKI, bleeding, CVD or cardiac surgery; patients at
Ketorolac2,8,94,98,106 minimal supportive ICU data 10 mg IV every 6 h for up to 5 days 2.4-8.6 Glucuronidation (90%); nephrotoxic drugs, drugs impaired bone high risk of GI complications; active
hours 90% excreted in the dependent on renal fracture healing bleeding or at high risk of bleeding;
urine clearance (eg, lithium, AKI; bone fractures
methotrexate)
Ketamine2,8,52–53 ICU patients undergoing 0.3-0.5 mg/kg IV bolus followed by 2.5-5 hours CYP450-mediated via Potential for interaction Vivid dreams, Avoid in patients with poorly
surgery who are at risk of 0.05-0.5 mg/kg/h infusion N-demethylation and with CYP450 inhibitors hallucinations, controlled CVD; active psychosis;
opioid-related side effects or hydroxylation to active and inducers, drugs dissociative effects, pregnancy; severe hepatic
patients with history of opioid metabolite affecting adrenergic state transient dysfunction; intraocular or
tolerance or dependence norketamine; urinary hypertension and intracranial pressure elevations due
excretion tachycardia to structural abnormalities
Lidocaine2,8,68,70,72,73,76,77,79,80 IV: unclear based on current IV: 1.5 mg/kg bolus then 1-2 mg/kg/h 2 hours Oxidative de-ethylation Strong inhibitors and/or Agitation, tinnitus, Use caution in patients with severe
data, possibly ICU patients infusion by CYP1A2 (70%) and inducers of CYP1A2 and metallic taste, underlying CVD; severe hepatic
undergoing surgery; topical: 3A4 (30%); <5% CYP3A4 seizures, coma, dysfunction; severe renal
localized thoracic pain excreted in urine as respiratory arrest, dysfunction; extremes of body
unchanged drug dysrhythmias, weight; prolonged infusions
cardiac arrest (>24 hours)
Pregabalin2,38,43,44 Neuropathic pain, Starting dose: 75-150 mg PO twice 6.3 hours Negligible metabolism; CNS depressants Dizziness, Use caution in patients with renal
postcardiac surgery, daily 90% eliminated in urine somnolence, dry dysfunction
postoperative pain as unchanged drug mouth, edema,
blurred vision

Abbreviations: AKI, acute kidney injury; AST, aminotransferase; CNS, central nervous system; CVD, cardiovascular disease; CYP450, cytochrome P450; GBS, Guillain-Barre syndrome; GI, gastrointestinal; ICU, intensive
care unit; IV, intravenous; PO, orally; PR, per rectum; SNRIs, serotonin-norepinephrine reuptake inhibitors; SSRIs, selective serotonin reuptake inhibitors.
Wampole and Smith 5

dexmedetomidine has data to suggest that its half-life is signif- doses (eg, 0.2-0.4 mg enterally every 6-8 hours) may be con-
icantly prolonged in the setting of severe hepatic dysfunction. sidered if sedation is also desired.27 Dexmedetomidine was
Approximately 50% of clonidine is renally eliminated as most commonly dosed as a 0.5 to 1 mg/kg bolus followed by
unchanged drug, but no recommendations exist for adjustment 0.2 to 0.6 mg/kg/h infusion from beginning to end of surgery in
in the setting of renal dysfunction.27 the anesthesia literature.30,35 Boluses of dexmedetomidine are
typically avoided in the ICU due to the risk of hemodynamic
instability.1
ICU and Relevant Non-ICU Data A major benefit of a-2 agonists is their lack of respiratory
The literature suggesting opioid-sparing effects of a-2 agonists depression.29 Side effects are primarily hemodynamic with
is primarily from the surgical population. Two RCTs examined bradycardia and hypotension.28 Clonidine has a complex
the opioid-sparing effects of dexmedetomidine in surgical ICU hemodynamic dose–response relationship, with lower doses
patients.29,31 The first study found a >50% reduction in mor- resulting in higher blood pressure reductions and minimal
phine requirements during mechanical ventilation and postex- reductions at higher doses.27 Abrupt discontinuation of cloni-
tubation in the dexmedetomidine group. 29 Interestingly, dine should be avoided due to the risk of a rebound syndrome.
patients receiving dexmedetomidine recalled less pain or dis- The 2018 PADIS guidelines do not provide guidance on the
comfort from the endotracheal tube. The second study com- opioid-sparing effects of a-2 agonists and do not include it in their
pared dexmedetomidine to morphine in patients >60 years discussion of multimodal analgesia.2 The limited data available
admitted to a cardiothoracic ICU.31 Dexmedetomidine signif- directly evaluating the analgesic or opioid-sparing effects of a-2
icantly reduced the duration of delirium within 5 days after agonists in the ICU do not allow definitive conclusions to be
surgery compared to the morphine group and was associated drawn; however, it may be reasonable to consider these agents
with earlier extubation. The majority of patients receiving dex- as adjuncts to opioids in ICU patients undergoing surgery or in
medetomidine had adequate pain control, with few patients patients in need of concomitant analgesia and sedation.
requiring open-label morphine. Trials comparing dexmedeto-
midine to benzodiazepines for sedation reported increased or
Gabapentinoids
similar fentanyl requirements in patients receiving dexmedeto-
midine. Interpretation of these results are limited by the lighter Clinical Pharmacology
sedation provided by dexmedetomidine, possibly allowing for Gabapentin and pregabalin are known for their antinociceptive
more effective patient communication of pain or increased use and anticonvulsant properties. Their antinociceptive effects
of fentanyl for its sedative properties.32-34 may be due to their high binding affinity to the a-2-D subunit
Two systematic reviews evaluating perioperative dexmede- of voltage-gated calcium channels, reducing calcium influx
tomidine have demonstrated conflicting results.30,35 Dexmede- into the presynaptic terminal and inhibiting the release of exci-
tomidine reduced opioid requirements in both, but only one tatory neurotransmitters.38 They may also modulate pain trans-
showed a reduction in pain scores. Additionally, dexmedeto- mission through the descending noradrenergic and serotonergic
midine did not reduce pain scores in patients with burn.36 A inhibitory pathways in the spinal cord.39
systematic review of 57 RCTs examining the role of parenteral The bioavailability of gabapentin is inversely proportional to
or oral clonidine in a variety of surgical procedures found no the dose due to its saturable absorption.38 It achieves peak con-
reduction in pain scores but a significant opioid-sparing effect centration within 3 hours. Pregabalin is rapidly absorbed with a
at 24 and 36 hours and a reduction in PONV.37 bioavailability of 90% with a peak concentration within 1 hour.
The potential analgesic and opioid-sparing effects of a-2 Both agents are eliminated in the urine as unchanged drug.
agonists deserve closer examination as a primary outcome in
future clinical studies in critically ill patients. There are a large
number of ongoing trials evaluating perioperative dexmedeto-
ICU and Non-ICU Relevant Studies
midine for analgesia; unfortunately, none are specific to the Gabapentin has not been widely studied in the adult ICU pop-
ICU.18 No ongoing trials address the role of clonidine for pain ulation. Gabapentin was recently evaluated in patients with
in the ICU. trauma having rib fractures.40 There was no difference in pain
scores, opioid consumption, or adverse effects compared to
placebo. Two small RCTs of ICU patients with Guillain-
Practical Considerations Barre syndrome (GBS) concluded gabapentin, when paired
Clonidine is available as a tablet, epidural injection, and trans- with opioids, resulted in lower pain scores compared to placebo
dermal patch in the United States.27 The transdermal patch is and carbamazepine.41,42 Pregabalin was studied in 2 trials of
not recommended in the ICU due to its prolonged onset and postcardiac surgery patients and both found decreased opioid
unpredictable absorption. Clonidine tablets may be given orally requirements compared to placebo.43,44
or sublingually. The dosing used in perioperative studies was The majority of data for gabapentin for acute pain manage-
typically 0.1 to 0.3 mg once preoperatively.37 Clonidine doses ment stems from perioperative trials. Gabapentin reduced
up to 0.2 mg 3 times daily have been recommended in critically opioid consumption or resulted in a faster rate of opioid cessa-
ill patients with trauma to reduce opioid consumption.28 Higher tion compared to placebo.39,45 Additionally, several trials
6 Journal of Pharmacy Practice XX(X)

Table 2. Studies of Nonopioid Adjunctive Analgesics for Pain Management in the ICU.
Design Patients Pain Regimen Efficacy Safety
Intravenous acetaminophen
Randomized, placebo- 40 postsurgical APAP 1000 mg IV every 6 hours or Lower pain scores and meperidine Lower incidence of PONV and
controlled9 patients placebo for 24 hours postoperatively consumption, and shorter time to extubation sedation scores with APAP
with APAP
Randomized, double-blind, 100 APAP 1000 mg IV every 6 hours or No difference in 24-hour postoperative opioid No difference in opioid-related side
placebo-controlled10 postcraniotomy placebo for 24 hours postoperatively consumption or pain scores but improved effects
patients patient satisfaction with pain control
Randomized, double-blind, 145 APAP 1000 mg IV every 6 hours or No difference in opioid requirement within No difference in sedation or delirium
placebo-controlled11 postcraniotomy placebo for 24 hours postoperatively first 24 hours postoperatively, amount or time
patients to rescue medications, pain scores, or
satisfaction scores
Randomized, double-blind, 113 cardiac Paracetamol 1000 mg IV every Significant reduction in pain scores up to No difference in PONV
placebo-controlled12 surgery patients 6 hours or placebo for 72 hours 24 hours postoperatively, no difference
postoperatively beyond 24 hours; nonsignificant reduction in
morphine consumption with paracetamol
Randomized, double-blind, 68 cardiac surgery APAP 1000 mg IV every 6 hours or Significant reduction in morphine No difference in opioid-related side
placebo-controlled13 patients placebo for 24 hours postoperatively requirements with APAP; no difference in pain effects
scores but improved patient satisfaction
Dexmedetomidine
Multicenter, randomized, 401 mechanically DEX 1 mcg/kg bolus, followed by Secondary endpoint of morphine Significantly more hypotension and
double-blind, placebo- ventilated, 0.4 mg/kg/h (range 0.2-0.7 mg/kg/h) or requirements significantly lower with DEX bradycardia with DEX
controlled29 postsurgical saline, for up to 24 hours
patients
Multicenter, randomized, 299 cardiac DEX 0.1-0.7 mg/kg/h or morphine DEX reduced duration of delirium within Significantly less hypotension but
double-blind, controlled31 surgery patients 10-70 mg/kg/h for up to 48 hours 5 days of surgery and 87% had adequate pain more bradycardia with DEX; no
control with DEX difference in PONV
Gabapentin
Randomized, double-blind, 40 patients with Gabapentin 300 mg 3 times daily or No difference in pain scores, opioid No serious adverse events related to
placebo-controlled40 >1 rib fractures placebo for 1 month consumption, pneumonia, or respiratory study drug
failure
Randomized, double-blind, 18 mechanically Gabapentin 15 mg/kg/day in 3 divided Decreased pain scores starting on day 2 of Lower sedation scores with
placebo-controlled cross- ventilated patients doses or placebo for 7 days. gabapentin and remained low for 7-day course. gabapentin, no significant side effects
over41 with Guillain- Crossover after 7 days of treatment Decreased fentanyl consumption with noted
Barre Syndrome and 2-day washout period gabapentin throughout 7-day treatment
Randomized, double-blind, 36 mechanically Gabapentin 300 mg 3 times daily or Decreased pain scores with gabapentin Lower sedation scores with
placebo-controlled42 ventilated patients carbamazepine 100 mg 3 times daily compared to placebo or carbamazepine. gabapentin and carbamazepine
with Guillain- or placebo for 7 days Significantly less fentanyl consumption with compared to placebo, no side effects
Barre Syndrome gabapentin on days 2 to 7 compared to noted
carbamazepine and placebo
Pregabalin
Randomized, double-blind, 70 patients aged Pregabalin 150 mg preoperatively, Decreased opioid consumption at 16 hours Shorter time to extubation and lower
placebo-controlled43  75 years with then 75 mg PO twice daily for 5 days after extubation and on postoperative day 5. CAM-ICU scores with pregabalin on
elective cardiac or placebo Lower incidence of pain at 3 months first postoperative day. No difference
surgery postoperative in nausea or vomiting
Randomized double-blind, 40 patients with Pregabalin 150 mg 2 hours prior to Decreased pain scores with pregabalin No difference in sedation, extubation
placebo-controlled44 elective off-pump anesthesia, then 75 mg PO twice daily compared to placebo at 6-36 hours from times, or incidence of nausea
coronary artery for 2 days or placebo extubation at rest and with deep breath. compared to placebo
bypass surgery Decreased tramadol consumption by 60% with
pregabalin. No significant effect on chronic
postoperative pain
Intravenous ketamine
Retrospective case–control 30 trauma ICU Ketamine 0.1 mg/kg/h infusion, plus Significant reduction in pain scores and opioid Higher diastolic blood pressure with
cohort54 patients with rib 0.1 mg/kg bolus every 2 hours per use with ketamine infusion ketamine; 1 patient had agitation and
fractures provider discretion, for mean hallucinations that resolved with
duration of 1.8 days ketamine discontinuation
Retrospective cohort55 40 mechanically Median ketamine dose 0.3 mg/kg/h for Significant increase in the rate of opioid dose No difference in blood pressure or
ventilated surgical median duration of 1.89 days reduction at 12 hours with ketamine infusion respiratory rate; no documented
patients CNS effects
Retrospective cohort 36 mechanically Average ketamine rates ranged from Significant reduction in opioid use except in Increase in ziprasidone and
study56 ventilated patients 0.64 mg/kg/h in first 24 hours to 0.94 patients with a history of substance abuse dexmedetomidine use; no difference
with trauma mg/kg/h at 48-72 hours in use of benzodiazepines

(continued)
Wampole and Smith 7

Table 2. (continued)

Design Patients Pain Regimen Efficacy Safety


Randomized, double-blind 93 surgical ICU Ketamine 0.5 mg/kg bolus, followed Reduced morphine consumption with No difference in incidence of nausea,
study, placebo- patients by 0.12 mg/kg/h for first 24 hours, ketamine; similar pain scores at rest and during confusion, hallucinations,
controlled57 then 0.06 mg/kg/h for next 24 hours mobilization hypoventilation, or pruritus
vs placebo
Intravenous lidocaine
Retrospective cohort65 21 surgical No patients received load, mean Mean time to >20% reduction in pain scores 3 (14%) patients with concomitant
patients infusion rate of 0.93 mg/min for mean from start of IV lidocaine was 3.3 hours. AKI had CNS side effects and/or
duration 48 hours Significant reduction in opioid requirements at elevated lidocaine levels (doses
6, 12, and 24 hours post-IV lidocaine ranged 0.5-2.1 mg/min, duration
19-63 hours)
Randomized, double-blind, 100 cardiac 1.5 mg/kg bolus followed by No difference in pain scores, opioid or Lidocaine concentrations monitored
placebo-controlled70 surgery patients maintenance of 1.8 mg/kg/h infusion sedative requirements, or time to extubation in all patients and ranged from 2 to
for up to 48 hours postoperatively 5 mcg/mL
NSAIDs
Randomized, double-blind, 114 cardiac Diclofenac 75 mg, ketoprofen 100 mg, No difference in pain scores No difference in postoperative renal
placebo-controlled85 surgery patients indomethacin 100 mg, or placebo PR Opioid and pain medication requirements function, PONV, or blood loss
twice postoperatively decreased only with diclofenac
Randomized, double-blind, 43 major Ketoprofen 100 mg IV or placebo Significant reduction in pain scores up to Less PONV with ketoprofen; no
placebo-controlled86 abdominal surgery twice postoperatively 12 hours postoperatively and significant significant bleeding or change in renal
patients reduction in tramadol use with ketoprofen function
Randomized, double-blind, 74 cardiac surgery Ketorolac 30 mg IV or morphine 4 mg No difference in pain intensity, distress, or Not reported
quasi-experimental87 patients IV once at time of chest tube removal sedation levels
undergoing chest
tube removal

Abbreviations: AKI, acute kidney injury; APAP, acetaminophen; CAM-ICU, Confusion Assessment Method for the ICU; CNS, central nervous system;
DEX, dexmedetomidine; ICU, intensive care unit; IV, intravenous; NSAID, Nonsteroidal anti-inflammatory drugs; PONV, postoperative nausea and vomiting;
PO, orally; PR, per rectum.

reported a decrease in postoperative pain scores at 24 to 48 gabapentin, which is estimated to be 15% to 22% among patients
hours, while some found no difference. Pregabalin decreased with prescriptions and 40% to 65% in opioid abusers.51
opioid consumption compared to placebo but had variable The 2018 PADIS guidelines based their recommendations
effects on pain scores when examined for postoperative for the use of gabapentinoids for neuropathic pain in critically
pain.46-48 Gabapentin and pregabalin have also been studied ill patients on the studies for GBS (strong recommendation,
for pain management in burn injury, but only pregabalin has moderate quality of evidence) and cardiac surgery (conditional
consistently demonstrated reductions in neuropathic pain.49 recommendation, low quality of evidence).2 Therefore, the
There are ongoing trials evaluating gabapentin for head- treatment of neuropathic pain and the use of gabapentinoids
aches in patients with aneurysmal subarachnoid hemorrhage in the critically ill for other disease states deserve further study.
(SAH) and for the prevention of chronic neuropathic pain after
spinal cord injury.18
Ketamine
Clinical Pharmacology
Practical Considerations
Ketamine is a reversible N-methyl-D-aspartate (NMDA)
Gabapentin is available as a capsule, tablet, or solution for oral antagonist that is used as a dissociative anesthetic but has more
administration.38 Doses in studies range from 300 to 1200 mg recently been studied at subanesthetic doses (<0.5 mg/kg) for
as a single preoperative dose or 3 times daily.39,45 Pregabalin is its antinociceptive and antihyperalgesic effects.52 It has a rapid
available as an oral capsule and solution.38 Preoperative doses onset of 30 to 40 seconds after a bolus dose, and the duration of
ranged from 75 to 300 mg given 1 to 2 hours before anesthesia analgesia is dose-dependent but ranges from <5 to 20 minutes.
and postoperative doses ranged from 50 to 150 mg twice Approximately 91% of ketamine is excreted in the urine, and
daily.46-48 Treatment duration ranged from 1 single preopera- there is potential for accumulation of ketamine and its meta-
tive dose up to 14 days postprocedure. bolite in severe hepatic or renal dysfunction.8,53
Gabapentin and pregabalin elimination is diminished in the
elderly individuals and in renal impairment, necessitating dose
adjustments.38 Hemodialysis reduces concentrations of both
ICU and Relevant Non-ICU Data
drugs by approximately 50%. When weaning gabapentin, abrupt Ketamine has been studied for various pain indications, includ-
discontinuation should be avoided due to the risk of withdrawal ing acute pain in the ED, perioperative and neuropathic pain,
symptoms, such as confusion and agitation.50 Finally, it is but data in the ICU are limited. Three recent retrospective
important to consider the potential for misuse and abuse of studies in surgical ICU patients reported significant reductions
8 Journal of Pharmacy Practice XX(X)

in opioid requirements with the addition of ketamine.54-56 From due to its sympathomimetic effects.53 These effects may
a safety perspective, one study reported elevated diastolic pres- not occur in patients with prolonged illness who are
sures, while another found increased dexmedetomidine and catecholamine-depleted. Ketamine should be avoided in
antipsychotic use, although a causative association could not patients with heart failure or at risk of myocardial ischemia
be established.54,56 Ketamine reduced morphine consumption due to its negative inotropic effects and ability to increase
at 48 hours, but not pain scores, compared to placebo in ICU myocardial oxygen consumption.53 Ketamine’s lack of respira-
patients undergoing major abdominal surgery.57 Side effects tory depression may increase opioid utilization in patients with
were similar between the 2 groups. acute respiratory distress syndrome requiring extracorporal
Adjunct ketamine use in the perioperative setting is associ- membrane oxygenation, but this deserves further study in a
ated with a reduction in pain scores and opioid requirements and larger population.63 Finally, ketamine is potentially addictive
a lower incidence of PONV.52 A recent systematic review and and abuse has been reported.58 It is unclear what impact ICU
meta-analysis of 3 studies evaluating low-dose ketamine (0.3-0.5 use may have on future abuse potential.
mg/kg single IV bolus) for acute pain relief in the ED found Patients who may benefit from adjunctive ketamine
ketamine was noninferior to IV morphine in reducing pain include those undergoing surgery, patients who are opioid-
scores and was not associated with severe adverse effects.58 A tolerant or dependent, or patients at risk of opioid-related
systematic review of NMDA receptor antagonists for neuro- respiratory depression or ileus, although data specific to the
pathic pain demonstrated an analgesic effect with IV ketamine critically ill population are limited.52,53 Most contraindica-
for varying conditions, including phantom limb pain and spinal tions to ketamine are based on anesthetic dosing, with little
cord injury.59 There are several ongoing trials studying ketamine guidance for the avoidance of subanesthetic dosing.52 Rela-
for pain management in rib fractures and burn injuries.18 tive contraindications, based on consensus guidelines, are
poorly controlled cardiovascular disease, pregnancy, active
psychosis, severe hepatic dysfunction, and elevated intraocu-
Practical Considerations lar or intracranial pressures due to structural abnormal-
The recommended dose of ketamine for analgesia in critically ill ities. 52,53 The 2018 PADIS guidelines recommend using
patients is 0.5 mg/kg IV bolus followed by a continuous infusion low-dose ketamine to reduce opioid consumption in postsur-
of 0.06 to 0.12 mg/kg/h2. Typical doses utilized in acute pain gical adult ICU patients (conditional recommendation, very
studies include bolus doses <0.5 mg/kg and infusion doses of low quality of evidence).2
0.05 to 0.5 mg/kg/h, although doses up to 1 mg/kg/h have been
recommended in recent anesthesia consensus guidelines.52 Opti-
IV Lidocaine
mal dosing titration is not well described, but dosing titrations of
0.02 mg/kg/h every 15 minutes have been suggested.53 Infusion Clinical Pharmacology
duration is variable depending on the indication and setting, and Lidocaine is most recognized as a local anesthetic and antiar-
the optimal duration for analgesia is not defined. A systematic rhythmic agent but may be given IV or topically as an analge-
review of ketamine for analgosedation in the ICU included stud- sic. Lidocaine has analgesic, anti-inflammatory, and
ies with durations ranging from 24 hours to 14 days, but only one antihyperalgesic properties.64 Its analgesic effect is mediated
of these studies evaluated ketamine as an opioid-sparing agent.60 by dose-dependent inhibition of sodium, potassium, and cal-
Ketamine has also been studied off-label orally for chronic pain cium channels, G-coupled protein receptors, and NMDA recep-
and intranasally for acute pain in the ED setting.52 However, tors.64 In addition, neuronal blockade of injured nerve fibers
there is no evidence to define the role of nonparenteral formula- may explain some of its analgesic activity.65
tions in the critically ill. Lidocaine has a rapid onset of 60 seconds after a single
Concerns with ketamine infusions exist due to developmen- bolus dose and distributes quickly into the tissues.66 Lidocaine
tal neurotoxicity in animal models with high doses and pro- is rapidly metabolized by the liver to 2 active metabolites,
longed exposure.61 It is important to note that doses used in monoethylglycinexylidide and glycinexylidide. It exhibits a
these studies were almost 10-fold higher than clinically rele- high liver extraction ratio, and reduced clearance and altera-
vant doses for humans, and it is unclear how these findings tions in volume of distribution occur in patients with heart
translate to clinical practice. Patients should be monitored for failure, severe liver disease, severe renal impairment who are
adverse psychotomimetic and cardiovascular effects.52 Most not receiving hemodialysis, and obesity.8,67-69 Prolonged infu-
studies describing psychomimetic effects with ketamine sions (>24 hours) have also been associated with a decline in
allowed the use of opioids and other sedatives, which may lidocaine clearance.8
confound results. A clear, dose-dependent relationship for psy-
chomimetic effects has not been established for subanesthetic
doses, although a recent ED study found short infusions, as
ICU and Relevant Non-ICU Data
opposed to boluses, resulted in lower dissociative and sedative IV lidocaine has been studied for various pain indications,
effects.62 Benzodiazepines may reduce the psychomimetic including neuropathic, perioperative, and acute pain manage-
effects associated with ketamine.8 Ketamine, especially at ment in the ED, yet data are limited for its use in the ICU. An
higher doses, may cause transient hypertension and tachycardia RCT of patients admitted to a cardiothoracic ICU following
Wampole and Smith 9

coronary artery bypass graft (CABG) surgery failed to find these populations, but if administered, lower doses and thera-
reductions in opioid requirements in patients receiving IV lido- peutic drug monitoring should be considered.72,73
caine.70 More recently, a multicenter retrospective review The classic presentation of lidocaine toxicity is a progres-
included 21 ICU patients receiving IV lidocaine as an adjunct sion of symptoms.76 It typically begins with a prodromal CNS
for pain control.65 Pain scores were similar before, during, and excitation (agitation, tinnitus, and metallic taste), followed by
after lidocaine infusion, but there was a significant reduction in seizures and CNS depression (drowsiness, coma, and respira-
concomitant opioids. Concerningly, IV lidocaine was discon- tory arrest). Accumulation of its active metabolites may be
tinued in 14% of patients due to high plasma concentrations of responsible for CNS toxicity.8 Cardiac toxicity (hypertension,
lidocaine, CNS adverse effects, or both. tachycardia, and dysrhythmias) and ultimately cardiac depres-
IV lidocaine perioperatively may be useful for patients sion (bradycardia, hypotension, and cardiac arrest) typically
undergoing abdominal surgery, with multiple studies reporting occur at the end of the spectrum. There appears to be a low
reductions in pain scores, opioid requirements, ileus duration, incidence of adverse effects in clinical trials. This may be due
and rates of PONV.71 However, the most recent systematic to inconsistent reporting, shorter durations of use (<24 hours),
review of 68 RCTs assessing the impact of perioperative lido- exclusion of patients at high risk, and most plasma concentra-
caine use on pain scores, gastrointestinal (GI) recovery, PONV, tions were below 5 mg/mL. The ability of critically ill patients
and opioid consumption was unable to draw conclusions due to to report symptoms of mild lidocaine toxicity is limited by the
a very low quality of evidence and significant heterogeneity.72 need for mechanical ventilation, sedatives, and comorbid con-
Similar limitations precluded a recent systematic review from ditions. Attention to symptoms of lidocaine toxicity is prudent,
supporting the use of IV lidocaine for pain management in the but therapeutic drug monitoring may aid in prevention.
ED.73 An RCT of IV lidocaine for pain relief during burn There are many questions left unanswered regarding IV
procedures also failed to find clinical benefit in reducing pain lidocaine as an adjunctive analgesic. The optimal dose, timing,
scores or opioid consumption.74 and duration are uncertain. It is unclear which patient subpo-
IV lidocaine as an adjunct for pain management is likely an pulations may benefit most. While lidocaine may have antihy-
evolving subject. There are multiple ongoing trials evaluating peralgesic properties, most studies excluded patients with
the role of IV lidocaine for traumatic pain associated with rib chronic pain or preexisting opioid use. Some data suggest lido-
fractures, perioperatively, and in the ED setting; however, none caine is of most benefit surrounding surgical procedures, yet
are specific to the critically ill.18 others found no benefit. While lidocaine appears to have a
relatively low incidence of adverse effects in clinical studies,
it is a drug with a narrow therapeutic index, and critically ill
patients are at high risk of accumulation due to concomitant
Practical Considerations organ dysfunction. It is not surprising that the 2018 PADIS
The dosing of IV lidocaine is highly variable among studies guidelines do not recommend routine use of IV lidocaine as
and the indication for which it is administered. Lidocaine an adjunct for pain control in the ICU (conditional recommen-
administration in the ED was typically a single fixed (50-150 dation, low quality of evidence).2
mg) or weight-based (1-2 mg/kg) IV bolus.73 In the periopera-
tive literature, IV lidocaine is most commonly administered as
1.5 mg/kg bolus (range: 1-3 mg/kg) followed by an infusion of Topical Lidocaine Patch
1 to 5 mg/kg/h.72 No bolus was administered in the trial eval- Lidocaine is also available as a 4% or 5% topical patch,
uating its use in a critically ill population, and the mean dose although only the 5% strength has been evaluated in clinical
was 0.93 mg/min.65 Limited pharmacokinetic data in obese trials.21,77 A maximum of three 5% patches may be placed for
patients suggest to dose the bolus based on actual body weight 12 hours or less within a 24-hour period. Risk factors for higher
but not the infusion rate.69 The duration of infusion has also systemic lidocaine concentrations are low body weight, severe
been inconsistent, with most continuing lidocaine for less than hepatic dysfunction, or broken or inflamed skin. Although side
24 hours but ranging from termination upon the end of the effects are minimal due to the limited systemic absorption,
procedure to 5 days postoperatively. more serious complications (eg, delirium and methemoglobi-
Therapeutic lidocaine concentrations are 1.5 to 5 mg/mL for nemia) have been reported.78
treatment of arrhythmias, but effective concentrations for There are no specific data supporting the use of topical
analgesia have not been established.8 CNS and cardiovascular lidocaine patches in the ICU. Three studies have evaluated its
toxicities are associated with levels greater than 9 mg/mL.75 use for traumatic rib fractures with mixed results on pain
The majority of trials have reported plasma lidocaine concen- scores, narcotic usage, pulmonary complications, and length
trations below 5 mg/mL, except in those where higher doses of stay (LOS).77,79,80 A meta-analysis does not support lido-
were used for longer durations.66 Lidocaine concentrations caine patches as an effective treatment option for acute or post-
should be obtained if infusions exceed 24 hours.8 Most studies operative pain.81 There are no known ongoing trials evaluating
excluded patients at risk of altered lidocaine clearance (eg, lidocaine patches for pain in the critically ill.18 Despite the lack
severe underlying cardiovascular, renal or hepatic disease, and of supportive data, lidocaine patches are noninvasive and rel-
extremes of body weight), and its use should be discouraged in atively safe and may be considered as an adjunct in patients
10 Journal of Pharmacy Practice XX(X)

with localized pain (eg, rib fractures) that have contraindica- in pneumonia and increased ventilator-free days in patients
tions to receiving other nonopioid analgesics. with rib fractures.92 It is important to note that data evaluating
the efficacy and safety of longer term use of NSAIDs (eg, >48
Nonsteroidal Anti-Inflammatory Drugs hours) in the acutely ill are lacking.
There are multiple ongoing trials evaluating NSAIDs for
Clinical Pharmacology traumatic pain associated with rib fractures, perioperatively,
Nonsteroidal anti-inflammatory drugs (NSAIDs) possess anti- and in the ED setting; however, none are specific to the criti-
inflammatory, analgesic, and antipyretic properties due to inhi- cally ill.18
bition of prostaglandin synthesis via COX isoenzymes.82 This
results in analgesia by increasing the activation threshold of
nociceptors.83 COX-1 is prevalent in most cells and tissues (eg, Practical Considerations
endothelium, GI tract, and platelets), and its inhibition is
responsible for many of the side effects associated with NSAIDs are effective analgesics with a low abuse potential. A
NSAIDs.82 The therapeutic effect of NSAIDs is primarily due particular NSAID may be selected based on the desired route of
to inhibition of COX-2, as it is upregulated in the setting of administration, duration of effect, side effect profile, and
inflammation and may play a role in central hyperalgesia. cost.83 NSAIDs are thought to have an analgesic ceiling, doses
NSAIDs differ in their selectivity of the COX isoenzymes and above which will increase the risk of side effects but will not
are considered nonselective (ibuprofen, ketorolac), intermedi- result in additional analgesic effect.93 Ketorolac’s analgesic
ate COX-2 selective (diclofenac), or COX-2 selective inhibi- ceiling is thought to be 10 mg for acute pain management in
tors (celecoxib). the ED. NSAIDs are available in multiple formulations, includ-
As a class, NSAIDs have a high oral bioavailability, are highly ing topical and intranasal. Use of topical NSAIDs is limited by
protein bound, and are hepatically metabolized and renally their cost, and intranasal ketorolac has not yet been examined
excreted.8 The half-life varies among NSAIDs and may be pro- in the critically ill.2,84
longed in the setting of renal impairment or in the elderly.84 The The major limitation of NSAIDs in the ICU is their signif-
onset of analgesia is delayed, with the opioid-sparing effect not icant side effect profile. It is well recognized that NSAIDs
apparent until 4 to 5 hours after oral administration.83 Conversely, possess adverse effects on the cardiovascular, GI, renal, and
IV ketorolac has an onset of 10 minutes and peak analgesia occurs hematologic systems. Cardiovascular effects are influenced by
at 75 to 150 minutes.84 Some NSAIDs accumulate in inflamed the degree of COX-2 inhibition, dose, and duration. Coxibs,
tissues and have a longer duration of effect.8,82 diclofenac, and high-dose ibuprofen (2400 mg/day) were found
to increase major vascular events, primarily cardiac, in a large
meta-analysis.94 A boxed warning exists for the cardiovascular
ICU and Relevant Non-ICU Data effects of NSAIDs and their contraindication in CABG sur-
NSAIDs are proven to be an effective analgesic for mild to gery.95 Upper GI complications (eg, ulcers and GI bleed) may
moderate pain and a useful adjunct for severe pain in a variety occur with only brief courses and are dose related. Patients with
of conditions. However, literature in the critically ill is sparse. advanced age, prior GI complications, and concurrent antic-
Three prospective trials have evaluated postoperative or peri- oagulant or steroid therapy are at highest risk.94,96 The risk
procedural NSAID use in critically ill patients, following major of AKI increases with higher doses and longer durations of
abdominal surgery and cardiac surgery.85-87 The trials were NSAIDs.97 Critically ill patients often have preexisting renal
small, and only 1 to 2 doses of NSAIDs were administered. disease, reduced renal perfusion due to comorbid states, or
Pain scores did not differ in the cardiac surgery trials, although concomitant nephrotoxic drugs that can increase their risk of
diclofenac may reduce opioid requirements.85,87 Ketoprofen AKI; thus, a careful review should be conducted before initia-
reduced both pain scores and opioid requirements in patients tion of NSAID therapy.97 Postoperative bleeding is a concern
undergoing major abdominal surgery.86 Short-term use of due to the antiplatelet effect of NSAIDs. Multiple meta-
NSAIDs in these trials did not result in increases in bleeding analyses have reported an increase in severe bleeding,15,16
or acute kidney injury (AKI). No clinical trials have evaluated although a meta-analysis of 27 studies evaluating ketorolac did
the use of COX-2-selective inhibitors in the ICU. not find an increase in postoperative bleeding.98 NSAID use
Multiple systematic reviews and meta-analyses have exam- should be minimized in patients with bone fractures as they
ined the role of NSAIDs as an adjunct in the treatment of post- may impair healing.99
operative pain. Short-term use (<48 hours) of NSAIDs reduces The American Society of Anesthesiologists guidelines for
pain intensity postoperatively and lowers opioid require- acute pain management in the perioperative setting recommend
ments.15,16,88 NSAIDs may also reduce opioid-related side around-the-clock NSAIDs or coxibs as part of the multimodal
effects, such as PONV, sedation, and delirium.15,16,89 In the pain regimen.100 In contrast, the 2018 PADIS guidelines do not
ED, there is no benefit of single-dose NSAID over acetamino- recommend routine use of COX-1-selective NSAIDs as an
phen or their combination for musculoskeletal pain or acute adjunct to opioid therapy due to their significant potential com-
extremity pain.90,91 In the trauma population, a retrospective plications and the paucity of the literature to support their
review of ketorolac use for a mean of 2 days found a reduction efficacy in the ICU. However, they do suggest NSAID
Wampole and Smith 11

administration may be considered for discrete and infrequent for their use, clinical data in the critically ill are limited. As a
procedures (conditional recommendation, low quality of result, many unanswered questions remain regarding their opti-
evidence).2 mal dosing, duration, efficacy, and safety. Acetaminophen is
the only nonopioid agent that is recommended in all critically
ill adults.2 Ketamine may be considered in postsurgical ICU
Miscellaneous patients, while gabapentin or pregabalin may be given for neu-
Other pharmacotherapeutic interventions with less substantial ropathic pain or postcardiac surgery. Routine use of NSAIDs or
evidence deserve mention. Inhaled nitrous oxide, a colorless IV lidocaine is not recommended, although NSAIDs may have
and mostly odorless gas with anesthetic and analgesic proper- utility for discreet procedures. No clear guidance exists for a-2
ties, has been studied for procedural use in the operating room, agonists as adjunct analgesics, but they are commonly used as
ED, and burn-injured patients.101,102 It has a rapid onset and sedatives and their possible opioid-sparing effects require fur-
offset, is relatively inexpensive, does not cause hemodynamic ther investigation. Each nonopioid analgesic has unique phar-
or respiratory depression, and may be opioid sparing. Its effi- macologic and practical considerations for use in the ICU
cacy, safety, and practicality in the ICU setting are largely patient. More research is necessary to identify patient popula-
unknown but may be an area for future study. tions who are underrepresented (eg, medically ill), patients who
Minimal data exist for the use of musculoskeletal agents in may benefit most from nonopioids, and whether particular
the critically ill. Interestingly, there have been recent publica- combinations are synergistic. Strategies such as systematic
tions studying methocarbamol for acute pain after pain evaluations in critically ill patients and multimodal
trauma.103,104 In a retrospective review of patients with trau- analgesic approaches in surgical patients have documented
matic rib fractures, 12% of whom were intubated, methocarba- reductions in opioid exposure as well as hastened recovery after
mol 500 mg every 8 hours for 4 days was associated with a surgery.2,4 These foundational data should encourage investi-
shorter hospital LOS and a reduction in pulmonary complica- gators to initiate studies to define the value of nonopioid-based
tions.104 While the results of this study are promising, prospec- analgesia strategies addressing expanded indications in all
tive data are necessary to determine whether methocarbamol categories of critically ill patients. In conclusion, the use of
reduces opioid use and improves patient outcomes in ICU nonopioid adjuncts for multimodal analgesia clearly deserves
patients with traumatic rib fractures. further exploration and should be a focus for future research in
Corticosteroids are powerful anti-inflammatory medications the critical care population.
but have not been well-studied for analgesia in the ICU. Dex-
amethasone, typically given as a single IV dose of 10 mg, may Acknowledgments
be useful in reducing headache recurrence in the management
The authors thank Gil Fraser, PharmD, MCCM for his guidance and
of acute migraines.105 There is one ongoing trial examining
support for the preparation of this article.
dexamethasone for treatment of headache associated with
SAH.18 Corticosteroid use is best reserved for inflammatory
or autoimmune conditions that may contribute to acute pain, Declaration of Conflicting Interests
but no recommendations exist for routine use.106 The author(s) declared no potential conflicts of interest with respect to
Venlafaxine and duloxetine, both serotonin norepinephrine the research, authorship, and/or publication of this article.
reuptake inhibitors (SNRIs), reduce neuropathic pain when
continued for durations of 2 weeks to 6 months.107,108 Dulox- Funding
etine, continued for up to 2 weeks postoperatively, reduced
The author(s) received no financial support for the research, author-
opioid consumption but not pain scores.109,110 The prolonged ship, and/or publication of this article.
onset of action of SNRIs for neuropathic pain limits their role
in the ICU; however, continuation of preadmission SNRIs
should be considered if clinical circumstances allow. References
Lastly, regional anesthetic techniques may be considered in 1. Barr J, Fraser GL, Puntillo K, et al. Clinical practice guidelines for
ICU patients with traumatic injuries (eg, rib fractures) or in the the management of pain, agitation, and delirium in adult patients
perioperative setting.106 Nonpharmacologic treatments recom- in the intensive care unit. Crit Care Med. 2013;41(1):263-306.
mended by the 2018 PADIS guidelines include music, massage, 2. Devlin JW, Skrobik Y, Gelinas C, et al. Clinical Practice Guide-
and cold therapy or relaxation techniques for procedural pain.2 lines for the Prevention and Management of Pain, Agitation/Seda-
tion, Delirium, Immobility, and Sleep Disruption in Adult
Patients in the ICU. Crit Care Med. 2018;46(9):e825-e873.
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Continuing Medical Education

Give your patient a fast hug (at least) once a day*


Jean-Louis Vincent, MD, PhD, FCCM

LEARNING OBJECTIVES
On completion of this article, the reader should be able to:
1. Interpret the mnemonic “Fast Hug.”
2. Explain the elements of “Fast Hug.”
3. Use this knowledge in a clinical setting.
The author has disclosed that he has no financial relationships or interests in any commercial companies pertaining to this
educational activity.
Wolters Kluwer Health has identified and resolved any faculty conflicts of interests regarding this educational activity.
Visit the Critical Care Medicine Web site (www.ccmjournal.org) for information on obtaining continuing medical education credit.

Objective: To introduce the Fast Hug mnemonic (Feeding, An- Interventions: Dependent on the results of applying the Fast Hug.
algesia, Sedation, Thromboembolic prophylaxis, Head-of-bed el- Measurements and Main Results: Not applicable.
evation, stress Ulcer prevention, and Glucose control) as a means Conclusions: Application of this simple strategy encourages
of identifying and checking some of the key aspects in the general teamwork and may help improve the quality of care received by our
care of all critically ill patients. intensive care unit patients. (Crit Care Med 2005; 33:1225–1229)
Design: Not applicable. KEY WORDS: feeding; sedation; analgesia; stress ulcer preven-
Setting: Any intensive care unit at any time. tion; semirecumbent; glucose control; thromboembolism
Patients: All intensive care unit patients.

E fforts are continually being cols, checklists, and physicians’ rounds. cently published guidelines (13). In addi-
made to improve the quality Each of these has its place, and indeed, all tion, although protocols may be
of patient care in the intensive three are important. Even though an ICU particularly valuable in ICUs of small pe-
care unit (ICU); as elsewhere should optimally be staffed by intensivists ripheral hospitals, they are less efficient
in the healthcare system, medical errors (2), the present mnemonic could be use- in large tertiary care institutions (14).
are common and considerable variation ful to anybody working in an ICU. An alternative to the protocol is the
in clinical practice persists even when checklist, widely employed outside med-
evidence-based guidelines are available icine. Some have suggested that the ICU
Protocols and Checklists
(1). Suggested mechanisms to reduce er- be compared with the aviation cockpit,
rors and encourage application of the lat- Protocols have been promoted as en- where checklists are routinely used to
est clinical study results include proto- hancing the efficiency, safety, and efficacy improve safety. There are indeed some
of care; enabling more rigorous clinical similarities between the airplane cockpit
research; and facilitating education (1). and the sophisticated ICU environment in
*See also p. 1424. Protocols are increasingly being applied terms of complex instruments, with
Head, Department of Intensive Care, Erasme Hos- to specific treatment-management prob- many alarm systems and risks of life-
pital, Free University of Brussels, Brussels, Belgium. lems, e.g., weaning from mechanical ven- threatening complications, but there the
Presented in part at the 33rd Annual Meeting of comparisons end. Whereas there are rel-
tilation (3–5), tight glucose control (6 –
the Society of Critical Care Medicine, Orlando, FL,
February 2004, and at the 24th International Sympo- 8), and adequate sedation (9 –11). atively few types of planes that any pilot
sium on Intensive Care and Emergency Medicine, However, although protocols are easily will be expected to fly, and pilots have
Brussels, Belgium, March 2004. applied to these relatively simple pro- very little freedom in their choice of
Address requests for reprints to: Jean-Louis Vin- cesses, their usefulness is more debatable route, speed, or timing, intensivists deal
cent, MD, Department of Intensive Care Erasme Uni-
versity Hospital, Route de Lennik 808 B-1070, Brus- when more complex issues are involved, with an almost infinite combination of
sels, Belgium. E-mail: jlvincen@ulb.ac.be for example, the correction of hypovole- disease states (Fig. 1) and have consider-
Copyright © 2005 by the Society of Critical Care mia or the treatment of acute lung injury able freedom in the choice and intensity
Medicine and Lippincott Williams & Wilkins (12); the treatment of septic shock be- of interventions. In addition, a pilot acts
DOI: 10.1097/01.CCM.0000165962.16682.46 comes a real challenge, even with re- alone (or with just one co-pilot), whereas

Crit Care Med 2005 Vol. 33, No. 6 1225


the intensivist is the coordinator of a
team, unable to act effectively alone. Nev-
ertheless, the concept of checklists may
indeed be helpful in the ICU, as in the
cockpit, and better than the concept of
protocols. How often do we realize that a
patient has not been fed for 2 or 3 days or
another patient has not received heparin
prophylaxis? Regular checklists would
prevent these oversights.

Rounds
Rounds at the bedside are important
and are part of good care. A number of
studies have indicated that daily rounds
at the bedside by intensivists may result
in better outcomes (15, 16). When con-
ducting bedside rounds, it is easy to ques-
tion the continued need for ventilatory
support for a patient undergoing me- Figure 1. Simplified comparison of the complexities of the intensive care unit (ICU) physician’s options
chanical ventilation or the adequacy of and those of the airline pilot. PEEP, positive end-expiratory pressure.
nutrition for a patient with a feeding so-
lution bag hung above the bed; a protocol
is not needed to ensure these questions Table 1. The seven components of the Fast Hug approach
are asked and answered, and all members
Component Consideration for Intensive Care Unit (ICU) Team
of the ICU team—not just the physi- Feeding Can the patient be fed orally, if not enterally? If not, should we
cians— can question these aspects of pa- start parenteral feeding?
tient care. Likewise, the adequacy of se- Analgesia The patient should not suffer pain, but excessive analgesia should
dation and analgesia should be be avoided
systematically questioned (and more than Sedation The patient should not experience discomfort, but excessive
once or twice a day!). sedation should be avoided; “calm, comfortable, collaborative”
is typically the best level
Thromboembolic prevention Should we give low-molecular-weight heparin or use mechanical
The “Fast Hug” adjuncts?
Head of the bed elevated Optimally, 30° to 45°, unless contraindications (e.g., threatened
I would like to suggest the concept of cerebral perfusion pressure)
the Fast Hug (Table 1), a simple, short Stress Ulcer prophylaxis Usually H2 antagonists; sometimes proton pump inhibitors
mnemonic to highlight some key aspects Glucose control Within limits defined in each ICU
in the general care of all critically ill
patients, which should be considered at
least once a day during rounds and, ide- the ICU and need adequate and appropri- debate, but the Canadian guidelines,
ally, every time the patient is seen by any ate nutritional support, with daily review based on an extensive literature review,
member of the care team. This approach of feeding. Unfortunately, there is no spe- recommend that solutions containing
helps involve all members of the critical cific “nutrition” marker, and it is not fish oils, borage oils, and antioxidants
care team, including nurses, physiother- practical to perform indirect calorimetry should be considered for patients with
apists, and respiratory therapists. Al- on all patients, but a clinical assessment acute respiratory distress syndrome and
though the Fast Hug can be vocalized and including weight loss measurement is that glutamine-enriched formulas should
each component discussed (for example, probably as reliable as more complex be considered for patients with severe
during rounds), it does not need to be tests (18). burns and trauma (21). Further study is
practiced out loud but can be used as a Guidelines on nutritional support for needed to define the optimal feeding so-
mental checklist when individual staff critically ill patients have been published lutions for different categories of ICU pa-
members are attending the patient, thus (19 –21). In general, 5.6 kJ/kg per day is tients.
providing all ICU staff with a simple way an acceptable and achievable target in- A for Analgesia. Pain can affect a pa-
of ensuring that seven of the essential take, but patients with sepsis or trauma tient’s psychological and physiologic re-
aspects of patient care are not forgotten. may require almost twice as much energy covery, and adequate pain relief must
As such, it can become a thought process during the acute phase of their illness form an integral part of good intensive
that is almost automatic when a patient’s (22). If oral feeding is not possible, en- care management. Critically ill patients
bed is approached. teral nutrition is preferred to parenteral feel pain due not only to their illness but
F for Feeding. Malnutrition increases nutrition (20, 21, 23) and should be also to routine procedures such as turn-
complications and worsens outcomes for started early, preferably within 24 – 48 hrs ing, suctioning, and dressing changes
critically ill patients (17). Many patients of ICU admission. The optimal constitu- (24). However, in one study of 5,957 pa-
are already malnourished at admission to ents of feeding solutions remain under tients, ⬎63% received no analgesics be-

1226 Crit Care Med 2005 Vol. 33, No. 6


fore a painful procedure (25). Pain is not used (9, 32, 33). However, these scales are antagonists, and the more recently pro-
always easy to assess in critically ill pa- really so simple that one may wonder posed proton pump inhibitors; however,
tients, who may be unable to express whether they are necessary, if everybody despite several randomized, controlled
themselves; for such patients, subjective is aware of the possible problems and has studies and meta-analyses comparing
measures of pain-related behavior (e.g., common goals. In our unit, we like using these agents (51–56), the optimal medi-
facial expression, movement) and physi- the “CCC (calm, comfortable, collabora- cation is still not clear. In a multicenter
ologic indicators (e.g., heart rate, blood tive) rule” to help determine whether pa- study by Cook et al. (55), involving 1,200
pressure) should also be used (26). tients are appropriately sedated. critically ill patients undergoing mechan-
Pharmacologic therapies to relieve T for Thromboembolic Prophylaxis. ical ventilation, patients treated with ra-
pain include nonsteroidal antiinflamma- Thromboembolic prophylaxis is still un- nitidine had significantly lower rates of
tory drugs, acetaminophen, and opioids. derused because it is often forgotten, and clinically significant gastrointestinal
Opioids are the most widely used, al- yet the mortality and morbidity rates as- bleeding than patients treated with su-
though they may be combined with non- sociated with venous thromboembolism cralfate (relative risk, 0.44; 95% confi-
steroidal antiinflammatory drugs or acet- are considerable and can be reduced by dence interval, 0.21– 0.92; p ⫽ .02), al-
aminophen for certain patients (26). The prophylaxis. Among patients who do not though there was no difference in the
most commonly used opioids are mor- receive prophylaxis, objectively con- mortality rates between the two groups.
phine, fentanyl, and remifentanil (27– firmed rates of deep-vein thrombosis There also was no difference in the rates
29). Continuous infusions of analgesic range between 13% and 31% (34); for of ventilator-associated pneumonia. As
drugs or regularly administered doses trauma patients this figure may be con- yet, no large randomized, controlled
(with extra boluses when needed) are siderably higher (35). It has thus been studies evaluating proton-pump inhibi-
more effective than bolus doses given “as recommended that all patients receive at tors in mechanically ventilated ICU pa-
needed,” which can leave the patient least subcutaneous heparin, unless con- tients have been published, but early data
without adequate pain relief for a period traindicated (36). Several studies have suggest that they are effective at increas-
of time. Intravenous administration al- been conducted comparing various hepa- ing intragastric pH and preventing bleed-
lows closer and more rapid titration to rins in specific patient groups (37– 41), ing in ICU patients (57–59).
patient needs than intramuscular or sub- but very few have involved general ICU G for Glucose Control. Close glucose
cutaneous administration (26). The side patients (42), and the most effective control has been driven primarily by the
effects of opioid analgesia should also be method of prophylaxis is still unclear. study of Van den Berghe et al. (6). This
remembered when optimizing pain man- Clearly, the benefit of prophylaxis must randomized, controlled study included
agement; respiratory depression can be a be weighed against the risk of bleeding primarily surgical patients, many after
concern in spontaneously breathing pa- complications. cardiac surgery, with relatively low sever-
tients, and constipation, hypotension, H for Head of the Bed Elevated. Sev- ity indexes and mortality rates; neverthe-
and hallucinations are not uncommon eral studies have demonstrated that hav- less, the results have led most physicians
side effects of opioid therapy. Care should ing the head of the bed inclined at 45 to alter their practices. The strict blood
be taken to ensure analgesia is adequate degrees can decrease the incidence of sugar levels of 80 –110 mg/dL in the study
but not excessive. gastroesophageal reflux in mechanically by Van den Berghe et al. may be difficult
S for Sedation. As with analgesia, se- ventilated patients (43, 44), and one ran- to adhere to in routine patient care, but
dation is of fundamental importance for domized, controlled study demonstrated many units now aim to keep blood sugar
the ICU patient, but there are no rules reduced rates of nosocomial pneumonia levels below about 150 mg/dL, as recom-
governing how much to give and how when patients were nursed semirecum- mended in recently published guidelines
often, and sedative administration must bent (45). However, despite the evidence for the management of severe sepsis and
be titrated to the individual. Although it and the recommendations, this simple septic shock (13). In a before-and-after
may be easier to increase the dose of strategy is still not widely applied (46, study, Krinsley (7) recently reported that
sedative to have a calm and quiet patient, 47). Raising the head of the bed alone the institution of a protocol aimed at
oversedation is associated with harmful may not be enough, because patients— keeping blood glucose levels at ⬍140
effects, including an increased risk of ve- especially when sedated—might slide mg/dL resulted in a 29.3% decrease in
nous thrombosis, decreased intestinal down in the bed. Thus, attempts must be hospital mortality rates (p ⫽ .002) and a
motility, hypotension, reduced tissue ox- made to keep not only the head of the bed 10.8% reduction in length of ICU stay (p
ygen extraction capabilities, increased elevated but also the patient’s thorax. ⫽ .01).
risk of ICU polyneuropathy, prolonged U for Stress Ulcer Prevention. Stress
ICU stay, and increased costs (30, 31). ulcer prevention is important, notably for Applying the Fast Hug
Kress et al. (10) have shown that daily patients with respiratory failure or coag-
transient discontinuation of sedation may ulation abnormalities, undergoing ste- Obviously, not all parts of the Fast
reduce the length of ICU stay and the roid therapy, or with a history of gas- Hug mnemonic will apply to all patients
need for imaging procedures, although troduodenal ulcer, who are at increased at all times. For example, one might not
one may argue that if sedation is titrated risk of developing stress-related gastroin- need to feed a patient in the very first
continuously, as recommended in cur- testinal hemorrhage (48). There is prob- days after a laparotomy, and one might
rent guidelines (26), there should be no ably no need for the routine use of anti- not give heparin to a bleeding patient to
need to discontinue it once a day. The use ulcer agents in all ICU patients, including prevent the development of deep-vein
of sedation scales has been advocated, after trauma or major surgery (49 –51). thrombosis. In addition, the Fast Hug
and we, like others, have shown that they There are several possible treatment op- does not, of course, cover all aspects of
may reduce the amounts of sedatives tions, including antacids, sucralfate, H2- each patient’s care; different patients will

Crit Care Med 2005 Vol. 33, No. 6 1227


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Fast Hug does, however, highlight seven
use of mechanical ventilation, rate of early 848 – 859
of the key areas that must be considered
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long enough to include fundamental as- ill cardiothoracic surgery patients. Ann ill adult patients? A systematic review of the
pects of care that involve all members of Pharmacother 2004; 38:1123–1129 literature. Nutrition 2004; 20:843– 848
the care team but short enough to be 9. Detriche O, Berre J, Massaut J, et al: The 24. Puntillo KA, White C, Morris AB, et al: Pa-
easily remembered. Third, it has a per- Brussels sedation scale: use of a simple clin- tients’ perceptions and responses to proce-
sonal touch: we all like a hug, and our ical sedation scale can avoid excessive seda- dural pain: Results from Thunder Project II.
patients are no exception! tion in patients undergoing mechanical ven- Am J Crit Care 2001; 10:238 –251
This little mnemonic is also a symbol tilation in the intensive care unit. Br J 25. Puntillo KA, Wild LR, Morris AB, et al: Prac-
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Crit Care Med 2005 Vol. 33, No. 6 1229


Continuing Medical Education Questions

The questions listed below are related to the two preceding articles. Visit the Critical Care Medicine online Web site
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Questions 1, 2, and 3 refer to the article, “Glucocorticoid therapy in neurologic critical care” by Gomes et al.
1. The efficacy of glucocorticoids is well established in the amelioration of edema in patients with:
A. Traumatic brain injury.
B. Ischemic stroke.
C. Aneurysmal subarachnoid hemorrhage.
D. Brain tumors.
E. Intracranial hemorrhage.

2. The ability of glucocorticoids to reduce cerebral edema has been linked to:
A. Protective effects of glucocorticoids on the blood-brain barrier.
B. Reduction in sodium reabsorption.
C. Delayed apoptosis of neuronal cells.
D. Increased cerebrospinal fluid production.
E. Increased anaerobic metabolism.

3. Which of the following statements is true regarding the use of glucocorticoids in critically ill patients?
A. Initiation of glucocorticoids in patients with myasthenia gravis has led to a transient worsening in 10% of patients.
B. It has been estimated that worldwide 2,500 deaths per year can be attributed to glucocorticoid use in head injury
patients.
C. Dexamethasone is contraindicated in patients with metastatic brain tumors.
D. Steroids have led to increased deafness when used in children with meningitis.
E. The use of steroids leads to an increased mortality in patients with polyarteritis.

Questions 4 and 5 refer to the article, “Give your patient a fast hug (at least) once a day” by JL Vincent.
4. The “fast hug” mnemonic includes:
A. Glutamine.
B. Total parenteral nutrition.
C. Suctioning.
D. Glucose control.
E. Haloperidol (Haldol).

5. Stress ulcer prophylaxis is indicated for intensive care unit (ICU) patients with all of the following except:
A. Coagulation abnormalities.
B. Ventilator therapy ⱖ48 hours.
C. History of gastroduodenal ulcer.
D. ICU stay ⱖ72 hours.
E. Steroid therapy.

1230 Crit Care Med 2005 Vol. 33, No. 6


Intensive Care Med
DOI 10.1007/s00134-017-4992-9

WHAT’S NEW IN INTENSIVE CARE

Ten tips for ICU sedation


Sangeeta Mehta1*  , Claudia Spies2 and Yahya Shehabi3,4

© 2017 Springer-Verlag GmbH Germany, part of Springer Nature and ESICM

Introduction easily titratable sedatives such as propofol or dexmedetomi-


Addressing critically ill patients’ pain, anxiety, distress dine may help achieve an awake, interactive patient.
and sleeplessness is paramount, but can be challenging
given their severity of illness and life-support technolo- 3. Multimodality symptom-based management: use
gies. Ideally, patients should be able to communicate appropriate non-pharmacologic and pharmacologic
their symptoms and severity, so that clinicians can use interventions for different symptoms, ideally with
appropriate symptom-based non-pharmacologic and patient input
pharmacologic therapy. We provide ten suggestions Pain, anxiety and sleeplessness are common, and cause
for the management of sedation in critically ill patients, profound distress to patients and family members. The
targeted at optimizing patient comfort while avoiding ideal situation is an awake patient who can communicate
over-sedation. her symptoms so that clinicians can provide reassurance,
and if needed, the appropriate medication to treat the
1. Prioritize pain assessment and management specific symptom. No medications address all of these
Pain is a strong driver of distress and agitation. Pain con- symptoms, thus several medications (i.e., analgesic, anxio-
trol should be a first priority in the care of critically ill lytic, hypnotic for sleep) in combination may be required.
patients. Effective analgesia will obviate or reduce the need While pharmacological agents are often necessary to
for sedation [1], and may attenuate the metabolic and car- manage pain and anxiety, their use may be reduced and
diovascular burden of pain-induced sympathetic overdrive. effectiveness enhanced by multi-faceted non-pharmaco-
Pre-emptive multimodal analgesia can enhance analgesic logic interventions (Fig. 1).
efficacy, reduce opioid requirements, and may reduce opi-
oid dependence. 4. When deep sedation is indicated, de-escalate as soon
as possible
2. Target an awake, interactive patient shortly after Some critically ill patients require deep sedation to facili-
intubation tate specific interventions such as management of intrac-
Deep sedation, particularly within the first 48  h after ini- ranial pressure, prone position, neuromuscular blockade,
tiation of mechanical ventilation (MV), is associated with and controlled MV. The need for deep sedation should be
delayed time to extubation and increased risk of death [2]. assessed frequently, at least daily. Once the indication for
Keeping patients awake, calm and interactive shortly after deep sedation has resolved, medications should rapidly be
intubation and initial stabilisation should be the target [3]. reduced and stopped.
While agitation can be a challenging consequence of lighter
sedation; adjuncts such as atypical antipsychotics or clo- 5. For patients receiving opioids/sedatives, use vali-
nidine [4] may be useful. When needed, short-acting and dated tools and explicit targets
Patient-centred therapy relies on regular assessment of
pain, sedation, and delirium using validated tools [5]. At
least every shift, the healthcare team should reassess and
*Correspondence: Geeta.mehta@utoronto.ca document the target level of sedation. There are several
1
Department of Medicine and Interdepartmental Division of Critical validated and reliable sedation assessment tools, includ-
Care Medicine, Mount Sinai Hospital, Sinai Health System, University ing the Richmond Agitation-Sedation Scale (RASS), and
of Toronto, 600 University Ave, Suite 18‑216, Toronto, ON M5G1X5, Canada
Full author information is available at the end of the article the Sedation Agitation Scale (SAS). Patient self-report is
PAIN ANXIETY AGITATION SLEEPLESSNESS
ASSESSMENT

NRS Paent report


RASS
TOOLS

BPS Faces Anxiety Scale Nursing report


SAS
CPOT Other Acgraphy
Other
Other Other
NON-PHARMACOLOGIC

Paent and family-centered, culturally sensive, Ear plugs


INTERVENTIONS

communicaon, reassurance, family presence, open vising Headphones


hours, maintenance of circadian rhythm, relaxaon techniques, Noise reducon
music therapy, spiritual care, distracon acvies, pet therapy, Eye masks
acupressure, acupuncture, others Light therapy

Opioids,
PHARMACOLOGIC
INTERVENTIONS

Non-opioid Benzodiazepines Alpha 2 agonists, Melatonin and


analgesics, (intermi„ent), Propofol, analogues,
Ketamine, Non- Benzodiazepines, Others
Regional benzodiazepines Anpsychocs
Blockade

Fig. 1  Management of pain, anxiety, agitation and sleeplessness is tailored on frequent individualized patient assessment. Non-pharmacologic
intervention depends on the context, environment and extent of family engagement, as well as patient and family values and beliefs. Pharmaco-
logic management should be used sparingly, at the lowest effective dose and for the shortest possible duration. NRS Numerical Rating Scale, BPS
Behavioural Pain Scale, CPOT Critical Care Pain Observation Tool, VAS Visual Analogue Scale, RASS Richmond Agitation Sedation Scale, SAS Sedation
Agitation Scale (Riker Sedation Scale)

best for pain assessment; for non-communicative patients be calming. Early removal of drains, initiation of enteral
The Behavioral Pain Scale and Critical-Care Pain Obser- nutrition, and mobilization also improve patient comfort.
vation Tool (CPOT) are valid and reliable. In most cases,
it is desirable that patients are awake and cooperative, as 7. Avoid benzodiazepines, particularly infusions
reflected by RASS 0 or − 1, or SAS 3–4. Compared with non-benzodiazepine sedatives, a benzo-
diazepine strategy is associated with longer durations of
6. Use non-pharmacologic interventions for patient MV and ICU stay [8–10]. Continuous benzodiazepine
comfort and engagement infusions have been associated with a higher risk of death
Survivors of critical illness frequently report noise, diso- compared with propofol in a large, propensity-matched
rientation, lack of privacy, and sleep deprivation during population [9]. While avoidance of benzodiazepines is
their ICU stay [6]. These stressors generate discomfort, generally recommended, specific indications for their use
anxiety, and may promote delirium. Non-pharmacological include palliation, seizures, procedural amnesia, and alco-
measures are relatively low-cost and safe, and may reduce hol withdrawal [11].
patient and family anxiety and stress. Natural light expo-
sure and a stimulating environment during the day; a quiet 8. Identify iatrogenic benzodiazepine and opioid with-
and dark night-time environment can contribute to main- drawal
tenance of circadian rhythm. Glare-free LED lighting may Prolonged treatment with these drugs results in physi-
promote maintenance of circadian rhythm via melatonin ologic dependence, and rapid tapering or abrupt discon-
suppression [7]. Reassurance, conversation, music, family tinuation can precipitate iatrogenic withdrawal syndrome
presence, relaxation therapy, and personal mementos, may [12], which may be associated with adverse outcomes,
including agitation, delirium, and prolonged MV. There References
1. Strøm T, Martinussen T, Toft P (2010) A protocol of no sedation for criti-
are validated opioid withdrawal scales for pediatric criti- cally ill patients receiving mechanical ventilation: a randomised trial.
cally ill patients; however, scales for adults are lacking. Lancet 375:475–480
Deliberate slow tapering of parenteral opioids and ben- 2. Shehabi Y, Bellomo R, Reade MC, Bailey M, Bass F, Howe B, McArthur CJ,
Seppelt IM, Webb SA, Weisbrodt L (2012) Early intensive care sedation
zodiazepines, bridging with enteral agents, and monitor- predicts long-term mortality in ventilated critically ill patients. Am J
ing for symptoms, may prevent withdrawal syndromes. Respir Crit Care Med 186:724–731
Adjuncts such as methadone and alpha-2 agonists may be 3. Vincent JL, Shehabi Y, Walsh TS, Pandharipande PP, Ball JA, Spronk P,
Longrois D, Strøm T, Conti G, Funk GC, Badenes R, Mantz J, Spies C, Takala
useful for withdrawal symptoms [4]. J (2016) Comfort and patient-centred care without excessive sedation:
the eCASH concept. Intensive Care Med 42:962–971
9. Remove catheters (vascular, gastric, urinary) as soon 4. Wang JG, Belley-Coté E, Burry L, Duffett M, Karachi T, Perri D, Alhazzani W,
D’Aragon F, Wunsch H, Rochwerg B (2017) Clonidine for sedation in the
as possible, and avoid physical restraint (PR) critically ill: a systematic review and meta-analysis. Crit Care 21(1):75
Removing unnecessary catheters and drains improves
5. Barr J, Fraser GL, Puntillo K, Ely EW, Gélinas C, Dasta JF, Davidson JE, Devlin
patient comfort, may reduce agitation, and facilitates JW, Kress JP, Joffe AM, Coursin DB, Herr DL, Tung A, Robinson BR, Fontaine
DK, Ramsay MA, Riker RR, Sessler CN, Pun B, Skrobik Y, Jaeschke R, Ameri-
mobilization. PR use should be avoided or minimized, as can College of Critical Care Medicine (2013) Clinical practice guidelines
it is causes patient injury, increased agitation, psychologi- for the management of pain, agitation, and delirium in adult patients in
cal distress for patients and family members, and may not the intensive care unit. Crit Care Med 41(1):263–306
6. Little A, Ethier C, Ayas N, Thanachayanont T, Jiang D, Mehta S (2012) A
prevent unplanned device removal [13, 14]. For agitated patient survey of sleep quality in the intensive care unit. Minerva Anest-
patients, consider non-pharmacologic and pharmaco- esiol 78:406–414
logic alternatives to PR. If PR is used, frequent and regular 7. Luetz A, Piazena Weiss B, Finke A, Willemeit T, Spies C (2016) Patient-
centered lighting environments to improve health care in the intensive
assessment of ongoing need and adjunctive management care unit. Clin Health Promot 6:5–12
is essential. 8. Fraser GL, Devlin JW, Worby CP, Alhazzani W, Barr J, Dasta JF, Kress JP,
Davidson JE, Spencer FA (2013) Benzodiazepine versus nonbenzodiaz-
epine-based sedation for mechanically ventilated, critically ill adults: a
10. Be attentive about night-time sedation systematic review and meta-analysis of randomized trials. Crit Care Med
Several studies show that mechanically ventilated patients 41(9 Suppl 1):S30–S38
receive higher doses of opioids and benzodiazepines at 9. Lonardo NW, Mone MC, Nirula R, Kimball EJ, Ludwig K, Zhou X, Sauer BC,
Nechodom K, Teng C, Barton RG (2014) Propofol is associated with favora-
night; and higher nocturnal doses are associated with ble outcomes compared with benzodiazepines in ventilated intensive
failure to pass a spontaneous breathing trial, as well as care unit patients. Am J Respir Crit Care Med 189:1383–1394
delayed extubation [15]. Sedation-minimization should be 10. Riker RR, Shehabi Y, Bokesch PM, Ceraso D, Wisemandle W, Koura F,
Whitten P, Margolis BD, Byrne DW, Ely EW, Rocha MG, SEDCOM (Safety
the goal at night as well as during the day, and sedation and Efficacy of Dexmedetomidine Compared With Midazolam) Study
should not be increased at night for the purpose of pro- Group (2009) Dexmedetomidine vs midazolam for sedation of critically ill
moting sleep. Melatonin or non-benzodiazepine hypnot- patients: a randomized trial. JAMA 301:489–499
11. Spies CD, Otter HE, Hüske B, Sinha P, Neumann T, Rettig J, Lenzenhuber
ics can be considered for sleep promotion in addition to E, Kox WJ, Sellers EM (2003) Alcohol withdrawal severity is decreased by
non-pharmacologic measures. symptom-orientated adjusted bolus therapy in the ICU. Intensive Care
Med 29(12):2230–2238
12. Best KM, Wypij D, Asaro LA, Curley MA, Randomized Evaluation of Seda-
Conclusion tion Titration For Respiratory Failure Study Investigators (2017) Patient,
A priority for intensivists is patient comfort, while keep- process, and system predictors of iatrogenic withdrawal syndrome in
ing them awake and interactive so that they can par- critically ill children. Crit Care Med 45(1):e7–e15
13. Rose L, Dale C, Smith OM, Burry L, Enright G, Fergusson D, Sinha S,
ticipate in their care. Avoiding excessive sedation is Wiesenfeld L, Sinuff T, Mehta S (2016) A mixed-methods systematic
associated with reduced MV duration and ICU stay, and review protocol to examine the use of physical restraint with critically ill
may reduce mortality. With engagement of the patient, adults and strategies for minimizing their use. Syst Rev 5(1):194
14. Mion L, Minnick AF, Leipzig R, Catrambone CD, Johnson ME (2007)
family, and interprofessional team, patient-directed, Patient-initiated device removal in intensive care units: a national preva-
symptom-based comfort management can be achieved. lence study. Crit Care Med 35:2714–2720
15. Mehta S, Meade M, Burry L, Mallick R, Katsios C, Fergusson D, Dodek P,
Burns K, Herridge M, Devlin JW, Tanios M, Fowler R, Jacka M, Skrobik Y,
Author details Olafson K, Cook DJ, for the SLEAP Investigators and the Canadian Critical
1
 Department of Medicine and Interdepartmental Division of Critical Care Care Trials Group (2016) Variation in diurnal sedation in mechanically ven-
Medicine, Mount Sinai Hospital, Sinai Health System, University of Toronto, tilated patients managed with a sedation protocol or a sedation protocol
600 University Ave, Suite 18‑216, Toronto, ON M5G1X5, Canada. 2 Department and daily interruption. Critical Care 20:233
of Anesthesiology and Critical Care Medicine, Charité-University Medicine
Berlin, Berlin, Germany. 3 Critical Care and Perioperative Medicine, School
of Clinical Sciences, Monash University, Melbourne, Australia. 4 Clinical School
of Medicine, University of New South Wales, Sydney, Australia.

Received: 10 August 2017 Accepted: 2 November 2017


www.medigraphic.org.mx

Tema original

Vol. XXV, Núm. 4 / Oct.-Dic. 2011


pp 227-254

Guía de práctica clínica para la tromboprofilaxis en la


Unidad de Terapia Intensiva
Carrillo-Esper R,* Márquez AP,† Sosa-García J,‡ Aponte UM,§ Bobadilla AA,II Briones GC,¶
D´Ector LD,** Elizondo AS,†† Gracia LR,‡‡ Izaguirre AR,§§ Lizárraga LS,IIII López SN,¶¶
Martínez ZR,*** Paredes AR,††† Pizaña DA,‡‡‡ Ramírez RF,§§§ Ramírez ZL,IIIIII Sánchez ZM,¶¶¶
Vázquez GF,**** Villagómez OA,†††† Zárate CP,‡‡‡‡ Aldrete-Velasco J,§§§§ Coronado AS,IIIIIIII
Jiménez GC,¶¶¶¶ Cárdenas AA,***** Fonseca SL,††††† Johnson HJ,‡ ‡ ‡ ‡ ‡ Luque FD§§§§§

* (Coordinador sección adultos) Jefe de la Unidad de Terapia, Fundación Clínica Médica Sur. Ex Presidente Colegio Mexicano de
Anestesiología.
† (Coordinadora sección de pediatría) Subdirección de Medicina Crítica. Instituto Nacional de Pediatría.
‡ Especialista en Medicina Interna y Medicina del Enfermo en Estado Crítico. Adscrito a la Unidad de Terapia Intensiva Obstétrica, Hos-

pital General de México. Coordinador de Guías de Práctica Clínica, Centro Nacional de Excelencia Tecnológica en Salud, Secretaría
de Salud.
§ Medico Internista e Intensivista. Jefe de División de Medicina Crítica, Hospital Star Médica Centro.
II Servicio de Cardiología Pediátrica del Instituto Nacional de Pediatría.
¶ Jefe de Terapia Intensiva de Ginecología y Obstetricia del Hospital General de México, OD.

** Jefe de Terapia Intensiva y Terapia Intermedia de Centro Médico Dalinde. Médico adscrito de la Unidad de trasplantes UMAE Hospital
«Gaudencio González Garza» Centro Médico «La Raza», IMSS.
†† Médico Internista-Intensivista. Médico de base de la UTI del Servicio de Trasplantes UMAE Hospital General «Dr. Gaudencio Gonzá-

lez Garza» Centro Médico «La Raza», IMSS.


‡‡ Adscrito Departamento Urgencias del Instituto Nacional de Pediatría.
§§ Médico Internista y Hematólogo. Jefe del Departamento de Hematología del Instituto Nacional de Cardiología «Ignacio Chávez».
IIII Departamento de Terapia Intensiva del Instituto Nacional de Pediatría.
¶¶ Hematólogo Pediatra. Adscrita a Servicio de Hematología Pediátrica del Instituto Nacional de Pediatría.

*** Médico Especialista del Enfermo Adulto en Estado Crítico. Jefe de la Unidad de Terapia Intensiva «Alberto Villazón Sahagún». Hos-
pital Español de México. Ex Presidente de la Asociación Mexicana de Medicina Crítica y Terapia Intensiva.
††† Profesor Especialidad de Hematología Pediátrica, Servicio de Hematología Pediátrica del Instituto Nacional de Pediatría.
‡‡‡ Jefe de Unidad de Terapia Intensiva del Hospital Ángeles Roma. Medico Adscrito del Hospital del Hospital Ángeles Mocel. Medicina

del Enfermo en Estado Critico.


§§§ Médico Internista-Intensivista. Adscrito a la Terapia Intensiva de Fundación Médica Sur.
IIIIII Enfermera Especialista Urgencióloga. Jefe de Servicio de Terapia Intensiva Fundación Médica Sur.
¶¶¶ Medico Internista e Intensivista. Jefe de Urgencias Médicas del Hospital General de México, OD. Adscrito de Terapia Intensiva del

Hospital «General Enrique Cabrera» del Gobierno del Distrito Federal.


**** Directora de Enfermería de la Fundación Médica Sur.
†††† Jefe del Servicio de Terapia Intensiva de Hospital Ángeles, Clínica Londres y del Hospital Regional «1º de Octubre» del ISSSTE.
‡‡‡‡ Jefe del Departamento de Terapia Intensiva del Instituto Nacional de Pediatría.

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§§§§ Médico Internista Colegiado. Director General de Paracelsus, S. A. de C. V.
IIIIIIII Médico General Certificado. Departamento de Investigación Clínica, Paracelsus, S. A. de C. V.
¶¶¶¶ Doctor en Salud Pública. Profesor Titular. Programa de Maestría y Doctorado en Ciencias Médicas, Odontológicas y de la Salud.

Facultad de Medicina. UNAM - Instituto Nacional de Pediatría.


***** Residente de la Especialidad de Medicina del Enfermo Pediátrico en Estado Crítico del Instituto Nacional de Pediatría.
††††† Residente de Especialidad de Cardiología Pediátrica del Instituto Nacional de Pediatría.
‡‡‡‡‡ Residente de Especialidad de Cardiología Pediátrica del Instituto Nacional de Pediatría.
§§§§§ Residente de la Especialidad de Medicina del Enfermo Pediátrico en Estado Crítico del Instituto Nacional de Pediatría.

Fecha de recepción: 21 de septiembre 2011


Fecha de aceptación: 23 de septiembre 2011

Este artículo puede ser consultado en versión completa en http://www.medigraphic.com/medicinacritica


Rev Asoc Mex Med Crit y Ter Int 2011;25(4):227-254

228

RESUMEN SUMMARY
La enfermedad tromboembólica venosa es una de las The venous thromboembolic disease (TED) is one of
principales complicaciones en los pacientes hospitaliza- the most frequently occurring complications in hospital-
dos, comprende la trombosis venosa profunda (TVP) y el ized patients including deep venous thrombosis (DVT)
embolismo pulmonar (EP). Los enfermos hospitalizados and pulmonary embolism (PE). It has been noted that
presentan al menos un factor de riesgo para un evento in adult hospitalized patients are admitted with the risk
tromboembólico venoso (ETV), de los cuales aproximada- to develop a venous thromboembolic event of which
mente 40% presentan 3 o más factores de riesgo. Los pa- approximately 40% have one of three risk factors. Evi-
cientes con una enfermedad médica aguda tienen mayor dently patients with acute medical emergencies have
riesgo de presentar un ETV y aproximadamente entre 10 greater risk to develop an acute venous thromboembolic
a 30% de los pacientes con patología médica tiene TVP event specifically, those patients with acute medical ill-
o desarrollan EP. Estudios clínicos actuales demuestran nesses will have at least one episode of DVT and ap-
que los pacientes con patología médica presentan mayor proximately 30% of patients with medical illnesses may
riesgo de un ETV que los enfermos quirúrgicos. develop DVT or PE. Current clinical studies have dem-
La enfermedad tromboembólica venosa incrementa de onstrated that patients with medical diagnosis have a
manera significativa la morbilidad y mortalidad en los greater probability to develop a venous embolic event
pacientes con enfermedades graves. En la Unidad de that those patients admitted under a surgical diagnosis.
Terapia Intensiva (UTI) la ausencia de tromboprofilaxis Furthermore, in the Intensive Care Units, it appears that
contribuye a una incidencia de 13 a 31% de cuadros sin- the absence of application of the thromboprophylaxis
tomáticos o asintomáticos de TVP en el enfermo en es- protocol may contribute to an incidence of 13 to 31%
tado crítico. greater than when protocols to prevent the venous throm-
Objetivos: La realización de esta guía de práctica clíni- boembolic complications are implemented. It is evident
ca (GPC) tiene como finalidad homologar las prácticas that thromboembolism, as a disease, increases signifi-
de evaluación, detección y prevención de la enfermedad cantly the morbidity and the mortality of patients admitted
tromboembólica venosa en el enfermo adulto y pediátrico to general hospitals and even more so, when their medi-
graves, con el objetivo de mejorar la calidad, atención y cal condition indicates admission to critical care units.
seguridad en esta población, teniendo como objetivo ser Objectives: The proposed Guidelines for Clinical Practice
un marco de referencia para la toma de decisiones clíni- (GPC) have the objective to standardize the evaluation,
cas con base en las recomendaciones sustentadas en la detection and prevention of the venous thromboem-
mejor evidencia disponible en la actualidad. bolic phenomenon aimed to improve the quality of care
Usuarios: Esta guía de práctica clínica está dirigida a of this population, whether adults or pediatric patients
médicos intensivistas, internistas, urgenciólogos, pedia- implementing a protocol in all adult patients, potential
tras, neonatólogos y a todos aquellos involucrados en el candidates to develop this complication and in specific
manejo del paciente críticamente enfermo con riesgo de indications in underage patients. The protocol may be ap-
un evento tromboembólico en la unidad de terapia inten- plied in general, but ought to allow for clinical decisions,
siva. according to the specificity of each individual patient.
Palabras clave: Enfermedad tromboembólica venosa, Participants: This, herein proposed protocol is directed
tromboprofilaxis, tromboprofilaxis en pediatría, profilaxis, to Intensivists, Internists, Emergency Physician, special-
tromboembolia pulmonar, trombosis venosa profunda. ized Pediatricians and Neonatologists, as well as, all
medical personnel actively participating in the care of the
above noted critically ill patients with the probable risk of a
venous thromboembolic event; as noted, in these cases,
prevention is by far better than frustrated attempts to treat
this patients in more desperate condition.
Key words: Venous thromboembolism, thromboprophy-
laxis, thromboprophylaxis in children, prophylaxis, pulmo-
www.medigraphic.org.mx nary embolism, deep vein thrombosis.

Siglario: (HBPM) Heparinas de bajo peso molecular (SICASEST)Síndrome isquémico coronario


(HNF) Heparina no fraccionada agudo sin elevación del ST
(DCM) Dispositivos de compresión mecánica (IC) Insuficiencia cardiaca (SNC) Sistema nervioso central
(ETV) Evento tromboembólico venoso (ICC) Insuficiencia cardiaca congestiva (TCE) Traumatismo craneoencefálico
(EP) Embolismo pulmonar (IMC) Índice de masa corporal (TIH) Trombocitopenia inducida por heparina
(EPOC) Enfermedad pulmonar obstructiva (IR) Insuficiencia renal (TTPa) Tiempo de tromboplastina parcial
crónica (MCG) Medias de compresión graduada activado
(EVC) Enfermedad vascular cerebral (PCI) Intervención percutánea coronaria (TV) Trombosis venosa
(FA) Fibrilación auricular (percutaneous coronary intervention) (TVP) Trombosis venosa profunda
(GCS) Escala coma de Glasgow (SC) Subcutánea (UTI) Unidad de Terapia Intensiva
(GPC) Guía de práctica clínica (SICA) Síndrome isquémico coronario agudo (VCI) Vena cava inferior
Carrillo-Esper R et al. Guía de práctica clínica para la tromboprofilaxis en la UTI

229

INTRODUCCIÓN La prevalencia del EP en pacientes hospitaliza-


dos en los Estados Unidos entre 1979 a 1999 fue
La enfermedad tromboembólica venosa es una de 0.4%.11 El EP se presentó de 40 a 53 casos por
de las principales complicaciones en los pacien- 100,000 personas al año, con una incidencia anual
tes hospitalizados, cuya presentación clínica está de 600,000 casos. 12 Nordstrom, 13 analizó 2,356
constituida por dos entidades, la trombosis venosa autopsias, evidenciando TVP en 25% (n = 595) y
profunda (TVP) y el embolismo pulmonar (EP).1 EP en 18.3% (431 casos) de todos los casos. Del
Los enfermos hospitalizados presentan al me- total de las autopsias, se consideró al EP como la
nos un factor de riesgo para un evento tromboe- principal causa de muerte en 13.1% (n = 308). La
mbólico venoso (ETV), de los cuales aproxima- incidencia anual de EP fue de 20.8/10,000 habitan-
damente 40% presentan tres o más factores de tes al año. Oger,14 reportó una incidencia de TVP y
riesgo. Los pacientes con una enfermedad mé- EP de 18.3 y 6 por 10,000 casos al año, respecti-
dica aguda tienen mayor riesgo de presentar un vamente.
ETV y aproximadamente entre 10 a 30% de los De los pacientes que fallecen en la UTI, el EP ha
pacientes médicos tiene TVP o desarrollan EP. 2 sido reportado entre 7 a 27% de los estudios post-
Estudios clínicos actuales han demostrado que mortem, de los que se considera al EP como causa
los pacientes de origen médico presentan ma- de muerte en 12% de los casos.4,15-18
yor riesgo de un ETV que los enfermos de tipo En México se desconoce la incidencia y preva-
quirúrgico. Sin embargo, la hospitalización por lencia de la ETV. Sigler,19 evaluó 1,685 necropsias
enfermedad médica y por procedimiento quirúr- en el Hospital General del Centro Médico Nacional
gico guardan la misma proporción de riesgo para del IMSS entre 1981 y 1990, demostrando al EP en
enfermedad tromboembólica venosa (22 versus 15% (252 casos), siendo la causa directa de muerte
24%, respectivamente).2-5 Los pacientes hospita- en 28%, de manera indirecta en 62% y como ha-
lizados con una enfermedad médica aguda tienen llazgo incidental en 10% de los casos. Sandoval en
mayor riesgo de presentar un ETV; aproximada- 1998 analizó Otro en el Instituto Nacional de Car-
mente 10 a 30% de los pacientes con patología diología «Ignacio Chávez», 1,032 necropsias en el
médica tiene TVP o desarrollan EP.2 periodo comprendido entre 1985 y 1994, demos-
La enfermedad tromboembólica venosa incre- trando al EP en 231 casos, de los cuales 100 fueron
menta de manera significativa la morbilidad y mor- de tipo masivo, siendo la tercera causa de muerte
talidad en los pacientes con enfermedades graves. en la población analizada.20
En la Unidad de Terapia Intensiva (UTI) la ausencia
de tromboprofilaxis contribuye a una incidencia de JUSTIFICACIÓN
13 a 31% de cuadros sintomáticos o asintomáticos
de TVP en el enfermo en estado crítico.4 La probabilidad de presentar un ETV en pacientes
hospitalizados en la UTI es de 1 de cada 3 enfer-
EPIDEMIOLOGÍA mos, los cuales se pueden complicar con EP y cul-
minar en un desenlace fatal. Samama,21 en 1999
La TVP y el EP constituyen la principal forma de realizó el primer estudio aleatorizado, controlado y
presentación de la ETV. El EP es la manifestación doble ciego comparando el uso de la tromboprofi-
más grave, y en la mayoría de los casos es conse- laxis farmacológica (heparina de bajo peso mole-
cuencia de la TVP.1 Los pacientes con TVP proxi- cular) versus placebo en pacientes con patología

www.medigraphic.org.mx
mal se asocian a EP clínicamente asintomático en
50%.5 Aproximadamente, entre 70 a 79% de los
médica gravemente enfermos, obteniendo una re-
ducción estadísticamente significativa de TVP de
casos de EP se acompaña de TVP.6-8 El riesgo de 63%. Estos resultados han sido corroborados en
muerte es mayor en enfermos con un evento agu- diversos metaanálisis, los cuales confirman la efi-
do o recurrente de EP comparado con pacientes cacia y seguridad de la tromboprofilaxis en los pa-
con TVP.9 Stein,10 reportó una tasa de mortalidad cientes con enfermedad médica aguda.3-14
de EP de 7 a 11%, también demostró que los epi- La evidencia actual sobre la efectividad de la
sodios de EP son tres veces más frecuentes des- tromboprofilaxis en los enfermos graves es limita-
pués de un evento inicial de EP que de una TVP da, pero se sugiere que es similar al resto de la
(aproximadamente 60% después de un EP contra población, por lo que no existe una guía de prác-
20% de una TVP). tica clínica (GPC) que aborde de manera amplia y
Rev Asoc Mex Med Crit y Ter Int 2011;25(4):227-254

230

concisa la importancia de la prevención de la ETV mos adultos y pediátricos graves con factores de
a través de la utilización razonada y segura de la riesgo.
tromboprofilaxis en los pacientes adultos y pediátri-
cos hospitalizados en la UTI. La aplicación de estos objetivos mejorará la efec-
tividad, seguridad y calidad de atención médica de
OBJETIVOS esta población. Las diferentes fases de difusión e
implementación de las recomendaciones clínicas
La Guía de práctica clínica para la tromboprofilaxis deberán ser debidamente planeadas y supervisa-
en la Unidad de Terapia Intensiva tiene como meta das por las respectivas instancias normativas y re-
ser un marco de referencia para la toma de decisio- gulatorias de la propia institución, así como de las
nes clínicas con base en las recomendaciones sus- agencias gubernamentales respectivas.
tentadas en la mejor evidencia disponible hasta la
actualidad, teniendo como finalidad homologar las c) Población objetivo
prácticas de evaluación, detección y prevención de
la ETV en el enfermo adulto y pediátrico grave con El fundamento para la prevención de la ETV es hacer
el objetivo de mejorar la calidad y la seguridad de la una evaluación y estratificación de riesgo de manera
atención en esta población. adecuada, ya que esto permitirá identificar los pacien-
tes con mayor vulnerabilidad de presentar un ETV.
USUARIOS Los participantes definieron los temas a evaluar
y las preguntas a responder por la guía con base
La GPC está dirigida a médicos intensivistas, inter- en las entidades clínicas más frecuentes en la UTI
nistas, especialistas en urgencias médico-quirúr- que por su naturaleza incrementan de manera sig-
gicas, pediatras, neonatólogos y a todos aquellos Este documento
nificativa el riesgo es
de elaborado
ETV, comopor
sonMedigraphic
la enfermedad
involucrados en el manejo del paciente críticamente pulmonar obstructiva crónica (EPOC), quemaduras,
enfermo con riesgo de ETV en la UTI. sepsis, trauma, insuficiencia cardiaca (IC), fibrila-
ción auricular (FA), embarazo y complicaciones del
METODOLOGÍA PARA EL DESARROLLO mismo, insuficiencia y cirrosis hepática, enferme-
dad neurológica (evento vascular cerebral [EVC],
a) Conformación del grupo traumatismo craneoencefálico [TCE] y neurociru-
gía), insuficiencia renal (IR), síndrome coronario
Se invitó a participar a un total de (27) médicos es- agudo (SICA), inmovilización prolongada, trombo-
pecialistas y (2) enfermeras especialistas de me- sis venosa asociada a catéteres venosos centrales
dicina crítica procedentes de diferentes hospitales (CVC), cirugía mayor, trombocitopenia inducida por
públicos y privados de la ciudad de México para la heparina y en enfermos pediátricos graves (epide-
elaboración del documento. Los invitados fueron miología, evaluación, detección y escenarios espe-
seleccionados basándose en criterios como su co- ciales).
nocimiento sobre la metodología para el desarrollo
de GPC y experiencia en el tema central de la guía. d) Desarrollo

b) Alcance La presentación de la evidencia y recomendaciones


de la presente guía corresponden a la información

www.medigraphic.org.mx
La GPC está dirigida a personal de segundo y ter-
cer niveles de atención de UTI con el objetivo de
obtenida de GPC internacionales, donde los crite-
rios utilizados para elegir fueron los utilizados por
homogeneizar las acciones referentes a: AGREE o ADAPTE.22
Fueron elegidas por el grupo de expertos de
• Evaluación y estratificación del riesgo tromboem- acuerdo a su calidad metodológica para su adop-
bólico en base a los factores de riesgo del enfer- ción y adaptación,22 tomando como punto de parti-
mo adulto y pediátrico graves. da las siguientes guías: American College of Chest
• Detección de la enfermedad tromboembólica veno- Physicians Evidence-Based Clinical Practice Gui-
sa con los métodos disponibles en la actualidad. delines: Antithrombotic and Thrombolytic Thera-
• Prevención de la ETV a través de medidas no py 8th ED (ACCP),23 National Health and Medical
farmacológicas y farmacológicas en los enfer- Research Council. Clinical practice guideline for
Carrillo-Esper R et al. Guía de práctica clínica para la tromboprofilaxis en la UTI

231

the prevention of venous thromboembolism (deep mendación (cuadro I). Las evidencias fueron clasi-
vein thrombosis and pulmonary embolism) in pa- ficadas de forma numérica y las recomendaciones
tients admitted to Australian hospitals (NHRMC),24 con letras, ambas en orden decreciente de acuerdo
Prophylaxis of Venous Thromboembolism, Recom- al tipo de diseño de estudio y calidad metodológica.
mendations of the Spanish society of pulmonology
and thoracic surgery (SEPAR),25 y Surviving sepsis e) Exoneración
campaing: International guidelines for management
of severe sepsis and septic shock: 2008 (SSC).26 Este documento es sólo una guía general para me-
Las evidencias y recomendaciones provenientes jorar las decisiones médicas y debe ser utilizada
de las GPC utilizadas como documentos de refe- teniendo en cuenta el criterio médico, las necesida-
rencia mantuvieron la gradación de acuerdo a la es- des y preferencias de los pacientes y la disponibi-
cala original empleada. En el caso de no contar con lidad de los medios locales. La guía está diseñada
GPC como documento de referencia, las evidencias para proporcionar información con base en la mejor
y recomendaciones fueron elaboradas a través del información científica disponible en el momento del
análisis crítico de la literatura científica (revisiones desarrollo de esta publicación. Es importante re-
sistemáticas, metaanálisis, ensayos clínicos y estu- cordar que nuevos resultados de la investigación
dios observacionales), para lo cual se utilizó la es- clínica pueden proporcionar nuevas evidencias que
cala NICE (National Institute for Clinical Excellence) hagan necesario cambiar la práctica usual, aun an-
para emitir el nivel de evidencia y grado de reco- tes de que esta guía sea actualizada.

Cuadro I. Escala de gradación NICE (National Institute for Clinical Excellence).

Niveles de Evidencia NICE


1++ Metaanálisis de gran calidad, revisiones sistemáticas de ensayos clínicos aleatorizados o ensayos clínicos aleatorizados con muy bajo
riesgo de sesgos.
1+ Metaanálisis de gran calidad, revisiones sistemáticas de ensayos clínicos aleatorizados o ensayos clínicos aleatorizados con bajo riesgo
de sesgos.
1- Metaanálisis de gran calidad, revisiones sistemáticas de ensayos clínicos aleatorizados o ensayos clínicos aleatorizados con alto riesgo
de sesgos
2++ Revisiones sistemáticas de alta calidad de estudios de cohortes o de casos-controles, o estudios de cohortes o de casos-controles de alta
calidad, con muy bajo riesgo de confusión, sesgos o azar y una alta probabilidad de que la relación sea causal.
2+ Estudios de cohortes o de casos-controles bien realizados, con bajo riesgo de confusión, sesgos o azar y una moderada probabilidad de
que la relación sea causal.
2- Estudios de cohortes o de casos y controles con alto riesgo de sesgo
3 Estudios no analíticos, como informe de casos y series de casos
4 Opinión de expertos

Grados de recomendación NICE


A Al menos un metaanálisis, o un ensayo clínico aleatorio categorizados como 1++, que sea directamente aplicable a la población objetivo, o
Una revisión sistemática o un ensayo clínico aleatorio o un volumen de evidencia con estudios categorizados como 1+, que sea directa-
mente aplicable a la población objetivo y demuestre consistencia de los resultados
Evidencia a partir de la apreciación de NICE
B
www.medigraphic.org.mx
Un volumen de evidencia que incluya estudios calificados de 2++, que sean directamente aplicables a la población objetivo y que demues-
tren globalmente consistencia de los resultados, o
Extrapolación de estudios calificados como 1++ o 1+.
C Un volumen de evidencia que incluya estudios calificados de 2+, que sean directamente aplicables a la población objetivo y que demues-
tren globalmente consistencia de los resultados, o
Extrapolación de estudios calificados como 2++.
D Evidencia nivel 3 o 4, o
Extrapolación de estudios calificados como 2+ o
Consenso formal
PBP Punto de buena práctica (PBP) es una recomendación para la mejor práctica basado en la experiencia del grupo que elabora la guía
IP Recomendación a partir del manual para procedimientos de intervención de NICE
Rev Asoc Mex Med Crit y Ter Int 2011;25(4):227-254

232

Evidencias y recomendaciones Actualmente no existen algoritmos con funda-


mento en la mejor información científica para la es-
Calidad de atención hospitalaria tratificación en riesgo bajo o alto con base en los
factores individuales o la combinación de los mis-
a) La tromboprofilaxis, ¿está considerada como un mos. La presencia o ausencia de factores de riesgo
indicador de calidad en la atención de los pacientes debe ser considerada para la toma de decisiones
en la UTI? clínicas sobre el uso de tromboprofilaxis. Los facto-
res de riesgo se agrupan en las siguientes catego-
Evidencia: la medicina intensiva, al igual que todas rías: factores de riesgo individual, factores de riesgo
las áreas de atención médica, está experimentan- relacionados con una enfermedad médica aguda y
do una fase de transición con la implementación de los factores de riesgo relacionados con una lesión
los modelos basados en evidencia científica que o intervención quirúrgica (cuadro II). Los factores
tiene como objetivo mejorar de manera significati- de riesgo relacionados con el individuo pueden ser
va la calidad y seguridad de la atención médica y heredados o adquiridos. Dependiendo de la severi-
de enfermería.27 La atención médica basada en la dad, los factores de riesgo asociados a una lesión,
seguridad del enfermo se define como la ausencia un procedimiento quirúrgico o una enfermedad mé-
o reducción, a un nivel mínimo aceptable, del ries- dica aguda, ejercen una influencia con relación a
go de sufrir un daño innecesario en el curso de la su duración.24
atención sanitaria.28 Uno de los sistemas básicos
de trabajo en evaluación y mejora de la calidad b) En pacientes hospitalizados en la UTI, ¿cómo
asistencial lo constituyen los sistemas de monito- debe realizarse la evaluación del riesgo tromboe-
rización. Éstos permiten medir y evaluar, de forma mbólico?
periódica y planificada, aspectos relevantes de la
asistencia mediante el uso de indicadores de cali- Es esencial evaluar el riesgo tromboembólico en
dad, que conforman la unidad básica de un sistema cada paciente antes de decidir o no el uso de las
de monitorización.29 (Nivel 3 NICE). medidas preventivas, y a su vez cuáles con las
La tromboprofilaxis es un proceso de atención más apropiadas para su utilización. Los factores de
clínica de importancia fundamental en las institu- riesgo para la ETV son sumatorios, por lo que la
ciones de salud para prevenir la ETV, a través de presencia de múltiples factores de riesgo indica la
estrategias que permitan su adherencia en las uni- necesidad de estrategias más eficaces de trombo-
dades hospitalarias. (Nivel 1 ACCP). profilaxis.24
Recomendación: se recomienda que cada uni- La indicación de tromboprofilaxis es una decisión
dad hospitalaria implemente una estrategia activa clínica basada en el número y tipo de factores de
y formal para la prevención de la ETV. (Grado A riesgo de trombosis y la evaluación del riesgo de
ACCP). Se recomienda el empleo de estrategias sangrado.24 La evaluación del riesgo de trombosis
para incrementar el apego a la tromboprofilaxis, debe seguir los siguientes pasos:
incluyendo el uso de sistemas de decisión compu-
tarizados (Grado A ACCP), o a través de órdenes 1. Evaluar el riesgo basal de trombosis en los pa-
escritas (Grado B ACCP). cientes, considerando los factores de riesgos in-
herentes y adquiridos (cuadro II).
Evaluación y estratificación del riesgo 2. Evaluar el riesgo adicional de ETV, conside-

www.medigraphic.org.mx
a) En pacientes hospitalizados en la UTI, ¿cuáles
rando el motivo de hospitalización (procedi-
miento quirúrgico, trauma o enfermedad médi-
son los factores de riesgo para desarrollar una ETV? ca específica).
3. Evaluar el riesgo de sangrado o contraindicacio-
Conforme aumentan el número y tipo de factores nes para la profilaxis farmacológica o mecánica,
de riesgo, se aumenta la probabilidad de desarro- considerando los factores de riesgo del cuadro III.
llar la ETV (cuadro II), sin embargo, existen pocos 4. Formular una evaluación global del riesgo (con-
estudios basados en poblaciones sobre el riesgo de siderar el riesgo-beneficio de tromboprofilaxis).
la ETV en pacientes hospitalizados, y la estimación 5. Seleccionar los métodos apropiados de trombo-
de la magnitud del riesgo es a veces contradictoria profilaxis basados en la evaluación del riesgo del
o no actualizada.24 paciente mediante un algoritmo (figura 1).
Carrillo-Esper R et al. Guía de práctica clínica para la tromboprofilaxis en la UTI

233

c) En pacientes hospitalizados en la UTI, ¿cuáles binación de estas variables y los modelos de pre-
son los factores de riesgo de sangrado? dicción clínica permiten discriminar a los pacientes
con sospecha preevaluación de EP, lo cual se ha
El riesgo de sangrado es elevado en presencia de convertido en un paso clave en todos los algoritmos
factores de riesgo y se incrementa con la realización diagnósticos para EP.1
de diversos procedimientos (cuadro III). La trombo- Los modelos de predicción clínica más fre-
profilaxis farmacológica puede incrementar el riesgo cuentemente utilizados son el de Wells y Geneva
de sangrado, por lo tanto, la evaluación individualiza- (cuadros IV y V). El modelo predictivo de Wells es
da del riesgo de sangrado es un paso esencial para sencillo y de fácil aplicación y ha sido evaluado ex-
la decisión de la tromboprofilaxis apropiada.24 tensamente. Utiliza tres categorías (baja, modera-
Por la naturaleza del mecanismo de acción, la da o de alta probabilidad clínica) y un sistema de
profilaxis farmacológica puede incrementar el ries- dos categorías (EP probable o poco probable).30 El
go de sangrado quirúrgico. En la tromboprofilaxis modelo predictivo de Geneva es simple y se basa
farmacológica el riesgo de sangrado puede estar en variables clínicas. Independientemente del mo-
influenciado por la dosis y el horario del tratamiento delo utilizado, la proporción de pacientes con EP
(especialmente el momento de la profilaxis farma- se clasifican en baja (10%), moderada (30%) y alta
cológica en relación a la cirugía).24 probabilidad clínica (65%).31 Caprini,32 desarrolló
un modelo para la evaluación del riesgo tromboem-
d) En pacientes hospitalizados en la UTI, ¿cuáles bólico en pacientes de origen médico y quirúrgico,
son las escalas de estratificación del riesgo trom- tomando en cuenta 40 factores de riesgo con una
boembólico de mayor utilidad? puntuación de 1 a 5 puntos de acuerdo a su pre-
sentación, permitiendo estratificar a los pacientes
A pesar de la baja sensibilidad y especificidad del en bajo, moderado, alto y muy alto riesgo tromboe-
cuadro clínico y de las pruebas comunes, la com- mbólico (cuadro V). El modelo de Caprini se asocia

Cuadro II. Factores de riesgo tromboembólico en pacientes hospitalizados en la UTI.

Factores de riesgo individual


• Edad (la incidencia anual de ETV incrementa con cada década a partir de los 40 años de edad)
• Embarazo y puerperio
• Malignidad oculta o activa
• ETV previa
• Venas varicosas
• Obesidad marcada
• Inmovilidad severa prolongada (reposo en cama prolongado, inmovilización con yeso u ortesis, limitación del movimiento resultado de viajes pro-
longados y subsecuentemente estasis venosa)
• Uso de terapia de reemplazo hormonal con estrógenos o anticonceptivos orales
• Trombofilia hereditaria o adquirida (condiciones que conllevan un alto riesgo TEV incluyendo la deficiencia hereditaria de antitrombina, proteína C o
proteína S, homocigoto o doble heterocigoto para factor V de Leiden o mutación del gen de la protrombina G20120A y síndrome antifosfolípidos).

Factores de riesgo relacionados con una enfermedad médica


• Enfermedad pulmonar obstructiva crónica agudizada
• Insuficiencia cardiaca
• Infarto del miocardio
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• EVC con inmovilidad
• Algunas formas de quimioterapia para cáncer
• Enfermedad inflamatoria intestinal aguda

Factores de riesgo relacionados con una lesión o intervención quirúrgica


• Todos los procedimientos quirúrgicos especialmente a nivel abdominal, pélvico, torácico u ortopédico. El riesgo está determinado por el tipo de
cirugía (la cirugía articular es de muy alto riesgo, al igual que la cirugía curativa para el cáncer), el tipo de anestesia, la duración de la inmoviliza-
ción (incluyendo la duración de la cirugía) y complicaciones quirúrgicas.
• Lesión de la pierna que requiere cirugía o inmovilización prolongada.
Rev Asoc Mex Med Crit y Ter Int 2011;25(4):227-254

234

Cuadro III. Factores de riesgo de sangrado en pacientes hospitalizados en la UTI.

• Sangrado mayor activo (definición: requerimiento de al menos dos unidades de sangre o productos sanguíneos)
• Sangrado crónico, hemorragia clínicamente significativa y cuantificable en 48 h
• Trastornos de la coagulación (ej. hemofilia)
• Sangrado reciente de sistema nervioso central (SNC)
• Lesión intracraneana o espinal
• Anormalidades de la coagulación, incluyendo coagulopatía de base o anormalidades de los factores de la coagulación
• Trombocitopenia (la profilaxis terapéutica no está recomendada en pacientes con cuenta plaquetaria < 50 000/Ul, pero en general se considera
segura en pacientes de riesgo con menor grados de trombocitopenia)
• Disfunción plaquetaria grave
• Úlcera péptica activa o enfermedad gastrointestinal ulcerativa activa
• Ictericia obstructiva o colestasis
• Cirugía mayor reciente con alto riesgo de sangrado
• Uso concomitante de medicamentos que pueden afectar el proceso de la coagulación (ej. anticoagulantes, antiagregantes plaquetarios, antiinfla-
matorios no esteroideos selectivos y no selectivos o agentes trombolíticos)
• Anestesia regional o punción lumbar reciente por cualquier motivo.
• Alto riesgo de caídas

Cuadro IV. Modelo predictivo de Wells

Variable Puntos
Paciente ingresa
a la UTI Factores predisponentes
TVP o EP previa +1.5
Inmovilización o cirugía reciente +1.5
Historia clínica y exploración física Cáncer +1
Citometría hemática completa con Síntomas
cuenta plaquetaria
Tiempo de protrombina
Hemoptisis +1
Tiempo de tromboplastía parcial Signos clínicos
activado Frecuencia cardiaca (> 100 latidos/minuto) +1.5
Creatinina sérica Signos clínicos de TVP +3
Juicio clínico
Alternativa diagnóstica menos probable que EP +3
Probabilidad clínica (3 niveles) Total
Evaluación y estratificación
de riesgo tromboembólico Baja 0a1
Intermedia 2a6
Alta 7
Probabilidad clínica (2 niveles)
EP improbable 0a4
¿Factores
de riesgo
EP probable >4
No Sí
tromboembólico?
(Cuadro II)

Evaluación con una detección de 2.6 veces más del riesgo de


cotidiana ¿Factores

www.medigraphic.org.mx
de riesgo
de sangrado?
(Cuadro III)
No
trombosis (IC 95% 1.3-5.5) (Cuadro VI).

d) ¿Está indicado evaluar el riesgo tromboembólico


Profilaxis mecánica
Profilaxis farmacológica en los pacientes que ingresan a la UTI?
–DCM y/o MCG
–HBPM o HNF o
Posponer la profilaxis
Fondaparinux y/o
farmacológica hasta
combinadas con profilaxis
Evidencia: el desarrollo de la ETV incrementa de
que el riesgo de
sangrado se resuelva
mecánica (Cuadro VI) manera significativa la morbilidad y mortalidad en
los pacientes con enfermedades graves. Los enfer-
Figura 1. Algoritmo para evaluación del riesgo tromboe- mos hospitalizados presentan al menos un factor de
mbólico y de sangrado en pacientes al ingreso y estancia riesgo para un ETV, de los cuales aproximadamen-
en la UTI. te 40% presentan 3 o más factores de riesgo, por lo
Carrillo-Esper R et al. Guía de práctica clínica para la tromboprofilaxis en la UTI

235

Cuadro V. Modelo predictivo de Geneva b) El ultrasonido (US) doppler, ¿es de utilidad como
método de escrutinio en pacientes con factores de
Variable Puntos riesgo para un ETV en la UTI?
Factores predisponentes
Evidencia: la detección de TVP por US doppler en
Edad > 65 años +1
TVP o EP previa +3
pacientes con sospecha clínica tiene significancia
Cirugía o fractura dentro del último mes +2 en cuanto a un mayor riesgo de desarrollar EP du-
Malignidad activa +2 rante la hospitalización comparado con pacientes
Síntomas en quienes no se detectó, dato relevante al llevarlo
Dolor de extremidades inferiores unilateral +3 al escenario de la UTI donde un evento menor de
Hemoptisis +2 EP puede ser fatal. Sin embargo, la sensibilidad del
Signos clínicos US doppler en pacientes sin sospecha clínica pue-
Frecuencia cardiaca de ser de 47 a 62% (Nivel 2+ NICE).
75 a 94 latidos/minuto +3
Recomendación: no se recomienda el escrutinio
 95 latidos/minuto +5
Dolor a la palpación en venas profundas
de rutina con US doppler en pacientes asintomá-
de extremidades inferiores y edema unilateral +4 ticos en tanto que puede ser una herramienta no
Probabilidad clínica Total costo-efectiva. Sin embargo, en pacientes con alto
Baja 0a3 riesgo y que no han recibido profilaxis adecuada an-
Intermedia 4 a 10 tes de su ingreso a la UTI, la realización de un US
Alta  11 doppler podría identificar a aquéllos que requieren
inicio de tratamiento para TVP o simplemente pro-
filaxis, así como también se recomienda su uso en
tanto es apropiado evaluar de manera cotidiana el caso de sospecha de un ETV sintomático de miem-
riesgo tromboembólico y de tromboprofilaxis en los bros superiores, no así en los asintomáticos o que
pacientes en la UTI (Nivel 1 NHRMC). cuenten con un catéter venoso (Grado C NICE).
Recomendación: en todos los pacientes que in-
gresan a la UTI se recomienda evaluar al menos una c) El ecocardiograma transtorácico (ETT), ¿es de
vez al día y en casos seleccionados la veces que utilidad como método de escrutinio en pacientes
sea necesario, el riesgo tromboembólico y la imple- con factores de riesgo para un ETV en la UTI?
mentación de tromboprofilaxis (Grado A NHRMC).
Evidencia: el ETT es un procedimiento no invasivo,
Estudios de diagnóstico de alta disponibilidad, rápido, sensible y confiable.
Este método reconoce las alteraciones en cuanto a
a) La determinación del dímero D (DD), ¿es de uti- la función ventricular derecha durante un evento de
lidad como método de escrutinio en pacientes con EP. Su aplicación en enfermedad tromboembólica
factores de riesgo para un ETV en la UTI? está descrita a este nivel y no como escrutinio de
pacientes con factores de riesgo para un ETV en
Evidencia: los diferentes estudios clínicos refieren que la UTI. Sin embargo, no hay evidencia sobre esta
el DD tiene una sensibilidad hasta de 98% en pacien- utilidad (Nivel 2++ NICE).
tes que cursan con TVP, con un punto de corte ma- Recomendación: la evidencia disponible no per-
yor de 500 mg/L, por lo tanto un valor menor a éste mite recomendar el ETT como método de escrutinio

www.medigraphic.org.mx
descarta la presencia de un evento agudo de TVP.
Sin embargo, su especificidad es baja y dependiendo
en pacientes con factores de riesgo para un ETV en
la UTI. (Nivel D-BPP NICE).
del estudio puede ser desde 40 hasta 85%, en parte
debido a que su elevación puede asociarse a otras d) La tomografía computada de alta resolución de
enfermedades como el cáncer, procesos infecciosos, tórax (TCAR), ¿es de utilidad como método de es-
inflamación, necrosis y otras alteraciones presentes crutinio en pacientes con factores de riesgo para un
en los pacientes que ingresan a UTI (Nivel 1+ NICE). ETV en la UTI?
Recomendación: no se recomienda la determina-
ción del DD como método de escrutinio en pacien- Evidencia: el EP se diagnostica o se excluye me-
tes con factores de riesgo para un ETV en la UTI diante la realización de tomografía helicoidal, an-
(Grado B NICE). giografía pulmonar o gammagrama de ventilación-
Rev Asoc Mex Med Crit y Ter Int 2011;25(4):227-254

236

perfusión. Una de las aplicaciones de la tomografía de TCAR no ha sido evaluado para su aplicación
helicoidal junto con la resonancia magnética en en forma rutinaria para el escrutinio de pacientes
los pacientes con sospecha de ETV, es a nivel de con factores de riesgo tromboembólico en la UTI.
miembros superiores en donde el US no es diag- Además debe considerarse tomar en cuenta que la
nóstico aunque por clínica y por factores de riesgo gravedad del paciente para movilización fuera de la
como la utilización de catéteres venosos centra- UTI puede ser impedimento para la realización de
les es sugestivo de un ETV. Sin embargo, el uso este estudio (Nivel 2+ NICE).

Cuadro VI. Modelo predictivo de Caprini.

1 punto por cada factor presente 3 puntos por cada factor presente
( ) Edad 41 a 60 años ( ) Edad > 75 años
( ) Cirugía menor programada ( ) Historia de TVP/EP
( ) Historia de cirugía mayor previa (< 1 mes) Historia familiar de trombosis:
( ) Venas varicosas ( ) Factor V de Leiden positivo
( ) Historia de enfermedad inflamatoria intestinal ( ) Protrombina 20210A positivo
( ) Edema de piernas (reciente) ( ) Homocisteína sérica elevada
( ) Obesidad (IMC > 25) ( ) Anticoagulante lúpico positivo
( ) Infarto agudo del miocardio ( ) Anticuerpos anticardiolipina elevados
( ) Insuficiencia cardiaca congestiva (< 1 mes) ( ) Trombocitopenia inducida por heparina
( ) Sepsis (< 1 mes) ( ) Otra trombofilia presente_______________
( ) Enfermedad pulmonar grave, incluyendo neumonía (< 1 mes)
( ) Prueba de función pulmonar anormal (EPOC)
( ) Paciente con reposo en cama
( ) Ortesis o yeso en la pierna
( ) Otro factor de riesgo_________

2 puntos por cada factor presente 5 puntos por cada factor presente
( ) Edad 60 a 74 años ( ) Artroplastia mayor electiva de extremidades inferiores
( ) Cirugía artroscópica ( ) Fractura de cadera, pelvis o pierna (< 1 mes)
( ) Malignidad (presente o previa) ( ) EVC (<1 mes)
( ) Cirugía mayor (> 45 minutos) ( ) Trauma múltiple (< 1 mes)
( ) Cirugía laparoscópica (> 45 minutos) ( ) Lesión aguda de médula espinal/Parálisis (< 1 mes)
( ) Paciente confinado a cama (> 72 horas)
( ) Férula de yeso inmovilizante (< 1 mes)
( ) Acceso venoso central

Mujeres (1 punto por cada factor presente) Puntos totales: ____________________


( ) Anticonceptivos orales o terapia de reemplazo hormonal Riesgo: ______________________
( ) Embarazo o posparto (< 1 mes)
( ) Historia de muerte fetal inexplicable, aborto espontáneo recu-
rrente ( 3), nacimiento prematuro con toxemia o restricción del
crecimiento fetal

Puntos Nivel de riesgo Incidencia de TVP Recomendaciones

0-1 Bajo www.medigraphic.org.mx


< 10% Deambulación temprana
2 Moderado 10 a 20% HBPM* o HNF (5000 U SC dos veces al día) o MCG o DCM
3-4 Alto 20 a 40% HBPM* o HNF (5000 U SC tres veces al día) sola o combinada
con MCG o DCM
5 Muy Alto 40 a 80% HBPM* o HNF (5000 U SC tres veces al día) sola o combinada
con MCG o DCM

HBPM (Dosis)
• 40 mg/día SC (peso corporal < 150 kg, Depuración de creatinina > 30 mL/min)
• 30 mg/día SC (peso corporal < 150 kg, Depuración de creatinina 10 a 29 mL/min)
• 30 mg cada 12 h SC (peso corporal > 150 kg, Depuración de creatinina > 30 mL/min)
Carrillo-Esper R et al. Guía de práctica clínica para la tromboprofilaxis en la UTI

237

Recomendación: no se recomienda la realización Evidencia: los pacientes de la UTI con padeci-


en forma rutinaria de la TCAR de tórax como método mientos médicos o quirúrgicos tienen un riesgo
de escrutinio en pacientes con factores de riesgo para elevado para desarrollar tanto un ETV como ries-
un ETV en la UTI y sólo existe información sobre su go de sangrado. La tromboprofilaxis de elección
uso cuando se sospecha de EP, y en situaciones es- dependerá del balance entre los factores de riesgo
pecíficas como lo es la probabilidad de presentar un de trombosis y de sangrado, los cuales cambian
ETV a nivel de miembros superiores (Grado D NICE). de manera continua, por lo que la prescripción de
tromboprofilaxis debe ser evaluada continuamente.
Tratamiento profiláctico Las estrategias para prevenir un ETV han demos-
trado ser benéficas en diferentes poblaciones, son
1. En pacientes con factores de riesgo para un ETV, ampliamente disponibles y presentan bajo riesgo de
¿son de utilidad las medidas tromboprofilácticas no toxicidad.33 (Nivel 3 NICE).
farmacológicas? En el primer estudio aleatorizado, controlado, do-
ble ciego que evaluó la eficacia de la heparina no
Evidencia: los métodos de tromboprofilaxis no far- fraccionada (5,000 UI subcutánea) dos veces al día
macológica (mecánicos) utilizados en la actualidad versus placebo en 119 pacientes graves, la inciden-
son las medias de compresión graduada (MCG) y cia de TVP se presentó en 2 y 10% del grupo de es-
los dispositivos de compresión mecánica (DCM). El tudio y control, respectivamente, con una reducción
mecanismo de acción es reducir la estasis veno- del riesgo relativo de 35%.34 (Nivel 1+ NICE).
sa de los miembros inferiores, simulando el efecto Otro estudio comparó la eficacia y seguridad
de las contracciones musculares e incrementan- de nandroparina en pacientes médicos con alto
do el volumen y velocidad del flujo venoso. Las riesgo de un ETV. Un total de 223 pacientes con
MCG ejercen diferentes niveles de compresión en EPOC descompensada bajo ventilación mecáni-
las piernas. Los DCM, funcionan a través de una ca, fueron aleatorizados a recibir nandroparina
bomba que proporciona ciclos intermitentes de aire subcutánea versus placebo. La incidencia de
comprimido, causando una compresión de 35 a 40 TVP en pacientes que recibieron nandroparina
mmHg por 10 segundos cada minuto. Este efecto fue significativamente baja comparada con pla-
elimina la estasis venosa, mejora el flujo sanguíneo cebo (15.5 versus 28.2%, p: 0.045). La adminis-
y estimula la fibrinólisis, reduciendo en 68% el ries- tración de nandroparina subcutánea disminuye la
go de TVP en pacientes ortopédicos y en 62% en incidencia de TVP en un 45% versus placebo. 35
pacientes con enfermedad de origen médico. (Nivel 1+ NICE).
La ventaja que ofrece el uso de las medidas no Uno de los estudios de eficacia y seguridad con
farmacológicas es que no implican riesgo de san- enoxaparina demostró que la aplicación de 40 mg
grado. Son útiles en pacientes con hemorragia y cada 24 horas disminuye de manera significativa
riesgo de TVP (Nivel 1 ACCP), y se pueden usar de (63%)21 el riesgo de ETV en pacientes hospitaliza-
manera concomitante con anticoagulantes (Nivel 2 dos no quirúrgicos o en pacientes en estado críti-
ACCP), incrementando de manera significativa la co con otras patologías concomitantes. Asimismo,
efectividad aislada de cada uno de los métodos. enoxaparina ha demostrado su eficacia vs HNF y
La desventaja de los métodos mecánicos es que está recomendado por las Guías del ACCP como
su efectividad está limitada en pacientes con alto y profilaxis de primera línea en pacientes con ETV en
muy alto riesgo de TVP. pacientes hospitalizados o con traumatismos gra-

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Recomendación: las medidas no farmacológicas
de tromboprofilaxis se recomiendan en pacientes
ves (Nivel de evidencia I A).
Recomendación: en los pacientes críticamen-
con alto riesgo de sangrado (Grado C ACCP) o te enfermos con moderado riesgo de un ETV (ej.
como complemento de las medidas farmacológicas pacientes con enfermedad médica aguda o posto-
(Grado A ACCP), dirigiendo una especial atención perados de cirugía general) se recomienda el uso
en una utilización apropiada y cumplimiento óptimo de tromboprofilaxis farmacológica con heparina de
del dispositivo mecánico (Grado C ACCP). bajo peso molecular (HBPM) o heparina no fraccio-
nada (HNF). En pacientes con alto riesgo tromboe-
2. En pacientes con factores de riesgo para un ETV, mbólico (ej. pacientes postrauma mayor o cirugía
¿son de utilidad las medidas de tromboprofilaxis ortopédica) se recomienda el uso de HBPM (Grado
farmacológica? A ACCP).
Rev Asoc Mex Med Crit y Ter Int 2011;25(4):227-254

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3. En pacientes con factores de riesgo tromboem- uno o más factores de riesgo tromboembólico, se
bólico internados en la UTI, ¿está indicada la ad- recomienda la tromboprofilaxis con HBPM, HNF,
ministración de inhibidores directos de trombina e convencional o fonduparinux (Grado A ACCP).
inhibidores del factor X activado como medida de
tromboprofilaxis farmacológica? b) En pacientes de origen médico con contraindi-
cación para tromboprofilaxis farmacológica, ¿qué
Evidencia: actualmente no existen GPC ni es- medidas de tromboprofilaxis están indicadas?
tudios que avalen el empleo de los inhibidores
directos de trombina como medida profiláctica de Evidencia: en los pacientes con enfermedad mé-
ETV en los enfermos ingresados en la UTI (Nivel dica y factores de riesgo tromboembólico y contra-
C NICE). indicación para la tromboprofilaxis farmacológica es
Recomendación: los inhibidores directos de conveniente evaluar las medidas no farmacológicas
la trombina e inhibidores del factor X activado no de tromboprofilaxis (Nivel 1 ACCP).
deben ser utilizados como una medida de trombo- Recomendación: se recomienda el uso óptimo
profilaxis en enfermos internados en la UTI (Grado de tromboprofilaxis no farmacológica con DCM o
D-BPP NICE). MCG en pacientes con contraindicación para la
tromboprofilaxis farmacológica (Grado A ACCP).
4. En pacientes con factores de riesgo tromboem-
bólico internados en la UTI, ¿está indicada la admi- c) En pacientes con sepsis, ¿están indicadas las
nistración de inhibidores directos de trombina como medidas de tromboprofilaxis?
medida de tromboprofilaxis farmacológica?
Evidencia: los pacientes hospitalizados en la UTI
Evidencia: actualmente no existen GPC ni es- tienen riesgo para desarrollar TVP. La evidencia ac-
tudios que avalen el empleo de los inhibidores tual muestra claros beneficios de la tromboprofilaxis
directos de trombina como medida profiláctica de en pacientes internados tanto en la UTI como en
ETV en los enfermos ingresados en la UTI (Nivel salas generales de hospitalización. Los pacientes
C NICE). con sepsis grave pueden presentar los mismos fac-
Recomendación: los inhibidores directos de la tores de riesgo que el resto de enfermos críticos.
trombina no deben ser utilizados como una medida Diferentes estudios clínicos aleatorizados contro-
de tromboprofilaxis en enfermos internados en la lados con placebo sobre el uso de profilaxis para
UTI (Grado D NICE). TVP en pacientes críticamente enfermos han de-
mostrando una reducción en la incidencia de la TVP
Situaciones especiales y de la EP. La prevalencia de infección/sepsis es
de 17% en todos los estudios y de 52% en los pa-
Enfermedades de origen médico (EPOC, IC, sep- cientes de la UTI. El beneficio de la tromboprofilaxis
sis, enfermedad neurológica aguda, etc.). ha sido demostrado en diferentes metaanálisis. El
riesgo de su administración es bajo, la gravedad de
a) En pacientes en la UTI con enfermedad de ori- no administrarla es alta y el costo es bajo (Nivel 1
gen médico, ¿están indicadas las medidas de trom- SSC). De acuerdo a la evidencia los resultados con
boprofilaxis farmacológica? el uso de HBPM y HNF es equivalente en la pobla-
ción médica en general. Un metaanálisis comparó

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Evidencia: los pacientes con enfermedad médica
aguda admitidos a hospitalización con insuficiencia
la administración de HNF dos veces o tres veces al
día, demostrando que la HNF aplicada tres veces al
cardiaca congestiva (ICC) o enfermedad respirato- día produce mayor eficacia y menos sangrado que
ria grave, o quienes están confinados a una cama y la de dos veces al día. Los médicos deben evaluar
presentan uno o más factores de riesgo incluyendo el riesgo de un ETV y de sangrado de forma indivi-
cáncer, ETV previa, sepsis, enfermedad neurológi- dual y elegir la forma de administración. El costo de
ca aguda, enfermedad inflamatoria intestinal, entre la HBPM es mayor y la frecuencia de administra-
otras, se beneficiarán con el uso de la tromboprofi- ción es menor. La HNF es preferida sobre la HBPM
laxis (Nivel 1 ACCP).4 en pacientes con función renal moderada o grave
Recomendación: en los pacientes con enferme- (Nivel 1 SSC). Los métodos mecánicos (MCG o
dad médica aguda admitidos a hospitalización con DCM) se implementan cuando la anticoagulación
Carrillo-Esper R et al. Guía de práctica clínica para la tromboprofilaxis en la UTI

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está contraindicada o como terapia adyuvante a la Evidencia: en los pacientes con lesión térmica,
anticoagulación en los pacientes con muy alto ries- las medidas de tromboprofilaxis farmacológica a
go tromboembólico (Nivel 1 SSC). En los pacientes base de HBPM o HNF se utilizan de manera tem-
con muy alto riesgo, se prefiere el uso de la HBPM prana siempre y cuando no exista contraindicación
sobre la HNF (Nivel 2 SSC). Los pacientes que reci- para su administración (Nivel 1 ACCP).
ben heparina deben ser monitorizados por el riesgo Recomendación: en los pacientes con lesión tér-
de desarrollar trombocitopenia inducida por hepari- mica sin contraindicación para la tromboprofilaxis
na (TIH). farmacológica, se recomienda la administración de
Recomendación: en los pacientes con sepsis HBPM a 1 mg/kg cada 24 horas o HNF a razón de
grave se recomienda la profilaxis para TVP con 50 UI/kg cada 12 horas (Grado C ACCP).
a) HNF administrada dos o tres veces al día, o b)
HBPM diariamente, excepto en caso de contrain- c) En el paciente quemado con contraindicación
dicación (ej. trombocitopenia, coagulopatía grave, para la tromboprofilaxis farmacológica, ¿están in-
sangrado activo, hemorragia intracerebral reciente) dicadas las medidas no farmacológicas de trombo-
(Grado A SSC). profilaxis?
En pacientes con choque séptico con contrain-
dicación para el uso de heparina, se recomienda Evidencia: en pacientes con quemaduras y alto
la tromboprofilaxis mecánica con dispositivos como riesgo de hemorragia se puede utilizar trombopro-
MCG o DCM, a menos que estén contraindicados filaxis mecánica, hasta que disminuya el riesgo de
(Grado A SSC). En los pacientes de muy alto ries- hemorragia (Nivel 1 ACCP).
go, como los enfermos con sepsis grave e historia Evidencia: en los pacientes con quemaduras con
de TVP, trauma o cirugía ortopédica, se sugiere la factores de riesgo de sangrado está contraindicado
combinación de terapia farmacológica y mecánica, el empleo de medidas de tromboprofilaxis farmaco-
a menos que esté contraindicada o no sea prácti- lógica, en cuyo caso las medidas mecánicas a base
ca (Grado C SSC). En los pacientes con muy alto de DCM y MCG son de utilidad hasta que disminu-
riesgo, se sugiere el uso de HBPM sobre la HNF, ya el riesgo de sangrado (Nivel 1 ACCP).
ya que ha demostrado ser superior en este tipo de Recomendación: en los pacientes quemados con
enfermos (Grado C SSC). alto riesgo de sangrado se recomienda utilizar las
medidas de tromboprofilaxis mecánica hasta que
Quemaduras disminuya el riesgo de hemorragia (Grado A ACCP).

a) En pacientes quemados, ¿se deben considerar Trauma


los factores de riesgo para evaluar el inicio de trom-
boprofilaxis? a). En pacientes con trauma mayor, ¿está indicado
el uso de tromboprofilaxis?
Evidencia: en los pacientes quemados, la eva-
luación y estratificación de riesgo tromboembólico Evidencia: los pacientes con trauma mayor pre-
depende de los factores de riesgo adicionales como sentan múltiples factores que incrementan el riesgo
edad avanzada, obesidad mórbida (índice de masa tromboembólico, de tal manera que la ETV constitu-
corporal > 30), quemaduras extensas o de extre- ye la tercera causa de muerte hospitalaria en estos
midades inferiores, trauma de miembros inferiores, enfermos. Un análisis multivariado sugirió cinco fac-

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portador de catéter venoso femoral e inmovilidad
prolongada, para determinar el inicio de trombopro-
tores de riesgo independientes para TVP: edad ma-
yor (OR: 1.05 por año de edad; IC 95% 1.03-1.06),
filaxis (Nivel 1 ACCP). transfusión (1.74, IC 95% 1.03-2.93), cirugía (OR
Recomendación: en los pacientes quemados se 2.3, IC 95% 1.08-4.89), fractura de fémur o tibia (OR
recomienda la evaluación y estratificación de riesgo 4.82 IC 95% 2.79-8.33) y lesión del médula espinal
tromboembólico con base en los factores de riesgo (OR 8.59, IC 95% 2.92-25.28) (Nivel 1 ACCP).
para determinar la implementación de tromboprofi- Recomendación: la tromboprofilaxis se recomien-
laxis (Grado A ACCP). da en todos los pacientes con trauma mayor (Grado
A ACCP). En ausencia de una contraindicación, se
b) En el paciente quemado, ¿están indicadas las recomienda la tromboprofilaxis temprana con HBPM
medidas de tromboprofilaxis farmacológica? (Grado A ACCP). Una alternativa aceptable es la
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combinación de HBPM y métodos de tromboprofilaxis Evidencia: la FA es el trastorno más común del


mecánica (Grado B ACCP). En los pacientes con ritmo cardiaco, y es un factor de riesgo indepen-
trauma se recomienda continuar con tromboprofilaxis diente para un evento vascular isquémico de 4 a 5
hasta el egreso hospitalario (Grado C ACCP). veces más en todos los grupos de edad. En el con-
texto del paciente en la UTI pueden presentar FA
b) En pacientes con contraindicación para la trom- e inestabilidad hemodinámica y requerir de cardio-
boprofilaxis farmacológica, ¿cuál es la alternativa versión de emergencia, en cuyo caso es importante
de profilaxis indicada en estos enfermos? evaluar el uso de anticoagulación (Nivel 2 ACCP).
Recomendación: en pacientes con FA e inesta-
Evidencia: los pacientes con trauma mayor pue- bilidad hemodinámica que requieran cardioversión
den presentar factores de riesgo de sangrado, lo de emergencia, se sugiere el uso de HNF (TTPa
que contraindica la prescripción de tromboprofilaxis de 60 segundos o en rango terapéutico de 50 a 70
farmacológica, por lo que estos pacientes se bene- segundos) o HBPM (la dosis es de anticoagulación
fician con el uso de medidas mecánicas de trombo- completa, como en el tratamiento de la TVP) (Gra-
profilaxis (Nivel 1 ACCP). Es importante evaluar de do C ACCP).
manera cotidiana los factores de riesgo de sangra-
do para establecer el momento de iniciar la trombo- Embarazo
profilaxis farmacológica sola o combinada con las
medidas mecánicas (Grado 1 ACCP). a) En pacientes embarazadas, ¿están indicadas las
Recomendación: en los pacientes con trauma medidas de tromboprofilaxis?
mayor y presencia de sangrado activo o alto riesgo
de sangrado, la tromboprofilaxis farmacológica está Evidencia: el embarazo incrementa el riesgo de
contraindicada, por lo que se recomienda trombo- eventos trombóticos de 3 a 5 veces comparado con
profilaxis mecánica con DCM o posiblemente con pacientes no embarazadas. Esta predisposición
MCG sola (Grado B ACCP). Una vez que el alto es resultado de un estado de la hipercoagulabili-
riesgo de sangrado disminuye, se recomienda el dad, como mecanismo de protección durante el
uso de tromboprofilaxis farmacológica y/o trombo- embarazo y el aborto espontáneo. El embarazo se
profilaxis mecánica (Grado C ACCP). caracteriza por un incremento en los factores pro-
coagulantes y disminución de los factores anticoa-
c) En pacientes con trauma, ¿está indicado el uso gulantes, resultado de un aumento en los niveles
del filtro de vena cava inferior (VCI) como medida de fibrinógeno, factores de la coagulación VII, VIII,
tromboprofiláctica? IX y X, disminución de los niveles de proteína S y
resistencia a la proteína C activada y alteración de
Evidencia: el filtro de VCI ha sido utilizado con la fibrinólisis debida a inhibidores derivados de la
relativa frecuencia en los pacientes con trauma placenta.36 La deficiencia adquirida de antitrombina
como método para reducir la incidencia de EP. Sin ocurre en estados de pérdida de proteínas como
embargo, este método no ofrece profilaxis para el síndrome nefrótico y la preeclampsia, incremen-
TVP. Actualmente no existen estudios clínicos que tando el riesgo de trombosis. La estasis sanguínea,
demuestren una reducción del EP con el uso de fil- causada por dilatación venosa mediada por proges-
tros de VCI en pacientes con contraindicación para terona y compresión de la vena cava inferior por el
la anticoagulación. La colocación del filtro de VCI útero a finales de la gestación, también incrementa

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en pacientes con trauma sin evidencia de ETV es
profiláctica, sin embargo, su indicación es contro-
el riesgo de trombosis. La disrupción endotelial de
los vasos pélvicos puede ocurrir durante el parto
vertida (Nivel 1 ACCP). y principalmente por interrupción por vía cesárea.
Recomendación: en pacientes con trauma, no se Otros factores de riesgo de trombosis incluyen la
recomienda el uso de filtro de VCI como método de inmovilización, la cirugía, la hiperestimulación ová-
tromboprofilaxis (Grado C ACCP). rica por el uso de gonadotropina para la fertilización
in vitro, trauma, neoplasias, estados de hipercoa-
Fibrilación auricular (FA) gulabilidad hereditarios o adquiridos. Los estados
de hipercoagulabilidad incluyen deficiencia de an-
a). En pacientes con FA que requieren cardioversión titrombina, proteína C o S, resistencia a la proteí-
de emergencia, ¿está indicada la anticoagulación? na C activada secundaria a mutación del factor V
Carrillo-Esper R et al. Guía de práctica clínica para la tromboprofilaxis en la UTI

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de Leiden, mutación del gen de la protrombina PT a eventos trombóticos por lo que no son conside-
20210A, hiperhomocisteinemia y presencia de anti- rados como pacientes autoanticoagulados.38 (Nivel
cuerpos antifosfolípidos (anticuerpos para anticoa- 3 NICE).
gulante lúpico, anticuerpos anticardiolipinas y B-2 Recomendación: en pacientes con insuficiencia
glicoproteína tipo I). Otras condiciones que incre- hepática o cirrosis hepática se recomienda evaluar
mentan el riesgo de trombosis incluyen la hiperé- la tromboprofilaxis farmacológica cuando presentan
mesis gravídica, obesidad, enfermedad inflamatoria alto riesgo tromboembólico. Sin embargo, cuando
intestinal, infección, tabaquismo y catéteres intrave- hay alto riesgo de sangrado se debe implementar
nosos.37 (Nivel 3 NICE). la tromboprofilaxis mecánica a base a MCG y/o
Recomendación: a pesar del incremento de los DCM.38 (Grado D NICE).
factores de riesgo durante el embarazo y postparto,
la mayoría de las embarazadas no requieren anti- b) En pacientes con insuficiencia o cirrosis hepáti-
coagulación. ca, ¿se debe ajustar la dosis de la tromboprofilaxis
La tromboprofilaxis se recomienda en mujeres farmacológica?
con historia de trombosis de causa no determinada,
síndrome antifosfolípido con antecedente de pérdi- Evidencia: la evidencia actual no considera el
da de embarazo como único criterio clínico, trombo- empleo de tromboprofilaxis farmacológica en pa-
filia y embarazo alto riesgo.36 (Grado D NICE). cientes con insuficiencia o cirrosis hepática. Sin
En pacientes embarazadas se sugiere el uso de embargo, ha habido una disminución de las com-
HBPM sobre las HNF para la prevención de even- plicaciones de trombosis en esta población como
tos tromboembólicos (Grado C ACCP). La dosis resultado de la implementación de tromboprofi-
recomendada de HBPM para la prevención de un laxis.38 (Nivel 3 NICE).
evento tromboembólico o prevención de pérdidas Recomendación: la HBPM es relativamente se-
de embarazos en pacientes con síndrome antifosfo- gura en pacientes con insuficiencia o cirrosis hepá-
lípido son: enoxaparina 30 mg dos veces al día o 40 tica, por lo que se recomienda su aplicación ante
mg al día; dalteparin 5,000 UI al día, tinzaparin 75 la presencia de factores de riesgo tromboembólico.
UI/kg al día o 4,500 UI al día. La dosis de HNF varía En los pacientes con insuficiencia o cirrosis hepáti-
de acuerdo al tiempo de evolución del embarazo: ca con factores de riesgo de sangrado se recomien-
5,000 UI dos veces al día en el primer trimestre, da medidas de tromboprofilaxis mecánica (DCM y/o
7,500 UI dos veces al día en el segundo trimestre y MCG).38 (Grado D NICE).
10,000 UI dos veces al día en el tercer trimestre.37
(Grado D NICE). Insuficiencia renal

Insuficiencia hepática y cirrosis hepática a). En pacientes con insuficiencia renal, ¿están in-
dicadas las medidas de tromboprofilaxis farmaco-
a) En pacientes con insuficiencia o cirrosis hepática, lógica?
¿están indicadas las medidas de tromboprofilaxis?
Evidencia: en los pacientes con insuficiencia re-
Evidencia: los pacientes con insuficiencia o cirro- nal es importante considerar la función renal para
sis hepática con pruebas de coagulación normales determinar el tipo y dosis del agente tromboprofi-
o alteración de la coagulación (alargamiento de TP láctico debido a que se eliminan por vía renal, prin-

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o INR) pueden presentar eventos trombóticos. La
trombosis de la vena porta es una complicación fre-
cipalmente en pacientes de edad avanzada, con
diabetes mellitus y aquellos con alto riesgo de san-
cuente en pacientes con cirrosis hepática, con una grado (Nivel 1 ACCP).
incidencia de 10 a 15% como resultado de factores Recomendación: se recomiendan las medidas
locales y sistémicos, incluyendo un estado de hi- de tromboprofilaxis farmacológica previa evaluación
percoagulabilidad. En los enfermos con trombosis de la función renal para elegir el tipo y ajustar la
venosa portal se ha encontrado una predisposición dosis del agente antitrombótico (Grado A ACCP).
genética de trombosis hasta de 70% de los casos
versus 8% de los que no tienen cirrosis. Por lo tan- b). En pacientes con insuficiencia renal, ¿qué me-
to, los pacientes con cirrosis hepática presentan al- didas se deben implementar con el uso de trombo-
teraciones de la coagulación que los predisponen profilaxis farmacológica?
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Evidencia: los agentes utilizados para la trombo- b). En pacientes con inmovilización prolongada,
profilaxis farmacológica se metabolizan por vía re- ¿cuánto tiempo se deben proporcionar las medidas
nal, por lo tanto, la vida media se prolonga y tienden de tromboprofilaxis?
a acumularse en el torrente sanguíneo. En estas
circunstancias es pertinente la determinación del Evidencia: la duración de la tromboprofilaxis far-
grado de anticoagulación a través de los niveles macológica estará indicada mientras el paciente
séricos de TTPa y Factor Xa en pacientes bajo pro- permanezca inmovilizado o confinado a la cama. La
filaxis con HNF y HBPM, respectivamente (Nivel 1 evaluación de un ETV tanto clínica como por ultra-
ACCP). sonido en la habitación del paciente pueden ser de
Recomendación: en los pacientes con insuficien- utilidad para considerar el tiempo de duración de la
cia renal se recomienda evitar el uso de anticoagu- profilaxis (Nivel 1 ACCP).
lantes bioacumulables y ajustar la dosis del agente Recomendación: en algunos casos la trombo-
antitrombótico mediante la determinación de los ni- profilaxis debe continuarse en la fase posterior al
veles séricos del TTPa y Factor Xa (Grado B ACCP). egreso hospitalario del paciente. Las medidas de
profilaxis mecánicas, tanto estáticas como diná-
Síndrome coronario agudo (SICA) micas, se recomienda que sean utilizadas durante
la estancia hospitalaria, sobre todo en la etapa de
a) En pacientes con SICA, ¿están indicadas las me- confinamiento a la cama (Grado C ACCP).
didas de tromboprofilaxis farmacológica?
Trombosis venosa asociada a catéteres venosos
Evidencia: los lineamientos actuales sobre el centrales (CVC)
manejo del SICA incluyen dosis anticoagulantes de
agentes trombolíticos y HBPM, sin embargo, existe a) En pacientes con CVC, ¿están indicadas las me-
poca información relacionada al uso de profilaxis didas de tromboprofilaxis?
con HBPM en la fase aguda del infarto del miocar-
dio (Nivel 4 NICE). Evidencia: existen guías internacionales que re-
Recomendación: no se recomienda el uso de comiendan el uso de tromboprofilaxis en enfermos
tromboprofilaxis en la fase aguda del infarto del con CVC asociado a otros factores de riesgo para
miocardio (NICE D). enfermedad tromboembólica venosa como enfermos
con esperada inmovilidad > 48 horas, historia de in-
Inmovilización prolongada suficiencia venosa periférica con o sin venas varico-
sas, historia de trombofilias, comorbilidades médicas
a). En pacientes con inmovilización prolongada, (ICC, EPOC), enfermos con cáncer y, sobre todo,
¿qué medidas de tromboprofilaxis están indicadas? recibiendo quimioterapia, uso de terapia hormonal o
anticonceptivos e IMC >30 kg/m2.39 (Nivel 1+ NICE).
Evidencia: los pacientes en UCI tienen factores Recomendación: todo enfermo ingresado a la
de riesgo inherentes a su condición, muchos de UTI con un CVC o que éste sea colocado y no exis-
ellos padecen de insuficiencia cardiaca o respira- tan otros factores de riesgo, no recibirá trombopro-
toria, y es probable que su manejo requiera el uso filaxis de rutina.39 (Grado A NICE). En caso de pre-
de ventilación mecánica y sedación farmacológica, sentar otros factores de riesgo para ETV debe ser
condicionando inmovilidad prolongada. Sin embar- evaluado de forma diaria para recibir medidas trom-
boprofilácticas (mecánicas y/o farmacológicas).39
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go, no se tiene una definición de cuántos días se
considera como inmovilización prolongada (Nivel 1 (Grado A NICE).
ACCP).
Recomendación: se recomienda una evaluación Cirugía mayor (gastrointestinal, urológica, gineco-
de rutina en todos los pacientes que ingresen a la lógica y cardiaca)
UTI para determinar el riesgo de tromboembolismo
venoso y el uso de tromboprofilaxis. Las medidas a) En pacientes sometidos a una cirugía mayor,
de profilaxis deben incluir HBPM o HNF y en caso ¿están indicadas las medidas de tromboprofilaxis?
de pacientes con riesgo elevado de sangrado, el
uso de DCM y MCG, en tanto cede el riesgo de Evidencia: los pacientes sometidos a una cirugía
sangrado (Grado A ACCP). mayor gastrointestinal, urológica, torácica y gineco-
Carrillo-Esper R et al. Guía de práctica clínica para la tromboprofilaxis en la UTI

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lógica presentan un alto riesgo de trombosis, por parina administrada es removida de la circulación
lo que la evaluación del riesgo tromboembólico es por el mecanismo rápido saturable. Debido a esta
esencial, ya que en base al grado de riesgo se im- cinética, la respuesta anticoagulante de la heparina
plementarán las medidas de tromboprofilaxis (Nivel no es lineal, por lo que a medida que se aumenta
1 ACCP). la dosis, crece en forma desproporcionada tanto la
Recomendación: en los pacientes sometidos a intensidad como la duración de su efecto. Por ejem-
una cirugía mayor se recomienda la tromboprofi- plo, la vida media biológica aparente de la heparina
laxis mecánica y farmacológica en base al riesgo aumenta de aproximadamente 30 minutos con un
tromboembólico. En pacientes con riesgo modera- bolo IV de 25 U/kg a 60 minutos con un bolo de 100
do o alto se recomienda el uso de HBPM o HNF U/kg. Por lo tanto, por sus características farmaco-
(Grado A ACCP). lógicas la HNF debe ser suspendida 2 a 4 horas
antes del procedimiento quirúrgico, dependiendo
c) En pacientes sometidos a una cirugía mayor, de la dosis que se esté utilizando, aunque no hay
¿cuál es el periodo de tiempo recomendado para evidencia que apoye el tiempo de suspensión con
iniciar tromboprofilaxis farmacológica? respecto a la dosis (Nivel 3 NICE).
Recomendación: por sus características farma-
Evidencia: diferentes ensayos clínicos en pa- cológicas la HNF debe ser suspendida 2 a 4 horas
cientes quirúrgicos han estandarizado el empleo antes del procedimiento quirúrgico, dependiendo
de tromboprofilaxis a 12 horas antes en el periodo de la dosis que se esté utilizando, aunque no hay
perioperatorio, así como también 12 horas después evidencia que apoye el tiempo de suspensión con
del postoperatorio. Otros estudios, considerando respecto a la dosis (Grado D NICE).
que 12 horas pre y postquirúrgicas es un intervalo
muy amplio, evaluaron el empleo de medidas de e) En pacientes sometidos a un evento quirúrgico,
tromboprofilaxis dos horas antes y seis horas des- ¿cuál es el periodo de tiempo que deben recibir
pués del acto quirúrgico. Sin embargo, con base tromboprofilaxis?
en los lineamientos actuales, la implementación de
tromboprofilaxis es dos horas antes o cuatro horas Evidencia: en pacientes sometidos a un proce-
después de la cirugía en ausencia de factores de dimiento quirúrgico, la terapia tromboprofiláctica se
riesgo de sangrado (Nivel 2 SEPAR). implementará hasta que el paciente inicie la deam-
Recomendación: se recomienda iniciar la trom- bulación, aproximadamente entre el día 5 a 7 pos-
boprofilaxis farmacológica a 50% de la dosis real, teriores a la cirugía. Existen situaciones como la
dos horas antes de la cirugía y de 4 a 6 horas pos- cirugía en pacientes con cáncer, cirugía abdominal
terior al evento quirúrgico en ausencia de contrain- o cirugía pélvica donde la tromboprofilaxis se exten-
dicación, y ajustar la dosis 24 horas después de la derá hasta 28 días.39 (Nivel I NICE).
primera dosis (Grado C SEPAR). Recomendación: en pacientes sometidos a una
cirugía mayor se recomienda continuar la trombo-
d) En pacientes que serán sometidos a un proce- profilaxis hasta que el paciente inicie la deambula-
dimiento quirúrgico o reintervención, ¿cuál es el ción. En pacientes con cáncer, cirugía abdominal o
periodo de tiempo recomendado para suspender la pélvica se recomienda extender la tromboprofilaxis
tromboprofilaxis farmacológica? por 28 días.39 (Grado A NICE).

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Evidencia: la heparina en la circulación se une a
Paciente oncológico
varias proteínas plasmáticas, células endoteliales
y macrófagos, lo que contribuye a su complicada 1. En pacientes oncológicos con enfermedad mé-
farmacocinética. La heparina es depurada desde dica o quirúrgica aguda, ¿está indicada la trombo-
el plasma a través de un mecanismo rápido sa- profilaxis?
turable y otro más lento de primer orden. La fase
saturable se debe a la unión de la heparina a los Evidencia: el cáncer aumenta cuatro veces el ries-
receptores en las células endoteliales y macrófa- go de ETV y hasta seis veces cuando se someten a
gos, donde es internalizada y despolimerizada; la quimioterapia, por lo que es importante su evaluación
depuración lenta es principalmente renal. En dosis y estratificación de riesgo tromboembólico para deter-
terapéuticas, una proporción considerable de la he- minar el tipo de tromboprofilaxis (Nivel 1 ACCP).
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Recomendación: en pacientes con cáncer y una Recomendación: en los pacientes que reciben
enfermedad médica aguda, se recomienda el uso manejo con heparina y cuando el médico considera
de tromboprofilaxis de rutina como cualquier otro el riesgo de TIH, se recomienda el monitoreo pla-
paciente de alto riesgo tromboembólico a base de quetario (Grado C ACCP).
HBPM, HNF o fonduparinux (Grado A ACCP).
Evidencia: la incidencia de un ETV en pacientes b) En pacientes bajo tromboprofilaxis farmacológi-
con cáncer sometidos a cirugía se incrementa dos ca, ¿en qué situaciones se debe sospechar de TIH?
veces más con relación a los que no requieren de
un procedimiento quirúrgico (Nivel 3 NICE). Evidencia: los pacientes que reciben heparina
Recomendación: en pacientes con cáncer some- tienen un riesgo estimado de TIH de 0.1 a 1%. (Ni-
tidos a un procedimiento quirúrgico se recomienda vel 2 ACCP). La TIH puede ocurrir en pacientes que
la tromboprofilaxis con HBPM, HNF o fonduparinux están recibiendo heparina o han recibido heparina
(Grado A ACCP). en las últimas dos semanas, y que presentan una
disminución del recuento plaquetario mayor a 50%
Trombocitopenia inducida por heparina y/o presencia de evento trombótico entre los días
5 y 14 e inclusive posterior al inicio de la heparina
a) En pacientes bajo tromboprofilaxis farmacológica, resultado del estado paradójico de hipercoagulabili-
¿está indicado el monitoreo rutinario de plaquetas? dad causado por la activación plaquetaria asociada
a la generación de trombina (Nivel 1 ACCP).
Evidencia: la HNF y la HBPM son comúnmente Recomendación: se debe sospechar la TIH en pa-
utilizadas como medidas de tromboprofilaxis farma- cientes que están recibiendo o han recibido heparina
cológica en pacientes con riesgo de un ETV des- en las últimas dos semanas y presentan una dismi-
pués de una cirugía o enfermedad de origen médi- nución de más de 50% del recuento plaquetario y/o
co admitidos en hospitalización. El uso de la HNF presencia de un evento trombótico (Grado C ACCP).
y HBPM está asociado a sangrado, anafilaxia, os-
teoporosis y trombocitopenia inducida por heparina c) En pacientes con sospecha o confirmación de TIH,
(TIH), este último es el efecto adverso más grave ¿qué medidas de tromboprofilaxis están indicadas?
de estos fármacos, siendo menos frecuente con el
uso de HBPM. La TIH se presenta en > 1% de los Evidencia: en los pacientes con alta sospecha o
pacientes que reciben heparina y se clasifica en confirmación de TIH, el manejo se basa en anticoa-
dos tipos, la TIH 2 o forma inmunitaria y TIH 1 o no gulantes no heparínicos como fonduparinux sobre
inmunitaria. La TIH 2 se caracteriza por una mayor el uso de heparina no fraccionada y HBPM (Nivel
disminución del recuento plaquetario y un estado 2 ACCP).
paradójico de hipercoagulabilidad responsable de Recomendación: en los pacientes con alta sos-
la mayor morbilidad y mortalidad de estos casos. pecha o confirmación de TIH, se recomienda trata-
La TIH 2 se define como una disminución relativa miento tromboprofiláctico a base de anticoagulantes
de la cuenta plaquetaria mayor de 50% del valor ba- no heparínicos como fonduparinux sobre el uso de
sal o una disminución absoluta menor a 100 x109/L, heparina no fraccionada y HBPM (Grado C ACCP).
típicamente después de 5 a 10 días de iniciar la
administración de heparina. Si la trombocitopenia d) ¿Está indicada la transfusión profiláctica de pla-
se desarrolla dentro de las primeras 24 horas de ex- quetas en pacientes sin sangrado activo con sos-

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posición a la heparina, la TIH es considerada en pa-
cientes con exposición reciente a la heparina (100
pecha o confirmación de trombocitopenia inducida
por heparina?
días o menos) debido a la formación de anticuerpos
antiplaquetarios tipo 4 (Ac PF4). La TIH 1 se carac- Evidencia: en los pacientes con alta sospecha o
teriza por una disminución de las plaquetas entre confirmación de TIH sin evidencia de sangrado ac-
100 a 130 x109/L, siendo la forma más común de tivo, no está justificada la transfusión profiláctica de
presentación, habitualmente dentro de los primeros plaquetas (Nivel 2 ACCP).
cuatro días de administración de la heparina y se Recomendación: no se recomienda la transfu-
debe a una interacción directa de la heparina con sión de plaquetas en los pacientes con fuerte sos-
las plaquetas (alteración inducida por el fármaco. pecha o confirmación de TIH sin evidencia de san-
(Nivel 1 ACCP). grado (Grado C ACCP).
Carrillo-Esper R et al. Guía de práctica clínica para la tromboprofilaxis en la UTI

245

Guía de tromboprofilaxis en terapia intensiva pediátrica


INTRODUCCIÓN bajas, su corta vida media y su gran variabilidad
de respuesta en diferentes pacientes, por lo que
La ETV es menos frecuentemente diagnosticada en se requiere una cuidadosa vigilancia de laboratorio
pediatría a diferencia de otros grupos de edad, por para asegurar niveles adecuados.56 La vigilancia es
lo que la información clínica es limitada y varios de mediante de la medición del tiempo de tromboplas-
los tratamientos y recomendaciones son extrapola- tina parcial activado (TTPa), cuyo valor en forma de
dos de la experiencia e información clínica adquiri- cociente deberá estar entre 1.5 a 2.5 veces el de un
da en el paciente adulto.40 A raíz de los avances en control normal.42 La heparina está indicada tanto en
la atención médica pediátrica de tercer nivel, cada la prevención y tratamiento de la TVP y del EP, en
vez es mayor el número de niños que requieren te- cirugía cardiaca y en pacientes seleccionados con
rapia antitrombótica. La ETV tiene como manifesta- coagulación intravascular diseminada (CID).
ción clínica la TVP y el EP. La HNF se une a las proteínas plasmáticas, lo
La tromboprofilaxis en el paciente pediátrico re- cual limita su actividad (diferencias relacionadas
presenta un área donde hay mínima evidencia para con la edad).43,44 Su biodisponibilidad es altamen-
guiar decisiones en la práctica clínica. Se requieren te variable con un inicio de acción entre una y dos
estudios de intervención con alto rigor metodoló- horas. La vida media depende de la dosificación va-
gico relacionados con la farmacocinética básica y riando entre 1, 2.5 y 5 horas con dosis de 100, 400
la farmacodinamia de los diferentes fármacos an- y 800 UI/kg, respectivamente.45 Hay algunos repor-
titrombóticos disponibles para poder realizar reco- tes que mencionan que puede haber diferencias
mendaciones tanto de terapia antitrombótica como relacionadas con la edad, en relación en la canti-
de tromboprofilaxis.41 dad de liberación del inhibidor de la vía del factor
Existen hechos que sugieren que el adaptar la tisular para la misma cantidad de HNF).43 Debido a
experiencia alcanzada en adultos no es posible en un mayor volumen de distribución, el aclaramiento
los pacientes pediátricos debido a las diferencias de la HNF en recién nacidos es más rápida que en
con la magnitud y la frecuencia de las enferme- pacientes pediátricos mayores, aunque los estudios
dades que predisponen a eventos trombóticos y son limitados.
a variaciones relacionadas con el comportamiento
diferente de los sistemas de hemostasia, así como Heparina de bajo peso molecular (HBPM)
con la farmacocinética y la farmacodinamia de los
diversos medicamentos antitrombóticos. A pesar de no contar con ensayos clínicos aleato-
rios, controlados suficientes que reflejen el bene-
Fármacos anticoagulantes para empleo en terapia ficio y seguridad del paciente, las HBPM se han
intensiva pediátrica convertido en el medicamento de elección cuan-

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Heparina no fraccionada (HNF)
do se requiere un rápido efecto anticoagulante en
pacientes pediátricos, tanto para tromboprofilaxis
como para el tratamiento del tromboembolismo.46,47
También conocida como heparina estándar, es el Las heparinas de bajo peso molecular son un
anticoagulante natural más empleado en la pobla- grupo heterogéneo de sustancias derivadas de
ción pediátrica. La heparina presenta limitaciones la heparina clásica por despolimerización de sus
que hacen que su efecto anticoagulante sea muy cadenas mediante distintos métodos químicos
variable, y se debe a su unión específica a ciertas o enzimáticos, obteniendo fragmentos con un
células y proteínas plasmáticas que limitan su dis- peso medio molecular de 5,000 Da. Al igual que
ponibilidad para unirse a la antitrombina. Esto se la HNF, las HBPM producen su efecto anticoa-
traduce clínicamente en su escaso efecto en dosis gulante a través de su unión a la antitrombina,
Rev Asoc Mex Med Crit y Ter Int 2011;25(4):227-254

246

mediada por el pentasacárido específico y que es correlación entre anti-Fxa y TPT en este grupo
responsable de la inhibición del factor Xa. A dife- de pacientes (cuadro VII). Uno de los esquemas
rencia de la HNF, las HBPM poseen una mayor empleados en pediatría para la administración
capacidad de inhibición de la función anti Xa, que profiláctica de HNF propuesto por este grupo de
de la Anti-IIa, con un cociente de actividad Anti- consenso es:
Xa/Anti-IIa mayor a 1.
Un concepto importante es que las HBPM son 1. Sin bolo inicial
fármacos distintos y no intercambiables y que con 2. Infusión continua: 10 U/kg/h
cada producto varía también su capacidad anti- 3. Mantener rangos de TTPa menores a 50 seg,
trombótica (aunque posean igual actividad anti Xa) monitorizando cada 48 horas.
y su riesgo hemorrágico. Las HBPM, al acortar sus
cadenas, han adquirido una serie de propiedades Entre los efectos adversos a considerar en el
biológicas debidas todas a una menor afinidad por niño es importante mencionar:
las células endoteliales y macrófagos. Esto conlleva Hemorragia: incidencia reportada de 1.5% de los
una serie de ventajas con respecto a la HNF, que niños tratados con HNF para tratamiento de TVP y
se pueden resumir en: mayor biodisponibilidad, vida EP, y hasta 24% en niños hospitalizados en terapia
media más larga (2 a 4 h), efecto antitrombótico intensiva y que reciben heparina por diferentes in-
más eficaz y seguro y menor frecuencia de efectos dicaciones. Se requieren estudios para determinar
secundarios (trombocitopenia y osteoporosis). Esto la frecuencia real de hemorragia inducida por HNF
permite que se puedan administrar una o dos veces en pacientes pediátricos que reciben dosis terapéu-
al día y que en general no necesiten monitorización ticas adecuadas.61,63
de laboratorio.42, 48-52 Osteoporosis: hay algunos casos relacionados
La predicción del grado de anticoagulación se- con esta complicación asociada a la administra-
gún la dosis ponderal para cada paciente parece ción de heparina. En algunos de los reportes los
ser menor en niños en comparación con los adul- pacientes recibían esteroides de manera concomi-
tos.53,54 Sin embargo, los rangos terapéuticos han tante.64 Con base en los hallazgos encontrados en
sido extrapolados de sujetos adultos y están ba- pacientes adultos, donde con mayor frecuencia se
sados en los niveles plasmáticos de anti-Xa (0.5 ha encontrado la asociación HNF-osteoporosis, se
a 1 U/mL) a las 4 a 6 horas de la administración sugiere no emplear el fármaco por tiempo prolon-
subcutánea. Además, el impacto clínico no ha sido gado, principalmente si hay alternativas disponibles
establecido.55-58 para la anticoagulación.65
Trombocitopenia: complicación encontrada con
Profilaxis en trombosis venosa profunda la administración de dosis desde profilácticas hasta
supraterapéuticas en pacientes de 3 meses a 15
Heparina no fraccionada años. Hay reportes de estudios en pacientes de te-
rapia intensiva donde la complicación se presenta
En la práctica clínica pediátrica se ha hecho eviden- en 2% de los mismos.66-71
te la dificultad para ajustar la dosis terapéutica de
la HNF y se han aplicado nomogramas para su do-
sificación, mismos que han sido validados para su
Cuadro VII. Administración de heparina en pacientes
empleo en pediatría.59-62 No hay datos suficientes
pediátricos.
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para definir la dosis profiláctica óptima de HNF. La
práctica clínica pediátrica recomienda 10 U/kg/hora Minutos Vigilancia
en infusión continua. Bolo de de TTPa
La falta de certeza para el uso de TTP y FXa TTPa U/kg suspensión Porcentaje (horas)
en la definición de rangos terapéuticos en pa-
cientes pediátricos, representa un problema para < 50 50 0 +10 4
la óptima vigilancia de la heparina. Mientras no 50 a 59 0 0 +10 4
haya datos publicados para apoyar esta prácti- 60 a 85 0 0 0 24 horas después
86 a 95 0 0 -10 4
ca, muchos clínicos emplean de manera prefe-
96 a 120 0 30 -10 4
rencial anti-Fxa en niños menores de un año en > 120 0 60 -15 4
las unidades de cuidados intensivos. Hay poca
Carrillo-Esper R et al. Guía de práctica clínica para la tromboprofilaxis en la UTI

247

Heparina de bajo peso molecular 2. Evitar la TVP relacionada a la presencia del caté-
ter utilizado para la alimentación parenteral pro-
La dosis profiláctica de HBPM se ajusta de acuerdo longada.
a la titulación de actividad de antifactor Xa (factor 3. Mantener la permeabilidad del catéter.
X) que debe encontrarse entre 0.35 a 0.7 U/mL.
La dosis utilizada para alcanzar esta actividad es Diversas publicaciones sugieren que la profilaxis
diferente para cada HPBM. Es necesario recordar con heparina en niños con CVC podría disminuir
que cada medicamento cuenta con un perfil farma- las complicaciones como TVP o colonización bac-
cocinético distinto, por lo que las dosis individuales teriana, sin embargo, ninguna emite recomendacio-
varían entre un producto y otro. Las dosis iniciales nes.57,61,76 En relación a la profilaxis ante la presen-
sugeridas para enoxaparina (una de las HBPM más cia del catéter, se publicó el estudio PROTEKT,55
utilizadas en México) es: en el que se seleccionó a niños mayores de tres
meses de edad a los que se administró HBPM y
Profilaxis se le comparó con otro grupo manejado sólo con
apoyo general convencional. La incidencia de TVP
• Menores de dos meses: 0.75 mg/kg cada 12 ho- asociada a catéter fue de 14.1 vs 12% del grupo
ras, subcutánea.60 control. Sin embargo, el estudio se dio por termi-
• Mayores de dos meses: 0.5 mg/kg cada 12 nado debido al bajo número de pacientes que pu-
horas. 47,60 dieron ser reclutados y no alcanzó una diferencia
• Se recomienda la monitorización de niveles anti- estadísticamente significativa (NICE 1-).
FXa en niños y recién nacidos.60 La información derivada de evidencia científica
es insuficiente para recomendar el empleo rutinario
Los efectos adversos relacionados al uso de de tromboprofilaxis en niños por la sola presencia
HPBM son similares a los de la HNF aunque en de catéter venoso central, ya que aun cuando la
recién nacidos el riesgo de hemorragia no está es- incidencia de trombosis por CVC es alta, no se ha
tablecido.72 En este grupo de pacientes candidatos podido demostrar la utilidad de la tromboprofilaxis
al empleo de anticoagulantes, deberá descartarse farmacológica por el riesgo de los medicamentos.65
a través de estudios de estudios de imagen la pre-
sencia de hemorragia intracraneana antes de ini- Catéteres para administrar de nutrición parenteral
ciar el tratamiento.73 La frecuencia de osteoporosis
y trombocitopenia es menor que con la HNF. Evidencia: En el caso de pacientes con CVC para
administración de nutrición parenteral por tiempo
PROFILAXIS ANTITROMBÓTICA PRIMARIA EN prolongado, se ha reportado incidencia hasta de
PRESENCIA DE CATÉTER VENOSO CENTRAL 35%, dependiendo del método diagnóstico emplea-
(CVC) do. La trombosis relacionada a la presencia catéter
es, junto con la sepsis, la complicación clínica más
Trombosis asociada a catéter importante que se presenta en los pacientes con
nutrición parenteral.77,78 Entre los factores asocia-
Evidencia: diversas publicaciones han mostrado dos a la génesis de la trombosis están el daño en-
de que los CVC son la causa más frecuente de dotelial durante la inserción del catéter, la oclusión
tromboembolismo en el grupo pediátrico y res- de los vasos sanguíneos, los estados de flujo bajo,
ponsables de 80% de las TVP en neonatos 122 y
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32% en niños. 74 (2b) La TVP se asocia a la sola
la estasis sanguínea, el flujo turbulento, la hipervis-
cosidad o hipercoagulabilidad, las características
presencia de catéteres, siendo más frecuente en del paciente, velocidad de infusión, así como el ma-
catéteres femorales.75 (nivel de evidencia 1 reco- terial del que está hecho el catéter.79
mendación B). El empleo de heparina en catéteres para infusión
de nutrición parenteral se fundamenta en los si-
La profilaxis en casos de presencia de CVC estaría guientes beneficios: acción anticoagulante, preven-
encaminada a: ción de la infección (trombo como nido de coloniza-
ción microbiana) y activación de la lipoproteinlipasa.
1. Evitar la TVP relacionada a la presencia del ca- En relación al riesgo desarrollo de infección, está
téter. reportado que impregnar catéteres con heparina
Rev Asoc Mex Med Crit y Ter Int 2011;25(4):227-254

248

disminuye la adherencia bacteriana y la incidencia terapia de anticoagulación incrementa la frecuencia


de cultivos positivos.79 de eventos tromboembólicos. Se requieren estudios
En un estudio en que se usó heparina a dosis de 1 epidemiológicos con alto rigor metodológico en pa-
U/mL para la prevención de obstrucción de catéteres cientes pediátricos para evaluar si los niños con
centrales de inserción periférica aplicados a neonatos, factores de riesgo presentan mayor incidencia de
no se encontró diferencia significativa en la incidencia eventos trombóticos. De las arritmias auriculares, la
de obstrucción o sepsis asociada al catéter.80 FA es la que representa mayor factor de riesgo para
Los criterios emitidos por la American Society of desarrollo de evento tromboembólico.85-87
Parenteral and Enteral Nutrition recomiendan el uso En la práctica clínica, los pacientes con una ma-
de heparina, ya que reduce la formación de fibrina yor duración de la FA y sin cardioversión se mane-
en el interior del catéter y favorece la permeabilidad jan con anticoagulación profiláctica.48 Sin embargo,
del mismo, por lo que en esas guías se recomienda estos estudios han sido realizados en pacientes
añadir heparina a dosis de 0.25 a 1 U/mL de so- adultos y no hay evidencia sólida del beneficio de la
lución de nutrición parenteral.81,82 Sin embargo, la profilaxis en pacientes pediátricos.
Sociedad Europea de Nutrición Enteral y Parente- Recomendación: Para el manejo de paciente pe-
ral comenta que no hay beneficio con el empleo de diátrico con fibrilación auricular, se recomienda el
heparina en la prevención de la oclusión trombótica uso de tromboprofilaxis (nivel de recomendación B).
de catéteres, por lo que no recomiendan su uso. Además, se recomienda posponer la cardioversión
(Nivel evidencia 1-). Aun cuando estas evidencias en los pacientes hemodinámicamente estables y con
fueron citadas por las sociedades médicas mencio- FA de duración mayor a 48 horas o de duración des-
nadas, no son las recomendaciones de este grupo conocida (nivel de recomendación B) y se recomien-
de consenso.83 da el uso de HBPM y HNF para la anticoagulación de
Los estudios realizados con antagonistas de la estos pacientes (nivel de recomendación D).
vitamina K como medida de profilaxis para la trom-
bosis relacionada a catéteres son escasos y con di- b) La tromboprofilaxis ¿está indicada en pacientes
ficultades metodológicas que disminuyen la calidad pediátricos con fístula de Blalock Taussig?
de su información. Sin embargo, con base en estos
estudios su uso es frecuente en la práctica clínica. Evidencia: La fístula de Blalock Taussig (fístula
(Nivel de evidencia 2).40,77 de arteria subclavia a la arteria pulmonar) repre-
Recomendación: En niños con CVC de corta senta un procedimiento de cirugía paliativa para
estancia, no se recomienda la profilaxis para trom- aumentar el flujo a la arteria pulmonar en pacien-
bosis de manera rutinaria con heparina (nivel de tes con cianosis severa y progresiva, generalmente
evidencia C).1 En los niños que reciben nutrición secundaria a estenosis de la arteria pulmonar. A
parenteral por tiempo prolongado se sugiere pro- pesar de que el riesgo de trombosis es mucho me-
filaxis con antagonistas de vitamina K, con control nor con la técnica de Blalock Taussig modificada, la
en base a INR con valores entre 2 y 3 (nivel 2c).65 incidencia oscila entre 1 y 17%.
En pacientes pediátricos sometidos a corrección
PROFILAXIS ANTITROMBÓTICA EN de fístula de Blalock Taussig modificada se sugiere
PRESENCIA DE PADECIMIENTOS la terapia con HNF en el transquirúrgico. El CGE
CARDIOVASCULARES sugiere que el empleo de ácido acetilsalicílico pos-
terior al uso de heparina se ha recomendado en al-

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a) La tromboprofilaxis ¿está recomendada en pa-
cientes pediátricos con fibrilación auricular (FA)?
gunos esquemas, más no ha demostrado diferencia
estadísticamente significativa en relación a la mor-
talidad (nivel de evidencia 2).40,65
Evidencia: La FA es una arritmia poco frecuente Recomendación: Para la profilaxis de trombosis
en la edad pediátrica, donde están presentes meca- en pacientes sometidos a cirugía para corrección
nismos tromboembólicos complejos en los que inte- de fístula de Blalock Taussig, se recomienda que
ractúan factores de riesgo relacionados con estasis en los primeros 30 días postquirúrgicos el uso de
auricular, disfunción endotelial e hipercoagulación HNF o HBPM (nivel de recomendación C). Posterior
sistémica y posiblemente local.84 a este periodo, se recomienda el uso de ácido acetil
En pacientes adultos con factores de riesgo la FA salicílico (ASA) a dosis antiagregante (nivel de re-
se presenta en 3 a 7% de los casos, y el no emplear comendación D).
Carrillo-Esper R et al. Guía de práctica clínica para la tromboprofilaxis en la UTI

249

c) Tromboprofilaxis primaria ¿es recomendada en No se han identificado factores predisponentes,


pacientes pediátricos sometidos a procedimiento de sin embargo, entre las causas de complicaciones
Norwood, estadio I (recién nacidos)? trombóticas se mencionan: flujos lentos a través del
circuito cavo-pulmonar, estado de hipercoagulabi-
Evidencia: El procedimiento de Norwood se apli- lidad (deficiencia de proteínas C, S y antitrombina
ca como el primer tiempo quirúrgico en niños con III), arritmias auriculares y suturas vasculares. No
corazón izquierdo hipoplásico y que anteriormente hay consenso con relación a un esquema óptimo y
representaba una situación fatal. La posibilidad de duración de la terapia antitrombótica para prevenir
trombosis existe, sin embargo, no se cuenta con estos eventos (nivel de evidencia 2).91-93
estudios específicos con relación a la profilaxis con Recomendación: Se recomienda el uso de HNF
terapia anticoagulante, el empleo de HNF inmedia- o ASA (grado de recomendación C).
tamente después del procedimiento con o sin an-
tiagregantes (nivel de evidencia 2).40 f) Tromboprofilaxis primaria en válvulas protésicas
Recomendación: Aunque no existe evidencia, se
recomienda el uso de HBPM a dosis anticoagulante Evidencia: No hay evidencia que describa el ma-
como profilaxis de trombosis. nejo profiláctico óptimo en el caso de válvulas bio-
lógicas, sin embargo, los eventos trombóticos son
d) ¿Está indicada la tromboprofilaxis primaria en infrecuentes en este grupo de pacientes y varios
pacientes pediátricos sometidos a procedimiento de centros usan de manera rutinaria la terapia antipla-
Glenn (fístula bidireccional cavo-pulmonar)? quetaria con ácido acetilsalicílico.107-121
Existen numerosos estudios que apoyan la trom-
Evidencia: Es un procedimiento paliativo como boprofilaxis en pacientes adultos con válvulas me-
parte del tratamiento de la atresia tricuspídea, antes cánicas, sin embargo, la evidencia en niños es me-
de realizar la cirugía de Fontan. No son frecuentes nos clara. La mayoría de los estudios son series de
las complicaciones trombóticas, por lo que el em- casos retrospectivos con objetivos diferentes, así
pleo rutinario de tromboprofilaxis no está estable- como con regímenes que van desde la no anticoa-
cido. gulación hasta el uso de cumarínicos con resulta-
Si existen factores de riesgo (cardiopatía com- dos variables. Sin embargo, se reportan incidencias
pleja, arritmia con repercusión hemodinámica con de 68% de eventos trombóticos cuando el manejo
presión venosa central (PVC) elevada, cirugía con es con terapia antiplaquetaria con ASA y 28% con
plastia de ramas pulmonares), algunos estudios su- cumarínicos (nivel de evidencia 2).40,117-121
gieren el uso de la heparina en infusión continua Las recomendaciones en pacientes pediátricos
(10 U/kg/h), continuando con antiagregantes pla- se basan en la abundante evidencia existente en
quetarios: ASA (2 a 10 mg/kg/d), dipiridamol (2 a 5 adultos acerca de la eficacia de la tromboprofilaxis
mg/kg/d) y/o cumarínicos por vía oral, adaptando la (nivel de evidencia 2).
dosis para la anticoagulación deseada (INR = 2.5.) Recomendación:1 Para pacientes con válvulas
(Grado de evidencia 2).40,65,88 biológicas y mecánicas intracardiacas, se reco-
Recomendación: En pacientes con fístula bi- mienda seguir las recomendaciones para adultos,
direccional cavo-pulmonar, se sugiere el uso de ajustando los medicamentos a dosis pediátricas (ni-
HNF en el posoperatorio (Grado de recomendación vel de recomendación C).
C).40,65 Se sugiere seguir las guías de pacientes adultos

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e) ¿Está recomendada la tromboprofilaxis primaria
con respecto a la duración y tipo de tratamiento (ni-
vel de recomendación C).
en pacientes pediátricos con cirugía de Fontan?
g) ¿Está recomendada la tromboprofilaxis primaria
Evidencia: El procedimiento de Fontan o su ver- en síndrome de antifosfolípidos?
sión modificada, es el tratamiento quirúrgico definiti-
vo para la mayor parte de los casos de corazón uni- Evidencia: El síndrome antifosfolípido (SAF) es
ventricular, siendo el tromboembolismo la principal una causa frecuente de trombosis, profundas o
causa de morbimortalidad temprana y tardía, con superficiales, arteriales o venosas. En un estudio
incidencias de 3 a 16%,89 aun cuando otros autores llevado a cabo por Cervera y col. en 1,000 pacien-
reportan incidencias mayores hasta de 20 a 30%.90 tes diagnosticados con SAF, 53.1% tenían la forma
Rev Asoc Mex Med Crit y Ter Int 2011;25(4):227-254

250

primaria de la enfermedad y el resto la tenía aso- tromboembolismo venoso, sin embargo, la limitante
ciada a otra condición inmunitaria o reumatológica. metodológica es que no se contó con grupo con-
Del total de pacientes, 51.7% tuvieron un evento trol.101,103-105
trombótico como primera manifestación de la en- Hay dos estudios relacionados exclusivamente
fermedad: 31.7% TVP, 9.1% tromboflebitis super- en pacientes con cáncer. El estudio PARKAA usó
ficial, 9% TEP y 1.9% gangrena digital. En el se- concentrado de antitrombina en niños con LLA tra-
guimiento de pacientes con SAF que habían tenido tados con L-asparaginasa.105 El estudio no fue su-
un evento trombótico, los pacientes que no tuvieron ficiente para mostrar eficacia. El segundo estudio
tromboprofilaxis presentaron una mayor frecuencia evaluó el uso de warfarina para la prevención de
de trombosis recurrentes. Por lo tanto se ha reco- trombosis asociada a catéter en niños con cáncer.
mendado la profilaxis una vez manifestado el primer Dichos estudios presentaron problemas en su cali-
evento trombótico.94-97 La profilaxis en el paciente dad metodológica por lo que sus resultados no fue-
sin evento tromboembólico previo ha sido motivo de ron concluyentes (nivel de evidencia 2-).100,106
controversia.94-97 Estudios recientes han analizado el uso de me-
La revisión de estudios de cohorte y de casos y didas mecánicas de tromboprofilaxis e indican que
controles, así como la experiencia del CGE reporta empleadas como monoterapia para la prevención
mayor seguridad con el empleo de HBPM.94-97 de ETV, reducen su frecuencia hasta 66% pero
Recomendaciones: En los pacientes con SAF sólo 33% en la frecuencia de TEP. Clagett realizó
y antecedente de un evento de trombosis, se re- un metaanálisis en el que se reportó que con el uso
comienda la profilaxis antitrombótica ya sea con de compresión neumática de las piernas se obser-
HNF o HBPM (nivel de recomendación C).94-97 En vó una disminución del tromboembolismo de 12.8%
pacientes con SAF sin antecedente de trombosis comparado con 21% del grupo control. Por lo tanto,
o con contraindicación para la administración de en pacientes en quienes no es posible proporcionar
heparina, se recomiendan medidas de profilaxis tromboprofilaxis farmacológica, puede ser usada la
no farmacológicas (nivel de recomendación C).94-97 profilaxis mecánica (nivel de evidencia 1+).109,111
Se recomienda el uso de HBPM sobre HNF para la Recomendación: La trombopofilaxis en niños
profilaxis de trombosis venosa profunda en pacien- con cáncer aún no puede estar recomendada y se
tes con SAF (nivel de recomendación D).98,99 requieren estudios multicéntricos con alto rigor me-
todológico (D).
PROFILAXIS ANTITROMBÓTICA EN PACIENTE Ya que el paciente pediátrico con cáncer presen-
CON CÁNCER ta varias condiciones de comorbilidad en la unidad
de cuidados intensivos, puede verse beneficiado
En el paciente pediátrico con cáncer se han reco- con esta estrategia profiláctica, aunque la experien-
nocido varios factores de riesgo como son: inmo- cia reportada sólo sea en pacientes adultos (nivel
vilización prolongada, presencia de CVC, sepsis, de recomendación B).109,111
uso de L asparaginasa, presencia de metástasis,
procedimientos quirúrgicos, fase de inducción de PROFILAXIS ANTITROMBÓTICA PRIMARIA EN
la enfermedad, mutaciones predisponentes y uso PRESENCIA DE QUEMADURAS
de ventilación mecánica. La experiencia publicada
hasta el momento no apoya el empleo rutinario de Evidencia: Existe poca o nula información deriva-
tromboprofilaxis en pacientes con cáncer debido a da de estudios en pacientes pediátricos quemados,

vel de evidencia 2-).101,102 www.medigraphic.org.mx


la gran discrepancia en los resultados obtenidos (ni- por lo que la mayoría de la práctica se extrapola de
estudios realizados en adultos. Sin embargo, aun
En relación a los pacientes con cáncer, tres han en este grupo de pacientes existe poca evidencia
sido los estudios evaluando la profilaxis. El primero en el contexto de quemaduras. Los factores de ries-
estudió a niños con defecto protrombótico heredi- go descritos en pacientes adultos son:
tario y que recibieron L-asparaginasa como parte
del tratamiento de leucemia linfoblástica aguda • Superficie corporal quemada
(LLA). En este grupo se empleo HBPM. Un segun- • Días de permanencia del CVC o sitio de coloca-
do estudio fue en niños con sarcomas y un tercero ción del mismo
en pacientes con sarcoma osteogénico. En ningu- • Días de ventilación mecánica.
no de los tres estudios los pacientes presentaron • Inmovilidad por tiempo excesivo.
Carrillo-Esper R et al. Guía de práctica clínica para la tromboprofilaxis en la UTI

251

• Número de procedimientos quirúrgicos. los eventos trombóticos sean tratados de manera


• Presencia de infección relacionada a la quema- multidisciplinaria entre el neonatólogo, el médico in-
dura. tensivista y el hematólogo pediatra con experiencia.
• Quemadura en la extremidad con TVP. Rangos terapéuticos para profilaxis para TVP
La administración profiláctica de heparina dis-
Son escasos los reportes en la literatura en rela- minuye las complicaciones relacionadas con el
ción a la existencia de marcadores de tamizaje de uso de CVC como la TVP y la colonización bac-
eventos trombóticos en este grupo de pacientes. teriana, no obstante, hasta que no se disponga de
Estudios aislados han descrito que después de que- más estudios que comparen las diferentes pautas
maduras extensas hay activación de mecanismos de profilaxis (HBPM, HNF, depósito de heparina en
trombóticos y fibrinolíticos como disminución de fac- el catéter) no sabremos cuál es la estrategia más
tores de coagulación, dilución y consumo por daño apropiada.57
vascular (nivel de evidencia: 2c).115,116 Otros repor- La disfunción de un órgano o extremidad es la
tes hablan que en quemaduras graves, durante las indicación para intervención terapéutica activa. El
primeras tres horas de producida la lesión, se produ- no contar con evidencia en relación al beneficio y
ce un estado trombogénico con disminución de an- seguridad de la terapia antitrombótica en neonatos,
titrombina III, proteína C y proteína S, lo cual puede no justifica la terapia agresiva en trombosis asinto-
condicionar TVP y TEP (nivel de evidencia 2c). mática. En ausencia de ensayos clínicos aleatori-
García Avello midió parámetros que determina- zados, controlados, cegados; con alto riesgo meto-
ban el estado de hipercoagulabilidad y fibrinólisis, dológico que muestren la eficacia y seguridad de la
encontrando que en las primeras horas se elevaba intervención, la terapia de soporte exclusiva puede
el factor VIIa, el complejo trombina-antitrombina, ser apropiada para estos casos asintomáticos.
el factor activador de plasminógeno tisular y había
presencia de dímero D. Al séptimo día, disminuían BIBLIOGRAFÍA
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