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REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA
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de los ooquistes infectantes y la excreción de los mismos) adultos también desempeñan un papel importante en
varía de acuerdo al hospedador. Experimentalmente se la transmisión puesto que pueden actuar como
ha demostrado que oscila entre 2 y 7 días en rumiantes portadores asintomáticos que eliminan un reducido
y entre 4 y 22 días en humanos (Fayer et al., 1997). número de ooquistes, aunque suficiente para infectar
a los animales recién nacidos (de Graaf et al., 1999).
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floculación y filtración permiten eliminar hasta el y se asocia con la excreción de un elevado número
99,9% de los ooquistes existentes, pero la mayoría de ooquistes, que alcanza el máximo entre el día 5-
de los sistemas utilizados tienen una eficacia mucho 6 post-infección (pi.) y desaparece entre los días 10-
menor. La desinfección con cloro tampoco asegura 15 pi. La diarrea se acompaña de otros síntomas
la potabilidad del agua, ya que los ooquistes resisten (apatía, dolor abdominal, deshidratación, anorexia)
concentraciones muy superiores a las utilizadas y ocasiona una reducción significativa en la ganancia
rutinariamente en los procesos de potabilización, por de peso. Los síntomas generalmente remiten en
lo que Cryptosporidium se considera uno de los aproximadamente 3-5 días, aunque la mortalidad
microorganismos de transmisión hídrica más puede ser elevada si se producen infecciones
resistentes (Rose et al., 1997). concurrentes con otros enteropatógenos o en casos
de deficiencias en el manejo. La enfermedad se
Las anteriores consideraciones han dado manifiesta preferentemente entre la primera y la tercera
notoriedad a la criptosporidiosis como enfermedad semana de vida de los rumiantes, produciéndose un
de transmisión hídrica, debido a que puede descenso en la gravedad de los síntomas y el número
diseminarse en poco tiempo a grandes grupos de de ooquistes eliminados conforme se incrementa la
población (Widmer et al, 1996). De hecho, hoy en edad, de forma que las infecciones son normalmente
día se considera que es el mecanismo de transmisión subclínicas a partir del primer mes de vida.
más importante, habiendose documentado en los
últimos años un total de 39 brotes por consumo de En el hombre, la prevalencia y gravedad de las
agua contaminada en el Reino Unido, Estados manifestaciones clínicas varían considerablemente
Unidos, Canadá o Japón (Slifko et al., 2000), según los grupos de población, especialmente
destacando el ocurrido en la ciudad norteamericana dependiendo del estado del sistema inmunitario. En
de Milwaukee en 1993, donde 403.000 de una los individuos inmunocompetentes se manifiesta con
población total de 1.610.000 personas resultaron un cuadro de diarrea aguda generalmente
afectadas, un 10% de las cuales requirieron ingreso autolimitante, siendo los niños de edades
hospitalario y aproximadamente 100 murieron comprendidas entre 1 y 5 años el colectivo
(Mackenzie et al. 1994). principalmente afectado. Los síntomas son por el
contrario mucho más graves en los enfermos
Asímismo, se deben destacar los brotes de inmunocomprometidos, en los que origina una cuadro
criptosporidiosis asociados al uso lúdico del agua de diarrea incoercible, que puede persistir durante
en piscinas, parques acuáticos, lagos, etc., que en varias semanas y ser mortal en numerosas ocasiones
los últimos 12 años han afectado a más de 10.000 (Griffiths, 1998).
personas en los Estados Unidos y que han sido
favorecidos por factores como la frecuente En este último colectivo son especialmente los
contaminación del agua, la resistencia de los enfermos con SIDA el grupo más afectado, como
ooquistes al cloro, la baja dosis infectante y la consecuencia del déficit inmunitario que produce la
elevada densidad de bañistas en determinadas destrucción de linfocitos CD4+. De hecho, se ha
épocas. Finalmente, la ingestión de alimentos demostrado que la criptosporidiosis es en ellos una
contaminados con heces de animales infectados o de las 6 infecciones oportunistas más frecuentes,
por manipuladores de los mismos también se responsable del 10-15% de los casos de diarrea
considera una vía de transmisión de la enfermedad, crónica en los Estados Unidos y hasta el 30-50% en
habiéndose documentado diversos brotes de países subdesarrollados (Petersen, 1992). El cuadro
criptosporidiosis humana de este tipo asociados a la clínico en estos pacientes varía desde un cuadro
ingestión de productos como sidra, ensaladas o leche diarréico intermitente y crónico hasta una diarrea
incorrectamente pasteurizada (Monge and Chinchilla, aguda y profusa de tipo colérico. La gravedad de la
1995; Fayer et al., 2000). infección parece relacionada con el recuento de
células CD4, de forma que la enfermedad es
Cuadro clínico autolimitante si el recuento supera las 200 células /
mm 3 (Flanigan et al., 1992), aunque otros estudios
La criptosporidiosis en los rumiantes ocasiona un han demostrado que la presentación clínica puede ser
síndrome diarreico que cursa con la eliminación de muy diversa incluso en pacientes con inmunodepresión
heces amarillentas, de consistencia pastosa o líquida profunda, algunos de los cuales pueden tener infecciones
asintomáticas (Manabe et al. 1998.
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FIGURA 4
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Tratamiento y control
FIGURA 5
Ooquistes de C. parvum . Tinción de Ziehl-Neelsen
modificada sobre frotis fecal (heces de ternero). Uno de los aspectos más enigmáticos de
Cryptosporidium es su gran resistencia a los fármacos
antimicrobianos, a diferencia de lo que ocurre con
Además de los métodos convencionales otros protozoos relacionados como Toxoplasma
anteriormente señalados, se han comercializado gondii, Eimeria o Plasmodium , de modo que en el
diversas técnicas inmunológicas con anticuerpos momento actual la criptosporidiosis es una
policlonales o monoclonales (IFI, ELISA) que permiten enfermedad que no tiene un tratamiento etiológico
detectar ooquistes en diversos tipos de muestras totalmente satisfactorio, ni en el hombre ni en los
(heces, aguas) y cuya principal ventaja es la elevada animales. Desde los años 1980 en que se reconoció
sensibilidad (100 ooquistes/ml en algunas técnicas su carácter contagioso fue obvia la necesidad de
de IFI), aunque con algunos algunos tests se ha encontrar un tratamiento eficaz, por lo que a
demostrado la existencia de reacciones cruzadas con comienzos de 1990 ya se habían evaluado alrededor
otros microorganismos que puede ser problemática de 100 productos quimioterapéuticos e
cuando se analizan muestras ambientales (Fayer et inmunoterapéuticos (Ungar et al. 1990; Woods et al.,
al. 1999). 1996). Posteriormente, han sido numerosos los
fármacos estudiados, tanto en modelos animales de
La importancia adquirida como enfermedad de experimentación, cultivos celulares o animales con
transmisión hídrica ha hecho que numerosos infecciones naturales, aunque la mayoría de ellos han
organismos oficiales encargados del control de las resultado totalmente ineficaces.
aguas hayan comenzado a investigar la presencia
de Cryptosporidium en los últimos años, habiéndose No obstante y aunque el progreso ha sido lento,
desarrollado numerosos métodos para concentrar las investigaciones realizadas en los últimos años han
(filtración a través de membranas o cartuchos de permitido identificar algunas moléculas con una cierta
polipropileno, floculación con carbonato cálcico, actividad frente al parásito que pueden considerarse
centrifugación de flujo continuo, separación parcialmente eficaces. En la tabla 1 se indican los
inmunomagnética) e identificar la presencia de fármacos que mejores resultados han proporcionado
ooquistes en este tipo de muestras (microscopía, en terneros, corderos o cabritos con infecciones
citometría de flujo, hibridación fluorescente in situ, naturales o experimentales. Todos se administran por
PCR) (Fricker and Crabb, 1998). En este sentido, la vía oral y en general son más eficaces cuando se
técnica de la reacción en cadena de la polimerasa administran preventivamente, reduciendo la cantidad
(PCR) ha proporcionado la base para el desarrollo de ooquistes eliminados y la gravedad de la diarrea
de una nueva generación de métodos diagnósticos (de Graaf et al., 1999).
debido a sus ventajas para detectar Cryptosporidium
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Redman and Fox (1994); 7Mancassola et al. (1997); 8Castro-Hermida et al. (2001);
Teniendo en cuenta que no existen fármacos 2), junto con las medidas higiénicas y de manejo
realmente eficaces, el tratamiento sintomático de los tendentes a destruir los ooquistes presentes en el
animales afectados adquiere un gran interés, puesto medio y reducir la transmisión de la enfermedad a
que permite reducir el grado de deshidratación y las los animales durante las primeras semanas de vida,
pérdidas económicas asociadas al retraso del que en definitiva constituyen la herramienta de control
crecimiento que produce la criptosporidiosis (Tabla más eficaz (Tabla 3).
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En el hombre, el curso clínico de la criptosporidiosis La criptosporidiosis puede ser muy grave e incluso
varía dependiendo en gran medida del estado mortal en enfermos de SIDA con recuentos de células
inmunológico por lo que las opciones para realizar CD4 inferiores a 200/mm 3 , por lo que en estos
el tratamiento son diversas. En los niños y adultos pacientes debe controlarse el grado de
inmunocompetentes la enfermedad es habitualmente deshidratación, nivel de electrolitos y estado
autolimitante, por lo que no está indicada una terapia nutricional, realizando la hidratación intravenosa en
específica, aunque como en cualquier proceso que caso necesario y administrando inhibidores de la
curse con diarrea se debe controlar el grado de motilidad intestinal como opiáceos o análogos de la
deshidratación. En individuos con diarrea persistente, somatostatina. No obstante, el tratamiento más eficaz
se debería considerar la existencia de estados de en estos enfermos pasa por la restauración parcial
inmunodeficiencia (infección por VIH, del sistema inmune mediante HAART. Si esta terapia
inmunodeficiencias congénitas, etc) y en niños de no es posible, se pueden administrar diversos
países en vías de desarrollo valorar la existencia de antibióticos que tienen una eficacia parcial frente a
estados de malnutrición, que están frecuentemente Cryptosporidium , entre los que se incluyen
asociados a una mayor receptividad a la infección paromomicina, azitromicina o nitazoxanida (Clark,
por C. parvum (Griffiths, 1998; Clark, 1999). 1999).
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