Reflexiones sobre la situación pandémica actual y la gestión

ambiental en tiempos de cuarentena

Ricardo O. Russo
Maestría en Gestión Ambiental y Desarrollo Sostenible

Sin menospreciar la seriedad de la pandemia mundial actual que enfrentamos, se

puede adoptar un punto de vista diferente sobre lo que ocurre para impulsarnos hacia
un futuro diferente. En las últimas décadas, tal vez nos hemos acostumbrado a una
vida de conveniencia. Con el aumento de las industrias y la promoción del consumo,
nos hemos acostumbrado a estilos de vida cada vez más satisfactorios que nos han
encerrado en un área de confort. ¿Pero, era posible que eso continuara para siempre?

En la biosfera, la autorregulación ocurre continuamente. Cuando una especie vegetal

o animal se vuelve dominante, el ecosistema encuentra alguna forma de regularla.
Solo cuando las acciones antrópicas intervienen los ecosistemas y los servicios
ecosistémicos, sin un plan de gestión ambiental y con sólo objetivos económicos
mercantilistas, se producen desequilibrios que llevan a la contaminación del suelo,
el agua, el aire, la vegetación y los sistemas de producción de alimentos. Entonces,
sería momento de dar un paso atrás y aprender más de los sistemas biológicos y
mimetizar la dinámica de los ecosistemas.

Mirando en los últimos meses y la propagación del virus en todos los continentes, el
cambio de estilo de vida ha sido un impacto difícil de llevar para muchos. Mientras
las ciudades se enclaustran, las calles están casi vacías, y las personas se encierran
en sus casas, la economía global va cayendo en picada, pero el mundo continúa como
siempre, casi floreciendo en esta difícil situación. Está claro que el mundo natural
está tomando un respiro muy necesario de la presión constante que los seres
humanos, le imponemos. Como muchos seguramente han visto, un informe reciente
de la NASA destaca la reducción de las emisiones de dióxido de nitrógeno, mientras
que las imágenes de los canales de Venecia con aguas limpias, se han vuelto virales.
Mientras la comunidad biótica continúa en su evolución, se vuelve necesario
asimilar sus estrategias de adaptación y aplicar esa resiliencia a nuestras propias
vidas. Desde la perspectiva de la complejidad la falta de demanda actual ha detenido
la actividad económica, pero, al mismo tiempo, nos está dando tiempo para
reflexionar, reestructurar y reconstruir hacia un futuro que nos exige ser más
conscientes que nunca. Con espacios físicos diferente, toda nuestra vida se está
moviendo rápidamente hacia la esfera digital. Brindar experiencias de enseñanza-
aprendizaje está permitiendo a las y los docentes mostrar nuevas actitudes y alcanzar
a una audiencia aún más amplia.
Con los Objetivos de Desarrollo Sostenible vigentes para el 2030, tal vez sea, aunque
difícil de ver en medio de tanta incertidumbre, el cambio involuntario que
necesitábamos para alcanzar el cumplimiento de los mismos. Parafraseando al efesio
Heráclito, "El cambio es la única constante que tenemos", por lo que a través del
ajuste adaptativo continuo podemos estar mejor preparados para lo que viene en los
próximos años y, al hacerlo, poder afirmar un camino para las generaciones futuras,
mostrándoles compasión, solidaridad y apertura a una economía social y solidaria.
Con adaptación se resiste y se genera el cambio en tiempos de crisis.

Cartago, 26 de marzo de 2020