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PROBLEMÁTICA URBANA
Colombia recibió el año pasado el premio mundial de demografía como reconocimiento por los esfuerzos realizados
para moderar el crecimiento de la población. Pero todavía registramos una tasa de crecimiento del orden del 1.8 por
ciento anual y para el año 2025 ésta sería del orden del 0.78 por ciento. Con las tasas de crecimiento señaladas, la
población del país llegaría a 54 millones de habitantes en 2025. Esta cifra representa un incremento de 24 millones, a
partir de 1985, cuando contábamos con 30 millones. 2o. La población urbana: Pero el aspecto más destacado de ese
proceso consiste en la concentración de la población en el área urbana. En efecto, de 19.6 millones de habitantes
que vivían en cabeceras municipales en 1985, se pasaría en 2025 a 42 millones, con un incremento de 22.4 millones.
Bien vale la pena examinar las consecuencias de ese aumento.
Sea lo primero señalar que, si continúan las tendencias actuales, la mayor parte de ese incremento se concentrará en
30 ciudades. Más aún, la absorción de 22.4 millones de habitantes implicaría la urbanización de cerca de 200.000 ha.
de las tierras agrícolas mejor ubicadas y de más alta calidad que posee el país.
Si no se corrige esa tendencia, los desplazamientos en transporte público ocuparían la mayor parte de las horas
útiles de muchos colombianos (hoy en Bogotá hay trabajadores que pasan hasta seis horas diarias sentados en un
bus). El crecimiento anárquico actual de nuestras ciudades tiene un severo impacto sobre la calidad de vida y la
estructura social. Hay zonas como las comunas de Medellín, los barrios del suroriente de Bogotá, o el Distrito de
Aguablanca de Cali, que se han constituido en semilleros de sicarios o de pandillas de delincuentes.
Es, pues, necesario adoptar un concepto diferente de desarrollo urbano. Este implicaría la construcción de ciudades
menos extensas, en las cuales los lugares de trabajo, recreación, estudio, etc. se ubicarían más cerca de los lugares
de residencia. Esta política permitiría mejorar la calidad de la vida y acomodar los cinco millones de nuevas familias
urbanas que deberá absorber el país hasta el año 2025, en 55.000 ha., en lugar de las 200.000 ha. que se requirirían
con el modelo actual. En esta materia, las decisiones no pueden esperar. Se requiere una política integral a nivel
nacional. Pero es igualmente urgente que cada una de nuestras municipalidades tome conciencia de la urgencia de
ordenar su propio espacio urbano. De otra parte, el fortalecimiento de las políticas de descentralización, que permitan
ofrecer alternativas atractivas a quienes desarrollen su actividad laboral en centros urbanos más pequeños, tendrá un
efecto saludable para reducir la migración hacia las ciudades grandes. 3o. Los servicios públicos: Un grave problema
complementario es el de la provisión de servicios públicos. Es bien conocida la tesis expuesta por el ex presidente
Alfonso López Michelsen en el primer foro del Proyecto Colombia Siglo XXI, conforme a la cual, el principal origen del
endeudamiento masivo de los países en desarrollo fue la financiación de servicios públicos. Pues bien, la absorción
de 22.4 millones de nuevos habitantes urbanos, junto con la mejora indispensable de los servicios actuales,
requerirían, si se utiliza la tecnología disponible, inversiones del orden de los 100.000 millones de dólares, cifra que
implica un inmenso esfuerzo de financiación y ahorro interno.
4o. Riesgo ecológico: El proceso analizado arriba, tendrá inevitables efectos sobre el medio ambiente.
a) El agua: Actualmente las cuencas hidrográficas están seriamente amenazadas por la deforestación, la cual hace
que la disponibilidad del líquido para algunas ciudades empiece a ser insuficiente. Pero el problema adquirirá
proporciones considerables, a menos que se adopten programas que permitan el reciclaje de las aguas residuales.
Es igualmente preocupante el actual nivel de contaminación de las aguas, a consecuencia del vertimiento
incontrolado de residuos industriales y aguas negras. En Colombia, en la actualidad solo dos ciudades están
aplicando políticas de alguna trascendencia en el tratamiento de aguas residuales. El país está en mora de iniciar un
programa intenso de tratamiento de aguas residuales, con el objeto de recuperar el tiempo perdido y de prepararse
para la absorción de la nueva población urbana.
b) Las basuras: Actualmente la producción anual per cápita de basuras de un habitante urbano se acerca a los 800
kgr. A ese ritmo, generaríamos, en el primer cuarto del Siglo XXI, 30 millones de toneladas anuales de basura. Los
países desarrollados han adoptado fórmulas de tratamiento tales como el reciclaje, los rellenos sanitarios y la
industrialización. En Colombia el reciclaje se ha convertido en una actividad de los trabajadores informales. Pero los
programas de relleno sanitario son ciertamente rudimentarios y no hay iniciativas significativas de industrialización.
c) El aire: El problema de la contaminación del aire y de nuestra contribución al efecto invernadero es igualmente
serio y requiere la iniciación pronta de acciones decisivas.
5o. Agenda para el siglo XXI: Esta visión rápida de algunas de las grandes tendencias que afectarán la vida urbana
colombiana exige que nuestras autoridades, empresarios y comunidades asuman una actitud de responsabilidad
constructiva, para contribuir a que la vida colombiana en el siglo XXI sea más amable y que nuestras ciudades no se
conviertan en un infierno para nuestros nietos.
2. Crecimiento urbano en Colombia: alcances y restricciones
Sandra Berthelot
¿Cómo el crecimiento económico puede acompañar el crecimiento urbano de calidad? Estudio de caso de Bogotá,
desafíos y oportunidades.
Según el último reporte “RED 2017: Crecimiento urbano y acceso a oportunidades: un desafío para América Latina”
de la CAF, Banco de desarrollo de América Latina, las ciudades latinoamericanas se encuentran en período de
desafíos económicos, políticos y sociales.
Las economías, cada vez mas significativas, acompañan el desarrollo económico pero también el crecimiento urbano
que constituye un reto. Este reto, que el RED 2017 conceptualiza con el término de accesibilidad, es particularmente
importante en América Latina, pues se trata de la segunda región más urbanizada del mundo después de América
del Norte y la de mayor crecimiento de la población urbana en las últimas décadas.
Las políticas públicas se enfocan en el acceso a oportunidades. El objetivo es analizar cuáles son los elementos que
explican este fenómeno y cómo mejorar el crecimiento urbano.
Una de las características fundamentales de la vivienda es decir que la cantidad de vivienda que se consume
aumenta cuando se incrementan los ingresos económicos.
Se trata, por tanto, de una razón por la cual es esperable que el desarrollo económico venga acompañado de
ciudades más extensas y menos densamente poblabas.
Esta relación entre cantidad de vivienda consumida e ingresos también se observa en los datos transversales de la
CAF 2016. Esta ley no se aplica a Bogotá.
Dicha relación, a nivel de hogar por ciudad, muestra que en todos los casos la correlación es positiva. En promedio,
para la región, un aumento de 10% en los ingresos del jefe de hogar se asocia a un incremento de 2% en el metraje
por persona de la vivienda. Pero existen importantes diferencias entre ciudades.
Ciudad de México, Fortaleza y Quito presentan la relación más estrecha entre estas variables: un aumento de 10%
en los ingresos se corresponde con incrementos de alrededor de entre 3% y 4% en el metraje por persona.
En el otro extremo, para Bogotá y Caracas no hay correlación (el consumo de espacio no se mueve con el ingreso).
Una manera tradicional de evaluar el desempeño del sector de la vivienda es estimar el porcentaje de hogares que
habitan unidades “deficitarias”. Este enfoque responde a la noción de que hay ciertos criterios mínimos de calidad
que constituyen una vivienda “digna” y cualquier construcción que no alcanza tales estándares es deficitaria.
Realizar un ejercicio de esta naturaleza requiere, primero, definir el conjunto de atributos que se tendrán en cuenta
para evaluar la calidad habitacional.
Las mediciones existentes resaltan la importancia de la calidad de los materiales de construcción, la relación entre la
cantidad de habitaciones y el número de miembros del hogar, la conexión a servicios básicos (agua, electricidad, red
cloacal) y la seguridad.
En segundo lugar es preciso establecer los umbrales de suficiencia de cada uno de estos atributos: qué materiales de
construcción son deficitarios, cuántas habitaciones debe tener la vivienda, qué constituye una tenencia segura, etc.
Esta metodología permite calcular el déficit habitacional cualitativo en una población como la tasa de hogares que
viven en unidades deficientes.
Las tasas de déficit habitacional no son uniformes en el sistema de ciudades al interior de un país. Los datos de
Colombia permiten observar la relación negativa entre el tamaño de la ciudad y el porcentaje de viviendas que sufren
déficit cualitativo.
Las ciudades más pequeñas tienen una fracción más alta de familias habitando unidades de calidad insuficiente. Esto
podría estar asociado a una peor provisión de servicios públicos en las ciudades secundarias, lo que a su vez podría
constituirse en un factor de empuje migratorio hacia las urbes más grandes.
Entre los desafíos cuantitativos y cualitativos se encuentran los retos de los transportes. El crecimiento urbano
aumenta el uso diario del transporte de los latinoamericanos: ciudades más amplias, distancias más elevadas
implican un tiempo elevado en los transportes.
La ciudad de Bogotá, comparada con las 11 ciudades de América Latina tiene el tiempo de viaje en el transporte
público mas elevado. Mejorar la calidad del transporte público es un objetivo prioritario de las políticas públicas
urbanas.
Observamos que todas las capitales latinoamericanas enfrentan las mismas problemáticas: densidad poblacional
fuerte, movilidad urbana alta, infraestructura inequitativa. Las políticas públicas tienen sin duda un impacto
significativo sobre la calidad de una ciudad.
Este informe económico muestra como se pueden resolver los objetivos de crecimiento económico como tal urbano
con una buena gestión metropolitana.
Los desafíos para Bogotá son muy claros. Bogotá tiene retos importantes pero ya empezó su transformación positiva
; Bogotá sostenible, Bogotá segura, Bogotá humana. Las oportunidades se focalizan hoy en las transiciones
energéticas y sostenibles, en lo que Bogotá necesita enfocarse.
El análisis del “cost-benefit” está clara : la prioridad está en el bienestar de los hogares, priorizar el espacio, invertir
en transporte seguro, rápido y limpio; estos contribuirán a una inversión financiera y del capital humano, que vuelva
en un valor agregado necesario para el crecimiento económico a largo plazo.
https://www.larepublica.co/analisis/sandra-berthelot-539161/crecimiento-urbano-como-esta-bogota-2595607