Вы находитесь на странице: 1из 11

"La Proposicion Del 9 De Octubre De 1967, Hoy"

(*) Presentado En El Foro “en El Horizonte Del Psicoanalisis En ExtensiÓn”, Escuela Freudiana De Buenos Aires, 27 De
Junio De 2017.

Luis María Bisserier

Nuevamente tengo que agradecer esta oportunidad de participar en el trabajo, sin dudas
crucial, que las organizadoras del Foro, Eva Lerner, Graciela Jaciner y Alejandra Rodrigo nos
proponen “EN EL HORIZONTE DEL PSICOANALISIS EN EXTENSIÓN”
Para lo cual han tomado, acertadamente, la Proposición del 9 de octubre de 1967 de Jacques
Lacan y dentro de ella una cita que articula adecuadamente una problemática que, me parece,
tiene plena vigencia.
Después de repetir la lectura del texto que presenté el 18 de abril voy a proponer algunas
referencias históricas y bibliográficas con el anhelo que este trabajo continúe más allá del día
de hoy y nos permita formular algunas preguntas que contribuyan al éxito de esta propuesta
del Foro, o sea que podamos construir una salida al impase en el que periódicamente caen
nuestras instituciones
Me ha parecido muy adecuada y justa la cita a partir de la cual nos han invitado, de modo
que permítanme leerla otra vez:
“Conforme a la topología del plano proyectivo, es en el horizonte mismo del psicoanálisis en
extensión donde se anuda el circulo interior que trazamos como hiancia del psicoanálisis en
intensión. Ese horizonte, yo quisiera centrarlo en tres puntos de fuga perspectivos, notables
por pertenecer cada uno de ellos a uno de los registros cuya colusión en la heterotopía
constituye nuestra experiencia”
Por mi cuenta agrego dos líneas más…”Ahora bien, el Edipo, por ser ectópico (carácter
subrayado por un Kroeber), plantea un problema”.
En medicina ectópico es aquello que se produce fuera de su lugar habitual y es sinónimo de
heterotopía.
Algunas fechas:
En julio de 1966, en el paso decisivo para su enseñanza de la edición de sus Escritos,
Jacques Lacan agrega una nota al pié (la Nº 17) en el escrito titulado “De una cuestión
preliminar a todo tratamiento posible de la psicosis”
En dicha nota, inserta al pié de la presentación del esquema R (que convendría leer en su

- Página 1 de 11 -
Copyright 2018 - EFBA - Todos los derechos reservados
totalidad pero hoy no hay tiempo) Lacan afirma que lo que el esquema R pone en evidencia es
un plano proyectivo y culmina la nota diciendo “esta nota es indicativa para el momento actual
de nuestra elaboración topológica”.
Recordemos que si P (en el esquema) es la posición en A del Nombre del Padre, eso quiere
decir que sin el Nombre del Padre el Otro (con mayúscula) no se sostiene y en efecto, toda la
teoría del desencadenamiento de la psicosis es que ante el llamado al Nombre del Padre al
lugar del Otro su preclusión equivale a la retirada del mito de Edipo mencionada en la primer
facticidad. En efecto, unos párrafos antes de la presentación del esquema R, Lacan escribe
que si se quita al Otro de su lugar (A)….dice: “quitadle de ahí y el hombre no puede ya ni
sostenerse en la posición de Narciso (descomposición del estadío del espejo). El ánima (alma
en latín), como por efecto de un elástico vuelve a pegarse al animus (espíritu en latín) y el
animus al animal…” Esto es, ya no hay agujero, no hay vacío, no hay distancia entre el Ideal
del Yo y el objeto. Quizá podamos retomar este punto al hablar del hombre como animal de
horda primitiva.
Si aceptamos que el delirio es un intento de curación, ésta, como restitución, se pueda
entender como la reconstrucción delirante del Edipo. “a falta de poder ser el falo que falta a la
madre, le queda la solución de ser la mujer que falta a los hombres” dice Lacan de Schreber.
Y si menciono esto de manera tan sumaria es porque opino que la homosexualidad delirante
se puede interpretar como la restitución de la fase del Edipo llamada invertida que debe
pensarse como una fase regular de alienación : la homosexualidad o la muerte, sin cuya
estructura me parecería difícil avanzar sobre el vínculo libidinal en la Iglesia y el Ejercito,
donde el Jefe, como el hipnotizador, puede ocupar el lugar del yo o del Ideal del Yo, lo que
según Freud nos ofrece la imagen del padre ideal como figura de lo imaginario. Pero esto no
existe sin el anudamiento que se plantea con los tres puntos de fuga que no existen el uno sin
el otro. RSI está en el horizonte.
Recordemos que en la cuestión preliminar ya están planteados, en el post-scriptum, tres
puntos que desde la atalaya de la subjetividad delirante y observando la subjetividad científica
Lacan ubica en la perspectiva de una analogía legítima con una psicosis social, compatible
con lo que llaman el buen orden y que de ninguna manera autoriza al psicoanalista….”a confiar
en su propia compatibilidad con ese orden para creerse en posesión de una idea adecuada de
la realidad ante la cual su paciente se mostraría desigual”
Entendemos la gravedad de esta afirmación cuando recordamos la crítica insistente y seria
que hace Lacan al análisis post-freudiano, como identificación con el “yo sano” del analista
adecuado a la realidad y cómo esto conduce a la forma Iglesia (según el deseo de Freud dice
Lacan) forma a la que la IPA desembocó, como custodia de un texto conservado como
sagrado que se repite ritualmente como plegaria. Se conservan sus letras pero no se leen.
Lugar que Lacan dice haber ocupado como el que leyó a Freud.
De ahí los términos de sátira que para las mismas fechas (1956) Lacan les dedica en aquel
texto cuya lectura propone como previa a la efectuación de su “Proposición del 9 de octubre
de 1967. Sobre el psicoanalista de la Escuela”

- Página 2 de 11 -
Copyright 2018 - EFBA - Todos los derechos reservados
“Situación del psicoanálisis en 1956” ubica en las Suficiencias la infatuación de la conciencia
que las Beatitudes rodean con su silencio sólo disimulado por el parloteo de los
Bien-Necesarios que ocultan la ausencia de preguntas, en las que se revela la ignorancia de
los Zapatitos: analfabetismo y desintelectualización son el resultado de una política de
ritualización.
Los tres puntos en ese momento eran:
1-Un discurso sobre la libertad que se muestra delirante.
2-Un concepto de lo real donde el determinismo no es más que una coartada, pronto
angustiosa si se intenta extender su campo al azar.
3-Una creencia que reúne por lo menos a la mitad del universo bajo el símbolo de Santa Claus
o el padre Noel.

Volvamos ahora a la frase elegida, tan acertadamente, para esta invitación para intentar
abrirla con algunos recordatorios y pequeños hallazgos de relectura que debo agradecer.
Los puntos de fuga prospectivos en la geometría proyectiva son los llamados puntos
impropios, situados en el infinito. Es donde convergen las paralelas en la línea del horizonte.
El ejemplo intuitivo clásico es el lugar donde “veríamos confluir” los rieles de una vía férrea
rectilínea en un terreno plano con el horizonte como límite. Hay tantos puntos de fuga como
direcciones en el espacio. Por consiguiente tres es lo que anuda un volumen, o sea un cuerpo
en el espacio centrándose en la línea del horizonte, lo que hace que el espacio imaginario
quede anudado a lo real y a lo simbólico.
El horizonte entonces es el de la perspectiva y la arquitectura, siendo entonces que aquello
que en lo Real es imposible de alcanzar se convierte en la escritura de lo imposible en el
dibujo o el diseño. Punto de vista que articula el saber referencial (extensión) al saber textual
(intensión)

Quiero ahora referirme al término heterotopía.


El 7 de diciembre de 1966, en el marco de una serie dedicada a la relación entre Utopía y
Literatura Michel Foucault pronuncia una conferencia radiofónica en France-Culture. Se la
conoce como Utopías y Heterotopías y por pedido, dada su repercusión fue reescrita para su
publicación en la revista “Arquitectura, movimiento, continuidad” El texto llamado “De los
espacios otros” se publicó en marzo de 1967 y fue el punto de partida de numerosas
investigaciones arquitectónicas y urbanísticas.
Extrae el término de su sentido médico, demasiado cargado de anomalía, cosa que también
hace Lacan cuando refiere el carácter ectópico del Edipo al subrayado de Kroeber (entre
paréntesis, ese antropólogo norteamericano, discípulo de Franz Boas, fue el padre de Ursula
Kroeber Leguin –ó Ursula K. Leguin-, novelista de ciencia ficción, gran creadora de mitogenias
y heterotopias, por ejemplo: “La mano izquierda de la oscuridad”)
Foucault dirá que esos espacios otros deben ser estudiados por lo que él llama una
heterotopología. En la conferencia radiofónica dirá: “sueño con una ciencia -y sí, digo una

- Página 3 de 11 -
Copyright 2018 - EFBA - Todos los derechos reservados
ciencia- cuyo objeto serían esos espacios diferentes, esos otros lugares, esas impugnaciones
míticas y reales del espacio en el que vivimos. Esa ciencia no estudiaría las utopías -puesto
que hay que reservar ese nombre a aquello que verdaderamente carece de todo lugar- sino
las heterotopías, los espacios absolutamente otros. Y necesariamente, la ciencia en cuestión
se llamaría, se llamará, ya se llama la heterotopología”. De los varios ejemplos que da, citaré
dos. En esta misma conferencia dice: “Los niños conocen perfectamente (estos espacios
otros)…uno de ellos es el fondo del jardín, por supuesto, otro de ellos es el granero, o mejor
aún, la tienda de apache erguida en medio del mismo; o bien, un jueves por la tarde la cama
de los padres…”
En el escrito: “De los espacios otros” el espejo es señalado como una experiencia mixta. Es
una utopía, porque es un lugar sin lugar. En su virtualidad es un espacio irreal en el que me
veo donde no estoy. Y dice “Pero es igualmente una heterotopía, en la medida en que el
espejo existe realmente y tiene sobre el lugar que ocupo, una especie de efecto de
retorno”…..en el sentido que convierte este lugar que ocupo, en el momento en que me miro
(desde el espejo) en absolutamente real, enlazado con todo el espacio que lo rodea, y a la vez
en absolutamente irreal, ya que está obligado, para ser percibido, a pasar por ese punto virtual
que está allá”
Allá, podríamos decir, en el horizonte.
Dice Foucault, como primer principio, que no hay posiblemente una sola cultura en el mundo
que no constituya heterotopías. En las sociedades dichas primitivas son los lugares sagrados,
los privilegiados y los prohibidos. Y con esos ejemplos ya estamos cerca de Tótem y Tabú y
del origen de las religiones sobre el espacio heterotópico de los altares de los rituales
funerarios en los que se practicaba el sacrificio desde los tiempos del paleolítico. Primero
construimos la escena dice Lacan, y luego sobre ella subimos el mundo.
La denominación animal de horda primitiva es una denominación que corresponde a la
antropología del siglo XIX y que Freud utiliza para sustituir la de animal gregario que proponía
Trotter.
Walter Burkert, en su libro “Homo Necans, Interpretaciones de ritos sacrificiales y mitos de la
antigua Grecia”, radicaliza el concepto moderno que sustituye Horda por banda de cazadores
y propone banda de asesinos (Necans) y coincidiendo con Freud hace del asesinato el
fundamento etológico (vía K.Lorenz) de la constitución del grupo.
Probablemente el primero en matar (por ser más fuerte, más hábil o simplemente afortunado)
al animal peligroso y/o al rival peligroso se haya convertido en jefe.
En el capítulo X de Psicología de las masas y análisis del yo Freud retoma sus mitogenias de
Tótem y Tabú y aunque es cierto que la conjetura mítica que plantea requiere de la figura de
Un padre primordial sería desatender demasiado la lectura crítica olvidar que dice (pág. 118
TXVIII Amorrortu) : “El padre primordial de la horda no era todavía inmortal como pasó a serlo
más tarde por divinización (agreguemos nosotros que ese más tarde supone miles de años
desde el paleolítico). Cuando moría debía ser sustituido…”
Otro sentido de esa sustitución la encontramos en la descripción que nos ofrece Walter

- Página 4 de 11 -
Copyright 2018 - EFBA - Todos los derechos reservados
Burkert, tanto en los rituales funerarios de la Grecia arcaica como en los rituales de los
nómades pastoriles de Siberia. El altar del sacrificio es el espacio heterotópico sagrado en el
que el ritual reproduce el esqueleto del animal cazado (oso, mamut, toro, etc.) Las ofrendas ,
sangre incluida, reproducen el crimen primordial bajo la especie del sacrificio ritual que
culmina en la comida. Muchas veces se lo nombra “padre” y de ahí que enemigo también sea
Nombre del Padre. El ritual es un simulacro de disculpa y dice Burkert… “la reunión de los
huesos, el alzamiento del cráneo, la extensión de la piel se deben entender como un intento
de restitución, de ‘resurrección’….”
“La experiencia fundamental de lo sagrado es la matanza sacrificial. El Homo religiosus actúa
y adquiere conciencia de sí como Homo Necans (asesino o matador en latín)…”
Hay continuidad entre la caza y el rito sacrificial y la “circunstancia de que lo que determina
la práctica de la caza no sea la correlación bilógica entre el depredador y la presa sino un
comportamiento centrado en la oposición humana, es decir, la agresividad intraespecífica,
tiene una consecuencia destacable: el animal cazado se convierte en un adversario casi
humano, es sentido como un ser humano…” como podemos observar fácilmente hoy en día en
la relación con el animal domesticado llamado mascota. Es interesante observar que cuando
esta proyección de la agresión sobre el animal no puede realizarse, por el motivo que sea, se
vuelve al cortocircuito del canibalismo.
Sobre estos elementos actúa, a través del largo tiempo, la invención del rito como reiteración
estereotipada que reproduce la introyección del objeto devorado que ahora ocupa el lugar del
Ideal del yo, que asegura la formación de la conducta adecuada y se establece como código.
El equivalente en el ejercito son los rituales de marcha y obediencia, esencia de la disciplina
como sostén de la figura del jefe.
La masa organizada surge entonces en la historia humana como primera en relación al
individuo y del que será su fundamento y surge como respuesta a un doble peligro, agravado
por la prematuración específica del nacimiento humano. Un peligro interior que es la
agresividad intragrupal y otro exterior representado por una naturaleza hostil que incluye a los
otros hombres que al no ser de mi grupo, de mi Tótem, de mi Iglesia, puedo degradarlos a la
categoría de animales que pueden ser matados y más allá de la cacería hasta exterminados si
los ubico como alimañas. Todo lo cual produce la necesidad de una jefatura que se articula
con la figura del padre al tener que sostener el jefe la ley que surge para asegurar la cohesión
del grupo.
El Santo Padre, como representante del Padre Celestial, permite que este permanezca en los
cielos como ironizaba Jacques Prévert, ya que si bajase a la tierra quedaría en serio riesgo de
encarnar al padre humillado cuya tragedia pretendió restaurar Claudel.
El Jefe del ejército es sustituido ritualmente, ascensos y pases a retiro, por una burocracia
militar que lo sostiene como líder, garante final de la disciplina y la estrategia, o sea del saber
necesario para la victoria y con eso llegamos a la pregunta por el SsS.
No hay, más que como fantasma neurótico cuya imagen es el Padre Ideal, un sujeto al que se
le supone saber como para ser amo de su deseo, lo cual valdría otro tanto para cada sujeto.

- Página 5 de 11 -
Copyright 2018 - EFBA - Todos los derechos reservados
Por el contrario, un sujeto no supone nada, más bien es supuesto y sólo como efecto, puntual
y evanescente, de que en las revoluciones del saber se haya logrado anudar la hiancia de tal
manera que no haya ritual ni dispositivo que obturen la función de la falta. Esto sólo es posible
a partir de la caída de la demanda que un análisis produce al final de su recorrido.
La proposición de Lacan no es una Escuela para formar analistas (esto se da por añadidura
como suele decirse). Es una Escuela que desarrolle el psicoanálisis sobre la base de dos
principios limitativos que permitan producir la distinción entre la Jerarquía y el Gradus (que en
latín significa pasos a dar), distinción necesaria para la solución del problema de la sociedad
psicoanalítica.
El primer principio excluye a la Jerarquía de la autorización del analista y establece un límite a
la obediencia al jefe. Ese principio dice “el psicoanalista no se autoriza sino a (por) (de) sí
mismo” No se trata de una concesión o un permiso sino de la constatación de un hecho, una
facticidad, sin el cual no hay escena analítica.
El segundo principio limita el solipsismo y la infatuación que podrían surgir del mal uso del
primer principio (el del “sí mismo”). La Escuela puede y debe leer lo que se produjo por esa
autorización (y ojala lo extendiese aun por fuera de sus propias listas): ¿fue o no autor de un
análisis? No de un psicoanalista, sino de un análisis. Lo cual quiere decir el psicoanalista
como formación del inconsciente que al final se resuelve en el objeto “a” que lo sostenía. La
Escuela y no el analista garantiza que hubo formación. Tal es el AME.
Si el analista quiere esa garantía, no sólo si la acepta, sino si quiere que esa garantía se
produzca mas allá de él mismo, puede volverse analista de su experiencia y de los problemas
cruciales del psicoanálisis. Es el AE o Psicoanalista de la Escuela al que se refiere el titulo de
la Proposición. Y por eso es crucial la discusión de la práctica del Pase como momento de
investigación y testimonio.
Quisiera subrayar que cada uno de estos principios y los dispositivos pensados para su
efectuación, desde el diván, horarios, honorarios, el cartel, los seminarios, las publicaciones,
etc. hasta esta mesa, sólo se sostienen por la iniciativa del psicoanalista para no convertirse
en ritos que anulen o amortigüen el filo de su verdad, lo que supone saber sostener una
tensión permanente entre el acto analítico y la necesidad de los dispositivos.
Quizá esta iniciativa del psicoanalista sea la repetición, en el progreso de la espiritualidad, del
papel que Freud le asigno al primer poeta. En el apéndice de “Psicología de las masas y
análisis del yo” dice que una vez constituida la familia y la sociedad de hermanos que impedía
a cada uno ocupar el lugar del Padre Primordial, “fue en esa época que la privación añorante
movió a un individuo a separarse de la masa y asumir el papel del padre. El que lo hizo fue el
primer poeta épico, y ese progreso se consumó en su fantasía. Inventó el mito heroico. Héroe
fue el que había matado, él solo, al padre. ….Así como el padre había sido el primer ideal del
hijo varón, ahora el poeta creaba el primer ideal del yo en el héroe que quiso sustituir al
padre”.
Los dispositivos y el Ideal del Yo, son necesarios e inevitables, y el riesgo cierto de que
vuelvan a producir el efecto Iglesia o Ejército en la sociedad psicoanalítica, hace de nuestra

- Página 6 de 11 -
Copyright 2018 - EFBA - Todos los derechos reservados
iniciativa el lugar de una responsabilidad donde, como el poeta, logremos pasar algo nuevo a
esos otros espacios en los que se juega nuestro deseo.
Luis María Bisserier.
18 de abril de 2017.

Lacan propone, como lectura previa a su Proposición, el escrito “Situación del psicoanálisis
en 1956” del cual dice: “se debe tener por prefacio a nuestro esfuerzo presente”. Como suele
suceder y sobre todo con Lacan, la bibliografía implícita que surge de cada párrafo y de
muchas palabras (tal el caso de heterotopía) es enorme.
Algunas son obvias, por ejemplo “Psicología de las masas y análisis del yo” de S. Freud, de
la que seguramente extrae la referencia a Kroeber. Creo que la primera y segunda facticidad
giran en torno a este texto de Freud aunque para la primera la referencia explícita sea el texto
de Freud sobre Schreber.
Como se trata del mito de Edipo y la familia y es sabido el uso que Lacan ha propuesto de la
obra de Lévi-Strauss para pensar la función del mito como relato constituyente de la misma
manera que el fantasma lo es en la arquitectura del sujeto, que sin esas construcciones
retornaría al marasmo de la prematuración específica del nacimiento humano.(tenemos
entonces ahí una inmensa referencia bibliográfica)
En el seminario de la transferencia (pág. 339) dice Lacan: “…este no ser ahí (N’yêtre) que
equivoca tan curiosamente en francés con el verbo del nacimiento, (Naître) he aquí de que va
el Edipo” El papel de la familia y la imposición de destino que las reglas elementales de sus
estructuras parentales producen puede leerse, por cierto de manera amena, en el relato de la
saga de los Labdácidas que Jean Pierre Vernant le hace a su nieto en su libro “Erase una
vez…el universo, los dioses y los hombres”
En una vertiente más académica, el excelente artículo de Eduardo Grüner “El mito al
cuadrado y el incesto intermedio” nos permite enterarnos del estado actual del debate sobre
el mito.
Volviendo a Lacan y para circunscribirnos al contexto de la Proposición conviene leer los
desarrollos que en su seminario sobre el objeto del psicoanálisis, desde el 4 de mayo de 1966
en adelante, vía topología, construyen la argumentación que permiten situar el sujeto en una
referencia que no es metafórica sino que el fundamento de la posición del sujeto resulta de la
combinatoria misma y no de algún efecto de significación. No porque ésta no importe sino
porque por sí sola no nos saca de la intersubjetividad. Pero esto no se puede lograr sin la
adecuada articulación de la representación.
Dice Lacan: “es aquí que la estructura visual de este sujeto debe ser explorada”, por lo que
vuelve a plantear que la función del objeto tiene distintas vertientes y que en la vertiente del
deseo al Otro el objeto es la mirada. Y la función del objeto es producir la hiancia, la división
subjetiva que permite la inscripción de la falta como fundante y no como déficit.
Se trata de la representación del mundo ya que suponer un sujeto puro, dejando al mundo de
lado, no es más que el idealismo.

- Página 7 de 11 -
Copyright 2018 - EFBA - Todos los derechos reservados
Ahora bien, la experiencia analítica nos indica que accedemos al mundo por medio de una
pantalla, una superficie sobre la que se juega la organización de la forma en una
superposición de planos paralelos donde se instalan los laberintos sin salida de la
representación como tal.
Para hablar de esta pantalla Lacan elogia a M. Foucault y su libro “Las palabras y las cosas”
que había aparecido a comienzos de ese año. Invita a que se lea el capítulo sobre las
Meninas (cap. 1) y se aboca el mismo a su propio análisis del cuadro de Velázquez. Por mi
parte agrego la lectura del prefacio y del último capítulo del libro.
En el prefacio del libro de M. Foucault encontramos el término heterotopía, como construcción
de un espacio otro, fabuloso que él encuentra en Jorge L. Borges en la famosa enciclopedia
china ( El idioma analítico de John Wilkins, en Otras inquisiciones). Entre paréntesis, John
Wilkins fue un predecesor del intento de construir una mathesis universalis, como idioma
universal sin equívocos. Predecesor de Descartes y Leibniz en la construcción del sujeto de la
ciencia.
Dirá Lacan: “de cualquier modo que manipulemos la relación de la imagen al objeto resulta
que es muy necesario que haya en alguna parte este famoso sujeto que unifica la
configuración”
Este espacio que se nos aparece como homogéneo no está explorado por el pensamiento
(esa es la ilusión que supone que tal espacio existe per se) ya que el pensamiento lo
construye. No existen como entes separados, como extensión y pensamiento.
La geometría, con su trabajo de medición, construyó este espacio como homogéneo y en su
desarrollo hizo surgir otro abordaje donde extensión y combinatoria se anudan, a saber, la
geometría proyectiva que introduce figura a figura, la función de la “equivalencia por
transformación” Fundamento lógico para un uso psicoanalítico de la topología.
Dirá Lacan: “…la construcción de la perspectiva. Es ella la que debe revelarnos materializar la
topología de donde resulta que algo se produce en la construcción de la visión que no es otra
cosa que lo que nos da la base, el soporte del fantasma, a saber, una pérdida que no es otra
que la que yo llamo pérdida de objeto, que no es otro que la mirada y, por otra parte, una
división del sujeto”
Esta mirada, así entendida ahora, es la que obtura la división del sujeto en la hipnosis, en el
enamoramiento y en la función del Ideal del Yo del conductor de la masa, cuando el objeto
ocupa el lugar del Ideal. Claro que en Freud el objeto es el objeto amado, pero este se
sostiene en el marco del fantasma por el papel del objeto “a” (mirada), estructurante de la
pantalla o del fantasma con el que construimos la realidad. (Vía para pensar el pánico como
resultado del derrumbe del fantasma)
Desde esta escena, el deseo del Otro, aparece como voz de mando. Es la voz de trueno en el
Sinaí y la mirada centelleante de Dios en los reflejos que adornan a Moises bajando las tablas
de la ley (pág. 119, Tomo XVIII, Amorrortu. Psicología de las masas y análisis del Yo)
Vayamos ahora al texto de la Proposición. Lacan denuncia un defecto para captar en él la
articulación que falta.

- Página 8 de 11 -
Copyright 2018 - EFBA - Todos los derechos reservados
El defecto, en el que hay solidaridad entre las desviaciones del psicoanálisis y las jerarquías
que predominan en sus instituciones es el retorno a las pregnancias narcisisticas unidas a las
astucias competitivas. Este defecto es el resultado del interregno producido por el predominio
de la intersubjetividad.
Lacan dice: “…no basta la evidencia de un deber para cumplirlo. Es por el rodeo de su hiancia
como puede ser puesto en acción…” y sigue…”para introducirlos en este tema me apoyaré en
los dos momentos de empalme de lo que llamaré respectivamente en esta recreación el
psicoanálisis en extensión, es decir, todo lo que resume la función de nuestra Escuela en
tanto ella presentifica el psicoanálisis en el mundo, y el psicoanálisis en intensión, es decir, el
didáctico, en tanto no se reduce a preparar operadores”
Si no se reduce a preparar operadores entonces didáctico quiere decir que enseña que en el
final del análisis (uno de los momentos de empalme) aparece lo que en el comienzo (el otro
momento de empalme) estaba velado con y en la transferencia, a saber, la función agalmática
del objeto, de manera que la misma transferencia, por si sola, constituye una objeción a la
intersubjetividad.
La intersubjetividad es el asiento de la psicologización. Es donde un sujeto sabe más que el
otro sujeto lo que el otro sujeto es, anulando la función del saber textual que sólo puede
producirse desde el no-saber del psicoanalista.
“Un sujeto no supone nada, es supuesto” dice Lacan una y mil veces. Supuesto por el
significante que lo representa para otro significante.
Podemos preguntarnos si los problemas que la Proposición de Lacan trata de resolver tienen
vigencia.
En 1986, solo cinco años después de la muerte de Lacan, Editions du Seuil publicó la “Batalla
de los cien años, Historia del psicoanálisis en Francia” de Elizabeth Roudinesco, con gran
suceso hasta nuestros días. En el tercer tomo de la versión Española (Editorial Fundamentos)
encontraran la versión que la autora da de la Proposición de octubre y su efectuación.
Más allá de la utilidad y el interés de los datos que aporta que son muchos y valiosos, quiero
señalar que en la página 73 de dicha edición dice textualmente que Lacan…”comparando la
cura a un tratado de ajedrez y su terminación a un final de partido… a través de la cual el
analista es situado por el analizando del lado de un deser para ser colocado el mismo en
situación de destitución subjetiva. El terapeuta es progresivamente situado como un resto o
como una especie de participio pasivo. Es esa caída del sujeto que se supone que sabe lo
que Lacan opone a la noción de liquidación de la transferencia…”
Repito: lo que Lacan dice es que un sujeto no supone nada, es supuesto. El SsS (Sujeto
supuesto Saber) no es el analista como sujeto al que el analizante le supone saber. De
manera que podemos decir que Elizabeth Roudinesco atribuye a Lacan una noción de sujeto
en la que éste se confunde con la persona que es ella misma. ¿Acaso no encontramos
frecuentemente esta atribución desviada entre nosotros? Y por supuesto el plural me incluye.
La hiancia que se bordea y delimita en la articulación entre intensión y extensión (términos
extraídos de las categorías lógico-semánticas) y que pueden entenderse como sentido o

- Página 9 de 11 -
Copyright 2018 - EFBA - Todos los derechos reservados
connotación (la intensión) o como denotación la extensión que se refiere a la serie de objetos
a los que se refiere el sentido o concepto connotado.
Esta hiancia también se produce cuando articulamos saber textual y saber referencial y en
otros campos la reencontramos bajo otros términos. Universal abstracto y particular concreto
en filosofía. Bloque histórico y hegemonía en la política según el análisis de Gramsci.
Cada uno de estos pares supone siempre un tercero, que es otra manera de retomar el
término colusión, cuyo ejemplo jurídico, como fue mencionado en las reuniones anteriores,
puede oscurecer imaginariamente que se trata de un anudamiento que incluye siempre al
tercero, a la manera de los pronombres personales donde yo y tu hablamos de él como si
estuviera fuera de nuestro lazo. Efecto segregativo de la gramática.
Pienso que para desarrollar cabalmente la tercer facticidad hay que diferenciar segregación y
aniquilación. El elemento clave me parece que es la destitución subjetiva. Si ésta es
rechazada, reaparece en lo real.
Hablando de la destitución subjetiva Lacan les dice a los que se asustaban de aceptar esos
términos para el final de análisis: “hacer interdicción de lo que se impone a nuestro ser es
ofrecernos a un destino que es maldición. Lo que es rechazado en lo simbólico, recordemos el
veredicto lacaniano, reaparece en lo real. En lo real de la ciencia QUE DESTITUYE AL
SUJETO DE UN MODO MUY DIFERENTE EN NUESTRA ÉPOCA, cuando solo sus
partidarios más eminentes, un Oppenheimer, se enloquecen por ello”
En la destitución subjetiva del final de análisis que propone Lacan el deser que cae sobre el
psicoanalista reduplica la inscripción de que ya no hay más lugar para el sueño o demanda
neurótica de un padre ideal.
En cambio en la destitución subjetiva que lo real de la ciencia produce se hace retornar
inmediatamente al padre terrible de la horda primitiva. Oppenheimer, el padre de la bomba
atómica exclama: “ahora me he convertido en la muerte. El destructor de mundos”
En tono de sátira, pueden encontrar lo mismo en una película de 1972, “La clase
gobernante”, comedia negra sobre la clase dominante y la religión. Peter O’Toole hace el
papel de un noble delirante que se cree Jesucristo. Hay una escena, cuando ocupa su lugar
en la cámara de los Lores y escucha que alguien exclama ¡Dios mío! Y entonces contesta
¿me llamaron?!. Ya no alcanza con ser Rey, hay que ser Dios. Giorgio Agamben viene
insistiendo con la idea según la cual el estado de excepción ya no es transitorio y el soberano
debe ser absoluto a lo K. Smith.
El campo de concentración, como fenómeno fundamental (término que remite a la psicosis) no
se refiere solamente a un mundo organizado sobre la segregación sino que ya no alcanza con
la explotación de la fuerza de trabajo. Se trata de la expropiación del cuerpo hasta ser
consumido completamente como materia. El cuerpo como materia prima. La aniquilación es
consumir radicalmente el cuerpo del otro como objeto, hacer del cuerpo mercancía. No sólo su
fuerza de trabajo, sino todo su cuerpo. Y cuando hay un excedente, desecharlo. Ley del
capital que el neoliberalismo ejecuta con argumentos de la psicología. El excedente de
cualquier mercancía, por la ley del valor, debe ser destruido, para mantener la plusvalía. Las

- Página 10 de 11 -
Copyright 2018 - EFBA - Todos los derechos reservados
masas de emigrados actuales no son tanto ejército de reserva que disminuya el valor de la
fuerza de trabajo en la ley de la oferta y la demanda. Son sobre todo desechos.

- Página 11 de 11 -
Copyright 2018 - EFBA - Todos los derechos reservados

Вам также может понравиться