Вы находитесь на странице: 1из 38

Carl Jung: Los Arquetipos y el Tarot en el psicoanálisis

Por Fausto Ribadeneira

Entre el inmenso legado de Carl Jung, aquel que ha pasado a la historia por sus teorías y
métodos revolucionarios en el mundo de la psicología, hay un tema que sobresale y ha
sido su herencia más duradera: La Teoría de los Arquetipos.
Jung busca e investiga a los arquetipos en las doctrinas de las tribus primitivas, en las
doctrinas secretas esotéricas, en las religiones, en los mitos y leyendas, en los símbolos
del Tarot, en las imágenes de la Alquimia y muy especialmente en los sueños, en los que
se apoya para la psicoterapia.
Hay que empezar por decir que Jung pensaba que no venimos al mundo como una tabula
rasa, no venimos ‘en blanco’ como planteaba Freud, el ser humano según Jung, ya nace
con información y ciertas creencias por default: “no existe una sola idea o concepción
esencial que no posea antecedentes históricos”. Estos antecedentes históricos llegan a
nosotros inconscientemente, y otros los vamos aprendiendo por medio de mitos,
leyendas y la experiencia.
Es fácil identificar diferentes tipos de patrones de conducta en los mitos y leyendas de las
culturas antiguas, todas tienden a tener un mismo héroe y trama, tienden, básicamente,
a repetirse. Esta continua repetición de historias con los mismos personajes y el mismo
guión es lo que llamamos Arquetipos.
Algunos de ustedes pensarán, ‘ok, ok, Jung te acepto, pero ¿El Tarot? ¿En serio? Qué estás
pensando, eso es pura magia y superstición.’ Bien, en esta era donde existe un rechazo
general a lo que no se considera convencional, racional o científico, es bueno traer de
vuelta, o mostrar ciertos temas que tienen que ver con la ‘magia’, salir de la caja de la
racionalidad un momento y perderle el miedo a explorar la sabiduría ancestral.
He conocido muy pocas personas que no compartan esta pasión por descubrir los
misterios que rodean nuestra existencia, a quién no le intriga intentar dilucidar alguno de
estos misterios. ¿Y acaso hay mayor misterio que la mente humana? Jamás debemos
cerrarnos al conocimiento sea cual sea la fuente.
Es necesario volver a creer un poco en la magia, soñar, y jamás perder la capacidad de
hacerlo.
Le invito a que por un momento deje a un lado la antipatía por estos temas y
acompáñeme en este viaje por la vida y teorías de Jung, para luego llegar al infravalorado
mundo esotérico, específicamente trataremos el Tarot y su aplicación en el psicoanálisis,
¡sí!, emociónese. Empecemos.
Omitiré inmiscuirme en términos científicos ya que esto no tiene el carácter de ser una
investigación meramente científica, sino de divulgación para el conocimiento del público
en general. No es mi propósito buscar ningún tipo de reconocimiento por este texto, y es
que, quien nada tiene que ganar ni nada que perder, tiene las mejores cosas que decir.

Carl Jung y los Arquetipos:


Carl Gustav Jung nace un 26 de julio de
1875 en una pequeña localidad de Suiza
llamada Kessewil. Desde pequeño se
manifestó su interés por la metafísica,
alquimia, eventos paranormales, y las
tragedias griegas. Aprendió lenguas
antiguas como el sánscrito, y así llegó al
conocimiento oriental leyendo los
sagrados libros hindúes y practicando el
I-Ching.
A pesar de escoger la arqueología como
primera opción de carrera, llega la
psicología influido por el famoso
neurólogo Kraft-Ebing y los sucesos
sobrenaturales de su vida. Sucesos que le
llevaron a escribir su tesis ‘Acerca de la psicología y patología de los llamados fenómenos
ocultos’.
Luego de graduarse se estableció en el Hospital Mental de Burghoeltzli en Zurich bajo la
tutela de Eugene Bleuler, padre y conocedor relevante de los estudios sobre la
esquizofrenia. En 1903, se casa con Emma Rauschenbach. En aquel tiempo, también
dedicó parte de su tiempo a dar clases en la Universidad de Zurich y mantenía una
consulta privada. Fue aquí donde inventó la técnica de la asociación de palabras.
Siendo un fanático de Freud, su sueño era conocerlo, el tan ansiado encuentro se daba
en Viena en 1907. Cuenta la leyenda que el impacto que provocó Jung en Freud hizo que
éste cancele todas sus citas del día y así poder continuar la tertulia, la misma que se
extendería ¡por 13 horas! Eventualmente, Freud consideró a Jung su sucesor en el
psicoanálisis y su mano derecha.
Generalmente se piensa que Carl Jung fue un discípulo de Freud, craso error, craso error;
Jung sería más cercano a un colaborador y colega, que a un discípulo… Cuando los dos se
conocieron, Jung ya poseía estudios anteriores de psicoanálisis, y sus propias teorías que
compartió y debatió con Freud.
Ya que entramos en el tema, por qué no aprovechamos para mencionar las…:
Diferencias Fundamentales entre Freud y Jung:

Freud vs Jung
La psicología de Jung se basa en la desilusión que le provocaba el racionalismo científico
– lo que él llama “el espíritu de los tiempos” – y en el transcurso de muchos encuentros
quijotescos con su propia alma y con otras figuras interiores, viene conocer y apreciar “el
espíritu de las profundidades”, un campo que deja espacio para la magia, la coincidencia
y las metáforas mitológicas entregados por los sueños-1, ojo, que esto no significa que lo
negara o no aplicara el racionalismo, pero le sirvió para intentar buscar nuevas formas de
terapia psicoanalítica.
Quizá la mayor diferencia entre los dos fue la forma de definir al inconsciente, para Freud,
como sabemos, se basa en las pulsiones primigenias y aquellas emociones reprimidas del
ser humano cuyo único motor es la energía llamada libido, la cual es exclusivamente de
naturaleza sexual. Jung, por su parte, pensaba que en el inconsciente se encuentra
aquello que hace del hombre un ser creativo y aquello que lo hace buscar el
autodesarrollo y su evolución psíquica, admite que la libido está presente, por supuesto,
actuando como una energía creativa y creadora.
Freud divide al aparato psíquico en consciente, preconsciente e inconsciente. Para Jung
existe el inconsciente personal o individual e inconsciente colectivo. Para entender los
dos tipos de inconscientes propuestos por Jung, citaré la forma que él tenía para
describirlo:
La mente consciente es la parte visible de una isla, el inconsciente del individuo es la parte
sumergida de la isla y el inconsciente colectivo, común a todos los seres humanos, es el
océano a su alrededor.
‘El Inconsciente Colectivo, a diferencia del Inconsciente Personal, alberga no solo
contenidos de la experiencia personal sino que se le añaden contenidos referidos a
instintos, impulsos naturales o adquisiciones de orden colectivo, o sea predisposiciones
compartidas por toda la humanidad más allá de la diferencias históricas y culturales.’1
Freud habla de tres estadios psíquicos: El Ello, El yo y El superyó. El ‘yo’ actúa como
mediador entre El Ello y Superyó. Mientras Jung identificaba solamente al ‘yo’,
debatiéndose entre el inconsciente personal y el inconsciente colectivo.
El objetivo del método de Freud era fortalecer al “yo” sobre las otras dos y así desarrollar
dos objetivos limitativos; amar y trabajar. En cambio para Jung el ‘yo’ era algo imperfecto
y lo que buscaba era la evolución del ‘yo’ al ‘self’ (sí mismo), la totalidad, la cumbre del
desarrollo psíquico humano.
Para llegar a este ‘self’, Jung proponía vencer los complejos que poseemos. Complejos
que para Jung eran el origen de toda perturbación mental, y descubrió analizando la
mitología ancestral, y aplicándola a las terapias y los sueños de sus pacientes. Estudiando
los complejos encontró que en la psique existen estructuras y patrones ancestrales que
denominó arquetipos, éstos emanan del inconsciente colectivo. Entre los muchos
arquetipos que encontró identificó 5 principales que son: ánima, ánimus, sombra,
persona, sí-mismo (self).
o La Persona: La cara que se presenta al mundo
o La sombra: La parte de nosotros no reconocida pero que, sin embargo, existe
o El Self: La conjunción armónica del ‘yo’ y el todo.
o El Anima: La imagen femenina en la psique masculina
o El Animus: La imagen masculina en la psique femenina
Ahora sí, entremos finalmente en el maravilloso mundo de los arquetipos.
Carl Jung y los Arquetipos

Por supuesto antes que nada tengo que recomendarle la lectura de ‘Arquetipos e
Inconsciente Colectivo’ de Carl Jung, qué mejor forma de leer sobre Arquetipos que de
las palabras del mismo Jung.
“El arquetipo es una tendencia a formar tales representaciones de un motivo –
representaciones que pueden variar mucho en el detalle sin perder un patrón básico…
Son de hecho una tendencia instintiva (…) Es esencial insistir que no son meros conceptos
filosóficos. Son pedazos de la vida misma –imágenes que están integralmente conectadas
al individuo a través del puente de las emociones- «No se trata, pues, de representaciones
heredadas, sino de posibilidades heredadas de representaciones. Tampoco son herencias
individuales, si no, en lo esencial, generales, como se puede comprobar por ser los
arquetipos un fenómeno universal»”. Carl Jung, El hombre y sus símbolos.
¿Entendiste? ¿No? Entonces pongámoslo así: Los arquetipos son nuestra herencia
psíquica; roles y patrones que la sociedad acepta y realiza inconscientemente. Los
percibimos a través de sus manifestaciones simbólicas.
¿Tampoco? Bueno, alguna de estas definiciones te convencerá:
Arquetipo son los contenidos del inconsciente colectivo. Jung también les llamó
dominantes, imagos, imágenes primordiales o mitológicas y otros nombres, pero el
término arquetipo es el más conocido.
Arquetipos son una tendencia innata (no aprendida) a experimentar las cosas de una
determinada manera.
Jung llamó arquetipos a las ideas en común que comparte la humanidad, indistintamente
del credo o cultura; ya sea la creencia en determinados seres mitológicos, o la aberración
hacia el incesto, por citar dos ejemplos.
Los arquetipos vendrían a ser las representaciones milenarias del inconsciente colectivo.
Un arquetipo puede ser ampliamente definido como un tipo de persona o conducta, ya
que puede dividirse en dos subcategorías.
o La primera, los estereotipos, se refieren a un tipo de personalidad o conducta que
se observa en muchas ocasiones y aplicados de manera rutinaria (esto tiende a
suceder con los adolescentes y jóvenes),
o y el segundo se refiere a la ejemplificación de una personalidad o comportamiento
Entre las grandes pasiones de Jung se
encontraba el mundo onírico, siempre le
llamó la atención el significado que
podría existir en los sueños. Socializaba
sus sueños a su familia y amigos, pero
jamás encontraba respuesta concreta
que le satisfaga. Pasó muchos años presa
de este enigma, hasta que a partir de la
Primera Guerra Mundial empezó a
anotar sus sueños, fantasías y visiones,
los dibujaba, pintaba y esculpía, todo
esto fue recopilado en el ahora famoso
Libro Rojo de Jung. Se dio cuenta que sus
experiencias tendían a tomar formas
humanas, empezando por un anciano
sabio y su acompañante, una niña
pequeña. El anciano sabio evolucionó, a
través de varios sueños, hasta una
especie de gurú espiritual. La niña
pequeña se convirtió en “anima”, el alma
femenina, que servía como medio de comunicación entre el hombre y los aspectos más
profundos de su inconsciente.
Existe una anécdota, entre muchas, de cómo Jung aprendió a interpretar sus sueños y
llegó a predecir la WW II: Empieza con un duende marrón que apareció como celador de
la entrada al inconsciente. Era “la sombra”, una compañía primitiva del Yo de Jung. Jung
soñó que tanto él como el duende, habían asesinado a la preciosa niña rubia, a la que
llamó Siegfried. Para él, esta escena representaba una precaución con respecto a los
peligros del trabajo dirigido solo a obtener la gloria y el heroísmo que prontamente
causaría un gran dolor sobre toda Europa. Este dolor era la Segunda Guerra Mundial.
Fue así, como se empezaron a dilucidar para él los arquetipos y el significado de los
sueños, y cómo los arquetipos se comunicaban a través del inconsciente.
Existen ciertas experiencias que demuestran los efectos del inconsciente colectivo más
claramente que otras. La experiencia de amor a primera vista, el déjà vu (el sentimiento
de haber estado anteriormente en la misma situación) y el reconocimiento inmediato de
ciertos símbolos y significados de algunos mitos, se pueden considerar como una
conjunción súbita de la realidad externa e interna del inconsciente colectivo. Otros
ejemplos que ilustran con más amplitud la influencia del inconsciente colectivo son las
experiencias creativas compartidas por los artistas y músicos del mundo en todos los
tiempos, o las experiencias espirituales de la mística de todas las religiones, o los paralelos
de los sueños, fantasías, mitologías, cuentos de hadas y la literatura. 3
Un ejemplo interesante que actualmente se discute es la experiencia cercana a la muerte.
Parece ser que muchas personas de diferentes partes del mundo y con diferentes
antecedentes culturales viven situaciones muy similares cuando han sido “rescatados” de
la muerte clínica. Hablan de que sienten que abandonan su cuerpo, viendo sus cuerpos y
los eventos que le rodean claramente; de que sienten como una “fuerza” les atrae hacia
un túnel largo que desemboca en una luz brillante; de ver a familiares fallecidos o figuras
religiosas esperándoles y una cierta frustración por tener que abandonar esta feliz escena
y volver a sus cuerpos. Quizás todos estamos “programados” para vivir la experiencia de
la muerte de esta manera.

Empecemos revisando los arquetipos que Jung identificó como principales:

La Sombra
La Sombra: representa la parte negativa del sujeto, el inconsciente reprimido. La sombra
es la parte de nosotros que no podemos destruir. Nuestro lado que tenemos que
confrontar y reconfortar.
En la teoría jungniana también hay espacio para el sexo y los instintos. Éstos forman parte
del arquetipo llamado la sombra. Viene de nuestro pasado pre-humano y animal, cuando
nuestras preocupaciones se limitaban a sobrevivir y a la reproducción, y cuando no
éramos conscientes de nosotros como sujetos.
La sombra es amoral; ni buena ni mala, como en los animales. Un animal es capaz de
cuidar calurosamente de su prole, al tiempo que puede ser un asesino implacable para
obtener comida. Simplemente lo hace, no lo escoge, es su “naturaleza”, es “inocente”.
Pero desde nuestra perspectiva humana, el mundo animal nos parece brutal, inhumano;
por lo que la sombra se vuelve aquel lado de aquellas partes de nosotros que no
asimilamos, o nos da vergüenza y miedo admitirlas.
Los símbolos de la sombra incluyen la serpiente (como en el Jardín del Edén), el dragón,
los monstruos y demonios. Usualmente guarda la entrada a una cueva o a una piscina de
agua, que representarían el inconsciente colectivo. Cuando te sueñes en conflicto con
alguno de estos elementos, e inclusive alguna representación de un ser majestuoso,
recuerda que puede ser una manifestación de tu inconsciente advirtiéndote que estás
luchando contigo mismo.
La Persona
‘La persona representa nuestra imagen pública. La palabra, obviamente, está relacionada
con el término persona y personalidad y proviene del latín que significa máscara. Por
tanto, la persona es la máscara que nos ponemos antes de salir al mundo externo. Aunque
se inicia siendo un arquetipo, con el tiempo vamos asumiéndola, llegando a ser la parte
de nosotros más distantes del inconsciente colectivo.
En su mejor presentación, constituye la “buena impresión” que todos queremos brindar
al satisfacer los roles que la sociedad nos exige. Pero, en su peor cara, puede confundirse
incluso por nosotros mismos, de nuestra propia naturaleza. Algunas veces llegamos a
creer que realmente somos lo que pretendemos ser.’
Anima y Animus
El Anima y el Animus. Anima: representa la parte femenina (Eros) presente en el hombre
y generalmente reprimida por él. Su inversa es el Animus (Logos) o parte masculina
presente en las mujeres.
Una parte de la persona es el papel masculino o femenino que debemos interpretar. Para
la mayoría de los teóricos, este papel está determinado por el género físico. Pero, al igual
que Freud, Adler y otros, Jung pensaba que en realidad todos nosotros somos bisexuales
por naturaleza. Cundo empezamos nuestra vida como fetos, poseemos órganos sexuales
indiferenciados y es solo gradualmente, bajo la influencia hormonal, cuando nos
volvemos machos y hembras. De la misma manera, cuando empezamos nuestra vida
social como infantes, no somos masculinos o femeninos en el sentido social. Casi de
inmediato (tan pronto como nos pongan esas botitas azules o rosas, nos compren una
figura de acción o una barbie), nos desarrollamos bajo la influencia social, la cual
gradualmente nos convierte en hombres y mujeres.
En todas las culturas, las expectativas que recaen sobre los hombres y las mujeres
difieren. Estas están basadas casi en su totalidad sobre nuestros diferentes papeles en la
reproducción y en otros detalles que son casi exclusivamente tradicionales. En nuestra
sociedad actual, todavía retenemos muchos remanentes de estas expectativas
tradicionales. Todavía esperamos que las mujeres sean más calurosas y menos agresivas;
que los hombres sean fuertes y que ignoren los aspectos emocionales de la vida. Pero
Jung creía que estas expectativas significaban que solo hemos desarrollado la mitad de
nuestro potencial.
El anima es el aspecto femenino presente en el inconsciente personal de los hombres y
el animus es el aspecto masculino presente en el inconsciente personal de la mujer.
Unidos se les conoce como syzygy. El anima puede estar representada (personificada)
como una joven chica, muy espontánea e intuitiva, o como una bruja, o como la madre
tierra. Usualmente se asocia con una emocionalidad profunda y con la fuerza de la vida
misma. El animus puede personificarse como un viejo sabio, un guerrero, o usualmente
como un grupo de hombres, y tiende a ser lógico, muchas veces racionalista e incluso
argumentativo.
Jung sobre el Anima: (En el hombre) existe un imago no sólo de la madre sino de la hija,
la hermana, la amada, la diosa celestial y la diosa infernal. cada madre y cada amada está
obligada a convertirse en portadora y encarnación esta imagen omnipresente y eterna,
que corresponde a la realidad más profunda de un hombre. A él le pertenece esta
peligrosa imagen de Mujer; ella representa la lealtad, a la cual el debe a veces renunciar
en beneficio de la vida; ella es la muy necesaria compensación por los riesgos, esfuerzos,
sacrificios que terminan en desilusión; ella es el consuelo de todas las amarguras de la
vida. Y, al mismo tiempo, es la gran ilusionista, la seductora, que lo arroja a la vida con su
Maya -y no sólo a los aspectos razonables y útiles de la vida, sino a sus terribles paradojas
y ambivalencias donde el bien y el mal, el éxito y la ruina, la esperanza y la desesperación,
se contrapesan entre sí. Ya que ella constituye su mayor peligro, ella exige lo mejor del
hombre, y si él lo posee, ella lo recibirá.
Jung sobre el Animus: La mujer es compensada con un elemento masculino, y, por lo
tanto, su inconsciente tiene, como quien dice, un sello masculino. Esto resulta en una
considerable diferencia psicológica entre el hombre y la mujer, y por consiguiente, he
llamando animus, que significa mente o espíritu, al factor proyectivo en la mujer. El
animus corresponde al Logos paterno, así como el anima corresponde al Eros materno.
El animus es el depósito, por así decirlo, de todas las experiencias ancestrales de hombre
que tiene la mujer (y no sólo eso, también es un ser creador y procreador, no en sentido
de la creatividad masculina, sino en cuanto a que genera lo que podríamos llamar…la
palabra espermática.
Al igual que el anima, el animus tiene también un aspecto positivo. A través de la figura
del padre, expresa no sólo opiniones convencionales, sino también lo que llamamos
“espíritu”, ideas filosóficas o religiosas en particular, o más bien la actitud resultante de
ellas. Así, el animus es un psicopompo, un mediador entre lo consciente y lo inconsciente
y la personificación de este último.
El anima y el animus son los arquetipos a través de los cuales nos comunicamos con el
inconsciente colectivo en general y es importante llegar a contactar con él. Es también el
arquetipo responsable de nuestra vida amorosa: como sugiere un mito griego, -que llegó
a mí gracias a un sujeto llamado Taty quien respondía mails en la edición argentina del
manga I”S de Masakazu Katsura- estamos siempre buscando nuestra otra mitad; esa otra
mitad que los dioses nos quitaron, en los miembros del sexo opuesto. Cuando nos
enamoramos a primera vista, nos hemos topado con alguien con quien hemos podido
proyectar nuestro arquetipo anima o animus particularmente bien.
Jung distinguió cuatro etapas esenciales del desarrollo del anima y del animus.
Etapas del Anima: Eva, Helena, María y Sofía.
– Eva (La Madre): es un aspecto que deja al hombre reducido al papel de hijo, aniñado y
dependiente.
– Helena (La Mujer Seductora): Responde a la fantasía del ideal sexual. En su aspecto
negativo, es la imagen de La femme fatal, que seduce y atrapa (símbolo de la vagina
dentada)
– María (El Hada): Es la imagen de la mujer etérea, incorpórea e intangible; Es el ideal de
dulzura, belleza y suavidad, y está relacionado en el hombre a la irrupción de los mundos
emocionales; aspecto que suele aparecer en la crisis de la mediana edad, junto con la
necesidad de expresar facetas artísticas y una mayor sensibilidad.
– Sofía (La Sacerdotisa): Es la imagen relacionada al ser o guía interior y la búsqueda de
propósito y trascendencia.2
Etapas del Animus: Hércules, Apolo, Sacerdote, Hermes.
La primera etapa vendría representada como personificación del poder físico, el hombre
musculoso o el atleta. Su simbolismo recaería en Hércules.
En la segunda etapa el Animus posee iniciativa, es capaz de realizar actos premeditados,
existiendo un deseo de independencia y un desarrollo intelectual, económico y
profesional: Apolo.
Como tercera etapa se produce una transformación en la palabra, figurándose como
profesor o sacerdote.
Y finalmente, como última y más elevada manifestación se alcanzaría por parte del
Animus la encarnación del significado, constituyéndose en el mediador entre consciente
e inconsciente: Hermes.3
El Self
El self como hemos mencionado antes, es la totalidad, diríamos que el arquetipo mayor,
equivalente al nirvana budista. El Self representa la trascendencia de todos los opuestos,
de manera que cada aspecto de nuestra personalidad se exprese de forma equitativa. Por
tanto, no somos ni masculinos ni femeninos; somos ambos; lo mismo para el Yo y la
sombra, para el bien y el mal, para lo consciente y lo inconsciente, y también lo individual
y lo colectivo (la creación en su totalidad). Y por supuesto, si no hay opuestos, no hay
energía y dejamos de funcionar. Evidentemente, ya no necesitaríamos actuar.
Si intentamos alejarnos un poco de las consideraciones místicas, sería recomendable que
nos situáramos en una postura más centralista y equilibrada de nuestra psique. Cuando
somos jóvenes, nos inclinamos más hacia el ‘Yo’, así como en las trivialidades de la
persona. Cuando envejecemos, claro, si envejecemos ‘sabiamente’, nos dirigimos hacia
consideraciones más profundas sobre el self y nos acercamos más a la sociedad, la
comunidad, hacia la vida y hacia el mismo universo. La persona que llega al self no conoce
el ego.
Y ahora como bonus track, revisaremos el Arquetipo favorito de Jung:
El Mandala: representación de la armonía
perfecta de los opuestos, su integración
total en el psiquismo. Según Jung, el
presente y el futuro existen
simultáneamente y conforman una
totalidad. Esta totalidad seria la memoria
de la humanidad y el alma del universo,
una súper conciencia cósmica a la cual todo
está ligado.
Para Jung el Mandala expresa a la deidad
(dios) o al self (mandala no es lo mismo que
self, solo una representación), representa
el arquetipo del orden interior. Se
manifiesta en los sueños cuando hay la necesidad de orden en la vida, la búsqueda de un
centro que no es el ego, sino la totalidad, aquella totalidad llamada self. El ego es
simplemente una parte de la personalidad, en el centro del Mandala se representa la
personalidad completa. Jung lo consideraba el arquetipo principal.
La personalidad completa del ser no se trata de buscar la perfección, no, aquí se trata de
encontrar tu totalidad, asimilar tu divinidad, tu numinosidad. ¿Tú qué? ¡Numinosidad!,
sí, numinosidad, repítela hasta que pierda sentido. Es hermosa. Ah, esta palabrita, de las
favoritas de Jung y mías. Numinosidad viene de numen, palabra que tiene dos
significados:
1.- Numen: Deidad o divinidad que adoran los gentiles.
2.- Numen: Inspiración del artista. (Útil especialmente para quienes buscan el ‘masculino’
de musa)
La numinosidad, según Jung, es una cualidad esencial de los arquetipos; aquel carácter
sagrado que poseen, la fuerza, el reconocer en ellos una entidad real. Jung sobre esto,
muy poéticamente diría: “Para los alquimistas [los arquetipos] eran semillas de luz
transmitidas en el caos… el proyecto germinal de un mundo por venir… Uno tendría que
concluir a partir de estas visiones alquímicas que estos arquetipos tienen cierto
resplandor, o cuasi-conciencia, y esa numinosidad contiene luminosidad”
Es por esta numinosidad que Jung trata a los arquetipos y al inconsciente como un ente
propio, a pesar de carecer de forma en sí mismo, actúa como un agente organizador, o
un agente del caos, sobre las cosas que hacemos. Ej: Al principio, el bebé solo quiere algo
de comer, sin saber lo que quiere. Es decir, presenta un anhelo indefinido que, no
obstante, puede ser satisfecho por algunas cosas y no por otras. Más tarde, con la
experiencia, el bebé empieza a anhelar cosas más concretas cuando tiene hambre (un
biberón, una galleta, una langosta a la brasa, un pedazo de pizza de $2.50 con una salsa
verde indescifrable). La numinosidad los hace una deidad capaz de poseer y controlar a
su usuario. Pueden dejarte estancado en una sola historia y no avanzar jamás. Por esto
Jung aconseja conocer a tus complejos, confrontarlos, derrotarlos y avanzar.

El Camino del Héroe


Lista de Diferentes Arquetipos
Jung decía que no sirve de nada aprender de memoria una lista de arquetipos. Los
arquetipos son complejos de experiencia que llegan a nosotros como el destino y cuyos
efectos se sienten en lo más profundo de nuestras vidas. Esta lista no pretende ser
memorizadas, solo serán una guía de conocimiento. Además, los arquetipos se siguen
creando constantemente a partir de las experiencias de la humanidad, jamás habrá una
lista completa, empecemos por ésta que me ha agradado mucho por lo resumido de su
significado:
El héroe, que lleva a cabo una gran búsqueda para realizar su destino.
El yo, la personalidad esfuerzo hacia su completa realización.
La sombra, el remanente amoral de nuestro pasado animal instintivo.
La persona, la máscara y la pretensión es mostrar a otros.
El ánima y animus, nuestros roles femeninos y masculinos e insta.
La madre, principalmente en el sentido de nuestra necesidad de ella.
El padre, sobre todo una figura de autoridad suele inducir miedo.
El niño, nuestro principio inocente con todo nuestro potencial en frente de nosotros.
El sabio, o un hombre viejo y sabio, el que tiene el conocimiento profundo.
El dios, la imagen perfecta del Yo.
La diosa, la gran madre, o Madre Tierra.
El embaucador, un agente pícaro que nos empuja hacia el cambio.
El hermafrodita, la carpintería de los opuestos.
La bestia, una representación del pasado primitivo del hombre.
El chivo expiatorio, sufriendo los defectos de los demás.
El tonto, vagando en confusión y direcciones erróneas.
El artista, la visionaria e inspirada manera de acercarse a la verdad.
Mana y otros conceptos de energía espiritual.
El viaje, una representación del camino hacia la autorrealización.
La vida, la muerte y el renacimiento, la naturaleza cíclica de la existencia.
Luz y oscuridad, las imágenes de lo consciente y lo inconsciente.
El árbol, el crecimiento hacia la auto-realización.
El agua, el inconsciente y las emociones.
El asistente, conocedor de oculto y de la transformación necesaria.
Ahora que, si lo de ustedes es conocer el significado de los conceptos más
profundamente, pues también les tengo esta lista:
El arquetipo materno
Este arquetipo es particularmente útil como ejemplo. Todos nuestros ancestros tuvieron
madres. Hemos evolucionados en un ambiente que ha incluido una madre o un sustituto
de ella. Nunca hubiéramos sobrevivido sin la conexión con una persona cuidadora en
nuestros tiempos de infantes indefensos. Está claro que somos “construidos” de forma
que refleja nuestro ambiente evolutivo: venimos a este mundo, listos para desear una
madre, la buscamos, la reconocemos y lidiamos con ella.
Así, el arquetipo de madre es una habilidad propia constituida evolutivamente y dirigida
a reconocer una cierta relación, la de la “maternalidad”. Jung establece esto como algo
abstracto, y todos nosotros proyectamos el arquetipo a la generalidad del mundo y a
personas particulares, usualmente nuestras propias madres. Incluso cuando un arquetipo
no encuentra una persona real disponible, tendemos a personificarlo; esto es, lo
convertimos en un personaje mitológico “de cuentos de hadas”, por ejemplo. Este
personaje simboliza el arquetipo.
Este arquetipo está simbolizado por la madre primordial o “madre tierra” de la mitología;
por Eva y María en las tradiciones occidentales y por símbolos menos personalizados
como la iglesia, la nación, un bosque o el océano. De acuerdo con Jung, alguien a quien
su madre no ha satisfecho las demandas del arquetipo, se convertiría perfectamente en
una persona que lo busca a través de la iglesia o identificándose con la “tierra madre”, o
en la meditación sobre la figura de María o en una vida dedicada a la mar.
Maná
Debemos saber que estos arquetipos no son realmente cosas biológicas, como los
instintos de Freud. Son demandas más puntuales. Por ejemplo, si uno sueño con cosas
alargadas, Freud sugeriría que éstas representarían el falo y en consecuencia el sexo. Jung
propondría una interpretación muy distinta. Incluso, el soñar con el pene no
necesariamente implica una insatisfacción sexual.
Es llamativo que, en sociedades primitivas, los símbolos fálicos usualmente no se refieran
en absoluto al sexo. Usualmente simbolizan el maná, o poder espiritual. Esto símbolos se
exhiben cuando es necesario implorar a los espíritus para lograr una mejor cosecha del
maíz, o aumentar la pesca o para ayudar a alguien. La relación entre el pene y la fuerza,
entre el semen y la semilla, entre la fertilidad y la fertilización son parte de la mayoría de
las culturas.
Y más arquetipos
Jung decía que no existía un número fijo de arquetipos que pudiésemos listar o
memorizar. Se superponen y se combinan entre ellos según la necesidad y su lógica no
responde a los estándares lógicos que entendemos. Jung, sin embargo, definió algunos
otros:
Además de la madre, existen otros arquetipos familiares. Obviamente, existe un padre
que con frecuencia está simbolizado por una guía o una figura de autoridad. Existe
también el arquetipo de familia que representa la idea de la hermandad de sangre, así
como unos lazos más profundos que aquellos basados en razones conscientes.
También tenemos el de niño, representado en la mitología y en el arte por los niños, en
particular los infantes, así como por otras pequeñas criaturas. La celebración del niño
Jesús en las Navidades es una manifestación del arquetipo niño y representa el futuro, la
evolución, el renacimiento y la salvación. Curiosamente, la Navidad acontece durante el
solsticio de invierno, el cual representa el futuro y el renacimiento en las culturas
primitivas nórdicas. Estas personas encienden hogueras y realizan ceremonias alrededor
del fuego implorando la vuelta del sol. El arquetipo niño también con frecuencia se mezcla
con otros, formando el niño-dios o el niño-héroe.
Este es también un arquetipo animal y representa las relaciones humanas con el mundo
animal. Un buen ejemplo sería el del caballo fiel del héroe. Las serpientes también son
frecuentes arquetipos animales y creemos que son particularmente listas. Después de
todo, los animales están más cercanos a sus naturalezas que nosotros. Quizás, los
pequeños robots y la siempre disponible nave espacial (el Halcón) sean símbolos de
animales.
Y luego está el ilusionista, usualmente representado por un payaso o un mago. El papel
de éste es el de hacer las cosas más difíciles al héroe y crearle problemas. En la mitología
escandinava, muchas de las aventuras de los dioses se originaban en algún truco
demostrado a sus majestades por el medio-Dios Loki.
Existen otros arquetipos que son un poco más complicados de mencionar. Uno es el
hombre original, representado en las culturas occidentales por Adán. Otro es el arquetipo
Dios, el cual representa nuestra necesidad de comprender el Universo; que nos provee
de significado a todo lo que ocurre y que todo tiene un propósito y dirección.
El hermafrodita, tanto hombre como mujer, es una de las ideas más importantes de la
teoría junguiana y representa la unión de los opuestos. En algunos cuadros religiosos,
Jesucristo está representado más bien como un hombre afeminado. Así mismo, en China,
el carácter de Kuan Yin es de hecho un santo masculino (el bodhisattva Avalokiteshwara).
El arquetipo más importante es el de self (mantendremos aquí el término “self” que “sí
mismo”, por su aceptación literal en psicología de habla hispana. N.T.). El self es la unidad
última de la personalidad y está simbolizado por el círculo, la cruz y las figuras mandalas
que Jung halló en las pinturas. Un mandala es un dibujo que se usa en meditación y se
utiliza para desplazar el foco de atención hacia el centro de la imagen. Puede ser un trazo
tan simple como una figura geométrica o tan complicada como un vitral. La
personificación que mejor representa el self es Cristo y Buda; dos personas, por cierto,
que representan según muchos, el logro de la perfección. Pero Jung creía que la
perfección de la personalidad solamente se alcanza con la muerte.
El diablo o entes malignos con forma de serpiente. Definición: una imagen muy repetida
en las culturas ancestrales era mostrar a demonios con forma de serpientes, como la
serpiente emplumada azteca, su dios más poderoso o la serpiente marina mapuche, que
inundaba los campos. Explicación: la serpiente es un animal voraz, imponente y en
algunos casos, venenoso. Por ello, es normal que mucha gente les tema, pero aun en las
épocas antiguas donde la medicina no pudo curar las heridas de una serpiente venenosa.
Por eso las veían como un peligro.
El laberinto como el inconsciente Definición: la mayoría de las personas le da un sentido
muy profundo a los laberintos, como la vida o superar las dificultades. En la Edad Media,
eran símbolo del intelecto o de lo desconocido. Explicación: el ser humano no siempre
pudo orientarse, por lo que perderse en la noche, en un lugar con animales peligrosos, te
obligaba a tener valor e inteligencia. Para resolver un laberinto se necesita, además, ser
constante y tener fe. A veces es símbolo del destino (todos los caminos te llevan a la
misma salida)
Hermanos enemigos Definición: es normal que los hermanos se peleen, según las culturas
antiguas. Caín y Abel llegaron hasta la muerte. Rómulo mato a su hermano Remo pues
era competitivo, quería quedarse con Roma y estaba borracho. Explicación: hay
diferentes razones por las que los hermanos se peleen, pero las antiguas historias se
basan en lo mismo: competencia. Las personas comparan las cosas parecidas, en este
caso, dos hombres de la misma familia y siempre dicen “x podría ser como su hermano”
“x es más tonto que e otro” lo cual hace que los hermanos se sientan competiendo en
uno contra el otro.
La vida después de la muerte Definición: los cristianos, judíos y musulmanes creen en la
vida en otro mundo después de la muerte. Los budistas e hinduistas creen en la
reencarnación. ¿Por qué creencias tan diferentes creen en lo mismo? Explicación: por un
lado, existe la idea de que el tiempo es cíclico (circular) y por ende, no tiene fin. Otra
parte, es la idea de que los seres nunca mueren, pues dejan su cadáver para la vida de
otros (por ejemplo, las hormigas) o porque su recuerdo o su espirito vence lo material y
se queda para siempre.
Tabú y Tótem TABÚ: conducta, actividad o costumbre prohibida por una sociedad por una
razón no justificada o injustificable. Romper un tabú es considerado como una falta
imperdonable, por ejemplo: El incesto, la homosexualidad, los garabatos, el canibalismo,
comer carne, etc. TÓTEM: objeto, animal o ente sobrenatural que es un símbolo que
representa un valor, una cultura, un país, etc. Casi siempre toman forma física (collares,
estatuas) Ejemplos: Osos de madera como collares para los nativo americanos (símbolo
de poder y fuerza) ; la serpiente como tatuaje en los delincuentes (símbolo de odio hacia
la justicia) Muchos tabúes se convierten en tótems.

Carl Jung y el Tarot


Jung veía en el Tarot una plataforma rica en elementos arquetípticos, creía fielmente en
aquella teoría que dice que El Tarot es en realidad una fórmula alquímica encriptada. Veía
en el Tarot un método para develar el inconsciente y descubrir las pistas para llegar a la
individuación, al desarrollo del Self, esto se traduce en alquimia psíquica. La aparente
elección aleatoria de una carta no es más que la inevitable expresión del espacio-tiempo.
“En el Tarot tenemos la figura hermafrodita del diablo. Esta sería en la alquimia el oro. En
otras palabras, tal intento por unir los opuestos para la mentalidad cristiana aparece
como diabólico y prohibido, perteneciente a la magia negra”.
Jung, de alguna forma, descubrió “el tarot interno” con su teoría de los arquetipos.
Podemos decir que el tarot es un extracto del inconsciente colectivo en el cual
encontramos los arquetipos. Jung creía que el simbolismo contenido en el Tarot puede
ser de gran utilidad para los seguidores de la psicología analítica. Mediante el uso de una
selección de las cartas para crear una historia, los símbolos se pueden relacionar con el
problema que se discute.
Les comparto un extracto de una conferencia de Jung en 1933 (documentado en el libro
Visions: Notes of the Seminar given in 1930-1934 by C. G. Jung, Princeton University Pres
1997).
Estas cartas en realidad son el origen de nuestro conjunto de cartas, en las que el rojo y el
negro simbolizan los opuestos, y la división de 4 –tréboles, espadas [o picos], diamantes y
corazones—también pertenece al simbolismo de la individuación. Son imágenes
psicológicas, símbolos con los que uno juega, de la misma forma que el inconsciente
parece jugar con su contenido. Se combinan en cierta forma, y las diferentes
combinaciones corresponden al desarrollo lúdico de los eventos de la historia de la
humanidad. Las cartas originales de Tarot consisten de las cartas ordinarias, el rey, la
reina, el caballero, el as, etc., --solo que las figuras son un poco diferentes – además de
que existen 21 cartas que son símbolos, o cuadros de situaciones simbólicas. Por ejemplo,
el símbolo del sol, o el símbolo del colgado, o de la torre golpeada por un rayo, o de la
rueda de la fortuna, y así sucesivamente. Son una especie de ideas arquetípicas, de una
naturaleza diferenciada, que se mezclan con los constituyentes ordinarios del flujo del
inconsciente, y de esta forma es aplicable como un método intuitivo con la intención de
entender el flujo de la vida, posiblemente hasta predecir eventos futuros, siendo que todos
los eventos permiten una lectura de las condiciones del momento presente. En este
sentido son análogas al I Ching, el método de adivinación china que permite por lo menos
una lectura de la condición presente. En realidad, el hombre siempre siente la necesidad
de encontrar acceso a través del inconsciente al significado de su condición actual, porque
existe una correspondencia o similitud entre la condición que prevalece y la condición del
inconsciente colectivo.
Jung, a diferencia de Freud, no dejó atrás a las ahora llamadas pseudo ciencias como la
metafísica, la alquimia, y la astrología, sino que viendo el potencial de estas las incluyó en
sus teorías. Transmitió su conocimiento a sus discípulos, y existen varios que crearon
métodos para la utilización del Tarot en el psicoanálisis. Uno de esos discípulos fue Robert
Wang, quien en su libro El Tarot de Jung y sus imágenes arquetípicas incluyó “El Tarot de
Jung”, un hermoso juego de láminas diseñadas por él mismo, incluyendo y poniendo
énfasis en las enseñanzas de su maestro. Podemos identificar, sobre todo, el mencionado
arquetipo del Mandala, el favorito de Jung. El objetivo de Wang era mostrar los
paralelismos entre la filosofía de Jung y la Kábala Hermética, un sistema que ha sido
esencial a la mística occidental desde el Renacimiento italiano que Wang exploró luego
en profundidad en el Tarot Qabbalistic. Pero esa es otra historia, ahora regocije su vista
con el diseño de las cartas:
Para entender cómo Jung veía en el tarot una forma de análisis, primero tenemos que
tener noticia del Principio de Sincronicidad:
Jung llamó sincronicidad a las coincidencias significativas. Con este término él designa los
eventos relacionados por una significación, y no por una relación de causa a efecto. Utilizó
por primera vez este concepto en 1920.
Como ya he mencionado con anterioridad, Jung postula la existencia de un conocimiento
absoluto constituido por un inconsciente colectivo compuesto de arquetipos. La
sincronicidad sería, a partir de ese postulado, una resonancia entre la psique individual y
los arquetipos. Para Jung, una sincronicidad ocurre cuando nuestra mente se focaliza y
concentra en una imagen arquetípica del mundo exterior que, como un espejo, nos
retorna una especie de reflejo de nuestras preocupaciones, bajo la forma de un evento
marcado por ciertos símbolos de manera que podamos utilizarlos. Nos enfrentamos a un
“azar” significativo y creador. Así, es posible e incluso probable que la materia y la psique
sean dos aspectos diferentes de una sola y misma cosa.
El Tarot devela, precisamente, estos arquetipos que están influyendo sobre tu vida y
forman parte de ti, ya decía Jung que solo conociendo tus arquetipos internos podrás
encontrar a tu verdadero yo. Los arquetipos representarían en este caso represiones o
angustias, importante identificarlas y superarlas para no caer en ningún proceso
neurótico.
Yo siempre he sido de aquellos que rechaza la terapia psicológica convencional, y hasta
algunas terapias “avant-garde”, y demás, en mi infancia acudí a varios “especialistas” que
jamás lograron resolver o si quiera identificar el problema que me preocupaba, incluso
era fácil engañarlos, crear un dilema acompañarlo de síntomas y así darme cuenta que
todo era una farsa, me decían lo que yo quería escuchar mediante las pistas que yo les
daba intencionalmente. Recuerdo hasta un caso en que tuve que servir como terapeuta
de una de mis analistas. Me di cuenta que el mejor terapeuta era yo, y nadie más que yo,
fue prodigioso darme cuenta a tan corta edad que las respuestas se encuentran en mí,
solo hay que saber escucharse e intentar comprenderlas.
Es por esto que me sentí identificado con los métodos de Jung, hay que ver el trasfondo
de aquello, ellos te incitan a tu autoanálisis, aquel es el punto clave, debemos dar gracias
que Jung estaba influido por la cultura oriental, el zen, budismo, y más, por lo tanto, estos
métodos parten de la ausencia del ego. Me explico; el gran problema de los psicólogos
convencionales es creer que, fundamentados en su ego, tienen un poder cuasi
omnipotente para resolver tus problemas, te hacen creer que la solución está en ti, pero
no hacen nada para guiarte hacia ella, es un eterno escuchar lo que quieres, respuestas
que tú ya sabes, y pagas por llegar a respuestas que tú ya sabes, ¿acaso hay algo más
absurdo?
Aplicar los métodos de Jung y sus diversas influencias como el Tarot, es intentar conocerte
a ti mismo y saber que la solución a la mayoría de dilemas están dentro de ti. Lo más
correcto sería llamarlos métodos de introspección. Un viaje en la búsqueda de tu
verdadero ser. Puede sonar a aquellos patéticos libritos de auto-ayuda, pero aquel es el
punto. Al principio te será muy difícil, hay personas que no aceptan que la cura y solución
son ellos, un problema de autoestima quizá, siempre necesitan la opinión de alguien más
para aceptar algo que ellos siempre han sabido, y por supuesto, tampoco con esto te
quiero decir que está mal buscar ayuda profesional, no, no, simplemente te animo a
intentar hallar las respuestas en ti y no en alguien más.
Que los métodos de Jung funcionaran siempre ha sido tela de discusión, con el paso del
tiempo la figura de Jung se ha convertido más en un icono pop que en un representante
del psicoanálisis, sus teorías han sido tomadas más bien como teorías filosóficas.
Lamentablemente ha sido desacreditado y subestimado en los círculos de psicoanalistas.
Sin embargo, existen muchos psicoanalistas que aplican los métodos de Jung con
resultados muy positivos, el método Jung no es el más popular, y su éxito a la hora de
psicoanalizar depende mucho del terapeuta, y por supuesto, también del paciente; habrá
muchos pacientes a quienes le parezca una completa estupidez el analizar los sueños y
buscar un guía simbólica en el tarot, mientras que para otros será precisamente el
método que estaban buscando y el que los ayudará en sus problemas.
Para aplicar los métodos de Jung es necesario no tomar toda su enseñanza al pie de la
letra, he aquí el gran problema de la humanidad, es muy dogmática, la maldición de
tomarse todo al pie de la letra, teme a cambiar lo establecido, algo contra lo que Jung
luchó. He conocido y leído testimonios de psiquiatras y psicólogos jungnísticos que
aplican las teorías de Jung sin aportar nada nuevo a ellas, otro craso error, craso error;
muchos pacientes, sobre todo en estos tiempos de hiper-racionalidad, tanto así que,
hasta raya en una nueva forma de absurdo, -es una forma nueva forma de absurdo-
No hay método infalible, incluso varios de los métodos de Freud han caído en desuso, los
neo-freudianos afrontan varias críticas, pienso que el psicoanálisis como tal es un fracaso
y los psicólogos son una especie en extinción, en un futuro no muy lejano nos daremos
cuenta de nuestras propias capacidades a la hora de resolver problemas.
Listo, atento que seré muy repetitivo en esta parte, leerás las palabras sincronicidad,
arcanos, mayores, e inconsciente muchas veces. Esta sección iba a formar parte de un
gran, gran, pero gran post sobre el origen y las diversas aplicaciones del Tarot en el
psicoanálisis, pero, qué tal si intento resumirlo y compartir una parte de lo que sería
aquello.
El Tarot en el Psicoanálisis
Siempre he sido un fiel creyente de la astrología y la metafísica. Creo en los signos del
zodiaco, mas no en el horóscopo, y espero concluir un pequeño ensayo sobre la psicología
de los signos zodiacales. Desde pequeño me llamó la atención todos los tipos de mancias,
mas al Tarot siempre lo observaba desde lejos, hasta le temía, toda persona que me decía
que aquello era brujería, que a ‘dios’ no le gusta eso y es mejor alejarme de aquello si es
que quiero llegar al cielo. Crecer en un ambiente religioso en verdad te deforma la mente,
qué habría sido de mí sin la televisión y los Caballeros del Zodiaco, ah, no, ni imaginarlo,
estaría en algún seminario quizá.
Sigamos. Al pasar unos años volvió a llamar mi atención, ahora estaba rodeado de
personas que me decían que aquello era ridículo, el tarot es un tipo de magia en el que
solo creen los supersticiosos y débiles intelectuales. Pero al fin, me liberé de aquellas
opiniones absurdas e ingresé en el mundo del Tarot. Es todo un viaje por el mundo de los
conocimientos ancestrales, un viaje que según veo, no va ni por la mitad, pero bueno,
iniciemos.
¿Acaso tengo que contarles la historia del Tarot? No, no, por favor, no. La historia y las
teorías de sus orígenes nos llevarían unos miles de páginas más y nos desviaría del punto
jungnístico psicoanalítico, así que solo les diré que el Tarot es un mazo de cartas que
empezó como un grupo de cartas para fines educativos y didácticos, luego usadas para el
juego, y posteriormente para la adivinación. Consta de 78 cartas: 22 arcanos mayores y
56 arcanos menores. Sus orígenes se remontan a la Edad Media, aunque otros dicen que
viene de mucho más atrás; se dice que el tarot es un sistema simbólico y hasta críptico, y
que los 22 arcanos mayores ocultan una fórmula alquímica, y hasta los secretos del
antiguo Egipto. Muchas teorías muy bonitas e interesantes que trataremos en otra
ocasión.
Ahora bien, en el Tarot Jung veía la evolución de los arquetipos, todos empezamos como
un niño (El Loco) y tenemos que evolucionar, pasando por todos los estados de
consciencia hasta llegar a la plenitud (El Mundo).
Esa teoría de Jung, su forma de usarlo junto con los sueños para determinar el estado del
paciente, me ha inspirado a crear esta teoría basada en el tarot jungniano, y también en
la forma convencional de lectura del tarot.
Se puede aprender a utilizar el Tarot para descubrir las claves de nuestro inconsciente.
Aplicando el principio de Sincronicidad, las teorías de los arquetipos y los sueños,
podemos ver que se puede aplicar al Tarot en la psicoterapia. ¿Cómo funciona? Pues bien,
puede aplicar este sencillo ejercicio para ir iniciándose: Si tiene un mazo de tarot en la
mano, seleccione los 22 arcanos mayores (las cartas numeradas) y empiece a barajarlos,
no es necesario que piense en nada, baraje, baraje, alguna carta debe sobresalir, saltar,
o caerse, mientras usted baraja, si no es así, deténgase luego de algunos minutos de haber
estado barajando y saque una carta, la que usted quiera. Ahora bien, puede consultar el
significado de su carta aquí. Cada arcano representa un diferente arquetipo, y por lo tanto
una experiencia, momento, o persona, con la que te puedas identificar. Por ejemplo,
supongamos que la carta que te salió es El Colgado, -esta carta simboliza la transición y el
auto-sacrificio para lograr un cambio de vida o ideas. Sacrificar lo que estorba en tu vida
y no te deja avanzar. Este es el mensaje de tu inconsciente: no estancarse y avanzar.
Tómalo como coincidencia, pura casualidad, causalidad, o como quieras. Sin darte cuenta
tu inconsciente te ha hablado.
Los arcanos mayores y sus arquetipos representan proyecciones de nuestro inconsciente,
al aplicarlo en nosotros u otras personas
En términos alquímicos lo que buscamos es mezclar el oro del psicoanálisis con el plomo
de otras técnicas; para iniciar debes tener un cierto nivel de respeto por las cartas, para
una mejor experiencia lectora te recomiendo leer muchísimos libros, no solo de tarot,
sino de psicología, y textos que traten sobre el significado simbolista de los sueños. El
estudio del simbolismo es importante sobremanera, también agregarle a esto nuestra
experiencia ‘vivencial’ de las cartas a través de ejercicios que comprenden la imaginación
activa, puedes lograr esto dibujando las cartas del Tarot, los arcanos mayores, y
pintándolas o adicionándoles elementos según tu gusto. Algo parecido a dibujar
Mandalas, es un ejercicio excelente, de esta manera el Tarot y tu aproximación a él se
convertirá en una experiencia transformadora y enriquecedora, se te abrirán nuevos
mundos, crearás universos.
Cualquier persona puede leer El Tarot, no creas aquellas falacias de charlatanes que te
dicen que debes poseer un don o un nivel de consciencia superior, hay diferentes rituales
y métodos de preparación que puedes checar en la web o en tu librería esotérica más
cercana, pero lo único que necesitas es curiosidad y ansia de conocimiento.
Te enseñaré solo dos tiradas de cartas del Tarot, muy básicas, pero las más factibles para
el psicoanálisis, debido a su efectividad por el mencionado Principio de Sincronicidad y la
Teoría de Asociación. Existen miles de tipos de tiradas y miles de interpretaciones
dependiendo de cada persona, hasta tú podrás inventar la tuya según vayas practicando
y dándote cuenta cuál te funciona mejor.
1.- Tirada de una sola carta: Puedes usarla contigo u otras personas. Aplica el ejemplo
que ya te mostré anteriormente; baraja el mazo de cartas hasta que una carta salte, y en
caso de no hacerlo baraja por unos minutos y extrae una carta. Puedes hacerlo pensando
en una pregunta, persona situación o problema concreto, o no.
2.- Tirada de 3 cartas: La tirada de tono más esotérico pero que he comprobado funciona
en la mayoría, por no decir en todos los casos donde la he probado. En esta tirada, luego
de barajar el mazo de cartas siguiendo el mismo procedimiento de la tirada anterior,
extraerás 3 cartas, cada carta representará algo; la carta de la izquierda tu pasado, la carta
del centro tu presente; situación o problema que quieres resolver, y la carta de la derecha
tu futuro; posible guía o solución a tu problema.
Simplemente deja que todo fluya, no te estreses ni te esfuerces en lograr una lectura
perfecta. Al principio practica estas lecturas solo con las personas que te nazca leérselas,
esto significa que aquella persona está lista para ello y se creado un vínculo inconsciente
entre ustedes, así la lectura será más precisa.
Luego, como tomemos la lectura y en qué desencadenarán los eventos mencionados,
dependerán completamente de nuestra actuación. Toma las pistas e intenta
comprenderlo para actuar según el problema o dilema. El Tarot y sus Arquetipos nos
ayudan a entenderlo y transformar estos problemas en una oportunidad para
desarrollarnos, tal como decía Jung, repito nuevamente, conociendo y descifrando
nuestros arquetipos encontraremos la oportunidad para evolucionar y encontrar nuestra
totalidad, y así llegar a nuestro ‘yo’ original. El Tarot nos ayuda a darnos cuenta de las
trabas que nos impiden llegar a él.
¿Podemos usarlo para ver el futuro como tal? Bueno, es algo muy difícil, lo que el Tarot
puede hacer es darnos ciertos indicios de lo que se vendrá, pero hey, hasta el mismo Jung
dijo alguna vez “Podemos predecir el futuro cuando sabemos cómo ha evolucionado del
pasado el momento presente”, así que no pierdas las esperanzas.
Aparte del futuro, y volviendo al psicoanálisis, con práctica y alimentando tu
conocimiento, podrás llegar a un nivel en el que puedas aplicar una regresión psicológica
hacia períodos fetales e intentar descubrir el origen de determinados problemas. Con
esto puedes revivir y resolver recuerdos encubridores, conflictos, represión, sustitución
transaccional, entre otros dilemas que no te dejan avanzar.
También descifrar los sueños, ah los sueños, es una pena que en esta ocasión no puedo
explayarme por completo sobre esto y todas las teorías de Jung sobre ellos. Revisando el
texto me doy cuenta que la palabra que más se repite es, precisamente, sueños. No voy
a explayarme sobre ellos, pero tengo una teoría: no todos los sueños son iguales ni todos
pueden ser interpretados psicológicamente, parece algo obvio, es verdad, pero hay que
recalcarlo.
Algunos sueños son simplemente manifestaciones de tus deseos o remembranzas de las
experiencias del día, en estos casos no hay que buscarle aquel significado misterioso,
lamentablemente la mayoría de mis sueños son de este tipo. Sin embargo, existen
muchas otras personas que tienen sueños al estilo de Jung, estilo de visiones y hasta
premoniciones, mi hermana menor es una de aquellas, me fascina escuchar sus sueños,
todos parecen un cuento de hadas psicodélico, son estos tipos de sueños, especialmente,
a los que se les puede aplicar la metodología de Jung e intentar descifrarlos.
Pero bueno, retomemos: las cartas del Tarot actúan como las imágenes del sueño:
tendencias elaboradas de búsqueda.
Con la lectura puedes sugestionar, y programar psíquicamente a tu paciente, hasta llegar
a una suerte de hipnosis. Ten mucho cuidado con esto, puedes sugestionarlo para que se
proyecte positivamente y llevar al éxito al individuo, o exterminarlo por completo.
También se aplica a la lectura final de los resultados, hay que estar atento a la forma en
cómo te expresas.
Se puede hacer mucho a través del Tarot en favor del psicoanálisis, de la terapia de la
salud psíquica en general en todos sus sentidos, lamentablemente, al no ser un método
convencional, no es aceptado, lo único que nos queda es incrementar conocimientos cada
día, elevar nuestro saber, empezar a aplicar el Tarot e ir descubriendo nuevas teorías.
En cuanto a otras formas de aplicarlas siempre me ha venido a la mente algo similar al
Test de Rorschach; donde al sujeto se le presenta una serie de manchas ambiguas y se le
pregunta qué ve en ellas. Lo mismo podemos hacer con las cartas del Tarot, cada persona
tiene su diferente percepción y visión de las cosas, proponerle interpretar las cartas a su
manera pueden revelar muchos elementos de su inconsciente. También para nuestros
amigos Freudianos, por qué no, podemos vincular a las diversas lecturas del Tarot con el
Método de Asociación Libre.

Los Arcanos Mayores


Los Arcanos Mayores son las primeras 22 cartas de una baraja de Tarot son tarjetas con
dibujos de imágenes tales como los amantes, la fuerza, la muerte, el ermitaño, etc. La
palabra ‘arcano’ viene del griego ‘arcanus’ que significa: secreto, oculto, misterio.
Los arcanos mayores se consideran la parte primordial de una baraja de Tarot. Se dice
que la baraja, en sus orígenes, solo constaba de estas 22 cartas y con el pasar del tiempo
se le fue añadiendo más cartas. Es por esto que se les llama Mayores, además son estas
cartas las que incluyen a los arquetipos en su máxima expresión.
¿Por qué usar Los Arcanos Mayores y no los Menores? Bueno, puedes usar los dos, es
más, a mí me encanta incluir en las interpretaciones a los Arcanos Menores, pero para
iniciar es bueno hacerlo solo con los Mayores.
Como he mencionado durante la lectura, estas cartas están generalmente relacionadas
con una situación o persona en la vida del lector.
La carta de la emperatriz, por ejemplo, es representativa de la fertilidad y la naturaleza,
esto podría estar relacionado con la figura de la madre o indicar que alguien (o ciertos
aspectos de la vida, como una parte creativa) se debe cuidar.
He reinterpretado el significado de las cartas de los 22 Arcanos Mayores, basado en su
significado convencional, ancestral, y también basado en las diferentes lecturas que me
han dado cuando lo he usado conmigo y demás personas.
Tal como Jung, pienso que las cartas en sí poseen su ying y yang, por ello no mencionaré
la lectura de la carta en posición invertida. La interpretación de las cartas es subjetiva, yo
solo te daré una guía, muy corta, y tú sabrás cómo respectiva carta se aplica a tu situación.
No soy un tarotista profesional, ni amateur se me debería considerar, peor un
psicoanalista, solo un principiante entusiasta de estas dos ‘ciencias’ que quiere compartir
su exiguo conocimiento con ustedes. Así que, a por ello.
En las 22 de los Arcanos Mayores muchas se las puede identificar inmediatamente con
los arquetipos de Jung.
La siguiente es una lista de los arquetipos e interpretaciones que se pueden aplicar al
Tarot. Puedes interpretarlas individualmente o en grupo. Recuerda que cada persona
puede interpretarlos a su manera, siempre conservando la ‘esencia’ de la carta, que es a
lo que me referiré a continuación.
La versión de Tarot que usaré para ilustraros es el ‘Tarot Hermético’, hermosas
ilustraciones hechas en blanco y negro obra de Godfrey Dowson, basado en el Tarot de
S.L. MacGregor Mathers, miembro de la Orden de la Golden Dawn.
En este tarot se incluyen elementos astrológicos, alquímicos, sephiroticos, angelicales,
geománticos, atribuciones y composición numérica de cada carta.
El Loco

El loco es la caracterización de Carpe Diem (vive el


momento) por excelencia, representa aquel deseo
de abandonarlo todo y lanzarse a la aventura, aquel
deseo de libertad que tiene que ir acompañado por
la confianza en sí mismo y un fuerte poder de
decisión para no perderse en el camino.
Simbolismo: La inocencia y asombro.
Arquetipo: El niño.

El Mago

El mago representa la sabiduría, perspicacia,


astucia y creatividad necesarias para afrontar una
determinada situación o persona.
Simbolismo: La magia y el poder.
Arquetipo: El burlador.
La Sacerdotisa

Representa el anima, tu parte femenina en acción,


un llamado a usar todo tu instinto e intuición.
Simbolismo: Intuición

Arquetipo: El Anima – el elemento inconsciente


femenino en la mente masculina.

La Emperatriz

Representa la abundancia y fecundidad tanto en


lo material y espiritual producto de acciones
inteligentes.
Simbolismo: La naturaleza y la fertilidad.

Arquetipo: La madre.
El Emperador

Representa la energía masculina, la madurez


mental y la fuerza, y la perseverancia para alcanzar
los objetivos.
Simbolismo: La autoridad y el poder masculino.

Arquetipo: El Padre y el héroe.

El Sumo Sacerdote

Representa aquel ser conectado con lo material y


espiritual. Sabias decisiones o la búsqueda de un
maestro o consejo.
Simbolismo: Orientación o un maestro.

Arquetipo: El Viejo Sabio.


Los Amantes

Representación del dilema, la necesidad de elegir


entre dos o más situaciones o personas, nos
aconseja inclinarnos por aquella que el corazón nos
dicta. Hay un verso del Popol-Vuh que lo expresa
sublimemente: ‘Cuando tengas que elegir entre dos
caminos, pregúntate cuál de ellos tiene corazón.
Quien elige el camino del corazón no se equivoca
nunca.’
Simbolismo: El amor y la unión de los opuestos.
Arquetipos: El alma o bien conjuntamente el Anima
y Animus (lo contrario de la Anima, el elemento
masculino de lo femenino).

El Carro

El Carro representa el éxito y la conquista de una


meta, también indica que el camino o decisión que
has escogido es la correcta.
Simbolismo: El trabajo duro y la victoria.

Arquetipo: El guerrero.
La Justicia

Esta carta nos invita a la reflexión a la hora de tomar


una decisión, analizar lo positivo y negativo de la
situación para escoger el camino que mejor nos
convenga.
Simbolismo: El equilibrio y la justicia.

Arquetipo: Justicia.

El Ermitaño

Representa el aislamiento para alcanzar la


sabiduría, nos invita a la introspección y buscar la
respuesta en nuestro interior.
Simbolismo: La sabiduría
Arquetipo: Viejo sabio
La Rueda de la Fortuna

Representa acontecimientos inesperados, un golpe


de buena o mala suerte, el cambio y la
espontaneidad.
Simbolismo: el cambio, se mueve en círculos.

Arquetipo: la suerte y el destino.

La Fuerza

La fuerza es la carta que nos llama al control para


afrontar una determinada situación, dominio,
fuerza, y voluntad.
Simbolismo: Determinación.

Arquetipo: Resistencia.
El Colgado

Como ya he indicado con anterioridad, el Colgado


representa el auto-sacrificio y la transición de un
ciclo a otro.
Simbolismo: el sacrificio necesario.

Arquetipo: Sacrificio.

La Muerte

La muerte, al contrario de lo que se podría pensar,


representa el cambio, la transformación, el fin de
algo y el inicio de algo más.
Simbolismo: El cambio, de transición.

Arquetipo: Renacimiento
La Templanza

Representa la calma y la tolerancia a las


circunstancias venideras.
Simbolismo: Moderación.

Arquetipo: La unión de los opuestos.

El Diablo

Representación del lado más mundano, los


instintos básicos y vicios humanos: lascivia,
egoísmo, avaricia. Es un llamado a detenernos y
mirar a nuestro alrededor, alejarnos de nuestra
actitud negativa y de lo material.
Simbolismo: El ser atrapado.

Arquetipo: El burlador, o energía sexual.


La Torre

Representa castigo, pérdidas, y cambios repentinos


negativos provocados por la ambición, es un
llamado a tener cuidado con la ambición
desmedida.
Simbolismo: El caos, el cambio no deseado.

Arquetipo: el Caos.

La Estrella

Representa la fe, la esperanza y el progreso.


Aspectos positivos en todo nivel.
Simbolismo: La esperanza y el espíritu.

Arquetipo: La Estrella.
La Luna

La luna es una nueva representación de nuestro


lado oscuro, y el temor a lo desconocido. Nos
advierte de posibles engaños y relaciones mal
encaminadas. Un llamado a despertar de aquellas
ilusiones y sueños que no nos convienen.
Simbolismo: Emociones.

Arquetipo: La Luna – vinculados con los sueños.

El Sol

Representa felicidad, alegría, éxito, nuevos


comienzos positivos en todo sentido.
Simbolismo: Alegría.

Arquetipo: el sol.
El Juicio

Esta carta es un llamado a la reflexión, a hacer un


balance de nuestra vida e identificar los aspectos
que nos impiden la evolución. Representa el fin de
una era negativa y un último paso para alcanzar la
meta propuesta.
Simbolismo: Sentencia y finalización.

Arquetipo: Evaluación y recompensa.

El Mundo

Mi carta favorita en todo el Tarot. Representa la


armonía y estabilidad entre el lado espiritual y el
terrenal, la plenitud absoluta. La carta de la victoria
sobre todos los dilemas y problemas.
Simbolismo: El cumplimiento.

Arquetipo: La satisfacción, la plenitud.


Il Piccolo Epílogo
Muy bien, nuestro viaje está llegando a su final, espero lo expuesto aquí te llegue a servir
alguna vez, o por lo menos tendrás unos datos más a tus conocimientos de cultura
general, y uno que otro datillo para entretener a tu familia y amigos.
Recuerda: jamás aceptes algo como una verdad entera o deseches alguna teoría por
considerarla absurda, recuerda que por miles de años se pensó que la tierra era cuadrada,
hoy el conocimiento que se podría considerar absurdo, en unos años podría convertirse
en ciencia y ser la verdad que estamos buscando.

Вам также может понравиться