Вы находитесь на странице: 1из 2

En el capítulo IV los autores van a analizar el desarrollo económico argentino durante el periodo 1958-

1963, al que denominaron impulso desarrollista. Esta estrategia fue desplegada durante el gobierno de
Frondizi y el punto central de la misma era la penetración de ideas vinculadas a la teoría de
dependencia.

Frente a los diagnósticos negativos emitidos por la CEPAL se orientan las decisiones a fomentar las
industrias de base, para eso se prioriza la producción de gas y petróleo para ahorrar divisas y se
estimulan las industrias química y petroquímica. En segundo lugar se tiene en cuenta el desarrollo
siderúrgico como otro eslabón necesario para cumplir con estos objetivos. En este proyecto la actividad
agropecuaria quedaba fuera de las prioridades del gobierno, que apuntaba, más que nada, a la creación
de nuevos centro de producción y consumo dentro del país. En este plan la Patagonia tenía un papel
destacado, por lo que se estimuló la construcción de una amplia red de rutas.

Para poder llevar a cabo estas innovaciones era necesaria una gran cantidad de capitales foráneos, por lo
que va a ser sancionada la ley de inversiones extranjeras, que tenia como objetivo facilitar la afluencia de
capitales extranjeros en el país.

Lo que los autores sostienen es que este plan va acontar con un obstáculo político y es la necesidad de
contentar al electorado peronista del cual Frondizi se había valido para llegar al poder. Por este motivo
decide implementar algunas políticas beneficiarias para este sector, siendo la mas importante un
aumento salarial del 60%, sin embargo esta necesidad no coincidía con el momento económico por lo
que este aumento salarial antes que beneficiar a los trabajadores generó un grave déficit que se intentó
controlar a través de la emisión monetaria.

Esto generó aun más inflación que trabó el proyecto anterior ya que el ambiente no propiciaba las
necesitadas inversiones extranjeras, lo que llevó al achicamiento del estado por un lado, a la gestión de
préstamos del FMI y otros organismos internacionales, restricciones al sector agropecuario y a nuevos
impuestos por el otro.

El capítulo VII estudia el periodo 1963-1973 al que denominaron la “primavera económica”. Durante este
transcurre la presidencia de Illia, quien llega al poder en un periodo de profunda recesión por lo que su
objetivo principal va a ser la reactivación de la economía nacional. Alcanzar el equilibrio fiscal o
estabilizar el precio real de los salarios van a ser objetivos secundarios y que se subsumen frente al
primero.

Para lograr este objetivo utilizo instrumentos macroeconómicos a corto plazo co un claro corte
keynesiano. Sus métodos llevaron a un aumento del PBI y a una recuperación de la economía, por lo que
los autores coinciden en que fueron las condiciones políticas de la época las que llevaron a su
derrocamiento y no la coyuntura económica.

Con la “revolución argentina” los objetivos en el plano económico no estaban del todo claros, aunque se
apuntaba a una modernización y eficiencia como pilares para el desarrollo. Para los autores este decenio
no fue una “década perdida” sino de recuperación, tanto por el aumento de la producción generada por
la introducción de nuevas tecnologías, que llevaron a un aumento de las exportaciones, como por la
superación del déficit comercial, sin embargo este nuevo gobierno tampoco pudo solucionar los
problemas de fondo de las décadas anteriores, principalmente la cuestión de la inflación.

Вам также может понравиться