De lo análogo a lo digital en la fotografía: Revisión

bibliográfica y conceptual frente a su práctica, su función y

su evolución tecnológica
From analog to digital in photography: Bibliographic
and conceptual review about its practice, its role and its
technological evolution
Rafael Ángel Bravo

Grupo de Investigación Visualizar,

Corporación Universitaria Autónoma de Nariño “AUNAR”. Cali, Colombia.

Resumen
Debido sus avances tecnológicos en cuanto a equipos y procesos, la fotografía ha sufrido
significativos cambios, desde su ejecución y reproducción hasta su función, caracterización,
semántica y procesos de formación; en el arte y la comunicación, nuevas técnicas desplazan
a las anteriores o las llevan a reinventarse para permanecer vigentes y así encontrar un nuevo
lugar en la sociedad, llevando a una redefinición de algunos conceptos, a nuevas visiones
y expectativas frente a esta disciplina, dando lugar a renovadas concepciones, mientras
algunos planteamientos esenciales y sus principios fundamentales se conservan en el tiempo.
Definiciones establecidas por la RAE, como algunos diccionarios y enciclopedias, han
repensado sus puntos de vista frente a la fotografía como práctica social, como objeto o
como proceso de creación artística, a partir de la transición del proceso químico, propio de la
producción análoga, a los procesos digitales que predominan en la actualidad; por otro lado,
autores como Barthes (1986) o Sontag (2005) han interpretado la fotografía más allá de sus
técnicas, analizando sus objetivos y su función, sea como expresión artística, como práctica
social o herramienta de registro de la realidad. Recopilando y confrontando planteamientos
y definiciones de distintos autores, artistas y otras fuentes, este artículo tiene como objetivo
realizar una revisión bibliográfica y conceptual frente a la evolución de la fotografía desde lo
semántico y lo conceptual, al redefinirse su significado, sus valores y su papel en la sociedad,
desde sus inicios en el siglo XIX hasta la era digital en el siglo XXI.

Palabras clave: Fotografía, fotografía análoga, fotografía digital, tecnología, etimología,

semántica.

Recibido: 16 de agosto 2018, revisión aceptada 1 de octubre 2018

1
Correspondiente al autor: rafael.angel@aunarcali.edu.co

160 5(3):160-173. 2018 Ciencia y Tecnología al servicio del pueblo

Abstract
Due to the technological advances regarding equipment and processes, photography
has suffered significant changes, from its execution and reproduction to its function,
characterization, semantics and teaching processes; regarding arts and communications, new
techniques displace the previous ones, new media replace the already existing or force them
to renew and reinvent themselves to preserve their validity and find a new place in society,
leading to a redefinition of some concepts, new visions and expectations for this discipline,
generating renewed conceptions, while some essential definitions and its fundamental
principles remain through time. Definitions proposed by the RAE, like some dictionaries
and encyclopedias, have rethought their points of view, regarding photography as a social
practice, as an object or just a product of artistic creation, based on the transition from
the chemical processes, inherent to the analogical production, to the digital processes,
dominating its current form; simultaneously, authors like Barthes (1986) or Sontag (2005)
have comprehended photography beyond its technics, analyzing its objectives and function,
as an artistic expression, as a social practice or as a reality registering tool. Compiling and
confronting concepts and definitions by different authors, artists and other sources, this
paper is intended to make a conceptual and bibliographic review about the evolution of
photography from a semantic and conceptual point of view, while redefining its meaning, its
values and its role in society, from its early days on the 19th century to the digital era, in the
21th century.

Key words: Photography, analogic photography, digital photography, technology, etymology,
semantics.

Introducción la avanzada tecnología en cámaras digitales,

¿Cómo ha evolucionado el concepto
y las diversas perspectivas semánticas
en relación a la fotografía, frente a su
transición de lo análogo a lo digital?
Etimológicamente, como lo explican
Fontcuberta y Costa (1988), el término
“fotografía” se deriva de las raíces griegas
Phos (luz) y Graphein (trazo), por lo cual,
puede ser definido como “dibujar con
luz”, igualmente el autor describe la luz
como la acción física que se ejerce sobre
superficies fotosensibles, convenientemente
preparadas. Desde la invención de la
cámara oscura en el siglo X y a través de
sus diferentes etapas e innovaciones, hasta
los principios fundamentales no han
variado considerablemente, puesto que sin
importar el tipo de cámara, su estructura
o características técnicas, la esencia de esta
práctica es capturar en imágenes los diversos
elementos que nos rodean, con el fin de
plasmar las diferentes formas y colores, a
través de la luz que se mueve en el espacio.
De acuerdo al planteamiento de Weston
(2009) la luz es el elemento fundamental e
infaltable de la fotografía, “…la herramienta
básica del fotógrafo”, “…la luz es todo
aquello que vemos y todo aquello que
registra la cámara…” (p.13). De acuerdo al
autor existe una diferencia entre lo que el ojo
percibe y lo que la cámara pueda capturar,

ARTÍCULO DE REVISIÓN · De lo análogo a lo digital en la fotografía: Revisión bibliográfica

y conceptual frente a su práctica, su función y su evolución tecnológica
Ciencia y Tecnología al servicio del pueblo 5(3):160-173. 2018 161
 por lo cual el mensaje que se comunique
a través de la imagen estará determinado
por la interpretación y la intervención del
fotógrafo, utilizando así la luz como medio
de creación y expresión.
El siguiente artículo de revisión busca
entender desde diversas perspectivas, la
transformación y la revaluación de la
fotografía como concepto, como disciplina y
como técnica de creación, desde su semántica
y su caracterización, a partir de un conjunto
de aproximaciones conceptuales y autores a
través de la historia. Tomando como base el
modelo establecido por Torres Valdivieso y
Mejía Villa (2006), en el cual se exponen y
contraponen diferentes definiciones a partir
de fuentes diversas frente a un concepto
general, se lleva a cabo una revisión de
diversas visiones e interpretaciones que frente
a la fotografía se proponen, para comprender
su significado, sus valores, su función y
su lugar en la sociedad, especialmente
desde su aplicación como herramienta de
representación de la realidad, proponiendo
así una reflexión en relación con los efectos
que traen las nuevas tecnologías sobre esta
práctica, enmarcada entre el arte y la ciencia.
Revisión semántica
Fotografía. f. Arte o ciencia de obtener
imágenes vivibles y permanentes sobre
superficies sensibilizadas, por la acción
de la luz principalmente, pero también a
través de radiaciones invisibles, como los
rayos ultravioleta, los rayos infrarrojos,
los rayos X, los rayos gamma, etc.
(Prolibros, 1989, p.548)
La fotografía es el arte de fijar, sobre una
placa de vidrio o película de celuloide
cubierta con una emulsión sensible a la
luz, las imágenes con una cámara oscura.
El revelado y el fijado de la superficie así
expuesta dan un clisé negativo, con el
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que se obtiene, por reproducción, un
número ilimitado de pruebas positivas.
(Auge, Gillon, Hollier-Larousse, Moreau
et Cie, 1964, p.506)
Como lo explica Salvat (1980), la palabra
“fotografía” se atribuye a Sir John Herschel,
quien propone el concepto un escrito del año
1839; para el autor, la fotografía se define
como “el proceso (ciencia y arte) de registro
de imágenes permanentes sobre materiales
sensibles a la luz” (p.1248). Desde lo técnico
y lo práctico, como actividad que involucra
unos principios ópticos para la producción de
una imagen estática que puede ser apreciada
a través de soportes impresos o electrónicos,
la fotografía es una práctica sobre la cual
se han realizado diversas aproximaciones
semánticas, las cuales evolucionan en relación
a los avances tecnológicos que desde su
nacimiento en 1839, hasta su estado actual,
afectan su desarrollo; etimológicamente, se
establece un origen claro del término, el cual
se conserva a través del tiempo, mientras
que las definiciones y puntos de vista que
alrededor se plantean, pueden reevaluarse
con los cambios propios de la disciplina,
en relación con la práctica, los soportes, los
recursos tecnológicos, etc.
Anteriormente, la Real Academia Española
(RAE), al igual que el diccionario Plaza &
Janés (1981) en una definición extendida,
planteaban la fotografía como “Arte de
fijar y reproducir por medio de reacciones
químicas, en superficies convenientemente
preparadas, las imágenes recogidas en el
fondo de una cámara oscura”, pero hoy en
día, con el paso de la fotografía análoga a la
digital, dejando de lado el proceso químico,
este concepto evoluciona y merece revisarse,
siendo definido posteriormente por la RAE
(2016) como el “procedimiento o técnica
que permite obtener imágenes fijas de la
realidad mediante la acción de la luz sobre
una superficie sensible o sobre un sensor”. La
fotografía es una disciplina que si bien hace
parte fundamental de diversas áreas como el
diseño gráfico, el periodismo y la publicidad,
es a su vez una práctica inherente a la vida
de los seres humanos, al ser utilizada como
una herramienta cotidiana para registrar
momentos familiares, vivencias y actividades
personales, especialmente en las últimas
décadas, gracias a la masificación y los avances
tecnológicos en el área digital. Estos avances
han facilitado la producción fotográfica
a tal punto, que realizar una imagen se ha
convertido en un proceso extremadamente
sencillo, lo cual puede generar la creencia en
el estudiante y a nivel general, de que hacer
fotografía solo implica tomar una cámara y
disparar.
Existen diversas interpretaciones semánticas
alrededor de la fotografía; desde ser
considerada simplemente una manera de
conocer el entorno y acercarse a las cosas,
como lo afirma Cote (2005), hasta otras
definiciones más complejas y técnicas. Por
su parte, el American Heritage Dictionary
(2013) la define como “el arte o proceso de
producir imágenes de objetos en superficies
fotosensibles”, mientras que el New Webster’s
Dictionary (2010) la plantea como “el arte
o proceso de capturar imágenes ya sea en
película fotosensible o electrónicamente,
de lo cual se pueden producir imágenes
visibles”. En el caso del American Heritage
Dictionary, se establece una acepción, que si
bien parte de la práctica análoga, permanece
vigente y perfectamente aplicable al proceso
digital, al sugerir el concepto de una
“superficie fotosensible”, aplicable al sensor
o a la película, en lugar de restringirse o
limitarse a la mención de procesos químicos
asociados exclusivamente a la creación
análoga. El New Webster’s Dictionary ofrece
una aproximación semántica establecida
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Ciencia y Tecnología al servicio del pueblo
desde la era digital, intentando resolver el
conflicto existente frente a estas definiciones,
planteando un concepto global y unificado,
pero a su vez clasificando la fotografía en
dos categorías o soportes: la que se realiza a
través de una película fotosensible y la que se
produce a través de soportes y herramientas
digitales, predominantes en la actualidad.
De acuerdo a Freeman (2008), la calidad
de una fotografía va más allá de los avances
técnicos y se requiere un equilibrio entre la
tecnología y la sensibilidad del fotógrafo,
por lo cual plantea la necesidad de un
fortalecimiento de los factores compositivos,
cromáticos y demás fundamentos formales,
en la práctica de estas disciplinas. Estos
elementos de carácter estético y conceptual,
al igual que los estudios del color y la forma,
inherentes a la fotografía análoga y digital,
prevalecen en el tiempo de manera atemporal,
ya que el ejercicio perceptivo e interpretativo
del espectador es independiente del equipo
utilizado para la producción de la imagen
y el soporte escogido para la difusión de la
misma.
Para Archundia (2012), una fotografía
puede contar una historia, transmitir una
idea o una tristeza, evocar un recuerdo o
puede simplemente no significar nada para
el espectador, lo que implica, que si bien
la imagen es en sí misma una construcción
visual con un significado y un mensaje,
solo el proceso de percepción establece una
valoración de la obra resultante; igualmente
considera la fotografía como una práctica
arbitraria, constituida por dos factores: los
elementos técnicos y la intervención del
artista. Según el autor, la captura fotográfica
detiene el tiempo y la imagen en un instante
determinado, pero mientras su factor
denotativo, como los aspectos formales y
compositivos, son propios de la imagen
digital o análoga, su percepción temporal
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 y connotativa se establece en la mente de
quien observa.
Archundia (2012) realiza una descripción
de los procesos ópticos y fisiológicos que
intervienen en la fotografía, asemejando la
cámara al ojo humano, dejando claro que
este último ofrece una visión binocular y
por lo tanto tridimensional, mientras que
la cámara ofrece una visión monocular y
bidimensional. Acá es necesario establecer
una excepción, frente a las cámaras y
dispositivos estereoscópicos, los cuales a
través de la unión de dos lentes para su
captura y su observación, permiten una
percepción tridimensional. En una dirección
similar, Gasca (1979) plantea que “…el ojo
humano es como una cámara fotográfica y
cinematográfica, cuya lente es el cristalino y
la película sensible es la retina”, proponiendo
un paralelo entre la cámara y el ojo humano,
planteando igualmente la fotografía como
un “camino hacia el cine” (p.10-11), al ser
este invento la base para todos procesos
relacionados a la cinematografía, de la
misma forma que lo explica Saad Pulido, J.
(2006). Frente a esta relación entre el cine y
la fotografía, para Sontag (2005) los medios
audiovisuales como el cine y la televisión
iluminan, parpadean y se desvanecen,
mientras que la fotografía se convierte en un
objeto “ligero, económico de producir, fácil
de transportar, acumular y almacenar” (p.1).
Para Sontag (2005), hacer fotografía significa
apropiarse de aquello que es retratado, un
conocimiento, casi un poder sobre el mundo
y sobre el objeto fotografiado, una posesión
imaginaria e irreal sobre el pasado y sobre un
espacio que es inseguro para quien produce
la imagen, a través de una práctica artística
masificada, que como tal deja de ser ejercida
realmente como arte y pasa a ser convertida
casi en ritual. Frente a la simplificación y
la consiguiente masificación de la cámara
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fotográfica, desde la década de 1970, Susan
Sontag plantea un cuestionamiento frente a
los efectos que dichos procesos habrían de
tener sobre la fotografía como actividad y
como forma de arte.
Con la masificación actual y las posibilidades
que ofrecen los equipos digitales, se facilita
la captura, procesamiento, reproducción
y difusión de las imágenes; dichos avances
tecnológicos en relación a herramientas
y aplicaciones para la manipulación de la
imagen, si bien brindan un mayor acceso a
la práctica de la fotografía, han conducido
a un proceso desmesurado de alteración de
la realidad, presentando en algunos casos,
representaciones distorsionadas, en ocasiones
de manera intencional, con propósitos
comerciales o persuasivos.
Antecedentes históricos y disciplinares
Gracias a los diversos avances tecnológicos y
científicos, con relación a medios de creación
y comunicación, el ser humano es testigo
de una serie de procesos de revaluación,
redefinición, desplazamiento y reinvención,
desestabilizando y cuestionando a muchas
de sus prácticas artísticas en su esencia y
sus objetivos, hasta su lugar en la sociedad;
desde sus primeros años, a medida que se va
popularizando y fortaleciendo, la fotografía
desplaza a la pintura como instrumento
de representación icónica de la realidad,
el cine desplaza al teatro como espacio
de entretenimiento, los soportes digitales
desplazan a la música en vinilo y la ilustración
digital desplaza a la creación análoga, entre
otros casos. Nuevas tecnologías desplazan
a las anteriores, nuevos medios desplazan a
los ya existentes o los obligan a renovarse y
reinventarse para conservar su lugar en la
sociedad, llevando así a una redefinición de
conceptos, a nuevas visiones y expectativas,
pero también comprendiendo la existencia
de elementos constitutivos esenciales y
aproximaciones semánticas que se prevalecen
sólidas y vigentes a través del tiempo. Como
lo explica Saad Pulido (2006) "...la fotografía
forzó a los pintores a pintar diferente, así
como más adelante el cine obligaría al teatro
a conocerse y definirse mejor" (p.26), "...los
artistas entendieron que la representación
objetiva de la realidad no era suficiente y
que debían hacer de cualquier manifestación
artística una expresión subjetiva" (p.27), de
esta manera, la aparición de la fotografía
como herramienta de representación
denotativa, conduce a un replanteamiento
de la pintura como forma de expresión,
anteriormente utilizada exclusivamente
con fines representativos, bajo un enfoque
realista, para transformarse posteriormente
en una forma de expresión connotativa,
personal, individual y subjetiva, dando
origen a nuevas formas abstractas y diversos
movimientos artísticos en la primera mitad
del siglo XX, tales como el surrealismo, el
expresionismo y el cubismo, entre otros.
La fotografía no puede ser entendida como
un invento único e individual, sino como
una serie de descubrimientos y avances,
que tienen su origen entre los siglos IX
y X, con los estudios relacionados a la
denominada cámara oscura. La fotografía,
tal como la entendemos, como un proceso
para capturar imágenes en soportes
bidimensionales, se consolida a finales
del siglo XVIII, cuando en busca de un
método fácil y asequible para reproducir
retratos, empiezan a realizarse siluetas
ilustradas sobre la base de una proyección o
sombra generada a partir del perfil humano,
gracias a su creador, el dibujante Étienne
de Silhouette, de quien se toma el nombre
para esta técnica. Posteriormente, Gilles-
Louis Chrétien inventa el Fisionotrazo, que
a través de un sistema mecánico de palancas,
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permitía reproducir a una menor escala
los movimientos trazados, alrededor de la
silueta proyectada. Para el año de 1807, el
inglés William Hyde Wollaston, propone un
sistema que a partir del uso de un prisma,
permite la proyección y la visualización de
manera simultánea sobre el papel, para un
preciso trazado de cada detalle en la imagen
(Mulligan y Wooters, 2010).
Todos estos procesos, como lo explican
Wooters y Mulligan (2010), si bien partían de
principios ópticos y de un aprovechamiento
de la luz, dependían de una habilidad
artística del autor, mientras que a partir de
la invención de la fotografía, se sumarían
unos principios químicos y ópticos, como
base para la producción de una imagen que
dejaba de lado la intervención del dibujo y el
trazo humano.
Los descubrimientos y avances tecnológicos
en la fotografía, desde la invención del
daguerrotipo y el calotipo en 1839, hasta las
cámaras digitales más avanzadas, producidas
en el siglo XXI, permiten alcanzar una mayor
definición y detalle en la imagen, como una
optimización del proceso, desde la acción de
captura hasta la materialización de la imagen
impresa o su visualización en pantalla.
Asimismo, los diferentes avances y con ellos
la reducción de costos en cámaras y procesos,
llevan a una democratización de esta práctica,
evidente hoy en la abrumadora presencia
de dispositivos fotográficos en el contexto
urbano; registro de hechos noticiosos;
eventos públicos y otras situaciones
cotidianas, como puede ser accidentes,
eventos deportivos y musicales, reuniones
y otros, son observados y de igual manera
registrados por quienes los presencian. Esta
democratización de la imagen abre la puerta
para nuevas formas comunicativas, en el
proceso de la construcción de noticas, de
una manera independiente y libre.
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 Para finales del siglo XX y comienzos del
siglo XXI, la fotografía análoga seguía
ocupando un importante lugar en la práctica
artística, siendo la base de su enseñanza en
escuelas de artes, diseño y comunicación;
aun cuando se empezaba a popularizar el uso
de algunos equipos digitales, la utilización
del cuarto oscuro, los procesos químicos y en
general la creación análoga seguían siendo
protagonistas del ejercicio académico. Hoy
en día, aunque presenciamos a nivel mundial
un resurgir de las técnicas tradicionales en el
campo artístico, en la academia la fotografía
digital ocupa un lugar protagónico, dentro de
los contenidos curriculares y competencias a
formar.
Evolución técnica, aplicación
funcionalidad
De acuerdo a Salvat (1980), existe en sus
comienzos un rechazo hacia la idea de la
fotografía como definición asociada a algunas
técnicas dependientes de la producción,
procesado o exhibición a través del recurso
electrónico, limitándose a la reproducción
basada en papel y película, considerando
como ambiguas las grabaciones magnéticas
para televisión y algunas formas de fotografía
científica. A través de la historia, en cuanto a
arte, diseño y tecnología se refiere, han sido
frecuentes las discusiones frente a las diversas
innovaciones y avances, desde el debate entre
la producción industrial y la producción
artesanal, hasta las recientes discusiones en
relación a las tecnologías digitales, frente
a las técnicas y otras formas análogas de
producción, en campos tan diversos como
el diseño, el arte y la música. Con relación
a estos debates, Bhaskaran (2005) explica
que el movimiento Arts & Crafts aparece
como una reacción a la industrialización
del siglo XIX, considerando que había
una degeneración en calidad y diseño,
en aquellos productos industrializados o
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creados en serie, bajo los nuevos procesos
tecnológicos de la época. Este movimiento
exaltaba y defendía la producción artesanal,
atribuyendo una condición de superioridad
a este tipo de objetos. William Morris y sus
seguidores consideraban que estas prácticas
artesanales mejorarían la vida de las clases
menos favorecidas y harían del mundo un
lugar mejor, aunque contradictoriamente,
sus productos terminaran alcanzando
elevados costos por su propia naturaleza
y exclusividad, siendo un lujo propio de
los grandes empresarios que el mismo
movimiento rechazaba, como lo plantean
Bhaskaran (2005) y Eskilson (2011).
Con la invención de la técnica de impresión
y por rotograbado, el 4 de marzo de 1880
se publica en el Daily Herald la primera
fotografía en prensa, gracias a un sistema
de tramas. Posteriormente, Jacoob Riis
se convierte posiblemente en el primer
periodista en realizar un trabajo de reportería
gráfica, al mostrar los barrios de inmigrantes
en Nueva York. A partir de este trabajo, la
fotografía asume un nuevo papel, mostrando
el “lado oscuro” de la realidad en sus imágenes
de la calle, niños desamparados, edificios
abandonados y otros aspectos de la ciudad,
los cuales resultan novedosos pero también
crudamente impactantes para el lector.
Durante la Guerra Civil en Estados Unidos,
Mathew Brady encabeza una movilización
de fotógrafos, con el fin de generar un
testimonio gráfico de los campos de batalla,
pero solamente hasta la Primera Guerra
Mundial, los periódicos se convertirían en
el medio de difusión de las imágenes de
la violencia, la destrucción y los desastres
ocasionados por estos conflictos bélicos
(Rubiano Vargas, 2005). Como lo explica
Sontag (2002), durante las primeras guerras
tras la invención de la fotografía, hasta la
Primera Guerra Mundial, el combate estaba
fuera del alcance de las cámaras y los registros
realmente eran un reflejo “en modo épico”
de los horrores y consecuencias posteriores
a este. Para Pollack (1958), a pesar de las
críticas, los fotógrafos supieron desde sus
inicios que habían encontrado una nueva
forma de expresión y de arte, como artistas
que eran, con su “maravillosa sensibilidad”
utilizaron estas nuevas herramientas como
un pincel, “…para interpretar el mundo,
para presentar una visión de la naturaleza, así
como de las cosas y las personas en él” (p.9),
lo cual puede abracar desde las maravillas
de la naturaleza y grandes logros del ser
humano, hasta las más crudas imágenes de
la muerte y la destrucción que trae consigo
la guerra.
Para la primera mitad del siglo XX la
fotografía se establece como el más
importante recurso visual para la
documentación de los hechos noticiosos en
el mundo, a través de importantes revistas
ilustradas como Life Magazine y Weekly
Illustrated, entre otras, las cuales contaban
con los mejores talentos de su época y
modernos sistemas de impresión de alta
calidad. Como lo explica Rubiano Vargas
(2005), la invención e implementación del
sistema litográfico de impresión se convierte
en el primer impacto tecnológico que abre
las puertas a la fotografía en el mundo del
periodismo, posteriormente la aparición de
la cámara Leica de 35mm optimizaría los
procesos de registro fotográfico, consolidaría
esta relación y la importancia del reportaje
gráfico en los procesos de comunicación de
carácter informativo.
Con toda la invención técnica
en cámaras, lentes y el software
necesario para procesar imágenes, es
comprensible pensar que la fotografía
está en un sendero sin fin hacia la
complejidad. La captura digital
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parece tener incontables cantidades
de información, técnicas, controles y
características que nunca supimos que
necesitábamos.
La gran cantidad de posibilidades
ofrecidas por los digital, ahora
amenazan con sumergir a los
fotógrafos en un pantano de opciones
de menú, botones, mouse clics y un
nivel de detalle exasperante. (Freeman,
2008, p.7)
En los últimos años, se ha relegado el proceso
de revelado tradicional en algunas áreas, por
la dificultad en la consecución de papeles
y químicos necesarios para este; por otro
lado, estas labores van siendo reemplazadas
por el retoque y procesamiento digital de la
imagen, con herramientas como Photoshop
y Lightroom, entre otras, lo cual ha llevado
en algunos casos, a la generación de una
nueva visión de la fotografía y su enseñanza,
siendo el manejo de estos programas, una
parte vital del ejercicio académico, dejando a
veces de lado, competencias y conocimientos
fundamentales como la medición y el manejo
apropiado de la luz, manejo del equipo,
enfoque, planos fotográficos, composición de
la imagen, conceptualización de la fotografía,
entre otras, que se podrían orientar por
parte del docente, independientemente de
la tecnología, la resolución y prestaciones de
la cámara, como de los equipos y programas
utilizados para este fin, por lo cual han de
prevalecer en esta transición de los anteriores
cursos orientados a la fotografía análoga, a
los cursos actuales, que gradualmente se van
enfocando en el trabajo digital. Para Brea
(2010), esta imagen electrónica tiene una
naturaleza efímera, espectral y fantasmal,
careciendo de todo principio de realidad,
como una presencia que aparece y desparece,
asociada a la inmaterialidad o la carencia de
un soporte físico. Esta última aproximación,
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 establece una naturaleza “real” que estaría
asociada a la condición material propia de la
fotografía análoga o de la fotografía impresa.
La fotografía como instrumento de
representación de la realidad
“Estoy embrujado por los vívidos recuerdos
de asesinatos y cadáveres…” (Carter, citado
por MacLeod, 2001).
Las palabras de Kevin Carter, como su obra
misma, incluyendo su reconocida imagen
de una niña asechada por un buitre durante
la guerra civil en Sudáfrica, evidencian la
crudeza que puede asumir la fotografía
en su función de retratar y evidenciar
la realidad, llegando a cruzar límites y a
generar discusiones morales y éticas frente
a su relación con el sujeto retratado y el
público que observa. Como lo propone
Freeman (2005), si bien la tecnología digital
tira por la borda el concepto de “honestidad
intachable” que se atribuía a la fotografía
análoga; gracias a su realismo y precisión,
brinda la posibilidad de una mayor facilidad
técnica, accesibilidad y una mayor precisión
en el proceso de copiado. Para Bacon, citado
por Panzer (2005), “La contemplación de las
cosas como son, sin sustitución o impostura,
sin error o confusión, es en sí más noble
que todo el producto de la invención” (p.9),
defendiendo y recordando la credibilidad
y la veracidad atribuidas a la imagen
fotográfica, las cuales pueden ser afectadas
por diversas formas de manipulación,
desde la misma definición del encuadre y el
proceso de captura, hasta la utilización de
filtros, fotomontajes y otras herramientas de
procesamiento digital.
De acuerdo a Mulligan y Wooters (2010)
“como en un tapiz bien tupido, en una
fotografía siempre hay algo nuevo por
descubrir, basta saber mirar” (p.30), por lo
que es necesario tener en cuenta, que si bien
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el fotógrafo tiene el control de la imagen, el
proceso de comunicación y de interpretación
solo está completo cuando actúa el espectador,
siendo este finalmente el responsable
de su decodificación. Independiente de
las tecnologías utilizadas, en cuanto a
equipo y herramientas de procesamiento,
la fotografía debe ser entendida como un
medio de comunicación, por lo cual su
ciclo, su existencia y su propósito funcional
solo se completan al entrar en contacto con
el espectador y transmitir una idea que ha
de ser interpretada desde la subjetividad
de quien la observa, al igual que la calidad
y el contenido de la imagen, los cuales,
más allá de los principios formales y
académicos de la composición, finalmente
pasan a ser evaluados desde una perspectiva
connotativa e individual, trátese de una
pieza de carácter publicitario o artístico, o
como una representación denotativa de la
realidad a través de formatos informativos
como la crónica y el reportaje, entre otros.
Ampliando la idea anterior, es importante
tener en cuenta que la percepción de la
imagen por parte del público ha de tener
un factor denotativo, en el cual se aprecia
la forma y el color, como una valoración
connotativa, en la cual el usuario realiza una
interpretación subjetiva de lo que observa,
con base en su experiencia, su gustos y su
visión personal.
Las fotografías son mucho más que sus
temáticas, con mucho más significado
del que pueda expresar una palabra.
Las asociaciones personales, los matices
de presentación o la idiosincrasia
de un fotógrafo crean un mundo
de posibilidades en cada encuadre.
De hecho, las fotografías más que
inventarios son oráculos que cuentan
más de lo que parece. Esto es lo que
las mantiene vivas, lo que hace que
 una colección forme parte del presente
y no sea solo un recuerdo del pasado.
(Mulligan y Wooters, 2010, p.30)
Para Mulligan y Wooters (2010) las
fotografías nos desafían a plantearnos
preguntas, para entendernos a nosotros
mismos, a nuestro mundo y así mismo poder
comprender el “poder transformador” de esta
práctica. En gran medida el planteamiento
de estos autores, concuerda con las palabras
pronunciadas por el fotógrafo sudafricano
Kevin Carter (citado por Lang, 2014):
Quizás lo que hace una gran imagen
es que plantea una pregunta… No es
solo un espectáculo, es más que eso…
Tú sales y ves cosas malas, cosas
malvadas, y tú quieres hacer algo al
respecto, así que lo que haces es tomar
una imagen que lo muestre. Pero no a
todos les va a gustar lo que ven, debes
entender que tal vez quiera asesinar al
mensajero…
Casos tan importantes como el de Kevin
Carter y el Bang Bang Club, con sus
imágenes de la guerra civil en Sudáfrica,
algunas de ellas ganadoras del Pulitzer Prize
y documentadas en detalle por Marinovich
y Silva (2000), como el trabajo de Robert
Capa, documentado por Rubiano Vargas
(2005), son hoy ejemplos destacados en
cuanto al registro de carácter documental
y periodístico, campo de acción que pone
sobre la mesa la subjetividad e incluso
arbitrariedad de la fotografía, como lo
plantea Archundia (2012), demostrando
que más allá de la técnica, medio o soporte,
existe una manipulación de la realidad
inherente a la disciplina, cuando se toma
la decisión de retratar un momento, un
encuadre y unos sujetos determinados, con
un propósito comunicativo, llegando en
algunos casos a la realización de una imagen
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y conceptual frente a su práctica, su función y su evolución tecnológica
Ciencia y Tecnología al servicio del pueblo
descontextualizada e incluso manipulada
o intervenida, como lo advierte la NPPA
(2016) en su Código de Ética. Para Lara
(1981) se basa la fotografía en un ejercicio
de observar el mundo a través de un pedazo
de papel o superficie plana, recogiendo
ciertos elementos de la realidad presente y
por lo tanto excluyendo algunos otros. De
acuerdo al autor, la práctica fotográfica se
basa en dos grandes decisiones: “Qué es lo
que se va a incluir y en qué momento se
va a pulsar el disparador” (p.8), existiendo
inevitablemente una intervención subjetiva
y selectiva del fotógrafo sobre su entorno, lo
que se traduce en una manipulación de la
realidad a través de decisiones individuales
de quien observa a través de un dispositivo y
elige aquellos elementos a registrar, así como
cuáles han de ser excluidos.
De acuerdo a Barthes (1986), la fotografía y
las artes visuales tienen un aspecto denotativo,
relacionado a la imagen en sí y los evidentes
elementos compositivos de la misma, como
un aspecto connotativo relacionado al
significado, ideas y sentimientos percibidos
por la audiencia, atribuyendo estos últimos
de manera exclusiva a la “fotografía artística”,
contradiciendo en cierta medida su postura
frente a la “fotografía de prensa”, a la cual
igualmente atribuye ciertas condiciones de
subjetividad y connotación. Si bien estos
planteamientos se establecen previamente
al posicionamiento de la práctica digital, se
vuelven atemporales, puesto que cuestionan
la imagen y su efecto en el espectador, más
allá de la tecnología o recursos técnicos
implicados.
La fotografía de prensa o periodística es
definida por Barthes (1986) como “…un
objeto trabajado, escogido, compuesto,
elaborado, tratado de acuerdo con unas
normas profesionales, estéticas o ideológicas
que constituyen otros tantos factores de
5(3):160-173. 2018 169
 connotación; por otra parte, esa misma
fotografía no solamente se percibe, se
recibe, sino que se lee” (p.15), es decir,
existe inevitablemente un factor subjetivo
e interpretativo en la lectura de la imagen
e igualmente una ineludible intervención
desde la creación de la obra, por parte de quien
la concibe; a partir de este planteamiento,
el autor considera imposible la idea de
una fotografía completamente objetiva y
denotativa, independiente de cualquier
intervención humana. Para Pollack (1958)
el uso más importante de la fotografía es
como forma de comunicación, gracias a
sus valores como “inmediatez, descripción
literal y convincente presentación de la
realidad”, permitiendo a la imagen hablar
y tirar abajo las barreras del lenguaje (p.9).
En este contexto, Sontag (2002), señala que
mientras el texto escrito puede alcanzar una
mayor o menor audiencia dependiendo de
su complejidad, la imagen fotográfica posee
un solo lenguaje y está “…potencialmente
destinada a todos” (p.86), siendo una
expresión más democrática y al alcance del
público en general.
Frente a los avances tecnológicos y
posibilidades de la fotografía digital, se
generan diversos debates sobre la naturaleza
subjetiva de esta práctica y la manipulación
de la imagen en sus diferentes medios y
soportes, lo cual implica cuestionarse cómo
puede o debe evaluarse una fotografía, sobre
el papel del retoque en la producción gráfica
y sus connotaciones éticas, sobre la influencia
de la máquina como parte del proceso de
creación de una “buena” imagen y por
supuesto sobre los valores y competencias
que académicamente han de formarse en el
estudiante, como los métodos y dinámicas
más eficientes para lograrlo. A partir de una
serie de ejercicios en el aula, Chaparro (2015)
define la fotografía como un “…instrumento
Rafael Ángel Bravo
170 5(3):160-173. 2018 Ciencia y Tecnología al servicio del pueblo
en la reproducción de realidades congeladas
en el tiempo…” (p.167) y remarca la
importancia de las técnicas análogas o
tradicionales, para rescatar el valor de la
fotografía como experiencia emocional y
fortalecer la creación digital en áreas diversas,
gracias a una mejor comprensión de los
conceptos fundamentales, relacionados a la
narrativa, la creatividad, el color, la forma y
la luz, elementos que independientemente de
los avances en cuanto a métodos y técnicas,
permanecen como piezas fundamentales en
la creación de la imagen.
Analizando la etimología del concepto y los
distintos avances tecnológicos en cuanto
a equipos y soportes, frente a las diversas
aproximaciones semánticas que sobre esta
práctica se establecen y cómo estas se han
replanteado a través del tiempo, es posible
comprender la reevaluación que ha sufrido
la fotografía desde sus inicios en el siglo XIX
hasta la actualidad. Desde la semántica, el
termino ha debido replantearse a partir de
los avances tecnológicos de la disciplina, para
adaptarse a los nuevos medios y soportes;
etimológicamente, el concepto permanece
vigente y aplicable, comprendiendo la
fotografía, ya sea análoga o digital, como el
proceso de “dibujar con luz” como lo explican
Fontcuberta y Costa (1988). En todas sus
formas, etapas, procesos y formatos, la esencia
y los principios básicos de esta práctica
prevalecen intactos, pues independiente
de los descubrimientos y avances, la luz
sigue siendo el elemento fundamental e
irremplazable en la producción de la imagen;
pueden existir interpretaciones más técnicas,
algunas más idealistas, o en esencia, como lo
afirma Freeman (2008), sea sencillamente
un acto de capturar imágenes “…usted, la
cámara y el sujeto, solo eso” (p.7).
Conclusiones y reflexiones
Durante su proceso de evolución, la fotografía
ha alcanzado grandes avances, desde sus
rudimentarios orígenes con la cámara
oscura hasta las tecnologías digitales y de
alta definición disponibles en la actualidad.
Todos estos cambios finalmente conducen
a un fortalecimiento de la fotografía digital
como práctica social y su optimización en
diversos campos de la producción visual,
como el diseño, la publicidad, el periodismo
y las artes visuales. Igualmente, estos cambios
han ayudado a una reducción de costos, a una
simplificación de los procesos y por tanto,
a una masificación de esta práctica, siendo
cada día más fácil para el ciudadano común,
tener acceso a equipos de alta calidad, que le
permiten registrar imágenes a través de estos
dispositivos. Independiente de su propósito,
sea este comercial, artístico, informativo o
social, es necesario tener en consideración
que más allá de su función denotativa y
representativa frente a la realidad, existe una
naturaleza subjetiva y arbitraria, inherente a
la fotografía, por lo cual, independiente de
las tecnologías, equipos y soportes utilizados,
la visión y los objetivos de quien captura la
imagen han de influir el resultado final. Será
entonces responsabilidad de quien produce o
altera la imagen, preservar aquella honestidad
anteriormente atribuida a la disciplina, así
como del espectador, ejercer una postura
crítica y analítica frente a los contenidos
gráficos expuestos.
Al realizar un proceso de revisión frente
a la fotografía como concepto y como
práctica, se encuentran en primer lugar
las acepciones de carácter semántico, que
intentan esencialmente definir el término,
las cuales se transforman a través de los años
con la aparición de nuevas posibilidades
tecnológicas; en segundo lugar están aquellas
interpretaciones o teorías que buscan
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y conceptual frente a su práctica, su función y su evolución tecnológica
Ciencia y Tecnología al servicio del pueblo
comprender y analizar el propósito o la
función de esta práctica, así como su lugar en
la sociedad y sus procesos de comunicación,
frente a estos avances técnicos; por último,
se encuentran las aproximaciones de un
nivel crítico, las cuales intentan proponer
parámetros de valoración o evaluación de la
fotografía como práctica y como producto,
desde su ética, su calidad estética y puntos
de vista.
Desde el estudio semántico, el concepto
de fotografía ha tenido que ser revaluado
y replanteado, a partir de los avances y
descubrimientos logrados, los cuales han
afectado esta práctica desde sus procesos y
herramientas, para adaptarse a las nuevas
formas de creación, buscando encontrar
una definición que no sea limitada a la
producción análoga, y que por el contrario,
dé lugar a los recientes avances digitales y a
las diversas técnicas de carácter mixto que
hoy se pueden explorar.
Por otra parte, desde un ejercicio etimológico,
el concepto de fotografía conserva su
vigencia frente a todos los cambios, avances
y descubrimientos realizados, al referenciar
un elemento fundamental como es la
luz; un factor completamente esencial e
inamovible, inherente a cada técnica, avance
tecnológico y proceso de creación propuesto
desde la invención de la cámara oscura,
hasta los actuales procesos de tipo digital y
los distintos avances logrados en este lapso.
Igualmente, entendiendo la fotografía como
un instrumento de comunicación, diversos
conceptos en relación a su concepción, su
composición y al carácter connotativo de la
imagen, prevalecen indistintamente de los
instrumentos y soportes empleados para el
desarrollo de esta actividad, en sus distintas
etapas como son la captura, procesamiento y
difusión.
5(3):160-173. 2018 171
 En cuanto a funcionalidad y utilidad, se
observa cómo cada avance tecnológico
intenta relegar los sistemas o recursos
existentes a través de la historia; cada medio
que nace amenaza a los anteriores, cada nueva
técnica que surge desplaza a alguna técnica
anterior, como sucede con el nacimiento
de la fotografía, dejando de lado a la
pintura como instrumento de reproducción
de la realidad. De igual manera, en las
últimas décadas la fotografía digital ha ido
desplazando a la técnica análoga, poniendo
en riesgo su existencia. En cada uno de estos
procesos de cambio, los distintos medios y
técnicas, aparentemente desplazadas, se ven
obligadas a reevaluarse y reinventarse para
así redefinir su propósito y su lugar en la
sociedad. Para la fotografía, este ejercicio se
da en parte gracias al trabajo del artista que a
través de la exploración y la experimentación
descubre nuevas posibilidades de aplicación
de las técnicas tradicionales, así como a
la academia, espacio donde estas formas
de creación siguen teniendo un espacio
importante, como herramienta de
fundamentación para el aprendizaje de otras
técnicas más avanzadas.
Los avances tecnológicos en el campo de
la fotografía, en cuanto a cámaras digitales,
dispositivos móviles, herramientas de
edición y formas de difusión, permiten una
mayor calidad e cuanto al nivel de detalle y
definición en la imagen, con costos cada vez
menores, conduciendo al mismo tiempo a
una masificación y una democratización de
la disciplina, facilitando la labor al artista y al
fotógrafo profesional en diversas categorías
y acercando el usuario a estas prácticas,
poniendo a su alcance la posibilidad de
capturar, editar y publicar, sin necesidad de
procesos químicos, intermediarios, equipos
especializados o procesos de formación.
Dicha democratización permite al espectador
Rafael Ángel Bravo
172 5(3):160-173. 2018 Ciencia y Tecnología al servicio del pueblo
ser más que un testigo pasivo o un observador,
para asumirse como un sujeto comunicador,
que analiza, captura, procesa y se expresa a
través de la imagen, pasando de ser receptor a
convertirse en emisor. Estos procesos generan
una mayor competencia dentro de estas
áreas, facilitan la labor del profesional, pero
de la misma forma le demandan un trabajo
de alta calidad, cimentado por la solidez del
aprendizaje formal y de los fundamentos
teóricos de la disciplina, asumiendo un reto
y un compromiso con su labor, para ejercerla
desde la creatividad, la responsabilidad y la
objetividad.
La masificación de la fotografía no es un
fenómeno reciente, puesto que, con la
aparición de nuevos medios de reproducción
y difusión, como la reducción de costos y
tamaño en equipo fotográfico, esta práctica
ha estado en un permanente proceso
evolutivo, gracias al cual se ha hecho cada
vez más eficiente y económica, permitiendo
al usuario capturar espacios y momentos,
originando estos procesos de discusión
permanentes sobre el significado, el utilidad y
la calidad de la imagen fotográfica frente a los
nuevos avances y procesos, como lo explica
Sontag (2005), poniendo en entredicho
la naturaleza artística de esta práctica, hoy
democratizada y masificada, por la facilidad
de producir imágenes, a través de distintos
dispositivos, a menores costos y en menores
tiempos.
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