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Se dice que en los momentos de crisis las personas sacan sus mejores y sus peores cualidades,

y esta emergencia sanitaria nos está mostrando que es así. En efecto, por un lado, con grata
sorpresa vemos surgir iniciativas de ayuda desde el sector privado, todas dignas de
reconocimiento: organizaciones sociales, pequeños, medianos y grandes empresarios se han
unido por una sola causa: salvar vidas, sumando juntos los esfuerzos por todos. Con seguridad
este empeño colectivo logrará ser un éxito si también cuenta con la colaboración y el aporte
de los ciudadanos para ayudar a nuestros compatriotas necesitados y a los esfuerzos del
Gobierno.

Los estragos en nuestro país a causa de esta pandemia mundial se están empezando a sentir:
además del estado crítico del sistema de salud que comienza a colapsar -especialmente en
relación a la atención a los pacientes contagiados, traslado e inhumación de cuerpos y falta de
equipos e insumos- se está ahondando la crisis relacionada con el paro laboral.

La suspensión forzada de las actividades productivas, comerciales y de los empleos, está


empezando a pasar factura, y puede agravarse conforme pasen los días. Muchos comercios
han tenido que cerrar, dejar de producir y el día a día les recibe con la incertidumbre de cómo
hacer para pagar salarios , arriendos y otros costos que no han entrado en cuarentena. Por
otro lado, están aquellos ciudadanos en situación de vulnerabilidad por las condiciones en que
desempeñaban sus actividades laborales: recordemos que en términos de actividad laboral, en
Ecuador, hasta antes del coronavirus, de cada 100 habitantes 46 venían trabajando de forma
informal y un grupo no menos importante, trabajaba de forma precaria, con un empleo no
adecuado; es decir, sin salario básico, y menos de 8 horas: en este rango están mayormente
los vendedores ambulantes: todos ellos están sin actividad en este tiempo de cuarentena.

Consecuentemente, la mayoría de estas familias ya no tienen recursos para solucionar su


alimentación y servicios y, por su condición, están en una situación de vulnerabilidad muy
grave. No olvidemos que en este grupo se encuentran también muchos ciudadanos migrantes
que sobrevivían con sus familias de lo que alcanzaban a vender a diario: por lo tanto, su
realidad es bastante crítica en esta emergencia. Esperemos que las iniciativas de unir esfuerzos
y capitales alcance también para ayudarles.

Mientras el país entero se debate entre la vida y la muerte y estamos empeñados en construir
unidad, por otro lado, desgraciadamente, hay malos ecuatorianos que en lugar de aportar y
buscar la forma de ayudar al Ecuador en esta desgracia, han visto en ella una oportunidad de
activar las redes sociales con noticias falsas y fines protervos: sembrar el caos, ahondar el
sufrimiento y desgastar más a las autoridades y, además de taquito, aprovechar para tratar de
gestionar la liberación de uno de sus líderes ahora preso por corrupción: acciones miserables e
inhumanas porque, en lugar de ayudar, prefieren sentarse a mirar cruzados de brazos la
angustia de todos los ecuatorianos; situación que ellos bien pudieron haber evitado en gran
parte si, en lugar de llevarse todo, fortalecían el sistema de salud y se mantenía el fondo de
emergencia. Pero como sabemos su codicia pudo más…
Estamos viviendo momentos difíciles que requieren más que nunca de acciones y decisiones
firmes de parte de todos: generosidad para colaborar con todo lo que podamos para nuestros
compatriotas enfermos y con aquellos que están en las trincheras de los hospitales;
responsabilidad y conciencia para plantear soluciones humanas a la contracción económica;
sentido de unidad para definirnos como un solo país. De parte del gobierno, garantizar
idoneidad en la toma de decisiones, corrección en sus actos y más que nunca, transparencia en
el uso de recursos públicos en todas sus formas.

Ha llegado el momento de olvidar nuestras diferencias y ponernos la camiseta del Ecuador


para enfrentar, todos juntos, esta emergencia.

Ruth Hidalgo es directora de Participación Ciudadana y decana de la Escuela de Ciencias


Internacionales de la UDLA.

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