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Los científicos manifestamos nuestro descontento con CONACyT.

El desarrollo de un país depende en gran medida de la investigación


científica y tecnológica que realiza. Así, el desarrollo de los Estados Unidos,
varios países de Europa, Japón, y más recientemente de Corea del Sur,
Singapur, Brasil, India y China se basa, en parte, en la investigación científica
y tecnológica. Actualmente ya nadie duda de que invertir en ciencia no es un
lujo sino que es necesario para que un país se pueda desarrollar. La
Organización de Naciones Unidas recomienda que al menos se gaste 1% del
presupuesto de un país en ciencia y tecnología.
Por ello el ex-presidente Fox decretó que México debía invertir 1% de
su PIB en ciencia y tecnología. La realidad ha sido otra. CONACyT no sólo ha
tenido un presupuesto muy limitado sino que lo ha gastado más en
burocracia que en ciencia. Además, todo indica que se prefiere subvencionar
empresas que a los que realmente hacen la ciencia y la tecnología en el país.
Desde que se crearon los Fondos Sectoriales, en los cuales se requiere
la participación conjunta de las Secretarías de Estado y el CONACyT, los
retrasos en la aparición de las convocatorias, la evaluación de los proyectos
y en la entrega de los recursos han ido en aumento. Estos retrasos han sido
particularmente severos en el Fondo para la Ciencia Básica, SEP-CONACyT:
antes la convocatoria se publicaba en agosto, pero con los años se fue
recorriendo hasta noviembre y este año la convocatoria de 2010 aún no se
publica; antes los resultados de las convocatorias se publicaban a los seis
meses, ahora han pasado 13 meses y los resultados aún no se publican;
antes la entrega de los recursos tardaba cuatro meses, el año pasado tardó
ocho.
Por otro lado, los estudiantes de posgrado también padecen: la falta de
equipo, reactivos y materiales retrasa sus experimentos y la obtención del
grado. Y no sólo eso, el monto de las becas se ha recortado este año en dos
mil pesos mensuales, y además CONACYT paga a destiempo, principalmente
al inicio de cada año.
Con esta política de retrasos, el CONACyT y las Secretarías de Estado
se han "ahorrado" los recursos destinados a los proyectos de Ciencia Básica.
Al menos desde la convocatoria de agosto del 2002 a la del año pasado se
han "ahorrado" año y medio. Esto es, que al dinero etiquetado para
proyectos de investigación en Ciencia Básica de los últimos años se le ha
dado otro destino. ¿Cuál? Aún no ha quedado claro.
Lo que sí está claro es que a la burocracia de CONACyT y de las
Secretarías de Estado no les interesa lo que pueda pasar con la ciencia
básica en México. Ya en numerosas ocasiones y a través de varias vías e
instancias hemos manifestado a las autoridades nuestra preocupación por
los retrasos (documentos probatorios). Las autoridades han manifestado que
modificarían los reglamentos que "han provocado la parálisis administrativa"
pero no lo han hecho.
Los científicos estamos cansados que se diga que se van a destinar
más recursos para la ciencia y la tecnología y lo que experimentamos es que
cada vez los recursos que recibimos son menores, tardan más en llegar y no
hay cambio en la "parálisis administrativa". Es por eso que no nos queda otra
vía que hacer una manifestación en la vía pública.
Mientras el gobierno ahorra a cuenta nuestra, otros países sí invierten
en ciencia y tecnología y sí aprovechan el tiempo. El resultado es que México
se ha quedado a la saga en ciencia y tecnología.
¿Hasta cuando vamos a tolerar esta política del avestruz? Ya no
podemos esperar a que el gobierno despierte, que en vez de hablar actúe,
que no sólo prometa sino también cumpla. Por eso, los científicos
manifestamos nuestro descontento.

Hemos solicitado desde el día de ayer, 13 de diciembre (documento


probatorio), una cita con funcionarios del CONACyT (Dr. Juan Carlos Romero
Hicks, Director General y el Dr. José Antonio de la Peña, Director Adjunto de
Desarrollo Científico) para solucionar la problemática que nos aqueja. Se ha
establecido una comisión de diálogo constituida por académicos de 1er nivel
de la UNAM, CINVESTAV y UAM (Dra. Alejandra Covarrubias Robles, Dr.
Alberto Darszon, Dr. Patricio Gariglio, Dr. Gabriel Guarneros, Dr. Agustín
Guerrero, Dra. Ma. Concepción Gutiérrez Ruíz, Dr. Antonio Peña), entre los
que se encuentran Investigadores Eméritos y Premios Nacionales de Ciencias
y Artes. Esperamos que las autoridades del CONACYT sean sensibles a
nuestras peticiones y establezcan plazos y compromisos públicos para
solucionar esta problemática.

Investigadores y estudiantes de posgrado del país

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