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La obra de arte vanguardista

La problemática de la categoría de obra


La confrontación que surge en la categoría de obra, se da a partir del entrecruzamiento de un estado
moderno y un estado histórico del arte, pues se disputa nada menos que su valor y representación,
tanto como si llega por la tradición, como si es en el presente. Además se desprende esa unidad
característica que emplea la obra, a una separación por la intención que tiene lo moderno. Por eso
se establecen ciertos parámetros del sentido de la obra de arte, pues el problema que plantea la
vanguardia no es evidente a simple vista. Ya Bubner suponía una confusión de si la estética podía ir
desligada de la obra; además planteaba volver a la estética de Kant, que es emplear el juicio ya no
desde la obra misma sino desde la belleza natural que no es ni producida ni nace del hombre, sino
solo su juicio estético.
Para Adorno que menciona: “las únicas obras de arte que cuentan hoy son aquellas que ya no son
obras” nos deja en la ambigüedad del doble sentido que tiene para él la obra de arte. Que son el
sentido general y por el otro el sentido de obra de arte orgánica, distinguiéndose un significado
general y un sentido histórico, en el cual el sentido general plantea una unidad de la obra tanto en lo
general como en lo particular. De modo que se establece a partir de la unidad el poder concebir la
obra y así mismo sus distinciones, pues la unidad también se da en la diferencia. Esto es lo que
pretenden los vanguardistas, no niegan la unidad solo un tipo de clasificación de ésta, que por lo
demás estuviera unida de la praxis vital. Pero algunas expresiones vanguardistas como el dadaísmo
tenían esta intención de negar la institución del arte con provocaciones que repercutían
invariablemente hacia ellos mismos, pues se manifestaban en representación de la intuición a la que
atacaban, generando así un nuevo concepto del arte, indiscutiblemente. Siendo estos los que
buscaban separarse de la tradición de raíz, ahora consolidan un estatus sin poder lograr su
pretensión, el de una nueva verdad.
Lo nuevo
El problema entonces de buscar la superación de la obra de arte; nos pone en la posición de
considerar lo nuevo o lo moderno como la legitimación de la tradición histórica tal y como lo
expresa Adorno, conociéndose a partir de ella, el significado y la representación que tiene el sentido
histórico del arte. Pero esta forma de considerar el arte moderno como la guía para entender las
categorías de obra, se enlaza a la sociedad de consumo o de la burguesía, que no tiene interés por la
tradición. En donde solo se enfocan en los ajustes y beneficios que trae consigo pensar lo
antiestético y lo revolucionario, a un mero estado de producción y demanda. Con ello pierde
credibilidad lo nuevo. Pues la representación que busca se ve desvirtuado, no solo no genera lo que
pretendía, la reivindicación, sino que el peso o postura que empleaba se ve opacada por la cultura
del mercado. Se vuelve de forma práctico y necesario el sentido de lo novedoso en el arte, hasta no
poder separar de forma alguna la obra con la moda del consumo. Sin embargo sus objetivos no
emplean la misma necesidad, la tendencia por el consumo es mera apariencia mientras que el arte
vanguardista está en juego con su pretensión de alcanzar la verdad. En otras palabras la idea de
representarse o de configurarse por fuera de la tradición o en su ruptura con esta, la hace alejarse del
procedimiento como también de la representación del uso histórico, a encontrar un sentido
netamente propio, divagando entre lo general y lo inespecífico. Pues su implementación en el arte
consiste en la diversidad o la variación, afectándolo naturalmente sus propios juicios, sin poder
hallarse en representación de sí mismo en el movimiento del arte; Quedando relegado al efecto del
azar.
El azar
El azar en virtud de lo cual es, no racionaliza ni determina la finalidad de sus productos, pues
dejaría su naturaleza azarosa en todo su contexto. sin embargo los vanguardistas y surrealistas
resguardan su esperanza en esta categoría. porque les da un sentido de creación pleno sin limitación
o por fuera de esta. Dado que les ayuda a la fabricación espontanea, no sometida a prejuicios o
juicios establecidos.
el hombre que permite el azar o lo provoca no está sujeto a los fines, sino a los medios o a lo
inmediato, ya sea por la forma azarosa en que llegan algunos sucesos, y también en la forma en que
me disponen para conocer nuevas experiencias. Entonces el azar tiene un sentido objetivo que no es
determinado sino encontrado en las vivencias, o en lo semántico (pues el carácter del azar es que es
imprevisible). No es menos decir que esa objetividad se encuentra en la realidad teniendo por medio
el carácter azaroso, claro está.
La esperanza es con todo, la disposición de dejar a un lado el fenómeno de la determinación y
racionalización, que emplea el hombre social. el burgués es en este aspecto suprimido, pues el
hombre surrealista no se asocia con estos propósitos, solo con lo inaprensible e indeterminado.
Aquí radica el contenido de protesta contra lo racional que se rige en los fines, que por lo contrario
no es el caso ni del surrealista ni del vanguardista que toman posición por los medios en que llegan,
ya sean en las relaciones semánticas, tanto si son producidas por la relación de experiencias.

la teoría de la vanguardia a excepción de los surrealistas no admiten el azar con la misma necesidad
o intención, el azar es producto ya no en protesta de la realidad sino en la obra, pues en lo referente
a la producción el azar puede servirse de forma inmediata o de medio. La forma azarosa en la que
funciona el azar inmediato es sin interpretación, solo se despliega en la espontaneidad o sorpresa
que causa. Pero su protesta conduce a la arbitrariedad de algo manifestado individualmente. Aquí
entraría el azar mediado que es mucho más complicado de entender o sea, el azar producido desde
la mediación en la obra. A esto se le suma la impotencia del burgués de no poder controlar a su
beneficio el poder, en casos como estos donde la obra es libre de cualquier prejuicio, pues no
manifiesta fin alguno de protesta o efecto. la construcción es entonces un medio legal cuando se
relaciona con lo cerrado, en este caso la racionalidad. Entonces el medio queda anclado a ser el, en
sí mismo; si lo que busca es ser genuino, ocultando su finalidad material determinada. Sin que este
sea, o tenga un sentido plenamente que no sea en la obra misma.

El concepto de alegoría en Benjamín.

La alegoría explicara ahora esa representación azarosa, que se entiende como un proceder de la obra
en su naturaleza, tanto de la función, como del efecto que emplea para referir no solo su sentido
sino su importancia como representación, de simbolizar o significar. Así pues la que mas contrasta
es la teoría de la alegoría en Benjamín que procedió de su aplicación al concepto del barroco en la
literatura, que por mas que fue aplicada a ella en un principio, su utilización se debió en parte a la
experiencia con la obra de vanguardia, pero esta misma ha servido para entender el concepto de lo
estético e inorgánico, en la obra de arte. Se ha descrito como un efecto de producción pero también
de lo estético que comprende su importancia en su manifestación o creación. Lo cual conlleva
ciertas modificaciones en el proceder de la obra pero también en lo concerniente a la función social,
de ahí que nos resulte su efecto tan importante para cada época histórica, en lo relativo a sus
modificaciones.
La relevancia de lo alegórico deviene de sus aspectos múltiples pero también particulares como lo
son la fijación por el sentido en la consumación de sus partes. también su importancia en el contexto
vital, de la cual se abstrae como fragmento, asimismo su expresión de lo simbólico, que vendría en
la melancolía y que es así para quien la produce; y por ultimo el aspecto tétrico de algo fúnebre o
muerto, al que se le relaciona con lo pésimo el esquema alegórico. Aquí adquiere una connotación
de su efecto en lo estético, pero también como base para el análisis de la teoría de vanguardia.
Su comprensión radica no solo en el esquema que nos brinda sino también a la luz de su contraparte
lo orgánico, y que radica precisamente en la producción de lo estético. Si observamos su
simbolización, el aspecto de lo orgánico se significa en la materia de la obra, con la emparentada
visión del clasicista. Sin embargo esto no ocurre en el vanguardista que para él es algo vacío o
carente de significado, en este caso lo real.
se debe tener en cuenta que la consideración del aspecto surrealista tiene ciertas envergaduras, que
le son diferentes a la posición del pensamiento clasicista u orgánico. como lo es en el aspecto del
material y sus posiciones, donde la diferencia radica en que la totalidad es la expresión del sentido.
mientras que frente a la posición del material del surrealista es montada para recoger un sentido,
que a su vez indique no tener sentido alguno. de tal forma sucede con la interpretación del
procedimiento estético, que viene en relación a la conducta. En este caso el artista alegórico es
melancólico, porque no logra trasladar o transfigurar el concepto de lo real a su proceder; pues así
estaría en la pertenencia de la función social que en ultimas es lo que se intenta evitar. Se conecta la
palabra melancolía para describir no solo la realidad ni lo total, sino esa singularidad, porque no
tiene peso ni responde a algo general, con relación a la naturaleza de lo social y de lo real.
Hay una forma de naturaleza mítica en el hombre surrealista que intenta volver en sí, con sus
experiencias que son melancólicas en el sentido de no expresar el contexto real a la que pertenece,
ganándose su aspecto de lo decadente. Se adhiere entonces en su mirar lo enigmático del sentido en
el hombre surrealista; que no intenta perder la posibilidad de la experiencia nueva, y que pueda en
consecuencia no favorables, convertirse en algo de lo formal.

Esto da pie a la categoría de interpretación de lo total y el de sus partes en la abstracción de la obra.


lo orgánico intenta asemejarse a la naturaleza, aparentar su constitución, en cambio el montaje es
necesario para encontrar la realidad en la obra de vanguardia. Porque el proceso de recepción
constructivo para cada tipo de obra es diferente en su aplicación. Su sentido deviene para lo general
unido de sus partes, mientras que lo inorgánico esta sujeto a las múltiples posibilidades de
diferentes sentidos, debido a su fragmentación.

El montaje
Con montaje nos estamos refiriendo a la constitución de la obra, que sirve para precisar con
exactitud el concepto de alegoría más detalladamente. Es inevitable no hablar de la técnica del
montaje como la construcción del arte en sus distintas ramas, a través de la unión de los fragmentos
que se desprende de la realidad, y que sirven para la elaboración a posteriori de técnicas como el
cubismo, que representaba en su dimensión la realidad de cierta forma; o en su cualidad el efecto
estético, que produce la pintura con sus procedimientos de la implementación del montaje.
Violentar la reproducción que se basa en la realidad, es aquello a lo que hace alusión Adorno
cuando se separa la obra, del contexto de lo real en el arte. que no intente similar lo real sino
incorpóralo en sus obras, siendo de por sí esto algo paradójico pero revolucionario y a la ves
moderno. Incluso esto se logra apreciar con la literatura de Breton, en la que se distinguen dos
principios fundamentales; el paradigma y la sintagma, que van representados por la constitución de
lo semántico y que representan lo inconcluso y lo establecido, y que de alguna manera crea por una
parte un sentido de realidad que contrasta de lo que tenemos por real. Esto debido a factores como
la reconciliación, el modelo estructural, o el sentido de negación que marcan un distanciamiento que
se quiere evidenciar de lo tradicional. Incluso esta implícito la interpretación del sentido
hermenéutico que menciona que las partes hacen parte de la obra, y que con las mismas se entiende
ésta. La interpretación es acá algo esencial para el sentido de la obra de vanguardia, ya sea por las
partes o el todo de lo que representa la obra. Por eso estás tan implícita la relación de la
hermenéutica en el montaje.
Conclusión
Con esto los factores que distinguirían ahora el proceso de la obra de vanguardia a la obra
convencional histórica, serían cualidades como la recepción, el sentido, o la estructura ya no
formal, con la que se desempeña y se desenvuelve en la institución arte, los movimientos modernos
de cada contexto histórico. Hacen considerar la obra inorgánica no tan distante al sentido real del
arte. Su proceso de estudio y su formación característica en la que se construye, es muestra de su
particularidad poco funcional en los medios de arte, y su tan llamativa representación que hacen
pensar las cosas de otra manera.
No es de esperar que si el arte está ligado al consumo del mercado, no se pierda su valor esencial,
sin embargo sin el propósito de no darle un sentido, es ya de por sí darle un propósito a la obra
misma. Perdura entonces por lo que es y por las cualidades con las que sobresale, en eso constituye
la obra de arte vanguardista; en la forma de recepción y posición que genera en un sistema ya poco
interpretado.

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