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Asesoramiento, Control de riesgos y Capacitación en Higiene & Seguridad Laboral


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Carga de trabajo
El trabajo es una actividad humana a través de la cual el individuo, con R su fuerza y su inteligencia, transforma
la realidad. La ejecución de un trabajo implica el desarrollo de unas operaciones motoras y unas
operaciones cognoscitivas. El grado de movilización que el individuo debe realizar para ejecutar la tarea, los mecanismos
físicos y mentales que debe poner en juego, determinarán la carga de trabajo.

La ejecución de un trabajo cubre un doble fin: por una parte conseguir los objetivos de producción; por otra,
desarrollar el potencial del trabajador. Es decir, que, a partir de la realización de la tarea, el individuo puede desarrollar
sus capacidades. En estos términos no suele hablarse del trabajo como una "carga". Normalmente este concepto tiene una
connotación negativa y se refiere a la incapacidad o dificultad de respuesta en un momento dado; es decir, cuando las
exigencias de la tarea sobrepasan las capacidades del trabajo. En este sentido la carga de trabajo viene determinada por
la interacción entre:

1. El nivel de exigencia de la tarea (esfuerzo requerido, ritmo, condiciones ambientales...).

2. El grado de movilización del sujeto, el esfuerzo que debe realizarse para llevar a cabo la tarea. Determinado por
las características individuales (edad, formación, experiencia, fatiga...) (Cuadro I).

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Carga mental
El trabajo conlleva siempre exigencias físicas y mentales, pero a nivel teórico,
para favorecer el análisis, diferenciamos trabajo físico de trabajo mental según el
tipo de actividad que predomine.

Si el trabajo es predominantemente muscular se habla de "carga física", si, por el


contrario, implica un mayor esfuerzo intelectual hablaremos de "carga mental".

El desarrollo tecnológico conlleva, al mismo tiempo que una reducción paulatina


de la actividad física en muchos puestos de trabajo, la creación de nuevos
puestos en los que predomina la actividad mental (control de procesos
automáticos, informatización, supervisión, ...). La disminución del esfuerzo
muscular va asociada en muchos casos a un aumento de la información que se
maneja.
La carga mental está determinada por la cantidad y el tipo de
información que debe tratarse en un puesto de trabajo en unidad de
tiempo. Dicho de otro modo, un trabajo intelectual implica que el cerebro recibe
unos estímulos a los que debe dar respuesta, lo que supone una actividad
cognitiva que podemos representar en el siguiente esquema:

Existen al menos dos factores de la tarea que inciden en la carga mental:

· La cantidad y la calidad de la información. La mayor o menor complejidad de la información recibida


condicionará, una vez superado el período de aprendizaje, la posibilidad de automatizar las respuestas.

· El tiempo. Si el proceso estímulo-respuesta es continuo, la capacidad de respuesta del individuo puede verse
saturada; si por el contrario existen períodos de descanso o de menor respuesta, el individuo puede recuperar su
capacidad y evitar una carga mental excesiva.

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A estos factores, además, hay que añadir los relativos a las condiciones físicas (ruido, temperatura, iluminación),
psico-sociales (relaciones jerárquicas, sistema de comunicación, etc.) en las que se desarrolla el trabajo, así como otros
de origen extra laboral.

Por otra parte, hay que tener en cuenta al individuo que realiza el trabajo. Las personas tenemos una capacidad de
respuesta limitada que está en función de:

· La edad.

· El nivel de aprendizaje.

· El estado de fatiga.

· Las características de personalidad.

· Las actitudes hacia la tarea: motivación, interés, satisfacción, etc.

Si la realización de una tarea implica el mantenimiento prolongado de un esfuerzo al límite de nuestras capacidades,
es decir, si la cantidad de esfuerzo que se requiere excede la posibilidad de respuesta de un individuo, puede dar lugar a
fatiga mental. Ésta se traduce en una serie de disfunciones físicas y psíquicas, acompañadas de una sensación subjetiva de
fatiga y una disminución del rendimiento.

Este estado puede definirse como estrés, una de cuyas definiciones puede ser: "El estrés es un desequilibrio
sustancial (percibido) entre la demanda y la capacidad de respuesta (del individuo) bajo condiciones en la que el fracaso
ante esta demanda posee importantes consecuencias (percibidas)". Mc Grath (1970)

La personalidad del trabajador tiene incidencia en el nivel de carga mental o estrés laboral resultante
de una tarea, por lo cual es conveniente que cada uno se replantee la forma en que aborda la misma, para
que esta, más allá de generar conflictos o agotamiento, le permita proyectarse en el medio laboral.

Una misma situación puede ser percibida de forma diferente por distintos sujetos. Así, una misma situación
puede resultar para algunos, amenazante y para otros, motivadora. Estas diferencias entre individuos se dan porque ante
una misma situación no todo el mundo recoge la misma información ya que no todos fijamos nuestra atención en las
mismas cosas: unos consideran importantes unas cosas que otros consideran irrelevantes. También se percibe de forma
distinta la relevancia que tiene esa situación o cómo me afecta a mí o a mi futuro. Un individuo también puede tener
dificultades por el hecho de valorar inadecuadamente sus capacidades de respuesta. Esta diferencia de percepción
originará en parte la elección de uno u otro tipo de respuestas de afrontamiento.

Lo característico del estrés es la vivencia de una situación que el individuo no puede controlar, que le
supera, como una emoción dolorosa, como un sentimiento de angustia, como un miedo al futuro.

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Formas de mitigar la carga laboral mental

Un procesamiento cognitivo correcto

Las estrategias para modificar esta situación son:

· La adaptación de qué o cuánta información se debe recoger y cómo recogerla.

· La identificación rápida de los aspectos que pueden ser relevantes y la concentración en estos aspectos.

· La focalización de la atención en la información útil para la resolución del problema y no centrar la atención en el
propio estado emocional.

· La valoración adecuada de sus propias capacidades.

En definitiva, debe buscarse el tener una más amplia perspectiva y saber valorar en su justa medida las informaciones
obtenidas.

Técnicas para la prevención del estrés

"La tensión puede controlarse, bien modificando directamente la


activación fisiológica inicial y su mantenimiento, o modificando los
efectos que los pensamientos, situaciones o conductas... tienen sobre
ellas. En el primer caso, porque se controla directamente la propia
activación del organismo, en el segundo, porque se reducen los
agentes que instigan su aparición" (Labrador, 1992).

Técnicas generales
Desarrollo de un buen estado físico: El desarrollo y mantenimiento de un buen estado físico tiene buenos efectos en
la prevención del estrés; para ello, es aconsejable la realización de ejercicio de manera habitual. En general, el ejercicio
aumenta la resistencia física del individuo a los efectos del estrés pero además aumenta también la resistencia psicológica:

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la realización de ejercicio nos obliga a desplazar la atención de los problemas psicológicos y nos permite el descanso y la
recuperación de la actividad mental desarrollada anteriormente.

El ejercicio físico permite movilizar el organismo mejorando su funcionamiento y su capacidad física de cara a que
esté en mejores condiciones para hacer frente al estrés, aumentando la capacidad para el trabajo físico y mejorando las
funciones cardiovascular, respiratoria y metabólica.

En términos generales, se puede decir que el trabajo en la actualidad requiere cada vez menos respuestas de tipo
físico y más respuestas de tipo intelectual. Con el ejercicio podemos utilizar y consumir ciertos recursos orgánicos que rara
vez podemos utilizar en el desarrollo de nuestro trabajo y que de no ser "quemadas" pueden depositarse en el sistema
vascular originando problemas como un aumento en el nivel de presión arterial.

Dieta adecuada

El desarrollo de buenos hábitos alimentarios que condicionan el estado nutricional del individuo constituyen una
medida aconsejable para la prevención del estrés. Las demandas energéticas que actualmente recibimos de nuestro
entorno determinan la necesidad de tener un equilibrio alimentario adecuado para responder a esas demandas y para no
desarrollar problemas carenciales.

La distracción y el buen humor

Fomentar la distracción y el buen humor constituye una buena medida para prevenir situaciones de ansiedad o para
aliviarlas, pues además de facilitar el desplazamiento de la atención de los problemas, contribuye a relativizar la
importancia de los mismos.

Además de lo ya expuesto existen otras técnicas como ser: Técnicas cognitivas, Técnicas fisiológicas, Técnicas
conductuales.

También se puede prevenir la fatiga desde un enfoque organizacional a través de la mejora de las condiciones de
trabajo y en la reformulación del contenido del puesto de trabajo.

Estas deben apoyarse en el estudio de las condiciones ambientales (iluminación, ruido, calidad del aire, condiciones
termohigrométricas); de los elementos que configuran el equipamiento del puesto (mobiliario, útiles y herramientas de
trabajo, incluida la información y documentación que se maneja y el tipo de soporte de esta información); de las exigencias
de tratamiento de las informaciones (movilización de recursos atencionales, de memorización, de cálculo numérico, de
razonamiento lógico, de solución de problemas y toma de decisiones); etc..

De este estudio pueden surgir intervenciones como: la eliminación de ruidos, la utilización y correcta ubicación del
mobiliario más adecuado, la mejora de los útiles de trabajo como ayuda en el tratamiento de la información, la posibilidad

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de poder realizar pausas, y disponer de un lugar adecuado para ello, etc. El fin último debería ser la adaptación de las
condiciones de trabajo a las características de las personas que lo desarrollan.

La reformulación del contenido del puesto de trabajo puede dotarlo de tareas variadas y con significado para quien
las realiza. El logro de estas metas, favorece la sensación de que se terminan cosas y actúa, por un lado, como incentivo y,
por otro, como marcador de pausas naturales (entre metas).

Conclusión

Para finalizar, aunque no para agotar el tema, es necesario entender que nuestro cuerpo es una máquina casi
perfecta, que se encuentra manejada o controlada por una computadora central que es el cerebro.

Este último, se encarga de que se desarrollan todas las funciones que nos mantienen vitales y saludables como
regular el ritmo cardíaco y respiratorio, controlar el consumo y digestión de los alimentos, obturar las heridas, atacar la
invasión de gérmenes y vírus a nuestro organismo, regular la temperatura corporal en base a la temperatura ambiente,
manejar los fluidos, estandarizar los momentos de trabajo y descanso (ritmo sircadiano) y una larga lista de etcéteras
más.

Todo esto debe ser realizado en medio de miles de pensamientos, percepciones de riesgo, evaluación de resultados,
sentimientos encontrados de amor y desazón, preocupaciones reales o ficticias, y análisis varios que diariamente y en cada
fracción de segundo viajan y son monitoreados a través del sistema neuronal que poseemos.

Por todo lo expresado y más aún, por lo que queda por saber, es necesario entender que la sobrecarga de trabajo
mental existe y es la encargada de generar la miríada de fracasos y enfermedades (psicosomáticas) que muchas de las
personas sufren.

Por supuesto, no todo esto es adjudicable a nuestro trabajo. Pero el trabajo es una parte importante de nuestra
vida, y forma, junto al resto de ella, el total de los elementos componentes que afectan (para bien o para mal) nuestra
salud.

A partir de esta realidad, es conveniente apreciar que debemos re aprender a vivir, conviviendo con las nuevas
formas de vida (laboral y particular), manejando las presiones y asignando el lugar y el tiempo correspondiente a cada una
de las responsabilidades, entre las cuales se encuentra la del cuidado de uno mismo.

Al fin y al cabo, si nuestra máquina se descompone y deja de funcionar, todos los demás problemas o se quedan sin
solución o dejan de existir … o los solucionará otra maquina …

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Literatura consultada: Clotilde Nogareda - Cuixart Félix Martín Daza (Licenciados en Psicología) - M. Isabel de Arquer (Lcda. en
Psicología)

Aportes, compilación y edición: Lic. Daniel A. Picapietra - HySeL Argentina®

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