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Edmond Cros

El sujeto cultural
sociocrítica y psicoanálisis

FONDO
EDITORIAL
UNIVERSIDKD
EAFIT
Índice

El sujeto cultural: de Émile Benveniste


a Jacques Lacan .................................................. 11
a
2
!
: El sujeto cultural y el star-syslem ....................... 31
d
B
EL SUJETO CULTURAL s O C I O C R ~ T I C ~ PSICOANÁLISIS
Y !
S. El sujeto cultural colonial: la no representabilidad
32
Segunda edición. corregida y aumentada: Mano de 2003 8 del otro ............................................................... 39
0 Edmond Cros
B Fondo Editorial Universidad EAFIT
4
Carrera 49 # 7 Sur 50. Medellin. Sobre las representaciones históricas del sujeto
http//www.eafit.edu.co/fando cultural: la emergencia de la figura del
. . . .
ISBN: 958-8173-34-5
cristiano
%>
vlejo ,, ..................................................
57
Dirección editorial:
Letic12 Beroa1
Corrección finai: El sujeto cultural o el ideal del yo como instancia
Augusto Escobar M
reguladora: el cuento del Abencerraje
Diseño y diagramación:
Mina Gjrldo X (siglo XVi) .......................................................... 81
liustración de Cariitula:
Ingrid Moog. E& 2002 jB
9 La puesta en escena del sujeto cultural: estudio
Editado en Medellfn,
Colombia, Sur América. semiótico de un retrato de Mateo Alemán .......... 91
1

1
Para una nueva definición del "ideologema" ..... 109 De Piero della Francesca a Los olvidadosde Luis
Buñuel .............................................................. 2 19
El texto literario: "memoria viva"
y morfogénesis ................................................. 129 Descanso en La Huida a Eg~ipo,,un lienzo del lego
cartujo Fray Juan Sánchez Cotán ......................229
Materialismo y discurso literario: por una poética
materialista. .............................. ....................... 139 El impacto del sujeto cultural en la novela
española actual (1975-2000)
El Cartero deNeruda; de la novela de Skármeta Annie Buss~ere..............................................23 5
a la película. ..................................................... 149

Edipo y el sujeto cultural en La historia oficial


de Luis Puenzo .................................................. 161

Análisis sociocrítico de Elllano en llamas de


Juan Rulfo .................................................. 175

-fl-El texto culfural. Teoria y aplicacio~es..


cke-~hage~-p~Rfurs. .............................. 18 7

Por una aproximación al texto cultural .............. 189


. .
En el margen de la escritura, el sueño: a propósito
de i3i.idiana de Luis B uñuel. ............................. 191

Myeres alborde de un ataque de nervios d e


Pedro Almodóvar. ............................................ 207
El sujeto cultural:
de Émile Benveniste a Jacques Lacan

La cultura puede ser definida -entre tantas posibles definicio-


nes- como el espacio ideológico cuya función objetiva consiste en
enraizar una colectividad en la conciencia de su propia identidad. Es
específicay ésta es su característica fundamental. La cultura. en efecto,
sólo existe en la medida en que se diferencia de las otras y sus límites
vienen señalados por un sistema de indicios de diferenciación. cua-
lesquiera que sean las divisiones y la tipología adoptadas (culturas
nacionales, regionales, de clase, etc.). La cultura funciona como una
memoria colectiva que sirve de referencia y, por consiguiente. es vi-
vida oficialmente como guardiana de continuidad y garante de la fi-
delidad que el sujeto colectivo debe observar para con la imagen de
sí mismo que de este modo recibe. La historia la presenta, sin embar-
go, como el producto de tensiones políticas y de contradicciones ideo-
lógicas sin límites estables, modificadas incesantemente por nuevas
tensiones sociales o históricas que desembocan en remodelados fun-
damentales o en abjuraciones.
Como representación de algo que sería una esencia, la cultura es
el campo donde lo ideológico se manifiesta con mayor eficacia, tanto
más cuanto que se incorpora a la problemática de la identificación,
donde la subjetividad es conminada a sumergirse en el seno de la
misma representación colectiva que la aliena.
La cultura no es una idea abstracta. Como lo recordaba Louis
Althusser al referirse a la ideología, la cultura no posee existencia
ideal, sólo existe a través de sus manifestaciones concretas, es decir:
1 - el lenguaje y las diversas prácticas discursivas,
2 - un conjunto de instituciones y prácticas sociales,
.U SUJETO cTZ7ZW4L DE .&LEE R E W W S T E A JACQOTS WDW

3 - una particular manera de reproducirse en 10s sujetos, conser- Del advenimiento del sujeto
vando, sin embargo, idénticas formas en cada cultura.
El sujeto puede haber asimilado e interiorizado en mayor o me- En lo tocante a los modos de intervención de las prácticas socia-
les e institucionales en esta alienación, lo que sobre ello dice Althusser
nor grado su propia cultura pero no puede ejercer sobre ella, a nivel
coincide con lo que escribe P. Bourdieu en t e senspratipe: lo ideoló-
individual, ningún tipo de acción. En efecto, la cultura es un bien
gico me convoca como sujeto y a1 hacerlo me fuerza a emerger con
simbólico colectivo que existe precisamente porque es compartido
esta forma (Althusser);la adecuación del habitusse refiere asimismo
colectivamente. Las divergencias que en este plano separan a un in-
al conocimiento -con-nascere (P. Bourdieu)-. Voy a intentar demos-
dividuo de otro corresponden únicamente a variaciones de gradua-
trar que el sujeto cultural es el agente de esta alienación, centrándo-
ción en la apropiación de dicho bien, o, más exactamente, a una ma- me especialmente en la manera como dicho sujeto cultural opera en y
yor o menor adecuación del individuo e los modelos de comporta- por el discurso.
miento y a los esquemas de pensamiento que le son propuestos. Esas Asentaré mi análisis sobre dos hipótesis correlativas:
divergencias reproducen sin duda, aunque con mayor o menor exac- 1- Lenguaje y cultura son dos nociones co-extensivas, por lo me-
titud, las diferencias de clase, pero yo no enfoco la cuestión desde un nos si por lenguaje nos referimos a todos los sistemas significantes
punto de vista que tome en consideración la tipología de las culturas de una sociedad determinada contemplada en un momento preciso
de clase. Con el fin de no ocultar su naturaleza fundamentalmente de su evolución histórica (lengua+prácticas semióticas diversas y
ideológica, yo concibo el sujeto cultural como una instancia que inte- múltiples).
gra a todos los individuos de la misma colectividad: en efecto, su 2- Por el lenguaje es como el hombre se constituye como sujeto,
función objetiva es integrar a todos los individuos e n un mismo con- para retomar una sugerencia de Émile Benveniste que comentare-
junto al tiempo que los remite a sus respectivas posiciones de clase. mos más adelante:
en la medida en que, como ya he dicho, cada una de esas clases
Para que el habla garantice la comunicación, es preciso que sea
sociales se apropia de ese bien colectivo de diversas maneras. habilitada por el lenguaje, del que es únicamente la actualiza-
La cultura es una realidad primera. Se le podría aplicar la fórmu- ción. En efecto, en el lenguaje es donde debemos buscar la
la utilizada por Althusser referente a la ideología y afirmar que ella condición de esta aptitud, que reside, a mi parecer, en una
me interpela como sujeto, fórmula que equivale, de hecho, a plantear propiedad del lenguaje poco visible tras la evidencia que la di-
la cuestión del advenimiento del sujeto y de su alienación por un ya simula y que no podemos caracterizar por el momento más que
aqwídeológico. inscrito tanto en las prácticas sociales e institucionales someramente. En ellenguaje ypor ellenguaje es como elhom-
como en el lenguaje. bre se constituye en sujeto porque sólo el lenguaje fundamen-
Cuando hablo de sujeto culturad designo pues al mismo tiempo: ta en realidad. en su realidad que es la del ser, el concepto de
1 - una instancia de discurso ocupada por Yo, "ego" [...l. Ahora bien, yo considero que esta subjetividad, en-
2 - la emergencia y el funcionamiento de una subjetividad, focada desde la fenomenologia o desde la psicología, como
se quiera, no es más que la emergencia en el ser de una pro-
3 - un sujeto colectivo, piedad fundamental del lenguaje. Es "ego" quien dice "ego".
4 - un proceso de sumisión ideológica. Ahí es donde se halla el h d a m e n t o de la 'L;ubjetiw¿Yad"que
se determina por el estatuto lingürStico de la persona. [.. .l Es, j
pues, literalmente cierto que el fundamento de la subjetividad ¡
se halla en el ejercicio de la lengua. Si se toma la pena de re-
EL sumo C m m . ' s o c r o c ~ ~Y ~sirnmkcrsis
z~

flexionar sobre ello, se verá que no hay mas testimonio objeti- La postura de Benveniste excluye el campo de investigaciones
vo de la identidad del sujeto que el que éste da sobre sí mismo privilegiado por la sociocrítica que está avalada por las nociones de
al hablar.' sujeto transindividual y de no-consciente. Yo designo como discurso
Aunque me adhiero a la tesis sostenida en este pasaje referente a a la especificidad discursiva de un sujeto transindividual, lo cual me
lleva a definir como interdiscursividad el conjunto de las prácticas
la existencia de una estructuración linguistica constituida por las re-
laciones que se establecen entre las personas en el discurso y a la adquiridas -esencialmente en un contexto de interlocución- por un
función morfogenética básica de esta estructuración, quisiera seña- sujeto que, como todos los sujetos, ha atravesado y sigue atravesan-
do varios y &versos sujetos transindividuales; esta interdiscursividad,
lar nuestras diferentes e irreductibles interpretaciones del concepto
de sujeto. Cuando Benveniste confronta la lengua y el discurso con- así definida, constituye su competencia, noción que para mi atañe
pues al habla y no a la lengua. En efecto, la lengua sólo existe en los
trapone una estructura socializada a unas "configuraciones del habla
[que] son únicas cada vez" y obedecen a unas finalidades individua- diccionarios y en los libros de gramática, corresponde con una reali-
dad segunda reconstituida y, más exactamente, transformada en au-
les responsables de su dinamismo:
téntica esencia por los lingüistas a pesar de la postura expresada por
Ahora bien, la lengua es una estructura socializada que el ha- Ferdinand de Saussure que en el pasaje siguiente justifica mi propia
bla somete con finalidades individuales e intersubjetivas, aña- afirmación:
diéndole así un disefio nuevo y estrictamente personal. La len-
gua es un sistema que todos comparten; el discurso es a la vez Si pudiéramos abarcar la totalidad de las imágenes verbales
portador de un mensaje e instrumento de acción. En este sen- almacenadas en todos los individuos tocaríamos el enlace so-
tido. las configuraciones del habla son únicas cada vez, aun- cial que constituye la lengua. Es un tesoro depositado por la
que se realicen en y por medio del lenguaje. En el sujeto se da, práctica del habla en los sujetos que pertenecen a una misma
pues, antinomia entre el discurso y la lengua.2 comunidad, un sistema gramatical que existe en los cerebros
de un conjunto de individuos pues la lengua no es completa en
Las fórmulas que él utiliza implican, por otra parte, que la lengua ninguno de los casos. sólo existe en la masa.=
sea una realidad primera anterior a la palabra [...el habla es la actua-
fización de la lengua ... la subjetividad es la emergencia en el ser de Es evidente que aquí Saussure sólo contempla una lengua que
una propiedad fundamental del l e n y a j e...1 El empleo de lengua y utilizarían unos múltiples conjuntos o comunidades de individuos
fenguajeaparentemente como sinónimos acentúa todavía más la con- cuyas "imágenes verbales", yuxtapuestas las unas con las otras, aña-
fusión. [Tengo que precisar que por mi parte cuando escribo más ade- diéndose las unas a las otras (la totalidad de las imágenes verbales),
lante que el niño tiene acceso al lenguaje me refiero a su aptitud -en el caso que sea posible abarcarlas en una misma visión- sacarían
psicofisiológica para expresarse verbalmente; en los demás casos lla- a luz los contornos de esta masa, de este mosaico que constituye la
mo lenguaje al conjunto de las semióticas distintas de las "macrose- lengua, la cual sólo queda completa en esta imagen virtual hecha con
mióticas naturales" que son las lenguas nacionales y regionales.] múltiples adiciones. Por otra parte, también para él la competencia
del sujeto, específica a cada una de estas comunidades, es un pro-
ducto de la experiencia ("tesoro depositado por la práctica del habla").
' É. Benveniste. "De la subjectivité dans le langage", Journal depsychologie. Pero regresemos a Benveniste a partir de lo que acabo de decir
juil1.-sept. 1958, PUF. vuelto a publicar en ProbIemes deliBguisiquegéBérale.
págs.259-260 (En adelante el subrayado y las traducciones son mías). referente al proceso de adquisición de las competencias discursivas.
' "Remarques sur la fonction du langage dans la découverte freudienne" en
ProbJemes 1966, pág.78. ' Cours de llnguisripe générale París. Payot, 1964

- í5-
Éste describe de manera magistral la función estructuradora funda- A partir de esta constatación-la existencia deuna red de formas
mental de la instancia de enunciación. El signo yo es para él un pun- vacías que preexiste a la emergencia de la subjetividad- discrepo de
to de referencia con arreglo al cual se organiza una red semiótica Benveniste en lo siguiente:
constituida por el funcionamiento de los pronombres, los deícticos y 1- Dicha red no es el producto "de una propiedad fundamental de
la expresión de la temporalidad; si, en efecto, como lo dice él, el pre- la lengua" sino de las modalidades de. adquisición de la facultad dis-
sente se refiere al tiempo en que uno está o el tiempo en que se cursiva: es ego aquel a quien s e ha ense5ado a decir egoy no senci-
proyecta. esto significa que indica el tiempo en que él habla. El len- llamente aquel que dice ego. La facultad discursiva como facultad
guaje propone, escribe Benveniste, psicofisiológica se debe distinguir de aquello que se ha de considerar
un conjunto de signos "vacíos", no referenciales respecto de la como la reproducción de un discurso transmitido por la práctica y la
realidad. siempre disponibles, y que se "llenan" en cuanto un experiencia. Los mecanismos de interiorización del discurso funcio-
locutor los asume en cada instancia de su disc~rso.~ nan como un espejo: digo yo porque a mí me hablan de tú. Esta es-
tructura vacía que es la instancia de enunciación y que me está pro-
Es sabido que, para él, tales signos poniendo la interlocución me interpela literalmente como a un suje-
vacíos. a la espera de reactivación, corresponden a "indicadores" to.
que pertenecen a clases diferentes (pronombres, adverbios, 2- Este punto de referencia en torno a1 cual se organiza dicha
locuciones adverbiales, forma verbal del presente de indicati- red, el Yo, es una máscara, un señuelo, un "lugar-teniente" ya que
VO).~ detrás de esta ilusoria subjetividad se oculta el sujeto cultural.
Debemos examinar ahora este punto de emergencia a partir de
Yo es una forma vacía en espera de ser investida para convertir-
las teorías de Jacques Lacan, para quien la sustitución del significante
se en instancia de discurso. Instalándose en el centro de dicha red el
fálico por el significante Nombre de Padre le permite al niño emerger
locutor se declara como sujeto, de donde la conclusión siguiente:
como sujeto accediendo a la práctica discursiva ("a la práctica de la
Si se toma la pena de reflexionar sobre ello, se verá que no hay lengua", dice Lacan), lo cual equivale a decir que el sujeto que emerge
más testimonio objetivo de la identidad del sujeto que el que está dividido por el orden mismo del "lenguaje", en la medida en que
éste da sobre sí mismo al hablac6 un símbolo (nombre del padre) designa metafóricamente el objeto
Dicho de otra forma, esta red significa hasta antes de que me primordial del deseo, ya inconsciente (deseo incestuoso). Es en la
inserte en ella. habla en mi lugar, como si fuera yo quien hablara, medida en que no sabe lo que dice, es decir, en la medida en que "es
antes de que tome yo la palabra. Cuando el sujeto se instala en esta hablado", que el sujeto está escindido.
estructura. lasformashabfanporéf. Esta idea de la subjetividad como Las dos perspectivas designan el acceso al simbolismo como el
producto del discurso (y no de la lengua) implica ya. en consecuencia, factor de emergencia de la subjetividad; con la diferencia, sin embar-
go, que para Lacan advienejuntamenteel inconsciente, lo cual trans-
una difracción entre el sujeto que habla y el sujeto hablado.
forma radicalmente la naturaleza del sujeto: en adelante éste resulta
escindido, "tachado", no sabe lo que dice, no sabe que, nombrando a
Benveniste, "La nature des pronoms", For Roman Jakobson, Mouron & Co. La su padre, expresa su deseo incestuoso. Pero esta afirmación implica a
,
Haye. 1956. vuelto a publicar en Prob/eiBes., 1966. pág.254. su vez la presencia de una red de signos preexistentes en el seno de
Ibid. p.253. la cual las formas hablan por él. Este sujeto resulta escindido en la
Véase supra. pág.13. nota 1. medida precisamente en que dicha red habla por él:
El niño. en efecto, no sabe ya lo que dice en lo que enuncia. ciente, no pasa de ser un lugar-teniente del ellos; o, en el mejor de
Otra manera de evocar que el niíio accede al lenguaje no sa- los casos, del se, lo que equivale a decir que el sujeto del deseo está
biendo lo que dice. El lenguaje aparece, pues, como la activi- doblemente amordazado. Lo está en efecto, e n este caso, por una
dad subjetiva por medio de la cual se dice algo distinto de lo instancia que rige una red de valores sociales y de paradigmas éticos
que se cree decir en lo que se dice.7 agazapada tras los señuelos de la subjetividad.
En los dos casos lo que es prohlemático y que debemos cuestio- La emergencia del sujeto en y por la performancia discursiva
nar es aquello que se oculta detrás del yo: si el sujeto auténtico se ha engendra un sistema plurisistémico en el seno del cual deseo exami-
desvanecido para siempre en el mismo momento en que aparecía nar el papel que desempeña el s@to cultural, del cual es el sujeto
(Lacan). ¿a quién pertenece la voz que se oye en el seno de la red del no-consciente un constituyente primordial.
discursiva organizada por la instancia de enunciación?
Para Joel Dor ese "algo distinto" se instituye "fundamentalmente
como el inconsciente. fuera del alcance del sujeto que habla por estar 1- Su alienación
constitutivamente separado de él". Sin embargo, ese "algo distinto" El orden significante, responsable de la división del sujeto, lo es
no se puede reducir al inconsciente. Ya evoqué varias veces la natu- también de su alienación. Ello se debe a una propiedad especifica de
raleza y la función que desempeñan las concreciones sociodiscursivas cualquier práctica semiótica que genera una escisión entre la reali-
producidas por los diferentes sujetos transindividuales en forma del
dad y aquello que la representa. El signo convoca a la realidad y la
no-consciente, aplicando esta noción goldmaniana al registro de las realidad se desvanece en el signo en heneficio de su representación
expresiones lingüísticas. El sujeto transcribe en ellas las particulari-
dades de su inserción socioeconómica y sociocultural así como la evo- a través de la palabra, que es ya una presencia constituida de
lución de los valores que marcan su horizonte cultural, sin que la ausencia, la propia esencia se n ~ m b r a . ~
transcripción de estos elementos provoque en el sujeto que habla ni Lo mismo le ocurre al sujeto, que sólo figura en su propio discur-
una toma de conciencia ni un proceso de represión. Al hablarlas, el so al precio de una escisión entre lo que sería la autenticidad de su
sujeto dice siempre más de lo que quiere decir y de lo que cree decir. ser y el símholo que lo representa, ya que el sujeto que emerge se
Introducidas en forma de microsemióticas intratextuales, esas carac- inscribe en el discurso con la forma de un lugar-temente:el sujeto
terísticas discursivas -producto de las particularidades de las estruc- aparece siempre representado en el lenguaje en detrimento de su
turas sociales- ensanchan los límites de la visibilidad social de los verdad; esta representación implica el desvanecimiento del sujeto
textos.' Éstos, originariamente productos discursivos, son almacena- del inconsciente o sujeto del deseo, la imposibilidad que éste tiene de
dos en la memoria de una comunidad perdiendo e n ella la inmediatez expresar él mismo la autenticidad de su deseo, enmascarada por el
de su sentido; más tarde serán reactivados por la instancia discursiva lenguaje: "Lo que ahí había dispuesto a hablar L..] desaparece al no
que corresponde al sujeto del no-consciente. El sujeto del no-cons- ser más que un ~ignificante".'~
ciente es hablado entonces en el discurso tanto como el sujeto del El sujeto no habla, es hablado en su discurso sin que él lo sepa;
deseo, aunque cada uno de ellos elija para expresarse un camino di- permanece oculto en el decurso del habla del sujeto hablante: "1
ferente. Cuando el yo asume los enunciados del sujeto del no-cons-
Lacan, "Fonction et champ de la parole et du langage en psychanalyse". 1953,
' Dor. 1985, pág.132, en Écnts 1966, pág.276.
Cros. 1980 y 1990. lo "Position de I'inconscient" (1960). en Écrits 1966. pag.840.
'
sujeto, pues. no se le habla. Ello habla de él y en ello es donde se le mos en los empleos de las formas impersonales quecaracterizan las
aprehende"." repeticiones explícitas de la doxa, los tópicos, los clichés, los ideo-
Cuando el sujeto es tachado, nace así al lenguaje y por el lengua- logemas, todos los cuales representan el estrato más visible de la
je y es inmediatamente atrapado en una red de signos organizadas instancia regida por el sujeto cultural. En todos esos casos, el enun-
según líneas de sentido y trazados ideológicos que constituye lo que ciador puede ser una infinidad de sujetos o ninguno -lo cual viene a
se suele designar con el nombre de cultura, que es regida a su vez ser lo mismo-, una no-persona, "una invariante no-personal y nada
por la instancia a la cual yo llamo sujeto cultura1 La verdad del sqeto más que eso".'3
está perdida para siempre. oculta por los diferentes discursos que El Yoha cedido su sitio al ellos. que en el lenguaje popular remite
contribuyen a borrarla y a desvanecerla. Entre todos esos discursos, a las fuerzas dominantes -lejanas, luego irrepresentables-, a los au-
el sujeto cultural es probablemente el que lo amordaza con mayor sentes, empleando la definición de los gramáticos árabes que recuer-
eficacia. ya que la cuestión que se plantea es saber quién habla en el da Benveniste, a esa no-persona que posee "como marca la ausencia
sujeto hablante y cómo esas diferentes palabras se dan a oir en él. Ya de lo que califica específicamente al <<yo>, y al «tú»", es decir, la au-
he abordado este problema al referirme a ese algo distinto que se sencia de cualquier índice de subjetividad, la ausencia de cualquier
dice más allá o más acá de lo que se cree decir. Veamos cómo se marca de enunciación.
presenta en todo acto de discurso, examinando rápidamente las hue- El sujeto cultural, que se expresa esencialmente en e l enunciado,
llas del proceso de enunciación en el enunciado y las distintas formas s e distingue radicalmente, precisamente p o r eso, del sujeto del de-
que puede adoptar la presencia del enunciador. El sujeto hablante se seo que sólo puede darse a OI? en la enunciación.
pone en escena en la enunciación en forma de Yo, apropiándose asi Esos casos extremos sólo son, sin embargo, indicadores de un
de las formas vacías, pero la descripción que propone Benveniste proceso más general en el que el sujeto que habla por medio del Yose
permite comprender mejor cómo la verdad de su ser se desvanece en ilusiona tomando a su cargo o pareciendo que toma a su cargo un ya
lo preconstruido del lenguaje y se borra tras un lugar-teniente que lo aquíideológico. Tras la máscara de la subjetividad se ve entonces
enmascara. Sin embargo, esta verdad sólo puede emerger -antes de operar al discurso del sujeto cultural. Ahora bien, ese sujeto cultural,
perderse inmediatamente- en esa articulación del lenguaje que cons- de naturaleza doxológica, legisla, dicta pautas de conducta, designa
tituye la enunciación: paradigmas, recuerda verdades basadas en la experiencia o en la fe.
En todo discurso, la presencia del inconsciente [...] ha de bus- De este modo desarrolla una estrategia discursiva radicalpara la eli-
carse en la enunciación, o. lo que es lo mismo, en el decirque minación del sujeto del deseo.
Jacques Lacan opone a lo dicho (enunciado) donde la verdad,
para hacerse oír, no puede más que medio-decirse.lz
2- El sujeto cultural, un espacio proyectado de
El sujeto puede. sin embargo, encontrarsepresent15cadobajootras identificación
formas que atestiguan la mayor o menor distancia que éste adopta
con respecto a sus enunciados.(nosotros, tú, ellos, se...), es decir, con La noción de sujeto cultural implica un proceso de identificación,
respecto a su propia subjetividad, la cual, en casos extremos, puede en la medida en que se fundamenta en un modo específico de rela-
desaparecer de la puesta en escena. Encontramos esos casos extre- ciones entre el sujeto y los otros. En efecto, en el sujeto cultural Yose
confunde con los otros, el Yoes la máscara de todoslos otros.
" pág. 835
Écri~s. 'l
E. Benveniste, "Structures des relations de personnes dans le verbe", Bulletin
' Écn¿s pág.834. de la Société de Linguistique, XLIII. 1946. en Pmblemes 1966. pág.231.

-22 -
XL sumo nnrow:s~croc~fiic4
i.~srcc~v&rs~s

Sin embargo, es mejor dejar de lado, al menos a! principio, todas mo", como si, al contrario, fuera la sociedad-laque preexistiera
las marcas externas de la identificación (imitaciones, roles sociales, al individuo y de la que éste se hubiera desembarazado sólo a
mimetismo...). El sujeto cultural se construye en el espacio psíquico medida que adquiría conciencia de sí mismo...'*
de un Único individuo. lo cual no quiere decir que deban dejarse de
lado fenómenos colectivos que, en el marco de prácticas institucio-
Y el mismo lingüista escribía ya en 1956 en "Remarques sur la
nales, modelizan uniformemente a los participantes. La noción de fonction du langage dans la découverte freudienne":
sujeto cultural forma parte. ante todo, de la problemática de la apro- Por el solo hecho de la alocución, quien habla de sí mismo ins-
piación del lenguaje en sus relaciones con la formación de la subjeti- tala a/ otro en sí.~precjsamenteporeso s e capta, Se C O B ~ O B ~ ~ ,
vidad, por una parte. y con procesos de socialización, por otra. El se instituye tal como aspka a
sujeto no se identifica con el modelo cultural, al contrario, es ese
En otro plano, sin embargo, a partir de la reversibilidad y de la
modelo cultural lo que le hace emerger como sujeto. El agente de la
identificación es la cultura, no el sujeto. Al sujeto no le queda más especularidad del Yo y del Túsacadas a la luz por Benveniste, tene-
salida que identificarse cada vez más con los diferentes lugz-tementes mos que volver una vez más a Jacques Lacan y especialmente a lo
que lo presentifican en su discurso. que dice sobre el narcisismo y la fase del espejo.
Se puede reconocer en mi manera de plantear el problema el Para Lacan, la identificación imaginaria es lo que determina la
esquema explicativo al que recurre Lacan para explicar la emergen- estructura del Ego. Éste no puede ser asimilado a un sujeto del cono-
cia de la subjetividad. En efecto, la hipótesis que yo propongo es que cimiento considerado en función de nociones como percepción o con-
el s@to cukuraly el Ego emergen al mismo tiempo. ciencia; el Ego es únicamente el producto de la captación imaginaria
Me basaré en las observaciones de Benveniste a propósito de la que caracteriza al narcisismo; efectivamente, en la fase del espejo el
dialéctica del Yo y del tri. donde él sitúa el fundamento lingüístico de Ego se forma a partir de la imagen del otro, es una concentración de
la subjetividad: imágenes expedidas por el otro. Mostraré una clara ilustración de ello
El lenguaje sólo es posible porque cada locutor se sitúa como en la puesta en escena del Ego que constituye el retrato de Mateo
sujeto refiriéndose a sí mismo como yoen su discurso. Por ello, Alemán estructurado por las representaciones narcisistas en un pla-
yo sitúa a otra persona, a aquella que, por exterior que sea a no de fondo de paranoia (v. iflira, cap.6).
"ego". se vuelve mi eco al que le digo tú y me dice tú [...l. La imagen del niño en el espejo y la imagen de4 otro constituyen
Polaridad por lo demás muy singular en sí y que presenta un una sola instancia, el Yo idea/. El niño ve su imagen completa en el
tipo de oposición cuyo equivalente no se encuentra en ningún espejo, cuando hasta ese momento se ha sentido como un cuerpo
otro ámbito fuera del lenguaje. Esta polaridad no significa ni fragmentado y no ha alcanzado todavía el control de su cuerpo. Esta
igualdad ni simetría: "ego" conserva siempre una posición de premaduración es la causa de su alienación imaginaria por la imagen
transcendencia con respecto a tó; con todo, ninguno de los dos ideal de sí mismo que prepara su posterior identificación con el se-
términos se concibe sin el otro; ambos son complementarios, mejante, con la imagen del otro. que encarna el control del cuerpo y
pero según una oposición "interiorfexterior", al mismo tiempo la realización de su propio deseo:
son irreversibles [...l. Así desaparecen las antiguas antinomias
del "ego" y del "otro". del individuo y de la sociedad. Dualidad
que sería ilegítimo y erróneo reducir a un solo término origi- " 'De la subjectivité dans le langage", Aydiologie, juill. -sept.1958. PUF.vuelto
nal, tanto si dicho término fuera el "ego" que debería estar a publicar en Probldmes...,1966, pág.260.
instalado en su propia conciencia abrirse a la del "próji- l5
Vuelto a publicar en ProbI/mes..., 1966, pág.77: el subrayado es mío.
El sujeto localiza y reconoce originariamente el deseo por me- En la novela del Abencerraje (v. inka, cap.5). san los valores ca-
diación no sólo de su propia imagen sino también de la imagen ballerescos los que se encarnan tanto en Abindarráez como en Ro-
del cuerpo de su semejante...'" dríguez de Narváez; estos valores constituyen la estructura de me-
Esta rivalidad especular, vivida como una situación de enfrenta- diación donde vienen a identificarse una con otra las representacio-
miento. suscita "la más íntima agresividad" y desemboca en el deseo nes respectivas de los dos hermanos enemigos. También Mateo Ale-
de la desaparición del otro: mán se pone en escena con los rasgos de un ideal del Yo (el centinela
y la serpiente como símbolos de la prudencia, el paradigma de la
lo que el sujeto percibe en esta imagen alterada de su cuerpo elocuencia, el ejemplo del hombre de acción, la vocación didáctica ...
es el paradigma de todas las formas del parecido que van a v. iBfr cap.6).
dejar en el mundo de los objetos un tinte de hostilidad, proyec- El sujeto cultural y el Ego constituyen pues dos instancias de un
tando en él el avatar de la imagen narcisista, la cual, debido al mismo espacio psíquico: el primero se implanta en lugar del oójeto,
efecto jubiloso de su encuentro en el espejo, s e convferte a/
es decir, en un vacío que es el espacio de la representación incons-
enfrentarse con el semejaBte en el vertedero de la más &tina
ciente previa a la existencia de otro que estaba a la espera de este
agresividad"
exteri~r.'~
En el capítulo 4, donde analizo un texto de Antonio de Nebrija El sujeto cultural es el sefiuelo del otro. Mientras que en el len-
(España, 1492). se verá cómo en situaciones históricas generadoras guaje, el Yo, lugar-teniente del sujeto del deseo, llena las formas va-
de angustia. los fantasmas del miedo son responsables de la altera- cías de la red de la enunciación, en la formación del Ego, el sujeto
ción que el escritor provoca en el espacio simbólico de la identidad cultural. como lugar-teniente del otro, viene a moldearse en la repre-
colectiva al deconstruir el tópico de la t r a h t i o imperiicancelando sentación inconsciente y ya aqui'de otro.
la representación del "turco", y renegando así, en parte, de su heren- El Ego toma forma pues a partir de la imagen del objeto, que
cia cultural. Lacan concibe, como acabamos de ver, como una representación in-
Sólo el ideal del Yo puede regular las relaciones entre el egoy el consciente, previa del otro, lo cual nos lleva a recordar la dialéctica
ego ideal Ahora bien. este ideal del Ib está formado por la interio- de la identificación de sí mismo con otro y del otro con ese sí mismo,
rización de los rasgos simbólicos inscritos en la cultura, es decir, por tal como aparece en el esquema L de la dialéctica intersubjetiva que
la integración de la instancia que yo llamo sujeto cultural Es, pues, Lacan articula con la fase del espejo.''
este s+to cultural el que opera como mediador entre el ego y el
semejante: "'obre la noción de objeto, cf. Nasio J.-D.,1992,págs.149-152,y especialmente:
"Me explico: pongamos por ejemplo por escena de una madre evocando ante
los deseos del nifio pasan primero por el otro especular. Es ahí
su hijo un lejano ascendente familiar.Sin que el hijo se dé cuenta. un sencillo
donde son aprobados o reprobados, aceptados o rechazados, y detalle del relato ligado al personaje evocado vendrá a inscribirse en su
es por ese medio como el niño aprende el orden simbólico y inconsciente. Es decir. que un detalle sin importancia aparente -aislado ahora
accede a su fundamento, que es la ley.18 y completamente desligado de la figura del antepasado- ha venido a encajarse
en el molde de una representación inconsciente ya ahí. Preguntémonos
'' entonces: en esta secuencia ¿dónde locaiizaríamos el objeto? El objeto no es
LeSém~na& libro 1, 1966, pág.169. la madre que habla, ni el personaje familiar recordado ni, incluso, el detalle
" 'Subversion du sujet et dialectique du désir dans I'inconscient freudien". en inconscientementepercibido, sino la representación, que confirma la existencia
Écnts op.cit.. pág.809; el subrayado es mío. inconsciente del otro. de lo que nosotros llamamos "objeto".
'' LeSém~nalie,libro 1, 1966. pág.202. " "Séminaire sur la lettre volée", 1956, en Écnfs 1966, pág.53.
vez que pronuncio una verdadera palabra, peío encuentro siem-
pre a o'por la reflexión. Me dirijo siempre a los verdaderos
sujetos y tengo que contentarme con sombras. Elsujeto está
separado de los Otrospor el mundo deiiengua~e?~
El lector encontrará más adelante, a propósito del sujeto cultural
colonial, una ilustración de estos procesos de alienación por el ien-
guaje que imposibilitan la representación del otro.
Instancia mediadora en cuanto a señuelo del Otro, entre el Ego y
el semejante, el sujeto cultural participa en el sistema que amordaza
al sujeto del deseo. A éste hay que rebuscarlo en la enunciación; al
S = el sujeto "que no sabe lo que dice y -por la mejor de las razo- contrario, el sujeto cultural sólo se manifiesta y habla en el enuncia-
~

nes, porque no sabe quién es". Así que no puede verse en el lugar do.
donde está: En el marco de un sistema plurisistémico, el sujeto cultural fun-
ciona como una instancia intrapsiquica que posiblemente coincide
El sujeto se ve en o y por esa razón tiene un ego. Puede creer
con la del sujeto no-consciente, sin reducirse a ella sin embargo. En
que ese ego es
los próximos capítulos se verá cómo opera y cómo se manifiesta en la
Como ha accedido a su identidad a partir de una imagen vivida producción cultural.
como la imagen de otro antes de ser asumida como la suya, a cambio Ahora bien, se me podría preguntar en qué discrepa la noción de
percibe al otro. y de manera correlativa con la forma de su propia sujeto cultural de otras nociones que, a primera vista, pueden apare-
imagen: cer similares, tales como las del sujeto ideológico o de sujeto transin-
Esta forma del otro tiene una enorme relación con su ego, se le dividual. En realidad, el sujeto cultural atraviesa estas dos nociones,
puede superponer y la escribimos 0:~2 coincide parcialmente, se sobrepone en parte con ellas, sin reducir-
se, sin embargo, a ellas.
O = representa a los verdaderos sujetos, a los Otrosauténticos. La noción del sujeto cultural precisa las modalidades de funcio-
nunca alcanzados puesto que son ex-sistentes, es decir situados fue- namiento de un sujeto ideológico, su emergencia, su historia, su na-
ra del circuito de comunicación (ex-sisterelpor el muro del lenguaje turaleza. Su definición como sistema semiótica-ideológico permite
que separa precisamente O de S: entender y valorar sus impactos en la morfogénesis de los productos
Nos dirigimos de hecho a 01, a 0 2 , que son lo que no conoce- culturales y la importancia de su intervención en el origen socioideo-
mos, verdaderos otros, verdaderos sujetos. Están al otro lado lógico de las formas. Por otra parte esta noción remite a un espacio de
del muro del lenguaje, ahí donde en principio yo no los alcanzo enunciación organizado, como lo tengo dicho, en torno a un plurisis-
nunca. Fundamentalmente, es a ellos a quienes me dirijo cada tema constituido por el sujeto cultural estrictamente dicho y el sujeto
"del deseo"; plurisistema al cual llamo, sin embargo, sujeto cultural.
'' ''D'une question préliminaue .i trairement possible de la pnjchose". 1958,
tour .
en la medida en que el sujeto "del deseo' se ha desvanecido supues-
en Écrits, op.cit., pág.549. tamente para siempre e n el mismo momento e n que estaba para reali-
" "Le moi dans la théorie de Freud et dans la technique de la psychanalyse".
Sémna~ie,1.11. 1954-1955. Paris. Suil. 1978, pág.285. za Ibid, págs.285-286. El subrayado es mio.

- 27-
EL StiI2T0 C L Z m DE&£ BBW~V~STE
A IACQUES IAOIiV

zarse. De manera que el mismo término (sujeto cultural) remite al El interés de la noción de sujeto cultural permite abarcar simul-
sistema que domina el plurisistema y al mismo plurisistema. táneamente las dos dimensiones: la individual y la colectiva del suje-
Mientras que el sujeto transindividual es unidimensional, el su- to. Precisemos que el sujeto cultural como tal es una abstracción a la
jeto cultural se refiere a un espacio complejo, heterogéneo, conflicti- cual sólo podríamos conferir una realidad concreta si pudiéramos
vo; a una totalidad dentro de la cual los elementos dominantes alter- englobar en una misma visión intelectual la totalidad de todas las
nan los ~110scon los Otros, en cuyo seno resultan constantemente realizaciones que ha producido en las instancias intrasíquicas de un
redistribuidos los trazados semiótica-ideológicos de una serie de su- mismo sujeto transindividual y hasta de todos los individuos del mis-
jetos transindividuales cuyas cantidad e importancia varían con arre- mo conjunto. Esto, sin embargo, no quita que como sistema se orga-
glo a los i~idividuos.Para ver con mayor nitidez su complejidad y su nice, en cada caso, en torno a un elemento dominante que seguirá
heterogeneidad. conviene situar dicho espacio dentro de la estructu- siéndolo, potencialmente, hasta que intervenga una alteración signi-
ra explicativa básica del materialismo histórico que articula la infra- ficativa de la infraestructura o, más exactamente, hasta que ésta se
estructura y la superestructura. Esta última evoluciona con arreglo a haya reproducido en el campo discursivo o, en general, en el campo
su propio ritmo y a la continuidad de su historia, lo cual genera un cultural. Este elemento dominante es supuestamente más fácil de
proceso acumulativo de los productos, y, por consecuencia, de aque- captar y reconstituir en la medida en que los "efectos-signos" de su
llo que constituye los estratos que se han amontonado sucesivamen- impacto en el objeto cultural son más inmediatos, más visibles, más
te e n el espacio del sujeto cultural. Las nuevas capas depositadas en numerosos. La experiencia me lleva a pensar que estos "efectos-sig-
este espacio de la memoria colectiva no destruyen las anteriores, sino nos" no nos llegan nunca de forma autónoma y pura que digamos.
que vienen a deconstruirse en ellas. y de esta deconstrucción brotan sino que se entretejen con otros trazados semióticos, lo cual permite
las rectificaciones que afectan los contornos y el funcionamiento del una reconstitución más compleja. En el contexto de dicho mecanis-
sistema. Hago hincapié en esta perspectiva para dar a entender de
mo se debe abordar la problemática del texto cultural (véase más
paso que esta tal noción apunta a abarcar una totalidad histórica,
abajo, págs.161 y sgs.), la cual implica que algunas construcciones
rechazando por lo mismo cualquier dicotomía que opondría o yuxta-
semióticas saturan o hayan saturado el campo cultural de manera
pondría los dos niveles: la noción de sujeto cultural pretende rendir
más o menos confusa y a largo plazo. Sacando a la luz unos trazados
cuenta de lo socioeconómico transcrito dentrode lo cultural. El nivel
soterrados debajo de unos depósitos más recientes de la memoria
socioeconómico no se contempla en las circunstancias que rodean,
colectiva, el análisis de los textos culturales rinde cuenta de la pre-
proceden o parecen explicar al sujeto cultural, sino dentrodel mismo
objeto de estudio que dicho sujeto constituye. sencia de unas sedimentaciones ancianas cuyos impactos siguen vi-
El sujeto cultural resulta con más o menos graves alteraciones gentes pero de manera fugaz y apenas perceptible.
cuando se reproduce en el espacio intrasíquico de un individuo en Una última observación: el sujeto cultural adviene en el momen-
donde no cesa de construirse y rectificarse a lo largo de la existencia to en que una subjetividad ilusoria se cuela y se instala en una red de
de este mismo sujeto. Brota en cuanto se realizan las condiciones estructuras vacías que están en espera de ser ocupadas: estructuras
sicofisiológicas de su advenimiento, o sea, con el acceso al mundo sicofisiológicas (acceso a lo simbólico, fase del espejo y representa-
simbólico y en la fase del espejo, se alimenta asimilando sucesiva- ción inconsciente preexistente -déjala-del oaeto) y estructuras so-
mente elementos semiótico-ideológicos variados, heterogéneos y con- ciales (prácticas semióticas, instituciones ...)
tradictorios que le van proponiendo las diferentes comunidades (su-
jetos transindividuales), prácticas e instituciones por las cuales cru-
za.
Bibliografía -
Benveniste. Émile, probiemesde/inguistipegénérale,tome 1, Paris.
Callimard. collection "Tel", 1966.
Cros, Edmond, Théorie etpractique sociocritiques, Montpellier-Paris,
El sujeto cultural y el srar-sysrem
CERS, Éditions Sociales, 1980.

.De I'eBgendrement des formes, Montpellier, CERS,


1990. El star-system empieza a funcionar. como se sabe, durante la dé-
cada de los sesenta a consecuencia de la doble incidencia del desa-
Dor, Joel, /fltroduction 218 lecture de Lacan, Paris, Donoel, collection
rrollo de la televisión y de la notable prosperidad de la industria cine-
"L.'espace analytique", 1985.
matográfica. Tanto la inflación de los costos de producción como la
Lacan. Jacques. Écrits, Paris, Seuil, 1966 concurrencia de los productos (más de dos mil películas al año) ame-
nazan la rentabilidad de las inversiones y suscitan la inquietud de los
.Sédnaire, livre 1. "Les écrits techniques de Freud productores quienes, para poner remedio a este estado de hecho, se
(1953-1954)". Paris, Seuil, 1975. esfuerzan por desarrollar el culto fetichista de las estrellas. El actor-
ídolo es en lo sucesivo el mejor garante del éxito y de la correlativa
.Sémina~>e, livre 11, "Le moi dans la théorie de Freud et
dans la technique de la psychanalyse (1954-1955)". Paris, Seuil, rentabilidad de una película. En los carteles, su nombre expulsa al
1978. del realizador; la película en la que tiene el papel principal se con-
vierte en supelícula y la gente va a ver una película de Jean Gabin o
Nasio, J.-D..
Ensefgnementde sept concepts cruciaux de la psycha- una película de Marilyn Monroe.
nalwe, Paris. Petite Bibliotheque Payot, 1992. Esta desaparición del personaje en provecho del intérprete, es
decir, de un mediador en contacto directo con la leyes del mercado,
Saussure. Ferdinand de. Cours deknguistipegénérale, Paris, Payot,
realiza plenamente la figura triangular que permitía a Lucien Gold-
1964.
mann traducir en términos marxistas la problemática de la media-
ción propuesta por René Girard. El valor de cambio metonímicamente
inscrito por el nombre de la estrella sustituye a cierto tipo de auten-
ticidad que estaría aquí representado por el personaje de la ficción
cinematográfica y que puede asimilarse a un valor de uso. Pero ante
su público, la estrella sustituye asimismo a su propio señor, el reali-
zador, entre cuyas manos no ha sido más que un objeto durante el
rodaje. M. L'Herbier señala con toda razón sobre este punto que el
actor de cine. contrariamente al actor de teatro,
no es el oficiante de una representación. La pantalla es única-
mente un presentador y el actor se proyecta en ella en estado
de fantasma [...l. En escena "creaba" obras, aquí es el ejecutor
de una película. A las incertidumbres inflexibles de las tomas junto al actor-objeto, producto él mismo de las exigepcias específicas
de vista (encuadre,sincronización técnica, inversión de secuen- del sistema modelizante del cine, un punto de aplicación particular-
cias, trabajo discontinuo, expresividad dirigida por el objetivo, mente bien adaptado a sus finalidades objetivas. Esto es lo que expli-
etc.) se añaden la autoridad hegemónica del realizador, señor ca que el star-system no haya podido contaminar de manera signifi-
de todo, y de las vicisitudes obnubilantes del montaje, del mixa- cativa el campo de la representación teatral, donde se impone un
ge, del doblaje -operaciones clandestinas realizadas sin el in- actor-sujeto investido de una gran responsabilidad de creación artís-
térprete y que lo despojan si es necesario de los últimos atribu- tica.
tos de la libertad L..] El intérprete de películas, privado de todo La usurpación de la calidad de autor de película por el actor es-
contacto con la multitud, ya no está en las salas, en ellas apa- trella en detrimento del realizador tal como aparece en la presenta-
rece sólo una ausencia.' ción comercial de la producción cinematográfica no data, sin embar-
Dicho de otro modo, el actor de cine es un objeto, despfazabfe, go, de la época del star-system. Citaré, entre otros posibles ejemplos.
transportabfeentre las manos del realizador. la publicidad que presenta y acompafia la vida cultural en Monterrey
Este actor-ídoio es también percibido más allá de su función pro- (México)en 1936.
fesional: todas las revistas especializadas se apoderan de su vida pri- En la prensa de Monterrey, en 1936, aparecen dos discursos pu-
vada y transforman a este "fantasma de la pantalla" en ciudadano blicitarios: el primero se repite cada tarde en la última página de EJ
ordinario y excepcional a la vez. Excepcional, porque en él y en torno So/. que es el gran diario popular de la ciudad. Este discurso es de
a él se acumulan todos los parámetros de la felicidad y se materiali- una extrema indigencia; consiste en poner a continuación del título
zan todos los sueños propuestos incansablemente a una sociedad de de la película un complemento agente: "Lamarca de/ o d i o ~ r epo- l
consumo; ordinario. porque esos mitos deben aparecer como accesi- pular vaquero Bob Steele". Este esquema puede ser considerado como
bles a todos. Al interesarse por tal o cual ídolo la prensa especializada una forma de referencia reproducida por el 90% del volumen total
vende, de hecho, esperanza, seguridad o suefios. La estrella sigue publicitario. Este primer discurso es significativo debido a las oculta-
siendo únicamente un mediador cosificadocuya función objetiva con- ciones que implica, en la medida en que el referente implícito de ese
siste en permitir que las masas se integren en el sistema socioeco- por. al remitirnos esencialmente al plano de la imagen percibida (in-
nómico. terpretadoporr..). hace bascular la no existencia el acto cultural que
toda producción cinematográfica representa, y define el espectáculo
Tanto a nivel de su vida profesional como de su vida privada la
propuesto como un simple juego visual. Al contrario, en este vacío es
estrella tiene, pues, objetivamente una función esencialmente ins-
donde se construye y se expresa el segundo; en efecto, sorprende el
trumental y el star-system se funda, como la publicidad, en un culto
constatar que. cuando se trata de representaciones teatrales, la pu-
del objeto llevado hasta el paroxismo. También difunde símbolos, y
blicidad específica restablece los vínculos normalmente establecidos
su función objetiva, a este nivel, consiste en actualizar, como la pu-
entre el objeto por consumir y los códigos referenciales de la cultura.
blicidad, los ideologemas que determinan el campo cultural.
tomando en cuenta todas las etapas de la producción, ya se trate del
Las implicaciones estrictamente económicas constituyen sin duda
nombre del autor ("comedia del escritor francés"), de los responsa-
el factor que pone en marcha el star-system, pero éste no ha podido
bles de la puesta en escena, de la parte musical y del decorado, o
desarrollarse al parecer más que en la medida en que ha encontrado
reproduciendo la imagen que el público tiene de sí mismo: "Extasis,
una pelicula vanguardista para hombres inteligentes ..., película ob-
jetiva para hombres y mujeres intelectuales ..., no es apto para ser
visto por menores. señoritas o personas que no sean de amplísimo dirige el primer discurso publicitario en este código, que reproduce,
criterio...; para distinguidas damitas y jóvenes de la localidad...''. En de hecho, más o menos distinta y directamente los contornos de lo
el espejo que, como reflejo de roles sociales, este discurso propone a que llamamos tradicionalmente la cultura.'
su público, se proyecta y se concentra toda una trama de valores: Al actor-objeto le corresponde pues. en cierto modo, un público
inteligencia. mente abierta, distinción, buen gusto ("exquisito argu- pasivo. pero sería inexacto oponer en este punto un sujeto cultural
mento"). Remite asimismo a todo un campo de conocimientos pre- definido por un público activo a otro al que le correspondería un pú-
vios que vuelve a crear un universo de referencia ("Un espectáculo blico pasivo. Se trata más exactamente de dos estados susceptibles
fulgurante con la magnificencia de Folies-Bergere, el chic del Casino de coexistir, por lo demás, en una misma conciencia de un mismo
de París y la alegría del Moulin Rouge") y transmite un segundo nivel sujeto cultural. Es el conjunto constituido por las dos prácticas y por
de discurso, inaccesible para quien no conoce las claves (inserción de su mutua relación lo que instituye la instancia donde se regula la
títulos y de frases enteras en lengua extranjera, principalmente en competencia del sujeto cultural. En realidad, la oposición de la que
inglés: "Ed Gardner presents on the stage... a pageant of lovely..."). he partido es más compleja: los intérpretes transitan la mayoría de
Así es también como en "Yerma, la discutida obra del teatro español" las veces de un campo al otro y prestan su colaboración sucesiva-
o en "Estreno de la magistral obra del joven poeta español...", el de- mente al teatro, al cine o a la televisión; semejante intercambiabilidad
terminante fa (o el) funciona esencialmente. en los dos casos, como interfiere en la percepción que podemos tener de ello, lo cual, por lo
elemento de presuposición. En suma, es un discurso alimentado por demás. no altera sin embargo los estatus respectivos de las diferen-
mitos (malinchisrno, mitos procedentes de focos culturales naciona- tes funciones que ocupan y sólo traduce la capacidad de acomoda-
les y extranjeros: cf. "... que actualmente están aplaudiendo los me- ción de los actores. Sin embargo, esta misma interferencia no es más
tropolitanos ... con su maravilloso espectáculo de París, Viena y Nueva que un efecto de la tendencia a interpenetrarse y a deconstruirse el
York ...") y que repite estereotipos probablemente todavía no acepta- uno e n el otro que presentan ambos campos. El problema no se plan-
dos por el primer público. Este segundo discurso se refiere, ante todo, tea en términos de niveles culturales, sino más bien en función de la
a representaciones teatrales; también aparece, sin embargo, en la mayor o menor capacidad de recibir los impactos respectivos de uno
publicidad de algunos cines como el Rodr19uez el Zaragoza y el u otro campo y de las fluctuaciones de dicha capacidad en un mismo
Anahuacen particular, lo cual corresponde a una definición indirecta individuo en un tiempo dado. En el marco de este conjunto es donde
de sus públicos respectivos. yo propongo que se examinen ciertos aspectos del star-system, en
En el curso de la presentación que precede sólo he descrito en particular la cosificación de la que es objeto ese personaje ausente
realidad las características negativas del primer discurso; he ahí en que es el-actor-de-pefícufa, cosificación tanto mayor cuanto más acu-
efecto todo lo que éste no es; y todo lo que este primer discurso no es, sado es su aspecto fantasmal.
corresponde significativamente a todo lo que no es el primer público. Porque el actor es un personaje ausente o fantasmal es precisa-
Referencias. presuposiciones, mitos, estereotipos, remiten en efecto mente por lo que hay que mostrarlo en su vida cotidiana, enraizar10
a la existencia de un código que implica. para que aquél pueda fun- en una realidad o más bien en una seudo-realidad. La puesta en es-
cionar correctamente. que cada uno de los receptores/emisores ten- cena de la vida cotidiana del actor-ídolo debe ser considerada como
ga un rol activo en su ensayo a nivel de la conciencia individual y en la prolongación ideológicamente programada de dicha cosificación.
su reproducción a nivel de la conciencia colectiva. El vacío semiológico '
Actualiza así, de manera aparentemente paradójica pero, de hecho,
oculto por el relator po,: en la forma de referencia antes citada, es el
signo más claro de la no participación de los individuos a quienes se
como consecuencia del desarrollo de la lógica estructural, las obliga- por esta función a un estatuto que los distingue radicalmente de aque-
ciones inherentes al estatuto del actor-de-peIícufa-objeto,las cuales llos mismos con quienes tienen por misión identificarse y que los
le condenan a no ser más que una ausencia o un fantasma. Esta puesta convierte ya en réprobos -como e n la edad clásica-, ya en ídolos
en escena es el contrapeso indispensable de su estatuto de personaje -como en nuestras sociedades modernas-. Conviene, sin embargo.
fantasmal y constituye el más poderoso vector de los procesos de reflexionar sobre la significación de ese estatuto de ídolo que les es
identificación.El espectador sobrepasa la identificación con el perso- atribuido. Separadas de todo contexto socioeconómico y de cualquier
naje y redobla esta primera identificación con una segunda que le verdadero contacto con la realidad, incluso cuando son objeto de in-
hace entrever Su propio destino calcado del modelo de su ídolo. Pero vestigaciones periodísticas, consideradas como personas "fuera de lo
el ídolo s i p e siendo. sin embargo. el ídolo. es decir inaccesible. Esta común", por encima de las normas, las estrellas son, en cierto modo,
tensión entre la identificación y la inaccesibilidad convierte el star- esencializadas y por lo mismo cosificadas en forma de objetos inal-
system en un producto ideológico modelo; por una parte, en la medi- terables e intocables.
da en que al darle al sujeto la impresión de que puede identificarse Hemos visto, gracias al ejemplo de Monterrey, que la línea de
con su ídolo y con sus condiciones de vida, le oculta las condiciones demarcación pasa entre el cine y el teatro: en el cine, al actor-objeto
objetivas de su inserción socioeconómica, y por otra. en la medida en le corresponde un público que no toma parte activa en el acto cultu-
que, como para seguir siendo ídolo, el ídolo debe, necesariamente, ral y que no hace más que consumir lo que buenamente se le propone
ser inaccesible. mantiene al sujeto en su estatuto y contribuye a sig- como espectáculo. Y en este caso concreto, la dicotomía de función
nificarle su posición. Evocaremos en este punto la diferencia que es- es radical y el paralelismo asombroso: a un actor fantasmal le corres-
tablece T. Herbert entre la forma empírica y la forma especulativa de ponde un público que a su vez, de alguna manera, está ausente. Ac-
la ideología cuando precisa que en la primera, la posición de los agen- tor ypúbiico no existen af mismo tiempo.
tes en el proceso de producción "se halla travestida en otras cadenas Habría que resumir aquí a grandes rasgos y de manera forzosa-
significantes que tienen a la vez por efecto el significar esta posición mente muy esquemática las principales etapas de una evolución. En
L...] y disimularles esta p~sición".~ el origen de lo que será luego representación, un acto ritual donde
Los factores de emergencia de estos fenómenos no son, sin em- comulgan con el mismo fervor el que mira y el que actúa o, también,
bargo, reductibles a las condiciones socioeconómicas únicamente. Nos en otro dominio, las prácticas originales y auténticas del folklore car-
hallamos una vez más confrontados a la lógica de la auto-represen- navalesco. El carnaval no se representa, se vive como una fusión en
tación del sujeto cultural, la cual se ha estructurado desde sus oríge- lo colectivo. La máscara misma es el vector de esta fusión: borra el
nes en torno a cierta concepción de lo sagrado. El star-system pro- rostro y gracias a ella el individuo se esconde tras una función mítica
yecta la caricatura del sujeto cultural, un sujeto cultural que, ilumi- o social. Al igual que en los ritos sagrados primitivos, el individuo se
nado desde este ángulo, desarrolla hasta sus últimas consecuencias confunde con el conjunto social. Tanto en un caso como en el otro, se
sus virtualidades ideológicas. trata de una concefebracjónen un nlismo espacio y en un mismo
El sujeto cultural es, en efecto, como ya hemos dicho, un avatar tiempo.
del sujeto ideológico. Es este sujeto el que seauto-representa en todo Podemos interrogarnos sobre los móviles profundos que han he-
acto de representación.Aquellos o aquellas a quienes la colectividad cho brotar en el hombre la imperiosa necesidad de poner en escena
delega para representar, esto es, para exorcizar su destino, acceden los grandes relatos míticos donde parecía inscribirse su destino, y
debemos contentarnos con constatar que es toda la colectividad la
Hérberc, 1968. que representa su propio destino en esas puestas en escena. Esas

-36-
EL sumo c u ~ mSOCZOCRRI~
: Y PSZCOANAUSZS

co~ceiebracionesson de hecho auto-representaciones y por ello se


estructuran en espejo. Podemos comprender que este espejo se vuel-
va un espacio de tensiones que solicita, por consiguiente, represen-
taciones del Poder a partir del momento en que interviene la figura
de la Ley y donde. correlativamente, surge el sujeto cultural. Estas El sujeto colonial:
concelebracionesimplican pues, porque se estructuran en espejos,
una escisión, condenada a acentuarse, a volverse candilejas, escena- no representabilidad del otro
rio. pantalla. barrera ..., a partir del momento e n que interviene la
figura de la Ley y surge. correlativamente, el sujeto cultural.
Desde sus orígenes, la escisión del sujeto cultural contiene el ger-
men de las obligaciones estructurales de toda representación, desde En su carta a Luis Santángel, con fecha 15 de febrero de 1493,
el carnaval espectáculo hasta la perversión radical que de ella ofrece Cristóbal Colón describe de la siguiente manera el paisaje de la isla
el star-sptem. de La Española:
Así pues, tanto en lo concerniente al actor-de-película-objefo, En ella ay muchos puertos en la costa de la mar t...] y fartos
como a la tensión que estructura la auto-representación del sujeto rios y buenos y grandes que es maraviila; las tierras d'eila Son
cultural (proceso de jdentjficac/ón <- vs -> diferencjacióB rad!ca//, altas, y en ella muy muchas sierras y montañas altíssimas, sin
el star-system puede aparecer como la reactivación y la perversión comparación de la isla de Tenerife, todas fermosíssimas, de mil
de las obligaciones específicas del sistema modelizante cuestionado fechuras,y todas andábiles y Uenas de árboles de mil maneras
(la especificidad de la representación cinematográfica) por efecto de i altas, i parecen que llegan al cielo; i tengo por dicho que ja-
la dinámica de la evolución de las estructuras socioeconómicas. más pierden la foia, según lo pu[elde comprender, que los vi
tan verdes i tan hermosos como son por Mayo en Spaña; y
d'ellos stavan florridos, d'ellos con frutos, i d'ellos en otro tér-
mino [...l. Y cantava el ruiseñor i otros paxaricos de mil mane-
Bibliografía ras en el mes de Noviembre por allí donde io andava. Ay pal-
mas de seis o de ocho maneras, que es admiración verlas por la
Cros. E., "Marginalisation culturelle e t praxis politique - L'été 1936 i diformidad fermosa d'eilas, [...] así como los otros árboles y
Monterrey" en Imprévue 1978 112, Société, Mythes etlangages, frutos e iervas. En eiia ay pinares a maravilla e ay canpiñas
Montpellier, CERS, págs.89-111. grandíssirnas, e ay miel i de muchas maneras de aves y frutas
muy diversas. En las tierras ay muchas minas de metales e ay
Herbert. Th.. "Remarques pour une théorie générale des idéologies", gente instimabiilenumero. La Spañola es maraviila: las sierras
Cahjerspourfánailyse,été 1968, n09. y las montafiasy las vegas i las campañas y las tierras fermosas
y gruesas para plantar y sembrar, para criar ganados de todas
L'Herbier, M., en Encyciopedia Unjversafis,item acteuz suertes, para hediñcios de villas y lugares. [...] La gente d'esta
isla y de todas las otras que he fallado y havido ni aya havido
noticia, andan todos desnudos, hombres y mugeres [...l. Ellos
no tienen fierro ni azero ni armas, ni son para ello; no porque
no sea gente bien dispuesta y de fermosa estatura, salvo que
EL SUJETO C I Z Z X M COLOhE.: LA NO REPRESGWABILIDAL DEL OTRO

son muy temerosos a maravilla. C...] Verdad es que, después flor, otros en una etapa distinta de la producción)! Los habitantes, '
que aseguran y pierden este miedo, ellos son tanto sin engaño numerosos, son a s u vez bellos, pacíficos, generosos y cándidos. suti-
y tan liberales de lo que tienen, que no lo creríaIn1 sino el que les. Lejos de ser idólatras, están dispuestos todos a convertirse. Sus
lo viese. L.1 me quedan de la parte del Poniente dos provinsias costumbres corresponden más o menos a las costumbres de los espa-
que io no he andado, la una de las cuales llaman Auan, donde ñoles: "En todas estas islas me parece que los hombres se contentan
nasen la gente con cola. L...] En todas estas islas me parece que
con una sola mujer". En fin, detalle significativo, no parece haber
todos los ombres sean contentos con una mujer, y a su maioral
propiedad privada: "...me ha parecido que todos compartían lo que
o Rey dan fasta veinte. Las mugeres me parece que trabaxan
más que los ombres. Ni he podido entender si tienen bienes cada uno poseía. e n particular el alimento".
propios. que me parecio ver que aquello que uno tenía todos No obstante. e n este primer discurso van insinuándose las hue-
hazían parte. en especial de las cosas comederas. En estas is- llas de un discurso contradictorio. Lo diferente se desborda, al pare-
las fasta aquí no he hallado ombres mostrudos, como muchos cer, de lo semejante. El modelo discursivo no resulta apto para ex-
pensavan, mas antes es toda gente de muy lindo acatamiento presarlo todo y deja e n sus orillas fragmentos de discurso, objetos.
[...l. Así que mostruos no he hallado no noticia, salvo de una valores irreductibles; quizá porque ante todo esta realidad se presen-
isla que es Carib. C...] que es poblada de una iente que tienen ta como la realización concreta de un mito. La palabra maracila, tér-
en todas las islas por muy ferozes, los cuales comen carne mino recurrente. alcanza aquí todo su sentido: Colón describe un mun-
umana. L..] Son ferozes entre estos otros pueblos que son en do e n el que las estaciones se confunden, y este signo de lo extraño
demasiado grado covardes, mas yo no los tengo en nada más da a lo desemejante s u estatuto de desemejante. Para enunciarlo, el
que a los otros. Estos son aquellos que tratan con las mugeres narrador recurre a una expresión que podría considerarse absurda.
de Matinino C...] en la cual no ay hombre ninguno. Ellas no sin sentido: "Hay palmeras de seis u ocho especies que son sorpren-
usan exercicio femenil, salvo arcos y flechas [...] y se arman y dentes por su be& deformidad..". Covarrubias nos recuerda, en efec-
cobigan con launes de ararnbre, de que tienen mucho.' to, que deformidad, palabra que se aplica a todo lo que es despropor-
Para expresar el asombro que siente ante el paisaje, Colón recu- cionado, y por ello mismo carente de una bella apariencia, puede ser
rre a unos modelos discursivos que le permiten dar cuenta de una sinónimo de fealdad
tierra y unos objetos desconocidos a partir de todo aquello que su Por muy conjurado que aparezca, gracias a la presencia del adje-
tivo beUo, el sema de lo deforme y, de un modo general e n la primera
destinatario conoce. La "alteridad" s e moldea en un primer momento
parte del texto, los semas del exceso, de la sobre abundancia, de lo
e n lo semejante. Se trata, además, de lo que podría llamarse una
maravilloso, convocan a las figuras de lo monstruoso, las cuales, ade-
similitud mítica. En efecto, aquí todo remite a lo paradisíaco: la acu-
más, no tardan en aparecer entre los intersticios del discurso de la
mulación de los superlativos, las características de esta tierra (fertili-
realidad reconstruida: "dos provincias que io no he andado, la una de
dad, belleza. diversidad), sus productos (frutos, plantas, miel), la ar-
las cuales llaman Avan adonde nasen la gente con cola L...] En estas
monía que reina entre sus elementos (el agua, los bosques, las mon-
islas fasta aquí no he hallado ombres mostrudos L..] Así que mostruos
tañas, el cielo), la suspensión aparente del tiempo (en pleno mes de
no he hallado ni noticia, salvo de una isla que es Carib L...] poblada de
noviembre el follaje de los árboles está tan verde como lo está en
una iente que tienen e n todas las islas por muy ferozes. los cuales
mayo en España; algunos de los árboles tienen frutos, otros están en
comen carne umana".
Colón hace aquí alusión a los caníbales de las islas Caribes, así
' Carta a Santángel (14931 en Crlstobal Colón. Bxtos y documentos completos. como a la isla de la Martinica, de la cual se creía que estaba poblada
P&go ynoras de Consuelo mrela, Alianza Universal. 1984. págs. 219-222. únicamente por mujeres. Éstas no se dedican a ninguna de las tareas
EL SUJETO CLn7iWA¿ COLOMRC.'¿A NO REPRSLWMILIDAO CEL OTRD

reservadas en el Viejo Mundo a las mujeres y sustituyen a los hom- cantidad de leche". Estas fábulas siguen divulg~ndoseen el último
bres. cuarto del siglo XVIII en el libro investigciones filosóficas sobre los
En la evocación edénica del paisaje de la Española asoma. pues. americanos(1768-1769).del holandés Corneille de Pauw, lo cual mo-
un discurso mítico que tiende a poblar las tierras desconocidas de tiva los comentarios sarcásticos de un jesuita mexicano, Francisco
monstruos, conforme a una tendencia bien conocida. Quien habita Saverio Clavigero:
otro mundo no puede ser mi semejante. Como lo escribe excelente-
¡Qué bellos materiales para una Thaumatografía!En verdad yo
mente Roberto Lionetti, "la anomalía en cuanto subversión del orden
no sé qué admirar más: la temeridad y lo impúdico de estos
clasificador encuentra su terreno de predilección más allá de los már- viajeros que expanden tales fábulas, o la muy grande estupi-
genes geográficos, en unas tierras misteriosas transformadas en le- dez de los que las adoptan [...] Y aquel que lea otras contradic-
janos horizontes oníricos en los que todo es p ~ s i b l e " . ~ ciones y tonterías semejantes publicadas en Europa desde hace
De modo que estos fragmentos de discurso evidencian un poten- algunos años, ¿no se dará cuenta de que los viajeros, historia-
cial de re-inversión del discurso edénico en su contrario; si éste se dores, naturalistas y filósofos europeos han establecido en
actualiza. particularmente al principio del texto, puede en cualquier América el almacén de sus fábulas y sus habladurías y que
momento pervertirse o subvertirse por la actualización de su contra- para amenizar su obra con la novedad maravillosa de sus su-
rio, conforme a una ley fundamental de funcionamiento de las es- puestas observaciones, atribuyen a todos los americanos lo que
tructuras discursivas. ha sido observado en algunos individuos o, aún más, en ningu-
Me gustaría atenerme aquí Únicamente a la descripción del in- no?
dio, para tratar de mostrar cómo estas pocas huellas, aunque neutra- Esta representación lingüística se conecta con algunas figuras de
lizadas por la adjetivación (bella ddjformidaad/opor la negación /Bobe la iconografía de los Grandes viajespublicados en Francfourt por Boy
haflado ombresmostrudos/,van a organizarse. más lejos, e n un sis- entre 1590 y 1634, y que Bernadette Bucher analiza de manera atrac-
tema significativo en el que intervienen a la vez los semas de lo mons- tiva en La sauvage aux sainspendants. Esta iconografía puebla el
truoso y de la inversión sexual para producir una figura que se inser- Nuevo Mundo de figuras míticas heredadas de la tradición medieval,
ta. además. en una continuidad folklórica y pinta al indio con los ras- como los hombres sin cabeza cuya cara está dibujada en el pecho y
gos de un hombre que amamanta a su progenie. En su estudio sobre que se hallan e n un mapa de la Guayana, o como los paisajes y los
Le lait dupere, R. Lionetti relaciona este tema con ciertos textos pu- animales fantásticos 'que son reapariciones de las maravillas medie-
blicados entre finales del siglo XVi y el siglo XVIII. Así, a finales del vales retocadas por una imaginación b a r r ~ c a "B.
. ~Bucher destaca un
siglo XVI, Renward Cysat, en su Relación verdadera sobre las islas y motivo 'que reaparece con mayor frecuencia que los otros, a saber,
el reino del Japón descubiertosrecientemte ysobre las Indias des- un tipo de mujeres L..] que, frente al canon de las proporciones res-
conocidasanteriormente,habla de "la existencia de una población de pectivas en la imagen de las otras indias, presentan un pecho falto de
Brasil en la que los hombres estaban provistos de senos tan grandes gracia con los senos colgantes, a veces asociado al aspecto de juven-
e hinchados de leche que eran suficientes para amamantar y criar a tud robusta de las otras indias, a veces al contrario, a las viejas horri-
sus hijos"; el naturalista polaco Jonston escribe sobre el mismo tema bles y demacradas...".' Relacionada con esta representación se en-
en Thaumatograpbia naturalis (1632):"Los que recorren el Nuevo
Mundo cuentan que casi todos los hombres disponen de una gran
Claviero, Sroria Antica del Messico, vol 11, T. IV; págs. 169 y siguientes.
B. Bucher, fa sauvage auxseúlspeBdanrs pág.23.
R. Lionerti; Le fair dupere, pág.139
Ibidem. pág.46
EL SUJETG CULTUXAL COLONZ4L:LA NO RE?RES&VTVTZ5DU DEL OTRO

cuentra. en la novena parte de los Grandes viqes, la representación Betanzos, por otro. Uno de los primeros puntos de discusión se refe-
de los indios cabelludos presentados como hermafroditas. Éstos Ile- ría a la naturaleza del indio. Betanzos sostenía que los indios eran
van largas cabelleras ensortijadas y sueltas, según la representación bestias, que habían pecado y que todos debían perecer porque ha-
icónica tradicional del sodomita en la Edad Media; su vestimenta es bían sido condenados por dio^.^ Sepúlveda, por su parte, afirmaba
análoga a la que llevan las mujeres y se ocupan de tareas general- que habían nacido para ser esclavos. Las Casas interviene violenta-
mente consideradas femenina^.^ En otro grabado, acusados precisa- mente contra esta concepción y no cesa de repetir que los indios son
mente de sodomía por los conquistadores españoles, son entregados "hombres verdaderos".
a los perros para que éstos los devoren.
El enemigo de la raza humana [...] inspiró a sus satélites quie-
Ya se trate del hombre que amamanta, de la ambigüedad sexual
nes, para agradarle, no dudaron en divulgar que los Indios de
o de la mujer de los senos colgantes, están claros el alcance simbólico
Occidente y del Sur y otra gente a quien ahora conocemos por
de estas diversas representaciones y su convergencia; se trata en el primeravez se deberían tratar como bestias creadas para nues-
último caso (el de los senos colgantes) de un motivo tradicional "atri- tro servicio, pretendiendo que son incapaces de recibir la fe
buido a las mujeres maléficas, vampiros, brujas, demonios, encarna- católica. Nosotros L..] consideramos, sin embargo, que los In-
ciones de la Envidia y de la Lujuria, representación de la m ~ e r t e "y~ , dios son verdaderos hombres9
también a la "mujer salvaje". En cuanto a la confusión de los sexos,
ésta es tradicionalmente el vehículo simbólico de lo satánico, en la En su Democrates alter Sepúlveda estimaba, además, que los
medida en que lo híbrido es por antonomasia la figura de lo mons- españoles tenían perfectamente el derecho de gobernar a los bárba-
truoso. Entre otros, remito al mito folklórico del hombre embarazado ros del Nuevo Mundo, dada su superioridad:
analizado por Roberto Zapperi y también a la descripción del mons- Compara ahora estas dotes de prudencia, ingenio, magnani-
truo de 'avena que se lee en el Guzmán deMarachey que presenta, midad, templanza, humanidad y religión con las que tienen
entre otras características, la de ser hermafrodita, por lo que fue in- esos hombreciUos en los cuales apenas encontrarás vestigios
terpretado en relación con la "sodomía y bestial bruteza". de humanidad que no sólo no poseen ciencia alguna sino que
Lo que acabo de decir a propósito de estas diferentes representa- ni siquiera conocen las letras ni conservan ningún momento
ciones lingüísticas e icónicas, marca y define un discurso potencial de su historia."
do1 que he hecho aparecer algunos fragmentos en el pasaje de Colón Se deben destacar los términos utilizados para calificar al indio:
que estamos analizando. En el trasfondo de esta descripción edénica hombrecillos, vestigos de humanidad. Para Sepúlveda, esta inferio-
hay un discurso de lo satánico; tanto la una como el otro son, por lo ridad es igual punto por punto a la del niño frente al adulto o a la de
demás, productos discursivos de la noción de lo desemejante, de lo la mujer frente al marido."
diferente. Así pues, se asimila al indio con el animal y la mujer. Esta última
Veamos, para confirmarlo, una lectura ideológica de estas repre- asimilación es recurrente en Sepúlveda. Torpeza femenina, tenden-
sentaciones. Son conocidas las polémicas que estallaron en España a
mediados del siglo XVI entre Bartolomé de las Casas y Francisco de
Sobre estos problemas, véase L. Hanke, La /ucha espñola por12 justicia en 12
Vitoria, por un lado, y Juan Ginés de Sepúlveda y fray Domingo de conquista de Amérca.
Citado por L.Hanke. Fdem. pág.134; el subrayado es mío.
Ibidem, Pág.210 'O
Citado por L. Hanke, pág.214
' Ibidem, Pág.46 " F. de Victoria. Mectio de Indis o /13ercrad de /os ~ndiozpág.31
EL SUJEO CC27VR4l COLONiAL.' LA NO R E ' P R B ~ M I L D A GDEL OTRO

cia a la sensualidad y a lo irracional, cobardía, ineptitud:estupidez, doras. Estos objetos son, sin embargo, irreductiblés a esas normas y
etc., el indio comparte con la mujer todos los defectos que la menta- de ahí las distorsiones que afectan a los modelos discursivos, distor-
lidad misógina medieval atribuye a ésta; nos adherimos al punto de sienes que producen ya sea la imagen de la denegación (lo que el
vista de R. Adorno cuando escribe: 'este sujeto colonial produce un nuevo objeto no es), ya sea la de la comparación. Es lo que se produce
discurso estereotipado que representa los valores de la cultura mas- en la descripción de los paisajes de La Española, como vimos al prin-
culina. caballeresca y cri~tiana".'~ cipio. El mito del Edén no es suficiente para dar cuenta de lo que es:
¿No es la mujer "ministro de la idolatría" y devoradora, y por lo esos paisajes corresponden a una evocación paradisíaca, más otra
tanto antropófaga como el indio?13 cosa; pero otra cosa nueva, otra cosa que desborda los sistemas de
Existe. pues. una convergencia perfecta entre estas representa- organización del conocimiento, otra cosa que es irreductible a toda
ciones y los discursos polémicos sobre los derechos de los indios. denominación y a cualquier comparación, otra cosa que es simple-
Desde este punto de vista, las figuras desvalorizadas, más o menos mente Otra y que, por ser Otra, es irrepresentable. Dicho de otra
satánicas, de la salvaje de los senos colgantes, del andrógino sodomi-
forma: para definir este Otro, el paso obligado por la semejanza deja
ta y del indio que amamanta. constituyen la puesta en imagen o la
siempre un residuo de "alteridad", un elemento irreductible a la nor-
puesta en texto de posiciones extremistas como las expresadas por
ma clasificadora. Para intentar decir lo indefinible no queda sino re-
Sepúlveda y sus epígonos. Esas representaciones tratan de probar la
currir a los encabalgamientos de categorías, es decir, recurrir a las
supuesta degeneración racial de aquellos a quienes se quiere some-
figuras de lo híbrido o a otras que son, de alguna manera, del mismo
ter, con el fin de justificar objetivos de conquista.
tipo, como por ejemplo las fórmulas antitéticas utilizadas en ese mis-
Sin embargo, esta lectura no es la única que debe tenerse en
mo texto ("una bella fealdad).
cuenta. puesto que el texto de Colón no podría articularse directa-
La semántica evidencia la valorización del tema del límite: ultra-
mente con la polémica en cuestión y por esa misma razón, además, el
texto nos invita a situarnos ahora e n otra perspectiva. Recordemos, mar. nuevomundo, otromundo, extraterrestres; todo lo que excede
pues. que en la Carta a Santángello edénico es lo que convoca a lo la esfera de lo conocido cae dentro de lo extrasistemático y de lo no
satánico con la forma de lo monstruoso o con la de la inversión de los representable. Pero no sólo se trata de los límites espaciales; se trata
sexos. conforme a una ley estructural que organiza las relaciones también, y tal vez sobre todo, de los límites fijados a las normas de
entre la actualización y la potencialidad. Esta Ley se comprueba en comportamiento y, para ser más preciso, de los límites que organizan
todas las nociones. incluidas las que habitualmente consideramos esos tabús. Así, en ese Nuevo Mundo, todos los tabús del Viejo Mun-
como más estables: así, por ejemplo. en los primeros tiempos del do son transgredidos: desnudez, canibalismo, idolatría..., lo que con-
cristianismo. antes de que lo híbrido fuera el sema icónico de lo de- voca, sin duda alguna, a la anomalía sexual, la cual "subvierte el
moníaco. había sido considerado como uno de los atributos de La divi- orden de la naturaleza como el de la cultura".14
nidad. En la medida en que esta "alteridad se define por medio de una
Hay otro elemento por considerar e n el caso que nos ocupa: se serie de signos que remiten a lo que está fuera del limite, no es extra-
trata de la incorporación de nuevos objetos en las normas clasifica- ño que las representaciones de la "alteridad" se articulen con el es-
pacio mítico de la transgresión, es decir, de lo satánico, ya que la
representación de lo no semejante. de lo disímil, es filtrada una vez
'V.
Adorno, "La construcción cdltural de la identidad, pág.56.
3%
Sobre este punto. véase J. Delumeau, Lapeoren Occidenr.XIV-XVIIle si~cles,
capitulo 10. y especialmente la página 319.
E2 SUJETO CLEr03AL C O L O ~ W . '14 NO REPRESfmiBIUDm DEL OTRO

x á s por los modelos discursivos preestablecidos. Por eso, como lo la sustancia y la f ~ r m a ? " es
, ' ~decir, con otras palab~as,por medio del '
recuerda Rolena '4dorno. las caracterizaciones de los moriscos, de los recurso, una vez más, a los códigos o filtros interpretativos preexis-
judícs y de los indios coinciden. Según las teorías del siglo XVI sobre tentes. Se podría entonces repetir lo que decíamos anteriormente.
el origen de los indios. ¿no descienden éstos de Cam, uno de los hijos esto es, que esos modelos precolombinos de figuras sagradas no se
de Noé. supuesto antepasado de los pueblos asiáticos y de los sarra- adaptan al contenido que el evangelizador quiere propagar y dejan
cenos, maldecido por su padre por haberlo mirado desnudo cuando siempre, en los márgenes, un residuo de "alteridad" irreductible a
éste estaba borracho? "La distancia geográfica además del tiempo una representación realizada por el Otro. Los ejemplos abundan: "el
transcurrido después de los orígenes, de generación en generación, Mictfán nahua. seleccionado para representar el infierno cristiano.
había provocado una ruptura de comunicación del indio con la 'fuen- sólo era una de las moradas de los muertos y, lo que es más, era un
te de la verdad' y había desencadenado en él un proceso de degene- lugar gla~ial".'~ In Tfoque in nahuaque, 'el señor de lo próximo y lo
ra~ión".'~ lejano", elegido para definir tanto a Dios como a Jesucristo, designa
Nos falta ahora ver cómo el Otroha interiorizado su diferencia en originariamenteal "señor de la dualidad",y Tezcatripocay Quetzafcóaatl
dos campos de representaciones: el de la historia y el de lo sagrado. eran dos de sus manifestaciones. Tonantzin, reservada para designar
Por lo que al primer caso se refiere, Adorno analiza las crónicas de las a la Virgen María, remitía a una de las representaciones de la diosa-
conquistas de México y del Perú escritas por Fernando de Alva madre. Sobre el lugar en que los aztecas veneraban a TOCI; la abuela
Ixtlilxochitly por Felipe Guzmán Poma de Ayala respectivamente. En de los dioses, se erige un santuario para honorar a Santa Ana, la
conclusión. Adorno estima que tanto en la una como en la otra, "el madre de José. Como se les describía generalmente como dos vieje-
sujeto colonial americano borraba los retratos ajenos que lo identifi- citos, San Simón y San José remplazan a HuehuetéotL el dios viejo, el
caban con la naturaleza, la pasión, lo femenino, lo rústico y lo paga- espíritu del fuego. y se les añade entonces el sufijo -t.& de venera-
no, para identificarse con los valores contrarios: la cultura, la razón, ción: Ximeontziny Xoxepetzin. El Tepoztecoes a la vez Dios del vien-
lo varonil, lo público. lo cortesano o caballeresco, lo cristiano...".16 to e hijo de la Virgen María.
Por lo que se refiere a la esfera de lo sagrado, sobre lo cual me Como vemos, las normas que en el pensamiento cristiano distin-
gustaría insistir, debemos distinguir, por un lado, las estrategias de auen
u a la divinidad de la santidad explotan y se encabalgan, produ-
asimilación de los nuevos modelos y, por otro, el proceso de su inte- ciendo así lo híbrido.
riorización individual y subjetiva. De manera completamente simétrica, los propios indios intentan
Serge Gruzinski ha analizado magistralmente el proceso y los reconocer en el Otrolos signos que les permitan asimilarlo dentro de
modos de cristianización de la imaginación de los indios. "¿Cómo sus propias categorías. Por eso, desde el momento de la invasión y la
-escribe- dar a entender y pintar unos seres, unas figuras divinas, el conquista, Cortés será identificado como el dios QuetzafcÓatL los re-
más allá, sin ninguna equivalencia en las lenguas indígenas ni en las ligiosos españoles como los tzitzjmime, es decir, los monstruos, que
representaciones locales sino por aproximaciones que traicionaban serán más tarde asimilados con los ángeles caídos de los cristianos.
Esta última representación es interesante pues muestra cómo los dos
'' Véase B . Buche[; Le sauvage... págs.64-65. que se apoya en un estudio de
antagonistas se satanizan recíprocamente. Satanás es el Otro y el
Margaret T. Hopdgen. Ear/yABthmpoofliB cha ss¿uieenth and3evmteenth Otrono puede ser más que Satanás. Precisamente en la segunda mi-
Centune-r.Universityof Pensylvania Press, 1964. Sobre la asimilación del mundo
musulmán. véase. entre otros. Weckmann. La herencia..., págs.229-230. 17 S. Gruzinski, La cofoni~ation
de f'imagiIalie .... pág.241.
'' R. Adorno. 'La construcción cultural...". pág.66. ídem.
EL SUJETO CIJLTbZ4L COLON7AL: LA AV REPRESEhTXJrUDIDAD DEL OTRO

tad del siglo XVI. la vida ejemplar de ciertos evanselizadores v los pretación del lenguaje occidental que no a la tor.peza indígena".20y
u ' -
prodigios que llevan a cabo facilitan su asimilación con los curande- cuya hechura provoca la indignación de ciertos miembros del clérigo.
raso brujos indígenas: ,'Es entonces indispensable comprender que la iconografía cristiana
Estos venerables invaden las campañas mexicanas con el rui- se difundió en los medios más modestos por medio del prisma
do de sus hazañas, dominan los elementos naturales, alejan deformante y recreador de una producción indígena".
las tempestades, traen la iluvia, gobiernan las nubes y las plan- Dicho de otra forma, las imágenes cristianas se integran en la
tas. prenden o apagan a voluntad los incendios, se dedican a la imaginación indígena en cuyo seno adoptan nuevos contornos; figu-
profecía y a la adivinación. Sobre todo, multiplican las curacio- ras autóctonas y figuras cristianas se deconstruyen las unas en las
nes milagrosas antes y después de su muerte L.. ] no es posible otras y hacen estallar los códigos interpretativos originales. Ya se tra-
dejar de notar el extraño parentesco que aflora entre esos reli- te de las estrategias de los evangelizadores o de la tendencia espon-
giosos. muy a menudo de modesta condición, muertos en olor tánea de los artistas populares indígenas a pervertir las representa-
de santidad, de una indudable ortodoxia, y los curanderosindí- ciones originales de lo sagrado que les propone el colonizador, se
genas, los adivinos, los "conjuradores de nubes" que acaba- observa una vez más que las normas conceptuales clasificadoras de
mos de citar. [...1 Se podría objetar que la analogía es superfi- unos y otros estallan, creando así unos productos híbridos que co-
cial, pero ¿sería tan superficial para los indios que interpretan rresponden a unas prácticas generalmente consideradas como
esos fenómenos en su propio lenguaje, que ven a "brujos" en sincréticas.
los venerables y a "santos" en los cura~deros.7'~ Más allá de estas observaciones, que se aplican a una vivencia re-
Lo diabólico cristiano (el brujo visto del lado español) se metarnor- lativamente superficial, es posible interesarse por el nivel de la in-
fosea en figura santa y esta misma figura santa (el venerable para los teriorización individual en el proceso de formación de la imagen del
cristianos) es vista por el indio como una forma que la evangelización Otro que se instala en el centro de la experiencia subjetiva. Para de-
considera diabólica (ya que está representada por la figura del curan- limitar este tipo de problema disponemos del admirable análisis
dero). La representación de lo diabólico se moldea en la de lo divino y que Gruzinski hace de las visiones que tenían los indígenas y que
la de lo divino en la de lo diabólico. fueron recogidas por los jesuitas en el período que va de 1580 a 1610.
Los jesuitas utilizaban experiencias individuales que se considera-
Semejantes actitudes perduran y se generalizan; se perciben en
ban ejemplares para llevar la comunidad de fieles a estados de de-
la iconografía de origen popular de la época colonial. Para el proyecto
presión y de excitación profundos.
de evangelización, que se enfrentaba con obstáculos considerables
en el plano de la comunicación. era capital proponer apoyos visuales Los jesuitas provocahan en los indios una incitación a la visión,
a la predicación. Los evangelizadores explicaban sus ensefianzas con una estandarización de sus delirios y de sus modelos de inter-
ayuda de pinturas. Desde el final de los años de 1520, los indios for- pretación. Es evidente que se imponían los mismos esquemas
mados en México por Pierre de Gand reproducen y difunden las pin- sobre estados y desórdenes bastante distintos cuya especifici-
turas flamencas y españolas. Pero a la par de esta producción contro- dad se nos escapa la mayor parte del tiempo. Pero estos mode-
lada por las autoridades coloniales, se desarrolla lo que S. Gruzinski los y estos escenarios se difunden y redifunden con una con-
califica de copie sauvage, de producción independiente "cuya imper- vicción tal que tenemos buenos motivos para pensar que los
fección a menudo desacreditada se debe achacar más bien a la inter- indios terminan por interiorizarlos y, en ciertos casos, repro-
ducirlos de cerca. Codificación, estereotipos y delirios indíge-
IV
S . Gruzinski. La colon~iztionde /imag~iBaire..,pág.240. Ibidem, pág.243.

-51-
EL SUJ.0 CUL3ZlhU COLO.NIii; U NO REPRESBVXBZl/D DEL OniD

nas se superponen hasta tal punto que se confunden, si no en español que se refugió en Madrid tras la independencia de Marrue- '
el espíritu de los visionarios, al menos sí en la mente de la co- cos. no puede integrarse en las condiciones de vida de la metrópolis y
munidad edificada y "tran~portada".~'
se encuentra exilado en su propio país. Dicho texto transcribe el des-
Pero, nos señala con sobrada razón Gruzinski, esas visiones se tino de una comunidad en vías de desaparición, la de los judíos de
estructuran en torno al antagonismo entre el Bien y el Mal, mientras Tánger, a través de la autobiografía de un travestido vivida como un
que en la idolatría original. cuyas representaciones perduran en la largo monólogo interior, es decir, como una "expresión muda". tradu-
imaginación de los individuos, "domina L.. ] la ambivalencia de los cida en este caso en una lengua original, la yaquetíá, de la que me
dioses. la permeabilidad de los seres y las cosas, las transformacio- ocuparé más adelante. El yoque se expresa implica la proyección del
nes sutiles, las combinaciones múltiples" (ibid). narrador que lee el pensamiento del personaje. El verdadero sujeto,
Así pues. el indio interioriza en el seno de sus categorías origina- sede de esos pensamientos, se ha perdido para siempre y nos es inac-
les las categorías que le son extrañas y que, en relación con las pri- cesible. La relación de la autobiografía con el tiempo lineal o histórico
meras, son contradictorias.Interiorizando esta "alteridad irreductible es de la misma naturaleza. En efecto, el relato autobiográfico se cons-
a sus propias normas, la imaginación colectiva se manifiesta como truye habitualmente a partir de un punto de vista que se supone abarca
una matriz que no puede producir más que figuras hibridas. Implan- la totalidad del pasado para dar a ese pasado toda su significación. El
tada en la conciencia. la "alteridad" no puede, en efecto, disolverse presente inscribe en el relato el tiempo de la escritura, por oposición
en ella. al tiempo del actante, regido completamente por las formas verbales
Con la emergencia de esta nueva instancia discursiva nace, pues, del pasado. El texto de Vázquez no funciona según ese modelo: cada
"el sujeto cultural colonial",22a la vez indisociable (colonizadoy colo- uno de los cincuenta y cuatro fragmentos que lo componen está es-
nizador alternativamente. y simultáneamente sujeto de la enuncia- crito en presente, un presente en relación con el cual el flujo de la
ción y sujeto del enunciado) y sin embargo profundamente y para conciencia es percihido en la inmediatez de su supuesto transcurrir,
siempre difractado. Condenado a proyectarse con la forma de lo se- un presente que no se puede identificar en el tiempo histórico y que
m e j a n t e ~de lo desemejante, condenado a interiorizar su "alteridad" oculta las conexiones con el contexto, acentuado así los efectos de
y, por lo mismo. buscándose incesantemente a sí mismo en la medida segmentación y de ruptura que imposibilitan el acceso al sujeto au-
en que. como decía anteriormente, la "a1teridad"no puede represen- téntico. En este punto precisamente es donde interviene la práctica
tarse puesto que la identificación con el Otrosólo puede producirse a discursiva de la yaquetia,
través de mis propios modelos discursivos, producidos precisamente un español muy particular que no sólo ha conservado gran
para expresar lo que soy, lo que sé o lo que imagino y no han sido número de giros, palabras y expresiones desusadas en Espana,
producidos sino por eso; de ahí, su incapacidad para dar cuenta de sino que ha añadido a esos arcaísmos numerosos préstamos
todo lo que me es exterior y es exterior a mi universo. del hebreo y del árabe dialectal marroquí ..., lengua sabrosa y
Como contrapunto, tomemos el caso de un texto español de 1976, llena de imágenes cuya originalidad profunda se debe a que
La perra vida de Juanita Narboni Su autor, un tangerino de origen sus formas propias han nacido de las necesidades de la reali-
dad cotidiana y se han amoldado a ellas mezclando con flexibi-
lidad las tres lenguas en presencia.23
Ibidem, pág.243
22
Sobre la noción d e sujeto colonial. véase Homi k . Bahabla, 'The other
question ...". Bendelac. 1992. pág.23
E;i SDLZTO CULl7AvU COLON7AL: LA NO REPRESE&TrlBILiDAL DEL OTRO

Esta supuesta transparencia del espíritu alimenta, efectivamen- salida que encuentra es dialigar con su sombra. Asistimos aquí a una
te, una escritura que se instaia en una red Lingüística preexistente consecuencia -de un tipo diferente de la que creo haber revelado en
donde se han cristalizado unos valores y un destino colectivos, es Colón- de la interiorización de las contradicciones fundamentales que
decir, una red lingüística organizada enteramente por un sujeto cul- caracterizan al sujeto cultural colonial. Despojado de sus derechos,
tural fuertemente afirmado, puesto que la yaquetía exilado para siempre de la que creía su patria hasta entonces, este
traduce exactamente y se amolda en todos esos hiatos menta- sujeto descubre al mismo tiempo la vacuidad y la soledad que se
les y todas las articulaciones afectivas del pensamiento, a la vi- venía ocultando a si mismo detrás de los señuelos de u n supuesto
da, las creencias. los temores, las alegrías y los tabús de ese proceso de sincretismo.
grupo humano tan particular. Estas características se tradu-
cen no sólo al nivel de las palabras y de los giros, sino también
en el tono con el que se profieren las palabras y las frases, hay
una especie de canto de la yaquetiá.24
Bibliografía
En ningún otro lugar puede aparecer con mayor claridad que aquí
la manera como el sujeto cultural en cuanto sujeto transindividual Adorno, R., "La construcción cultural de la identidad, Remsta de crí-
cierra el acceso al sujeto auténtico. La inaprehensible subjetividad tica literaria latinoamericana, Lima - Año XIY no 28, 1988,
viene a perderse en esta auténtica estructura social de formas vacías págs.55-68
que están a la espera de ser asumidas por una instancia de discurso.
Alem Sagnes, N,.Contribution a f'étude de la Jjttérature espagnofe
Cualquier referencia identificatoria ha desaparecido. contempraine:Ángel Vázpez, romancier(1929-19801, tesis doc-
Pero. como ya he señalado, no existe yo sin tú y todo monólogo toral inédita, Montpellier, diciembre1994.
interior implanta un tc que no es sino otro yo mismo, el otro que
llevo en mí. Esta total interiorización de la mirada va acompañada, en Alva Ixtlixochitl, F. de, Historia de la nación chichimeca, ed. Germán
Vázquez. por el silencio y el olvido a los que ha sido relegada la co- Vázquez, Madrid, Historia-16. 1985.
munidad marroquí indígena. El Ouoauténtico no existe, y al pensa-
miento no le queda otro recurso que dialogar consigo mismo. Esta Bhabha, Homi K., "The other question: Difference, discrimination and
ausencia del Ouoauténtico, esta vuelta esquizofrénica hacia otro yo, the discourse of colonisation", Literature, PoPticsand T h e o r ~
Ed.
esta pérdida de referencias identificatorias, en una palabra, esta es- E. Barker, P. Hulme, M. Iversen and D. Loxley, Londres, Methuen.
critura de la incomunicabilidad y de la no representabilidad del Otro 1986, págs.148-172.
deben ser asociadas. a mi parecer, a la problemática general del suje- Bendelac, A,, MosaJpe: une enhnce juive d TaBgr (1930-19451,
to cultural colonial, un sujeto que hubiera interiorizado, en este caso, Casablanca, Société marocaine d'édition Wallada, collection
una situación postcolonial vivida en el marco de una crisis de identi- "Bibliothdque tangéroise", 1992.
dad; este sujeto descubre, de hecho, que en sí mismo se encontraba
implantado. con la forma de un patrimonio paisajístico y, más en ge- Bucher, B., La sauvage auxseinspendants, Paris, Hermann, 1977.
neral. cultural y simbólico, un Otro radicalmente extraño y la única
Delumeau. J., Lapeuren Occidenr, XICrXVIIIe siecles, Paris, Fayard,
1978.
Gruzinski. S., La coloBisation de i'imaginaire. Sociétés indignes et
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Guzmán Poma de Ayala, F., Nueva crhica ybuengobierno, ed. John
V. Murra. Rolena Adorno y Jorge L. Urioste. Madrid, Historia-16,
Sobre las representaciones históricas
1987. del sujeto cultural: la emergencia de
Hanke, L., La fucha espaRoIaporiajusticia en la conquista de Améri- la figura del "cristiano viejo"
ca, Madrid. Aguilar. 1967.
Hodgen. M. T., EariyAnthropo/ogyfnthe Sfxteenth afldseventeenth
Centuries, University of Pensylvania Press, 1964.
El año 1992 se acabó con los últimos ecos de una serie de aconte-
Lionetti. R., Leiaitdup&re,s.1.. Imago, 1988. cimientos ampliamente difundidos por los medios informativos orga-
nizados para conmemorar un acto supuestamente fundador.' ¿Qué
Ortega. J.. "Para una teoría del texto latinoamericano: Colón, Garcilaso
sentido conviene darle a 1492? ¿Puede hablarse del "encuentro de
y el discurso de la abundancia", Revista de crítica literaria fati-
dos mundos"? ¿Se trata del nacimiento de la época moderna? ¿Del
noamericana, Lima - Año XIV; no 28, 1988, págs.101-115.
comienzo de los intercambios desiguales entre el Norte y el Sur? Con
Vitoria. F. de. Reiectio de Indis o Libertad de /os indios, ed. Luciana Cristóbal Colón ¿se transforman los europeos en 'los agentes de una
Peseña y J. M. Prendes. Madrid, Consejo Superior de Investiga- mutación decisiva de la historia de la humanidad" (J. Jacquart) en la
ciones Científicas, 1967. medida en que adquieren el control "de los espacios marítimos nece-
sarios para la mundialización de los intercambios" (G. Martiniere)?
Weckmann. L., La herencia medieval de México, México, El Colegio ¿Hay que privilegiar las perspectivas económicas o bien, al contrario,
de México. Centro de Estudios Históricos, 1984. desplazando nuestra perspectiva hacia la periferia, subrayar el cata-
clismo cultural y biológico que desencadenó la aventura marítima de
Colón y, a partir de aquí, interrogarnos sobre nuestro propio futuro?
Convendría, sin embargo, interrogarse ante todo sobre la selec-
ción del acontecimiento por conmemorar y conmemorado, selección
de carácter eminentemente ideológico y significativa de por sí, que
implica un sistema correlativo de ocultaciones. Sin duda alguna. el
año 1492 es importante por una serie de razones: en primer lugar
para España, que ese mismo año se apodera del reino de Granada y
ve editarse la primera gramática escrita en lengua castellana. La glo-

' Repito aquí lo esencial del cuarto capitulo de De Ikngendrement des formes
(Montpellier. CERS. 1990) integrándolo en su contexto que afirma sensible-
mente el alcance ideológico del texto de Nebrija.
SOBRE m R~pREsBwAciOrninsi6RIcer DEL SUJETO CtnízIRAL

ria de Isabel la Católica ha alcanzado su apogeo, pero al insistir en el ~ s ~ a fen


i aun plazo de tres meses. Ahora bien, no nós equivoquemos,
desarrollo de este poder, se descuida la expansión del Imperio Oto- línea política es radicalmente nueva en la medida en que viene
mano, el cual, durante la segunda mitad del siglo, tras apoderarse de impulsada por nuevas formas de intolerancia y se basa en argumen-
Constantinopla en 1453, conquista Grecia, Serbia, Albania, y a prin- tos y justificaciones nuevas.
cipios del siglo siguiente acentúa su amenaza contra Venecia, se ex- La tolerancia de los siglos precedentes no debe ser sobrestimada:
tiende desde Mesopotamia hasta el Magreb, desde Guinea hasta Egip- aunque toleradas por el poder, las minorías son objeto de discrimina-
to. Sin duda, a partir de ese momento, Europa se abrirá -con Sevilla- ciones de toda clase pero esta tolerancia. que abarca tanto el campo
al comercio con el otro lado del Atlántico, pero esta nueva dimensión religioso como el lingüístico y el cultural, hizo de la España medieval
no puede hacernos olvidar que los principales centros europeos de un foco de civilización donde se forjó una identidad mediterránea
las finanzas y el comercio se sitúan a orillas del Mediterráneo, un que constituye uno de los ejes fundamentales de nuestro "europeís-
Mediterráneo que sigue siendo el centro del tráfico comercial con mo". ¿Qué queda en nuestra cultura de este "choque seminal de in-
Oriente y un objetivo económico y político capital que se disputan fluencias opuestas" (J.Goytisolo)? Prácticamente nada. Ejemplos y
esparioles y otomanos, un Mediterráneo donde, para todos los con- símbolos abundan, sin embargo. Un símbolo: las ilustraciones del Zi-
temporáneos. se juega el destino del mundo. bro defosjuegosde Alfonso el Sabio que nos muestran a cada lado de
Volvamos a España. Los hechos son conocidos: un decreto firma- un tablero de ajedrez ora a un cristiano y a un musulmán, ora a un
do por Isabel el 31 de marzo de 1492 expulsa a los judíos del reino. musulmán y a un judío: alternancia de actantes, desplazamiento del
En la misma época. el Sacro Imperio pierde los suyos tras las expul- enfrentamiento hacia el terreno de la convivencia y de la actividad
siones de Mecklenburg (1492). Magdeburg (1493)y Nuremburg (1499). del juego y del intelecto, imágenes cargadas de sentido que se ofre-
lo cual puede volver más relativo el alcance de los acontecimientos cen a nuestra reflexión. Coexistencia fecunda de la que dan testimo-
que tienen lugar en tierra ibérica. Las primeras consecuencias de nio, entre otros ejemplos, el Renacimiento del siglo XIII, cuya origi-
estas medidas son indiscutibles en ambos casos: al este, los asquenazis nalidad consiste en "haber aliado a la investigación sobre los anti-
participarán en el desarrollo de la Europa oriental y se pondrán al guos filósofos y sabios griegos los más recientes adelantos de la cul-
servicio de la monarquía polonesa, mientras que los sefardíes van a tura islámica" (D. Jacquart), así como también el gran movimiento
cultural que se desarrolla durante el reinado de Alfonso el Sabio y
ser acogidos por el Imperio Otomano al que aportarán sus técnicas
con su impulso (traducciones de tratados de astronomía y de astrolo-
artesanales, industriales y comerciales, así como el prestigio de la
gía como las Tablas tofeda~asdeAl Zarqali [Azarquiell, o la actividad
medicina judía. Entre los exiliados está el matemático y astrólogo
de los traductores de Toledo como Juan de Sevilla, Gerardo de
Abraham Zacuto que. tras una corta estancia en Lisboa. se establece
Cremona, Domingo González...). Extendernos más resultaría ocioso.
en Cartago. En el contexto de los enfrentamientos que acabamos de
Un último símbolo, pues, son las famosas "traducciones con dos intér-
evocar, el Occidente cristiano renuncia a una parte de su potencial.
pretes, del árabe a la lengua vernácula y de la lengua vernácula al
Lo que sucede en Andalucía poco después de la caída de Granada latín" (M. T. d'Alverny), ejemplo perfecto de una colaboración tripartita
se sitúa dentro de la misma lógica ciega e impulsiva: el régimen de en el proceso de la actividad cultural.
las capitulaciones permitía a los mudéjares (musulmanes que vivían ¿Cómo explicar e n este caso la mutilación de nuestra memoria
en tierra cristiana) continuar practicando su religión, pero en 1502 se colectiva? La sobrestimación del desplazamiento del interés hacia el
les obliga a bautizarse; los varones mayores de 14 años y las mujeres Nuevo Mundo no puede intervenir como causa de la ocultación, sino
mayores de 12 que se nieguen a hacerlo tendrán que abandonar a más bien como la consecuencia, entre tantas otras consecuencias más
SOaRE LAS REPRE5ENTACiONES HZS7dRIIOLS DEL SU- CDZ7URU

'
graves. de una ruptura y de una renuncia, de un rechazo de herencia según la cual el latín y el castellano son complement~ios,no deja de
en cierto modo. ser significativasi se tiene en cuenta que esta obra de clara intención
¿Hay que situar el origen de esta ruptura en la emergencia de un pedagógica fue escrita a petición de Isabel y que el contenido de la
discurso identificatorio y totalitario perceptible precisamente en la
petición no queda muy claro: "maior mente entreviniendo aquel Arte
España de 1942? Ese año Antonio de Nebrija escribe un prólogo para de la Gramatica que me mando hazer Vuestra Alteza, contraponien-
SU Gramática C a s t e h a ; ésta tiene como objetivos valorizar el nuevo
do linea por linea el romance al latin". Apoyándonos en esta frase
imperio que se está edificando y conseguir para el castellano el esta- podemos suponer que la reina había dado al gramático unas consig-
tuto de lengua hegemónica e imperial. Desde el comienzo del prólo- nas muy concretas para que presentara el latín como lengua de refe-
go. Nebrija destaca los tres méritos principales que él atribuye a su rencia.
Gramática: Sea lo que fuere, a nivel estrictamente temático asoma una con-
1. fiar la lengua para que. por ser ella misma eterna como el tradicción muy fuerte ya que el objetivo político, que consiste en im-
griego y el latín, pueda inmortalizar las hazañas de Isabel la poner el castellano como lengua hegemónica, viene a chocar aquí
Católica; con otro objetivo, también político, que consiste al contrario en forta-
2. facilitar el aprendizaje del latín; lecer y organizar mejor la enseñama del latín.
3. facilitar también y sobre todo la integración en el Imperio de Pero la contradicción que asoma así en este prólogo a nivel de la
las naciones sometidas. argumentación no hace más que transcribir una contradicción que
Aunque se trata esencialmente de conseguir que el castellano procede directamente de la praxis administrativa.
sea la lengua hegemónica del Imperio, observamos una asombrosa Aunque las leyes de que trata están escritas en castellano -lo
contradicción en la argumentación del segundo punto -que se inser- cual obliga a los pueblos vencidos a estudiar la lengua de su vence-
ta como de paso en el apartado correspondiente- en la medida en dor-, la ensefianza del derecho, el derecho mismo (derecho romano)
que Nebrija presenta la lengua castellana precisamente como el me- y el conjunto de la práctica discursiva jurídica implican que se domi-
jor instrumento para aprender el latin, lo cual la reduce a un rango ne perfectamente el latín. Lo mismo sucede con todo lo referente a la
subalterno. fe, a la teología y al campo diplomático (Pelorson, 1980, págs.321-
¿Cómo se puede explicar tal desviación en un texto tan bien es- 331). Dicho de otra forma, cualquiera que sea la política lingüística
triicturado y regido por la retórica? Sobre todo si se considera que escogida. siguen imperando las realidades de la organización admi-
esta desviación introduce unas preocupaciones bastante subalternas nistrativa de un Estado y su práctica cotidiana.
e n la visión de conjunto que Nebrija nos da de la historia universal y Creemos percibir en este pasaje los ecos de las medidas que tomó
del Imperio. Isabel para instituir una administración moderna y formar a los hom-
¿Cómo un discurso enteramente redactado para cantar la gloria bres que serán sus principales instrumentos. Así es como en el tras-
de la reina y que sólo a ella se dirige podría preocuparse por otro fondo de la exposición de Nebrija parece que se asoma la figura del
público y especialmente por todos esos súbditos ordinarios que de- letrado, que va a ser el aliado objetivo de los Reyes Católicos en el
searían aprender latín? momento en que éstos reducen a la nobleza, alianza que pone fin a la
Insertada entre la expresión de la necesidad de inmortalizar las Edad Media:
hazafias de la reina. por un lado, y la visión de una administración
jurídica de las provincias conquistadas, por otro, connotada por la Pusieron los Reyes Católicos el gobierno de la justicia y cosas
inmediata mención de las Siete Partidasde Alfonso el Sabio, la idea públicas en manos de letrados, gente media entre los grandes
y pequeños ... (Mendoza, págs.70-71)
EL SUJETO C U L r n . ' SOC/OCRI?/O~ Y PS/Co&%ár/S/5

Cuando se examina desde esta perspectiva el pasaje que nos in- del gran Aiéxandre 7/12
teresa, éste se integra perfectamente en la progresión temática que
comienza hablando de la extensión de la jurisdicción de Isabel y pro-
sigue evocando el instrumento capital del ejercicio de su soberanía,
3) 1 assi crecio hasta la monarchia
f de Augusto Cesar 7/25
i paz de que gozamos 8/21

que estriba a la vez en las leyes y en los hombres capaces de aplicar Var: "nunca estuvo tan empinada cuanto enla edad de Salomon" 6129-
esas leyes. 30
La Gramática Castellana se inserta, pues, de manera sin duda no
consciente. en un sistema pedagógico al servicio de un proyecto po-
4) Mas, despues que se
, comenso a desmembrar h: 61.33
lítico. Desde este punto de vista, el texto de Nebrija transcribe en comentaron a desatar gr: 7/16
cierto modo el acta de nacimiento del estado moderno. Sin embargo,
esta emergencia va acompañada, como veremos. de un discurso de Var : "De alli, comen$ando a declinar el imperio" lat: 814-5
exclusión que proyecta la rectificación de los contornos del sujeto
cultural e n el umbral de la era moderna. a desvanecerse la lengua g!rie-
En efecto, si examinamos la primera parte del prólogo podemos ga 7/18
observar cómo ésta construye una serie parad'igmática (hebreo-grie- 4bis) junta mente comenso
go-latín-castellano) que permite ensalzar a Isabel la Católica igua- a caducar la lengua latina 816
lándola con Moisés. Alejandro y César Augusto, y presentarla como la
heredera de estas figuras míticas. Var: junta mente se comenso a perder la lengua h:7/1
Este efecto se obtiene por medio de la repetición sistemática de
un mismo esquema sintagmático y semántico. con algunas escasas Este sistema, fuertemente estructurado, refuerza en el eje de la
variantes. que se presenta con la forma de cuatro oraciones: -
verticalidad temporal (Moisés ->Isabel) las estructuras de identifi-
caciones que valorizan, todas juntas, el nuevo imperio que se está
h: 619 edificando, pero también amenazan su porvenir. En efecto, describen
1) La lengua c...] tuvo su niñez gr: 717 una ley que no admite excepción y de la que no puede escaparse. por
cast: 8112' lo tanto, la hegemonía castellana de la época.
El discurso ideológico que rige el plano de las alabanzas choca
Var: "fue su niñez" ... lat: 7/20
aquí con su propia lógica, la cual genera una angustiosa contradicción,
de donde surge a su vez una ruptura discursiva expresada por la
difracción de la semántica de la alegoría, en el centro mismo de la
argumentación. En efecto, la alegoría que compara un imperio con el
crecimiento de un ser humano se desarrolla normalmente mientras
gr: 717 se trata de evocar el crecimiento de la fuerza (nifiez,crecer: mostrar
Var: "i comenco a mostrar sus fuerzas" sus fuerzas, florecer), pero la escritura se niega a llevarla hasta el
'cast: 8/13 final cuando se trata de evocar la muerte de esos imperios. Entonces
prefiere refugiarse en el campo de la abstracción y de lo intangible
La primera cifra remite a la página. la segunda a la línea [6/9=pág.6,lín.9).En (prderse, desvanecerse, caducad.
la reproducción del texto de Nebrija (ver pág.73 y sgtes), los números del Niñez introduce, pues, una visión dinámica de la historia, trans-
inicio indican las páginas. cribe indirectamente la naturaleza mortal de los imperios y de las

- 62-
SOBRE Ld3 REPRESENiAClOS H . l ~ r 6 . W DEL
~ S U m C~~
/ 1
lenguas, planteando por lo tanto implícitamente el problema del por- parecen cuando se trata del latín o del griego. En el cwo del hebreo.
venir y de la decadencia obligatoria y futura de Castilla; sin embargo. las condiciones de aparición de la lengua como lengua auténtica e
las nociones y los términos de muerte o decadencia permanecen re- independiente están reconstituidas de manera hipotética por medio
primidos. de una serie de verbos e n condicional (perderim, mezclarian.
No por permanecer reprimidos en este contexto se abstienen de apartarim), lo cual pone de relieve los apriorismos del pensamiento
surgir en otros segmentos del prólogo, como propulsados por un
con asombrosa nitidez. Mezclados con los extranjeros, es de suponer
infratexto manifiesto:
que los judíos habrán mezclado algunos giros egipcios con su lengua.
1 sera necesaria una de dos cosas: o que la memoria de vues- pervirtiéndola. En cuanto se constituyeron como colectividad especí-
tras hazafias perezca conla lengua o que ande peregrinando fica, es de suponer que apartaron su lengua, ya que eran de religión
por las naciones estranjeras, pues que no tiene propria casa en distinta ('poco a poco apartarian su lengua cogida c.. ] por ser aparta-
que pueda morar. (1013-4) dos en religión...").
por estar ia nuestra lengua tanto en la cumbre, que mas se El texto no se interesa por la aparición de lo nacional cuando se
puede temer el decendiniento deUa que esperar la subida. (101 trata de los romanos o de los griegos, pero en el caso de los judíos y
14-16) de los castellanos sí que relaciona explícitamente la construcción de
El esquema que acabo de analizar instituye también unas estruc- la unidad política con la eliminación de todo aquello implicado por lo
turas de identificaciones horizontales (imperio=lengua), marcadas ajeno. Si se admite que Nebrija escribió este prólogo en agosto de
todavía más por la repetición sistemática de juntamentey por cierta 1492, es decir, algunos meses después de la expulsión de los judíos
heterología o pluralidad discursiva a nivel de la sistemática. En efec- (marzo),se puede admitir también que el modo hipotético de los ver-
to, hay una serie de verbos usualmente empleados para definir la bos utilizados (perderim, apartarim. .) se explica y se entiende con
evolución del poder político y que aquí se aplican a la lengua. La arreglo al presente histórico de 1492: se asumen las posturas políti-
alegoría se nos presenta como literalmente desplazada del campo cas ("despues de repurgada la cristiana religion...") por medio de una
descriptivo del Imperio al campo descriptivo de la lengua ("la lengua argumentación hipotética que justifica lo que acaba de ocurrir en
tuvo su nifiez, comenco a florecer, a mostrar sus fuerzas...". otras Castilla a través de lo que s e supone que ocurrió en Egipto. Se vis-
- , ..---
lumbran, pues, los estratos de un discurso implícito, de un nivel no
~ ~~

tantas expresiones que sirven para definir la evolución y la progre-


sión de una fuerza uolítica). expresado, o sea, de un infratexto aparentemente reprimido. I
Tal es la primera consecuencia de las equivalencias semánticas
1
Así se van creando unas equivalencias semánticas que funcio-
nan a lo largo del texto y que convocan, por consiguiente, al mismo que hemos observado: cuando Nebrija habla de la necesidad de de-
tiempo a las nociones de impenoy de lengua, sea cual sea la noción purar la lengua se trata también de depurar el "cuerpo social".
evocada. Es sumamente interesante observar los efectos derivados Esta serie de evocaciones de imperios entraña, pues, dos conjun-
de este funcionamiento. tos:judíos/castellanos y griegos/romanoS. En el segurido conjunto se
En efecto. la construcción de una lengua hegemónica implica, menciona cada vez a artistas y a escritores (Orpheo, Lino, Museo,
para Nebrija, un proceso de discriminación: hay que descartar, apar- Amphion, Omero, Esiodo/Tulio, Cesar, L u c ~ ~ c ~Virgilio,
o. Oracio, Ovi-
tar de ella todo lo que le es ajeno. Lo que se dice de la lengua hebrea dio, Livio). En cambio, en el primer grupo, a Moisés (Moisen)le co-
en este punto merece ser examinado más detenidamente; cuanto más rresponde Alfonso (Alonso)el Sabio, cuya obra jurídica GasSietePar-
que, en el párrafo en donde queda expresado, aparecen, en el marco tidasj convoca, a su vez, a las Tabulas de la ley. A los imperios de
del sistema retórico que estoy analizando. unos elementos que desa- Salomón y de Isabel se les evoca desde un punto de vista jurídico y !
SOBRE I 1 S REPRESfiWACiUNES HIST~RICRTDEL SUJmO CU7UR4L

los dos están bajo los auspicios de Dios, al contrario de la evocación Crear un conjunto coherente a partir de elementós distintos: ésta
de Grecia y Roma: es otra idea central del texto, que se repite tanto que deviene el crite-
-"despues de enseñado i L..] merecido hablar con Dios" (6124- ,io básico de la constitución del Imperio:
25)"I assi crecio hasta la monarchia i paz de que gozamos pri- - "i comencaron a hazer por si mesmos cuerpo de gente", (61
meramente por la bondad i providencia divina ..." (8122-23) 17)"se reduxeron i aiuntaron en un cuerpo i unidad de reino",
En el primer grupo (judíos/castellanos),la red de corresponden- (8125)
cias es mucho más densa, mucho más rica, mucho más significativa Cuerpoy aiuntarseson los repetidores principales de esta noción
que en el segundo. Y cuando se describe la "paz castellana" ("hasta [cuerpo;se forma de diversas cosas compuestas y concertadas entre
la monarchia i paz de que gozamos") lo judío es convocado indirecta- sí, DA; aiuntar.. cuando dos cosas distintas se allegan la una con la
mente por última vez: otra. DA].
'Rsi que, despues de repurgada la cristiana religion, por la cual La decadencia empieza cuando se deshace esta organización:
somos amigos de Dios o reconciliados con El" (8130-32) -despues que se comenco a desmembrar L.. ], que se comencaron a
desatar".
Esta comparación sugiere que la primera referencia histórica, Cuerpo i unidad, aiuntar; travazon s e contrapanen pues con des-
aquella que e n última instancia fascina, es la época de Salomón, el
membrat: desatar; derramados, rompe?
imperio con arreglo al cual se va construyendo el proyecto imperial La "alteridad", lo ajeno que no se puede asimilar, se contrapone
naciente; las demás referencias sólo sirven para reforzar la argumen- con la diversidad, que, por el contrario, puede integrarse. El criterio
tación. para traducir unos datos históricos en términos de leyes, pero que separa lo asimilable de lo no asimilable es el criterio religioso, lo
también para ocultar el impacto de este punto de referencia, para cual confirma el carácter teocrático del proyecto imperial.
apartar en cierto modo una cercanía demasiado evidente, para de- Este prólogo a una obra científica se desarrolla en torno a unas
fenderse contra esta fascinación. estructuras discursivas regidas por un sistema de valores ideológicos
Los efectos de esta pervertida semántica son varios: examinemos dentro del cual funcionan, como vemos, las siguientes oposiciones:
los empleos del verbo reduc~il:Se utiliza primero para describir la
Lo eterno <-> Lo perecedero
fuerza política que se empleó para reducir las discrepancias, sobre
La uniformidad <-> La anarquía
todo las religiosas ("los miembros i pedacos de Espaia [...] se reduxeron
La cohesión <-> El caos
i aiuntaron ...", 8/25-27). Lo encontramos más lejos, aplicado a la ac-
Lo auténtico <-> lo ajeno no asimilable <-> la di-
tividad científica. donde expresa el esfuerzo racional por estabilizar versidad asimilable
la lengua mediante leyes, evitando así tanto las "mudanzas" como (variante semántica: lo puro <-> lo impuro)
las discrepancias en el empleo de los vocablos (dferengia, dversi-
dacfXacordeentre todas las otras cosas reduzir en artificio este nuestro Estas estructuras describen un objeto, el imperio teocrático, y lo
lenguaje castellano", 912 1-22). conciben como un conjunto de elementos heterogéneos fundamen-
Artificio (conjunto de reglas). tenor("constitución u orden firme tados en la cohesión y la uniformidad, es decir, en unos valores que
y estable de alguna cosa", DA) y uniformidadconstituyen una semió- se articulan con la problemática de lo auténtico y con la de lo asimi-
tica de la unificación y de la uniformización que vale tanto para la lable.
sociedad como para la lengua. Una serie de equivalencias semánticas y de construcciones sin-
tagmáticas convocan al unísono a una determinada concepción de la
EL SUJETO CULn/RU.' SOUOCRi?iU Y PSICO~AUS~S SOBRE LAS REPRESENXACIODWSKISTdRIUS DEL SUJEZ CUZTZWL

lengua hegemónica: en este nivel, 'j.eduzir'; u n i ' c a q uniformar son que hemos visto funcionar en Nebrija como contradictoria de aiunta,:
los tres objetivos que persigue el gramático Nebrija y que precisa- por ejemplo. La convoca y la oculta, como si fuera necesario conjurar
mente se corresponden con las funciones capitales del Imperio. Pero la amenaza del caos. En Nebrija la escritura se niega a llevar hasta el
con ello redistribuye un discurso que asoma en otros segmentos, no final la alegoría de las edades del hombre. De manera muy similar, el
sólo en la práctica política (la expulsión de los judíos, la persecución discurso del escudo se detiene, como de resultas de un interdicto.
de los heterodoxos, el concepto de h p i e z a de sangre, la institución como si frente a estas garras que mantienen Lo heterogéneo, el voca-
inquisitorial, etc), sino también en otras manifestaciones de la vida blo desatarno se pudiera expresar? En realidad, el texto cultural del
cultural. Imperio reprime la expresión de los dos discursos (Nebrijalescudo)en
Veamos el caso del escudo de los Reyes Católicos, tal como apa- la medida en que no existe imperio que no haya perecido. Esta genética
rece en San Juan de los Reyes: en este escudo las armas de Castilla y tiene tanto impacto como para provocar más tarde -posiblemente
León están yuxtapuestas con las armas de Aragón, ensambladas las entre 1492 y 1494- una ligera modificación del escudo. Éste aparece.
unas con las otras por las garras de un águila. Así se realiza en el en efecto, en la fachada del colegio de San Gregorio de Valladolid: el
plano icónico la concepción del Imperio que aparece en Nebrija: en escudo está sostenido por las ramas de un granado lleno de frutos
efecto, en ambos casos se trata de una organización de elementos que brota de un pozo (Cardaillac, 1989).Alusión a Granada. sin duda.
heterogéneos que se mantienen unidos sólo por medio de una fuerza recientemente conquistada, así como a un árbol de vida que se nutre
exterior. Los Reyes Católicos adoptaron el águila como emblema des- del agua de la fe ("el que beba de esta agua tendrá vida eterna"). pero
pués de la batalla de Toro (Cardaillac, 1989)y se suele considerar que también y sobre todo símbolo de eternidad. Así es como podemos
el águila representa a Juan Evangelista, interpretación que no puede interpretar esta modificación, como un conjuro convocado por el vo-
descartarse, cuanto menos que el águila está rematada por un nim- cablo no expresado (desatar),o sea, como directamente generado por
bo. Pero no es ésta la única interpretación posible: en numismática el discurso reprimido del infratexto.
hay varias medallas de emperadores cuyas cabezas están también Volvamos ahora a la serie paradigmática que establece una con-
rematadas por un nimbo. Además, el simbolismo de las garras del tinuidad mítica desde el Imperio de Salomón hasta Isabel la Católica
águila se vuelve perfectamente claro a partir de la definición que da pasando por Alejandro y César. Veremos en ella la deconstrucción del
Nebrija del Imperio. Me baso también en el lema del escudo, que tema de la translatio imperiique para los historiadores cristianos de
apñrentemente no ha de leerse como "Tanto monta c.. ] Isabelcomo la Edad Media resumía la historia del mundo conocido como la suce-
Fernando'; sino más bien como "Tanto monta cortar como desatar'; sión de cuatro imperios: el babilonio, el persa, el macedonia y el ro-
que fue la divisa de Fernando (Azcona, 1964, pág.219; Le Flem y al., mano, lo cual debía permitir a los emperadores del Sacro Imperio
1980, pág.144) y que alude a las palabras de Alejandro cuando corra germánico presentarse como los herederos del último imperio
el nudo gordiano. Notamos, pues, que estos cuatro signos (águila,
nimbo, garras, lema) están unidos por una relación de correferencia ' El simbolicmo del águila evolucionó desde principios del siglo XIII. e n el sello
que se corresponde con la noción de imperio. La coincidencia de esta de Alfonso de Castiila, hasta fnales del mismo siglo. cuando el águila natural
noción con el símbolo del evangelista nos remite a la naturaleza teo- no heráldica. rematada por un nimbo. afirma su transcendencia al rendir de
crática del poder de Isabel. Un símbolo religioso une y mantiene pre- nuevo homenaje a Juan (Patureau.1979). Esta evolución, w e convirtió el águila
cisamente el ensamblaje de lo heterogéneo. e n un símbolo más estatal que dinástico, es paralela a la emergencia de la
Pero lo implícito desempeña en este caso un papel capital, en la noción de estado y de nación en las mentalidades europeas (Guénée. 1982;
Bourieau, 1985). Le estoy muy agradecido a Sylvie Guibbert por haberme
medida en que el lema de Fernando convoca a la noción de desatar seíialado al interés de estos autores.
SOBRE 14.5 8EPRESEiVACIONES fllS7dRIC4S DEL SU7230 CULTUR¶L

(Guénée, 1980, págs. 147-165). Aquí, 9in embargo, la figura de Moi- los judíos como naciones amenazan al imperio ascendiente de Isabel.
sés ha reemplazado a las de Babilonia y Persia. Salomón, Alejandro, NO es el caso del turco, esa figura compuesta del mundo oriental, que
César e Isabel han substituido a los cuatro términos del tópico origi- por esto mismo no puede ser utilizada como referencia mítica con
nal (imperios de Babilonia, de Persia, de Macedonia, de Roma). Las ninguna de sus connotaciones. La exclusión que fuera-del-texto Se
figuras de Salomón e Isabel, en cada extremo de la serie, expulsan a abatesucesivamenteprimero sobre eljudró yluego sobre el musul-
los dos primeros imperios, pero el esquema de cuatro términos se ha ,án, sólo se abate sobre elmusulmán en lo imaginario mítico.
respetado. mostrando de esta manera su punto de origen. Si estamos en presencia de modos de exclusión radicalmente di-
Este tópico se articula con el esquema estructural retórico que ferentes, ¿no será acaso porque los grupos implicados no intervienen
reproduce. al nivel de las ciudades, los mitos fundadores. La antigüe- de manera comparable en el contexto sociopolítico? Sea lo que fuere.
dad de los orígenes es una-garantía de nobleza y de legitimidad; dota 10s intereses políticos en juego y las contradicciones ideológicas pro-
a sus descendientes con virtudes fundamentales. Proyectándose en vocan una rectificación radical de la problemática cultural y notables
ese esquema histórico, el sujeto cultural extrae la conciencia de la alteraciones en la representación del sujeto cultural.
continuidad de su identidad. Ahora bien, aquí asistimos a una per- De esta Lectura quisiera destacar varios datos:
versión manifiesta del tópico: lo que parece haber impresionado a los 1. La necesidad de formar correctamente a los responsables ad-
historiadores medievales es la sucesión de dominaciones en elmis- ministrativos del estado. Una silueta se vislumbra en el telón de fon-
mo espaciogeopolítico,lo cual explica que la noción de herencia vaya do del prólogo de Nebrija: la del letrado, especialista en derecho y
inscrita en los términos utilizados para definir el tópico (translatio), leyes, o, dicho de otro modo, el nacimiento del Estado moderno. 1
noción que no podría concebirse si se tratara de una simple yuxtapo- 2. Un infratexto que convoca a un terror imaginario. Este infratexto
sición de imperios que hubiesen sido rivales al mismo tiempo. Pero 11
es responsahle del interdicto que afecta tanto a las evocaciones de
en NebriJa esta sucesión sólo funciona entre Alejandro y César; el los imperios babilonio y otomano como a los del desmembramiento y
imperio hebreo y el griego son contemporáneos y se extienden sobre ocaso del imperio de Isabel.
territorios diferentes. Al contrario, en 1492, el espacio donde se ejer- 3. Un discurso identificatorio que pretende agrupar unos elemen-
ció otras veces el poder de los cuatro imperios implicados en el tópico tos que aunque heterogéneos, comparten la misma fe. Este discurso
cubre en gran parte el espacio del Imperio Otomano. Se comprende define los lindes de un nuevo sujeto cultural, la figura del cristiano
mejor cómo y por qué ni el imperio de Babilonia ni el persa pueden vieja, opuesto a los cristianosnuevos, recién convertidos, ya fueran !,
ser convocados: cuando Nebrija escribe su prólogo, los otomanos son judíos o musulmanes.
manifiestamente los herederos de Alejandro y César. El gran ausente Estas observaciones me sugieren algunos interrogantes:
es. sin embargo. el Sacro Imperio germánico, es decir, el punto de 1. ¿No sería el discurso identificatorio inseparable de la constitu-
referencia ideológico en relación con el cual se había edificado y a ción de una identidad política (en el caso de 1492, la constitución del
cuyo servicio funcionaba el tópico. Poniendo la Castilla de Isabel en estado moderno)? SI
lugar del Sacro Imperio germánico. el texto de Nebrija denuncia las 2. ¿No sería una respuesta a una situación histórica generadora
pretensiones de la realeza castellana y se anticipa a la historia. de angustia, un "discurso de supervivencia", en cierto modo? //
La deconstrucción de la figura de la translatio impriiestá regi- 3. ¿Podría no producir estructuras de exclusión? ¿Dónde está en
da. pues. por una conciencia política pero no puede evitar las contra- efecto, el límite que separa lo asimilable de lo no asimilable, lo que I,
dicciones: al mismo tiempo que se expulsa a los judíos se reivindica integro de todo lo que descarto? Porque ese rechazo que acabo de
la herencia cultural; se debe a que ni los romanos, ni los griegos, ni analizar no significa nada si no lo examinamos con arreglo a su coro-
lario, es decir, la voluntad de asimilar una diversidad percibida como tivamente la cuna de Europa? De él proceden nuestra concepción de
asimilable. lo sagrado, nuestra mitología, nuestros modelos institucionales, nues-
Para definir mejor lo que es, el sujeto cultural se ve obligado a tros bienes simbólicos.
descartar lo que no es. lo que no quiere ser, lo que intenta no ser A la luz de lo que precede, el proceso socioeconómico y socio-
nunca. Sólo tolera lo que espera poder integrar. La rectificación de político iniciado con la construcción de Europa y su actual evolución
los contornos de las identidades colectivas (el matrimonio de Isabel parecen programar efectivamente una rectificación de nuestro patri-
de Castilla con Fernando de Aragón sienta las bases de una nueva monio simbólico.
entidad política) lleva consigo rectificaciones de los discursos identi-
ficatoriosy, con ellas, nuevas representaciones de los sujetos cultu- 5.
rales. en la medida en que cada una de esas identidades tiene su ALA MUI ALTA 1ASSI ESCLARECIDA PRINCESA DONA ISABELLA
fundamento en un vivero de símbolos que constituye un patrimonio TERCERA DESTE NOMBRES REINA 1 SENORA NATURAL DE
específico. El discurso identificatorio plantea, pues, el problema de ESPANA 1 LAS ISLAS DE NUESTRO MAR. COMIENCA LA
los límites de la asimilación; pretende fijar los límites del espacio GPAMATICA QUE NUEVA MENTE HIZO EL MAESTRO ANTONIO
simbólico de la identidad del sujeto cultural. DE EBRIXA SOBRE LA LENGUA CASTELLANA.1PONE PRIMERO
En este plano, y por eso mismo, nos interpela el discurso iden- EL
tificatorio que surge en 1492 en España: un discurso similar estruc- PROLOGO
tura hoy el discurso social y el discurso político. El problema está
planteado en los mismos términos que se aplican, no ya a una noción LEELO EN BUENA ORA
de imperio, sino a la noción de comunidad europea.
10 cuando bien comigo pienso, mui esclarecida Reina, i pongo
Debemos reducir la diversidad, uniformar las reglamentaciones,
delante los ojos el antiguedad de todas las cosas que para
armonizar las políticas económicas ... ¿Cuáles son los límites de la
nuestra recordacion i memoria quedaron escriptas, una cosa
comunidad? ¿Debemos incluir en ella a la Europa del Este? Sus lími-
hallo i saco por conclusion mui cierta: que siempre la lengua
tes meridionales no se evocan nunca, ya que es evidente para todos
fue compañera del imperio, i de tal manera lo
que las orillas septentrionales del Mediterráneo constituyen sus fron-
15 siguio que junta mente comencaron, crecieron i florecieron, i
teras. El mar Mediterráneo se nos presenta, pues, como una frontera
despuis junta fue
que nos separa del Otro, un Otrorepresentado siempre como no asi-
6. Ia caida de entlambos. 1, dexadas agora las cosas mui an-
milable.
tiguas de que apenas tenemos una imagen i sombra dela ver-
Pero, ¿no es el mar Mediterráneo el espacio simbólico de nuestra
dad, cuales son las delos assirio, indos, sicyonios i egipcios,
identidad cultural? 'Sus fronteras -decía Predrag Matvejevic en el
en los cuales se podria mui bien provar lo que
encuentro Littératures européemes organizado en Estrasburgo en
5 digo, vengo alas mas frescas i aquellas especial mente de
1991- no están inscritas en el espacio ni tampoco en el tiempo. No
que tenemos maior certidumbre, i primero alas delos judios.
son ni históricas. ni étnicas, ni nacionales, ni estatales; círculo de tiza
[21 Cosa es que mui ligera mente se puede averiguar que la
que sin cesar se traza y se borra. que olas y vientos, obras e inspira-
lengua ebraica tuvo su niñez enia cual apenas
ciones. ensanchan o restringen. Europa nació en el Mediterráneo".
10 pudo hablar. 1 llamo io agora su primera niñez todo aquel
Rechazar la otra orilla del Mediterráneo ¿no sería renegar de nues-
tiempo que los judios estuvieron en tierra de Egipto, por que
tra identidad cultural en la medida en que el Mediterráneo es efec-
es cosa verdadera o mui cerca dela verdad que los patriarcas
SOERE L4S REPRESmACIONET XlSTdRlC45 DEL S U U O CULTURAL

hablaria~en aquella lengua que traxo Abraham de tierra delos 20 dezir que fue su niñez conel nacimiento i poblacion de Roma
caldeos hasta que decendieron en Egipto, i i comenco a florecer casi quinientos años despues que fue
15 que alli perderian algo de aquella i mezclarian algo dela egip- edificada, al tiempo que Livio Andronico publico primera
cia. Mas. despues que salieron de Egipto i comencaron a hazer mente su obra en versos latinos. 1 assi crecio has-
por si mesmos cuerpo de gente, poco a poco apartarian su 25 ta la monarchia de Augusto Cesar debaxo del cual, como dize
lengua cogida. cuanto io pienso, dela caldea i dela el Apostol, 'vino el cumplimiento del tiempo en que embio
20 egipcia i dela que ellos ternian comunicada entre si, por ser Dios a su Unigenito Hijo' i nacio el Salvador del mundo en
apartados en religion delos barbaros en cuia terra moravan. aquella paz de que avian hablado los profetas i fue significa-
Assi que comenco a florecer la lengua ebraica enel tiempo de da en Salomon, dela cual en su nacimiento los
Moisen; el cual. despues de enseñado enla filosofia i letras 30 angeles cantan: 'Gloria enlas alturas a Dios, i enla tierra paz
delos sabios de Egipto i merecido hablar alos ombres de buena voluntad'. Entonces fue aquella multi-
25 con Dios i comunicar las cosas de su pueblo, fue el primero tud de poetas i oradores que embiaron
que oso escrivir las antiguedades delos judios i dar comienco 8. nuestros siglos la copia i deleites dela lengua latina: Tulio.
ala luenga ebraica, la cual de alli en adelante sin ninguna Cesar, Lucrecio, Virgilio. Oracio, Ovidio, Livio i todos los otros
contencion nunca estuvo tan empinada cuanto que despues se siguieron hasta los tiempos de A n t 0 ~ n 0Pio.
30 enla edad de Salomon, el cual se interpreta pacifico, por que De alli, comencando a declinar el impe-
en su tiempo conla monarchia florecio la paz criadora de to- 5 rio delos romanos, junta mente cornenco a caducar la lengua
das las buenas artes i onestas. Mas, despues que se comenco latina que vino al estado en que la recebimos de nuestros
a desmembrar el padres, cierto tal que, cotejada conla de aquellos tiempos,
7. reino delos judios, junta mente se comenco a perder la poco mas tiene que hazer con ella que conia aravi-
lengua hasta que vino al estado en que agora la vemos, tan 10 ga. Lo que diimos dela lengua ebraica, griega i latina, pode-
perdida que de cuantos judios oi biven ninguno sabe dar mas mos mui mas clara mente mostrar enla castellana que tuvo
razon dela lengua de su lei que de como perdieron su reino i su niñez enel tiempo delos jueces i reies de Castilla i de Leon,
del Ungido que en vano esperan. [31 Tuvo esso mesmo la len- i comenco a mostrar sus fuercas en tiempo del mui esclareci-
gua griega su niñez i comenco a mostrar sus fuercas poco do i digno de toda la eternidad el rei don
antes dela guerra de Troia. al tiempo que florecieron enla 15 Alonso el Sabio, por cuio mandado se escrivieron las Siete
musica i poesia Orpheo, Lino, Museo, Amphion; i, Partidas i la Genera! Istoria, i fueron transladados muchos
10 poco despues de Troia destruida, Omero i Esiodo. 1assi crecio libros de latin i aravigo en nuestra lengua castellana, la cual
aquella lengua hasta la monarchia del gran Alexandre, en se estendio despues hasta Aragon i Navarra, i de alli a
cuio tiempo fue. aquella muchedumbre de poetas, oradores i 20 Italia, siguiendo la compañia delos infantes que embiamos a
filosofos que pusieron el colmo no sola mente imperar en aquellos reinos. 1 assi crecio hasta la monarchia i
15 ala lengua mas aun a todas las otras artes i ciencias. Mas, paz de que gozamos, primera mente por la bondad i provi-
despues que se comencaron a desatar los reinos i republicas dencia divina, despues por la industria, trabajo i dili-
de Grecia i los romanos se hizieron señores della, luego junta 25 gencia de Vuestra Real Majestad. enla fortuna i buena dicha
mente comenco a desvanecerse la lengua griega i a esforcarse dela cual los miembros i pedacos de España, que estavan por
la latina. dela cual otro tanto podemos muchas partes derramados, se reduxeron i aiuntaron en un
SOBRE LAS nPRESEhTAC/ONES X/STOR/C~S DEL SUJEIO CUZl'UR4L

cuerpo i unidad de reino, la forma i travazon del cual assi 10. en castellano las cosas peregrinas i estrañas; pues que
esta ordenada que muchos siglos, injuria i aqueste no puede ser sino negocio de pocos años. 1 sera
30 tiempos no la podran romper ni desatar. Asi que, despues de necessaria una de dos cosas: o que la memoria de vuestras
repurgada la cristiana religion, por la cual somos amigos de hazañas perezca conla lengua, o que ande peregri-
Dios o reconciliados con El, despues delos enemigos de 5 nando por las naciones estranjeras, pues que no tiene propria
9. nuestra fe vencidos por guerra i fuerca i fuerca de armas, casa en que pueda morar. Enla canja dela cual io quise echar
dedonde los nuestros recebian tantos daños i temian mucho la primera piedra i hazer en nuestra lengua lo que Zenodoto
maiores. despues dela justicia i esecucion delas leies que nos enla griega i Crates enla latina; los cuales, aun-
aiuntan i hazen bivir igual mente enes- 10 que fueron vencidos delos que despues dellos escrivieron.
5 ta gran compañia que llamamos reino i republica de Castilla, a10 menos fue aquella su gloria, i sera nuestra, que fuemos
no queda io otra cosa sino que florezcan la sartes dela paz. los primeros inventores de obra tan necessaria, lo cual hezimos
Entre las primeras es aquella que nos enseña la lengua, la enel tiempo mas oportuno que nunca fue hasta aqui. por es-
cual nos aparta de todos los otros animales, i es pro- tar ia nuestra lengua tanto enia cumbre, que
10 pria del ombre, i e n orden la primera despues dela 15 mas se puede temer el decendimiento della que esperar la
contemplacion que es oficio propio del entendimiento. Esta subida. 1 seguira otro no menor provecho que aqueste alos
hasta nuestra edad anduvo suelta i fuera de regla; i a esta ombres de nuestra lengua, que querran estudiar la gramatica
causa a recebido en pocos siglos muchas mudancas por que, del latin; por que, despues que sintieren bien el
si la queremos cotejar conla de oi a quinientos años, hallare- 20 arte del castellano, lo cual no sera mui dificile por que es
mos sobre la lengua que ia ellos sienten, cuando passaren al latin.
15 tanta diferencia i diversidad cuanta puede ser maior entre no avra cosa tan escura que no se les haga mui ligera. maior
dos luengas. 1, por que mi pensamiento i gana siempre fue mente entreviniendo aquel Arte dela Gramaticaque me man-
engrandecer las cosas de nuestra nacion i dar alos ombres de do hazer Vuestra Alteza, contraponien do linea por
mi lengua obras en que mejor puedan emplear su ocio. 25 linea el romance al latin; por la cual forma de enseñar no
20 que agora lo gastan leiendo novelas o istorias embueltas en seria maravilla saber la gramatica latina, no digo io en pocos
mil mentiras i errores. acorde ante todas las otras cosas meses, mas aun en pocos dias, i mucho mejor que hasta aqui
reduzir en artificio este nuestro lenguaje castellano, para que se deprendia en muchos años. [8] El tercero provecho deste
lo que agora i de aqui adelante en el se escriviere pueda que- mi trabajo puede ser aquel que, cuando en Salamanca di la
dar en un tenor, i estenderse en toda la duracion muestra de aquesta obra a Vuestra Real Majestad. i me pre-
25 delos tiempos que estan por venir, como vemos que se a he- gunto que para que podia aprovechar, el mui
cho enla lengua griega i latina. las cuales, por aver estado 11.reverendo padre Obispo de Avila me arrebato la respues-
debaxo de arte. aunque sobre ellas an passado muchos si- ta, i respondiendo por mi dixo: que, despues que Vuestra Al-
glos. toda via quedan en una uniformidad. Por que, si otro teza metiesse debaxo de su iugo muchos pueblos barbaros i
tanto en nuestra lengua no se haze como en aquellas, naciones de peregrinas lenguas, i conel venci-
30 en vano vuestros cronistas e istoriadores escriven i encomien- 5 miento aquellos ternian necesidad de recebir las leies que1
dan a immortalidad la memoria de vuestros loables hechos, i vencedor pone al vencido i con ellas nuestra lengua, enton-
nos otros tentamos de passar ces por esta mi Arte podrian venir enel conocimiento della.
como agora nos otros deprendemos el arte dela gra-
a
SOEX LAS REPRESEhTACIONES HIST~RICAS
DEL SUIEm ClJLl7JRAL

10 matica latina para deprender el latin. 1 cierto assi es que no Cardaillac, L., "De la Heráldica a la Historia: 19,42", in Zmprévue,
sola mente los enemigos de nuestra fe que tienen la Montpellier, CERS, 1989-1.
necessidad de saber el lenguaje castellano, mas los vizcainos,
navarros. franceses, italianos i todos los otros que tienen algun Guénée, B ., L'Occident auxXZE e t m e siicles, Paris, 1982
trato i conversacion en España i necessidad ,"La maitrise du temps", in Histoire et culturehistorique
15 de nuestra lengua, si no vienen desde niños a la deprender dans l'Occident médiéval, Paris, 1980, págs. 147-165.
por uso. podranla mas aina saber por esta mi obra, la cual
con aquella verguenca. acatamiento i temor quise dedicar a Jacquart, J., "L'Europe l'aube d'un r6le planétaire durable". in L'état
Vuestra Real Majestad. que Marco Varron intitulo a Mar- dumonde en 1492, Parishladrid, La Découverte, 1992.
20 co Tulios sus OrfignesdelalenguaJatina:que Grylo intitulo
Le Flem, J., Pérez, J., Pelorsón. J., López Pinero, J.-M.. Fayard, J., La
a Publio Virgilio poeta sus LibrosdeJAcento:que san Jeronimo
frustraci6n de un imperio (1476-1 714). in Histona de Sspaña,
a Damaso Para; que Paulo Orosio a san Agustin sus Libros de
dirigido por Manuel niñón de Lara, tomo V. Barcelona, 1980.
Zstonds,' que otros muchos autores los cuales enderecaron
sus trabajos i velas a personas mui mas Martiniere, G., Varela, C. (editores), L'état du monde en 1492, Parisl
25 enseñadas en aquello de que escrivian, no para enseñarles Madrid, La Découverte, 1992.
alguna cosa que ellos no supiessen, mas por testificar el ani- -
mo i voluntad que cerca dellos tenian, i por que del autoridad Mendoza Hurtado de, Guerra de Granada, Madrid, BAE
de aquellos se consiguiesse algun favor a sus obras. 1 assi, Patoureau, M., Traité dííéraJdque, Paris, 1979
despues que io delibere, con gran peligro de
30 aquella opinion que muchos de mi tienen, sacar la novedad Pelorson, J.-M., Les Letrados, juristes castillans sous Phihppe ZZL s.
desta mi obra dela sombra i tinieblas escolascitas ala luz de l., 1980.
vuestra corte. a ninguno mas justa mente pude consagrar
este mi trabajo que a aquella en cuia mano i poder no menos
esta el momento dela lengua que el arbitrio de todas nues-
tras cosas.
Antonio de NEBRLTA
Gramática Castellana

Bibliografía
Azcona, T. de, ZsabelJa CatóJica, Madrid, BAE, 1964.
Bourreau, A.. L'argle, chronjque politique &un embsme, Paris, Ed.
du Cerf, 1985.
El sujeto cultural o el ideal del yo
como instancia reguladora: el cuento
del Abencerraje (siglo XVI)

El cuento del Abencerraje es una bellísima historia de amor en-


gastada en un contexto de enfrentamientos belicosos. Este enfrenta-
miento está ordenado en torno a cuatro plazas fuertes: Antequera y
Alora, por el lado cristiano, Cartama y Coin, por el musulmán. Entre
estos cuatro puntos, una especie de "tierra de nadie" propicia a esca-
ramuzas y emboscadas; en el curso de una de esas emboscadas cae
Abindarráez entre las manos de sus enemigos. Cuando se inicia el
relato, el espacio está repartido entre dos zonas adversarias, mate-
rializadas respectivamente por fortalezas cuyos campos simbólicos
convocan la hostilidad, el aislamiento, la inseguridad y la desconfian-
za, valores negativos cuyos contrarios va a ir actualizando sistemá-
ticamente el relato para desembocar en esta visión idilica de fraterni-
dad:
De esta manera quedaron los unos de los otros muy satisfe-
chos y contentos, y trabados con tan estrecha amistad, que les
duró toda la vida.'
Es, pues, la historia amorosa de dos jóvenes moros la que permi-
te pasar de la estructuración inicial a esta total inversión de puntos
de vista: esta historia funciona, en efecto, como un espacio de en-
cuentros, de diálogos y de comprensión. El primer elemento que en-

' Utiiizo el texto de 1565 en Antonio de Villegas, Znve~tario,coiección 'Joyas


bibiiográficas", XIII, Madrid. 1955, 2 tomos (tomo 11. págs.65-89).
*^
EL SUJETO CULTUR4¿ O EL IDEU DLL YO COACO ÚYSZMClA REGLRADORA

laza el tema amoroso con el tema guerrero es de orden semántica: los Se tome la intriga por donde se tome, el texto no cesa de hablar-
lazos que unen a ambos jóvenes son descritos por medio de metáfo- nos de la seducción donde se pierden y se confunden vencedores y
ras de reclusión, de cautividad y de prisión: vencidos, cautivos y carceleros, figuras "captivas de amor" directa-
He querido. Abindarráez, que veáis en qué manera cumplen mente relacionadas con la imagen central de la fortaleza. que ya no
las captivas de amorsus palabras L..] Yo os mandé venir a este se manifiesta como el símbolo del aislamiento hostil y cerrado, sino
mi castillo a ser miprisionero, como yolosoy vuestra, y haceros como el de un "a solas" donde viene a deconstruirse el espacio amo-
señor de mi persona. rosa de ese "jardín de los jazmines" donde otras veces se reunían el
Abencerraje y Xarifa.
Abindarráez compara las heridas que ha recibido combatiendo
En este contexto, eljoven Abencerraje opera como el agente prin-
con las que le ha infligido Xarifa:
cipal de la mediación; es él quien informa al capitán cristiano de los
Señora. quien escapó de las vuestras en poco terná otras. acontecimientos dramáticos que han tenido lugar en Granada, lo cual,
Su "noche de bodas" es descrita como una mutua conquista: por efecto de retroceso, pone singularmente de relieve la absoluta
ausencia inicial de comunicación entre los dos campos. También es
En esta conquista pasaron muy amorosas obras y palabras. él quien, de vuelta a Coín, cuenta a Xarifa las circunstancias de su
Xarifa se presenta ella misma con la doble figura del cautivo y del captura, proporcionándole así informaciones sobre el campo cristia-
carcelero: es carcelera en la medida en que es cautiva; la cautividad no. Acerca de los amores de la pareja escribe Rodrigo de Narváez al
en la que se sitúa le da derecho a encarcelar a su vez. Esta rever- rey de Granada, proponiéndole una alianza para remediar su hasta
sibilidad del orden del lenguaje poético reaparece. en el relato; en entonces trágico destino:
efecto. podría decirse que Abindarráez está encerrado con tres vuel- Suplico a tu real alteza que el remedio destos tristes se reparta
tas; confiado por orden del rey a la custodia del alcaide de Cartama, entre ti y mí.
padre de Xarifa, Abindarráez ha conquistado a la hija única de su
carcelero, indirectamente carcelera suya. El relato realiza así concre- Tras su liberación, Abindarráez envía un mensaje a su bienhe-
tamente la figura poética. El tema de la captura se desdobla y se chor, acompañado de un rico presente que corresponde, en su pensa-
aplica tanto a los sentimientos como a las hazañas guerreras, lo cual miento, a lo que habría tenido que dar por su rescate. Rodrigo con-
permite establecer lazos de cautividadfcaptura recíprocos. Desde esta testa a este mensaje con una carta dirigida a Xarifa. Este breve cuen-
perspectiva se halla singularmente resaltada la relación que va a es- to presenta, pues, en la segunda parte, todas las características de un
tablecerse entre Rodrigo de Narváez y su prisionero. La primera me- cuento epistolar (tres cartas en tres páginas), pero el intercambio de
correspondencia debe percibirse como una nueva realización de la
táfora circula desde el plano figurado hasta el plano concreto para
función de mediación; en efecto, esta función es capital en el relato:
volver al poético, desde el terreno amoroso hasta el terreno guerrero,
la hemos visto tal como se manifiesta en Abindarráez; añadamos que
antes de retornar al plano afectivo; liberar a su prisionero es, en rea-
éste es también mediador entre Xarifa y Rodrigo, pero Xarifa es a su
lidad, apoderarse para siempre de su corazón.
vez mediadora entre ambos hombres. Rodrigo lo es entre la joven
Si piensas. Rodrigo de Narváez. que con darme libertad en tu pareja y el soberano de Granada; éste interviene ante el padre de
castillo para venirme al mío me dexaste libre, engáñaste, que, Xarifa. Esta misma función es la que cumple el anciano con el que se
cuando libertaste mi cuerpo, prendiste mi corazón: las buenas encuentran los dos enamorados por el camino que los conduce de
obras. prisiones son de los nobles corazones. Coín a Alora. Dicho de otro modo, todos los personajes la asumen por
EL SUJETO COZIluñU.' SOS'OC.C4 Y~ S i C O ~ k ' 5 i 5 EL SUJETO CLC?URU O EL DEAL DXL YO COMO RfSTiWCIA REOUL4DOR4

turnos, incluso los cinco escuderos que se enfrentan al principio con sentimiento compartido por el propio narrador quese detiene a des-
Abindarráez y qde no figuran ahí, en cierto modo, más que para debi- cribir su vestimenta, sus armas, su orgullosa prestancia, su alegría.
litar al Abencerraje y permitir que Rodrigo venza a su enemigo sin Rodrigo también se maravilla de su valentía y por el camino de vuelta
vencerle verdaderamente: los caballeros cristianos comentan de la misma manera sus impresio-
mas como el alcaide venía de refresco. y el moro y su caballo nes:
estaban heridos. dábale tanta priesa que no podía mantenerse. Rodrigo de Narváez y sus escuderos se volvieron a Alora ha-
Así pues. los subordinados del capitán cristiano sustituyen a su blando en la valentía y buena manera de el moro.
jefe en un primer momento de manera que su derrota equilibra la El relato que hace Abindarráez del infortunio de los Abencerrajes
derrota relativa del moro. Este detalle del relato no es nimio, ya que
y del suyo deja a Rodrigo 'espantado y apiadado del extrafio acontesci-
pone de manifiesto un eje ideológico esencial del texto que se carac-
miento del moro"; la historia que cuenta el anciano con el que se
teriza por una similar identificación con un mismo sistema de valo-
encuentran los dos jóvenes por el camino de Alora produce en éstos
res. Es difícil sin duda liberarse totalmente del peso de la ideología, lo
el mismo efecto:
cual explica que. globalmente, se trate del panegírico de Rodrigo de
Narváez: El Abencerraje y su dama quedaron admirados del cuento.
Quien pensare vencer a Rodrigo de Narváez de armas y corte- Detengámonos precisamente en este episodio. Se trata, como he
sía, pensará mal. dicho antes, de una historia de amor triangular: cuando Rodrigo es
Pero el que este último elogio sea pronunciado por Xarifa debe alcaide de Antequera está enamorado de una dama casada que no
ser percibido también en el contexto del código de cortesía que pone cede a sus requiebros hasta el día en que su propio marido alaba las
a unos y a otros en un pie de igualdad. Esta mediación -o más bien cualidades del mismo que la requiere de amores:
estas diferentes clases de mediación- están al servicio de un solo Pues icómo! ¿los hombres están enamorados deste caballero, y
afecto: la admiración. Es. en efecto, indirectamente, es decir, por lo que no lo esté yo de él, estándolo él de mí?
que ha oído decir de ellos, cómo se supone que Rodrigo conoce la
Es, pues, la admiración que siente su marido por Rodrigo lo que
categoría de los Abencerrajes de Granada:
despierta su propio deseo, pero intuimos además que este microrrelato
Soy de los Abencerrajes de Granada, de los cuales muchas ve- descodifica el vinculo implícito que une a los tres principales actores
ces habrás oído decir. del relato englobante. Recuérdese la llegada de la pareja a Alora:
y a su vez Abindarráez conoce a su enemigo de la misma manera: acaban de advertir a Rodrigo de que el moro al que venció "está en el
castillo y trae consigo una gentil dama"; el narrador evoca en estos
que. aunque nunca os vi. sino ahora, gran noticia tengo de
términos la reacción del capitán: 'al alcaide le dio el corazón lo que
vuestra virtud y experiencia de vuestro esfuerzo.
podía ser". ¿Hay que deducir que Rodrigo ha sido seducido a su vez
La admiración es el afecto dominante del relato: los escuderos por la imagen que Abindarráez ha hecho nacer en él? Esta hipótesis
cristianos están tan maravillados ante la belleza del joven moro que se ve reforzada por el hecho de que, en el desenlace, Rodrigo no con-
casi olvidan atacarlo: testa al que le escribió una carta, es decir, a Abindarráez; en efecto,
Los escuderos, trasportados en verle, erraron poco de dexarle Rodrigo le contesta a Xarifa, y es a ella a quien devuelve el oro que su
pasar cautivo le ha mandado como pago de su rescate:
EL S V m ClnTURAL 0 EL I D m DEL YO M A C O DLSZMaA REGULADOR4

Yo os sirvo con eUo en pago de la merced que me hecistes en tO se nos cuenta tres veces aunque de modo diferente (el relato
serviros de mí en mi castiilo. englobante, el resumen estricto del capitán, la transcodificación del
El contexto discursivo nos sitúa más allá de la simple fórmula de anciano), mientras que el relato engiobante es asumido a la vez por el
cortesía caballeresca, ya que, además, Rodrigo añade: narrador principal (N) y por Abindarráez. Esta última cooperación me
parece simbólica, ya que hace hablar con la misma voz al transmisor
Y también, señora. yo no acostumbro robar damas, sino servir-
las y honrarlas. manifiestamente español del cuento y al joven moro; pero pienso que
este tipo de relación se manifiesta también en las demás narraciones
afirmaciones que oímos a dos niveles, en L
a medida en que, profirién- secundarias. La instancia narrativa s e muestra, pues, como el espa-
dolas, el alcaide de Nora corresponde plenamente al personaje cuyo cio poético de la conm'vencia.¿Es éste el término exacto? Mejor que
comportamiento había programado, en cierto modo, el cuento del convivenciame gustaría decir total identificación. Las superposiciones
anciano: de locutores y de relatos construyen un sujeto colectivo en el que se
pues en ninguna cosa le puedo pagar mejor el bien que de mí borran las diferencias entre moros y cristianos; el narrador comparte
dixo. equitativamente su admiración entre los dos grupos y son exacta-
mente los mismos términos los que sirven para evocar la eficacia
Lejos de ser inoportuno, este relato intercalado nos da las claves
guerrera de los soldados de Rodrigo y la de los Abencerrajes:
del cuento; todos los elementos temáticos y estructurales se hallan
inscritos en él: la admiración que el otro siente por mí me obliga con En todas las escaramuzas que entraban. salían vencedores.
él -admiración y deseo nacen a partir del deseo y de la admiración Tanto el relato intercalado del anciano como la semántica y la
del otro-, representación especular del deseo, sistemática de la iden- sintaxis de la frase de conclusión se articulan con esta estructura
tificación. especular:
El estatuto del narrador no se exceptúa de esta regla puesto que
De esta manera quedaron los unos de los otros muy satisfe-
este último no hace sino repetir un relato presentado como preexis-
chos y contentos, y trabados con tan estrecha amistad, que les
tente y del que el narrador no e s sino el transmisor:
duró toda la vida
Dice el cuento que en tiempo del infante Don Fernando, que
esquema de la reciprocidad que induce alternancia de la mirada e
ganó a Antequera ...
inversión de los roles respectivos de sujetos y objetos; imagen de una
Y, dentro de este primer relato, otros narradores toman la pala- trabazón tanto más sólida cuanto que une entre sí elementos ya acor-
bra, de otro modo: Abindarráez, Rodrigo (en la carta dirigida al rey de des, como indica el término trabar y, en el trasfondo de esa 'tan es-
Granada), el anciano ... Sin duda, Abindarráez completa primero el trecha amistad", el refrán popular que dice que 'mi amigo es otro
relato principal con su relato autobiográfico (la cuarta parte del cuen- yo"
to aproximadamente) pero. por otro lado. vuelve a escribir en parte el ¿Ha venido este cuento a añadirse a una crónica de la reconquis-
cuento cuando le relata a Xarifa las circunstancias de su cautiverio ta como podría dejarlo suponer el título de una de las tres versiones
("Luego le contó todo lo que había sucedido"), estatuto que comparte que aparecen a mediados del siglo XVI: Parte dela Crónica defifustre
a su vez Rodrigo cuando resume el relato en la carta que envía al inhnte Don Fernando que tomó a Aritequera. Donde se trata de fa
soberano de Granada. Acabamos de ver también cómo el relato del manera como se desposaron en secreto e/Abencerraje Abindarráez y
anciano transcodifica el relato englobante, de manera que este cuen- /a beffaXarifa.7
EL sumo CU'%.' SOC~OCR
YpI s?i~c~
o~~&js~s EL sum C L A ~ ~ AOJ DE& DE YO COMO UYSTMCiA RE3LEADOR4

'
Sea como fuere. y como indiqué al principio de este capítulo, este sin fecha ni indicación de lugar, y que a juicio de .H. Merimée no
cuento se inserta perfectamente en el marco de una evocación de puede ser anterior a 1548. Puede ser también que el cuento haya
enfrentamientos belicosos. Esta inserción es significativaya que, como figurado en la primera redacción del Inventario para cuya impresión
hemos visto. el texto no cesa de denunciar este enfrentamiento ni de A. de Villegas había solicitado un permiso, pero no sabemos nada de
invalidar sus eventuales pretextos. La historia amorosa funciona como
él. La historia de la joven pareja mora fue.recogida por Lope de Vega
una estructura de mediación (en todos los sentidos del término), puesto
en 1596 en su comedia E/ remedio en fa desdicha. Casi al mismo
que permite pasar de un estado inicial a una visión idílica, incluso
tiempo la recoge Mateo Alemán (que termina la redacción de la pri-
utópica. Ahora bien. este espacio no puede existir como espacio me-
mera parte del Guzmán deilffaacheen 1597)con una forma bastan-
diador sino bajo el efecto de una verdadera sistematización de la iden-
tificación: el otro es efectivamente mi doble, pero abstengámonos de te diferente, sin embargo. Dicho de otro modo. dos puntos de refe-
toda utopía. En toda identificación del sujeto con un Otro hay una rencia históricos fundamentales: 1565-1577 y 1596-1597.
Entre 1565 y 1577 se ha producido un acontecimiento señalado
carga potencial de agresividad que puede convertir a mi doble en un
que durará de 1568 a 1570: la revuelta de las Alpujarras y su consi-
rival y un enemigo. La fascinación que ejerce el doble puede en cual-
quier momento vivirse como amenaza. Recordaré en este punto. con guiente represión. Hay que añadir, hacia 1596-1597, la publicación
de la primera parte de las Guerras Ciw7es de Granada de Pérez de
Lacan, que
Hita, que constituye el testimonio más brillante de la morofilia litera-
en toda relación narcisista C.] el yo es el otro y el otro es yo2 ria. Quince años más tarde se produce la expulsión de los mariscos.
L..] lo que el sujeto percibe en esta imagen alterada de su cuerpo En estos cambios de la historia, ¿existe una relación entre esas
es el paradigma de todas las formas del parecido que van a diferentes desgarraduras y los evidentes fenómenos recíprocos de
dejar en el mundo de los objetos un tinte de hostilidad proyec- fascinación que parece haberlas precedido y que son perceptibles en
tando en él el avatar de la imagen narcisista, la cual, debido al la producción cultural? Y, si éste es el caso. ¿por efecto de qué ele-
efecto jubiloso de su encuentro en el espejo, se convierte al mentos se actualizan esas potencialidades?
enfrentarse con el semejante en el vertedero de la más íntima En el capítulo 4 (cf. supra) he analizado La emergencia de un dis-
agresividad.'
curso identificatorio que yo creía poder captar a la vez en el prólogo
En este punto es donde debemos retornar a la historia. Proble-
de la Gramática Castellana de A. de Nebrija y en el blasón de los
mas editoriales y de historia literaria para comenzar. El texto se pu-
Reyes Católicos. En el seno de ese discurso veo aflorar las huellas de
blica en 1561. inserto en la Dianade Jorge de Montemayor (edición
un discurso reprimido, discurso de la angustia. lo cual me lleva a
de Valladolid) y en 1565 en el Inventario de Antonio de Villegas; se
plantear, entre otros, el interrogante siguiente: ¿es el discurso iden-
incluye de nuevo en la edición del Inventa& de 1577. Existe una
tificatorio una respuesta a una situación socio-histórica vivida como
tercera versión, la que he señalado más arriba (Parte dela Crónica...J
amenazadora? ¿Cuáles son las relaciones entre la problemática de la
propia identidad, el narcisismo y las estructuras paranoicas? Una vez
situada en el contexto histórico amplio de la España de los años 1565-
Jacques Lacan, Le Sém~nalie,lime 11. Le moidans /a tnéore de Fraud ec dans
1610, la lectura que yo propongo del Abencerraje merece ser añadi-
la cechnipe de/apsychanaJyse((1954-1955), Paris. Seuii, 1978. pág.120.
da al expediente.
Jacques Lacan. Écrcs, Paris. Seuil. 1966. pág. 809. Para una bibliografía más
completa sobre el narcismo. cf. J. D. Nasio, EnseigBement de sept conceprs
Decía más arriba que la historia amorosa funciona como una es-
cruciauxde JapsychanaJ~e, Paris. Petite Bibliothéque Payot. 1992. págs.105- tructura de mediación que permite pasar de un estado inicial a una
108. visión idílica, incluso utópica. Pero, de hecho, esta historia amorosa
está regida por un conjunto de valores caballerescos (valentía,juven-
tud, belleza, cortesía, lealtad) que se encarnan tanto en Abindarráez
como en Rodrigo de Narváez. Este sistema de valores instituye el
Idealdel Yo,. por eso mismo constituye el espacio de la mediación.
genera la identificacióny otorga a esta última autoridad y verosimili- La puesta en escena del
tud poéticas. Ahora bien, este conjunto de valores caballerescos co-
rresponde a rasgos simbólicos inscritos en la cultura del tiempo que sujeto cultural: estudio semiótica
implican al sujeto cultural. Éste se manifiesta así plenamente como del retrato de Mateo Alemán
una instancia reguladora entre el Yo y los otros.

Este retrato (página siguiente) figura en todas las ediciones de


las obras de Mateo Alemán hechas bajo el control o con el acuerdo
del autor. Propongo que distingamos en él dos espacios, el superior y
el inferior, ordenados en torno a un centro esencialmente ocupado
por el propio autor.

1- El espacio superior
a) A la izquierda, un escudo enmarcado a su vez por un soporte
que lo mantiene y parece mostrarlo. En el centro de este escudo, un
águila y un león rampante. En la cimera aparece de nuevo el busto
del animal que figura en el blasón. Este último es, efectivamente, el
de varias familias de Aiemán o A/eman~si damos fe al Nobiliario
espa3olde Julio de Atiema: "Alemán (véase Alemany)... Otros traen
en campo de plata un águila de sable explayado, con el pecho carga-
do de un escudete de gulas. con un león rampante, de su color natu-
ral..."
b) A la derecha, una viñeta que representa una serpiente dormi-
da, atacada por una araña que se descuelga sobre ella. Esta viñeta
pone en escena una fábula: la serpiente, símbolo tradicional de la
prudencia en los emblemas, se ve amenazada por una adversidad
que puede sobrevenir en cualquier momento, lectura semiótica redo-
blada, además, por el texto verbal situado al pie del emblema: Yib
insidiis non est prudencia ':
Este blasón y esta viñeta constituyen un sistema, o, si s e prefiere,
instituyen un texto que s e ofrece a nuestro análisis. La viñeta retoma
e ilustra lo esencial de la dedicatoria a don Francisco de Rojas. "Pre-
sidente del Consejo de La Hacienda de Su Majestad:
De las cosas que suelen causar mas temor a los hombres, no sé
cuál sea mayor o pueda compararse con una maia intención.
[...] Son cazadores los unos y los otros que, cubiertos de la
enramada, están en acecho de nuestra perdición; y, aun des-
pués de la herida hecha, no se nos descubre de dónde salió el
dafio. Son basiliscos que, si los viésemos primero, perecería su
ponzoña y no serían tan perjudiciales; mas como nos ganan
por la mano, adquiriendo un cierto dominio, nos ponen debajo
de la suya.
Se nos remite aquí, a mi parecer, a un episodio de la vida de
Mateo Alemán que sigue siendo algo misterioso y al que éste alude
e n su carta a C.Pérez de Herrera:
... porque la edad, las penas y enfermedades cargan juntos y
son mis fuerzas pocas contra tantos enemigos en cuya defensa
te es imposible ayudarme [...l. Ya sabes mi soledad, mi flaca
substancia, ya me ves por oprobrio reputado (cf. Cros, 1967.
pág.442).
Que este episodio biográfico aparezca inserto de tal modo e n un
texto icónico, que será reproducido a menudo, e s exponente de sus
repercusiones psíquicas.
La intratextualidad paratextual que vincula el contenido de la
dedicatoria al retrato confiere a la viñeta, más allá del contenido mis-
mo d e la dedicatoria, el estatuto de todo elemento autobiográfico.
Poco importa, desde ese momento, que este elemento autobiográfico
pertenezca a la vida de Mateo Alemán o al relato de la vida de su
personaje. Es el sema d e la autobiografía el que se impone, y solo él.
Esto e s todavía más evidente cuando s e sabe hasta qué punto la tra-
ma de este relato de vida reescribe, al menos a ciertos niveles (la
organización temporal e n particular), la vida del autor.
Retendré, pues, que esta viñeta constituye, en el seno del retrato,
la huella semiótica del texto de ficción; remite a este texto y en cierto
modo le pertenece, aunque no remita directamentea un episodio un judío sevillano que había sido quemado por la Inquisición a fina- '
determinado de la autobiografía que sigue. Además, no tiene necesi- les del siglo XV (Rodríguez Marín, 1933, pág.11). ¿Hay que deducir
dad de remitir a un episodio referido por escrito después. Lo que de ello que tras sus sin sabores se perfila un problema de identidad,
emerge con ella es un nuevo o un primer episodio. de origen, de "limpieza de sangre" (cf. más arriba "sospechoso de
De todas maneras es interesante señalar que si la viñeta no remi- oprobio")? La cuestión queda abierta., No obstante, el itinerario
te a un episodio concreto de la autobiografía, por lo menos es comen- semiótica que propone la parte superior de este retrato permite rela-
tada precisamente al final del capítulo IV del Libro segundo de la cionar un cierto número de elementos organizados por una estrate-
primera parte: gia de defensa contra un peligro definido a la vez por sus modalida-
No hallarás hombre con hombre; todos vivimos en asechanza des (la maledicencia) y por su objeto (orígenes).
los unos de los otros, como el gato para el ratón o la arana para
la culebra. que hallándola descuidada, se deja colgar de un hilo
y, asiéndola de la cerviz, la aprieta fuertemente, no apartándo- 2- El centro
se della hasta que con su ponzoña la mata. Con el índice de la mano derecha. el autor designa la viñeta; el
Nuestro itinerario de lectura está programado por el signo adagio latino confiere a la anécdota bibliográfica el estatuto de una
colofónico. que al atraer nuestra atención hacia la derecha del retrato ley general, lo cual relativiza su implicación personal y diluye en cier-
posterga la parte superior izquierda. La disposición semiótica es. pues, to modo las consecuencias. El autor se representa, pues, con los ras-
triangular: une Legendo a la viñeta autobiográfica en la transversal gos del que vela para desbaratar las artimañas de nuestros enemi-
que va de la parte inferior izquierda a la superior derecha, es decir, gos, del que se eleva por encima de las circunstancias -nueva figura
une la lectura a la escritura. Éste es el eje de la didáctica en todos los del "atalaya de la vida humanaz'-. Se observará, si se acepta mi lectu-
sentidos del término. si se admite que fegere es también explicar y ra de la viñeta, que el Yose autorrepresenta como un personaje desdo-
comentar. De este modo, el signo colofónico une y desarrolla lo que blado puesto que es a la vez, en la anécdota, el que dormita y, al
está inscrito en legendo. De ello resulta que quien aquí aparece re- margen de ella, el que se denuncia a sí mismo como el que dormita.
presentado se autorrepresenta en sus funciones de fectoc es decir, Vuelvo a encontrar en esta autodesignaciónla gran ley estructural de
de comentarista de textos, encargado de extraer hechos de las la autobiografía picaresca que hace enfrentarse al Yoactante-pícaro
sezltentiaepara proponerlos a sus discípulos. El poner en escena de cegado por sus vicios con el Yo-que-cuenta devuelto a la lucidez por
tal manera una práctica y una función social de esta naturaleza no es su conversión y capaz, desde ese momento, de mostrarnos la vía de
indiferente; Mateo Alemán reivindica, pues, esta función social. nuestra propia salvación. Por otra parte, y en otro plano, esta nueva
También observo que el subsistema (blasón/vifieta)que estamos "puesta en abismo" (el retrato del pasado con los rasgos de la ser-
examinando pone en imágenes el contenido de la dedicatoria y des- piente dentro del retrato que se deja ver como tal) retoma la "puesta
dobla su significación. Para protegerse de los ataques de sus enemi- en abismo" del escudo.
gos, Mateo Alemán se acoge. en la dedicatoria, a la protección de Veremos reproducirse en este doble juego de espejos el elemento
quien fue su señor cuando trabajaba en la Contaduná mayor(instan- mórfico esencial de todo relato de vida, esto es, el mirarse a sí mismo.
cia que corresponde a nuestro moderno Tribunal de Cuentas) y que Pero notaremos también que Mateo Alemán nos mira "directa-
aquí se resguarda tras la máscara de una nobleza que nos aparece mente a los ojos" mientras describe esta fábula. Su mirada se aparta
como totalmente usurpada. Efectivamente, si damos fe a los docu- del objeto pintado para fijarse en nosotros. Lo que le interesa ya no es
mentos publicados por Rodríguez Marín, Mateo Alemán descendía de ese objeto sino la impresión que su pintura provoca en nosotros, si-
'
tuándose así en el marco de una poética de los afectos cuya fuerza e siembra, lo cosecha, produce. Este sentido viene subrayado a mi pa-
impacto en Guzmán de Affarache ya tuve ocasión de subrayar.' recer por el articulador simuique que sería aqui más adversativo que
En el centro de la representación, Mateo Alemán es el atalaya temporal.
que vela por nosotros pero también el que expone, el que presenta ¿Qué tiene de excepcional el leer durante un viaje? ¿No es una
los hechos y los representa. Nuestra mirada puede ir de la parte su- actividad habitual y normal? Simulque implica, al contrario, una do-
perior de esta representación a la inferior o de la inferior a la supe- ble vertiente, es decir, conciliar dos elementos, dos hechos, dos ocu-
rior; él está siempre ahí, en el corazón del dispositivo semiótico. ine-
paciones a primera vista no complementarias. Peragrare sería, pues,
vitable; él es quien da un sentido a los signos, es el centro, el media-
activarse, actuat: por oposición a la actividad puramente intelectual
dor.
que representa 1a.lectura. Legendo simu/gueperagrando: con elpen-
samiento ycon la acción. Esta lectura se articula con lo que he dicho
sobre la expresión gestual del autor: actuar es aquí velar y alertar,
3- El espacio inferior denunciar arriesgándose a ser víctima de la maledicencia.
La mano izquierda del autor se apoya en un libro en cuyo canto Atribuyéndose a sí mismo esta doble vocación intelectual flegendol
puede leerse COR-TAque ya interpreté como Cornelius Tacitus (E.Cros, y política @eragrando), Mateo Alemán pone en escena su compromi-
1967).En este nuevo signo convergen los dos puntos de anclaje dis- so social.
cursivos principales del Libro delpfcaroque ya tuve ocasión de poner El interés de este peragrare no se limita, sin embargo, a lo que
de relieve, esto es, el discurso reformador y el discurso retórico. La acabo de decir. Per-agrare, en el sentido que yo propongo, es la otra
mención de ncitusconcentra los trayectos de sentido que ponen de cara de vagabundear al vagabundeo improductivo y peligroso para
manifiesto tanto la poética de los afectos como una determinada con- la sociedad se opondría esta marcha activa y voluntaria, factor de
cepción de la historia. progreso.
Pero la representación material de esta obra no es indiferente: se Así pues, los dos adagios se hacen eco mutuamente y nos remi-
trata de un libro con un broche, como todos los libros que se llevaban ten, el primero, al comentario de lo que podría ser una anécdota au-
de viaje. auténticos "libros de bolsillo" de los que el lector no se podía tobiográfica /Abinsidiisnon estprudentia);el segundo, a la posición
separar, libros de cabecera, compañeros de viajes. Este sema del via- didáctica que gestiona el tiempo de la escritura Ilegendo simulque
je es retomado. además, por el adagio latino inscrito al pie del graba- peragrando). Es, sin embargo, este tiempo de la escritura el que pre-
do: 'Zegendo simuiqueperagrando': E1 texto semiótico constituido domina aqui frente al del actante, como nos lo recuerdan el gesto
por el broche y el verbo peragrarepuede interpretarse desde un pun- ostensivo, el volumen que ocupa la autorrepresentación de quien.
to de vista literal o desde una perspectiva doblemente alegórica. El precisamente por este gesto de naturaleza deíctica, se autodesigna
primer punto de vista no necesita comentario. A nivel alegórico, se como quien asume el relato o también, la escala de caracteres em-
piensa en seguida en la metáfora del camino, utilizada tradicional- pleada en cada adagio. Esta escala no es tampoco el único signo de
mente para significar la vida humana ("atalaya de la vida humana"). una disposición jerárquica: hay que añadir los efectos de sentido que
Sin embargo yo me inclino por otra interpretación fundada en las proceden del lugar ocupado respectivamente por cada adagio: el pri-
connotaciones del verbo peragrare. Ir por el campo es menos atrave- mero (Abinsidjis...)está en cierto modo interiorizado respecto al se-
sarlo que trabajarlo; evoca la imagen del campesino que lo cuida, lo gundo que lo contiene manifiestamente.
La disposición formal que caracteriza a la viíieta (un círculo que
' Cros, 1967. delimita los contornos de un espacio cerrado) se integra en este nue-
!
1
!
vo texto semiótico que opone el continente al contenido; la disposi-
ción espacial de los signos da cuenta, de este modo, de la estructura
temporal del relato.
En el umbral de la obra se inscribe, pues, una de las tensiones
de la historia a lo poético. Además, ¿acaso no es por medio de la
expresión de historja poética como Alemán designa su libro? Y, de
hecho, lo que se deduce de las observaciones precedentes es que nos
hallamos aqui ante un verdadero texto que se organiza en función de
conceptuales fundamentales del Libro delpícaro, a partir probable- los mismos elementos mórficos que sigue el relato de vida. Puesta en
mente de una especie de contigüidad semiótica que, cuando se trata abismo del texto que, a su vez, como hemos visto, reproduce varias
de evocar la reglamentación del vagabundeo, convoca en el mismo veces con formas diferentes esta sistemática del espejo.
campo léxico a un valor contrario. Pasamos así de lo que sería una
temática a lo que emerge como estructura. El vagabundeo está reser-
vado al pasado y al actante, al tiempo de los errores, la ociosidad, las 4- La doble problemática de la identidad
tentaciones y las malas compañías. El peragrare define la posición
del que cuenta. del homonovus, del tiempo presente que es el de la El triángulo central superior reúne el retrato del autor, el blasón y
1 meditación. el arrepentimiento, la lucidez. En lo sucesivo Peragrarey la viñeta anecdótica (véase el croquis al final del capitulo) y parece
vagabundearvan a actualizarse y a potenciarse por turnos. Peragrare evidente que el blasón constituye un discurso sobre el Yo, discurso
define un punto de vista situado, una posición didáctica, una mirada; que Yo quiere que se diga de Ego. Reivindicación de identidad, sin
vagabundea4 un objeto para mirar, un recorrido que hay que seguir duda, pero reivindicación que, ligada al origen y a la imagen del pa-
con la mirada. Pero, ¿no gira todo en este retrato en torno a la mira- dre, pone en escena una permanencia de valores e implica una fide-
da? Gestos de la demostración. serpiente dormida, y, en el centro del lidad; permanencia y fidelidad que señalan, tanto una como otra, un
retrato. esa mirada del autor que se impone, que ordena el sistema espacio susceptible de servir de referencia y de paradigmas transhis-
semiótico. que nos interpela como él lo va a hacer constantemente en tóricos en el que se apoya la dinámica de la semántica de peragrare,
su texto. En efecto, no debería olvidarse que nosotros mismos nos en el extremo del eje que yo defino como eje del estatuto social. En la
hallamos cogidos en esa mirada, proyectados como alocutarios en el heráldica se cristalizan la esencia y lo inalterable, la estabilidad, como
seno mismo de este cuadro, como tampoco que es sólo por nosotros y otros tantos contra-valores del mundo y de la visión picarescos, don-
únicamente por nosotros por lo que Mateo Alemán se autorrepresenta de todo cambia constantemente, es inestable, producto de las cir-
con estos gestos y en esta posición. Nosotros somos el último punto cunstancias. Punto de anclaje ideológico, clave de sol, contrapunto,
del triángulo de esta situación comunicativa (la fábula, el comenta- el blasón no indica únicamente quién soy sino de dónde soy y adónde
rista, el destinatario de las comunicaciones).Pero, ¿cómo no subra- me dirijo, es decir, una línea de fuerza ideológica respecto de la cual
yar también aqui que volvemos a encontrarnos con una de las cons- se nos propone implícitamente evocar al pícaro, que no es de ningún
tantes formales del texto? lugar y no va a ningún sitio.
Esta representación se organiza en torno a dos espacios contras- En el eje horizontal, a ese "quién soy yo" le contesta un "quién
tados: la parte superior se halla fuertemente investida por las fanta- era yo", mientras que ambas preguntas convergen en el retrato pro-
sías (provocadas por la problemática de la identidad). Es el sujeto piamente dicho, del que ya he dicho que ponía en escena al atalaya
psíquico el que se exhibe en esa parte, mientras que la parte inferior dela vida humana, ese centinela sagaz que nos pone en guardia con-
del cuadro implica al sujeto ideológico. Pero podemos establecer una tra la maledicencia. Ahora bien, ese centinela no es Mateo Alemán
relación de naturaleza completamente diferente entre estos dos tér- sino el narrador. En efecto, en la descripción previa nos hemos en-
minos si aceptamos verlos como un recorrido que nos lleva del singu- contrado cogidos en la trampa del retrato que nos ha hecho confundir
lar de la anécdota personal a la generalización, es decir, que nos lleva -porque el retrato los confunde- a Mateo Alemán con su personaje.
U PUB72 HXYCfiYA DEL S U J ' O CULTURAL:BTUD/O SE4l/OmCO DEI REZX4TD DEWTED AW.L+.N

El rostro. el aspecto. la postura, hay que atribuirlos a Mateo Alemán, narrador. El retrato se desdobla aqui sin duda, peroien este caso. el '
pero el gesto ostensivo pertenece al narrador, como nos lo dice, por
desdoblamiento implica una sistemática de la contradicción que nos
retroceso. la viñeta a la que he calificado de autobiográfica y que remite además a un pasaje del elogio de Alonso de Barros:
introduce. como hemos visto, la ficción. Porque si de autobiografía se
trata, el presente de la escritura no puede no emerger, como tampoco Hase guardado también de semejantes objeciones el contador
podría haber un narrador ausente. Y ello tanto más cuanto que en el Mateo Alemán en las justas ocupaciones de su vida, que igual-
Libro delpfcaro todo episodio autobiográfico va seguido de su co- mente nos enseña con ella que con su libro, ha/lá'ndose en élel
mentario; ese comentario se organiza en función de un punto de vis- opuesto de su historia, que pretende introducir.
ta generalizante y totalizante, lo que justifica que quien se expresa Porque, acahamos de verlo, este retrato es en cierto modo un
pueda aparecer como un atalaya de la mda humana. Pero este co- contra-texto. Nos dice que Mateo Alemán no es Guzmán de Alfarache;
mentario puede también percibirse como un producto de la lectio. en efecto, contrariamente a este último, aquél continúa siendo fiel al
También aqui es absolutamente convincente la continuidad semióti- linaje de los Alemán; se ajusta al peragrare, no al vagabundeo. Plan-
ca que organiza la transversal derecha/izquierda; en efecto, ella es la tado en una actitud firme, seguro de sí, encarna la constancia y la
que une el gesto colofónico -1egere-y el episodio autobiográfico. Y estabilidad. La transversal (izquierdalderecha) pone claramente de
ello tanto más cuanto que Legendoabre una segunda iínea de lectura manifiesto la continuidad que une nobleza y comprnmiso social.
-esta vez en la transversal- que une Legendo a peragrare, confir- Este nuevo desdoblamiento nos incita a volver a ocuparnos de la
mando así mi interpretación de las connotaciones sociales del campo sistemática de la difracción, considerando esta vez el "fuera-de-cua-
semántico de este Último verbo. dro" donde distinguiremos dos espacios, el ocupado por el alocutario,
Pero las lecturas semióticas tienen la ventaja de poder llevarse a definido por el sentido de la mirada que le dirige Mate0 Alemán, y el ¡
cabo en los dos sentidos. Hablan en un sentido y en el otro. Por ello es ocupado por el modelo, definido por la posición del personaje pinta- 1
por lo que si partimos esta vez deperagrareconstatamos que, lógica- do. La parte correspondiente a la mimesis o, si se prefiere, al retrato,
mente. legendo se enriquece al paso de todas estas connotaciones; es relativamente modesta. Todo el resto es únicamente montaje. Dis-
su contenido social resulta reactivado [con la acción y con la ense- tinguiremos, pues, el discurso de la mimesis de un discurso que yo
ñanza: Peragrare s i m u l p e legendo1 calificaría provisionalmente de simbólico.
El retrato se desdobla así en dos figuras por efecto del funciona- Al primer desdoblamiento inherente al arte del retrato se aña-
miento semiótico: por una parte es el narrador, pero por la otra es el den, pues, los siguientes:
autor el que se presenta. no ya como Guzmán de Alfarache, sino como Mateo Alemánlnarrador
el descendiente de la familia de los Alemán. Ocupando el espacio del Narradorlactante
narrador y usurpando su función (gesto colofónico),Mateo Alemán se Mateo Alemán-atalaydateo Alemán ocupado en peragrare
autorrepresenta de manera claramente difractada, de tal modo que Narrad~r~lector (en el sentido de comentarista)
el signo deíctico, atrapado en esta continuidad, designa a su vez en Mateo Alemán/"El nombre del padre" (blasón)
este verdadero montaje de figuras la parte que le toca al narrador, y
No podemos olvidar, en efecto, que el blasón constituye otro modo
lo distingue de lo que le toca al autor.
de proyección de sí mismo a nivel simbólico; se supone que el águila
El sentido ya no funciona como en el primer eje. Viñeta y blasón
representa aquí la quintaesencia de los Alemán y por consiguiente
se instituyen en términos de contradicción, lo cual significa, por re-
dice lo que es el Yo, 10 que aspira a ser, o aquello hacia lo que debe
troceso. que Mateo Alemán no debería ser asimilado a lo que es su
tender. El águila funciona a la vez como un paradigma y como un
PUB7X M i S C W A DEL S U J m CULTUR4L; B r U D I O S ~ i l d T I C ODEL RE7RAm DEAIATXO A-A,V

fenotipo familiar de carácter moral. Pero es a la vez la cimera y el discursos toman sus sistemas de referencia, factores de coherencia y
mueble del blasón, es decir, que como cimera mantiene y expone su de autoridad. La retórica únicamente conoce modelos, modelos de
propia representación en una superposición (auténtica puesta en abis- discursos o de comportamientos.
mo) que repite el gesto colofónico del narrador, el cual, desde su es- El personaje que nos mira "directamente a los ojos" se ha rodea-
tado presente, se designa y se expone en su pasado crapuloso. do, pues, de modelos y son esos modelos los que nos invita a contem-
Todas estas figuras se manifiestan como otras cantas realizacio- plar.
nes de un mismo Ego que aparece así diseminado en un mosaico de Pero también aquí todo lo que hay es únicamente enunciado, in-
reflejos, los cuales al mismo tiempo que lo designan se completan. cluso ese gesto colofónico, ese "Mira lo que digo" que debe leerse
dialogan o se contradicen. Sin embargo, estos objetos de miradas no como "Mira lo que yo digo que dicen", donde el índice fugaz de enun-
serían nada sin las diferentes miradas que los captan y que también ciación y de subjetividad no es, con toda evidencia. sino señuelo. En
son puestas en escena. La nuestra, cuyo itinerario estamos siguien- efecto, tanto el gesto ostensivo como la mirada que, en el centro de la
do, la primera. Pero nuestra propia mirada es captada a su vez por la representación, fuerzan y focalizan nuestra atención. atestiguando
de Mateo Alemán, mirada cuyo trayecto es fundamental seguir. De en apariencia la presencia autoritaria de quien se presenta como un
tal modo que el personaje pintado me mira al mirarlo en sus aparien- sujeto auténtico. dependen de la puesta en escena y de una estrate-
cias proteicas. Mi mirada contiene todas esas metamorfosis, pero a gia semiótica que pretende ocultar el funcionamiento del sujeto cul-
su vez está contenida en su mirada, que contiene todas esas imáge- tural. En realidad, el modelo no se halla presente sino presenoZcado
nes fluctuantes contenidas en la mía. Así pues, todo el cuadro viene a tras diversas apariencias.
condensarse, a reproducirse, a focalizarse en ese espejo que ocupa Esa mirada -como ya he dicho- instituye un alocutario, ese yo
precisamente el centro de la representación. instituye un tú, ese Egointerpela a un Otro. Cuando lo contemplo, el
Las observaciones que siguen servirán de conclusión. modelo me mira contemplándolo, generando así un proceso de
Este retrato es en realidad, en ciertos aspectos, un autorretrato, reversibilidad que hace coexistir la alternancia de los punto de vista
en la medida en que todo en él es montaje. No se trata, sin embargo,
del Túy del Ego. La mirada que él se dirige a si mismo y que le hace
del retrato de Mateo Alemán, sino más bien de lo que éste nos dice
asumir -como hemos visto- esa serie de modeios, es, de hecho, la
que es el Zdeaf de su Yo. El director escénico designa, en efecto,
mirada que él quiere provocar en el Otro que yo soy. En ese sentido,
pxadigmas de nobleza y de virtudes -la prudencia de la serpiente, la
esa mirada no es sino el espejo de quien imagina ser el mío, lo que
vigilancia del centinela. la elocuencia de Tácito, la abnegación del
implica que yo asuma su competencia y que reconozca esta serie de
hombre de acción, la erudición del lectorlcomentarista-, es decir, toda
ideologemas donde él pone en escena su 'ideal del Yo".
una red de signos vacíos y disponibles antes de que él se los apropie
Vemos así claramente que el sujeto cultural es la instancia que
y los asuma.
regula las relaciones que el Ego mantiene con el Otro.
El supuesto modelo se esconde detrás de sus propios modelos, es
decir, detrás de una serie de fugar-tenientesque lo ocultan. Asume lo
que éstos dicen. y lo que dicen no puede expresarse sino en latín, lo
cual, en la época de Mateo Alemán y muy especialmente quizá para
él, no es indiferente ya que existe una especie de equivalencia entre
el latín y la retórica (la de Tácito, entre otros). Ahora bien. la retórica
es el arsenal de los "lugares comunes", de los tópoi, de donde los
U SUJETO m m :SOCIOCR~IO~Y PSICO.~ISIS M Pusm
~ ~ C & DEL
V ASU,. CULTUML.' mruDiO Súlí/dT/O DEL REXMTO uA'Am7A'oA L a h '

El eje didáctico La doble problemática de la identidad


El contexto

a v s ---4-

gesto colofónico

¿Quién soy yo?


Mareo Alemán -~uzmán, narrador

, ,
,,

Legendo - - - - - - - - - - - - - - - - - M - - - - - _ - 11, ,
\
,
.11t------------------------- Lector (comentarista) Peragrando

Organización semiótica 1 Organización semiótica 2

- 104- - 305 -
EL SU.0 CüZ?UZ4.' SOC/OCRh'iC4 Y PSICAIY&ISZA L4 pUt-Siii W B C E N A DEI S L J m CULTUR4L.'ESTUD/OSE(I/&O DLL RdXRAm DEMATO m%L
V

El eje del estatuto social ,


Bibliografía
Alemán, Mateo, La mda de Guzmán de Afiarache, ed. de F Rico, Bar-
celona, Planeta, 1967
nond, Protée erlegueux, recherchesurl'origjne etlanatUre
Blasón -_ kit picaresque dans Guzmán de Alfarache de Mateo Ale-
,*:m

4 má', Paris, Didier, 1967


(En todas las citas, la cursiva es mía.)

\
EJE DEL ESTATUTO SOCIAL

Urganización semiótica 3

- 106- - 107 -
Para una nueva
definición del "ideologema"

En "Probltknes de la structuration du texte", J. Kristeva (coloquio


de Cluny, 1968) examina la noción de ideologema en el contexto de
una reflexión sobre los problemas de la estructuración del texto. Dis-
tingue el discurso, objeto de intercambio entre un destinador y un
destinatario, y el texto, considerado como un proceso deproduccidn
de sentido y aparato transhgüístSticoco..
El texto es, pues, una productividad, lo cual significa: 1. su
relación con la lengua en que se sitúa es redistributiva [...l. 2.
es una permutación de textos, una intertextualidad: en el es-
pacio de un texto varios enunciados tomados de otros textos se
cruzan y se neutralizan.
Detengámonos en esta "interacción textual que se produce den-
tro d e un solo texto" y que hace surgir este mismo texto como
ideologema. Para ejemplificar su tesis, Kristeva elige Jehan desaintré
de Antoine de la Salle, considerado por ella como el resultado de la
transformación de varios códigos: la escolástica, la poesía cortesana,
la literatura oral, el carnaval. Al integrar esta nueva estructura, cam-
bia la significación de estos diversos enunciados:
En el aparato del texto novelesco con su no-disyunción, con su
carácter transformacionai, el enunciado escolástico, la másca-
ra, el pregón publicitario, etc., se interpenetran y producen un
conjunto ambivahte. Este conjunto se opone a los conjuntos
primeros. Tiene una función que lo relaciona con otras mani-
festaciones discursivas de la época, y esta función hace que la
época que se anuncia. la del Renacimiento, tenga una unidad
discursiva más o menos definida que la distingue de la época podemos resumir la postura de Kristeva de la manera siguiente: '
anterior (pág.312). 1. Foco semiótico en donde vienen a deconstruirse unos enuncia-
Estudiado como una intertextualidad. el texto es considerado dos anteriores haciendo surgir, por lo tanto, un sentido nuevo; el ideo-
logema es el producto de este proceso de producción.
en (el texto de) la sociedad y la historia. El ideologema de un 2. Como producto de este proceso. confiere al texto sus coorde-
texto es el foco en que el proceso cognoscitivo capta la transfor- nadas históricas y sociales.
mación de los enunciados (a los cuales se puede reducir el tex-
Las observaciones de Kristeva son muy sugestivas, pero sólo sir-
to) en un todo (el texto) así como las inserciooes de esta totali-
dad en el texto histórico y social (pág.313). ven para comprender e interpretar la ruptura que separa IaEdad Media
de la Modernidad. Me parece necesario, por eso mismo, tratar de pro-
Con esta base teórica, Kristeva opone dos ideologemas: fundizar y precisar esta noción, examinando, además, si se puede
a) el símbolo que caracteriza la sociedad europea hasta el siglo aplicar al funcionamiento ideológico que opera en lo pre-textual y en
XV más o menos; el discurso social, ya que esta noción se ha vulgarizado con otra defi-
b) el signo "reconocible en la sociedad y la novela que culmina nición recogida, entre otros autores de glosarios, por Elglosarioprác-
con la economía burguesa".
tico de la crítica contemporánea de Marc Angenot:
Los dos ideologemas se diferencian el uno del otro por las carac-
terísticas siguientes: Llamaremos ideologema cualquier máxima subyacente en un
1. 'el signo remite a unas entidades menos amplias, más concre- enunciado cuyo asunto delimita un campo pertinente específi-
tasque el simbolo -son universales cosificados, convertidos en obje- co (ya sea "el valor moral", 'el judío", 'la misión de Francia" o
tos en el pleno sentido de la palabra; relacionada en una estructura "el instinto materno"). Estos asuntos vienen determinados y
de signo. esta entidad (el fenómeno o el personaje) se vuelve por lo definidos por el conjunto de las máximas en que el sistema
mismo transcendental, promovida al rango de una unidad teológica"; ideológico les permite figurar.
2. mientras que, en la lógica del símbolo, dos opuestos (el Bien y Dichos ideologemas integran un sistema ideológico en la medida
el Mal, por ejemplo) se excluyen mutuamente, en una práctica se- en que "funcionan a semejanza de los lugares ("topoi") aristotélicos,
miótica que depende del signo; cualquier contradicción se ve supera- como unos principios reguladores subyacentes en los discursos so-
da por una conexión de no-disyunción, o sea de ambivalencia. Los ciales a los cuales confieren autoridad y coherencia".
contrarios siguen siendo exclusivos, pero 'son atrapados en un en- Lo que separa esta concepción de la definición de Kristeva es
granaje de diferencias múltiples y siempre posibles (los acontecimien- evidente. Para Kristeva el ideologema, considerado como fenómeno
tos inesperados en las estructuras narrativas que producen la ilusión
paratextual, no es, por lo tanto, el producto del funcionamiento de la
de una estructura abierta, imposible de terminar, con desenlace arbi-
estructuración intertextual; depende de un ya aqui'transhistórico y
trario ':
no se plantea el problema de los factores históricos que podrían acla-
Cuando contrapone el uno con el otro, estos dos ideologemas,
Kristeva parece abogar por la definición de una tipología de las cultu- rar el contexto de su aparición. Por otra parte, no se nos dice nada de
ras con arreglo al "tipo de relación que presentan con el signo" (1. la manera cómo funciona como principio regulador subyacente en los
Lotman). En efecto. si el signo es el ideologema fundamental del pen- discursos sociales.
samiento moderno. un nuevo ideologema estaría "cuajándose a par- Observemos para comenzar que la distinción entre la materia
tir del siglo XX con las nuevas estructuras textuales (Mallarmé, pretextual y el texto no es pertinente si se admite con Bajtín y Kristeva
Lautreamontl". que la noción de intertextualidad implica que la historia y la sociedad
sean consideradas como textos a semejanza de cualquier otra prácti- lógico), el discurso administrativo (la protección del patrimonio), el '
ca semiótica ("la acepción de un texto como ideologema determina el discurso ecológico (el patrimonio que constituye el paisaje), el dis-
mismo proceso de una semiología que. estudiando el texto como una curso político (el patrimonio de los candidatos a la presidencia de la
intertextualidad, lo proyecta por lo mismo en (el texto de) la sociedad República francesa).En la última parte de este artículo examino cómo
y la historia". Z N ,pág.313). Esta observación me lleva a considerar los factores históricos intervienen en estas nuevas estructuraciones
un campo de investigación dedicado a1 análisis de los procesos de por el modo específico como se articulan con uno o varios semas de la
transformación que operan en el discurso social -y en este plan coin- expresión original. En el caso del discurso político es elvocablojurídico
cido con la definición vulgarizada que acabo de evocar- planteando, adquisicionesel que convoca uno de sus opuestos, por más señas. los
sin embargo. como hipótesis que el ideologema graba y redistribuye, bienes que uno posee de antes, lo cual constituye una extensión equi-
en el mecanismo de su propia estructuración, sus coordenadas histó- vocada de la significación, pero es evidente que este término es utili-
ricas y sociales. zado en lugar de otros que serían más apropiadas, o sea, forma,
riqueza, ya que se refiere a ciertos candidatos y a una situación aco-
modada o unosahorrosen cuanto a los demás. Ocultando tales dife-
rencias, el ideologema desempeiia con eficacia su rol ideológico. Sin
Definiré el ideologema como un microsistema semiótico-ideoló- embargo, la reactivación de uno de estos semas sólo puede interve-
gico subyacente en una unidad funcional y significativa del discurso. nir en la medida en que el planteamiento del concepto de identidad
Ésta se impone en un momento dado en el discurso social con una satura en cierto modo el discurso social (Véase infral.
recurrencia excepcionalmente alta. El microsistema que se va insti- La eficacia ideológica del ideologema no procede tanto de su más
tuyendo de esta forma se organiza en torno a unas dominantes se- o menos frecuente recurrencia como de la aptitud que tiene para
mántica~y a una serie de valores que fluctúan según las circunstan- infiltrarse e imponerse en las diferentes prácticas semióticas de un
cias históricas. mismo momento histórico. En él se cruzan e interpenetran los dife-
Veamos el caso de la expresión patrimonio cuya recurrencia en rentes códigos que constituyen una formación discursiva y hasta se
los dos últimos decenios del siglo XX llama la atención: entraña tres nos presenta como un conmutador o una conexión que, funcionando
semas básicos (propiedad individual, transferencia, figura del padre) como placa giratoria, produce una total labilidad de los campos de
y u;l sistema de valores (estabilidad, perennidad, anclaje en una iden- nociones. Pues nada es más irreductible a la idea de noción que el
tidad marcadamente subrayada). Cuando, en un momento dado y en ideologema, tal como lo concibo. En realidad en el ideologema se
un contexto socio-discursivo determinado, se ha modificado su cam- oculta, con la apariencia de un concepto, un funcionamiento que, de
po semántico, añadiendo a la definición original que sólo implica la hecho, desvanece los puntos de referencia que son las nociones.
propiedad privada el sema de la propiedad colectiva, su combinatoria Se suele considerar los fenómenos ideológicos como unos espa-
estructural resulta rectificada y con esta rectificación surge un ideo- cios discursivos en donde resultan difuminadas las marcas de discri-
logema que, en adelante, va a insertarse de manera específica en el minación, sin tener en cuenta los procesos que producen tales efec-
tos. Pero es precisamente esta función de placa giratoria la que le
discurso social. Mientras que originariamente la expresión en la cual
permite orientar el discurso hacia cualquier red semiótica, lo que con-
estriba y se injerta el ideologema pertenece exclusivamente al dis-
fiere al ideologema su eficacia.
curso jurídico, en adelante se cuela sucesivamente en el discurso
A partir de estas observaciones, examinemos dos vocablos que
religioso (el patrimonio de San Pedro), el discurso humanista (el pa-
pueden ser considerados como ideologemas: patrimonio y pos-
trimonio de la humanidad), el discurso científico (el patrimonio bio-
modernidad
Patrimonio momento dado, de una persona, de una familia, de.una empresa0 de'
una colectividadpúb/ica'<'
Sugiero que seleccionemos algunos diccionarios para tratar de La definición del beneficiario de patrimonio se ha extendido a
captar la eventual evolución del campo semántico del vocablo. En unas entidades que ya no son únicamente las familias. Han desapa-
1613 dice Covarrubias del ítem patrfmonio: "Lo que el hijo hereda recido ciertos sintagmas y más especialmente los que se refieren a
del padre. Patrimonial, lo que pertenece al patrimonio", acepción re-
los fondos de la Iglesia. El Littréprivilegia la aplicación del vocablo a
petida en el Tesoro de las d o s i e n ~ a española
s y francesa de César
las clases dominantes. Para él, sólo estas clases tienen un patrimo-
Oudin (1675): "Los bienes que el padre deja a sus hijos después de su
nio; las demás, cuando lo tienen, no poseen más que una herencia.
muerte". Un siglo más tarde el Diccionario de AutonVadesañade un
Larousse levanta acta de un empleo indiscriminado, sin connotación
solo empleo por extensión: 'Por extensión se llaman los bienes pro-
sacra alguna.
pios adquiridos por cualquier título". En la edición de 1734 del Dic-
Estable durante tres siglos, el campo semántico y semiótica del
cionano nuevo de laslenguas española yfiancesa, Francisco Sobrino
vocablo ha evolucionado de manera significativay se nos presenta. al
repite, sin más, la definición de César Oudin remitiendo, sin embar-
go, a la expresión "patrimonio de San Pedro", definida como "provin- final del siglo XX, con la forma de un ideologema complejo que nece-
cia del estado eclesiástico". Acudamos ahora al Lituéfrancés com- sita ser cuestionado.
puesto entre 1860 y 1880. Da cuatro acepciones de la palabra: "1. Volvamos, pues, a la simplicidad de la definición original ("Lo
Bien heredado que procede, con arreglo a las leyes, de los padres y de que el hijo hereda del padre"). El vocablo tiene, en efecto, su pleno
las madres a sus hijos; 2. Dícese por extensión de los tronos, cargos y sentido fuera del contexto diacrónico. De por sí, describe la coinci-
prerrogativas que se transmiten hereditariamente como un patrimo- dencia de un bien material y de un bien simbólico en un mismo obje-
nio; 3. Fig. lo que se considera propiedad patrimonial. Cada descubri- to de posesión, lo cual, además, distingue el patrimonio de la heren-
miento es el patrimonio de todas las naciones; 4. Se decía del fondo cia. Es esta dimensión simbólica lo que le confiere su sentido exacto
de cada iglesia. El patrimonio de San Pedro". en la medida en que convoca a la figura del padre: el patrimonio es el
Consta pues que, desde principios del siglo XVII hasta finales del bien que el padre transmite a su hijo; es la perpetuación del nombre
siglo XIX el campo semántico del vocablo no sufre ninguna rectifica- del padre por medio de los bienes transmitidos al hijo. El patrimonio
ción significativa en la medida en que los bienes adquiridos pasan a está constituido por los bienes calificadosde "bienes de familia" para
ser parte del patrimonio individual transmitido por los padres a los distinguirlos de los bienes adquiridos. En los bienes que uno lega se
hijos. María Moliner, en 1966. lo rectifica de la manera siguiente: "1. hallan los bienes que uno mismo ha recibido de su propio padre. Se
Conjunto de los bienes de alguien adquirido por herencia familiar; 2. iegauna herencia pero se transmiteun patrimonio. El patrimonio es,
Conjunto de los bienes de alguien, cualquiera que sea su origen. Pa- junto con el nombre del padre -que es el primero y el de más precio
trimonio de la corona: conjunto de los bienes adscritos a la dignidad de los bienes transmitidos- lo que construye la continuidad; permite
real. P.del Estado: bienes del Estado. P. real: patrimonio de la corona". la supervivencia de una familia. La aureola sagrada que lo caracteri-
La edición del Laroussefrancés de 1987, en cinco tomos, acentúa za procede de esta función. 'Los bienes de familia", así definidos,
esta rectificación. añadiendo a los dos primeros ítemes reconocidos implican un tipo especial de derecho de propiedad. El artículo 544
por todos los diccionarios hasta la fecha, los siguientes: "Herencia del código napoleónico que dispone que "la propiedad es el derecho
comúnde un grupo. 4. Conjunto de los bienes, derechos y obligacjo- de gozar y de disponer de las cosas de la manera más absoluta", no se
nesde los cuales puede ser propietario o responsableuna persona. 5.
Elementos enajenables y trasmisibles que son la propiedad, en un ' El subrayado es mío en todos los casos.

- 1115 -
aplica al patrimonio. Se cubre de vergüenza el que lo gasta a su gus- que rectifican sus contornos, acentúan sus elemenos latentes o re- '
to. No se gasta un patrimonio sino que se malgasta, se dis~ipa.La bajan los dominantes y, en fin de cuentas, gobiernan su activación Y
semántica de estos verbos es muy densa:disipar, en efecto, es "hacer los modos de su inserción en el discurso social de una época. Dentro
que una cosa que está en el aire sea cada vez menos densa hasta que de esta perspectiva y teniendo en cuenta el conjunto de estas obser-
llega a desaparecer" (Moliner),o sea, hacer desaparecer, como humo vaciones previas. quisiera ahora examinar su funcionamiento en el
destinado a desvanecerse a su vez en el espacio, un bien cargado de conjunto discursivo de este fin de siglo.
memoria. El que disipa un patrimonio es el anti-demiurgo que, per- De lo anterior se puede deducir que me resulte difícil hablar de
diendo su patrimonio. aniquila el nombre del padre. Cuando se aplica un patrimonio simbólico ya que no sería para mí más que una redun-
a un bien. cualquiera que sea éste, la dimensión simbólica del térmi- dancia. En efecto, falto de la aureola que le confiere su dimensión
no transforma, a nivel de la imaginación colectiva, un derecho de simbólica. el patrimonio se reduce a una herencia. Esto es evidente.
propiedad en un sencillo derecho de usufructo. Como lo hemos visto si se entiende por simbólico la acepción más corriente de la palabra:
evocado en una de las definiciones dadas por Larousse, tengo que "bienes de familia" transmitidos de una generación a otra y que re-
asumir las obligaciones de mi patrimonio, cuidar de él a toda costa, presentan un valor social y afectivo que, literalmente, no tienen pre-
para transmitirlo intacto a mis hijos, los cuales, a su vez, tendrán que cio. De ser vendidos a personas que no son de la familia, el valor
transmitirlo a sus propios hijos con arreglo a las mismas obligacio- queda para siempre disipado en la venta y, con ella. se trata de un
nes. valor que no tiene un equivalente económico; sólo existe por un acto
Este esquemático examen de la evolución del campo semiótico de denominación que transforma un bien ordinario, sometido a las
cubierto por el término patrimonio pone de relieve cuán profunda- leyes del mercado, en un espacio de memoria en donde el sujeto vie-
mente anclado en las cuestiones de la identidad está este valor so- ne a reactivar la conciencia que tiene de su identidad. El narrador de
cial. Más allá de la perennidad, a la cual remite como a un valor au- Cien años de soledaddescribe la epidemia del insomnio que afectó
téntico. graba y proyecta el fantasma de un Yo familiar que, a través súbitamente a Macondo, haciendo perder a los vecinos del pueblo la
de las vicisitudes de la historia, parece tener una vocación de eterni- memoria y, por consiguiente, el lenguaje. Para remediar las conse-
dad. El respeto religioso que acompaña la transmisión del patrimonio cuencias previsibles de esta epidemia, en cuanto la identifican como
expresa. a su modo y sin lugar a dudas, la angustia que el sujeto tal, los habitantes pegan a cada objeto de la vida cotidiana un rótulo
puede experimentar con la perspectiva de la muerte, pero expresa en el cual se halla escrito su nombre. Supongamos que tal epidemia o
también el temor a cualquier proceso de indiscriminación, siendo mi peste similar afecte nuestra memoria, desaparecería para siempre la
patrimonio lo que, materialmente, concretamente, señala y da a co- noción de patrimonio. No habría más que los bienes sometidos a las
nocer mi especificidad, precisa el espacio de un Yo transhistórico y leyes del mercado. El patrimonio sólo existe cuando se añade a un
estable. valor económico un valor inmaterial que, a su vez, se articula con un
La significación ideológica del vocablo no se reduce, pues, a la sistema específico de representaciones. El patrimonio al cual llama-
convergencia de los semas que indicaba antes: propiedad, transmi- mos simbólico corresponde a este valor inmaterial y, por lo tanto.
sión, figura del padre. En el trasfondo del discurso jurídico se puede debería ser definido más exactamente como un bien patrimonial falto
vislumbrar la proyección de un sistema de valores: estabilidad, pe- de cualquier valor de cambio.
rennidad, anclaje en las cuestiones de la identidad. Como cualquier El patrimonio, pues, sólo puede ser simbólico. Pero esta afirma-
otro ideologema. se nos presenta con la forma de un microsistema ción es todavía más pertinente si nos referimos a los trabajos de
discursivo complejo dentro del cual fluctúan de manera dinámica al- Jacques Lacan. Para Lacan, en efecto, es el nombre del padre el que
gunos semas dominantes, a merced de las circunstancias históricas facilita el acceso al lenguaje en el mismo momento en que, con esta
denominación metáforica. se constituye el inconsciente. El lenguaje 2. da de esta función una visión dinámica, poniendo de relieve el
es, por lo tanto, en el pleno sentido de la expresión, el primer patri- rol desempeñado por la sucesividad de las generaciones en el proce-
monio de cualquier sujeto, individual o colectivo. El patrimonio sólo so de transmisión;
existe como patrimonio porque es llamado patrimonio. Volvemos de 3. sugiere que este bien transmitido de una generación a otra nos
esta forma a los significados que los diccionarios dan como derivados ha llegado intacto a través de los siglos.
por extensión de la acepción original. En ellos, un término que origi- Los dos últimos puntos necesitan un comentario rápido.
nariamente designa un bien propio por antonomasia, se aplica a bie- Para demostrar cómo estos dos ideologemas funcionan el uno en
nes colectivos. El que se pueda hablar del patrimonio de un político
relación con el otro, recurriré a la noción de sujeto cultural. En efecto.
para oponerlo a la noción de adquisición, o del patrimonio de una
contrariamente a lo que se nos suele decir y a la función objetiva que
ciudad, de una nación o de la humanidad. expresa la capacidad de
se le atribuye, la cultura es un espacio cuyos contornos sufren ince-
adaptación de los elementos semióticos latentes del ideologema que
pueden ser reactivados a merced de los diferentes procesos que los santes rectificaciones y estriba en una herencia mucho menos autén-
convocan (la necesidad. por ejemplo, de distinguir los bienes actua- tica de lo que se estima. Cada generación adapta y se hace dueña a
les de un político con arreglo a los que haya podido adquirir durante su modo de la herencia cultural. El proceso de transmisión del patri-
su mandato procede de un ambiente general de corrupción; la visión monio cultural opera con el bien simbólico un trabajo de decons-
humanista privilegia el valor de la solidaridad internacional. etc.). trucción que cobra su plena significación cuando este mismo proceso
Observo de paso que entre la acepción primera que designa una pro- viene reinsertado en el contexto histórico. El ideologema patrimonio
piedad privada y su extensión a una propiedad colectiva no hay nin- cuyo empleo, como lo acabamos de ver, confiere al bien transmitido
guna antinomia. sino un desplazamiento de la incidencia de la pro- perennidad, estabilidad e inalterabilidad, pertenece a un discurso
piedad y de la identidad. Tal desplazamiento acentúa la eficacia destinado a ocultar -o que oculta objetivamente- las incesantes mo-
discursiva e ideológica del término. ya que implica que esta colectivi- dificaciones que afectan la imaginación colectiva o nacional. Aunque
dad se presente como una familia extensa elevada a la categoría de esta explicación pueda parecer convincente, ¿basta acaso para expli-
las esencias. dominada por un ser extratemporal que se oculta detrás car su extraordinaria recurrencia desde hace casi dos decenios? Para
de la figura tranquilizadora del padre, disimulando, por lo tanto, las tratar de contestar, tendré que situar este ideologema en el contexto
diferencias de clases y las tensiones sociales, y proyectando la ima- de una formación discursiva que se nos presenta a su vez caracteri-
gen de un espacio esencialmente consensual. zada por la posmodernidad o, por lo menos, por lo que parece deber
Examinaré esta parte del patrimonio colectivo exenta de cual- ser la posmodernidad. Nos parece, en efecto, que los dos fenómenos
quier valor de cambio, a la cual se suele llamar patrimonio simbólico, discursivos proceden de un mismo espacio ideológico y no se puede
expresión que. aparentemente, coincide con la noción de cultura. En examinar el uno sin tener en cuenta el otro.
efecto, la función objetiva que desempeña la cultura en una sociedad
opera despleglándose en toda la extensión del campo semiótica del
ideologema que nos interesa. Los dos términos /patrjmonio/cuIturaJ Posmodernidad
no expresan. sin embargo. lo mismo, aunque parecen aplicarse al
mismo objeto. Considero el término de patrimoniocomo el interpre- Si existe una ideología posmoderna debemos considerar que ésta.
tante de la noción de cultura y ello porque: en este caso, modela a la vez los efectos de recepción y los procesos
1. revela la función ideológica de ésta gracias a la aureola sacra de producción. Ninguna lectura, en efecto, es inocente en la medida
que le confiere el nombre del padre; en que cualquier lectura o cualquier análisis se hace a partir de un
punto ubicado en el tiempo y en el espacio. Tampoco existe una in- dad,. describe un período que se vive como una espera, como un pe-
manencia del sentido. o sea, un signo inmutable y estable que se ríodo de transición todavía falto de estabilidad al que sólo se puede
abra a una interpretación que vendría a ser la única aceptable. Al definir con arreglo al anterior. El prefijo pos sugiere juntamente un
texto literario le da sentido, o mejor, lo convierte en sentido esta ins- balance, una herencia y una fractura, o sea, un campo nocional es-
tancia ideológica a la cual llamo sujeto cu!tura/. En el texto poético tructurado en torno a la continuidad y la ruptura, lo cual no era el
leemos lo que somos o aquello que tenemos vocación de ser como caso de la modernidad, ya que ésta describía, o por lo menos parecía
sujeto colectivo. los fantasmas que nos asedian o el devenir que describir, una ruptura radical con el pasado.
presentimos. Las lecturas que hacemos de los textos están siempre Modernoen efecto no significa nuevo. Lo nuevo está destinado a
datadas y siempre remiten a un campo socio-cultural determinado. transformarse en viejo y sugiere un movimiento cíclico; lo moderno
El texto poético resulta ser, pues, el espejo donde se inviste y se reco- está esencialmente connotado como ruptura; sólo lo puede sustituir
noce un mismo sujeto transindividual. Éste renueva y reactiva sus otro moderno, producto a su vez de una fractura con arreglo a lo
fuerzas nutriéndose de su propia imagen, pero también las renueva moderno anterior, o lo posmoderno, o lo neo. Estos juegos semánticos
con unas imágenes que, hasta cierto punto, pueden ser consideradas son fascinantes: la noción de neo, que se ha divulgado desde hace
como señuelos de sí mismo. Eso significa que la lectura que hago hic dos o tres decenios, describe un espacio en el que vienen a confun-
etnuncde un texto pasado no se organiza en torno a lo que fue, sino dirse dos utopías contradictorias, la utopía de la tradición y la utopía
en torno a lo que soy como sujeto cultural. Éste reorganiza, a su ma- del progreso, la utopía del pasado y la utopía del futuro; coincidencia
nera, las estructuras y las semióticas textuales. La semiosis de la significativa donde se inscribe otra vez esta semiótica de la espera,
recepción deconstruye, a su manera, la semiosis de la producción. de la perplejidad y, en cierto modo, del vacío. pero también coinci-
Dicho de otra forma. la posmodernidad no se exhibe forzosamente en dencia de dos simulacros, el simulacro de la modernidad y el simula-
la novela actual. Soy yo mismo, como lector o crítico, quien proyecta cro de la antigüedad, coincidencia por medio de la cual la semántica
en ella este esquema, en cuanto pertenezco a un sujeto cultural im- da a conocer y denuncia la falta de autenticidad y la confusión que
plicado en la posmodernidad. Cada generación adapta su patrimonio afecta nuestros puntos de referencia culturales.
cultural y se lo apropia, y esta adaptación transcribe las incesantes Observemos primero que los términos modernidad y posmo-
rectificaciones sufridas por los contornos del sujeto cultural. Joyce dernidadtienen una acepción mucho más amplia que modernismoy
hace una lectura modernista de Flaubert, y para Colin Mac Cabe, Joyce posmodernismo. Estos últimos designan unas construcciones inte-
es a la vez feminista y portavoz de una plurietnicidad, mientras que lectuales que han sido instituidas o destacadas dentro de unos cam-
para Fredric Jameson el mismo Joyce es un autor anti-imperialista. pos históricos más o menos amplios, supuestamente estructurados
El uno y el otro (Jameson y Mac Cabe) nos dan interpretaciones que por un conjunto de factores convergentes y concomitantes, campos
podemos calificar de posmodernas. Aceptar la noción de posmoder- históricos a los cuaies llamamos modernidady posmodetiúdad Mo-
nidad implica, pues. que los contornos de un sujeto cultural modela- dernismo y posmodernismo se dan a conocer como los efectos de la
dos por la modernidad hayan sufrido, con el efecto de unas condicio- modernidad o de la posmodernidad; transcriben tomas de concien-
nes socio-económicas y culturales determinadas, unas rectificacio- cia, remiten a una vivencia y a una imaginación colectiva, o sea, a la
nes progresivas. suficientemente fuertes como para hacer que dicho manera como los factores objetivos de la modernidad o de la postmo-
sujeto tenga acceso a una identidad nueva. dernidad han sido interiorizados o compensados por unas construccio-
La propia expresión posmodernidad lo indica además su signifi- nes que pretenden abolirlos. La coexistencia en "lo imaginario so-
cación, depende exclusivamente de lo que precede, de la moderni- cial" de los efectos directos producidos por los factores históricos, por

- IZO -
una parte, y de los fenómenos de compensación que estos mismos desarrollo vertiginoso de los medios de comunicación ha impuesto la
factores generan, por otra. vuelven confusa nuestra percepción en la figura del simulacro.
medida en que dichos fenómenos son tanto más fuertes cuanto que La expresión de modernidad remite a la historia moderna pero,
las coerciones tienen más profundo impacto en los sujetos que las también y dentro de este contexto, a un período que abarca el final
padecen. La confusión que se crea entre factores históricos objetivos, del siglo XIX y el principio del siglo -XX. En este último sentido, la
efectos directos y efectos de reacción a dichos factores explica, sin modernidad se levanta sobre una revolución tecnológica y científica
lugar a dudas, por qué los juicios de valor referentes a las caracterís- y una nueva extensión del capitalismo que corresponde al desarrollo
ticas del modernismo emitidos por la crítica especializada han sido y del imperialismo clásico. basado en la explotación de los países que
siguen siendo tan contradictorios, como lo apunta Marfany: producen la materia prima por las naciones productoras de los bienes
En realidad lo que el material por investigar ofrece es precisa- industriales. Tal es el factor esencial que explica la emergencia del
mente un cúmulo interminable de contradicciones. La litera- modernismo hispanoamericano, debida a una integración total y de-
tura modernista, considerada sub specie aeternitatis aparece finitiva del subcontinente en el comercio internacional como provee-
como decadente y vitalista, cosmopolita y localista, aristocráti- dor de materias primas y a una ausencia, igualmente total. de cual-
ca y populista, antiespañola e hispanófda, "modernista" y primi- quier mercado nacionalverdadero. Eneste conxexto, la racionalización
tivista. etc. (Marfany, 1987) y la modernización en beneficio del sector primario, la reintegración
de los beneficios, no en el sector de la producción industrial, sino en
Así es como, a finales del siglo XX, la homogeneización de la vida
la importación de bienes de consumo, son otros tantos factores histó-
social. que es el producto del proceso de producción y de comercia-
ricos que explican el fomento del sector terciario, de la inmigración
lización mecanizadas, produce en la conciencia del sujeto el senti-
europea, así como, correlativamente, la emergencia y la consolida-
miento de que tiene perdida su identidad tanto en sus espacios de
ción de las clases medias, la expansión y la organización de las gran-
trabajo como en sus espacios de asueto; de ahí surgen. como formas
des urbes, y tales fenómenos, a su vez, provocan profundas modifica-
de reacción y compensación, la exaltación de la subjetividad y las
ciones que afectan las prácticas y las producciones culturales.
formas pervertidas acarreadas por esta misma exaltación (exacerba-
Esta emergencia histórica de la ciencia suscita el mito del pro-
ción del individualismo, falta de comunicación, aislamiento, rechazo
greso y de la racionalidad elaborado por la filosofía positivista y, más
de cualquier solidaridad colectiva, etc.). Así es como elultraliberalismo,
tarde, por algunas de las vanguardias de los primeros decenios del
la internacionalización creciente y cada vez más insolente de los in-
siglo XX, desde el futurismo de Marinetti hasta el creacionismo de
tereses capitalistas, el advenimiento de zonas económicas que abar-
Huidobro. Acordémonos de los gritos de Rimbaud ("¡Hay que ser ab-
ca continentes enteros, la interdependencia económica de las nacio-
solutamente moderno!") o de Apollinaire ("¡Por fin te cansa este mundo
nes suscitan la nostalgia de la patria chica, la fragmentación regio-
viejo!"). Impulsando las utopías sociales y las preocupaciones estéti-
nal. el retiro al hogar patrio. una reseña cada vezmás escrupulosa de
cas del Bauhaus alemán o del constructivismo ruso, el nuevo mito
todo aquello que atañe al patrimonio material y simbólico, la multi-
privilegia las figuras del futuro proyectando ciudades resplandecien-
plicación de las prácticas conmemorativas que sirven para reactivar
tes y el tiempo histórico lineal donde se pone en escena la realización
la colectividad primitiva. Por otra parte, en el caso de los efectos di-
final de una sociedad ideal; también privilegia La funcionalidad del
rectos. notemos que la sociedad de consumo instituida por la lógica nhietn. de la arauitectura y del urbanismo. Utopía y funcionalidad
-
de las necesidades de la producción y el empleo de nuevos materia- ~

designan, pues, el campo de la modernidad.


les ha modificado radicalmente nuestra concepción del objeto y ha
De entre todos los fenómenos compensadores (o de reacción) ci-
injertado en nuestra conciencia el sentido de lo efímero, así como el
temos la filosofía de Bergson, que se aplica sobre todo a la proble-

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*
EL SUJETO CLZNR4L.' SOCIO&iOi YPS/CO~~/S/(S p m CiNA NUEVA D£EWiCidNDEL 'bEOiOGLlL4 "

mática del tiempo. Esta filosofía alimenta En busca deltiempoperdj- diferente no sólo con arreglo a sus contemporáneos.sino también con '
dode Proust o también los debates en torno a la concepción del arte arreglo a todos aquellos que lo han precedido en la historia. En un
por el arte o de la autonomía del arte preconizada por otras vanguar- mundo en el que todos fuéramos modernos no habría más moderni-
dias como el expresionismo, otras tantas concepciones que denun- dad. La extrapolación de esta observación permite definir el período
cian a su manera el culto a la funcionalidad; filosofía que suscita la de la modernidad como una modernización incompleta, o sea por la
exaltación de la intuición y de la espiritualidad como vías de acceso al "sincronía de lo no-sincrónico", por la coexistencia de unas realida-
conocimiento, exaltación que pretende arruinar el culto a la razón. des que surgen de diferentes momentos de la historia. Elprocesode
En México. el Ateneo de la Juventud, primero y luego, en el decenio Kafka realiza esta estructura, según la opinión de F. Jameson:
de 1920-1930. el grupo de los Contemporáneos y, más tarde, la co-
rriente agrupada en torno a Octavio Paz, expresan los efectos de este Joseph K. es un joven banquero que vive para su trabajo, un
proceso de compensación. Pero dicha apología de lo irracional, la va- soiterón que pasa sus veladas ociosas en una taberna y cuyos
loración que hace Bergson de la interioridad o también la exploración domingos son lamentables, cuando no los vuelven más lamen-
tables todavía las invitaciones que le hacen sus colegas para
que hace Proust del tiempo pasado y de la memoria, que correspon-
que participe en reuniones sociales profesionales intolerables.
den, como decíamos, a unas posturas de compensación y de reacción
En medio de ese aburrimiento, de una modernidad organiza-
contra los efectos producidos por los factores históricos de la moder-
da, surge de repente algo un poco diferente, y es precisamente
nidad. forman parte de sistemas filosóficos o poéticos a la vez com- esa vieja burocracia arcaica que acompaíla la estructura políti-
plejos y radicalmente innovadores. Aunque, a cierto nivel, están de- ca del imperio. Así aparece una coincidencia sorprendente: una
nunciando las alteraciones de los valores provocados por el proceso economía moderna, o por lo menos que se está modernizando.
que los arrastra. estos sistemas resultan. sin embargo, profundamente y una estructura política a la antigua moda (Jameson, 1989).
marcados por los estigmas de la modernidad. Tales contradicciones
internas caracterizan sin duda la dinámica de cualquier proceso. El sentimiento de modernidad corresponde, pues, a la interio-
Quisiera tratar de explicar, sin embargo, cómo y por qué este tipo de rización por el sujeto cultural de los efectos producidos por estas di-
tensiones nacionales afecta más especialmente al sema de la moder- ferencias en el desarrollo. que son factores de conflictos más o menos
nidad. graves. Acordémonos de lo que significa originariamente la palabra
Este nuevo valor de la modernidad sólo puede surgir, en efecto, modernismo en la historia francesa: un conjunto de doctrinas que
en el contexto de una modernización incompleta. Sólo puedes sentir- pretenden renovar la exégesis, la teología y la doctrina social de la
te moderno cuando aquellos que te rodean no lo son, o, por lo menos, Iglesia para adaptarlas no sólo a la época sino más bien al estado de
no lo son todos. Sólo puedes querer ser moderno cuando te sientes los conocimientos científicos. En una Francia mayoritariamente rural
atrasado con relación a aquellos que te rodean. El concepto de mo- y donde el mito de la ciencia sólo opera en una minoría de intelectua-
dernidad no puede existir sin toma de conciencia de las disincronías. les, los integristas se enfrentan con los "modernistas". Este esfuerzo
Considerado desde esta perspectiva, el modernismo transcribe por y que hacen los unos por hacer coincidir un tiempo presente con unas
en construcciones poéticas, por y en sistemas semióticos, el proceso mentalidades ancladas en el pasado y la imposibilidad de ponerse al
sumamente complejo durante el cual la interiorización de las dife- día que caracteriza a los demás, transcriben claramente la distancia
rencias (o disincronías) y de sus consecuencias por el sujeto cultural que separa en el campo de lo simbólico dos tiempos diferentes de la
afecta a la imaginación social y rectifica sus representaciones. El hom- historia. La homogeneización que ha afectado a la sociedad francesa
bre moderno es aquel que es, o cree que es, o es percibido como ha borrado las trazas de esta fractura, pero el debate se ha desplaza-
do en el tiempo y en el espacio, destrozando la cohesión de ciertas
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sociedades que hasta ahora estaban fuera del proceso mundial de neización socioeconómica y sociocultural total. Esta visión profética
homogeneización económica y cultural. Estos dos ejemplos de produce una angustia colectiva cuyas huellas y cuyos sistemas se
integrismo que se suceden en el tiempo nos muestran claramente invierten en las construcciones, en las semióticas y en las estructu-
que el proceso de homogeneización que se extiende hoy en día al ras poéticas y narrativas. Dicha angustia, sin embargo, ya está aquí,
llamado Tercer Mundo constituye el factor esencial de lo que llama- presente en el vacío semántica del ideologema que se ha divulgado y
mos posmodernidad. Por ello, dicho período se nos presenta como que transcribe nuestra incapacidad para nombrar, designar y definir
directamente articulado con el anterior, cuyas tendencias realiza y el Tiempo en cuyos umbrales estamos.
acentúa. teniendo en cuenta que estas tendencias resultan exacerba-
das por el desarrollo lógico de los factores históricos fundadores de la
modernidad.
Pero también nos consta que este ideologema no se puede apli- Bibliografía
car, de momento. a todas las sociedades.Las estructuras macroeconó-
micas hacen surgir ciertas zonas que siguen estando en la moderni- Jameson, Fredric, "Modernity after postmodernism". en Sociocrjticism,
dad, definidas o caracterizadas por la coexistencia de disincronías, TheoriesandPerspectivesI~vol.V. 2 (no10). Montpellier, CERS,
zonas que corresponden la mayoría de veces al Tercer Mundo. El cum- 1989.
plimiento de la modernización corresponde, pues, al fin de la moder-
nidad y a la entrada en una época nueva, a la cual llamamos posmo- Mafany, Joan Lluis, "Algunas consideraciones sobre el modernismo
derna porque no sabemos cómo llamarla mejor. hispano-americano", en Points de repdre surie modernisme, Co-
Volvamos a este límite que nos haría pasar de una época a otra.
textes, no 13. Montpellier, CERS, 1987.
Este límite coincide con el advenimiento de la tercera revolución in-
dustrial. al final de la segunda guerra mundial. y con la última fase
de expansión del capitalismo internacional. Este proceso de expan-
sión reabsorbe progresivamente las últimas zonas de lo no-sincróni-
co que pertenecen a la modernidad, integrándolas en un sistema po-
lítico y cultural que el sujeto cultural presiente como totalmente ho-
mogéneo a más o menos largo plazo. Es a la proyección imaginaria de
ese espacio a lo que llamamos posmodernidad. Esta proyección ima-
ginaria y esta dimensión profética están basadas en la extrapolación
a la que se entrega el sujeto cultural a partir de lo que él mismo vive
e interioriza en su vivencia cotidiana. Esta extrapolación amputa la
imaginación colectiva de cualquier dimensión utópica y, en este con-
texto, las revoluciones sólo pueden ser simulacros (mayo del 68, mo-
vida española, liberación sexual, etc.).
Este ideologema me parece transcribir, pues, la interiorización
que realiza el sujeto cultural de una visión del porvenir que corres-
ponde al punto final del proceso que conduce hacia una homoge-
El texto literario:
"memoria viva" y morfogénesis

Hstoria y/iteratura:la formulación no es nueva y transmite una


idea ampliamente extendida según la cual una disciplina se opondría
a la otra. De esta idea se siguen dos corolarios explícitos: la pre-
dominancia de lo real sobre lo proyectado y una jerarquización de
ambas disciplinas fundada en criterios objetivos y científicos.
Antes de abordar el fondo del problema desearía exponer algu-
nas observaciones sobre la formulación misma. Se habrá notado. en
efecto, que ésta no es satisfactoria en la medida en que, si se toman
los términos al pie de la letra, opone ya sea un campo del saber (la
historia) a un campo de actividad (escribir en literatura), ya sea -si se
entiende por historia la historia que estamos viviendo- una totalidad
histórica (la historia) a uno de sus componentes (la literatura), o in-
cluso, en el plano académico, los historiadores de ..., pero ¿de qué,
exactamente? ¿A los historiadores de la literatura? Entonces, en este
caso, se trataría de un simple pleonasmo, ya que la historia de la
literatura sigue siendo historia. Por otra parte, e iba a decir sobre
todo, el campo de actividad de muchos de nosotros se halla en otro
lugar. Queda por definir este otro lugar: cosa que haré más adelante.
Retengamos por el momento esta imprecisión semántica del término
Literaturaque. unido al de Historia, mucho más preciso, remite a un
objeto de estudios indeterminado. Esta misma indeterminación in-
terviene en el efecto de sentido que convierte la Historia en una dis-
ciplina dominadora susceptible de invalidar o de confirmar las con-
clusiones de nuestros modestos trabajos. Situado entre el "creador" y
el historiador, e/unjversitanb que estudia la literatura, que no tiene
acceso al estatuto público del crítico, aparece como un diletante, como
un aficionado ilustrado de las "bellas letras", como un mecanismo deZ& Denjsóvich de Solzhenitsín, por más perfecta que sea la no:
menor, en suma. de las máquinas de producir lo cultural. Únicamen- vela desde el punto de vista de la calidad de la escritura, ¿no es tam-
te le interesa a los mass media si su actividad es parahistórica (una bién un documento excepcional sobre los presidios soviéticos? Las
biografía de Marguerite Yourcenar) o si coincide pasajeramente con Memorias de la revolucidn cubana de Che Guevara, muy cerca de
un acontecimiento cultural (la puesta en escena de las Comediasbkr- una realidad histórica sobre la que aportan valiosas informaciones,
barasde Valle Inclán en el Festival de Aviñón de1991). Los massmedLa han engendrado, unidas a otros factores, un género de relatos de
-ellos siempre- transcriben fielmente esos estatutos respectivos: vida, la novela testimonial, de carácter documental y literario al mis-
mientras que los unos brillan por su ausencia en programas televisi- mo tiempo.
vos como Ex-libris y Apos~rophes-y además, ¿qué pintaríamos en La Historia se ha beneficiado sin duda de los avances espectacu-
ellos?-. sus eminentes colegas historiadores son solicitados con fre- lares realizados, de 1960 a 1980, por la crítica de los textos y no
cuencia para producir, animar o comentar emisiones particularmen- podemos menos que felicitarnos por ello. Aparece así con toda clari-
te apreciadas por un amplio público. dad que la historia como disciplina trabaja, como nosotros, con dis-
La formulación que nos ocupa se aplica, pues, a dos tipos de rela- cursos y con representaciones, sea cual sea el documento analizado
ciones que, además, tampoco son independientes la una de la otra; (censo, inventario de biblioteca, etc.. hasta el acta oficial más banal
por una parte. como acabamos de verlo, se trata de dos disciplinas como un acta de bautismo o de nacimiento). Y este discurso como
intelectuales y pedagógicas que se definen en parte por su mutua todo discurso, y esta representación como toda representación, ofre-
oposición; por otra, plantea el problema del modo o de los modos de cen tesituras heterogéneas más o menos complejas, espacios de con-
inscripción del contexto en el texto literario. Desde este doble punto flictos, trayectos de sentido, trazados ideológicos donde se vuelven a
de vista. digamos inmediatamente que esta oposición tradicional de repartir las marcas del sujeto y los indicios de socialidad. En la medi-
que he partido oculta una redistribución de las disciplinas clásicas y da en que trabaja con interpretantes. toda nuevaHistoriaestá desti-
una nueva repartición de los objetos científicos. La literatura como nada a fundamentarse por esa precisa razón en el análisis de los dis-
enriquecedora de la historia pertenece al pasado y la concepción que cursos, que es a su vez el objeto privilegiado de la nueva concepción
se podía tener de la historia como ciencia exacta, o más o menos de la crítica de textos. Hay que revisar nuestras normas de clasifica-
exacta. hay que ponerla en tela de juicio; ya se la va poniendo en tela ción; en el plano de la explotación del material de análisis y de la
de juicio al ritmo de sus propios progresos. Progresando y por la ma- búsqueda de datos, estas dos disciplinas no están muy lejos la una de
nera misma de progresar es como la historia se acerca a la literatura. la otra.
La valorización sin reservas del documento, que era la base sagrada Entonces, ¿qué es lo que las aleja?
de cualquier reconstitución histórica, ya no está en auge. El docu- Las aleja la naturaleza de los documentos analizados. Los histo-
mento, a su vez y por fin, ha entrado en "la era de la sospecha": ahora riadores no se interesan más que marginalmente por los hechos lite-
se le sopesa, se le critica, se analizan sus diferentes componentes rarios y cuando lo hacen es, diría yo, por coquetería. Desconfían de la
semánticos, se le aborda desde un punto de vista semiótico. psíquico, literatura como si se tratara de un universo esencialmente ficticio y
incluso psicoanalítico o antropológico. El documento se ha vuelto -al mentiroso, demasiado subjetivo para ser creíble, demasiado alejado
fin- texto y se ha vuelto discurso. de la realidad para dar testimonio. Semejante desconfianza me pare-
Además, esto no se aplica Únicamente a la manera como ciertos ce basarse en una concepción errónea tanto del hecho literario como
historiadores han optado por examinar sus documentos, sino tam- del documento de archivos. Este Último, como hemos visto, no es
bién a la emergencia de nuevas corrientes literarias. Un dfa enla vida nunca neutro, ni absolutamente objetivo, ni absolutamente claro en
E T&WC L T Z . . O '>ifci~oRIAVIVA" Y AfORFOC&FSi5

la medida en que. entre otras cosas. va unido siempre a una práctica que organiza su dinámica en torno a una serie de estructuraciones '
que tiene una función determinada en la sociedad. Por otro lado, la que se actualizan y se potencian por turnos. Voy a ilustrar este punto
excesiva valorización del efecto estético, demasiado tiempo conside- con algunos ejemplos que ya he desarrollado desde otra perspectiva
rado a la vez como criterio de clasificacióny como objeto privilegiado en De ['engendrement des formes (1990).
del análisis, nos ha hecho olvidar que el texto literario es el docu- En Los olvidados de Buñuel, la instancia narrativa se propone
mento que posee la mayor riqueza informativa, aunque sus informa- implícitamente denunciar los hogares de miseria que se esconden
ciones sean transmitidas con formas más o menos complejas. Se tra- "tras [los] magníficos edificios" de Nueva York, París, Londres. Pero
ta, como escribía en sustancia 1. Lotman, de la forma más económica este programa, que consiste en develarlo que está ocukoy donde se
posible de acumular información. Si se me permite hablar de mi ex- actualiza por consiguiente el primer polo (descubrir) mientras que
periencia personal diré que, sin ser historiador, ai término de una viene a ser potencial su contrario (esconder), se encuentra reprodu-
lectura semiótica atenta de El Buscón he aprendido mucho, no sólo cido negativamente en el desarroUo diegético donde se trata de no
sobre los datos socioeconómicos y sociopolíticos de la Segovia de prin- denunciarque Jaibo ha asesinado a un pretendido soplón, es decir,
cipios del siglo XVII, sino también sobre la función precisa de la In- que esta alternancia de la dominación de los dos polos es ya percep-
quisición tanto en la sociedad como en la imaginación colectiva de la tible en la propia diegesis: Julián es acusado de haber denunciado a
época. Jaibo (actualización del opuesto descubrir quedándose en potencia
Esto no quita que haya que buscar la calidad de esta información su contrario en forma de una negación: "yo no denuncio a naidien
ahí donde se encuentra y no en elementos sueltos, inconexos, o en [sic]").La consigna, recordada con firmeza por el asesino, consistirá a
zonas superficiales del texto. Desde este punto de vista, ¿cómo no partir de ese momento en callar ese crimen y en hacer que callen los
señalar la responsabilidad que han tenido las críticas positivistas o personajes susceptibles de denunciarlo M o r a , pico de cera, L..] ni
neopositivistas en el proceso de desconsideración de la actividad lite- hablar del otro. [...] Lo mejor es que te escondas. [...] Como sueltas la
raria al contentarse con rastrillar los reflejos más evidentes del con- lengua de que me vistes por aquí te mueres..."). Y ese juego de alter-
texto, parcelando y desestructurando así la "capacidad informativa" nancia de dominación estructural reaparece en la problemática psi-
del texto? Ahora bien, un elemento textual aislado, considerado en coanalítica donde, en la represión, por ejemplo, queda en potencia el
sí, fuera de cualquier relación con otros elementos próximos o leja- descubfl? que a su vez se actualiza en los lapsus del texto cinemato-
nos, pierde toda significación. Sus potencialidades de significación gráfico. También se le encuentra en los fenómenos de exhibicionismo
son tanto mayores cuanto más compleja sea la red -o las redes- en la (las piernas de Merche, de la madre de Pedro, o en la manera como el
que se integra. Pero no adquiere su plenitud como portador de senti- tullido exhibe su miseria física) y, correlativamente, de voyeunsme.
do más que al término de un proceso de reconstitución del dispositi- Se ve, pues, claramente, como toda una red semiótica se extien-
vo semiótico. Este dispositivo semiótico en cuya institución participa de a partir de esta estructura generadora. Pero, aun siendo "madre
es el que le confiere su auténtica carga de socialidad. Dicho de otro de todos los sentidos", ésta no deviene sentido más que en las reali-
modo, es el sistema semiótico y únicamente ese sistema el que pue- zaciones fenotextuales de si misma. Y cada una de sus realizaciones
de explicitar el sedimento de socia/idad memorizado en el texto. Ahora permite que acceda a la significancia un conjunto que se encontraba
bien, acceder a ese sistema implica que se hayan descodificado co- en estado latente en el genotexto. Al memorizar una estructura, es
rrectamente las claves de transformaciones semánticas, semióticas e decir, una unidad mórfica, el texto literario almacena por contigüidad
ideológicas de los discursos heterogéneos que él mismo reestructura todos los campos morfogenéticos en cuya constitución participa esta
y redistribuye. Porque ese dispositivo semiótico es un conjunto vivo unidad elemental. Ahora bien, es evidente que cuando tales campos
morfogenéticos se ven convocados así, reactivan amplias fracciones También he estudiado en otro artículo, escrito en colaboracidn
de la realidad social coetáneas al proceso de almacenamiento de la con Monique de Lope (19901, un corto episodio del Libro de/ buen
información. es decir, al proceso de memorización del tiempo de la amor que, entre otros elementos, pone en escena la mediación y
escritura. muestra como ésta se deja ver, a nivel diegético, bajo un aspecto
Creo que he podido demostrar a propósito de la estructura del negativo y engañoso, mientras que en el centro del dispositivo se-
Periquilfo Sarnientd que se trataba de una estructura testamentaria. miótico se halla convocada con su forma auténtica por medio del tex-
En efecto. la novela es presentada explícitamente como el testamen- to crístico de la salvación y del sacrificio divino.
to espiritual de un padre de familia destinado a sus huos. pero el He definido estas estructuraciones por medio del término ideo-
relato de vida del protagonista se ha confiado a un albacea que final- semaso elementos mórficos que deben vincularse con prácticas so-
mente decide hacer público este testamento espiritual. Esta decisión ciales o discursivas. La experiencia que he podido adquirir en el dorni-
lleva a despojar en cierto modo a los herederos de lo que les corres- nio del análisis de textos me conduce a pensar que es sólo la estruc-
ponde y, debido a ello, la noción de herencia, teóricamente actualiza- turación -y nada más- el elemento vector de cualquier memorización
da en un determinado punto de la diegesis -el momento en que Pe- y de cualquier producción de sentido. El que esta estructura no sea
riquillo. moribundo. dicta sus disposiciones testamentarias- es suplan- perceptible más que en los fenotextos que la realizan y el que estos
tada por una concepción del bien público en cuanto se toma la deci- fenotextos la deconstruyan cada uno a su manera, es decir, en fun-
sión de editar y publicar el texto. "Potenciada", pues, a este nivel. ción de las regularidades y las normas de los respectivos niveles en
dicha noción se reactualiza. sin embargo, varias veces en la serie de los que funcionan, hace difícil la formulación de dicha estructura. En
testamentos que dan el ritmo al relato, en la figura central del padre, efecto, el análisis sucesivo de los diferentes niveles desemboca a me-
en la serie de sustitutos de la figura del padre, en la de las micro nudo en formulaciones aproximadas que no parecen forzosamente a
autobiografías. En otros pasajes en cambio. el problema de la filia- primera vista reductibles a una definición Única. Aun estando regi-
ción está planteado en términos de ruptura, lo cual neutraliza provisio- das por la misma matriz semiótica (que yo llamo estructura o unidad
nalmente la actualización del concepto de herencia remitiéndolo a lo mórfica), las sistemáticas que organizan el tiempo o las descripcio-
meramente potencial. Hallamos este mismo juego estructural bajo nes del espacio o, incluso. las funciones actanciales del relato ponen
apariencias divergentes que crean, entre otras, equivalencias semán- en juego articulaciones diferentes que ocultan los contornos de lo
ticas entre. por una parte. la herencia, el dinero, la M a d e M&, la que se repite. Sin embargo, esta imprecisión semántica no es siem-
Madre Naturaleza y la metrópolis y, por otra, el mérito, el trabajo, la pre imputable a la especificidad de las diferentes categorías textua-
independencia económica y política. les analizadas. Para ilustrarlo tomaré el caso de Cumandá. de Juan
Constato, pues. que una misma estructura donde alternan las León Mera.'
dominaciones respectivas de dos polos opuestos es apta para dar cuen- En el relato opera, tanto a nivel de las macro secuencias como en
ta tanto del pensamiento reformador del Siglo de las Luces, que pone el de los roles actanciales, una función central idéntica: la transgre-
en tela de juicio el mayorazgo, como del discurso fisiocrático y antimo- sión; en cambio las descripciones del espacio valorizan la sistemática
netarista y hasta, incluso. del proyecto de independencia económica del tránsito de un espacio a otro espacio. En cuanto al texto mítico,
de la América Española. es decir, es apta para dar cuenta de todos los éste se organiza en torno a la transición de un antiguo mundo a un
problemas cruciales. de las preocupaciones principales, de las tensio- mundo nuevo (ritos agrolunares y figuras del acto cosmogónico). La
nes sociales que caracterizan el México de las primeras décadas del superposición de estos diferentes análisis hace aparecer el esbozo de
siglo XIX. una matriz genética que se estructura en torno a un núcleo semántico

' Cros, 1988. Cros, 1989.

- 134 - - 135 -
complejo (TransgresióISTransicióny sus contrarios) con el cual se rios. Estas parejas de contrarios son los productos de la coincidencia
articula a la vez la semiótica de la autoridad y del orden (a nivel na- conflictiva de discursos contradictorios, una coincidencia conflictiva
rrativo, la transgresión <- vs -> respeto de la norma/ y la dinámica que será considerada como el elemento fundador del texto. Hay que
del eterno retorno (niveles del espacio y del tiempo míticos, transi- suponer a este respecto que estos discursos -que entran en conflicto
ción <- vs -> inmoviismoi.Me parece que no basta, en el caso que al principio del texto- transmiten serios debates de sociedad, proble-
nos ocupa. refugiarse detrás de una explicación etimológica que po- mas fundamentales en los que se hallan implicados intereses socia-
dría convertir la transgresión en una simple transición, ya que esto les de fundamental importancia. En ese sentido pueden convocar
conduciría a una pérdida de sentido que reduciría todos los resulta-
amplias fracciones del panorama social susceptiblesde depender tanto
dos de nuestros análisis a un problema de tránsito de un lugar a otro
de la historia de las mentalidades como de las estructuras socioeconó-
o de un espacio a otro. En lugar de confundir estos dos conceptos
asimilándolos. puede resultar más útil dejarles su respectiva pleni- micas. Estos discursos están presentes en el texto en forma de micro-
tud de sentido e interrogarse sobre el mecanismo semiótico que los semióticas y10 de microsemánticas programadas y regidas (sobre todo
hace deconstruirse uno dentro del otro. Y, en efecto, cuando después las primeras) por las estructuraciones que he evocado más arriba y
de haber descrito de este modo el dispositivo semiótico construido que organizan a su vez el dispositivo semiótico global.
por la novela -un dispositivo regido por esa doble estructura- se in- Las estructuras seleccionan, pues, datos que por razones históri-
tenta percibir cómo se encuentra memorizada la historia en él, se cas precisas se han impuesto como esenciales en la medida en que
comprueba que para el sujeto transindividual que aquí se expresa, lo han concentrado tensiones sociales en fórmulas abstractas. Se las
cfcfico,es decir, la vuelta a la situación política abolida por el asesina- puede considerar como concreciones sociohistóricas que sólo deman-
to de García Moreno. implica la desobediencia civil y la transgresión dan ser reactivadas para desplegar toda la amplitud de su problemá-
de la ortodoxia católica y conservadora, valor fundamental de dicho tica, de sus contradicciones internas y de sus implicaciones. Estas
sujeto transindividual; en suma, que esa vuelta implica necesaria- estructuras condensan datos, los jerarquizan, los organizan, y consti-
mente una transgresión ideológica. Queda claro, pues, que la trans- tuyen así el medio privilegiado por el texto para almacenar informa-
gresión deviene la primera condición de la transición. Transición y ción. Pero hay que ponerse de acuerdo sobre la naturaleza de esta
transgresión son obligatoriamente complementarias. información. Porque toda la información no corresponde al mismo
Me he detenido en este ejemplo para poner en valor un primer nivel. Distinguiremos por una parte los residuos de la supuesta mí-
nivel de complejidad del funcionamiento mórfico. Se trata en reali- mesis, reflejos aparentes de la realidad, que son los señuelos habi-
dad, en este caso. de dos unidades mórficas diferentes, las cuales
tuales de la crítica positivista o neopositivista, y, por otra, la informa-
dependen de dos conjuntos discursivos contradictorios. Por esto es
ción que nos interesa, la cual está situada a otro nivel y tiene una
por lo que no había que confundirlas.
La manera como se articulan la una con la otra transcribe la inte- importancia completamente diferente. La primera corresponde a efec-
riorización de una contradicción ideológica puesto que, para llevar a tos secundarios de los que la escritura no se ha desembarazado, efec-
cabo el retorno al antiguo orden, es necesario infringir un valor so- tos poco o mal integrados en la producción de sentido y es por ello
cial, esto es, la obediencia civil. Contradictorias "fuera del texto", no además que quienes se contentan con hacer el inventario dan siem-
lo son forzosamente en el texto: estas dos unidades mórficas pueden pre la impresión de quedarse al borde de lo esencial. En oposición
actuar cada una, ya sea de manera autónoma, ya sea en conjunción. con ésta, la segunda se ha transformado en vector de la semiosis. En
El sedimento de socialidad que evocaba más atrás se encuentra, la medida en que participa en la fundación del texto, se inscribe en su
pues, memorizado en el texto cultural a través de una serie de abs- morfogénesis con la que se confunde. Ésta es la razón por la que esta
tracciones organizadas en forma de otras tantas parejas de contra- misma información se desarrolla a todos los niveles del texto y, en
este proceso en el que no cesa de perderse para reproducirse, de
deconstruirse para reaparecer en fenotextos diferentes, extiende sin
cesar los límites de su capacidad de legibifidad social, es decir, ex-
tiende los límites de la capacidad que tiene para añadir.información a
la información. Como materia textual esencialmente activa, la mane- Materialismo y discurso
ra como ella funciona en el centro de la producción de sentido des- literario: una poética materialista
multiplica su capacidad informativa. Lo cual quiere decir que cada
categoría textual lee a su manera estos elementos mórficos y que al
leerlos así los obliga, en cierto modo, a "rendir" cuentas de una parte
de lo que han almacenado en la memoria, posibilitando así el acceso El campo abierto por esta perspectiva puede parecer, a primera
del genotexto al sentido.
vista, extremadamente amplio en la medida en que el discurso litera-
Si se aceptan mis tesis sobre el funcionamiento del dispositivo
rio implica dominios de investigación que son, sin duda, convergen-
semiótica y, especialmente, sobre el rol genético que en él desempe-
tes y se articulan los unos con los otros pero que, sin embargo, conti-
ña el almacenamiento de la información, se comprenderá que este
núan siendo distintos: problemas institucionales, problemática del
enfoque critico pueda ser considerado capaz de proporcionar acceso
sujeto en su relación con el lenguaje y con la ideología, prácticas
a datos inapreciables para la reconstitución histórica.
sociales y discursivas, concepción de la cultura, etc., son otros tantos
campos de análisis que debemos abordar desde un Único punto de
vista filosóficosi deseamos al menos ser coherentes; pero la "sociali-
d a d , es decir, lo histórico y lo ideológico, se inscribe en cada uno de
Bibliografía
estos campos de diversas maneras, de ahí que debamos restringir
Cros. Edmon, "Espace et genétique textuelle: consciente magique et nuestra reflexión precisando qué aspecto del discurso literario se va
idéologie dans 'Cumanda"', Écrire f'espace, imprévue, 1985-1. a tratar. Yo me limitaré aquí a lo que se ha convenido en llamar la
p.7-35. especificidad del decir literario.
A l hablar de 'histórico" y de "ideológico", interpreto el primer
."De la structure testamentaire aux valeurs fonda- término como 'que remite al materialismo histórico", es decir, al pen-
mentales du liberalisme dans 'El Periquillo Sarniento"', Mé-s samiento de Marx, lo cual me lleva a plantear dos cuestiones:
offrtsaMauriceMolho, Paris, Editions Hispaniques, 1988, Vol.11, 1. ¿Puede existir una perspectiva materialista que no sea el mar-
p.265-279
xismo?
De I'eBgendrement des formes, Montpellier, CERS. 2. ¿Constituye el marxismo un instrumento adecuado para dar
1990. cuenta de la literatura?
Dentro del marco del materialismo histórico, retendremos dos
et Monique de Lope. "Débat idéologique et incidence premisas:
du carnavalesque dans 'El Libro del Buen Amor'", Lecturessocio- 1. El discurso literario es un acto social que emerge en y de un
critiques. Domaine de ia langue espagnole, sociocritcism, 11- contexto histórico determinado y que, en última instancia, se articula
1 2 , 1990, p.49-69.
por ello mismo con la infraestructura.
AL+TERIALiSI<O Y DISCURSO Ll7ERARIO: POR W A POhi01 dI4TERlWSZi

2. La infraestructura y la superestructura no evolucionan al mis- Al mismo tiempo, Goldmann reconoce, de manera aparentemen-
mo ritmo. Lo económico y lo cultural poseen, pues, sus tiempos y sus te contradictoria, tener una deuda con los primeros escritos de Lukács
historias propias, lo cual implica que están vinculados por relaciones e t les formes, Théorie du roman), tan frecuentemente califi-
que no son ni mecánicas ni sistemáticas. cados de heréticos por los marxistas ortodoxos. En L'ame e t les fir-
Admitido lo anterior como hipótesis de base, el problema persis- mes(l910). que señalaría 'una fecha esencial en la historia del pen-
te. ¿Cómo se inscribe lo social en el texto, es decir, con qué formas? samiento contemporáneo",2Lukácsdescribe, en efecto, con el térmi-
¿Por qué medios? ¿Cómo funciona en el texto cuando se ha inscrito no de firmas, totalidades que corresponden a lo que será en Goldmann
en él? ¿Existe. en un discurso literario determinado, una relación el concepto de estructuras~gm%icat;vaSin embargo, para Lukács esas
entre, por una parte, el volumen de informaciones de carácter social formas expresan las diferentes modalidades de la relación entre el
inscrito en el texto y, por otra, el grado de literariedad susceptible de alma humana y lo absoluto; son formas a-históricas, a-temporales,
provocar unjuicio de valor estético? ¿Puede existir una poética mate- de ahí la paradoja que yo señalaba.
rialista que responda a todas estas preguntas?
Nada en efecto puede parecer a primera vista más alejado del
marxismo y de cualquier sociología que esta concepción de las
esencias como estructuras significativas a-temporales. Y sin
1- La respuesta que propone el estructuralismo genético
embargo, ha sido a partir de esas obras como se han elaborado
Lucien Goldmam respondería afirmativamente a esta última pre- cierto número de análisis que han permitido constituir los pri-
gunta puesto que para él la visión del mundo de un sujeto transin- meros elementos de una sociología positiva de la literatura y
dividual determinado sólo se realiza en las obras maestras, lo cual de la filo~ofia.~
implica que el valor estético de un texto depende del grado de cohe-
Goldmann cita a este propósito, además de los trabajos posterio-
rencia de la visión del mundo que la escritura haya sabido realizar.
res de Lukács, sus propios estudios sobre la filosofía de Kant, sobre
Ahora bien. Goldmann piensa que su enfoque se sitúa en la línea
Pascal (Pensdes)~sobre el teatro de Racine desarrollados a partir de
ortodoxa del pensamiento de Marx, cuando califica el materialismo
L'Jme etlesformes, así como el estudio de Kohler sobre Chrétien de
dialéctico de "estructuralismo genético generalizado" fundamentado
Troyes, desarrollado a partir de Théore duroman?
en tres conceptos esenciales: "los de estructura dinámica significati-
Sin embargo, para Goldmann 'el paso más importante hacia un
va, de conciencia posible (Zugerechnetes-Bewussteidy de posibili-
estudio marxista de la literatura" es la descripción de la estructura
dad objetiva". Uno y otro implican
significativa novelesca que propone Lukács en Théorie du roman. En
la afirmación de que todo hecho humano se presenta a la vez esta obra, publicada en 1920 pero redactada probablemente durante
como una estructura significativa comprensible mediante el la primera guerra mundial, Lukács caracterizaba la forma novelesca
análisis de las relaciones constitutivas entre los elementos que por la comunidad que vincula al héroe con el mundo (comunidad
la componen (elementos que son a su vez y a su propio nivel fundada en la degradación común de uno y otro con relación a los
las estructuras significativas del mismo tipo) y como elemento valores auténticos que gobiernan la obra) y por su antagonismoradi-
constitutivo de un cierto número de estructuras más amplias
que lo contienen y lo integran.'

' L. Goidrnan. "Introduction aux prerniers écrits de Lukács" en G. Lukács, La


théonk do roman, Paris. Gonthier, 1967, pág.157.

- 140 -
cal fundado a su vez en la naturaleza diferente, incluso opuesta, de esencial; son perfectamente homogéneps uno con respecto a
asta degradación (el mundo está radicalmente degradado mientras otro y pueden por ello desempeñar funciones completamente
que esos valores son vividos por el héroe de manera problemática). distintas sin agrietar el edifi~io.~
Por eso es por lo que, entre otras cosas, la novela "se presenta como
La transformación de los puntos de orientación trascendentales
una estructura dialéctica caracterizada por el hecho de que nada en
es el principio creador de géneros literarios y este principio constriñe
ella es unívoco".
las formas a estructurarse de manera específica. Así es como en el
Partiendo de esta descripción, Goldmam propone un análisis mar-
drama moderno el estado del héroe
xista y dialéctico de la forma novelesca: considera, en efecto, que
esta descripción e s se ha vuelto [...] polémico y problemático. E..] El problema je-
rárquico de la vida y de la esencia que constituía un a pflori
rigurosamente homóloga a la descripción del mercado liberal informador para el drama griego y que, precisamente por ello,
tal como ésta ha sido elaborada en Elcapita/(especialmente en no podía jamás convertirse en objeto de la acción, se haüa in-
los pasajes sobre el fetichismo de la mercancía) de manera que serto en el propio proceso trágico; divide el drama en dos mita-
la relación conocida desde hace tiempo entre la historia de la des absolutamente heterogéneas cuyo único lazo es su nega-
novela y la historia de la burguesía se vuelve, si no completa- ción y exclusión recíprocas, a un nivel polémico...7
mente, al menos parcialmente compren~ible.~
Y este acento polémico ocasiona la hinchazón excesiva del liris-
mo puro.
2- La perspectiva de Bajtín En un artículo publicado e n 1924.' M. Bajtúl distingue. por una
parte, las formas del contenido, que son en cierto modo englobantes,
¿Ha influido Lukács también en Bajtín? Éste, como se sabe, co- constituyen una totalidad y son calificadas de formas arquitectónicas
menzó a traducir Théorie du roman en 1919 y, haya o no estado in- y, por otra, las formas del material que se articulan con las preceden-
fluido por su autor, e s necesario señalar cierta coincidencia entre las tes sin confundirse con ellas y que son designadas como formas de la
definiciones que uno y otro dan de la formade los géneros literarios. composición. Así es como la visión trágica del mundo correspondería
Para el autor de L'ame et les formes, la forma trágica, que e s el a las formas arquitectónicas que se realizasen e n la materialidad del
producto de una cosmovisión. determina la arquitectura interna del texto de la tragedia por medio de la especificidad del diálogo, del
texto: un héroe solitario incapaz de comunicar con los demás seres, léxico, de las opciones sintácticas. etc. Ahora bien, la forma arquitec-
sometido a las leyes implacables de un Dios ausente, no puede expre- tónica de la tragedia de Bajtín se caracteriza, lo mismo que la visión
sarse sino por medio de diálogos cuya función comunicativa se redu- del mundo trágica de Lukács, por su carácter a-histórico, por el he-
ce a su más simple expresión. En la tragedia, e n efecto, el destinata- cho de que el conflicto central no depende de una dimensión tempo-
rio del mensaje e s sólo en apariencia el personaje a quien se dirige el ral o espacial concreta, lo cual explica que el tiempo histórico, la de-
héroe. El verdadero interlocutor es ese Dios silencioso. Asimismo
el coro tiene como sentido artístico el conferir vitalidad y pleni-
&
tud a la esencia que se sitúa más allá de toda vida. [...] En la La théorie du mman, edición citada. pág.34.
tragedia griega. protagonista y coro surgen del mismo fondo ' Ibid, págs.35-56.
M. Bajth. "Le probleme du contenu du matériau e t de la forme dans I'ceuvre
littéraire" en Esthétigueetthéo~i~dummm,Paris, Galliard. NRE Bibliothdque
des Idées, 1978, págs.21-82.
EL SIJJZTO C ( n m ; S O C l O C ~ I C 4Y P S ( C O ~ ~ S ~ S iII1TERIALISA~OY DISCURSO LITMO..'FOR LmrA PLh?C4 WTZh'JXISDi

terminación exacta del espacio o la complejidad de los acontecimien- por las relaciones que unen un discurso literario determinado, situa-
tos, sean considerados 'como elementos no pertinentes, proscritos, do en el espacio y en el tiempo, precisamente con ese tiempo y con
además, por la famosa regla de las tres unidades (de tiempo, de ac- ese espacio claramente circunscritos? ¿Es posible, en este caso, re-
ción, de lugar). También desearía señalar que el interés que Lukács currir a los conceptos del esquema materialista que Lukács y Bajtín
muestra por las formas a-temporales no le impide evocar el contexto: aplicaron a los géneros literarios? Se admitirá, en efecto, que en este
Esta transformación de los puntos de orientación trascenden- caso las dificultades son mayores, puesto que se trata de descubrir
tales somete las fuerzas literarias a una dialéctjca historico- los efectos más o menos inmediatos del contexto en la escritura.
Nosófíca. L.1 Es posihle. por otra parte, que el cambio concierna Hemos de volver a Goldmann. que se lanzó a esta aventura en Le
precisamente al pflnczpium srfisarionis del género que funda- Dieu cachécon el éxito que conocemos. Conviene decir. sin embargo,
menta toda determinación, de tal modo que a la misma volun- que en este análisis Goldmann se interesa más bien por una corrien-
tad creadora corresponden, de manera necesaria y en virtud te literaria que por una obra determinada. y que los textos de Racine
del condicinamiento h~storico-flosófíco,diversas formas de y de Pascal que examina en él se manifiestan como realizaciones par-
~reación.~ ticulares de la cosmovisión trá@ca estudiada por Lukács, realizacio-
Cualesquiera que sean las contingencias o necesidades histó- nes que Goldmann tiene, no obstante, el mérito de articular de ma-
ricas de las que ha surgido, el coro tiene como sentido artístico nera concreta con un contexto histórico y sociológico. Su incontesta-
el conferir vitalidad y plenitud a la esencia que se sitúa por ble éxito es exponente de la validez y de la eficacia del aparato con-
encima de é1.lo ceptual que había elaborado Lukács y, por ello mismo, del papel que
Al permitirnos evacuar los juicios de alcance ideológico que se este último ha desempeñado en la elaboración de una poética mate-
han emitido sobre el joven Lukács, aparece entre éste y Bajtín una rialista.
coincidencia que nos autoriza a plantear el problema de la relación Sin emhargo, y a pesar de todo lo que LeDieu cachédebe al autor
entre marxismo y literatura en nuevos términos. Sin duda, hasta el de L'Jme etlesformes, Goldmann es inferior a su maestro y a Bajtín
momento. sólo se trata de los géneros literarios. pero para Lukács y en dos puntos:
Bajtín éstos están perfectamente definidos como estructuras signifi- 1- Debido a su concepción de la visión del mundo como estruc-
cativas dinámicas que se articulan ellas mismas con los conjuntos tura significativa coherente y monolítica, desprovista de todo dina-
que las generan y cuyas evoluciones programan sus propias transfor- mismo, Goldmann mutila el sistema de pensamiento que toma pres-
maciones. Estas estructuras son, por otra parte, de naturaleza dialéc- tado de lo que en él constituía el elemento central, esto es, la dimen-
tica y, por consiyuiente, espacios de contradicción. sión dialéctica. Goldmann sólo encontrará esta dimensión cuando,
La evolución de los géneros no puede plantearse más que en tér- tras abandonar el concepto de visión del mundo, escriba Pour une
minos de (muy)larga duración; ello explica sin duda el que la relación socjologje du roman.
que vincula esta evolución al contexto histórico no pueda ser circuns- 2- Goldmann no articula la estructura interna del texto ni las
crita con toda la exactitud deseable y produzca la impresión de deri- realizaciones sociosemióticas con la estructura significativa que pro-
var hacia la a-temporalidad. ¿Qué sucede cuando nos preguntamos pone, laguna que él mismo reconoce en un artículo de 1967.
En 1967 precisamente, Julia Kristeva hará descubrir Bajtín al pú-
blico universitario y esta aportación permite plantear en nuevos tér-
e
La théorie dumman, pág.31. El subrayado es mío. minos el problema de la relación entre sociedad y literatura. Kristeva
'O Ibid, pág.34. pone de relieve varios elementos del pensamiento de Bajtín:
AtoTEXIALISMO Y DISCURSO LIiEWARIO.' FOR Wrl FOhIG4 AC4TERWSiX

1- La palabra literaria no es un punto dotado de un sentido fijo, que el concepto de homología no puede ser un recurso aceptable más
sino una intersección de superficies textuales, el diálogo de varias que cuando se examinan objetos heterogéneos. Este concepto no es
escrituras (del escritor, del destinatario...). oertinente cuando se trata de un corpushomogéneo.
2- La historia y la sociedad son textos que el escritor lee y en los Yo desearía situar mis propias reflexiones teóricas con relación a
que se inserta al re-es'cribirlos. De este modo la historia se inscribe y estos puntos de referencia. Aunque también ellas pretenden elaborar
se manifiesta en la infraestructura del texto. una poética materialista, debo precisar no obstante que mis reflexio-
3- La estructura que instituye la escritura se construye en rela- nes se desarrollaron en su origen en una perspectiva postgoldmaniana
ción con otras estructuras o en oposición con ella. y no en la continuación de las teorías de Lukács o de Bajtín. La crítica
Como sucede a menudo, las proposiciones de Bajtín han sido es- de ciertos puntos del estructuralismo genético me ha conducido, en
quematizadas y truncadas. Así es como el concepto complejo de po- efecto, a elaborar proposiciones susceptibles de integrarse en el dis-
lifonía. que incluye, entre otros elementos, los discursos específicos positivo de Bajtín y que conciernen al mecanismo que rige la inscrip-
que constituyen la historia y la sociedad, respectivamente concebi- ción de lo social en el discurso literario considerado desde el ángulo
dos como textos en sí. ha sido reducido a una simple noción de inter- de su especificidad.
textualidad. entendida ya no en el sentido original que Kristeva había Volveré a tratar punto por punto cuatro elementos:
querido darle cuando sintetizaba con este término el pensamiento de
Bajtín. sino y de manera más reductora en muchos casos, como un a- La noción de estructura significativa
simple juego de referencia entre un texto en curso de elaboración y
Sin olvidar que la estructura significativa del discurso literario es
uno o varios textos anteriores.
el producto de estructuras englobantes, me he preguntado por el me-
La crítica formalista no ha utilizado la mayoría de las veces más
canismo de constitución de esta estructura. En este contexto, yo es-
que elementos aislados de este esquema interpretativo, elementos
tablezco una relación entre esta estructura y sus realizaciones
desconectados del conjunto del que se derivan su pertinencia y su
fenotextuales que permiten a la estructura el acceso al sentido, rela-
eficacia. Así es como se ha visto ocultada, desideologizada en cierto
ción que coincide en parte, y únicamente en parte, con la que, para
modo, la dimensiónmaterialista de estas proposiciones teóricas. Ahora
Bajtín, une la forma arquitectónica con las formas de composición.
bien, la aportación de Bajtín permite pasar de una poética materialis-
ta de los géneros a una poética materialista del discurso literario,
b- La historia y la sociedad como textos
debido sobre todo a dos proposiciones que ya he evocado:
1- El nuevo estatuto que atribuye a la palabra y al discurso como Para colmar la brecha aparentemente abierta entre, por una par-
espacios potenciales de diálogo y de conflictos, pone en evidencia la te, la naturaleza de la Sociedad (o la de la Historia) y, por otra, la
heterogeneidad de la trama textual y valoriza esta heterogeneidad, naturaleza del texto como objetos de estudios científicos, brecha que.
haciendo de ella el transcriptor esencial de la socialidad en el texto. repito, había conducido a Goldmann a recurrir a la noción de homo-
2- El hecho de considerar la historia y la sociedad no ya como logía, he creído poder privilegiar la noción de representación, noción
objetos descriptibles en términos abstractos sino como textos, cons- a la que reduzco las prácticas sociales, generadoras ellas mismas de
truye un corpushomogéneo que yo llamaría nivel socio-discursivo y prácticas discursivas. Así establecidas, estas prácticas sociales y
que permite desembarazarse del concepto golcimaniano de homología. discursivas pueden ser analizadas como conjuntos susceptibles de
En efecto, la homología daba por supuesto una dualidad de objetos una aproximación semiótica y poner así de manifiesto las articulacio-
irreductibles entre la sociedad y el texto literario, en la medida en nes que las estructuran.
c- La dimensión dialéctica
Los diferentes análisis de discursos literarios y cinematográficos
que he llevado a cabo me han demostrado que dichas estructuras
mantienen entre sí relaciones de contradicción, y que es de este jue-
go de contradicción de donde procede el dinamismo de la producción El'Cartero de Iveruda:
de sentido. Llamo ideosemas a estas estructuras elementales. de la novela de Skármeta a la película
d- La polifonía
De lo que precede se deriva que esas prácticas sociales intervie-
nen como textos en el dialogismo. No cabe duda de que el habla, La novela de Skármeta aparece en 1986, dedicada a Matilde Urru-
entendida en sentido amplio. es un espacio donde se entrecruza una tia: "inspiradora de Pablo Neruda y a través de él de sus humildes
relativa multiplicidad de voces, pero conviene siempre jerarquizar
plagiarios". Comprende veinte fragmentos de irregular importancia
sus impactos respectivos; desde este punto de vista, mi parecer es
(de dos a diez páginas, más o menos), con un prólogo y un epílogo. En
que ese juego textual, trivializado con el término de intertextualidad,
el prólogo, un personajelnarrador se describe a sí mismo como un
sólo desempeña un papel secundario. El intertexto es convocado por
periodista encargado de una crÓnicacuItura1en un periódico "de quinta
la morfogénesis y no participa en ella más que de manera pasiva.
Muy al contrario. esos estratos discursivos que llegan de horizontes categoría" y un autor frustrado que no puede nunca terminar las no-
no literarios y que parecen no tener la vocación de entrar en la velas que tiene empezadas. Mandado a La Isla Negra por su director
literariedad, esas 'representaciones de la historia y de la sociedad a para investigar la vida sexual de Pablo Neruda, quiere juntamente
las que me refería más arriba, desempeñan un papel fundador y lo llevar a cabo esta investigación y terminar una novela, de la cual ya
desempeñan precisamente por medio de los ideosemas (cf. supra, tiene escritas las veinte primeras páginas, con la intención de obte-
cap.9). ner un prólogo del poeta. Su expedición fracasa: Neruda no quiere
El estatuto polifónico que, con sobrada razón se ha atribuido al recibirlo y empieza a rondar en torno a la casa del poeta y a la gente
habla, despoja al sujeto de su autoridad. contribuye a evacuar las que la frecuenta. Así es como conoce a sus personajes y más es-
nociones de conciencia, intencionalidad y autor en beneficio de las pecialmente al protagonista Mario Jiménez y a su mujer Beatriz, la
de escritura y texto. Obliga a privilegiar definitivamente los niveles cual le pide insistentemente que escriba la biografía de su marido. El
del inconsciente y del no consciente. Se encuentra, pues, en pleno texto que viene a continuación es el producto de una gestación de
corazón del dispositivo de la crítica moderna, pero aún es más esen- catorce años. Este narrador tiene de sí mismo una imagen poco
cial en el marco de una poética materialista en la medida en que este halagueña:
dialogismo es de naturaleza esencialmente dialéctica.
yo seguí adscrito a metaforones trajinados en el periodismo,
lugares comunes cosechados de los criollirtas, adjetivos chi-
llantes malentendidos en Borges y sobre todo aferrado a lo que
un profesor de literatura describió con asco: un narrador om-
nisciente.
Este ~rólog0evoca pues una prensa que s e alimenta de escanda- cap.7 - noviembre de 1969:Neruda aceptaser el candidato del
los: partido comunista a la presidencia de la república; pasan 2
días entre el momento en que recibe el telegrama en que se lo
Se trataba de asaltar la paz costeña del poeta Pablo Neruda y, a
propone (cap.5) y su salida para la capital (cap.7).
través de entrevistas con él. lograr para los depravados lecto-
res de nuestro pasquín algo así, palabras de mi director, "como cap.9 - 22 de enero de 1970: Allende es el candidato de la
la geografía erótica del poeta". En buenas cuentas, y en buen Unidad Popular.
chileno, hacerle hablar del modo más gráfico
- posible, sobre las cap.10 - 4 de se~tiembrede 197O:Aüende sale elegido.
mujeres que se había tirado cap 11 - nowembre 1970:Neruda nombrado emba~adoren París.
De esta forma el narrador se presenta como el doble del protago- - Bodas de Mario y Beatriz.
nista que, él también, va a tratar de obtener una dedicatoria de Neruda marzo de 1971: transformación del bar en restaurante.
y que viene pintado como un plagiario y un poeta mediocre. La des- marzo de 1972: el restaurante funciona desde hace un año.
cripción de los amores bulliciosos de Mario y Beatriz se sustituye pues cap.13 - diciembre de 1971: manifestación de las cacerolas
a la evocación de la vida erótica de Pablo Neruda. Estos dos elemen- vacías.
tos (Mario y los amores de la pareja) son, digámoslo así, dos "lugar- octubre de 1972: Huelga de los camioneros.
tenientes" (des tenants-lieu): el primero, como mediocre poeta, evo- cap.15 - octubre 1971: Neruda recibe el premio Nobel.
ca y representa al periodista/narrador, mientras que, por su parte, la cap.16 - aqosto de 1973: Neruda regresa a Chile.
pareja Mariomeatriz remite al poeta y a Matilde cuya relación amoro- Mario decide participar en el concur-
sa debía ser investigada por el periodista so de poesía.
En el epílogo, el narrador s e sitúa e n México muchos años des- cap.17 - 11de septiembre de 1973:golpe de estado.
pués del desenlace de la historia contada ("Años después, me ente- El laureado del concurso es procla-
ré..."). El conjunto del prólogo y del epílogo constituye un cuadro para mado supuestamente el 18 de sep-
la narración que acentúa la distancia entre el tiempo implicado por el tiembre.
relato y el tiempo de la escritura. cap.19 - a y 24 de septiembre =muerte y exequias de
Veamos ahora a qué referente sociohistóricb remite el texto. En Neruda.
el apartado que sigue. las bastardillas subrayadas corresponden con cap.20 - 24 de septiembre: Se arresta a Mario.
las fechas que nos da el relato; las demás fechas vienen reconstituidas,
ya sea gracias a las relaciones intratextuales identificables (por ejem- Con arreglo al ritmo de la narración podemos distinguir tres par-
plo: "dos meses después...", índices señalados por letras redondas tes:
corrientes). ya sea por referirse el contexto a unos acontecimientos 1- los diez primeros capítulos cubren quince meses,
políticos e históricos conocidos (la manifestación de las cacerolas va- 2- del capítulo 11 al capítulo 1 5 (5 capítulos) está evocado el pe-
cías por ejemplo; bastardillas sin subrayar e n este caso). ríodo de la presidencia de Allende, o sea, tres años,
Los hechos referidos se extienden desde junio d e 1969 al 24 de 3- los cinco últimos capítulos cubren más o menos dos meses.
septiembre de 1973. de la manera que sigue: La composición de la novela construye una puesta en escena dra-
mática. La primera parte privilegia el tema amoroso, la creación poé-
cap.1 - N o de 1969:Mario Jinénez es contratado como car-
tica y las escenas costumbristas (las escenas e n que se enfrentan la
tero de Neruda.
madre y la hija, la madre y el futuro yerno, la madre y Neruda). El
tono es ligero. vivo y a veces incide en cierta comicidad. En la última ficadas por un sujeto cultural en cuya memoria colectiva están gra- '
parte, al contrario. se acumulan los episodios dramáticos: la enfer- badas. En el texto que acabamos de examinar, y que en el primer
medad de Neruda, su muerte, el entierro, el golpe de estado, la re- plano incide en una parodia de crónicas impúdicas con un trasfondo
presión. Dicha antítesis venía resumida perfectamente en el prólogo: político, está convocado un discurso sobre la memoria y sobre el pro-
Por aquellos días en que cronológicamente comienza esta his- ceso inexorable que poco a poco la lleva hacia "los territorios del olvi-
toria -que como los hipotéticos lectores advertirán parte entu- do".
siasta y termina bajo el efecto de una honda depresión- el di-
rector advirtió que mi tránsito por la bohemia había perfeccio-
nado peligrosamente mi palidez.
Diez años más tarde, la película trastorna las coordenadas del
La evocación de la presidencia de Allende se caracteriza por la
espacio y del tiempo: transpone la intriga a una isla italiana y, fuera
manera algo confusa con que se encadenan los puntos de referencia
temporales: la manifestación "de las cacerolas vacías" y la entrega de la pareja de Pablo y Matilde, todos los personajes son italianos; el
período de la vida del poeta evocado por el nuevo texto se amplía
del premio Nobel hacen regresar el desarrollo lineal del relato. Lo
notablemente. Las primeras imágenes del noticiario que supuesta-
político cobra una importancia cada vez mayor, el ambiente se dete-
mente corresponden con el periodo evocado conciernen la llegada
riora hasta en el seno de la familia:
del poeta exiliado a una estación de ferrocarriles italiana, lo cual nos
Al buscar una mirada solidaria de Beatriz que apoyara su ex- remite al giro que hace éste en enero de 1951 por Florencia, Torino.
presión ofendida. no encontró otra respuesta que un mohín Milano, o al momento en que proyecta afincarse en Italia, o sea, en
severo de ella. -Mi mamá tiene razón, dijo con tono que por 1952. Amenazado de ser expulsado por un decreto del ministro Scella.
primera vez le hizo sentir al muchacho que en sus venas corría Neruda recibe el apoyo de una parte de la opinión pública y después
la misma sangre de la viuda ... de una serie de manifestaciones populares. especialmente en Nápoles.
Es necesario hacer hincapié en esta antítesis que pone de relieve se cancela el decreto. Neruda visita a Gabriela Mistral que reside en
algunos elementos céntricos del relato para mejor entender lo que Roma y se establece en Capri hasta el fin de su exilio (agostode 1952).
está en disputa en la película: en el mismo centro de la novela y en el Regresa a la isla aparentemente seis o siete años más tarde, si se
trasfondo de la historia amorosa están profundamente implicados la tiene en cuenta la edad aparente del hijo de Mario. El segundo noti-
dominación política de la Unidad Popular y el papel simbólico desem- ciario incluido evoca la muerte trágica del cartero, pero las circuns-
peñado por Pablo Neruda en Chile durante este período. Lo que llama tancias que podrían explicar la violenta manifestación popular du-
la atención, sin embargo, es el tono moderado con que se reconstituye rante la cual resulta asesinado Mario no quedan aclaradas. Ahora
este drama nacional, el cual juntamente con el matiz humorístico bien, proyectando en un contexto -que sería el de 1952- la entrega
casi siempre presente. confiere al relato cierta aparente distancia. La del premio Nobel, que va a intervenir veinte años más tarde, y pasan-
violencia impúdica de las escenas de amor parecen relegar al tras- do repentinamente del año de 1952 a los años 1960-1962, la película
fondo del relato la problemática política, contrastando con el pudor yuxtapone unos episodios de la vida del poeta bastante distantes los
con que vienen evocados los acontecimientos trágicos del mes de unos de los otros. Suprimiendo el encadenamiento de las causas y de
septiembre de 1973. los efectos, borra los puntos de referencia, aniquila cualquier traza
Tales son las mayores características de la inversión del tiempo de un tiempo histórico identificable. Convoca, sin embargo, la memoria
histórico en la novela: las huellas del pasado sólo pueden ser identi- colectiva con la inserción de algunas imágenes sacadas del archivo
EL CARTERO DE NERUDA' DE LA NOLELA DES&mA A LA PdCDZA

cinematográfico (la llegada del poeta a una ciudad italiana, la mani- das partes saludando al amigo fiel que se quedó en invierno a
festación reprimida) y con la aparición e n el desenlace del hijo de la vivir con la otra isla, la isla verdadera, piedra sencilla rodeada
víctima. Desconectado de esta forma, el presente de la narración es por la espuma terrenal. Allí escribí gran parte de mis libros
un presente atemporal. más desconocidos: Las uvasyel v j e B t o L..] De allí salieron tam-
Tampoco el espacio parece referirse a un sitio preciso. Pero se bién Los versos delcapiráB [...] Aquellos días de Capri fueron
trata de una isla italiana donde anidan las dos parejas de enamorados fecundos, amorosos y perfumados por la dulce cebolla medite-
(Pablo/Matilde- Mario/Beatriz). Para la imaginación colectiva y en el rránea ...
contexto de la biografía de Neruda. esta isla sólo puede ser Capri. En Esa isla italiana está siempre asociada a la figura de Matilde y a la
Capri en efecto empieza el poeta la colección de Las uvas y el vieBco,
pasión de Neruda por ella. El traslado de una isla (La Isla Negra) a
donde canta su reconciliación con Matilde, "la pasajera de Capri":
otra (Capri) desplaza. sin embargo, la significación del texto original.
¿de dónde, planta o rayo Aunque el espectador no la identifique forzosamente como Capri, es
de dónde. rayo negro o planta dura, un estereotipo del discurso amoroso por ser una isla italiana. Los en-
venías y viniste cantos de la metáfora y el rol seminal de la poesía lírica están siem-
hasta e1 rincón marino? pre e n el primer plano, y Neruda resulta plasmado, de manera casi
sombra del continente más lejano exclusiva, como el poeta del amor. Los elementos que remiten al campo
hay en tus ojos, luna abierta de la política siempre quedan alusivos y atemporales; las secuencias
en tu boca salvaje, supuestamente sacadas del archivo fílmico no son explicadas ni co-
y tu rostro es el párpado de una fruta dormida. mentadas por una voz en off, y el personaje político desacreditado
por no haber cumplido con sus promesas, no es identificable con arre-
El pezón satinado de una estrella es tu forma,
glo a una eventual postura política.
sangre y fuego de antiguas lanzas hay en tus labios.
La interpretación de todos estos elementos atañe a otro nivel, el
En Capri compone Los versos del capicán, cuya primera versión nivel de los clichés de la modelización fílmica. Pasando de lo escrito a
se publica en Nápoles en 1952. Capri viene evocada también e n &Cra- la imagen, en efecto, hemos pasado de una modelización a otra. Cuan-
czgario; do evocaba más arriba el papel desempeñado por Capri en la vida y
También estuve en Capri amando obra de Neruda. me situaba e n el campo de lo literario; es evidente
como los sultanes caídos, que la intertextualidad así sacada a luz sólo puede funcionar si pro-
mi corazón reconstruyó yectamos la película sobre la poesía de Neruda. pero objetivamente
SUS camas y siis carreteras no e s pertinente si sólo me atengo a la película. En este caso, sin
pero, ia verdad, ¿por qué allí? embargo, aparecen otras relaciones que me remiten a un precons-
¿qué tengo que ver con las islas? truido fílmico. Así e s como, mientras que en la novela el diputado
Labbé es responsable del arresto y luego de la muerte de Mario por la
Numerosas son las evocaciones. Citemos "Los días de Capri" en
DINA, los enfrentamientos políticos en la película vienen tratados de
Para nacer h e nacido.
manera ligera y evocan la serie italiana de Don Ca&. Lo mismo
Sitio de predilección para mis trabajos fueron aquellos días de pasa e n las secuencias de los dos noticiarios que filman unas mani-
Capri [...l. la vegetación, matorrales y gramíneas, sale porto- festaciones populares y que convocan un Corpus de películas com-
EL s u m o C C L Z ~ Js :o ~ r o Y
~Psirn~iv&~~s
~ z ~ EL CARTERO DE NERUDA: DE LA NOVFW D£ 5hhILWA A LA PELfCÚZA

prometidas (como Z d e Costa Gravas por ejemplo). Estas distintas El mito está constituido por la pérdida de la calidad histórica
connotaciones contribuyen a la edificaciónde la figura mítica del poeta de las cosas; las cosas pierden en él el recuerdo de su fabrica-
comprometido,juntamente poeta de la pasión amorosa y portavoz de ción. El mundo entra en el lenguaje como una relación dialéc-
los humildes. ("Ledolía el sufrimientoy la miseria, no sólo de su pue- tica de actividades, de actos humanos: sale del mito como un
blo sino de todos los pueblos; todas las luchas por combatirlas eran cuadro armonioso de esencias. Ha operado una prestidigita-
suyas y se entregaba entero con toda su pasión". Rosario de la Cerda ción que ha trastrocado lo real. lo ha vaciado de historia y lo ha
en Los versos de/ capitán.) llenado de naturaleza, que a las cosas les ha quitado su sentido
La modelización fílmica es el espacio donde surge y se desarrolla humano de tal forma que signifiquen una insignificancia hu-
un proceso de mitificación cuyo funcionamiento quisiera tratar de mana. La función del mito consiste en expeler lo real: se trata
entender, re-examinando, desde esta perspectiva, los diferentes ele- literalmente de un flujo continuo, una hemorragia o, si preferi-
mentos redistribuidos en este proceso. La desaparición o/y la esfu- mos, una evaporación, total, una ausencia notable C...] E1 mito
mación de los puntos de referencia espaciales y temporales son, en es una palabra despolitizada. (Barthes, 1957, pág. 230)
este caso. importantes y significativas.Los acontecimientos del "tiem- En lo que se refiere a las secuencias intercaladas, la manera con
po histórico" que tengo reconstituidos en la novela de Skármeta sólo que vienen tratados el color y la luz las designan. según el código
son legibles. es decir, identificables como "efectos-signos", con arre- fílmicovigente, como unos documentos de archivo. Ellas también nos
glo a un sujeto cultural definido por su pertenencia a una comunidad remiten a algunos clichés o, por lo menos, a algunas representacio-
histórica. Fuera de ciertos medios ambientes que han conservado su nes familiares que nos interpelan. Formando un díptico de contrastes
memoria por motivos profesionales o ideológicos (el medio académi- se trata, por una parte, de una muchedumbre bulliciosa y alegre, y,
co por ejemplo), ni la huelga de los camioneros, ni la manifestación por la otra, de una muchedumbre que protesta antes de ser violenta-
de las cacerolas vacías, ni siquiera "la isla negra" tienen sentido para mente reprimida. Pero estas representaciones están, como ya lo decía-
los demás sujetos culturales, o. por lo menos, de utilizar la distinción mos, desprovistas de cualquier significación, ya que no están situa-
sugerida por Roland Barthes (que voy a comentar a continuación). das en el contexto que las podría justificar y explicar; no ofrecen nin-
estos diferentes significantes sí tienen un sentido pero no tienen sig- guna traza de la historia que las ha producido. En la medida en que
nificación. E1 mismo proceso genera el desplazamiento de la preci- connotan algo ya conocido revelan y exhiben la intención que las
sión geogrifica desde la localización original hacia un espacio simbó- colocó aquí para que se transformaran en unas generalidades que ya
lico construido por "unas imágenes pobres, incompletas, en donde el no significan. Volvamos otra vez a Barthes: "Pues esta palabra que
sentido resulta bien desengrasado. listo para una significación: cari- interpela es juntamente una palabra petrificada: en cuanto me llega,
caturas. pastiches, caricaturas, etc..." (Barthes, 1957, pág. 213), o se detiene. gira sobre sí misma y recupera una generalidad". (pág.211)
sea. en el caso que nos interesa, el mar, la isla, el mediterráneo solea- Como archivo, estas imágenes representan a la historia pero no son
do. el universo sencillo de los pescadores cuyo conjunto evoca la sede la historia. Es una historia robada y restituida bajo otra forma: "Sólo
poética del amor, del sueño, de la paz y de la felicidad, otros tantos que la palabra que se refiere no es exactamente aquella que se ha
objetos mágicos que el cine comercial nos propone consumir. Este robado: refiriéndola no queda exactamente en su sitio". (pág.211)
traslado de una modelización a otra ejemplifica perfectamente lo que Se me puede objetar que hay otra lectura posible de la película,
dice Roland Barthes de nuestra sociedad burguesa, a la cual conside- que le permite a quien sabe y conoce los datos implicados reconocer
ra como el campo privilegiado de las significaciones míticas cuando lo que él sabe en aquello que se le propone, pero esta misma objeción
escribe en MitoIog;as: conforta mi punto de vista. El mito, en efecto, abre siempre dos líneas
de lectura. Para tratar de demostrarlo tengo que acudir otra vez al mito está constituido por la llegada de un sentido. prosiguien-
brillante análisis desarrollado en Mpthologes, donde Barthes nos do con la metáfora espacial cuyo carácter aproximativo ya ten-
explica que el mito está constituido por dos sistemas semióticos en- go subrayado, diré que la significacióndel mito está constitui-
garzados el uno en el otro; el primero viene desfasado con arreglo al da por una especie de molinete incesante que alterna el senti-
segundo, pero los dos están organizados según un esquema tridimen- do del significante y su forma, un lenguaje-objeto y un meta-
sional (significante-significado-signo).El signo, que es la resultante lenguaje, una conciencia puramente significantey una concien-
-por decirlo así- del primer sistema viene a ser el significante del cia puramente imaginante; esta alternancia viene constante-
segundo sistema y, por lo mismo, se puede hablar de dos sistemas mente recogida por el concepto que se sirve de ella como de un
desfasados el uno con arreglo al otro. Este significante es el término significante ambiguo, juntamente intelectivo e imaginario, ar-
final de la primera cadena, y en esta función se le llama sentido, y el bitrario y natural. flbid, pág.208)
término inicial del segundo,y como tal se le Uarna forma. El significante Esta deformación del sentido procede, entre otros motivos, del
del signo es. luego, el sentido y la forma: en este tránsito de un sen- carácter fundamental del concepto mítico que es ser idóneo. Con eso,
tido lleno a una forma vacía adviene el mito. Antes de ir más adelante regreso a lo que decía del sujeto cultural al comienzo de este análisis.
veamos lo que ocurre en la película. La puesta en escena del perso- La novela de Skármeta sólo es legible por un sujeto cultural que ha
naje de Neruda, sus conversaciones con Mario, la influencia que ejer- asimilado en su imaginación social un contexto socio-político, cuyos
ce sobre él y los demás, su importancia de manera general, sus co- "efectos-signos"(Paul Ricoeur) quedan presentes en su vida cotidia-
mentarios sobre la metáfora, etc., constituyen un "lenguaje-objeto" na. Al cine comercial, que va a la deriva del ultraliberalismo, no le
que construye un sentido que basta de por si, y me puedo contentar interesa este tipo de público. Él tiene que construir, al contrario, re-
con esta lectura. Sin embargo. este sentido postula que Neruda tiene presentaciones baladíes que estriben en un saber "confuso, formado
una historia de compromisos políticos y de combates ideológicos, una
por asociaciones fofas, ilimitadas", o en "una condensación informe,
vida que se ha desarrollado en un contexto preciso, entonces, puedo nebulosa, cuya unidad y coherencia dependen sobre todo de la fun-
reconstituir otro sentido llenando los silencios de la película, pero en
ción" flbid, p.204). o sea, de las necesidades que le impone el impe-
este caso no puedo dejar de percibir ese reverso vacío del significante
rialismo de los circuitos de distribución. El proceso que acabamos de
que es la forma. Hemos visto cómo, pasando de la escritura a la ima-
sacar a luz revela, en el caso presente, la expropiación que afecta a
gen, el tiempo y el espacio se transforman en coordenadas confusas;
un sujeto cultural definido por su pertenencia a una comunidad his-
cómo este contexto se empobrece, se disipa, llegando a construir unos
tórica y que resulta de esta forma despojado de su historia, de su
conceptos míticos que atafien al nivel de las esencias: el Amor, la
memoria y de sus valores auténticos. Pero revela también la distancia
Poesía y su función seminal para la imaginación. "Viniendo a ser for-
que separa, desde este punto de vista, una modelización de la otra, la
ma, el sentido aleja su contingencia, se vacía, se empobrece, la histo-
función objetiva determinante que desempefia lo visual como repro-
ria se evapora, sólo queda la letra". flbid, pág. 203). Este funciona-
ductor ideológico en una sociedad adicta al ultra liberalismo y las
miento revela cómo y por qué las dos posibilidades de lectura no de-
amenazas que este reproductor ideológico ejerce sobre la integridad
jan de abrirse la una y la otra según y conforme voy enfocando el
del sujeto cultural.
objeto a partir del sentido del sistema primero o a partir del significante
del mito:
Debemos siempre acordarnos de que el mito es un sistema
doble. se produce en él una especie de ubicuidad: el inicio del
Bibliografía
Barthes, Roland. Mythofogies, Paris, Seuil. coll. Points, 1957. (Todas
las traducciones del capítulo son mías)
Skármeta, Antonio. El carrero de Neruda, Barcelona, Plaza y Janés.
Edipo y el sujeto cultural en
1986. La ISiston2 oficialde Luis Puenzo

Ya en las primeras secuencias, la película abre dos espacios: el de


la institución escolar y el de la familia, que sin cesar van a alternar
de manera directa o a través de sus prolongamientos narrativos o
simbólicos; espacios de enfrentamientos, de tensiones, represiones y
subversión, obsesionados el uno y el otro por las sombras de una
verdad ausente.
Esta verdad implica la identidad, la identidad nacional o la iden-
tidad de Gaby. El comienzo es significativodesde este punto de vista:
con el himno nacional se pone en escena el rito de la identidad nacio-
nal mientras que van pasando los nombres de los créditos e, inme-
diatamente después, con la primera hora de la clase, la profesora se
presenta a sí misma ("Mi nombre es Alicia Manet de Ibáñez") y pasa
lista de los alumnos. Es de notar lo que ella dice de la memoria: "Nin-
gún pueblo podría vivir sin memoria [...] La historia es la memoria de
los pueblos...". El pueblo y el individuo desaparecen (no sobreviven)
si pierden la memoria y la canción de Gaby retoma la misma idea:
en el país de no me acuerdo
doy tres pasos y me pierdo
un pasito para aiií
no recuerdo si lo di
un pasito para allá
y ¡qué miedo que me da!
en el país de no me acuerdo
doy tres pasitos y ime pierdo!
Gaby se nos presenta de esta forma como desprovista de cual-
quier identidad, perdida, o mejor dicho, desaparecida("mepierdo [...]

- 160- - 261 -
EDIPL) Y EL S U J ' CLZlURU E N L A HISTORIA OilCIhL D8LLIISPUWZO

me pierdo"). Se trata de una clave que permite la decodificaciónde la asesinato de Mariano Moreno. oficialmente muerto en el mar, con las
matriz de significación y que se repite en la última secuencia: "por- desapariciones de los padres de Gaby y, de manera más general, con
que ya me olvidé/ donde puse el otro pie". Gaby sigue en el final de la los "desaparecidos" ("Los desaparecidos. que digan dónde están los
película tan desconocida como al principio. Dice Alicia en efecto: "por- desaparecidos"); homología que supone que pasemos por alto las
que yo quiero saber si Gaby es su nieta o la nieta de otra abuela..., o especificidades de las circunstancias y, luego, los contextos socio-
de una que ni siquiera tiene fuerzas para dar vueltas a la pirámide políticos respectivos. La ocultación y la revelación se actualizan o
con una foto". quedan en potencia alternativamente conforme a una ley general del
Aunque remiten a unas circunstancias históricas dramáticas, su funcionamiento semiótica que ya he explicado.
El impacto del sema de la desaparición implica ciertas modalida-
estatuto y su destino reescriben el proceso de reconstitución de la
des de la presencia y de la ausencia que convocan la obsesión de la
conciencia nacional argentina pervertido por las falsificaciones, las
mirada, miradas del que sabe, de quien sigue buscando, investigan-
mentiras y los olvidos, de tal modo que la niña es la alegoría del
do las pruebas y los testimonios. miradas que se apartan. ¿Es posible
pueblo argentino. El uno y la otra no son lo que se dice que son: su creer en lo que no se ve? "Los chicos ya no creen como antes". ¿Es
"historia oficial" no es su historia auténtica. Frente al discurso de la posible no creer en la realidad de lo que se ve, negarse a ver? "Siem-
institución reproducido por la profesora de historia, los alumnos, re- pre es más fácil creer que no es posible, ¿no?".
presentantes de una nueva generación, contestan con un contra-dis- El mismo sema contamina el cuestionamiento de la culpabilidad:
curso que cuestiona sus fuentes de información ("Esteoficial... bueno "Ana no tiene nada que ver C...] Yo no tengo nada que ver¿eh? ¡Te
el libro de texto dice sólo que [...l. y también en ese documento dice digo que no tengonada que ver/Nada que ver[...1 ¿Quétenemos que
eso de que...) y reproduce unas tesis que contradicen las versiones vernosotros con todo eso? f...]¡Claro que tenemos que ver!"La rea-
,oficiales ("pero si a Moreno lo envenenaron"...). La evocación de este lidad de los acontecimientos se desvanece en lo hipotético ("si se los
último enfrentamiento se sitúa entre el cuento de la pintura mágica llevaron por algo habrá sido [...],me lo habrás contado vos") o lo inde-
que "hace que las cosas no se vean", o sea, que hace desaparecer de terminado ("No por nada lo mataron ... por algo vivía con un subver-
la vista unos objetos cuya presencia, sin embargo, perdura, y las mani- sivo..."), lo cual implica otra vez unas zonas de sombra en donde se
pulaciones del mago que, entre otras, transforma una tortilla flameada van perdiendo tanto las identidades de los actores como las causas
con ron en una paloma, lo cual significa que él confiere a la realidad de los hechos. Con esta estratificación discursiva se han de relacio-
unas formas y unas apariencias diferentes y engañosas. Lo Iúdrico de nar ciertas características formales y, más especialmente. el manejo
de las luces, las siluetas que súbitamente ocultan la pantalla, les
la niña sigue trans-codificando los mensajes merced a la equivalen-
surcadrages(sobre-encuadres), los personajes que salen al campo de
cia que establece entre, por una parte, la desaparición, la ocultación,
espaldas, como si quisieran ocultar sus caras, los interiores oscuros,
la manipulación. el olvido y, por la otra, la aparición, la revelación, la
los encabalgamientos de secuencias que dificultan la comprensión
memoria, la desocultación. inmediata (se oyen ias voces sin ver de quienes son) y, sobre todo,
Reconstituir una historia auténtica implica que se saque a luz, esta primera imagen de la película en la que se nos aparece, entre
que se rescate del olvido esta parte de la historia nacional o indivi- dos labios abiertos, desgarrados, como cortados por una navaja, el
dual ocultada hasta ahora por la historia oficial. Sin embargo, el texto título que, de esta forma, parece ser pronunciado sin que se lo pueda
se construye a partir de una filosofía de la historia que privilegia las oír; espacio de la palabra en el que el grito silencioso sería sacado por
constantes aparentes, imaginadas o reales: así es como relaciona el la fuerza, rasgón que implica negativamente la espontaneidad de la
EDPO Y EL SUJETO CLn7WML W LA HISTORIA OFICIAL DE LUIS PUENZD

voz y luego su autenticidad. En el trasfondo y más allá del título, el la lengua para que no hablara..."), de la detención de los supuestos '
ascenso de la verdad, el acceso a la autenticidad, el caminar a ciegas padres de Gaby ("Y bueno, algunos vecinos cuando se los llevaban
de aquella que, en los dos niveles individual y colectivo. está conde- dicen que el incendio pudo no haber sido intencional...").
nada a ser el instrumento de la redención. En ciertos planos, la banda sonora y las imágenes convocan en
Con las distintas modalidades de la presencia hacen juego los unos espacios cerrados los indicios de un exterior que, por contraste,
varios modos del ver, desde la lucidez hasta la ceguera consciente- se presenta como un espacio de libertad y de vida. Tal es el caso del
mente asumida. Ver y acordarse implican un acto de voluntad, la ce- incipit donde los ruidos de la calle y más especialmente del tráfico
guera y el olvido suponen renunciaciones y complicidades. (bocinas de los carros...), las evocaciones respectivas del avión y del
tren connotan significativamente la evasión. remiten al ruido de las
cadenas rotas de que se trata en el himno ("Oíd el ruido de rotas
cadenas") y la expansión hacia un mundo de fraternidad ("Y los libres
Cuando los labios del título se abren asoma una imagen este- del mundo responden/fd gran pueblo argentino: ¡Salud!").Lo exterior
reotipada del interior de las cárceles, frecuente en las películas poli- es la evasión, el camino al aeropuerto, el exilio de los refugiados po-
cíacas. de tres altavoces clavados en una vega que además figura la líticos, Caracas donde vive Clara, Nueva York, París. Bolivia; hay que
rama horizontal de una cruz. Nos vemos introducidos, por tanto, en añadir que un cuarenta por ciento de las secuencias vienen con un
un universo carcelario; dicha comparación entre un liceo y la cárcel alumbrado de noche o de atardecer.
se repite más tarde, pero explícitamente y referida a otro liceo, con Entre estos dos conjuntos semióticos -encierro, ceguera, tinie-
una observación de Alicia: "¡Qué horrible era ese edificio del liceo! blas vs apertura, lucidez, luz- el sentido circula, se renueva, rebota
Por Dios. ¿Te acuerdas que Clara lo llamaba la cárcel?", a lo que Ro- de la denotación a lo simbólico, del plan concreto al espacio ideológi-
berto le contesta que esta observación se aplica también al liceo don- co. A este nivel, la polarización básica (Interior/Exterior)se concreta
de ella da clases: "Se parece al nacional donde das clases ¿no? [...] Sí, bajo la forma de una oposición entre la exclusión y la inclusión. Re-
es de la misma época... ¿Las ventanas no tiene rejas ahí? -Alicia: gresemos otra vez al incipjtdonde la inclusión se manifiesta perfec-
Tienen... Sí, ¡es verdad! No me había dado cuenta". En tal trasfondo tamente en la ceremonia patriótica con el círculo de los participantes
se levanta el himno nacional: supuestamente unidos por un mismo fervor y cuyo esquema se repite
con la comunidad de los alumnos, con el grupito de la gente de nego-
Oíd. mortales. el grito sagrado
cios, por lo menos antes de que se rompa, con el grupo de las ex--
Libertad! Libertad! Libertad!
alumnas de colegio antes de que se desgarre, en el hogar de Alicia o
Y los libres del mundo responden la familia de sus suegros o la familia de Sara. En la mayoría de los
casos, sin embargo, la cohesión inicial viene a desplomarse o se nos
Esta oposición es recurrente, trátese de la madre de Macarena presenta como superficial, como es el caso durante el himno nacional
("¿Sabes que la mamá de Macarena todavía no se puede ir deljardín? con los alumnos del liceo cuyos semblantes irónicos o indiferentes
L...] hoy se quiso escapar y Maqui no la dejaba..."), de la prisión de son significativos.
Ana. de lo que dice Mariano Moreno sobre "la libertad de su país", "la En los tres niveles en que se va desarrollando la temática (cole-
libertad de la prensa", "la libertad del pensamiento", de la evocación gio, familia, nación), la cohesión y la unidad de las colectividades
de los secuestrados, de las amenazas que se dirigen a Macci ("Pero implicadas sólo aparecen bajo la forma ideal de unos valores auténti-
¿cómo va a ir preso, Macci?"), de la evocación de la liberación del Río cos y se actualizan, al contrario, los fraccionamientos y las fracturas.
de la Plata. del encarcelamiento de Castelli (''en la cárcel le cortaron Remito, en la secuencia de la primera clase de Alicia, al círculo que
EL SUYETO CULTURAL: SOCIOCR~CX Y ZSICOAV&;S Y EL SUJE70 CULíUR4L I W L A HISTORIA OFICIAL DE LWS PUEMO

se forma en torno a Cullen, designándole de esta forma como margi- figura, obligatoriamente solitaria, para que asuma el mal colectivo y'
nal y excluido a pesar de la constante solidaridad que caracteriza al que, para poder cumplir con esta función, debe ser inocente; se sacri-
grupo. Los excluidos son primero los subversivos que amenazan las fica o se la sacrifica para salvar a sus semejantes y, por lo mismo, es
instituciones (la familia, el colegio...) y todos aquellos que han sido por antonomasia el símbolo de la solidaridad. Desde este punto de
detenidos, torturados, matados o que han desaparecido (por el otro vista es interesante notar que Gaby confunde los dos adjetivos
lado es también Macci aparentemente sacrificado por sus cómplices). ["- Alicia: Dolores debe estar contenta de tener una amiga solidaria
Articulándose con los textos semióticos que acabo de definir aso- como vos. - Gaby: ¿Qué es solitaria?"]y aplica esta ambigüedad se-
ma el problema céntrico de la culpabilidad. ¿Cuáles son las víctimas mántica a Ana calificada por ella de solitaria: "Ana: iGaby es divina!
y ¿quiénes son los culpables? Aquellos que parecen ser culpables no Dice que soy la amiga solitaria -Alicia: Pobre, no puede decir "solida-
reconocen su responsabilidad: tal es el caso de Roberto que, varias ria". Le gusta la palabra y la mete donde puede". Gaby confunde los
veces, afirma que no tiene nada que reprocharse o de los cómplices dos términos, los dos términos están confundidos en su persona. Ella
de Macci que se echan para atrás cuando es perseguido por la justi- es la amiga solidaria/solitaria de Ana. Remítase además a la secuen-
cia. cia tomada en la iglesia, precedida por la visita de Alicia al hospital:
Los nifios son las víctimas: "Y es tu otra guerra, dice Enrique a su cuando termina ésta Flora pregunta a Alicia: "Usted ¿busca un bebé
hermano Roberto. ... La guerra que ganaste vos con los de tu bando; no?" y en el mismo momento en que se oye el sí de Alicia se oye
¿Quién la perdió. hermano?... Los pibes! Los pibes como los míos. también el inicio del Agnus Deipronunciado por el sacerdote. Una
Porque ellos van a pagar los dólares que se afanaron y los van a pagar vez más se encaballan las secuencias, produciendo un efecto inrne-
no comiendo y no pudiendo estudiar. Porque vos no vas a pagar, cla- diato al sobreponer los dos términos de bebé y Agnus Dei. Este efecto
ro, ¿qué vas a pagar, vos? Si vos no sos un perdedor..." La línea divi- se va prolongando con la misa a la cual asisten Alicia, Gaby y Rober-
soria pasa entre los padres y los hijos. La nueva generación viene to: éste lleva en los brazos a Gaby mientras el sacerdote repite tres
presentada como subversiva: "¡Todos los hijos le salieron subversi- veces el Agnus Dei: "corderode Dios que quitas los pecados del mun-
vos!", y los adolescentes son los que están encargados de despertar la do". En este plan, ¿es Roberto el buen pastor o el pecador que ofrece
conciencia de Alicia. el cordero emisario para rescatarse?
Pero el texto fílmico plantea la cuestión de manera ambigua, a El rito del sacrificio emisario confunde no sólo a los culpables y a
primera vista. Véase lo que dice Ana a Roberto de Pedro, supuesta- los inocentes sino también, y sobre todo, el Bien redentor con el Mal
mente asesinado en la cárcel después de haber sido torturado: "Si era redimido. Desde este punto de vista, si nos atenemos a la lógica del
igual a vos, la otra cara de la moneda. Por eso es que él te odiaba funcionamiento textual, Pedro no puede ser una víctima emisaria y es
tanto como vos lo odias a él". Además del sentido explícito que es significativo que Ana sí lo sea, como símbolo por antonomasia de la
inútil comentar, vale la pena observar el proceso de indiferenciación inocencia ya que no había tenido ninguna actividad subversiva. El
que asimila a las víctimas con los verdugos y que opera también cuan- Bien absoluto debe redimir el Mal pero, a su vez, ei Mal es el espacio
do, hablando de sí misma, dice Ana: "Nunca lo había contado. Lo de la indiferenciación y de las responsabilidades colectivas ('bmnes
escribí una sola vez para la comisión... ¡Qué increíble! ¡Me siento una rnassa luti facti sumus quod est massa peccati'! san Agustín, La
culpable!" Ciudad de Dios). Estas responsabilidades están ocultadas y han de
Este nivel discursivo reproduce un elemento formal que está en desaparecer en los territorios del olvido: esta postura viene transcrita
el seno del dispositivo semiótico. o sea, la figura de la víctima emisaria. en la película y en el desenlace; la propia víctima repite este último
Cualquier colectividad cuya cohesión está amenazada recurre a esta mensaje: "En el país de No me acuerdo". Las fracturas y los conflictos
'
discursivos más agudos aparecen en este plan con toda nitidez. El sido ocultada y que la revelación de la identidad auténtica acarrea un
rito de la víctima emisaria sirve para reconstruir la cohesión de una sacrificio individual. Mucho más importante es el motivo de la oculta-
colectividad, pero implica también una capacidad de olvido que vie- ción: consecuencias de la opresión política y de la ausencia de liber-
ne a pervertir la memoria. En este caso, ¿qué pasa con la identidad tad en el caso de Gaby, y tratar de liberarse del destino en el caso de
de un pueblo? Tal pregunta nos remite a la primera clase de Alicia. Edipo. Para reencontrar la coincidencia de los dos esquemas debe-
En contra de lo que podíamos pensar a partir del zRapit el texto, en mos acudir al desenlace:
este plan por lo menos, se adhiere a la concepción tradicional de la -al final de su encuesta, Edipo descubre que él mismo es respon-
historia oficial.La canción que canta Gaby al comienzo y en el desen- sable de las calamidades que agobian a Tebas: se sacrifica a sí mis-
lace de la película abre dos líneas de lectura totalmente opuestas, mo.
alimentadas por dos prácticas discursivas contradictorias. Regresar - para reconstruir la unidad nacional argentina se necesita una
al olvido y a la ocultación en contra de lo que aparentemente preten- víctima emisaria: Gaby es sacrificada.
día evitar el mensaje fílmico en sus primeras secuencias, ¿significa No podemos pasar por alto, sin embargo, las diferencias entre los
que Argentina no puede escaparse de su destino que la condena a dos esquemas: Edipo es juntamente aquél cuya identidad está oculta,
tener una historia mutilada y pervertida? El camino emprendido por el que investiga y el que se sacrifica. En La Historia oficiales Alicia
la colectividad nacional para tratar de escaparse de este destino, ¿la quien investiga, Gaby el personaje cuya identidad está oculta, mien-
habrá llevado al contrario a incidir otra vez en él? Así planteado, el tras que Ana y Gaby son las víctimas emisarias. Con arreglo al texto
cuestionamiento nos remite al intertexto del mito de Edipo que ana- original opera pues un mecanismo de inversión: La Nistona oficial
liza el excelente estudio de Annie Bussiere. Tal es en efecto el trágico reescribe el mito en femenino y lo conjuga, digámoslo, en pasivo;
destino de Edipo, quien cae tanto más fácilmente en la trampa de la Gaby es en efecto el objeto acerca del cual se hace la investigación y
fatalidad cuanto que quisieron sus familiares tratar de sortearla. Vea- a quien se sacrifica. Regresemos al plan donde Roberto lleva a Gaby
mos ahora el espacio ocupado por este mito en el dispositivo semiótico en sus brazos como símbolo del cordero de Dios. Ya no se trata sólo
de la película haciendo hincapié, primero, en los puntos de contacto de Edipo sino, también, del sacrificio de Isaac por Abraham, ya no se
que se pueden observar entre: trata de un parricidio sino de un filicidio. Las funciones actanciales
- el esquema narrativo de los dos textos: identidad ocultada, fa- son idénticas, pero resultan distribuidas de manera distinta, lo cual
milia adoptiva, búsqueda peligrosa de la verdad que conduce al sa- pone de relieve el rol esencial desempeñado por los elementos mór-
crificio individual, ficos.
- los significados aparentes de estos dos esquemas: relación en- La manera como se nos presentan los textos semióticos en la pe-
tre el individuo y la colectividad, problemática de la libertad en los lícula sugiere que se modifiquen su definiciónteórica y sus aplicacio-
dos niveles filosófico y social, límites respectivos de la responsabili- nes metodológicas en un punto que me parece esencial. Cuando ma-
dad individual y de la inocencia. nejamos este instrumento de análisis siempre es dificil formular de
Nos consta que estos dos esquemas narrativos y sus respectivos manera satisfactoria el punto de convergencia del microsistema que
significados reproducen los elementos mórficos básicos que acaba- constituye cada uno de ellos. En el caso que nos interesaba, por ejem-
mos de poner a la luz. Se puede admitir, en efecto, que la existencia plo, a principios de nuestra aproximación. vacilamos sobre si los sig-
de una familia adoptiva o las modalidades de la búsqueda son otros nos reseñados atañen a una oposición entre el exterior y el interior o
tantos recursos aleatorios, luego unos elementos narrativos secun- si no serían preferibles las formulaciones como Liber.tad/cjecio o
darios con arreglo a lo que es esencial, o sea, que una identidad ha IncfusiÓn/excfusiÓn. Referente a otro texto semiótico de la película
EDIPD Y £¿ SUXTO CULNR4L ENLA HISTORIA OFICIAL DE LLIISPUtiYm

vacilamos entre Aparicióddesaparicjóny Revelaciódocu~tac~ón. Hay Lectura sociocrítica


que notar que los términos entre los cuales vacilamos van de lo con-
La vida sociocultural y sociopolítica de Argentina, entre 1983 y
creto hacia lo abstracto:
1985, está obsesionada por el problema de los desaparecidos, vícti-
Exterior, libertad. inclusión........... vs .......... Interior, encierro. exclusión. mas de la represión que agobió al país a partir de 1976. Se trata
Lo que varía es juntamente el grado de abstracción y la naturale- juntamente de sacar a luz las trazas de los que han desaparecido y
za de las connotaciones. Dichas variaciones explican la dificultad que establecer las responsabilidades de este drama nacional. Como mues-
tra de la producción discursiva de la época acudiré al texto de Nunca
encontramos para estabilizar un texto semiótico en torno a una defi-
más, el expediente establecido por la Comisión nacional sobre la des-
nición apta para dar cuenta de la complejidad de estos funcionamien-
aparición de personas (CONADEP)creada el 1 5 de diciembre de 1983
tos. Para sortear esta dificultad sugiero que contemplemos tres nive-
por el presidente Raúl Alfonsín, expediente entregado el 20 de sep-
les en el sistema semiótico que, de manera provisional por lo menos,
tiembre de 1984 y publicado el mismo ano. En efecto, este expedien-
podrían ser definidos de la manera siguiente:
te transcribe un número importante de testimonios, incluyendo las
-nivel O (denotación): declaraciones de los agentes de la represión ("pero, después de haber
Exteriorlinterior recibido varios miles de declaraciones y testimonios L...] hemos teni-
Aparicióddesaparición do que basarnos pues en las denuncias de los familiares, en las de-
Inocencia/culpabilidad claraciones de aquellos que pudieron salir del infierno y aun en los
Colectivo/individual testimonios de represores que por oscuras motivaciones se acercaron
a nosotros para decir lo que sabían..." pág.10) y, por otra parte, evoca
-nivel 1 (organización social):
las tesis contradictorias del enfrentamiento político ("Se nos ha acu-
Autoridad/subversión
sado, en fin, de denunciar sólo una parte de los hechos sangrientos
Libertad (libertad de expresión)lrepresión (censura)
que sufrió nuestra nación.." págs 10-1 1). Refiriéndose a los obstácu-
Inocencia/terrorismo
los encontrados por la Comisión, el expediente pone de relieve cuan
Naciónlindividuo
difícil fue sacar a luz una realidad que el régimen militar se había
-nivel 2 (proyección ideológica): esforzado por hacer desaparecer:
Consenso/disenso Recorrer el laberinto para ubicar el lugar donde se perdió la
Inclusión/exclusión huella de miles de personas resultó una dificil tarea L.. ] La
Revelación/ocultación supresión de rastros y documentos, la falsa identidad de los
Indiferenciación (so1idaria)Diferenciación (solitaria) autores enmascarados detrás de nombres supuestos o apodos
La temática de la película y la deconstrucción por el texto filmico con credenciales apócrifas, la alteración de los edificios que
del esquema del mito de Edipo reproducen cada uno a su modo este sirvieron de-base operativa, la remoción de terrenos utilizados
sistema. Pero este sistema resulta también reproducido por las regu- para inhumaciones clandestinas, en muchos casos la imposibi-
laridades formales, y esta última reproducción opera por medio de lidad de los secuestrados de reconocer a sus captores cegados
como estaban por vendas y capuchas desde el inicio de la re-
representaciones concretas e n el nivel O de las denotaciones. Los efec-
presión fueron algunos de los graves inconvenientes con que
tos de la percepción vienen constantemente a reproducirse y revi-
tropezó la labor L...]; es necesario decir que nuestra labor se vio
vificarse e n este nivel. dificultada por la destrucción y10 la remoción de la profusa do-
EL SUJETO CCITUR4L: SOCIOCh'fiIc4 Y PSICOAnrAi:IS/S EDmO Y EL SUVXTO CLiiNRAL ÚYlA HISTORIA 0ÍICW.L DE LL7.S P W O

cumentación que registró minuciosamente la situación de las los verdugos que acusan a la Comisión de pasar por alto los crímenes ,
personas desaparecidas. (págs 449-451) de los terroristas ("por el contrario, nuestra comisión ha repudiado
siempre aquel terror", pág.11) o que afirman que los horrores men-
Centros clandestinos de detención, verdugos enmascarados, arres-
tos nocturnos. etc.; los testimonios recogidos evocan un universo alu- cionados son unos "excesos individuales", hablando también de "los
cinante cuya existencia y cuyas víctimas se han desvanecido: excesos de la represión inevitables en una guerra sucia", argumento
que para los miembros de la comisión revela "una hipócrita tentativa
arrebatados por la fuerza, dejaron de tener presencia civil. de descargar sobre subalternos independientes los espantos planifi-
¿Quiénes exactamente los habían secuestrado?¿Por qué? ¿Dón- cados". (pág.8)
de estaban? No se tenía respuesta precisa a estos interrogantes: ¿Dónde emuieza la subversión y dónde termina la inocencia?
las autoridades no habían oído hablar de ellos, las cárceles no ¿Cuáles son los limites de la culpabilidad? Se echa la culpa al otro, a
los tenían en las celdas, la justicia los desconocía y los habeas su adversario o a su cómplice. Los contrincantes acusan a la Comi-
Corpus sólo tenían por contestación el silencio... (pág.9) sión de ir en contra de la reconciliación nacional: "y nos acusan de no
Las modalidades de la represión son específicas:
La metodología empleada fue ensayada desde antes de asumir
1 propiciar la reconciliación nacional, de activar los odios. de impedir el
olvido ..." (pág.lO), y ella contesta en el prólogo: "Pero no es así: no
el gobierno militar (operativo 'independencia' en Tucumán). Se estamos movidos por el resentimiento ni por el espíritu de venganza;
distingue de los métodos de otros países por la total clandesti- sólo pedimos la verdad y la justicia L...] entendiendo que no podrá
nidad en que se obraba; la detención de personas seguida de haber reconciliación sino después del arrepentimiento de los culpa-
su desaparición y la pertinaz negativa oficial a reconocer la bles y de una justicia que se fundamenta en la verdad ..."A los anti-
responsabilidad de los organismos independientes. (pág.17) guos opresores cuya estrategia busca la indiferenciación amalgam-
el terrorismo y el terror institucionalizado, el expediente contesta con
El expediente habla de la secuencia [secuestro-desaparición-tor-
una distinción entre los dos casos ("ese terror produjo muertes, no
tura, pág.151 estableciendo de esta forma una estrecha relación en-
desaparecidos")y, por otra parte, manifiesta su voluntad de separar a
tre el encierro y la desaparición.
los inocentes de los culpables: "la respuesta acerca de su posterior
Aunque afirma que no fue creada para juzgar a nadie ("Nuestra
destino (de los desaparecidos EC) está subordinada a los avances que
comisión no fue instituida para juzgar pues para esto están los jueces
se produzcan en la individualización de los responsables de la acción
constitucionales... Prólogo, pág.7). plantea el problema de la culpabi-
lidad. La primera frase recuerda que "durante la década del 70 la represiva a que nos venimos refiriendo. Verdad y justicia, por otra
Argentina fue convulsionada por un terror que provenía tanto de la parte, que permitirán vivir con honor a los hombres de las fuerzas
extrema derecha como de la extrema izquierda..." (pág.7). Conde- armadas que son inocentes ..." (pág.482). Nótese que la Comisión se
nando explícitamente el terrorismo observa que: "tantos [...] había preocupa por la necesidad de reconstituir la unidad nacional; sena-
tragados por aquel abismo sin fondo sin ser culpables de nada L...] lando que no es de su incumbencia juzgar, trata de no plantear el
todos en su mayoría inocentes de terrorismo o siquiera de pertenecer problema de los castigos y se refugia detrás de valores abstractos
a los cuadros combatientes de la guerrilla". (pág.12).Y en sus conclu- (verdad y justicia). Pide el arrepentimiento de los culpables ("sino
siones dice: "Se cuentan por millares las víctimas que jamás tuvieron después del arrepentimiento de los culpables...") sugiriendo luego
vinculación alguna con tales actividades y fueron sin embargo obje- que sean de esta forma, o sea, arrepentidos, reintegrados en la colec-
tos de horrendos suplicios". (pág. 480). Haciendo hincapié en aquello tividad. ¿Pedir el arrepentimiento no es ya abrir la puerta al perdón?
que está en disputa contesta a las objeciones y a las acusaciones de I Observemos que la problemática de la culpabilidad se articula, de
1
manera a veces contradictoria, con la oposición entre el grupo y el
individuo. Así es como abogando por el olvido y el perdón, los res-
ponsables de la represión echan la culpa a los individuos ("excesos
individuales").Aunque parece tratar de precisar las responsabilida-
des individuales. la comisión repite que se trata de un sistema orde- Análisis sociocrítico de
nado por el alto mando, o sea por un colectivo que no denuncia más
claramente.
E1T11
' Tano en llamas de Juan Rulfo
Las palabras-claves de este expediente son las siguientes: sub-
ver~ivo~-~ecuestros-desaprición-inocees-~di'duos-us-re ve-
jación.
Empieza El Jfano en Iiamas con un epígrafe constituido por dos
Estos núcleos semánticos, cuyos opuestos se actualizan por tur-
no. transcriben las tensiones discursivas que vemos realizadas en las versos de un corrido popular:
regularidades del texto fílmico. En contra de lo que pasa con el expe- Ya mataron a la perra
diente, el film pone de relieve la figura del chivo emisario con este pero quedan los perritos
cordero de Dios en los brazos de RobertoIAbraham; esta figura inter-
que forman el primer anclaje histórico y discursivo. En efecto, este
fiere en el mito de Edipo desconstruyéndolo y transformando el pa-
rricidio en filicidio. Se trata aquí de otra articulación con la realidad corrido, titulado "De la Perra valiente". compuesto en 1916, celebra
referida por el expediente: "De este modo en nombre de la seguridad las hazañas de Saturnino la Perra. quien luchó con Pedro Zamora.
nacional miles y miles de seres humanos, generalmente jóvenes y alistado en las tropas de Pancho Villa y a quien un tal capitán Téllez,
hasta adolescentes, pasaron a integrar una categoría tétrica y fantas- al servicio de Obregón, mandó fusilar el día 4 de rnarzo de 1916, a las
mal. la de los desaparecidos". (pág.9) seis de la mañana. Las tropas de Obregón eran mandadas por el ma-
yor Flores, que del resultado de este combate ascendió teniente
coronel. Las ocho primeras cuartetas del corrido evocan los últimos
momentos del héroe, las ocho últimas, las reacciones de los villistas
cuando se les comunica la noticia preguntando a Pedro Zamora: "La
Perra, ¿dónde está?", Catalino contesta con las mismas palabras sa-
leccionadas por el cuento:
Nos quieren hacer poquitos
Ya mataron a la Perra
pero quedan los perritos.
Dos de los personajes mencionados en este corrido aparecen en
otra poesía titulada 'De Olachea", compuesta en 1913; se trata de
Pedro Zamora perseguido por el general Olachea, quien trata de cap-
turar también a la Urraca presentado como un émulo de la Perra. Este
último corrido gira en torno al campo villista, al cual vienen dedica-

- 174 - - 175 -
das siete de las diez cuartetas. Los generales Agustín Olachea y Pe- considerada como provisional, en el horizonte de la esperanza del'
tronilo Flores son personajes históricos, lucharon contra Villa por el pueblo, se vislumbra una victoria final. Así es como la ideología villista
lado de Obregón y, cuando Rulfo escribe EllJano en llamas, desempe- aparece todavía vigente a pesar de las derrotas y de las perversiones
ñan importantes roles políticos. Cuando Petronilo Flores se muere en de los grupitos de bandidos. El hecho de que la identidad de la Perra
1957 es gobernador de Baja California. venga a perderse en el tejido del apólogo (La Perra se transforma en
El texto de Rulfo entronca pues con la epopeya de Villa cantada perra y sus perritos), acentúa este efecto de generalización. En ade-
por el corrido. y las dos poesías que acabo de evocar terminan con el lante. el sentido circula entre la historia (el episodio referido) y una
mismo grito. reproducido por dos cuartetas perfectamente similares: visión profética que proyecta este pasado más allá de la época de la
Salió don Pedro Zarnora escritura, y hasta de la lectura, en un porvenir anunciado como im-
con rumbo a la Lagunilla preciso pero inexorable. Por eso se da una zona textual conflictiva,
con diecinueve soldados originada por la manera como el discurso épico. portador de los valo-
gritándoles: iviva Villa! res revolucionarios, coincide con una microsemiótica de lo satánico.
diciéndole: ¡Qué viva Villa! Solicitando dos líneas de lectura, la una anecdótica y la otra simbóli-
Presentado como la autobiografía de un ex villista (El Pichón), el ca, el epígrafe organiza, sin embargo, la unidad textual en torno a la
cuento de Rulfo se nos aparece hasta antes de que empiece el relato problemática de la filiación.En efecto, a principios del cuento se hace
y por medio del epígrafe como un fragmento de la gesta de Pancho énfasis en la filiación perra-perritos mientras que, al final, el Pichón.
Villa. Pero su título se debe descifrar de varios modos: a nivel anecdó- cuando sale de la cárcel, se enfrenta con su hijo a quien hasta la
tico anuncia la visión de los campos incendiados: "Así que se veía fecha desconocía. Pero hay que notar que, en este desenlace, la filia-
muy bonito ver caminar el fuego en los potreros, ver hecho una pura ción viene planteada de manera contradictoria: mientras que el pa-
brasa con todo el llano en la quemazón aquella con humo ondulado dre piensa: "era igualito a mí y con algo de maldad en la mirada", la
por arriba". Se puede considerar también como el símbolo del incen- madre opina todo lo contrario: "También a él le dicen el Pichón (...)
dio revolucionario, mientras que un conjunto semiótico. que implica Pero él no es ningún bandido ni ningún asesino. Él es gente buena".
además todos los cuentos de la colección. lo transforma en una metá- Así lo inexorable, matizado de maldad, se nos aparece de manera
fora del infierno. contradictoria: ya sea como superado en boca de la mujer o reconoci-
Esta misma polisemia señala la coexistencia de un discurso cita- do como tal en boca del narrador protagonista. La inspiración épica
do (el discurso convocado por la epopeya devilla) y de un discurso que se nota a lo largo del cuento se presenta otra vez como un discur-
que cita. discurso éste al cual debemos tratar de definir. so citado re-distribuido por la escritura.
El episcdio de la muerte de Saturnino la Perra se sitúa al final de El titulo y el desenlace del cuento vienen a ser, por lo tanto, espa-
la epopeya de Villa, cuando ya han sido derrotadas por Obregón las cios de contradicción donde coexisten dos voces contradictorias.
tropas de Zapata y de Villa. En adelante, y como lo cuenta el texto de Inspirándose en la vena poética del corrido que, en la sociedad
Rulfo, sólo operan unos residuos de guerrillas que inciden en el ban-
mexicana revolucionaria y posrevolucionaria. funciona como la for-
dadaje. El epígrafe constituye pues un punto de anclaje significativo
ma más viva de la memoria popular. Elllano en llamasreivindica un
y como una clave de sol que gobierna el devenir del texto. En efecto,
estatuto similar que se expresa, además, en otros narradores secun-
estos dos versos confieren a la anécdota un prolongamiento simbóli-
darios. Los narradores de "En la madrugada", "La cuesta de los co-
co, con arreglo a un cliché de las canciones de sublevaciones popula-
res, que consiste en evocar el surgimiento de futuros soldados a par- madres", Xcuérdate", "Luvina", "La herencia de Matilde Arcángel",
tir de la sangre de los mártires asesinados; más allá de esta derrota, "El día del derrumbe", se nos aparecen de esta forma como los cro-
iWhISiS SOCIOCRhiCO DE EL LLANO W LLAXA.5 DE N ' R L Z F C

nistas de sus respectivos pueblos. Los personajes que dialogan o claje históricos remiten, ya sea al período d e l a revolución armada
monologan en el primer plano son todos campesinos pobres; hablan (1916 en "El llano enllamas"; 1913 en "Díles que no me maten"), ya
de su destino, del espacio de desolación en que siguen encerrados, sea a ciertas fechas claves de la reforma agraria. Así es como "La
condenados a morirse de hambre o a salir desterrados para sobrevi- cuesta de las comadres" alude a una ley promulgada por Calles, en
vir. Se apersonan como los testigos de la injusticia social y los des- 1925, que imponía la división de los ejidos en parcelas individuales
cendientes de los sublevados revolucionarios alistados en los ejérci- destinadas a promover la apropiación privada del usufructo y no la
tos de Zapata y de Villa. Es significativo pues que la colección venga propiedad privada:
editada con el mismo título del cuento que acabo de examinar. Lo Cuando el reparto la mayor parte de la Cuesta de las Comadres
mismo pasa con todos los títulos de colecciones de cuentos: es el nos había tocado por igual a los sesenta que allí vivíamos y a
primer título de todos los cuentos que forman la colección; cada uno ellos. a los Torricos, nada más un pedazo de monte, con una
de estos cuentos lleva dos títulos, el suyo y el de la colección; para mezcaiera nada más pero donde estaban desperdigadas casi
cada uno de ellos sirve de punto de referencia que reajusta la conti- todas las casas.
nuidad semántica y semiológica, instituye un contexto intra-textual, Este cuento ejemplifica, con la desagregación de la colectividad,
de tal modo que cada nuevo cuento se nos presenta como una nueva el fracaso del sistema de los ejidos organizado por Calles, fracaso
formulación del título global; es el primer intertexto deconstruido y debido en no pocos casos al surgimiento de nuevos caciques en el
redistribuido por los demás. Cualquiera que sea el contenido anecdó- seno mismo del ejido, conforme a un proceso bien analizado por Michel
tico de todos los textos de la colección, dicha anécdota implica Gutelman (Gutelman, 1971). Por otra parte "Nos han dado la tierra".
automáticamente una referencia a la epopeya viiüsta y, a través de remitiéndonos al momento de la constitución del ejido, demuestra la
ésta, al agrarismo revolucionario. Pero eso no significa en absoluto hipocresía del sistema. Se trata también de un ejido de dotación; para
que la escritura se adhiera a esta postura y la reproduzca como tal. que la solicitud sea admisible eran imprescindibles algunos requisi-
Observemos, en efecto, las grandes características de la confesión tos y, más especialmente, debían ser por lo menos veinte los solici-
del Pichón: éste parece arrepentirse de haber elegido mal su campo tantes, lo cual viene evocado en el cuento: "Hace rato, como a eso de
("y de no saber que nos colgarían a todos, hubiéramos ido a paci- las once, éramos veintitantos, pero pueito a puñito se han ido desper-
ficarnos"), se desprecia a sí mismo y a sus compañeros, reconoce lo digando". Los índices intratextuales nos permiten suponer que son
malo que se portaron con los campesinos ("pero de tanto daño que "peones acasillados" los que forman este grupo, lo cual nos remite a
hicimos por un lado y otro. la gente se había vuelto muy matrera"); de la reforma cardenista de 1934, que, por primera vez, daba a los tra-
manera que esta confesión pervierte la visión épica del corrido trans- bajadores acasillados el derecho de pedir tierras.
formándola en una serie de evocaciones del infierno. El Pichón resul- Quisiera evocar ahora Xnacleto Morones", cuya anécdota se re-
fiere aparentemente a los años 1941-43, ya que Lucas Lucatero pre-
ta ser un narrador secundario manipulado por la instancia narradora,
cisa que no se ha confesado 'desde hace como quince años. Desde
la cual se expresa de manera ambigua, como ya lo tengo dicho, en el
que me iban a fusilar los cristeros". Anacleto es el nombre de un
título, en la formulación del desenlace y con el epígrafe.
antipapa y el personaje de Rulfo está presentado a la vez como "santo
Varios cuentos de Rulfo ponen en escena el enfrentamiento de
niño" y como el paradigma de la hipocresía; estos tres elementos
los campesinos pobres con los hacendados: Juvencio Nava con don están construyendo una microsemiótica que connota la noción de
Lupe en "Díles que no me maten", el viejo Estebán con don Justo Mesías usurpador, que me parece aludir al mesianismo sinarquista
Brambila en "En la madrugada", y cuando existen los puntos de an- de los años cuarenta. En tal contexto semiótico, el nombre de Anacleto
funciona como clave de decodificación y sugiere una nueva lectura tivo de los abusos d e los hacendados -como don Lupe o don Justo-,
del cuento. Recordemos en qué circunstancias se granjeó Anacleto la de los caciques nuevos surgidos del sistema ejidatario -como los
fama que tiene: Toribio o de los caciques "tradicionales" -como Pedro Páramo-; el
Un día encontramos a unos peregrinos. Anacleto estaba arro- rechazo también correlativo de la violencia, responsable de las ex-
dillado encima de un hormiguero enseñándome cómo, mor- propiaciones y, sobre todo, la exaltación de la familia como núcleo
diéndose la lengua. no pican las hormigas. Entonces pasaron básico de la sociedad. Detengámonos en este último elemento que
los peregrinos. Lo vieron. Se pararon a ver la curiosidad aque- puede necesitar más aclaraciones. En PedroPáramo, como en Elllano
lla. Preguntaron: ¿Cómo puedes estar encima del hormiguero enllamas, se nos aparece la familia como una estructura desgarrada.
sin que te piquen las hormigas? destruida por las pasiones. Los padres abandonan a sus hijos ("Paso
Entonces él se puso brazos en cruz y comenzó a decir que aca- del Norte, Pedro Páramo), los maldicen ("La herencia de Matilde Ar-
baba de llegar de Roma, de donde traía un mensaje y era por- cángel"), reniegan de ellos ("No oyes ladrar los perros"). echan a sus
tador de una astilla de la Santa Cruz donde Cristo fue crucifi- hijas de las casas ('Es que somos muy pobres"); los maridos echan a
cado. sus mujeres ("Anacleto", Pedro Páramol,.los hijos matan a sus padres
Ellos lo llevaron de allí en sus brazos. Lo llevaron en andas ("La herencia...") o a sus padrinos ("No oyes ladrar..."); se matan en-
hasta Amula.
tre compadres ("Diles que no me maten"), entre cuñados ("Acuérda-
A mi modo de ver, el texto está aludiendo al padre Epifanio Ma- te"), entre amigos ("La cuesta de las comadres").
drigal que, por los años treinta, impugnaba los acuerdos Iglesia-Es- Es interesante notar que en los Altos de Jalisco se sobreponen.
tado y salió a Roma para informarse de la realidad de éstos. No regre- identificándose la una a la otra, la estructura familiar y la estructura
só pues lo asesinaron los agraristas. Un grupo de sus discípulos, enar- de la hacienda:
bolando alrededor del cuello como signo distintivo una cruz de palo
En el caso de los Altos estas consideraciones se alteran si tene-
que les habia dado el Padre Madrigal, fue entonces proclamando que
mos en cuenta que el patrón no era ausentista: había una rela-
el Anticristo reinaba en Roma y creó una secta conocida por el nom-
ción cara a cara con él. El patrón no sólo era visto como el
bre de Cruz de palo y dirigida por un tal Moisés, ex-cristero, cuya
benefactor del campesino sino que su posición era justificada
expedición hacia la Tierra Prometida fracasó debido, según lo que
por un orden ideológico: el patrón era propietario gracias a un
refieren los rumores, a su propia impureza, ya que la noche que pre- orden divino, postulado por la iglesia local, que le otorgaba ese
cedió el éxodo s e habia acostado con una virgen. privilegio. Desde luego este privilegio no era absoluto; a cam-
El asesinato del padre Epifanio Madrigal expresa el antagonismo bio el patrón debía ser "bueno". Es decir, tenía la obligación de
del movimiento agrarista con la Cristiada, tanto la segunda (1934) proteger al campesino. Así su actitud era vista como dadivosa
como la primera (de 1926 a 1929) que, además, conoce su auge en al hacer préstamos, al habilitar al campesino y ofrecerle servi-
los Altos de Jalisco y en los estados de Colima y Michoacán. cios, fundamentalmente religiosos. De aquí la tan estrecha vin-
Sólo me atuve hasta ahora a los puntos de anclaje sociohistóricos culación entre los hacendados y los curas locales L..) en lo refe-
que muestran las mediaciones discursivas. Hace falta tratar de exa- rente a la organización intermedia entre el patrón y los ran-
minar los efectos-signos que remiten a una sedimentación discursiva chos, la organización de parentesco da un claro ejemplo de su
compleja. Haré hincapié, por tanto, en los valores auténticos e n torno utilización como forma de control social. La mayoría de las per-
a los cuales se organiza de manera tan manifiesta la escritura en la sonas que formaban un rancho eran familiares. El encargado
obra de Rulfo: la propiedad auténtica de la tierra y el rechazo correla- del rancho siempre era el más viejo de la parentela y jefe natu-
a sumo c m m ; socroc8fim Y ~s;co~vhsis ~ i s i S5O C I O ~ D5
O EL LLANO EN LLAMAS D£ JL44 RULW

ral de ésta. al mismo tiempo que del rancho. (Espín J.. de chos, no como Usted que no más los crió y los corrió..."). No difieren
Leonardo P., 1978) tampoco de las relaciones que vinculan a don Justo con su vaquero
("Tenía muy mal genio. Todo le parecía mal: que estaban sucios los
Las estructuras de parentela funcionan como una forma de domi-
pesebres; que las pilas no tenían agua; que las vacas estaban reflacas.
nación social. Fuera de estos vínculos, las relaciones entre el patrón y
Todo le parecia mal; hasta que yo estuviera flaco no le gustaba. Y
los campesinos son esencialmente paternalistas. El patrón paga los
gastos de la fiesta ("En la madugada"), protege a los campesinos, de como no iba a estar flaco si apenas comía".)
donde el vínculo del compadrazgo ("Diles que no me maten", "Ma- El desplome de las estructuras familiares puesto de relieve en la
cario"). La figura que está e n tela de juicio e s la del padre-patrón, a obra de Rulfo, se nos aparece como una proyección ideológica que
quien se acusa precisamente de no cumplir con sus deberes. Véase lo levanta acta del surgimiento de una nueva organización económica,
que dice el hijo e n "Paso del Norte": caracterizada por la desaparición definitiva del modo de producción
feudal de la hacienda tradicional, en beneficio de la agricultura capi-
No hallo qué decir. padre, hasta lo desconozco. ¿Qué me gané talista, y la proletarización del campesinado debida al fracaso de la
con que Usted me criara? Puros trabajos. No más me trajo al reforma agraria, conforme a un proceso estudiado por Michel Gu-
mundo al averiguátelas como puedas. Ni siquiera me enseñó el telman (1971).Gutelman estima, en efecto, que los presidentes Ávila
oficio de cuetero como pa que no le fuera a hacer a Usted la Camacho ( (1940-1946). Miguel Alemán (1946-1952) y Ruiz Cortínez
competencia. Me puso unos calzones y una camisa y me echó a (1952-1958) promovieron la expansión de la agricultura capitalista,
los caminos pa que aprendiera a vivir por mi cuenta y ya casi apoyándose en la propiedad privada y las explotaciones agrícolas pro-
me echaba de su casa con una mano adelante y otra atrás. ductivas. Ninguno de ellos creía en la rentabilidad ni en la "viabili-
Los asesinatos de patrones en la obra de Rulfo se nos presentan dad" del ejido. Su política favorecía los intereses de la alta burguesía
como unos parricidios y los parricidios como asesinatos de patrones. rural que se estaba desarrollando.
Así es como el texto asimila el asesinato de don Lupe por su compa- Regresemos ahora al cuento "Anacleto" en donde, a partir de una
dre con el asesinato de Euremio Grande por su propio hijo, el cual, de serie de alusiones sociohistóricas convergentes, puse a luz un dis-
manera significativa, se ha reunido con los revoltosos. En este último curso sobre el movimiento cristero y las perversiones dogmáticas
caso se trata también de un padre que no cumple con sus deberes de generadas por una conclusion del enfrentamiento armado que dejó
padre: insatisfechos a gran parte de sus actores. El desplazamiento del tiempo
connotado, de los años 1929-1934 al período 1940-1943, establece
Y es que nunca quiso dejarle esa herencia al hijo que, como ya una conexión entre todos estos datos históricos (Cristiada -secta de
les dije, era mi ahijado. Se la bebió entera a tragos de "binga- la Cruz de palo- sinarquismo). Pero precisamente el sinarquismo se
rrote" que conseguía vendiendo pedazo tras pedazo de rancho
levantó a partir y sobre las ruinas del agrarismo revolucionario, se
y con el último fin que el muchacho no encontrara cuando cre-
desarrolló con arreglo a él y contra él. Enarbola otra vez el lema de los
ciera donde agarrarse para vivir y casi lo logró (...) porque su
zapatistas: ¡Tierra y libertad!
padre ni se ocupó de él, antes parecía que se le cuajabala san-
gre de sólo verlo. Sembraste el ejido; una tierra que no era tuya. Y obtuviste
pocos provechos; un jornal que no basta para saciar tu ham-
Odia a su hijo ("Quien más le aborrecía era su padre..") y las bre. Pero se te engañaba: la tierra es tuya. Mas tú veías que,
relaciones que existen entre padre e hijo son muy similares a aque- cuando a tus nuevos patrones se les antojaba, eras despojado.
llas que están implicadas e n "Paso del Norte" ("Y me voy entristecido, Tú sabías que no te hallabas en posición de usar de la tierra
padre, aunque no lo quisiera creer, porque yo quiero a mis mucha- como se usa de una cosa propia. La tierra era aún ajena. Ya no
/ W , s I S S o U o C ' O DE EL LLANO EN L W m D E ~ A N R ~ ~

era del hacendado. Pero tampoco era tuya. Si te indisciplinabas, Así pues, el discurso crítico sobre la reforma.agraria, la propie-'
no disfrutarías más de tu parcela. Por intrigas de tu cabecilla, dad colectiva o los políticos, que se evidencia en la colección de Rulfo,
en ocasiones llegó a privársete hasta del producto de tus es- se corresponde con los grandes temas del sinarquismo. Pero lo mis-
fuerzos. Seguiste siendo explotado y miserable. [...] La revolu- mo pasa con los valores auténticos que estructuran los cuentos y
ción empezaba a traicionarte. El mendrugo de tierra que se te Pedro Páramo: el rechazo de la violencja, de la explotación del cam-
había ofrecido lo explotaban los revolucionarios para mante- pesinado por los caciques y más especialmente la valoración de la
nerte atado, sometido, esclavo. L...] Y tú, campesino, acaricia- familia: "Suprimido el matrimonio como institución destinada a per-
bas tu viejo sueño: tierra y libertad. Tú, campesino, has soña- manecer, destruida la familia como baluarte, la sociedad civil no es
do con poseer un lote de terreno como tuyo; que unas escritu- nada, ni la nación tampoco". (El sinarquista, n0120, 4 junio 1941);
ras garanticen tu propiedad, que nadie te moleste en tu dere- "Reconocidos plenos derechos políticos a la familia, el grupo de éstas
cho; que puedas cultivarla, explotarla a tu arbitrio. Tú has so- avecinado en una ciudad elige a los vecinos que han de dirigir el
ñado con ser propietario de la tierra que trabajas. Y para eso municipio y encargarse de los negocios comunes. L..) El jefe de cada
fuiste a la revolución. Pero la revolución, campesino, te traicio- familia dispone de un número de votos proporcional a la importancia
na. (Fabián Carpio, 1938) del hogar que rige". (Alfonso Trueba, 1941). Hablando del municipio
El movimiento pues, aboga y lucha por la propiedad privada y en la Nueva España e n la época colonial, El Sinarpista del 22 de
arremete contra el ejido, 'forma de propiedad imperfecta". Así es abril de 1943 lo presenta como modelo de vida democrática ya que
"surgía del consenso de familias vigorosas e n las cuales el régimen
como el primer párrafo del manifiesto político elaborado en 1939 pre-
paternal disfrutaba de magníficos alcances e n sus dominios y facul-
cisa:
tades y atributos". La familia e s el símbolo de la unidad nacional:
Afirmamos el derecho de propiedad privada y exigimos la crea- "Reclamamos la unión de la familia mejicana y exigimos la subordi-
ción de condiciones sociales que hagan posible a todos los que nación de los intereses particulares o de clase frente al interés supre-
trabajan el fácil acceso a la misma. Frente al grito comunista mo, el de la Patria". (Tercer párrafo de la declaración de principios de
'¡Todos proletarios!' oponemos el nuestro: '¡Todos propietarios!' 1939)
Se entiende perfectamente por qué pudo reagrupar e n torno a él Interesante e s señalar que parte de estos temas de propaganda
parte del campesinado decepcionado que antes se había alistado en sinarquista (necesidad de abolir el sistema político de los caciques,
el partido zapatista. El sinarquismo s e yergue, escribe Jean Franco, pacificación del campo, entre otros) coinciden con los objetivos que
formula A. Yáñez e n el periodo de 1953 a 1959, cuando actúa de
contra los líderes agraristas que hacen y deshacen según sus gobernador de Jalisco. (Franco, 1988)
caprichos. atribuyen o quitan los lotes, contra "las reservas
rurales". los guardias agraristas armados que siembran el te-
rror a su paso (...) El sinarquismo reivindica la dignidad para
los campesinos y exige la pacificación del agro; s e repite cons- Todo eso no significa que Yáñez se haya adherido al sinarquismo,
tantemente en los artículos la demanda de que se solventen ni tampoco que Rulfo comparta las preocupaciones o las posturas
los dramas del hambre, la miseria, el alcoholismo. Ya se en- políticas de Yañez, pero sí nos indica que no se puede desconectar ni
tiende por qué el sinarquismo pudo hallar un eco favorable con Elllano en llamas ni Pedro Páramo del discurso social de su época,
su visión agraria, su apertura a los campesinos en dificultad. subrayando por lo tanto el impacto de las mediaciones sociodiscursivas
(Franco, 1988) en la morfogénesis de las dos obras.
Bibliografía 1
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-11-
El'texto cu1'tu1paI:
Teor~hy apficaciones:
c ~ k e- rhagen - p~ktura

- 186 -

..
Por una aproximación al texto cultural

Definiremos el texto cultural como un fragmento de intertexto de


un determinado tipo, que interviene según modos específicos de fun-
l
cionamiento en la geología de la escritura. Se trata de un esquema
narrativo de naturaleza doxológica en la medida en que corresponde
a un modelo infinitamente retransmitido, el cual, como consecuen-
cia, se presenta como un bien colectivo cuyas marcas de identifica-
ción originales han desaparecido. Las incontables manipulaciones de
que dicho esquema ha sido objeto provocan en su contorno incesan-
tes rectificaciones de los componentes secundarios y originan series
de variantes; éstas refuerzan paradójicamente la inalterabilidad de
su núcleo semántico. constituido a su vez por concreciones semióticas
que mantienen entre sí relaciones no susceptibles de sufrir altera-
ción alguna. La invariabilidad del sentido de ese núcleo semántico
estable está protegida por la extrema labilidad de los elementos pe-
riférico~.La una da la medida de la otra.
El texto cultural -tal como yo lo entiendo- no posee verdadera
vida autónoma. No existe más que reproducido en un objeto cultural
con la forma de una organización semiótica subyacente, que sólo se
manifiesta fragmentariamente en el texto emergido a través de hue-
llas imperceptibles. fugaces, susceptibles de un análisis sintomático
en cierto modo. Su funcionamiento viene a ser como el del enigma:
es enigma en sí y marca en el texto un enigma. Enigma en si, en la
medida en que juega con elementos -las relaciones entre concrecio-
nes semióticas- donde se ha cristalizado y condensado la esencia de
una significación, la cual sólo es accesible en el contexto de un con-
junto estructural. Está cifrado en el texto en forma de una pregunta y
su desciframiento es el primer elemento de un nuevo enigma.
Aquellos a quienes interpela de este modo deben saber, conocer
y reconocer al menor indicio; cuanto más débiles son los indicios,
mayor es 'el placer del texto", más elevado el grado de adhesión a lo
colectivo y la fusión entre el destinador y el destinatario en el seno
del mismo sujeto. Conocemos esas conversacionesintimas donde nos En el margen de la escritura el sueño:
comprendemos con medias palabras y comunicamos al límite del si-
lencio, charlas mundanas donde el juego implícito consiste en notar
a propósito de iZi.idia~ade Luis Buñuel
el menor indicio discursivo sin parecer prestar atención y en devolver
la pelota en la medida de lo posible para hacer saber que hemos reci-
bido el mensaje, codificar a nuesrro turno para señalar nuestra perte-
Voy a analizar las modalidades del funcionamiento de este fenó-
nencia al grupo. El funcionamiento del texto cultural forma parte de
ese tipo de fenómenos. meno en una película de Luis Buñuel, Eridiana (1961).donde inter-
vienen una serie de textos culturales.

1. Caperucita roja
Se trata de un "cuento de advertencia". La mayoría de las versio-
nes folklóricas precisan que los padres han advertido a la niña del
peligro que representa el lobo. Al mismo tiempo que se refiere a la
fiera, la palabra debe ser tomada en sentido figurado. En el texto de
Perrault. la moraleja no permite dudas sobre este punto:
Digo el lobo, porque todos los lobos "no son de la misma espe-
cie" L...] Pero, iay! Quién no sabe que esos lobos zalameros son
los más peligrosos de todos los lobos.
Como ha observado perfectamente Barchilon (1975).el autor juega
hábilmente con esta ambigüedad:
L..] Pero enseguida la ambigüedad se precisa. Seguramente ya
se encuentra en la mayoría de versiones orales en las que el
lobo le pide a la niña que venga a acostarse con él.'
Una madre que enuncia una prohibición (no salirse del camino,
no correr por el bosque), una niñita que la transgrede, una abuela
enferma a quien la niña debe llevar dulces y cuya cabaña constituye

' Soriano. 1968, págs.155-156.


el objetivo a alcanzar, el correteo por el bosque y el encuentro con el 11 Tentación de vagar por el bosque, pero también "mortal fascina-
lobo al que Caperucita roja indica dónde vive la abuela, la conversa- ción del sexo", según Bettelheim.
ción con el lobo que acaba comiéndose a la niña. En este esquema 1 Esta "mortai" fascinación del sexo. sentida como una fuarte
narrativo se inserta el diálogo entre la niña y el lobo que se ha disfra-
zado de abuela tras habérsela comido. La niña se acuesta, y, extraña-
da al ver que su abuela está desnuda, exclama: Xbuelita, iqué brazos
tan grandes tienes! -¡Son para abrazarte mejor, hijita!", contesta el
I1 excitación comparable a la mayor de las angustias, es la que va
unida a los deseos edípicos por el padre y a la reactivación de
esos mismos sentimientos con formas diferentes durante la
pubertad.=
lobo. Sigue una retahíla de preguntas y respuestas similares sobre
las piernas, las orejas, los ojos y los dientes.
Este diálogo adquiere una importancia desmesurada en relación
i
!
Esta interpretación del cuento coincide con la de Marc Soriano:
El lobo no ha comido desde hace más de tres días. devora a la
abuelita que es -hay que repetirlo aquí porque es indispensa-
con la que debería tener en la lógica del relato. El juego entre el que
se esconde y el que intenta comprender se desplaza del campo de la ble- el doblete de la madre. Se puede, pues, admitir sin dema-
siada fantasía que ese lobo que devora (hace el amor con) la
experiencia al campo del discurso. El diálogo se convierte en un tor-
abuelita (la madre) es el propio padre ...'
neo oratorio. La manera de retrasar el desenlace así como la repeti-
ción de los mismos sintagmas transforman el drama en un juego de Hay que señalar, por último, el final feliz con que termina el cuento
escondite, a la vez infantil y erótico. en ciertas versiones, como por ejemplo en la de los hermanos Grimm,
Varias concreciones semióticas se yuxtaponen de la misma ma- recogida en el siglo XiX;llega un cazador, sorprende al lobo dormido,
nera. La primera, centrada en torno a la transgresión y a su castigo. le abre el vientre y saca de él a la niña'y a la abuela. De vuelta al
está al servicio del Orden familiar y de la Ley. Las fuerzas del mal mundo exterior, la niña se promete: "Nunca jamás en tu vida saldrás
únicamente pueden ser vencidas por la obediencia a la Ley; el lobo es del camino para corretear por el bosque cuando tu madre te lo haya
el instrumento del Orden. La segunda se organiza en torno a un mal prohibido". No podemos más que estar de acuerdo con el comentario
ocultado e implica la complicidad del espectador al cual van dirigidos de Bettelheim:
verdaderamente los sobrentendidos maliciosos y de quien se supone Los niños comprenden de este modo que lo que "muere" de
que percibe la ingenuidad de la futura víctima. E1 Mal se esconde tras verdad en Caperucita roja es la niñita que se ha dejado tentar
la apariencia del Bien ("Son para oirte mejor, para abrazarte, etc."). El por el lobo; y que, cuando ésta salta fuera del vientre del ani-
pretexto del Bien es la trampa que tienden las fuerzas del Mal. La mal, la que vuelve a la vida es una persona completamente
tercera plantea el problema de la tentación y del deseo: distinta.'

!
A Caperucita roja se la ama universalmente porque aún siendo Esta fábula es perceptible en Wip12iana,en el plano 3 1del desglo-
virtuosa está expuesta a la tentación; y porque su destino nos se de Luis Buñuel. La heroína aparece con un pañuelo en la cabeza y
enseña que si confiamos en las buenas intenciones del primero los hombros cubiertos con una especie de capa corta de lana; su si-
que ilega, cosa muy agradable, nos exponemos a caer de cabe- lueta reproduce la representación tradicional de la protagonista del
za en una
Betteiheim, pág.225.
+ Soriano, pág.435.
Bettelheim, pág.228.

- 193 -
cuento. Cuando va del establo al gallinero, don Jaime, de espaldas. 1). pero de la que se libera más tarde ("No voy a volver al convento, y
parece espiarla detrás de una balaustrada, y alverla la saluda; Viridiana por lo tanto no debo más obediencia que la de cualquier católico",
le devuelve el saludo: "Buenos días. tío. ¡Cuánto madrugó usted hoy!", plano 77). Las peripecias de la acción, en fin, implican dos niveles de
a lo que don Jaime contesta: "Lo hago para verte más tiempo". Vi- estructuras familiares: una metafórica, la del convento, dominada por
ridiana añade entonces: "Le voy a hacer un pastel de monja que se va una Madre Superiora, otra ordenada en torno a un sustituto del Pa-
usted a chupar los dedos". dre, don Jaime, que en cuanto tal, convoca al fantasma del incesto,
Huellas sutiles, marcas ínfimas pero inconfundibles (silueta. es aunque no se trate más que de un tío político; este grado de paren-
para, pastel...), semiótica que debe reconstruirse a partir de datos tesco merece en todo caso ser examinado. El valor auténtico que se
extremadamente fragmentarios, adivinanza o enigma. cuestiona en la pelicula es efectivamente la Ley del Padre.6
Las dos estructuras, la del texto cultural y la del texto cinemato- ¿Qué decir en este caso de esta segunda concreción semiótica
gráfico, se reproducen una a otra y se descifran recíprocamente. La que he señalado en la parte dialogada del cuento, responsable de que
madre superiora teme que la salud de don Jaime no sea buena; por el Bien (Espara... mqod sea el motivo alegado por las fuerzas del
eso ordena a la novicia que vaya a visitarlo, lo cual recuerda el motivo Mal? ¿Cómo no ver que se nos remite así al centro de la problemática
de la expedición de Caperucita enviada a ver a su abuela que guarda de la caridad tal como la plantea la pelicula? Piénsese en esta otra
cama. Más tarde. Viridiana prepara un pastel para don Jaime. Al ale- fábula en la que Jorge libera. comprándolo, un desgraciado perro
jarse del remanso de paz que supone el convento, Viridiana se aven- víctima del sadismo de su amo (plano 115): 'amarrado bajo una ca-
tura en el mundo, espacio de toda clase de peligros en el pensamien- rreta, el animal se ve obligado a correr, sin respiro. entre las dos
to religioso. Cae de este modo e n la boca del lobo. Al final del plano ruedas", acto que debe asociarse al plano que sigue, en el que otra
35 de la pelicula, don Jaime manda preparar las píldoras que le per- carreta pasa en el sentido contrario y "atado también entre las dos
mitirán dormir a su sobrina, y del plano 36 al 46 desarrolla una estra- ruedas, otro perro trota lamentablemente".
tegia de conquista y posesión, haciendo que se ponga un vestido de La manera como Jorge juzga la actitud de Viridiana con los men-
novia, pidiéndole que lo despose, obligándola por último a conceder- digos que ésta ha recogido (planoll9) comenta explícitamente la fá-
le unos minutos. El espectador, como el auditor del cuento, ve cerrar- bula precedente: "Con socorrer a esos pocos entre tantos miles no
se la trampa sobre una víctima demasiado cándida. Pero, ¿se consu- arregla nada". La condena del acto de caridad es evidente en Wridiana,
nia la violación? La ambigüedad del desenlace en las distintas ver- pero si la caridad es condenada de esta manera es porque aparece
siones de Caperucira roja (devoradafsalvada por un cazador) señala concebida como un acto de redención. Viridiana ha decidido consa-
el enigma central de la película. grar su vida a socorrer a los menesterosos porque se siente culpable
Si tras estas observaciones relativamente superficiales que se apli- de la muerte de don Jaime. La conversación que mantiene con la
can a secuencias narrativas del cuento, se examinan las estructuras. Madre Superiora (plano 77) no deja dudas sobre este punto ('Sólo sé
esas relaciones son más evidentes todavía. El conjunto de la pelicula que mi tío fue un gran pecador y que yo me siento culpable de su
de Buñuel es la imagen misma de la transgresión a todos los niveles: muerte f . . . ] No tengo nada que reprocharme; sólo sé que he cambia-
transgresión de tabús sociales y religiosos, de las normas de conduc- do. Con mis débiles fuerzas seguiré el camino que de aquí en adelan-
ta, de los valores más frecuentes. Por otra parte, Viridiana ajusta su te me trace el Señor. También se puede servir fuera del convento").
conducta a la virtud de obediencia, obediencia debida a su Madre
Superiora, que aplica al principio de la película ('Mi deseo sería no
volver a ver el mundo, pero si su reverencia me lo ordena...", plano e Cf Bussiere-Perrin, 1995.

- 195 -
El fracaso de su conducta caritativa puesta en escena con la re- ! debe arañar la piel ... ¡Una piel tan fina!" Jaime, que parece
1
belión blasfema y violenta de los menesterosos no debe verse como 1 prestar atención de repente, continúa tocando [y le pide a la
un testimonio de denuncia contra la ingratitud de los mendigos y la ! sirvienta que se retire] ihda, anda! Retkate ya ..."

negrura del alma humana. La responsabilidad no incumbe a los por-


dioseros sino al hecho de que Viridiana conciba la caridad como una No hay duda de que los gestos de Viridiana no son perceptibles
! por don Jaime; no obstante se combinan con las palabras de Ramona
práctica expiatoria. La caridad así instrumentalizada lleva en sí el i
germen de la rebelión, en la medida en que con el pretexto de hacer en los efectos de sentido para reproducir la imagen de la seductora,
1 mediatizada por la sirvienta. Por otra parte, el rostro extático de don
felices a los demás o de aliviar el sufrimiento (Espara... mqorl, el i
caritativo compra en realidad su propia salvación. El Bien lleva en sí, i Jaime, al igual que el recurso del armonio que connota la práctica
religiosa, santifican en cierto modo al personaje, más aún cuando, en
en cierta manera, el germen del Mal. La parodia de la Cena alcanza
pleno sentido en ese contexto; al intervenir como caricatura de la I este contexto, la orden de retirarse que le da a Ramona en el momen-
comunión, el símbolo más fuerte del acto de amor. señala con toda to en que ella lo tienta /una p;é/ tan fina) resuena como un imde
claridad el fondo de la cuestión. A la perversión de un valor auténti- retroí
co, asumida por Viridiana, responde como un eco la parodia organi- Conviene comparar estos dos planos con el plano 40 (gran acer-
zada por los menesterosos. Ésta descifra y permite descifrar aquélla. camiento de manos femeninas pelando una naranja). Semejante en-
Puede reconocerse en estos fenómenos textuales estructurales el foque que deja el rostro en la sombra, así como la peladura que se
impacto del pensamiento anarquista asimismo responsable de la con- desenrolla como la espiral de una serpiente, y el que ese plano siga
dena -en Los oiw'dadosy en Tristana entre otras- de la instrumen- de cerca a la escena de sonambulismo durante la cual Viridiana entra
talización similar del valor del trabajo cuando éste es concebido como en la habitación de don Jaime, son otras tantas marcas más o menos
medio de integración social o de reden~ión.~ legibles a través de las cuales se manifiesta un texto cultural.
Más adelante me ocuparé de la incidencia en el texto cinemato- Tentación de Cristo por Satanás y de Adán por la coalición de la
gráfico de las dos últimas concreciones semióticas que marcan el serpiente y de Eva. Así se inscriben en la película otros dos textos
cuento; la primera se organiza en torno al sema de la metamorfosis. culturales según el modo habitual de la fragmentación y del esbozo
la segunda en torno al deseo edípico. apenas perceptible, al límite de la legibilldad. Ahora bien, estos nue-
vos textos invierten los roles que parecen interpretar en otras esce-
nas los dos personajes principales: la novicia seductora, representa-
2. La tentación (planos 8 y 9) da en una escena desnudándose, se vuelve objeto de deseo, instru-
mento de Satanás, con una forma o con otra, y por lo tanto, de cierta
Mientras que don Jaime. con el rostro abstraído y en éxtasis,8 manera, diabólica. Nótese que también aquí semejante intercambia-
toca el armonio, Ramona espía a Viridiana por el ojo de la cerradura bilidad del Bien y del Mal, de Jesús y de Satanás, confirma una vez
de su habitación. En el plano precedente Viridiana se ha desnudado. más la infiuencia del pensamiento anarquista.
se ha quitado las medias negras con gestos más propios de una se- Como lo muestran los ejemplos que preceden, analizar el funcio-
ductora que de una religiosa. Ramona comenta lo que ve: namiento del texto cultural resulta extremadamente interesante. En
"¡Se hizo la cama en el suelo, sefior! En la maleta trae algo así efecto, éste se articula con el texto superficial casi esencialmente por
como espinas. Su camisa de dormir es de lino muy basto; le sus estructuras. El juego mutuo de sus estructuras respectivas es lo
que permite en cierto modo comprobar su presencia y medir el im-
' Cf. Cros, Edmon. 1987. pacto, lo cual tiende a confirmar la importancia que adquieren algu-
Las cursivas de las citas son mías. nos elementos mórficos en el establecimiento de los campos mor-
fogenético~.~En el caso que nos ocupa, dos elementos aparecen como riables semánticas o psicológicas. En ambos casos.(Viridianay el cuen-
vectores estructurales fundamentales: la transgresión de la ley del to) el poder es asumido por una madre falsa, ya se trate de una ma-
Padre y la ambigüedad del Bien y del Mal. drastra acompañada por sus dos hijas naturales o de una Madre Su-
periora escoltada por su hija espiritual. Y por encima de ese poder se
ejerce un poder superior, el del Príncipe (Cenicienta)o el de don Jai-
3. Cenicienta me, Cristo y Satanás a la vez, que se presentan como otras tantas
transformaciones de la figura paterna.
El plano 76 muestra el interior de la habitación de Viridiana: una
El juego de esas concreciones semióticas de las que hablaba más
cama de hierro, una mesa de madera blanca, un tocador sin espejo.
arriba y de las relaciones que esas mismas concreciones establecen
Colgadas en la pared hay una cruz de madera y una corona de espi-
entre ellas aparece aquí claramente; señala una significación perfec-
nas. Viridiana está lavando el suelo. Ramona le trae una colación que
tamente reconocible en sus efectos: lo que está aquí en tela de juicio
se reduce a un plato de verdura, un vaso de leche y un trozo de pan
es justamente la problemática del poder en una estructura familiar
De pronto se oye en offel ruido de un automóvil que se detiene
desestabilizada como la de Cenicienta o la de Viridiana por la ausen-
Ramona mira al exterior por la ventana abierta. dos religiosas entran
cia aparente del padre (madrastra, tío por alianza, abandono de los
en el edificio. Una de ellas es la Superiora del convento de Viridiana.
hijos naturales; en ciertas versiones de Cenicienta, el padre está com-
En este plano interfieren dos representaciones tópicas:
pletamente sometido a los caprichos de su segunda esposa y abando-
a. la primera opone Marta, símbolo de la vida activa, a María,
na a su hija). Las funciones que resultan de los esquemas narrativos
dedicada a la contemplación y al rezo. La película, desde este punto
originales tienen una trayectoria autónoma y se desplazan de un per-
de vista, parece traducir la evolución de la protagonista desde el mo-
sonaje a otro.
mento en que se prepara a pronunciar sus votos (María)hasta el ins-
En el caso que nos ocupa, el impacto del cuento irradia y afecta a
tante en que decide consagrarse a la caridad activa (Marta).
otras zonas textuales.
b. la figura de Cenicienta es connotada varias veces en otros pa-
sajes: cuando Viridiana aparece en el rincón de la chimenea, cuando
llena una cesta de ceniza o cuando don Jaime le pone un zapato de a- el zapato
novia que le viene a la perfección. Esta figura parece tener un impac- La mayoría de los textos culturales privilegian lo que puede apa-
to más importante que la precedente en la semiosis, en la medida en recer a primera vista como detalles. Son esos detalles los que au-
que sus efectos se manifiestan en el plano estructural. tentizan el esquema narrativo y garantizan con mayor eficacia su
Se me objetará que aquí no se ha respetado nada del esquema circulación; sin ellos, el esquema narrativo no podría ser reconocido,
narrativo del cuento. pero precisamente el texto cultural, tal como yo y al no serlo quedaría sometido a modificaciones que alterarían irre-
lo concibo, no interviene a nivel de esos esquemas y ésto es lo que lo mediablemente la significación. Las consideraremos, pues, como ele-
distingue del intertexto ordinario.'O Sólo conserva los sujetos lógicos mentos estructurales esenciales. Hemos visto lo que ocurría en Cape-
de las funciones y las propias funciones, una vez eliminadas las va- rucita roja a propósito de la repetición del sintagma (¡Qué [...] tan
grandes tienes! -Son para [...1 mejor). En Cenicienta, el zapato tiene
Sobre esta cuestión, veáse Cms, Edmond, D e Yengenendremenc d e s f o m e s esta función: todas las jovencitas casaderas del reino se lo prueban y
'O
Para que las cosas estén más claras, precisemos que ni La Cena de Leonardo sólo le sirve a Cenicienta. Este simbolismo de la adecuación del zapa-
de Vuici ni E/Masfasde Haendel son considerados como textos culturales. En to al pie debe ser retenido en el plano 18 cuando don Jaime, tras
Hridfana no son más que intertextos. quitarse los suyos, intenta calzar uno de los de satín de doña Elvira.

- 198 -
EL S U . CUWVRAL: SOCIOCR~~IWY P S I C O i W ~ S l S

zapatos que lleva Viridiana en el plano 42 cuando aparece vestida de nada para despertar sus deseos. Pero en el fondo saben muy
novia. La puesta en escena del zapato es significativa: sentado en bien que quieren que su padre las prefiera a ellas. no a su
posición de recogimiento. el rostro extático, don Jaime tiene el zapa- madre, y estiman que merecen ser castigadas por ello, de ahí
to en las manos abiertas y lo propone como en una custodia a un en su fantasía, su huida, su destierro y la degradación de su
personaje ausente que podría ser doña Elvira o Viridiana o, más bien, existencia que se vuelve semejante a la de Cenicienta."
que es doña Elvira y Viridiana. El fetichismo buñueliano del pie, cu- La convergencia entre Caperucita roja y Ceflicienta, que en este
yos indicios en la película son recurrentes, se renueva de este modo punto estamos sacando a la luz, define ambos cuentos como copias
e n la semiótica dispersa del cuento. exactas de las fantasías propias de todas las niñas y vinculados a los
deseos edípicos por el padre. En semejante sistema, el sema de la
b- la metamorfosis tentación está acentuado por la manera como son convocadas las
Todo el cuento se ordena en torno a la metamorfosis de la calaba- escenas de tentación del Paraíso terrestre (la manzana de Eva) y de
za, de los ratones. del gato en carroza, e n caballos o e n postillón. pero Cristo (Ederetro). Esta convergencia, como veremos, descifra el tex-
además y sobre todo. metamorfosis de la joven pobre e n bella prince- to cinematográfico de un modo que no deja de ser interesante. Para
sa por obra de u n poder sobrenatural. El término se impone, asimis- intentar demostrarlo voy a referirme a otro texto cultural, el de La
mo. a la mente e n el caso de Viridiana, monja transformada e n objeto bella durmiente del bosgue.
de deseo y en instrumento (cf., más arriba, la tentación): "¡Ya no po-
drás volver al convento! ¡Ya no eres la misma que salió de allí!". El d- La bella durmiente del bosque
sema de la metamorfosis se articula, en la película, con el de la ini-
M. L. Teneze compara el cuento de Perrault con el Pentamerone
ciación, y alimenta toda una micro-semiótica del tránsito, del um- de Basile y con dos obras anónimas del siglo XIV, la historia de Troylus
bral, presentado como una frontera que franquear, destinada a ser y la bella Zellandine del libro 111 de Perceforesty el cuento catalán
franqueada o transgredida definitivamente. Nótese la coincidencia Frere deJoie, Soeurde PMsiil: En estas tres versiones, un sueño má-
que se establece de este modo con la versión de Caperucitarojareco-
gico impide que la bella se dé cuenta de que hace el amor con el
gida por los hermanos Grimm (cf. supra). Príncipe Azul y da a luz mientras duerme. Marc Soriano asocia este
tema a la situación de la Virgen María:
c- el padre desalmado
Esta joven dormida en su pureza y que concibe sin darse cuen-
Cenicienta, consignado por escrito por primera vez en China el ta, es decir sinp/acerysinpecado, se encuentra en suma en la
siglo M a. de J. C.. es probablemente el cuento de hadas más difun- situación de la Virgen María, a la vez Virgen y Madre.12
dido del mundo. En un gran número de variantes, Cenicienta huye de
El plano 50 de la película de Buñuel ofrece una representación
s u padre que quiere desposarla: "En otro grupo de cuentos -escribe
plástica de la bella durmiente del bosque. Don Jaime y Ramona han
Bettelheim- es relegada por su padre que considera que ella no lo
depositado a Viridiana sobre el lecho. Don Jaime cruza las manos de
quiere tanto como él lo desearía", esquema narrativo que Bettelheim
la joven sobre su pecho, le junta los pies, arregla los pliegues de su
interpreta
vestido. El texto del desglose de Buñuel precisa que "Viridiana pare-
como la copia exacta de las fantasías propias de todas las niñas
en las que éstas querrían, sin sentir remordimiento alguno, " Bettelheim. págs.306-307.
que su padre las despose; al mismo tiempo pretenden no hacer l2 Soriano, págs.129-130.
ce una bella estatua yacente". En el plano 52, "don Jaime no cesa de i niega a precisar los motivos de su sentimiento de culpabilidad. ¿Ha
mirar el cuerpo inmóvil de la muchacha, acaricia sus cabellos y su sido víctima del lobo feroz? ¿Ha sucumbido al deseo de ser devorada
frente y acercando su rostro, junta sus labios a los de ella en un beso por su tío? A estas preguntas, los textos culturales implicados dan
dulce y prolongado". Sabemos que Viridiana se ha dormido por obra todos la misma respuesta. Sugieren asimismo un vínculo de paren-
de una pócima mágica (unas píldoras blancas en una taza de café) y, tesco más fuerte que el que une a una joven con su tío político y es
cuando se despierta. su tío pretende haberla poseído mientras ella esto lo que sin duda me ha conducido a hablar de incesto. ¿Podría ser
dormía ("Tuve que forzar tu voluntad. Sólo así he podido tenerte en- Viridiana hija de don Jaime?I3
tre mis brazos"). Por otra parte, ¿debe atribuirse esta culpa -eventual- de Vkidiana
a una metamorfosis que ha sufrido? ¿Viridiana ha cambiado o ya lle-
El texto cultural que se manifiesta, irradia a su vez y convoca a la
vaba dentro el Mal? Estas preguntas nos conducen de nuevo al peca-
figura de la Virgen María para cuya representación el cojo pide posar
do original y a la fundamental ambigüedad del Bien y del Mal.
a Viridiana; el Angelusdel plano 127 recuerda precisamente que ha
Los respectivos enigmas de estos diversos cuentos, descifrados a
concebido por obra del Espíritu Santo, es decir, 'sin placer y sin peca-
. .. este nivel como fantasías del deseo edídco, refuerzan la interureta-
ao- .
ción que consiste en sugerir que la protagonista quiere expiar la cul-
Indiciada por una de esas marcas imperceptibles que he mencio- pa inconfesable de su deseo incestuoso. Pero esta interpretación se
nado más arriba, la figura de la bella durmiente del bosque reactiva manifiesta solamente como posible, un posible centrado consecuen-
la pregunta que no cesa de formular el texto cinematográfico: nueva temente en el enigma de la culpa.
Virgen María o nueva bella durmiente, ¿Viridiana ha hecho el amor Los enigmas de los textos culturales indican, pues, como puede
durmiendo ... o soñando? Devuelta a la realidad, ¿se ha metamorfo- verse el enigma mayor de la película: cuando se hallan insertos como
seado? ("Sé que he cambiado... Ya no eres la misma...") ¿Cómo puede textos culturales. los cuentos de hadas se convierten en las fábulas
no haber hecho nada malo y sentirse culpable, sin embargo, de la de otro relato, conservando al mismo tiempo su mensaje original. Al
muerte de su tío? El cuento acentúa de este modo el enfoque que disfrazarsus significaciones en forma de relatos para niiios. los cuentos
pone en evidencia la problemática de la culpa en sus relaciones con plantean enigmas que el texto manifiesto (en este caso Uridiana)
el deseo. descifra a su modo, esto es, diciendo sin decir, lo que equivale a pen-
La serie de textos culturales que he sacado a la luz -y que nos sar -como escribía más arriba- que este desciframiento es, como he-
rerniten a un Corpus homogéneo de cuentos de hadas- muestra la mos visto, el primer elemento de un nuevo enigma.
sobredeterminación que en la película afecta a la vez a la noción de ¿Es inherente al texto cultural el no ser perceptible a simple vis-
culpa y al sema de la metamorfosis. Ahora bien, otros enfoques críti- ta? ¿Estamos condenados a realizar un análisis de las estructuras
cos permiten considerar la una y el otro como elementos morfoge- textuales para comprobar su presencia? Todo conduce a pensarlo. y
néticos esenciales de la película. para convencerse basta observar de nuevo sus modos de funciona-
Tomemos el caso de la culpa: decía que esta noción está sobrede- miento tal como acabamos de examinarlos. Estos modos suponen, en
terminada en la medida en que cada uno de esos textos culturales la efecto, una semiótica dispersa y fragmentaria; cada uno de sus ele-
declina con formas múltiples (la culpa original de Eva, la victoria de mentos aislados se integra en diversos conjuntos del texto englobante,
Cristo sobre la tentación, la transgresión de Caperucita y su castigo. los cuales intervienen en la semiosis y forman parte, pues, de la mor-
el castigo de la madrastra en Ceticienta, la inocencia de la Bella Dur- fogénesis.
miente...).Ahora bien, esta misma noción se encuentra en todos 10s
niveles del texto cinematográfico: Viridiana dice ser culpable pero se
Esta misma fragmentación dota al texto cultural de una extraor- Bussiere-Perrin, Annie. "Les liens inavouables" in Tigre,n08,L'én~me,
dinaria capacidad de condensación: condensa el sentido profundo de Grenoble (oct. 1995).
los esquemas narrativos de los que procede y, al mismo tiempo, con-
Bettelheim, Bruno, Psychanafyse des contes de f4es Paris, Robert
densa el sentido del texto englobante. En todos los ejemplos que he
Laffont, coilection "Réponses". 1976.
aportado. veo tanto al uno como al otro (texto englobante y texto cul-
tural) desplegase simultáneamente ante mi vista, cualquiera que sea Cros, Edmond, "Formation discursive et déconstruction idéologique
el que analice. dans Los 01vidados"in Luis BuBueL Los olvidados, Montpellier,
Desde este punto de vista se habrá notado que el texto cultural CERS, Co-textes n012, mayo 1987, págs. 121-133.
funciona con relación al texto englobante de manera completamente
semejante al modo de funcionamiento que opera en el sueño entre el , De Ikngendrement des formes, Montpellier, CERS,
texto latente y el texto manifiesto. Podría deducirse de ello que el 1990.
interés que Bufiuel manifiesto por los mecanismos del inconsciente
Soriano, Marc, Les contes de Perrault, Paris, Gallimard, NRF,1968.
es responsable de tales fenómenos y que las conclusiones que se
deducen del análisis de Uridiana no son generaiizables. Sin embar-
go, yo sostengo la hipótesis de que sí lo son, admitiendo al mismo
tiempo que el funcionamiento que saco a la luz en la película aparece
de una forma excepcionalmente marcada.
¿Hay que concluir de ello que en toda escritura se abre un espa-
cio de semiosis regido por los mecanismos específicos del sueño? A
un inconsciente que funciona como el lenguaje parece responderle,
como un eco, una escritura que funciona, al menos en parte, como el
sueño.
Agradezca a Annie Bussiere-Perrin y a Monique Carcaud-Macaire
el haberme puesto tras la pista de C$pero&arqa, de Cen;cknra
(A. B. P.) y de ia beiJa durmienre delbosgue (M.C.M.).

Bibliografía
3690 a 1790,
Barchilon, Jacques, Lescontesmerveiffeuxfrdn~aisde
Paris, H. Champion, 1975.
Buñuel. Luis, Uridiana, prólogo de Georges Sadoul, México, Edicio-
nes Era, S. A,,1966.
Mujeres alborde de un a t a p e
den e r v h de Pedro Almodóvar

En el análisis siguiente, que aborda el funcionamiento de la figura


poética de Scherezada en Mujresalborde de un ataque de nemos, de
Pedro Almodóvar, veo que ambos sentidos (deltexto cultural y del texto
englobante)se desarroiian simultáneamenteante los ojos, sea cual fuere
el analizado.
La figura de Scherezada se inscribe en la película en tres niveles. El
indicio más evidente nos lo da la banda musical que comprende, entre
otras ocurrencias, dos extractos de la suite sinfónica del compositor
ruso Rimsky-Korsakof, Shéhéezade:un extracto del segundo movimien-
to. "Le récit du prince Kaiender", en los planos 73 ai 75 y "Le theme de
Shéhérazade" en los planos 189 al 191.
Por un efecto de retorno, este mismo elemento semantiza la fun-
ción que tienen en la película las celosías como fronteras que trazan los
limites de la mirada y la intimidad amorosa. Pero estas dos primeras
huellas, a su vez, enmarcan semióticamente la secuencia a lo largo de la
cual Pepa da la receta del gazpacho para ganar tiempo, mientras espera
que el somnífero destinado a los policías produzca efecto. El relato,
como las Milyunanoches conjura de esta manera el peligro y permite
diferir su efecto.
En definitiva, ¿de qué se trata en esta colección popular árabe de
historias recreativas? Engañado por su mujer, el rey decide invitar cada
noche una nueva amante a la que manda ejecutar al día siguiente. Al
cabo de tres años, se casa con Scherezada, la hija de su visir. Ésta cau-
tiva su atención contándole cada noche una historia cuya continuación
le promete para la noche siguiente. De este modo, durante mil y una
noches, ella desvía la muerte, se gana la confianza del rey y se convierte
en la reina.

- 207 -

.
EC suimo cm%: socroc. Y PSICOAIY.S~S ~ - J E E S AL BORDE DE UN ATAQUE DE NERVIOS DE PEDRO AU6DoVAR

Este esquema narrativo presenta las siguientes concreciones se- sigBfie a sa mere qu 'il veut fuiparfez ceffe-cirepoussea plus ,
miótica~:-11 la fidelidad amorosa opuesta a la inestabilidad y a la tar& ahora no, después, después, Zt-efle. C'est égaement ce
desconfianza que se deriva de ella y se articula en los celos; -21 la que hit Pepa forsque Candela fa presse de f'écourer ou que
seducción en los niveles de la práctica amorosa y la poética del rela- Carios fuipose une question a propos de Paufina:ya te lo con-
to; -3) la permanencia de una amenaza y los modos con que se la taré después. /& propose enfin de repousser fe voyage a
conjura, es decir, una vez más. la sistematicidad de lo diferido (por Stokhofm.
supuesto la muerte diferida. pero también el final del relato diferido Les messages écrits (la fettre grifínnée par (van et adressée a
cada noche para el día siguiente); -4) el cronotopo del matrimonio Pepa dans les premiers pfms du film) ou enregistrés corres-
con el rey sobre el cual se articulan las tres primeras concreciones pondent a des communications dfférées ou reportées dans fe
sernióticas. temps. ffsdonnent fieu a des simufacres de communication;
Destacado de esta forma, el espectro estructural de la figura poé- j'entends par s~mulacreun oójet artZcief qui vise a &re pris
tica de Scherezada coincide perfectamente con el de la película de I pour un auve objet dans un certainusage mais quine coincide
I avec f'origioaf qu 'eB a p p m c e et de &on i1fusoir. f f en est
Almodóvar. En efecto, a la im7delidad de la reina hace eco el compor-
ainsidu simufacre de Mogue au répondeur entre Pepa etjvan
tamiento voluble de Iván desgarrado entre tres mujeres y significa-
tivamente presentado, al principio de la película, como un devasta- i au cours duque1Pepa ~ntercafe ses répligus dans ceffesd ivan,
reproduisant une fois de pfus fa pratique du doubfage.
dor don Juan de las mil y una aventuras. AL igual que en las M17yuna Pepa, 2f 'Nlstarde Sbéhérazade,pra figue f'art de diffrerf'heure
:
noches, es en el nivel temático donde encontramos este tipo de com- de véritéenracontmt(ilisto¿reou des histoires. C'est ce qu 'effe
I
portamiento que puede ser considerado como uno de los elementos hit, en présence des poficiers, forsqu 'effeénumere fentement
1
fundadores del relato. Pero es también a partir de allí de donde surge tous les composants du gazpacho pour faisser au somnifire
el encadenamiento de las amenazas. Son amenazas sucesivas que difué dans fe fiquide fe temps de h 2 e son effet. (Bussiere,pág.
pesan sobre Iván y hacen que tema encontrar v enfrentar a una u 1421
otra: el deseo de venganza de su primera esposa, las amenazas de
muerte proferidas por ésta. o implícitamente, por los asesinos en la Ese diferido se deshace finalmente, en el desenlace, en el cro-
secuencia del espot publicitario, por los terroristas chiitas o también notopo de la separación que reproduce en negativo el del matrimo-
por los policías. La película de Almodóvar es, por otra parte, en el nio. Pero Iván asume en la película el papel normalmente reservado a -
plano temático, la historia de un encuentro constantemente diferido, la reina y, desde ese doble punto de vista, al menos parcialmente.
entre Pepa e Iván. Esta manera de retrasar la comunicación opera sin Scherezada resulta ser el espejo en el que se deja ver, en el modo de
embargo en otros momentos de la película: la inversión, cierta lectura de la película.
La superposición de esos dos textos permite abordar el estudio
Le doubfage du film par Pepa et Iván est ahsi un exempfe
remarquabfedepratique de communication en différé,et cette de las relaciones que unen el relato corto con el texto englobante, e
pratique est redoubféepar fe fZt que Pepa arrive en retard au intentar, de esta manera, definir su naturaleza. No nos alejamos, sin
studio Iaute de setre réveflé 2 temps, ce quiremet son inter- embargo, de la película dado que, en el interior de la intriga princi-
vention a plus tard; de plus effe differe encore son arrivée pal, se encuentran insertas intrigas secundarias entre las que figu-
pourpasserprendre /es résultats de ses examens médicaux au ran las escenas dobladas por Iván y Pepa y el episodio de los terroris-
faborato~ie;okns cette série dáctes différés en cascade on tas chiitas. Es significativo constatar además, con Catherine Berthet-
remarquera que Pepa promet 2 fa pharmacienne d á.~. ~ o r tfe
er Cahuzac, a r e el carácter abigarrado del conjunto de las ocurrencias
fendemain l'ordonnance pour fe somnif&re.Lorsque Carlos musicales
MUJERES AL BORDE DE UN ATAQUE DE NERVIOS DEPEDRD A M ~ D O V A R

couvre une étloite imbrication des compos?ntes... Si /'0n 1 el desenlace del texto englobante. El relato intercalado crea tiempo
accepte de vo~fdans /'imbrication un élément structurant qui en el interior del tiempo y podemos constatar que, con mucha fre-
orga&el'eBsemóle de /a bandemusica/e, on trouve /a unpoint cuencia, convoca contextos mucho más amplios que los que evoca el
de convergence forr avec / ktertexte de Shéhérazade. Le Conte texto englobante, por definición notablemente más largo, más locuaz.
repose sur /'eBchafnement des récits, ce que /a suite s p - Pensemos en particular en Don Quijote en el que las dos salidas del
phonique tente d'exprimer en entrem&/ant/es motifs: "dans/a protagonista duran quince días para la primera y algunos meses para
plupart des cas, tous ces sembiants de Ieitmotive ne sont que 1 la segunda, y en las que se hallan insertadas noticias que relatan
11
des matériaux purement musicaux, des motifs du déve- acontecimientos que se supone que abarcaron varios años. El relato
foppement spinphonique. Cesmotiispassent et se répandent a corto participa por lo tanto de un sistema de digresiones que suspen-
travers toutes /es parties de l'euvre, se faisant suire et i
! de el curso del relato y sirve para pasar el tiempo o ganarlo.
S éntrehant, expfiquaitRimse-KorsaArof (Pág.130)
" , / Esas observaciones deben ser extrapoladas y aplicadas a cual-
La colección de las Mi/ y una nochesse dio a conocer muy tarde quier relato. Todo el arte del relato consiste en retrasar su disolución,
en Occidente, exactamente a principios del siglo XVIII con la traduc- en diferir su propio finy, desde este punto de vista, Scherezada repre-
ción francesa de Galland (1704-1717). Ahora bien, su composición senta una auténtica alegoría del relato.
coincide con los modelos que proponen los Cuentos de Canterburx El relato mide el tiempo. Esta última proposición nos remite a los
comentarios del libro XI de las Confesionesde San Agustín que hace
de Chaucer, o el Decamerón de Boccaccio, modelos a menudo reto-
Paul Ricoeur en el primer tomo de Temps du récit (pág. 41 y sig).
mados en Francia, por ejemplo en el Heptamerón de Margarita de
Parafraseando este comentario que se basa en ejemplos escogidos
Navarra, o en España en la tradición de Sobremesa ya/ivio de cami-
por San Agustín para ilustrar lo que él designa con el nombre de
m t e s de la que deriva probablemente la moda de la intercalación
distensio anim~; yo propondré que todo relato procede de una espera
de relatos cortos en relatos englobantes que se evidencia en el Siglo
dirigida hacia su desenlace.
de Oro. Esos dos modelos son el testimonio de una relación particular
La poética del relato se rige, pues, por una sistemática de lo dife-
con el tiempo. Los datos ficcionales de la composición de la colección
rido y ésta es la característica que la une estrechamente con la pelí-
no dejan la menor duda al respecto: en un contexto de desastre, de
cula de AImodóvar, obsesionada, como vimos, por la figura de Sche-
ociosidad o de aburrimiento, recortan un universo ficticio que permi-
rezada, en quien se encarna por excelencia el arte de contar. Ahora,
te diferir el regreso a la realidad. Así como para Scherezada se trata
entre todos los elementos que forman la intriga de Mujees af borde
de ganar tiempo, en cada uno de esos modelos se trata de pasar el
de un ataque denervios, se encuentran dos espots publicitarios, uno
tiempo, ya sea para olvidar el drama que tiene lugar en el exterior
a beneficio de la promoción del preservativo contra el sida, y el otro a
(Decamerón), ya sea para soportar el cansancio y el fastidio del viaje
beneficio de un detergente. Estos dos espots nos interesan porque
(Cuentosde Canterbury)~para llenar el tiempo, al final de una comi-
sirven de contrapunto a los elementos que acabo de señalar y como
da (Sobremesa y alivio de caminantes). La expresión española al res- contrapuntos, refuerzan la argumentación que propongo.
pecto es de lo más sugestiva: se trata de hacertiempo. !Hacero ga- Jesús González Requena distingue efectivamente dos estrategias
nar tiempo! en el espot publicitario: la primera, retórica, que pretende persuadir
En una perspectiva bastante diferente a la de Paul Ricoeur, quien y está organizada en torno a un signo y, por lo tanto, por definición,
habla de algunos relatos como fábulas sobre el tiempo, considerare- en torno a un objeto ausente; la segunda pretende fascinar y se orga-
mos que la vocación del relato corto en el interior del texto englobante niza alrededor de una imagen que se impone como el objeto del de-
es producir, crear tiempo, es decir, diferir el cronotopo que constituye seo, "en calidad de objeto delirante. total, pleno y absoluto":

- 210 -
Nos encontramos. por una parte, ante una estrategia retórica, tación de estructuras y la puesta en evidencia de la coincidencia de
que trabaja en el campo semiótico -no solamente lingüístico- éstas.
en la construcción de un discurso informativo y persuasivo. El texto cultural da aquí una profundidad inesperada a la signifi-
Sus imágenes son los signos. tanto las palabras como las imá- cación objetiva de la película, sugiriendo una explicación del fracaso
genes icónicas y su trabajo es propiamente sintáctico y se- de la pareja Iván/ Pepa, es decir, llevando a la escena la distancia y el
mántico ... Por lo demás, su estrategia enunciativa señala siem- desfase que separan la imagen deseable u objeto del deseo (connota-
pre, necesariamente, la diferencia entre enunciado1 y enun- da por la organización estructural del espot y reactivada por el ele-
ciatario... Por otra parte nos encontramos ante un dispositivo mento mórfico que constituye la noción de seducción) del objeto em-
seductor destinado obviamente a seducir y por eilo, situado al pírico susceptible de ser efectivamente poseído (González, Ei espot
margen de todo mecanismo cognitivo, como por ejemplo la con- publicitario, pág. 16)
vicción. Trabaja en lo fundamental al margen del signo, pues El discurso televisivo obedece al mismo funcionamiento que el
se desenvuelve esencialmente en el plano de lo imaginario. espot publicitario; éste es la matriz del discurso televisivo dominante
Sus herramientas básicas son las imágenes en su componente y, siguiendo a González Requena, se puede senalar las características
delirante, y su trabajo consiste en la puesta en escena del ob- psicóticas de cada uno:
jeto del deseo -es preciso no olvidar que este objeto es pura-
No resulta difícil pues, reconocer los rasgos psicóticos que ca-
mente imaginario-; su puesta en escena debe ser, pues, aluci-
racterizan al discurso televisivo y que se manifiestan, lo hemos
natoria, delirante. Un objeto, entonces, amoroso. (Elespotpu-
advertido, como una sistemática "descomposición de la fun-
b/icitario, págs. 18-19)
ción del lenguaje: disociación, fragmentación, descomposición
La estrategia de seducción se organiza en torno a una interpela- general del discurso y prolongación incesante (continuidad,
ción constante del destinatario. es decir, en torno a una conversación carencia de clausura),multiplicación de "estribiios". Un discurso
cara a cara entre el yo y el tú que produce la ilusión de la recomposi- en suma, que "habla todo el tiempo", que "no cesa de hablar
ción de la plenitud original, y que excluye todo tercer término que para no decir nada." Y, al mismo tiempo, supresión del univer-
amenace esta fusión narcisista dual. En este sentido excluye en par- so referencial. cierre autorreferencial del discurso que irrealiza
ticular la narrativa auténtica. Los esbozos de relato, cuando apare- el mundo para convertirlo en espectáculo-delirante- es decir
cen, no son más que coartadas destinadas a ocultar la puesta en es- caracterizado por "esa invasión de la subjetividad" que se tra-
cena de un espacio y de una relación da seducción. El espot es por lo duce en una "dominancia realmente impactante de la relación
tanto esencialmente mostración fugitiva, desconectada de toda coor- en espejo". El espectador -y su deseo- queda ahí adherido a
denada espacio-temporal. Lo diferi'do, del que hemos visto qué papel esa eclosión del universo imaginario, a ese doble seductor y
desempeñaba e n la producción de sentido de la película como ele- hueco, vaciado de toda identidad diferencial, de toda aiteridad,
mento de la morfogénesis, se invierte aquí en su contrario, la inme- que le captura con su mirada seductora, absoluta y exclusiva-
diatez. Pero los dos opuestos se articulan, como acabamos de ver, mente fática ("el puro y siempre aparato de la relación al otro").
sobre otro elemento fundador, la seducción, e n la que se confunden o (El /discurso teleevisivo, págs.151-5 2)
se descontruyen las estructuras respectivas de las iMi/yunanochesy Ahora bien, uno y otro (espot publicitario y discurso televisivo)
de Mujeres al borde de un ataque de nervios. La figura poética de saturan nuestro universo cotidiano y construyen hechos culturales
Scherezada funciona pues como un texto cultural auténtico. Este ú1- fundamentales. Sacaremos, pues, la conclusión de que las perspecti-
timo apunta a una significación sólo accesible gracias a esta confron- vas a partir de las cuales estos hechos culturales son percibidos por
!
EL SU- CIILTVFAL.' SOCIDC&iC4 Y PSICOM~SIS MUJERES AL BORDE DE UN ATAQUE DE NERVlOS DE PEDRO A L ~ C ~ D O I I A R

la pelicula de Aimodóvar ponen en evidencia un modo de funciona- Cros, Edmond, Dbn sr/jeli l!%xre; sociocritque eCpsychane/yse.
miento pervertido del sujeto cultural susceptible de alterar la imagen Montpellier, CERS, 1995.
identitaria.
Las observaciones que anteceden me permiten, en efecto, preci- González Requena, Jesús, El discurso te/evjsivo: espectácuio de /a
sar los límites que doy al sujeto cultural y, en particular, los límites posmodernidad Madrid, Cátedra, 1992.
que doy a los procesos de identificación que lo rigen. El texto cultural , y Arnaya Ortiz de Zárate, El espot puMcitaao, Las
-que corresponde a los modos de manifestación más acabados de metamorfisis del desea. Madrid, Cátedra. 1995.
este sujeto- implica en efecto que este sujeto haya accedido a una
sírnbolica que comparte con los demás sujetos que dependen de una Ricoeur, Paul, Temps etrécit. 3 vols, Paris, Seuil, 1983-1985
cultura común. En esto, los procesos de identificación que lo interpe-
lan lo llevan a identificarse con el otro sin necesidad de confundirse
completamente con él.
Con respecto a esta construcción identitaria, la homogeneización
mediática generaría una regresión al orden imaginario o fusional.
Cuando la película de Almodóvar opone lo real como medida del
tiempo al espot publicitario administrado por la simple mostración,
esta coincidencia de estructuras contradictorias demuestra con la
mayor nitidez el grado de amenaza a la integridad del sujeto cultural
que supone el proceso de homogeneización mediática.
La problemática del relato convocada por la figura poética de
Scherezada se deja ver, por lo tanto, como una construcción semióti-
ca que es el producto de efectos reaccionales o compensatorios sus-
citados por la puesta en texto del discurso televisivo.

Bibliografía
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De Piero della Francesca a
Los olvidadosde Luis Buñuel

A continuación vamos a examinar este fenómeno textual en la


secuencia del sueño/pesadilla de Pedro en Los olvidados, detenién-
donos en la manera como viene filmada la aparición de la madre:
como una virgen que va bajando lentamente hacia su hijo es acom-
pañada por una gallina que aletea en la extremidad de una soga.
Sánchez Vidal relaciona este plano con el Retablo de Brera de Piero
della Francesca, "donde se nos muestra una madona con el niño bajo
una venera de cuyo extremo cuelga un huevo en composición que
llama la atención por lo insólito" (Sánchez Vidal, 1984, pág.134). no-
tando que, en 1949, "el mismo año en que Buñuel preparaba Los
oívidadoos Dali copió este detalle en su Madona de Port Lligat. "Los
dos cuadros -prosigue Sánchez Vidal- desarrollan un alto grado de
potencial irracional en torno a la relación entre la madre y el huevo,
reforzado por la composición circular y las bóvedas de ambos".
El cuadro de Piero della Francesca desarrolla el tema clásico de la
Madonain trono colbambino esantitratado, entre otros muchos ejem-
plos, en el PoL;tt,¿-o disanthtoniodel mismo pintor (GaUeria Nazionale
de Perugia) del cual, además, dos motivos pueden llamar la atención
por ser recurrentes en la pintura de la época: la bóveda semi-circular
y la concha que está por encima de la cabeza de la virgen. En el
Retablo de Brera, sin embargo, la representación tradicional resulta
deconstruida por la presencia de varios elementos:
- el ademán de San Juan Bautista que señala el cuerpo desnudo
de Jesús,
- la presencia del duque de Urbino, de rodillas, en el primer pla-
no, vestido de armadura.
Piero della Francesca. La Virgen y el niijo con ángeles y santos
(Milano, Pinacoteca di Brera)
- 21s -
DE P E R O DELLA FAANCESCA A LOS OZWDADOS DE LUIS B W E L

- la postura del niño Jesús que, tendido en las piernas muy apar- joya. la sangre/ joya, la sangre preciosa del sacrificio y de la salva'
tadas de su madre, parece no tener apoyo que lo sostenga y quedarse ción, la sangre del cordero divino, la sangre/símbolo de la vida eterna
en el aire por milagro, (los ademanes de Jerónimo que por una parte señala el cuerpo del
- los cuatro ángeles repartidos dos por dos de cada lado de la niño y por otra parte se golpea en el pecho como para mutilarse, la
virgen y ricamente adornados, sangre que sale de la cabeza de San Pedro, las joyas que adornan las
- los seis santos también repartidos de cada lado: a la derecha, cabezas de los ángeles...), pero también la sangre de la Cena (doce
Juan Battista, Bernardino, Jerónimo y, a la izquierda, Francisco. Juan personajes reunidos en torno a Jesús). El verdadero protagonista es
el evangelista, Pedro mártir, luego el cordero crístico en cuya figura difractada se superponen el
- el huevo colgado de la soga. recién nacido y Cristo agonizante, la vida y la muerte. Pero detengá-
Este cuadro se organiza en torno a una serie de concreciones monos precisamente en él: su postura es ilógica, flota en el aire, es
semióticas: como si no estuviera en el mismo espacio ni en el mismo tiempo que
1- El juego de la bóveda y las dos líneas semi-circulares (forma- los demás personajes, como si se tratara de una puesta en escena de
das, la primera, en el trasfondo por la fábrica arquitectónica y, la se- lo invisible.
gunda, en el primer plano por los personajes) con las líneas verticales Veamos ahora la línea vertical que reúne la concha, el huevo, la
y los pilares simboliza por lo mismo la unión de la tierra y del cielo, de Virgen y el niño jesús. Como arquetipo, la concha convoca la luna, el
tal modo que el espacio representado viene a ser el espacio de la agua, la gestación y la fertilidad, de tal forma que la continuidad se-
mediación. Ésta viene recalcada por las figuras del niño Jesús y de la miótica de este eje vertical inscribe en esta representación la figura
Virgen que son emblemáticas de la misma noción, lo cual permite de la madre y sus implicaciones inmediatas (vida, gestación, amor...).
sacar a luz una microsemiótica más amplia constituida por la oración Pero esta continuidad no agota el contenido simbólico de la figura del
del duque de Urbino, los estigmas de san Francisco, el evangelio de huevo. En muchas cosmogonías, en efecto, el huevo representa la
San Juan, el ascetismo de san Jerónimo. noción de totalidad (Eliade, 1959):el huevo cósmico es uno pero en-
2- Esta primera contraposición se articula con otra, que contra-
traña juntamente el cielo y la tierra, las aguas superiores y las aguas
rresta la vida y la muerte, ya que este cuadro fue supuestamente
inferioresy todas las múltiples virtualidades. Tales implicaciones hacen
pintado el año de la muerte de Batista Sforza, mujer del duque, des-
del huevo el símbolo por antonomasia de las Pascuas floridas que
pués de que ésta hubiera dado a luz su hijo Guidobaldo (la Virgen
remiten juntamente a la pasión de Cristo y a su resurrección. En el
sería el mismo retrato de la esposa de Federico da Montefeltro y Je-
trasfondo de la primera semiótica de la maternidad, evocada por la
sús el recién nacido); es la vida y la muerte superadas la una y la otra
continuidad previamente señalada, y en el mismo eje vertical se tras-
por las nociones de vida espiritual, de renacimiento y de vida eterna,
luce pues otro trayecto de sentido en donde viene significada la coin-
o sea por la manera como los dos planos (celeste y terrestre) interfie-
cidencia de lo terrestre y de lo celeste, de lo visible y de lo invisible,
ren el uno con el otro.
donde se está disolviendo el límite entre la realidad y lo irreal.
3- El ademán de San Juan Bautista convoca la expresión que él
Si tratamos de articular estas distintas concreciones vemos que
utiliza para designar a Jesús: "Ecce agnus dei", y el mismo cuerpo de
Jesús lleva un collar rojo con una rama de coral colocada en su lado se organizan en torno a los siguientes elementos:
derecho de donde le surgió la sangre a Cristo cuando, ya crucificado. 1- imbricación estrecha de lo visible y de lo invisible,
se le hiere con una lanza, episodio recalcado por la sangre transfigu- 2- figuras de la maternidad y de la caridad que son nociones
rada en una cruz de cristal precioso. En toda la escena circula la mis- coextensivas. En efecto, la maternidad es el símbolo de la caridad en
ma metáfora, con sus tres componentes: la sangre, el sacrificio y la la acepción cristiana del término. Así es como Antonio del Polaillo
¿i su- m m . : soC1ocRh1~4Y PSICOA~Y~LISIS DE PIERO DELLA FAANCESCA A LOS OLWDADOSDE L ~ BUWEI
S

representa a la caridad con el retrato de la "madre con su niño" en la Para mí Los olvidados es efectivamente una película de lucha
serie de las siete virtudes que está en la Galería de los Oficios de social C...] No quise hacer una película comprometida. Observé
Florencia. cosas que me emocionaron y quise transponerlas a la pantalla,
3- el elemento que domina, sin embargo, este sistema es el con- pero siempre con este amor que tengo a lo instintivo y lo irra-
cepto de mediación y, dentro de este contexto, se hace énfasis espe- cional que pueden aparecer en todo. Me sentí siempre atraído
cial en el contenido simbólico del sacrificio fuertemente valorizado por el aspecto desconocido o extraño que me fascina sin que
como vía de acceso a la riqueza espiritual. Repitamos que el símbolo sepa por qué.
del cordero/chivo emisario representa la clave de esta representa- Todo lo que quité tenía un interés únicamente simbótico. Que-
ción. Pero una serie de signos sólo aparentemente secundarios pre- ría introducir unos elementos locos, completamente hetero-
senta este sacrificio como la máxima prueba del amor/caritas (véase g é n e o ~en las escenas más realistas. Por ejemplo cuando el
Jaibo va a pelear y a matar al otro chico, en el movimiento de la
el apartado anterior 2).
cámara se ve a lo lejos la armazón de un edificio alto de once
pisos que se está construyendo y me hubiera gustado poner
aüí una orquesta de cien músicos í...] Quería poner muchos
elementos de este tipo, pero me lo prohibieron en absoluto. -
Veamos ahora el espacio de interferencia entre la película consi-
(En Lefdvre, págs.67-68: la traducción es mía)
derada como texto englobante y este texto cultural. empezando por
los impactos marginales:
2- Mediaciones y víctimas emisarias
1- Realidad y nivel i r r a c i o n a l Las figuras de la mediación, todas relacionadas con los ritos de
El mismo Buñuel puso de relieve el aspecto documental de Los sacrificio. son relativamente numerosas. Primero la paloma que el
olvidados: ciego utiliza para curar a la madre de Meche ("¡Fíjese e n la paloma!
Todos los males que Usted tenía s e le pasaron a ella. ¡No más que
Durante los tres afios que estuve sin trabajar (1947-1949) pude acaba de morirse y estará Usted curada!, pág.38); también el gallo
recorrer de un extremo a otro la ciudad de México y la miseria
contra el que la madre se encarniza y que paga manifiestamente por
de muchos de sus habitantes me impresionó. Decidí centrar
otro ("¡Condenado gallo! Ora verás. iÁndale! iÁndale! - no le pegues
LosolwYaadossobre la vida de los niños abandonados; para do-
cumentarme, consulté pacientemente los archivos de un re- más, pág.56); las gallinas que mata Pedro en la escuela La Granja
formatorio. Mi historia se basó en hechos reales. Traté de de- ("como crees que ésta e s una cárcel terrible y que todos somos muy
nunciar la triste condición de los humildes sin embellecerla malos querías matarnos a nosotros pero, como no te atrevías, lo pa-
porque odio la dulcificación del carácter de los pobres. (en garon las gallinas. ¿No e s cierto?, pág.80). La gran figura de la me-
Sánchez Vidal, pág.119) diación es, sin embargo, Jaibo. Él es quien conoce las leyes, quien
inicia a todo el grupo en cierto tipo de delincuencia, a quien se le pide
En esto acata la estética neo-realista y cuando habla de la géne-
que describa el mundo de la correccional; es quien por fin se interpo-
sis de Los olvliladosno deja de mencionar cuánto admira Sciusc;a de
ne constantemente entre el universo de los muchachos y el de los
Vittorio de Sica. Sin embargo, el episodio onírico que nos interesa
adultos. Pero. fuera de él, e s evidente que el juez, el director de la
puede atribuirse a una influencia del surrealismo. Buñuel siempre
Escuela Granja. los educadores, el policía no son más que los me-
confesó de todas formas su gusto por lo irracional:
diadores de la sociedad, una sociedad a la cual se percibe como una particular: el ralenti de las imágenes, la reconciliación afectiva con ,
instancia alejada o ausente (véase el indefinido de "Te fregaron"),de un regazo materno protector, así como con su propia víctima Pedro, el
tal modo que son el papel y el funcionamiento de esta estructura supuesto acceso de Jaibo a un espacio de paz y descanso ("ahora
mediadora los que son responsables de la perversión del proyecto duérmase y no piense", pág.92), el perdón que se le otorga, la visión
social implícitamente denunciada por la manera como viene manipu- de su soledad, santifican al personaje como portador inocente del
lada la voz en off. En efecto, en la obra de Buñuel, la mediación pro- mal ("el perro sarnoso, míralo, ahí viene ..." Ibid.),mientras que, por
yecta, por naturaleza, unos valores pervertidos que proceden de la otra parte, el policía viene a ser el instrumento de un colectivo que se
degradación de los valores auténticos. queda escondido y oculto ('Ora sí, te fregaron, Jaibo. Te dieron un
Volvamos, sin embargo, a Jaibo y a su aspecto satánico. Este per- plomazo en la mera frente....", Ibid.).Pero hay más: mientras que el
sonaje irrumpe en un grupo de muchachos falto de cualquier organi- policía le dispara en la espalda, la cámara nos muestra a Jaibo herido
zación; su llegada viene anunciada por uno de su fieles; surge de otro en la mera frente ('Te dieron un plomazo en la mera frente...", Ibid.).
mundo presentado en cierta medida como mítico y temible, el de la El protagonista tiene de esta forma acceso al estatuto de chivo emi-
cárcel y de los réprobos. A partir de este momento es filmado como sario, señalado y marcado por el destino.
aquel que reparte premios, órdenes y castigos, aquel que provee las La figura Crística sufre una evidente deconstrucción en toda la
necesidades pervertidas del grupo en cuyo centro se acomoda; des- obra de Buñuel, en la medida en que siempre se difracta en una sis-
truye las relaciones de estructuras sociales que sobreviven en este temática de reversibilidad que la hace alternar con Satanás (véase
universo marginal, mina las autoridades familiares, se interpone cons- más arriba, el análisis de Un'dianaJ.Losolfilfildados, sin embargo, en-
tantemente entre sus súbditos y sus más inmediatos íntimos (la ma- foca este simbolismo desde una perspectiva específica que privilegia
dre de Pedro, el abuelo de Meche, el ciego y Ojitos...). Él es el que el espacio de la víctima emisaria, cuestionándolo como un espacio
sabe, el que trama las intrigas, compromete a los demás, hace fraca- donde se sobreponen y se confunden el uno en el otro, el Bien y el
sar los arrepentimientos, compra los favores; él es el mayor obstáculo Mal, o sea como una totalidad que incluye todas las contradicciones,
con que choca Pedro cuando emprende el camino de su conversión y aquella Totalidad del huevo cósmico. No sobra insistir en la coinci-
de su reconciliación con su madre. Es, sobre todo, el dueño de la dencia que contemplamos de esta forma entre los núcleos semióticos
palabra y de la mirada. Cuando surge literalmente de la tierra, en el mayores de las dos obras y el funcionamiento intratextual del texto
sueño de Pedro, este sueño se transforma en pesadilla, y sus apari- cultural.
ciones vienen acompañadas con truenos. En la puesta en escena del
episodio de la afiladuría parece surgir de entre las llamas mientras
que, de manera significativa, se proyecta en el mismo momento la
sombra de una cruz. Remito al momento en que, en C m e ydemoBio
(1950) Susana la diabólica, destinada a atravesar las estructuras so-
Bibliografía
ciales para destruirlas, ve súbitamente, durante una tormenta, los Calvesi, Mauricio, Piero della Francesca (traductionClaude Bonnafont).
barrotes de la ventana que la tienen encarcelada abrirse mientras Milan, Liana Levi, 1998.
están proyectando una cruz en las lozas de su celda.
No se podría, finalmente, pasar por alto el desenlace: éste pre- Cros, Edmond, "Sobre un campo morfogenético en Los 01vidados"en
senta la muerte de Jaibo como el sacrificio de una víctima emisaria Ideosemas ymorfogénesis del texto -Literaturas española e his-
que permite reconstruir la unidad de la colectividad y librar a ésta de pnoamerjcana, Fraankfurt, VervuertVerlag, 1992, cap.8, págs.181-
los riesgos de desintegración social. No vale la pena insistir en el 188.
Eliade M.. Sources orientales-La naissance du monde, 1, Paris, 1959.
Lefevre, Raymond, Luis Buiiuel, Paris, Edilig, 1984.
Sánchez Vidal, Agustin, LuisBudueL Obra chematográfjca,Madrid,
Ediciones J.C.. 1984.

Lienzo del lego cartujo Fray Juan Sánchez Cot


Descanso en ia huida a Egif
Descanso en la Huida a Eg~pto, lienzo
del lego cartujo Fray Juan Sánchez Cotán

Para abordar el examen de la manera como puede funcionar un


texto cultural en el campo de la pintura haré hincapié en el inteligen-
te análisis de este cuadro que hace Manuel Montoya en su tesis sobre
la pintura española del Siglo de Oro, Le peintre herméneute: théo-
rt?tltlqueet théologie delfmagedanslapehture espagnole des S&cles
d'0r (1560-37301.
Juan Sánchez Cotán, nacido en Orgaz en 1560 y formado en Toledo
con Blas de Prado, vino a Granada a profesar como lego en 1603;
realizó en la Cartuja de Granada "uno de los conjuntos más impor-
tantes de la pintura monástica española" y, dentro de este conjunto,
figuran, entre las obras más tempranas que pinto en la Cartuja, dos
grandes lienzos de 275 cm por 183 cm, colocados en los dos altares
que están de cada lado del coro de los frailes legos, Descanso de la
Huida a Eg~jpoy.Bautismo de Jesús, "indudablemente concebidos
para ese lugar, dada la adaptación de sus efectos de claroscuro con
respecto a la iluminación del templo" (Orozco Díaz, 2000). Nos inte-
resaremos por el primero de los dos cuadros.
Este episodio de la vida de Cristo está codificado y debemos se-
ñalar primero, a grandes rasgos, en qué consisten las representacio-
nes tradicionales, textuales e iconográficas. para mostrar el espacio
de las desconstrucciones que a la obra contemplada le confieren su
significación. En su Arte de pintura escribe Francisco Pacheco:
La pintura desta huida será así: Nuestra Señora sentada en su
asnita. con su manto azul. ropa rosada y toca en su cabeza y
sombrero de palma puesto; el Niño envuelto, en sus brazos,
que descubra algo del rostro, san Josef delante, haldas en cin-
EL C m ~ S. O. C I O C R ~y~~~s r m ~ Á U = s DEsWso W LA HUIDA A EGIPTO, UNUErlZODEL LEM C ~ A ~ ( U O F ~ Y J U A N S , C H ~ Z C O ~ ~

ta, con su báculo, llevando de diestro la jumenta. y un ángel a Jesús; el espacio representado no es el desierto sino un lugar ame-
volando delante ensefiándoles el camino.[...1 Cuando vemos pin- no; en el segundo término se ven una sierra, un río, un puente, una
tada a la Vzgen Nuestra Señora con el Niño grandecito de la puerta fortificada, un pontón. La significación de esta pintura se ha
mano y a su esposo con la asnita o descansando en el campo de buscar en la manera como todos los elementos. proyectados en el
t...] habernos de entender que es la vuelta de Egipto después
estereotipo, organizan sus relaciones.
de los siete afios [...] Y esto baste a la descripción de las cuatro Nos va a dar acceso a este sistema una microsemiótica eva-
historias pertenecientes a la huida a Egipto... nescente -digámoslo así- por lo difícil que es de percibir, pero que
Manuel Montoya capta con acierto cuando relaciona los signos si-
Las cuatro historias a las cuales alude Pacheco son los cuatro guientes: el asno, el cuchillo, el ángel, el roble. a los cuales se han de
momentos de este episodio de la infancia de Cristo seleccionados por añadir la yuxtaposición del padre y del hijo, la piel de cordero que
las representaciones tradicionales (Masacre de los inocentes -Huida sirve de albarda del asno y, sobre todo, el segundo cuchillo. De ate-
a Egipto- Temporada en Egipto- Vuelta de Egipto). El modelo de la nerse al nivel narrativo que se convoca en esta escena, la presencia
representación que está describiendo corresponde con aquella que de un segundo cuchillo parecería superflua: imaginamos, en efecto,
es la más difundida y que ha sobrevivido por lo tanto hasta los días que José debe utilizar para pelar la fruta el instrumento que ya le
actuales. Pero Manuel Montoya nos llama la atención sobre otro ele- sirvió para cortar el pan y el queso, de manera que esta repetición,
mento que suele aparecer también detrás del asno, la palmera, ele- colocada además en el primer plano como un residuo de una acción
mento relacionado con el tema de la sed de la Virgen, el cual, estima ya acabada, confiere una importancia manifiesta al cuchillo que se
Panofsky, procede de un texto del siglo VIII-IX que dice: nos presenta de esta forma como el cuchillo del sacrificio blandido
por Abraham cuando Dios le ordena sacrificar a su hijo. Tal es en
... al tercer día María estaba cansada por el ardor del sol y efecto la evocación que convoca la micosemiótica que acabamos de
viendo una palmera dijo a Josef: "Voy a descansar un poco en reconstruir con Manuel Montoya. Pero dicho episodio del Antiguo Tes-
su sombra". Josef la llevó hasta la palmera y la hizo apearse.
tamento se organiza en torno a unos elementos mórficos: el sacrifi-
Después de sentada María levantó los ojos a la palmera y vien- cio, la alianza con Dios. la mediación, la promesa de una nueva épo-
do que estaba cuajada de frutas dijo a Josef: "De ser posible ca. Veamos ahora cómo se articula la morfogénesis del cuadro de
me gustaría probar las frutas de esta palmera", y le dijo Josef: Sánchez Cotán con la estructura del texto cultural que acabamos de
'Que hables así me sorprende, al ver la altura de este árbol y
sacar a luz.
que pienses comer sus frutas. Lo que me preocupa a mí es la
Suponiendo que en esta representación José, después de haber
falta de agua ya que nuestros odres están agotados y no nos guiado a Maria y al Niño por el desierto, ha cruzado con ellos un río y
queda ni una gota para nosotros ni para nuestros animales".
que ya los tres personajes están descansando en un espacio apacible
Entonces el nifio Jesús que descansaba en el regazo de su madre
limitado en el trasfondo por el monte que domina el río, Manuel
dijo a la palmera: "Árbol, dóblate y alimenta a mi madre con
Montoya estima que tales motivos evocan otros episodios del Antiguo
tus frutas". Al oír estas palabras la palmera dobló su cumbre Testamento: la revelación de la Ley a Moisés y el pacto de Alianza con
hasta los pies de Maria y cogieron las frutas... Dios en el monte Sinai. el camino hacia la Tierra Prometida de los
Notamos de inmediato en qué discrepa el cuadro de Sánchez Cotán hebreos y su paso por el mar Rojo. En tal caso es evidente la coinci-
de estos estereotipos. Su pintura comprende una serie de elementos dencia de lo que sería un nuevo texto cultural con el anterior, a no ser
originales: un roble, un verdadero bodegón (pan, queso, cuchillo). que esta lectura corresponda con unos efectos producidos por el fun-
María alcanza un vaso de agua al Niño, José pela una fruta destinada cionamiento del genotexto de la pintura.
I DESCANSO EN LA HUIDA A EGIPTO. U N L I . 0 DE LEGO olRNJ0 F ~ Y J L ! S & C H ~m7&

De todas formas, las observaciones que preceden ponen de relie- dicado a la figura crística. mediadora por antonomasia. Pero Cristo es
mediador en la medida en que se le sacrifica. En este plan, se puede
ve la yuxtaposición o la confrontación de los dos testamentos, recal-
observar también una microsemiótica bastante nutrida pero que se
cados por !a presencia, en el primer plano, del roble (tradicionalmen-
organiza en torno al simbolismo de la comunión realizado por la re-
te dedicado a Júpiter, lo cual nos remite más bien al paganismo y 81
presentación de una comida emblemática. Para entender y mejor fi-
Antiguo Testamento) y de la palmera, estrechamente ligada a la rec-
jar los contornos de ésta nos debemos fijar e n las incoherencias na-
tificación de la representación de La Huida a Egipto (véase más arri-
rrativas del episodio que. precisamente por su misma incoherencia,
ba) y, por lo tanto. emblemática del Nuevo Testamento. Dicha rela-
no dejan de ofrecer una significación semiótica de mucho interés. AI
ción es, sin embargo, una relación de contraposición: detrás de los
Nifio se le ofrece agua y José le prepara una fruta para que él se la
dos árboles del primer plano, en efecto, se perciben otros árboles
coma. Los dos ademanes son inconcebibles en la supuesta realidad
difíciles de identificar cuyas ramas parecen rotas o secas, dispositivo
ya que se trata de un niño que. a su edad, no puede ni beber en un
éste que la lectura de Cesare =pa puede aclarar.
vaso ni comer una manzana, de tal forma que se han de desconectar
... por cuanto dichos árboles mutuamente se combaten, rom- del nivel de la narración y se han de relacionar, al contrario. con el
piéndose unos a otros y hurtándose y disputándose el terreno. nivel esencialmente simbólico. El agua así puesta de realce puede
L...] De dicho símil de las Encinas también puede deducirse que remitir al bautismo de Jesús en el contexto de la proxemática (Véase
así como estos árboles son muy grandes y gdlardos, sóiidos. BautismodeJesúsen el otro altar) y en este caso alimentaría el tema
densos, duros y dificilísimos de arrancar o de talarlos con el de la (nueva) alianza con Dios ya evocada con la (antigua) alianza
hacha, aun así, cuando se enfrentan los unos con los Otros. ofrecida a Abrabam y a Moisés. Manuel Montoya va más allá de esta
fácilmente se rompen y desgarran. primera interpretación al establecer una equivalencia entre, prime-
A partir de esta perspectiva -la lucha por la ocupación del espa- ro, el agua y la leche (María tiene el vaso delante de su pecho, convo-
cio- vendría evocada la superación de la época antigua por la nueva. cando por lo mismo la figura de Marfa jactan$ y, a continuación, la
representada ésta juntamente por la figura Crística y la palmera, cuyo leche y la sangre. Este sistema de equivalencia se justifica por el
tronco recto pintado como el eje de la representación evoca la colum- siguiente pasaje de Descripcin de la galera real de Mal Lara: 'la
na de la Nueva Iglesia. E1 Antiguo Testamento funciona a la vez como leche no es más que benigna superfluidad de sangre que la naturale-
punto de referencia y contrapunto. Pero esta contraposición implica za enbia a los pechos de las mujeres", opinión compartida por Co-
forzosamente el sema de la trans-ición de la una a la otra y este sema varrubias para quien la leche es: "El jugo de la sangre cozida que
viene reproducido en todos los niveles: temático (el paso a Egipto, el naturaleza embia (sic) a las tetas de la hembra entre los animales
descanso como momento entre dos etapas), simbólico (las varias ma- para que con ella críe sus hijos."
neras de cruzar el río, con una barca cuya presencia está evocada por Si se acepta la argumentación de Manuel Montoya, para mi muy
el pontón, o con el puente); este tránsito se nos presenta como dificil convincente. además de brillante, la coincidencia de las dos estruc-
(los franqueamientos respectivos del puente y del río vienen dificul- turas (texto englobante y texto cultural) es muy evidente. En este
tados por la puerta fortificada y el paso estrecho de las aguas domi- caso, como en las ejempliíicaciones estudiadas en los capítulos ante-
nadas por la mole amenazante de la roca). A su vez, sin embargo. riores, el texto cultural (el sacrificio de Abraham) funciona como una
estos elementos constituyen los instrumentos que permiten el paso y verdadera clave de decodificación, pero, además, sacar a luz su pre-
por lo mismo, atañen al concepto de mediación que es el concepto sencia permite percibir y tomar en cuenta la sistemática de la di-
aparentemente más recurrente en un cuadro significativamente de- fracción (Antiguo y Nuevo Testamento), en la cual estriba la produc-
ción de sentido en servicio de la exaltación de la Iglesia Católica y de
Roma. A partir de estas observaciones convendría ahora cuestionar
las eventuales mediaciones sociodiscursivas, teniendo en cuenta que
algunos de los elementos que desempeñan un papel céntrico en el El impacto del sujeto cultural en
sistema semiótico que hemos analizado sólo aparecen en el siglo XVI
en el corpus de las representaciones de La Huida a Eg~ipo. la novela española actual (1975-2000)

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I
En un primer apartado, privilegio el análisis de algunas catego-
l rías textuales: sujeto de la enunciación, personajes, comparaciones,
l
i sintaxis y modalidades especificas de la escritura, para tratar de sa-
i,
l
car a luz el sistema semiótico en el que están codificadoslos contor-
nos de la representación del sujeto cultural implicado.
Nótese primero que las estrategias textuales observadas en todo

i el corpus se organizan en torno a unjuego de espejos y de difracciones.


Tal es el caso de la instancia de enunciación cuya identificación viene
problematizada por la alternancia de los relatos en tercera y en pri-
i mera persona en El amante bi/iBgede Juan Marsé, por ejemplo, con
la introducción del género epistolario en J.J. Millás Ga soledad era
esto, Vo/vr a casal y en la producción de Juan Goytisolo, donde la
escisión del sujeto aparece ya en 1966 (Véase en Sefiasdeidentidad
el uso del yo y del tú) y perdura a lo largo de la obra. Por otra parte, el

1
rición del cadáver, siendo el Único indicio un manuscrito encontrado
juego de los pronombres personales es la clave de bóveda de la estra-
tegia de desorientación enunciada de manera explícita en un frag-
mento de Juan sin tierra, titulado yo/tÚ:
i
!
en una maleta. La biografía de este hombre, cuyas Letras iniciales J.
G. sugieren un parentesco con el autor, es aquello que los co-lectores
1! de L a s s e m a s d e i j a r d f n (J. Goytisolo, 1997) tratan de reconstituir
mudan las sombras errantes en vuestra imprescindible horma en sus veintiocho versiones diferentes.
huera. y hábilmente podrás jugar con los signos sin que el lec- Planteando el problema de la identidad de J.G/Eusebio,este rela-
tor ingenuo lo advierta (Juan Goytisolo, 1977). to coloca la encuesta sobre el personaje. el narrador y el autor en el
Dicho proceso de confusión entre las personas contamina todas centro de un juego de pistas inextricable en donde los testimonios
las categorías textuales y, más especialmente, la representación del contradictoriosy complementarios ponen de relieve el elemento mór-
tiempo, produciendo por ejemplo en Ef amante bilingüeun enuncia- fico coincidencialno-coincidencia que pertenece al campo morfoge-
do agramatical del tipo de "Hoy se sentaba", donde el presente de nético de todo el corpus.
narración coincide con el imperfecto. Edmond Cros (1995) ha señala- En Vofvera casa la trama se organiza en torno a la desaparición
do cómo funciona en BeatusIlieun proceso de confusión que afecta del hermano gemelo de Juan. autor de una novela por acabar titulada
al sujeto de la enunciación y contamina todas las categorías textuales "Volver a casa". Juan sale a buscar a su hermano para recobrar su
generando unos efectos que pueden compararse con el fundido en- propia identidad. que había cambiado antaño con la suya, e intercam-
cadenado en donde llegan a confundirse, el uno con el otro, el perso- biar de esta forma el papel de personaje, al cual resulta condenado
naje y el narrador. Esta problematización de la identificación del na- por el papel de autor del cual le ha despojado su hermano.
rrador hace desviar la búsqueda de la identidad hacia la encuesta El esquema a modo de laberinto adoptado en todo el corpus con-
policíaca; así es como la intriga se construye en torno al asesinato del funde las pistas. posterga el resultado de la encuesta, difiere el desen-
personaje de Mariana y los distintos testimonios discrepan hasta el lace del enigma. acumulando las digresiones y las bifurcaciones de lo
momento en que coinciden todos para designar al autor del asesina- narrado. de donde el uso recurrente del paréntesis y el recurso a la
to. Para Edmond Cros esta sistemática atañe a la estructura del texto práctica del fragmento. En Juan Goytisolo, por ejemplo, el hilo de la
y es ésta la que convoca las coerciones de la novela policíaca. narración está sin cesar interrumpido y reanudado; la unidad del re-
Beatus (//e mantiene el suspense hasta la anagnóresis final en lato se construye a partir de los fragmentos, proceso éste irónica-
que Minaya, que investiga para escribir la biografía del poeta repu- mente puesto en escena en Paisajes después de fa batalla, donde los
blicano desaparecido, descubre que todos los indicios y documentos 1 trozos del texto diseminados por una explosión inicial no se reúnen
que ha ido descubriendo a lo largo de su encuesta han sido forjados nunca de manera definitiva conforme a un esquema ordenado y fijo.
por el impostor Solana. Simultáneamente el lector se entera de que el De manera general, la difracción del sujeto (narrador, personaje)
narrador de Beatusmees el mismo Solana. Búsqueda de identidad, está programada en la morfogénesis con la oposición entre el interior
encuesta, enigma policíaca funcionan sobre el mismo esquema (con-
fundir/enmascarar). Finalmente la novela se nos aparece como un 1 y el exterior, el adentro y el afuera. Así es como en Millás el uso recu-
rrente de la focalización interna asociado con la escasez de diálogos
pone de manifiesto la no-coincidencia del sujeto con la realidad exte-
simulacro de novela policíaca en la que la no-coincidencia no deja de
cuestionar la coincidencia y socavar la búsqueda de lo verdadero, de j rior y su encarcelamiento en la fortaleza del cuerpo. J.C. Mainer des-
tal manera que el texto se desvanece en esos efectos ilusorios en 1 taca este fenómeno cuándo observa que la novela llamada postmo-
donde lo verdadero y lo falso vienen a confundirse.
Es el caso también en Ef sitio de los sitios que pone en escena la
muerte de un misterioso viajero en un hotel de Sarajevo y la desapa-
1
i
derna no refleja la sociedad y que su temática se reduce a unos pro-
blemas de identidad y de relaciones del personaje con su ámbito más
cercano. Comenta la importancia del espacio del cuerpo en Millas:
l
1
EL SuJm cLILiZIRAL.. Y PSIMA~VÁ~ISI~
SOCIOCR~~ EL LliPAGV DEL SUATO CUZTUR4i EV LA NOVELA ESPmLA ACTL'AL (1975.20001

Las imágenes fisiológicasde Millás, creo que reflejan muy cla- concretamente: des-componer, des-asosiego. desesperación (Millis,
ramente el miedo a lo que está fuera, el miedo a salir al exte- 1990b, págs.125-126). Está presente, bajo otras formas, en las cons-
rior y la necesidad de volver a su interior, aunque el interior trucciones donde alternan yay todavrá, preGistoy resuftar:prevjstoy
sea drarnáticoy terrible, pero bastante seguro. Esas inmersiones recuerdo, prevenido y después de (Marsé. 1999. pág.9) o también en
de Millás por su propia fisiología expresan una incapacidad de la antítesis de La memo& futura (Muñoz Molina. 19861, y en otras
comercio con la realidad. (Mainer, 1998, pág.55) tantas duplicatas en las cuales cada término evoca dos tiempos que
se presentan cada vez como desfasados el uno con arreglo al otro:
El mismo Mainer califica a Javier Marías de "introspectivo y ensi- presente y futuro en ya, previsto, prevenido; presente y pasado en
mismado egoísta". todawá, resulta, recuerdo, después de, memoria. La misma semánti-
El estatus de la realidad está constantemente cuestionado por los ca de la difracción se exhibe en el epígrafe de Muñoz Molina (1986):
personajes que evolucionan en campos limítrofes -entre vigilia y sue- ~MixiBgmemoryanddesire,donde se encuentra repetida una vez más
ño, entre recuerdos y realidad, entre razón y locura- a modo de un la coexistencia cuestionada de la inmanencia y de la remanencia; se
border-he, de manera que una duda generalizada socava cualquier realiza también en la sintaxis que, privilegiando los giros adversativos
posibilidad de sentar lo verdadero y resolver el enigma inicial. En &mitad vsla otramitad unos vsfos otros, Millás 1988, pág.941 arti-
Beatusflfe, la memoria de Jacinto Solana introduce un filtro que cues- culados por n o...sino, sin embargo, introduce una escisión en el seno
tiona la coincidencia de los datos objetivos y de los recuerdos: "No de la misma frase y genera una multiplicación de efectos especulares.
concuerda el tiempo exacto de los calendarios con el de la memoria". El uso de la comparación aumenta este fenómeno.Por ejemplo. en Juan
(pág.44).El protagonista de Volver a casa, por su parte, "se hallaba Marsé. el retrato de Norma -que, por otra parte, es la copia de una
cerca de la frontera situada entre el sueño y la vigilia, en la trastienda foto- resulta escindido por el articulador adversativo, lo cual pone de
de la realidad". En Las wktudes defpájarosofitario (J. Goytisolo, 1986) manifiesto la distancia entre el ser y el parecer y, por consiguiente, la
una pantalla de TV se interpone en el delirio del narrador protagonis- impostura de la máscara:
ta tendido en su cama de enfermo, mientras que en La Cuarentena
una combinación extraña, tan difícil de explicar en Norma: no
(J. Goytisolo, 1991) el narrador, frente a la pantalla de su TC! incide que fuese fea. pero que lo pareciese -del mismo modo que no
en el sueño y se pierde en él sin que vengan a ser explícitos estos parecía una mujer rica, y siB embargo lo era, y mucho ... (pág.
cambios ocurridos en el estatus de la realidad. Finalmente, estos es- 55) .... Las gafas de cegata le daban un aire de puta desvalida,
tados limítrofes derivan muchas veces hasta el delirio de la persecu- sin recursos, pero esta aparencia era desmentida por la ten-
ción @eatus(/e, ibfvera casa, Ef sitio defossitios), bajo el efecto del sión del cuerpo, el poder mayestático de los huesos. (pág.102)
alcohol en el caso de Ef amante bifingüe.
Hablando del uso de la comparación por Muñoz Molina, Genevidve Los giros adversativos fno...pero, no...sino, ni..sin embargo/, la
Champeau (1997, pág.107) subraya el juego de semejanzas y dife- locución comparativa füefmismo modo p e l el wiasmo w e afecta
rencias que produce esta figura de retórica y la tensión permanente ser/parecer: conjugan sus efectos para instituir una microsemiótica
i del simulacro.
entre los dos polos que se acercan el uno al otro sin confundirse ja-
más; sin embargo, para mí la coincidencia de los dos opuestos apare- En todo el Corpus se dan unas modalidades de escritura que bo-
ce como una esencia o un valor auténtico que sirve de referencia. rran los indicios distintivos, especialmente entre el discurso directo y
pero que no se realiza nunca. el discurso indirecto [guiones, incisos, rayas...], y privilegian el dis-
Esta semántica de la difracción en la que resulta rechazado lo curso indirecto libre. o sea. un discurso que media entre los dos dis-
que podría existir se extiende, en Millás, al léxico que así la realiza cursos clásicos (directo e indirecto). El discurso directo es minoritario
término (el ideal del Yo) es imprescindible para normalizar las rela-
y, las más de las veces, sólo produce un simulacro en el que un seudo-
ciones entre el Yo y su doble. Mientras que el Yo ideal es una proyec-
diálogo devela su auténtica naturaleza de monólogo.
ción imaginaria. este ideal del Yo representa una interiorización sim-
bólica que se construye a partir del significante del padre y viene
constituida por el conjunto de los valores sociales vigentes en la so-
Lectura psicoanalítica ~ciedad
- .. - -.

Difracción, confusión. fragmentación, regresión, etc., constitu- Nos consta. pues, que la fase del espejo se articula sobre el ele-
yen pues otros tantos efectos producidos en todos los niveles textua- mento mórfico que hemos calificado de dinámico [coincidencialno-
les contemplados en la construcciones poéticas y narrativas más re- coincidencia o inmanencialremanencia]; el niño en efecto se siente
currentes del corpus [viaje iniciático. figuras del doble, del laberinto. todawá coom fragmentado pero ya se percibe como un cuerpo reuni-
del monstruo, de la máscara, del impostor, del hermano enemigo...]. ficado. Caso de que no se haya superado, el componente negativo de
Se trata de unos efectos producidos por un conjunto de nociones o la experiencia acarrea una regresión en la constitución del Yo, un
valores (socialesy morales) que constituyen un campo morfogenético déficit de subjetivizacion que produce la escisión del sujeto y genera
I
cuyo dinamismo viene, las más de las veces, impulsado por el funcio- una serie de dobles y máscaras. El sujeto puede ser indiferentemente
namiento de los dos opuestos coincidenciafno coincidencia. Ahora Nadie, como Jacinto Solana en BeatusUeo todos los demás; no tiene
bien, esta misma oposición se nos aparece como esencial y básica una identidad fija; la pérdida del otro como parte integrante de sí
cuando se analiza el proceso sicofisiológicode la fase del espejo des- mismo constituye una herida sin remedio, como consta en todo el
crita por Jacques Lacan, la cual representa la clave de la construc- corpus. El sujeto no reconoce su imagen y ésta se transforma en una
ción de la identidad. máscara amenazadora, en un impostor que usurpa la identidad del
Remito a la problemática del advenimiento del sujeto tal como la sujeto y lo persigue.
plantea la teoría sicoanalítica a partir de un concepto céntrico, o sea Durante la fase del espejo, en la inversión del narcisismo en pa-
el mecanismo de inversión del narcisismo en paranoia. Para Jacques ranoia. surge la figura del hermano enemigo que señala una falla en
Lacan, en efecto, en la fase del espejo vienen a coincidir dos tiempos la construcción del ideal del Yo.
distintos de la formación del Yo: el niño contempla por primera vez su Hemos observado que la figura del doble viene generada por la
imagen reunificada en el espejo; mientras que él sigue sintiendo su escisión del Yo que, en algunos casos patológicos de delirio de vigi-
cuerpo fragmentado, su propio reflejo le parece, al contrario, gozar lancia. coincide con una instancia crítica hipertrofiada. Este super-Yo
de un dominio total del suyo. Esta imagen lo fascina, se trata de la tiránico sustituye al ideal del Yo y opera por medio de la mirada. Aho-
imagen ideal de sí mismo, la cual alimenta su narcisismo, pero se le ra bien, en todo el corpus contemplado hemos puesto de manifiesto
la presencia del ojo espía e inquisidor que acecha a su presa, la pre-
presenta también como la representación de otra persona, como un
sencia también de la mirada tachada o tuerta y otros tantos elemen-
extranjero que lo domina y lo amenaza, por lo cual su narcisismo se !
invierte en paranoia. La fase del espejo es una etapa decisiva en la tos recurrentes que atañen a la percepción visual que hemos de in-
terpretar en el contexto de una construcción identitaria perturbada y
historia del sujeto descentrado que, en adelante, se siente como ena-
I de una regresión a la vertiente negativa de la experiencia de la fase
jenado con arreglo a sí mismo. De este drama entre la enajenación y
del espejo. entendida como nostalgia del paraíso perdido y de los
la subjetivización surge como consecuencia una discrepancia defini-
territorios míticos de la relación fusiona1con la madre.
tiva entre el ser y el Yo. Este enfrentamiento entre el Yo y el Yo ideal i La instancia del super-Yo tiránico opera también en la melancolía
(la superposición en el espejo del Yo y de su reflejo) genera una riva-
I y, estrechamente asociado al narcisismo, señala un fracaso en la
lidad radical y el deseo de matar al otro. La presencia de un tercer
EL B.ffACi0 DEL SUJ'O CUL7UR4L AV LA IAWLA L5"aniOLA A m H L (1975-2000,

110 progresivo del ultra liberalismo. La superestructura ideológica a la


construcción de la identidad, un funcionamiento pervertido del ideal cual me refiero y en la que las evoluciones de la infraestructura no
del Yo como mediación entre el Yo y el Yo ideal (Freud, 1998). La repercuten de manera forzosamente inmediata y mecánica, revela,
pérdida de un objeto deseado y querido lleva a una identificación para el periodo contemplado (1975-2000), algunos trayectos semió-
total del Yo con este objeto introyectado bajo la forma arcaica de la tico-ideológicos que proceden de estas capas heterogéneas y que se
identificación oral; parte del Yo toma a la otra parte como objeto y la deconstruyen las unas en las otras. En el trasfondo del caos que cons-
censura por medio de reproches severos y autodestructores. tituyen se puede divisar, sin embargo, una nueva estructura a la cual
El Corpus seleccionado ofrece una serie de sujetos que se han se deben atribuir los distintos fenómenos que acabo de mencionar en
refugiado en sus respectivas fortalezas narcisistas y frente a la pérdi- mi estudio semiótico anterior. El eje principal que me va a guiar y que
da del ser querido reaccionan con un proceso de tipo melancólico: no hemos dejado de observar a lo largo del análisis que precede, es la
Jacinto Solana en BeatusLfie, Joan Marés en Elamante bilingüe, Juan antítesis fundamental que opone la coincidencia a la no-coinciden-
José en VoJvera casa, el protagonista de Elsitio de los sitios. cia. la cual en mi estudio sociocrítico cobra la forma de unos fenóme-
nos de dis-sincronía. Estos fenómenos caracterizan en efecto las
modalidades de la articulación de la historia española con la historia
Lectura sociocrítica de la Europa occidental, desde el franquismo hasta el postfranquismo
Los efectos de la fase del espejo se articulan en última instancia y la institución de la democracia. Es notable el impacto del largo pe-
con unos fenómenos sicofisiológicosde desfaseque generan las imá- ríodo 1936-1975, en el plano temático y en la producción de unas
genes difractadas del sujeto que, a su vez, producen narcisismo y figuras poéticas (la figura de los hermanos enemigos por ejemplo)
paranoia. Es imprescindible que el ideal del Yo sea suficientemente pero quizás y sobre todo en el campo de las estructuras profundas
fuerte, con puntos.de referencia estables y eficientes como para re- por medio del cuestionamiento del ideal del Yo, y de la figura del
gular este sistema. Hemos observado en nuestra lectura psicoanalítica padre más precisamente. La dictadura franquista, en efecto, interio-
que las fallas del ideal del Yo en provecho del Yo ideal producen una rizada como un super Yo tiránico lleva a la desaparición de la figura
perversión del funcionamiento en la constitución del sujeto. Aunque del padre, de manera aparentemente paradójica. Se trata de un espa-
esta estructura psiquica básica [yo, Yo ideal, ideal del Yo] puede ser cio constituido por un conjunto de nociones sociales y morales y, lue-
considerada como un invariante, su funcionamientoviene pervertido go, por unos puntos de referencia cuya pérdida acarrea los procesos
por la re-organización de un campo morfogenético debida a la evolu- de confusión que hemos observado antes y, más especialmente, la
confusión de los espacios respectivos de la madre y del padre sacada
ción del contexto sociohistórico; esta reorganización altera los con-
a luz por Edmond Cros en Demonios en eljardfn de Gutiérrez Aragón
tornos del sujeto cultural. Tal es la hipótesis que quisiera sentar y
(Cros, 1995). Esta indiscriminación resulta re-activada y acentuada
tratar de comentar a continuación.
con el desarrollo del ultraliberalismo, justificando las conocidas tesis
Para mejor entender de qué se trata, acordémonos de que esta
de Gérard Mendel(1971).
instancia (el sujeto cultural) viene definida como un espacio comple-
El elemento principal de la producción discursiva y más repre-
jo de sedimentos heterogéneos cuyos estratos operan conforme a un
sentativo de la fase socioeconómica del franquismo transcribe, sin
ritmo y con arreglo a una historia propios, lo cual nos lleva a abarcar
embargo. otra realidad: la de una España que, con arreglo a Europa,
en una sola visión los contextos españoles que atañen a unos pe-
vive en otra época y conforme a un ritmo distinto -dicho con el eufe-
ríodos históricos sucesivos (franquismo, postfranquismo y democra-
mismo púdico que consiste en describirla como diferente- o, de ma-
cia) y un contexto posterior más amplio representado por el desarro-
nera más explícita, en el debate político donde se enfrentan partida- Volvamos ahora un poco más atrás, al período llamado de la tran-
rios y adversarios de su integración en la Comunidad Europea que sición, que es capital en todos los niveles: es capital para el proceso
sólo se realiza en 1986. La evolución de la economía de la península de "europeización" que acabo de evocar.
y la evolución correlativa de las estructuras mentales de los españo- De forma general. el criterio imperante en el discurso oficial
les, alimentarán una toma de conciencia cada vez más fuerte de este español actual es el de "igualar a Europa" y el asunto principal
"retraso" (o desfase) y de la necesidad de remediarlo, de tal forma es, a fin de cuentas, el llegar a "ser europeos"... Espaíia ha
que, en el seno de la sociedad, aparecen de manera cada día más dejado de ser "diferente" y pretende ya ser parecida. En este
evidente unas fracturas que oponen, en cada una de las dos orillas. sentido. el programa modernizador de los socialistas españo-
aquellos que todawá viven en el pasado y los que ya están en el por- les puede cifrarse en una palabra, que, posiblemente, nunca
venir. Acudiendo a una fórmula de Marc Bloch, calificaremos a este hayan utilizado sus dirigentes y que acuñó Costa a fmales del
enfrentamiento de sincronía de lo dis-sincrónico, o sea, de la coinci- siglo pasado: la "europeización". (Serrano, pág.49)
dencia de la no-coincidencia: Pero es capital, también, para la construcción de "otra España".
El esfuerzo de adaptación que hacen los unos por hacer coinci- Habrán observado que el discurso que se refiere a la eventual adap-
dir un tiempo presente con mentalidades ancladas en el pasa- tación a Europa implica la dialéctica fueraldentro. exteriorlinterior.
do y la imposibilidad para los demás de aceptar esta puesta al Ya el calificativo utilizado es elocuente de por sí: no se trata de una
día transcriben con la mayor nitidez la distancia que separa en ruptura ni de una continuidad sino de una transición, o sea, de un
el campo de lo simbólico dos tiempos distintos de la historia. presente en el que coinciden el pasado y el futuro. Dicha coinciden-
(Cros, 1996, pág.20) cia viene transcrita en el nivel de los microfenómenos que analicé
como componentes de una semántica de la difracción lya...todawá,
Las circunstancias de la postguerra civil convocan este cuestio-
es el ejemplo más recurrente y más evidente) en el nivel de la oposi-
namiento tanto más fuertemente cuanto que obsesiona la imagina-
ción inmanencia vs remanencia, y por medio de la metamorfosis. Nos
ción colectiva ('Y?mag;naire social~desdehace más de un siglo. Sólo
consta que dichos fenómenos se articulan con el discurso social del
pierde su actualidad cuando el gobierno de Felipe González obtiene
momento histórico implicado. Éste expresa una serie de preocupa-
la integración de España en la Comunidad Europea. Notemos de paso
ciones y de debates obsesionados por la política del consenso, cuyas
que las mediaciones sociodiscursivas que nos interesan entre la pro-
bases ideológicas se cifran y cuajan en las dos expresiones que se
ducción literaria y la infraestructura no respetan forzosamente los
utilizan para designar y describir este período, siempre presentadas
límites de las fases históricas que solemos distinguir con arreglo a las
como sinónimos. o sea postfranquismo y predemocracia. González
evoluciones políticas. Así es como los efectos de la dictadura fran-
Casanova. hablando de esta zona ambigua en la que post y pre se
quista (directos, indirectos y compensatorios) vienen a deconstruirse
superponen, o sea, de una zona conceptual donde la democracia está
en los efectos de la integración de España en la lógica del ultralibe-
en el franquismo y el franquismo en la democracia, dice:
ralismo. Ésta no reconoce más que la ley del mercado y del provecho.
y s610 se atiene a la inmediatez del consumo y de la satisfacción de hablar de postfranquismo y no de democracia ya es una pista ...
los deseos, de manera que ya no hay más espacio para los valores en Quieredecir que el postfranquismo y la predemocracia son dos
que se fundamentan la autoridad y la transmisión. Tales consecuen- formas contrapuestas pero en el fondo convergentes de definir
cias re-activan, dos o tres decenios más tarde, los efectos producidos una situación política de transición, lenta y suave, vista por la
por la dictadura. izquierda como una agonía prolongada de la dictadura y por la
derecha como una cauta y temerosa adaptación a la temida Champeau Genevieve, "Comparación y analogía en Beatus /IleVin
democracia o poder político. Aparentemente lapredemocracia Ética yestéka de A. Mu~?ozMofina, iüeufchátel, Centro de inves-
sería la reforma y el postfranquismo la ruptura. Pero no es así. tigación de narrativa española, 1997, pág.107.
Ni los franquistas han reformado nada ni los demócratas han
Cros Edmond, "Lecturepolitique de Demoniosen efjara7R"inHistoire
roto el poder editorial de los grupos políticos tradicionalmente
dominantes en EspaBa. (1986, pág.328) et démidefDistoiredans1Espgne contemporaine, Sociocriticism,
Montpellier, Editions du CERS, Vo1.X 1-2, 1995, pág.185.
Ya se entiende perfectamente cómo tal falta de discriminación i

-cuyas realizaciones semióticas y semánticas acabamos de sacar a , "Sujet cultural et postmodernité: remarques sur une
luz en la producción novelesca española implicada- pudo generar
tanto una poética de la confusión como los efectos compensatorios
! déshistoricisation" in Georges Tyras (ed.),Fbsmodernitéetécri-
turenarrative dans/%.spgne contemporaine Grenoble, CERHIUS,
que hayan tratado de contradecirla o rechazarla. i 1996.
González Casanova, Juan Antonio, El cambioinacabable (2975-1983,
Annie Bussiere
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déni de JHistoire dans 1Espagne contemporaine, Sociocriticism,


i
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