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El Guardián de la Vida

Cuenta la leyenda que un indígena iba caminando por el Valle de Atríz, de pronto
escuchó una voz que le decía: -Ven… Ven… El Indígena fue hacia donde se escuchaba la
voz, ¡Gran sorpresa! había un extraño Cuy, pero no era un cuy normal: Era el Cuy de los
Siete Colores. El Cuy le dijo que después le contaría porqué tenía Siete Colores y que en
la noche cuando ya todos estuvieran dormidos en su tribu, le contaría una Leyenda.
Llegó la noche y el Cuy le contó ésta Leyenda: Había una vez en las lejanías del Valle de
Atríz, dos enamorados que se llamaban Galeras la mujer y Morasurco el hombre.
Estaban locos de amor y deseosos de estar juntos. Los dos eran de diferentes Tribus y
los Caciques de cada Tribu no les permitían estar juntos.
Una noche se escaparon de sus Tribus, eligieron quedarse en un lugar cerca del que
ahora es el Rio Pasto y ya juntos, su único sueño era tener un hijo. Vivieron felices
mucho tiempo, cuidando la naturaleza y viviendo de ella, a los tres años de felicidad
tuvieron una hija y la llamaron Laguna.
Cuando su hija Laguna cumplió los seis años, las Tribus los encontraron. Las Tribus
buscaban el Amor Puro que mejoraban las cosechas y que mantenía en paz al ser
humano con sus semejantes, con el cielo, los animales y la tierra. Pensaban que el Amor
Puro vivía en sus corazones, su plan era matarlos para llevarle sus corazones con Este
tesoro al gran Cacique Ohaio. Las tierras donde vivían Morasurco, Galeras y Laguna
eran fértiles, los animales junto a ellos abundaban y los ríos y lagos eran limpios. Las
Tribus no sabían que el Amor Puro no se busca en el corazón de los humanos: que no
tiene precio ¡De qué color o forma puede ser el Amor Puro para ser tocado y visto!.
Esa noche, Morasurco y Galeras llamaron al Dios Sol y a la Diosa Luna les contaron con
tristeza lo que estaba pasando. El Dios Sol prometió castigar a las Tribus, y la Diosa Luna
prometió juntar sus almas para siempre. -Déjense matar- dijeron sus Dioses, -Nosotros
juntaremos sus almas para siempre-.
Las Tribus los mataron y llevaron sus corazones al Cacique Ohaio, Quien tarde
descubrió que el Amor Puro no estaba en el corazón de Morasurco, Galeras y Laguna,
sino que nace de la inteligencia de amar a la otra persona como ella ES, que nace de
respetar los animales, de cultivar con paciencia la siembra, de no explotar y matar la
tierra buscando objetos que no sienten como el oro. Las Tribus arrepentidas de su
matanza realizaron ofrendas a los Dioses Sol y Luna quienes estaban furiosos y no
aceptaron sus ofrendas.
Los Dioses los castigaron. Mandaron a congelar las Tribus en el tiempo, sin poder hablar
comer o moverse y dice la leyenda que si los seres humanos continúan tratándose mal
entre ellos, tratando mal a la naturaleza y a los animales, los Dioses los castigarán y los
llevarán a la muerte planetaria: A donde viven los que hacen cosas malas al planeta.
Los Dioses llevaron el alma de Morasurco a una montaña cerca de la enorme Cordillera
Central donde se enredan las montañas (el hoy Nudo de los Pastos) y fue así como en la
mañana despertó como el Volcán Morasurco. A Galeras, la convirtieron en el Volcán
Galeras, el gran Volcán de la ciudad de San Juan de Pasto. A Laguna su hija, la
convirtieron en las lagunas, lagos y chorreras de toda la tierra que hoy es Colombia. Sus
almas continúan viviendo por siglos y siglos, su Amor Puro da vida a la naturaleza, a los
ríos y al azul del cielo.
Finalmente el Cuy le dijo, ahora te voy a explicar por qué tengo Siete Colores. El Amarillo
significa el Sol y la Luz de nuestros días. El Azul demuestra la riqueza de los cielos, los mares ríos
y lagunas de Colombia. El Rojo refleja los colores de las flores, los frutos y semillas de nuestra
tierra. El Verde simboliza los cultivos de nuestras siembras. El Café irradia el color de los tallos
de los árboles y la tierra fértil donde crece la naturaleza. El Rosado es el color de las lombrices
que hacen el humus, lixiviados y lombricompost, para que las plantas crezcan bonitas.
Finalmente el Gris es el color de las nubes que llevan agua a la tierra que llevan agua a la tierra
para que allá abundancia de alimentos.

El Cuy dicho esto desapareció. El Indígena compartió ésta historia a toda la Tribu. Pero los
habitantes de la Tribu se rieron del Indígena diciéndole: -¡Qué tonto! habla con los animales, y
además dice que hay un Cuy de Siete Colores, si nuestros cuyes apenas si tienen dos colores.

El Indígena dirigió sus ojos al Dios Sol y la Diosa Luna quienes les dijeron: - Vete tranquilo a
dormir, nosotros nos encargaremos de ellos-. Así fue, Los Dioses congelaron a las dos Tribus en
un lugar oscuro: El horrible espacio de la muerte planetaria.

Cuenta la leyenda, que los Dioses Sol y Luna, convirtieron al Indígena y al Cuy de los Siete
Colores, en grandes amigos, ahora Ellos son Los Guardianes de la Vida, que siembran en nuestra
inteligencia el ”Amor Puro“ para cuidar la naturaleza con la esperanza de salvar nuestro
planeta tierra, de todo el terror de la contaminación y del odio del ser humano.

Fin.
MONICA JURADO PAREJA
4 A COLEGIO JAVERIANO SAN JUAN DE PASTO.

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