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Estética y crítica literaria moderna 2020

CLASE en cuarentena 3: INTRODUCCIÓN (apéndice)

NOTA BENE: Este es un material confeccionado por la cátedra ante la necesidad de adecuar
nuestras tareas tras el decreto del PEN que estipula AISLAMIENTO SOCIAL PREVENTIVO Y
OBLIGATORIO ante la crisis sanitaria que atravesamos por la diseminación del COVID-19.
Este material ha sido realizado sobre la marcha de los acontecimientos, sin la previsión que
hubiese requerido, en el marco de la superposición con tareas domésticas de cuidado, pero
apostando a la necesaria solidaridad que exige este momento, y asumiendo que el aislamiento
físico también implica multiplicar las formas de cuidado social a distancia, que en este caso
involucra instrumentar todas las medidas posibles para garantizar la cursada de la materia durante
este complicado cuatrimestre. Sepan disculpar fallas, límites y errores no previstos.

Estimadxs,
mientras aguardamos que se defina la continuidad de la cuarentena y sus consecuencias en las
UUNN, quería compartirles un punteo en el que, para otro contexto, expresé mi postura ante la
situación, una situación dinámica que reclama ir revisando las posiciones, pero la foto de lo que
pienso sobre nuestra condición de intercambio virtual hoy es esta:
Estos días de vertiginoso debate (virtualizado!) nos hicieron despejar con toda claridad
que la “migración virtual” que las autoridades han ordenado en las UUNN (y lo inconsulto
de la decisión en el marco de la democracia universitaria es parte del problema) no implica
un mero cambio de soporte respecto a nuestro trabajo “presencial”, sino sencillamente
OTRA COSA. Esto creo que es clave para tomar decisiones en este complicado contexto
porque nos permite sostener a la vez dos cosas, Escila y Caribdis de nuestra actual
coyuntura gremial:
1. NO hay “continuidad” posible de las tareas educativas, porque el cambio de soporte
implica un cambio sustancial de nuestras condiciones de trabajo. Esto implica, de manera
decisiva: NO podemos “iniciar las clases” en cuarentena, punto. (Consigna 1: NO al inicio
de clases en cuarentena.)
2. Al ser OTRA COSA, y por tanto al NO postularse como remplazo (ni laboral, ni legal, ni
académico) de nuestro trabajo o actividad alternativa que pudiera contar como trabajo,
sino, insisto, OTRA COSA, podemos entonces sí alentar la utilización de sus recursos para
paliar y acompañar la situación, menos en el sentido de impartir contenidos que en el de
propiciar un encuentro con lxs estudiantes (hoy “lo curricular es afectivo”, como decía un
compañero). Todo ello en la medida en que las condiciones específicas de cada unidad
académica, cátedra, disciplina, número de estudiantes, etc., lo permitan. Es decir, una
suerte de “voluntariado docente” que puede ser absolutamente necesario en estas
condiciones, y muy digno de ser alentado. Pero nunca de manera obligatoria, como prevé
la resolución rectoral aún vigente, según la cual en un par de días “iniciamos” las clases.
(Consigna 2: Voluntariado docente de contención virtual.)
Esta NO-OBLIGATORIEDAD, por supuesto, descomprime la situación de les estudiantes: al
NO ser “inicio de clases”, todo lo que eventualmente podamos hacer en cuarentena no
puede ser obligatorio tampoco para les estudiantes, sino sólo acompañamiento y
orientación, contención afectiva y construcción de comunidad. (Consigna 3: NO a las
evaluaciones en cuarentena.)
Por supuesto, el vértigo de lo que está pasando puede obligarme a cambiar de posición, pero
quería que supieran en qué marco de comprensión de la situación es que continúo ensayando esta
modalidad de contacto con ustedes en esta condición excepcional.

Dicho esto, quería decir algo sobre los dos ejes que en la entrega anterior habían quedado
pendientes para dar cuenta, mínimamente, de los cuatro textos que componen nuestra
“Introducción”

III. TRADICIONES EN CONFLICTO EN LOS ORÍGENES DE LA ESTÉTICA MODERNA

Voy a ser muy breve aquí. El texto al que me refiero, “Le estética empirista”, de Francisca Pérez
Carreño, efectivamente, no figura en el programa. Sucede que cuando terminaba de armar el
paquete de la bibliografía de la Intro, iniciaba esta situación excepcional, y no sabiendo si nos iba a
dar o a quitar tiempo, por las dudas lo incluí… Nuevamente, al igual que al texto de Calvo sobre los
orígenes de la crítica, entiendan este texto como un complemento al texto de Valeriano Bozal,
porque es en ese texto, fundamental para nuestra introducción, sobre “Los orígenes de la estética
moderna”, donde van a encontrar ya planteada la idea de la importancia de la tradición inglesa
para dar cuenta de los orígenes de la estética moderna. Que la Estética de Baumgarten da lugar a
equívocos, porque sigue siendo pensada como teoría de la aisthesis, como epistemología de lo
sensible, y no estrictamente como teoría del gusto y/o del arte. Quienes inicialmente plantearon
estos problemas de manera decidida fueron los ingleses, y algunas razones pueden aducirse para
intentar explicar por qué esto fue así. Algo de esto ya planteé en la Clase 2: es comprensible que
haya sido una tradición empirista, sensualista, nominalista, como la anglosajona, la que pudo
circunscribir por primera vez con claridad la especificidad de la estética moderna, porque es una
tradición empirista, subjetivista la que puede reconocer estos rasgos clave de la estética moderna:
1. la estética como rescate de lo sensible, como puesta en valor de esa dimensión que la
tradición occidental, la tradición metafísica (mucho más pregnante en la filosofía
“continental” –recuerden que se suele oponer la filosofía anglosajona como empirista-
analítica a la filosofía continental como hermenéutico-metafísica), ha despreciado
sistemáticamente.
2. La estética como experiencia subjetiva: esto es decisivo para toda la génesis de la estética
en el s. XVIII (como veremos luego, el tránsito del s. XVIII al s. XIX implicó el tránsito de una
estética subjetivista a otra objetivista, de una estética de la recepción a una estética de la
obra de arte), abrir la pregunta, moderna, por los efectos de la belleza en el sujeto, no por
los atributos objetivos de la belleza, su pertenencia al ideal, o su relación con la
perfección, etc. (Justamente esta relación entre consideración estética del arte y
subjetivismo moderno es lo que va a impugnar Heidegger en su diatriba contra la estética y
su rescate de la poesía como experiencia del arte por fuera de la estética…)
3. La consecuente ampliación de las categorías estéticas: ya no sólo lo bello, sino también lo
pintoresco, lo sublime, lo cómico, lo grotesco, etc., se sumarán a la fenomenología de la
experiencia estética, ahora subjetivizada, y emancipada de lo “bello” como trascendental.
Aquí será central el aporte de la tradición inglesa en su recepción del tratado sobre lo
sublime del Pseudo Longino. El tratado de Edmund Burke sobre el tema será
absolutamente central para los debates sobre lo bello y lo sublime en la modernidad (la
propia manera de pensarlos en dupla no proviene del mundo clásico, sino de su recepción
en la modernidad), y no sólo en la tradición estética sino también en la tradición literaria,
que se asumirá (en una tradición que llega hasta los contenidos de nuestra unidad 3: el
gótico) los postulados de su concepción de lo sublime para ofrecer una literatura a la
altura de las violentas transformaciones de la época moderna.
4. La estética como teoría del gusto: justamente como experiencia subjetiva, la teoría del
arte nace en la modernidad como teoría del gusto, de esa singular aptitud subjetiva para
lo bello, que conecta con un mejoramiento del carácter moral de la humanidad y un
aguzamiento de las condiciones sensibles de la sociabilidad, situando al arte como
propedéutica de una teoría y práctica del sentimiento moral desde estos inicios, vale decir,
conectando desde ya arte y moralidad, estética y política, de un modo que atravesará toda
la historia de la estética.
5. La centralidad de la imaginación: la facultad estelar de toda la tradición estética va a
encontrar en el siglo XVIII inglés su primer gran ámbito de despliegue, teorización y puesta
en valor, y de algún modo va a permitir conectar los planteos más sensualistas (como los
de Burke) con las posturas más espiritualistas del romanticismo inglés (piénsese en el lugar
de la imaginación en Blake). Pues justamente la imaginación será, en toda la tradición
estética, esa facultad mediadora, demasiado espiritual para ser sensible, demasiado
sensible para ser puramente ideal, que la sitúa en un entrelugar privilegiado para ejercer
un lugar crítico en los repartos jerárquicos y dicotómicos de las facultades administradas
por el sujeto moderno (res cogitans/res extensa; razón/sensibilidad; espíritu/materia;
intelectuales/pueblo; hombres/mujeres; etc.)

Estas son algunas de las razones por las que es importante, en un programa que inicia, no sin
buenas razones, con Kant, llamar la atención sobre este momento previo a Kant y decisivo
también.

Y agrego una más, última y un poco contingente: el año pasado incorporamos la unidad 3, de un
romanticismo oscuro, un romanticismo no temprano, menos ligado a la tradición idealista
alemana, un romanticismo ajeno a la “educación estética de la humanidad” y a la “poesía universal
progresiva” que aún tenía fe en una tarea civilizatoria de la literatura en alianza con los ideales
universalistas de la ilustración. Y bien, explorando este romanticismo oscuro (Sade, Poe,
Baudelaire), uno puede ver muchas conexiones importantes con los orígenes empiristas (no
idealistas) de la modernidad estética. Ello nos impulsa, cada vez más, a tener en cuenta, aunque
sea de este modo marginal, la historia de la estética antes de Kant…

IV. LA ESTÉTICA DESDE UNA PERSPECTIVA DE GÉNERO

Last but not least…


Después de que rondara de distintas formas a la propuesta de la cátedra (quizá el modo más
intenso fue en el seminario sobre poshumanismo el año pasado), decidimos incorporar de manera
orgánica algún haz de preguntas planteadas desde una perspectiva de género al conjunto del
programa. Para eso, habíamos planteado un recorrido de una serie de textos que trazaban el
recorrido que iría desde la generización de la distinción entre lo bello y lo sublime en los siglos
XVIII y XIX a la generización de la distinción entre cultura de masas y modernismo en el siglo XX.
Bah, más que una serie de textos, una intervención que mostrara la correspondencia entre la
diferencia bello/sublime y la diferencia mujer/hombre en Kant, al inicio del programa, y otra que
planteara la feminización de la cultura de masas, sobre el final del programa. Como se trata de un
tema especialmente sensible, y que damos por primera vez este año, sin la apoyatura presencial
este plan quedaba un tanto trunco. De manera que me pareció más adecuado ofrecerles un texto
elaborado en el marco de las discusiones de la cátedra, que supliera un poco esa ausencia de
cuerpo (ay, justo para hablar de género), y que articulara en un relato más o menos posible y
verosímil el recorrido completo de lo que pensábamos plantear progresivamente en la cursada. En
cualquier caso, en el texto que tienen, “Estética de la diferencia sexual. Kant, el ‘bello sexo’ y la
reflexión estética”, tienen una bibliografía que queda a disposición de quien le interese. Los textos
troncales de esta serie, y que estuvieron a la base del recorrido propuesto en mi texto, serían:
1. María Isabel Peña Aguado, “Estética y feminismo como paradigmas alternativos de
racionalidad” (disponible también online:
http://www.hiparquia.fahce.unlp.edu.ar/numeros/volx/estetica-y-feminismo-como-
paradigmas-alternativos-de-racionalidad), un texto que está muy improlijo, hay muchas
erratas, pero bueno, el planteo de fondo está bueno, y su lectura fue determinante para la
inclusión del tema en la materia.
2. Kant, “Observaciones sobre el sentimiento de lo bello y lo sublime”, tercera sección:
“Sobre la diferencia de lo sublime y lo bello en la interrelación de lo sexos”.
3. Andreas Huyssen, “La cultura de masas como mujer”, disponible en la “Biblio” del aula y
en el Dropbox.
4. J.-F. Lyotard, “Historia familiar de lo sublime”, del cual en breve le vamos a estar
mandando una traducción hecha por ayudantes de la cátedra.
Toda esta bibliografía la pueden encontrar en la pestaña “Biblio” del AV, o en el Dropbox.
En cuanto al planteo de fondo, ya que el texto surge de la propia cátedra, prefiero no repetir e
invitarlxs a que directamente lean ese texto y lo discutan.

Queda entonces abierto un nuevo foro…

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