Вы находитесь на странице: 1из 6

Antecedentes históricos:

La situación del hacinamiento carcelario es además, parte de una inquietante


cultura de la penalidad, en la cual se hacen presentes cada vez más, nuevos
agentes, víctimas y medios de comunicación, la participación de los privados en la
provisión de su seguridad, nuevos mecanismos de solución de conflictos, la
justicia penal negociada, nuevas organizaciones, grupos intermedios orientados a
la prevención del delito, nuevas políticas, etc.

A medida que avanza la humanidad, han avanzado los regímenes


penitenciarios a nivel mundial, desde la antigüedad han existido sanciones a
aquellas personas que realicen actos ilegales, o actos que violen el orden público
y las buenas costumbres. Hoy en día el número de detenidos en las cárceles, o
centros de detención preventiva ha aumentado hasta un nivel altamente
exagerado, debido a la ineficiente gerencia en las cárceles o centros de detención
preventiva.

Hacinamiento en Venezuela.

Por ejemplo, para diciembre 2006, en el Centro Penitenciario de Occidente


(Santa Ana) se registraron 2.000 reclusos en un espacio diseñado para 600
personas. Se registra un déficit del número de plazas para un índice de
hacinamiento (porcentaje de la población que excede la capacidad instalada del
sistema) equivalente al 14%9. Sin embargo hay que observar con precaución este
parámetro, pues si bien como dato general no supera el nivel considerado
alarmante según criterios internacionales 11 (20% de hacinamiento), al analizar
cada penal por separado, la situación puede resultar muy diferente.

En cuanto a la infraestructura de los centros penitenciarios, la población reclusa


creció rápidamente durante los años 80 y 90, pero no sucedió así con el espacio
penitenciario disponible. Desde 1988 hasta 1996 no se construyeron nuevas
prisiones y fue a finales de ese año que se abrieron nuevos centros, como anexos
de otras prisiones ya existentes. Esta capacidad adicional, se vio desbordada por
la pérdida de espacio, en enero de 1997, con el cierre y demolición de una de las
principales prisiones del área metropolitana .

El deterioro crónico de la infraestructura penitenciaria, la sobrepoblación y la


carencia de presupuesto, atentan contra las condiciones mínimas para una vida
adecuada. En la mayoría de estos centros se evidencian problemas en las
tuberías de aguas blancas y negras, acumulación de basura y deterioro de los
sanitarios y celdas, además de graves fallas en el suministro eléctrico y de agua
potable. El deplorable estado de las edificaciones penitenciarias obedece a su
antigüedad (una media de 37 años), el uso intensivo y la falta de inversiones para
su mantenimiento.

La capacidad de estas instituciones permite alojar a 15.000 prisioneros, sin


embargo la población penal del país alcanzaba, para marzo de 2006, a 19.257
internos, cifra que es variable, bien por deceso del interno, cumplimiento de la
pena, traslados y los que han sido absueltos.

Una consecuencia evidente de esta sobrepoblación es el hacinamiento.


Mientras el número de plazas penitenciarias y recursos disponibles se mantiene
constante para atender a un mayor número de reclusos, las condiciones de vida,
dentro de las prisiones, tienden a desmejorar al facilitarse la insalubridad, el
colapso de los servicios básicos y la violencia. http://scielo.isciii.es/scielo.php?
script=sci_arttext&pid=S1575-06202008000100004

Según Alessio Bruni del Comité de las Naciones Unidas contra la Tortura, en


promedio, la ocupación de las cárceles venezolanas es del 231% de su capacidad.
Bruni señaló como ejemplo la cárcel de Tocorón en Venezuela, la cual cuenta con
7.000 reclusos a pesar de que la capacidad para la que fue diseñada es de solo
750.
Diferentes grupos de derechos venezolanos informan que las 34 cárceles de
Venezuela tienen 50.000 personas, sin embargo, se supone que deberían
contener solamente cerca de un tercio de esa cantidad. En 2012, La Planta, una
prisión construida en 1964 con una capacidad de 350 reclusos, contenía cerca de
2.500 reclusos, muchos poseedores de armas de grueso calibre. 18
Según la Oficina del Alto Comisionado para las Naciones Unidas
(ACNUDH) "en las prisiones y cárceles de la policía en Venezuela, usadas
usualmente como centros permanentes de detención, existe hacinamiento
generalizado y condiciones terribles de detención. Las malas condiciones,
exacerbadas por los retrasos judiciales y el uso excesivo de la detención
preventiva, generan reiterados hechos de violencia y motines" Venezuela aún no
ha ratificado el Protocolo Facultativo de la Convención contra la Tortura con lo cual
sería posible un monitoreo independiente de los centros de detención por un
mecanismo internacional de protección de derechos humanos.
https://es.wikipedia.org/wiki/Crisis_carcelaria_en_Venezuela#Condiciones_de_hacinamiento

Respecto a la violación de los derechos humanos en las cárceles de Venezuela


señala una declaración emitida por la oficina de Derechos Humanos de la
Organización de las Naciones Unidas (ONU), refiriéndose a lo sucedido en una las
cárceles en Venezuela, donde hubieron al menos 68 personas muertas, después
de que un incendio arrasara la cárcel de una estación de policía a raíz de
presuntos enfrentamientos entre detenidos y miembros de las fuerzas de
seguridad. Se pronuncia la oficina al respecto “En las prisiones y cárceles de la
policía en Venezuela, usadas usualmente como centros permanentes de
detención, existe hacinamiento generalizado y condiciones terribles de
detención. Las malas condiciones, exacerbadas por los retrasos judiciales y
el uso excesivo de la detención preventiva, generan reiterados hechos de
violencia y motines. Los Estados son los garantes de la vida e integridad
personal de las personas privadas de libertad. Llamamos al Gobierno de
Venezuela a que adopte inmediatamente las medidas para mejorar las
condiciones de detención en cumplimiento con las normas y los estándares
internacionales de derechos humanos, incluida la prohibición de la tortura,
así como los tratos y penas crueles, inhumanos y
degradantes.  https://www.ohchr.org/SP/NewsEvents/Pages/DisplayNews.aspx?
NewsID=22907&LangID=S

Para Junio del 2015, los disputados de la Asamblea Nacional Walter Márquez y
al Consejo Legislativo Estadal –CLE-, Gustavo Delgado, solicitaron en compañía
de los familiares de los afectados la inmediata intervención del Ministerio Público y
de la Defensoría del Pueblo en el caso de hacinamiento y violación a los derechos
humanos que se está presentado con quienes se encuentran recluidos en el
Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas –Cicpc- de la
ciudad de San Cristóbal.

A las afueras de la Fiscalía, el diputado Walter Márquez precisó que solicitaron


que el Ministerio Público intervenga para investigar el nivel de hacinamiento a
través de la Fiscal de Derechos Fundamentales; que haya celeridad procesal y
que se respete el derecho a la salud, porque muchos estarían enfermos y no
reciben asistencia médica; además de que la alimentación no sería la adecuada.

Indicó que el inocultable retardo procesal y el hacinamiento han generado


graves violaciones de derechos humanos y de las garantías constitucionales en la
población penal que se mantiene en las instalaciones del Cuerpo de
Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas –Cicpc- del Táchira.

“Los detenidos deben ser trasladados de manera inmediata y acelerar los


procesos que están paralizados. Las instalaciones fueron diseñadas para presos
que estaban en investigación, por lo que la capacidad es para treinta detenidos,
pero en este momento hay alrededor de 200 por diferentes causas, incluyendo:
protestas populares, a quienes les han decomisado productos de la cesta básica,
homicidio, hurto. No hay una clasificación de presos”.
http://www.30minutostachira.com/destacados/investigar-hacinamiento-en-cicpc-
solicitaron-ante-el-mp/

Hacinamiento en el Derecho Comparado.

España, Francia, México, y Brasil

Lejos quedaban ya las tasas de hacinamiento del 1,33 de 1994, del 1,31 de
1993 o del 1,26 de 1992. A finales de la década de los ochenta, en prisiones como
la ya desaparecida de Carabanchel, en Madrid, España llegaron a convivir hasta
una decena de reclusos. Aquellas proporciones cayeron en picado en coincidencia
con la entrada en vigor del nuevo Código Penal de 1995, que introdujo una rebaja
generalizada de las penas impuestas a los delitos comunes menos graves. Sin
embargo, la avalancha de nuevos presos de los nueve primeros meses del año
2014 ha provocado un notable retroceso en esta tasa, que en todos los
organismos internacionales se considera como un índice muy fiable de la situación
de un sistema penitenciario. En octubre, del 2014, el promedio de ocupación
carcelaria nacional se sitúa de nuevo en un 1,1 internos por celda, lo que ha
devuelto a España al vagón de cabeza del hacinamiento carcelario de los países
de la Unión Europea. Según los datos del Consejo de Europa, de entre los Quince
sólo Bélgica (1,27), Grecia (1,58), Italia (1,29) y Portugal (1,19) tienen tasas
superiores a los de España. En el otro extremo, Austria (0,86), Dinamarca (0,9),
Finlandia (0,9), Francia (0,97), Irlanda (0,82), Holanda (0,97) o el Reino Unido
(0''94) tienen más celdas que presos.
https://www.diariodeleon.es/articulo/espana/espana-es-paises-ue-mayor-hacinamiento-
carcelario/20021014000000624466.html

A lo largo de la década de los ochenta existió en España un considerable


aumento de la población reclusa, lo que provocó el desbordamiento de centros y
establecimientos penitenciarios. Frente a aquello, en 1991 se elaboró el "Plan de
Creación y Amortización de Centros Penitenciarios". Dicho programa contempló la
clausura de las instalaciones carcelarias ubicadas en los centros de las ciudades,
la venta de dichos terrenos y la construcción, a cuenta de los ingresos generados,
de 14 recintos penitenciarios en las afueras de las ciudades. El año 2005, tras la
revisión y actualización del mencionado plan, el Consejo de Ministros en España
autorizó la construcción de "46 nuevas infraestructuras penitenciarias en el
período 2006-2012, con una inversión de 1.647,20 millones de euros que se
suman a otros 1.504,20 millones ya aprobados por anteriores Consejos de
Ministros", habida consideración de que la construcción de dichos centros
constituía una necesidad urgente. La trayectoria punitiva de la agenda
penitenciaria española se encuentra a la vista. En cuanto a la presencia de
agentes privados, cabe destacar que su intervención se ve enfrentada a la
Constitución de 1978, la que consagra la exclusiva competencia del Estado en la
legislación penitenciaria (Artículo 149.1.6ª) y a la Ley Orgánica General
Penitenciaria, que entrega el núcleo de la actividad a la Dirección General de
Instituciones Penitenciarias (art. 79 LOGP 1/1979), de manera que el recurso a las
compañías privadas inicialmente se consideró impensable. No obstante la reserva
constitucional y el mandato legal referidos, y aun cuando la prudencia del sistema
español no permita hablar en rigor de privatización, existe una evolución hacia el
favorecimiento de las posibilidades de actuación de colaboradores no estatales.
Así, por ejemplo, existen talleres productivos cuya gestión, de acuerdo con los
artículos 138 y siguiente del Reglamento Penitenciario, puede encargarse tanto al
Organismo Autónomo de Trabajo y Formación para el Empleo (OATPFE) como a
la colaboración de empresarios privados; así también, en materia de
responsabilidad penal de menores, se permite la participación de instituciones
privadas para la ejecución de las medidas adoptadas por los Jueces de Menores;
asimismo, son empresas privadas a quienes se ha encargado la fase de
construcción de los establecimientos; y el Reglamento Penitenciario Español en su
artículo 300 también permite que sean empresas externas, adjudicatarias por
contrato administrativo de servicios, las que presten los servicios de economato,
cocina y cafetería del recinto. Aun cuando estas intervenciones puedan ser
consideradas discretas, y a pesar de que parecen distar en su mayoría del ánimo
de lucro que ha guiado el desarrollo de la industria privada de la prisión, nada
impide que sean evaluadas bajo el mismo lente con el que ha de juzgarse al
fenómeno en su totalidad.

En México la situación de las cárceles adolece de similares deficiencias. El


Informe Especial sobre la situación de los Derechos Humanos en los Centros de
Reclusión de la República Mexicana elaborado por la Comisión Nacional de
Derechos Humanos retrata, entre otros, problemas de sobrepoblación,
hacinamiento, corrupción, desnutrición, insuficiencia de personal y ausencia de
servicios médicos. Según da cuenta Faviola Tapia en su libro Hacia la
privatización de las prisiones el antecedente de las iniciativas de intervención
privada en México se remonta a la investigación que habría realizado un equipo de
funcionarios mexicanos el año 2000, en que, al amparo de la Organización de
Estados Americanos, concluyó en la conveniencia de construir cuatro
establecimientos penitenciarios con capital privado en las provincias de
Tenancingo, Tenango del Valle, Ixtlahuaca y Zumpango. Sin embargo, "y con total
hermetismo, el gobierno estatal canceló la participación de la iniciativa privada en
la construcción de las cuatro cárceles". Luego de dicha experiencia, una de las
más recientes propuestas que se han dado para responder a la preocupante
situación carcelaria mexicana fue la del Partido Verde Ecologista de México para
apoyar "la intervención del sector privado en la construcción, operación y
administración de los centros penitenciarios dependientes de la federación, con la
correspondiente rectoría del Estado". Por el momento, la iniciativa del proyecto de
decreto de la Ley Federal del Sistema Penitenciario y de Ejecución de Sanciones
se encuentra aprobada, dándose lugar a su tramitación, incluyéndose en ella la
participación del sector privado en el otorgamiento de empleo a los reclusos,
aunque, al parecer, sin haberse concretado el acuerdo por una mayor
intervención. Sobre la situación particular del Distrito Federal (DF) en México, el
mayor desarrollo de la participación privada estaría teniendo lugar en el ámbito de
la industria penitenciaria mediante convenios de colaboración. Algunos de los
problemas que habrían surgido tras la implementación de estos convenios
estarían la escasa capacitación que recibe la población reclusa y las deudas que
el empresariado mantiene con la institución. Similar intervención ha tenido lugar en
Perú, país que, para enfrentar el hacinamiento de la población reclusa, mediante
su Agencia de Promoción de la Inversión Privada (PROINVERSIÓN), desde el año
2001 permite la intervención del sector privado en los establecimientos
penitenciarios (Resolución Suprema Nº 291-2001-EF).

En Brasil la cruda realidad carcelaria llevó a las autoridades, en el año 2011, a


decidir implantar un sistema de complejos carcelarios en el Estado de Minas
Gerais (Ribeirão das Neves) y en Pernambuco (Centro Integrado de
Resocialización de Itaquitinga) operados en su integridad por agentes privados.
Aunque ya existían cárceles concesionadas en Brasil, establecidas mediante la
modalidad de "parcerías (asociaciones) público privadas" (PPP) del sistema
brasileño, estas serán las primeras cuya seguridad y vigilancia estén a cargo de
particulares, situación que las convierte en las primeras cárceles íntegramente
privadas en Latinoamérica. https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-
09502012000200001

Вам также может понравиться