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Alumnos:
- Camila Madeira
Libreta Universitaria: 41.915.380.0
- Juan Dubar
Libreta Universitaria: 40.405.221.0
Sinopsis del capítulo.
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matrimonio, para ser ella quien firma la petición de la eutanasia. Finalmente se casan y
Yorkie pasa a ser residente permanente de San Junípero, y está tan contenta con la
situación que le pide a Kelly que se una a ella, que “pase para el otro lado”.
Kelly había estado casada 49 años, y en el mismo transcurso había tenido y visto morir
a una hija. Sabiendo que tanto su difunto esposo como hija no estarían en San
Junípero, se le plantea una situación dilemática en la que tenía que decidir si unirse a
su nueva amada en la eternidad, o a sus antiguas relaciones terrenales en la tumba.
Al final, Kelly decide unirse a Yorkie en San Junípero, prefiriendo optar por conocer
“todo el resto” como ella dice, haciendo referencia a un futuro con Yorkie.
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La responsabilidad en San Junípero
Yorkie se presenta como una muchacha tímida, retraída, lo cual es entendible luego de
pasar la cantidad de años que pasó paralizada hasta su entrada en San Junípero. Con
una vestimenta particular, lejos de los conjuntos llamativos que usan todos los demás
individuos que concurren a la discoteca, Yorkie se abre paso sin llamar la atención
(incluso evitando contacto con un chico que se cruza) para sentarse sola a tomar un
refresco. Es en este momento que Kelly entra en escena y busca a cualquier persona
para poder escapar de un hombre, por coincidencia, Yorkie estaba cerca, y de a poco
comienza a mostrarse más suelta y relajada.
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demandas. Si bien está anudada a su historia familiar, social y cultural mediante la
moralidad, inmersa en el efecto de grupo de lo particular -aquellas reglas y costumbres
compartidas por colectivos de gente que hacen que un sistema funcione (Fariña, 1998)-
se encuentra ahora en otra época y otro grupo social, que tienen unos valores morales
distintos. Kelly encarna ese cambio de sistema de valores, y es quien ayuda a Yorkie a
conocerlos, abriendo una dimensión de posibilidades que parecían prohibidas o, por lo
menos, inalcanzables en su anterior vida. Esto se debe a que solo logró escapar del
sistema de códigos de la familia, para caer de nuevo en ellos y agregarle nuevas reglas
en la camilla del hospital. Ubicamos en el hecho de haber tenido que pasar casi toda su
vida paralizada, en una camilla de un hospital a raíz del accidente en su juventud, algo
del orden de lo necesario, que rige por fuera de la intervención del sujeto (Fariña,
2013). Debido al accidente, Yorkie necesariamente habría quedado aislada de la
posibilidad de tener una voz propia o poder tomar decisiones por su cuenta, su cuerpo
dependía completamente de los demás.
Como en este trabajo lo que se busca encontrar, entre otras cosas, es un acto que
comprenda una intención más allá del sujeto, que exprese algo que el actor mismo ni
sospeche en él, se dice que conlleva un “propósito inconsciente” (Salomone, 2006).
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(Salomone, p.106, 2006), lo que el Yo no está dispuesto a conocer como propio, un
afuera que es imposible entender como tal. El Yo sostiene ser dueño de lo que hace,
generadas con razón e intención, las únicas acciones por las que considera podría ser
responsable, parándose como sujeto-joya del derecho (D’amore, 2006). Pero aquello
que produjo y de lo que reniega llama al sujeto a responder, en palabras de Freud “eso
desmentido por mí no sólo <<está>> en mí, sino en ocasiones también <<produce
efectos>> desde mí” (Freud, p.135, 1925).
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su familia, o los médicos o enfermeros en el hospital luego. Es una búsqueda por su
propia voz y una pregunta por su identidad. Kelly desde un principio es la puerta de
entrada a otro mundo de elecciones a las que nunca había tenido acceso: probar
tragos, bailar, ser vista con una mujer en público, tener relaciones, conmueve lo que se
suponía sabido y estático también al interrogarla por su vestimenta o sobre qué es lo
que ella quiere hacer.
Esta interpelación exige respuesta, pero no necesariamente ésta sea del lado de la
responsabilidad subjetiva; en su intento de recomponerse, el yo tiende a volver al surco
moral (D’amore, 2006). Cuando Yorkie se ve frente a la posibilidad de responder por
esa posición de bisagra a un mundo de posibilidades en la que puso a Kelly y por su
propio deseo de sumergirse en ese mundo de elecciones, vuelve a los surcos morales,
a la recomposición de su yo, y niega esa posibilidad. En vez de un efecto creador de
sujeto, vemos una respuesta óntica en la que la culpable por su incertidumbre es Kelly,
por no sentirse mal “o al menos, sentir algo” como menciona.
Esta proyección obtura la emergencia subjetiva (D’amore, 2006), en el sentido de que
si la culpable es Kelly, Yorkie no es responsable, y puede desentenderse de la
situación. Esta culpa, proyectada, es una de las formas posibles de responder a aquello
que la interpela, y vemos que “comienza a tener entidad la expresión ‘la culpa como
reverso de la responsabilidad’” (Fariña, p. 88, 2013).
El gesto de asumir responsabilidad implica obligarse, hacerse cautivo, para garantizar
una deuda. Y, si se destaca el carácter económico que comprende esa deuda,
contraerla es contraer una culpa; y estar en deuda obliga a responder, en otras
palabras, pagar la deuda (D’Amore, 2006). Para continuar la idea del párrafo anterior,
este autor nos plantea situaciones en las que la culpa no favorece el efecto sujeto,
siendo éste efecto lo que se da en los casos de un Tiempo 3 en lo que corresponde al
circuito de la responsabilidad. La proyección de la culpa, en el caso de Yorkie, opera a
modo de anestesia resultando en que ella se sienta ajena a dicha responsabilidad. Sin
embargo la culpa es a la responsabilidad subjetiva así como la moral a la ética, no hay
la segunda sin la primera, tienen una relación suplementaria (D’amore, 2006). Que ya
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se haya puesto en juego la culpa, da el indicio de que en un futuro Yorkie podría
hacerse responsable de su acto. Si bien hay algo del campo de la determinación en la
situación en la que se encuentra Yorkie, ella no puede hacerse responsable de la
suerte de cruzarse a Kelly en su vida, o de la necesariedad de no poder salir a
vivenciar el mundo por estar tetrapléjica. Pero en esta situación no rigen únicamente
estos elementos, hay una vacancia entre ellos, en la cual se pone en juego la
responsabilidad del sujeto (Fariña, 2013). Yorkie podría hacerse responsable,
preguntándose por su posicionamiento frente a estos elementos, es ella la que tomó la
decisión - por fuera de su moral y sin socios del pasado, presente, o futuro (Ariel,
2001)- de, una vez en esa situación, embarcarse en un viaje en el que puede
sumergirse en elecciones distintas, por primera vez, eligiendo primero a Kelly como
entrada a aquello. Este posible tiempo de la responsabilidad subjetiva, sería una
respuesta distinta a la proyección que vemos, todavía en el plano de la subjetividad
moral. De ser alcanzado, nos encontraríamos con un Tiempo 3 del circuito, o un efecto
sujeto, un acto ético en el que se produce un sujeto de deseo inconsciente, uno que
tenga una relación “más” ética con ese deseo (D’amore, 2006).
7
Bibliografía.
Michel Fariña, J. J. (2000). The Truman Show. Mar abierto (un horizonte en quiebra).
En Ética y Cine, Eudeba, Buenos Aires, 2000.
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Mosca, J. C. (1998). Responsabilidad, otro nombre del sujeto. En Ética: un horizonte en
quiebra, Eudeba, Buenos Aires, 1998.