de varias familias de insectos del orden de los dípteros y en particular del suborden de los nematóceros; en su uso más estricto «mosquito» se refiere únicamente a los componentes de la familia de los culícidos. Como los otros insectos holometábolos, los mosquitos tienen cuatro etapas de desarrollo en su vida: huevo, larva, pupa y adulto. Necesitan el agua para completar sus ciclos de vida, porque las larvas son acuáticas.
Mosca es el nombre común de diversas especies de insectos
voladores pertenecientes al orden de los dípteros (Diptera).
Las especies que pertenecen a la familia de la conocida
mosca común (Muscidae) son moscas; algunas especies de familias próximas, como Calliphoridae o Sarcophagidae, reciben más bien el nombre de moscardones, dado su gran tamaño, su cuerpo peludo y el zumbido más grave de su aleteo. Otros dípteros reciben otros nombres, como los tábanos y los mosquitos.
Los antófilos (Anthophila, gr. ‘que aman las flores’),
conocidos comúnmente como abejas, son un clado de insectos himenópteros, sin ubicación en categoría taxonómica, dentro de la superfamilia Apoidea. Se trata de un linaje monofilético con más de 20 000 especies conocidas. Las abejas, al igual que las hormigas, evolucionaron a partir de avispas. Los antepasados de las abejas eran miembros de la familia Crabronidae y eran depredadores de insectos. Es posible que las primeras abejas se hayan alimentado del polen que cubría a algunas de sus presas y que, gradualmente, hayan empezado a alimentar a sus crías con polen en vez de insectos.1
Los coleópteros (Coleoptera) (del griego κολεός koleos: «caja
o estuche», πτερον pteron: «ala»), comúnmente conocidos como escarabajos, son un orden de insectos con unas 375 000 especies descritas; tiene tantas especies como las plantas vasculares o los hongos y 66 veces más especies que los mamíferos.1 Contiene más especies que cualquier otro orden en todo el reino animal, seguido por los lepidópteros (mariposas y polillas), himenópteros (abejas, avispas y hormigas) y dípteros (moscas, mosquitos). Los coccinélidos (Coccinellidae) son una familia de insectos coleópteros de la superfamilia Cucujoidea.2 Reciben diferentes nombres según el lugar, siendo el más común mariquita. Tienen el cuerpo redondeado y con frecuencia colores vivos. Muchas especies se alimentan de pulgones, por lo que contribuyen a controlar estas plagas.
Los blatodeos (Blattodea, del latín Blatta,
«cucaracha» y del griego eidés, «que tiene aspecto de»), conocidos también como cucarachas, cutias o baratas,2 son un orden de insectos hemimetábolos paurometábolos de cuerpo aplanado, que miden entre 3 cm a 7,5 cm. Incluye también a las termitas, infraorden Isoptera.
Los caelíferos o en latín (Caelifera) son
un suborden del orden Orthoptera, comúnmente conocidos como saltamontes, chapulines, charates, langostas o sanagustines. Se diferencian del otro suborden de ortópteros (Ensifera) porque las antenas son cortas y tienen casi siempre menos de 30 artejos. Se estima que la separación de los dos subórdenes se produjo en el límite Pérmico-Triásico.1 Se trata de insectos herbívoros, algunos de los cuales son graves plagas para la agricultura.