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Tema 4.

Escritura, libro y
lectura en ROMA.

Profª Dra. Ana Sofía Pérez-Bustamante Mourier / Historia del Libro y la Lectura / Curso 2017-2018 1
Sumario
1. Periodización: historia de la antigua Roma.
2. Origen y evolución de la escritura latina.
La adaptación del alfabeto griego en Cumas.
Del alfabeto griego al latino.
Evolución de la escritura latina (s. VI a.C.-s. VI d.C.): letra capital arcaica, letra capital lapidaria o monumental, letra
capital rústica o libraria, capital paleográfica, letra uncial y semiuncial, mayúsculas y minúsculas. La escritura tironiana.
3. Los materiales escriptóreos: del rollo al códice.
El rollo de papiro, los libri lintei, las tabillas de cera, el códice y el cristianismo.
La escritura “punctata” y la escritura continua.
La liberación de una mano: la aparición de notas al texto.
4. Aprendizaje de la escritura y la lectura.
5. La expansión de la lectura en el Imperio.
5.1. La lectura en voz alta y la lectura silenciosa
5.2. La influencia cultural de Grecia en Roma. La biblioteca griega como botín de guerra.
5.3. La edicion romana. La globalización del imperio.
5.4. Los derechos de autor y el lanzamiento de libros.
5.5. Las tabernae librariae y los talleres de copia. La esticometría.
5.6. Las bibliotecas privadas y públicas.
5.7. El Otium.
5.8. La escisión del público lector: docti / indocti.
5.9. Los círculos de la alta cultura. El hombre de letras y el mecenazgo. El “novus liber” al gusto helenizante.
5.10. El declive de la oratoria.
5.11. La literatura popular. La subliteratura.
6. Bibliografía citada.

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1. Historia de la Roma antigua -
periodización
• Unificación de distintas tribus latinas, sabinas y etruscas en
torno a Roma Quadrata – s. VIII a.C.
• Monarquía electiva – s. VIII a.C. – s. VI a.C. (hasta 509 a.C.)
• República romana – s. VI a.C.-s. I a.C.
• Imperio romano – s. I a.C. (Octavio Augusto) hasta s. IV d.C.
(Constantino I el Grande erige como capital Constantinopla
en 330 d.C.)
[Documental sobre Augusto:
https://www.youtube.com/watch?v=gm6m8YcMNHs]
• División del imperio romano:
– Imperio romano de occidente: 395 d.C. – 476 d.C.
– Imperio romano de oriente: Imperio bizantino: 395 d.C. – 1453
d.C.

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2. Origen de la escritura romana: la adaptación
del alfabeto griego en Cumas

• Se cree generalizadamente que el origen del alfabeto latino


está en la variante occidental del alfabeto griego usado en
Cumas, una colonia griega del sur de Italia (Magna Grecia). En
el siglo VII a.C. los latinos adoptaron una variante de este
alfabeto, a través de los etruscos, para transcribir su idioma,
al igual que hicieron otros pueblos itálicos de la época. Del
Alfabeto de Cumas derivó el alfabeto etrusco, y los latinos
finalmente adoptaron 21 de las 26 letras etruscas.

Alfabeto de Cumas:

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Sibila de Cumas, Capilla Sixtina, Miguel Ángel Buonarrotti

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Reproducción de la tablilla marsiliana con el
alfabeto etrusco, que se leía de dcha. a izq.

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Del alfabeto griego al latino
Los latinos finalmente adoptaron 21 de las 26 letras etruscas: a,
b, c, d, e, f, z, h, i, k, l, m, n, o, p. q, r, s, t, v, x.

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• No abundan los restos escritos anteriores al
siglo I a.C., quizá porque la sociedad romana,
eminentemente rural y pobre, no daba
importancia a la escritura.
• Las más antiguas inscripciones están grabadas
en materiales duros: un cipo* de piedra negra
aparecido en el foro, una fíbula* de oro
encontrada en Preneste, al norte de Roma, y
un vaso hallado en el Quirinal, que
corresponden al siglo VI y finales del VII a.C.
________________________
cipo Del lat. cippus.
1.m. Pilastra o trozo de columna erigido en memoria de alguna persona difunta.
fíbula Del lat. fibŭla.
1. f. Especie de hebilla o broche que se usaba para sujetar las prendas de vestir.

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Inscripción arcaica registrada en la fíbula de Preneste. Se calcula
que es del siglo VII a. C. y su lectura es la siguiente:
"Manius me hizo (para) Numasius."

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Evolución de la escritura latina
(S. VI a.C. – s. VI d.C.)
• La escritura latina constituye el inicio de la escritura actual del mundo
occidental.
LA LETRA CAPITAL, MONUMENTAL, LAPIDARIA O CUADRADA
• La forma de las letras fue durante mucho tiempo la de mayúsculas o
capitales. Son de gran tamaño, se escribían con trazos gruesos y finos
diferenciados y se usaron principalmente para las inscripciones en piedra
y metal, para los libros de lujo y para documentos oficiales de cierta
solemnidad.
• Con alguna frecuencia las palabras aparecen separadas por puntos u
otros signos.
• Este tipo de letra era conocida como monumental, lapidaria o cuadrada.

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La letra capital arcaica
(s. VI – II a.C.)
• Letra epigráfica totalmente mayúscula y de forma
cuadrada. Derivada de la etrusca, la letra capital
arcaica se encuentra en el origen de la escritura
latina.
• Entre sus letras, redondas, derechas y sentadas,
bien trazadas y proporcionadas entre altura y
anchura, hay algunas de movimiento incierto, de
trazos inclinados y angulosos, que revelan una
ejecución más fácil, con tendencia a la cursividad.
• De ella, hacia el siglo II a.C. surgieron la capital
lapidaria y la capital paleográfica.

• El ejemplo más antiguo que se conoce es el "lapis


niger romuli" (La piedra negra de Rómulo). Sus
trazos son inciertos, más cursivos.

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Capital lapidaria
elegante o cuadrada (s. II a.C. – s. II d.C.)
(también denominada monumentalis o quadrata)
Abarca desde el siglo II a.C. al siglo II d.C. Toma el nombre de su
utilización en las lápidas. Es la que se emplea en las inscripciones de
carácter solemne, monumental. Considerada como la más bella,
corresponde a la etapa de máxima perfección, coincidente con el
reinado del emperador Augusto (27 a.C.-14 d.C.). Es la letra mayúscula
de imprenta que guarda relación en su altura con el ancho. Ejemplos se
encuentran en los templos o arcos de triunfo.

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• La letra monumental tuvo una variedad,
llamada rústica, cuyos trazos tendían a ser
curvos. Con ella se podría escribir con más
facilidad y rapidez, y, por ello, resulta menos
elaborada.

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Capital rústica o • Capital lapidaria rústica, libraria o
actuaria: variedad de la capital
libraria caligráfica, ejecutada con rapidez y
soltura. Sus letras son más altas y
estrechas. Surgida en el siglo I o II,
(s. I d.C. – s. VI d.C.) llega hasta el V o VI d.C., aunque
siguió empleándose durante la Edad
Media como forma ornamental para
la escritura de títulos. Se utilizó sobre
el cobre y sobre todo en el bronce.
En esta escritura la parte superior de
la F y de la D sobrepasan la línea
superior de la caja de renglón,
mientras que la Q baja la línea
inferior. La A pierde el travesaño del
medio. Los poemas de Virgilio se
guardan en este tipo de escritura. La
M y la N se reemplazan por rayas y
puntos. En esta escritura aparecen
siglas y abreviaturas, no tienen
ligaduras. En la piedra y en el
mármol guardan igual semejanza
morfológica. La capital rústica fue el
estándar para los libros hasta el siglo
VI d.C.

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• Esta letra no servía para la escritura de cada día,
sobre todo cuando se generalizó su uso a causa
de la abundancia de actos burocráticos.
• Así, se impuso un tipo llamado cursivo o común
clásico, con dos variantes: libraria, para libros, y
actuaria, para documentos o actas.
• Es de menor tamaño, no se diferencian mucho
los trazos gruesos de los finos, y llega a suprimir
algunos en aras de la rapidez.
• Esta cursiva dio lugar a la minúscula cursiva.

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Capital paleográfica (s. I d.C.-IV d.C.)
– Capital paleográfica: abarca desde el s. I
d. C. al IV d. C. Esta escritura también se
divide en elegante y rústica, cursiva y
semicursiva. Esta letra hereda la
elegancia de la capital de las
inscripciones de carácter solemne, pero
su trazado se hace más libre y ligero a
causa del cambio de soporte de
escritura (los materiales blandos). Las
letras son de trazado regular y de
proporciones uniformes, con una altura
igual para cada una de ellas dentro de
la caja del renglón (excepción hecha de
la F y la L, que sobresalen por arriba, y
la Q, por abajo.
– Normalmente los trazos horizontales de
la E, F, L y T forman ángulo recto.
– La forma rústica o libraria de esta
escritura está ejecutada con mayor
rapidez y soltura y presenta ciertas
peculiaridades en relación con la
elegante, como cortedad de los palos o
astas horizontales, que cortan
oblicuamente a las verticales; en la A
suele faltar el asta transversal.

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• Una variante de este tipo Los instrumentos pequeños trazaban con
de letra es la capital dificultad los signos redondos, en
paleográfica cursiva, consecuencia, el trazo es anguloso.
escritura usada entre los
siglos I a.C. y III d.C. que
aparece en tablillas de
cera egipcias,
pompeyanas y de la Dacia,
en los grafitos paganos y
cristianos y en las
inscripciones cristianas, y
que se distingue
escasamente de la capital
paleográfica, pero que
apunta ya hacia la uncial,
la minúscula cursiva y la
semiuncial.

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La letra uncial
(s. III d.C. – VIII d.C.)
• Uncial (s. III d.C. – VIII d.C.)
– La escritura uncial es una escritura libraria o
rústica derivada de la letra capital paleográfica
cursiva.
– Además del redondeamiento de las letras, las
abreviaturas son muy raras y es de fácil lectura.
– Las Unciales se distinguen de sus antecesoras
por la prolongación de las letras fuera de la
caja de renglón. Estas letras sin embargo, eran
muy lentas en su trazado, siendo más
conveniente la cursiva, que dio lugar a la Semi-
Uncial.
– La palabra “uncial”, que se deriva de la latina
unciam y significa “onza”, porque, al parecer,
las líneas tenían doce letras y cada letra
ocupaba la duodécima parte de la línea. El
tamaño de la letra uncial venía a ser de unos 25
mm., aunque con el tiempo fue perdiendo esa
altura en casi todas sus letras.

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• La letra uncial se usaba para libros
de lujo.
• El alfabeto uncial de los siglos
IV y V constaba de tres grupos
de letras, que son las
típicamente unciales (A, D, E,
M), las minúsculas (como h, l,
q) y las capitales (las restantes).
• http://guindo.pntic.mec.es/~jm
ag0042/escritura_uncial.pdf
• Trazado del alfabeto uncial:
• https://www.youtube.com/wat
ch?v=OIUret_S3A0

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La escritura semiuncial
• La escritura Semiuncial es una escritura romana,
redonda y vertical, combinación simplificada de
la cursiva romana y de las capitales elegantes,
formada por un conjunto de letras unciales
minúsculas en el que haya un mínimo de cuatro
elementos no unciales (generalmente b, d, m, r,
o bien b, g, m, s). También difieren algunas
vocales (a, e, u). Se empleó entre los siglos IV y
X d.C., aunque su apogeo fue en el s. V.
• El tamaño de la semiuncial venía a ser la mitad
del de la letra uncial, es decir, de unos 12 mm. A
veces se combinaban las semiunciales con las
unciales (estas, a modo de mayúsculas
capitales).
• Guardan esta escritura el Sulpicio Severo de
Verona; el Ambrosisteer cassinense (570); los
Fasti Consulares (487) y los Opúsculos de San
Agustín, en Corbia. La Semiuncial pasó a ser
usada durante la Edad Media en los pueblos
anglosajones.
• http://guindo.pntic.mec.es/jmag0042/escritura
_semiuncial.pdf

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La letra minúscula
• Apareció a finales del siglo III d.C., en escrituras de este tipo en papiros de la administración imperial
romana.
• Se utiliza en los alfabetos europeos griego, latín, cirílico y armenio. Por ejemplo, la letra de figura y
tamaño ”a” es minúscula, y la letra de figura y tamaño ”A” es mayúscula.
• Originalmente las letras de los alfabetos se escribían en mayúsculas, con espaciado bien definido
entre los límites superior e inferior. Cuando se escribe rápidamente a mano (manuscrito,
con pluma, lápiz u otro medio tienden a redondearse y a ser mucho más simples, como las unciales.
• Desde las unciales, las letras minúsculas se desarrollaron por vez primera, así como las
minúsculas medio unciales y las cursivas, que ya no quedan ligadas entre dos líneas.
• Las cursivas a su vez constituyen la base de la escritura minúscula carolingia ―desarrollada
por Alcuino para su uso en la corte de Carlomagno―, que rápidamente se extendió por toda Europa.
En este continente, por vez primera, llegó a ser común el uso simultáneo de mayúsculas y minúsculas
en un texto único.
• El término minúscula evolucionó después del desarrollo de los tipos móviles, introducidos
por Johannes Gutenberg. Las minúsculas contenían las versiones pequeñas de las letras y sus
ligaduras, ya que estos caracteres se utilizaban con mayor frecuencia.

https://es.wikipedia.org/wiki/Min%C3%BAscula

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Mayúsculas y minúsculas
• Capital: mayúscula, trazada entre dos
líneas paralelas (caja del renglón). Se
llama así, capital o capitular, porque
es una letra que aparece al inicio o
cabeza (caput, capitis > capitalis) de
la obra, de un capítulo o de un
párrafo y que tiene un tamaño mayor
que las del resto del texto.
• Minúscula: trazada entre cuatro
líneas paralelas (se añadían, a las dos
anteriores, otras dos líneas
centradas), de manera que unas,
como la b, d, subían, y otras, como p,
q, bajaban, mientras otras, entre
ellas las vocales, se mantenían entre
las dos líneas centrales de la caja del
renglón (esta minúscula no es el
resultado de un cambio gradual de
la escritura capital, sino una
evolución que comienza a advertirse
entre los ss. III y IV d.C.: la minúscula
cursiva).
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La escritura tironiana
• Otra necesidad, la de recoger los discursos
pronunciados en el senado, el foro y los
comicios, dio lugar al nacimiento de una
escritura taquigráfica denominada
TIRONIANA, del nombre de Tirón, esclavo y
secretario de Cicerón, que tuvo que recoger
los discursos de su señor. Es una evolución de
la cursiva con los trazos simplificados y la
introducción de abreviaturas.
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3. Los materiales escriptóreos: del
rollo al códice
• Liber: corteza de árbol.
• Telas de lino: libri lintei.
• Pieles.
• Desde el siglo III a.C., y sobre todo desde el II a.C., rollo
de papiro utilizado por los griegos.
• Desde s. II a.C., cuando Roma ha conquistado lo que
fue Grecia y Egipto, el papiro se importa como material
de Egipto pero los rollos se fabrican también en Roma.
Distintas calidades.
• Desde el s. VI a.C., muy populares las tabellae o
tabletas.

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Liber lintei

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LAS TABLILLAS de cera

• Las tablillas utilizadas en Roma, a diferencia de las anteriores, eran


de madera dura. Se ahuecaban y cubrían de cera (pugillares o
ceratis codicilli, sobre la cual se escribía con un estilete (stylus) o
con un buril. En algunos casos se cubrían con yeso en lugar de cera.
• Según Aristófanes, en su comedia Las nubes (423 a.C.), los griegos
también usaron estas tablillas de madera.
• Las tablillas de cera fueron utilizadas como soporte de escritura
portátil y reutilizable desde el antigüedad clásica y durante toda la
Edad Media e incluso el siglo XIX.

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• En uno de los bordes de la tablilla se hacían dos
agujeros por los que se pasaba un alambre o una
cinta para sujetarlas, y se protegían colocándolas
entre dos placas.
• Si se unían dos, el conjunto se llamaba díptico; si se
unían tres, tríptico; si más de tres, políptico.

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• El uso de los dípticos estuvo muy
en boga entre los romanos como
libritos de notas y como artículos de
lujo para aguinaldos. De ellos, los más
notables que se conservan son los
llamados consulares, que solían dar los
cónsules del imperio como aguinaldo a
otros personajes y a los amigos a
principios de año. Tienen adornada con
relieves la parte exterior de las tablitas,
figurando de ordinario el retrato del
mismo cónsul en actitud de presidir e
inaugurar los juegos públicos,
arrojando al circo la mappa o pañuelo
que lleva en su mano. Todos los
dípticos de este tipo que se conservan
son de marfil y de estilo bizantino,
propios del siglo V y primera mitad del
VI, siendo uno de ellos el del cónsul
Apión, año 539, que se conserva en la
catedral de Oviedo. Hay, no obstante,
algunos otros dípticos romanos, más
antiguos y sencillos que fueron de uso
particular o de magistrados inferiores.

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EL CÓDICE
• El rollo era de lectura incómoda y de
consulta difícil.
• También se deterioraba fácilmente a
causa de la humedad y del sucesivo
enrollado y desenrollado en torno al
umbílico, así como la incomodidad de
guardarlo en las bibliotecas dentro de
los scrinia, que ocupaban mucho
espacio.
• A consecuencia de estos
inconvenientes, hacia el s. I d.C.
empezó a ser sustituido por otra forma
de libro:el códice .
• La transformación fue paulatina, de
manera que hasta el s. III d.C. aún tenía
preponderancia el rollo, y sólo a partir
de esta fecha es poco a poco sustituido
por el códice.

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El códice o liber quadratus
• La palabra códice, que se aplicó en la Antigüedad al
tronco de árbol sobre el que se escribía (en latín
caudex, por contracción codex), se aplicó después, por
extensión, a las tablillas. Cuando empezaron a adoptar
el pergamino lo utilizaron con la misma forma de las
tablillas, dando lugar a lo que se llamó libro cuadrado
(liber quadratus), denominación que crea una
diferenciación formal entre el libro en forma de rollo o
volumen y el que imita la estructura de las tablillas.
• Sus hojas aparecen dobladas y agrupadas en forma
cuadrada o rectangular, y al conjunto de ellas se le
ponían tapas de madera, todo lo cual se parecía más a
los dípticos, trípticos y polípticos que a los rollos.
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• Códice nos ha llegado como sinónimo de
manuscrito, pero la sinonimia no es exacta: todos
los códices son manuscritos (están escritos a
mano), pero no todos los manuscritos son códices
(por ejemplo, los rollos).

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• Hasta el s. V d.C. por lo menos, el códice figuraba en pergamino
(códice pergamináceo) y en papiro (códice papiráceo).
• Por el prestigio que había alcanzado el libro en forma de rollo, en
los primeros tiempos el códice se destinaba especialmente a
ediciones baratas o menos prestigiadas.
• El cambio, aunque lento, se imponía por las ventajas del códice
sobre el rollo:
– Era de consulta más fácil
– tenía mayor capacidad de escritura
– se transportaba y almacenaba muy cómodamente
– gracias a su encuadernación con tapas de madera, se conservaba y
duraba mucho más.
– El pergamino permite escribir por las dos caras (opistógrafo),
mientas que el papiro sólo por una (anopistógrafo).
– Los códices pergamináceos tienen las caras de sus hojas dispuestas
de manera que coincidan las lisas con las de pelo, pero mientras los
griegos preferían iniciarlos con una cara lisa, los romanos se
inclinaban por una oscura o de pelo.

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El códice y el Cristianismo
• El cristianismo tiene un
• A partir del siglo II d. C el gran protagonismo en la
volumen comienza a ser difusión y empleo del
sustituido lentamente por códice, aunque no en lo
el códice. Los análisis que respecta a su
documentales de G. Cavallo surgimiento, pues el códice
le llevan a la conclusión de existía desde tiempos muy
que en las prácticas antiguos, fuera en forma
literarias del mundo de tablillas, cuadernos o
occidental romano, el libretas.  El Cristianismo
códice se habría establecido surge como tradición oral.
probablemente a finales del Cuando los cristianos se
siglo tercero. deciden a apostar por la
cultura escrita, prefieren el
códice al volumen.

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• Sobre el tema de la elección del códice por parte de los cristianos
para difundir su religión se han propuesto diversas hipótesis. Lo
cierto es que, por una parte el códice constituía una alternativa al
rollo (más vinculado a la élite) mientras que, por otra, era familiar
a todas las clases sociales, incluyendo a la media y a la media-
baja, más cercanas de las modestas lecturas realizadas en los
cuadernos de escuela y libretas de apuntes, en forma de códice.
• También influyó la voluntad de separarse de la tradición judía,
cuyos libros sagrados se transmitían en rollos.

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• Otras razones de peso eran
el aspecto económico y las
posibilidades que ofrecía el
formato del códice para
acumular un número
mucho mayor de textos a la
vez que ofrecer un sentido
unitario a los escritos que
se constituirían en el canon
de esta nueva religión.
• El códice era más
manejable y cómodo al
lector de la Biblia.
• La paginación  permitía una
mejor organización y
localización de pasajes
concretos.
http://elmundodelavida.wordpress.com/2011/05/02/lectura-libros-y-bibliotecas-en-la-a
ntigua-roma-iii-y-final/
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Con el códice, que dejaba una
mano suelta, desocupada,
surge la costumbre de escribir
en los márgenes del libro. Sus
espacios en blanco brindaban
la oportunidad al lector para
escribir sus notas. En algunos
textos coincidían a veces las
anotaciones marginales de
varias manos. Hay, incluso,
testimonios de quienes
elaboraban teorías acerca del
modo de introducir las notas
durante la lectura, como es el
caso de Casidoro, a la altura
del siglo VI. 

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4. Los pasos del aprendizaje: escritura y lectura

Antes de aprender a leer se


aprendía a escribir. De hecho,
quienes dejaban la escuela
tempranamente podían ser
capaces de escribir pero no de
leer. Los escolares debían
conocer las figuras y los nombres
de las letras por orden alfabético,
incluso con ayuda de objetos
físicos. El maestro grababa en
madera las letras, cuyos surcos
debían llenar con sus trazos los 
discípulos; luego debían hacer los
grabados por sí solos.  A
continuación se realizaba el
mismo procedimiento con las
sílabas, las palabras y, finalmente,
con frases completas.  
Mujer educando a su hijo. Fresco de Pompeya

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• Una segunda etapa se
dedicaba al aprendizaje de la
lectura. Se aprendía a leer
sobre todo en el ámbito
familiar, a través de
maestros o en escuelas
públicas. Este aprendizaje
podía durar mucho o poco:
podía limitarse a aprender a
“leer” las mayúsculas, o
abarcar intensos estudios 
con maestros de retórica y
Escuela romana gramática.

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•  El orden didáctico en este
segundo momento era similar
al de la escritura: letras,
sílabas, palabras y frases.
Luego de una lectura lenta se
iba ganando en rapidez hasta
llegara  la emendata velocitas,
a la lectura rápida y sin
errores. Se leía en alta voz con
la indicación siguiente: los
ojos debían adelantarse a la
voz y colocarse en la palabra
siguiente a la que acababa de
pronunciarse.

Profª Dra. Ana Sofía Pérez-Bustamante Mourier / Historia del Libro y la Lectura / Curso 2017-2018 45
Lectura en voz alta
• La modalidad predominante en
la Roma Antigua era, al igual que
en Grecia, la lectura en alta voz.
Comenta Quintiliano en su
Institución oratoria  que el
adolescente debía conocer el
momento justo en que debía
contener la respiración, dónde
dividir las líneas con una pausa,
captar el inicio y clausura de
sentido, bajar y subir la voz, la
inflexión adecuada para la
articulación de cada elemento
con la voz, la velocidad, el
ímpetu y la dulzura con que
debía leerse en cada caso.

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• Primero el alumno se • Era tanta la importancia de la
ejercitaba con Homero y lectura en alta voz  que lo que
Virgilio, luego venían los
líricos, los trágicos y los se escribía tenía que tener en
cómicos. Los alumnos cuenta el estilo de la oralidad,
comenzaban por seguir que la condicionaba. La
con la vista en silencio la literatura estaba hecha para
lectura del maestro, y ser leída en voz alta. En
pasaban después a la
lectura en voz alta, que palabras de Quintiliano, citado
dejaría apreciar mejor los por G. Cavallo: “Se deberá
errores formales del texto. componer siempre del mismo
  modo en el que se deberá dar
voz al escrito”.
Profª Dra. Ana Sofía Pérez-Bustamante Mourier / Historia del Libro y la Lectura / Curso 2017-2018 47
• En la antigua Roma existían
distintos obstáculos para
aprender a leer; uno de ellos
era el tipo de escritura, que
podía ser caligráfica, cursiva
o semicursiva, y adornada
con lazos que con frecuencia
escondían la forma. Por otra
parte, a partir del siglo I d. C.
se pone de moda la scriptio
continua, en detrimento de
los llamados interpunta,
puntos que separaban las
palabras. Ahora había que
ser ducho en la lectura para,
por una parte, identificar las
letras adornadas, y, por otra,
adivinar dónde comenzaba o
terminaba una palabra para
captar la idea.

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5. La expansión de la lectura en el Imperio
(desde s. I a.C.):
docti/indocti, otium/negotium
• Se expande la lectura en
Público lector: sintonía con la expansión de la
• Círculos aristocráticos cultos, alfabetización.
dedicados desde siempre al • Auge de la lectura: entre siglos I
otium. d.C. y III d.C. en el mundo
• Grupo de gramáticos y grecorromano. Ej.:
Frecuencia de escenas de lectura en los
retóricos, en ocasiones frescos, mosaicos y relieves
esclavos y libertos. escultóricos de la época.
• Nuevo público lector a medio
camino entre las élites cultas
(docti) y las masas incultas:
público medio que incluso
rozaba las clases medias-bajas.
Indocti.
Diversificación librera.

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• Entrada la época imperial (a partir
del siglo I d.C.) se constata un
mayor nivel de alfabetización y de
circulación de la cultura escrita que
en el período precedente. Ahora la
literatura se difunde tanto  para un
público docto, como para otro de
“nuevos lectores”, meramente
alfabetizado. Se encuentran en
esta etapa huellas de escritura de
un público alfabetizado (que va
desde lo más humilde hasta lo
culto) en las paredes y casas de
Pompeya: inscripciones obscenas,
chistes vulgares, a la vez que versos
de autores célebres y
composiciones poéticas.

• Los graffiti pompeyanos:


• http://almacendeclasicas.blogspot.
com.es/2010/09/recopilacion-de-g
raffiti-pompeyanos_22.html

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Ejemplos de grafitis:
En la entrada de la Basílica
Vida mía, mi delicia, vamos a retozar un poquito. Imaginemos que este lecho es
un campo llano.
En la Basílica
¡Salud al que ame; muerte al que no sepa amar!
Taberna de Verecundo
Restituta, quítate la túnica y muestra tus peludas partes
Burdel de Innulus y Papilio
Llorad, chicas. Mi pene ha renunciado a vosotras. Ahora perfora el trasero de los
hombres. Adiós, maravillosa feminidad
Bajo un dibujo de un hombre con nariz grande, en casa de Citharis Amplicatus,
Sé que Icaro te sodomiza. Salvio lo escribió.
En el vestíbulo de la casa de Cuspio Pansa El oficial de finanzas del emperador
Nerón dice que esta comida es veneno.

Cf.
http://almacendeclasicas.blogspot.com/2010/09/recopilacion-de-graffiti-pompeyan
os_22.html#ixzz2iW0WLiaS

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Nomina stultorum parietibus haerent
(Los nombres de los tontos se pegan a las paredes)

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5.1. La lectura en voz alta y la lectura
silenciosa
En los espacios privados coexistían tanto la
modalidad de lectura íntima como aquella para la
cual se precisaba de un lector, generalmente un
esclavo o  liberto. Los ciudadanos ricos solían
tener un servicio de lectores, que leían en el
marco de fiestas o actividades. También era usual
valerse de lectores especializados cuando un
autor quería que sus amigos escucharan
fragmentos de alguna obra suya.

Profª Dra. Ana Sofía Pérez-Bustamante Mourier / Historia del Libro y la Lectura / Curso 2017-2018 53
• No faltan ejemplos de la coexistencia
entre la modalidad oral y la silenciosa, La lectura silenciosa
sobre todo cuando se trataba de
mensajes, cartas o documentos,
aunque también con textos literarios. “Anota san Agustín en sus
Alberto Mangel nos recuerda, en su Confesiones que cuando san
hermoso libro Una Historia de la Ambrosio leía “sus ojos recorrían las
lectura, lo que constituye el primer páginas y su corazón penetraba el
testimonio claro de lectura silenciosa sentido; mas su voz y su lengua
recogida en la literatura occidental. descansaban. Muchas veces, estando
yo presente, pues el ingreso a nadie
estaba vedado ni había costumbre en
su casa de anunciar al visitante, así le
vi leer en silencio, y jamás de otro
modo”.
•  El hecho de que Agustín anotara este
detalle en su libro, “incluida la
observación de que nunca leía en voz
alta”, argumenta a favor de esta
rareza de la que fue testigo el obispo
de Hipona.” 
(A. Manguel, Una historia de la lectura (1996),
Barcelona, Círculo de Lectores, 2001, cap. “Los
lectores silenciosos”, pp. 59-61).

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• Como bien apunta G. Cavallo, en
las escuelas modernas se aprende
a leer en voz alta y se pasa por la
lectura en voz baja hasta llegar a
ser capaces de leer en silencio.
Pero en aquel entonces la lectura
silenciosa no representaba ningún
paso progresivo con respecto a la
oral. Estas tres modalidades
coexistían y emergían
dependiendo de factores tan
diversos como el contexto, el tipo
de literatura o el ánimo del lector. 

Profª Dra. Ana Sofía Pérez-Bustamante


Mourier / Historia del Libro y la Lectura / 55
Curso 2017-2018
5.2. La influencia cultural de Grecia en
Roma
• Primeros romanos: sociedad agraria, que no cultiva el libro
salvo con fines prácticos. Primeras muestras, relacionadas
con el derecho (Ley de las doce tablas) y literatura ritual.
• La afición por las letras le vino a Roma por influencia griega,
desde el siglo III a.C.
• No debió de haber comercio del libro hasta el s. I a.C.,
cuando Roma se había convertido en una gran ciudad, sus
habitantes se comportaban como personas urbanizadas y
las riquezas que traían de sus conquistas eran abundantes.
• A partir del s. I a.C. surge la gran literatura propiamente
romana, latina.

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5.3. EL DESARROLLO DE LA EDICIÓN DEL LIBRO EN
ROMA: LA GLOBALIZACIÓN DEL IMPERIO ROMANO

• La edición de un libro se desarrolló en Roma en el siglo I a. C., con


la literatura latina influenciada por el helenismo. Esta difusión
concierne, especialmente, al círculo literario. Ático fue, por
ejemplo, el editor y distribuidor de Cicerón. Pero el comercio del
libro fue extendiéndose progresivamente por todo el Imperio
romano. El libro se difundió, por tanto, gracias a la extensión del
Imperio, que implicó la imposición de la lengua latina en la mayoría
de los pueblos (España, África, etc.).
• Las bibliotecas eran privadas o bien eran creadas por algunos
particulares. Julio César quiso crear una biblioteca en Roma. Una
biblioteca era, ya por entonces, un instrumento de prestigio
político.
• En el año 377 existían en Roma 28 bibliotecas, así como existían
muchas pequeñas bibliotecas en otras ciudades. Pese a esta gran
difusión del libro no se tiene una idea exacta de la actividad literaria
de la época, dado que millares de libros se perdieron.

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Las bibliotecas griegas, botín de guerra
• Entre finales III a.C. y • Al final de la república
principios del I a.C.: nace aparecen paralelamente la
literatura latina inspirada lectura casera, aislada, y la
en modelos griegos. “intimidad”.
• Llegan a Roma bibliotecas • Las primeras bibliotecas
griegas completas romanas son bibliotecas de
procedentes de botines de conquista organizadas
guerra. según el modelo
helenístico-alejandrino
• Los libros griegos hasta finales de la
importados (rollos de república.
papiro o de pergamino) se
convierten en el modelo
para el libro latino.

Profª Dra. Ana Sofía Pérez-Bustamante


Mourier / Historia del Libro y la Lectura / 58
Curso 2017-2018
• Luego se instaura
un modelo distinto
de biblioteca, el
modelo romano,
que distribuye los
libros en dos
espacios: la
colección griega y
la colección latina.
Así lo hizo Cicerón.

Profª Dra. Ana Sofía Pérez-Bustamante Mourier / Historia del Libro y la Lectura / Curso 2017-2018 59
Cicerón
En una de sus cartas Cicerón le
escribe a su hermano: “no sé qué
hacer por lo que respecta a los
libros latinos, tan defectuosas
como son las copias en comercio”.
Su objetivo era formar una
biblioteca latina incluyendo en ella
obras admiradas por él en su
adolescencia. Como recuerda
Guglielmo Cavallo en su artículo
“Entre el volumen y el codex”,
cuando Lucio Papirio Peto le dona
una biblioteca, Cicerón agradece
los libros latinos más que los
griegos.

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5.4. Los derechos de autor y el
“lanzamiento” de libros
• La propiedad literaria no estaba protegida.
• Los autores solían presentar sus obras por primera vez
leyéndolas (o haciéndolas leer) en público. Un tema
interesante a tener en cuenta es el de los
“lanzamientos” de libros. Ya en aquel entonces estas
presentaciones eran un acontecimiento público que
incluía la lectura de fragmentos en alta voz. Sucedían
en espacios públicos (theatra, stationes, auditoria) y la
duración estaba determinada por el contenido del
rollo.  Allí podía encontrarse lo mismo a individuos
cultos interesados en el libro que a personas a las que
el evento no les interesaba en lo absoluto.  

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5.5. La taberna libraria
• Los libreros eran a la vez los editores (o distribuidores).
• Disponían de una tienda (taberna) donde vendían los
libros: taberna libraria.
• Vendían los libros fabricados por ellos o por otros
editores.
• Anunciaban sus existencias en listas (pilae) colocadas
en la puerta y en la fachada.
• Las tabernae librariae estaban situadas en barrios
comerciales y en ellas solía haber tertulias sobre las
novedades, y, en ocasiones, tenían lugar las
recitationes o lecturas públicas, hechas por el autor,
especialmente de las novedades poéticas.

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La labor del copista en la Antigüedad
clásica estaba a cargo de esclavos
(servi litterati).
Las copias solían hacerse en el ámbito
privado, para uso de patricios
acomodados.
Pero la expansión del imperio romano
dio lugar a un comercio próspero del
libro.

Profª Dra. Ana Sofía Pérez-Bustamante


Mourier / Historia del Libro y la Lectura / 63
Curso 2017-2018
Los talleres de copia
• Las tabernae librariae disponían de un taller donde los
escribientes, que normalmente eran esclavos y muchos de
ellos, además, griegos, copiaban al dictado de un lector a
fin de hacer muchos ejemplares al mismo tiempo con
rapidez, rapidez que iba en detrimento de la corrección del
texto.
• Para evitar los errores de copia los buenos talleres tenían
correctores.
• Con todo, los autores y los lectores se quejaban de los
ejemplares llenos de faltas.
• Los correctores, anagnostes en expresión griega,
garantizaban su trabajo poniendo legi, emendavi, contuli,
relegi o recensui.

Profª Dra. Ana Sofía Pérez-Bustamante Mourier / Historia del Libro y la Lectura / Curso 2017-2018 64
Profª Dra. Ana Sofía Pérez-Bustamante Mourier / Historia del Libro y la Lectura / Curso 2017-2018 65
• Se sabe de algunas librerías en tiempos del Imperio. A la entrada del Foro
de César, en las pilastras, se colgaban listas de los manuscritos a la venta.
También solía haber unas cajas abiertas con algunos extractos de las obras.
Además existían personas que no tenían librería y vendían libros en las
calles y pórticos.

• La venta de libros usados era muy normal, y eso llevó a fraudes: metían los
volúmenes entre semillas de cereales que les daba un tono amarillento: de
esta manera parecían viejos y así aumentaba su precio.

• Roma siguió con el auge de las librerías hasta el ocaso del mundo antiguo.
Las invasiones bárbaras dieron un fuerte mazazo a todas las formas de la
cultura, y con ello también desapareció el comercio de los libros. (Caída del
Imperio Romano de Occidente, 476 d.C.)

Profª Dra. Ana Sofía Pérez-Bustamante Mourier / Historia del Libro y la Lectura / Curso 2017-2018 66
LA ESTICOMETRÍA

• Los bibliófilos pobres se hacían personalmente las


copias a partir de ejemplares de amigos o de bibliotecas
públicas.
• Las bibliotecas públicas y los bibliófilos ricos tenían a su
disposición escribientes que sin prisas y con cuidado
copiaban los textos.
• Para calcular el pago de los copistas se sirvieron de la
esticometría, o cuenta del número de líneas de cada
obra. Cada línea solían contener unas quince sílabas. Es
un procedimiento heredado del mundo griego
helenístico.

Profª Dra. Ana Sofía Pérez-Bustamante Mourier / Historia del Libro y la Lectura / Curso 2017-2018 67
• Esticometría: Método
usado en la Antigüedad griega y
romana para establecer la línea
tipo o número tipo de líneas de
un rollo o manuscrito, con objeto
de computar el trabajo del
copista.
(J. Martínez de Sousa, Diccionario
de bibliología y ciencias afines,
Gijón, Trea, 2004)
• Véase también:
https://en.wikipedia.org/wiki/Stic
hometry

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5.6. Las bibliotecas privadas y
públicas
Primero fueron en Roma las bibliotecas
privadas, que los generales romanos
aprendieron a valorar y a estimar durante sus
conquistas en Sicilia, Grecia y en el mundo
helenístico.

Profª Dra. Ana Sofía Pérez-Bustamante Mourier / Historia del Libro y la Lectura / Curso 2017-2018 69
La “villa de los papiros”, en Herculano

• En la villa conocida como de los


papiros en Herculano (cerca de
Nápoles, Italia) se descubrió a
mediados del siglo XVIII la única
biblioteca de la Antigüedad clásica que
conocemos, preservada hasta
nuestros días por la erupción del
Vesubio en el año 79.

Profª Dra. Ana Sofía Pérez-Bustamante Mourier / Historia del Libro y la Lectura / Curso 2017-2018
70
Retrato de Julio César por Peter Paul Rubens
•  La idea de la
primera biblioteca
pública en Roma se
debe a Julio César,
que, inspirándose en
la biblioteca de
Alejandría, quiso
dotar a Roma de una
semejante.

Profª Dra. Ana Sofía Pérez-Bustamante Mourier / Historia del Libro y la Lectura / Curso 2017-2018 71
Gayo Asinio Polión
• La muerte de César en 44 a.C. aplaza la
materialización de su proyecto. La idea 
arraiga en sus sucesores y ya en 39 a.C. 
Gayo Asinio Polión funda la primera
biblioteca pública romana, en el Atrium
Liberatis. Luego el emperador Octavio
Augusto funda dos más: una al lado del
templo de Apolo de Palatino y la otra en el
Campo de Marte. Augusto nombró director
de una de estas grandes bibliotecas
públicas a un liberto suyo, el español C.
Julio Higinio.
•  Con todo, las bibliotecas privadas fueron,
en comparación, más importantes que las
públicas en el mundo romano. Los patricios
ricos solían tener dos bibliotecas: una en su
casa de la ciudad, y otra en su finca
campestre.

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5.7. El OTIUM
http://es.wikipedia.org/wiki/Otium

• Bibliotecas al estilo de Catón, • Bibliotecas privadas abiertas a


Cicerón y su hermano Quinto: la consulta externa, pero de
concepto de descanso una “casta cerrada”.
señorial, OTIUM en medio de • En época de Cicerón (106-43
una villa con bibliotecas, a.C.) y Catulo (87-57 a.C.) se
pórticos, salas de recreo, dio ya una expansión del
pinacotecas, jardines y negocio librero y una
diversos ambientes para subdivisión de públicos:
evocar con su nombre Volumina de pessimi poetae
instituciones helenísticas
como la academia, destinados a un público menos
gymnasium, lyceum, selecto.
palaestra. Maneras de leer por voluptas, no
por utilitas (o sea, por placer,
no por utilitarismo).

Profª Dra. Ana Sofía Pérez-Bustamante Mourier / Historia del Libro y la Lectura / Curso 2017-2018 73
5.8. La escisión del público lector:
Docti / Indocti.
• Desde el momento en que
aparecen en Roma los
escritores propiamente
dichos, se formaron lo que
hoy llamaríamos
“micromedios” literarios. El
más antiguo que se conoce
en Roma es el círculo de
Escipión el Africano (235-
183 a.C.), en el seno del
cual creció Escipión
Emiliano, al lado de Lelio el
Sabio. Busto de Escipión el Africano hallado en la villa de los papiros de Herculano. Se
conserva en el Museo Nacional Arqueológico de Nápoles (Italia).

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• Lelio perteneció al Círculo de
Escipión, un grupo de amigos,
aliados políticos y grecófilos, que
se habían unido bajo el liderazgo
del rico y bien relacionado Publio
Cornelio Escipión Emiliano,
heredero del poderoso clan de
los Escipión. Emiliano actuó como
mecenas de estudiosos, filósofos
e historiadores de origen griego.
De entre estos destacan el
historiado Polibio y el
dramaturgo Publio Terencio
Africano, de origen modesto (hijo
de esclavo).

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Helenizados, los miembros de esos grupos
gustaban de la correspondencia elegante y
erudita y se intercambiaban con agrado,
cuando se veían, pequeños poemas, los
nugae, como harían los ‘preciosos’ del siglo
XVII. Y las mujeres que reinaban allí, como
Precia y Lesbia en tiempos de Cicerón y
Catulo, favorecían carreras y ayudaban a los
autores a aprovecharse de su éxito.
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5.9. los círculos de la alta cultura.
El hombre de letras y el mecenazgo
• Así surgió el hombre de letras romano, que no fue
jamás independiente.
• La poesía épica gravita alrededor de la historiografía
nobiliaria.
• El teatro es cliente de las grandes familias que
encargaban los ludi o juegos.
• Incluso la poesía elegante y la oda familiar no dejan
nunca del todo de ser poemas de encargo (cf. J. M.
André, Mécène, essai de biographie spirituelle, Paris,
1967).

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• Después, con el Imperio, los
Mecenas
escritores fueron invitados a poner
su arte al servicio de la
reconstrucción de una ideología
romana. En ese momento interviene
Mecenas.
• Cayo Cilnio Mecenas (Gaius Cilnius
Maecenas) (circa 70-8 a. C.), noble
romano de origen etrusco,
confidente y consejero político de
Cayo Octavio Turino, más adelante
conocido como César Augusto. Fue
también un importante impulsor de
las artes, protector de jóvenes
talentos de la poesía y amigo de
destacados autores como Virgilio y
Horacio. Su dedicación artística
acabó por hacer de su nombre,
Mecenas, un sinónimo de aquel que
fomenta y patrocina las actividades
artísticas desinteresadamente.

Busto de Mecenas en un parque de Galway (Irlanda)

Profª Dra. Ana Sofía Pérez-Bustamante Mourier / Historia del Libro y la Lectura / Curso 2017-2018 78
• Bajo la dirección literaria de Mecenas escribe
Horacio sus Odas de inspiración nacional, en las
que magnificaba las ideas que apreciaba Augusto,
que más tarde se convertiría en emperador.
• En un ambiente similar, ensalza Virgilio, en las
Geórgicas, el retorno a la tierra, el trabajo, la
patria, la paz recobrada, y el hombre
“predestinado” que la había presidido.
Profª Dra. Ana Sofía Pérez-Bustamante Mourier / Historia del Libro y la Lectura / Curso 2017-2018 79
• Florecimiento de
bibliotecas en Roma,
fomentadas por el
poder como un intento
de control.
• Bibliotecas: la de Apolo
en el Palatino fundada
por Augusto, la Ulpia
en el Foro de Trajano…
Bibliotecas eruditas, en
principio abiertas a
cualquier lector pero
frecuentadas por
público restringido de
doctos y literatos de
profesión.
Profª Dra. Ana Sofía Pérez-Bustamante Mourier / Historia del Libro y la Lectura / Curso 2017-2018 80
• Posible existencia de • Producción librera:
bibliotecas públicas -En las casas aristocráticas,
anejas a las termas, con utilizada por el círculo de
fondos constituidos por amigos y clientes del
libros de propietario.
entretenimiento. -Tabernae librariae (librerías),
• Florecimiento de dirigidas por empresarios
bibliotecas privadas de condición social no
entre el s. I a.C. y s. I. elevada, en general
libertos.
d.C. Libro y biblioteca
son signos de distinción Libreros célebres en época de
social. la Roma imperial: Sosi,
Doro, Trifón, Atrecto…

Profª Dra. Ana Sofía Pérez-Bustamante Mourier / Historia del Libro y la Lectura / Curso 2017-2018 81
Desde el siglo I hasta el III d. C se hacen más comunes las
escenas sobre lectura en frescos, mosaicos y relieves
escultóricos; lo cual hace pensar en una demanda de libros
inaudita hasta aquel momento.  Sin embargo, tampoco se
han conservado testimonios de este tipo que muestren la
vida en el interior de las bibliotecas, que florecían por
iniciativa imperial para conservar el patrimonio literario, así
como las memorias civiles y religiosas de Roma. Pero cabe
pensar que la modalidad típica de lectura, es decir de pie y
con gestos marcados   a la par que se leía, era poco
probable en este tipo de espacio. Lo que sí se sabe es que
se leía fundamentalmente a lo largo de los paseos, lo
mismo que dentro de una Basílica o en la sala de un
complejo termal.

Profª Dra. Ana Sofía Pérez-Bustamante Mourier / Historia del Libro y la Lectura / Curso 2017-2018 82
El novus liber para bibliófilos
helenizantes
• En el siglo I. a. C. comienza  circular el novus liber,
volumen latino inspirado en el modelo griego para
satisfacer a los lectores cultos. G. Cavallo  lo describe:
“papiro de primera calidad, utilizado por primera vez,
una estudiada paginación de lo escrito, formas
gráficas cuidadas y elegantes, texto corregido, uso de
iniciales distintivas y escrituras particulares para el
nombre del autor y el título de la obra al final de cada
unidad librera, y, por último, el uso de palillos para
envolver el volumen”.

Profª Dra. Ana Sofía Pérez-Bustamante


Mourier / Historia del Libro y la Lectura / 83
Curso 2017-2018
5.10. Declive de la oratoria
• A lo largo del Imperio los escritores, aunque en algunos
casos gozaron de gran popularidad, cada vez tendieron
más a dirigirse a los círculos cultivados (docti).
• El orador deja de estar en el centro de la vida política y
los héroes admirados por la multitud son ahora ante
todo los del circo y los juegos: tal vez eso explique qué
clase de vértigo llevó a Nerón o a Domiciano a
mostrarse allí ellos mismos, exactamente igual que
algunos políticos modernos se esfuerzan por dar
espectáculo en televisión con un pretendido talento
como artistas de variedades.

Profª Dra. Ana Sofía Pérez-Bustamante


Mourier / Historia del Libro y la Lectura / 84
Curso 2017-2018
En ese ambiente compuso
Tácito (h. 56-117 d.C.) su
célebre Diálogo de los
oradores, en que
denunciaba, no sin
precauciones, el declinar
de la elocuencia cuando
“las deliberaciones
gubernamentales
corresponden, no a la
multitud incompetente,
sino a un solo hombre, el
más sabio de todos”.

Profª Dra. Ana Sofía Pérez-Bustamante Mourier / Historia del Libro y la Lectura / Curso 2017-2018 85
• Las relaciones entre el orador y su
público eran impuras, pues el arte
del orador estaba destinado a Séneca (4 a.C. – 65 d.C.)
proporcionarle a éste artimañas
que le permitían dominar a la
gente; así, el reinado de la
elocuencia había desarrollado las
pasiones incontroladas. Al final, las
relaciones entre Nerón y Séneca le
hacían pesimista a éste en cuanto a
las posibilidades que tenía el Sabio
de dirigir al Príncipe.
• El público de los hombres de letras
tiende a circunscribirse a los
doctissimi, el estilo se hace erudito.
• Se acentúa en la sociedad romana
una especie de divorcio entre la
élite y el resto de la población.

Profª Dra. Ana Sofía Pérez-Bustamante Mourier / Historia del Libro y la Lectura / Curso 2017-2018 86
• La evolución del Imperio y los progresos del derecho
explican que se recurriera entonces cada vez en mayor
medida a juristas de formación, que en absoluto ignoraban
la retórica.
• El Estado del Bajo Imperio reposó sobre una doble base: el
ejército y una burocracia cada vez más tentacular. Así se
multiplicaron, sobre todo en Oriente, ciertas escuelas que
recibían una muchedumbre de estudiantes y constituían
viveros de funcionarios. Y la autoridad de los profesores
nunca fue tan respetada como en esta época, en que la
cultura antigua parecía hundirse en la barbarie. Los últimos
emperadores, que fueron soldados de fortuna, hicieron
llamar a poetas y retóricos para educar a sus hijos .

Profª Dra. Ana Sofía Pérez-Bustamante Mourier / Historia del Libro y la Lectura / Curso 2017-2018 87
• Así sobrevivió hasta el final el culto a la retórica, al discurso
y a las letras, que los senadores, que habían sido
antiguamente sus promotores, continuaban practicando
cuando abandonan en el siglo III las ciudades para
refugiarse en sus posesiones, y que los cristianos
igualmente respetaron.
• Quedan muchos aspectos por investigar. Por ejemplo, la
divulgación de las prácticas de estenografía, características
de la escritura de esa época.
• El sistema cultural basado en la técnica del arte oratorio
que habían creado las élites senatoriales de la República
sólo desapareció con el Imperio, y no sin dejar
descendencia.

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5.11. La literatura popular
• La nueva literatura de consumo o de
entretenimiento emergente, objeto del
nuevo lector ya no podía ser clasificada
según los criterios taxonómicos
tradicionales. G. Cavallo nos ofrece una
interesante relación:
“Poesía de evasión, épica en
paráfrasis, historia reducida en
biografías o concentrada en epítomes,
tratados de culinaria y de deportes,
opúsculos de juegos y pasatiempos ,
obras eróticas, horóscopos, textos
mágicos o de interpretación de los
sueños, pero, sobre todo, una
narrativa realizada con situaciones
típicas, con estereotipos descriptivos,
con psicología esquemática, con un
desarrollo del relato basado en la
intriga, en el enredo, y en los golpes
de escena: todo ello arropando una
trama de amor y de aventura”.

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Algunos lectores preferían la
literatura erótica que Ovidio escribe
con la finalidad del
entretenimiento, obras en las que
el poeta, aprovechando su difusión,
introduce indicaciones sobre el
lugar que ocupaba un libro entre
otros del conjunto de su obra o
explica las variaciones de una
segunda edición. Otros preferían los
obscenos Milesiakà, de Arístides; y
todavía otros perseguían
afanosamente las guías eróticas con
imágenes indecentes como los
molles libelli, de Elefantiades, de la
cual Tiberio poseía un ejemplar.

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Lo curioso es que no puede
hacerse una distinción precisa
entre la literatura que
consumía el lector culto y la
que prefería el de cultura
media-baja. Las novelas de
Petronio con sus pederastas,
rufianes y nuevos ricos “de
repugnantes costumbres”
agradaban tanto a unos como
a otros. Mientras los primeros
se deleitaban hallando
sentidos mucho más
profundos al texto, los
segundos sencillamente se
entretenían.

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Versiones simplificadas y
(Sub)literatura
• Hay que destacar, no • En este sentido, no pueden
obstante, que la paulatina olvidarse aquellos textos
masificación de la lectura traía griegos ilustrados encontrados
consigo un deterioro en los en Egipto, pertenecientes a la
estándares de apreciación primera época imperial, que
literaria. Los lectores de poca muestran un interesante
cultura tenían que trabajo de reducción y
conformarse con adaptación de obras mayores,
interpretaciones como es el caso de la poesía
aproximativas. Pero siempre homérica. El contenido se
podían elegir textos de niveles recortaba y se simplificaba
bajos como los Phoinikkà, de para hacerlo más “potable” a
Lolliano, o los Rhodiakà de los lectores de baja cultura.
Filippo de Antipoli,
considerada como una obra
“absolutamente obscena”.  

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Hacia la viñeta y el cómic
Al parecer, en los siglos II y
III d. C. la imagen tenía un
lugar preponderante en la
cultura escrita. El texto
podía encontrarse incluso
reducido a “elementos
esenciales” con una función
“casi exclusivamente
didáctica”. Hablamos de
libros donde lo literario  era
ínfimo comparado con lo
iconográfico, como es el
caso de un rollo sobre los
trabajos de Hércules. 

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Bibliografía citada
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1967.
Barbier, Frédéric, Historia del libro, Madrid, Alianza, 2005.
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Estruch, Barcelona, Herder, 2009. Tomo I. El mundo antiguo: Oriente Próximo y
Mediterráneo (2000 a.C. - 1054 d.C.). Tomo II. La civilización de Europa (siglos
VI-XVI). Tomo III. El Occidente Moderno: Europa y el Nuevo Mundo (siglos
XVII-XX).
Cavallo, Guglielmo, “Entre el volumen y el codex. La lectura en el mundo romano”, en
Historia de la lectura en el mundo occidental, Dir. G. Cavallo, Guglielmo y Roger
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Escolar, Hipólito, Historia universal del libro, Madrid, Fundación Germán Sánchez
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Círculo de Lectores, 2001, pp. 59-61.
Martínez de Sousa, José, Diccionario de bibliología y ciencias afines, Gijón, Trea,
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Ong, Walter J., Oralidad y escritura: tecnologías de la palabra (1982), México, FCE,
2013.
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FIN
DEL TEMA 4
Actualizado noviembre 2017

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