Вы находитесь на странице: 1из 18

Darwinismo y antidarwinismo: un falso debate

Rafael Andrés Alemañ Berenguer


Depto. Ciencia de Materiales, Óptica y Tecnología Electrónica, División de Óptica, Universidad
Miguel Hernández, Grupo de Biomateriales, Avda. Universidad, s/n. Edif. Torrevaillo. 03202
Elche (Alicante). E-mail: ciberinfo@terra.es

RESUMEN

Un intenso debate sobre los mecanismos responsables de la variabilidad y la transformación en los


organismos vivos, ha acompañado las ciencias evolutivas desde sus mismos orígenes. La polémica arreció a
finales del siglo XX cuando descubrimientos procedentes de numerosos campos de investigación
(embriología, termodinámica del desequilibrio, teoría de la complejidad, cinéticas químicas no lineales, etc.)
convergieron en el cuestionamiento de los procesos admitidos hasta entonces. El examen imparcial de los
argumentos aportados hasta ahora, aconseja un equilibrio entre planteamientos que, lejos de ser
incompatibles, resultan complementarios. Tras la polvareda de la discusión se atisban los rasgos prometedores
de una biología sistémica, capaz de ampliar sus fronteras y responder con eficacia a los retos del siglo XXI.
eVOLUCIÓN 3(2): 21-38 (2008).

Palabras Clave: Evolución, adaptacionismo, complejidad, sistemismo, restricciones,


estructuralismo, biofísica.

INTRODUCCION ajustarán nuestras expectativas a la realidad,


reteniendo lo que haya de valor en las
A diferencia de otros campos del conocimiento aportaciones de unos y otros.
científico, la biología evolucionista tuvo que La renuencia a considerar nuevas ideas resulta
vérselas desde muy temprano con una vigorosa especialmente lamentable en un momento histó-
oposición orquestada por los sectores más rico agraciado por la confluencia de numerosos
extremistas del fundamentalismo religioso campos de investigación, cuyas materias se
(Alemañ 2007; Ayala 2007). Esta resistencia se solapan favoreciendo el intercambio de modelos,
ha mantenido hasta nuestros días en algunos la comparación de resultados y la aplicación de
círculos sociales y culturales del mundo anglo- métodos novedosos en diversos contextos. Así ha
sajón, enrareciendo entre expertos evolucionistas ocurrido con el desarrollo de la biofísica, la teoría
las disputas que son consustanciales al avance de de sistemas, las ciencias de la complejidad, la
cualquier ciencia. Dado que los fanáticos detrac- teoría de la información o la teoría de procesos no
tores de la evolución aprovechaban la menor lineales, cada una de las cuales acumula ya una
oportunidad para airear esos debates internos copiosa bibliografía. Muy extraño parecería que
como muestra de una presunta debilidad de la nada de ello tuviese repercusión en el seno de la
teoría, no pocos biólogos han experimentado biología evolucionista, cuando precisamente la
agudas reticencias ante la posibilidad de plantear biología en general, y la biología evolucionista en
hipótesis que se apartasen de la corriente particular, estudian los sistemas más complejos y
principal. En algunos casos, incluso, se ha con- fascinantes que conocemos en el universo: los
fundido la sugerencia de un nuevo mecanismo organismos vivientes.
evolutivo con el rechazo de los ya existentes, y La comunicación interdisciplinaria ha sido
por extensión, con un robustecimiento de las siempre uno de los principales motores del
posturas creacionistas o favorables al denomi- avance científico. Esta suerte de fertilización
nado “Diseño Inteligente”. cruzada entre múltiples áreas del conocimiento ha
Pero no podemos aceptar una situación tal sin inspirado nuevos puntos de vista sobre las cues-
correr el riesgo, si no de una parálisis, sí de una tiones fronterizas de la investigación, y ha
merma deplorable en la amplitud del marco despejado rutas inesperadas de aproximación a
teórico en el que se mueve la biología evolucio- problemas pendientes. Por ello, suscitan una
nista. Quede esto bien sentado para conjurar el lógica perplejidad las palabras de algunos gran-
peligro de malentendidos sobre la intención de las des eruditos (por ej. Mayr 1982) cuando juzgan
ulteriores argumentaciones. No se es menos evo- que la biología sufre una cierta “envidia de la
lucionista, ni menos científico, por atreverse a física” en el sentido metodológico. No se puede
proponer nuevas formulaciones que contribuyan a calificar de envidia el deseo de emular a la
iluminar viejos problemas desde perspectivas ciencia más madura, ni olvidar que así ha
originales y prometedoras. El tiempo y la expe- transcurrido la historia de todas las ciencias.
riencia, como en tantas otras facetas de la vida,

- 21 -
R.A. Alemañ Berenguer - Darwinismo y Antidarwinismo

Durante el renacimiento la física logró alzarse rían modificaciones, diversificándose de modo


como ciencia moderna combinado los métodos continuo por adaptación al entorno.
matemáticos de la época con el saber práctico de Darwin no sabía cuál era la causa de las
los artesanos y mecánicos. La astronomía quedó variaciones hereditarias que, confiriendo ventaja
subsumida como un capítulo de la física cuando selectiva a ciertos individuos, no habían de ser
renunció a los misticismos astrales aplicando la tan drásticas como para impedir la posterior
mecánica teórica a los objetos celestes. La reproducción de estos. Pensaba que se trataba de
química se independizó de la alquimia cuando perturbaciones aleatorias del sistema reproduc-
adoptó modelos corpusculares sobre la estructura tivo, y en ese marco consideró diferentes posibi-
interna de la materia y sus leyes de interacción, lidades con una flexibilidad de criterio (véase,
transvasados desde la física. A su vez, una parte por ej. Bowler 1977, 1978) muy superior a la que
muy importante de la biología, debe sus asom- a menudo muestran muchos de quienes se
brosos adelantos a una sabia concertación entre autodenominan hoy día seguidores suyos.
procedimientos químicos (bioquímica, genética En “El Origen del Hombre” (The Descent of
molecular), físicos (láseres, moléculas fotosensi- Man) el gran naturalista inglés especuló con la
bles, métodos espectroscópicos y tomográficos) y idea de que acaso la selección natural no fuese el
matemáticos (estadística de poblaciones, ecología único mecanismo evolutivo importante, admitien-
matemática). do la posibilidad de una cierta variación dirigida
Sin embargo, a fin de aquilatar los términos del por la influencia del medio ambiente (Darwin
debate, y aun a riesgo de que a alguien se le 1982). Así lo hizo también T.H. Huxley, conju-
antoje una ingenuidad, será conveniente detener- gando su firme defensa de la selección natural
nos unos instantes para perfilar las distintas con el mutacionismo −entonces en ciernes– y la
posiciones –no siempre en conflicto, ni mucho variación dirigida (Huxley 1970). La jugada fue
menos, cuando se examinan en detalle– en una muy inteligente, pues al mismo tiempo que
controversia apasionante que se asoma al mismo proyectaban una imagen bien alejada del
corazón de la teoría evolucionista. ¿Cuáles son dogmatismo de sus oponentes (en su gran mayo-
los mecanismos de la evolución?; ¿qué procesos ría teólogos y científicos imbuidos de una sólida
permiten la aparición de nuevas especies a partir concepción teísta de la naturaleza), restaban
de la transformación de las preexistentes?; ¿cuál fuerza a los argumentos de estos.
es la fuente de la variabilidad en los seres vivos?; El desconocimiento de la fuente de variaciones
¿ha de estudiarse por separado la evolución de las hereditarias –es decir, la carencia de una teoría
diferentes características de un organismo, o es el genética molecular– se sumó a las controversias
organismo como un todo el que evoluciona?; ¿las sobre la importancia del aislamiento geográfico
variaciones son graduales o abruptas?; ¿y qué en los procesos de especiación. La ausencia de
significa en este contexto “gradual” o “abrupto”? una definición poblacional de especie tampoco
En los siguientes apartados, desde luego, no se ayudó mucho a evitar que la especiación alopá-
pretende ofrecer una serie de respuestas defini- trica se contemplase, no como un complemento
tivas a estos interrogantes. Bastará un breve sino como una alternativa al darwinismo. De
bosquejo de las contestaciones ofrecidas hasta igual modo sucedió algo después con el mende-
ahora, que nos permitan contemplarlos bajo una lismo y con el mutacionismo de Hugo de Vries
nueva luz. Tal vez así descubramos nuevos y (Mayr 1976).
fructíferos caminos para resolverlos. Finalmente, tras no pocos y acalorados debates,
una justa combinación de paleontológía, muta-
El Darwinismo y la teoría sintética ciones, genética mendeliana, selección natural y
estadística poblacional, fructificó a medidos del
Que los organismos vivos actuales surgieron siglo XX en la teoría denominada Neodar-
por sucesivas transformaciones a partir de un winismo, o “Teoría Sintética de la Evolución”.
ancestro común, es una idea que, aun vagamente, De acuerdo con sus premisas –refinadas al
se remonta hasta filósofos griegos como compás de los avances en biología molecular– la
Protágoras, Anaximandro o Empédocles. Pero fue mutación, y sobre todo la recombinación, del
Charles Darwin quien sugirió de hecho el único material hereditario origina la variabilidad en las
mecanismo plausible hasta la fecha, la selección características fisiológicas de los organismos. La
natural, capaz de explicar el proceso evolutivo presión selectiva del medio ambiente cambia las
(Darwin 1985; Darwin y Wallace 2006). Su frecuencias génicas dentro de una determinada
teoría de “descendencia con modificación” población, provocando fenómenos como la diver-
afirmaba que cuando el aumento de una pobla- gencia, la diversificación, la especialización, y a
ción supera la disponibilidad de alimentos, dado la postre la especiación, de los seres vivos. El
que sobrevivirán los más capaces para procurarse límite lógico de esta perspectiva se alcanza con el
el sustento en disputa, sus descendientes conser- reduccio-nismo bioquímico extremo, como el
varán dicha aptitud superior para la supervi- defendido por Richard Dawkins en su celebé-
vencia. Así, generación tras generación de lucha rrima obra “El Gen Egoísta” (Dawkins 1989),
por la supervivencia, las especies experimenta- donde se defiende que los seres vivientes no son

- 22 -
R.A. Alemañ Berenguer - Darwinismo y Antidarwinismo

más que meros envoltorios orgánicos sin otra estructurales –si no los “óptimos”, sí los más
finalidad que la supervivencia y propagación de eficientes en las condiciones físico-químicas
los genes que portan. dadas– se hallarán en una posición ventajosa a la
hora de ser favorecidos por la selección natural y
Extendiendo la evolución difundidos en una población.

De todo lo anterior cabe deducir que la hipóte- Lo que queda del Darwinismo
sis evolucionista formulada por Darwin distaba
mucho de ser una idea bien aquilatada en el En la contribución de Charles Darwin al
momento de su publicación, y aun durante evolucionismo biológico, es de justicia reconocer
bastante tiempo después. Por consiguiente, ni el tres aspectos: formuló una explicación plausible
sabio inglés ni sus continuadores inmediatos se del cambio evolutivo −la selección natural (junto
encastillaron en la defensa férrea de una sola vía con Alfred Russell Wallace)− aportó una gran
para la evolución. De haberlo hecho se hubiesen cantidad de pruebas avalando la realidad de la
expuesto a críticas mucho más justificadas que evolución, y como consecuencia, durante su vida
las ya esgrimidas por sus adversarios. Sin embar- se invirtió el pensamiento mayoritario de los
go, o tal vez gracias a ello, el evolucionismo biólogos desde el escepticismo antievolucionista
darwinista mostró suficiente flexibilidad como hasta un evolucionismo militante. Seguramente
para acomodar en su seno los nuevos hechos debido a ello, se suele confundir “evolucionista”
descubiertos por la ciencia en años posteriores, con “darwinista”.
dando paso al neodarwinismo. Utilizando su Una capacidad de asimilación tan poderosa
propio lenguaje, podríamos decir que fue la capa- como la de la teoría evolutiva de Darwin, nos
cidad de evolucionar mostrada por la teoría lleva a preguntarnos qué queda en verdad del
darwinista lo que permitió su supervivencia por pensamiento original del eminente biólogo inglés.
adaptación a un entorno científico en perpetuo Básicamente la respuesta sería una combinación
avance. de gradualismo –como suposición del ritmo al
En fechas cercanas a 1900 eran muchos los que acontecen los fenómenos evolutivos– y
biólogos que se consideraban evolucionistas, selección natural –considerada esta como el
aunque no darwinistas. No negaban el hecho de motor primordial del cambio biológico.
que los seres vivos de la actualidad descendiesen Su compromiso con el gradualismo, discutido
de ancestros comunes por transformaciones incluso por su amigo Huxley, puede rastrearse
sucesivas; más bien rechazaban que la evolución hasta la influencia del pensamiento geológico
se hubiese realizado a través del mecanismo uniformista de Lyell que tanto pesó en el ánimo
propuesto por Darwin. La confusión fue tal que de Darwin. No es menos cierto que los cambios
muchas de las opciones inicialmente juzgadas abruptos en la evolución de las especies se
contrarias al darwinismo, se incorporaron como asemejaban demasiado a los sucesos de aparición
hipótesis complementarias en la Teoría Sintética. espontánea por intervención divina, tan del gusto
Así ocurrió con el mendelismo, el mutacionismo de los creacionistas de la época. También la
o la especiación alopátrica. prudencia aconsejó a Darwin proscribir la altera-
Otras posturas en apariencia alejadas del primer ción evolutiva demasiado brusca, a causa de su
darwinismo, tras una lectura más cuidadosa se difícil propagación en comunidades de seres
revelan fácilmente conciliables con el actual vivos en las cuales muy pocos de sus compo-
neodarwinismo. Ese es el caso, por ejemplo, de nentes –o sólo uno de ellos– la hubiese sufrido.
las ideas mantenidas por D’Arcy Wentworth La selección natural, por su parte, aparecía en
Thompson a principios del siglo XX. Thompson aquellos momentos como el único mecanismo
creía que la mayoría de las adaptaciones racionalmente defendible que podía justificar la
biológicas no se debían a la paciente labor de la evolución de los organismos biológicos. Bien es
selección natural, sino a la actuación directa de cierto que un mismo carácter en una especie
fuerzas físicas −mecánicas en el nivel macros- puede ser tanto ventajoso como desventajoso,
cópico y moleculares en el microscópico– que dependiendo de factores ambientales y conduc-
modelan la forma de los organismos de acuerdo tuales (por ej., el color en relación al fondo o el
con principios matemáticos de optimización. gen que produce anemia falciforme que es
Pese a que Thompson desatendió en su obra ventajoso si hay malaria). Pero dada la acumu-
monumental “Sobre el Crecimiento y la Forma” lación de variaciones favorables a lo largo de
(Thompson 2003) los aspectos químicos y gené- períodos extraordinariamente prolongados, no
ticos del problema, no cabe dudar que sentó las resultaba inverosímil la transformación de unas
bases de ciencias tan respetables como la especies en otras. Con respecto a ello se discute a
biomecánica o la morfogénesis. Es más, hoy menudo si la selección natural es un mecanismo
nadie discutiría que son las combinaciones géni- puramente destructivo (elimina las variantes
cas responsables de las formas mecánicamente fenotípicas desfavorables) o constructivo (crea
más eficaces las que poseen un claro valor organismos nuevos por acumulación de varia-
adaptativo. En consecuencia, esos buenos diseños ciones beneficiosas).

- 23 -
R.A. Alemañ Berenguer - Darwinismo y Antidarwinismo

Se trata meramente de una elección del punto reducibles al estudio estadístico de las frecuen-
de vista: sincrónicamente, juzgando por sus efec- cias génicas?
tos en los individuos particulares, su función es Los modelos estadísticos de la genética de
eliminativa; pero diacrónicamente, a lo largo de poblaciones obvian, por su dificultad, la influen-
sucesivas generaciones, la acumulación de cia del grupo sobre la supervivencia y el éxito
cambios ventajosos acaba produciendo caracte- reproductivo de los individuos. Y sin embargo,
rísticas muy distintas de las del organismo de este dato parece ser cada vez más relevante, pues
partida. En este segundo caso, la selección natural de lo contrario tales modelos acaban incum-
resulta ser sin duda un poderoso mecanismo pliendo la condición de Markov para una
creativo. Además, la reproducción sexual −en los estadística predictiva fiable (Price 1972; Wade
organismos que la practican− produce recombi- 1985; Heisler y Damuth 1987; Goodnight et al.
nación de genes, de modo que en estos procesos 1992; Stevens et al. 1995; Frank 1997;
los caracteres favorables se van recombinando y Goodnight y Stevens 1997; Sober y Wilson 1998;
asociando, no sólo acumulando. Kerr y Godfrey-Smith 2002; Okasha 2004, 2005).

Cuestiones controvertidas • La justificación de las estructuras no


adaptativas. Puesto que la selección natural
Si bien por comodidad en el resto del texto se solamente se vincula con la aparición de rasgos
usa con profusión el término “neodarwinismo”, ventajosos a la hora de competir por la super-
sería más correcto circunscribir su verdadero vivencia, resulta delicado explicar desde su
significado al pensamiento de la escuela de perspectiva la presencia de caracteres sin
Weissman, que en torno a 1883 preconizaba un aparente valor adaptativo. Darwin respondió, con
darwinismo sin herencia de caracteres adquiridos, mucha inteligencia, arguyendo que a menudo no
contra las posiciones de los neolamarquistas, sabemos bastante del comportamiento de una
mutacionistas y ortogenetistas. La versión madu- especie como para juzgar el valor adaptativo de
ra de la teoría evolutiva, la síntesis moderna o un cierto carácter. Y, por otro lado, tal vez las
teoría sintética de la evolución (o sinteticismo), leyes físicas del crecimiento de los organismos
surge posteriormente, entre 1837 y 1947, al inte- individuales, imponían correlaciones entre la
grar la genética de poblaciones con otras áreas de formación de un rasgo adaptativo y otro que no lo
la biología (ecología, taxonomía, paleontología, es. Si se hallan ligados por razones físico-
biogeografía, zoología y botánica). Desde 1970 el químicas la selección natural preservaría ambos
evolucionismo se ha enriquecido con nuevas en conjunto (lo que implícitamente supone en
incorporaciones teóricas (evolución por duplica- Darwin una cierta aceptación parcial de las
ción génica, redescubrimiento de la selección opiniones de D’Arcy Thompson). De todos
sexual, teorías jerarquizadas de niveles de sele- modos, la controversia no se resolvió con tanta
cción, sociobiología, restricciones al proceso facilidad, y la discusión prosiguió a lo largo del
evolutivo, etc.), lo que avala a quienes consideran siglo XX.
que nos hallamos en un periodo que podría
denominarse “de postsíntesis”. • Restricciones “evo-devo”. La concepción
Pese a la consolidación del neodarwinismo a del gen egoísta insistía en atribuir a los genes un
través de los trabajos clásicos de Dobzhansky poder absoluto sobre el rumbo de desarrollo de
(1935, 1937a, 1937b, 1940, 1970, 1973), Mayr los organismos donde los genes se cobijan. Sin
(1942, 1947, 1963, 1969, 1970, 1976, 1982) y embargo, sólo uno de los pasos, el proceso de
Simpson (1944, 1949, 1953, 1959a, 1959b, 1961, confección de proteínas a partir del ADN, está
1963), no fue posible disipar las dudas que se controlado por el código genético. Esto no niega
agitaron sobre el cuadro general de la teoría que los genes sean causantes de las características
durante la segunda mitad del siglo XX. Algunas macroscópicas; más bien ocurre que sólo el paso
de ellas fueron: de los ácidos nucleicos a la proteína estaría
codificado, no la multitud de procesos restantes
• La concepción reduccionista de las que coadyuvan en la configuración final de un
explicaciones evolutivas. La incorporación de la organismo (Godfrey-Smith 2000). Los genes, por
teoría molecular de la herencia genética, sí mismos, no contienen información sobre las
concentró casi exclusivamente la atención de los proteínas; se precisa todo el aparato de inter-
especialistas sobre los genes, desplazando del pretación celular para poder interpretar esa
escenario los niveles macroscópicos del proble- información.
ma. Dejando a un lado el extremismo génico de No sólo es que el ADN únicamente sirva para
Dawkins, ya mencionado, es razonable pregun- construir proteínas en el contexto celular ade-
tarse hasta qué punto reside sólo en los genes la cuado. Sucede que ni siquiera puede asegurarse
médula del problema evolutivo. ¿Existen intera- que la secuencia de ADN se corresponda con la
cciones a gran escala entre individuos, poblacio- secuencia de la proteína, a causa de la etapa de
nes, especies, linajes o taxones, también maduración en la cual el ARN sufre una serie de
relevantes para la evolución, cuyas pautas no son recortes y recomposiciones. Se suele considerar

- 24 -
R.A. Alemañ Berenguer - Darwinismo y Antidarwinismo

que la actividad del ADN codificante desemboca • Continuidad y discontinuidad en las


siempre a la síntesis de proteínas; ahora bien, hay transiciones. Concebir cómo podrían ser las
ARNs codificados por el ADN que cumplen otras etapas intermedias entre dos formas funcionales
funciones: por ejemplo, reguladoras o inhibidoras enteramente distintas, ha supuesto desde siempre
selectivas del propio ADN, incluso ARN estruc- un auténtico quebradero de cabeza para los
tural y ARN catalizador (ribozimas) en los partidarios del gradualismo. Hasta tal punto
ribosomas. turbaba este asunto a Darwin que en las poste-
Algunos autores (Griffiths y Gray 1994, 2001; riores ediciones del Origen hizo incluir todo un
Atlan y Koppel 1990; Keller 2000) han encon- capítulo dedicado a replicar esta clase de críticas.
trado preferible usar la expresión "programa de Su respuesta consistió básicamente en que, dado
desarrollo", donde el genoma no funciona como que se observaba una buena cantidad de ejemplos
un reglamento directivo, sino más bien como una de evolución paulatina, había de esperarse que
serie de datos iniciales que se aportan al progra- ocurriese así en todas las circunstancias.
ma de desarrollo constituido por la totalidad de Nadie duda, digamos, de los que trabajos de
los factores intracelulares y extracelulares que Anderson durante 12 años con Drosophila
vengan al caso. pseudooscura demostraron que las poblaciones
Los genes sólo funcionan plenamente en el estudiadas modificaron su tamaño corporal a un
marco del sistema de desarrollo, de manera que la ritmo de 8 × 10-4 del valor medio por generación
variabilidad es una propiedad de todo el sistema (Anderson 1966); es decir, se dio claramente un
en su conjunto. En una población, dicha varia- cambio regular. Empero, los experimentos efec-
bilidad se mide por el número de fenotipos tuados con caracteres continuos, como el tamaño,
diferentes que surgen en la práctica, y no por el dicen muy poco cuando son confrontados con
número de combinaciones posibles permitidas características que sólo admiten una de dos alter-
por su estructura genética. La exorbitante varia- nativas contrapuestas: la formación de pelo y
bilidad potencial de los genes queda constreñida dientes exige un plegamiento epidérmico comple-
de hecho por los procesos del desarrollo (Alberch tamente inverso al requerido por las escamas y
1982, 1989; Maynard-Smith 1986). Por eso, las plumas, sin que sea posible concebir ningún
dependiendo del sistema en cuestión, multitud de término medio en esa encrucijada.
diferentes genotipos pueden converger en un Sin embargo, la disensión en este punto
mismo fenotipo. tampoco es absoluta. Las plumas pudieron ir
Es indudable que la escuela evo-devo se aumentando gradualmente en el grupo de las aves
desenvuelve bien en la explicación de los (las cuales, de hecho, todavía poseen escamas en
cambios evolutivos no graduales. Con los chim- la actualidad; por ejemplo en las patas), como
pancés, por ejemplo, tenemos un mínimo de tampoco se discute ya que las plumas modernas
diferencias genéticas (la célebre “diferencia del son el resultado de un proceso evolutivo en varias
1%”) pero desde un punto de vista anatómico y etapas.
conductual aparentamos hallarnos mucho más Es muy difícil, pese a todo, imaginar en qué
alejados. Parece claro que somos el producto de sentido experiencias como las de Anderson nos
un proceso de fetalización, y que mostramos podrían ayudar a comprender las transiciones
mayores similitudes con los chimpancés fetales o entre los diseños orgánicos principales: de los
recién nacidos que con los adultos. invertebrados a los vertebrados, por ejemplo, u
otros semejantes. Por otro lado, los ensayos
• El gradualismo seleccionista y el embriológicos realizados recientemente prueban
problema de la especiación. Pese a lo que su sin lugar a dudas que no todos los cambios
nombre pudiese dar a entender, en “El Origen de continuos son posibles en el desarrollo morfo-
las Especies”, Darwin no entra en detalles sobre lógico de los individuos. Parece existir un umbral
los mecanismos posibles que justificasen la de alteraciones por encima del cual la configu-
aparición de nuevas especies a partir de las ración de una estructura biológica queda
precedentes. Su natural prudencia le aconsejó no trastocada de una manera abrupta.
pronunciarse sobre un asunto acerca del cual no Consideremos por un momento el paso de los
poseía suficientes elementos de juicio. peces sin mandíbulas a los provistos de ellas. Se
Posteriormente, la Teoría Sintética supuso que admite que los mismos huesos que en la actua-
el mismo proceso responsable de las adaptaciones lidad constituyen la mandíbula, funcionaban
individuales y poblacionales (variación genética y otrora igualmente bien como soporte del arco
selección natural) operaría en todas las escalas, branquial de un antecesor desprovisto de ellas.
dando lugar también a cada phylum y a cada No obstante, resulta francamente arduo idear una
taxón existente en la naturaleza. Hoy día la serie de formas intermedias que funcionen. ¿De
acumulación de datos genéticos, bioquímicos, qué sirven unos huesos branquiales en trance de
embriológicos y paleontológicos, ha matizado convertirse en mandíbulas sin ser todavía ni lo
notablemente nuestra confianza inicial en seme- uno ni lo otro?; ¿es aceptable suponer que dichos
jante supuesto. huesos se desplazasen milímetro a milímetro −o
más despacio aún− de un lugar a otro hasta

- 25 -
R.A. Alemañ Berenguer - Darwinismo y Antidarwinismo

colocarse coordinadamente de manera impecable la mayoría de las proteínas y de los genes que las
en su ubicación final? Si la tarea de imaginar un codifican, se debe en su mayoría al azar.
intermedio “pata-ala” se hace ingrata, asignar a
tal órgano una función útil y perfectamente • Leyes de cambio y leyes de estructura. En
integrada en la morfología general de la criatura, los últimos tiempos se han presentado esfuerzos
aparenta ser una tarea inabordable. notables para dilucidar leyes de dinámicas de la
No se trata ya de limitaciones en el poder de evolución, que relacionen la distribución de
nuestra imaginación sino de algo cualitativamente frecuencias alélicas con las interacciones ecoló-
muy distinto. Es más bien que en ocasiones no gicas de los seres vivos, dentro de la tradición
parece materialmente posible construir, desde el neodarwinista (Ao 2005). Sin embargo, tan
punto de vista de la física y la ingeniería, una estimables como son estos modelos, se limitan a
estructura intermedia entre otras dos dadas que calcular la probabilidad de supervivencia de las
armonice con el resto del organismo y además variantes genotípicas y fenotípicas una vez ya
desempeñe una actividad biológica útil o siquiera existen. Nada nos dicen, empero, sobre las leyes
inocua. Con toda seguridad los procesos evolu- –llamémoslas leyes estructurales– que regulan las
tivos se conducen con ritmos muy variados. variaciones cuya aparición es posible.
Conviene tener esto muy presente a la hora de El problema de las leyes estructurales frente a
intentar la interpretación, donde las pautas las leyes del cambio, y las restricciones que
sencillas son la excepción y no la regla. La aquéllas imponen sobre éstas, ya fue abordado a
adopción de una actitud pluralista que acoja por través de la noción de “paisaje epigenético”
igual la posibilidad de cambios con diferentes (Waddington 1957), la canalización de trayec-
grados de continuidad, redundará muy probable- torias ontogenéticas –“creodos”, en la terminolo-
mente en beneficio del conocimiento biológico. gía de Waddington– y las cuencas de atracción
que encauzan dichas trayectorias hacia los
• Neutralismo evolutivo molecular. En la estados de mayor estabilidad. Este punto de vista
década de 1970 los partidarios del neutralismo se identifica muy fácilmente con los tratamientos
molecular evolucionista, encabezados por el inves- formales de la teoría de catástrofes (Thom 1968)
tigador japonés Motoo Kimura, sostuvieron que la y los atractores de la geometría fractal
mayoría de los polimorfismos existentes en un (Mandelbrot 1977). En todos ellos se consideran
alelo son neutros en términos de selección natural los requisitos mecánicos (balances de fuerzas,
(ni provocan beneficios ni perjuicios), y por ello no tensiones, presiones, etc.) y termodinámicos
tienen valor adaptativo. (balances de energías y sus flujos).
A su juicio la evolución en el nivel
molecular es el resultado del predo-
minio aleatorio en el genoma de alelos
que son neutros en el sentido de la
adaptación y la selección. Contra la
opinión tradicional que suponía la
difusión de un alelo mutante ligada a
alguna ventaja selectiva, los neutra-
listas replicaban que algunos mutantes
cuya suerte dependía sólo del azar,
podían difundirse en una población
sin tener ventaja selectiva alguna.
Es evidente que en muchos de estos
casos los cambios evolutivos no son
Motoo Kimura adaptativos, e incluso a veces son
desfavorables. Esta desventaja debe imputarse al
efecto de genes que predominan al azar en
poblaciones pequeñas, debido a la deriva génica
(efecto fundador o cuello de botella), como es el
caso de las poblaciones humanas en islas donde
predominan los ciegos al color o los sordos.
Hoy día parece lógico admitir que ciertos
cambios tengan un valor adaptativo −y por tanto
estén sometidos a la selección natural− mientras
que otros sean adaptativamente neutros y fluctúen
en las poblaciones por mero azar. De hecho, el
neutralismo moderado admite que la evolución de
Imagen del paisaje epigenético, o adaptativo, de
los caracteres morfológicos y etológicos está
Waddington (A) contemplado como una superficie cuyos
indiscutiblemente condicionada por la selección
desniveles encauzan la trayectoria evolutiva de los
natural. Sin embargo, propone que la evolución de
organismos, y (B) representando gráficamente la multitud
de parámetros que modelan el perfil del paisaje.

- 26 -
R.A. Alemañ Berenguer - Darwinismo y Antidarwinismo

Es más, conforme se investigan las relaciones se constituyen a expensas de un flujo de energía o


topológicas y geométricas en el desarrollo de los materia desde el exterior. Innecesario es decir que
embriones, mayores evidencias se acumulan de los organismos vivos cumplen exactamente estas
que dichas relaciones influyen sobre la actividad condiciones de interacción no lineal entre sus
de los genes responsables de la morfogénesis componentes y apertura para el intercambio de
(Alberch et al. 1979). Así sucede en los estudios materia y energía con el entorno (Huberman y
sobre el desarrollo embrionario del ala de pollo Hogg 1986; Kampis 1991).
(Balinsky 1965), sobre la transición más verosí- En efecto, el premio Nobel Ilya Prigogine llamó
mil entre la pata del Archaeopteryx y la del ave estructuras disipativas a los sistemas abiertos que
moderna (Hampé 1959), o acerca de la conver- emplean el intercambio de materia y energía con el
gencia en la configuración de las extremidades de exterior a fin de alcanzar mayores cotas de
los tetrápodos marinos (Alberch 1980). Tales organización interna (Prigogine 1980; Bak et al.
análisis parecen indicar que existe un umbral de 1982; Bennett 1986).
variabilidad en las especies, atravesado el cual Otros investigadores, como Manfred
pueden darse alteraciones morfogenéticas relati- Eigen y Harold Morowitz, han dedicado
vamente bruscas que conduzcan a una especia- su atención a la hipótesis de que el ARN
ción abrupta del tipo sugerido por la teoría del y un rudimentario metabolismo se
equilibrio interrumpido (De Renzi 1996). hubiesen desarrollado a través de
La discusión sobre los temas fronterizos de una complejos esquemas de interacciones
disciplina científica, lejos de manifestar debili- cooperativas y autorreguladas denomi-
dad, fortalece su vigor y expresa el dinamismo de nados “hiperciclos”, en los que también
sus investigaciones. Por eso resulta sensato pre- pudieron participar proteínas primigenias
guntarse si en las postrimerías del siglo XX y los (Eigen 1971; Eigen y Schuster 1979;
umbrales del XXI surgieron nuevas evidencias Eigen y Winkler 1993).
que enriqueciesen nuestra comprensión de los Estos hiperciclos nos brindan uno de Manfred Eigen
fenómenos evolutivos, tal como sucedió antes los primeros y más diáfanos ejemplos de fenómeno
con la feliz colusión entre el darwinismo original antiselectivo, es decir, opuesto a las expectativas de
y la genética mendeliana. la selección natural darwinista. La delicada inter-
conexión entre las redes de reacciones que
Sistemas no lineales: del caos a la auto- componen los hiperciclos, no determina el predo-
organización minio de las más estables, más homogéneas o con
mayor poder catalítico (en otras palabras, las redes
A partir de mediados de la década de 1960, fue mejor adaptadas), sino que todo depende de
acumulándose en diversas áreas de la física y las condiciones iniciales como la concentración rela-
matemáticas una evidencia creciente de que tiva de las moléculas de una red frente a las de
sistemas con un pequeño número de compo- otras. Aquí se evidencia con absoluta claridad que
nentes, y gobernados por ecuaciones bien no siempre sobreviven los más aptos. Ocurre en
definidas, podían comportarse de un modo ocasiones que es el puro azar de las condiciones
esencialmente impredecible. Cuando las intera- iniciales el que decide el futuro de ciertos sistemas
cciones entre estos componentes revestían un autorrepli-cativos (Montero et al. 1993, pp. 67-68,
carácter específico denominado no lineal, una cursivas en el original):
minúscula variación en las condiciones iniciales “…El tipo de red que sea elegida desde el
redundaba en una alteración por completo primer momento va a condicionar de manera
imprevisible en la evolución temporal del sistema fundamental la naturaleza de la información que
(Lilienfeld 1978). Pronto se comprobó que la se va a seleccionar; información que, posterior-
cantidad de sistemas no lineales superaba con mente va a poder evolucionar, pero por un camino
mucho la de los sencillos sistemas lineales
estudiados y tenidos hasta entonces por modelos dirigido, (…). Es decir, hay decisiones que se
fieles del funcionamiento de la naturaleza toman de una vez para siempre, sesgando las
(Grassberger 1986). posibilidades que el sistema tiene para elegir. (…).
Los sistemas físicos no lineales (termodiná- La elección inicial marcará un camino que
micos, mecánicos, ópticos, etc.) respondían a inevitablemente se debe seguir para siempre. (…).
menudo por un doble camino: o bien derivaban Posiblemente muchos mecanismos que aparecen
hacia un comportamiento caótico e impredecible en el sistema biológico, y para los cuales no se
–de ahí el nombre “teoría del caos”– o bien, con encuentra una explicación causal clara, tengan
aportación de materia y energía desde una fuente este origen. Entre estas propiedades destaca la
externa, experimentaban una transición hacia quiralidad de las moléculas biológicas, y la
estructuras más complejas y organizadas (auto- posibilidad de que el código genético sea un
organización no lineal). Estas configuraciones accidente congelado, lo que explicaría su
más ordenadas que surgen merced al comporta- universalidad (…).”
miento cooperativo no lineal de sus componentes,
se denominan estructuras disipativas puesto que El estudio de los sistemas no lineales se amplió
muy pronto fuera del reino de las moléculas

- 27 -
R.A. Alemañ Berenguer - Darwinismo y Antidarwinismo

Stuart A. Kauffman, del Instituto de Santa Fe


(Nuevo Méjico), Norman H. Packard, de la
universidad de Illinois en Urbana-Champaign, y
Sonke Johnsen, de la universidad de Pennsylvania,
abordaron el estudio de los mecanismos regula-
dores por los cuales el genoma de un ser vivo
controla la diferenciación celular que desembocará
finalmente en un organismo adulto, mediante
modelos matemáticos como redes de conmutadores
y autómatas celulares. Concretamente escogieron el
modelo de las redes booleanas, en las cuales
existen series cíclicas de estados que se denominan
“atractores dinámicos”. El conjunto de estados que
se dirigen hacia alguno de estos atractores durante
la evolución del sistema, forman lo que se llama
“cuenca de atracción del ciclo”.
Se halló que para ciertas funciones
Esquema de un hiperciclo macromolecular, como booleanas llamadas “canalizadoras”,
los estudiados por Manfred Eigen. aparecen en la red agrupaciones de
elementos que permanecen invariables
en una de sus dos alternativas
autorreplicativas. Así, sus repercusiones para los (activado o desactivado) sin que el
procesos evolutivos en todos los niveles pronto se comportamiento del resto del sistema
hicieron patentes (Waddington 1976; Wolfram parezca afectarlos. La dinámica de la
1983; Cvitanovic 1984; Kauffman 1984; Martin red se describe entonces como una
et al, 1984; Prigogine y Stengers 1984; Prigogine, maraña de estos cúmulos de estado fijo
1985; Stevens 1986; Thomas y Reif 1993; salpicada de otros grupos de elementos Stuart Kauffman
Crutchfield y Schuster 2003). cambiantes. Este tipo de redes −que,
no lo olvidemos, representan el conjunto de genes
¿Hacia una teoría sistémica de la evolución? en interacción de un individuo− muestran la
versatilidad suficiente en las simulaciones por
La nueva visión de la complejidad que nos computador para adaptarse a un determinado
ofrece la dinámica no lineal, invita a contemplar los ambiente por acumulación de variaciones útiles
fenómenos naturales desde una perspectiva (Kauffman 1992). La mayoría de las mutaciones
sistemista. Esto implica contemplar los sistemas presentan escasa importancia para esta clase de
físicos y biológicos considerando tanto sus compo- redes, debido a que los núcleos de estado fijo
nentes como las interacciones que se dan entre impiden que el sistema se desvíe significativamente
ellos y con su entorno. Los sistemas se caracterizan de su comportamiento habitual (traducido al
por su estructura, esto es, la ordenación y regula- lenguaje genético, la mayoría de las mutaciones
ción de sus propiedades de acuerdo con ciertas serán neutras).
leyes que son peculiares del nivel de organización Ahora bien, algunas perturbaciones son suscep-
estudiado (Allen y Starr 1982; Baas 1994; tibles de sacar a esos cúmulos de su estado
Emmeche et al. 1997). Una secuencia habitual de inmutable y provocar una cadena de cambios en
niveles organizativos en biología es átomo, cascada de consecuencias decisivas para la estruc-
molécula, orgánulo, célula, órgano, organismo, tura de la red. Una de dichas consecuencias podría
población, especie, comunidad y biosfera. ser el paso de un atractor cíclico a otro, lo que
Cada nivel de organización de un sistema posee comportaría diferencias meridianas en las pautas
sus propiedades y leyes peculiares, no reducibles a dinámicas y estructurales de la red. Ello parece
las leyes del nivel inmediatamente inferior, por lo abrir una prometedora línea de investigación sobre
cual debe contar con su propia descripción (Haken el problema de la morfogénesis, pues el proceso de
2004). Aun así, todo nivel debe estudiarse en diferenciación celular resultaría así estar determi-
relación con los niveles vecinos para averiguar nado por el paso de un atractor cíclico a otro, el
cómo emergen sus procesos a partir de los que cual regularía la expresión de ciertos genes
ocurren en el nivel inferior, y cómo se ven responsables de la diferenciación de un tejido
influidos por los del nivel superior (Bunge 1977, determinado (Wimsatt, 1976).
1989). Si esto es así, la ciencia de la complejidad Kauffman se ha dedicado también a indagar en la
no lineal anuncia el declive irremediable de la existencia de nuevas leyes concernientes a los
inflexible filosofía reduccionista (el estudio de los sistemas cuya especial complejidad los convierte
genes, con algunas hipótesis auxiliares, basta para en buenos modelos de los organismos vivos. La
explicar las propiedades globales de los biosis- sobrecogedora denominación que les otorga es
temas) que ha presidido durante décadas el “comunidades autoconstructivas coevolucionarias
pensamiento neodarwinista. de agentes autónomos”. Con esta idea presidiendo

- 28 -
R.A. Alemañ Berenguer - Darwinismo y Antidarwinismo

la ortodoxia darwinista clásica, centrada en la


selección natural.
Una consecuencia del enfoque sistémico es el
reconocimiento de diversos niveles de organiza-
ción en el fenómeno evolutivo, y la existencia de
leyes peculiares para cada uno de ellos (Pattee
1973). Ese es el origen de la visión jerárquica de
la evolución (Eldredge 1997) que propone
contemplar el proceso evolutivo desde una
variedad de agrupaciones estructuradas, dinámi-
Métodos topológicos en la dinámica de biosistemas. cas e interactivas. Estas agrupaciones presentan
un orden inclusivo, en el sentido de que las
jerárquicamente superiores incluyen a las inferio-
res, son estables en el tiempo y susceptibles de
todo el escenario, Kauffman conjetura que la vida evolucionar. Su peculiaridad distintiva consiste
pudo originarse mediante una transición de fase en en la existencia en cada nivel de organización de
una red de reacciones químicas autocatalíticas procesos intrínsecos que no son reducibles a los
desde un estado subcrítico (sin rasgos vitales) a de los niveles inferiores. Las principales jerar-
otro supercrítico (emergencia de la vida). A medida quías así definidas son genealógica (taxones
que se incrementa la diversidad de moléculas monofiléticos, especies, poblaciones, organismos,
orgánicas, la diversidad de reacciones químicas cromosomas y genes), que expresa el juego entre
posibles entre ellas crece mucho más deprisa. Esto estabilidad y cambio de los grupos de individuos,
significa que bajo un amplio rango de condiciones y la ecológica (biotas regionales, comunidades,
(para especificar qué moléculas catalizan qué poblaciones, organismos, células y proteínas),
reacciones), se cataliza tal cantidad de reacciones que describe las interacciones entre todos los
que es prácticamente segura la aparición de un seres vivos de una cierta región.
conjunto interdependiente de ellas. Desde este En realidad, el análisis es más complejo, pues
punto de vista, el surgimiento de sistemas no todos los elementos de cada nivel están
colectivos autorreproductores de moléculas, es una integrados en el siguiente nivel, ni todos los
consecuencia natural en sistemas químicos niveles son independientes entre sí. Los ejemplos
suficientemente complejos (Wicken 1979, 1984; de ello son diversos: no hay órganos libres, pero
Newman 1996). sí células o individuos; puede haber saltos de
De todo ello, Kauffman deduce que su noción de niveles, ya que en los unicelulares, digamos, el
agente autónomo consiste en un sistema colectivo nivel célula coincide con el de individuo u
autocatalítico que realiza, al menos, un ciclo organismo; existen animales sin tejidos, sin
termodinámico completo. Los agentes autónomos órganos o sin aparatos, etc.
son por necesidad sistemas fuera del equilibrio. Se
necesita así una magnitud física representativa de Adaptacionismo estricto y seleccionismo
las situaciones alejadas del equilibrio, lo que gradualista: el ultradarwinismo
descarta de inmediato la entropía. En sí misma, la
entropía se relaciona con los sistemas en equilibrio No todos los biólogos están dispuestos a admitir
donde hay un flujo ergódico hacia estados la necesidad de un cambio en el paradigma
macroscópicos con el mayor número de micro- neodarwinista. Estos investigadores opinan que el
estados, lo que les brinda una serie insospechada de transvase de ideas desde la física, por ejemplo,
ventajas. Para explicar esta circunstancia, resulta una intromisión indeseable en su campo de
Kauffman se vale de un espacio multidimensional actividad. A su juicio el asombroso grado de
abstracto representativo de los estados accesibles. adaptación al entorno exhibido por no pocos seres
Entonces, conforme un sistema dinámico –diga- vivos encuentra como única respuesta –o, al
mos, un organismo viviente– se va alejando del menos, la decisiva– la selección natural. Quienes
equilibrio, aumentan sus posibilidades de explorar esto suscriben suelen ser conocidos con el apelativo
nuevos estados y crecen sus potenciales facultades adaptacionistas, pues consideran que todas las
adaptativas. Los estados accesibles a un agente estructuras biológicas poseen un origen adaptativo.
dependen a su vez de los cambios experimentados Esta es la postura adoptada por Richard Dawkins
por otros agentes; los agentes coevolucionan en un su libro El Relojero Ciego (Dawkins 1993).
influenciándose unos a otros. Si en El Gen Egoísta, Dawkins abogaba por
La hipótesis central de Kauffman con respecto a reduccionismo genético extremo, esta obra consti-
estos procesos, viene a decir que los seres vivien- tuye un vigoroso alegato a favor del más puro
tes, como sistemas dinámicos que son, tienden a adaptacionismo. La selección natural operando
aumentar su complejidad con tanta rapidez como sobre la variabilidad aleatoria de origen genético
resulte físicamente posible. A juicio del científico −limitada por las oportunas restricciones embrioló-
estadounidense, esta puede ser otra de las nuevas gicas y físico-químicas– bastaría para explicar el
leyes de la complejidad biológica que se aparta de inmenso abanico de peculiaridades fisiológicas y

- 29 -
R.A. Alemañ Berenguer - Darwinismo y Antidarwinismo

morfológicas exhibidas por los seres vivos. Todos ha evolucionado con el objetivo de regular la
esos caracteres han de poseen algún valor expresión de otros genes, con independencia de la
adaptativo; esto es, deben ser susceptibles de especie a la que estos correspondan. Así, dentro
interpretarse a la luz de sus ventajas en la lucha por de un genoma de mosca, el gen regula la expre-
la supervivencia. sión de los genes que participan en la
Pero Dawkins, tal vez sin proponérselo, dice construcción de un ojo compuesto propio de los
mucho más. En su argumentación se deslizan tres insectos, mientras que en el de un mamífero el
premisas lógicamente independientes entre sí, órgano que se construye es el correspondiente a
aun cuando la fuerza de la costumbre tiende a los mamíferos.
presentarlas unidas: el reduccionismo genético a Este caso también revela al mismo tiempo que
ultranza (son los genes, y no los organismos la acción de los genes se halla supeditada al
individuales, las auténticas unidades evolutivas), entorno biológico, de modo que la morfología
un rígido adaptacionismo (todos los caracteres de final no depende exclusivamente de aquellos
un organismo provienen de la selección natural, (Maynard-Smith 2000). Una vez más se eviden-
es decir, son adaptativos), y un gradualismo sin cia que el genuino significado biológico no reside
concesiones (los cambios biológicos puestos a en la secuencia genética misma, sino en el
prueba por la selección natural pueden ser tan sistema completo.
pequeños como se quiera con el fin de explicar El ingrediente gradualista implícito en la
los fenómenos evolutivos). La conjunción de versión más rígidamente ortodoxa del neodarwin-
estos tres puntos se juzga capaz de justificar ismo, encaja con dificultad las explicaciones
desde las adaptaciones de los individuos concre- simbiogenéticas, que defienden la posibilidad de
tos en un ecosistema, hasta la aparición de los simbiosis en todos los niveles de organización
linajes y taxones en escalas geológicas de tiempo. biológica (Margulis 1981). El caso más famoso
Una posición tal –que probablemente ni el propio es, desde luego, la asociación de células procarió-
Darwin hubiese refrendado– bien merece el ticas en el origen de la eucariótica. Otro ejemplo
nombre de “ultradarwinismo”. Y para compro- es el posible origen independiente de unidades
barlo cedamos la palabra al propio Dawkins genéticas con unidades metabólicas, que podrían
(Ibid., pp. 358-359, cursivas en el original): haberse asociado en la primera protocélula. Todo
“…La selección acumulativa, mediante una ello objeta la idea de variaciones arbitrariamente
gradación lenta y gradual, es la explicación, la pequeñas sometidas a la selección natural, la cual,
única, sobre la que se puede trabajar, de las que se sin duda, sigue operando sobre este tipo de
han propuesto en algún momento para explicar la procesos.
existencia de la vida con un diseño complejo.
Harto problemático resulta explicar la delicada
interdependencia de los procesos genéticos, celula-
“(…). No importa lo improbable que pueda ser res y embriológicos –por citar sólo algunos–
un cambio a gran escala, los cambios más únicamente sobre la base de mutaciones aleatorias,
pequeños son menos improbables. Y siempre que recombinaciones y selección natural. Diríase más
postulemos una serie suficientemente larga de bien que la respuesta estriba en la integración de
intermediarios con una fina gradación, seremos sistemas complejos, y la interacción de unidades
capaces de derivar cualquier cosa de cualquier funcionales en distintos niveles de estructura
otra sin invocar improbabilidades astronómicas.” (Goodwin 1998). Si la variación aleatoria y la
selección natural son capaces por sí solas de
“El argumento del punto de vista darwinista del justificar los cambios adaptativos dentro de una
mundo es (…) que la selección natural acumula- misma especie, no sucede igual con las grandes
tiva, lenta y gradual, es, en último término, la alteraciones morfológicas responsables de la
explicación a nuestra existencia. Si existen especiación y la macroevolución.
versiones de la teoría de la evolución que nieguen La dinámica no lineal aplicada a los biosistemas,
el lento gradualismo, y el papel central de la en la línea de los estudios “evo-devo”, sugiere que
selección natural, pueden ser ciertas en casos la verdadera función del genoma consiste en
concretos. Pero no pueden constituir toda la proporcionar condiciones de contorno que regulen
los procesos dinámicos físicos y químicos, verda-
verdad, porque niegan el verdadero centro de la
deros responsables de la estructura final del
teoría de la evolución, que les da el poder para organismo. Parece obvio que el ADN no puede
disolver las improbabilidades astronómicas y calificarse de molécula autorreplicante en ausencia
explicar los prodigios de un milagro aparente.” del entorno celular. Esto quedó perfectamente
El peligro de los argumentos demasiado rígidos demostrado tras las experiencias llevadas a cabo
es que se quiebran con gran facilidad al confron- por Sol Spiegelman en 1967, donde se ponían a
tarse con la fluidez de los hechos reales. prueba las propiedades replicantes de un ADN
Pensemos en el comportamiento del gen eyeless, desnudo, sin entorno celular, en un tubo de ensayo.
que al ser transferido de un ratón a la mosca El resultado fue que la evolución no conducía a
drosófila empieza la construcción de un ojo, no estructuras más complejas sino más simples: los
de ratón sino de mosca. Esto indica que este gen filamentos de ADN se hacían cada vez más cortos

- 30 -
R.A. Alemañ Berenguer - Darwinismo y Antidarwinismo

–y aumentaban correlativamente su velo- típica –un rasgo taxonómico común– de un grupo


cidad de autocopiado– hasta alcanzar la de especies (Waldrop 1994).
longitud mínima que les permitía seguir Cada especie describe un bucle cerrado en el
replicán-dose (Spiegelman 1967). morfoespacio que va desde los gametos al indivi-
Sin duda alguna, en la actualidad nos es duo adulto, quien a su vez produce nuevos game-
posible identificar muchas propiedades tos, y así sucesivamente. Desde luego, estos ciclos
biológicas como propiedades dinámicas morfogenéticos gozan de un intervalo de tolerancia
de medios excitables; es decir, caracterís- para la variación genética que define los límites de
ticas que surgen en un sistema complejo viabilidad de la especie (Lewin 1992). Las varia-
cuando sus componentes interaccionan ciones aleatorias, no obstante, pueden dar como
Sol Spiegelman entre sí y la influencia del entorno resultado trayectorias que abandonen la región
(aportando materia o energía, por ej.) lo invariante, dando lugar a organismos inviables o a
conducen fuera del equilibrio. En esos casos se formas de transición hacia otros grupos taxonó-
produce una transición abrupta desde una cierta micos (caracterizados por otras regiones invariantes
organización estructural estable a otra diferente en el morfoespacio).
pero también estable –una “ruptura de simetría”– y La especiación se explicaría ahora como una
el orden organizativo cambia. alteración en las condiciones de contorno −una
Desde este punto de vista, la selección natural se “mutación génica”, en el lenguaje tradicional− que
entendería como un proceso de interacción con el restringe el conjunto de las trayectorias permitidas.
entorno de ciclos vitales completos, desde la De esta manera se daría la transición de un curso de
composición genómica de un individuo en la desarrollo a otro relativamente próximo, cuya
fecundación hasta su completo desarrollo del estabilidad final dependería de las interacciones
embrión al adulto. Una interacción que conduciría con el medio ambiente (Rosen 1970; Poston y
finalmente a situaciones de equilibrio dinámico Stewart 1978; Brandts 1997).
mientras el medio ambiente no cambiase (Saunders No es cierto, pues, que la selección natural,
y Ho 1976, 1981; Salthe 1993). acumulando una sucesión gradual de pequeños
La selección natural se percibe desde esta óptica cambios ventajosos “es la explicación, la única,
como un proceso de estabilización dinámica, en el sobre la que se puede trabajar, de las que se han
cual las condiciones de contorno (o “la presión propuesto en algún momento para explicar la
ambiental” del darwinismo clásico) determinan existencia de la vida con un diseño complejo”,
cuáles son los estados estables. En cierto modo, se como afirmaba Dawkins. La dinámica no lineal
trata de los “picos adaptativos” de Dobzhansky, aplicada a los sistemas biológicos abre ante
con la diferencia de que ahora disponemos para nosotros un vasto universo de posibilidades que
abordarlos de un instrumental compuesto por las sólo ahora, dotados con las modernas técnicas
matemáticas no lineales, la geometría fractal, los matemáticas de las teorías de la complejidad, el
atractores caóticos y la teoría de la información, caos, la autoorganización o la computación algorít-
entre otras herramientas formales (Rosen 1977, mica, comienzan a desplegarse ante nosotros.
1985; Riedl 1978).
Y esa es otra de las ventajas destacadas de la Una (ultra)ortodoxia objetada
aproximación sistémica −o biofísica si se quiere− a
la evolución: conceptos difícilmente precisables Salvo en el mundo de los hiperciclos molecu-
(utilidad funcional, competencia, supervivencia, lares, donde los efectos no lineales distorsionan
eficacia, etc.) pasan a disfrutar de un significado nuestras expectativas, la selección natural reina
cuantificable y mejor definido (organización, como expresión de la búsqueda por los biosis-
sistemas dinámicos, estabilización de ciclos, ruptu- temas de la máxima estabilidad dinámica
ras de simetría, etc.). compatible con las condiciones de contorno.
Todo ello nos concede la oportunidad de Pero, incluso desde la noción de “pico adapta-
comprender la vida en términos estructurales tivo” de Dobzhansky, sabemos que esa búsqueda
además de adaptativos. Así, una trayectoria ontoge- no garantiza el logro de la estabilidad óptima,
nética específica en el morfoespacio (el conjunto de sino un espectro de estados agrupados en torno a
todas las estructuras permitidas por las restricciones dicho valor máximo, el cual puede variar a su vez
físicas sobre los sistemas biológicos) representa un en función de los parámetros del entorno (varia-
curso concreto de desarrollo para un ser vivo. Tal bles ecológicas).
como sucede con el espacio fásico en la mecánica Quienes rechazan los modelos matemáticos de
analítica, la trayectoria morfogenética de los los sistemas dinámicos no lineales confrontán-
organismos viene establecida por los parámetros dolos con el arduo trabajo experimental de los
(información genética e influencias ambientales) laboratorios –que serviría de bien poco sin
del morfoespacio. Llamamos “conjunto invariante” teorización previa y posterior– se muestran
a la región del morfoespacio cuyos parámetros llamativamente propensos a conceder un crédito
determinan trayectorias que conducen a una forma absoluto a los métodos estadísticos empleados
genérica, que por su parte representa una estructura por los adaptacionistas acérrimos para apuntalar
las historias adaptativas en las que basan toda su

- 31 -
R.A. Alemañ Berenguer - Darwinismo y Antidarwinismo

interpretación de la biología. Tales métodos Sempere et al. 2006; Erwin 2000, 2007;
suelen basarse en definiciones controvertidas de Butterfield 2007; Hunt 2007; Kemp 2007).
conceptos clave como el de “eficacia evolutiva” Es más, sabemos que la selección natural sólo
(Castrodeza 1978), o en la asunción de postula- opera sobre variaciones contemporáneas, acae-
dos que implícitamente aseguran la consecución cidas aquí y ahora, cuyos beneficios se demues-
del resultado perseguido. tran de forma inmediata. Por eso, resulta difícil-
La singular afirmación de Richard Lewontin mente comprensible que las variaciones cuyas
(1978) según la cual “los biólogos están obliga- ventajas se manifestarían en escalas espaciales y
dos a cumplir el programa adaptacionista extremo temporales muy dilatadas, predominen sobre las
por que las alternativas, aunque indudablemente variaciones con inmediatos efectos beneficiosos.
operativas en muchos casos, no son comproba- Las adaptaciones a largo plazo, así pues, no
bles en casos concretos”, revela una percepción pueden entorpecer aquéllas favorecidas a corto
del adaptacionismo como mal menor −tolerable a plazo, de lo cual se desprende que las restri-
falta de mejor alternativa– que dejará de serlo en cciones filogenéticas responsables de caracteres
cuanto se hallen procedimientos para contrastar ancestrales no pueden ser consideradas adapta-
de otras opciones. Curiosamente, se olvida que el ciones a procesos selectivos de escalas
programa adaptacionista extremo –si de verdad es temporales largas, contra la opinión de Simons
extremo– deviene incontrastable. En ausencia de (2002). Con toda claridad lo explica Maynard
restricciones, siempre resulta posible imaginar un Smith (2000):
numero infinito de historias adaptativas, o de “No basta con que el resultado final de
combinaciones de ellas, que nos permitan una muchas mutaciones genéticas haya de ser una
interpretación adaptacionista de cualquier rasgo estructura adaptativa si cada una de las
biológico. mutaciones no tiene su propia utilidad. La
De ahí la gran importancia de la evolución no hace previsiones y no puede
interpretación que podríamos denomi-
incorporar los primeros cambios de no ser
nar “estructuralista”, cuyo interés se
desplaza hacia las restricciones adaptativos, o por lo menos no perjudiciales….”
filogenéticas –las célebres enjutas de Gould (1989) señaló la relevancia de los
la catedral de San Marcos, mencio- sucesos fortuitos en el decurso evolutivo argu-
nadas por Gould y Lewontin (1979)– mentando que si la historia de la vida retrocediese
sin menospreciar en modo alguno el para luego volver a avanzar, la evolución
papel de las historias adaptativas. Las emprendería aleatoriamente un rumbo distinto y
explicaciones evolutivas se enriquecen probablemente no reconoceríamos las nuevas
así con todo el repertorio conceptual formas de vida, a causa de sus marcadas
de la biología del desarrollo y de la diferencias con las que nos son familiares.
biofísica de sistemas dinámicos, ya en Sin embargo, conocemos una muy notable
Stephen J. Gould aplicación. De tales investigaciones se cantidad de casos de evolución paralela conver-
desprende que las restricciones en un gente en la historia de nuestro planeta (Morris
cierto nivel estructural del organismo no necesa- 2003). Y esto no significa que la selección natural
riamente se deben a causas adaptativas vincula- haya encontrado soluciones similares a problemas
bles con niveles más básicos del funcionamiento parecidos, como a menudo suponen los adapta-
orgánico. Por ello se trata de una postura científi- cionistas sesgadamente. Más bien se comprueba
camente valiente y heurísticamente fortalecedora. de nuevo que desde las moléculas a las estruc-
En la actualidad crece la evidencia de un turas morfológicas, todos los biosistemas se
desacoplamiento entre la microevolución y la hallan sujetos a unas mismas leyes dinámicas –
macroevolución debido a tendencias (el éxito muy distantes del vitalismo y la ortogénesis– las
diferencial de especies dentro de clados, por ej.) cuales, complementadas con sus condiciones de
en la distribución de especies, el éxito diferencial contorno, rigen la aparición de la complejidad
entre clados o la aparición de innovaciones (Coveney y Highfield 1995). Cuando tales
evolutivas (Davidson y Erwin 2006). Este desa- condiciones de contorno son las mismas, los
coplamiento sugiere una estructura jerárquica sistemas se estabilizan en torno al mismo tipo de
para la evolución, y debilita la fe adaptacionista estados dinámicamente accesibles.
en la extrapolación desde los procesos de Ello no resulta en modo alguno sorprendente,
sustitución alélica hasta los patrones evolutivos a pero resta mucho del aroma místico con el que
gran escala. Los fenómenos macroevolutivos algunos adaptacionistas envuelven inadvertida-
contienen una abundante información sobre mente su discurso. La selección natural no es un
pautas en mayores escalas cuya riqueza y supervisor omnisciente que busque soluciones a
complejidad no puede ser enteramente explicada problemas concretos; bien al contrario, su
por la microevolución al uso (Jablonski 2000; actuación responde a las demandas del presente
Shubin y Marshall 2000; Hughes 2003; Bell et al. inmediato, en función de las leyes físicas y
2004; Nützel y Frýda 2004; Crampton y Gale químicas actuantes (Dennett 1991; Depew y
2005; Francisco 2006; Hulsey et al. 2006; Weber 1995). Son esas leyes las que determinan

- 32 -
R.A. Alemañ Berenguer - Darwinismo y Antidarwinismo

que en condiciones de contorno similares las (cationes) y negativos (aniones) que circulan en
trayectorias ontogenéticas en el morfoespacio sentidos opuestos.
conduzcan a regiones invariantes también simila- Incluso en las ciencias de la vida, el
res. Esa es la razón subyacente a la convergencia pomposamente denominado “dogma central de la
evolutiva y a la estasis por selección estabiliza- biología molecular”, afirmaba que la información
dora genética del ADN se expresaba en proteínas a
Por consiguiente, la búsqueda de las leyes través del ARN, y jamás ocurría un proceso en
básicas de la organización dinámica en los siste- sentido contrario. El descubrimiento de los
mas complejos no lineales, se convierte en una de retrovirus y de la enzima retrotranscriptasa
las principales metas para las ciencias de la vida inversa, facultada para lograr exactamente eso,
del siglo XXI (Pattee 1979). Sin envidiar a demostró una vez más lo mal que se compadece
ciencia alguna, pero convencidos de que los la palabra dogma con el espíritu abierto de la
esfuerzos interdisciplinares son el mejor camino ciencia.
para un avance conjunto, los investigadores en En todos los ejemplos antes mencionados, salta
los umbrales del tercer milenio deben tener a la vista que el equívoco esencial residía en
siempre presente que han de ser evolucionistas imponer a un determinado mecanismo la obliga-
antes que adaptacionistas, y ante todo, científicos ción de justificar cualquier proceso en un rango
con mente abierta y espíritu abarcador. de fenómenos cuya amplitud excedía con creces
la capacidad explicativa de dicho mecanismo,
Los controvertidos caminos de la evolución excluyendo de raíz cualquier alternativa imagina-
ble. Y en el fragor de la batalla, cada uno de los
Como sucede en tantos otros asuntos, el peligro contendientes hace oídos sordos a los argumentos
de tomar la parte por el todo estriba en la pérdida válidos de su oponente.
de una visión amplia de los problemas, circuns- Imaginemos, por ejemplo, la discusión entre
tancia que en nada contribuye a su solución. E dos astrónomos, cada uno de ellos adscrito a una
incluso corremos el riego de que una disputa diferente escuela de pensamiento sobre la
enconada sobre formulaciones parciales, oscu- formación de los planetas. El planetólogo
rezca la porción de verdad contenida en los “dinamista” piensa que el mecanismo predomi-
argumentos enfrentados. Subrayémoslo, no se nante consiste en los choques entre fragmentos
trata de que una determinada hipótesis sobre los rocosos en órbita alrededor de una estrella. El
mecanismos evolutivos sea incorrecta, sino más planetólogo “gravitacionista” sostiene, en cam-
bien que siendo adecuada en diversas situaciones bio, que es la atracción gravitatoria entre ese
su validez no resulta absoluta ni puede garanti- material orbitante la responsable de la formación
zarse en todos los casos. de planetas.
La historia de la ciencia cuenta con una El dinamista afirmará, con razón, que una
cantidad rebosante de ejemplos en los cuales mayor superficie aumenta la probabilidad de los
interpretaciones diversas de un mismo fenómeno choques sobre ella, de modo que al quedar
resultaron ser finalmente complementarias, váli- adheridos tras la colisión los nuevos fragmentos
das en situaciones diferentes y por ello no aumentarán el tamaño del planeta en formación.
calificables sin más como “erróneas” o “acerta- Las masas rocosas mayores se van haciendo
das”. El mecanicismo de Robert Boyle pretendía progresivamente más grandes y desplazando a las
explicar todos los procesos naturales mediante pequeñas como semillas planetarias. Un cierto
choques e intercambio de impulsos entre compo- tipo de “selección natural” ha operado aquí elimi-
nentes microscópicos de la materia. Isaac nando los fragmentos de material que partían con
Newton, por el contrario, desarrolló un mecani- desventaja (menores tamaños) en su competencia
cismo basado en fuerzas de atracción sin contacto con los demás. Y si la superficie expuesta a las
directo. La gravitación y la mecánica celeste se colisiones es proporcional al radio para objetos
ajustaron perfectamente a la concepción newton- aproximadamente esféricos, el dinamista conclui-
iana, mientras la teoría cinética de los gases, rá que estadísticamente los fragmentos con mayor
digamos, encajaban mejor con las ideas de Boyle. tamaño tienden a ser seleccionados como semi-
Durante muchos años los físicos debatieron si llas de formación planetaria.
la corriente eléctrica se componía de partículas El planetólogo gravitacionista replicará que no
con cargas positivas o negativas. Y de hecho las bastan las puras colisiones mecánicas para formar
leyes del electromagnetismo se establecieron bajo planetas a partir del escombro estelar, si se
el convenio –equivocado– de que existía un flujo desdeña el efecto de la atracción gravitatoria. Es
de cargas positivas. Más tarde se comprobó que esa atracción la que reúne las masas desperdi-
la corriente en un cable era transportada por gadas hasta formar un planeta; y ya que la grave-
electrones, partículas negativamente cargadas, si dad depende la masa de los cuerpos, los
bien unos años después los químicos descubrie- fragmentos con mayor tamaño –más masivos–
ron que la electricidad en una disolución presentan la mayor probabilidad de atraer a otros
electrolítica se debe a un flujo de iones positivos hasta configurar planetas. Los análisis

- 33 -
R.A. Alemañ Berenguer - Darwinismo y Antidarwinismo

estadísticos también avalan la opinión del de órganos separados, parece difícilmente conci-
gravitacionista. liable con esos nuevos descubrimientos.
Lo más curioso del caso es que ambos tienen Necesitamos trascender el conjunto de ideas
razón: cuando las masas en juego no son muy que constituyen la Teoría Sintética de la Evolu-
grandes predomina el mecanismo de agregación ción, no porque sean incorrectas, sino porque se
por colisiones; pero cuando las masas adquieren muestran incompletas. Por eso es una falacia
un cierto valor es la atracción gravitatoria la plantear el debate en términos de darwinismo
explicación primordial. La pertinencia de los frente a antidarwinismo. No se es peor evolucio-
argumentos depende del rango de los fenómenos nista por dudar de la aplicabilidad en todos los
considerados, sin que haya una frontera bien casos de las explicaciones propuestas por Darwin
definida entre ellos. Tanto la gravedad como la hace más de siglo y medio sobre la base de un
colisión existen siempre, sólo que en cada caudal de información inmensamente menor que
momento una de ellas sobrepuja a la otra en el disponible hoy para nosotros.
importancia. Lo que se precisa ahora es una Teoría General
Esta suerte de fábula científica nos ilustra sobre de la Evolución que abarque aquellos aspectos a
los peligros de tomar un mecanismo explicativo los cuales el neodarwinismo no alcanza, simple-
correcto en un cierto ámbito, y extrapolarlo a mente porque no fue pensado para abarcarlos. La
otros sin admitir la posibilidad de que no química prebiótica, la formación de los primeros
conserve el mismo poderío en todos ellos. La organismos protocelulares y celulares, la morfo-
selección natural y el adaptacionismo gradualista génesis y los procesos del desarrollo, una
han mostrado su extraordinario acierto en dinámica ecológica interespecífica matemática-
numerosísimas situaciones, y aunque ello justifi- mente formulable, o mecanismos macroevolu-
ca nuestra confianza en su validez, no nos tivos basados en alteraciones de sistemas
garantiza que siempre han de salir victorioso de reguladores en un genoma estructurado de
la prueba, ni mucho menos nos autoriza a manera modular, son algunos de tales aspectos.
minusvalorar otros posibles mecanismos igual- En síntesis, nuestras conclusiones podrían
mente verosímiles. ordenarse del siguiente modo:
Un comentario de Ernst Mayr perfila muy bien
el nudo de la cuestión cuando dice (Mayr 1982): I. Existen procesos de evolución molecular
“…los fenómenos evolutivos observados, claramente no darwinistas, en tanto se revelan
particularmente los procesos de macroevolución independientes de la selección natural
y especiación, pueden ser explicados de una (hiperciclos).
manera que es compatible con los mecanismos II. A nivel molecular, la presencia de
genéticos conocidos”.
mutaciones selectivamente neutras parece aumen-
tar conforme el genoma es mayor. Un genoma
Naturalmente, Mayr se refiere a las mutaciones pequeño y compacto, como el de los virus,
y recombinaciones genéticas, sometidas después apenas tiene margen para admitir mutaciones que
a la selección natural. En sentido estricto la frase no sean ventajosas selectivamente.
“…una manera que es compatible con…” indica III. La dinámica de sistemas no lineales cobra
que no resultaría del todo imposible explicar la una importancia creciente en áreas tan influyentes
macroevolución y la especiación con base en los para la evolución como el plegamiento de
mecanismos genéticos anteriores. El problema proteínas, los sistemas autorreplicativos, o la
aflora cuando en la práctica quienes suscriben recursividad de interacciones moleculares en el
esta opinión interpretan que “…pueden ser camino hacia un metabolismo perdurable.
explicados de una manera que es compatible IV. Las posibilidades de auto-organización en
con…” significa “…son necesariamente causados sistemas abiertos alejados del equilibrio, enrique-
por…”, y rechazan de plano cualquier opción ce nuestra visión del problema a la vez que
alternativa. restringe ciertas rutas de desarrollo, mostrando
por qué algunas estructuras no necesariamente
CONCLUSIONES han de ser adaptativas.
V. Bajo este punto de vista, una biología del
Resultaría intelectualmente absurdo, y científi- desarrollo que considere a los organismos vivos
camente ruinoso, sostener que los avances de como sistemas dinámicos en permanente desequi-
finales del siglo XX en campos como la librio, sugiere cada vez con más fuerza que la
complejidad no lineal y la teoría de sistemas formación de los taxones superiores se debió más
dinámicos, no tendrán repercusiones dignas de una reorganización de los mecanismos regulado-
mención sobre la biología evolutiva. En particu- res del genoma aún por dilucidar, que a una mera
lar, la tendencia neodarwinista de adoptar un ampliación en la escala de los procesos micro-
determinismo genético muy acentuado, así como evolutivos.
una perspectiva reduccionista que atomiza el
funcionamiento del organismo vivo en una serie Las expectativas que todo ello abre ante los
investigadores para los próximos años, son tan

- 34 -
R.A. Alemañ Berenguer - Darwinismo y Antidarwinismo

prometedoras como apasionantes, perfilando las Balinsky, B.I. 1965. Introducción a la


posibilidades de avances muy notables en nuestra Embriología. Omega.
comprensión global del fenómeno de la vida. Bell, M.A., Aguirre, W.E. y Buck, N.J. 2004.
Pero como dijo Darwin en una ocasión: Twelve years of contemporary armor evolution
“Lo importante no es que yo haya encontrado in a threespine stickleback population.
la verdad, sino que otros sigan buscándola”. Evolution 58: 814–824.
Bennett, Ch.H. 1986. On the nature and origin of
complexity in discrete, homogeneus, locally-
acting systems. Found. Phys. 16: 585.
Agradecimientos Bonner, J.T. 1988. The Evolution of Complexity
by Means of Natural Selection. Princeton Univ.
Deseo expresar mi gratitud al profesor Manuel Press.
Tamayo Hurtado, profesor titular del Instituto de Bowler, P.J. 1977. Edward Drinker Cope and the
Ciencias Básicas, de la Universidad Católica del changing structure of evolutionary theory. Isis
Maule, Talca (Chile), por la generosa amabilidad 68: 249–265.
que manifestó al revisar este artículo y sugerir Bowler, P.J. 1978. Hugo de Vries and Thomas
diversas correcciones. También el profesor Hunt Morgan: The mutation theory and the
Eustoquio Molina, Catedrático de Paleontología spirit of Darwinism. Annals Sci. 35: 55–73.
de la Universidad de Zaragoza, me mostró en Brandts, W.A.M. 1997. Complexity: a pluralistic
todo momento su inmejorable disposición al approach. Pp. 45-68. En: Lumsden, C.J.,
respecto. A los comentarios de ambos se debe la Brandts, W.A. y Trainor, L.E.H. (eds.),
mejora experimentada por la versión final del Physical Theory in Biology. Foundations and
texto. Explorations. World Scientific.
Bunge, M. 1977. The Furniture of the World.
Reidel.
REFERENCIAS Bunge, M. 1989. Mente y Sociedad. Alianza.
Butterfield, N.J. 2007. Macroevolution and
Alberch, P. 1980. Ontogenesis and morphological macroecology through deep time. Palaeontol.
diversification. Am. Zool. 20: 653-667. 50: 41–55.
Alberch, P. 1982. Developmental constraints in Castrodeza, C. 1978. Evolution, complexity, and
evolutionary processes. Pp. 313-332. En: fitness, J. theor. Biol. 71: 469-471.
Bonner J.T. (ed.), Evolution and Development. Coveney, P., Highfield, R. 1995. Frontiers of
Springer-Verlag. Complexity. The Search for Order in a Chaotic
Alberch, P. 1989. The logic of monsters: World. Ballantine Books.
Evidence for internal constraints in Crampton, J.S. y Gale. A.S. 2005. A plastic
development and evolution. Geobios 12: 21-57. boomerang: speciation and intraspecific
Alberch, P., Gould, S.J., Oster, G.F. y Wake, evolution in the Cretaceous bivalve
D.B. 1979. Size and shape in ontogeny and Actinoceramus. Paleobiol. 314: 559.
phylogeny. Paleobiol. 5: 296-317 Crutchfield, J.P. y Schuester, P. (eds.) 2003.
Alemañ, R. 2007. Evolución o Diseño, ¿un Evolutionary Dynamics: Exploring the
Dilema? Equipo Sirius. Interplay of Selection, Accident, Neutrality, and
Allen, T.F.H. y Starr, T.B. 1982. Hierarchy. Function. Oxford Univ. Press.
Perspectives for Ecological Complexity. Univ. Cvitanovic, P. (ed.) 1984. Universality in Chaos.
Chicago Press. Adam Hilger
Anderson, W.W. 1966. Genetic divergence in M. Darwin, Ch. 1982. El Origen del Hombre. EDAF.
Vetukhiv's experimental populations of Darwin, Ch. 1985. El Origen de las Especies.
Drosophila pseudooscura. Genet. Res. 7: 255– Planeta.
266. Darwin, Ch. y Wallace, A.N. 2006. La Teoría de
Ao, P. 2005. Laws of darwinian evolution. Physics la Evolución de las Especies. Crítica.
of Life Rev. 2: 117-156. Davidson, E.H. y Erwin, D.H. 2006. Gene
Atlan, H. y Koppel, M. 1990. The cellular regulatory networks and the evolution of
computer DNA: program or data. Bull. animal body plans. Science 311: 796-800.
Mathemat. Biol. 52: 335-343. Dawkins, R. 1989. El Gen Egoísta. Salvat.
Ayala, F. 2007. Darwin y el Diseño Inteligente. Dawkins, R. 1993. El Relojero Ciego. RBA.
Creacionismo, Cristianismo y Evolución. Dennett, D.C. 1991. Real patterns. J. Phil. 88: 27-
Alianza. 51.
Baas, N.A. 1994. Emergence, Hierarchies, and Depew, D.J. y Weber, B.H. 1995. Darwinism
Hyperstructures. Pp. 515-537. En: Langton Evolving. Systems Dynamics and the
C.G. (ed.), Alife III, Santa Fe Studies in the Genealogy of Natural Selection. MIT Press.
Sciences of Complexity, Proc. Volume XVII. De Renzi, M. 1996. Problemática de la evolución
Addison-Wesley, Redwood City, Calif. morfológica: Adaptación y limitaciones inter-
Bak, P., Tang, C. y Wiesenfeld, K. 1982. Self-
organized criticality. Phys. Rev. A 38: 364-374.

- 35 -
R.A. Alemañ Berenguer - Darwinismo y Antidarwinismo

nas. En: Molina, E. (ed.), Evolución: Aspectos Gould, S.J. 1984. The cosmic dance of Siva. Nat.
Interdisciplinares. MIRA ed. Hist. 93: 14-19.
Dobzhansky, T. 1935. A critique of species Gould, S.J. 1985. The paradox of the first tier: an
concept in biology. Phil. Sci. 2: 344-355. agenda for paleobiology. Paleobiol. 11: 1-12.
Dobzhansky, T. 1937a. Genetics and the Origin Gould, S.J. 1989. Wonderful Life: The Burgess
of Species. Columbia Univ. Press. Shale and the Nature of History. WW. Norton.
Dobzhansky, T. 1937b. Genetic nature of species Gould, S.J. 2004. La Estructura de la Teoría de
differences. Am. Nat. 71: 404-420. la Evolución. Tusquets.
Dobzhansky, T. 1940. Speciation as a stage in Gould, S.J. y Eldredge, N. 1977. Punctuated
evolutionary divergence. Am. Nat. 74: 312-321. equilibria: the tempo and mode of evolution
Dobzhansky, T. 1970. Genetics of the reconsidered. Paleobiol. 3: 115.
Evolutionary Process. Columbia Univ. Press. Gould, S.J. y Lewontin, R. 1979. The spandrels
Dobzhansky, T. 1973. Nothing in biology makes of San Marco and the Panglossian paradigm: A
sense except in the light of evolution. Am. Biol. critique of the adaptationist programme. Proc.
Teacher 35: 125-129. R. Soc. Lond. B 205: 581-598.
Eigen, M. 1971. Molekulare selbstorganisation Gould, S.J. y Vrba, E.S. 1982. Exaptation, a
und evolution. Naturwiss. 58:. 465-523. missing term in the science of form. Paleobiol.
Eigen, M. y Schuster, P. 1979. The Hypercycle: A 8: 4-15.
Principle of Natural Self-Organization. Grassberger, P. 1986. Toward a quantitative
Springer. theory of self-generated complexity. Int. J.
Eigen, M. y Winkler, R. 1993. The Laws of the Theor. Physics 25: 907-938.
Game: How The Principles of Nature Govern Griffiths, P.E. y Gray, R.D. 1994. Developmental
Chance. Princeton Univ. Press. systems and evolutionary explanation. J. Phil.
Eldredge, N. 1997. Síntesis Inacabada: 91: 277-304.
Jerarquías Biológicas y Pensamiento Evolutivo Griffiths, P.E. y Gray, R.D. 2001. Darwinism and
Moderno. Fondo de Cultura Económica. developmental systems, Pp. 195-218. En:
Emmeche, C., Køppe, S. y Stjernfelt, S. 1997. Oyama, S., Griffiths, P.E. y Gray, R.D. (eds.),
Explaining emergence: Towards an ontology of Cycles of Contingency: Developmental Systems
levels. J. Gen. Phil. Sci. 28: 83-119. and Evolution. MIT Press,
Erwin, D.H. 2000. Macroevolution is more than Haken, H. 2004. Synergetics. Introduction and
repeated rounds of microevolution. Evol. Advanced Topics. Springer.
Develop. 2: 78–84. Hampé, A. 1959. Contribution à l'étude du
Erwin, D.H. 2007. Disparity: morphological développement et la régulation des déficiences
pattern and developmental context. Palaeontol. et excédents dans la patte de l'embryon de
50: 57–73. poulet. Arch. Anat. Microsc. Morphol. Exp. 48:
Francisco, B., Moore, G. y Woods, R. 2006. 347–479.
Tempo and constraint of adaptive evolution in Heisler, I.L. y Damuth, J. 1987. A method for
Escherichia coli. Biol. J. Linn. Soc. 88: 403– analyzing selection in hierarchically structured
411. populations. Am. Nat. 130: 582-602.
Frank, S. 1997. The Price equation, Fisher’s Huberman, B.A. y Hogg, T. 1986. Complexity
fundamental theorem, kin selection and causal and adaptation, Physica 22D: 376-84.
analysis. Evolution 51: 1712-1729. Hughes, N.C. 2003. Trilobite body patterning and
Godfrey-Smith, P. 2000. On the theoretical role the evolution of arthropod tagmosis. BioEssays
of «genetic coding». Phil. Sci. 67: 26-44. 25: 386.
Goodnight, C., Schwartz, J. y Stevens, L. 1992. Hulsey, C.D., García de León, F.J. y Rodiles-
Contextual analysis of models of group Hernández, R. 2006. Micro- and
selection, soft selection, hard selection and the macroevolutionary decoupling of cichlid jaws:
evolution of altruism. Am. Nat. 140: 743-761. a test of liem's key innovation hypothesis.
Goodnight, C. y Stevens, L. 1997. Experimental Evolution 60: 2096–2109.
studies of group selectin: what do they tell us Hunt, G. 2007. Evolutionary divergence in
about group selection in nature? Am. Nat. 150: directions of high phenotypic variance in the
S59-S79. ostracode genus Poseidonamicus. Evolution 61:
Goodwin, B. 1998. Las Manchas del Leopardo. 1560–1576.
La Evolución de la Complejidad. Tusquets. Huxley, T.H. 1970. Evolution in Biology.
Gould, S.J. 1979. On the importance of Collected Essays, vol. 2. Greenwood Press.
heterochrony for evolutionary biology. Syst. Jablonski, D. 2000. Micro- and macroevolution:
Zool. 28: 224-226. scale and hierarchy in evolutionary biology and
Gould, S.J. 1982. Change in developmental paleobiology. Paleobiol. 26: 15.
timing as a mechanism of macroevolution. Pp. Kampis, G. 1991. Self-Modifying Systems in
333-346. En: Bonner, J.T. (ed.). Evolution and Biology and Cognitive Science. Pergamon
Development. Springer. Press.

- 36 -
R.A. Alemañ Berenguer - Darwinismo y Antidarwinismo

Kauffman, S.A. 1984. Emergent properties in Okasha, S. 2004. Multi-level selection,


random complex automata. Physica 10D: 145. covariance and contextual analysis”. British J.
Kauffman, S.A. 1992. Origins or Order: Self- Phil. Sci. 55: 481-504.
Organization and Selection in Evolution. Okasha, S. 2005. Altruism, group selection and
Oxford Univ. Press. correlated interaction”. British J. Phil. Sci. 56:
Kauffman, S.A. 1995. At Home in the Universe. 703-725.
The search for the Laws of Complexity. Viking. Pattee, H.H. 1973. Hierarchy Theory. The
Keller, E.F. 2000. The Century of the Gene. Challenge of Complex Systems. George
Harvard Univ. Press. Braziller.
Kemp, T.S. 2007. The origin of higher taxa: Pattee, H.H. 1979. The complementarity principle
macroevolutionary processes, and the case of and the origin of macromolecular information,
the mammals. Acta Zool. 88: 3–22. BioSyst. 11: 217-226.
Kerr, B. y Godfrey-Smith, P. 2002. Individualist Poston, T. y Stewart, I. 1978. Catastrophe Theory
and multi-level perspectives on selection in and its Applications. Pitman Publ.
structured populations. Biol. Phil. 17: 477-517. Price, G. 1972. Extension of covariance selection
Kimura, M. 1983. The Natural Theory of mathematics”. Ann. Human Genet. 35: 697-
Molecular Evolution. Cambidge Univ. Press. 701.
Lewin, R. 1992. Complexity. Life at the Edge of Prigogine, I. 1980. From Being to Becoming.
Chaos. Macmillan. Time and Complexity in Physical Sciences.
Lewontin, R.C. 1978. Adaptation. Sci. Am. 239: Freeman.
212-230. Prigogine, I. 1985. The Rediscovery of Time. En:
Lilienfeld, R. 1978. The Rise of Systems Theory. Nash, S. (ed.) Science and Complexity. Science
Wiley. Reviews Ltd.
Mandelbrot, B.B. 1977. The Fractal Geometry of Prigogine, I. y Stengers, I. 1985. Order out of
Nature. W.H. Freeman. Chaos. Heinemann.
Margulis, L. 1981. Symbiosis in Cell Evolution. Riedl, R. 1978. Order in Living Organisms. A
W.H. Freeman. Systems Analysis of Evolution. John Wiley &
Martin, O., Odlyzko, A.M. y Wolfram, S. 1984. Sons.
Algebraic properties of cellular automata. Rosen, R. 1970. Dynamical System Theory in
Commun. Math. Phys. 93: 219. Biology. Vol. 1: Stability Theory and its
Maynard-Smith, J. 1986. The Problems of Applications. John Wiley & Sons.
Biology. Oxford Univ. Press. Rosen, R. 1977. Complexity as a system
Maynard-Smith, J. 2000. La Construcción de la property. Int. J. Gen. Systems 3: 227-232.
Vida: Genes, Embriones y Evolución. Crítica. Rosen, R. 1985. Organisms as causal systems
Mayr, E. 1942. Systematics and the Origin of which are not mechanisms: an essay into the
Species. Columbia Univ. Press. nature of complexity. Pp.165-203. En: Rosen,
Mayr, E. 1947. Ecological factors in speciation. R. (ed.), Theoretical Biology and Complexity.
Evolution 1: 263-288. Academic Press.
Mayr, E. 1963. Animal Species and Evolution. Salthe, S.N. 1993. Development and Evolution.
Harvard Univ. Press. Complexity and Change in Biology. MIT Press.
Mayr, E. 1969. Principles of Systematic Zoology. Saunders, P.T. y Ho, M.-W. 1976. On the
McGraw-Hill. increase in complexity in evolution. J. theor.
Mayr, E. 1970. Populations, Species and Biol. 63: 375-84.
Evolution. Harvard Univ. Press. Saunders, P.T. y Ho, M.-W. 1981. On the
Mayr, E. 1976. Evolution and the Diversity of increase in complexity in evolution II. The
Life. Harvard Univ. Press. relativity of complexity and the principle of
Mayr, E. 1982. The Growth of Biological minimum increase. J. theor. Biol. 90: 515-30.
Thought: Diversity, Evolution, Inheritance. Sempere, L.F., Cole, Ch. N., Mcpeek, M. A. y
Harvard Univ. Press. Peterson, K.J. 2006. The phylogenetic
Montero, F. y Moran, F. 1992. Biofísica. distribution of metazoan microRNAs: insights
Eudema. into evolutionary complexity and constraint. J.
Montero, F., Sanz, J.C. y Andrade, M.A. 1993. Exp. Zool. B 306: 575.
Evolución Prebiótica: el Camino hacia la Vida. Shubin, N.H. y Marshall, Ch.R. 2000. Fossils,
Eudema. genes, and the origin of novelty. Paleobiol. 26:
Morris, S.C. 2003. Life’s Solution. Inevitable 324.
Humans in a Lonely Universe. Cambridge Simpson, G.G. 1944. Tempo and Mode in
Univ. Press. Evolution. Columbia Univ. Press.
Newman, D.V. 1996. Emergence and strange Simpson, G.G. 1949. The Meaning of Evolution.
attractors, Phil. Sci. 63: 245-261. Yale Univ. Press.
Nützel, A. y Frýda, J. 2003. Paleozoic plankton Simpson, G.G. 1953. The Major Features of
revolution: Evidence from early gastropod Evolution. Columbia Univ. Press.
ontogeny. Geology 31: 829.

- 37 -
R.A. Alemañ Berenguer - Darwinismo y Antidarwinismo

Simpson, G.G. 1959a. The nature and origin of Información del Autor
supraspecific taxa. Cold Spring Harbor Symp.
Quant. Biol. 24: 255-271. R. A. Alemañ Berenguer es Licenciado en
Simpson, G.G. 1959b. Mesozoic mammals and Química (especialidad Bioquímica) por la Uni-
the poliphyletic origin of mammals. Evolution versidad de Valencia y en Física (especialidad
13: 405-414. Fundamental) por la UNED doctorando en la
Simpson, G.G. 1961. Principles of Animal división de óptica del Depto. de Ciencia de
Taxonomy. Columbia Univ. Press. Materiales, Óptica y Tecnología Electrónica de la
Simpson, G.G. 1963. The meaning of taxonomic Universidad Miguel Hernández de Elche. Su
statements, Pp. 1-31. En: Wasnburn, S.L. (ed.), actividad como investigador colaborador en dicha
Classification and Human Evolution. Aldine. universidad se desarrolla en el grupo de
Simons, A.M. 2002. The continuity of biomateriales, y en concreto en el estudio del
microevolution and macroevolution. J. Evol. almacenamiento óptico de información mediante
Biol. 15: 688-701. métodos holográficos en materiales de origen
Sober, E. y Wilson, D.S. 1998. The Evolution and biológico (proteínas fotosensibles). Es también
Psychology of Unselfish Behavior. Harvard profesor colaborador en el Dpto. de Ciencias
Univ. Press. Aplicadas de la Escuela de Técnicas Aeronáu-
Spiegelman, S. 1967. An in vitro análisis of a ticas del Ejercito del Aire en Torrejón de Ardoz,
replicating molecule. Am. Sci. 55: 221-264. autor de diversos libros y artículos divulgativos
Stevens, P.S. 1986. Patrones y Pautas en la sobre física y biología evolucionista, y asesor del
Naturaleza. Salvat. programa radiofónico de divulgación científica
Stevens, L., Goodnight, C. y Kalisz, S. 1995. Adelantos en Onda Regional de Murcia.
Multilevel selection in natural populations of
Impatiens capensis. Am. Nat. 145: 513-526.
Hom, R. 1968. Hacia una teoría dinámica de la
morfogénesis, En: Waddington, C.H. (ed.),
Hacia una Biología Teórica. (Traducción
española de 1976) Alianza.
Thomas, R.D.K. y Reif, W.-E. 1993. The
skeleton space: a finite set of organic designs.
Evolution 47: 341-360.
Thompson. D.W. 2003. Sobre el Crecimiento y la
Forma. Cambridge Univ. Press
Waddington, C.H. 1976. Hacia una Biología
Teórica. Alianza
Wade, M. 1985. Soft selection, hard selection,
kin selection and group selection. Am. Nat.
125: 61-73.
Waddington, C.H. 1957. The Strategy of the
Genes. A Discussion of Some Aspects of
Theoretical Biology. George Allen & Unwin.
Waldrop, M.M. 1994. Complexity. The Emerging
Science at the Edge of Order and Chaos.
Penguin.
Wicken, J.S. 1979. The generation of complexity
in evolution: a thermodynamic and
information-theoretical discussion. J. theor.
Biol. 77: 349-365.
Wicken, J.S. 1984. On the increase in complexity
in evolution. Pp.89-112. En: Ho, M.-W. y
Saunders, P.T. (eds.), Beyond Neo-Darwinism.
Academic Press.
Wimsatt, W.C. 1976. Complexity and
organization. Pp. 174-193. En: Grene, M. y
Mendelsohn, E. (eds.), Topics in the
Philosophy of Biology. Reidel.
Wolfram, S. 1983. Statistical mechanics of
cellular automata. Rev. Modern Physics 55:
601.

- 38 -

Вам также может понравиться