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Geffré, Claude. «La resurrección de Cristo como Testimonio interpretativo».

En El
cristianismo ante el riesgo de la interpretación. Ensayo de hermenéutica teológica, 109
– 127. Madrid: Cristiandad, 1984.

Uno de los temas principales que se abordan en el texto de consulta es el del


Testimonio de la resurrección de Cristo y su mensaje de salvación y como este se ha
transmitido y se transmite hoy a través de la comunidad cristiana. Dicho testimonio
manifiesta el misterio de Dios, sobre el cual el hombre reflexiona en dos aspectos:
cómo acercarse a Él e incluso qué hablar de Él. A este punto, la teología le ayuda al
hombre en esta búsqueda, haciendo un constante ejercicio hermenéutico, teniendo
así un carácter trascendental a través de lo natural, sin dejar de lado como se ha
interpretado la revelación a través de la historia.
Ahora bien, si la Resurrección es un hecho concreto que fue y es interpretado, es
importante tener en cuenta que el testimonio es un proceso de interpretación, pues el
creyente al ser involucrado en el hecho da su propia reflexión frente a aquello que se
le presenta, escucha o vive. Esto último teniendo en cuenta el carácter experiencial.
Es importante resaltar el hecho de hablar1, el testimonio es hablado y no solo porque
se utilicen palabras (contenidos), sino porque aquello que se dice se realiza con la
vida, (performatividad).
Teniendo en cuenta que el testigo, es quien tiene información certera sobre algún
hecho, persona o cosa, no se queda solo en su experiencia, sino que delante de los
demás implica su credibilidad, respecto al testimonio de Cristo, allí se muestra la
interioridad de su convicción, en donde incluso pone como garantía su misma vida.
Esto interpela al hombre en todo momento, especialmente al creyente, por ello es
importante que hoy se tenga claridad respecto al testimonio cristiano y la implicación
que conlleva.
En todo esto el lenguaje tiene un valor importante, a nivel bíblico gira alrededor de dos
perspectivas, quienes vieron y vivieron con Jesús, además de quienes creen en la
resurrección de Cristo, este último al no ser visto por todos los creyentes requiere de
un acto de fe y de confianza para reconocer en este mensaje la salvación dada por
Dios a los hombres. Sin embargo, cada autor sagrado lo enfoca desde un punto de
vista diferente, por ejemplo para Lucas era importante el ver, para Juan no.

Asimismo, y como segunda idea, el texto asignado nos presenta, como centro, el
Testimonio de la Resurrección de Jesús, el cual ha recibido diferentes manifestaciones
en su interpretación, lo cual muestra cual ha sido y es el impacto que ha tenido en la
historia de la humanidad sobre dicho suceso.

Por ello, es importante resaltar los dos géneros literarios que toma el autor para
profundizar: el «testimonio y la narración»2, en el primero como ya se ha dicho en otras
ocasiones, quien transmite el mensaje se autoimplica para ser garantía ante quien lo
recibe, en este caso el creyente. Pero se debe aclarar, que la finalidad del testimonio
1
Cfr. Claude Geffré, «La resurrección de Cristo como Testimonio interpretativo». En El cristianismo ante
el riesgo de la interpretación. Ensayo de hermenéutica teológica. (Madrid: Cristiandad, 1984), 109.
2
Claude Geffré, «La resurrección de Cristo como Testimonio interpretativo». En El cristianismo ante el
riesgo de la interpretación. Ensayo de hermenéutica teológica, 115.
con su veracidad es la de provocar a quien lo recibe para que dé una respuesta a
aquello que le es manifestado. Por ende, el testigo aunque no haya sido ocular, asume
en su persona lo que habla, lo encarna, “lo hace en él”.

Esta actitud es fruto de la fuerza que da el Espíritu del resucitado, fuerza que asume y
penetra toda la humanidad del testigo. Dicha fuerza es la misma que surge en el
momento presente de la resurrección 2.000 años atrás y que hoy se prolonga, en otras
palabras la experiencia originaria de la resurrección va acompañada de una
experiencia de fe, quizás esto se podría también definir como anamnesis del
testimonio, el cual tuvo un impacto así de fuerte, que necesitó de una interpretación,
puesto que no se trataba de cualquier hecho histórico, sino de algo que ha tocado a la
humanidad entera, creyente o no.

A nosotros nos llega la interpretación que le dieron los apóstoles al acontecimiento real
de la resurrección, así como lo vivieron y experimentaron, puesto que no somos los
testigos oculares de ese hecho, es un «hecho de habla». Sin embargo, no se trata de
repetir historias sin sentido, sino de transmitir algo que aunque haya sucedido en el
pasado es muy actual y presente, esto es «convertir en palabra un acontecimiento que
se ha producido realmente»3 y que tiene carácter escatológico.

Asimismo, en todo este camino se reconoce que la «experiencia y el lenguaje» 4 van de


la mano, por ello quien recibe y asume el mensaje lo vive como en el momento
histórico que ocurrió, esto se da porque el misterio pascual siendo acción viva del
Espíritu Santo, está ligado a la primera comunidad.

Al hablar de comunidad, cabe resaltar la eclesialidad del testimonio que se transmite,


el cual debe ser concorde al original, es decir al hecho histórico, como en el caso de la
cristología, en donde es importante conocer al Jesús histórico y al Cristo de la fe. Esto
muestra como el mensaje no se interrumpe, sino que continúa de manera tal que se
viva desde ahora aquello que Cristo nos traerá en su parusía.

De esta forma, se puede verificar que el hombre refleja a otros el misterio de la


resurrección desde el mismo hecho que se le es dado desde la palabra, pero siempre
acompañado de un accionar es decir de un obrar para que este le dé más
contundencia al mensaje y el misterio que se da. Lo otro es el conocimiento por el acto
de la fe desde la perspectiva hermenéutica, como lo reflejaría Juan el verbo se hizo
carne, es decir se hizo presente palpable y sobre todo cercano al género y la condición
humana.

3
Claude Geffré, «La resurrección de Cristo como Testimonio interpretativo». En El cristianismo ante el
riesgo de la interpretación. Ensayo de hermenéutica teológica, 122.
4
Claude Geffré, «La resurrección de Cristo como Testimonio interpretativo». En El cristianismo ante el
riesgo de la interpretación. Ensayo de hermenéutica teológica, 124.

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