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ISAAK JACQUEZ

EL DIMENSIONISTA
El código del alma

LIBRO II

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EL DIMENSIONISTA, es una obra de Andrés Isaak González
Jacquez, libro II, El código del alma, fue hecha para entretener al lector,
motivar por el camino de la ciencia, concientizar sobre el alma y lo más
importante que conocieran la historia.
El Autor tiene una carrera en Ciencias de la Tierra, teniendo la
experiencia en la industria y por la ciencia, pero es un apasionado de
la Astronomía y la Física Cuántica y su meta en ser un científico
relacionado a su vida profesional.
La historia fue creada desde la infancia del Autor, conforme pasaban
los años, la historia se formaba hasta llegar a su final, pero fue
moldeada a lo largo de la vida profesional, orientándola al tema de
diversos temas de la ciencia.

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Dedicatoria

El libro está dedicado para mi madre Violeta Jacquez Cardona, quien


fue la primera mujer en darme amor y una excelente madre a seguir.

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Agradecimientos

Agradezco a toda mi familia por tenerme tanta paciencia y el apoyo


que me dieron por seguir escribiendo la historia. Agradezco a mi
prometida Karla, quien me inspiraba y corregía, además de ser mi
gran apoyo en la vida. Agradezco al personal de mi trabajo por
trabajar junto con ellos. Agradezco al grupo editorial Universo de
Letras de Grupo Planeta en la edición del primer libro.

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Sinopsis

Comienza el caos en el mundo, varias ciudades y pueblos son


atacados por Longus y grises. Abraham Cannot, Dr. Javier
Jacquez y Dr. James Gibson buscan la manera de arreglar la
situación. Damian Houck está escondido y herido, todos
buscan su cabeza para entregar a sus enemigos como ofrenda
de paz.
Travis Cannot está siendo sometido por otra entidad mucho
más oscuro, acecha su mente y sus sentidos hasta el punto de
volverlo loco, pero desencadenara un oscuro pasado, revelara
secretos, siendo el inicio del final.

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Pangea
Prólogo

El mundo gira alrededor del sol, su rotación es más lento de lo


normal, el continente Pangea comienza a humear en cada
rincón de su territorio. Parece estar quemándose o una especie
de erupciones volcánicas que cubren con sus fumarolas en toda
su atmosfera. Las ciudades están quemadas y destruidas, todo
está cubierto de cenizas, todo está extinto, sin vida y sin señal
de movimiento. Los bosques desaparecieron, los ríos se
secaron, los lagos están envenenados y los peces flotan, los
océanos tienen un tono oscuro y espumeante. las costas están
invadidas de animales marinos muertos, debido al mar
contaminado.
En una montaña, Travis Cannot se encuentra observando toda
la destrucción, su respiración empezó a sofocarlo de la
impresión, sus ojos están muy abiertos. Está boca abierto. No
lo podía creer, todo se había extinguido, toda la vida en este
planeta murió y estaba solo. De repente, el cielo rojizo y
amarillo comenzó apagarse, obligándolo a mirar el sol lo mejor
posible por la luz, para entender que sucedía. Su sorpresa fue…
al observar como el sol se deforma hasta desintegrarse, su
forma esférica desapareció, comenzó a desprender toda la
superficie, haciendo que toda su masa se dispersara en todo el
espacio, haciendo que la luz del día desapareciera poco a poco.
Su masa solar se desprendía de su superficie, formaba una
especie de dos colas, en una de ellas, se mostraba ser jalado por
una fuerza desconocida. En ese momento, escucha una voz.
- Travis….
Volteó para saber quién era aquella voz. Al girar, vio a una
persona parada detrás de él. Vestía una especie de túnica gris

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que cubría todo su cuerpo, tiene puesto una capucha en su
cabeza, le cubría la parte superior de su cara, apenas se podía
definir su boca y barbilla, su color de piel es blanco cómo la
hoja de un papel, parecía estar pálido, pero se observa en su
rostro que chorreaba una especie de líquido negro hasta su
cuello. apenas colgaba parte de su cabello largo de color blanco.
Estaba observando a Travis todo este tiempo.
- ¿Quién eres?- Retrocedió con nerviosismo-. ¿Qué
quieres de mí?
Aquella entidad comenzó a reír.
- Es el fin… Travis.
- ¿Qué fue lo que ocurrió?
- Esto es lo que pasa… cuando no eres cuidadoso…
- ¿Qué quieres decir?
- Cada decisión que tomas… puede ocurrir varios
eventos a la vez, como la mejor elección o la peor de
todas- la entidad se acerca hacia Travis. desconfiado de
saber quién era, retrocede el muchacho- no puedes
negarlo Travis. Debes elegir, tus opciones se acaban,
no puedes evitar lo que va ocurrir, si no haces algo.
- No entiendo - frunció el ceño- ¿Qué es lo que debo
elegir?
Travis dejo de retroceder, miró hacia atrás, y vio como todas
las montañas y lo que queda de la ciudad, estaban
desmoronándose y ascendiendo al cielo, todo estaba siendo
succionado por una fuerza mayor. No tenía a donde ir, dando
la oportunidad de la entidad en acercarse hacia Travis, frente a
frente, pero sus ojos estaban cubiertos por la capucha,
solamente hablaba.

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- Tu futuro está lleno de agujeros, tus posibilidades de
vivir se acaban- la entidad se torna serio, formando sus
labios una línea muy delgada- déjame ayudarte,
déjame entrar… ven a mí y evitaremos el caos.
Travis sus ojos refleja una serie de dudas. En unos segundos
comenzó a flotar, estaba siendo elevado hacia el cielo, comenzó
agitar sus brazos y piernas, estaba atrapado por otra gravedad
más fuerte. Mientras se alejaba del suelo, veía cómo se alejaba
de la entidad, contemplando la destrucción del planeta. Su
respiración se agitaba, no podía escapar, volteó hacia el cielo
para observar que sucedía, pero apareció un cúmulo de
cristales dorados, se movían hacia Travis para atraparlo. Abrió
su centro, se veía oscuro cómo una cueva, mientras el vidriado
se adhería hacia su cuerpo, capturándolo para tragarlo hacia su
centro oscuro. Gritaba por ayuda, suplicaba que esperaran y
preguntaba que sucedía, alzo su mano hacia aquella entidad
para que lo ayudara, pero su vista fue cubierta por todos los
cuarzos hasta oscurecer su entorno. De golpe, abrió sus ojos. Su
aliento fue atrapado por sus pulmones, permitiendo que se
levantara de su cama, recuperaba el oxígeno que le hacía falta
y su nerviosismo lo agitaba demasiado.
- Fue un sueño… solo un sueño. – dijo de forma
exaltado. Alzo su mano para cubrir su rostro, estaba
exhausto por la falta de sueño, exhalo de golpe para
calmar su estrés. Comenzó a recordar aquel sueño que
lo había atrapado Al mismo tiempo, recordó cuando
las pesadillas habían empezado. Todo fue desde que
conoció a Elena, la había salvado de ser raptada por
unos maleantes. Se habían hecho amigos, sus
facultades estaban en la misma universidad, mientras

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ella estudia la carrera de Derecho y Travis estudia la
carrera de Físico. Un día tuvo que acudir con su
profesor, Dr. Espejel, cuyo experimento que tuvieron
que realizar para una investigación, ocurrió un
accidente. Ahí, sus pesadillas comenzaron. Se quejaba
por los recuerdos y se irritaba- maldita sea. ¿Cuándo
acabara esta pesadilla?
Estiro su mano para alcanzar un vaso con agua que está en su
buró, pero se detuvo. Sintió que algo lo observaba, sentía una
incomodidad muy pesada, hizo estar alerta en su mente, miró
en la esquina oscura del cuarto y vio una figura humana, una
mujer sentada en una silla, era Esfenia mirando a Travis.
- El pequeño dimensionista tiene pesadillas- hizo un
sonido de placer- adoro verte dormir cuando te
retuerces de sufrimiento. – sus labios curveaban por
placer.
- Pensé que me deshice de ti. – vacilo para deshacerse de
ella.
- Recuerda, estoy en tu mente, en tu consciencia, no
puedes desprenderte de un espectro fácilmente.
La mujer se levantó para dirigirse hacia Travis, alejándose de
la oscuridad donde estaba, permitiendo que la luz de la luna
viera su cuerpo. Esfenia es una entidad femenina, su piel está
cubierto de cristales dorados, vestía de un estilo árabe, una
falda adornada con piedras doradas y rojizas. Su torso y pecho
cubría un estilo de tirantes con cristales que colgaban al
margen de su curvatura de las costillas. Su cabello negro
brillaba con el reflejo de la luz de la luna teniendo un corte
hasta sus hombros.

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- Aquel hombre tiene razón, en los momentos de
decisión, es cuando se forja tu destino- se mostró seria.
- Destino… refieres el final del tiempo. – sus palabras se
tornaban pausadas por el nerviosismo.
- Dimensionista… sí que eres ingenuo. El tiempo es la
dimensión más importante, porque determina los
actos de la decisión.
- Tiempo… el sueño… ¿Estará advirtiendo algo?
- No lo sé– vaciló por un momento- o simplemente sus
palabras están vacías, intuye en tu mente y tiene fuerza
en su boca, su identidad parece ser muy oscura. –
apretó sus labios por una serie de dudas y miedo. -
Jamás había visto algo así.
- Pareces preocupada Esfenia. - dijo Travis de forma
burlona.
- No por mucho tiempo, no tendrás opciones para
decidir, dimensionista.
La entidad femenina continúa de pie, contemplaba a Travis en
la cama, imponiendo en la conversación. Con ello, su sonrisa
apareció y su cuerpo comenzó a desvanecerse como una
especie de neblina.
- Sí que eres ingenuo dimensionista- lo miraba
fijamente, amenazaba con sus ojos, mostrando miedo
para poder controlar a Travis- me subestimas
demasiado, dimensionista. Recuerda que te paso
antes. Recuerda como Quetzal te destrozaba, como
Cartier te arrastraba en el suelo. Deseaban tu muerte,
Damian Houck te sigue persiguiendo… y te atrapara.
Al final, todo acabara…- cuando dijo sus ultimas

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palabras, su cuerpo comenzó a desvanecerse como la
niebla, se difuminaba constantemente. Desapareció
dejando un vacío en la habitación.
Travis yacía sentado en la cama, suspirando por la reunión con
Esfenia, algo lo incomodaba, sus pesadillas continúan desde
que se fueron de Santa Teresa, no se sentía el mismo,
usualmente siente escalofríos y alucinaciones, ¿Sera por la
batalla con Damian, que debió marcarlo? ¿Esfenia estaría
intentando de poseer la mente? ¿Habrá enfermado aquella
fumarola de la cueva? Pero se siente mal y optó por volver a
dormir, tomando una pastilla para recuperar el sueño, sus ojos
miraban el cielo de la habitación, pensando en que las
pesadillas ocurrían todos los días, algo le preocupaba.
Conforme pasaban los minutos, sus ojos se cansaban, siendo el
efecto del medicamento hasta que pudo conciliar el sueño.

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Presa
La noche había llegado, la brisa abunda en el bosque de las
montañas rocosas de la zona Oeste de Pangea. En el distrito de
Laurencia, está un pueblo… Orquidea, ubicado en el estado de
California (Estados Unidos se encuentra en el cratón de
Laurencia). Este pueblo, está habitado por doscientas personas,
siendo una colonia muy humilde por las personas, rodeada por
pastizales y ranchos, siendo el pilar de su economía local. El
paisaje está repleto de pinos y montañas de doscientos metros
en promedio, debido que está en el cinturón montañoso del
Oeste de Pangea, originado por la placa tectónica Laramide.
Algunas de las montañas son volcanes activos por la misma
placa, y Yellowstone está más activo que nunca.
Los habitantes están en sus casas, nadie estaba en las calles,
solamente había hombres que bebían en un bar del pueblo, su
consciencia estaba cegada por el alcohol. La mayoría del
pueblo se reunían en aquel bar, para pasar la tarde hasta
regresar a sus casas en la noche, después de un día de trabajo
duro.
Un hombre sale del bar, sostiene su botella firmemente, pero
sus pasos son inestables por la pérdida del equilibrio. Cantaba
y deliraba fuera del bar, alzaba su botella al cielo para brindarse
a sí mismo, era momento de regresar a casa. El borracho se
despedía de sus amigos del pueblo, brindando por la amistad
que tienen desde niños. Continuó caminando y tambaleándose
por todas las direcciones, caminó hacia la esquina cuya
camioneta se encuentra estacionada ahí. El hombre mete su
mano en la bolsa, tardo demasiado en buscarlas… no estaban
sus llaves.

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- Rayos… olvide mis llaves– dijo con brusquedad y
amargura.
El hombre estaba demasiado borracho y cansado para regresar
al bar para buscar sus llaves, tal vez sus amigos lo ayudarían a
encontrarlas, y se los darían hasta su casa, así que, decidió
caminar a su casa. Su hogar se encuentra en la esquina del
pueblo, no estaba lejos, sólo tendría que caminar unas siete
cuadras. Continuó caminando hacia la dirección de su hogar,
cantaba algunas canciones de mariachis y rancheras, junto con
algunas canciones de genero Country. Algunos vecinos se
despertaban por el ruido del señor, ya que el silencio abunda
constantemente en el pueblo. Algunas casas prendían las luces,
otras ventanas abrían sus cortinas para revisar quien era, pero
al revisar, solamente veían aquel hombre caminar y volvían a
dormir. Camino tres cuadras el borracho, estaba en medio de
la calle, sus pasos se escuchan por el crujido del suelo, los
cristales se acomodaban por el peso de sus pies, pero no era el
único sonido…, otros pasos comienzan a escucharse detrás de
él. El hombre no captaba el sonido, debido al alcohol en su
sangre, su mente no tomaba atención, los pasos comenzaron a
ser más fuertes, más rápidos, continúa caminando sin
preocupación. El panorama se enfoca en el rostro del borracho,
teniendo un aspecto arrugado, su piel bronceado por el
constante sol, sus ojos están rojos por el alcohol, su cabello
contiene canas, estimando ser un hombre de la mediana edad.
Detrás de él de manera borrosa el enfoque, se observa una
persona siguiéndolo, está a su espalda, tiene una forma muy
delgada y alargada, su figura esta oscuro, casi totalmente
negro, casi se combina con la oscuridad de la calle. Los pasos
del hombre pararon, sintió una presencia detrás de él, giró

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media vuelta para revisar quien era, se dio cuenta de aquella
figura que está observándolo, se molestó que lo observaran y
pregunto.
- ¿Qué? ¿Se te ofrece algo?
Aquella sombra negra se quedaba quieta, no decía ni una
palabra, el borracho uso un gesto de fastidio y continuó
caminando, aquella figura se quedó quieta en su lugar. Pero se
escuchó una serie de pasos al lado del señor, giró al lado
izquierdo para ver que era… hasta que apareció otra figura
dirigiéndose a él, alzándose para atacarlo como si fuera un
depredador atacando a su presa, abrió la boca con filados
dientes, haciendo gritar de miedo aquel borracho, gritaba y
gritaba por ayuda, pero su grito no duro… en ese momento,
comenzaron aparecer varias figuras alargadas. Salieron varios
humanoides en la oscuridad, comenzaron a entrar hacia las
casas, los gritos de las familias abundaron al pueblo, los demás
se alertaron, algunos comenzaron a huir, otros se enfrentaron
a disparar con sus escopetas, los utilizaban para casar jabalís,
otros se escondieron en sus camas o debajo de los pisos. El caos
abundo en el pueblo.
En la oscuridad, aparece un humanoide alargado y delgado, su
piel es pálido, sus ojos eran de color verde claro, su rostro era
de una persona, pero sus colmillos aparecían en apreciar el
caos. Eran Longus (Homo Longus), humanoides muy altos,
caracterizados por ser largos y delgados, y a diferencia del ser
humano, tiene colmillos para defenderse, tendiendo a ser muy
agresivos como cualquier animal salvaje. Esta especie apareció
en las reuniones que preparaba Damian Houck, pero ante el
suceso de la conferencia y la desaparición del señor Houck,
nadie sabía que podría ocurrir. Aquel Longus estaba en medio

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de la calle, donde se encuentra enseguida de aquel borracho
muerto y aparece otro a su lado.
- Señor, tenemos rodeado el pueblo– dijo con firmeza,
su respiración estaba agitado y sus manos están
cubiertos de sangre.
- Bien, que no quede nadie con vida. – siguió
contemplando el lugar.
La matanza del pueblo continuo, los disparos se escuchaban,
los gritos abundaban por todos lados, hasta dejar a nadie con
vida.

Mientras tanto, en el distrito Gondwana, en Rio de Janeiro está


en la media noche, la humedad del bosque abunda en la
ciudad. El paisaje es abarcado por una planicie, junto con
montañas muy pequeños (cincuenta metros). La misma ciudad
rodea un gran lago de cincuenta mil hectáreas y es abastecida
por la misma pesca. En la zona Este de la ciudad, estaban una
serie de montañas más grandes, siendo muy notorios en la
planicie del lugar.
En esa misma noche. Los gritos de las personas están por todos
lados. Las personas están siendo atacados por personas de
color grisáceo. Las familias corren, algunos son apuñalados por
los grises (Homo Griseous), siendo de tamaño de un humano
normal, son como ellos, pero son diferentes por el color gris de
su piel y sus ojos morados.
Varias personas se escondian de ellos, pero las calles están
repletas de muerte, los que están vivos son atrapados hasta
llevarlos a una plaza para ejecutarlos o tomar otra decisión. Al
reunir bastante gente, un líder de los grises aparece, vestido de
manera diferente, con un tipo de ropaje color morado tipo

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griego, amarrado por un cinto café, mientras los soldados
visten del mismo ropaje, pero de un color café muy claro. El
líder toco su cabello para peinarse hacia un lado, dejándose un
fleco.
- Parece que sus antepasados no los enseñaron a vestir
bien – dijo de forma engreída.
Una mujer se acerca hacia el líder, pero la sostienen para
ponerla junto con la multitud de personas, acompañado con
algunas palabras.
- ¿Por qué nos hacen esto? – su pregunta acompañaba
su desesperación y lágrimas.
El líder tuvo su atención hacia aquella mujer, comenzó
acercarse hacia ella, pero alguien disparó desde lejos, él saco
una daga desde su cadera, logrando cubrirse de la bala,
contrataco al francotirador, donde se encuentra desde el techo
de un edificio, estaba a cien metros de distancia, lo suficiente
para tener un tiro certero, permitiendo que el líder apuntara
con su daga delgada, apuntando al francotirador, para
comenzar a disparar… matando a la persona que ayudaba a los
rehenes. El hombre cayo en el techo del edificio muerto. Había
sido incrustado en la frente por una especie de espina de hierro.
Mientras el líder aprecio el disparo que realizó de su daga,
prosiguió con su víctima.
- Por el poder… ustedes nos insultaron, sus líderes
piensan en cancelar el tratado que tenemos desde hace
miles de años, trabajamos con su raza, pero el Homo
Sapiens olvida fácilmente.
La mujer no entendía ni captaba lo que decía aquel líder, sus
lágrimas escurrían en la piel, mientras intentaba suplicar que
la dejaran en paz.

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- ¡Son unos monstruos! – gritó con desesperación.
- No, nosotros fuimos sus dioses… y seguiremos
siéndolo.
El líder alzó su mano para dar una orden, haciendo que todos
sus soldados desenvainaran sus dagas. La multitud comenzó a
gritar de miedo, suplican la vida de sus familiares, el líder
aprecia el sufrimiento de la gente, sus ojos se enfocaron en
ellos, concentrándose en la orden que dará, pero un terremoto
los interrumpe. Todo comenzó a temblar, el líder está
sorprendido por el temblor, todos los oficiales están
observando por todas las direcciones. Observaban cómo las
paredes se sacuden por el sismo, mientras su jefe hablo.
- No se alarmen, es solo un temblor…
Todos se enfocaron en él, pero empiezan a salir una serie de
grietas en el concreto, todos miraron cómo se rompe el suelo y
todo comienza a elevarse. El área donde se encuentran los
rehenes, se elevaron por un bloque de tierra repentinamente.
Todos los soldados vieron alzar a todas las personas, y su líder
dio la orden de seguir y ejecutar a los civiles, pero comenzaron
a caer los soldados grises, habían sido disparados varias veces,
mientras su líder comenzó a cubrirse de distintos tiros,
impactándose con varias balas donde lo apuntaban en las
piernas, pecho y cara, pero sus soldados no tuvieron suerte.
Algunos de ellos pudieron sobrevivir.
En un instante, varias personas vestidas de camuflaje, salieron
desde algunas casas de la ciudad, comenzaron a llegar varios
soldados del Distrito Gondwana, dando apoyo a los civiles de
Rio de Janeiro. Los grises se dirigieron hacia las personas para
atacarlos, pero varios fueron disparados, algunos de ellos
tienen propiedades como las personas, de los pocos que eran,

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se observa que los grises comienzan a deformar todo su cuerpo,
doblando el espacio para no ser disparados, otros casi
desaparecen, pero no, utilizando otra propiedad de intuir en la
tercera dimensión hasta llegar a la segunda, siendo su cuerpo
como si fuera una hoja de papel, permitiendo que puedan
asesinar a su enemigo. Todos los soldados de Gondwana
atacan a los grises, algunos de ellos se dificultan en vencerlos,
pero otros utilizan la propiedad de inyección de gases,
permitiendo controlar las partículas gaseosas, sacándolo desde
un tanque de Ácido Sulfhídrico, que carga desde la espalda del
soldado Gondwana, matándolos en un instante a los grises que
son difíciles de golpear.
El líder se dirigía hacia arriba donde están los civiles, apenas
que comienza a escalar. En el aire vuela un pedazo de pared
que se dirige hacia él. Sorprendido, se lanzó a un lado para
esquivarla, impactando el concreto donde se encontraba él. Se
desprendieron esquirlas y pedazos del bloque. Aquel líder se
levanta en un segundo, debido a la agilidad que tiene para ver
quién le había lanzado eso. Al voltear, observo cómo se acerca
una persona.
- ¡Déjalos en paz! - grito aquella persona.
El líder vio a una persona de raza negra, vestía de una camiseta
de color negro con pantalones del diseño de camuflaje, tiene
unas botas muy toscas para resistir a los impactos, su cabello lo
tiene muy corto, su rostro es un poco tosco y su cuerpo es de
corpulencia ancha y fuerte. Se apoyó sobre una pared de la casa
con su mano.
- No eres bienvenido ¡LARGO!
El líder gris sostuvo su daga con fuerza, para prepararse de
otro impacto y hablo en un idioma desconocido, pero no logro

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entender aquella persona. exigió que hablara en su idioma, por
que escucho comunicarse bien con los civiles.
- Tuve que entrar en la parte trasera y darles una
sorpresa.
- Damian ya no está para cubrirlos, todos saben de
ustedes y de otras dimensiones. ¡Ahora lárguense!
- Yo estaré encantado de irme, pero soy como tu… solo
recibo órdenes y las cumplo, aunque cueste mi vida.
Aquel hombre aprieta sus dedos en la pared, haciendo crujir
los bordes. la casa comenzó a quebrarse hasta formar un bloque
grande, lanzándolo contra aquel humanoide gris. El líder fue
golpeado por un pedazo de la casa, no tuvo tiempo de
esquivarlo hasta ser lanzado al otro lado de la plaza, todos los
escombros cayeron hasta cubrir por completo el cuerpo. Aquel
soldado de Gondwana se acercó entre los escombros,
hincándose para poder tocar uno de los escombros y comenzó
a crujir. El hombre se concentró para encontrar el cuerpo, hasta
que abrió su boca, siendo un signo de descubrir el cuerpo. En
un momento, comenzaron a prensarse los escombros, hasta
tener una forma cubica. En la nanoestructura de los escombros,
empezaron a unirse los cristales de silicatos, carbonatos y
óxidos con otras moléculas que están separados, uniéndolos
para modificar el enlace Iónico. Aquél soldado, tiene la
propiedad de controlar el Silicio, Aluminosilicatos, Fierro y
Niquel, además que puede modificar la fuerza del enlace Iónio
de los átomos (fuerza que une dos o más átomos). Con ello,
pudo unir y formar un bloque hasta levantarlo del piso,
solamente se observa la cabeza del líder, estaba casi
desmayado por el impacto.

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- ¿Quién eres? - pregunto el soldado, exigiendo y
molestando al gris para que no se desmayara.
Aquel gris comienza a toser por la obstrucción de los
pulmones, el bloque no le permitía respirar bien.
- Valla… me tomaste de sorpresa, no creía terminar
así… soy… el capitán Tristan… de la especie… Homo
Griseous.
- ¿Por qué están aquí? ¡Habla!
El soldado toco el bloque para mover las partículas,
contrayendo más el cuerpo del gris muy poco, pero lo
suficiente para hacerlo sufrir, él se quejaba del dolor en todo su
cuerpo.
- Nosotros… hace… miles de años… nos consideraban
dioses – sus labios sonrieron por el orgullo que sentía.
- No tengo tiempo para rodeos… - se irritó por la burla.
Sus dedos se movieron para contraer más el bloque, y el líder
se quejaba más de dolor.
- Damian Huck… tenía todo controlado, pero un
muchacho… un dimensionista… nos indicó que él… es
un espectrurus llamado Barel… ¡eso es traición!
- Eso no me sirve…
Aquel soldado apretó levemente el bloque, para hacer sufrir
más al gris.
- ¡Espera!... mis líderes, mis gobernantes, nos dieron la
orden de asesinarlo, ¡Es una entidad totalmente
destructora! ¡Podrían acabarnos en un instante! – su
rostro había cambiado de expresión, su nerviosismo
comenzó a crecer.

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- Y ¿Por qué vinieron a este lugar? ¡Él está en el Sur de
Laurencia! ¡Habla! – lo miraba enojado
- Nosotros venimos… a enseñarles quien manda… - sus
risas aparecieron, pero tosia por la obstrucción del
bloque.
El soldado está sorprendido y molesto por el objetivo del gris.
- Con esto… tendrán guerra… o quiero decir… una
masacre…
Apoyo la mano y con sus dedos abiertos, cerro totalmente sin
desprenderse del bloque, contrayendo totalmente donde se
encuentra el gris hasta matarlo, los pulmones se cerraron,
colapsándolo completamente. Al terminar, el soldado apoyo su
cabeza sobre el bloque, se sentía estresado y pensativo,
acompañado con una maldición. Se dirigió donde se
encuentran los otros soldados, pidió un teléfono. Uno de ellos
tenía uno, se lo dio para que pudiera llamar. Marco unos
números y alzó un teléfono… contestaron.
- Doctora… - dijo el soldado.
- Leon Boyer… sí estas vivo, entonces cumpliste – se
tornó un tono sarcástico.
- Sí, fueron los grises, acabamos con todos…
- Bien, necesito que lleguen al cuartel y envíen el
reporte.
- Sí… y ¿Cómo sigue la situación?
- Algunos fracasaron… algunos países no tuvieron tanta
suerte, enviamos apoyo, pero parece que estaban más
preparados.
- ¿Qué quiere decir?

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- Hubo más de cincuenta ataques… diez de ellas fueron
contra presidentes y ministros, solamente cuatro se
salvaron y cuarenta fueron en pueblos y ciudades.
- ¿Qué países tuvieron éxito de ahí?
- Londinum, Italia, Ambul y Naciones Unidas, pero
todavía vienen algunos ataques…
- Bien le diré a los muchachos que estén preparados.
- Señor Boyer… después de enviar su reporte, puede ir
a CIO (Centro de Investigación Ouachita), necesitaran
apoyo.
Leon se puso contento al saber que puede ir ahí, respondiendo
muy feliz hacia la doctora.
- Claro, estaré encantado.
Cortan la llamada, la doctora está sentada en su escritorio,
apoya sus dedos en su frente para contrarrestar su estrés.
Suspira por un segundo y presiona algunos botones del
teléfono para marcar a otra persona, se poyo el teléfono en su
cabeza para responder.
- ¡Javier Jacquez! ¿Cómo estuvo tu estancia en Italia? –
su tono de voz se volvió muy energético.
- ¡Angélica! de maravilla, tuvimos a unos visitantes, los
invité a tomar un café o un espagueti, pero no
quisieron mi propuesta, así que tuve que dormirlos –
hablaba de forma juguetona.
El doctor Javier Jacquez, es un Bioquímico, se encontraba en las
instalaciones del gobierno de Roma, está en una sala blanca con
algunos cuadros en la pared, dando un diseño antiguo de arte.
Él vestía un saco negro para el frío, su aspecto es el mismo, con
su barba y pelo café con su piel moreno. En el suelo se

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encuentran varios grises en el suelo, están dormidos por una
atmosfera de color amarillenta, siendo una neblina de polen
que afectó a los grises, hasta el punto de dormirlos.
- Oye Angélica, quiero invitarte a una cita aquí en Roma
¿Qué te parece?
- Gracias, quizá otro día, por ahora estoy ocupada con
los distritos.
- Muy bien, entonces estaré ansioso para que aceptes mi
cita. Además, espero que nos apoyen con más recursos
a nuestras investigaciones… y nuestra cita.
- Lo harán, sólo si cumples con lo tuyo- colgó.
Dr. Jacquez guardó su celular en el saco, mientras observa a los
grises en el suelo y optó por irse del lugar. abrió una puerta de
madera antigua para ventilar el lugar. Observó algunos
oficiales de seguridad del gobierno en un pasillo del edificio.
- Señores, antes de entrar, pónganse una máscara de
oxígeno– pasaba en medio de los guardias de
seguridad, mientras lo miraban con sorpresa- esperare
la reunión con el ministro de Roma en otro momento.
- Claro. - dijo uno de los oficiales con un tono cantado
del idioma español.
Todos los oficiales empezaron a coordinarse, otros se fueron
por máscaras, mientras Dr. Jacquez se retiraba del pasillo hasta
salir del edificio. En la salida del lugar, está invadido por
patrullas y ambulancias, todos se reunieron para salvar a los
gobernantes. La policía de la ciudad, pusieron cercas para
evitar el ingreso de personas, debido a la curiosidad del suceso
y evitar reporteros. Dr. Jacquez bajaba de las escaleras, se
dirigió hacia un vehículo, diciéndole a un oficial.

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- Me puede llevar a mi hotel por favor, en unas horas me
reuniré con ellos. – dijo cordialmente al oficial.
- Sí señor.
Al entrar al vehículo, el oficial sube al carro para manejarlo,
curioso por lo que paso, pregunto antes de acelerar.
- Disculpe ¿Cómo alguien como usted… pudo acabar
los grises en un instante?
- La fuerza no lo es todo, a veces… solo necesitas tener
mucha imaginación y agilidad. Las decisiones son
espontáneas.
- Ya veo.
El oficial termino la conversación, no podía conversar tanto con
el doctor. Acelero el vehículo y se fueron del lugar. Dr. Jacquez
se relajó en el asiento, contemplando cómo pasaba las calles de
la ciudad, observa los edificios antiguos, pensando y
analizando por lo ocurrido.
- Parece que… las cosas se pondrán mucho peor…
Saca un frasco de su saco, era vino que consiguió en las tiendas
de Roma, con ello, empino la pequeña botella para saborear el
sabor amargo de la bebida. Miraba las montañas de la ciudad,
están más altas de lo normal, debido que están cerca del
cinturón Ouachita-Apalachiana. Pensó en cómo seguirá Travis
en la ciudad Chuviscar, tal vez las cosas estarían tensas, o los
sueños que tiene todos los días, las visiones y alucinaciones que
tiene constantemente, lo tiene preocupado. Pero, además,
Damian todavía lo está persiguiendo, ahora está desesperado
por utilizarlo, ahora que el comité dimensional está
quebrantado…. lo persiguen. Él es un espectrurus atrapado en
el cuerpo, perdería toda la conexión de esta dimensión, sí su
cuerpo muere y no recuperaría toda su esencia. Ahora Cartier

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está muerto, quien era el general de la estación de oficiales de
Chuviscar. No pueden controlar libremente la autoridad de la
ciudad… ahora tienen que hacerlo en las sombras.
- Ten mucho cuidado Travis. - pensó Dr. Jacquez.

Mientras tanto, en la mañana de ciudad Chuviscar, ubicado al


Sur del distrito Laurencia, estaba casi en la frontera con distrito
Ouachita. La ciudad es una región montañosa, con una mezcla
de un clima árido y desértico, el lugar contiene dos ríos que
desembocan en la misma ciudad.
En la casa de Dr. Jacquez, alguien se acerca a la puerta. Una
mujer había llegado, su aspecto es de cabello negro muy
brillante, con sus ojos cafes oscuros, sus labios carnosos con un
lunar en la parte superior del labio, vestía de una blusa blanca
con pantalones negros y zapatos de color piel. Toco la puerta
con brusquedad. Alguien se acerca a la entrada con un grito, se
quejaba por el apuro que tenía en abrir.
- ¡Ya voy!
La puerta se abre hasta encontrarse con aquella mujer, había
aparecido Dylan Cannot, siendo el hermano intermedio de los
tres. Tenía el pelo alborotado, debido que tenía poco tiempo
que había despertado, su pelo es lacio y oscuro, tiene su
mentón afilado y sus ojos son redondos y de color verde.
- Hola Elena, ¿Buscas a Travis?– apareció Dylan, vestido
de su ropa para dormir.
- Hola Dylan, si, ¿Se encuentra en casa?
- Claro, pase– Alzó su mano para indicarle que entrara.
Elena entro a la casa, habían pasado tres semanas desde el
incidente de Damian Houck, ahora los hermanos Cannot están
descansando en la casa de Dr. Jacquez mientras reconstruyen

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su casa. Elena se dirige en la sala, se sentó en uno de los sillones
de la casa, sólo paso dos minutos y baja una persona deprisa
mientras se pone una playera. Al bajar mira a Elena con
asombro, estaba despeinado, debido que se acaba de despertar.
- ¿Elena? ¿Qué haces tan temprano?– preguntó Travis
mientras se acomoda su playera e intentaba peinarse,
deslizando sus mechones desordenados.
- Hola buenos días, si… amanecí muy bien – dijo con un
tono molesto.
- Perdón, buenos días, ¿Cómo amaneciste?
- Bien… pero quería verte para algo importante Travis.
Travis se sentó en el sillón, para acompañar a Elena. Él tiene su
aspecto de un joven de 19 años, con cabello castaño y boca
mediana, sus ojos son diferentes, tiene su iris en forma de
rombo en vez de ser circular, tiene pupilas ralladas como la de
un tigre, vestía una camiseta y una pantalonera.
Elena se dirige hacia la televisión de la sala, prendiéndola para
cambiarlo a un canal de noticias.
- ¿Qué sucede Elena?– miraba a Elena con curiosidad.
- Mira…
El canal de noticias mostraba varios sucesos de asesinatos en
todo el mundo, la vocera hablaba para informar los sucesos.
- Una multitud de personas fallecidas en plazas de las
ciudades, gobernadores, varios oficiales y presidentes
muertos. Aparecieron una especie de terroristas con
formas extraños, algunos con máscaras, otros con
barbas muy largas en grupos, otros con su tono de piel
muy diferente a la nuestra y otros que son muy largos,
están masacrando a distintas ciudades, solamente diez
países fueron afectados con sus presidentes, cuatro

23
fueron salvados, y ahora están tomando medidas y
protección para todos.
En la noticia cambió de cámara hacia un líder, indicando el
título de la persona. Mathew Codwell, Secretario del distrito de
Laurencia, vestía un traje negro, su aspecto tiende ser una
persona de mediana edad, su pelo es castaño y corto. tiene ojos
cafes claros, sus cejas son muy delgadas con una boca alargada
y nariz pequeña. Alzó sus manos para comenzar su discurso.
- Varios inocentes fueron asesinados brutalmente,
tomaremos medidas sobre la situación, a los terroristas
no se perdonarán, los capturados serán ejecutados
para que paguen por las familias que perdimos, a los
que amamos. Y eso. Estarán seguros, ¡habrá justicia!
Travis y Elena están sentados viendo la televisión, mientras
Dylan se encuentra en la cocina, observando también la
pantalla. De repente. Aparece repentinamente el hermano
mayor, Abraham, abriendo un espacio del vacío, cómo si
abriera una puerta a otra dimensión, dando un salto con la
cuarta dimensión hasta llegar a otra realidad.
- ¡Aaaaah!, pero ¿Que rayos?– Elena reacciono
repentinamente, abrazo el brazo de Travis por
protegerse de algo.
- Perdón, te asusté, tuve que venir de este modo- dijo
Abraham con nerviosismo, debido que sintió
vergüenza por asustar a Elena.
- Deberías de entrar como una persona normal– se
estresó Travis por la aparición repentina de su
hermano.
- Lo sé, pero vine como pude– suspiró– es urgente lo que
tengo que decir.

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- Si, están atacando por todo el mundo, es un término
que usan mucho- dijo Elena.
- Si, ahora que detuvimos a Damian, estamos bajo
amenaza de otras dimensiones, estoy vigilando en
otros planos dimensionales para ver los grises.
Algunos solo mueven oficiales para sorprender a los
gobernadores, otros envían casi una docena de tropas
para asesinar a las personas– Abraham cruzó sus
brazos mientras explicaba. Tiene la misma forma de
ojos como Travis, de color verde. Tiene la misma forma
de barbilla como Travis, su cara era más robusta que la
de sus hermanos. A diferencia de ellos, su corte de
cabello lo mantiene corto, junto con un fleco pequeño
que cae a un lado de su frente.
La televisión sigue encendida, mostrando la imagen de
Mathew Codwell y sus entrevistas con los reporteros.
Distrayendo cada vez más a Elena.
- Él estuvo en la reunión del comité, no pensaba que
fuera alguien importante.
- Claro, él es muy duro y difícil de discutir con él, ha
ganado muchos debates en situaciones políticas. La
doctora Angélica tiene mucho respeto hacia él, pero
con esto, será muy difícil- dijo Abraham con seriedad.
Dylan se acerca hacia la sala, junto con una taza de café para
Elena, ella agradeció por la bebida, mientras Dylan intenta
hacer un comentario.
- Tuvo que negociar con los extradimensionales, pero
todo se salió de control.
- Damian Huck se encargó del trabajo, era clasificado,
pero parece que aprovecho la oportunidad de

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vigilarlos, analizarlos y planear. Pero algunos de los
seres, utilizan la esclavitud, usando a las personas más
necesitadas para aprovecharse de ellos, así, podría
mantenerlos contentos. - dijo Abraham.
- ¿Mathew sabe de eso?- pregunto Elena.
- Él no lo sabe, pero parece que se está desencadenando
todo por los ataques, está tomando medidas y
protección. Conociéndolo, deberá reunirse con ellos
para llegar a un acuerdo, sólo hasta que las cosas se
calmen.
- Entonces ¿Lo que hicimos fue peor?- pregunto Travis
con brusquedad.
- Puede ser que sí o, el inicio de una revolución y el
inicio de un tratado…
Travis apretó sus manos para quitar su estrés, está pensando sí
sus acciones que realizó fueron correctas o empeoraron las
cosas.
- Por mi culpa murieron tantas personas…
Abraham se acercó a él, alzó su mano para tocar su hombro,
consolándolo para que se calmara.
- No tienes que culparte, había un problema y lo
solucionamos, ahora se generaron nuevos problemas y
tenemos que solucionarlo, es parte de vivir, de crecer,
madurar y aprender. No estás solo Travis. Lo haremos.
Abraham sonrió para mostrarle simpatía a su hermano menor.
Travis se tranquilizó junto con un suspiro.
- Tienes razón– sonrió y miró a su hermano.
- Bien, deben de tener cuidado, ahora no podremos
esconder nuestras propiedades, en caso que empiecen

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a invadir la ciudad, protejan a todos. La General
Raquel nos ayudara con sus oficiales- dijo Abraham.
- ¿Por qué crees que estás tan seguro de eso? - preguntó
Elena. Le invadía la curiosidad en sus ojos.
- Por qué todavía sigue en esta ciudad.
Dylan observaba minuciosamente a su hermano mayor, lo
analizaba detenidamente, averiguando que otros secretos
puede tener.
- No pensaba que fuera tan estúpido. nadie se quedaría
en la ciudad cómo escondite.
- Eso es porque atravesé su estómago, debió ser tan
grabe que no pudo salir de la ciudad- dijo Travis.
- Quetzal debe estar con él, protegiéndolo ante cualquier
amenaza- dijo Dylan.
Todos pensaban ante el problema, por el momento, deben de
esperar cualquier evento. De repente, Travis sintió vértigo y
nauseas, apoyo su cabeza sobre su mano derecha, el dolor
aumento considerablemente, sus ojos los cerraba
forzosamente. Elena lo observo y preocupada pregunto.
- ¿Todavía sigues sintiendo jaquecas?
- Sí, cada vez es más fuerte.
Sus ojos se fruncían, apretaba sus dientes para calmar el dolor,
mientras Elena preguntó dónde están los medicamentos para
dolor de cabeza, Dylan apunto a una puerta de la cocina. Se
alzó a la cocina y regresó con las pastillas para Travis. Se trago
de golpe junto con un sorbo del café. Pero el dolor no cesaba…
escuchaba voces y susurros que lo llaman, ecos que golpean a
su oído. El dolor era tan fuerte que tuvo que acostarse del
sillón, apoyándose sobre las piernas de Elena, tuvo que cerrar

27
sus ojos para calmar el dolor y esperar que el efecto de la
medicina haga efecto. Dylan suspira para comentar.
- No ha podido dormir en días, tiene pesadillas, habla
solo en su cuarto… como si estuviera alguien con él–
dijo bruscamente.
- Él no es esquizofrénico.
- No podemos descartar esa idea Elena, los síntomas son
claros en él.
- Pero recuerda el análisis de Dr. Espejel– Abraham
miraba a Travis con preocupación.
- ¿Su máquina que analiza almas?– sus palabras
hicieron voltear a Abraham, tenía la mirada de
embestirlo.
- Eso es un apodo Dylan. Esa máquina permite analizar
las partículas subatómicas que incide el cuerpo
humano, recuerda que la mente es cuántica. Además,
polarizó dos direcciones opuestas los fotones, una
persona normal y cualquier ser vivo, debe polarizar
solo una dirección. No dos.
- Había mencionado que una mujer habla con él, ella es
la causante que tenga esa propiedad de cristales- dijo
Elena.
- Sabemos el informe, debemos llevarlo con Dr. Espejel,
él debe saber que hacer- dijo Abraham.
Todos escucharon la sugerencia de Abraham, debido que todo
comenzó desde aquel accidente, Dylan acertó en conseguir una
solución a este problema, Elena miró a Travis cómo sufría ante
los pasmos y dolores que contiene. Está agotado por no dormir

28
desde hace días, acaricia su cabello para consolarlo y hacerlo
sentir bien.
Todos se dirigieron hacia la camioneta y Dylan cargaba a su
hermano menor sobre su hombro, se fueron hacia la
universidad, cruzaron por un par de colonias de distancia
hasta llegar al estacionamiento. Dr. Espejel estaba
esperándolos, Abraham había llamado con él durante el
traslado, comentándole la condición que presenta Travis.
Espejel los guío hacia un consultorio. Al llegar a la habitación,
se percató en la entrada el letrero de doctora Valentina
Carrasco.
Ella los estaba esperando en su escritorio, indico a los jóvenes
que pusieran al paciente en el sillón inclinable, lo acostaron ahí
y se dirigieron hacia la doctora mientras ella se presenta. La
doctora vestía de un pantalón negro con camisa blanca, usa
lentes, su apariencia oscila de cuarenta años, teniendo cabello
negro con ojos verdes y su barbilla afilada.
- Hola, soy la doctora Carrasco, analizare al señor
Cannot, me comentó Dr. Espejel sobre su situación e
hipótesis que tiene sobre él.
- ¿Estará bien?– la preocupación de Elena era más
notorio que los demás.
- Todavía es muy pronto, evaluaremos su condición
para averiguarlo.
Alan Espejel se dirige hacia los hermanos Cannot y Elena, para
captar la atención.
- Dejemos que haga su trabajo, pueden acompañarme,
relájense por el momento.
Se relajaron en las palabras de Alan, agradecieron a la doctora
por ayudar a Travis y se retiraron. Espejel los llevo hacia la

29
cafetería de la Universidad para conversar, mientras la doctora
se sentó con Travis en su sillón, tomo su grabadora para la
consulta con su paciente y archivarlo en su investigación.
Tomo una libreta para apuntar las interpretaciones, enseguida
tomo un frasco con chile seco, prendiéndole fuego para crear
una irritación en la nariz, lo puso sobre el rostro del paciente,
haciéndolo despertar junto con dolores de cabeza muy fuerte y
tosiendo con mucha fuerza debido al olor picante.
- Señor Cannot, mi nombre es Valentina Carrasco, soy
su terapeuta y realizare algunos ejercicios para evaluar
su condición– dijo con un tono suave para persuadir
con su paciente.
Travis se apoya su mano hacia sus ojos, siente una molestia
muy fuerte, su voz parece estar apagado y ronco.
- Señor Cannot ¿Sabe por qué siente dolor?
- Pienso que es por las pesadillas- frunce el ceño por la
desesperación- Esfenia, es la entidad, es ella quien me
molesta todo el tiempo- ante sus palabras la doctora se
acomoda en su lugar.
- ¿Por qué estás seguro de eso?- comenzó a escribir en
su libreta cuando realizaba la pregunta.
- Estoy seguro, porque la vi desde aquel accidente-
comenzó a recordar cuando hacia un experimento con
Dr. Espejel, estaba por hacer una incidencia de fotones
en una muestra de meteorito. Los Geólogos decían que
era más viejo que el sol- la importancia del análisis era
grandísimo, estaría en una investigación importante.
Nos preparamos para encender la máquina, pero me
equivoque de lentes. Todo paso muy rápido, me

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desmayé y comencé a ver esa mujer en mis sueños.
incluso despierto.
- Muy bien, muy bien- asentía mientras escribe algunas
notas- cuéntame más.
Los dientes de Travis crujían, comenzaba a desesperarse
mientras llegan los recuerdos acompañados de jaquecas.
- Esa mujer. Está desesperada por tener el control de mi
cuerpo, quiere salir- apretó sus puños con fuerza-
pensé que me deshice de ella, pero volvió- continuó
escribiendo la doctora para formular la siguiente
pregunta.
- Señor Cannot ¿Cuándo se deshizo de ella? Y ¿Cuándo
volvió aparecer?
- En Santa Teresa desapareció, pero volvió aparecer
cuando volví a casa, pero ahora no sólo sueño con ella,
ahora hay alguien más y todo está en caos.
- ¿Puede describirlo?- continuaba escribiendo
interpretaciones.
- No lo sé, no recuerdo bien- pensó la doctora un
momento. Tuvo una pausa de unos segundos.
Necesitaba llegar a raíz del problema y conocer los
sueños
- Haremos una hipnosis sobre usted.
La doctora le indica al paciente que se relaje, ella le da las
instrucciones, haciendo imaginar y recordar los sueños que
presenta. A los cinco minutos, su mente comienza a divagar, su
respiración se profundiza. Era la señal para comenzar a
preguntar.
- Señor Cannot ¿Qué vez?

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- Yo… estoy parado en un tipo de desierto.
- ¿Puede ver algo más?
Él comienza a fruncir su seño, se dificulta en describir y
comienza a tartamudear levemente.
- Yo yo, no no lo sé, sólo… veo humo… vapor… muy
oscuro…
- Tranquilo, espere que su entorno se vea más claro.
Su respiración comienza ser más despacio.
- Todo está destruido…
- ¿A qué se refiere señor Cannot?
- Todo parece estar quemado… el suelo comienza a
levantarse… el sol… desaparece, algo lo absorbe.
Valentina anota alguna de sus interpretaciones, pero algo captó
su atención.
- Alguien está conmigo.
- ¿Sabe quién es? – su curiosidad comenzó a rodear a la
doctora.
- No.
- ¿Puede describirlo?
- Está cubierto por una túnica gris… no veo su rostro, su
mejilla parece escurrirle una especie de… líquido
negro… me está hablando.
- ¿Qué dice?
- Me dice que… es el fin… llegara el fin.
- ¿Qué quiere decir con eso?
Travis comienza sentirse incomodo, se retuerce, algo lo
comienza a molestar. Sus movimientos parecen como una
persona electrocutada, o simplemente que algo lo hacia sufrir.

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- ¿Qué quieres? Aléjate– dijo bruscamente.
- Tendremos que parar– ordeno Carrasco.
- ¡Aléjate!
La doctora se acerca hacia su paciente, su mano se apoya hacia
el brazo de Travis para despertarlo, lo agita levemente, pero es
sujetada repentinamente y la sostiene fuertemente. Ella siente
dolor por el apretón tan fuerte, mientras le grita que despierte,
pero no responde ni una sola palabra. Se jalonea para soltarse
sin éxito, pero escucha una voz fuerte con ecos.
- Perdón por llegar de esta manera.
Ella se sorprendió por aquella voz, volteó hacia Travis y vio
que está despierto, la observaba detenidamente, sus ojos azules
de forma romboide se tornaron de color morado, mientras el
contorno blanco se tornó de color negro. Ella se congelo por el
miedo que sintió, algo había despertado en él.
- Doctora Carrasco… tanto tiempo sin verla.

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El portador

La doctora Carrasco está congelada de miedo por la mirada de


Travis. Cambió completamente su expresión, sus ojos son muy
penetrantes, la observan sigilosamente hacia ella, pero ya no
sintió fuerza alguna en su muñeca, tomo la oportunidad de
librarse de la fuerza que la sujetan.
- ¡Señor Cannot, es suficiente!
- Él no está aquí. Lamento que no pueda hablar con él
en este momento
Valentina camino hacia su escritorio, se necesita apoyarse de
un mueble, sostuvo una pluma como arma para su defensa y
exclamo.
- ¿Quién eres?... ¿Qué quieres?
Travis se puso de pie, al dar el paso, el suelo comenzó a
oscurecerse y las paredes comenzaron a escurrir un líquido
negro, mientras la doctora se puso nerviosa por lo que ocurre
en la habitación, pero él se acercó demasiado hacia ella,
mirándola fijamente con sus ojos morados.
- Yo soy quien puede cambiar la vida y la conciencia.
Soy quien determina la ilusión de esta vida.
- ¿Qué quieres decir?- su rostro parecía horrorizada.
- Ho doctora, parece que no logra entenderme- sonrió-
muy bien… hace veinte años te di tu vida.
Carrasco soltó la pluma que sostenía, no podía creerlo, se
negaba, no entendía que sucedía, su mirada era una mezcla de
horror y sorpresa.
- No… tu… no puedes estar vivo…

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- Nosotros no podemos morir. La muerte no funciona en
mí.
- ¿Cómo? ¿Cómo sigues existiendo?
- No tengo tiempo para explicar, tendrás que
escucharme.
Aquella voz grave sonaba en toda la habitación, su presencia
impone ante la doctora, mientras él camina alrededor de la
habitación sin quitar la mirada encima de ella, las paredes
continúan chorreando en aquel líquido y gas oscuro, pero los
muebles no desaparecieron, siguen intactos. Aquella entidad
pudo vincular otra realidad de su dimensión con la real,
aplicando la regla de la cuarta dimensión, que un cubo está
dentro y fuera de otro cubo, su control del espacio es tan
manejable como doblarse por la gravedad.
- Necesito que me devuelvas el favor- se acercó más
hacia la doctora- vida por otra vida.
- ¿Qué favor?- preguntó desconcertada.
- Quiero recuperar mi esencia.
- Pero estas demasiado lejos y difícil.
- Yo me encargare de esos problemas, solo hazlo. Sabes
lo que puedo hacer, sabes las consecuencias cuando te
niegas.
- Está bien- sus ojos comenzaron a enrojecer, estaban a
punto de lagrimear- lo hare, pero ¿Por qué quieres
hacerlo?
- Quiero recuperar lo que es mío. El momento se acerca
doctora.

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Aquella entidad se acerca hacia la doctora, dirigiendo su boca
hacia el oído, susurrándole las instrucciones que debe de
tomar, duro algunos segundos y se alejó de ella.
- No estas completo.
- Todavía no, pero pronto, necesito que cumplas tu
deuda, porque puedo cobrártela de otra manera… Te
volveré a ver pronto Valentina.
Se dirigió hacia el sillón para desvanecerse en unos segundos,
con ello, las paredes dejaron de escurrir aquel líquido negro,
hasta volver a la normalidad. Carrasco está pasmada por lo que
ocurría en su oficina hasta que volvió a la normalidad, aquella
entidad se desvaneció de la nada, dejando el cuerpo en el sillón,
parece que no había pasado nada. En poco tiempo Travis
comienza a despertarse, tallándose los ojos para calmar la
molestia que tiene, se siente más aliviado, su dolor de cabeza
había desaparecido.
- ¿Qué sucedió? ¿Qué me hizo doctora?
Ella está en chock, sus ojos no pestañeaban, pero Travis realizo
una maniobra con sus manos para captar la atención de la
doctora, con ello la hizo reaccionar.
- Ha- meneo la cabeza para despertar su conciencia- la
hipnosis ayudo a controlar tu dolor, entonces te
recetare algunos medicamentos.
- Parece que viste un fantasma- dijo con preocupación.
- Perdon, es que gritas demasiado cuando dormías.
Dra. Carrasco sostuvo su libreta de recetas, sostuvo su pluma
que tiro en su escritorio para comenzar a escribir, tarareaba
cómo una chica que saldrá con un chico en una cita. Termino
de escribir y arranco la hoja con fuerza, dando la receta a
Travis.

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- Tómatelas cada ocho horas, venga en la próxima
semana, realizaremos sesiones para aliviar su dolor
permanentemente.
Travis se puso de pie, agradeciendo a la doctora por la ayuda,
su dolor se esfumo y la alegría le ilumino su rostro, ella sonreía
para devolver la simpatía, haciendo que se retirara él. En el
momento que cerró la puerta, Valentina siente un nudo en la
garganta, su piel comenzó a sudar por sus nervios, maldecía
constantemente y se preguntaba así mismo, ¿Por qué? Pero no
podía calmar sus nervios. Se dirigió hacia un estante de su
oficina, abriendo una puerta para encontrarse con una botella
de Wiski, abrió la botella para servirse en un vaso de vidrio de
diez onzas para calmar sus nervios. Se fue hacia la ventana para
observar el paisaje de la Universidad. Miró a Travis
caminando, busca a sus hermanos y a Elena para comentarles
la noticia, mientras la doctora Carrasco lo veía
minuciosamente.
Al mismo tiempo, están Elena, Dylan, Abraham y Dr. Espejel
en la cafetería de la escuela, todos están tomando algunas
bebidas en medio de la mesa, se encuentran algunos panes y
galletas para que puedan agarrar. La cafetería tiene suficientes
mesas para tener a treinta grupos de estudiantes, en la orilla,
están algunos sillones para relajarse de un exhaustivo estudio.
Dylan toma de golpe su refresco y su frustración comienza a
elevarse.
- Debemos enviarlo a un hospital psiquiátrico.
- ¿Por qué lo afirmas? - pregunto Dr. Espejel mientras lo
mira con seriedad.
- ¡Grita todas las noches!- alzó su mano para tomar más
atención- No deja dormir.

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Dylan se presentó molesto por la falta de sueño, Dr. Espejel
frunce el ceño, no le pareció los comentarios, Elena comenzó a
sentirse incomoda por el estado de Dylan, Abraham lo observa.
- No estamos atacando el problema desde la raíz. –
apoyo sus codos para tomar más atención- sólo son
síntomas de una causa.
- ¡Esas teorías e ideas no sirven, por eso existen doctores
de verdad!
Alan sintió ardor en su pecho, sus ojos se abrieron más de lo
normal, sus mejillas comenzaron apretarse, los papeles de la
mesa comienzan a moverse por algún tipo de viento.
- ¿Tú qué sabes sobre lidiar problemas?
- ¡Lo suficiente! ¡Hay problemas que no tienen solución!
–la voz de Dylan se tornó molesto
- ¡Claro que las hay!
- ¡Entonces envíalo con un psiquiatra!- comenzó a subir
el tono.
- ¡No! Solo por que hayas perdido a tu novia, tienes que
decidir que tus problemas se pueden acabar en un
instante.
Dylan comenzó a mostrar sus dientes, sus muelas crujían por
el apretón de la mandíbula, alzó su mano para azotar la mesa,
haciendo temblar la mesa por el golpe, haciendo caer algunos
de los vasos vacíos.
- ¡Suficiente Dylan! - gritó Abraham furioso.
Abraham exclamó con fuerza, su voz rodeó toda la cafetería,
llamando la atención a todo el personal de la cafetería y
alumnos, todo está en silencio, pero Dr. Alan se puso de pie
para decirle a todos los alumnos que continuaran con lo que

38
hacía, todos hicieron caso al profesor y continuaron con su
comida y conversaciones. Espejel se dirigió a Dylan para
mencionarle un comentario.
- Dylan… no cometas el mismo error que yo, por eso
estamos haciendo estas pruebas, déjanos a nosotros
trabajar.
Dr. Espejel se retiró de la cafetería después de hablar, Dylan se
tranquilizó con sus palabras, sintió que se agitó demasiado,
pensaba en pedirle disculpas, pero Alan se fue antes de
mencionarlo. Elena se levantó de la silla para perseguir al
profesor, dejando en la mesa a Dylan y Abraham. Ellos se
quedaron en la mesa, mientras el hermano mayor tomo su
bebida para tomarlo de golpe.
- Debes tranquilizarte- lo miraba con autoridad.
- Pero tengo razón en que debemos... – Dylan alzó su
mano hacia un lado.
- No, eso lo decido yo, tú no, y menos con esas
condiciones que estas.
- Pero él no escuchaba.
- Claro que te escucha, pero defiende sus ideas y eso…
se llama debatir y tú demostraste que no tienes
capacidad para hacerlo.
Dylan sintió un golpe en el pecho, sus verdades lo golpeaban
de golpe, llegaban cómo piedras volando hacia él, su cabeza se
inclinó levemente al suelo, y su hermano mayor hizo sentirlo
de vergüenza por sus actos.
- Yo se dar mis ideas. – Su voz parecía murmurar.
- Lo sé, pero no controlas tu temperamento, tus
emociones te controlan y tu boca no para de hablar

39
hasta lastimar, fue duro lo que dijo el profesor, pero no
era necesario azotar la mesa. – Abraham cruzo los
brazos.
- Él dijo…
- Lo que dijo ya paso y ya, cuando llegue el momento te
pedirá perdón, así son las palabras, son fáciles de
herirnos.
Dylan se quedó callado, no supo que decirle a su hermano.
- Él tuvo una hermana pequeña- dijo de forma seca.
Sintió curiosidad en saber que tuvo una hermana, su sorpresa
le hizo preguntar.
- ¿Qué sucedió? – miro a su hermano con curiosidad,
mientras el suspira.
- Tenía visiones, se despertaba en las noches gritando y
hablaba con alguien en la oscuridad, el profesor y su
padre tomó la decisión de enviarla a un hospital
psiquiátrico.
Abraham menea el vaso con el líquido sobrante del vaso,
observándolo como se movía alrededor de la superficie.
- Ella murió…
Dylan bajo la cabeza, su mirada comenzó a tornarse triste,
pensó en las palabras que dijo Alan, eran consejos para evitar
cualquier error que cometa, pero las dudas comenzaron a
llegar en su mente.
- ¿Qué fue lo que paso?
- El tratamiento no funcionaba, los medicamentos no le
hacían efecto, pero no había mejoras- duró unos
segundos de silencio- una noche ella tomo su propia
vida.

40
- Yo… no sé qué decir– bajo la mirada Dylan, apoyo su
mano en su rostro por la pena.
- Por eso accedimos Javier y yo que continuaran las
consultas, desde el incidente del cristal con Travis-
suspiro profundamente- sus análisis fueron positivos
en detectar dos mentes. Este tipo de… cosas, es muy
cuestionado, el termino alma lo tienen en el área
metafísico. Ahora el mundo está cambiando, ahora
pueden medir y justificarlo con el método científico-
pensó por unos segundos- Ahora , él es muy fuerte,
tendrían que encerrarlo en una caja de acero si se
descontrola… ¿Eso es lo que quieres para tu hermano?
- No- agacho su mirada con vergüenza.
- Debes saber, que cada acción, hay un motivo y un
pasado que los guía. El pasado genera el motivo, y el
motivo nos impulsa a hacerlo. Por eso Alan tiene sus
ideas, y entre tú y él, deben tener cuidado con sus
palabras.
- Piensas igual que Javier…
- Por qué aprendí del mejor, y tú debes hacerlo también.
Abraham dejo el vaso que estaba meneando, se levantó de la
silla para irse del lugar.
- ¿A dónde vas?
- Tengo asuntos que atender, sabes que ahora están
tensas las cosas, encárgate de tu hermanito, ahora
sabes que hacer, ¿Correcto?
- Sí…
- Bien… Cuídense por favor.

41
Dylan se quedó sentado en la mesa, mientras observa cómo se
iba su hermano mayor, él escondió sus manos en los bolsillos
del pantalón de mezclilla, y su espalda con la camiseta guinda,
sus pasos eran suaves por los zapatos cafés de tela,
permitiendo que saliera silenciosamente de la cafetería. Dylan
solo se quedó pensando, maldiciendo constantemente por los
errores que tuvo, se insultó a sí mismo con susurros y también
se puso de pie, para irse del lugar.
Abraham caminaba hacia la casa, pensaba en la situación de su
hermano y recordaba cuando eran niños. En aquel momento
donde asesinaron a su madre frente a ellos, Quetzal había
asesinado a su madre y Javier la sostenía en sus brazos,
mientras los tres hijos miraban a su madre muerta. Su mente
fue interrumpida por otro recuerdo Abraham, lo llamaban,
¿Padre? Preguntaba cuando tenía catorce años de edad ¿Estas
ahí?

Dr. Alan Espejel se encuentra caminando en los pasillos de la


facultad, su mirada está en el suelo, como pasaban las líneas,
pensando que había ocurrido en la cafetería en relación con su
hermana menor. Se escucha un grito desde el otro lado de la
habitación, haciendo reaccionar al doctor, volteo hacia el
origen de aquella voz… era Elena, estaba persiguiéndolo desde
la cafetería, lo espera para que la alcanzara hasta llegar un poco
agotada.
- Doctor…- respiraba rápidamente por correr, duro un
segundo para recuperar el aire- ¿Por qué se fue?
- Solamente mezclé mis sentimientos con el trabajo-
duro algunos segundos en silencio- no debí de
comportarme de esa manera.

42
- ¿Qué sucede?
Alan exhala y cierra los ojos para meditar un recuerdo suyo,
comienza a caminar e indica a Elena que lo acompañe, mientras
pasan en el jardín de la Universidad, el doctor comienza hablar.
- Mi hermana murió hace varios años atrás.
- ¿Qué le paso?
Continuaron caminando por el camino del parque
Universitario, hasta que encontraron una banca, sentándose
para continuar con la conversación.
- Primero te contare… quien fue ella, antes… que todo
cambiara.
Cuando comienza a explicar el inicio de la hermana de Espejel,
el presente donde se encuentran Elena y Alan, se adentran en
los recuerdos, hasta adentrarnos veinte años atrás, él tenía
dieciséis años y su hermana menor de doce años.
Lo recuerdo muy bien, era mi etapa de adolescencia… en los
principios de los años ochenta, nos mudamos aquí en la Ciudad
Chuviscar. Habíamos emigrado de la dimensión de reptileanos, nos
caracterizamos por tener los ojos de un reptil, pero nuestras células
son 99.99% iguales al Homo Sapiens. Mis padres habían tomado la
decisión, de ser los primeros en vivir con los humanos, los distritos
dimensionales habían hecho un tratado de paz, y tomaron la iniciativa
de compartir familias, todo para tener una mayor relación, al igual
como la madre de Travis. Mi padre era doctor, y continuó su profesión
en esta ciudad, mi madre nos cuidaba, se dedicaba a nosotros.
Mientras mi padre estaba fuera, nosotros continuamos en nuestra
casa. Mi hermana, Veronica, a pesar de su edad, ella le gustaba jugar
con muñecas, se peinaba tantas veces, que no se despegaba del espejo,
yo solo era un adolescente, extrañaba estar con mis amigos, Alfonso,

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Hernand y Patrick. También utilizamos nombres parecidos a este
mundo.
Siempre estaba en mi cuarto, probando la música de este mundo. No
estaba tan mal, y las aves… los quería atrapar para comerlos, pero mi
madre no me dejaba, me decía que debemos estar a las costumbres de
este mundo… tenía razón. Un día conseguí una resortera para matar
un ave. Lo vi, estiré la liga para matarlo y lo hice. Me lo lleve al patio
trasero para comérmelo, solamente una vecina de nosotros, me vio y
su mirada mostraba molesta, me había gritado de asesino y asqueroso,
mi madre salió para explicar a la señora de nuestras costumbres,
pidiendo disculpas hacia la señora, pero pareció incomodarse por los
ojos de mi madre. La vi, era claro que le desagradaba vernos y se alejó,
a mí no me importo y me comí el ave, mi hermana menor había llegado
hacia a mí, me pidió que probara la comida y accedí. Esa fue la última
vez que comimos un pájaro, mi madre nos había castigado, no salimos
durante dos días. Pero un día, mi padre llego, había traído un pato,
había comprado en el mercado, todos estábamos contentos por el ave
que trajo, fue delicioso y pensé que este mundo no estaba tan mal.
Nosotros adoramos comer aves, el sabor de la carne de res y de cerdo
nos desagradan, era un sabor demasiado fuerte para nosotros, nos
acostumbramos a comer todo tipo de pájaros, mientras nos conseguía
nuestros padres desde el supermercado.
Lo recuerdo muy bien, eran tiempos de frio intenso. Había llegado el
invierno, todos vestían de abrigos y chamarras, las fumarolas que
salen de la chimenea de las casas salían constantemente. Un día mi
padre nos invitó a salir, tenía planeado que visitáramos varios
lugares, habíamos viajado hacía el norte de Gondwana, fuimos a
Coyoacán, una ciudad muy antigua, siendo un lugar excelente para
los turistas, contiene varias pirámides de alrededor de mil años de
antigüedad, algunas de ellas se pueden visitar, pero tienen muchas
reglas.

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Toda nuestra familia había llegado a la ciudad, estábamos ansioso de
querer visitar a cualquier lugar, todos nos pusimos lentes oscuros, por
la luz intensa del sol, todos nos recibían como si fuéramos la misma
raza, así que optamos por seguir usando los lentes. Habíamos comido
a varios restaurantes, nadamos en una laguna, e incluso visitamos al
centro de la ciudad, una metrópoli gigante. Un día, fuimos a una de
las pirámides del lugar, el guardia nos advirtió en no tocar nada, y ni
tomar fotos, nos pasaron a ver algunas fotografías de la antigua
expedición de hace años, y los arqueólogos habían descubierto que
veneraban a un sanador. Este sanador curaba a los enfermos, pero a
cambio de un niño. Lo usaban como sacrificio, muchas personas
morían por las enfermedades, pero él los curaba, salvando la mitad de
la aldea, pero nadie sabe qué fue lo que pasó con él y la aldea. Después
nos adentraron en la pirámide, nosotros estábamos encantados de
saber que tienen mucha historia, inspeccionamos el lugar, pero
nuestros padres nos tenían vigilados. Pero en un momento, perdimos
a mi hermana Veronica, había preguntado a mis padres sobre ella, pero
tampoco sabían, fuimos a buscarla, pero no la encontramos, pedimos
ayuda a los guardias para encontrarla, fue un caos, tardamos
alrededor de media hora y escuchamos un grito. Corrimos hacía ella y
estaba a dos pisos abajo, en una zona prohibida, donde nadie podía
pasar, los arqueólogos habían puesto un letrero que decía
“investigación”. Ella estaba arrinconada en una esquina del salón de
veinticinco metros cuadrados. En medio, se encuentra una especie de
estatua, era una figura de piedra de alrededor de un metro de alto y
dos de ancho. La escultura tiene la apariencia de una persona de un
ojo, contenía boca con afilados dientes y una capucha de piedra, ella
se encontraba mirándola, horrorizada como si fuera por ella, su
mirada no tenía descripción. Los guardias la recogieron, acudieron a
nuestros padres para deslindarse de cualquier responsabilidad, cómo
nosotros tuvimos que pedir disculpas por romper sus reglas, mientras

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mi padre cargaba a mi hermana Verónica, sus ojos no paraban de
parpadear y yo no dejaba de verla, la llamaba, pero no me hacía caso.
Eso arruino nuestras vacaciones y nuestras vidas… a partir de ahí,
todo había cambiado, tuvimos que regresar a casa antes, nos
preocupaba demasiado a mi hermana. No comía, no decía nada, y así
estuvo durante días. Mis padres acudieron con doctores, pero no
sirvió de nada, la interpretaron como trastornos y esquizofrénica,
decía que veía a alguien y escuchaba una voz en su cabeza, mis padres
se preocuparon y acudieron con medicinas.
Ella se despertaba en las medias noches y no podía consolar el sueño,
fui hacia ella para tranquilizarla. Al entrar, la vi cómo veía en una
esquina de su habitación, ella apuntaba con el dedo y decía que la
dejaran en paz, me alce hacia ella y la abrace. Comenzó a llorar, sus
lágrimas se derramaban, me decía que quiere acabar esta pesadilla,
pero no podía, le decía que todo está bien y se tranquilizaba. En un
momento, ella volteo hacia la misma esquina y dijo que había
desaparecido aquella presencia. No entendía que sucedía, pero no me
importo, pregunte sobre lo que veía. Me menciono la descripción de
una entidad, tenía una túnica roja y sólo aparecía una luz roja en su
rostro, no se veía su cara, solamente aquella luz, le pregunte qué
¿Quién era?, y me dijo el nombre de “Azrael”. Esa noche mi hermana
pudo dormir, y yo me quede con ella. Se tranquilizó por algunos días,
había pasado a la normalidad, todos nos tranquilizamos y pensamos
que había pasado lo peor, pero eso creímos. Una noche, antes de
acostarnos a dormir, mis padres y yo estábamos en la sala de la casa,
escuchamos una voz muy grave, parecía de un gigante. Todos
corrimos hacia la habitación de Veronica… la pesadilla fue peor.
Todas sus muñecas estaban destrozadas, los espejos se quebraban
cuando entramos y ella, se encuentra en el suelo, se estaba retorciendo.
Algo la molestaba, la torturaban. Todos nos alzamos hacia ella, pero
no se podía controlar, nos lanzó a todos nosotros hacia la pared,

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parecía tener la fuerza de tres hombres adultos, mi padre y yo
estábamos sentados sobre la pared, nos recuperábamos del golpe. Pero
de pronto, se detuvo… su cuerpo dejo de retorcer, ella comenzó a
llorar. Yo me quede congelado en la pared, pero mis padres se fueron
hacia ella para abrazarla, ella pedía ayuda y ellos no decían nada…
solamente la consolaban.
Al día siguiente, mi padre la había llevado a un hospital, la analizaron
y la enviaron hacia un psiquiátrico. Mis padres no fueron los mismos.
Mi madre no cocinaba a veces, mi padre no podía operar y yo estaba
constantemente en mi habitación, extrañaba a mi hermana. Un día,
fuimos a visitarla, estábamos en su habitación, pero se encontraba
amarrada. La habían sujetado para evitar que se lastimara y lastimara
a otros, pero sus ojos… el iris, pupila y la córnea estaban
completamente rojos, estaban tan brillantes que parecían dos luces en
su rostro, mis padres le hablaban, pero ella no los reconocía, no decía
ni una palabra. Mis padres decidieron irse.
Cuando ellos se fueron, yo estaba a punto de salir de la habitación,
miré hacia ella y su mirada cambio, su aspecto fue de burla… se
burlaba de mí, le parecía gracioso de quien era y comenzó hablar con
una voz muy grave, la misma que habíamos escuchado en la casa: me
dijo: “Nos veremos pronto, reptileano”. Solamente me asusté y me fui
con mis padres. Al día siguiente, nos llamaron del hospital,
diciéndonos que Verónica había muerto. Mis padres se desplomaron,
yo llore durante días y noches, no podía comer ni dormir, mis padres
no volvieron a ser los mismos, en ocasiones estuvieron a punto de
separarse, pero aun así se mantuvieron juntos. Me maldije muchas
veces, me decía que pude ayudarla, podía hacer mucho mejor, decía
que sí podía volver el tiempo, pero mi consciencia me bombardeaba de
recuerdos. Casi todas las noches soñaba con aquella entidad, pareciera
que me perseguía constantemente. Fue así, que había decidido que
nadie tuviera que sufrir estos problemas. Cuando me gradué de mi

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doctorado, mi trabajo comenzó por entender la esencia del alma,
detectar si tenemos otra alma en nuestro cuerpo y poder deshacernos
de él. Por eso, trabaje con Travis desde que ocurrió aquel incidente.
Dr. Espejel y Elena continuaban sentados, él tenía su mirada en
el suelo, reviviendo aquellos recuerdos, Elena observa al
doctor pensando en que hacer para animarlo, pero su
curiosidad seguía.
- ¿Qué paso con tus padres?
- Ellos se enfermaron con el tiempo. Mi madre murió
por una bronquitis severa, causa de haber salido en la
media noche, estaba nevando intensamente y no
entraba. En cambio, mi padre tuvo esclerosis… murió
hace dos años, su corazón se detuvo.
Alan metió su mano debajo de su camisa azul oscuro, sacando
un collar con chapa de oro, era un reloj. Con su pulgar, pulso
un botón, haciendo botar una tapadera, era una foto de sus
padres. Su padre, Edward Espejel, tenía cabello oscuro, su cara
es parecido a Alan, pero con una nariz grande, tiene los mismos
ojos de un reptileano, vestía de una camisa blanca, mientras su
madre Sofía, de cabello rubio con lentes redondeados, su
barbilla es muy fina, casi no tenía mejillas, su nariz es pequeña
como su hijo y sus ojos son los mismos que su esposo, y su
hermana es muy parecido a su madre, pero su cabello era
oscuro y largo, llegaba hasta su estómago, ambas vestían de
una blusa blanca, y Alan tenía el cabello más corto, y vestía de
una camisa blanca igual que su padre.
Espejel le mostro a Elena su familia, ella estaba encantada, al
ver al doctor siendo más joven y se parecía tanto a ellos.
- Que bellos, que linda familia doctor.
- Gracias, eran lo mejor, no sabía lo que tenía.

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El doctor mostró su mano y abrió su palma, mostrando sus
dedos.
- ¿Vez mi mano completa?
- Si- Elena se enfocó en la mano de Alan.
- ¿Trabaja bien? ¿Verdad?
Elena volvió a responder con seriedad.
- Si…
- Bien… si un dedo se lastimara o me lo cortarían,
¿Trabajara igual de bien?– doblo su dedo meñique.
- No…
- Si alguien de la familia no está bien, todos empiezan a
estar mal, por eso, es importante apoyar a cada uno, y
de la manera correcta, y eso… fue lo que paso, mi
hermana se fue y todos colapsamos.
Elena se mostraba triste por la situación del doctor, lamentaba
de lo sucedido mientras entregaba el reloj. Él agradeció a ella,
guardándose su recuerdo dentro de su camisa. Espejel se puso
de pie, diciéndole que tiene algunos asuntos importantes que
atender, debido por la situación en el mundo, debe de ser
rápido en sus investigaciones. Ella noto el cambio de tema, no
quería estar triste, era una forma de animarse y distraerse,
acepto y se despidió del doctor.
Ya era medio día, todos están en la hora de la comida, todos se
encuentran en la cafetería de la Universidad, otros se van hacia
las tiendas locales alrededor de la Universidad. Dr. Espejel se
dirige hacia el consultorio de Valentina, caminando por un
pasillo hasta llegar la puerta, toca la puerta para revisar si se
encuentra alguien, pero nadie responde, decide hablar por su
nombre, pero nadie contesta, intenta girar la perilla… está
abierto, se preguntaba porque habrá dejado abierto la doctora,

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decidió abrir la puerta por sí se encontraba dormida, no había
nadie.
- Qué raro…- se dijo a sí mismo.
Dr. Alan se adentró hacia la habitación, observando el sillón
inclinable, donde se encuentra a la orilla del consultorio,
enseguida estaba otro sillón normal, donde se sienta la doctora,
al otro lado de la habitación está su escritorio, acompañado de
un estante lleno de libros de psicología y psiquiatría, el sonido
de sus pasos era fuertes por la madera. Estaba buscando a
Valentina, pero como no la encontraba, podría dejar un
mensaje, buscó en su escritorio y encontró una nota, “Regreso
dentro de dos días Espejel, tome el disco, contiene la grabación. Con
cariño, Valentina.” El disco se encontraba debajo de la nota,
observándose un bulto debajo de la hoja, agarró el disco para
llevársela para su investigación, mientras salía de la habitación,
cerrando su puerta con seguro.
Afuera de la ciudad, un vehículo salía de la carretera, rumbo a
Santa Teresa. Una camioneta color guinda, se adentraba en las
montañas de la provincia Ouachita, los objetos pasaban con
gran velocidad. Dr. Valentina Carrasco mantiene el volante
tenso, su mirada está aterrorizada, y sus ojos indica estar
asustada, sus pensamientos llegaban como ráfagas, no dejaba
de imaginar con aquella entidad, fue muy impactante, no había
sentido una presencia así hace veinte años atrás, se decía así
misma.
- Tiene que ser él- sus dientes crujían por el estrés y el
ataque de pánico- ¿Por qué ahora?

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La reunión

La tarde había llegado, Travis Cannot toma una taza de café en


un restaurant, sostiene un celular para marcar varios números
hasta ponérselo en el oído.
- Bueno… ¿Dónde estás Dylan?
- ¿Travis? ¿Dónde rayos estas? Te estábamos buscando.
- Y yo a ustedes, fui hacia la cafetería, pero no estaban.
- Tuvimos que salir- suspiro de repente- te esperare en
la casa, no llegues tan noche.
- No te preocupes… adiós– colgó.
Dejo el celular a un lado, suspiro para calmar sus emociones,
pero su paladar le exigía el sabor del café y su estómago pedía
cualquier alimento. Enseguida llego una mesera, sostiene una
bandeja con el platillo de Travis, había pedido costillas de res
con papas fritas, acompañado con una sopa en un plato hondo,
la mesera le dejo el platillo y el agradeció sus servicios.
Comenzó a observar el vapor de la sopa, esparciéndose en el
aire, imaginando como las partículas de agua en estado
gaseoso chocaban entre sí. Pensó en sus estudios en la
universidad, debido los problemas que tuvo con el General
Cartier, Damian y Quetzal, tuvo que suspender sus estudios.
Extrañaba pasar en las clases de la facultad, podía regresar,
pero Dr. Jacquez había aconsejado de suspender su semestre.
Las probabilidades de pasar sus exámenes eran altas, pero
debido a las situaciones que pasaron, corría el riesgo que
reprobara por juzgarlo como criminal. Ahora, tiene que
preocuparse por las pesadillas, dolores de cabeza y las
apariciones con Esfenia. Había tomado control de su mente y
cuerpo, pero no dejaba de aparecer aquella entidad femenina.

51
Gracias a Dr. Espejel, pudo saber que no estaba loco y todos le
creyeron de sus visiones, además, aprendió una propiedad
nueva rápidamente, siendo imposible para una persona
normal, pero todavía no lo controla bien, necesita
entrenamiento para lograrlo. Su estómago interrumpió su
pensamiento, haciendo reaccionar a Travis de su platillo,
sostuvo un tenedor que le habían dado, pero detecto que no
tenía un cuchillo. Pensaba en pedirlo, pero tuvo una idea.
Estiro su dedo índice derecho, y comenzó a concentrar su dedo,
tensionándolo para hacer crecer los cristales, comenzó a crecer
en la punta de su dedo un cristal amarillo en forma de navaja,
se alargaba conforme los segundos pasaban, hasta que hizo la
forma de un cuchillo, un poco deforme al último, debido que
quiso hacer el mango del cuchillo, pero pensó que debe ser
como hacerse una escultura de mármol. Rompió el cristal de su
dedo, para comenzar a cortar la carne cocida de su platillo,
pensó que sería muy útil esa propiedad, se imaginó todas las
aplicaciones que podría hacer, pero podría tener alguna
consecuencia sobre su uso, pero no le importo y comenzó a
comer su platillo.
Abrieron la puerta del restaurante, acompañado con un timbre
que indica la entrada de un cliente. Elena había llegado al
restaurant, meneaba su cabeza alrededor del restaurant, hasta
que vio a una persona de cabello castaño, un poco largo. Se
dirigió hacia él minuciosamente, preparando para tapar los
ojos de él, en el punto de atraparlo. Estaba a unos pocos
centímetros de pasar sus palmas de las manos a su rostro.
- Sé que estás ahí Elena– dijo Travis mientras sostiene un
trozo de carne del tenedor.

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- ¿Cómo es que…?- estaba sorprendida de la
sensibilidad de sus instintos.
- Tengo mis métodos- puso el trozo de carne en su boca.
Elena quería espantar a Travis, pero no tuvo éxito, decidió
sentarse en frente de él, acomodándose en el acolchonado
sillón, él lugar estaba adornado con algunas pinturas, no tenía
una ventana para ver las calles de la ciudad. Elena comenzó a
ver el platillo de Travis, sus ojos lo miraban con atención, él
realizó un corte en la carne, rebanando un trozo para dársela a
Elena, ella agradeció y obtuvo un bocado del platillo,
saboreando el sabor de la comida, él continuaba cortando el
platillo, poniéndolo en medio para compartir la comida.
Habló a la mesera para pedir otro platillo igual junto con una
limonada para Elena, asintió la mesera y se retiró del lugar. Los
dos continúan comiendo, ella se negaba en comer su comida,
pero él insistía que continuara comiendo y esperara el otro
platillo para compartirla también. Ella se enterneció con el
detalle y accedió en comer con Travis, pasaron los minutos
mientras comían y conversaban, habían terminado el último
bocado, y sus estómagos se llenaron. Él preguntó acerca de sus
hermanos y Alan mientras estaba con la terapeuta. Elena
suspiro para dar una explicación.
- Estábamos en la cafetería, conversábamos acerca de tu
estado, que te despertabas todas las noches, tus
visiones no desaparecían. El doctor comenzó a dar una
explicación sobre tu estado, pero Dylan se molestó,
diciendo que necesitas un psiquiatra o ir a un hospital
psiquiátrico, el doctor se negaba y comenzó la
discusión, hasta que Abraham los detuvo. El doctor se
retiró del lugar y fui tras él, no quería que se fuera así,

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lo alcance por los pasillos de la Universidad, y
conversamos acerca de su familia.
- ¿Su familia?- La atención de Travis se propició acerca
del tema.
- El caso de su hermana… era parecido al tuyo, pero
más… terrorífico, el tuyo fue cuando ocurrió con los
oficiales…
- Lo sé, ahora veo la importancia de su investigación,
por eso da tanta seriedad a mi tratamiento.
- Sí… quiere acabar el problema de posesión de cuerpos.
¿Cómo te sientes ahora?
- Ahora me siento mejor, no sé qué habrá hecho la
doctora, tendré varias sesiones con ella.
Elena tomo el vaso para beber un poco de limonada para quitar
la sed.
- ¿Y tus visiones?
- Todavía aparecen, ahora que dormí en el consultorio,
me encontré de nuevo con Esfenia.
Ella recordó el suceso con los oficiales y agentes, fue cuando
Travis había perdido el control, un soldado había golpeado a
Elena, haciendo enfurecer a Travis. Ese suceso había asesinado
a varias personas. Dejo su vaso a un lado para discutir de su
situación.
- ¿Todavía sigue ahí?- se mostró molesta.
- Sí… ella no se detendrá hasta tomar el control de mi
cuerpo y mi esencia, pero no tendrá éxito.
- ¿Qué sucedió en tu sueño con ella?

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- Parecía que estábamos en muchos paisajes, ella no salía
de aquella cueva, me amenazaba con tener mi cuerpo,
pero ahora… era diferente.
- ¿Por qué?
- Parece tener miedo… no de mí, parece que de algo
más, como si estuviera nerviosa, habla sobre un
hombre.
- ¿Hombre?
- Sí, también he soñado con él, pero está cubierto de una
túnica, no podía ver su rostro, pero parecía gotear una
especie de aceite muy oscuro, parecía petróleo.
Elena comenzó a sentirse preocupada, triste por la situación
que tiene en sus pesadillas. Tomo las manos de Travis para
tomar toda su atención.
- Pero ahora estas mejorando, gracias a la doctora. Ella
te ayudara.
- Sí…- aquellas palabras lo habían hecho sentir mejor.
Ambos se vieron mutuamente, viendo como sus ojos chocaban
con sentimientos, mientras sus respiraciones se comenzaron a
calmar, sonreían y contaban chistes. Travis pidió la cuenta para
pagar, mientras la mesera dejo el recibo y agradecieron por sus
servicios, dejó la propina, para irse enseguida del restaurant.
Caminaban cerca de la Universidad, cruzaban por varias calles
para llevar a Elena a su casa, estaban en frente de otros
restaurantes, tiendas y consultorios, habían edificios de tres a
cuatro pisos en promedio, el tráfico no era tan abundante como
siempre, debido que estaban casi en la hora pico. El panorama
se abrió en un cruce de semáforo donde se encuentran Elena y
Travis.

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En el techo de un edificio de hotel, se encuentra una persona
vigilándolos, hincado para no llamar la atención, observaba a
lo lejos a Travis, podía observarlo detenidamente, afirmando la
forma de sus ojos. Se mostraba sus manos muy pálidos,
tendiendo a ser blancas, vestía de una gabardina muy delgada,
debido a la entrada del verano, pero estaba fresco y contenía
una capucha para tapar su identidad, sus ojos son de forma de
rombo como el de Travis pero se diferencia de tenerlos de color
amarillos, su piel blanca presentaba estar un poco arrugada con
poca barba, su nariz es grande, pero de forma aguileña. Se puso
de pie para después irse del techo del hotel.

En el centro de la ciudad, en el palacio de gobierno, llegaron


varias camionetas blancas. comenzaron a bajarse varios
agentes uniformados de traje, uno de ellos abrió la puerta
trasera para bajar a Dra. Angélica Abel, ella agradeció por la
amabilidad. Todos subían en las escaleras para llegar a la
entrada del palacio, siendo una puerta de cinco metros de
altura, una puerta muy pesada, para que abrieran dos personas
a la vez. Había un pasillo largo, contenía varias puertas que
llegaban a distintos salones, donde se reúnen para distintos
fines. En uno de ellos, estaba abierto la puerta, permitiendo que
pasara la doctora libremente. En el salón se encuentran
reunidos el Secretario Mathew Codwell, nueva General Raquel
y el Comandante del ejército de Laurencia Ryan Brown,
estando acompañados por varios soldados y oficiales. La
doctora sonríe a los líderes, saludaba de una forma cordial.
- Señores y Señoras, es un placer estar reunido con
ustedes otra vez –Inclinó poco la cabeza Brown.

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- Doctora, el placer es nuestro, llega justo a tiempo - dijo
Codwell.
- Gracias, solamente nos falta una persona para llevar a
cabo la reunión.
Los líderes se encuentran sentados en una silla de madera muy
brillante, dando un diseño muy rústico junto con la mesa de
madera roble, el salón está adornado con varios cuadros de
pintura, junto con un tapis en las paredes y el piso de cerámica
negro. La General Raquel preguntó a la doctora por quien están
esperando, pero ella dijo que esperara un minuto. En ese
momento, comenzó aparecer una mano, junto con una pierna
que aparecía en el vacío, hasta aparecer completamente sobre
un plano en el espacio.
Apareció repentinamente Abraham Cannot en la reunión,
vestido formalmente de traje y peinado, todos se
sorprendieron de la repentina aparición, algunos soldados
estaban preparando sus armas para disparar. Cuando vieron
quien es, un soldado ordeno a su gente que se tranquilizaran.
Abraham se disculpó por la tardanza, debido que se
encontraba cambiando para la reunión, y por los edificios no
podía llegar tan rápido, debido que uso la propiedad
dimensional de su ojo, para oscilar en la cuarta dimensión,
llegando a otra realidad tridimensional, hasta llegar a la
reunión. Alguien habla por su nombre. Alguien hizo
reaccionar a Abraham de golpe, volteó hacia la izquierda para
saber quién estaba hablando con él, estaba sorprendió y
pregunto de forma alegre.
- ¿León?- comenzó a sonreír- ¿Eres tú?
- ¿Cuánto tiempo sin verte? Hermano. – alzó sus dos
brazos mientras carcajeaba.

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El soldado alzo su mano para saludar a Cannot, junto con un
abrazo y palmeadas en la espalda, ambos se encontraban
felices de verse. Resultan ser mejores amigos desde hace años,
fueron compañeros del entrenamiento del ejército, y por
circunstancias externas, no pudieron verse durante años. La
General Raquel se quedó sorprendida del encuentro, y su
curiosidad por saber. Pregunto sí se conocen, haciendo voltear
a Abraham para responder alegremente.
- Él es mi mejor amigo Leon Boyer, combatimos y
entrenamos por mucho tiempo, teníamos varios años
que no nos veíamos. – continúa abrazándolo con una
mano, apoyando su hombro.
- Ya veo, pero ¿Por qué estás aquí?
La doctora Angélica Abel interrumpió a Raquel.
- El señor Cannot tiene información sobre Damian y
Quetzal, nos ayudara mucho en la planeación de
atraparlos. El señor Boyer sabe la situación por los
grises, quienes atacaron en Rio de Janeiro y la situación
del pueblo Orquídea, quienes fueron atacados por
Longus.
Raquel apoyo sus codos sobre la mesa de madera, cruzando
sus dedos para ponerlos sobre su boca, observa detenidamente
a Leon y Abraham, su mirada se dirigió hacia la doctora Abel.
- No estoy enterada sobre la situación en Rio de Janeiro
y Orquídea.
El señor Codwell se dirige hacia la comandante para
interrumpir.
- Las personas del pueblo de Orquídea… fueron
asesinados, solamente sobrevivieron dos niños-
respondió Codwell con seriedad.

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Codwell levantó en su maletín para sacar unas carpetas,
dejándola en la mesa para deslizarla hacia la general, ella lo
abrió y observo las fotografías del pueblo. Algunas fotografías
mostraban casas destruidas y otras con personas muertas. Sus
heridas parecen haber sido atacados por un animal. Raquel se
encuentra impactada por las imágenes, mientras cambiaba las
fotografías.
- Esto… es horrible… ¿Cómo pueden unas personas
pueden hacer esto?
- No son personas General, son monstruos- dijo
Codwell mientras mira a Raquel.
- Está equivocado señor Codwell, ellos son otra especie
de humanos o humanoides, solamente su evolución
fue diferente a la nuestra- dijo la doctora Angélica.
- ¿Y qué me dices en Rio de Janeiro? Ellos fueron
atacados por otros fenómenos, el comandante Fisher
está molesto por los ataques- dijo el comandante
Brown.
La doctora Angélica se posiciona en su silla para dirigirse con
Ryan Brown, siendo una persona de pelo oscuro, canoso,
delatando ser de cincuenta años, contiene arrugas en sus
mejillas y una nariz recta de tamaño mediano, vestía de un traje
militar del más alto mando.
- No estamos hablando de animales ni monstruos
Comandante, estamos lidiando con otros seres
civilizados, inconformes con la traición que tuvieron
con Damian, debemos de negociar con ellos.
- Entonces por qué tienen derecho de asesinar a nuestra
gente. Además, comercializaban con personas, ¿Crees
que eso es civilización para ti?

59
- No, pero…
- Entonces, aquel que mata sin razón, es un monstruo…
un animal, debe ser castigado.
Mathew interrumpe al comandante alzando la mano,
indicando que parara de hablar, dirigiéndose hacia la doctora
Abel.
- Doctora… entiendo que está estudiando a la política y
sociedad extradimensional, sabemos que ellos son
diferentes, pero eso no quiere decir, que tengamos que
hacer al modo de ellos y tolerar sus actos. Mientras
ellos estén en nuestro territorio… se hará a nuestra
manera, ¿Entendido?
- Entendido.
- Bien, ahora… ¿Que proponen para solucionarlo? –
cruzó sus dedos para tener mayor concentración.
La reunión fue interrumpida de repente por un teléfono que se
encuentra en la sala. Estaba posicionado en la orilla de la mesa,
siendo un teléfono de color negro, tenía programado para
ponerlo en alta voz, timbraba demasiado fuerte para la
reunión, había interrumpido a Mathew. Él se levantó de su silla
para irse hacia el teléfono, estaba confundido, dijo que habían
cortado la comunicación para no intervenir la reunión, alzó el
teléfono hacia su oreja, espero unos segundos para escuchar,
prensó el botón de alta voz para hablar con todos, la voz
parecía de una joven mujer.
- Señores… soy la secretaria del país de Bugaí de
Rodinnia, de la dimensión de la especie Reptileana. Mi
nombre es Yara Alazán.

60
Mathew realizo una mueca y frunció su seño por la
interrupción de la reunión, se apoyó sobre la mesa para sentirse
más cómodo.
- ¿Cómo consiguieron entrar a la comunicación?
- Eso no importa secretario, lo importante es negociar
con ustedes…
- No queremos nada de ustedes…
- Creo que necesitan aliados para lidiar con longus y los
grises ¿Verdad?
- ¿Qué quieres?
- Queremos ayudarlos en conseguir la cabeza de Barel,
quien es Damian Houck. Quiero enviar a mis hombres
para ayudarlos. Anteriormente habíamos hecho un
tratado, enviamos a nuestra gente a su mundo como su
gente a la nuestra. Los humanos son de aquí son muy
amigables, ya formaron varias familias aquí.
- ¿Quiere cobrarnos por el incidente de la familia
Espejel? - preguntó Mathew.
- Ellos fueron destrozados por los espectrurus. Aquella
niña tuvo su alma destrozada por aquella entidad, así
que, queremos que corrija el error.
- Quetzal- dijo de forma pensativo.
- Como aquel espectro apareció en su dimensión,
Quetzal apareció en la nuestra, asesinando a toda una
ciudad completa… no queremos que suceda lo mismo
con ustedes, ¿No es así?
Abraham interrumpe a Mathew, agregando lo que conoce
sobre Quetzal, pensó que podría ser una buena idea una
alianza con los reptileanos.

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- Señor Codwell, podremos aprovechar la oportunidad,
menos hombres morirán, podremos rodear a Damian
y a Quetzal, flanqueándolos incluso en distintas
dimensiones, ya que su capacidad de saltar en la cuarta
dimensión, puede hacer que escape. – se alzó Abraham
hacia Mathew.
El Comandante se pone de pie, contradiciendo a Abraham por
la propuesta, podría ser una misión suicida, confiando a los
reptileanos.
- Señor Codwell, a estas circunstancias, no podemos
confiar en nadie. Es demasiado peligroso, ¿Dejar entrar
al enemigo a nuestro territorio? Es una burla. – dijo
Brwon.
- Entonces, ¿Cómo ganaron en las guerras anteriores
General? Siempre debe de tener aliados. - dijo Dra
Angélica con franqueza.
- Tiene razón, por eso es indispensable tener alianzas
Secretario, no saben si todas las dimensiones pueden ir
contra usted. – dijo Abraham.
Mathew, observa a todos en la sala, pensando en una decisión,
observo a Abraham y a la doctora, volteó hacia la derecha para
observar al Comandante. Meditó algunos segundos.
- No… no habrá ninguna alianza.
Abraham se exalto, apoyando sobre la mesa en la reunión.
- Señor Codwell, ¡Necesitamos apoyo para lidiar con
Quetzal!
- ¡No! Ya lo he decidido.
Se mostró molesto Abraham, pensaba en seguir insistiendo al
señor Codwell, pero decidió no hacerlo, apoyo sus manos

62
sobre la mesa para intentar tranquilizarse, mientras la
contestadora del teléfono prosiguió.
- Bien… será su decisión, pero si cambia de opinión, no
dude en llamarme, dejaré un agente a esta dimensión
para que pueda contactarme.
Mathew estaba a punto de responderle al secretario, pero
colgó. Cortó la llamada, dejando en silencio a toda la sala,
haciendo pensar a todos. Prosiguió dando pasos hacia su silla,
observaba el suelo para meditar.
- Trabajaremos en la madrugada…
- ¡Necesitamos apoyo para atraparlo! - gritó Abraham
de forma insistente.
- ¿Qué quieres que hagamos? Sí ganamos la batalla e
incluso con los otros humanoides, ¿les daremos tierras,
comida, personas o suministros? No lo veo factible
señor Cannot.
Abraham bajo su mirada. Sus intentos fueron en vanos,
mientras el Comandante Ryan le indica la orden a Leon que
proporcione información al respecto de los grises y longus.
- Los grises contienen una tecnología y civilización
parecida a la nuestra, con costumbres parecidos a los
romanos, suelen ser agresivos e inteligentes. Los
longus son muy agresivos también, rara vez que
utilizan armas, solamente si pelean a larga distancia,
pero en combate de cuerpo a cuerpo… son sumamente
letales por su fuerza y colmillos, tienden a pelear como
animales. - dijo Leon.
- Bien señor Boyer, se encargará de proteger a los civiles,
daremos apoyo para atrapar a Damian Houck con
artillería ligera. – dijo Brown.

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- Si señor.
- General Raquel. – Miró hacia Raquel.
- ¿Si Comandante?
- Lleve al personal más capacitado para esta misión.
- Entendido.
El Comandante Ryan y Mathew se pusieron de pie, caminaron
alrededor de la mesa hasta llegar la puerta del salón, estaban
enseguida de Abraham y la doctora Angélica, y Ryan les dijo
que los vería en la madrugada para luego retirarse. Abraham
se mostró furioso, pero Angélica lo calmo, diciendo que
solamente era una situación militar y no es personal. En un
instante, se acercó Raquel hacia Abraham, tocando su hombro,
diciendo que no se preocupara, que todos están preparados
para la misión. Él se tranquilizó, afirmando el consejo que ella
le dio al salir del salón. Él se puso de pie para retirarse, pero
antes de saltar a otra dimensión, se dirigió a Leon.
- Te veré otro día hermano.
- Solo no te pierdas de la fiesta.
Finalmente, Abraham dio un paso, desapareciendo como si
fuera borrado en un plano, oscilando en la cuarta dimensión
para irse del lugar.

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Sorpresa

El mismo día, al caer la tarde, el sol se posiciona cerca de las


montañas, tornando el cielo de color anaranjado. Elena y Travis
están cerca de la casa de ella, en un parque sentados sobre una
banca, compartían una bebida de frutas con sabor a piña y coco,
seguían platicando para matar el tiempo. Conversaban acerca
de los problemas que generaba Espejel por sus tareas y
exámenes, y sus salidas de fiestas que hacen sus amigos, bebían
repentinamente por la sed que genera el calor de la tarde, era
la entrada del verano, la vegetación está en su pleno
nacimiento por la primavera, generando un panorama
hermoso. El día se había acabado, el sol se ocultó, mostrando
la oscuridad de la ciudad, comenzó a encenderse las luces de
las calles y del parque, Travis pensó que era tarde, debido a la
oscuridad.
- Debo llevarte a casa
- Lo sé, pero ¿Podremos irnos a pasear por el centro?
- Podremos, pero tu padre se molestaría mucho,
regresamos a tu casa casi media noche.
- Está bien- admitió, debía evitar un castigo de parte de
sus padres.
De repente, escuchan una voz, alguien gritaba hacia ellos,
voltearon para averiguar quién es. Era Jonathan viniendo hacia
ellos, saludaba con su mano y ellos respondieron con el mismo
saludo, él vestía de una camiseta delgada con pantalones semi-
sueltos y tenis deportivos. El aspecto de Jonathan tiende a la
moda rock, su cabello es corto a los lados de su cabeza, pero un
poco largo en la parte superior, dejando un fleco en su frente
para verse mejor con su piel morena.

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- Déjala Travis, no vez que la asustas- dijo con un tono
bromista.
- Lo asustada es por ti.
- No estoy asustada Jonathan. - dijo Elena de forma
sonriente.
Se reía Elena por las bromas que se hacen mutuamente,
mientras Jonathan se acerca para continuar la conversación.
- Oye Elena, ¿Por qué sales con alguien tan feo?- miraba
a Travis para ver su reacción.
- Sii, soy horrible… - dijo Travis con tono sarcástico,
mientras Elena se ríe de nuevo- pero no doy asco como
tú… bombillo.
- ¿Bombillo?- pregunto con curiosidad Elena, pareció
molestarse un poco Jonathan por el apodo mientras se
reía Travis.
- Sí… cuando estudiábamos juntos, estábamos
demasiado aburridos en una clase. Días antes me había
hecho algunas bromas este baboso- arqueó la ceja
Jonathan junto con una sonrisa de burla por las
bromas, su amigo continuó con la plática- me había
timbrado mi teléfono celular, lo saque de mi bolsillo
para ver la llamada, se me cayó al suelo, cuando estuve
por recogerlo, empezó a brillar más la pantalla, estaba
cerca de Jonathan- comenzó a reírse y carcajear. Elena
pensó que era un chiste- me levante para levantarme
del suelo y grite a todos. “OIGAN MIREN” hasta el
profesor se sorprendió al ver mi teléfono brillar cerca
de él… y todos comenzaron hacer lo mismo. Otros
quitaron los focos del salón y lo hacían brillar cerca de
él- comenzó a carcajear con fuerza.

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- No es mi culpa- apretó sus labios con fuerza y frunció
el ceño- no lo puedo evitar- Travis se acercó hacia
Jonathan.
- Hasta el profesor también comenzó acercar un foco-
carcajeaba mientras saca un teléfono celular en su
bolsillo y comienza acercar a Jonathan- mira como
brilla- brillaba conforme se acercaba y se apagaba
conforme se alejaba y Elena le comenzó a tenerle gracia
por los juegos que hacen entre ellos. Saco su teléfono
celular y comenzó hacer lo mismo con risa, mientras
decía “es cierto”.
- Me das asco- dijo rendido. Ambos continuaban
acercando y alejando sus aparatos.
- Y tú me repug…
Travis dejo de hablar, algo lo había interrumpido, Jonathan
pregunta ¿Qué sucede? Pero intenta bromear con él otra
vez, pero su amigo no reaccionaba a sus bromas. Elena
pregunta lo mismo, pensando que puede ser otra de sus
visiones. Sus ojos con forma de rombo comienzan a
moverse por todas las direcciones, él decía que esperaran,
pero en sus ojos comenzó a ver una especie de luces.
Tenían de formas humanas, se mueven de arriba y abajo,
de un lado a otro, era confuso.
- ¿Otra de tus visiones? - preguntó Elena.
- No… esto es diferente, veo una clase de luces…
sombras de luz moviéndose en todas las direcciones-
continuaba siguiendo las luces- espera.
Empieza ver varias figuras de luz aproximándose a él hasta
llegar a una distancia, parecía que los observan, parecían
vigilarlos, pero Elena y Jonathan no los ven. Pensó que estaba

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loco, pero, escucha un sonido al lado de él. Sus instintos le
advertían, sentía una especie de escalofríos.
- ¡Quitense!
Travis gritó, empujo a Jonathan y Elena hasta hacerlos caer. Un
proyectil se dirigió hacia Travis, atrapándolo como si fuera
cemento. El material está hecho de cemento de secado
instantáneo, envolvió el cuerpo en un instante, dejando pegado
a su cuerpo. Se mantuvo de pie para voltear a ver a ellos y decir.
- ¡Vallanse! ¡llévate a Elena! – gritó con toda su fuerza.
- Sí. – contesto Jonathan.
Jonathan sujeto a Elena de los brazos para llevársela, ella
gritaba a Travis, pedía que no se fuera, pero algo se aproxima
hacia ellos. Ella observó una persona muy pálida de gran
tamaño, acercándose a él. Mientras otros seres de formas
humanoides se acercan a ellos, apareciendo en un plano del
espacio, cómo la habilidad de Abraham. Jonathan apresuro el
paso para que no fueran alcanzados.
- ¿Por qué tienes que ser tan pesada?- se quejaba
mientras carga a Elena.
- ¿¡Que dijiste!? – gritó furiosa.
- Nada. – se espantó por el comentario.
Elena se mostró molesta por, los comentarios de Jonathan. Al
mismo tiempo, el sujeto que se acerca hacia Travis, tiene un
cuerpo de gran tamaño, vestía un chaleco de negro, color café
y pantalones muy holgadas de color negro, su rostro era
pálido, pero sus facciones son los mismos de un humano
normal, tenía sus ojos de forma de rombo de color amarillo con
la pupila rayada igual que él. Travis se forcejeaba para
liberarse, pero no tuvo éxito.
- Es inútil, fue demasiado fácil este trabajo.

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- ¿Qué quieres de mí?
- Solo vine por ti, eres el único dimensionista en esta
dimensión, tengo ordenes de enviarte de vuelta a
nuestra dimensión.
Volteo a ver quién era mientras intentaba librarse. Se detuvo,
su impresión fue tanto que sus ojos no dejaban de parpadear.
Se negaba y no lo creía al ver los ojos de aquella persona, tenía
los mismo que tiene Travis.
- Tienes los mismos ojos que yo…
- Parece que estas confundido, claro que los tengo, soy
de tu misma raza, somos de la misma sangre… ahora
vienes conmigo.
Mientras él se acerca, comenzó a salir una especie de humo en
su cuerpo, concentro su mano para emitir las partículas y hacer
explotar repentinamente el cemento que cubría a Travis,
destrozándolo por completo para poderse librar. Todo el
panorama se llenó de humo, dejando casi ciego al otro
dimensionista. El humo todavía no se despejaba, no podía ver
nada, el dimensionista retrocedía para aclarar la vista, pero en
un instante, algo lo sofoco, le faltaba aire en sus pulmones,
observaba como un brazo empujaba su abdomen hasta
lanzarlo hasta atravesar varios árboles, hasta el momento de
caer enseguida de uno de los árboles. Tosió para recuperarse
del golpe, lo hirieron al lado del abdomen, sintiendo que se
podría formar un moretón.
- Atacar mientras el oponente está a ciegas… buena
elección- tosio un poco- eres demasiado sucio.
- Vayanse de aquí, antes que algo vaya salir mal. –gritó
Travis.
Aquel hombre pálido se pone de pie, se sacude sus pantalones.

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- Yo solo recibo ordenes- volvió a mirarlo- ven conmigo
y nadie saldrá herido.
- ¿No pensaste en peguntarme primero antes de venir
como un loco?
- Tengo mis métodos y razones por hacer esto, la
mayoría de los encuentros, termino en una
confrontación. Ven conmigo.
Travis lo vigila detenidamente, analizándolo para averiguar sí
sus palabras son ciertas.
- No. No lo haré.
El dimensionista se lanzó hacia Travis, con un solo paso, lo
alcanzo a él en un instante, agarrando la cara hasta estrellarlo
contra un árbol. Habia cuarteado la corteza por la intensa
fuerza. Travis sentía la presión que le ejercía la mano, sentía
dolor e impedía abrir la boca, preparó su mano, haciendo
crecer algunos cristales de su piel, intercambiando las
moléculas hasta hacerlos de silicio, creando un cristal amarillo
en su mano. Formo puntas en los dedos de su mano, para
incrustárselo en el brazo del dimensionista. Grito de dolor,
había soltado a Travis, dándole la oportunidad de contratacar.
preparo su mano izquierda, estaba humeando para hacer otra
explosión, incrustando sus dedos sobre su abdomen hasta
hacerlo explotar. Lo lanzó a unos pocos metros y todo él
panorama comenzó llenarse de humo y polvo. Se volvió a
levantar el dimensionista, furioso por lo que hizo. Gritó y lo
maldijo, pero no podía ver nada. En unos segundos se despejo
y no había nadie.
- Maldito, ¿A dónde fuiste?- gruñó entre dientes.
Preparo sus ojos para ver las otras dimensiones, su ojo
comenzó a temblar y su vista comenzó a observar varias

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montañas, pero en forma de luz, su ojo está oscilando en la
cuarta dimensión, observando los mundos paralelos en donde
se encuentra. Observaba alrededor suyo y no veía nada.
Intensifico más sus ojos, haciendo que sus ojos vieran la quinta
dimensión. Miraba una especie de luciérnagas volando
alrededor de él, viendo el eje positivo de la quinta dimensión,
parecía no ver ninguna figura humana, maldecía otra vez.
Intensificó más sus ojos para observar la sexta dimensión, pero
no veía nada, solamente una especie de cúmulos gaseosos,
parecía estar en un Universo paralelo, pero viendo el cosmos,
el espacio de un vacío. Pero a lo lejos, observó una figura, no se
podía definir que era, pero tendía a formar una especie de
animal y humanoide, con una especie de plasma o materia.
Maldijo otra vez el dimensionista, averiguo que no había
saltado a otra dimensión, entonces prosiguió con la cacería de
Travis.
Travis corría para salir del parque, pensando que salir del
parque podría estar expuesto a que lo vean, tendría mucha
visualización, pero tenía que pensar sí Elena se encuentra bien.
Apresura el paso para correr más rápido hasta salir del parque
y pisar las calles de la ciudad. Se dio cuenta cuanta fuerza tenía
aquel dimensionista. Era abrumador, casi sentía que su cabeza
se rompería por su mano, tendría que tener cuidado sí pelearía
con él. Corrió por varias calles para llegar hacia la casa de
Elena. Observo varios de otros seres que acompañaban aquel
humanoide blanco, estaban en el suelo, parecían estar muertos,
estaba sorprendido. Vio a la vuelta de la calle una luz sobre las
paredes, se fue donde estaba el brillo y encontró a Jonathan en
frente de la casa de Elena. Los destellos reflejaban la
electricidad que emanaba de su cuerpo, electrocutando todo
aquel que se acerque a él.

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- ¡Jonathan! ¿Dónde se encuentra Elena?
- Esta con sus padres, les dije que se refugiaran en un
lugar seguro de la casa.
En ese momento, en una pared comenzó a doblarse por el
espacio, haciendo aparecer algunas personas blancas. Sus
aspecto eran muy delgados, apenas vestían de una especie de
short trozado, no tenían cabello y sus ojos tienen la misma
forma de rombo, pero no tenían pupilas. Parecía que una luz
quemo sus ojos, haciéndolos inservibles y limitándolos a
solamente ver. Debido que tienen la propiedad de oscilar en
otras dimensiones, pero estaban inservibles.
- ¿Ahora qué? - preguntó Jonathan sorprendido.
- Solo no mueras… - dijo Travis de forma nerviosa-
mantenlos alejados.
En un instante se escucharon los ruidos de algunos disparos,
los proyectiles llegaban a los dimensionistas, haciendo caer
uno por uno. Travis y Jonathan voltearon a ver, eran algunos
de los oficiales de la ciudad, estaban dando apoyo para
deshacerse de los seres. De repente, una mano aparece en el
hombro de Travis, jalándolo fuertemente hasta desaparecer en
un plano del vacío. Jonathan se asustó con la desaparición de
su amigo, preguntó por él, pero otros humanoides se acercaron
a él, atacándolo, pero eran electrocutados en un instante.
- Deben de hacer algo más que lanzarse hacia a mí.
Travis observaba cómo atravesaba por varios mundos
tridimensionales hasta caer en un paisaje rocoso semidesértico.
Siendo lanzado varios metros hasta impactar en una pared de
roca, cuarteándola, haciendo sentir de dolor a Travis.
- Ah- tosía por la sofocación- otra vez no…

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Recordó que había sido lanzado la vez pasada por Quetzal, un
espectro que podía pasar en la cuarta dimensión, atravesando
otros mundos tridimensionales como aquel dimensionista. Se
desprende de la pared de roca para liberarse, crujía
repentinamente, generando planos de fracturas en la roca
volcánica de riolíta de color rosado, siendo un poco duro,
debido que fue fácil de romperse, hasta ser libre. Observaba
aquel paisaje, desértico, perdido por el salto dimensional, no
sabía cómo regresar, alzo su mano para tapar su mirada del sol,
pero de pronto, aparece aquel dimensionista en frente de él,
viendo como aparecía en un plano del espacio, mientras
entraba en la dimensión donde se encuentra Travis.
- ¡Llevame de vuelta!- grito Travis.
- Ya veo… parece ser que eres un adulto que no
aprendió a caminar todavía…
- ¿Qué dijiste?- se sintió ofendido.
- Tu eres un dimensionista, al igual que yo… somos la
especie más evolucionada de todos los Homos, somos
los seres con más energía de toda la realidad. Pero no
sabes cómo saltar entre dimensiones.
- Eso no lo sabía ¿Por qué consideras que somos una
especie superior al de los demás?
- En nuestro mundo puedes saber todo. Ven conmigo,
aprenderás y sabrás todos tus secretos.
Travis se sintió desconfiado, dio un paso hacia atrás para
prevenir cualquier situación, mientras el dimensionista lo
observa detenidamente.
- Yo soy Rastal Chen, soy un dimensionistas, es
peligroso que andes por ahí, tus propiedades son muy
raros para cualquier mundo a donde vayas, que

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pueden usarte en contra de tu voluntad. Está
prohibido que cualquiera de nosotros ande sin ningún
permiso de nuestro rey.
Los recuerdos llegaron cómo ráfagas, viendo imágenes de
cómo Damian y el General Cartier lo capturaron para usar su
cuerpo y sus ojos, lo necesitaban para traer la esencia de Barel
en la sexta dimensión. Otros recuerdos llegaron hacia él,
imaginando a Elena, sus hermanos y sus amigos que están con
él, disfrutando de una cena con ellos, interpretando que no
podría cambiar una protección que por la familia.
- Lo siento Chen, pero no puedo irme contigo, no puedo
dejar a mis amigos y a mi familia, son todo lo que
tengo, son mi razón de vivir. Yo… nací en Chuviscar,
del distrito de Laurencia, del mundo de Pangea- dejo
un momento de silencio- no puedo irme, no puedo
dejar lo que amo.
- ¡No tienes opción, Tienes que estar en un lugar
seguro!- alzó la voz con desesperación- nuestro rey no
tolerara esa decisión, esta es tu última oportunidad de
elegir.
- Si es necesario correr el riego- pensó en las palabras de
aquella entidad de su sueño. Decía que cada decisión,
involucraría una decisión. Después de un momento de
silenció- lo hare.
- Sí esa es tu decisión, entonces no me dejas otra opción.
Chen se lanzó hacia Travis, preparó un golpe, pero él lo
esquivo, vio como golpeo aquella pared de roca con tanta
facilidad, destruyendo una riolita de tres metros. Él se
sorprendió de la fuerza que contiene, dando varios pasos hacia
a un lado para tomar distancia. Chen voltea a verlo y comienza

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a golpearlo consecutivamente, los esquiva casi todos los
golpes, en uno de ellos, se cubre con sus antebrazos, sintió
dolor por la dureza de sus golpes, por lo cual optó mejor por
tomar distancia. Preparó sus puños haciéndolos brillar,
utilizando la propiedad de ondas de choque en sus manos,
para propagar el golpe en todo su cuerpo. Chen realizó un
golpe derecho, Travis realizó una llave en su brazo,
entrelazando su cuerpo hasta su espalda. amarro con sus
piernas el otro brazo, inmovilizando a Chen por completo. Él
quedo atrapado, no podía moverse, forcejeaba para
desprenderse de la llave de Travis, pero no tenía éxito, se lanzó
hasta el piso para golpearlo del suelo, sofocándolo, pero
mantuvo con fuerza la llave. Él dimensionista comenzó a
molestarse, empezó hacer vibras sus ojos y todo su cuerpo,
brillaba todo su cuerpo, el pisó pareció sentirse menos sólido
hasta que desaparecen en un instante, pareciendo que fueron
absorbidos por el suelo.
Estaban cayendo en un bosque, se encuentran a la altura de las
puntas de los árboles, caían alrededor de decenas de metros
hasta caer. El suelo formó un cráter por el impacto, el radio del
cráter era de tres metros, removiendo la vegetación. Travis se
sofocó completamente, pero Chen también salió lastimado,
ambos gritaban de dolor, pero se liberó de la llave. El
dimensionista toco el suelo, absorbió los minerales del suelo
para formar una masa blanca en sus manos, lanzó a Travis la
masa, pegándolo hasta dejar una pasta muy dura sobre su
cuerpo. Se quedó en el suelo, atrapado por el cemento que
generó. Así Chen tuvo la oportunidad de ponerse de pie y se
dirigió hacia Travis.
- Es una lástima verte en el suelo.

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- Pudrete- dijo Travis mientras se forcejeaba para salir
del cemento.
- Pensaba que eras más fuerte, incluso suponía que
podías usar tus ojos… que pena, tendré que ir por tus
amigos, tal vez así recapacitaras por tus errores –
sonrió para burlarse de él.
- ¡Déjalos! Ellos no tienen nada que ver con esto.
Comenzó a forzar los ojos Chen, se prepara para saltar a otra
dimensión, mientras Travis mostraba estar más furioso.
- Me despediré por ti…
Su brillo empezaba a intensificarse, pero Travis se mostró tan
furioso que comenzó a craquear el cemento hasta romperlo
completamente. Utilizo la propiedad de los cristales,
haciéndolos crecer y formar grietas en el cemento sobre sus
manos, permitiendo que se liberara. Se había liberado hasta
hacer reaccionar a Chen, fue empujado hacia el plano por
Travis, lanzándolo a la dimensión de Pangea. Cayeron sobre
un edificio de la ciudad de Chuviscar. Ambos se fueron
alrededor de un kilómetro de donde se encuentra la casa de
Elena, están en un edificio de diez pisos, Chen esta en suelo
mientras observa a Travis furioso.
- ¡No te atrevas a tocarlos!
Gritó furioso de forma amenazante, dominando el carácter de
aquel dimensionista. Estaba sorprendido, observó los ojos de
Travis que habían cambiado de color de azul a amarillo. Estaba
consternado por el cambio y su rostro era un poco diferente,
sus manos parecían tener una especie de guante de cristal
amarillo, estaba humeando y brillaban muy poco en sus
manos. Se puso de pie rápidamente para atacarlo, utilizando el
cemento que genero para pegarlo poco a poco, Travis se acercó

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primero a él, atacándolo a mano abierta para desgarrar a Chen.
Él esquivo el zarpazo, pero seguía atacando, retrocedía
constante mente por cada ataque, pero poco a poco se acercaba
a la orilla sin dejar opción de contratacar. Preparo su puño para
golpearlo, Travis lo sujeto con su mano derecha con mayor
facilidad y sujeto el brazo, con su otro puño partió en dos los
huesos del antebrazo. Chen gritó de dolor, pero recibió otro
golpe en el estómago, por la propiedad de Travis de choques
de onda, lanzándolo hasta el precipicio del edificio, dejando
caer aquel dimensionista. Gritaba por la caída, hasta que
despareció de la vista de Travis.
Él se acercó para ver donde cayó Chen, pero no vio nada…
estaba confundido, recordó sobre la propiedad de sus ojos, que
puede oscilar en las dimensiones, forcejeaba la vista para ver si
veía otras dimensiones. Comenzó a ver varios planos con
diferentes tonalidades, de blanco ha negro, siendo la tonalidad
blanca, el plano más cercano y el negro el más lejos. Volteaba
por todos lados para ver a Chen, pero no encontraba nada, no
entendía que sucedía, pero se le ocurrió observar hacia abajo,
pero tampoco veía nada y al voltear hacia arriba, ve una forma
humana acercándose a él desde arriba, cayendo rápidamente,
en un instante. Apareció en un plano en el vacío, arriba de
Travis, haciendo caer a Chen con gran velocidad con una
patada en el pecho. El impacto fue tan fuerte, que rompió el
piso del techo, dejando un agujero en el edificio. continuaba
atravesando varios pisos del edificio hasta caer en el tercer
piso, dejando en el suelo a Travis y Chen se encontraba arriba
de él, lo veía y se acercó hacia él.

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- Vaya, chico, me sorprendiste con esa fuerza, no creí
que fueras lanzarme así. A parte, pareces desarrollar
un poco esos ojos, pero todavía te falta entrenamiento.
Aquel dimensionista, sostiene con el brazo bueno a Travis de
su camiseta hasta levantarlo, estaban en una oficina de
ejecutivos, todas las personas huían de ellos, mientras él le
habla.
- Sabes, no te deben de importar, son humanos, están
hechos para esclavizarse, siempre están esclavizados
sin que se den cuenta, su sistema los hacen
vulnerables. Durante miles de años fueron usados
como esclavos. Nos servían y nos consideraban como
dioses. Ahora, sus pecados en revelarse ante nosotros
serán castigados. Muy pronto morirán.
Travis sostiene su brazo con fuerza con su mano derecha, y con
su brazo izquierdo hizo cristalizar una especie de estaca en su
mano, atravesando el pecho del chen, pero el cristal comienza
a humear intensamente, mientras Travis lo observa de forma
graciosa.
- Predices demasiadas cosas, idiota.
Chen observa a Travis con furia, sintió como la estaca atravesó
su pecho, mientras la estaca continua humeando y en un
instante, explota. El piso del edificio comenzó a humear
intensamente, parecía un incendio, todas las ventanas se
rompieron por el impacto de la explosión, algunas personas
fueron heridas, a pesar de la gran distancia que huyeron de
ellos. Tardó un minuto para que se despejara el polvo de las
oficinas. Las patrullas de la ciudad comenzaron a sonar. Travis
está tumbado en una esquina del piso, tosía por el abundante
polvo que estaba.

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- Por eso no me gusta usar esta técnica.
Seguía tosiendo por el polvo que había, se puso de pie para
encontrar aquel dimensionista, lo buscaba entre el humo,
caminando hasta la próxima pared del edificio, pero no había
nadie, solamente una ventana que apuntaba a un jardín. Chen
se encuentra en el jardín sobre el suelo, había sido lanzado por
la explosión hasta el jardín. Travis salió del lugar hasta ir con
el dimensionista. Cogeaba y se quejaba del dolor, sentía un
dolor en el pecho muy fuerte, síntoma de tener las costillas
quebradas. Llego a unos dos metros lejos de él y se encontraba
vivo, pero estaba demasiado lastimado para levantarse,
teniendo el pecho sangrado, se está desvaneciendo por la
pérdida de sangre.
- Te subestime… muchacho.
- Debiste venir de forma pacífica Chen- se miraban por
la batalla que tuvieron, mientras Chen tosía con
sangre- es una lástima que llegáramos a esto.
- Yo solo recibo ordenes muchacho- tosía por la
obstrucción de su sangre- ahora vienen tiempos
difíciles para los humanos… se acerca una extinsión.
- Estaré con ellos para evitarlo, tu rey se equivoca, al
igual que tú.
- Tu… no lo entiendes… mi rey enviara más personas a
buscarte. No soy el único.
Se tornó un silencio, Travis solo se dedicaba a mirarlo.
- ¿Cuál es tu nombre?
- Travis Cannot…
Chen, abrió sus ojos, a pesar de estar en el borde de la muerte,
se quejaba del dolor, pero sus palabras eran un poco roncas.

79
- Cannot… eres… ¿Eres hijo de Abril Cannot?
Travis tuvo un nudo en la garganta, sintió los pulsos de su
corazón. Al escuchar el nombre su madre, sus sentimientos
comenzaron a llegar cómo ráfagas.
- ¿Conoces a mi madre?- dijo con angustia.
- Si… tienes los mismos ojos de ella… valla… fui tan
estúpido por no darme cuenta.
Ambos comenzaron a tener el mismo sentimiento por el
vínculo de Abril Cannot que los entrelazaron
instantáneamente.
- ¿Ella se encuentra bien?– su voz comenzaba
dificultarse.
- No…- Travis bajo su mirada.
Chen pidió que se acercara, debido que su voz se tornaba más
débil, alzo su mano, pero Travis lo sostuvo para entrelazar el
vínculo.
- Tenías razón… debí… venir pacíficamente.
- Lo siento… - la disculpa de Travis eran de
arrepentimiento.
- Ahora todo tiene sentido… Muchacho… tu vida corre
peligro, debes regresar a la dimensión. Sufrirás mucho
más de lo que crees, no dejes que él logra maldecir tu
al…- su toz comenzó a interrumpir sus palabras, su
mirada deambulaba por la muerte- acércate
muchacho.
Se acercó un poco más hasta estar casi en contacto a sus oídos,
mientras Chen lo sostiene con fuerza para hablarle.
- Ten… cuidado… de Haval…
- ¿Quién… quien es él?

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Chen comenzaba a desvanecerse, no pudo contener sus fuerzas
hasta cerrar sus ojos. Travis le hablaba para hacerlo reaccionar,
pero ya había muerto. Escuchaba como las sirenas se
acercaban, mientras él observaba el cuerpo de Chen en el suelo,
lo soltó de la mano y lo acomodo en su pecho para despues
ponerse de pie. Las patrullas pararon de sonar, una mujer se
acerca dónde está Travis, vestía de un uniforme azul marino y
un gorro de oficial.
- Lo hiciste Travis.
- Él conocía a mi madre Raquel.
Raquel miró a Travis triste por la muerte del dimensionista, no
entendía lo que sucedía, pero decidió jalarlo desde su hombro,
indicando que se fueran del lugar, lo jaló despacio para auxiliar
sus heridas.
- Elena y Jonathan se encuentran bien… - hablo Raquel
para alegrarlo- están en sus casas.
- Gracias a dios…
- Ven, vamos a llevarte a un hospital.
Raquel lo metió a su vehículo para llevarlo, mientras otros
vehículos de policia, ambulancias y bomberos acudían al
edificio. Ella comenzó acelerar su carro para llevar a Travis,
mientras él acomodo su cabeza en el vidrio, relajándose para
pensar en las palabras de Chen, pensó que puede saber varios
secretos de su madre, quizá venga de la dimensión de los
dimensionistas, tal vez era su amiga, quienes serían sus
abuelos, comenzaba entrar los sentimientos de querer ir en
aquella dimensión.

En esa misma noche, Raquel salía del hospital, había dejado a


Travis para que auxiliaran sus heridas. Alzó su mano para

81
tocarse la frente, suspiraba por el estrés. Sostuvo un celular
para marcar algunos números, alzando el aparato en su oído.
- General Raquel ¿Qué sucedió esta vez?
- Señor Codwell, Tuvimos un ataque.
- Ya estoy enterado de eso, ¿Son los grises?
- No… dimensionistas.
Hubo unos segundos de silencio.
- ¿Qué sugiere que hagamos?
- Debemos ir por Damian Houck, los ataques continúan,
nos exigen la muerte de ese hombre.
- Bien, prosigan con el plan.
General Raquel caminaba hacia el estacionamiento, mientras
saca las llaves para presionar el botón de encendido, abrió el
carro hasta meterse en su asiento y en un suspiro agrego.
- Necesitamos el apoyo que sugirió el secretario de
Rodinnia.
Raquel separo el celular que tiene en el oído, por el grito de
Mathew.
- ¡No! Ya lo he dicho varias veces.
- Entonces no dude que cuando amanezca, presente mi
renuncia. No pienso sacrificar a mi equipo.
El panorama se enfocó en Mathew, camina por todas las
esquinas de su sala, vestido de pantuflas y pijama por la noche,
pensaba por la renuncia de la teniente, se sentó en un sillón
para sujetar el cigarro e inhalar el tabaco.
- No puede hacer eso General… por lo que sucedió con
Cartier fue un gran alboroto con los reporteros,
ahora… sí usted renuncia, perjudicaría mi puesto y mi
administración.

82
- Es mi única condición Codwell. No pienso correr
riesgos otra vez.
Suspiro Codwell.
- Está bien… háganlo, que la doctora haga todo el
trabajo.
Colgó Codwell en su sala, apoyó su cabeza con su mano para
relajarse, se puso de pie para irse hacia la cama. Mientras
Raquel se encuentra en el coche, alza su puño y lo contrajo
hacia ella, celebrando el éxito de su propuesta. Prendió su
vehículo para dirigirse a la comandancia.

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